Ensayo migracion en Honduras

UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS UTH Microeconomía 1110 - 1200 Estudiante: Jorge Fu Cuenta NO. 201820060053 Catedr

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UNIVERSIDAD TECNOLÓGICA DE HONDURAS UTH

Microeconomía 1110 - 1200 Estudiante: Jorge Fu

Cuenta NO. 201820060053

Catedrático: Máster Maritza Cálix

07/diciembre/2018

Ensayo Migración en Honduras y repercusiones económicas la migración es causa de escasos recursos en el área de vivienda ya que las cosas suben su precio de modo innumerable y eso afecta de tal manera a los inmigrantes de huir de su país natal para conseguir algún tipo de vida mejor en otro, pero al ser esto solo se espera o el rechazo o la admisión de las personas vividas ya en ese país de tal manera que muchas personas buscan su país de vuelta y enfronta la realidad de que tienen que vivir a culpa de las malas decisiones de su gobierno. La inmigración en la república de Honduras es un fenómeno demográfico complejo que ha sido una importante fuente de crecimiento de la población y cambio cultural en gran parte de la historia de Honduras. En términos "per cápita", Honduras permite la entrada de personas de cualquier país con las que tenga relaciones diplomáticas. La inmigración y la naturalización nunca ha estado limitado por sexo, raza o religión. La migración en Honduras es abierta y de fácil acceso, de bajo costo y sin complicaciones. La inmigración ha traído a Honduras inyección de capitales extranjeros, creación de empresas y puestos de trabajo e intercambios culturales, además de mejorar las relaciones con estos países.

Históricamente, el éxodo masivo de hondureños hacia EE.UU. empezó a hacerse visible a partir de 1990, coincidiendo con el fin de los conflictos de la Guerra Fría en Centroamérica. Los hondureños se aprovecharon de la apertura que se dio en El Salvador, por razones geopolíticas, para emigrar a Estados Unidos. Al efecto, un buen número de hondureños, muchos de ellos con sus respectivas familias, se aprovecharon de la apertura y salieron “legalmente” hacia Estados Unidos a través de El Salvador, haciéndose pasar por “salvadoreños”, habilitados con documentación falsa de ese país. En Honduras, la emigración hacia Estados Unidos se disparó después del Mitch, desde noviembre de 1998. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas/INE, el 81% del total de los hogares hondureños reporta tener uno o más miembros que se fueron al extranjero en los últimos 10 años, los mayores contingentes salieron entre 1998 y 2005. La migración internacional ayuda a Honduras en dos formas: Sirve de válvula de escape a la presión que produce internamente por la creciente demanda insatisfecha de bienes y servicios públicos y sociales de parte de la ciudadanía, Además, los significativos montos de remesas (que en forma continua llegan a Honduras enviadas por los migrantes) constituyen la mayor fuente de divisas para el país, con un impacto decisivo en la estabilidad macroeconómica de Honduras. Los hondureños constituyen la comunidad de inmigrantes más pequeña en la población de origen latino en EE.UU. Los hondureños ni siquiera llegan al 3% de ese total, contando “documentados” e “indocumentados”. La diáspora hondureña es además de reciente formación, de aparecimiento tardío, en relación al resto de los centroamericanos (guatemaltecos, salvadoreños y nicaragüenses) y los caribeños (dominicana y cubana). Quizás por ser la más pequeña y la de más reciente

despegue, la comunidad migrante hondureña muestra el mayor crecimiento entre los éxodos latinos asentados en EE.UU. Las comunidades de origen hondureño y de otros países latinoamericanos que se formaron antes se vuelven importantes para el recién llegado. Estas comunidades tienen acumulado un capital social útil al inmigrado para satisfacer sus necesidades e intereses de llegada, y después, para socializar, expresarse y prosperar dentro de las estructuras establecidos. El capital social mide la colaboración social entre los diferentes grupos de inmigrantes. El término también es aplicable a colectividades locales, regionales y nacionales, sean asociaciones de paisanos, clubes sociales, deportivos, recreativos, ecológicos, de defensa de los derechos, iglesias, cooperativas etc. A nivel individual el concepto mide las oportunidades que surgen a partir de esa colaboración, con atención a tres fuentes: la confianza mutua, las normas efectivas y las redes sociales. Muchos migrantes hondureños lograron llegar e instalarse en EE.UU. gracias a la ayuda que recibieron de otros que antes habían emigrado. Con esas ayudas, en forma de préstamo o gratuita (dinero e información) resolvieron las necesidades de viaje (durante la travesía o el viaje) y a la llegada, también solucionaron las exigencias de vivienda, muebles, enseres, ropa, transporte y conectes para conseguir trabajo. La crisis económica es la causa principal de la inmigración de Honduras a Estados Unidos, por delante de factores como la violencia, según una encuesta divulgada hoy por el Centro de Estudios de Inmigración (CIS).

La salida de ciudadanos de un país reduce la presión de la fuerza laboral, pues en el mediano plazo produce disminución en el desempleo y aumento en el salario promedio. Pero también ocasiona pérdida en la mano de obra, que afecta la capacidad de producir bienes y servicios. El efecto es agravado si los migrantes cuentan con altos niveles de formación; pues el costo de perderlos es mayor. Asimismo, los que migran envían remesas, y mediante estos recursos pueden aumentar la renta de los familiares en su país de origen. Por parte de los países receptores, en su mayoría economías desarrolladas (EEUU y Europa), al recibir los flujos migratorios presentan efectos como: aumento en su fuerza laboral, que se traduce en aumentos del desempleo y en la presión de asistencia social, y pérdida de renta nacional por la emisión de remisas. De acuerdo con la ONU, los migrantes en países desarrollados envían anualmente 414.000 millones de dólares a sus países de origen.

Consecuencias generales Los flujos migratorios producen, tal como afirmábamos al comienzo, una serie de consecuencias relacionadas con el país de origen y con el país receptor. En el país de origen se podría disminuir el conflicto social y político cuando un porcentaje importante de la población productiva decide emigrar. Disminuirían así los niveles de desocupación y de descontento, ya que se crearían posibilidades aparentes, producto de este movimiento de personas hacia otras regiones. La mano de obra que se queda puede tener una mayor posibilidad de ingreso al mercado de trabajo, porque ha disminuido la competencia. Esta última perspectiva,

denominada válvula de escape, ha sido aceptada por algunos marcos interpretativos que consideran la emigración de recursos humanos, y sobre todo los calificados, como proceso de circulación de capital humano, lo cual permite una asignación más eficiente de recursos en el ámbito mundial. Por el contrario, otra visión sobre el tema es aquélla que plantea que con la pérdida poblacional surge una disminución de las posibilidades de consumo en economías cuyo potencial de desarrollo se basa, parcialmente, en la activación de su mercado interno. Una tercera postura plantea que, con la emigración puede aumentar la capacidad de consumo de aquéllos que se quedan y tienen un grado de parentesco con quien se fue; siempre y cuando el emigrante se haya integrado a la sociedad receptora, de manera que esté en condiciones de enviar a su familia una parte del dinero excedente que genere en el país receptor.