El Espacio Vacio - Peter Brook

El espacio vacio - Peter Brook EL ESPACIO VACÍO: ARTE Y TÉCNICA ESCÉNICA Peter Brook en su libro “El espacio vacío: arte

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El espacio vacio - Peter Brook EL ESPACIO VACÍO: ARTE Y TÉCNICA ESCÉNICA Peter Brook en su libro “El espacio vacío: arte y técnica escénica” describe cuatro formas de teatro y como estas han tenido su apogeo en distintas sociedades. El primero de ellos es el teatro mortal, el cual hace referencia al teatro vulgar; luego tenemos al teatro sagrado, que se refiere al teatro de lo invisible hecho visible; luego se encuentra el teatro tosco, que como su nombre lo dice su característica principal es la tosquedad; finalmente tenemos al teatro inmediato, el cual es recomendado por el autor. En este ensayo, se incluirá una reseña del libro en mención y una reflexión propia. En primer lugar empezaremos con el teatro mortal, para Peter Brook el teatro mortal es un mal teatro, el cual se ve frecuentemente y que está muy relacionado con el teatro comercial. Este tipo de teatro es comúnmente visto interpretando las obras de William Shakespeare. El autor hace diferencia entre vida y muerte, ya que estamos haciendo referencia al teatro mortal, él considera que los espectadores tenemos muy poca experiencia en reconocer como una idea pasa de viva a moribunda. Para el autor, el teatro vivo es algo que no está definido, que siempre tenemos que volver a reconstruir comprobando lo que pasó antes. En este tipo de teatro todo se autodestruye, nada está dado. Por el contrario, el teatro mortal es representar algo bajo una definición ya establecida de cómo debe hacerse una obra clásica (Brook 2006: 1 - 4). Esto es lo que se conoce como estilo, cada obra tiene su propio estilo, pero mientras más intentamos definirla, caemos con seguridad en un teatro mortal. Pero en el teatro no todo tiene que cambiar constantemente, hay ciertos elementos que se repiten y ciertos principios fundamentales con los que se sustenta lo dramático como por ejemplo los vestuarios, el decorado y la música. El problema del teatro mortal consiste en separar las verdades eternas de lo superficial. Para ejemplificar esto el autor pone el ejemplo de los compositores y los directores en las representaciones de óperas, donde dos cosas diferentes, drama y música, son tratadas como una sola. Para el autor la ópera es el teatro mortal llevado a lo absurdo. Pero no todo es malo con el teatro mortal, ya que dentro de este también existen aleteos de vida auténtica que algunas veces son frustrados pero otras veces son momentáneamente victoriosos (Brook 2006: 5 - 7). En Broadway muchas de las obras que salen a escena mueren tras dos semanas debido a su propio absurdo, increíblemente esto no hace que el sistema se tambalee, pues a pesar de tantos fracasos, el precio de las entradas al teatro es cada vez más elevado y la gente que logra ir al teatro es menos, las ganancias son mayores a las temporadas pasadas. En una obra teatral lo que importa no son solo los actores sino que el público cumple un papel esencial para el desarrollo de una exitosa obra de teatro. El público cada vez va menos al teatro no debido a que no puede pagar el precio de las entradas sino que es porque teme decepcionarse otra vez pagando por algo que no creen que valga ese precio. Así como los actores necesitan agentes para poder obtener trabajos, los defensores del público son los críticos, pues estos marcan la aprobación o desaprobación para que las personas vayan o no a ver una obra de teatro. El autor opina que las puestas en escena deberían poder adaptarse a distintos lugares, pero lamentablemente no tienen esta flexibilidad (Brook 2006: 8 - 10). En este contexto, la palabra teatro tiene muchos significados imprecisos y no tiene un lugar exacto en la sociedad ni un propósito claro, lamentablemente solo existen en fragmentos como el teatro que persigue el dinero, otro busca la diversión, otro va en busca de la política, entre otros. Es así que el actor queda atrapado y confundido a condiciones que no están bajo su control. Actualmente, hacer una carrera y desarrollarse artísticamente no están equilibrados, es muy frecuente que un actor conforme su carrera avanza se estanca en su propio trabajo. Es por ello que el arte interpretativo, siendo uno de los más exactos de todo, necesita un constante aprendizaje y trabajo para superarse a uno mismo (Brook 2006: 11 - 13). Finalmente, ¿quién es el culpable de que exista un teatro mortal? Por mucho tiempo se ha culpado a los críticos, pero la mayoría de las personas no logran ver que ellos cumplen un papel esencial pues sin ellos el teatro caería en

la incompetencia. Los críticos en cierta forma aseguran al público la competencia de la obra teatral, pero el crítico caería en lo mortal si minimiza su propia importancia y no se hacen responsables de la labor de competencia que deben y pueden exigir (Brook 2006: 14 - 15). Por eso “(…) las críticas que la gente de teatro se dirige a sí misma son con frecuencia devastadoras, aunque absolutamente necesarias. El crítico que no disfruta con el teatro es un crítico mortal, quien lo ama pero no es críticamente claro de lo que esto significa, también es un crítico mortal; el crítico vital es el que se ha formulado con toda claridad lo que el teatro pudiera ser, y tiene la suficiente audacia para poner en riesgo su fórmula cada vez que participa en un hecho teatral”. (Brook 2006: 16) Cuando el autor dice “mortal” no hace referencia a algo muerto, sino a algo que tiene muy poca actividad y por lo tanto capaz de cambio. El primer paso para lograr ese cambio es aceptar que actualmente la palabra teatro es solo un disfraz para una palabra que tuvo sentido en otro tiempo (Brook 2006: 17 - 20). En segundo lugar tenemos al teatro sagrado, para el autor este nombre es solo por abreviar pues en realidad se le podría llamar como teatro de lo invisible hecho visible. Un buen ejemplo de esto es la música, en la cual reconocemos lo abstracto (música) a través de lo concreto (instrumentos musicales). El teatro empezó con ritos que hacían encarnar lo invisible, pero actualmente la mayoría de los ritos han desaparecido o están a punto de hacerlo, es por ello que hoy en día se necesitan crear nuevos rituales que hagan que las personas vayan más al teatro y sea algo gratificante para ellos. Lo cierto es que no sabemos cómo celebrar, puesto que no tenemos idea de qué deberíamos celebrar. Específicamente en el teatro evitamos lo sagrado ya que pensamos que lo sagrado nos ha traicionado (Brook 2006: 22 – 25). Para Artaud el teatro sagrado significaba que la obra, es decir la representación escénica se halla en el lugar del texto. Lo que Artaud deseaba era un teatro donde el lugar se volviera sagrado, es decir una sucesión de escenas o imágenes que tengan tal explosión de contenido de humanidad que las personas no quieran volver a un teatro de charlar y anécdotas. Estas explosiones de humanidad también pueden ser conocidas como happening que es lo que hace que el público reacciones y abra los ojos a la realidad que lo rodea. El problema con el happening es que considera que con esa explosión de despertar es suficiente, pero no es así. En todas las religiones se cree que lo invisible puede volverse visible, el problema radica en que esto invisible necesita de ciertas condiciones para poder volverse visible. Por todo lo mencionado anteriormente, el arte sagrado ayuda a que lo invisible se vuelva visible, ya que no solo contiene el happening, sino que también proporciona las condiciones necesarias para que esto suceda (Brook 2006: 26 – 35). En tercer lugar tenemos al teatro tosco, que como su propio nombre lo dice tiene como principal característica la tosquedad. Esta tosquedad hace referencia al teatro de las calles, con todos los espectadores de pie, con bajo presupuesto, es decir que es el teatro que no está en el teatro. El teatro tosco es compartido por el pueblo, es un espectáculo hecho en condiciones toscas donde todo puede ser una revolución, ya que puedes usar cualquier cosa como arma. Esto al público no le molesta, pues puede aceptar incongruencias y aun así seguir el hilo de la historia. Las características de este tipo de teatro son la obscenidad, lo sucio, lo vulgar puesto que el teatro popular siempre ha sido anti-tradicional, anti-pomposo y anti-autoritario (Brook 2006: 35 – 37). ¿Cuál es la intención del teatro tosco? Pues provocar en el público la risa, basados en la comedia. Se alimenta de la despreocupación y la alegría. Superficialmente se puede decir que el teatro tosco no tiene estilo, convenciones y limitaciones, pero en realidad contiene a las tres. Este tipo de teatro se ocupa principalmente de las acciones humanas, ya que la risa es su especialidad (Brook 2006: 39). Peter Brook, introduce el nombre de Brecht, como el hombre más influyente, radical y de mayor personalidad del teatro. Con él nos introduce un vocabulario creado por este: alienación. La alienación corta, nos obliga a mirar de nuevo, es un llamado al espectador para que piense por sí mismo y se haga responsable de lo que está viendo. Brecht pensaba que haciendo al público pensar sobre la situación los ayudaría a comprender mejor la sociedad en la que viven y como consecuencia poder poderla cambiar en un futuro (Brook 2006: 40). Finalmente tenemos al teatro inmediato, el cual el autor describe que un teatro no tiene una función particular. La unicidad consiste en conseguir algo que no se pueda obtener afuera de él. El autor hace diferencian entre el teatro y el cine, mientras que en el

cine proyecta imágenes del pasado, el teatro vive el presente y eso lo hace más real e inquietante. Luego, el autor empieza a escribir sobre su opinión personal y en cierta forma este tipo de teatro es el que él recomienda, puesto que lo conoce. En esta parte el autor empieza describiendo las características de la relación con el director y el escenógrafo y reconoce que el decorado es la geometría de la obra, ya que una mala escenografía dificulta numerosas escenas y la interpretación del actor. Para él el escenógrafo debe evolucionar conjuntamente con el director rediseñando o cambiando algunas cosas trabajando juntos. El escenógrafo cumple una función esencial en la producción de una obra pues él tiene que concebir en cuatro dimensiones, es decir, figurarse el cuadro del escenario en movimiento (Brook 2006: 56 – 59). Luego describe la relación entre el director y los actores, en la cual el director sabe que en el primer ensayo él se dedica a explicar, pero sabe que nadie se halla en la disposición de escuchar, así que el primer ensayo es la preparación para el segundo ensayo. En este ya hay una elaboración de un proceso en el cual los factores individuales y las relaciones han tenido un progreso. El director reconoce que es un proceso evolutivo y que cada cosa tiene su momento y su trabajo es reconocer esos momentos (Brook 2006: 64). Finalmente describe los procesos por los que pasa el actor para poder interpretar. Para él la interpretación inicia con un movimiento interior minúsculo que es prácticamente imperceptible, y este pequeño movimiento es el origen de lo que se conoce como interpretación. El actor es un instrumento sensible y la interpretación es como un médium hacia lo que se conoce como una posesión total. Para que el actor se aleje del teatro mortal existen los ejercicios de adiestramiento, en los cuales tienen como objetivo reducir y minimizar el área personal hasta que se revele una mentira. Cuando los actores interpretan no pueden ser falsos, pues el público llega a sentir las falsas emociones que produce y trata de trasmitir. Una de las tareas más difíciles para un actor es ser sincero pero al mismo tiempo mantenerse distante, en otras palabras, tiene que practicar cómo ser insincero sin sinceridad y cómo mentir con verdad. Actualmente existe una nueva forma de interpretación sincera, en la cual el actor tiene que vivirlo todo a través del cuerpo, pero el resultado de esto es excesivo y no convincente. Por último, el autor resume los problemas y las posibilidades del hecho teatral en tres palabras: repetición, representación y público. En la primera, la repetición da origen a un cambio, si tiene un objetivo claro es creadora, pero a su vez esta palabra no tiene encanto puesto que es asociada fácilmente con lo mortal. La representación es algo del pasado que se muestra de nuevo, en otras palabras, hacedora del presente y con esto renueva la vida y finalmente el público, cuando las personas asisten al teatro y los actores se enfrentan a los espectadores, ellos comprenden que la transformación no es por arte de magia, es en este sentido que la repetición se vuelve representación. Lo característico del teatro es que nunca es estático, está siempre en movimiento (Brook 2006: 68 - 85). En mi humilde opinión, considero que todo lo que Peter Brook opina tiene mucho sentido puesto que son cosas que pasan pero que nunca me tomé la molestia de pensarlas desde ese modo. Usando sus palabras diría que él ha hecho que tenga un happening para poder ver las cosas de otro modo. Yo no considero que haya algo malo con el teatro mortal puesto que puede cambiar, pero si considero que es muy fácil caer en lo mortal. Con respecto al teatro sagrado y la casi desaparición de los ritos, opino que los ritos son parte de nuestra cultura, pero nada es estático, lo que fue un rito en el pasado hoy no lo es más y sí es triste que se pierdan pero es algo que debemos aceptar. En relación al teatro tosco, creo que es el teatro que las personas más disfrutan pues todo está basado en la risa y considero que si las personas van al teatro es porque quieren relajarse y olvidar, al menos por un momento, los problemas que tienen. Además, el teatro tosco refleja muchos aspectos de la sociedad, y esa es una gran ventaja. La comedia es una de las mejores formas en poder llegar a las personas y trasmitirles un mensaje, considero que es muy efectiva. Finalmente con respecto al teatro inmediato sí creo que la relación esencial está entre el director y los actores, al igual que con todas las personas que colaboran para que la obra sea posible y que esto es un proceso evolutivo en conjunto. Siempre he pensado que el trabajo en equipo es mejor que hacer todo uno mismo, y en el caso del teatro esto es necesario. Finalmente, algo que aprendí de leer este libro fue la importante labor que tiene el público para que una obra sea exitosa, siempre tuve la idea de que lo único que importaba eran los actores y cómo ellos nos transmitían el

mensaje, jamás creí que el estado de ánimo del público, así como la atención que prestan a la obra, podían hacer que esta sea mucho mejor y que ese sentimiento de comodidad y silencio sea transmitido a todas las personas a su alrededor. Bibliografía: Brook, Peter 2006 El espacio vacío: arte y técnicas del teatro. Tercera edición. Barcelona: Península.