El Tratamiento de Belleza

El Tratamiento de Belleza Por: Apóstol Rony Chaves   “Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardo

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El Tratamiento de Belleza Por: Apóstol Rony Chaves  

“Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque Mardoqueo le había mandado que no lo declarase. Y cada día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban. Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas para venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres, entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre” Ester 2:10-14 Era estrictamente necesario que cada doncella y especialmente Ester quien estaba a cargo de el eunuco Hegai, recibieran durante un año un tratamiento de belleza especial, veamos algo sobre este proceso de embellecimiento: 1. El tratamiento sería de doce meses A. Sería de un año completo. Esto implicaba un tiempo largo y definido. Solo a través de un proceso y trato del Espíritu Santo en la Iglesia suficientemente largo y definido por Dios, ella estará lista para entrar en las cámaras del rey y obtener su favor. Amén. B. El tratamiento estaría al cuidado de Hegai; esto simboliza que el

tratamiento de belleza para la Iglesia está sólo al cuidado y supervisión del Espíritu Santo de Dios. C. El tratamiento de belleza ya estaba bien definido; no podía inventarse algo nuevo fuera del orden o del protocolo real. La forma en que la Iglesia, la “Doncella del Señor” será embellecida y ataviada ya está definida en Su Palabra por Dios mismo. No se podrá inventar algo nuevo, no será a la manera del hombre sino a la manera de Dios. Amén D. Lo natural no bastó; aunque cada doncella era bella y escogida, y Ester era sumamente hermosa, la belleza natural no era suficiente. Igual hoy sucede con la Iglesia, aunque la salvación la ha hermoseado, no es suficiente su capacidad y belleza natural; La Novia de Cristo necesita ser adornada, ataviada y embellecida a través de un proceso y tratamiento de belleza del Espíritu Santo. ¡Aleluya! E. Lo mejor de Ester no la calificó. Aún cuando Ester era muy bella, su belleza física natural no la calificaba para ser escogida por el rey Asuero para ser su novia. Ester tenía que ser cuidada, ataviada, adornada y perfumada de manera metódica y muy inteligente. Hegai el eunuco, debía hacer su mejor trabajo y plan de belleza en Ester al conocer los gustos de Asuero para que el rey la eligiera como la mejor de todas para ser la reina. 2. El tratamiento tendría dos fases: A. Los primeros seis meses con aceite de mirra. B. Los últimos seis meses con perfumes y cosméticos. 3. El tratamiento era una llave. A. Ninguna doncella vería al rey sin ese tratamiento; los doce meses de cuidados, embellecimiento y atavio eran absolutamente necesarios. En el caso de la Iglesia hoy, es necesario para ver al Rey. B. La doncella tendría acceso al palacio del rey. Al cumplirse el año de su tratamiento la doncella tendría la oportunidad de ir a la casa del rey para encontrar su favor. Es importante hacer notar que una cosa era tener la oportunidad de ver al rey y otra cosa era que al verlo él le diera el favor a su doncella y la escogiera como su esposa y reina. C. Aún con todo y el tratamiento de belleza, la mujer más bella de todas no era electa sino por el favor del rey. Esto nos hace recordar que la Iglesia, aún cuando sea tratada por el Espíritu Santo, solo puede ser

reina por el favor y la elección soberana del Gran Rey. Jesucristo. ¡Aleluya! 4. El tratamiento y el acabar el proceso en sí le daba a la doncella una fabulosa oportunidad de ver al rey. Ella lo había “ganado”. Esto nos enseña que siempre que nos santificamos para Dios, y le buscamos con profundo anhelo, las puertas de su “palacio” se abren para recibirnos ante El. Además, el haber finalizado el plan estipulado, le permitía a la doncella escoger del harén del rey lo que quisiera para presentarse ante él. El buscar al Rey Jesús de todo corazón y en plena santidad nos abre los tesoros de Su Reino para ser adornados como Novia para presentarnos ante Su Trono de Gracia. “Entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las mujeres hasta la casa del rey” Ester 2:13 Concubina o reina- esposa Después que la doncella había terminado su tratamiento de belleza y había escogido lo que quería del harén para ir a presentarse al rey, era llevada al palacio. Ella era doncella virgen y hermosa, candidata a ser la reina del Imperio si en esa única noche ella encontraba el favor de Asuero. “Ella venía por la tarde, y a la mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por nombre” Ester 2:14 Cada doncella que venía ante el rey, se había preparado para esa única noche de la forma más increíble, su esfuerzo y atavío eran impresionantes. Ella salía por la tarde de la casa o harén del rey, donde sólo moraban las doncellas, hacia la casa del rey. Por la noche pasaba a las cámaras del monarca y perdía su virginidad. De esa noche dependía si era elegida para esposa y reina o terminaría en la casa segunda de las concubinas al cargo del eunuco Saasgaz. Otra entonces y no ella, sería la reina. De ahí en adelante sería una concubina más del rey y solo le volvería a ver si era llamada por él mencionando su nombre.

La Reina Ester “Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían” Ester 2:15 El plan de Dios para Ester no era que fuera una concubina del rey sino su Novia, su Esposa y su Reina. Asimismo el plan de Dios es que la Iglesia sea la Novia, la Esposa de Cristo y Su Reina. Amén “Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, Y las doncellas sin número; Mas una es la paloma mía, la perfecta mía; Es la única de su madre, La escogida de la que la dio a luz. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada; Las reinas y las concubinas, y la alabaron” Cantares 6:8,9 Ester era una doncella con destino y propósito. El proceso en que Jehová la había metido por un año para embellecerla fue para hacerla ganadora. El plan divino era transformar a la doncella campesina en una reina; a través de esta gran obra, Dios haría un milagro para salvar a todo el pueblo judío del Imperio. “Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y

puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti” Ester 2:16-17 Los primeros seis meses Los primeros seis meses del tratamiento de belleza de la doncella Ester para prepararla para el concurso de las vírgenes escogidas para determinar quién sería la reina eran usados para que ella estuviera saturada de aceite de mirra. “Ahora bien, para poder presentarse ante el rey, una joven tenía que completar los doce meses de tratamiento de belleza prescritos: seis meses con aceite de mirra, y seis con perfumes y cosméticos” Ester 2:12 Los seis meses en aceite de mirra tenían un propósito específico, pues la mirra que era una hierba amarga combinada con la fragancia más dulce del incienso servían para: 1. Separar de lo común 2. Consagrar para Dios y el rey 3. Dedicar para el servicio y honra del Señor y del Rey 4. Santificar 5. Purificar 6. Preparar para el sufrimiento y la honra 7. Establecer cobertura y sumisión. La purificación de la doncella En los primeros seis meses la doncella pasaba por un proceso de purificación y limpieza. Este largo tiempo en aceites de mirra servía para remoción de toxinas y agentes degradantes por dentro y por fuera de su cuerpo. Al bañarse constantemente con aceite de mirra la piel se limpiaba, suavizaba y purificaba. Al paso de las semanas este tratamiento lograba que la fragancia penetrara profundamente en el cuerpo de la doncella y entonces ella empezaba a destilar de sí misma la rica fragancia. Estos seis meses de purificación representan el período de tiempo diseñado por Dios para tratar con la naturaleza humana de la Iglesia o Novia de Cristo, representada en el número seis. Al sumergir Dios al Cuerpo de Jesucristo en el aceite de la unción del Espíritu Santo, entonces la Doncella del Señor es limpiada por dentro y por fuera para eliminar lo que le impide destilar la fragancia del perfume de la unción.

Cada semana que la Novia pasa bajo el aceite de mirra de la unción divina, ella es perfeccionada, lavada y su piel suavizada “en santidad” para ser aceptada por el Novio Amado. ¡Aleluya! “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha” Efesios 5:25-27 Los seis meses en perfumes Después de que la doncella permanecía seis meses en aceite de mirra y su cuerpo se había purificado con sana alimentación, unción y bebidas de mirra para limpieza interior, y su piel había sido suavizada y sus poros abiertos, era sometida a seis meses de tratamiento con perfumes y cosméticos. En estos segundos seis meses ella era embellecida, ataviada y perfumada. A esta etapa ya no llegaba cualquier mujer sino las doncellas que habían pasado la prueba de los seis meses de purificación en aceites de mirra. En los segundos seis meses, la doncella purificada era sometida a afeites y “especias o perfumes dulces”. Estas especias usadas en la perfumería antigua eran entre otras: incienso, uña aromática, estacte, gálbano, casia y canela. Algunos de estos elementos eran usados en la elaboración del aceite santo de la unción ordenado por Dios a Moisés para ungir a sus sacerdotes y a los utensilios del santuario. El uso de estas especias era importantísimo y muy respetado por el pueblo de Israel; solo sería para uso santo, santísimo. “Habló más Jehová a Moisés, diciendo: Tomarás especias finas: de mirra excelente quinientos siclos, y de canela aromática la mitad, esto es, doscientos cincuenta, de cálamo aromático doscientos cincuenta, de casia quinientos, según el siclo del santuario, y de aceite de olivas

un hin. Y harás de ello el aceite de la santa unción; superior ungüento, según el arte del perfumador, será el aceite de la unción santa. Con él ungirás el tabernáculo de reunión, el arca del testimonio”… Éxodo 30:22-26 En estos segundos seis meses de tratamiento de belleza, el cuerpo purificado de la doncella y con sus poros abiertos y limpios recibía y absorbía los perfumes del tratamiento, impregnándose en su piel de manera poderosa. Una vez sometida a los perfumes y cosméticos, la doncella emanaba de sí misma un olor extraordinariamente dulce y exquisito. La perfumería del Oriente ha sido muy singular desde tiempos antiguos; los perfumes debían, penetrar todo cuerpo, ropas, aposentos y el ambiente mismo. Las mujeres se desnudaban e hincaban frente al frasco de perfume del incienso que se quemaba y cubrían su cuerpo con un delicado manto. De esta manera, cada día su cuerpo recibía el perfume quemado, absorbían la fragancia. El cuarto o los diversos aposentos de la casa eran continuamente perfumados bajo este procedimiento; doncella, novia o esposa y sus recámaras así como sus vestidos destilaban un olor extraordinariamente fino, delicado y deleitoso. Algo digno de ser mencionado es que el incienso solo libera su olor o fragancia al calor del fuego. El incienso debe ser quemado para soltar su perfume. Esto nos habla de varias verdades profundas: 1. A veces, solo ante el fuego de la prueba y de la adversidad los creyentes liberan la fragancia del perfume que poseen en su interior. Algunas formas de adoración sólo liberan su exquisito olor ante el fuego de la lucha y de las circunstancias adversas. 2. El olor del buen perfume solo es liberado por el fuego de la pasión del adorador. Excelente adoración hace que la fragancia del apasionado adorador sea desatada desde su interior. Hay un exquisito perfume que se hace destilar para Dios desde el corazón encendido por una pasión de amor por Jesucristo. Amén.

La adoración nos envuelve en el perfume del Rey Cuando la doncella ha sido purificada y perfumada se presenta ante el rey. Su esmerado cuidado, su apasionada dedicación y amor por su rey, le hace destilar su perfume ante él. Los doce meses de preparación bajo la guía de Hegai, calificaba a Ester para presentarse ante el rey Asuero según la ley. Ella había sido purificada, perfumada y ataviada; su perfume era delicado y fino, éste era desatado en su caminar. Al estar ante el rey, su olor, belleza y atavío conquistaron el corazón del monarca. Al amarla como a ninguna otra el rey la hizo su esposa llevándola a su recámara real; allí la amó y la envolvió en su perfume real que emanaba desde él. Adoración nos cubre con la fragancia del rey. Todo este bello proceso de afeites y cosméticos, de perfumes, aceites especiales y especias aromáticas representa la etapa de perfeccionamiento y embellecimiento en que el Espíritu Santo mete a la Iglesia, la Doncella de Cristo para ataviarla y hacerla destilar el perfume excelente de la adoración para El. Primero el Espíritu trata con nuestra naturaleza humana (a veces carnal) a través de la Palabra y la unción para limpiarnos y purificarnos. Esta limpieza podemos llamarla santificación, la cual nos limpia por dentro y por fuera dejando suave (humilde) nuestra piel y nuestros poros (corazón) abiertos para recibir el perfume y especias (atavío interior, carácter y dones) que por gracia nos da el Espíritu del Señor. Hoy mas que nunca debemos comprender la importancia de la unción profética y apostólica. Estas unciones son las que purificarán a la doncella los primeros seis meses (la unción profética) y la preparación de manera exquisita (la unción apostólica) para ser acepta en el corazón del Rey. La importancia de lo Apostólico Los doce meses de preparación representan la plenitud del trato del Espíritu Santo con la Iglesia para ataviarla como la Novia de Cristo y prepararla para las Bodas con el Cordero de Dios. Será imposible que la Novia esté lista para presentarse ante el Rey Jesús con éxito sin la acción de profetas y apóstoles. Y todo para una sola noche Todos estos doce meses de sumisión, trabajo y preparación eran para estar una sola noche ante el rey Asuero. Si la doncella agradaba a su corazón, esa noche abriría la puerta para siempre. Ella no iría como

tantas otras doncellas a la casa de las concubinas sino que se quedaría como esposa y reina en el palacio real, en la casa del rey. Esta verdad nos enseña que lo mejor de nosotros y de la Iglesia no la califica para ser la Novia de Cristo y Reina; que no hay nada suficientemente bueno en la Iglesia del Señor para hacerla acepta ante Jesús sin la debida preparación y tratamiento de belleza guiado por el Espíritu Santo. Solo El y solo El sabrá cambiar lo natural de nosotros en lo mejor de Dios en cada uno; solo el Espíritu sabrá purificarnos por dentro y por fuera para luego perfumarnos y hacer a la Iglesia deleitosa y sublime para el Rey de Reyes. Solo el Espíritu sabrá llevar a la Novia del Cordero a la pasión más ardiente y a la adoración más profunda para El que sin duda alguna tocará Su corazón y Jesús le extenderá Su cetro, Su favor y la hará Su Esposa. Amén. Cuando el potencial de la Iglesia se une con el Protocolo del Rey, nace su destino y entiende mejor aun su propósito de existencia. El olor natural de Ester debía de ser cambiado por causa del propósito divino; el olor natural de la campesina judía debía de ser cambiado a olor de palacio; a olor de realeza y majestad. Para que Ester tuviera el olor de palacio y así tener opciones ante el rey Asuero, debió someterse al Protocolo Real y a la preparación estipulada por las leyes del reino bajo la guía de Hegai. Asimismo el olor natural o terrenal de la Iglesia debe ser cambiado por el olor del Palacio Real. La Novia de Cristo debe ser ataviada y perfumada mediante el tratamiento estipulado por las leyes del reino y bajo la guía del Hegai divino, el Espíritu Santo de Dios. Una noche de destino Una sola noche de favor del Rey puede cambiar tu destino. Así como la noche de Ester ante Asuero cambió su futuro y preparó la vía para cambiar el destino del pueblo judío, así una noche de intimidad, adoración y amores con Jesús puede cambiar el destino de una nación, pueblo o familia. Un encuentro de adoración con Dios tiene un potencial extraordinario que puede ser desatado para bien de pueblos y hombres. Una sola noche ante el rey cambió radicalmente a una campesina en princesa y Novia. ¡Una sola noche ante el Rey lo cambia todo!

Solo lo que indicó Hegai Ester se dejó guiar por Hegai. Docenas de doncellas hermosísimas vinieron ante Asuero con posibilidades de ser electas como la reina, más Ester agrado a Hegai y éste la atavió conforme a los gustos del rey. Las otras escogieron del harén lo que querían para ir en su noche, ante el monarca más Ester solo seleccionó lo que Hegai le indicó. Solo así ella ganó el concurso y fue escogida como esposa y reina. La Iglesia de la mano del Espíritu Santo, será diferente a otras doncellas. Su belleza y atavío bajo la dirección del Espíritu la hará Esposa y reina. Amén. “Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían. Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti” Ester 2:15-17