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• Jhon Potes

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“Uno contra todos, todos contra uno, siendo víctimas de nuestro propio Invento” CULTURA VS FELICIDAD Sigmund Freud En 1930 publicó Sigmund Freud su ensayo “El malestar en la Cultura”, en alemán “Das Unbehagen in der Kultur”, que estructuralmente consta de VIII breves capítulos. Según los expertos, un escrito diferente a lo que Freud venía haciendo, con un lenguaje de “fácil acceso”1. Recibió importantes influencias de los pensadores Friedrich Nietzsche y Karl Marx, entre otros. En el texto Freud intenta describir o dar cuenta del malestar o frustración que padece el hombre individual en su constante deseo y búsqueda de felicidad. Hay que señalar que de sus escritos este es uno de los más influyentes y con importantes repercusiones en el siglo XX en relación a reflexiones o consideraciones sociales. Además hay que añadir que la obra de Freud se cocinó en un contexto difícil, una época oscura, con una interesante crisis financiera y un mundo convulsionado por la guerra, en el que estaba a punto de ponerse en marcha todo el poder político, militar y destructor de su señoría Hitler y el Nacismo. En este sentido, en el siguiente ensayo intentaré abordar el texto Freudiano relacionándolo de algún modo a la paradójica lucha que ocurre entre Cultura y Felicidad, lo que significa y lo que implica, lo que aporta y lo que quita, el beneficio y el malestar, para finalmente aterrizarlo y compararlo brevemente en relación a nuestra sociedad colombiana. La metodología será la de hilvanar el ensayo alrededor de tres importantes preguntas: ¿Cuál es el sentido de la Vida?, ¿Por qué al hombre le queda complicado ser feliz? Y finalmente ¿Cuál sería el resultado del malestar que padece el hombre en la cultura?

1 SAMPEDRO, Diego. Artículo de Reflexión. La imagen del hombre en el malestar de la cultura de Sigmund Freud. Pág. 56

Hay una cuestión que a los hombres de todos los tiempos les ha inquietado ¿Cuál es el fin, sentido o propósito de la vida? Y la gran respuesta dada también por los mismos hombres a lo largo de la historia, ha sido señalar que todo hombre desea, quiere y busca ser feliz. Ahora bien, ¿en qué consiste esa felicidad deseada y buscada por los hombres? Aunque para muchos la felicidad está en la riqueza o bienes materiales y para otros en la religión que propone estilos de vivir con aras a dar sentido a la vida del hombre, para Freud ese deseo de felicidad se basa en experimentar el placer (sensaciones placenteras) y evitar el dolor2. Sin embargo, a ese anhelo de felicidad, ocurre que tampoco podemos negar, que la vida y existencia humana se presenta dura, cruel, pesada, llena de sufrimientos, de insatisfacciones, decepciones y dificultades; y esto se debe –dice Freud- a tres situaciones: a que nuestro cuerpo es frágil y caduco, al asombroso poderío de la naturaleza, y por último, a la relación e interacción con los demás, que viene a ser la más fuerte y la que mayores malestares produce. La experiencia de vivir demuestra al hombre que su cuerpo es frágil y caduco, que se enferma, se cansa, envejece y que en algún momento va a morir. Los ataques imperiosos de la naturaleza, como temblores, terremotos, inundaciones, enfermedades contagiosas, etc., nos sobrecogen y afligen. Así mismo, de la relación con los otros, que surge a raíz de la necesidad que tiene el individuo de relacionarse, Freud afirma, emana un sufrimiento más doloroso que cualquier otro3.

2 Francesc GOMÀ i MUSTÉ. Catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona yvicepresidente del Ateneu Barcelonès. FREUD: EL MALESTAR EN LA CULTURA. Pág. 2

3 Ensayo sobre “el malestar en la Cultura”. Ponencia presentada en el Congreso sobre la Cultura organizado por el Movimiento Freudiano Internacional en la ciudad de Roma, enero 29-31 de 1982. Consultado el 14/10/16.

El hombre individual descubrió que viviendo aisladamente era una minúscula víctima y que debía construir relaciones sociales con otros individuos con el fin de protegerse de la naturaleza y para el beneficio de todos al regular las relaciones sociales, con ello surge la familia y a partir de allí otras formas de organización y todo esto es lo que constituye y conforma la cultura. Pero lo que el hombre creó se vuelve contra él, convirtiéndose en víctima de su propio invento, y haciendo de ello un “mal” necesario, que de alguna manera con sus normas y leyes beneficia pero también perjudica, premia y castiga, y que de algún modo es un tira que jala en el cual el hombre se mueve y debe sobrevivir. Esto no debe significar que la cultura es mala, y deba ser destruida y el hombre separado de la cultura, porque obviamente sus beneficios son muchos y verdaderos: ciencia, arte, técnica, tecnología, progreso, etc. Entonces de lo dicho anteriormente surge otra pregunta ¿Por qué al hombre le queda tan complicado ser feliz? Según la concepción de Freud la cultura o civilización se opone a la felicidad del hombre individual, porque no le permite vivir y desarrollarse de acuerdo a sus instintos primitivos y primarios. ¿Cómo es posible esto? Pues la cultura, como regulación unitaria de la vida en común, es el derecho que restringe las posibilidades de satisfacción de cada uno en aras de los demás. La cultura limita la libertad del individuo y es frustrante 4. Él señala que el hombre individual sacrifica su libertad individual en pro de un bienestar común y colectivo, luego a raíz de esto surgen un conjunto de normas que restringen sus impulsos humanos, sexuales y agresivos, todo esto en aras de mantener un orden social establecido. En este sentido cada hombre renuncia a la satisfacción de sus placeres, a lo que él llama: pulsiones libidinosas, esta renuncia es la causa de una vida llena de sufrimientos, en la que incluso el amor que es fuente de felicidad se convierte en causa de malestar. Sin embargo, pese a toda esta insatisfacción que padecen los hombres, algo de consuelo hay según Freud, pues el hombre trata de conseguir satisfacción mediante la sublimación, el

4 Francesc GOMÀ i MUSTÉ. Catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona yvicepresidente del Ateneu Barcelonès. FREUD: EL MALESTAR EN LA CULTURA. Pág. 2

arte o volviendo la espalda al mundo. Pero incluso –según él- esta manera de escapar al sufrimiento sólo es un refugio fugaz ante las dificultades de la vida. Ahora bien, concluyendo mi exposición pregunto: ¿Cuál sería el resultado del malestar que padece el hombre en la cultura? Aquí hay que señalar que de lo mencionado anteriormente se desprende que siendo cultura y felicidad incompatibles y que se encuentran en una lucha constante y permanente, sacrificando uno en beneficio de los otros, el hombre corre el riesgo de vivir neuróticamente por reprimir sus instintos agresivos y sexuales. Así mismo, otra repercusión de suma importancia según Freud, que surge de la lucha entre búsqueda de felicidad y cultura es el sentimiento de culpa que experimenta el individuo. Cuando éste infringe una norma que le impone o le dicta la cultura-sociedad, busca de algún modo ser perdonado, ser absuelto, implementando acciones que le permitan redimirse de la falla cometida, este sentimiento genera en el mundo psicológico y emocional del sujeto un estado de angustia que también agudiza el malestar que padece. En relación con la cotidianidad uno podría cuestionar estas reflexiones de Freud, pero la verdad es que algo de verdad hay en lo que dice. De algún modo el otro me limita, ante él y con él no soy enteramente libre y aunque el individuo de hoy diga que “le vale lo que la gente piense y diga de él” y que “le resbala y le importa un bledo si hablan y rajan de él” lo cierto es que esas palabras expresan precisamente la incomodidad que los demás le causan. El otro me impone una manera de ser y actuar, y aunque no lo queramos aceptar o no lo podamos creer muchas de nuestras actitudes se han configurado en relación a los otros; es decir, de acuerdo a las exigencias y normas de la sociedad. Aterrizando y relacionando mis reflexiones en torno al tema alabo la osadía de Sigmund Freud, señalar que el hombre es agresivo por naturaleza y que los otros son la causa de mi infelicidad así como yo la soy para los otros, es ver y considerar al hombre concreto y real. La práctica ha sido considerarlo desde unos valores e ideales, desde aquello que debe ser y no desde lo que es, porque de alguna manera el poner los ojos en lo ideal nos hace olvidar,

o por lo menos, quitar los ojos de lo concreto y real. Asumo como verdad que en el hombre se alberga cierto egoísmo y que en muchos casos es la necesidad la que le obliga a juntarse con los otros y establecer relaciones sociales. Basta ver la sociedad en la actualidad, en la que reina e impera el juego de intereses, “el te ayudo si me ayudas”, “al que colabora se le colabora”, etc. Y esto se aplica perfectamente a nuestro país y a nuestro Chocó en donde podría decir que unos pocos hacen infelices a muchos, en donde el clientelismo y el nepotismo prevalecen engendrando corrupción y esto a la larga la muerte de los más pobres, en donde los méritos valen huevo y la rosca es lo que importa, en donde se instauró como cultura la corrupción tanto así que intentar ser honesto es visto y catalogado como bobada y pendejada, en donde el vivo vive del bobo y en donde las iglesias y universidades continúan la historia de esclavistas y esclavizados. Totalmente de acuerdo con Freud, pues se ha creado una cultura de neuróticos en la que llevados por el sentimiento de culpa el otro es un infierno para mí y yo lo soy para el otro, el otro me asusta y yo asusto al otro.

BIBLIOGRAFÍA SIGMUND, Freud. El Malestar en la Cultura. Ed. Psikolibro. Págs. 59. SAMPEDRO, Diego. Artículo “La imagen del hombre en El malestar en la cultura de Sigmund Freud”. 2012. GOMÀ I MUSTÉ, Francesc. Freud: el malestar en la cultura. Fragmentos del libro: conocer freud y su obra. Ed. Dopesa, Barcelona, 1977.

WEBGRAFÍA: https://psicoterapiaypsicoanalisisblog.files.wordpress.com/2016/07/7-el-malestar-en-lacultura.pdf http://poemascasigrises.blogspot.com.co/2009/10/el-malestar-en-la-cultura-desigmund.html http://documents.mx/documents/ensayo-sobre-el-malestar-en-la-cultura.html