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Intervención psicoterapéutica en la modificación conductual Una conducta, como cualquier energía, sino estuviera alimentada por el ambiente tendería a extinguirse, porque toda conducta requiere fuente de aprovisionamiento y retroalimentación. Toda persona establece relaciones con su ambiente, de tal naturaleza que propicia para que se manifieste. Sin embargo, cuando estas conductas interfieren en la adaptación del sujeto con el entorno es necesario establecer e intervenir para contrarrestar con dichas dificultades. Es importante resaltar que los padres tienen un papel fundamental en la aparición de conductas inapropiadas por ello es necesario que la intervención se realice con la familia y el niño. Al hablar de conducta se hace referencia al conjunto de respuestas de una persona hacia un estímulo del entono. No todas las acciones que realiza un sujeto son conductas sino que deben cumplir con ciertas características que según Martín y Pear (1998) son “la duración, tiempo e intensidad” (p.31). Todas las personas tienen conductas, pero estas pueden volverse problemáticas cuando interfiere con el funcionamiento e interacción de una persona en el contexto en el que se desenvuelve. Entonces, cuando una conducta interfiere negativamente en un sujeto es necesario realizar una intervención para poder modificar los estímulos que causan dichas conductas. Generalmente, en el área clínica los padres acuden porque sus hijos presentan conductas que consideran inapropiadas, por ello, es el trabajo del profesional evaluar y valorar si es necesario realizar una intervención conductual con el niño. Para dar una intervención apropiada en la modificación de la conducta es necesario valorar los factores que pueden influir en las respuestas negativas de los niños, como se indicaba en el vídeo con la psicóloga, que es necesario comprender los motivos que 1

provocan el comportamiento; considero que las conductas disruptivas que tienen los niños son consecuencia de la deficiente crianza por parte de los padres. El papel de los padres es fundamental para el desarrollo emocional, personal y psicológico de los niños; sin embargo, en ocasiones éstos desconocen que pueden ser los causantes de las conductas negativas de sus hijos. En estos casos es necesario establecer un tipo de intervención que involucre a los padres de familia para que puedan identificar y analizar el papel que tienen en la crianza y educación de sus hijos. Es difícil establecer el tratamiento apropiado para que se modifique la conducta, porque se deben incluir a las personas que se relacionan directamente con el niño, en el caso de Mathew ambos padres tenían una buena disposición para realizar los cambios que indicará la psicóloga, principalmente aceptaron la responsabilidad y las acciones que realizaban eran las causantes del comportamiento del niño. Me pareció que la intervención incluyera terapia cognitivo-conductual con los padres, para que observarán su comportamiento frente a las conductas de su hijo. Me pareció interesante la intervención que realizó la psicóloga, porque no trabajó directamente con el niño sino que intervino con los padres. Considero que fue muy buena la intervención con los progenitores del niño, porque son los responsables directos de propiciar los estímulos que causaban las conductas en Mathew. Sin embargo, creo que la psicóloga debió realizar una intervención psicoterapeuta directamente con él niño, establecer un plan de tratamiento con Mathew para enseñarle técnicas y herramientas para manejar el nivel de actividad física que tiene y la frustración. Es decir, el trabajo psicoterapéutico debió ser integral e incluir a todos los protagonistas (padre, madre y niño).

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El poder evaluar el entorno y contexto del niño es fundamental para el tratamiento, porque se pueden identificar los factores que provocan las conductas. La intervención de la psicóloga se realizó en el ambiente del niño y esto favoreció al éxito del tratamiento, pero considero que es necesario que el profesional de psicología realice la intervención en la clínica, con la intención de poder identificar, evaluar y valorar la situación de los clientes fuera del ambiente en el que vive. La educación positiva que menciona la psicóloga, me parece que es una forma adecuada de intervenir y de enseñar a los padres estrategias para educar a sus hijos, sin embargo hay ocasiones en las que se debe intervenir de forma firme frente a los problemas de conducta. Por ello es necesario que los padres de familia aprendan a utilizar técnicas que les permita intervenir de manera adecuada las dificultades que pueden influir en la conducta de sus hijos, las técnicas empleadas como el refuerzo positivo, ignorar las conductas y el tiempo fuera son básicas para abordar las conductas negativas de los niños y son fáciles para aplicarlas en casa o en la escuela. La técnica de economía de fichas, me parece una estrategia favorable para intervenir en la modificación de conducta, pero creo que esta se desgasta con mucha facilidad, el emplearla por tiempos prolongados no creo que sea de beneficio; porque los niños pueden llegar a esperar siempre un beneficio a cambio de su comportamiento, por ello considero que es importante que se establezca un plan de tratamiento que acompañe el proceso en la modificación conductual, ósea dar herramientas al niño para que pueda afrontar de manera adecuada los estímulos que puedan causarle ansiedad o frustración.

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La terapia conductual se enfoca principalmente en la conducta, por ello Jhonson (1992) indica que “el enfoque conductual se ocupa más bien de la relación entre conductas inadecuadas y acontecimientos ambientales que las generan y sustentan, así como las formas en que pueden modificarse los factores para obtener cambios conductuales adaptativos”(p.144). Por otro lado, el psicoanálisis considera que el ser humano está dividido en la búsqueda de placer y el sufrimiento. Oblitas (2008) considera que la “conducta está motivada, por las experiencias previas de la persona serán condicionantes de la persona, entonces la motivación depende de la historia del sujeto” (p. 72). Pero el psicoanálisis da un gran valor al inconsciente, entonces en ello se establece la intervención. En conclusión, la terapia conductual es una gran alternativa para el abordaje de los problemas de conducta, sin embargo es necesario crear y establecer programas informativos y educativos dirigidos hacia los padres de familia. Con la finalidad de que puedan contrarrestar los estímulos que influyan en la aparición de conductas que no son adaptativas en los niños. También es importante que cuando se realice una intervención conductual se aborde individualmente al niño y a la familia, para que puedan solucionar situaciones que puedan crear estímulos negativos o regresiones en la conducta de los niños.

Trabajos citados Johnson, J. R. (1992). Métodos de tratamiento infantil. Introducción a la teoría, investigación y práctica. En J. Jhonson, Métodos conductuales (págs. 143-195). México: Editorial Limusa. Martín, G., & Pear, J. (1998). Modificación de conducta. Prentice Hall. Oblitas, L. (2008). Psicoterapias contemporáneas. Cengage Learning Editores.

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