ELECCIONES 2019

Santa Fe, una elección entre emergencias e impunidades. Ofertas y acechanzas de una Trinidad Conservadora y Manodurista.

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Santa Fe, una elección entre emergencias e impunidades. Ofertas y acechanzas de una Trinidad Conservadora y Manodurista. Una vez más, la industria electoral vuelve a exhibir su obscenidad manipuladora. Una vez más, empuña un grosero disimulo de las causas orgánicas que han patentado las dolencias y desventuras populares. Ningún exponente de la ya rancia política tradicional apelará a la verdad histórica, todo lo contrario, la encapuchará bajo una semi sonrisa teñida de cinismo y falsedad. Se intentará ocultar lo inocultable: la persistencia de un dilatado período de crisis –global y crónica-, iniciado con el terror dictatorial, afianzado con la ofensiva neoliberal de los ‘90 y agudizado por la hecatombe financiera de hace mas de una década. En documentos anteriores hemos señalado que el concepto mas apropiado para una caracterización de la realidad santafesina es el de “territorio de emergencias”. Un colapso integral se expande sobre las áreas básicas de nuestra vida material: salud, educación, trabajo, medio ambiente, alimentación, género, seguridad, vivienda, sistema hídrico, justicia, cárceles. Una cotidianeidad de penurias, de descarte social, de violencia exacerbada y muerte revelan – patéticamentela continuidad del proceso regresivo instalado por el neoliberalismo, primero en clave dictatorial y luego bajo el formato de los sucesivos gobiernos civiles que se sucedieron. La fórmula ensayada por los elencos estatales desde el ’83 hasta nuestros días ha sido la de la indiferencia ante los dramas estructurales de nuestro pueblo, el control social y la criminalización ante las rebeliones y las urgentes demandas, la impunidad. Como contrapartida, han sostenido una planificada política estatal para favorecer la fluidez y la dinámica concentradora, para conferir privilegios de todo tipo en favor de los “vencedores del modelo” y diversidad de reaseguros para su tasa de ganancia. En medio de esta pornográfica emergencia, el esmero vital de las clases dominantes y sus representaciones políticas se asienta nuevamente en el modelo de democracia reinante. Verdadera ingeniería mercantil, fraudulenta, promotora de la desideologización, de la privatización y el elitismo. El variopinto carrusel de “ofertas” se servirá de la manipulación mediática y de “consultoras” colonizantes suscitando debates tan falsos como sus encuestas. Circulan una variedad de operaciones multicolores y la “dictadura de la imagen” machaca hasta el hartazgo. Allí, bajo ese formato propagandístico, el establishment renovará todos sus intentos de hallar un escape político a sus laberintos de crisis. Procurará así, encubrir y distorsionar los debates estructurales, venderá humo con sus spots de mercado para captar consenso pasivo y auxiliará a la gobernabilidad burguesa. Desde el 2015, el mapa comicial de la provincia reconoce la consolidación de una Trinidad Conservadora y Manodurista. Progresistas, Pejotistas y Macristas para nada ocultan su apologética defensa sobre el modo de producción imperante: primarización biorentista, concentración y extranjerización económica, imperio de la especulación inmobiliaria, renta financiera indemne, flexibilidad, precariedad e inseguridad laboral, desempleo, pobreza e indigencia creciente. También, muestran similitud de enfoques dentro de la creciente derechización en el terreno de las concepciones para las políticas de seguridad pública. Pretendemos no pecar de pereza intelectual y afirmar que “son lo mismo”. Pero al mismo tiempo, nos resistimos a cierta analítica oportunista que presenta a los matices de gestión o estilo estatal como si se trataran de rupturas antagónicas. En otras palabras, nuestra caracterización sobre la “trinidad santafesina” la proyectamos desde la certeza de que estamos en presencia de una tríada de fuerzas políticas cómplices y emparentadas con la continuidad del plan maestro extractivista, especulativo y criminalizador vigente desde hace tiempo. Vayamos al grano analítico. La socialdemocracia global y los ¿“Tiempos de Cambio”? Empinado sobre el ancho y todopoderoso territorio del discurso político, Hermes Binner perfiló –allá por el 2008- las pretensiones de la “buena gobernanza” progresista. Apuntó al tuétano del imaginario social con lo que suponía primicias políticas de época e ideas de ruptura con casi un cuarto de siglo de administraciones pejotistas. Propuso echar mano a las “oportunidades” que –supuestamente- ofrecía el ciclo virtuoso de las comodities. Las mas comunes de sus cantinelas oratorias aludían a “la inserción internacional estratégica de la provincia de Santa Fe…” “La transformación planetaria en curso implica un desafío inédito para las próximas décadas, fundamentalmente para los próximos 20 años.” Empeñó su puño y letra alabando lo que denominó el Plan Estratégico Provincial.

Habló de “Un nuevo trato del Estado hacia los ciudadanos”, a la implantación de una “dirección progresista” y de una “democracia participativa de proximidad”. Ese Estado, además, debería tornarse en “eficiente y a la vez amable, de trato cordial”. Para ello, anunció como política oficial de estrechamiento con los ciudadanos a las denominadas “Asambleas Ciudadanas”, supuesto espacio de reconciliación de la sociedad con el Estado. Embargado en cierto paroxismo, caracterizó a estas Asambleas como “un ámbito democrático, donde están en pié de igualdad ministros, legisladores, intendentes, presidentes comunales y ciudadanos”. (SIC) Los santafecinos debíamos admitir, de allí en mas, que el “progresismo decente” había encontrado un poderoso talismán “para responder positivamente a la crisis de democracia representativa” post 2001. Y debíamos aceptar, pasivamente, que las Asambleas Ciudadanas representaban la suprema aspiración a una “genuina participación de la ciudadanía en la elaboración de los planes estratégicos regionales y en la construcción del Plan Estratégico de la Provincia de Santa Fe”. (SIC) La verdadera intencionalidad de este armado pseudo-participativo apuntó en tres direcciones concretas: 1) Poner en caja, cauterizar las revueltas y rebeldías callejeras del 2001 y reformular, en términos metodológicos y funcionales, los mecanismos de conquista de consenso legitimante. Para ello, resultaba vital orquestar “puestas en escena” donde exhibir “un formato estatal permeable a la sociedad civil”, que en virtual apariencia confrontara con las “caducas y primitivas” prácticas de gestión estatal ejercida por un PJ menemizado: populismo clientelar, burocracia centralizada, verticalidad, control social, represión, ajenidad y lejanía con los dramas populares, corrupción, etc. En estos (supuestos) escenarios “asamblearios” la voz de los “sin voz” se tornaba una pieza de utilería dentro de una escenografía mayor: la montada por la tecnocracia progresista que tomaba todas las decisiones políticas bajo la celosa custodia del “núcleo fuerte” del gobierno. 2) Con la denominada descentralización puso en disputa la base de sustentación del poder económico, político y social construido históricamente por el PJ, e intentó su desplazamiento como sujeto político dirigente y articulador del sistema de alianzas entre clases y actores políticos. Este objetivo se tornaba más relevante en el interior de la provincia, donde el PJ exhibía aún un poderío casi intacto. 3) Consolidar la “gobernabilidad” del sistema y su modelo de acumulación actual bajo una noción de hegemonía diferenciada a la conocida hasta 2007. Calcar las ideas sostenidas por años en el gobierno de la ciudad de Rosario: una total adhesión a la cosmética pragmática y posibilista que propone que no queda otra alternativa que la de gestionar la esclerosis capitalista “de modo decente” y “administrar” su miseria congénita con “buenos modales”. Este pomposo modelo “estratégico” de productividad, eficiencia y proximidad fue sacudido precipitosamente, tanto por la dualidad entre las formulaciones discursivas y las conductas políticas reales, como por una variedad de vicisitudes históricas. Hubo condicionantes duraderos como la desaceleración y el estancamiento global, el “conflicto del campo”, la llamada implosión subprime (crac de Lehman Brothers), la pobreza e indigencia de la década ganada y su continuidad radicalizada con Cambiemos: ajuste impetuoso, recesión, carestía, desempleo y endeudamiento. El denominado ciclo virtuoso de las oleaginosas devino en declinación y baja sustancial de precios. La productividad se desaceleró y los recursos fiscales se deprimieron. Comenzaron a aparecer los primeros síntomas de la inflación que sufrimos hasta nuestros días. Los primeros actos del Estado “cordial y próximo” fueron un explícito ofrecimiento ministerial a una acólita de Reutemann, (“la negra” María del Carmen Alarcón, del “destituyente” Grupo Pampa Sur), la impunidad para la jefatura política que ejecutó la represión y las muertes del 2001 y para los inundadores que sumergieron a 130.000 personas bajo cinco metros de agua en la catástrofe que tanto el Lole, Obeid, Gualtieri y Álvarez rotularon como “desborde hídrico”. Irrumpen el desmadre delictual-represivo de la policía santafecina y la consolidación de la violencia narco-criminal, especialmente en Rosario. Las Asambleas Ciudadanas fueron archivadas a perpetuo y la descomposición institucional mostraba al Jefe de la Policía santafecina imputado y procesado judicialmente por su relación con el narco. Su policía autonomizada delinquía, torturaba y escalaba en los casos de represión y de gatillo fácil. El 1° de Enero de 2012, la masacre criminal contra tres integrantes del Movimiento 26 de Junio (Mono, Jere y Patón) inaugura una nueva etapa. La movilización, la denuncia de las víctimas y el proceso judicial ayudan a explicitar las connivencias estatales, empresariales y profesionales con el narcotráfico. La espiralidad de la violencia narco-

criminal experimenta una escalada sin límites, cobrándose vidas y ejecutando atentados contra civiles, funcionarios y edificios públicos. Pero no todo se lo llevaba la violencia. "La caja viene mal. Hemos otorgado incrementos salariales del 21 por ciento y no hemos incrementado los tributos. Los ingresos propios han caído, los ingresos nacionales también. Y no hubo incremento de los recursos propios porque no hubo reforma tributaria y ahora estamos rascando la olla" (Antonio Bonfatti - La Capital – Política- 23/06/2012). En este contexto, comienzan a evidenciarse virajes conservadores, manoduristas. Se apela a los think thanks neoliberales (Fundación Libertad, Fundación Mediterránea, Foro Regional y otros) en busca de letra e ideas (muy neoliberales todas) para capear el ciclo de crisis. Se barren de las áreas de la Seguridad Pública a los exponentes de la meritocracia académica y tutores de la teoría de la Seguridad Democrática. Elías Soae Freue, un especialista israelí en seguridad que durante 30 años trabajó como policía en Israel y preparó múltiples sistemas de seguridad, es convocado por el gobierno de Bonfatti para capacitar a los jóvenes agentes de la Policía Comunitaria de Rosario. De tal manera, un personero del sionismo experto en inteligencia, guerra psicológica y aniquilamiento de comunidades palestinas era bienvenido y halagado por su programa Multipol. Este programa traza como objetivo central el involucramiento de los sectores populares en las políticas de prevención y control de delito. La intendenta Mónica Fein exaltó a Freue y a su “aporte invalorable para que esta fuerza mejore. Tengo la esperanza que los vecinos y las instituciones se involucren, porque son ellos quienes deben auditar permanentemente y mantener un diálogo continuo con el estado local”. Queda claro que esta concepción de “integración comunitaria” promueve las prácticas mas aberrantes del sigilo y la delación vecinal. Una política que no apunta a rescatar atributos populares como la solidaridad, sino que alienta la “buchonería”, el individualismo pragmático, la colaboración económica activa con la policía, la fractura social, la “guerra entre pobres”, linchamientos express, etc., buscando resultados en base a la potenciación de las peores miserias humanas.Lifschitz y su gobierno promueven el desembarco de la jefatura de Carabineros (jefes de Análisis y de Operaciones coordinados por el Agregado Policial de la embajada de Chile) para “exportar el plan de seguridad chileno a Rosario." “La idea es profundizar el Plan Cuadrícula, para estar más cerca del vecino, ganar la confianza del vecino, que conozca al policía que está cerca.". (La Capital - Martes 27 de Septiembre de 2016). Y siguen las perlitas: “En Chile primero está la mamá y después los Carabineros, señaló Silvana Marisio, jefa de Operaciones de Control” de los “pacos”, y “destacó los índices de confianza y popularidad que supuestamente gozan sus uniformados”. (La Capital Miércoles 28/9/2016). Un exultante Pullaro twiteó: “Con carabineros de Chile tenemos una semana de intensa actividades. Mañana unidad Regional Rosario y por la tarde Base TOE” (Twitter oficial de Maximiliano Pullaro – 27/09/2016). Hay que apuntar también la total adhesión del progresismo a los desembarcos de Berni y su Gendarmería, a la declaración de emergencia en seguridad y a la activa “coordinación unitaria” con la ministra Bulrich en las políticas de inteligencia, represión y criminalización promovidas bajo el rótulo de “guerra al narcotráfico”. En consonancia con estas políticas se ufanan de haber sancionado la primera ley sobre extinción de dominio de bienes secuestrados al narco. Cada subasta de bienes decomisados resulta un show donde una patética victoria pírrica es mostrada como resultado de firmeza y eficacia político-judiciaria frente a la narco-criminalidad. En materia legislativa, el ministro de Seguridad Pullaro, acompaña la ofensiva de la ministra Bullrich para que la provincia adhiera a la Ley Nacional de Narcomenudeo, presionando para que el proyecto de ley aprobado en el senado provincial sea tratado en Diputados. Se impulsó el proyecto del nuevo Código Procesal Juvenil orientado por el “especialista” García Méndez que públicamente argumentó que la provincia debía superar tanto la demagogia punitivista como el garantismo bobo. Con tal definición se despejan las dudas respecto de la verdadera postura del gobierno provincial en relación a la edad de imputabilidad de los menores, mas allá del cacareo mediático de Lifschitzs y Silberstein en contra de los proyectos legislativos que propician la baja. Coherentes con estas premisas, se aprestan a inaugurar las ampliaciones del IRAR (verdadera cárcel de menores) en Agosto próximo. En el campo laboral, el Estado santafecino aplica despiadadamente la lógica precarizadora que se sostiene en una mayor explotación de la fuerza de trabajo. Las diversas luchas protagonizadas por los empleados del sector público pone diariamente en la superficie la naturaleza negrera, explotadora y evasora del gobierno. Sueldos de hambre, trabajo en negro, pésimas condiciones laborales, salarios adeudados, flexibilización y contratos basura, son algunas de las “bondades” que exhibe su gobierno. También, se evidencia que ante las protestas y movilizaciones se alienta la fractura

social, la amenaza de represalias y una tendenciosa campaña mediática que apunta a deslegitimar o estigmatizar las demandas. Las últimas imágenes del naufragio progresista reflejan su deriva conservadora: 1) el affaire de su ex diputado, Luis Contigiani, y esa fervorosa intervención en contra de la legalización del aborto (“….cuando me fueron a buscar ya sabían quién era y como pensaba. No estoy para nada de acuerdo en abordar el aborto como un derecho a elegir. Me aferro a la convicción de que el pueblo debe defender la vida. No podemos resolver problemas sociales colateralmente al eliminar la vida por nacer”.) 2) La claudicante aceptación del Pacto Fiscal propuesto por el macrismo y el brutal ajuste en las tarifas de los servicios públicos provinciales. 3) El rutilante papel del gobernador en el armado político de una posible alianza electoral encabezada por Roberto Lavagna (duhaldismo acérrimo), y fogoneada junto a gobernadores de la denominada “Región Centro”, Gustavo Bordet (PRO campo y PRO vida) y Juan Schiaretti (Fundación Mediterránea): "Se necesita, primero, un armado plural y transversal, es la única manera de romper la polarización y expresar un proyecto alternativo. Lavagna es el único que reúne características que lo hacen atractivo para este momento: experiencia y conocimientos técnicos sobre la economía, ha sabido administrar una crisis de manera exitosa" (Miguel Lifschitz - La Capital – Política - Miércoles 10 de Abril de 2019). JUNTOS: el pacto jurásico y su refrito verde-celeste. El proceso de crisis en el PJ provincial contiene un complejo arrastre de casi 40 años. En los ’80, el signo cualitativo de las gestiones de la denominada “cooperativa” (VernetReviglio) radicó en el reparto bipartidista del territorio estatal, la corrupción y el enriquecimiento ilícito, la confirmación de los mandos de las fuerzas policiales implicadas en el terror dictatorial, el apadrinamiento de los sectores sindicales vinculados a las AAA, el clientelismo paternal de todo pelaje, entre otros. Algunos de sus actores y personajes terminaron imputados delictivamente y destituidos (Vanrell), y recluidos en un ostracismo obligado que les impidió el retorno al campo de la política por simbolizar al “peronismo impresentable”. La siguiente etapa la completa con la alternancia de la dupla Reutemann-Obeid. La aparición política del “Lole” emerge en medio de un momento primario de crisis de representatividad ante el estrepitoso fracaso del proyecto alfonsinista (con la democracia se vive, se come) y el ocaso de un gobierno provincial jaqueado por las corruptelas, los saqueos y la hiperinflación. La metaformosis capitalista apeló a colmar la política con la farandulización y el tecnocratismo y así socorrer su gobernabilidad. Reutemann fue discípulo eminente, visceral del menemismo y del pensamiento único. Cobijó en sus gobiernos a Mercier, un experimentado ajustador, y a Enrique Alvarez un calificado represor. Operó para componer una Corte Suprema de Justicia adicta, nombró a parientes, premió a salteadores de bancos y dirigió la policía que asesinó a Pocho Lepratti. Amparó a traficantes en el Tribunal de Cuentas y mantuvo a rajatablas la Ley de Lemas, instrumento primordial de su poder electoral inicial. Tuvo como tesorero a Massat, hasta los escándalos de los "giros" a empresas fantasmas. El turco Obeid alabó la “fiesta menemista” y enarboló el mega-discurso neo-liberal exaltando los “logros” de la apertura de mercados y las “reformas” que supuestamente conducían al primer mundo. Uno de sus “logros” fue la privatización del Banco de Santa Fe a manos de los mafio-lavadores “Puchi” y Carlos Rohm. Su segundo gobierno (post 2001) lo encaró con anuncios de claro sesgo demagógico: creación de la Secretaría de Derechos Humanos (intento de licuar las responsabilidades políticas por las consecuencias de la represión y muertes del 2001); derogación de la Ley de Lemas (para absorber el cuestionamiento popular a los mecanismo de fraude electoral del que resultó beneficiario); declaración de la emergencia hídrica (para aplacar el costo político generado por las inundaciones), reforma constitucional (reformular el sistema de representación política ante los cuestionamientos de “que se vayan todos”). Su innegable política fue la de impulsar todas las “sugerencias” de la Bolsa de Comercio para encarar las grandes obras de infraestructura que permitan el tráfico de mercancías e insumos de la gran burguesía exportadora. Un rol fundamental de su gobierno fue el lanzamiento de la “Región Centro” junto a los gobernadores Busti y de la Sota, reforzando el modelo de acumulación capitalista que requiere permanentemente de la disposición de bloques y regiones subordinadas a los monopolios de la concentración económica y financiera global.

Por estas acciones se ganó los elogios del mismísimo presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Federico Boglione: "fue una idea de las Bolsas de Santa Fe, Córdoba y Rosario" y fueron "bien tomada por los tres gobernadores", "…y tendremos un grupo de legisladores que nos va a permitir obtener mucho más de la Nación que ahora, con una fuerza que, dispersos, no teníamos" (RosarioNet, 31-7-04). Comandó personalmente el plan de infraestructuras que incluyó obras como el dragado y balizamiento de la hidrovía Paraná-Paraguay, la terminación de la autopista Rosario-Córdoba, la reubicación del Puerto de Santa Fe, la autovía Córdoba-Concordia, el Plan Circunvalar. Las finanzas provinciales cargaron con todas estas inversiones. En definitiva, la gestión obeidista fue una metódica continuidad post-reutemanista, bajo la misma perorata que conocimos en la década menemista, alabando el señorío de los mercados y la competitividad para despegar, supuestamente, hacia la igualdad y el pleno empleo. En pleno apogeo de la década ganada el pejotismo provincial presentó como plan de “renovación” la disputa entre Rafael Bielsa y Agustín Rossi. Sin embargo, el intento fue a parar al museo de los fracasos ya ensayados del 83’ a esta parte y no pudo ocultar ni los acuerdos del primero con las corrientes más retrógradas del reutemanismo residual, ni la exaltación K de los “logros” del gobierno obeidista, prometiendo profundizar el modelo regresivo imperante. Mas del mismo humo. En la presente etapa, el archisabido pragmatismo del PJ apunta a conformar una verdadera congregación transformista que capitalice el repliegue progresista y las obscenidades de una derecha arrogante, saqueadora y criminalizante. Es lo que verificamos como planteo político en las arengas cotidianas: "todos contra Macri", "Unidad de acción contra la derecha", "Macri es el límite", “Nunca Menos”. Se han enterrado las considerables diferencias y la forma dual de actuar ante “la derecha” de los que ahora conforman “Juntos”. El “Frente Ciudadano del aguante” alentando el retorno Cristinista. La ortodoxia conservadora (Perotti, a la cabeza) acordando “gobernabilidad” a partir de acuerdos estructurales con el macrismo. Los enviados de Cristina han demostrado “vocación unitaria” inmolando a sus candidatos y ultimando la rosca electoral con un portador de menemismo como Perotti (idéntica decisión tomó la jefa en Córdoba para apoyar a Schiaretti). Para sus cometidos de campaña Perotti ha recurrido al publicista Ramiro Agulla. Un ideólogo de “la imagen” y de los candidatos de las corporaciones (con Clarín a la cabeza). Sus pergaminos hablan de su asesoramiento a Fernando De la Rúa (en 1999), a Carlos Menem (en 2003), a Francisco de Nárvaez (2009-2013) y al ex gobernador cordobés Juan Manuel de la Sota (2011). Un marketinero de clara impronta derechista y una inusual agresividad comunicacional. Instaló famosos slogans como “Dicen que soy aburrido” o “¡Vamos Menem!” en 2003. También, “Yo tengo un plan” o “Es ella o vos. Votame”. Se comenta que el consagrado publicista cotiza sus campañas en un millón en dólares. Y bajo este asesoramiento, propio de los consejos del consultor Steve Bannon (ex asesor de Donald Trump, amigo íntimo de Eduardo Bolsonaro y promotor de un frente global de la extrema derecha) el senador Perotti marcó sus ejes de campaña. El primero se expresó en un afiche profusamente fijado en las grandes carteleras: “La Paz y el Orden”. Siguió con declaraciones en la misma dirección: "A mí, no me van a votar los delincuentes",… la inseguridad es el gran conflicto de la provincia…hay declarar la emergencia en seguridad". Sacando a relucir ciertas ínfulas de sheriff dijo "voy a conducir a la policía,….. Va a ser una policía mejor entrenada, equipada y remunerada". Y remató con trillada frase de “una Santa Fe más segura, donde la preocupación pase a ser de los delincuentes y no de los vecinos. En las grandes ciudades, a partir de las 6 de la tarde, son los vecinos quienes tienen que encerrarse, cuando debería ser al revés”. (La Capital – 4 y 18 de Marzo). Ha “motivado” al empresario Enrique “Pipi” Bertini para que conforme una lista de concejales en Rosario. Bertini es el referente máximo de la masiva movilización realizada bajo el lema “Rosario Sangra”, luego del asesinato de su hijo en una entradera. En su lanzamiento político cuestionó a quienes “solo atienden los derechos humanos de los delincuentes…” y el consabido “garantismo de puerta giratoria” para la delincuencia. Al hablar del perfil de los integrantes convocados para su lista elogió a las jefas de la Acción Católica (Opus Dei) y del movimiento “Si a la Vida”. Estas propuestas políticas para nada difieren del contenido de aquella propaganda electoral que mostraba al ahora precandidato a Intendente por Rosario, Roberto Sukerman, bajándose de un patrullero en la nocturnidad urbana asegurando tolerancia cero con la delincuencia. El precandidato a diputado provincial Julio Eggimann, delfín preferido de Perotti, adelantó su intención de impulsar en la Legislatura un proyecto de ley para declarar a Santa Fe como provincia Pro Vida (La Capital - Política - Domingo 31 de Marzo).

Este denigrante acopio político desmerece toda creencia sobre panoramas de renovación y de ruptura histórica con el marchito pejotismo. Sus actores de reparto son los que articulan un falso discurso sobre “unidad en la diversidad”, y bajo el imperio del más obsoleto pragmatismo pretenden justificar un verdadero pacto jurásico negador de toda política de renovación. No caben dudas de que esta ¿“unidad antineoliberal”?, así concebida y conformada, representa una peligrosa mixtura reaccionaria, una nefasta perspectiva política. Y para nada augura que por ese sendero se pueda resolver el tan machacado sermón de “no ser funcionales a la derecha”. Todo lo contrario. Se trata de un alarmante refrito verde-celeste conducido por un conservador sistémico, que expresa una alianza con las multinacionales agroexportadoras, con el capital especulativo, los caciques territoriales de la ortodoxia pejotista, la burocracia sindical y el clero. Su campaña electoral representa una verdadera provocación con promesas de schok productivo (en un marco de estancamiento global), de seguro shock criminalizador y de un revulsivo shock provida. La entente conservadora ha integrado a socios híper minoritarios, residuales: el PC, Nuevo Encuentro y el Partido Intransigente. Nada nuevo en fuerzas que desde el 2001 a nuestros días transitan una mutación retrógrada que las ha mostrado oscilando entre alianzas con el progresismo gorila (el mismo que en Venezuela vota a Capriles) y con el actual plagio reutemanista. María Eugenia Bielsa, Obeidismo del siglo XXI. Los falaces ademanes progres de una infanta angelical. “Hay una frase que me marcó en algún momento, que fue muy fuerte. Cuando Obeid me convocó para ser vice-gobernadora me dijo: no es tiempo para tibios…. Y esa frase a mi me resuena” (video publicado en su facebook personal). Resultaría una obviedad afirmar que esta infanta angelical del pejotismo es producto e impronta del discurso obeidista. A confesión de parte….. Pero ocurre que la pulcra y refinada arquitecta representa algo más que una incondicional recolectora de frases del ex gobernador. Invirtamos un poco de tiempo en repasar su itinerario político. Funcionaria municipal en tiempos del mutante-menemista Héctor “Tigre” Caballero (el que se ufanaba de usar calzoncillos rojos para ver partidos de fútbol con Carlos Menem), y funcionaria provincial en la administración de Reutemann entre 1999 y 2003. Resulta casi una faena arqueológica rescatar alguna pieza mediática que refleje un enérgico cuestionamiento de la infanta hacia las masacres del neoliberalismo menemista. Nada. Y no resultó para tibios esa etapa!!!! ¿Alguien la vio portando una pancarta por Pocho Lepratti y los asesinados del 2001? ¿Alguien percibió algún gesto político con los inundados por la riada del Salado? ¿Se supo alguna vez cual era su opinión sobre la ofensiva privatizadora contra el Banco Provincial? ¿Conocía el macabro ranking de la policía provincial sobre torturas y muertes por el gatillo fácil? ¿Despotricó contra el emporio agroexportador y sus nefastas consecuencias? ¿Cuestionó el discurso anti-obrero y chantajista contra los maestros provinciales de la Ministra de Educación de su gobierno Carola Nin? (si, la que encabeza la lista de precandidatos a Concejales en Rosario) ¿Ante la renuncia de Nin, se opuso a la designación de Adriana Cantero como titular de esa cartera, una de las persona mas comprometidas con los nefastos propósitos de Ley de Educación Federal?. ¿Conoció que el ex suboficial del Destacamento de Inteligencia Militar 122 de Santa Fe, Nicolás Correa, fue el número dos de la Subsecretaría de Seguridad Pública de la provincia durante los cuatro años del primer gobierno de su “maestro” Obeid? "Sinceramente desconocía estos antecedentes” respondió el “turco” ante las preguntas de la prensa. ¿Advirtió como vicegobernadora que el ex subsecretario de Seguridad Pública del primer gobierno de su “mecenas” Obeid, el teniente coronel (r) José Bernhardt, fue confirmado en su gobierno como subsecretario de Emergencias provincial?. Bernhardt fue jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122 y los sobrevivientes lo señalan como el oficial que durante el terrorismo de Estado trasladaba a los detenidos ilegales de Santa Fe hasta el centro clandestino que funcionaba en Granadero Baigorria, “La Calamita”. Ambos represores, fueron denunciados por querellantes en las causa de lesa humanidad. "Siempre tuvieron protección política", recordó el sobreviviente Canteli. La directora de Asuntos Internos del gobierno Obeid-Bielsa, Leyla Perazzo, dijo: "No sé de dónde Canteli saca esos datos, no son las referencias que yo tengo". Un molesto ministro de gobierno, Roberto Rosúa, amenazó con querellar a Canteli y defendió a tan meritorios

funcionarios: "A mí no me consta que Bernhardt y Correa hayan sido represores. Y no creo que esa imputación afecte al Ministerio de Gobierno, en todo caso en el plano personal el propio subsecretario ya me ha pedido que haga una investigación". La “doctora” Perazzo, que estuvo a cargo de la policía de menores de Rosario durante los sanguinarios tiempos de Feced y se la señala como una “operadora” que tramitó “el destino” de casi cien niños nacidos en cautiverio, fue premiada con la titularidad de la Policía provincial. El 27 de octubre de 2006, cuatro querellantes y denunciantes de delitos de lesa humanidad: Daniel García, Alba Sánchez, Amalia Ricotti y Jorge Pedraza, presentaron a Rosúa más pruebas sobre el paso de Bernhardt por el Batallón de Inteligencia 601 y la Escuela de Inteligencia, donde se graduó "con calificaciones cercanas a los 100 puntos en Actividades sicológicas (84 puntos), Información político social (87) e Información sobre ideologías totalitarias (91 puntos)". En medio del escándalo el “tutor” Obeid salió a respaldar a su amigo Bernhardt: "Es un hombre de mi total confianza". Exaspera el silencio de la arquitecta. Y no le pedimos peras al olmo: cualquier “progresista” -que se precie de tal- podría ejercer cierta patraña discursiva, hacer gala demagógica y ensayar una falsa “autocrítica” (como ciertos políticos profesionales acostumbran). Ni siquiera esa habilidad de políticos burgueses. La conclusión inevitable sobre semejante mudez radica en que la refinada arquitecta avaló integralmente la continuidad post-reutemanista del último gobierno de Obeid, bregando por el retorno a la normalidad de las instituciones sacudidas por el “que se vayan todos”, asegurando la continuidad del modelo biorentista delineado por las agroexportadoras y la Bolsa de Comercio, ajustando y precarizando a los trabajadores públicos, y procurando impunidad para Reutemann y su gobierno. En eso consiste su único y verdadero recorrido. Y su retorno electoral se produce bajo matrices recicladas. Su patente Obeidismo de Siglo XXI alterna presencias tanto de garantistas (Bruera) como defensores de la Tolerancia Cero (Giuliano-Daniele), defensores de De Vido (Frana) con burócratas enriquecidos (Leoni), señorío feudal conservador (Capitani), un out sider mediático (Lewandosky) y la inefable Carola Nin. CAMBIEMOS: la derecha arrogante depreciada y sus patibularios de boina blanca. La aparición de Cambiemos en el escenario político provincial puede hallar explicaciones en su explícita relación con la construcción de un nuevo consenso reaccionario frente a las respuestas defensivas y las claudicaciones de los denominados “gobiernos progresistas y de izquierda”. Los golpes institucionales en Honduras (2009) y en Paraguay (2012) fueron sus primeras señales y una cadena de resultados electorales favorables a las fuerzas políticas de la derecha latinoamericana demostraron su vigor, sepultando los criterios teórico-políticos que auspiciaban –linealmente- que todo lo post-neoliberal no necesariamente debía conducir a una ruptura con el capitalismo de época. Regionalmente las explicaciones pueden resumirse en:  el peso de la cultura ruralista y del conservadurismo urbano, blanco-racista en una parte sustancial del electorado santafecino. La radicalidad punitiva macrista cabalgó sobre el arraigo de una subjetividad transformada en clamor reaccionario, punitivo, criminalizador (apoliticismo proto-fascista, fobia anti-sindical, rechazo terminante al planteo de lucha, racismo, estigmatización, xenofobia). Se escucha y se perciben cotidianamente miles de expresiones aludiendo a los “docentes haraganes”, a los “choripaneros”, “planeros”, “trapitos extorsionadores”, y otros, como sujetos a extirpar del contexto en aras de una sociedad higiénica, blanca, occidental, civilizada. La pobreza como malignidad de época y como peligroso acecho social. Para estas demandas la derecha vomita promesas de orden, autoridad y tolerancia cero.  el vacío político que aparejó la evaporación de dos figuras relevantes del clásico bipartidismo para este perfil de votantes : Reutemann y Uzandizaga;  la licuación tanto de la UCD (C. Castelani dip. Nac. 1999/2003) y de un partido tradicional de la derecha santafecina como es el PDP, hoy dentro de la alianza hegemonizada por el “falsocialismo”;  la capitalización del “voto castigo” ante el desgaste progresista y la crisis de liderazgo post menemista;  el auxilio político-territorial de la UCR;  una morfología política gobernada por la elitización, la degradación ideológica y la “ingeniería de la imagen”, en manos de una estructura auxiliar de consultoras especializadas en técnicas de marketing electoral;



oferta de un formato de gestión comandado por un colectivo de intelectuales orgánicos, expertos y consejeros (“hay equipo”).

En la actual campaña electoral la derecha sube su apuesta cínica. Soslaya la barbarie de sus políticas nacionales e incita su plan punitivo-criminalizador. “Acá hay que poner orden, reaccionar rápido y hay que inclinar la cancha para el lado de la ley….. Tenemos un plan. Traer 4.500 efectivos federales a la provincia a cambio de la deuda que el kirchnerismo generó con Santa Fe. Que se cobren esos recurso de ahí para que en cuatro años, en un plan sistemáticos re entrenemos y capacitemos a la policía provincial". En medio de la Plaza San Martín, foco de aquella convocatoria de "Rosario Sangra", el boina blanca José Corral desplegó su oferta electoral. (Política – La Capital Sábado 6 de Abril). "Santa Fe tiene una gran capacidad productiva, pero que tiene una amenaza que es el la inseguridad y el narcotráfico.” Coherente con esta premisa alfombró el desembarco de la Ministra Bulrich para presentar los atributos del plan “Cosecha Segura”. Queda así patentado que la “seguridad” se ha transformado de un derecho humano de carácter público y de goce popular (derecho a trabajar, a alimentarse, a educarse, a no temer, etc.), en un privilegio de carácter privado: mientras un verdadero ejército que agrupa unos cuantos miles de efectivos resguardan –con excesivo celo y vastos recursos- los bienes y mercancías de los grupos agro-exportadores monopólicos, la “seguridad pública” es destinada a las tareas de control y disciplinamiento social: razzias, rastrillajes, torturas, amenazas, persecución y hostigamiento, y por supuesto mucho “gatillo fácil”. Pero en el partido del Punto Final y de la Obediencia Debida el menú blumbergiano es extenso y diverso. El excéntrico Jorge Boasso también apuntó a la “inseguridad” como eje central de su campaña: “la primera medida …………será la pedir la intervención de las fuerzas federales hasta la erradicación total de la narcocriminalidad en Rosario", "……no sólo de Gendarmería, sino de Prefectura y de la Policía Aeroportuaria…..Creo que el intendente tiene que ser prácticamente un jefe de policía de facto, de hecho,…” (La Capital - La Ciudad – 18/03/2019). Algo (reaccionariamente) “novedoso” fue protagonizado por quien encabeza la lista de concejales para Rosario, Sergio Más Varela, entregando a mujeres aerosoles de gas pimienta (con un diseño de lápiz labial) para defenderse de sexuales y robos. Los repartió públicamente, en la plaza Pringles aduciendo querer “….despertar a la clase gobernante de la ciudad….”. El devaluado Roy L. Molina también ha acoplado su discurso a la cruzada punitivista reivindicando el rol de su bloque en la ofensiva contra las luchas y reclamos populares que el gobierno nacional viene implementando, y para lo cual presentó un proyecto de ordenanza que prevé sancionar a las organizaciones o integrantes de éstas que produzcan cortes de calle en una manifestación pública. El discurso macrista intentará abrir paso dentro del variado arco de propuestas manoduristas e intentará instalar como verdad la siguiente ecuación: pobreza = delincuencia; delincuencia = “inseguridad” (Miedo en la población que justifica el control policial y garantiza al sistema + criminalización de los oprimidos y no de los causantes del genocidio capitalista). Es bueno recordar: “¿Porqué las prisiones permanecieron a pesar de esta contraproductividad? (cuanto más tiempo en prisión se pasa menos re-educado y más delincuente se es). Yo diré precisamente porque de hecho producían delincuentes y la delincuencia tiene una cierta utilidad económica-política en las sociedades que conocemos. La utilidad mencionada podemos revelarla fácilmente: cuanto más delincuentes existan más crímenes existirán, cuanto más crímenes haya más miedo tendrá la población, y cuanto más miedo en la población más aceptable y deseable se vuelve el sistema de control policial. La existencia de ese peligro interno permanente es una de las condiciones de aceptabilidad de ese sistema de control , lo que explica porqué en los periódicos, en la radio, en la televisión, en todos los países del mundo, sin ninguna excepción, se concede tanto espacio a la criminalidad como si se tratara de una novedad en cada nuevo día. Desde 1830 en todos los países del mundo se desarrollaron campañas sobre el tema del crecimiento de la delincuencia, hecho que nunca ha sido probado, pero esta supuesta presencia, esta amenaza, ese crecimiento de la delincuencia, es un factor de aceptación de los controles....”. (MICHEL FOUCAULT – Conferencia en Facultad de Filosofía de la Universidad de Brasil - Revista “Barbarie”, Nros. 4 y 5, Brasil, 1981/1982).La refundación de las izquierdas para una real alternativa anticapitalista. Las opciones electorales y las candidaturas que se han organizado por fuera de la trinidad conservadora, tanto la alianza entre el FSP y FCF como el FIT y Nueva Izquierda, no representan –a nuestro modesto entender- senderos salubres para dar

respuesta a una vacante histórica vital: la construcción de una alternativa anticapitalista real. Creemos que una primera exigencia para tal objetivo es la de ejercer una crítica implacable alrededor del modelo de “democracia” vigente. También, la de descartar al territorio electoral como eje primordial y excluyente de una identidad revolucionaria en construcción. Mucho menos, si la participación electoral supone diluir tajantes reproches a la dominación institucional burguesa, lavar propuestas estratégicas, claudicar ante las demandas del “sentido común” o no antagonizar con la estética marketinera sin contenido y el formato del “candidato providencial y sonriente”. Nuestras disidencias y críticas con el FSP-FCF no son de superficie. Refieren a universos teóricos, a la orientación estratégica y a diferendos tácticos. No pretendemos sermonear con enfoques “puristas” aludiendo al territorio político como un vergel libre de contradicciones. Sí aspiramos a conducirnos con coherencia política y evitar la sinuosidad y la ambivalencia entre discursos y actos políticos reales. Hablamos, por ejemplo, del espejismo montado con el llamado a una “gran paso” para “derrotar a Macri” en Rosario y con el denominado “Diálogo Abierto” con fuerzas y dirigentes de la trinidad conservadora. Una cuota de realismo político hubiera servido para advertir los efímeros alcances e inviabilidad de semejante planteo táctico. La vida (y mas que nada el visceral pragmatismo) demostró que el “perfil” de alianzas preferido por el falsocialismo y el rancio pejotismo se configura con los guardianes del saqueo capitalista. A la izquierda trotskysta tradicional la consideramos portadora de una cultura vanguardista, sectaria y de rechazo visceral al concepto de izquierda plural. También merecen nuestra crítica un sinnúmero de declaraciones y actitudes públicas de sus dirigentes en espacios mediáticos e institucionales del sistema, y nos resultan inaceptables sus descalificaciones y ataques tanto a las experiencias políticas de Venezuela y Bolivia, y en especial, a la Revolución Cubana. No dejamos de valorar que con muchos de los militantes y dirigentes del FSP-FCF y el FIT compartimos un sinnúmero de luchas y resistencias callejeras. Pero ello no impide, ni desmerece nuestra sincera crítica. El interrogante a responder sería: es factible OTRA concepción de agrupamiento de la izquierda anticapitalista???? Esta es nuestra exigencia mas trascendente: demostrar que existe y parar de discursear sobre la necesidad urgente de una alternativa. ¿Qué hacer? ¿Cómo asumir desde las izquierdas el gran reto de desafiar al capitalismo rearmando alternativas radicalizadas? ¿Cómo transformar en deseable una renovada tesis socialista? ¿Cómo enfrentar variados síntomas de “crisis de fe”, de inercia estratégica, de voluntades disminuidas, de renuncias a la utopía del poder? ¿Debe limitarse la izquierda a vegetar dentro de la institucionalidad burguesa o debe recrear una nueva mística que conquiste adhesión por su capacidad de fundar realidades y hábitos antagónicos a las del capitalismo? ¿Cómo formar identidad y acción militante a partir de un nexo con las masas absolutamente inédito: un nuevo Poder Popular Constituyente, en el que confluyan tanto la experiencia actual y el vastísimo historial de la clase obrera y el movimiento popular? Representamos un grado de síntesis identitario, históricamente provisorio y al servicio de la “refundación de la izquierda”, o sea de su propia superación en una identidad colectiva y plural, abarcativa de la diversidad de las izquierdas. Relancemos una praxis que potencie y estimule el conflictivo fenómeno de la unidad anticapitalista.

Movimiento Amplio de Izquierda Gran Rosario, Abril de 2019