EL LIDER SABIO-1_6

El mundo necesita de líderes sabios. "Sin liderazgo sabio, la nación se hunde", declaró el más sabio de los re

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SABIO PRINCIPIOS BÍBLICOS DE LIDERAZGO CRISTIANO

ALEJANDRO BULLÓN

UNIVERSIDAD PERUANA UNIÓN

FONDO

EDITORIAL

Editado e impreso en: Universidad Peruana Unión, Centro de Aplicación Editorial Unión Km 19 Carretera Central, Ñaña, Lima - Perú Teléfonos: (01)618-6300 - £18-6301 Fax: (01)618-6339- 618-6354 R.U.C. 20138122256

íder SABIO

FfElilCil'IflSUfSUCOS DE LI0ERA2GÛ CRRTIAHO

ALEJANDRO BULLÓN Alta Dirección: Maximina Contreras.Castro, rectora Víctor Choroco Cárdenas, vicerrector Walter M urillo Antón, gerente general Barlto Lazo Rivera, director de Bienestar Universitario Consejo Editorial: Maximina Contreras Castro Dónald Jaimes Zubieta Nidia Montalvo Cárdenas María Vallejos Atalaya José Alomía Lozano Ediciones Universidad Peruana Unión Director editor: Dónald Jaimes Zubieta Asistente: Ingrid Tacilla Cárdenas Corrección: Ricardo Becerra Albitres Diseño y maquetación: Doris Sudario Sobrado Copyright® Glúder Quispe Huanca Primera edición Tiraje: 2000 ejemplares ISBN: 978-9972-604-41-6 JOB 19303-15 UNIÓN e-mail: [email protected] Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú N.° 2015-13003 Impreso en el Perú Prlnted in Perú

Introdu cción.............................................;.................. .....................7 1.

El Líder S a bio.............................................................................9

2.

El Líder Sabio busca a D io s ................................................... 21

3.

El Líder Sabio tiene motivaciones sanas .............................35

4.

El Líder Sabio sabe d e c id ir.................................................... 51

5.

El Líder Sabio es consciente de su v a lo r..............................61

6.

El Líder Sabio es un soñador ................................................ 71

7.

El Líder Sabio es h o n e s to ...................................................... 81

8.

El Líder Sabio es h u m ild e ......................................................93

9.

El Líder Sabio se relaciona b ie n ......................................... 105

10. El Líder Sabio es ju s to .........................................................119 11. El Líder Sabio resuelve problemas ................................... 133 12. El Líder Sabio no juzga por apariencias ........................... 145 13. El Líder Sabio no para de aprender ..................................157

Introducción ¡El mundo necesita líderes! Siempre fue así. Existen desafíos sin fin en todas las áreas de la vida. ¿Cómo desarrollar líderes capa­ ces de resolver situaciones difíciles, con actitudes innovadoras, de tal forma que los liderados se sientan parte de la solución de los problemas? Un cambio, en la situación tradicional de las cosas, solo sucede cuando los líderes deciden construir un futuro diferente del que existe. Un futuro que supere los sistemas anacrónicos que toda­ vía sobreviven. Ese trabajo empieza con la juventud. Es necesario form ar líderes que influyan y transform en vidas. Hombres y mujeres capaces de hacer soñar y conducir a las per­ sonas hacia horizontes infinitos. La más completa definición de liderazgo que encontré, a lo largo de los años, es la siguiente: Liderar es ejercer una influencia que inspire y lleve a las personas a la acción, consiguiendo de ellas el máximo de colaboración y el mínimo de oposición. La palabra clave es influencia. Liderar no es ordenar, determinar, dirigir o coordinar. Es ejercer una influencia positiva de modo que las personas se sientan inspiradas a hacer las cosas, y no las hagan por simple obligación o conveniencia. En todos los lugares se encuentran personas que ejercen in­ fluencia positiva sobre las otras. No necesitan ser colocadas en una posición de liderazgo. Son líderes por naturaleza. Por donde pasan dejan huellas. Esa es la marca distintiva de su liderazgo. Llegan a tu círculo de acción, apenas por un momento y tú nunca más eres el mismo. Algo sucede. La influencia de aquella persona te enseña, te desafía y te inspira. Ocurre en la familia, en el tra­

bajo, en la iglesia, en la escuela, en el campo de deportes y hasta en la calle. Esto origina una pregunta: ¿Los líderes nacen o se hacen? Es evidente que hay líderes por naturaleza. Nacieron con ese don. Pero es verdad también que existen principios de liderazgo que, si son seguidos correctamente, aumentan la capacidad de Influir que algunos tienen naturalmente. Estos mismos principios pue­ den ayudar también, a las personas que no nacieron con el don, a crecer en el bendito menester de inspirar a otros. Es trágico suponer que alguien, elegido para un cargo de lideraz­ go, sea necesariamente un líder. Las empresas, instituciones e inclusive la iglesia, a veces tiene pequeños dictadores. Dan rienda suelta al orgullo, la soberbia y la vanagloria. Hay muchos sargen­ tos, capataces y jefes, con el nombre de líder. SI eres una persona temida y obedecida, pero no amada, no eres un líder, eres ape­ nas un capataz. Los verdaderos líderes son amados, admirados y seguidos. Su liderazgo no tiene nada que ver con el cargo que ejercen, sino con la vida que viven. Este libro tiene como propósito mostrar conceptos, principios y ejemplos bíblicos de liderazgo. Básicamente son consejos de Sa­ lomón, uno de los más extraordinarios líderes de todos los tiem ­ pos. ¡Bienvenido(a) a la fascinante experiencia de inspirar a personas!

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Sin lid e ra z g o sa b io , la n a c ió n se h u n d e ; la s e g u rid a d está en te n e r m u c h o s c o n s e je ro s . f f

(Proverbios 11:14 NTV)



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Líder sabio

JI mundo necesita de líderes sabios. "Sin liderazgo sabio, la r “ 3 nación se hunde", declaró el más sabio de los reyes. Se nel _ cesita líderes capaces de conquistar el corazón de susjjderados; que j e añ~~arriados, admirados y seguidos; que Inspiren y sirvan de referencia a los que vienen después de, ell os; q u e j nfI uy in y transformen la vida de quienes los rodean. En este libro me dirijo a la esencia del alma humana y a los rin­ cones escondidos del corazón, por una razón. Existe, en el fondo de todos, el deseo de liderar. Y lo hacen de alguna forma: en la familia, en el círculo de amigos, en el trabajo, en la escuela, en el vecindario, en fin. Sin embargo, hay una ¡dea errada respecto al liderazgo. Muchos creen que liderar es ser el primero, el jefe, el que emite órdenes. Tal vez por eso, el liderazgo fascine, atraiga y cautive. ¿Quién no desearía ser nombrado presidente, gerente o director? Al mismo tiempo surge la pregunta dolorosa, ¿Puede un buen cristiano de­ sear ser el primero?, ¿No es un deseo humano y carnal? Ernesto es el típico líder que niega sus aspiraciones y entierra sus deseos de ser un líder. Nombrado presidente, lloró diciendo que nunca pensó en serlo. En el fondo, siempre había soñado con el cargo, pero su inconsciente le decía que sus aspiraciones no eran espirituales. Aceptó el desafío diciendo que lo hacía porque esa era la voluntad de Dios. Pero cuatro años después, al no ser reelegido, volvió a llorar diciendo que la comisión de nom bra­ mientos había sido injusta con él. En los tiempos de Cristo no era diferente. Un día, mientras Je­ sús se dirigía hacia Capernaum, sus discípulos se quedaron en el camino discutiendo quién de entre ellos debería ser el líder. Marcos relata este incidente de la siguiente manera: "Llegaron a Capernaum, y cuando ya estaban en la casa, Jesús les preguntó: ¿Qué tanto discutían ustedes en el camino? Ellos se quedaron

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callados, porque en el camino habían estado discutiendo quién de ellos era el más importante. Jesús se sentó, llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y el servidor de todos".(1) Es evidente la confusión de los discípulos, con relación al lideraz­ go. Ellos deseaban el cargo, pero pensaban que ser "el primero", "el mayor", "el más im portante" o "el líder" no combinaba con la humildad del cristiano. Por eso dejaron que Jesús se fuera ade­ lante, y se quedaron atrás, a propósito. Se sentían tentados a discutir algo que, en el fondo, consideraban "errado". Sin embargo, el Maestro se percató de la confusión de sus discí­ pulos. Conocía la Intención oculta de sus corazones y, al llegar a casa, los reunió para discutir el asunto, sin subterfugios. -¿Qué tanto discutían ustedes por el camino? -Les preguntó. Y ellos se quedaron en silencio porque sabían que habían discu­ tido quién de ellos debería ser el líder. Se sentían culpables. No dijeron una palabra. Delante del silencio de los discípulos, Jesús les dijo que el proble­ ma no radicaba en el deseo de ser líder, sino en las motivacio­ nes para querer serlo. Ellos, como muchos hoy, pensaban que ser líder era ocupar un lugar privilegiado, dar órdenes y gozar de ventajas que la mayoría no tenía, perojesús les dijo que no había nada de malo en desear el liderazgo, desde que se tuviera la idea, correcta de lo que significaba. - Si alguno quiere ser el primero, deberá ser el último de todos, y el servidor de todos. - Les dijo. • En esta declaración de Jesús encontramos la teología del lideraz­ go. Jesús no enseñó que el deseo de ser líder sea pecaminoso. Mostró las motivaciones correctas: el amor y el servicio.

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Liderar es amar y servir. Sir^duda Jesús fue el más grande Ifrfef de la historia porque nadie amoThrsirvió como él. Su vida fue una inspiración para mil Io n_e.s,y_ millo n es de seres human os. Él rompió los parámetros establecidos por la sociedad en que vivía y conquistó a millones de seguidores.. Desde esta perspectiva, liderar no es empujar, sino inspirar. No es ordenar, ni mandar. Es haceL-qiJ.£lasLp.ersQnas^si&n.tan ganas de realizar las cosas. El líder tiene que ser capaz de amar y ser amado, de modo que las personas se sientan competidas a se­ guirlo hasta el fin.

Este tipo de liderazgo es propio solo de hombres y mujeres sa­ bios. Es imposible hablar deI liderazgo sin hablar de la sabidurf ía. La teología deMiderazgo está estrechamente relacionada al tema de la sabiduría. Cuando Salomón fue llamado a liderar al pueblo de Israel, lo primero que pidió a Dios fue sabiduría. Las sagradas Escrituras narran el incidente de la siguiente manera: "Pero una noche en que Salomón dormía en Gabaón, el Señor se le apare­ ció en sueños y le dijo: -Pídeme lo que quieras que yo te conceda. Entonces Salomón dijo: ■ -Tu misericordia siempre acompañó a tu siervo, mi padre David, porque se condujo delante de ti con sinceridad, y fue un hombre justo y te entregó su corazón. Tú has sido misericordioso con él i porque le has concedido que un hijo ocupe su trono, como hoy podemos verlo. Ahora, Señor y Dios mío, tú me has puesto en el trono que ocupó mi padre David. Reconozco que soy muy joven, y que muchas veces no sé qué hacer. Este sien/o tuyo se halla en medio del pueblo que tú escogiste, y que es tan numeroso que

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es imposible contarlo. Yo te pido que me des un corazón con mucho entendim iento para gobernar a tu pueblo y para discernir entre lo bueno y lo malo. Porque ¿quién es capaz de gobernar a este pueblo tan grande?"(2) La expresión "un corazón con mucho entendimiento" puede ser traducida también como "un corazón sabio". En el original hebreo, la palabra usada para "mucho entendimiento" es jokm aj que pue­ de ser traducida como "sabiduría", "sentido común", "equilibrio", "prudencia" y "buen juicio". Estos son atributos esenciales, no solo para el liderazgo, sino para la propia vida. Hay personas fra­ casadas, frustradas e infelices porque no saben vivir. Existir no es vivir. Vivir es un arte que requiere sabiduría. ¡Cuánto más liderar! Pero sabiduría, en el entender de Salomón, no es solamente la suma de conocimiento, sino la habilidad para usarlo. El conoci­ miento tiene que ver con la teoría de las cosas. La sabiduría sale del papel, y entra en el terreno de la vida. Existen personas que saben mucho acerca de la teoría del liderazgo, pero lamentable­ mente no la saben usar.

LOS PROVERBIOS Y LA SABIDURÍA Cualquier persona, llamada a liderar, debería estudiar el libro de los Proverbios. Este libro es un llamado a la sabiduría. Las palabras sabio o sabiduría son mencionadas, por lo menos, 120 veces en el libro. Proverbios forma parte del grupo de libros que los estudiosos de la Biblia llaman la "literatura de sabiduría" del Antiguo Testamento, y del cual form an parte también los libros de Eclesiastés y de Job. En estos libros se enseña cómo lidiar con las preguntas más di­ fíciles de la vida. Se presenta las respuestas desde el punto de vista divino. Porque la vida del líder está llena de interrogantes, incidentes que no entiendes. Con frecuencia te preguntas por

qué sucede lo que sucede. Y, como líder, necesitas saber las res­ puestas. Esa es la razón por la que Salomón, al ser llamado para dirigir al pueblo de Israel, pidió sabiduría. La sabiduría es un don que vie­ ne del S eñor(3) y se relaciona con la obediencia a las enseñanzas divinas(4). En los libros de Job, Proverbios y Eclesiastés "La sabiduría es me­ jo r que las piedras preciosas"(5). "El tem or del Señor es la sabidu­ ría, y el apartarse del mal, la inteligencia"(6). La verdadera sabidu­ ría capacita al líder para enfrentar, con equilibrio, las vicisitudes de la vida. Solo al contemplar a Dios y confiar en él, el líder puede relacionarse sabiamente con las frustraciones y las dificultades de la existencia. La sabiduría es un don indispensable para quien desea liderar. El verdadero líder buscará sabiduría, como la tierra del desierto busca el agua de la lluvia. Voy a ¡lustrarlo de la siguiente manera: Una mañana, mientras te diriges al trabajo, ves en la carretera a una anciana pidiendo un aventón. Por las ropas que viste, la mujer es pobre y, por el aspecto del rostro, está muy enferma. Tienes prisa y, sin embargo, tu corazón habla más alto y detienes tu vehículo. Ella te pide que la dejes en el hospital más cercano. Percibes que ella se encuentra muy mal y pisas el acelerador a fondo. Durante el corto viaje, inadvertidamente, ella coloca un papel en tu bolsillo. Al llegar al hospital, la anciana muere. A la noche, en casa, encuentras el papel, que dice: "Soy una mujer solitaria, el único hijo que tuve me abandonó muchos años atrás. Él no sabe que recibí una herencia. Tengo un millón de dólares depositados en la caja de seguridad del banco tal. La clave de la caja es PX402. Si me prestaste socorro, el dinero es tuyo". ¿Qué harías? ¿Tirarías el papel? Pensarías que aquella mujer sería

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incapaz de tener un millón de dólares? ¿O correrías al banco para ver si es verdad? Nadie sería tan loco de hacer caso omiso de una fortuna semejante. Y ahora observa lo que la Biblia dice acerca de la sabiduría: "Más preciosa es que las piedras preciosas: ¡Nada que puedas desear se puede comparar con ella! (Proverbios 3:15)

LA SABIDURÍA NO ES UNI PRODUCTO HUMANO Hay algunos mitos con relación a la sabiduría. Existen personas que creen que la sabiduría es el fruto de los años, del título uni­ versitario o del cargo que se ocupa. Creo que todos estos son factores que ayudan a desarrollar y cultivar sabiduría, pero no son factores determinantes. Cuando una persona deposita su confianza de sabiduría en su edad, en el título académico o en el cargo que ocupa, corre el riesgo de frustrarse. La sabiduría es un don divino que el Señor concede a los que lo buscan con sinceri­ dad y humildad ele corazón.

EL MITO DEL TÍTULO ACADÉMICO La sabiduría no está relacionada con el título académico. Hay gente que cree que, cuanto más títulos académicos tenga, más sabiduría poseerá. Esto no es verdad. La persona que ha estudia­ do más, posee más condiciones de desarrollar la sabiduría, pero una cosa no tiene que ver necesariamente con la otra. Existe gen­ te con varios títulos doctorales y, sin embargo, no es sabia. Co­ mete constantemente errores calamitosos por falta de sabiduría. El orgullo y la soberbia oscurecen su entendimiento, al punto de no percibir la realidad. Todo el mundo se ríe de ese tipo de líde­ res, pero ellos parecen no percibir el papel bochornoso que rea­ lizan. Se esconden detrás del título que poseen para dar rienda suelta al descontrol emocional. Por eso la Sagrada Escritura dice: "Abominable es parajehová todo altivo de corazón; ciertamente no quedará im pune".(7)

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La expresión que el autor de los Proverbios usa en este versí­ culo, para referirse al arrogante de corazón, es muy dura: "Abo­ minable". Esta palabra, en hebreo to 'ebah, significa repugnante, detestable, siniestro, peligroso. Cuando ves a una persona soberbia, además de detestable, es peligrosa y siniestra. • Piensa en Hitler, por ejemplo. Se sentía Dios. Mandó matar a mi­ les de personas en su loco deseo de establecer una raza supe­ rior. Piensa en Friedrich Nietzsche que desafió al mismo Dios. Los que convivían con él, no soportaban su temperamento. Ya pasaron muchos años desde la muerte de ambos. ¿Cuál fue la historia que escribieron? El primero desapareció misteriosa­ mente. Algunos dicen que murió enloquecido y destruido por la sífilis. El segundo pasó sus últimos días agarrado a la estatua de un caballo, afirmando: "Soy Dios, soy Dios". La arrogancia es el camino directo_a la desdicha. El arrogante pierde la noción ^e~qüierrés^En su delirio, de parecer grande, no percibe la imagen grotesca y ridicula que proyecta. Olvida que quien quiere ser grande un día, necesita ser pequeño para poder crecer. Pero, en el concepto propio, él nace grande, es grande, es mucho mayor que cualquier otro mortal. Irónicamente, la gente no lo ve así, y no lo trata como le gustaría ser tratado. Por más que él exija, reclame y, si tiene poder, hasta obligue. Esta percepción, de "no aceptación" de parte de las personas, mina dolorosamente su mundo interior. En la cámara secreta de su alma vaga, de un lado a otro, obcecado por su título académi­ co y abrumado por el vacío. El resultado, casi siempre, es la pre­ potencia, el autoritarism o y el radicalismo que él pretende llamar liderazgo.

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EL MITO DE LA EDAD Otro mito es que la sabiduría está relacionada con la edad. Una persona, que ha vivido más, tiene más condiciones de desarrollar, la sabiduría, pero hay personas que pasan por la vida sin apren­ der nada. Envejecen tristem ente atadas a sus recuerdos, queján­ dose de la vida y de la gente, argumentando, que no fueron justos con ellas rumiando amargura y descontentamiento. Conozco jó ­ venes sabios y ancianos faltos de sabiduría. A estas alturas de mi vida, aprendí viviendo, sufriendo y equivo­ cándome. Aprendí observando y escuchando. Aprendí de las lá­ grimas y sonrisas. Aprendí que la vida puede ser alegría o tristeza, derrota o victoria, vida o muerte. Depende de la manera cómo reaccionas ante las circunstancias. Si tu corazón se sumerge en el pesimismo, no esperes nada mejor de la vida. Si te pasas di­ ciendo que las cosas van a ir mal, lo único seguro es que tu vida será el cumplimiento de tu "profecía". Las cosas, con seguridad, van a ir mal. Salomón afirma "Todos los días del desdichado son difíciles; mas el corazón contento tiene un banquete continuo". (8) No tengas miedo de envejecer. Pero hazlo con sabiduría. Mira al horizonte como si fueras un ¡oven de 20 años. Despierta_cadajria ñ a n a lierTó’de'süeños^ proyectos, Haz de tu vida "un banquete continuo". Perore cu e rd a que los año n e n sí^no te dan sabiduría. La verdadera sabiduría viene de! Señor.

EL MITO DEL CARGO Un tercer mito es que la sabiduría está relacionada con el cargo o la posición que ocupas. No es verdad. Cuando se toma un voto nom brándote presidente, director, preceptor o lo que sea, ese voto no incluye darte sabiduría. Nadie obtiene sabiduría por voto,

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o por decreto. Al contrario, la oportunidad de un cargo es la oca­ sión en que se revela quién eres. Hay una frase popular que dice: "¿Quieres conocer a una persona? Dale poder". Es en el poder que el verdadero carácter se revela. Conocí, en cierta ocasión, a un joven nombrado para un cargo de liderazgo. Al día siguiente, de su nombramiento, entré a su oficina como siempre lo hacía. Di dos toque en la puerta y entré. Él levantó la mirada, se quitó los lentes de lectura y me dijo en tono serio: -Vamos a dejar las cosas claras de una vez. No puedes entrar a mi sala sin anunciarte con mi secretaria. Mi amigo se-revelaba, por primera vez, como en realidad era. Su administración fue desastrosa. No llegó a completar el segundo año. De hecho, el cargo no da sabiduría a nadie.

TODO EMPIEZA CON DIOS ¡Ser un líder eficaz! ¡No equivocarse! ¡Tomar las decisiones co­ rrectas! Eso sería grandioso. Y es simple. Cuando se entiende que la sabiduría no es un producto de fabricación humana. El libro de los Proverbios presenta, a la sabiduría, como una bella dama que invita a los seres humanos a seguirla. Lo hace en voz alta, desde las alturas de la tierra, en las encrucijadas de los cami­ nos y en las puertas de las ciudades. "¿Acaso no está llamando la sabiduría? ¿Qué, no deja oír su voz la inteligencia? Se para en las colinas, junto al camino; se queda esperando en las encrucijadas. Deja oír su voz a un lado de las puertas; a la entrada misma de la ciudad exclama".(9) El líder, que desea ser sabio, puede serlo. Dios repite una y otra vez, de muchas formas, el hecho de que sin sabiduría nadie pue­

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de ser feliz, y mucho menos liderar. El líder sin sabiduría es necio, y no se da cuenta de su triste condición. La verdadera sabiduría no vienejde adentro sino de arriba. Por eso la advertencia de Salomón es: "Hijos, escuchen las enseñan­ zas de su padre; presten atención, y adquirirán entendimiento. Yo les doy buenas enseñanzas; no rechacen mis instrucciones". (10) "Escucha". En hebreo la expresión es "presta atención" que lite­ ralmente significa "pon el corazón", "atiende". Generalmente encuentro líderes que sufren y dicen: "No qui­ se equivocarme. No quise hacer esto o aquello". Y ahora viene Salomón y dice: "Cuando la sabiduría entre en tu corazón, y te deleites con el conocimiento, la discreción te protegerá y la inteli­ gencia cuidará de ti. Te librará del mal camino y de los que dicen cosas perversas, de los que dejan el camino recto para andar por senderos tenebrosos; de los que gozan haciendo el mal, y se alegran de sus actos perversos".(11) ¿Forzaría el texto bíblico si dijera que esos perversos son tus im­ pulsos naturales que te llevan a cometer errores, con frecuencia? ¿Deseas verte libre de esos perversos? Pues deja que la sabiduría habite en tu corazón. No intentes ser sabio sin Djos. Salomón aconseja: "No seas sabio en tu propia opinión; teme al Señor y apártate del mal. Él será la medicina de tu cuerpo; ¡infundirá alivio a tus huesos!".(12) Conocí a un joven en mis años de estudiante. Un buen mucha­ cho, humilde y temeroso de Dios. Al term inar la secundaria, se fue a la universidad y, con el tiempo, perdimos el contacto. Un día nos encontramos en la calle. Él me reconoció. Pero me dijo que era ateo y que no le hablara más de Dios. Me dijo que nada le faltaba, que tenía una buena casa, un buen auto, dinero y que viajaba a donde quería y cuando lo deseaba. Era el líder una em­ presa de renombre.

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-¿Para qué Dios? Me preguntó, con el corazón lleno de soberbia. Pero cuando le pregunté si se había casado, me respondió que ya estaba en el cuarto matrimonio y que tenía cinco hijos con diferentes mujeres. No le dije nada. Esa es la sabiduría del mundo. Dinero, poder, fama, brillo, título. Pero corazón vacío. El que tiene a Dios, sin embargo, es feliz. La sabiduría "¡será la medicina de tu cuerpo; ¡infundirá alivio a tus huesos! ¡Aprende a ser sabio! (1)

Marcos 9:33-35 .

(2)

1 Reyes 3:2-9

(3)

Job 28:20, 23, 27; Salmos 111:10

(4)

Salmos 37:30, 31; Proverbios 2:1, 2

(5)

Proverbios 3:15

(6)

Job 28:28

(7)

Proverbios 16:5

(8)

Proverbios 15:15

(9)

Proverbios 8:1-3

(10) Proverbios 4:1 y 2 (11) Proverbios 2:10-14 (12) Proverbios 3:7 y 8

"El p rin c ip io d e la s a b id u ría es el te m o r al S eñor".

(Proverbios 1:7) i

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a sabiduría es la clave de la excelencia. Y la Biblia declara, en­ fáticamente, que Dios es el Señor de la sabiduría. Si alguien desea ser sabio tiene que buscarloj/ vjvir con .ÉL."ELprincip¡o de la sabiduría es el tem or al Señor; los necios desprecian ..^sa ­ biduría y la enseñanza".