El Neocontismo en Estados Unidos

En la primera mitad del siglo XX, las manifestaciones del pensamiento contable en Estados Unidos tratan especialmente de

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En la primera mitad del siglo XX, las manifestaciones del pensamiento contable en Estados Unidos tratan especialmente de justificar la práctica contable, más que de explicar las razones de los movimientos de las cuentas o de construir teorías que expliquen qué es la contabilidad con base en tales razones.

Existen aquí dos posibles direcciones, en torno a las que se agrupan los tratadistas norteamericanos de la primera mitad del siglo:

o

La primera, de carácter eminentemente pragmático, implica explicar la contabilidad por referencia a la propia práctica de la misma: las reglas de nuestra disciplina son producto de la experiencia, más que de la lógica. Surgen así compilaciones de principios y reglas contables, normalmente de carácter eminentemente inductivo y basados en la observación de lo que hacen los expertos en la práctica.

o

La segunda trata de establecer generalizaciones que justifiquen la práctica con mayor o menor grado de utilización de inferencias deductivas.

Un típico ejemplo de la primera de estas direcciones es la aportación de Sanders, Hatfield y More (1938), que realizan una recopilación de las prácticas de su tiempo, con el objetivo de deducir de las mismas los principios subyacentes. Su trabajo se basó especialmente en la observación y en la investigación de campo sobre el estado de la práctica en su momento, para lo que utilizaron la entrevista personal, complementada con correspondencia, revisión de la literatura contable y examen de los balances ordinarios de las empresas.

Como resultado, formulan cinco grupos de reglas —que, siguiendo la costumbre de aquella época denominan principios— relativas a cuestiones generales: cuenta de resultados, balance, estados consolidados y comentarios y notas marginales.

En la misma dirección se encuentran manifestaciones notablemente posteriores que, no obstante, son herederas del pragmatismo inductivo. Es el caso de la declaración número 4 del AICPA (1970), “The basic concepts and accounting principles underlyng financial statements of business enterprises” y del “Inventory of generally accepted accounting principles...” de Paul Grady (1965).

En la segunda dirección, con mayor o menor grado de utilización de planteamientos deductivos, cabe mencionar a autores como Sprague (The philosophy of accounts, 1907) y, especialmente, Paton (Accounting theory, 1922), tal vez el primero que obtiene un entramado definicional en el que un limitado número de términos primitivos se utilizan para la generación de otros términos necesarios, sugiriendo puntos de vista que han significado un importante hito de partida para otras realizaciones, y permitiendo el desarrollo de una visión eminentemente crítica de la práctica existente. Son, así mismo, dignas de mención las aportaciones de Canning (1929) y Sweeny (1936).

“El trabajo de Sanders, Hatfield y More se basó especialmente en la observación y en la investigación de campo sobre el estado de la práctica en su momento”