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• Dante A. Navarro

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La Revolución Francesa marca un antes y un después en la historia de la humanidad logrando una diferencia entre el presente y el pasado, constituyéndose de esta manera como un hito importante ya que buscaba acabar con el sometimiento de un sistema de privilegios que pertenecían a la sociedad tradicional y destruyendo también los lazos comunitarios que protegían al hombre de los riesgos que les presenta la vida. Esta revolución acaba con esa sociedad premoderna existente para dar paso a una nueva forma de sociedad y organización social. De cierta manera se podría decir que a partir de este acontecimiento es que se comienza a constituir la sociedad moderna y por consiguiente todos los aspectos que la caracterizan como los procesos de individualización y racionalización, así como también la diferenciación de las funciones y el constante intento de seguir domesticando a todos los ámbitos de la naturaleza, manipulándolos de manera tal que se pueda obtener el máximo beneficio, lo que por supuesto también tiene consecuencias malas ya que esta manipulación termina convirtiéndose en una excesiva explotación de los recursos naturales además del daño y el poco respeto que el hombre tiene con las especies animales, clara consecuencia de nuestra preciada racionalización. Ahora bien, el individuo para poder vivir en sociedad debe someterse a ciertas reglas que lo guían para llevar una vida que respete a los demás cuidando así sus relaciones interindividuales, de no ser así el individuo se siente algo perdido y desamparado, de cierta forma necesita que lo guíen en cuanto a comportamiento y relación con su entorno, y es por esto que existen normas, reglas y algo llamado moral que también nos mantiene dentro de un margen de comportamiento. Ahora bien, todas estas reglas y morales varían de comunidad en comunidad, de sociedad en sociedad, aunque por supuesto que hay algunas reglamentaciones que son más universales e integran todas las formas de vida dentro de las distintas sociedades dependiendo de los países en los que se desarrollen y de acuerdo con sus costumbres y culturas. Pero en algún momento, la sociedad premoderna no avanzaba y hacía a un lado los cambios, aunque finalmente todo eso acababa por terminar y el hombre busco emanciparse de la protección divina, profanando lo sagrado, y ocupando a la

ciencia como herramienta para encontrar respuestas a las eternas interrogantes sobre nuestro entorno y aún más allá, además de hacerse cargo de su propia historia tratando de escribirla de manera tal que no se cometieran los mismos errores que en el pasado. El hombre poco a poco se encaminaba a la sociedad moderna. Es así como el hombre se inserta en un proceso de entenderse a sí mismo, de averiguar lo que es y de donde viene, se cuestiona sus propósitos en la vida y trata de crear una identidad propia, entender el valor y la razón de su existencia, por lo que “la búsqueda de la identidad, la autenticidad individual y la construcción del propio destino se convierten así, (…), en características de la modernidad y de la reflexión moderna del mundo”1. Finalmente este cambio nos lleva a ver como desaparece la antigua sociedad y surge la nueva. Ahora bien, la transición y el paso de una sociedad a otra implica el conocimiento de cosas nuevas, por lo que en consecuencia existen riesgos al transitar por un camino virgen ya que podríamos decir que no se está preparado para todo lo que venga, simplemente se experimenta como viene, y bien lo dice Mónica Guitián en Las semánticas del riesgo: “el concepto de riesgo como horizonte de interpretación es una manera, no la única, a través de la cual mirar la preocupación sobre las formas de distancia o continuidad del presente con el pasado. Todo período de transición, todo distanciamiento del pasado, es caracterizado por el trastocamiento de la continuidad, por el sentimiento del desorden y la sensación de riesgo producido por la disolución de los sólidos” 2. Con esto se refiere a que los cambios implican un quiebre y por lo tanto una separación con lo que antes fue esperando lo que será, y ya que el futuro es siempre incierto a pesar de que se pueda tener una idea de cómo se pueden dar las cosas, esto siempre implica un riesgo porque

1 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 2010; pp.82 2 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 2010; pp.84

se disuelve lo que alguna vez se mantuvo en el tiempo, y que por ende era algo seguro y conocido, mientras que el futuro nada en la incertidumbre. Ahora bien, el hombre está inserto dentro de cierto orden social, y para Durkheim este orden es una consecuencia de procesos sociales y resulta de un grupo de creencias, prácticas, usos y costumbres que un conjunto de individuos comparten en común, y es así como el accionar de los individuos está determinado por estructuras y sistemas que son impuestos desde lo social. Ahora también desde lo social, y como característica de la sociedad moderna, se da lo que es la diferenciación social, y se ha hecho notar también en la distinción entre el pasado y el presente, y esta diferenciación social “trata siempre de mostrar cómo la sociedad se desarrolla, progresa, cambia o evoluciona de lo simple a lo complejo, de lo homogéneo a lo heterogéneo” 3. De hecho por ello se caracteriza la sociedad moderna, por la diferenciación, de lo que alguna vez fuimos y no seremos, de en lo que nos convertiremos respecto de lo que somos. Y a medida que pasa el tiempo y se adentra cada vez más en la sociedad moderna la sociedad se vuelve compleja en cuanto a la cantidad de funciones que van naciendo lo que la convierte en una sociedad mucho más heterogénea, es así como “en la sociedad moderna los individuos aumentan su individualidad, lo que los vuelve cada vez más diferentes entre sí, y exigen al mismo tiempo su mayor dependencia con los otros”4. La diferenciación social implica una integración social en el sentido de que al diversificarse los distintos grupos y funciones surge la construcción de significados culturales o principios funcionales que finalmente permiten la integración de la sociedad ya que tanto el conocimiento como las creencias, las reglas y las normas dejan que el individuo se desenvuelva y actúe en la sociedad. 3 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 2010; pp. 89 4 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 2010; pp.90

En consecuencia, Durkheim logra definir a la modernidad como un proceso de diferenciación social y a partir de aquí intenta buscar las respuestas a los problemas de integración que caracterizan a la sociedad post-tradicional. En la división del trabajo social Durkheim plantea que existen dos tipos de sociedad: una hace referencia a la solidaridad mecánica en la que se da una estructura social más flexible y con muy poca división del trabajo, mientras que la otra se relaciona con la solidaridad orgánica que se relaciona con la sociedad moderna y por ende la complejidad de esta hace que exista una mayor división del trabajo. Todo esto implica una especialización de las funciones que cumplen los individuos en una sociedad moderna. Ahora bien, en la División del trabajo social Durkheim muestra que el proceso de individualización que deriva de la diferenciación social convierte a la individualidad en algo negativo dentro de la sociedad moderna por lo que caracteriza como anomia al estado en el que el individuo no logra integrarse a los cambios que le plantea la modernidad. Es así como para Durkheim la división del trabajo social es la base de la diferenciación estructural en la sociedad moderna. Por otro lado, en la sociedad moderna nos vemos regidos por una serie de reglas y normas que guían de cierta manera el camino por el que podemos transitar y nos dice lo que se puede o no hacer para no pasar a llevar las libertades individuales de los demás por lo que “resulta de ello que toda esfera de la vida colectiva está, en gran parte, sustraída a la acción moderadora de la regla” 5. De la misma forma la moral cumple una función parecida a la reguladora ya que los individuos basan su comportamiento de acuerdo a los márgenes morales que son establecidos, y si un individuo actúa fuera de estos márgenes entonces es sancionado fuertemente por la opinión pública, y si el acto con que se corrompe la moral es demasiado grave entonces se castiga el acto por medio de la aplicación de un juicio. 5 Emile Durkheim; La división del trabajo social; Akal Ediciones; Madrid, España; 1995; pp. 3

Durkheim plantea que es en el medio social donde se logra el paso de una sociedad homogénea a un heterogénea y diferenciada, por lo que la división del trabajo va progresando en tanto aumenta la densidad material y moral, lo cual se da con la creación de espacios sociales en los que se puede aumentar la interacción entre los individuos, además de un aumento demográfico que también ayuda a que se incrementen la interacciones. De esta forma es que los individuos se van agrupando de acuerdo a su forma de pensar, sentir y actuar, por lo que se sigue haciendo cada vez más compleja la sociedad. Es así como la combinación entre la densidad de la población y el volumen de la misma dan pie a los procesos de diferenciación. Por otro lado “es el medio social el campo para hacer presente en la vida de los individuos a la sociedad a través de encuentros y contactos intersubjetivos, per también, es el posibilitador de nuevas formas de sociabilidad” 6. Esto repercute también en la vida profesional de los individuos ya que al pertenecer a un grupo de trabajo en el que cada uno tiene un rol distinto pero forman parte del mismo engranaje, se ven envueltos en un espacio reducido por lo que las relaciones interpersonales están obligadas y es así como “los individuos que se dedican a una misma profesión se hallan en relaciones los unos con los otros por el hecho de sus ocupaciones similares. Su concurrencia misma los pone en relaciones”7. La división del trabajo nos muestra lo compleja que se vuelve la sociedad moderna ya que se van creando diferentes funciones que van cumpliendo los individuos en distintos grupos, pero finalmente el papel que cumple la división del trabajo tiene que ver con que “puesto que aumenta a la vez la fuerza productiva y la habilidad del trabajador, es la condición necesaria para el desenvolvimiento intelectual y material de las sociedades; es la fuente de la civilización” 8.

6 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad nacional Autónoma de México; México; 2010; pp.94 7 Emile Durkheim; La división del trabajo social: Akal Ediciones; Madrid, España; 1995; pp. 7

Ahora, en cuanto a la anomía, podemos mencionar que los individuos se ven enfrentados a ella en el momento en que su comportamiento se sale de la norma y de la moral, por lo que un gran problema de la sociedad moderna es la división anómica del trabajo, ya que afecta la cohesión social. “La anomia procede de la ausencia o desintegración de una relación prolongada y suficiente entre las distintas partes de una sociedad, ‘las relaciones, siendo raras, no se repiten bastante para determinarse’ y lograr así la armonía regular de las funciones” 9. Con esto se refiere a que la anomía surge como consecuencia de la solidaridad orgánica, y así los individuos se sienten solos al realizar las distintas actividades en las que se especializan por lo que pierden el vínculo con el resto de los compañeros que trabajan en el mismo entorno. Ahora para terminar, en cuanto al suicidio anómico, este se da ya que al ser la sociedad un poder regulador de creencias, prácticas y sentimientos de los individuos, cuando no se hace presente los individuos se sienten perdidos y se desequilibran al no tener algo que los regule. Los individuos socialmente requieren ser disciplinados. Este poder que usa la sociedad para mantener a los individuos dentro de un margen de comportamiento es la moral, ya que de bien común busca el bienestar mutuo. Ahora, si bien más allá de las crisis políticas o crisis económicas no es el hecho de que sean políticas o económicas lo que produce suicidio, sino que el hecho de que sea una crisis, “así, pues, si las crisis industriales o financieras aumentan los suicidios, no es por lo que empobrecen, puesto que las crisis de prosperidad tienen el mismo resultado; es porque son crisis, es decir, perturbaciones de orden colectivo”10. Por lo que lo que lleva a las personas al suicidio es meramente los 8 Emile Durkheim; La división del trabajo social: La función de la división del trabajo; Akal ediciones; Madrid, España; 1995; pp. 58 9 Mónica Guitián; Las semánticas del riesgo en la sociedad moderna; Universidad Nacional Autónoma de México; México; 2010; pp. 103 10 Emile Durkheim; El suicidio; Akal ediciones; Madrid, España; 1995; pp. 261

cambios bruscos dentro de su estabilidad, es decir, un pobre no se suicidará por el hecho de ser pobre pero si repentinamente se vuelve rico de alguna manera no sabrá manejar esa riqueza, se desestabilizará y se suicidará.