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Introducción Después de haber visto los intentos fallidos de gobierno democrático en su país Francia natal, Alexis de Tocqueville quería estudiar una democracia estable y próspera para obtener información sobre cómo funcionaba. Sus estudios lo llevaron a concluir que el movimiento hacia la democracia y la igualdad de condiciones eran un fenómeno universal y una tendencia histórica permanente y el país que mas lejos había avanzado en su época en estos aspectos era los estados Unidos de América. Para Tocqueville, Estados Unidos representaba el ejemplo más claro de democracia y de cultura igualitaria. Señalando las diferencias entre Europa y Estados Unidos, llego a describir con acierto la tendencia europea a sufrir revoluciones políticas. La historia de los Estados Unidos de Norteamérica es una de las más interesantes de todos los tiempos, pues a partir de ella pueden apreciarse los diferentes tropiezos, dificultades y contratiempos por los que han debido atravesar sus habitantes para consolidar lo que es hoy la nación más poderosa del planeta. Tocqueville mostró una gran admiración por esta pujante sociedad que en la época luchaba aún por colocarse como una de los paises mas prósperos de la región. La Democracia en America de Alexis de Tocqueville En 1831, un ambicioso e inusualmente perspicaz aristócrata francés de veinticinco años de edad visitó los Estados Unidos junto con Gustave de Beaumont. El propósito oficial de Alexis de Tocqueville junto a su compañero de viaje fue a estudiar, por encargo del gobierno francés, el sistema penal y penitenciario estadounidense. Ambos visitaron las bulliciosas ciudades orientales, exploraron el desierto en la frontera noroeste y navegaron en los ríos de Mississippi y Ohio. A lo largo, hablaron con estadounidenses de cada rango y profesión, incluyendo dos presidentes y con Charles

Carroll,

el

último

firmante

sobreviviente

de

la

declaración

de

independencia. La estancia de Tocqueville y Beaumont en Estados Unidos condujo a la escritura de un informe sobre el sistema penal

estadounidense, pero

lateralmente, su resultado más importante fue para Tocqueville la reflexión sobre la democracia representativa republicana y sobre la igualdad y la libertad, conocida como la obra La Democracia en América. Tocqueville creía que el mundo atravesaba una "gran revolución democrática", que era inevitable e irreversible cada vez más y más democracia. Y esta creencia es lo que motivó su profundo interés en América, sus viajes le convencieron que América había logrado en una forma de “igualdad de condiciones” natural y pacifica. Por el conocimiento de América, pensó que podríamos no sólo entender lo que significaba la democracia, sino también de vislumbrar el futuro del mundo. "Yo Confieso",

escribió, "que en América vi más de América, vi la imagen de la democracia misma, con sus inclinaciones, su carácter, sus prejuicios y sus pasiones, a fin de aprender lo que tenemos que temer o esperar de su progreso". Para explicar el porque La Democracia en América plantea que los Estados Unidos son una sociedad democrática y liberal, es necesario presentar la definición de la democracia de Tocqueville. Para Tocqueville, la democracia consiste en la igualación de las condiciones. La sociedad democrática es aquella donde no subsisten distinciones de orden y clases, en la que todos los individuos son socialmente iguales, lo que no implica que sean económicamente iguales. En América, el pueblo elige directamente a sus representantes tanto del poder legislativo como del poder ejecutivo. De esta forma, la gente se convierte en el verdadero poder. Siendo representante incluso, tus intereses tendrá influencia directa

sobre

las

acciones

del

Gobierno.

Así

se

establecen

instituciones

democráticas en las que se rige más en nombre del pueblo. Tocqueville cree que la libertad no puede basarse en la desigualdad; debe sentarse sobre la realidad democrática de igualdad de condiciones, salvaguardados por instituciones cuya plantilla parecía existir en América. En un determinado pasaje de La Democracia en América, Tocqueville indica que en la sociedad americana se pudiera constituirse una aristocracia, alcanzada por medio de líderes industriales. Sin embargo, no cree que la industria moderna conduzca a una aristocracia. Prefiere pensar que las desigualdades de riqueza tienden a atenuar la medida las sociedades modernas para convertirlas más en democráticas. Otro punto interesante en la democracia estadounidense está relacionada con las leyes. Todos los ciudadanos son iguales ante la ley. Todos tienen las mismas obligaciones y garantías de protección ante la ley, así como todos tienen igual poder de participación en la elaboración de leyes, ya sea por participación directa o indirecta. Para Tocqueville esta amplia participación debilita la excelencia y la sabiduría de la legislación, sin embargo el propio autor afirma que cuando una ley se expone a la formulación y evaluación del pueblo, aumenta su grado de autoridad. Esta ley sería una forma de expresión de la voluntad, si no de todos, de la mayoría. De esta manera uno puede considerar que la legislatura es, de todas las instituciones políticas, la más susceptible a ser gobernado por la voluntad de la mayoría. Sin embargo, Tocqueville considera que este alto grado de democracia no impone barreras suficientes para el surgimiento de una posible tiranía de la mayoría. En este caso, se convierte en vital para la existencia de un Gobierno que, a través de la justicia, proteja a la mayoría y la minoría. Por último, es importante mencionar que Tocqueville cree que el grado de igualdad de condiciones de las personas en países como Francia tiende a acercarse al grado

de igualdad en América, sin embargo, la democracia sería diferente debido a las características peculiares de cada nación. El autor considera que la sociedad estadounidense no puede representar un modelo para las empresas europeas, pero puede darles una lección, mostrando cómo se garantiza la libertad en una sociedad democrática.

Estados Unidos Como Potencia Mundial Estados Unidos de Norteamérica es un país de suma importancia para la historia económica, política y jurídica del mundo, desde la consolidación del Estado moderno hasta la actual época contemporánea. Estados Unidos nació y se consolidó como un Estado liberal a fines del siglo XVIII. Su Constitución de 1789 estableció las bases de una sociedad de garantías, democrática y promotora del bienestar individual. La búsqueda de la felicidad humana quedo como una quimera planteada en la propia Declaración de Derechos del Buen Pueblo de Virginia. Estados Unidos pasó por tres etapas de suma importancia, que contribuyeron a su consolidación económica y política, para ser considerado una potencia mundial y un paradigma a seguir por los demás países del hemisferio. Durante la primera etapa, se puede decir que esa Nación se gestó a través de un proceso de migraciones provenientes de la Europa central y del sur desde mediados del Siglo XIX a mediados del Siglo XX, cuyos ciudadanos anhelaban prosperidad, obtención de riqueza (sobre todo ante la abundante tierra y recursos naturales que existía en Norte América) y libertad, lo que propició un caldo de cultivo para la formación democrática de ese país, tal y como lo describió Alexis de Toqueville en su obra “La Democracia en América”. El proceso de migraciones coadyuvó con el crecimiento económico de Estados Unidos. La segunda etapa de impulso económico estadounidense, puede desprenderse de la estrategia económica de Delano Roosevelt para salir de la crisis mundial de 1929 y el aprovechamiento de las empresas estadounidenses de los beneficios conseguidos con el Plan Marshall, después de la culminación de la II Guerra Mundial. El Presidente Roosevelt imprimió un alto grado de confianza al electorado y a la sociedad en general. Su estrategia de jalonamiento económico –con intervención estatal- fue el “New Ideal”, ideología inmortalizada por Roosevelt. Este Presidente invirtió grandes cantidades de dinero en infraestructura con el propósito de generar empleo y utilizar la construcción como sector impulsor de la economía y de la sociedad en general .

Con la II Guerra Mundial, los estadounidense aprovecharon sus recursos humanos y de capital disponibles, haciendo de la industria bélica en sus diferentes procesos un foco de empleo y progreso para gran parte del país, no obstante que Estados Unidos participara al final de la guerra, ante la amenaza nazi y el bombardeo de su base naval de Pearl Harbor por los japoneses. Los norteamericanos durante esa época aprovechó su enorme capacidad técnica de producción y se dedicaron a exportar productos y bienes de capital (automóviles, maquinaria, tecnología, entre otros) demandados en los mercados europeos. Al terminar la guerra, Estados Unidos impulsó el Plan Marshall en la economía de post conflicto. Este plan canalizó ayudas por cerca de 13 billones de dólares hacia Europa, pero los EEUU también se vieron ampliamente beneficiados con este flujo de ayuda, pues gracias a la apertura permanente de los mercados y la demanda europeos, obtuvo un superávit en la balanza comercial por valor de alrededor de12.5 billones de dólares. La tercera etapa se presenta como proceso de consolidación de Estados Unidos como potencia mundial, deviene a partir de la disolución de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS-. Esto convirtió a ese país en el nuevo líder del nuevo orden mundial merced de su hegemonía económica, su capacidad bélica y el control de las instituciones supranacionales (Consejo de Seguridad de la ONU, la OTAN, los Tratados de Libre Comercio, el Banco Mundial, el BID, etc.). Su fiel estrategia ha sido el impulso de la industria bélica, ahora enfatizada en la lucha internacional contra el terrorismo y el narcotráfico (en otrora fue la lucha contrainsurgente), lo que lo ha llevado a intervenir drásticamente en ciertos escenarios convulsivos: Irak, Afganistán, conflicto Israel-Palestina, Irán, Corea del Norte, Colombia, Cuba, Venezuela, entre otros; imponiendo de esta forma su modelo económico, político pero también socio-cultural, lo que constituye el proceso último de su arquetipo imperial. Conclusiones Estados Unidos tiene la suerte de ser tierra nueva para un experimento democrático, en la que la historia y tradición no han dividido todavía en clases a sus hombres. Ahí la religión es sentida con profundidad, pero no está implicada en los gobiernos de los estados y, por eso, curiosamente, el Catolicismo goza de una envidiable salud. Esa libertad religiosa será el modelo que todavía aún añoramos los católicos con pensamiento liberal en Occidente, donde los odios y las legislaciones "anti" todavía manchan nuestra inmadura democracia. Tocqueville hace una análisis muy prolífico de la sociedad norteamericana y establece muy acertadamente los principios en los cuales se basa su sistema democrático.

Tocqueville

aclara

que

uno

de

los

exitos

mas

grandes

de

la

sociedad

norteamericana es la igualdad de condiciones que no necesariamente tiene que ver con igualdad económica. El acceso a elegir directamente a sus representados es tambien un punto de honor en la defensa del sistema democrático americano. En las últimas líneas del libro, Tocqueville escribió: "Las naciones de nuestros días no puede evitar que las condiciones de igualdad a partir de la difusión en su medio. Sin embargo, depende de ellos mismos si la igualdad es llevar a la servidumbre o la libertad, el conocimiento o la barbarie, la prosperidad o miseria.”. *** Los actuales acontecimientos económicos que pusieron en grave crisis financiera al sistema de los Estados Unidos pone de manifiesto que nuevas economías emergentes pudieran en un futuro próximo volcar el actual cuadro hegemónico del gigante del norte. Si bien, es cierto que hay mucha especulación sobre este tema sobre todo por el ascenso económico de China. También con la caída del dólar y la subida del Euro algunos piensan que podría ser la Unión Europea la que próximamente se pondrá al frente en el liderazgo mundial.