El Hedonismo (El Placer)

“Año de la Consolidación del mar de Grau” ASIGNATURA: CATEDRATICO: ALUMNOS : CARRERA: CICLO: DERECHO Y CIENCIAS POLÍ

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“Año de la Consolidación del mar de Grau”

ASIGNATURA: CATEDRATICO: ALUMNOS

:

CARRERA: CICLO:

DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS XII PUCALLPA-PERU 2016

DEDICATORIA Este trabajo dedicamos a todas las personas que con esfuerzo, dedicación y perseverancia, logran salir adelante a pesar de muchos obstáculos que se presenta en la vida

INTRODUCCION El hedonismo es considerado como una rama o doctrina dentro de la filosofía, cuyos seguidores proponen como finalidad única de la vida el lograr un placer absoluto y verdadero. Es entonces que aquellos que hacen del hedonismo su estilo de vida, suele decirse que buscan disfrutar y aprovechar cada momento vivido, alejándose de los dolores y de todo mal, para conseguir plenamente el fin de dicha doctrina. Dentro del hedonismo pueden destacarse regularmente teorías morales, cuyos contenidos siempre hacen hincapié en las actividades que realiza el hombre, afirmando entonces que en el mayor de los casos, dichas actividades son concretadas para cumplir un interés en particular. De aquí en más, los hedonistas concluyen que solo el placer es buscado para lograr la sensación propia del mismo. El hedonismo es básicamente la teoría de que el placer es el único bien intrínseco. Ha sido tan fundamental en la vida a lo largo de la teoría, de que todas las alternativas a que puede con un poco de justicia se agrupan bajo la etiqueta de uno de las teorías no hedonistas. Entonces se examina más de cerca lo que implica visitas hedonista y no hedonista de lo que es intrínsecamente bueno.

HEDONISMO Del griego hedone (placer) esta doctrina ética según la cual el único bien es el placer y el único mal el dolor se sitúa en el placer la felicidad humana. Del griego hedone (placer). Doctrina ética según la cual el único bien es el placer y el único mal el dolor. En consecuencia, sitúa en el placer la felicidad humana. El hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha afirmación ha sido admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del hedonismo, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien. El término hedonismo puede tomarse en dos sentidos, lato y estricto. En el primero, hedonismo sería una teoría ética de gran amplitud en la que la palabra placer tendría un significado muy extenso, abarcando tanto el placer como la utilidad; en este sentido se encuadraría dentro del hedonismo el utilitarismo . En

un

sentido

más

restringido,

el

hedonismo

se

diferencia

del

utilitarismo,

fundamentalmente, porque el primero cifra el bien en el placer individual, mientras que el segundo afirma como bien sumo el placer, el bienestar y la utilidad sociales; el hedonismo tiene carácter individualista, el utilitarismo es de índole socialista (en el sentido etimológico de la palabra). Dentro del hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos formas del mismo, de acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Éste designa, ya el placer sensible o inferior, ya el placer espiritual o superior. FORMAS DE HEDONISMO 1) HEDONISMO ABSOLUTO: Afirma que el único bien es el placer sensible y el único mal el dolor sensible. Se ha atribuido esta doctrina a Aristipo de Cirene y su escuela . No obstante, es difícil aceptar que un filósofo haya acogido estas tesis que, tomadas en toda

su pureza, harían del ser humano un mero animal irracional. Las líneas que estructuran el hedonismo absoluto son las siguientes:  

El placer es el bien, el dolor es el mal Dentro de los diversos placeres tiene supremacía el sensible; se admite la existencia de placeres del espíritu, pero la naturaleza de sumo bien es propia de los placeres sensibles, dado que la intensidad de éstos es muy superior a la de



aquéllos. En el seno del placer sensible, únicamente hemos de buscar el placer presente , ya que el pasado se ha destruido y no existe, mientras que el futuro es dudoso y



no sabemos con certeza si será La misión de la virtud en este sistema es exclusivamente la de elegir, entre los posibles placeres presentes que estén ante nosotros, el más intenso. Tal es el



papel que Aristipo otorga a la fronesis, la prudencia. La única superación de este radical hedonismo se halla en la afirmación de Aristipo de que el hombre sabio y prudente, aunque busque y desee el placer, lo domina y no llega a estar esclavizado por él: «tengo, no soy tenido» (Diógenes Laercio, II, 75). Es la postura que permite ver un atisbo de racionalidad en el hombre hedonista.

2) HEDONISMO MITIGADO: Sostiene que el placer es el bien del hombre, pero da una clara preferencia al placer espiritual sobre el sensible. Es la doctrina ética de Epicuro y los epicúreos. Sus puntos fundamentales son:  

Primacía del placer espiritual sobre el sensible, de la chara sobre la hedone. Distinción, dentro del placer, entre el de movimiento y el de reposo. El primero se produce al satisfacer una necesidad, un deseo; el segundo, al haber eliminado todas las apetencias. El hedonismo mitigado da más valor a este último. Por ello dirá Epicuro: «Si quieres hacer rico a Pitocles, no aumentes sus riquezas, sino



disminuye sus deseos. Determinación de una aritmética del placer sobre las siguientes reglas primordiales:

a) aceptar el placer presente, si no produce un dolor ulterior más intenso; b) rehuir el dolor presente que no pueda producir en el futuro un placer más intenso; c) aceptar un dolor presente que origine un placer futuro más intenso;

d) rehuir un placer presente que lleve aparejado un dolor futuro de mayor intensidad. La búsqueda del placer en esta forma de hedonismo no se limita a la ciega consecución del placer presente; se establece un principio de racionalidad, al hacer intervenir en el deseo del placer la moderación que puede suponer la previsión del futuro. 

La misión de la virtud dentro de este hedonismo queda limitada a una prudente regulación de la conducta humana, encaminada a facilitar la aplicación en cada caso concreto de esa aritmética del placer. Tal es la misión que Epicuro asigna a la



fronesis, la prudencia. Basado en estas directrices morales, el hombre podrá alcanzar su fin último, que para el hedonismo mitigado es la ausencia de dolor (aponia), que nos dará la tranquilidad de ánimo (ataraxia), en lo que radica la felicidad (eudaimonia).

Algunos autores cristianos, defensores de este tipo de hedonismo, han pretendido armonizar esta teoría con su supuesto cristianismo. Tal. es el caso de L. Valla (V. EPICÚREOS); en el libro III de su tratado De voluntate (Sobre el pIacer) sostiene que sólo dentro de una concepción cristiana es alcanzable el sumo bien (entiéndase el sumo placer) ya que únicamente Dios puede asegurar al hombre la plenitud del placer en una vida ultraterrena. Fácilmente se comprende que este intento de conciliar el hedonismo con el cristianismo es sumamente deficiente y accesible a fáciles y numerosas críticas. Parecida armonía entre hedonismo y cristianismo es la intentada también por, hasta el punto de que se ha podido hablar de un ensayo de cristianizar el epicureísmo. Dentro de las doctrinas morales, probablemente sea el hedonismo absoluto la de menor dignidad; en él los seres humanos quedan reducidos a la más brutal animalidad, sometidos a la tiranía del presente y totalmente desligados de los que tradicionalmente se han considerado como valores típicamente humanos. Por lo que respecta al hedonismo mitigado y de un modo particular al hedonismo de Epicuro, hay en él una cierta elevación moral al dar primacía a lo espiritual sobre lo material, siquiera sea sólo en el seno del placer. El hombre aparece regulado por principios racionales, aunque éstos estén muy disminuidos. Sin embargo, por mucho que el hedonismo intente «espiritualizar» sus tesis, la raíz primigenia de la que parte, el principio del placer, le impide elevarse a un reino de valores superiores que, en consecuencia, quedan por completo fuera del ámbito de todo hedonismo que sea consecuente. CARACTERÍSTICAS DEL HEDONISMO:

-Todos los seres humanos hemos nacido con la posibilidad de experimentar placer. -El placer no es bueno, ni malo, simplemente existe.

-Lo bueno o lo malo del placer reside en cómo se busca y hasta dónde llega. -Todos los extremos son inconvenientes, el exceso de placer se convierte en vicio. -El placer no es solamente la gratificación sensual o sexual como piensan la mayoría de las personas. -Hay placeres tan simples y deliciosos como comerse un pedazo de tarta, o mirar la última alineación planetaria. -Existen placeres que a la postre traen infelicidad, insatisfacción o contratiempos, por ejemplo la popularidad o la fama. -El mayor placer para el género humano debe girar entorno del servicio de los demás. -Si aprendemos a distinguir verdaderamente lo que es placer, podremos vivir muchos momentos de felicidad. El hedonismo no consiste en afirmar que el placer es un bien, ya que dicha afirmación ha sido admitida por otras muchas doctrinas éticas muy alejadas del hedonismo, sino en considerar que el placer es el único y supremo bien. El Hedonismo es una corriente filosófica que persigue por todos los medios la supresión del dolor y las penas buscando la felicidad y el placer como motivo y fin de vida. Esta concepción tiene influencias externas como lo son los cireaicos y los epicúreos. Por consiguiente cuando nos referimos a Hedonismo lo hacemos a una teoría moral que percibe el placer (hedoné) como bien último. Todo lo que el hombre hace se dispersa es al orientar los esfuerzos hacia el placer que se encuentra el sentido de la vida. El hedonismo considera que el placer es el único y verdadero bien. El problema se platea porque el término placer es ambiguo y sometido a diversas interpretaciones; entonces, dependiendo cómo se defina el pacer, una doctrina será hedonística o no. Con el fin de aclarar esta ambigüedad se han determinado dos formas de hedonismo. Por un lado está la explicación expuesta por Richard Branbt quien afirmó

que: “una cosa es intrínsecamente deseable (indeseable) si y sólo si es placentera (no placentera)”. Por otro lado está el llamado Hedonismo Psicológico; aquí se agrupan varias doctrinas según la concepción que se tenga de placer; sosteniendo que el placer personal es el fin último de cada persona. Según lo expuesto el hedonismo puede interpretarse de diversas formas. Para algunos el placer es personal y se consigue al complacer sin límites todas las necesidades físicas del cuerpo. Otros, exponen que debe satisfacer las necesidades de forma moderada para alcanzar la satisfacción. Sin embargo, contraponiéndose a esta concepción que el placer se encuentra cuando se es útil a la sociedad, cuando dedicamos la vida a lograr el bienestar común. Entonces, aquí el hedonismo pierde el sentido de alcanzar el placer a través de la experiencia sensorial física, dándole al mismo un sentido ultraísta. Por lo tanto, en el hedonismo en sentido estricto se pueden distinguir dos formas del mismo, de acuerdo con los dos significados que tiene el término placer. Éste designa, ya el placer sensible o inferior, ya el placer espiritual o superior. En consecuencia, habrá dos formas de hedonismo, llamadas hedonismo absoluto y hedonismo mitigado, o eudemonismo. A la posición de que el hedonismo es la búsqueda de la felicidad logrando la satisfacción de los sentidos, se opone la fe católica, afirmando que esta posición acaba con los valores espirituales. No sólo es señalada por la fe católica, igualmente muchas creencias religiosas afirman que el hedonismo es una posición carente de moral; pues antepone los sentidos al plan divino de amor. Lo expuesto anteriormente es la visión que se posee en forma general del Hedonismo. Sin embargo, para lograr la compresión plena de la doctrina es necesario estudiar su origen y concepción inicial. Epicuro de Samos (341-270 AC) –enseñó en Atenas- es aclamado universalmente como el filósofo fundador del hedonismo, y su real visión sobre el tema del placer no es comúnmente comprendida. Muchos historiadores medievales lo representan como un licencioso, mientras que muchos de los modernos lo describen como un predicador de "placeres con moderación", o incluso como un asceta. Epicuro defendía la visión de una vida de continuo placer como clave para la felicidad. Su gran perspicacia para satisfacer este fin consistía en identificar el límite de nuestra habilidad para experimentar el placer en cualquier momento. Estipuló que a partir de un determinado nivel máximo no es posible que el placer tenga un incremento de intensidad,

aunque es probable que las sensaciones que sostienen este dichoso pináculo del placer varíen continuamente. Él denominó a esta experiencia punta como ataraxia—palabra griega que significa "imperturbabilidad". Para Epicuro la presencia del placer es sinónimo de ausencia de dolor, o de cualquier tipo de aflicción: el hambre, la tensión sexual, el aburrimiento, etc. El proceso de eliminar estos problemas ciertamente conlleva placeres sensuales, Epicuro una vez escribió: "Yo no sé cómo puedo concebir lo bueno, si elimino los placeres del gusto, y elimino los placeres del amor, y elimino los placeres del oído, y elimino las emociones placenteras causadas por la visión de una hermosa forma". Sin embargo, por más estimulante que sea este proceso, se trata sólo de un medio para perseguir un fin: la satisfacción. Considerar esta persecución como un fin en sí mismo, por contraste, inevitablemente nos conduciría a las ansiedades de la adicción. En el antiguo mundo del Mediterráneo, la filosofía epicúrea ganó un sinnúmero de adherentes. Fue una destacada escuela filosófica por un lapso de siete siglos después de la muerte de Epicuro, pero, después mermó en popularidad cuando se persiguió en la Edad Media. Fue durante ese período de la historia que desaparecieron muchos de los escritos de Epicuro y se persiguió su doctrina; tergiversándose hasta tener de las mismas diversas concepciones hasta las atacadas por la fe cristiana. El principal representante del Hedonismo quien con sus teorías se cita como el fundador es: Epicuro de Samos BREVE RESEÑA DE EPICURO DE SAMOS Y PENSAMIENTO Nació en el 341 y murió en el 270 antes de cristo. Nació en la ciudad de Samos. A los catorce años se desplazó a Teos para escuchar las enseñanzas de Nausifanes quien fuera discípulo de Demócrito. Posteriormente, se dirigió a Atenas; también estuvo en Colofón, en Mitilene de Lesbos y en Lámpsaco. En esos viajes maduró sus doctrinas. Se estableció en Atenas hacia el año 306 donde fundó su escuela llamada el Jardín. La cual fue famosa por las enseñanzas y el cultivo de la llamada amistad de Epicuro, donde también participaba las mujeres, dándole especial relevancia las mismas. A diferencia del estoicismo rico en variantes, las ideas de Epicuro y su doctrina seguida en la posteridad son prácticamente iguales; eso no quiere decir que la misma no haya sufrido

variantes a lo largo del tiempo. Pues, las concepciones fundamentales las establece Epicuro. Epicuro era opositor de las concepciones estoicas platónicas y peripatéticas, se identificaba con las doctrinas de los cirenaicos. En el pensamiento de Epicuro se destaca que se debe eliminar el temor a la muerte y a los dioses. El temor a los dioses se pierde al plantear que estos están demasiado lejos de la dimensión humana y de su mundo; por lo tanto, los dioses existen pero son indiferentes a los destinos humanos. El temor a la muerte se elimina al tomar en cuenta que cuando se vive no se posee sensación de la muerte; y, ya estando muerto no se siento sensaciones. Sobre estos basamentos Epicuro funda su doctrina, por lo tanto es necesario buscar y lograr una vida tranquila y sin sabores. Cuando se conquista la autarquía y a través de ella la ataraxia se logra la felicidad de la vida, al alcanzar el estado de ausencia de temor ante el dolor, pena, preocupación y temor. En tal sentido, para alcanzar la sabiduría es menester eliminar los obstáculos que se anteponen a la felicidad y cultivar lo que contribuye a aumentarla, entre ellas la amistad. En este sentido, no se trata de un estado de ausencia de sensaciones, sino más bien un estado de posesión de las mismas que conllevan a una vida dichosa. Debemos conocer las necesidades elementales del hombre, lo cual debe suplirse para luego no generar esfuerzo e inquietud en alcanzar lo que se encuentra lejos del alcance. En este sentido, se puede reducir la felicidad al placer; pero no al material; sino más bien un placer duradero de índole espiritual que es más efectivo que el material. La meta última es la serenidad. No se puede suprimir los gustos de los sentidos, se deben ordenar y subordinar al bienestar físico y espiritual. La belleza y la virtud deben ser aceptadas si producen serenidad y satisfacción; en caso contrario, deben ser eliminados. Pues si se rechazan todas las sensaciones no habrá un patrón para medir las que son beneficiosas. El placer se debe concretar sin que se produzca otra afección que con él compita, ya que si esto ocurre no sería placer sino dolor y pena. El fin al que se aspira es el placer, más no el placer sensual sino más bien a la salud del cuerpo acompañados del ejercicio del cuerpo y la filosofía. HISTORIA DEL HEDONISMO

Cuando se intenta referir al término hedonismo, se está incluyendo dentro del mismo cada acción que permite al hombre encontrar y por lo tanto poseer aquel placer emocional que anhela. Esta filosofía ha sido pensada y analizada hace ya muchos años y puede afirmarse que su primer impulsor y pensador es el filósofo de la antigua Grecia, Epicuro. Para Epicuro, primer impulsor del hedonismo, la felicidad debía ser el anhelo inconfundible de todo hombre y por la cual tenía que luchar toda su vida por conseguirla. Dentro de esta supuesta felicidad que, para Epicuro, los hombres debían alcanzar, tendría que establecerse un cierto orden tanto en las riquezas materiales como espirituales. La búsqueda de placer que propone el hedonismo posee un carácter directamente subjetivo, de modo tal que diferentes individuos que poseen distintos puntos de vista sobre las cosas son denominados generalmente hedonistas. No obstante, el hedonismo puede ser clasificado como hedonismo ético o hedonismo psicológico. El hedonismo ético está confrontado con la escuela de Epicuro, por tanto es factible entender este primer concepto también como ética epicúrea. La ética epicúrea fue extraída de la escuela de Epicuro y sostiene que el hombre, si bien debe aferrarse a los placeres corpóreos (comida, bebida, materiales, etcétera), tiene que concebir como prioridad aquellos placeres intelectuales (amor, sabiduría, etcétera), llamados también como placeres superiores. A su vez afirman que los individuos deben utilizar sabiamente su razón para poder quedarse con aquellas cosas y sensaciones que otorguen, en un lapso de tiempo largo, felicidad y placer. No obstante, el hedonismo es rechazado generalmente por las diferentes religiones, ya que consideran que el mismo atenta de diferentes maneras a los principios que éstas poseen. El catolicismo, por ejemplo, rechaza directamente al hedonismo puesto a que su finalidad -el placer propio como prioridad- va en contra de sus valores dogmáticos, afirmando entonces que antepone al placer propio frente a la voluntad de Dios. ESCUELAS HEDONISTAS 1) Escuela cirenaica: La escuela filosófica conocida como escuela cirenaica fue fundada por Aristipo de Cirene, seguidor y discípulo de Sócrates. Sus comienzos están fuertemente relacionados con las escuelas megárica y cínica. No obstante, el hedonismo de la escuela cirenaica suele dividirse entre los seguidores de Aristipo, de Hegesías y Teodoro. Esta escuela concentra características del hedonismo ético e identifica la

búsqueda del placer como el logro del placer espiritual. Aristipo concluye en que el hombre debe de exterminar todas sus inquietudes para alcanzar su felicidad y para ello es necesario apelar a la autarquía. 2) Escuela de Epicuro o epicureísmo: La escuela de Epicuro o epicureísmo trata sobre el hedonismo y considera encontrar la felicidad a través de una búsqueda racional de placeres. El epicureísmo integra cada una de las enseñanzas del filósofo griego Epicuro y cada opinión o agregado por aquellos seguidores del mismo. A diferencia de la escuela cirenaica, que sobreponía el placer corpóreo para lograr la felicidad, el epicureísmo sostenía que la verdadera felicidad se encontraba en los placeres intelectuales. Afirma que debe existir un equilibrio perfecto y absoluto entre la mente y el cuerpo para lograr la felicidad más pura. Las ideas y enseñanzas de Epicuro lograron sostenerse durante siete siglos continuos. Al llegar la Edad Media, éstas empezaron a ser olvidadas con la aparición del Cristianismo y continuamente, con la quema de muchos de los escritos de este filósofo. DENTRO DE LA ÉTICA: el alma humana es mortal dado que, como todas las cosas, está compuesta de átomos, aunque formada por los más perfectos, los redondeados y lisos. Desaparece con la destrucción del cuerpo. No hay que temer a la muerte pues, en primer lugar, nada se sigue tras la desaparición del cuerpo, y, en segundo lugar, la propia experiencia de la muerte no es tal: “el más terrible de los males, la muerte, no es nada para nosotros, pues cuando nosotros existimos, la muerte no existe, y cuando la muerte existe, nosotros no existimos” La Naturaleza ha puesto como objetivo de todas las acciones de los seres vivos (incluidos los hombres) la búsqueda del placer, como lo muestra el hecho de que de forma instintiva los niños y los animales tienden al placer y rehuyen el dolor. El placer y el dolor son pues los motivos fundamentales de todas las acciones de los seres vivos. El placer puro es el bien supremo, el dolor el mal supremo. Los placeres y sufrimientos son consecuencia de la realización o impedimento de los apetitos. DISTINGUE EPICURO TRES CLASES DE APETITOS: 

Los naturales y necesarios: comer, beber, alimentarse; son fáciles de satisfacer;



Los naturales pero no necesarios: como los eróticos; no son difíciles de dominar y



no se necesitan para la felicidad; Los que no son naturales ni necesarios; hay que rechazarlos completamente.

TIPOS DE PLACERES: Dado que el hombre está formado por cuerpo y alma habrá dos tipos generales de placeres: 

Placeres del cuerpo: aunque considera que son los más importantes, en el fondo su propuesta es la de renunciar a estos placeres y buscar la carencia de dolor corporal. Existen dolores del alma y dolores del cuerpo, pero el mal es el del dolor corporal pues el del alma es consecuencia directa o indirecta de los dolores del cuerpo presente o venidero. No hay que temer el dolor corporal pues cuando es intenso e insoportable generalmente dura poco y cuando dura más tiempo es menos fuerte y más soportable. Cabe aliviar el dolor físico con el recuerdo de



alegrías pasadas y en casos extremos con el suicidio. Placeres del alma: el placer del alma es superior al placer del cuerpo: el corporal tiene vigencia en el momento presente mientras que los del alma son más duraderos; además, los placeres del alma pueden eliminar o atenuar los dolores del cuerpo.

Aunque el placer es un bien y el dolor un mal, no es inteligente elegir siempre el placer y rechazar siempre el dolor: debemos rechazar los placeres a los que les siguen sufrimientos mayores y aceptar dolores cuando se siguen de ello placeres mayores. Antes de obrar hay que pesar cuidadosamente el placer o el dolor que se seguirá de ello y establecer un balance placer-dolor. No hay que renunciar a los placeres corporales sino ordenarlos y administrarlos de cara al bienestar físico y espiritual. La razón representa un papel decisivo en lo que respecta a nuestra felicidad: nos permite alcanzar el estado de total sosiego (ataraxia), de absoluta imperturbabilidad ante todo (Epicuro lo compara con el total reposo del mar cuando ningún viento mueve su superficie) y nos da libertad ante las pasiones, los afectos y los apetitos. El sabio alcanza la vida buena y feliz gracias a esta autonomía frente al dolor y los bienes exteriores, a los amigos con los que convive y a su aislamiento respecto de lo social.

CRITICA Los errores fundamentales del Hedonismo y las principales objeciones incontestables a la teoría pueden resumirse brevemente como sigue:  Se apoya en un falso análisis psicológico; tendencia, apetito, propósito, y bien están fijos en la naturaleza con anterioridad al sentimiento placentero. El placer depende de la obtención de algún bien que es anterior a, y causante de, el placer resultante de su adquisición. La alegría o placer que acompañan al buen comportamiento es una consecuencia, no un constituyente, de la calidad moral de la acción.  Falsamente supone que el placer es el único motivo de la acción. Esta opinión se sustenta en la falacia de que lo placentero y lo deseable son términos 

intercambiables. Aún si se admitiera que el placer y el dolor constituyen el estándar del bien y del mal, este estándar sería completamente impracticable. Los placeres no son conmensurables unos con otros, ni con los dolores; además ninguna mente humana puede calcular la cantidad de placer y dolor que resultarían de una actividad determinada. Esta tarea es imposible aún cuando solamente vaya a ser tenido en cuenta el placer del agente. Cuando se van a medir el placer y el dolor



de “todos los implicados” el propósito se convierte en un disparate. El Hedonismo Egoísta reduce toda benevolencia, auto-sacrificio, y amor del bien a simple egoísmo. Es imposible que el Hedonismo altruista evada la misma

consumación excepto a costo de la coherencia.  Ningún código general de moralidad podría establecerse sobre la base del placer. El placer es esencialmente sentimiento subjetivo, y solamente el individuo es el juez competente de cuánto placer o dolor le proporciona una forma de actuar. Lo que es más placentero para uno puede serlo menos para otro. Por lo tanto, en terrenos hedonísticos, es evidente que no podría existir permanente y universalmente una línea divisoria válida entre el bien y el mal.  El Hedonismo no tiene terreno para la obligación moral, ni sanción por responsabilidad. Si yo debo buscar mi propia felicidad, y si el comportamiento que lleva a la felicidad está correcto, el peor reproche que se me puede hacer, sin importar en qué pueda basarse mi conducta, es que Yo he hecho una elección imprudente.

CONCLUSIONES En conclusión el hedonismo es una filosofía donde lo más importante es la felicidad la cual se logra a través del placer , mediante la liberación de las pasiones y con la ausencia

del dolor, es difícil encontrar la felicidad por que no se sabe exactamente donde buscarla, la mejor forma de empezar a buscarla es buscando realizar actividades las cuales nos causen algún tipo de placer, de bienestar con uno mismo, de alegría al realizarla ,muchas personas consideran al hedonismo como algo malo ,porque cuando escuchan la palabra placer la relacionan únicamente con el sexo, se limitan a pensar en que el placer solo se puede obtener por medio del sexo, es decir no se ponen a pensar que existen un sin fin de actividades las cuales te pueden dar placer, actividades tan simples como leer o estar con tu mejor amigo las cuales te pueden causar el mismo placer claro que son diferentes tipos de placer ,sin embargo te hacen sentir esa misma sensación de bienestar y de felicidad. El máximo de placer para Epicuro se encuentra en: -La tranquilidad del espíritu, una vez satisfechas todas las necesidades. -La ausencia de preocupaciones y de sufrimientos. Se trata de conseguir que la enfermedad, el destino o la muerte ya no nos preocupen. No podemos decir si algo está mal o está bien porque cada persona tiene su forma de ver las cosas, cada persona tiene su forma de juzgar los actos de los demás así lo que para una persona puede que esté bien para otra puede que este mal. Los placer no se puede reprimir es necesario que se satisfagan todos pero es importante que estos sean moderados para que el placer valla aumentando de intensidad poco a poco. Cualquier ser humano tiene la capacidad de experimentar placer.El placer no es bueno ni malo depende de como lo tome cada persona, todo depende de donde se busca y hasta donde se llegar para conseguirlo. Como todos sabemos cualquier cosa en exceso es malo al igual que el placer este en exceso se convierte en un vicio. Hay que tener claro que el placer no es la parte sensual o sexual que la mayoría de las personas piensan por eso existen diferentes tipos de placeres unos más sencillos que otros como comerte una rebanada de pastel hasta los más complejos como tirarte en paracaídas. “Si se aprende a vivir y a manejar adecuadamente el placer se pueden vivir muchos momentos de plena felicidad.” Por otra parte, Epicuro afirma no sólo que nada surge de la nada y que nada se sumerge en la nada; sino que el universo ha sido siempre como es y será siempre el mismo. Estas

verdades son principios evidentes no percibidos. Fuera del universo no existe nada que lo penetre e introduzca un cambio; y este universo que permanece inmutable tras el cambio no es lo que menos a contribuidos a engendrar la tranquilidad que el sabio busca; ya que la filosofía es inútil si no cura los sufrimientos del alma. Se trata de un conjunto de teorías morales que destacan que, por lo general, todo lo que el hombre hace es un medio para conseguir otra cosa. El placer, en cambio, es lo único que se busca por sí mismo. En concreto esta filosofía, que establece como objetivo de la vida el placer de los sentidos, fue impulsada por el filósofo griego Epicuro de Samos, que vivió en el periodo comprendido entre los siglos IV y III a.C y que estableció que la meta máxima de cualquier ser humano debe ser el conseguir la felicidad. Ello supone, por tanto, que haya que satisfacer de manera moderada las necesidades que tenga su cuerpo, que deba buscar los bienes materiales que le dan seguridad y que cultive la amistad, el amor, las letras y las artes. Dado que la idea de placer es subjetiva, intelectuales con ideas muy diferentes suelen ser incluidos dentro del grupo de los hedonistas. Es frecuente, de todos modos, que se divida al hedonismo en ético y psicológico. Entre las escuelas clásicas del hedonismo, por un lado se encuentra la escuela cirenaica (que se desarrolló entre los siglos IV y III A.C.), creada por Aristipo de Cirene, quien sostenía que no hay bien superior al placer y resaltaba el placer del cuerpo en lugar de los placeres mentales. La escuela epicúrea, en cambio, asociaba al placer con la paz y la calma. El principal énfasis de esta doctrina se encontraba en reducir el deseo, y no en obtener placer de manera inmediata. En la época contemporánea la figura más relevante dentro del hedonismo es el filósofo francés Michel Onfray que apuesta por el hecho de que hay que darle más importancia al ser que al tener. Eso supone disfrutar de las pequeñas cosas de la vida tales como escuchar, gustar, oler, y apostar por las pasiones. En este sentido, y también en la etapa más actual, es muy importante la escritora y sexóloga Valerie Tasso quien parte también del hedonismo para explicar la vida. En su

caso concreto, dice que dicha filosofía es la que deja patente que nuestra existencia debe ser tomada como la búsqueda del placer en la que el cuerpo es un aliado y en la que el tiempo es más importante que el dinero. Cabe destacar que diversas religiones condenan al hedonismo por considerar que carece de moral. La religión católica, por ejemplo, sostiene que el hedonismo atenta contra los valores de su dogma, ya que privilegia el placer por encima del amor al prójimo e incluso a Dios. Entre los principales preceptos de la vida hedonista, se destacan la decisión y voluntad para darse gustos, el hecho de preservar tiempo para realizar actividades que generen un disfrute y la intención de gozar de las emociones placenteras sin racionalizarlas.