El papel de la Iglesia en la Edad Media

El papel de la Iglesia en la Edad Media. El libro “El Nombre de la Rosa”(Lumen, 1982), es una reconstrucción de una époc

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El papel de la Iglesia en la Edad Media. El libro “El Nombre de la Rosa”(Lumen, 1982), es una reconstrucción de una época conflictiva, describe las formas de pensar y sentir de la sociedad del siglo XIV, en la cual sus personajes manifiestan temores frente al sexo, a los escritos antiguos, a las dificultades de pensamiento filosóficos y a los misterios de la vida política. La trama es ambientada durante la edad media, en la que, con el surgimiento del Feudalismo, donde todos los intereses económicos de la época giraban alrededor de la propiedad sobre la tierra, es fundamental el papel que desempeñó la iglesia de la mano del poder en cabeza de los reyes. Inicialmente en la consolidación de grandes propiedades, “La Iglesia era el mayor terrateniente de la época feudal” (Huberman, 2005:19) y en la formación de las principales tendencias ideológicas que en este período histórico que manejaban la vida espiritual de Europa. Aunque fue en la alta edad media donde la iglesia gozó de mayor prestigio, esta se convirtió en el pilar de la estabilidad en una época de desorden, constituyéndose en la autoridad máxima en la economía, la política y la sociedad partiendo de conceptos ideológicos apocalípticos que llevaron a perseguir sin piedad a quienes se atrevían a manifestar posiciones diferentes. (…) Fueron las sociedades medievales de Europa occidental las que desarrollaron un conjunto de principios jurídicos, morales y religiosos tendentes a legitimar la guerra, dirigirla hacia fines considerados aceptables y, finalmente, sacralizarla. La necesidad de exculpar y de potenciar una actividad que en sí misma era considerada como perniciosa, aberrante y pecaminosa, acabó generando un complejo entramado de representaciones mentales y cristalizando en una verdadera ideología que, en muy buena medida, fue forjada fundamentalmente por los hombres de Iglesia” (Silex, 2003) No obstante, la fuerte persecución que genero la inquisición, “Como parte de la estrategia política para unificar su poderío, la iglesia del medioevo reclamo para si el monopolio absoluto del poder sobrenatural. La brujería, la magia, el espiritismo y otras múltiples tradiciones de creencias y prácticas religiosas fueron estigmatizadas como doctrinas heréticas o pactos satánicos. (Primitivo Martinez. Autor-Editor, 2009), fue la misma represión y las practicas cohibitivas, lo que generó fuertes luchas internas en la misma iglesia, donde como se observa en la película, entre otras diferencias, existía una fuerte polémica sobre la posesión de bienes y la opulencia como contraposición a la pobreza de Jesús y sus apóstoles, discusión planteada entre los franciscanos y los dominicos. “Las creencias, leyes, medios de convivencia, relaciones personales, todo fue modificado al entrar la sociedad en una nueva fase de desarrollo” (Huberman, 2005. 44) al punto que dentro de la Iglesia se alzó un vigoroso movimiento de renovación que dieron paso al declive del feudalismo y el florecimiento posterior del renacimiento. Las pugnas entre la fe y la razón, lo mundano y lo espiritual, la pobreza y la opulencia generaron luchas por el poder que se extendieron al plano social, y político. Se observa cómo se recrean estos modos de pensar y sentir por los protagonistas de la película. "La risa es la debilidad, la corrupción, la insipidez de nuestra carne" (Lumen, 1982) Los monasterios medievales se convirtieron en centros de investigación, aunque inicialmente ocultos y restringidos, sirvieron para incentivar la búsqueda natural humana de separar lo bueno de lo malo y buscar la justicia y la verdad, búsqueda que posteriormente se trasladó a las ciudades donde el conocimiento se compartiría de forma mas amplia, cambiando el fanatismo religioso por un método mas científico para describir las preguntas fundamentales de la existencia del ser humano. "No hay progreso, no hay revolución de las épocas en las vicisitudes del saber, sino, a lo sumo, permanente y sublime recapitulación" (Lumen, 1982) Bibliografia. Umberto Eco. El nombre de la Rosa. Lumen, 1982

Umberto Eco. Apostillas a el nombre de la Rosa. Lumen 1984 Francisco García Fitz. Edad media: guerra e ideología : justificaciones jurídicas y religiosas. Silex, 2003 Leo Huberman. 2005. Los bienes terrenales del hombre. Bogotá D.C.: Graficas Modernas. Primitivo Martinez. La inquisición el lado oscuro de la Iglesia. Autor-Editor, 2009.