Ensayo Durkheim

UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES NOMBRE: ERWY ALEXANDER AQUITUARI AHUANARI En es

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UNIVERSIDAD NACIONAL MAYOR DE SAN MARCOS FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES

NOMBRE: ERWY ALEXANDER AQUITUARI AHUANARI

En este pequeño ensayo trataré algunos puntos que creí necesario e importante en cuanto a las ciencias sociales, aunque todos los puntos de dicho autor son importantes para tener una lectura clara de la actual situación social. -

la perspectiva epistemológica de Durkheim puede considerarse una evolución en las ciencias sociales.

Durkheim es un gran teórico que pensó en establecer una ciencia “científica” que analizase y pudiera ordenar la sociedad imperante, la cual había sido modificada por la Revolución Industrial, repercutiendo en el ámbito social. Así, considera que la principal tarea de los teóricos de la sociedad de su época era dotar a sus estudios de un método científico propio. Esto permitiría a la sociología, según Durkheim, constituirse en una ciencia autónoma, de manera análoga a lo sucedió, en siglos precedentes, en el campo de las ciencias naturales. Lo que trató Durkheim era demostrar que el método científico podía aplicarse a la sociología, pero, ante todo, defender el carácter de ésta como ciencia. Por ende, el objeto de estudio debía estar separado del sujeto. Es por ello, que considera como objeto de estudio al hecho social. En la sociedad se producen los hechos sociales. El autor define los hechos sociales en los siguientes términos: toda manera de hacer, fijada o no, susceptible de ejercer una coacción exterior sobre el individuo, o bien que es general en la extensión de una sociedad dada, conservando una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales. Estos hechos sociales pueden ser tratados como cosas al igual que las cosas del mundo material. Los hechos sociales son coactivos no en sentido físico sino en sentido moral, debido a la presión que ejercen sobre la conciencia individual. Vemos así que los hechos sociales son producidos por la sociedad –por ello son exteriores al individuo-, y que ejercen una presión sobre los individuos cuando tratan de resistirse a ellos o de transgredirlos; esta presión puede ser de carácter formal o institucional, como las leyes escritas, o, como las modas o la educación -cuyas normas

son de un tipo más informal e implícito-manifestarse la coerción en forma de censura social. Durkheim establece tres categorías de hechos sociales: 1.- Las creencias y las prácticas constituidas, con una organización definida (como la religión, la ley escrita, las normas de educación, etc.); 2.- Las corrientes sociales que no presentan esas formas cristalizadas (como la euforia o la indignación pasajeras de una muchedumbre en una asamblea); 3.- Los movimientos de opinión, más duraderos que los anteriores, sobre materias políticas, literarias, artísticas, etc. Con respecto a su principio de que los hechos sociales deben ser tratados como cosas, el autor realiza la siguiente aclaración del significado de esta proposición. “Los hechos sociales son cosas y se les debe tratar como tales. Son el único dato ofrecido al sociólogo”. Lo principal de la obra de Durkheim, y el núcleo de su sociología es el estudio de los hechos sociales inmateriales. Lo que para los sociólogos son hoy en día las normas y los valores, o en términos más generales, la cultura, son ejemplos bien claros de lo que Durkheim quería decir con hechos sociales inmateriales. Es importante mencionar, en este punto, la labor realizada por Durkheim, en batallar contra el psicologismo en sociología, lo cual se refleja en la definición de hecho social. Así, estos últimos no son un producto de una entidad psicológica individual, de una mente, ya que no pueden ser modificados a voluntad de ella; son, como menciona en su obra, coercitivos, ya que ejercen una presión social sobre el individuo. Además, Durkheim considera que los fenómenos sociales son producto de y afectan a una colectividad, a un grupo social, característica que lo diferencia de los hechos psicológicos individuales.

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Así, pues, puedo resumir, el hecho social se caracterizan por ser: Externo al individuo Coercitivo Independiente y general En suma, toda esta reflexión acerca de la naturaleza del hecho social permite a Durkheim afirmar la necesidad de una ciencia nueva y autónoma que estudie los fenómenos sociales con todas sus características, para lo que es preciso elaborar un método científico específico para ella. Este método debe basarse principalmente en la observación empírica del carácter externo de los hechos sociales, de su manifestación externa y visible, para, posteriormente, elaborar enunciados científicos que expresen de forma concisa los datos recopilados. Durkheim aspira fundamentalmente a la elaboración de leyes que expresen las regularidades y las relaciones causales halladas en los hechos sociales.

En esta primera parte de análisis podemos decir que hay varios modos y grado de introducir un elemento sociológico en esta visión individualista. Siempre se puede alegar que la sociedad constituye una condición previa esencial, pero sólo la sociedad como tal, y no necesariamente esta o aquella clase de sociedad. Durkheim sería un ejemplo de esta posición. Sostenía que el pensamiento era imposible sin una compulsión conceptual, la que a su vez dependía de la existencia de la sociedad y, sobre todo, del ritual colectivo. Esto, de ser cierto, convierte a la sociedad en una condición previa esencial de la ciencia y, en realidad, de todo pensamiento; un individuo auténticamente presocial, por capaz que fuera, por mucho tiempo que viviera y por bien equipado que estuviese, jamás podría elevarse a la formulación de una idea general. Un segundo grado en la sociologización de la teoría de la ciencia supone insistir no meramente en la existencia de una sociedad, sino de una determinada clase de sociedad. Recordando la teoría de la ciencia de Popper parece ser de esta índole: la sociedad no es suficiente, la generación de la ciencia requiere el "espíritu crítico". Las sociedades cerradas no pueden avanzar en la ciencia, pero una sociedad abierta sí puede hacerlo. Sociedad abierta es aquella en la que los hombres someten sus opiniones a la crítica mutua, y que, o bien posee apoyo institucional para dicha práctica o, al menos, carece de medios institucionales para inhibirla. Podemos decir que la explicación del saber o conocimiento de Durkheim que se construyó en su pensamiento, es aquel que le permitió definir a la sociología, es sobre la cual se propuso encontrar respuestas a los fenómenos sociales. Es decir, la irreductibilidad del conjunto social a la suma de sus elementos, es así que trató de explicar los fenómenos individuales por el estado de la colectividad y no viceversa. -

el papel de la solidaridad social en la constitución de la sociedad.

La división social del trabajo en un proceso histórico evolucionado determina la formación de una forma específica de sociedad singularizada por un marcado carácter orgánico: la “sociedad orgánica”. Los procesos de integración social quedan profundamente condicionados por la división del trabajo. En este tipo presidido por la división social del trabajo se produce una diferenciación de roles pero también una tensión entre cooperación (solidaridad) y competición (conflicto). Cuando se produce el desequilibrio, el sistema de valores tiende a disolverse. Es así, que la individualización de los fines y de los medios triunfa, ya que la organización social no dispone de las condiciones para asegurar la armonía en el seno de la sociedad. En ese proceso de evolución histórica, Durkheim cree ver la preponderancia progresiva de la solidaridad orgánica. Podemos decir que, más

cuando la manera de ser solidarios los hombres se modifica, la estructura de las sociedades no puede dejar de cambiar. En definitiva: distingue dos clases de solidaridades y dos tipos sociales que a ellas corresponden. Pone de manifiesto que los diversos tipos de Derecho revelan las distintas formas de solidaridad. Distingue dos tipos de Derecho: el Derecho represivo o penal, que comprende el conjunto de normas jurídicas cuya sanción es de naturaleza represiva; y el Derecho restitutorio, que está integrado por el sistema de normas jurídica cuya sanción es de carácter restitutivo. Ambas formas de Derecho expresan vínculos de solidaridad social. El Derecho represivo o penal, las normas sancionadoras expresan las similitudes sociales más esenciales (la conciencia colectiva o común estaría integrada por la unión de las semejanzas o similitudes sociales). Aquí la solidaridad o cohesión social deriva del hecho de que los individuos se consideran semejantes, al compartir un sistema de creencias y prácticas comunes (cohesión social basada en la semejanza). Es ésta una forma de solidaridad por similitud que Durkheim denominó “solidaridad mecánica”. En esta forma de solidaridad basada en la semejanza (solidaridad por semejanza), existe un vínculo directo entre el individuo y la sociedad de pertenencia, compartiendo el sistema de creencias y valores que constituyen la conciencia común del grupo. Por su parte, en el Derecho restitutorio lo que se persigue es la restauración del orden alterado en el marco de una cooperación social interindividual que tiene lugar en la división funcional del trabajo social. De ahí que esta forma de Derecho restitutivo y cooperador sea expresión de un tipo de “solidaridad orgánica” o funcional. En esta sociedades modernas se produce, pues, una integración organizada con base al reconocimiento de diferencias complementarias entre los individuos, esto es dominada por la solidaridad orgánica. En ellas el vínculo entre el individuo y la sociedad es indirecto, ya que se encuentra unido a la sociedad a través de su vinculación en su interior con instituciones específicas y con otros individuos con los que interactúa. Es así que la sociedad aparece ante todo como un sistema de funciones características, diferenciadas, especiales y coordinadas entre sí en el marco de la división del trabajo. En las sociedades modernas se acentúa la individualidad de la persona y su relativa autonomía respecto al todo social. Su carácter orgánico refleja una idea de organismo social complejo en el que los individuos que forman parte de ella asumen de modo coordinado (esto es, en interdependencia funcional) funciones específicas y diferenciadas. Ahora bien, interesa precisar que en el pensamiento de Durkheim ambos tipos de solidaridad (que reflejan distintos principios de integración social) no son enteramente excluyentes entre sí. Desde el punto de vista estrictamente jurídico esta evolución supondrá un mayor peso (cuantitativo y cualitativo) del Derecho restitutivo (Derecho civil, mercantil,

administrativo, etcétera) respecto al Derecho represivo. Pero cabe constatar que esa tendencia en el desarrollo de las formas jurídicas no se ha mostrado precisamente como algo lineal, ni tampoco mecánico. En todos estos tipos sociales la unidad social se produce a través de procesos de regulación jurídica. La vida social está sujeta a un conjunto de reglas o de leyes que disciplinan las conductas de los individuos. Toda sociedad propiamente dicha se basa en un sistema de control socio-jurídico, donde las normas se refuerzan de la amenaza de una sanción organizada (inherente a toda norma, pero distinta según el tipo de norma). En ellas coexisten las formas de Derecho represivo (que imponen un castigo o punición; su paradigma es el Derecho penal, aunque, por supuesto no se agote en él, pues abarca todo el Derecho sancionador) y las formas de Derecho restitutivo o restaurador (que tratan de restaurar la situación creada por la conducta desviante o de imponer un resarcimiento o indemnización del daño; su paradigma es el Derecho civil, aunque, igualmente, no se agote en él, pues abarca a otros sectores del ordenamiento jurídico), con independencia de que según el tipo de sociedad predominen unas más que otras. Del mismo modo esa coexistencia es reflejo de la doble presencia en las sociedades evolucionadas de las dos formas de solidaridad típica: la solidaridad mecánica y la solidaridad orgánica. Según Durkheim, la vida social mana de una doble fuente: la semejanza de las conciencias y la división del trabajo social. En el primer caso, el individuo es socializado, porque, no tendiendo individualidad propia, se confunde, así como sus semejantes, en el seno de un mismo tipo colectivo; en el segundo porque, aun teniendo una fisonomía y una actividad personales que le distinguen de los demás, dependen de ellos en la misma medida en que se distingue, y, por consiguiente, de la sociedad quede su unión resulta. La conexión entre la lógica económica y la lógica moral se produce en Durkheim ya inicialmente a través de la noción de solidaridad. Una representación colectiva de dicha sociedad es el Estado, que tiene la función de garantizar un orden que permita el libre desenvolvimiento de las personas en la sociedad. El Estado es así un estado de la conciencia colectiva. Para Durkheim el cambio social es “evolucionismo”, sometido a procesos de ajuste, con las correspondientes mediaciones sociales. El orden social se obtiene, así, dinámicamente.

Pero recuérdese que para él los hechos sociales son captados como hechos morales constituyentes de una representación colectiva que ejerce una autoridad moral

sobre los individuos: los hechos sociales consisten en formas de obrar, pensar y sentir, exteriores al individuo y están dotados de un poder de coacción en virtud del cual se le imponen (Las reglas del método sociológico). La división del trabajo evoluciona hacia la solidaridad orgánica, favorece la formación de una «solidaridad moral» entre los individuos, lo que es preciso es impulsar esas formas solidarias (corporaciones profesionales, formas de economía social, etcétera). Al igual que se ha visto mantenía Durkheim, la solución no se halla en el Estado: “En vano los que tienen al Estado por una especie de genio providencial apelarían a este nuevo Dios para la acabada creación u organización de la solidaridad social. Ello fue así desde su obra |La división del trabajo social|. Percibe a la sociedad como una realidad diferenciada respecto del conjunto de los individuos que la componen, y donde tiene lugar una cooperación entre los individuos, regida por una ley de la solidaridad que puede plasmarse de distintos modos y con distinta intensidad. Otro punto importante podemos hablar de la anomia, que se manifiesta también más allá del trabajo, de la esfera de la producción, y puede obedecer a una falta de identificación (y consiguiente falta de integración) del individuo con el sistema de creencias que rigen un cierto momento en la sociedad. En esta dirección insistirá en su obra clásica El suicidio (1897) en que la mayoría de las causas del suicidio son las de carácter social las que explican el comportamiento autodestructor del individuo. Para él el suicidio es exponente típico de falta de integración social por encima del factor psicológico individual. Es una situación «patológica» que refleja la deficiente integración del individuo en la sociedad. Por ello puede hablar de división patológica del trabajo y de suicidio anómico. Según Durkheim |existe una nítida relación entre la anomia y la cuestión social|, uno de cuyos componentes es la división del trabajo social bajo condiciones capitalistas de producción; y el otro es el surgimiento, tratado por él como hecho social, de ideologías como el socialismo, que según el tipo de socialismo encuentra formas disolventes (socialismo revolucionario) o productivas (socialismo democrático o reformista). Para él el socialismo es expresivo de un malestar social vinculado a la situación de injusticia social y lo que esta reflejaba, una crisis moral.

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la teoría de la religión de Durekhim.

Según el autor, la religión deriva de un a doble fuente: en primer lugar, de la necesidad de comprensión y, en segundo, de la solidaridad. Parece que Durkheim se concentró en la religión de sociedades pequeñas. Podemos encontrar que se basó en un estudio del

totemismo tal como es practicado por las sociedades aborígenes de australianas, sostuvo que el totemismo representa la religión en su forma más elemental o simple. Siguiendo la ilación de la lectura, podemos encontrar un tótem era un animal o planta al que un grupo le daba significado simbólico particular. En la cual se convierte en un objeto sagrado. Como manifiesta que “la teoría vino después para explicar y hacer inteligible a estas mentes rudimentarias los modos de comportamientos que se había organizado así”. Para entender nos preguntamos ¿por qué es sagrado el tótem? La respuesta es porque simboliza al propio grupo o comunidad; representa sus valores esenciales del grupo. Durkheim enfatiza que el hecho de la religión nunca es una simple cuestión de creencia. Todas implican actividades ceremoniales y rituales, en las que se reúnen todo los que creen. Es así que, se realza lo colectivo y también la solidaridad del grupo. Como manifiesta que “debido a la barrera que se separa lo sagrado de lo profano, un hombre no puede entrar en relaciones íntimas con las sagradas a menos que se haya desembarazado de todo lo que hay de profano en él”. Esta es la razón de que se encuentre en situaciones regulares de culto, sino también en las diversas crisis vitales que suponen transiciones sociales fundamentales como la muerte y etc. En este caso, las ceremonias colectivas reafirman la solidaridad del grupo en un momento en las que las personas se ven forzadas a ajustarse a los cambios en su vida.

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la sociología política de Durkheim

Realizando el análisis respectivo, la organización de la sociedad requiere que el cuidado de los “intereses comunes” esté a cargo de personas especialmente abocadas a esta función. “Estas personas constituyen el gobierno. Este gobierno está armado de diferentes poderes. Para que esos poderes no sean peligrosos, es preciso que estén divididos entre diversas clases de personas: he aquí el principio de la división de poderes”. Los poderes constitutivos del gobierno, dice Durkheim retomando una tradición teórica que lo precede, son tres: el legislativo, el ejecutivo y el judicial. Hacer las leyes que egirán a la sociedad, aplicarlas y reprimir las violaciones a esas leyes empleando penas son las tareas que corresponden a cada uno de esos poderes. Con relación al comunismo y socialismo pretende explicar dos teorías sobre las funciones del gobierno en las sociedades modernas. 1- La “teoría socialista” que considera que todos los ciudadanos “pertenecen al Estado” en tanto abdican de su individualidad al incorporarse a la sociedad y según la cual el gobierno conduce a la sociedad a un fin, a un objetivo, que los miembros que la componen pueden compartir o no. Se trata para Durkheim de una teoría “obviamente inmoral” puesto que menoscaba al individuo,

reduciéndolo a un mero instrumento que la sociedad utiliza para llegar a sus fines. 2- La “teoría comunista” que sostiene que “la sociedad es una abstracción” y que son supremos los fines individuales. La función del gobierno es proteger a los ciudadanos, evitar que se dañen entre sí, salvaguardar la individualidad de cada uno. Sólo cuando peligra el respeto por la libertad individual puede el gobierno ejercer su autoridad o intervenir en la vida social. Esta visión -sostiene- si bien no desatiende la ley moral que dicta respetar al individuo, es contraria a los intereses de la sociedad. Es así que “en el comunismo, es el consumo lo que es comunitario y la producción lo que permanece privado”. Hace referencia que hay diferencia bien marcada entre el socialismo y la teoría comunista. El socialismo es bastante nuevo. Que la primera diferencia, es pura externa, es que las teorías comunistas aparecen en la historia esporádicamente. Es decir, aparece en forma aislada. Con lo mencionado anteriormente, el desarrollo del socialismo es muy diferente, esta teoría no tuvo interrupciones fue como una corriente continua. Esta teoría evidencia que responde a una colectividad. Es así que, el socialismo consiste en vincular las actividades industriales al estado. El comunismo en cambio, tiende a poner la vida industrial fuera del Estado. Esto da entender que el consumo es comunitario y la producción lo que es privado. Unas de las utopías es que cada uno trabaja a su manera. “Podemos decir que el grado de absolutismo en el gobierno no varía directamente con el tipo de sociedad. Como el absolutismo se encuentra tanto en casos en los que la vida colectiva es extremadamente simple como en casos en lo que es muy compleja, no es una característica exclusiva de las sociedades menos desarrolladas, como tampoco lo es de las otras”. Podemos decir que el absolutismo de un Estado no se relaciona, entonces, recordando a spencer, como lo cree que “el número y la importancia de las funciones gubernamentales”, sino con la concentración de las mismas. La expansión de las áreas de influencia del poder estatal, por el contrario, garantiza un contacto continuo con los grupos constitutivos de la sociedad, como veremos. Además, para Durkheim dicha expansión es un hecho generalizado y, por ende, normal. Concebido el absolutismo como hipercentralización administrativa, se trata de un fenómeno que no guarda relación directa con la morfología de las sociedades, es decir, con los tipos sociales determinados. En conclusión, según este esquema tanto los Estados modernos como los premodernos pueden caer en el despotismo.

A modo de conclusión

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Durkheim era demostrar que el método científico podía aplicarse a la sociología, pero, ante todo, defender el carácter de ésta como ciencia. Los procesos de integración social quedan profundamente condicionados por la división del trabajo Para Durkheim el cambio social es “evolucionismo”, sometido a procesos de ajuste, con las correspondientes mediaciones sociales. El orden social se obtiene, así, dinámicamente. podemos encontrar un tótem era un animal o planta al que un grupo le daba significado simbólico particular. En la cual se convierte en un objeto sagrado. Al tratar la cuestión de la “finalidad” del Estado en las sociedades capitalistas, Durkheim discute abiertamente con dos interpretaciones. Por un lado, la emprende contra la filosofía individualista que concibe a la sociedad como un agregado de individuos y al Estado como un órgano con una función meramente negativa, la de evitar la invasión de unos derechos individuales innatos.