Sociedad Sin Sociedad - Ensayo sobre la sociedad actual.

Universidad de San Carlos de Guatemala Facultad de ciencias jurídicas y sociales Ensayo: Una sociedad sin sociedad Manu

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Universidad de San Carlos de Guatemala Facultad de ciencias jurídicas y sociales

Ensayo: Una sociedad sin sociedad Manuel Bernabé Rodrigo Cifuentes Mancía Carnet: 201611960

Guatemala, Guatemala 21-01-2017

¿cuándo la raza humana despertara? Cuando la raza humana despierte de su letargo, sabrán, que nunca estuvieron dormidos, sino, anestesiados. Las pocas personas que podemos ver la realidad mundial, solo nos resta observar cómo avanza esta peste, como si fuera una enfermedad incurable. La humanidad ha aprendido a ignorar toda razón, toda señal de avance posible, solo quieren poder; el poder de adquirir estatus, notoriedad ante una sociedad que no sabe apreciar lo que realmente es prescindible para nuestro bienestar, felicidad y progreso como seres humanos. invito al lector, a investigar, a tener hambre de conocimientos. La unión, podrá lograr que forjemos un mundo mejor para el futuro de nuestra sociedad. Y así, tratar de desinfectar, aunque lentamente, nuestras sociedades, de esta esta peste que nos está consumiendo.

¿En qué tipo de Sociedad vivimos? Nuestra sociedad, la actual sociedad, la que tiene como objetivo el bien individual y no el bienestar social, solo se preocupa por insertar en nuestro subconsciente la semilla del consumismo; la que nos ordena, que debemos vestir, comer y comprar para adquirir reconocimiento social. ¿Qué es el reconocimiento social? No es algo que las personas conozcan como tal, porque es el resultado de una fuente de cambios incesantes, en la forma de vernos como seres humanos, como un grupo de personas determinado (véase la población de Guatemala) Cambios que son maquinados por una elite, con ansías de poder. Pero entonces ¿Que es el reconocimiento social? Es todo aquello que poseemos como individuos, lo que nos otorga un estatus en la sociedad; Bienes, grados académicos, patrimonio, honorabilidad, credibilidad, etc. Mientras se tenga una alta concentración de lo antes mencionado, vamos a ser unas personas dignas del respeto social. Pero ¿Esta clase de respeto, es correcto, es lógico? Para averiguar si tenemos ante nosotros como sociedad, una forma de estatus correcto, solo tenemos que vivir, observar, aprender de nuestra sociedad, y vamos a percatarnos que estamos errados en el camino que sigue la población mundial, solo nos llevara a la masiva destrucción de nuestra raza.

¿Por qué el reconocimiento social es autodestructivo? Porque, como seres humanos, somos sociables, hasta un punto álgido, donde no se puede discernir, entre socializar y una necesidad insertada, ficticia, de

pertenecer a la actual sociedad. Donde el fin de la misma, es el consumismo, y no la persona en sí. Para entender este sistema de clasificación frio y despótico, podemos elaborar un esquema de importancia social, basándonos en la sociedad actual y sus leyes no escritas, sobre la importancia del ser humano.

Esquema de la actual sociedad consumista

O b je t o s s o c ie d u ad j e t o El Objeto en la gráfica, son las cosas que posee el individuo, la razón de su existencia, porque ¿qué sería de un ser humano sin sus objetos? (Casa, automóvil, dinero, bienes, reconocimientos, etc.) La Sociedad, se encuentra en el centro de la pirámide, porque es el enlace, entre el sujeto y el objeto, solo mediante la sociedad, el objeto adquiere relevancia, y el sujeto es desvalorizado a tal punto, que se vuelve un digito en el ordenador, alguien sin importancia, mano de obra, ya no es humano, es sujeto. El Sujeto, que se trasforma, en un esclavo de la sociedad y de los objetos que consume. Ya no puede dejar a la sociedad, porque no conoce otra cosa más, que la misma sociedad actual. El sujeto tiene miedos, aspiraciones, metas…. Todas y cada una de esas emociones, son el producto de la sociedad moderna, la cual olvida al sujeto y se centra en el objeto.

De lo anterior podemos concluir algo evidente, dejamos de sentir nuestro lado humano, y nos convertimos en sujetos de una sociedad basada en objetos. Como parte elemental de la sociedad moderna, nuestro más primitivo instinto social, desarrolla facultades innecesarias en nuestras sociedades. ¿Qué tipo de facultades? La habilidad de ignorar la cruda realidad que nos apaña días tras día, solo dejando en manos del destino, el futuro de nuestras vidas. La excelente capacidad de clasificar a las personas; partiendo desde las inútiles, estudiosas, celebridades, intocables. La manera de excluir nuevos sistemas de conocimiento, formas de ampliar el margen de la sabiduría, restringiendo la capacidad analítica, a tal punto, que no pueden analizar sus propias acciones, haciendo un retroceso cognoscitivo, que afecta a la sociedad. Y si la sociedad no puede reconocer su lado humano: el que es capaz de amar, sin pensar en toda lo antes mencionado, avanzar con una visión fresca y sin prejuicios del conocimiento, pensar en las repercusiones globales que puedan causar nuestras acciones, levantar una hermandad, que con el pasar del tiempo, se ha quedado en el olvido. Entonces ¿hacia dónde va el camino de la vida, el camino de la raza humana?

¿Es posible ayudar a cambiar la sociedad actual? Como parte de la humanidad, y de la actual sociedad, puedo inferir que no todo está perdido. El cambio, aunque gradual, es posible. Nunca voy a perder la esperanza de impulsar, a mi sociedad, fuera de este agujero del consumismo, ayudando a conectar al ser con su verdadero ser.

``tengo esperanza de un cambio, porque la llama de la humanidad, que llevo en mi corazón, sabe que no todo está perdido´´ Rodrigo Mancía – Una sociedad sin sociedad

Criticas: [email protected] Asunto: crítica sobre Una sociedad sin sociedad Estoy abierto a críticas, este ensayo, está enfocado a mi retroalimentación como estudiante universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Agradecimientos: Las personas que lean y compartan este pequeño ensayo, les agradezco, porque el cambio está en nosotros, y lo podemos empezar a canalizar, con pequeños esfuerzos. Así como este gratino de arena. Es el primero, pero no el último.