Ensayo. Arquitectura Latinoamericana

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA BENITO JUÁREZ DE OAXACA Facultad de Arquitectura C.U. 2.5 LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA EVOLUCI

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA BENITO JUÁREZ DE OAXACA Facultad de Arquitectura C.U. 2.5 LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA

EVOLUCION DE LA ARQUITECTURA UNIVERSAL IV Alumna: Cindy Lucero Merlín Cruz Grupo: 7 “A” Noviembre de 2011.

ÍNDICE



La arquitectura en Latinoamérica 3



Conclusión 9 

Bibliografía 10 

LA ARQUITECTURA EN LATINOAMÉRICA

La continuidad o crisis del movimiento moderno se logra identificar a partir de 1930 en lo que respecta al uso de tecnologías avanzadas en la construcción y repentinas propuestas individuales de arquitectos que buscan apartarse de estilos existentes y crear nuevos a partir de materiales y técnicas locales en la región de América Latina. También, por otro lado se encuentran quienes aún seguían utilizando estilos anteriores como el organicismo, el expresionismo y el clasicismo. Josep Montaner considera conjuntamente con Nathan Rogers que “el Movimiento Moderno es la expresión de un método que ha intentado establecer nuevas y más claras relaciones entre los contenidos y las formas, entre la fenomenología de un proceso histórico pragmático, siempre abierto que a medida que excluye todo apriorismo en la determinación, de aquellas relaciones, no puede ser juzgado por esquemas”.

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Todavía por los años cincuenta la idea que predominaba era la de darle continuidad a la arquitectura moderna, según planteaban varios autores renombrados. Por el año de 1957, en un artículo de la revista Casabella-continuità, el arquitecto Nathan Rogers empezará a explicitar esta dualidad entre continuidad y la renovación o crisis de los principios defendidos por el Movimiento Moderno.

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Josep Maria Montaner, Después del movimiento moderno (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1993), p. 19.

Para hacer un verdadero énfasis en lo que respecta a América Latina, hacia fines de los años 20, la arquitectura de esta región se encontraba inmersa en un eclecticismo que solamente dejaba ver construcciones con influencias del neoclasicismo afrancesado junto con un neorrenacimiento italiano. En ese momento los pueblos latinoamericanos consideraban sus edificios barrocos nada más que como símbolos de la dominación española y portuguesa, y dirigieron su simpatía hacia componentes neoclásicos .En esta época algunos arquitectos ya se habían preocupado de este problema, pero sus voces aisladas no hallaron la forma de hacerse escuchar. Al tener la vista de este panorama de confusiones, surgió la preocupación por las raíces arquitectónicas en América Latina, lo cual hizo que desesperadamente se crearan algunos revivals “propios”, por así decir. Estos se expresaron en un “neoindigenismo” que incluía un supuesto “neoazteca” inspirado en motivos de cierta cerámica brasileña, así como un “neocolonial” con variantes de un neobarroco hispánico. Este volver propio tiene que ver con la búsqueda de identidad cultural, sin embargo esta conceptualización confundió forma con contenido y estas obras se integraron a la confusión ecléctica una vez más. Después de esta fase entre búsqueda de una arquitectura propia y mezcla de revivals comienza una necesidad de establecer algún ícono en la arquitectura latinoamericana. Es por eso que el funcionalismo europeo se convierte también en una inspiración para varios jóvenes arquitectos que optan por producir obras que se acoplan a las condiciones del proyecto a construir. “El estilo internacional y un neovernacular – ni folklórico ni retrógrado – se convierten así en las dos primeras líneas que adopta la arquitectura contemporánea en América Latina”.

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El estilo neovernacular pretende sintetizar los conceptos contemporáneos de la arquitectura con materiales y tecnologías locales, aceptando así sus bondades y llevándola fuera o alejada de las ciudades. Como América Latina era precisamente un lugar apartado de la civilización maquinista, estos prototipos neovernaculares tenían que ser bien recibidos. En su área física, este estilo siempre trataba de encontrar la armonía entre geografía, clima y condiciones naturales o artificiales ligadas a su localización. En el área espiritual, también se hace una combinación entre valores, creencias, costumbres y símbolos que representan la evolución de cada pueblo. La tendencia de la línea neovernacular es la de reelaborar sistemas constructivos que ya han sido probados a lo largo de varias generaciones por lo que reconoce acertadamente la entidad física y cultural de cada lugar. Su ventaja reside en que asegura un buen ajuste al medio en que se encuentra. Uno de los problemas que encontramos en la línea neovernacular reside en que al ser una alternativa local, no todos los lugares tienen las mismas condiciones climáticas por ejemplo, o las mismas condiciones geográficas. Además de esta desventaja, un punto negativo fue cuando Le Corbusier empezó a aceptar estas bondades neovernaculares, ya que pensó inmediatamente en industrializarlas y llevarlas a donde fuera, lo cual hace perder el sentido de pertenencia que tanto se 2

Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 17.

buscaba en América Latina. Las principales obras realizadas con esta línea neovernacular por arquitectos meramente latinoamericanos, también se hicieron un poco repetitivas. Al hacer programas turísticos ya se tenía en mente que debía ser neovernacular, convirtiéndolo así en un eclecticismo; aunque también otro tipo de moda fueron las casas de verano proyectadas por arquitectos como Oscar Niemeyer, Lucio Costa, Roberto Dávila y los hermanos M.M. Roberto. “Por lo demás, el mismo Niemeyer había tratado de fundir estilo internacional con neovernacular, en su primera casa en Gavea (Río de Janeiro, 1942) cubierta con techo de tejas.”

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Este recorrido nos ilustra los incidentes que ha tenido la arquitectura latinoamericana para lograr finalmente encontrar un camino moderno y a la vez que sea verdaderamente nuestro durante algo que podemos denominar primer periodo (1930-1945). Durante el segundo período (1945-1970), América Latina se emprende en el desarrollismo, creándose una nueva línea y por lo cual la línea neovernacular queda fuera de esta corriente y por lo tanto se le da muy poca difusión.

Ilustración 1. Lucio Costa. Park Hotel, Parque San Clemente. Nova Friburgo, 1944.

“La variación más significativa de la línea neovernacular en los últimos años es su aplicación en áreas urbanas. La popular tipología de viviendas con frente corrido y patios interiores ha sido una de las predilectas en cuanto a su reelaboración, sean remodelaciones o construcciones nuevas.”

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Así

la línea neovernacular ha jugado un rol importante en la evolución de la arquitectura moderna en América Latina, ya que su reelaboración puede alcanzar un grado innovador que se acerca a la otra arquitectura latinoamericana. La nueva arquitectura se introduce en América Latina como estilo internacional y no como movimiento moderno. “La arquitectura moderna era sólo el resultado de su época. Esta época estaba 3 4

Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 52. Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 56.

creando un nuevo tipo de arquitectura que no era un `estilo´, porque nacía de la observación científica de las condiciones económicas, tecnológicas y programáticas de cada proyecto”.

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El movimiento

moderno se convierte en estilo internacional, a partir de la publicación de un libro de Gropius titulado Arquitectura Internacional, en el cual habla de un concepto arquitectónico nuevo que es capaz de desarrollarse simultáneamente en todas las naciones civilizadas. Ya que el movimiento moderno fue propio de Europa y en América Latina se llamo estilo internacional, éste último debía producirse fuera del ambiente europeo. Y fue en Nueva York donde se creó con la exposición que Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson organizaron en 1932 en el Museo de Arte Moderno de dicha ciudad. Ellos plantearon que era la expresión del espíritu y posibilidades de la época y, también como ellos, era internacional. Del mismo modo que los grandes estilos del pasado, el estilo internacional tenía reglas, que resumieron en tres: 1) El paso de la “masa” al “volumen”, dado por la transmisión de las cargas verticales desde los muros exteriores hacia la estructura de columnas internas; 2) El paso de la “simetría” a la “regularidad” como principio ordenador de la composición arquitectónica, y 3) La ausencia de decoración. En esta época de desarrollo se generan figuras trascendentales de la arquitectura internacional latinoamericana como: Oscar Niemeyer, Lucio Costa y Lina Bo Bardi, en Brasil; Emilio Duhart, en Chile; Luis Barragán y el español Félix Candela, en México; Carlos Raúl Villanueva, en Venezuela, y Clorindo Testa, en Argentina. Una muestra muy clara de la existencia de un propio camino latinoamericano hacia la modernidad son las teorías de Lucio Costa y la obra de juventud de Oscar Niemeyer. Con el ensayo Razoes de uma Nova Arquitectura en 1934, Lucio Costa se habría convertido en el teórico de la arquitectura moderna brasileña. Una de las características importantes del estilo internacional que se da en Latinoamérica, es que la mayoría de las obras se dan gracias a un patrono o promotor, que en el caso de México fue el gobierno del PRI; en Brasil, fue una figura política llamado Kubitscheck. Los viajes que emprendieron los arquitectos latinoamericanos hacia Europa, hizo que varios de ellos se vieran inmersos en proyectar entre un estilo internacional y un estilo más localista. Sin embargo, fue la realidad latinoamericana la que impuso restricciones a todos. Para trabajar en el estilo internacional deseaban acercarse demasiado a los modelos europeos, lo cual no les fue totalmente posible debido a algunos factores, “para empezar, condiciones físicas como los terremotos en Chile, que hacía difícil los “pilotis” sin muros arriostrantes. O el clima tropical de varios países, que requería de aventanamiento menor, parasoles y otros elementos. Otra limitación fue, al comienzo, la escasez

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Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 23.

de elementos constructivos… varias de las primeras obras en estilo internacional fueron de ladrillo estucado y no de pilares y losas de hormigón.”

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La evolución del estilo internacional en América Latina, se puede dividir en tres áreas, como son: viviendas unifamiliares, obras públicas y edificios para la empresa privada. La vivienda unifamiliar es el campo experimental más fácil; sus antecedentes son casas con una arquitectura funcional, económica y desprovista de decoración. Los edificios públicos alcanzan mayor importancia hasta el segundo período (1945-1970), ya que durante el primer período se producen sincretismos entre estilo internacional y rasgos neoclásicos utilizados para decoración. Los edificios para la empresa privada de gran tamaño tuvieron en su mayoría influencia de Mendelsohn, recurriendo así al expresionismo que ofrecía más posibilidades simbólicas a los edificios representativos. Un ejemplo muy claro es el edificio Kavanagh, en Buenos Aires (1936), de Sánchez, Lagos y De la Torre, fue además el más alto edificio en América Latina en su tiempo.

Ilustración 2. Sánchez, Lagos y De la Torre. Edificio Kavanagh. Buenos Aires, 1936.

Después de la segunda Guerra Mundial, los países se disponen a reconstruir sus ciudades, mientras que América Latina se ve pobre pero con mucha juventud y porvenir. Los esfuerzos que

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Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 25.

hacen se concentran más en pasar de ser un “subdesarrollo” al “desarrollo” para así poder entrar al mundo moderno que los rodea. En América Latina se da un proceso de urbanización descapitalizada desde un tiempo atrás, y es esto lo que ellos consideraron como retraso. En oposición a este retraso, la ideología del desarrollo permea a las sociedades latinoamericanas y para los estados nacionales la arquitectura moderna se convierte en símbolo de progreso. Entonces, la gran mayoría de los proyectos del desarrollismo se construyeron con financiamiento público. La arquitectura del desarrollo presenta varias características centrales como son: 1) Acontextualidad 2) Expresionismo estructural 3) Uso predominante del hormigón armado visto 4) Integración de las artes. “Descartando detalles, la iglesia de San Francisco resume prácticamente los rasgos que caracterizarán la arquitectura del desarrollo. Es un encargo público, de gran expresionismo estructural en concreto. Aislada en la naturaleza, integra arquitectura, muralismo y paisajismo. Utiliza quiebrasoles, losas voladas de acceso, escalas helicoidales y otros elementos típicos.”

Ilustración 3. Oscar Niemeyer. Iglesia San Franciso de Asís. Pampulha, 1939.

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Enrique Browne, Otra arquitectura en América Latina (México: Editorial Gustavo Gili, 1988), p. 64.

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CONCLUSIÓN Cada estilo de arquitectura que se ha registrado a lo largo de la historia tiene un trasfondo ecléctico, una razón anterior para seguir siendo como era. Por lo tanto, en cuanto llega una nueva tendencia, estilo o corriente –sea cual sea el lugar- es difícil para las personas aceptar la novedad y sobre todo acoplarse a trabajar como ella. Pero una vez que se logra y se tiene el dominio total, se logran hacer obras magníficas creando así nuevas y reconocidas personalidades que dejan su marca en el mundo a través de sus edificios o ideas. Es así como la arquitectura en Latinoamérica, pasa de buscar una identidad propia a encontrar finalmente en el estilo internacional lo que la lleva a la cima y el reconocimiento mundial que es lo que buscaba en un principio. Por último, se logró una parte de ese desarrollo en el que tanto quería adentrarse gracias al ingenioso trabajo de arquitectos como Oscar Niemeyer y Lucio Costa, además de la llegada del hormigón armado a los países latinoamericanos.

BIBLIOGRAFÍA



Browne Enrique. (1988). Otra arquitectura en América Latina. México: Editorial Gustavo Gili.



Cetto Max. (1987). América Latina en su arquitectura. París: Editores Siglo veintiuno.



Montaner Josep Maria. (1993). Después del movimiento moderno. Arquitectura de la segunda mitad del siglo XX. Barcelona: Editorial Gustavo Gili.