Ensayo de ETICA Nora

LA ÉTICA PÚBLICA La ética considerada por los filósofos de la historia, como la forma de vida perfecta, son los hechos q

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LA ÉTICA PÚBLICA La ética considerada por los filósofos de la historia, como la forma de vida perfecta, son los hechos que se ejecutan de manera conciente y libre, la disposición que nos va ayudar a coexistir con los demás. Son los actos racionales, lo que es bueno o malo. Esto se deriva a que en nuestra existencia, vamos aprendiendo de las enseñanzas de experiencias anteriores, y son estas, las que van a influir en la perspectiva y desempeño de nuestro comportamiento en el día a día, para tener un punto de vista objetivo de las acciones, debido a que las mismas estarán influenciadas por ella. Nuestros escasos valores (el deber ser) en las acciones consientes o voluntarias, que afectan a otros es lo que no nos han permitido lograr ese mundo justo, tan deseado por todos los seres humanos, construir ese destino de felicidad plena, la falta de buena voluntad para alcanzar el bien supremo. Estos valores se cultivan a raíz de las relaciones que tiene el hombre con las personas significativas en su vida, el modelo que le transmiten a ese ser social, la coherencia entre el decir y el hacer, es lo que permitirá que se desarrolle en él un sistema de valores permitiéndole marcar la diferencia entre lo que esta bien o mal. Un hombre se aprecia por sus valores interiores y que viva acorde a ellos, para obtener la felicidad plena. La formación de este ciudadano se da dentro del seno familiar, de la educación que allí reciba, de su entorno, de aquellos que tienen el deber de formar al hombre del mañana, aunque su responsabilidad no es total, porque el ser humano dotado de razón, tiene el libre albedrío para decidir si algo esta bien o mal, si su acción provocará daños o bienestar, si se maneja dentro de los valores morales inculcados en el hogar o no.

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La búsqueda de la Felicidad, ha sido abordada por muchos intelectuales hasta nuestra actualidad. La ética está dirigida a la búsqueda de esa felicidad personal, la del individuo, pero en la que hoy nos ocupa la ética pública, es la que va destinada a las sociedades, por que el hombre es un ser social y racional por naturaleza, se desarrolla y vive en sociedad, ajustando su conducta a las normas, a la justicia, decidiendo si las cumple o no, obedeciendo o desobedeciendo. Por lo que se ajusta al conjunto de normas morales, sociales y hasta ideológicas, que tiene su origen en nosotros, en nuestras conciencias racionales del orden de las cosas. De esa existencia de voluntad regulada por la razón, que nos impone una forma de vida o practica colectiva, dirigida al logro del bien común. Para lograr el bien común la ética pública se ha valido de la aplicación de la justicia, y ello lo observamos en el transcurrir de la historia, de los escritos filosóficos de los estudiosos de la ética. La Justicia: “La justicia es la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que es suyo” Desde la historia del derecho romano, vemos la justicia como la más alta virtud del ser, que busca la igualdad de los ciudadanos para la consecución del bien común. El jurista de la época tenia que valorar en base a los hechos cotidianos, la distinción de lo justo y de lo injusto, de lo lícito o ilícito. Y definían a la Jurisprudencia como el conocimiento de las cosas divinas y humanas, para determinar lo bueno de lo malo.

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Ellos partían de tres preceptos exclusivamente filosóficos: •

Vivir Honestamente: Un hecho realmente de carácter moral, por que este varía de persona a persona, de sociedad a sociedad, de épocas a épocas y hasta de las costumbres de los países. Un fundamento netamente ético vinculado a las buenas costumbres.



No Dañar a Otro: Con esto buscaban lograr la convivencia armónica y pacifica en la sociedad.



Dar a cada uno lo suyo: El deber de cumplir con las obligaciones contraídas recibiendo lo que legítimamente le correspondía.

Así mismo, “los romanos definían el derecho como el conjunto de normas de conducta que hacen posible el desenvolvimiento normal de los que integran la comunidad social”. Es decir, las normas morales o de derecho que regulan la conducta humana, con la finalidad de lograr la convivencia armónica de los miembros de una sociedad para alcanzar la máxima felicidad. Los legisladores de ese momento no se fundamentaban sólo en sus valores, opiniones o en la costumbre, sino fijaron con carácter aceptable en la escritura, las normas a las cuales los hombres debían ajustar sus conductas. Para Aristóteles, la felicidad de todos los ciudadanos se lograba a través de una unidad política suprema donde pudiera participar y la razón del ser es la que conlleva al hombre a buscar lo justo por medio de la justicia que es una virtud social, necesaria en la sociedad. Esto lo motiva a dedicar a la Justicia el libro V de la Ética a Nicomaco, como la más perfecta de todas las virtudes del ser para alcanzar la Felicidad, por que esta virtud se extiende a los otros, no es individualista, allí trato de la equidad contractual y la injusticia que procede de los vicios.

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La justicia es una virtud del hombre como parte de la conciencia moral, la persona tiene una capacidad autolegisladora, acepta las normas que nos daríamos a nosotros mismos. Según Kant, la conducta de él es justa cuando esta determinada por normas obligatorias (Imperativo Categórico) para todos, y su elaboración esta a cargo de los Legisladores elegidos por los ciudadanos activos (con independencia económica) de las sociedades, quedando excluidos los pasivos (asalariados), que sólo debían acatar la norma. El que posee el impulso más alto de justicia y la fuerza para realizarla, es un ejemplar digno de la raza humana, así lo describió Nietzsche, y en él se reúnen y encierran las virtudes más grandes. Compartiendo el pensamiento aristotélico de que es propiedad humana ejercida por la acción de las virtudes para alcanzar lo bueno y evitar los vicios. Adela Cortina, en ética mínima, trata de la Teoría de la Justicia que elabora una técnica moral sistemática, que cuenta con elementos éticos, jurídicos, políticos económicos, psicológicos, metodológicos y lógicos, cuya meta es la filosofía política para lo cual revisa los fundamentos del derecho desde la concepción moral. Esos mínimos son los principios, valores, actitudes y hábitos a los que no podemos renunciar, por que estaríamos renunciado a nuestra humanidad, el derecho natural, que tenemos por el sólo hecho de ser personas, con los que nacemos. Para la construcción de esa teoría moral hay que examinar las viables justicias que son una virtud de la tradición ética. La justicia social son las instituciones más importantes de derechos y deberes fundamentales que determinan las ventajas que nacen de la interacción social.

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Y en definitiva, lo único que importa en la ética es obtener una vida feliz, considerando que para todos los hombres esa idea de Feliz no es la misma, por ello es mejor aconsejar las diversas conductas para alcanzarla. La Ética Pública en Nuestra Sociedad Actual: En toda sociedad encontramos acciones permitidas y no permitidas, y son éstas las que modelan la moral de cada pueblo. Esa moral son las normas de comportamiento de los seres humanos, que varían según su cultura, regulando su conducta, aunque no todas las sociedades tengan el mismo juicio de valor de esas acciones. La ética no esta normada, no es taxactiva, no manda ni sugiere directamente que hacer o como comportarnos, se vive, tiene que ver con el obrar no con el pensar, su objetivo es aclarar que es lo moral y como se ha de aplicar esta posteriormente a los diversos ámbitos de la vida social. Cuando se presenta el conflicto entre lo ético y lo moral interviene como arbitro el ordenamiento jurídico de un Estado. La ética pública es la que se refiere al Estado, a todo servidor público, al que de una u otra forma tiene una relación con el gobierno, por que ocupa cargos públicos, y sus responsabilidades están orientadas en actos concretos hacia el bien común de los ciudadanos en el cumplimiento de su deber. El contenido de la ética pública en las sociedades lo encontramos condensados en la norma, para los venezolanos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en las leyes, las cuales concentran esos valores y principios, para la obtención de la paz social, es decir de la máxima felicidad, al igual que la conducta de funcionario público está regida por leyes y códigos ética (Deontología Profesional).

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El servidor público es el que actúa y decide en nombre de una colectividad, dependiendo del rol público que ocupe, en el caso del Legislador (quien tiene la potestad de sancionar leyes), debe ser él más sensible por que lleva la carga en sus hombros de los valores y principios que van a regir la moral pública. Buscar el equilibrio entre los intereses públicos y privados, el bien común, para con ello poder ganar la confianza de los ciudadanos (Kant). Por ello, en su labor de creación de la norma él debe acoger y promover los valores morales, así como, administrar justicia, la cual es una virtud perfecta, por que el derecho y la ética regulan el comportamiento humano, están ligados a la persona, a la vida, a la familia, al trabajo, a la coexistencia en sociedad, etc. La justicia, conlleva a preservar el bien ajeno de las comunidades y de los Gobiernos. Las leyes ordenan vivir conforme a las virtudes de las personas evitando hacerlo compatible a los vicios de ellas, y cuando esto no se da en sociedad, el funcionario público (Juez) debe por medio del ordenamiento jurídico preestablecido en el Estado, aplicar la sanción para con ello reivindicar el daño causado. El legislador se basa en la experiencia de los hechos, en esa cantidad de normas y códigos morales, que por medio de la costumbre se han implementado en el principio de las sociedades, para con ello buscar evitar las posibles crisis de angustia que la conciencia jurídica puede provocar por sí misma. Esto en razón, de que el funcionario que ejerce el poder jurídico, puede verse inmerso en un choque de valores morales, sociales, económicos, religiosos y hasta emocionales, en el cumplimiento de su función, él no solo debe actuar de acuerdo con el deber sino también por el deber.

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Éste se debe así mismo como a la sociedad, con una conducta integra y ceñida a los parámetros de la moral, y a la equidad de los grupos sociales. El proyectista de la norma, tiene que fusionar sus conocimientos de derecho, éticos y morales, ya que todos ellos comparten una idea común la búsqueda de la rectitud, del bien, de lo justo y razonable, de la felicidad suprema, de la regulación del orden de convivencia entre personas, sociedades y Estado. El derecho va dirigido directamente al comportamiento social, con un contenido de coacción y sanción, en cambio, la moral o valores éticos son personales propios del ser humano, normas de conducta dirigidas hacia el bien, la ley moral que dicta la propia conciencia sin amenazas ni sanciones externas, no es de obligatorio cumplimiento. Pero a pesar de esta diferencia, no podemos separarlas, van amalgamadas en el transitar de la vida. Pero si se llega a presentar un conflicto entre estas, que puedan afectar a un tercero, el Estado interviene por medio del derecho (Ordenamiento Jurídico) que en un inicio fueron normas éticas o morales, pero en su evolución el legislador a través del espíritu o de la razón las ha plasmado en norma escrita. El Funcionario o Servidor Público. Artículo 3 del Estatuto de la Función Pública, define: “Funcionario o funcionaria

público

será

toda

persona

natural

que,

en

virtud

de

nombramiento expedido por la autoridad competente, se desempeñe en el ejercicio de una función pública remunerada, con carácter permanente”. Mucho se ha tratado sobre el rol del funcionario o servidor público, especialmente cuando a diario nos damos cuenta que vivimos en una sociedad corrupta, donde se ve el enriquecimiento ilícito, donde día a día se

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muestra la irresponsabilidad del profesional, la falta de compromiso y el gran desinterés por los aspectos grupales o sociales. Esto nos hace establecernos la interrogante de que si alguna vez ¿Nuestra sociedad será un buen lugar donde valga la pena vivir? En el día a día sólo vemos la desunión, el egoísmo latente de nuestros funcionarios, donde prevalece la inmoralidad, el ¿Cuánto hay pa´eso?, el debilitamiento de los valores morales, como la honestidad, la equidad y la justicia. La corrupción y el fraude están latentes en el ser humano, con estos antivalores ellos buscan a su manera también alcanzar su felicidad individual, y precisamente son estos actores de la delincuencia de cuello blanco, los que se lamentan de los actos delictivos, sin asumir que son parte de esos grupos que organizados buscan enriquecerse rápidamente y sin sacrificios. Profesando una doble moral. Por otra parte, vemos al ciudadano común que reconoce y se hace cómplice de estos actos para agilizar, simplificar o beneficiarse de los trámites burocráticos, viendo en cada acción la perdida de los valores de los funcionarios, siendo cómplices por omisión de esos hechos, y esperando un movimiento mágico de que resurjan esos valores y renazca esa ética en el funcionario público. Pero sólo siendo espectadores, no parte activa. Y es que en el fondo el ciudadano común, sabe que aunque la norma esta plasmada en esas hermosas leyes por las que tanto trabajan esos equipos de legisladores, que buscan el bienestar común, en la práctica no se sienten amparados por ellas, terminando siempre al sometimiento de la conducta amoral de ciertos funcionarios para lograr un objetivo. Y aunado a esto, se da también la situación de que quienes son los investidos para impartir la justicia, para garantizar la aplicación de la Ley en los casos de vulnerabilidad

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de los derechos de los ciudadanos, se escudan en que ellos también son víctimas del Sistema Gubernamental. En nuestra realidad social venezolana actual, se está buscando la recuperación de esos valores éticos y morales, desde el año 1999, el legislador lo plasma en nuestra ley rectora, Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, la que regula jurídicamente toda la vida del Estado, organiza y programa las funciones del mismo, restringe poderes, da garantías y libertad a los ciudadanos y les reconoce la inviolabilidad de ciertos derechos. Nuestra Carta Magna en su Artículo 2 establece dentro de todos sus valores a la ética: “Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”. Así como también, los funcionarios públicos encargados de gobernar nuestro País han establecido en el Proyecto Nacional Simón Bolívar, Primer Plan Socialista del Desarrollo Económico y Social de la Nación (2007-2013), las políticas de Estado que contemplan rescatar los valores de la solidaridad humana, promover la conciencia

colectiva, incentivar al

ciudadano

corresponsable de la vida pública, promover la participación comunitaria, incentivar y promover los valores, entre otros. Están orientadas a profundizar los logros, el pensamiento de ejecutar a través de unas directrices, basadas en la Ética Socialista, cuyas raíces son los valores y principios humanistas del socialismo y el pensamiento de Simón

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Bolívar para alcanzar “La suprema Felicidad Social”, fundamentado en el pensamiento de Aristotélico. Para lograr esta fase “la Revolución Bolivariana consolidará la organización social, a fin de trasformar su debilidad individual en fuerza colectiva, reforzando la independencia, la libertad y el poder originario del individuo” Los principios éticos socialistas allí plasmados, según los proyectistas, fueron extraídos de los más valiosos ejemplos de vida del Libertador, de su historia y la experiencia de la luchas por la emancipación de la Gran Colombia de España, y con el compromiso de alcanzar los más nobles objetivos del ser humano, como la reafirmación de su dignidad y libertad, la búsqueda de la verdad, la bondad y la belleza, el desarrollo pleno de la felicidad, justicia y equidad la esencia final del socialismo. Aquí se manejan los conceptos de Moral y Luces, con los cuales el libertador profetizaba, que un sistema político no tenía fundamentos sino se sustentaba en la moral y la ética de los funcionarios, procurando con ello un sistema de gobierno perfecto para lograr alcanzar la mayor suma de felicidad posible. Estos no son sólo una definición política, una lucha de socialización de medios de producción y cambios, sino más bien la riqueza al servicio de la colectividad administrada equitativamente, una actitud espiritual, un estado de vida y acción de moral recia. Con ello se quiere que exista una participación protagónica de todos los actores de la sociedad para que las acciones en torno a sus problemas y requerimientos tengan éxito y adquieran relevancia.

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Esta nueva ética Socialista tiene su primer lineamiento fundamental en la normativa de la política buscando la producción, organización y conciencia de la sociedad venezolana, para que despierte de la pesadilla del sistema capitalista salvaje. Ella cuenta con cinco categorías morales, el deber, el honor, la dignidad, la conciencia y la felicidad. Con la ejecución de éste plan nuestros gobernantes esperan que el nuevo Servidor Público, fortalezca cada día más sus valores morales, para con ello profundizar el proceso revolucionario hacia el socialismo, hacia la igualdad social. “La plena realización del Socialismo del Siglo XXI…. y que solo será posible en el mediano tiempo histórico pasa necesariamente por la refundación ética y moral de la Nación venezolana”. Para esto busca lograr el equilibrio la fusión de los valores y principios morales que reposarán en la justicia social, la equidad, la solidaridad entre los ciudadanos y las instituciones de la República. Busca una transformación estructural de la formación económicosocial. Con el objeto de lograr una nueva ética pública, con funcionarios honestos, eficientes, con una alta moral en sus vidas, con una relación ejemplar con el pueblo al que le prestan sus servicios. Este proyecto ético, propone valores y principios universales que desarrollen las fuerzas humanizadoras que van a convertir a los hombres en ciudadanos justos, solidarios y felices, enmarcados dentro de la justicia y que tienen que ver con la conciencia social no por estar establecida en la norma, sino más bien por un deber de humanidad basado en la moral que une a todos los hombres.

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Dirigido a obtener el bien común de la sociedad y el cual deberá ser administrado por sujetos con sólida formación ética individual y con la firme idea de compromiso social. Buscando forjar esa conciencia del nuevo servidor público, él que sea una guía de moral y ética, un ciudadano ejemplar, que se deba a su comunidad, que no pierda la humildad por desempeñar un alto cargo gubernamental, que no se deje llevar por el materialismo, que no este buscando que lo pongan donde hay para llenar sus arcas personales y perdiéndose en ese mundo de corrupción donde se desprecia a la norma y a la moral. Por que esas actividades ilegales, de satisfacer intereses particulares de los funcionarios del Estado, los desvían de sus verdaderas obligaciones, de su moral, contraviniendo el propósito, espíritu y razón de esos valores socialistas plasmados en el Plan. La Suprema Felicidad Social busca la igualdad de la sociedad que proporcione estabilidad al sistema político socialista, porque esto evitaría conflictos sociales, además de no existir envidia entre ricos y pobres, permitiendo una convivencia pacifica, buscando que los ciudadanos tengan un salario justo para que prevalezca la justicia, la igualdad y la equidad. El funcionario público debe internalizar en el sistema socialista que es un servidor público y que la esperanzas de los ciudadanos que viven en este País valen más que todas las riquezas de esta tierra. También vemos como la corrupción afecta a niveles mundiales, en cuanto a la corrupción pública es la que tiene como actores principales a los funcionarios públicos y al Estado, y quien obtiene el beneficio es el que corrompe con su poder político o económico.

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Algunos de ellos se justifican, que por sus determinadas funciones, deben actuar en contra de sus principios y valores, es decir, hacer el mal para obtener un bien colectivo, aunque sacrifiquen sus principios éticos más preciados, como sería en el caso de los funcionarios que les ha tocado tomar la decisión de expropiar los inmuebles a particulares para beneficiar al gran número de ciudadanos que han perdido sus viviendas a causa de eventos naturales. Pero también vemos aquellos, que siendo Servidores Públicos Socialistas, se ven inmersos en casos de corrupción por ejemplo, recientemente lo sucedido con un Directivo de Comercialización de la CGV Siderúrgica del Orinoco C.A., con la supuesta venta de cabillas en un mercado paralelo, lo cual ha conllevado a investigar a otras empresas del Estado y por ende, la conducta de esos servidores públicos que las dirigen. Por otro lado, también la sociedad y los sectores opositores al gobierno atacan a los Servidores Públicos, cuando estos se ven imposibilitados para dar respuestas inmediatas a situaciones complejas que ellos desean, sin tomar en cuenta las variables que lleva cada caso en particular, situaciones que se pueden escapar de las manos. Y es que aun quedan en nuestra sociedad venezolana, funcionarios con alta moral, valores, ética, con un gran sentido de compromiso y al servicio de su País.

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Por último vemos que la ética trata de la moral, las obligaciones y la conducta del hombre, y es relativa, porque dependerá de las creencias y comportamientos que se tienen por validos y que varían de un ser al otro, de una sociedad a otra o de un Estado a otro. Al igual que la creación del ordenamiento jurídico de un País tiene su basamento en las normas morales y éticas, que plasman sus legisladores en la norma. El ser humano es el único que tiene la capacidad de reconocer sus alternativas por medio de la razón y tomar las mejores decisiones usando su voluntad, solo él es capaz de ejercer su libertad actuando conforme a sus valores y a la rectitud de las normas. En cuanto a Venezuela, muy personalmente veo que todos los intentos gubernamentales, grupales o personales, están siendo infructuosos para alcanzar

y

recuperar

los

valores.

Estamos

viendo

funcionarios

desinteresados por el bienestar colectivo, bases familiares descompuestas, jóvenes a la deriva, imitando patrones para pertenecer a determinados grupos sociales, medios de comunicación bombardeando información errada para generar caos social porque eso es lo que les genera ingresos, un consumismo desbordado donde sólo vales por lo que exhibes no por lo que eres, y como personas no estamos haciendo nada, y la razón es por el Miedo, por que realmente no nos sentimos protegidos por un sistema legal real, y los pocos individuos que aún conservan valores los etiquetamos como especies raras, como tontos y es que ellos realmente están en extinción.

“LOS LEGISLADORES NECESITAN CIERTAMENTE UNA ESCUELA DE MORAL” Simón Bolívar

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Bibliografía: •

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, Gaceta Oficial Extraordinaria Nº 5.908, 19 de febrero de 1999.



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