Ensayo Fedon

Ensayo Rompiendo los barrotes Alex Sebastián Ceballos Guerrero 11ºA Constanza Rincón Docente Filosofía Escuela Tecnol

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Ensayo Rompiendo los barrotes

Alex Sebastián Ceballos Guerrero 11ºA

Constanza Rincón Docente Filosofía

Escuela Tecnológica Instituto Técnico Central De la Salle Departamento de Humanidades Área de Filosofía 2011

Rompiendo los barrotes "Bien puede decirse que la vida es un episodio que viene a perturbar inútilmente la sagrada paz de la nada", Arthur Schopenhauer; es una de las tantas frases de este filósofo alemán que definen la vida como un episodio netamente material, a pesar de ser un ateísta prófugo de la realidad, nos sirve para dar comienzo a esta empresa, en un mísero intento por comprender el Fedón de Platón. Platón, filósofo griego, de gran influencia para la filosofía occidental, fue discípulo de Sócrates, acepto la dialéctica como método para llegar a una verdad mediante preguntas, respuestas y más preguntas; el Fedón uno de sus tantos diálogos, se puede definir como un texto filosófico-histórico, éste contempla las últimas horas de vida antes del deceso de su maestro con un debate magistral acerca de la vida después de la muerte. Aunque el texto es escrito por Platón, se vale para contarlo de Fedón de Elis-uno de los discípulos de Sócrates- quien le cuenta a Equécrates, un pitagórico de la ciudad de Fliunte, las horas finales de su maestro, cuenta el relato que el día de su muerte estaba Sócrates muy tranquilo, recostado en su cama, acompañado de su esposa, hijos y sus discípulos quienes habían acudido para recoger las últimas palabras de su maestro, Fedón se sienta a los pies de su maestro, quién pide a su esposa e hijos retirarse, era hora de dar comienzo al último debate. Abre Sócrates el debate con el tema central (único en esencia) la muerte, plantea que la muerte no debe ser motivo de tristeza para el filósofo, puesto que éste con la muerte podrá alcanzar la libertad verdadera, la libertad del alma, ya que al morir el cuerpo, el alma se encontrara en posición de alcanzar una mejor vida, libre de los placeres vánales, en compañía de dioses justos, buenos y amigos de los hombres, pero si Sócrates da una trascendencia superior a la otra vida, y por ende el hecho de no temer a la muerte, era inevitable preguntarse el ¿por qué no morir?, por supuesto él da dos razones de gran peso para no hacerlo, en primer lugar porque sería un acto de cobardía el abandonar esta vida sin haberse enfrentado con paciencia y esmero a los problemas que está presenta; en segundo lugar, porque la vida de los hombres, para él, pertenece a los dioses, siendo estos dueños del ser, no dispone del individuo el derecho a elegir cuando morir; hasta aquí Sócrates deja en claro la diferencia de la búsqueda del significado de la vida, de un filósofo y la de la persona común, para las personas comunes la vida es un ciclo continuo de intentar satisfacer las necesidades materiales, por eso cuando llega la muerte estos le temen tanto, piensan que al morir el cuerpo llega el fin de los placeres; para el filósofo la muerte es un regalo que se recibe con alegría, ya que él basa su vida en el pensamiento y la reflexión, lo que le permite esperar con sapiencia la muerte, porque significa la puerta hacia

un mundo intangible, un mundo puro, donde se encuentra la satisfacción verdadera. De esta reflexión nacerá el término del ciclo eterno de los contrarios, “los vivos nacen de los muertos”, y el principio fundamental de que “Todo lo que tiene un contrario nace de este contrario”, es decir la muerte es lo opuesto de la vida y surge de ésta, la vida surgirá de la muerte, como el despertar del dormir y a la inversa, por lo que los vivos nacen de los muertos y sus almas son las de los muertos, en el ciclo de la vida son las mismas almas las que se reencarnan. Sería la tradición teocéntrica Judea-cristiano-musulmana, la que refutaría este hecho, ya que el alma no reencarna porque es propia de cada ser, es decir no existen dos almas iguales. En segundo lugar Sócrates habla de la reminiscencia como un principio que plantea que el saber no es más que recordar, recordar implica tener un conocimiento anterior, lo que supone que si el alma recuerda cosas que no son propias de esta vida, es porque el alma ha existido antes, así mismo tiene esencia de las nociones de justicia, belleza, el bien que son la esencia de todas las cosas; esto plantea el hecho de que el alma tiene un origen antes de existir en el individuo, y que va a tener un futuro después del individuo, lo que llamara destino, pero este no es el mismo para todas las almas, piensa Sócrates que el alma del filósofo y la del justo, purificadas por la constante meditación de las ideas divinas, serán llamadas a vivir una vida de bienaventuranzas junto a los dioses, mientras que las del vulgo y la de hombres malos, plagadas de impurezas y crímenes serán privadas de estos beneficios y puestas a prueba; esto nos da a conocer de que la humanidad desde épocas tempranas tenía la concepción de que los actos realizados en esta vida son purgados en otra. Sócrates a sabiendas de que se aproxima la hora de su deceso decide realizar una reflexión acerca del canto del cisne, poniéndose por debajo de estos, pues considera que estos al darse cuenta que se acerca la hora de la muerte cantan del modo más hermoso y sublime posible, pues están llenos de gozo ya que saben que pronto se reunirán con el dios al que son siervos; los hombres en su incesable miedo por la muerte calumnian a los cisnes, afirmando que estos cantan por miedo y dolor en una sonata de despedida; Sócrates se siente compañero de estos, pues cree que se va a reunir con el mismo dios, dejara abierto Sócrates el debate a la inmortalidad del alma. Aquí es cuando Simmias propondrá la teoría del alma como armonía, valiéndose del ejemplo de la armonía y la lira, el cual consiste en que puede decirse de la armonía de una lira, lo mismo que del alma, que es invisible e inmaterial, por lo que puede entonces temerse que suceda con el alma lo que con la armonía, esto

es, que perezca antes del cuerpo, como la armonía perece antes de la lira; esta idea absurda es rápidamente abordada y debatida por su maestro, éste la debate con dos argumentos sencillos, en primer lugar no se puede comparar el alma con la armonía, puesto que si se ha concluido que el alma existe antes que el cuerpo, es absurdo afirmar que la armonía exista antes que la lira, en segundo lugar el alma es la que se encarga de gobernar el cuerpo, controlar los órganos; mientras que la armonía no puede controlar las partes de la lira. Cebes por otro lado niega la inmortalidad del alma, con su ejemplo del tejedor, dice que aunque el alma es más perdurable que el cuerpo, es perecedera y no se puede estar seguro de que ese cuerpo en el que está habitando su alma no será el final. La última prueba de la inmortalidad del alma nace a partir de la teoría de las ideas, la mutua exclusión de los contrarios ideales, afirma que lo contrario jamás será contrario a sí mismo, algo no puede ser grande y pequeño a la vez y que no solo las ideas contrarias no soportan la aproximación mutua, sino que también hay otras muchas cosas como por ejemplo los números pares y los impares. Estos explican que las cosas no siendo contraría a algo igual no acepta esa cualidad contraría, así siendo el alma vida rechaza la muerte, por lo tanto es inmortal e indestructible. El relato termina en un ambiente de regocijo y tristeza absolutas, mientras Sócrates bebe la cicuta con total tranquilidad, sus discípulos rompen en llanto, este les replica que ese era el motivo por el cual había sacado a las mujeres,deben ser fuertes-, y con estas palabras lograron contener el llanto, se recuesta finalmente y le dice a Critón -Oh Critón, debemos un gallo a Asclepio. Pagad la deuda, y no la paséis por alto-, con estas palabras acaba la vida de Sócrates, Critón se acerca y cierra sus ojos y boca, sus discípulos afirman, que fue el mejor además de ser el más sensato y justo de los hombres de su tiempo. Es cierto que este no era un simple dialogo más, es un análisis de un tema el cual a pesar de los siglos no dejara de fascinarnos, la muerte y lo que pase después de esta, a pesar de que este héroe de la filosofía vivía en una sociedad politeísta, muchas de sus ideas se acoplan a los enfoques monoteístas, pero aún más importante es que este dialogo no solo sentó un debate para este tema sino que le permitió a Platón continuar con la teoría de las ideas, y este texto se nos presenta como un buen comienzo para reflexionar acerca de la existencia del alma y sus consecuencias frente a la muerte, el ejemplo de Sócrates, quien afronto la muerte con seguridad nos deja la esperanza de poder creer en un mundo trascedente a este donde podamos vivir en completa felicidad, rompiendo los barrotes de lo banal para existir en lo ideal.