El Trabajo Etica en la Economia

QUÉ ES TRABAJO Como trabajo denominamos el conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una me

Views 64 Downloads 0 File size 66KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

QUÉ ES TRABAJO Como trabajo denominamos el conjunto de actividades que son realizadas con el objetivo de alcanzar una meta, la solución de un problema o la producción de bienes y servicios para atender las necesidades humanas. La palabra, como tal, proviene del latín tripaliāre, y esta a su vez de tripalĭum. El trabajo, como tal, puede ser abordado de varias maneras y con enfoque en diversas áreas, como la economía, la física, la filosofía, la religión, etc. TRABAJO EN ECONOMÍA Para la Economía, el trabajo forma parte de uno de los tres factores de la producción, junto con la tierra y el capital. Trabajo significa que una persona realiza un conjunto de actividades, gracias a lo cual recibe a cambio un sueldo, es decir, el trabajo tiene un precio, que se verifica en forma de salario. K. Marx define el uso de la fuerza de trabajo como el trabajo en sí mismo, es decir, el comprador de la fuerza de trabajo la consume haciendo así trabajar a su vendedor, el cual pasa a convertirse de fuerza de trabajo en potencia a fuerza de trabajo en acción. Para materializar su trabajo en mercancías, el trabajador ha de materializarlo en valores de uso para posteriormente satisfacer las demandas del consumidor. El problema se producirá cuando el valor del trabajo sea recompensado de manera inferior a su coste real, produciendo de esta manera una plusvalía a la que el capitalista verá como oportunidad para enriquecer su patrimonio en afán de acumular y con el objetivo de sentar las bases para una posterior acumulación. Trabajo, en economía, es la medida del esfuerzo hecho por seres humanos. Según la visión de la economía neoclásica, es uno de los tres factores de producción, junto con la tierra y el capital. A lo largo de la historia y coexistiendo entre ellas ha habido muchas formas de organización del trabajo y la producción, desde la esclavitud al pequeño taller artesano pasando por la servidumbre y la aparcería. Pero desde el siglo XIX y la revolución industrial y sin desaparecer otras formas el trabajo asalariado es la forma dominante. El trabajo también puede referirse al mercado de trabajo.

Desde la economía marxista se refiere a la fuerza de trabajo y la Teoría del valortrabajo. El salario es el valor del trabajo del asalariado en el mercado de trabajo, determinado en un contrato de trabajo que puede realizarse en forma individual (contrato individual de trabajo) o colectiva (contrato colectivo de trabajo). Actualmente siguen existiendo formas de esclavitud coexistiendo con el trabajo asalariado, el trabajo autónomo (profesiones liberales, comerciantes, etc.), el trabajo informal de supervivencia (el cual sigue siendo salario pero sin control del fisco), servidumbre así como un gran nivel de desempleo (donde predomina la forma salarial). El trabajo está esencialmente relacionado con la construcción y uso de herramientas, y por lo tanto con la técnica y la tecnología, así como con el diseño de los procesos de trabajo y producción (véase: fordismo, taylorismo, toyotismo). En general los grandes economistas (Adam Smith, David Ricardo, etc.) concedieron al trabajo un lugar central en sus teorías. Pero, entre los economistas, fueron Karl Marx y John Maynard Keynes quienes desarrollaron sus teorías económicas alrededor del trabajo y el empleo. Actualmente, una actividad se considera trabajo, que no empleo, como es el caso del ama de casa. Tampoco es un empleo (por tanto asalariado) el caso del trabajo voluntario, con la contribución u ofrecimiento de servicios a personas u organizaciones con ciertas necesidades.

ADAM SMITH Y EL EMPLEO

Smith solamente esboza el problema del empleo en el contexto de su teoría del salario, no constituyendo objeto específico de su investigación. Para Smith existe una estrecha relación entre la variación del salario y el empleo, lo que puede sintetizarse en las siguientes afirmaciones: Los salarios varían en proporción inversa a lo grato del empleo. Los salarios varían en proporción directa al costo de su aprendizaje como la educación en las artes y en las profesiones liberales, aun es más largo y costosa. Los salarios

varían en proporción inversa a la continuidad del empleo (ningún otro trabajo es más fácil de aprender que el del albañil). Su compensación la eventualidad del empleo.

DAVID RICARDO Y EL EMPLEO Ricardo tenía conciencia de que con el desarrollo de las máquinas estas sustituirían al hombre como mano de obra, es decir, con la incorporación de las máquinas al proceso productivo el nivel de mano de obra necesaria sería menor, pero a la vez creía que esa mano de obra sustituida, encontraría trabajo más adelante, aunque en los primeros momentos le traería sus inconvenientes. Si el capitalista, al utilizar las nuevas maquinarias logra obtener el ingreso neto usual, estará estimulado a aumentar la demanda de trabajo y por tanto, se incrementará la producción. Esta es la ocupación eminentemente burguesa; reconoce las contradicciones entre obreros y terratenientes al admitir el empeoramiento de la situación de la clase obrera, pero en todo momento los obreros no pueden resolver ellos mismos su destino.

TEORÍA NEOCLÁSICA DEL EMPLEO Los neoclásicos le otorgan un papel fundamental al mercado, pues lo consideran el mejor distribuidor de los recursos. Según la teoría de la competencia del laisserfaire, el paro se debe, bien a una interferencia del gobierno en el libre juego de las fuerzas del mercado, o generalmente, a prácticas monopolísticas. Solo con que el gobierno se abstuviera de intervenir en los asuntos económicos mediante la legislación social, los subsidios, los derechos arancelarios, etc. y abandonara el campo a la iniciativa privada y a la libre contratación en el mercado, se aseguraría automáticamente un alto nivel de ocupación. (Oxford. U, 1948). Reducido a su expresión teórica: el paro existe porque los salarios son demasiados altos, este nivel, indebidamente alto se mantiene por las prácticas monopolísticas de los sindicatos obreros, e indirectamente por el sistema de distribución que garantiza un nivel mínimo. Si se suprimieran estas restricciones, la competencia obligaría a los salarios a descender hasta el nivel en que resultara provechoso para los empresarios emplear más trabajo. Algunos consideran como verdaderos neoclásicos a Marshall y a Pigou; ellos sentaron las bases de la llamada economía moderna. Pigou, contemporáneo con Marshall, tiene varias obras, dentro de las que destaca Teoría del empleo, donde desarrolla lo que se ha considerado la teoría neoclásica de la ocupación,

que no es más que la teoría del empleo voluntario, la que explica a través de la ley de los rendimientos decrecientes de los factores de la producción, principalmente del trabajo. Él plantea que la relación entre el nivel de ocupación y el salario real es inversamente proporcional, lo que quiere decir que a media que aumente el salario real, menor será el nivel de ocupación y viceversa. Para Keynes, la teoría de la ocupación del profesor Pigou "es la única descripción detallada que existe de la teoría clásica de la ocupación" (Keynes, 1976, Pág. 21), donde su esencia está dada por las formas de aumentar la ocupación. De manera general la teoría neoclásica del empleo parte del equilibrio en el mercado de trabajo, pues plantea que el nivel de empleo es determinado mediante la igualdad de la demanda de trabajo (DL) y la oferta de trabajo (OL). Ambas curvas expresan una relación entre los salarios, los precios y el empleo.

LA ÉTICA EN EL TRABAJO. Para comenzar esta redacción conviene definir el concepto de trabajo. Desde mi punto de vista el trabajo no es algo que deba ser remunerado ni obligatorio si no absolutamente voluntario. El trabajo es algo que nos forma como personas y nos permite disfrutar de la vida. Es más el trabajo nuestro es la vida y nuestra obligación es disfrutarlo con honestidad y empeño porque nuestra única verdadera posesión es lavida. Así pues queda claro que el concepto de trabajo está unido estrechamente a la vida y se compenetran y ordenan de forma muy compleja. Una parte esencial del disfrute y bienestar en la vida la juega la conciencia y aquí a formar parte, a su vez, la ética y la honestidad. Llevar a cabo una vida completamente honesta y que esto repercuta positivamente en la forma de vida necesita una gran dosis de suerte y de trabajo. Esto significa que una persona honesta tiene menos herramientas para conseguir los objetivos fijados para la vida profesional. Esto es: una persona honesta tiene que pasar mayores complicaciones para llevar a cabo sus ambiciones. Disfrutar de la vida, terminarla de modo que tengas la sensación que has hecho todo lo necesario, todo lo que debías hacer, es harto difícil. Para ello se debe alcanzar un nivel de bienestar casi perpetuo en el que la honestidad (para con uno mismo, no me canso de repetirlo, lo que piense el mundo no importa excepto en el

caso de meterse dentro de la libertad de los demás), en el que la honestidad y una conciencia plácida son, aunque entre bastidores, directores principales. El sentimiento de fidelidad hacia la propia persona, el cumplimiento del concepto propio y personalísimo de justicia y el disfrute de los ratos de ocio a la vez que saber procurar la felicidad de las personas a tú alrededor y la mejora del ambiente que nos rodea no es otra cosa que nuestro verdadero trabajo. Nuestro trabajo es, como conclusión, nuestra vida y su completo aprovechamiento. Para hacer esto no nos cabe otra opción que ser humanos y fieles a la dinámica y fuerza de la vida. Y nuestra vida es el día a día, el presente y no el futuro; que no sólo uno mismo pueda ver el sol y la luna si no todas las personas que estén a tu alrededor y a las que uno quiera.

CONCLUSIÓN. Seguro que el número de gente que se arrastra por la vida es de grandes proporciones. La vida es como la salud, no se da uno cuenta de que la tiene hasta que escasea (los muertos, evidentemente, no se dan cuenta de nada). La vida es como la libertad también, no se da, se toma. La vida sólo cuenta en su justa medida para los moribundos. Esto no debe conllevar a estar saltando con un dinamismo tan tremendo que signifique derrochar la energía pero sí dormir todas las noches con una sonrisa. No hay que entrar en los libros de historia, ni que muchos escolares deseen ser como tú de mayor. Si el trabajo es la vida no hay necesidad de complicarse mucho, simplemente hay que ser honesto y tener fe en la propia esperanza cuando no queda nada más a lo que asirse.