ENF. COMUNITARIA ( El hombre y su entorno)

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I. Ecología humana y salud

1 El hombre y su entorno

El hombre y su entorno

1 Manuel Luis Vera Cortés

Objetivos

Objetivos Comprender el significado de las relaciones de dependencia en la naturaleza. Considerar al hombre como elemento constituyente del ecosistema. Explicar las razones que fundamentan que el hombre y su entorno constituyan una unidad inseparable. Identificar la naturaleza de los factores ecológicos. Indicar el fin perseguido por la colectividad humana cuando reorganiza el ecosistema. Explicar la relación existente entre cultura y modificación del medio. Analizar las relaciones del hombre con los distintos componentes del sistema ecológico. Describir el proceso de adaptación humana al medio. Fundamentar la realidad del ecosistema humano.

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ENFERMERÍA COMUNITARIA: BASES TEÓRICAS

INTRODUCCIÓN Una ciencia se delimita por lo que hace, más que por cualquier definición a priori de su campo [1]. Siguiendo esta línea de pensamiento, que compartimos, parece necesario continuar delimitando el campo de conocimientos que fundamenta la práctica de la enfermera, en un ámbito donde el grupo humano demanda su cuidado, cada vez con mayor intensidad, ya de forma expresa o de manera velada; dicho grupo es la comunidad extrahospitalaria. Son numerosos los cambios habidos en la sociedad en general y en nuestra disciplina, de manera que se hace necesario adecuar los conocimientos que fundamentan la práctica profesional en la comunidad, como en cualquier ámbito, a las necesidades vividas por la misma; aquéllos resultan prioritarios para el objetivo profesional enfermero por varias razones: • Las demandas sociales generan nuevas necesidades que una profesión debe satisfacer, para que continúe siendo su razón de ser, en el contexto de la comunidad general y profesional. • Están sujetas a la evolución cultural y, como tal, son muy dinámicas. Esta razón hace que las respuestas profesionales propias deban variar, adecuándose a nuevas demandas. • Aún siendo necesario considerar esa variación, deben mantenerse los principios filosóficos que encuadran y orientan la profesión misma. En los actuales planes de estudio se recogen en el desarrollo de las materias Historia y Fundamento del Cuidado y Cuidados de enfermería. • Dichos principios son el marco que orienta toda una serie de conocimientos que sustentan la práctica profesional. • No existe dicotomía entre la teoría y la práctica, opinión frecuentada por una gran parte de los profesionales, en sentido inverso a la expresada; cuando esto sucede, o bien los conocimientos no se adaptan a la realidad de las personas demandantes del cometido enfermero, o bien la práctica profesional institucionalizada no responde a los principios filosóficos de la profesión enfermera. En definitiva, la bondad de la práctica de la Enfermería vendrá determinada por la riqueza, oportunidad y pertinencia de los conocimientos que sustentan dicha práctica. 18

La realidad holística del hombre ha determinado la necesidad de que numerosos profesionales deban participar en el diagnóstico y tratamiento de necesidades y problemas de salud que presentan personas y grupos, lo que ha supuesto un gran avance en el cuidado de la salud de la comunidad, y eso lo saben bien las enfermeras comunitarias, no podía ser de otro modo. Pero, si de algo adolece la disciplina, es de un mayor y mejor desarrollo del campo de conocimientos propios y una delimitación de los mismos, que obliga la complejidad del ambiente humano y social. La ardua tarea iniciada por otros autores, sobresalientes enfermeros, y otros que proceden de diferentes áreas del saber, ha conducido a un gran avance y desarrollo en el sentido antes indicado. El texto que nos ocupa, Enfermería Comunitaria: bases teóricas, pretende ser un instrumento para la reflexión y la discusión sobre las formas de cuidar a la comunidad, desde el principio y partiendo de la naturaleza social del hombre, que desarrolla su vida inmerso y formando parte de grupos, cada vez de mayor complejidad relacional y colectividades que aumentan día a día. No parece existir otra forma; esa y no otra es la razón por la que a nuestros estudiantes se les inicie con una materia denominada Ecología humana y salud comunitaria. Esta labor es reforzada por el convencimiento de que la ciencia, como los principios generales o los derechos universales, no son privativos de ninguna disciplina, grupo científico, político o social. Sin que pueda considerarse un objetivo del presente capítulo, se recomienda al lector la revisión de los conceptos ecológicos trabajados en etapas educativas precedentes. La comprensión y el dominio de conceptos tales como ecosistema, hábitat y nicho ecológico, biocenosis, redes alimentarias, etc., facilitará la lectura de los siguientes capítulos.

LA ECOLOGÍA HUMANA “El medio humano es, en su gran parte, obra del hombre. No cabe, por tanto, arrastrar, sin más, analogías derivadas de la ecología vegetal o animal, sino que la ecología humana tiene que forjar su método y elaborar sus categorías propias.“ A. H. Hawley.

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

Existen antecedentes muy claros en las obras y el pensamiento de numerosos autores procedentes de diferentes campos del saber, sobre todo de la Biología, la Botánica y la Geografía. Pero quizás, destaca Darwin por su enorme contribución. El término Ecología humana surge por primera vez en 1921, con la publicación de An Introduction to the Science of Sociology, escrito por R. E. Park y E.W. Burguess, en Chicago. A partir de entonces, la Ecología humana se ha venido desarrollando como una importante rama en el ámbito de las Ciencias sociales [1], evolucionando según el impulso propiciado por Quinn, Duncan, Hawley, Díez Nicolás y otros muchos. No siempre han sido, ni están suficientemente clarificadas las diferencias existentes entre Ecología general y Ecología humana, lo que ha propiciado la existencia de errores en cuanto a la conceptualización y delimitación del campo de trabajo de una y otra, que ha permitido mantener una visión reduccionista por considerar, tan sólo, las influencias del medio ambiente sobre los hombres, lo que refleja una percepción medioambientalista de la disciplina. Nada más lejos de la realidad. Todas las definiciones elaboradas para conceptualizar la Ecología están de acuerdo en considerar la relación organismo-medio y entenderla desde un punto de vista adaptativo; sin embargo, la Ecología humana difiere a partir de aquí al considerar las peculiaridades del hombre y, entender que, como organismo también lleva a cabo su proceso adaptativo al medio. Pero, dado que posee ciertas particularidades que le hacen diferente de los demás organismos, su proceso adaptativo se realiza en función de las mismas. Éste es el motivo por el que el modelo de bioecosistema utilizado como unidad de análisis por la Ecología general no es válido tal cual para la Ecología humana. La Ecología humana considera la adaptación del hombre al medio de forma colectiva. Su objeto de estudio no es el individuo aislado, sino el grupo humano, porque en esos grupos se encuentran todas las variables y parámetros de la vida colectiva; por tanto, el ecosistema humano, como colectividad que es, considera las relaciones que establecen las personas entre sí para conseguir dicha adaptación y el interminable número de posibles conductas que, en su seno, se pueden generar, además de los tipos

de interacción que dicho ecosistema establece con el medio y las consecuencias que dichas interacciones generan [2]. Así, las diferencias entre una y otra rama de la Ecología son numerosas, sobre todo a la hora de considerar que el medio humano tiene una mayor dimensión y trasciende aquél otro puramente biofísico, del que se encarga la Ecología humana, bajo el ámbito de la Sociología y de la Antropología en menor grado [2,3]. El confusionismo existente en la actualidad en torno a la ciencia de la Ecología no es referido, solamente, a una identificación de las dos ramas de la Ecología. Su rápida evolución, la ausencia de una aclaración pertinente, y la incrementada preocupación social por el estado de salud de nuestro planeta han contribuido a mantener cierta confusión entre disciplinas y movimientos de contestación social, referidas las conceptualizaciones de ecología-ecologismo y ecólogo-ecologista. Está muy extendida la creencia, simplista, de relacionar el estudio de la contaminación del aire, del agua, de los alimentos, del suelo y otras situaciones que están dañando el medio y los problemas que esta situación genera en el hombre, con la Ecología, como si estas realidades fueran su único motivo de estudio, indagación y preocupación. Los ecólogos, especialistas en Ecología, investigan en el ámbito de sus propias disciplinas y, evidentemente, consideran ampliamente esas terribles consecuencias sobre los ecosistemas, pero no limitan su estudio reduciendo la Ecología a tales efectos. El ecologismo es un movimiento sociopolítico de contestación al trato que los ecosistemas y la biosfera, en su conjunto, están recibiendo por parte del hombre y a las consecuencias negativas que genera la explotación desordenada de los recursos naturales; así, el ecologista está firmemente convencido de la ideología que sustenta dicho movimiento. Por tanto, ni todos los ecólogos tienen por qué ser ecologistas, aunque con frecuencia lo sean, ni todos los ecologistas tienen por qué ser, necesariamente, ecólogos [4]. Para una auténtica introducción en la realidad, el estudiante universitario debe adquirir un conocimien19

ENFERMERÍA COMUNITARIA: BASES TEÓRICAS

to profundo acerca de los ecosistemas y de los factores socioeconómicos que rigen las relaciones del hombre y su entorno, ya sea de forma específica o integrada en la enseñanza de otras disciplinas, según propugnó, en su momento la conferencia de Tbilisi y otras reuniones internacionales sobre la pedagogía del medio ambiente con la imprescindible inclusión del hombre como elemento esencial de los ecosistemas [3,5]. En definitiva, la enfermería no puede ni debe sustraerse a las demandas originadas desde la perspectiva de incluir el estudio de las relaciones ecológicas del hombre con otros hombres y con su medio, de forma transversal en sus estudios [14] ; antes y sobre todo, porque el cuidado del colectivo humano es el eje de su profesión.

MEDIO, MEDIO AMBIENTE Y ENTORNO “…la persona y el entorno son identificados como una unidad caracterizada por los intercambios ser humano-entorno, y por el impacto de uno en el otro. La persona-entorno constituye un tipo de unidad funcional con una existencia concreta. Es en nuestros procesos de pensamiento donde consideramos al individuo separado de su entorno.“ D. Orem. Los seres vivientes requieren un lugar donde ubicarse, precisan un espacio físico en el que desarrollar sus actividades, donde exista alimento del que obtener la energía que necesitan para llevarlas a cabo y que les permita mantener sus procesos vitales. Estas dos necesidades básicas y de satisfacción imprescindible, hacen que se establezca una estrecha relación de dependencia entre ellos y un espacio físico externo, razón que determina que plantas, animales y hombres estén absolutamente involucrados en el medio [1]. La necesidad imperiosa de cumplir los dos requisitos antes mencionados establece una obligada relación de dependencia del hombre con el medio físico externo, relación que es unilateral por parte del organismo, sea vegetal o animal, por lo que para su efectividad práctica, hombre y medio físico deben ser considerados como un binomio inseparable y una dicotomía entre ambos resultaría irreal, solamente útil y precisa para el avance y desarrollo del conoci20

Tabla 1.

Dependencia obligada del medio Dependencia obligada del medio

Espacio físico

Localización alimento

Realización de actividades

Medio

miento humano. En el proceso de adaptación a esas situaciones externas él es la variable dependiente, el medio es la variable fija e independiente [6]. (Ver Tabla 1 ). Son numerosas las definiciones realizadas para explicar el medio, pero, siguiendo la línea de pensamiento de Hawley, el medio se considera como un ”concepto genérico bajo el que se engloban todos los factores y fuerzas externos a los que responde de forma efectiva un organismo o agregado de organismos”. En general, el medio queda referido al lugar donde existe un organismo, todo aquello que le rodea, el lugar donde éstos desarrollan su ciclo vital. Dicho espacio contiene nada más y nada menos que las materias primas de la vida y las condiciones que facilitan o entorpecen la consecución y disfrute de esos materiales por parte de los seres vivos [1]. En el caso del hombre, la satisfacción de los requisitos vitales con un mayor grado de autonomía vendrá determinado por el conocimiento que tenga de dichas materias y, sobre todo, del conocimiento de las condiciones para su uso, como condición previa a la realización de acciones eficaces de autocuidado. (Ver Tabla 2 ). Visto lo anterior, podemos concluir que el medio está constituido por los fluidos aéreos y acuáticos que

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

Tabla 2.

Necesidad del medio para el hombre

Materias primas para la vida

Condiciones para su uso

mo componentes y circunstancias) van a tener la misma importancia según se considere a un ser u otro, sino que su relevancia vendrá determinada por el grado de necesidad que el organismo tenga de él o la implicación del ser vivo con el factor; es decir, cada especie y cada tipo de vida va a responder a muy diferentes factores del entorno, a los factores ecológicos del medio donde está inmerso.

Factores ecológicos del entorno Conocimiento para el autocuidado

rodean a los seres vivos y el sustrato o superficie sobre el que se fijan, se apoyan o se desplazan. Un paso más en el camino hacia una conceptualización del entorno es la utilización del concepto medio ambiente. El medio ambiente, de uso más académico que práctico, pero que frecuentemente encontramos en los textos como sinónimo de medio o entorno para expresar la misma idea, pretende precisar un subconjunto del medio. Para ello debe seguir al término medio ambiente una especificación, según sea la naturaleza de los aspectos que del medio se desea destacar tales como medio ambiente físico, químico, biológico o social. El término medio ambiente es más restrictivo que el de medio [7]. La definición que de Ecología sugiere W. P. Taylor (What is Ecology and What Good is it, 1936) como el estudio de todas las relaciones de todos los organismos con todos sus medios, nos obliga a posicionarnos en una perspectiva holística y considerar el entorno como la totalidad de los medios específicos que rodean a los seres. La conceptualización, por parte de Lemaire, determina con claridad la totalidad del entorno como “el conjunto de factores físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de tener un efecto directo o indirecto, inmediato o a largo plazo sobre los organismos vivos y las actividades humanas, en un momento determinado [7]”. El entorno como conjunto de circunstancias y componentes externos de muy compleja naturaleza, ya de manera aislada o interconectados, ejerce algún tipo de influencia, positiva o negativa, sobre los organismos vivos y sus actividades, pero no todos esos factores (expresados co-

Dada la gran variedad de factores que componen cada uno de los medios y el entorno en su totalidad, y que la mayor parte de ellos van a afectar a los seres vivos, aunque en grados diferentes, estos factores pueden agruparse según la naturaleza de los mismos en dos grandes apartados, componentes de un todo: el sistema ecológico. Tabla 3.

Factores ecológicos abióticos FACTORES

ENERGÉTICOS DE LA LUZ

Luz visible Radiación ultravioleta Radiación térmica Radiación solar

FACTORES

QUÍMICOS

Agua, suelo, aire Factores químicos del suelo, del agua y del aire Compuestos químicos simples y compuestos orgánicos e inorgánicos

FACTORES

MECÁNICOS Y FÍSICOS

Fuerza de la gravedad Estructura del suelo Presión del aire/agua Corrientes de aire/agua Fuego Radiactividad Humedad Vientos

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ENFERMERÍA COMUNITARIA: BASES TEÓRICAS

Condiciones o factores abióticos En este grupo se incluyen todas las condiciones mecánicas y no vivientes que rodean al organismo así como los elementos y compuestos orgánicos e inorgánicos de naturaleza no viva. Suponen las diversas variables del entorno de constitución fisicoquímica que influyen en la vida de los organismos tales como la pluviosidad, topografía del terreno, presión del aire, composición química del agua, etc. [1,3,8,9] (Ver Tabla 3 ). Condiciones o factores bióticos Integran todas la manifestaciones de la vida, en forma de individuos vegetales, animales y humanos, cuyas actividades afectan a los grupos de la misma o de diferente especie. Representan la influencia que los seres vivos reciben de otros, dentro (intraespecífica) o fuera (interespecífica) de su especie, por lo tanto, incluye todo tipo de relaciones. Las relaciones bióticas son las interacciones que se dan entre los organismos de la biocenosis [1,3,8,9] (Ver Tabla 4 ).

LA REORGANIZACIÓN DEL ECOSISTEMA POR EL HOMBRE “Los esfuerzos adaptativos del organismo individual se dirigen pues, hacia la fase biótica y abiótica del medio.“ A. H. Hawley. El hombre, como cualquier otro ser vivo, está absolutamente implicado en la naturaleza, formando parte de lo que Darwin denominó la “trama de la vida“. Tan sólo es un elemento más dentro del ecosistema, poseedor de su propio nicho, aunque indefinido [1], y en los lugares extremos de las redes tróficas. Sin embargo, determinadas características le dotan de una especial trascendencia práctica que permite al hombre comportarse de forma diferente al resto de seres vivientes. “Darwin demostró de manera bastante convincente que nuestra especie es una más en el conjunto de los seres vivos y que provenimos, por mutaciones azarosas, de una larga serie de mamíferos antropoides“ [10]. Esta afirmación resulta válida en la actualidad y lo ha sido a lo largo de la historia, aunque con intensidad diferente según los momentos vividos por los hombres durante su evolución cultural y no siempre 22

Tabla 4.

Factores ecológicos bióticos RELACIÓN

DENTRO DE LA MISMA ESPECIE

Apareamiento Relación paterno-filial Otras relaciones sociales Comensalismo Competencia

RELACIÓN

ENTRE ESPECIES

Mutualismo Parasitismo Depredación Simbiosis Competencia

aceptada por ellos, ya que ven deteriorarse su papel de “rey de la naturaleza por designio divino“, a la par que disminuir su enorme poder al sentirse controlador del resto de animales, plantas y fuerzas de la Naturaleza. Pero no por ello la civilización ha alterado la dependencia humana de los elementos con o sin vida que conforman los ecosistemas, aunque lo haya intentado y continúe haciéndolo. No solamente no ha destruido esa obligada y necesaria relación, sino que el cambio y la multiplicación de necesidades y apetencias humanas así como las técnicas necesarias para satisfacerlas, constatan que el hombre está más implicado que nunca en el medio natural, en un medio del que es parte estructural y del que siempre ha pretendido ser espectador y aprovechador. El hombre cada día hace uso de una mayor variedad de objetos cuya materia prima de origen vegetal, animal o mineral procede de los ecosistemas, siendo recursos necesarios en su proceso de organización, o bien, experimenta con el agua del mar y con la fuerza del viento para la obtención de nuevas formas de energía. A pesar de las similitudes existentes entre el hombre y otros seres vivos, hay una cualidad que aquél posee frente a las otras formas de vida y que le permite manifestarse de forma diferente: se trata de la variabilidad. El hombre está dotado de una gran variabilidad que le capacita para desarrollar numerosos pa-

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

peles y con ello no tiene que adaptarse a la función de un puesto específico, único y definitivo en la escala ecológica, como sucede con el resto de los demás seres. Quizás la manifestación más clara sea la falta de restricciones alimenticias de los humanos. Debido a su capacidad de adaptación, el hombre puede cambiar de hábitat cuando lo desea, sin que el cambio suponga otra cosa que un ligero esfuerzo de adaptación que, por lo general, llega a conseguir la mayor parte de las veces [1]. Puede afirmarse, en lo que a la especie humana se refiere, que ha pasado de ocupar un puesto en el que se encontraba subyugado a otras relaciones de la naturaleza a ocupar otro de supremacía frente a la mayor parte de ella. ¿A qué se debe esta supremacía o preponderancia del hombre en la naturaleza? Parece que la gran capacidad para la variación humana, unida a sus características de intelectualidad, la capacidad de razonamiento, la habilidad para experimentar con la conducta y la capacidad para retener pautas de actuación, así como a la necesidad de adaptarse al medio, le han facultado la ideación y planificación, elaboración de artilugios y fabricación de inventos, cuya acumulación le ha permitido crear y desarrollar cultura. Ésta le ha facilitado la adaptación al medio, manifestada por una transformación del mismo acorde a sus necesidades [1,15] (Ver Tabla 5 ). Esta situación del hombre como “acumulador de cultura“ parece que surge durante la Edad de Hierro, cuando el hombre inicia la fabricación de utensilios para su quehacer diario y el control de su entorno. Desde entonces la acumulación de cultura por parte del hombre ha sido una constante a lo largo de la historia, de forma más o menos rápida, hasta la actualidad, en que continúa desarrollándola y transformando e intentando dominar el medio que le rodea.

Tabla 5.

Auge del hombre en la naturaleza Posesión de cultura Auge del hombre en la naturaleza

Capacidad para transformar el mundo

sus necesidades de producción, urbanización o intereses de otra naturaleza. Esta modificación pasa por el nivelado de tierras, eliminación de rocas, talado selectivo de la vegetación, drenado de humedades e incluso cambiando el cauce de ríos y arroyos, en definitiva, modificando la topografía y estructura del terreno. Introduce productos como fertilizantes y herbicidas, con la finalidad de obtener más y mejores cosechas; en el proceso de reorganización de la comunidad biótica, elimina aquellas especies vegetales y animales que le resultan dañinas o problemáticas para la vida del grupo y realiza una selección artificial de vegetales útiles y animales que son domesticados y aceptados para ser empleados como alimento e instrumento de trabajo; elimina las malas hierbas y expulsa a los animales que son alimañas o no productivos, iniciando el proceso de extinción de numerosas especies, a la par que incorpora otras foráneas, de más fácil adaptación y alto nivel productivo. En fin, altera el paisaje cuando es preciso, porque la satisfacción de

La transformación conseguida por la cultura pasa necesariamente por una reorganización del ecosistema natural, es decir, control de la comunidad biótica y modificación del biotopo en el que el grupo humano se encuentra. Actúa sobre el sustrato en el que desea aposentarse, modificándolo cuando resulta necesario en orden a

Acomodación del terreno para la construcción de viviendas

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sus necesidades y deseos lo requiere, y cambia, con ello, la esencia de sus relaciones con la naturaleza [5]. En palabras de Hawley, “en lugar de acomodar sus actividades a las relaciones de la vida natural, controla y regula la comunidad biótica para satisfacer sus necesidades“. Todos estos intentos del hombre por adaptarse que han supuesto, a lo largo de la historia, el logro de altos niveles de vida conseguidos para una parte de la población mundial y con un increíble desarrollo que permite vivir mejor durante más tiempo, son contrarrestados por los efectos perjudiciales para los humanos, que una reorganización no planificada e intensiva de los ecosistemas conlleva [15]. Así, el ecosistema dominado por el hombre va a depender de (Ver Tabla 6 ): • Las características y condiciones del medio natural donde el grupo humano se asienta. • Cantidad y tipo de necesidades, hábitos y deseos de hombres y mujeres que lo conforman. El objetivo perseguido por el hombre, al controlar el biotopo y reorganizar la comunidad biótica (el conjunto de animales y plantas de diferentes especies), es crear un ecosistema adecuado a sus requerimientos donde se optimicen seguridad y supervivencia a través de la manipulación y explotación del biotopo, se adecúan los factores abióticos del mismo a sus necesidades de vida y se suprima la biocenosis indeseable, pero domesticando la productiva según sus deseos e introduciendo nuevas especies animales provechosas que, a su vez, modifican el ecosistema tantas veces como el hombre lo estime conveniente.

LA ADAPTACIÓN HUMANA “Los individuos se mueven constantemente buscando alimento o la satisfacción de otras necesidades, buscando una posición más ventajosa, intentando no solamente vivir, sino vivir más, mejor y abundantemente.“ A. H. Hawley. La expresión de las relaciones existentes en la naturaleza son evidentes y continuos intentos por competir para vivir más y mejor, que Darwin explicitaba al referirse a todos los esfuerzos que realizan los or24

Tabla 6.

Dominación a través de la cultura Dominación a través de la cultura

Reconstrucción de la comunidad biótica “en lugar de acomodar sus actividades a las relaciones de la vida natural, controla y regula la comunidad biótica para satisfacer sus necesidades” A .H. Hawley

Comunidad “dominada“ por el hombre

1. Características del medio

2. Hábitos y deseos del hombre

ganismos para prolongar su existencia, hasta los límites impuestos por la fisiología, y para dejar descendencia. El dinamismo, intrínseco a la propia vida, dota a ésta de una intensa actividad que hace que busque, de manera continua, extenderse más y más; en tanto que el medio externo actúa de forma pasiva pero rigurosa, estableciendo restricciones a todas las formas vivas, que funcionan como mecanismos naturales reguladores de la expansión desordenada de los seres vivos y de sus manifestaciones. Los ecosistemas naturales poseen sus propios mecanismos tendentes al equilibrio, para lo que siguen un proceso de organización en el que todos sus integrantes son necesarios y deben participar, lo que les conduce a la madurez, a la obtención del clímax en ellos. Quizás una de las coacciones más importantes a la hora de considerar el mantenimiento de la vida por los seres vivos sea el problema de la adaptación, es decir, la necesidad que tenemos de adaptarnos. Se entiende por adaptación la adecuación anatómica, fisiológica y de comportamiento existente entre los organismos y el entorno en el que viven:

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

• Anatómica, referida a la armonía precisa entre forma y estructura corporales del organismo y las características del entorno donde éste se desarrolla. • Fisiológica, referida a la armonía precisa entre las funciones orgánicas y las características del entorno. • Comportamiento, referida a la armonía precisa entre las actividades del organismo y los estímulos recibidos del entorno. ¿Y por qué y a qué tenemos que adaptarnos? En epígrafes anteriores, se refleja el hecho de que las condiciones del medio nos proporcionan materiales necesarios para el mantenimiento de la vida y factores y condiciones en cantidades y combinaciones diferentes, que facilitan o limitan la manifestación y expansión de los seres vivos, en función de las necesidades de cada especie y organismo por dichas materias y factores. Esto genera el surgimiento de competidores en la utilización de una misma condición o factor y en la búsqueda de alimentos. El hombre, como cualquier ser vivo, no puede existir sin los factores ecológicos presentes en el medio externo, pero éstos sí que seguirán existiendo y ocurriendo sin tener en cuenta a los seres vivos, porque existen independientemente de las necesidades de cualquier individuo. Y aunque dichos factores varían continuamente, no van a mostrar tendencia alguna por acomodarse a las necesidades de hombres, animales y plantas. Por ello, el hombre muestra un papel activo, voluntario y responsable en el proceso de adaptación a estos factores, que son de ocurrencia

obligada pero pasiva ante la necesidad que de ellos tienen los organismos y que, sin embargo, precisan para asegurar la supervivencia de la especie. El proceso de adaptación humana supera en amplitud los procesos adaptativos de otros animales y plantas, de naturaleza más mecánica y puntual, porque pasa por un “filtro“ intelectual que permite a hombres y mujeres controlar sus propios comportamientos basándose en experiencias vividas con anterioridad por ellos mismos o por sus antecesores y que son transmitidas de generación en generación. Esto les dota de una gran habilidad para la manipulación de los factores existentes en el medio, manipulación facilitada por la capacidad de éstos en la previsión de sucesos y planificación de correcciones para acoplarlos a la necesidad de satisfacerse a sí mismos. Para dicha empresa, el hombre necesita conocer y controlar los factores que conforman el medio donde se desenvuelve. Podemos colegir que la adaptación conlleva para la especie humana la ideación de mecanismos que aseguren el control del medio a través de la transformación del mismo (Ver Tabla 7 ).

Tipos de adaptación La complejidad y variabilidad de los factores medioambientales hacen que el hombre se encuentre en un proceso continuo de búsqueda de equilibrio consigo mismo y con las circunstancias externas a

Tabla 7.

La adaptación implica asegurarse y conservar el control del medio Alimentos

Humedad

La adaptación implica asegurarse y conservar el control del medio

Energía

Temperatura

Luz

Competidores

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él. Desde que es concebido hasta que muere, su vida se encuentra continuamente sometida al influjo de numerosos estímulos, a los que responde con múltiples recursos, propios o adquiridos y de índole biológica, psicológica y cultural, en un interminable proceso de adaptación. Siendo una la adaptación, lo cierto es que puede considerarse desde tres ópticas diferentes en cuanto al significado de cada una de ellas, destacando tres tipos: adaptación genética, somática y sociocultural.

Adaptación genética Un ser vivo necesita para sobrevivir, en un hábitat determinado, una forma y una función adecuada a dicho medio, es decir, precisa de una estructura anatómica y fisiológica que le permita ajustarse a las características del entorno. Las formas estructurales del hombre que le permiten ajustarse a su hábitat se producen genéticamente, y son el resultado de la variación hereditaria y de la selección del medio ambiente [1]. La adaptación genética es la respuesta, a muy largo plazo, a los cambios habidos en el medio, expresada a través de una larga evolución, cuyos caracteres y manifestaciones son transmitidos a través de la herencia. Destacan: • Sistema nervioso central, que capacita al hombre para el desarrollo de operaciones intelectuales complejas, permitiéndole un alto grado de sensitividad y, en definitiva, elaborar y retener pautas de actuación tanto sobre su conducta como sobre la de sus congéneres. • Laringe muy desarrollada, que le permite la emisión de sonidos y la articulación de símbolos vocales más o menos complicados, facilitándole, en alto grado, la comunicación con sus semejantes y posibilitando el establecimiento de relaciones. • Posición bípeda erecta, que le permite libertad para el movimiento de los antebrazos durante la manipulación. • Posición opuesta de los pulgares, que hace posible la habilidad para la construcción de artilugios, herramientas y otros inventos (Ver Tabla 8 ).

Adaptación somática Mientras que la adaptación genética genera respuestas a muy largo plazo, a través de la adaptación somática o 26

Tabla 8.

Manifestaciones adaptativas genéticas esenciales del hombre SISTEMA

NERVIOSO CENTRALIZADO

Sensitividad Elaboran pautas de actuación Control sobre la conducta

DESARROLLO

DE LA LARINGE

Articulación de símbolos vocales complejos Aparición del lenguaje Posibilita las relaciones

POSICIÓN

BÍPEDA ERECTA

Libertad de antebrazos Manipulación manual eficaz

OPOSICIÓN

DE PULGARES

Permite la construcción de herrramientas Acúmulo de cultura

física el hombre responde para adaptarse a los cambios y variaciones del medio a corto plazo, en un momento dado, de manera puntual y mediante los mecanismos homeostáticos, de naturaleza básicamente biológica. La capacidad para la adaptación somática es característica de especie y, por lo tanto, se transmite a través de la herencia aunque, dada la variabilidad de las personas, funciona con diferente intensidad entre unas y otras. Es decir, la capacidad para la adaptación somática, que es característica común a todos los individuos, se manifiesta en diferentes grados entre unos y otros dada la plasticidad del hombre, de manera que la adaptación somática es única e intransferible, existe en la vida de una persona pero no pasa a su descendencia, solamente lo hace el equipamiento para la adaptación somática. En este sentido son temporales. Así, las respuestas adaptativas de tipo somático dadas por las personas no suponen la manifestación de una alteración, sino una modificación dada en un

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intento por adaptarse. El problema surge cuando fallan los mecanismos que han modificado la función y, por lo tanto, surge la desadaptación.

Adaptación sociocultural Representada por la intervención voluntaria del hombre en el medio a través de modificaciones y transformaciones dirigidas a satisfacer las necesidades de adaptación del conjunto humano. Los hombres no viven separadamente, aislados unos de otros, sino que lo hacen asociándose entre ellos, a través de organizaciones que facilitan su adaptación, actuando sobre el medio o actuando sobre el grupo. La adaptación se consigue, pues, indirectamente, mediante relaciones de cooperación entre semejantes, a través de la colectividad de hombres y mujeres y la cultura que surge del grupo. En el caso del hombre, el proceso sociocultural supone la forma definitiva de adaptación al medio. Ya no se trata de un ecosistema natural y primario, sino de un ambiente social creado por los hombres a lo largo de toda su historia. La realidad es que la noción de medio natural se transforma en entorno y adquiere una dimensión diferente cuando se introduce en él la población humana, cuando se consideran los ecosistemas humanos. Así pues, la población cooperativa y organizada emerge de los esfuerzos de la especie humana por adaptarse, es la manera esencial de adaptación al medio cuando se trata del hombre.

EL ECOSISTEMA HUMANO (EH) El ecosistema es la unidad morfológica y de función motivo de estudio de la Ecología, en el que ésta indaga acerca de las relaciones de los seres vivos entre sí y con su medio [3], o del sistema ecológico formado por la interacción de organismos coactores y su medio ambiente [11]. Desde estos conceptos se desarrolla la ciencia de la Ecología. En el ámbito de la Ecología general y según las anteriores definiciones de ecosistema, complementarias entre ellas, se reflejan tres aspectos generales, fundamentales y definitorios de los sistemas ecológicos:

conjunto de organismos, medio e interacciones que relacionan a todos sus componentes. • Biocenosis o comunidad biótica es el conjunto de seres vegetales y animales de igual y diferente especie, que comparten el mismo medio o biotopo y que establecen entre sí relaciones obligadas [11,12]. • Biotopo o unidad formada por el sustrato físico y sus condiciones abióticas donde se asienta una biocenosis [11]. En este apartado, y en términos de adaptación, se considera el hábitat como el lugar donde una especie encuentra todo lo necesario para su supervivencia, en un espacio inmediato y reducido donde satisface algunas necesidades elementales; o microhábitat, dentro de un hábitat general. • Interacciones o conjunto de relaciones que establecen la dinámica del ecosistema, manifestados por la acción recíproca de los seres vivos entre sí y de éstos con su medio. Son numerosas las relaciones establecidas, pero su naturaleza es en general de subordinación a una fuerza o “cosa superior“, es decir, relaciones de dependencia y también de concurrencia [3]. El ejemplo más claro puede comprobarse observando las relaciones de naturaleza trófica, y en su conjunto, la red alimentaria en la que algunos seres vivos consumen a otros antes de ser consumidos a su vez, en un enorme intento de cooperación vital y que constituye la base sobre la que se construye el ecosistema: la obtención de alimento. Otra de las relaciones que interconectan a los seres vivos con su medio son los ciclos biogeoquímicos que sustentan y aseguran el desarrollo de la vida, de la existencia. Los ciclos biogeoquímicos son movimientos por los que una misma cantidad de materia pasa de los organismos vivos al medio y de éste a los organismos vivos. La característica primordial de ellos es que son perpetuos e interconectados unos con otros [3]. Estos movimientos, de naturaleza cíclica, eternos, interconectados e impulsados por la energía solar, ponen en recirculación elementos inorgánicos simples que son nutrientes necesarios para la vida de los distintos seres. En el nivel productor, las plantas, seres autótrofos capacitados para autonutrirse, necesitan estos nutrientes para la formación de sus estructuras. En el nivel de transformación, los heterótrofos, ani27

ENFERMERÍA COMUNITARIA: BASES TEÓRICAS

males consumidores de primer, segundo y tercer orden, deben transformar la materia originada por el nivel productor incorporando en su dieta a los vegetales. En el tercer nivel, o descomponedor, la materia vegetal y animal perteneciente a los dos anteriores niveles, es descompuesta y transformada en elementos minerales por los organismos descomponedores y lista para ser reincorporada a la estructura vegetal, con lo que el ciclo se inicia de nuevo. Otro tanto sucede con los ciclos biogeoquímicos referidos a elementos necesarios para la vida de plantas y animales como el oxígeno, el carbono, etc., en los procesos de respiración. Así pues, la trascendencia de los ciclos biogeoquímicos para los sistemas ecológicos radica en que sustentan y perpetúan la existencia a través del intercambio continuado y recíproco de elementos entre seres vivos y medio inerte. La mayor parte de las relaciones que establecen los seres vivos entre sí tienen como finalidad la adaptación al medio. La asociación de seres que aúnan esfuerzos, pretendiendo complementar sus capacidades para suplir las carencias de uno y otro, supone un esfuerzo para la maximización de los recursos de que disponen, y con ello facilitan el proceso adaptativo. Son numerosas las relaciones que pueden encontrarse en la naturaleza, desde el mutualismo, pasando por el ilotismo hasta el parasistismo, etc. Sin embargo, todas hacen referencia a dos, que son la expresión de las relaciones más frecuentes en la naturaleza: simbiosis y comensalismo. El modelo de ecosistema propuesto por la Ecología general no es trasladable, sin más, al estudio de los agregados humanos, ya que el proceso de adaptación que realizan plantas y animales diferentes al hombre, aún siendo similar desde el punto de vista biológico, va a diferir en otra forma de adaptación artificiosa, consciente, voluntaria y colectiva que es la que caracteriza al hombre y que es la adaptación sociocultural. Para acceder a la conformación del EH, puede tomarse como modelo referencial el ecosistema descrito por la Ecología general, pero sólo en principio, pues en su conformación participan teorías procedentes de diferentes ramas de la ciencia, fundamentalmente sociales, tales como la Filosofía, Antropología, Geografía, etc., pero sobre todo la 28

Sociología y la población humana tienen connotaciones que no permiten el traslado directo del modelo elaborado por la Ecología para el estudio de plantas y animales. Hawley plantea, como punto de partida para la introducción al ecosistema humano, la existencia de una población que tiene que adaptarse a su medio ambiente, medio ambiente que, aunque esté constituido por un gran número de factores, cuya naturaleza ya ha sido descrita será de naturaleza básicamente social, desde el momento en que el ecosistema natural se focaliza sobre el conjunto humano y su intervención en él [13,15]. No obstante, resulta útil lo anteriormente descrito para realizar las observaciones necesarias cuando en un ecosistema referido a plantas y animales introducimos el conjunto de la raza humana. Así, población, entorno, organización social y tecnología son las cuatro variables que interactuando constituyen el ecosistema humano, definiéndolo [13]. • El EH hace referencia al hombre, por tanto, ya no se trata de una biocenosis como comunidad de diferentes especies sino de una sola formada por un conjunto de hombres y mujeres que conviven en un mismo lugar y que forman la población humana, porque el objeto de la ecología humana y, por tanto, del ecosistema no es el individuo, sino el grupo humano, es decir, la comunidad. • Como los demás seres vivos, el grupo humano está instalado en un soporte físico donde vive, sometido a los numerosos influjos de factores ecológicos que no siempre responden a sus pretensiones. Consciente de la necesidad imperiosa que del mismo tiene para sobrevivir, pero advertido de los efectos molestos y negativos que en el grupo provoca, y unido a la urgente necesidad de conseguir alimento y otros bienes, no duda en reorganizar el ecosistema natural y, para ello, transforma el medio, hasta el punto de llegar a ubicarse en un medio no exclusivamente natural y primitivo, sino en otro más artificioso, producto de la transformación de aquél, y en el que se plasman las modificaciones y alteraciones introducidas según los requerimientos de esa comunidad: el entorno. • La rama de la Ecología que dedica sus esfuerzos al estudio de las interrelaciones humanas no puede limitar éstas a las que los hombres establecen con el medio externo y a sus consecuencias; más

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

bien debe considerar, si no priorizar, el estudio de las relaciones existentes entre los individuos de una comunidad. La esencia de una comunidad como conjunto de personas establece la existencia de relaciones entre sus miembros, apareciendo como característica de las colectividades el concepto de organización. Ésta permite al grupo la realización de funciones propias para su supervivencia en la obtención de alimento y en la distribución de servicios necesarios, es decir, la división del trabajo para la obtención de recursos y otros servicios. El grupo establece las relaciones que considera idóneas para lograr la armonía en el mismo y conseguir que éste sea autosuficiente, o dicho de otra manera, elige la organización que le es útil, y que pasa, en su nivel inferior, por la creación de unidades funcionales básicas cuya relación prioritaria es la de cooperación y que forman el soporte de unidades de mayor complejidad [1], y en su conjunto, lo que genéricamente se conoce por organización. Estas unidades funcionales básicas de diferente naturaleza: familiar, religiosa, económica, política, sindical, etc., así como la interrelación entre ellas, son utilizadas como instrumento para la adaptación, de manera que cada población elegirá la organización que le resulte más operativa en su adaptación al medio, en tanto que la mayor o menor complejidad de la misma estará en relación con el grado de evolución y tamaño del grupo [13]. La relación interactiva población-medio se produce a través de un conjunto de técnicas, en forma de procedimientos y utensilios para la realización de dichos procedimientos, ambos de invención humana, cuya sofisticación y perfeccionamiento estarán determinados por el grado de evolución intelectual del grupo y también por el tipo de modificación a realizar. Y así, el EH adopta la organización que le resulta más adecuada, utilizando el aparato tecnológico más apropiado para actuar y reactuar sobre el entorno. Como es evidente, de estas relaciones que se establecen entre la población y el medio, así como las existentes entre los miembros del grupo que forman el EH, surgen y discurren toda una serie de creencias en forma de conocimientos, actitudes y destrezas conocidos como cultura, que supone la expresión de las relaciones entre los hombres y su entorno.

La supervivencia está supeditada a los cuidados de otros seres humanos. (M. Álvarez)

De manera que población humana, entorno, organización social y tecnología son las cuatro variables que constituyen el ecosistema humano, definido como producto de dicha interacción. La adaptación cultural y colectiva es la forma definitiva de adaptación humana [13]. Otras razones que fundamentan la adaptación colectiva y cultural conseguida a través de la organización de la población hacen referencia a la interdependencia de los hombre, en el seno de su comunidad. La relación “tipo“ de las existentes en la naturaleza es la dependencia, la supeditación de cada uno de los seres vivos a las condiciones de un medio externo. Pero, en el caso del hombre, que se adapta al medio colectivamente, a través de la comunidad, las relaciones de interdependencia se extienden a la misma. No parece existir otra posibilidad. Desde que el hombre nace está indefenso para afrontar la realidad del mundo, porque es inmaduro para llevar una vida autónoma que le permita satisfacer por sí mismo los requisitos de autocuidado necesarios para la supervivencia, por lo que su vida queda supeditada a los cuidados recibidos por otros seres humanos, al principio de la madre, padre y otros parientes, en el ámbito de la familia [2,13]. 29

ENFERMERÍA COMUNITARIA: BASES TEÓRICAS

Tabla 9.

Interdependencia humana Nacimiento Inmadurez para vida autónoma

Dependencia seres humanos

Supervivencia

Socialización Aprendizaje cultural

Vida humana autónoma

Esta realidad permite decir que la supervivencia del hombre es colectiva hasta el punto de que, solamente a través del aprendizaje cultural en el seno del grupo y con la ayuda simultánea de sus semejantes, de los que depende, es capaz de adquirir conocimientos, destrezas y habilidades que le facultan para sobrevivir y, paulatinamente, reducir la depen-

Supervivencia colectiva del hombre

dencia de éstos, de manera que pueda llegar a satisfacer sus necesidades de forma autónoma y pueda vivir con cierta independencia, que nunca llega a ser absoluta. Sin embargo, la interdependencia humana tiene una mayor extensión a lo largo del tiempo, durante toda la vida de la persona, hasta que muere. (Ver Tabla 9 ).

Tabla 10.

Organización de actividades La interdependencia humana se mantiene a lo largo de la vida

Incapacidad del hombre para simultanear dos o más actividades diferentes

A1

A2

En definitiva, que la supervivencia humana es un asunto colectivo y no individual. No se puede partir del individuo, de la persona, sino de la población humana como conjunto de individuos, que en la realidad se manifiesta en grupos más o menos grandes y entre los que destacan la familia y la comunidad.

Organización social

Maximizar recursos

Creación

Intercambio

Distribución

Satisfacer necesidades de la población

30

El individuo, considerado de forma aislada, es interdependiente porque no es capaz de realizar de forma simultánea dos o más actividades diferentes a la vez. La población, compuesta de numerosos individuos, donde cada uno se dedica a la realización de tareas y labores especializadas y diferentes, sí que puede hacerlo, para lo cual se necesita de una determinada organización que, teniendo la tecnología necesaria, permita maximizar los recursos disponibles, originando la creación, el cambio y la distribución de alimento, otros materiales y servicios, dirigida a satisfacer las necesidades de los otros miembros de la población [13] (Ver Tabla 10 ).

Por extensión, la mayor parte de los problemas y otros sucesos tienen una trascendencia colectiva, no reducida y exclusivizada a la persona, de forma que la búsqueda de solución a los mismos se encuentra, en gran medida, dentro del propio grupo.

EL HOMBRE Y SU ENTORNO

Tabla 11.

Transformación del medio Medio ambiente

Supervivencia de la población

Adaptación cultural

Obtención de sustento

Tecnología

Organización Los grupos establecen estrategias para asegurar el acceso a los alimentos

A pesar de contar con una organización y una tecnología determinada, la población necesita del medio para su supervivencia, por las razones expuestas en un epígrafe anterior, y al que ha de adaptarse. Pero mientras otros seres realizan una adaptación más bien biológica y mecánica, el hombre lo hace a través de su organización y con el uso de la tecnología, es decir, realiza un adaptación cultural, entendiendo la cultura como el “conjunto de formas de pensar, sentir y obrar“ y, como tal, elabora sus normas de organización, transformando el medio con una tecnología más o menos desarrollada (Ver Tabla 11 ). Teniendo en cuenta todo lo dicho, al hacer referencia a ecosistemas humanos surge un nuevo concepto: la comunidad o conjunto de unas y otras unidades organizativas, antes señaladas, que supone la respuesta colectiva para la adaptación al medio y que garantiza la supervivencia de la población a través de la realización de una serie de funciones [13] que hacen referencia a: • Producción de alimentos y otros artículos, a través de un sistema productivo agrícola–ganadero, industrial, etc., que dependerá del nivel de desarrollo socioeconómico y cultural de la población. Estará estrechamente relacionado con el aparato tec-









nológico que posea. Por extensión, y debido a que los miembros de una comunidad son interdependientes, la función de producción no queda limitada a generar productos para el sustento, sino que precisará toda una serie de servicios, dirigidos a satisfacer otro tipo de necesidades, no exclusivamente alimenticias, como el cuidado de la salud, la educación, etc., en cuyo sistema se integran aquellos miembros con un adiestramiento específico y especializado en la creación y prestación de ese servicio. Distribución de los alimentos y servicios producidos. No bastando con su producción, la organización establece estrategias y sistemas para el reparto y distribución, de manera que lleguen a la totalidad de la población facilitando el acceso a los mismos. Coordinación de la totalidad de tareas, acciones y actividades realizadas para que su funcionamiento sea eficaz. Control o creación de normas que aseguren la realización de todo lo planificado para un funcionamiento eficaz de la comunidad. Reclutamiento de otros individuos a la población que asegure su continuidad a través del establecimiento de políticas y estrategias que la mantengan. 31

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Resumen • La ecología humana hace referencia a la existencia e intervención del hombre en la naturaleza y su objeto de estudio son las relaciones que tiene establecidas con el entorno y con otros hombres. Tiene, pues, una intensa carga cultural. • Dadas las características intelectuales del hombre, el modelo de ecosistema válido para otros organismos vivos no lo es para la especie humana; el ecosistema humano posee sus propios paradigmas. • El entorno es todo aquello que rodea al hombre y que es esencial para su vida, pues de él obtiene todo lo que necesita para seguir viviendo. Sin embargo, debe realizar una adaptación activa al mismo para sobrevivir; nunca el medio se adaptará a sus necesidades. • Dicha adaptación la realiza, básicamente, aunando esfuerzos con otros hombres mediante una organización de naturaleza colectiva y sociocultural, y que refleja la interacción entre una población de seres humanos que posee una organización y unas técnicas determinadas y el medio en el que viven [13]; de esta forma acceden al medio, transformándolo, con lo que se facilita la satisfacción de las necesidades y deseos de la colectividad humana.

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