Ensayo Argumentativo

LOS MEJORES AMIGOS: DINERO Y CAPITALISMO El capitalismo es un orden o sistema social y económico que deriva del usufruct

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LOS MEJORES AMIGOS: DINERO Y CAPITALISMO El capitalismo es un orden o sistema social y económico que deriva del usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción,

que

se

encuentra

mayormente

constituido

por

relaciones

empresariales vinculadas a las actividades de inversión y obtención de beneficios, así como de relaciones laborales tanto autónomas como asalariadas subordinadas a fines mercantiles.

Lo que ocurre es que, debido a su propio funcionamiento, el sistema capitalista, además de ser injusto socialmente, siempre acaba entrando en crisis peores y más profundas. En principio se debe entender que el capitalismo se basa en la búsqueda del máximo beneficio individual por parte de cada capitalista y en la propiedad privada de los medios de producción. Entonces, la riqueza que se crea con el trabajo de la mayoría de la población y los medios necesarios para crearla (máquinas, instalaciones...) no pertenecen a toda la sociedad, decidiendo ésta democráticamente cómo emplearlas

en

función

de

las

necesidades

que

haya.

Por lo tanto, la ganancia del capitalista es resultado de una expoliación: es tiempo de trabajo que no se le paga al obrero. Si un obrero recibiera el producto íntegro de sus ocho o diez horas de trabajo el empresario no ganaría nada. Por eso introducen máquinas que hagan producir más en menos tiempo al trabajador, intentan alargar la jornada laboral o sustituyen una mano de obra que les cuesta más cara. Así, esto provoca dos cosas: la crisis inevitable del sistema y que los intereses de estas dos clases (los capitalistas y los obreros) sean opuestos en todo momento llevando, especialmente cuando la crisis se hace evidente, a enfrentamientos decisivos (revoluciones y contrarrevoluciones). Este sistema se lleva mal con la comunidad. Alienta motivaciones contrarias a la comunidad, y genera desigualdades que socavan la solidaridad social, y alientan las relaciones de explotación, que el explotador tiene interés en mantener y expandir, y que

generan antagonismo de intereses que afectan la idea de un destino compartido.

De esta forma, la crisis se produce antes o después porque los capitalistas, para aumentar sus beneficios, recurren a todas las medidas que dijimos antes. Pero los trabajadores no solo son los que producen; también son (junto a otros sectores menos numerosos como pequeños comerciantes, campesinos, etc.) el grueso de los consumidores. Si el valor de lo que produjo cada obrero no revierte a él íntegramente es imposible que todos los obreros puedan consumir todo eso. Esto puede tardar más o menos tiempo en salir a la superficie (gracias al crédito y otros mecanismos); pero tarde o temprano lo hace y provoca una lucha entre los capitalistas individuales por los mercados ya que hay demasiada producción para el mercado que existe (a esto se le llama crisis de sobreproducción). Cada capitalista intenta vender más y a menor coste pero eso, manteniendo los beneficios, significa más ataques a los derechos de los obreros (es la pescadilla que se muerde la cola: nueva sustitución de mano de obra más costosa por otra más flexible y barata, nuevos despidos para introducir más tecnología, etc.). Esto ayuda a un capitalista o grupo de capitalistas a recuperar sus beneficios inicialmente pero agrava la crisis del sistema al cabo de un tiempo, pues sigue habiendo cada vez más capacidad para producir y menos capacidad para dar salida

a

todos

esos

productos.

Por lo tanto, la introducción de tecnología en todo el mundo está suponiendo un aumento enorme de la capacidad productiva y despidos masivos de trabajadores. Ello hará que la lucha por los mercados entre los distintos capitalistas sea cada vez más dura. Antes o después la crisis sobrevendrá, reducirán la inversión e intentarán cargar el peso de la caída de sus beneficios sobre nosotros en forma de nuevos y aún más duros ataques. Hoy mismo, en pleno boom económico, el 95% de las inversiones son especulativas (no producen nada, no crean empleo ni riqueza); son movimientos en la bolsa. Incluso en momentos de auge económico, como el que ahora vivimos, cuando los beneficios aumentan y crece la producción, los capitalistas no aprovechan toda la capacidad productiva que existe y las necesidades sociales siguen insatisfechas.

Por último, el problema básico del sistema capitalista es que la capacidad de producir del sistema (y más aún con las nuevas tecnologías) es ilimitada, así como las necesidades sociales que existen también lo son. Sin embargo, la capacidad de consumo de las masas se ve limitada por la explotación en aumento de que son objeto. Un ejemplo: con la tecnología actualmente existente sería posible –según un informe de la FAO (organismo de la ONU) de comienzos de los 90– producir alimentos para abastecer a 10 000 millones de personas. Sin embargo, con una población mundial de 6 000 millones de habitantes, el hambre y la miseria asolan regiones enteras del planeta y crecen incluso en los países más desarrollados. Además, el capitalismo es destructivo en términos de medio ambiente. Ello, no sólo por los efectos del consumismo mencionados, sino también, y, sobre todo, porque, salvo algún mecanismo de contrapeso fuerte, las empresas capitalistas tienden a ignorar los costos ambientales; y porque los recursos naturales no renovables resultan sistemáticamente sub-apreciados por el mercado, dado que su valor futuro no es registrado en las dinámicas de oferta y demanda presentes.

En conclusión, en una sociedad en la que se produjese en función de las necesidades sociales existentes esto sería impensable, pero bajo el capitalismo, al producir únicamente con el objetivo de vender y sacar un beneficio privado, no basta con que haya gente que necesite un producto o servicio, debe tener el dinero necesario para pagarlo.