El Debate en Torno Al Ars Nova

EL DEBATE EN TORNO AL ARS NOVA 1. La bula de Juan XXII Para abordar el pensamiento musical de la Edad Media, tenemos que

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EL DEBATE EN TORNO AL ARS NOVA 1. La bula de Juan XXII Para abordar el pensamiento musical de la Edad Media, tenemos que abordar algunos acontecimientos sobresalientes de la historia de la música que representaron puntos de referencia a la hora de realizar el debate teórico. Uno de ellos es el Ars Nova, en el siglo XIV. Supuso un nuevo estilo musical y el cambio de la cultura musical de esa época. El debate entre Ars Antiqua y Ars Nova supuso un punto de debate para los teóricos y filósofos e implicó que estos se posicionaran. La bula del año 1322, donde el Papa Juan XXII condena el Ars Nova y sus novedades técnicas y estilísticas y las tendencias modernas, es uno de los documentos más significativos de la época. (cita) Juan XXII: «Ciertos discípulos de una nueva escuela, poniendo todo su empeño en medir el tiempo, intentan expresar mediante nuevas notas aires inventados solo por ellos, con menoscabo de los antiguos cantos, que ellos sustituyen por otros compuestos a base de breves y semibreves y de notas casi inasibles. Ellos interrumpen las melodías, las vuelven afeminadas debido al uso del discanto, las inundan a veces de un canto dado o de vulgares motetes, de forma que, frecuentemente, manifiestan su desprecio a los principios por los que se rigen el Antifonario y el Gradual al ignorar los fundamentos sobre los que éstos se asientan y al mezclar unos tonos con otros sin discernirlos. La multitud de notas [que ellos emplean] anula los sencillos y equilibrados razonamientos por medio de los cuales, dentro del canto llano, se distinguen unas notas de otras. Corren y no se detienen jamás; embriagan los oídos y no se preocupan de los espíritus; imitan mediante gestos lo que cantan o tocan, de modo que [hacen que] uno se olvide de la devoción que se pretendía [conseguir] y que uno aprenda la relajación de costumbres que debía haberse evitado.» Este documento muestra el tradicional recelo que la Iglesia ha mostrado siempre que se ha enfrentado a la música, junto a la actitud moralista y factores estéticos. Dos posturas diferentes en la música: Ars Antiqua y Ars Nova. En la bula entran en colisión:  Valores de sencillez y claridad con la complicación, galimatías y la novedad gratuita.  Polémica entre pasado y presente.  Tradición y renovación  La música como instrumento religioso y la música como fin en sí misma.  Música como elemento para elevarse hasta Dios y hacer más eficaz la plegaria y música como instrumento de placer.  Concepción autónoma de la música y heterónoma. Esta batalla no será sencilla, pero enriquecerá un debate que se sucederá durante varios lustros. Con el paso del tiempo la música va prescindiendo de motivaciones y justificaciones de tipo teológico, cosmológico y moralista. Aún así, los defensores de Ars Antiqua sobrevivirán durante un largo tiempo defendiendo de forma radical sus ideas, pero no solo de forma teoríca sino ejerciendo el control sobre el sector de la población tendente a evadir la Iglesia con finalidad de organizarse autónomamente.

2. Johannes de Muris y Jacobo de Lieja: la polémica sobre la nueva música La polémica desarrollada en la bula papal también se encuentra, aunque más difuminada en los tratados de los partidarios del Ars Nova, como es el caso de Johannes de Muris. Es un teórico francés nacido en Normandia (1290-1351). Para él la música es algo dulce, que produce placer. En cuanto a su utilidad la compara con la medicina, que cura enfermedades. Le da más valor al placer que a la utilidad. De hecho defiende que su utilidad es dar placer.  «La música es, entre todas las artes, la más dulce, porque ninguna procura tanto placer en tiempo tan breve»  «Es una medicina que opera sorprendentemente, curando las enfermedades, sobre todo las producidas por la melancolía y por la tristeza [ . . . ] . Además, la música anima a los caminantes y acobarda y ahuyenta a los ladrones. Da valor en la batalla a los que tienen miedo y reúne a los dispersados y a los vencidos. Como se lee en Pitágoras, los lujuriosos se reconducen hacia la continencia, pues hay melodías que alejan de la lujuria mientras que otras inducen a ésta [ . . . ] »  «No hay nada de extraño en que el hombre, que es un animal racional, experimente placer con la música, desde el instante en que los rebaños de cuadrúpedos, algunas especies de pájaros y ciertos peces se calman, al parecer, gracias al placer [que les procura] la música» Estos aspectos naturalistas provienen de antiguos teóricos, e incluso contemporáneos a Muris, pues se ajustan a interés técnicos del Ars Nova y las nuevas experimentaciones de música mensural y problemas rítmicos debido a las nuevas formas de polifonía. Una disputa de carácter técnico fue si eran preferibles los tiempos binarios o ternarios. Johannes Muris apostaba por los tiempos ternarios, y lo defendía mediante consideraciones no musicales. El 2 sería imperfecto.  «El hecho de que toda perfección se halle en el número 3 se puede recabar de muchas observaciones: Dios, que es lo más perfecto, posee una única sustancia y tres personas [ . . . ] . Entre los cuerpos celestes, se encuentran los objetos que se mueven, los que son movidos [por otros] y el tiempo. Tres son los atributos de las estrellas: calor, luz y esplendor [ . . . ] . Esta asunto también también lo trata Jacobo de Lieja, contemporáneo de Muris. En la obra Speculum musicae (se encuentra en la colección de Coussemaker) se contrapone a Johannes de Muris y a todos los teóricos del Ars Nova. Sus argumentos van en la línea de todo consevador:  Temor por abandonar la vieja vía y adoptar la nueva.  Miedo a las novedades.  Sentido inoportuno que ve en alejarse de la vía trazada por los santos Padres, sobre todo ahora que están muertos y que «no pueden ya defenderse»  Crítica musical (cita) «A algunos les parecerá más perfecto el arte moderno que el antiguo, puesto que este último es más refinado y más difícil ; más refinado (subtilior), ya que se extiende en demasía y añade muchas cosas

al antiguo [arte] . Refinado es, asimismo, lo que es más penetrante y abarca más cosas. Que sea más difícil se puede constatar a través de las formas de cantar y de dividir el ritmo que los modernos [emplean] en sus obras. Sin embargo, otros prefieren lo contrario, debido a que el arte es tanto más perfecto [ . . . ] . Así, pues, el nuevo arte, como parece evidente, se sirve de numerosas y variadas imperfecciones en las notas, en los modos, en los ritmos y en los tiempos [ . . . ] . Si el nuevo arte se limitara a hablar especulativamente de dichas imperfecciones, sería insoportable; mas no es así dado que tales imperfecciones se extienden incluso a la práctica. Verdaderamente, el refinamiento no implica la perfección [ . . . ] ni tampoco la dificultad; la sencillez es más perfecta» Solo la tradición es garantía de valor estético. La música moderna busca su valor autónomo. A medida que se aleja de la perfeccion, la música pierde su validez. La protesta contra el Ars Nova es una rebelión que protagonizan los conservadores contra los que pretenden transformar la música en algo más complejo y confuso. Efectivamente, buscaban nuevas sonoridades, nuevos acordes, ritmos más complejos y un proceso lento de liberación de reglas y dogmas. A los músicos del Ars Nova: «Cantan de forma demasiado lasciva, multiplican las voces superfluamente, no dejan oír las consonantes, despedazan, dividen y saltan con la voz sobre sonidos intempestivos, aúllan y ladran como perros y, como si amaran los tormentos más raros, se sirven de armonías lejanas a la naturaleza». 3. La crisis de la tradición teórica A medida que avanza el siglo XIV no faltan teóricos que repudian la tradición boeciana. Johannes de Grocheo (ppios. S.XIV): en su tratado De Musica es el primero que rechaza la idea de la música mundana y teorías matemáticas sobre la música. Se sitúa entre las fuentes más relevantes de música profana medieval. Dante: Función de la música dentro de la Divina Comedia. La música está ausente del Infierno, su presencia asume únicamente la apariencia de rumor informe. En el Purgatorio se hace patente en forma de recuerdo. En el Paraíso adquiere una presencia más vasta, caminando a la par que el poeta mientras asciende hasta el último cielo. El Paraíso dantesco adquiere tal importancia que forma parte integrante de todas las representaciones literarias y pictóricas del Paraíso cristiano. Esta idea Dante la hereda de la tradición de la música mundana, pero su innovación es que esta música se propaga desde el cielo a la tierra. Es música celestial con formas puramente terrenales (naturaleza). Dante hace hincapié en el valor que encierra la música para el hombre, al substraerla del ámbito místicomatemático al que había estado constreñida durante la Edad Media. Se prescinde de toda implicación moralista o matemática. Dante está muy a tono con el Ars Nova y con las formas populares en que este se encarna. Estas pocas alusiones que Dante hace a la música son igual de importantes que los imponentes textos de ilustres teóricos.

4. Johannes Tinctoris y los «efectos» de la música En este proceso de disolución de las doctrinas musicales del Medievo, toma un papel relevante Johannes Tinctoris (Flandes,), teórico cuya actividad se desarrolla durante la segunda mitad del S. XV. Sus tratados son peculiares, sobre todo por el método que siguen, alejados de la erudición abstracta y pedantería. Es autor del primer diccionario de términos musicales (Diffinitorium musicae). Términos:  Armonía: Cierta placidez por sonidos adecuados.  Compositor: inventor de cualquier melodía.  Consonancia: mezcla de diferentes sonidos que aporta dulzura a los oídos  Disonancia: mezcla de diferentes sonidos que, debido a su carácter, ofende a los oídos.  Melodía: es lo mismo que la armonía Tinctoris se halla lejos de cualquier argumentación teórico-matemática que gire alrededor de la armonía o de la música; por el contrario, intenta ofrecer definiciones que apelen a los efectos que causa la música sobre el sujeto que la percibe. Otra breve obra: Complexus effectuum musices: Se enumeran y se ilustran los veinte efectos producidos por el arte de los sonidos, citados a continuación en su versión latina:                     

Deum detectare. Dei laudes decorare. Gaudia beatorum amplificare. Ecclesiam militantem triumphanti assimilare. Ad susceptionem benedictionis divintt praeparare. Animos ed pietatem excitare. Tristitiam depellere. Duritiam cordis resolvere. Dyabolum fugare. Extasim causare. El debilte el torno ti! Ars Nova Terrenam mentem elevare. Voluntatem melam revocare. Homines letificare. Aegrotos sanare. Labores temperare. Animos ad pnelium incitare. Amorem allicere. Iocunditatem convivii augrnentare. Peritos in ea glorificare. Animas beatificare.

* Traducidos a la lengua castellana, los veinte efectos citados en su versión latina son los siguientes:  Agradar a Dios.  Embellecer las alabanzas de Dios.  Amplificar los gozos de los santos.  Parecerse a la Iglesia militante y triunfante.  Preparar para recibir la bendición divina.  Estimular los ánimos a la piedad.  Arrojar la tristeza.  Ablandar la dureza del corazón.  Poner en fuga al diablo.  Provocar el éxtasis.  Elevar la mente terrenal.  Modificar la mala voluntad.  Poner contentos a los hombres.  Sanar a los enfermos.  Suavizar los esfuerzos.  Incitar los ánimos al combare.  Atraer el amor.  Aumentar la alegría del convite.  Glorificar a los expertos en ella (se refiere a los músicos).  Santificar las almas. (N del T.) En estos efectos, todo se atribuye al papel desempeñado por el estímulo emotivo, alejándose de la definición basada en la concepción connatural de la música y la armonía del alma y la vieja tripacion en música mundana, humana e instrumentis. La única música que le interesa es la de los instrumentos, la analizable. Tratado Líber de arte contrapuncti (1477): Adopta una postura frente a las teorías de Boecio. « [ . . . ] No puedo continuar guardando silencio en relación con las opiniones de numerosos filósofos, entre los que se hallan Pitágoras y Platón y cuantos vinieron después, caso de Cicerón, Macrobio, Boecio y nuestro Isidoro, según los cuales las esferas celestes giran conforme a modulaciones armónicas, o lo que es lo mismo, conforme al ajuste [que se da] entre sonidos diferentes. Mas cuando, como relata Boecio, algunos afirman que Saturno se mueve produciendo un sonido más grave [ . . . ] mientras que la Luna produce un sonido más agudo, en tanto que otros, inversamente, afirman que el sonido más grave es el propio de la Luna, mientras que el más agudo es el de las estrellas fijas, yo no me muestro partidario de ninguna de estas opiniones. Antes bien, creo firmemente en Aristóteles y en sus comentaristas, así como en nuestros filósofos más recientes, los cuales han demostrado con toda evidencia que en el cielo no hay sonido, ni en potencia ni en acto. Debido a esto, nadie me persuadirá jamás de que las armonías musicales, que no pueden producirse sin [que existan] sonidos, puedan ser fruto del movimiento de los cuerpos celestes. Las armonías de los sonidos y de las melodías, de cuya dulzura –como dijo Lactancio- deriva el placer del oído, las producen, no los cuerpos celestes, sino, más bien, los instrumentos terrenales con la ayuda de la naturaleza.»

Este empirismo, que coincide con el renacimiento del aristotelismo, abrirá horizontes, del todo nuevos, a la estética y a las teorías musicales; Con el retorno del aristotelismo, cada vez se reconocerá el placer como objeto y fin de la música. Adam de Fulda: Tratado Música (1490): «por muchas razones parece claro que la música es de no poca utilidad a los Estados. [Su] primer fin es el placer; ciertamente, el espíritu humano [ . . . ] necesita cualquier deleite que lo anime a vivir, [pues] sin ello apenas podría [ . . . Su] segundo fin es ahuyentar la tristeza [ . . . ] » Se abre una nueva concepción de la música en dos claves distintas: psicológica (placer de la música) y en cuanto a la teoría de la armonía un racionalismo naturalista. Disputa entre Bartolomé Ramos de Pareja y Niccolo Burzio que se reanuda posteriormente por Giovanni Spataro -discípulo de Ramos de Pareja- y Franchino Gafori, o Gaffurio. En el año 1 482, el español Bartolomé Ramos de Pareja imprimía en Bolonia su tratado Musica practica, en el que trabajó en una nueva división del monocordio, basado en criterios más sencillos, más empíricos, en comparación con los que empleara Boecio o Guido de Arezzo. Fue por motivos prácticos y didácticos. La propuesta de Ramos de Pareja, que consistía en dividir el monocordio, hallando intervalos cada vez más pequeños, utilizando criterios empíricos. Niccolo Burzio o Franchino Gaffurio, no querían apartarse de los criterios racionales tan abstractos que elaborara la tradición medieval.