El Camino Universal. Revisado

EL CAMINO UNIVERSAL POR J. VAN RIJCKENBORGH Y CATHAROSE DE PETRI ÍNDICE I Propaganda religiosa ...................

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EL CAMINO UNIVERSAL POR

J. VAN RIJCKENBORGH

Y CATHAROSE DE PETRI

ÍNDICE

I

Propaganda religiosa ........................................................

3

II

La puerta detrás el velo ....................................................

8

III El templo de Osiris ...........................................................

16

IV El misterio secreto ...........................................................

23

V

El templo del espíritu ........................................................

30

VI El templo de naturaleza divina .........................................

36

VII El sueño de una noche de verano ...................................

42

VIII La sublime sabiduría de Lao-Tse .....................................

51

IX La trayectoria en espiral y la vibración .............................

59

X

67

Ilusión – Realidad ............................................................

XI El misterio y la vocación de Hiram Abiff, el maestro constructor

75

XII Peligros en el camino .......................................................

89

2

I

PROPAGANDA RELIGIOSA

¿Igual no les ha llamado la atención el número de religiones, grupos y asociaciones ocultistas de carácter negativo – compitiendo mutuamente – que se promocionan de forma cada vez más

abierta y

vulgar, por medio de

anuncios en periódicos, panfletos y carteles, etc.? Toda esa propaganda religiosa, muchas veces ingenua, da pruebas suficientes de que la humanidad actual vive una decadencia espiritual y se enfrenta a una violenta crisis.

Es siempre muy fácil comprobar si una determinada acción en la vida de una persona, lleva estampado en sí el sello de la autenticidad, la enseñanza reveladora de una predisposición interior. Y así, también somos capaces de percibir toda la maquinación existente detrás de la propaganda proveniente de los Estados Unidos, país donde la ciencia de la divulgación ha sido tan minuciosamente estudiada y la difusión de ciertas creencias religiosas tan banales, que el corazón del europeo se queda perplejo.

Por ello, todo lo que juzgamos de banal y grosero, para el americano es evidente y nada chocante. Nuestro objetivo aquí no es discriminar las causas que han llevado al pueblo americano a este estado de ser, tampoco discutir porqué el debe, a su manera, superar la degradación religioso-natural en sus procesos alquímicos.

Lo importante es aclararles porqué la metodología

religioso-natural, empleada por los americanos, está también siendo aceptada en los países europeos.

Afirmamos que ese fenómeno es causado por el fin irrevocable de un período cultural

comenzado hace mucho tiempo. Cuando el hombre llega al

final de su proceso vital y se amedrenta delante de las consecuencias irrevocables, sus actos pierden la auténtica espontaneidad y se entrega a la especulación y la imitación. Su comportamiento revela a un hombre tenso, que levanta la voz, dándose aires altivos dándose una apariencia positiva, mientras 3

interiormente esconde una gran negatividad. Él es, en realidad un pobre hombre, digno de compasión. Por eso, cuando los dictadores gritan, pueden estar seguros de que la situación es deplorable.

Sin embargo, si la vida se dirige a la esencia, ella da testimonio de un crecimiento y una expansión libre que se explica por la propia vida y son, por ello, absolutamente legítimas.

Si hay una manifestación de vida, existe

también un poder de atracción magnético-natural, un foco y un campo de fuerza.

De esta forma, en un pasado reciente, hubo épocas en las que la comunidad de pueblos europeos poseía un foco y un campo de fuerza de ese tipo. Europa era la que daba el tono, siendo este poder un derecho que le asistía, pues ella era realmente su centro inmanente. Muchas veces, sin embargo, esta posición privilegiada se mantuvo pendiente de un hilo, debido al mal empleo de la fuerza vital y del poder. En esas épocas, las fuerzas restantes eran canalizadas, a fin de

establecer un proceso de reestructuración; por

ejemplo la aparición del Renacimiento y la Revolución Francesa. Sin esas poderosas transformaciones ocurridas en el pasado en Europa, su tarea, frente a la comunidad de pueblos, estarían hace mucho tiempo reducidas a cenizas.

Ahora, nos encontramos de nuevo, en el viejo mundo, ante una transformación que se proyecta en el futuro, causando una curva de nerviosismo. Lo antiguo no quiere desaparecer, ó lo hace con lentitud, produciendo la importación de nuevo métodos de vida. Lo que antiguamente era tratado en profundidad, se presenta ahora de una forma totalmente horizontal, en la forma de una propaganda religiosa vulgar, anunciando el fin de un período cultural.

La propaganda se presenta de las formas más diversas. Deben centrar su atención a este hecho. Lo que leemos en nuestros periódicos constituye sólo la propaganda en su forma más superficial e ingenua. Existen grupos que con la ayuda del poder político consiguen apoderarse de puestos estratégicos

4

dentro del aparato

civil, social o económico. De esa forma se empeñan

mantener al pueblo bajo su influencia, ó fortalecerla.

Es más que evidente que ese método forzado genera en sí mismo la muerte. Cuando un ser humano o un grupo dispone de cualidades espirituales, así como de una inequívoca vocación de un consecuente foco y

campo

magnético, no hay nadie, sea divino o humano capaz de ofrecer resistencia a la actividad generada por ese poder. De esa forma,

todos los obstáculos se

transforman en un beneficio. Por eso está escrito: “Aquellos que creen son libres”.

Nuestras opiniones sobre la naturaleza y las causas de esos fenómenos pueden ser divergentes; pero, un hecho es indudable: todo el mundo se encuentra en el torbellino de una era revolucionaria, mientras todas las atenciones están puestas en la antigua Europa. Europa está en las vísperas de un nuevo día de revelación – una nuevo renacimiento está por surgir. Si ustedes aún poseen

algo del antiguo sentimiento

nacional, entonces

percibirán que el mundo se dirige hacia un objetivo inmutable, con una seguridad absoluta, y no hay mano humana capaz de detener ese desenvolvimiento, ni de impedirlo.

Algunos grupos de seres humanos viven en el campo de la revolución política, donde concentran todos sus esfuerzos, estableciendo así una fuerte unión con esa lucha. Otros se encuentran absorbidos por la inquietud social de nuestro tiempo, y aún otros más exclusivistas, se muestran interesados por el aspecto económico de las agitaciones mundiales. La personalidad de ustedes debe encontrar afinidad

con uno de esos tres aspectos: político, social o

económico. En consecuencia, están enganchados a una religión natural, sometiéndola automáticamente a sus intereses, tanto políticos, como sociales o económicos. Todo ello es perfectamente normal en la vida del hombre.

La conciencia religiosa natural está unida al estado sanguíneo, al aspecto hereditario. Las tendencias de las generaciones pasadas son conservadas por medio de la magia, proveniente de la esfera reflectora. Esta 5

conciencia religiosa natural es totalmente horizontal y está orientada hacia el plano terrestre. Ella es biológica

y se manifiesta de la misma forma, a través

de los tiempos. El indio y el bosquimano, el mahometano y los llamados cristianos son llevados a un éxtasis religioso debido a su naturaleza y a su actitud de vida.

Ese estado puede ejercer gran influencia sobre ellos

llevándoles a agredir al enemigo. La sicosis y el miedo a la guerra son de esta forma fomentados, como ustedes saben.

Es aconsejable que el alumno de la Escuela Espiritual de la Rosacruz de Oro reflexione sobre ello y compruebe hasta dónde esta envuelto en este proceso. ¿Tienen algún interés político, social o económico? ¿Con cual de estos aspectos vuestro estado religioso natural está sintonizado? Este es un auto-análisis al que todo alumno de una escuela espiritual debe someterse urgentemente, ya que los problemas que le surgirán en breve, serán muy importantes.

La Rosacruz de Oro no tiene ningún interés por la inquietud política, social o económica de nuestro tiempo, y mucho menos por la religión natural con su propagando hecha tan a las claras, así como por medios ocultos. Porque existe otra vida, otro hogar y otra naturaleza religiosa, que exigen toda nuestra atención y energía. Este punto de vista tal vez les parezca muy negativo en la inconstancia de nuestro tiempo, ya que observan los acontecimientos en concordancia con su círculo de existencia. Sin embargo, los alumnos de la Escuela Espiritual llevan una forma de vida extremadamente activa. Esta actividad es consecuencia de unos planteamientos

claros y

concisos, realizados por medio de nuestras alocuciones y nuestra literatura.

El alumno que penetra, de dentro para fuera, en este campo de visión de la Escuela, se ve como transportado a otro mundo. Él observa toda la tribulación de este mundo como a través de una lente. Su visión no se restringe sólo a lo que se presenta delante de sus ojos, sino que atraviesa el mundo de las apariencias. Él penetra en los escondrijos más recónditos de los seres humanos. El alumno no se deja influenciar por las propagandas difundidas por medio de la radio y de los periódicos. Él es un espectador en las mesas de 6

conferencias y está entre los mejor informados. Por eso, trata toda la agitación de éste mundo de la forma más objetiva posible. Él verdaderamente no hará de su arado una espada, y no se opondrá inútilmente a todo lo que en este mundo es inevitable.

En medio

de las poderosas tensiones y revueltos océanos de las

pasiones él aún puede alcanzar una tranquilidad interior inmensa, la paz de la nueva vida que no es de este mundo. Una realidad de vida llena de gracia y verdad, que se desarrolla normalmente, en medio de las grandes agitaciones. Esta contingencia se ha comprobado en toda la historia del mundo. A este respecto, la Biblia nos relata, por ejemplo, en el Apocalipsis, capítulo 18: “Oí una voz que decía. Sal de allí, pueblo mío, para que no compartáis con ellos sus pecados y no recibáis parte de sus tormentos. Pues sus pecados se acumulan hasta los cielos. Es decir, hasta el corazón de la esfera reflectora. “ “Y vean,

los comerciantes de la tierra lloran copiosamente”.

Desearíamos que comprendiesen claramente y de forma oculto-científica la alarma divina: “Huí de la tempestad que se acercaba” Aquí se trata de la huida, de la ascensión, del reconocimiento de la nueva vida, en un nuevo círculo de existencia. Que la tempestad venidera pueda encontrarles salvados, en su nuevo hogar.

7

II

LA PUERTA DETRÁS DEL VELO

La naturaleza de la conciencia humana es determinante para la sangre. Este axioma ha sido aclarado por los esoteristas de todos los tiempos a sus alumnos, sin dejar la más mínima duda. “El reino de Dios está en vosotros” afirma la Biblia enfáticamente; y la llave para ese reino inmutable debe ser realizada ó liberada en vuestra sangre, la sustancia vital roja que penetra cada fibra de vuestro cuerpo. Ese es el gran secreto de “volver a ser” que toda escuela espiritual de bien, desea transmitir a sus alumnos. ¡La sangre determina el grado y la naturaleza de la conciencia humana!

La Doctrina Universal distingue el fluido vital humano en tres diferentes formas: sangre común; fluido nervioso y linfa. Esa sustancia vital triple es en el cuerpo y por él producida. La materia prima necesaria para esa producción es igualmente de naturaleza triple. El hombre se alimenta de sustancias sólidas y líquidas de naturaleza química; de compuestos de gases atmosféricos y de materia prima planetaria de naturaleza etérica. Esa sustancia vital triple, producida por el cuerpo y en parte explicada por esa triple nutrición, conserva, a su vez, el organismo material en su totalidad, garantizando de esta forma la vida en su sentido biológico. La actividad motriz, en todo ese proceso, se realiza mediante una fuerza, una vitalidad cuyo núcleo se encuentra detrás del hueso frontal, entre las cejas. Este foco irradia una cierta conciencia, una cierta vibración espiritual, en todo el fluido vital.

Llamamos al foco de la conciencia, simplemente espíritu biológico, y a su radiación en la sangre alma. Podemos también reconocer la relación existente entre espíritu, alma y cuerpo. Pero deben ser conscientes de que esta irradiación de la conciencia ó vibración anímica proviene en realidad, del espíritu biológico, pues la intensidad, la calidad, el rayo de acción y los efectos son determinados por la sangre. Las funciones como pensar, sentir, querer, desear y toda la vida activa sólo puede manifestarse, por medio de una 8

estructura orgánica y una actividad nerviosa. Ellas son controladas por la sangre, tanto en sus expansiones como en sus limitaciones.

De todo esto concluimos que, en cuanto un hombre nace, el espíritu biológico se encuentra como en un cierto cautiverio. El no gobierna el sistema de vida, sino al contrario, se somete a ella. Encerrado en la personalidad material que lo vuelve prisionero, él es utilizado como factor vital de la sangre y esta determina todas las iniciativas y actividades de la vida.

El hombre de naturaleza dialéctica no vive del espíritu, sino completamente de la sangre. En cuanto la vida comienza, el hombre unida a la rueda, y el alma, bajo la forma sanguínea, dotada de vida, conserva y retiene consigo el espíritu cautivo y todos los factores vitales que necesita, por medio de una poderosa sed de existencia. Por eso, el iniciado Pablo afirma con razón, que el hombre de esta naturaleza es un alma, pero no un espíritu vivificante.

No sería correcto considerar al espíritu un factor neutro en este proceso, un inocente expiando. El espíritu biológico es un rayo de la realidad de vida espiritual original, que en el inicio se podría llamar hombre. Esa chispa de espíritu se desprendió del ser espiritual humano, en la pre-historia, como resultado

de

una

tentativa

forzada

y

especulativa,

de

influenciar

obstinadamente el gran Plan divino de creación.

Los resultados fueron desastrosos. La chispa de espíritu, que había ofrecido resistencia, impulsó todo el sistema microcósmico en una falsa dirección. El desenvolvimiento original fue encapsulado y la chispa, en virtud de su esencia, fue impulsada a la manifestación.

Por ello vive en el espíritu biológico la imagen del hombre perfecto completo, que todo lo puede y conoce.

Todavía se encuentra en una

contranaturaleza, en una dialéctica continua, en una inestabilidad y aprisionamiento, totalmente despojado de iniciativa alguna y atado a la rueda del nacimiento y de la muerte. Él se entregó al ser anímico, por él mismo creado, que aparentemente muere, para de nuevo vivir, acompañándolo de la 9

cuna a la tumba, y de la tumba a la cuna. Ese es el dolor del espíritu, su padecimiento, su desespero y su caos. Una llamada para la liberación resuena en todo el microcosmos, mientras tanto, esa llamada de socorro se siente muy débilmente por el alma, debido al apego del alma por la vida.

En muchos casos, el espíritu no puede ya manifestarse en el alma debido a su estado grosero. El antiguo ser-alma – el hombre capaz de revelar en sí no solamente una conciencia sanguínea, sino, hasta cierto punto, la voz del espíritu- se ha transformado en un ser de conciencia exclusivamente sanguínea. En esoterismo hablamos, entonces, de una ausencia de alma. El núcleo espiritual de tal hombre se manifiesta, de la misma forma que en los animales, fuera del cuerpo. Toda la individualidad se pierde y surgen, igual que los animales, hábitos de grupos o de especies, cuyas consecuencias son incalculables.

En este caso distinguimos, en primer lugar, la conciencia sanguínea, en la cual solamente habla la voz de la sangre, la especie, el grupo y la voz de los antepasados. Este es el hombre que ha quedado reducido a sólo una criatura biológica que se encuentra presa de la “sangre y la tierra”. En segundo lugar, existe una conciencia psíquica, que es la conciencia sanguínea cuya acción espiritual biológica viene acompañada de la voz del núcleo de la conciencia espiritual. Sus deseos, sus esperanzas

e ideas aún pueden ser expresadas.

El hombre que posee una conciencia psíquica aspira a un desenvolvimiento cultural en todas las esferas de la vida. Él quiere construir un campo de vida y una comunidad de vida en este mundo, con esta humanidad, cuyas formas éticas y religiosas le satisfacen.

En tercer lugar, existe una conciencia espiritual, que es la conciencia del núcleo espiritual dialéctico separada de la sangre. Los hombres que poseen una conciencia espiritual separada de la sangre comprenden su estado cautivo y su dependencia del ser sanguíneo en la conciencia espiritual. De esta forma, el conocimiento de su estado de caída se transforma en un saber cristalino. En cuarto lugar, tenemos la conciencia original o microcósmica. Algunos autores

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simplemente la denominan como cósmica o celeste, a la conciencia de la realidad del hombre original.

Si consideramos, con ayuda de esa sabiduría, primeramente nuestro comportamiento y luego el de la humanidad, podemos llegar a valiosas conclusiones. En concordancia con los cuatro estados de conciencia, se habla también de una mentalidad cuádruple, de una vida mística cuádruple, de una actividad vital cuádruple. Cada individuo sólo puede reaccionar conforme a su estado de conciencia y ser juzgado de acuerdo con el mismo.

Así también esta la vida mística del hombre cuya conciencia sanguínea está en perfecta sintonía con la naturaleza y el transcurrir de las estaciones del año. Las fiestas religiosas significan para él comer, beber y divertirse. El viajante puede ver mientras pasa por ciertas regiones alejadas de los Países Bajos en tiempo de Pascua, a la noche, las hogueras encendidas por todas partes. Los campesinos que están unidos a la tierra en cuerpo y alma, se sientan alrededor de las llamas, dentro del círculo de luz y elevan hacia lo alto su agradecimiento, como hombres de conciencia sanguínea, por la resurrección de la naturaleza.

El hombre de conciencia psíquica da muestras de una gran disonancia en su vida mística. Su círculo religioso de existencia es más amplio. La llamada de los mensajeros divinos que no son de este mundo le ha tocado, verdaderamente lo ha tomado en consideración. Pero él se encuentra en la naturaleza y es uno con ella; de ella debe vivir y extraer su alimento. Entonces él intenta adquirir un compromiso. En su más profundo ser natural,

él se

compenetra con la hoguera de Pascua y la Fiesta de Navidad; sin embargo, debido a la ampliación de su círculo de existencia, se avergüenza de ello por lo que celebra esas fiestas en casa. Al final, él construye una teología moral y se encierra rigurosamente entre las paredes de su oratorio. Para este hombre, el conflicto entre la materia y el espíritu generalmente se vuelve muy real en su lecho de muerte. Si han tenido la posibilidad de ver morir a un hombre de conciencia psíquica, ya sabe de lo que hablamos.

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El hombre de la tercera fase, poseedor de una conciencia espiritual, vivencia la separación experimentada por el hombre de conciencia psíquica de una forma más bien dramática. Él ya no vive - padece; y siente profundamente el estado de su caída. Él conoce la vida original, debido a su conciencia. Vislumbra la tierra luminosa a distancia, pero no tiene ninguna participación en ella. Su fe en la existencia del reino inmutable es inequívoca, como se dice en Hebreos, cap. 11: “La fe es el firme fundamento de las cosas que se esperan y la prueba de las cosas que no se ven”. Por medio de este fe él está totalmente capacitado

y puede desenvolver en su vida una integridad digna de

admiración. Puede demostrar una renuncia de la vida y ofrecer un sacrificio de sangre por amor a la humanidad; no tiene ningún inconveniente en soportar todo a fin de realizar la gran obra. ¡Qué, no se consigue por la fuerza de la fe!

Sin embargo, esos testigos y héroes de la fe – citamos de nuevo Hebreos 11: “no recibirán las promesas sino solamente las verán de lejos”. Y éste es el drama. Nos preguntamos ¿Por qué todos los esfuerzos son en vano, según la experiencia de los héroes de la fe y según la palabra de las Sagradas Escrituras? Porque la conciencia espiritual se encuentra encerrada en una cárcel, la cárcel del hombre dialéctico; porque le falta a la conciencia espiritual una personalidad, un organismo que pueda emprender el viaje hacia el reino inmutable, para continuarlo y completarlo; porque la conciencia espiritual habita en un templo impío y está prisionera de la sangre de la naturaleza. Por ello, existe en ese hombre un conflicto que se resume en una pregunta: “¿Cómo podré liberarme, estructural y fundamentalmente, de la sangre y de su actividad tenebrosa?

Aquí, ninguna fiesta de Navidad y ninguna hoguera de Pascua, puede ayudarnos, así como ningún engaño místico, éxtasis musical o teología moral. El alumno es confrontado con dos alternativas: morir en la fe, viendo a la nueva luz brillar en la lejanía y conservar la fe hasta que, una vez más, le sea dada la posibilidad de intentarlo de nuevo, ó morir por medio de una revolución, una autorevolución positiva, capaz de irrumpir hasta la nueva vida del reino inmutable. ¡Para este hombre se trata pues de permanecer en la fe y osar caminar con la Rosacruz Universal! 12

¿Esta revolución

y penetración hasta la nueva vida son realmente

posibles? ¿Cómo conseguirá el alumno alcanzar la conciencia cósmica? Las auténticas escuelas espirituales de todos los tiempos vienen indicando el camino, la senda. Es necesario la demolición del viejo templo de la naturaleza inferior, la eliminación de la personalidad dialéctica y la construcción de una nueva personalidad, de un nuevo templo. Sólo un nuevo templo estará en condiciones de albergar una conciencia cósmica. Aquellos que poseen esta conciencia y viven en la casa Sancti Spiritus

indican

los tres puntos

culminantes del proceso que conduce a la victoria, que son:

Inflamado por el Espíritu de Dios. Inmerso en Jesús el Señor. Renacido por el Espíritu Santo.

Encontramos esas palabras en el elogio del Libro T, encontrado en el templo sepulcral de Cristián Rosacruz. El alumno de conciencia espiritual es inflamado por el espíritu de Dios. Está lleno de conocimiento y de fe. Él ve, según su estado de ser, la luz aún tenue de la nueva vida que despunta en el horizonte.

Para hallar la puerta de la nueva vida, el alumno debe volver toda su atención

hacia su propia sistema de vida. Él debe ¡“sumergirse en Jesús, el

Señor” el alumno debe dirigir su atención hacia su propia estado sanguíneo, hacia la personalidad de esta naturaleza! ! Esa personalidad, todo ese sistema de vida debe perecer, no por medio del arrepentimiento y de la penitencia ó de algún otro tipo de áccexis

mística o corporal, que en el pasado fue tan

ampliamente empleado; Si no a través de la alquimia mágica, por medio de un método directo y espontáneo, que siempre ha sido y será enseñado en las escuelas de conciencia superior.

Mediante la aplicación de este método, de esta realización de vida superior, el alumno recibe una fuerza divina, que en la lengua sagrada de la 13

Biblia se llama “sangre de Cristo”. Con la ayuda de esa fuerza, el alumno muere para poder vivir. No se enfrenta a la inútil muerte de la naturaleza, suyos restos pecaminosos se elevan hacia la esfera reflectora para desaparecer. Él muere conforme un proceso, una muerte estructural en Jesús el Señor.

Aquí tenemos que ser bien claros. Dice un versículo místico: “Quien en su fe, se

entrega a Cristo

no teme a la muerte ni al infierno”. ¡Esto es

realmente posible! La fe nos inmuniza contra

todas las preocupaciones,

ansiedades y miedos. La unión de la fe, es una fuerza poderosa, pero ella es solamente el comienzo; ella no es una solución en sí misma. El alumno no debe, en su fe, entregarse sólo a Jesús; el debe sumergirse en este fuerza y posibilitar así el poderoso proceso de transmutación alquímica. En el punto donde el místico se estanca, la Rosacruz va más allá. Por eso, la Rosacruz y su Fraternidad – que conducía ese proceso sagrado mucho antes que la iglesia hubiese nacido y también mucho antes

de que el primer pastor practicase su

suicidio teológico – no son espíritus engañadores, sino espíritus guías.

Millones de personas se entregan, en su fe, a Jesús y son religiosos en todos los aspectos y cantan sus himnos de fe y conocimiento. A pesar de esos esfuerzos ellos pertenecen a la naturaleza dialéctica y perciben eso muy bien; mientras tanto, no progresan y caminan con dificultad, en el terror mundial que ellos mismos han creado. Aquel que en su fe se entrega a Jesús, no acepta semejante infierno. Aquel que busca una solución, una salida, acepta la mano extendida y celebra su adiós.

Es por eso que el alumno no puede permanecer en la fase de la fe. Él debe buscar

el camino, el método

que le ayudará a abrir su propio ser

sanguíneo para la sustancia vital de la naturaleza divina, la sangre de Cristo, que tiene el poder de limpiar y purificar todos los pecados, como un fuego. El hombre que libera en si este secreto es aceptado en el proceso de la transmutación alquímica. Él abre la puerta detrás del velo y entra en el reino inmutable.

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Así nos impulsamos mutuamente hacia la muerte de esta naturaleza. Y Él, a quien debéis entregarle todo vuestro ser después de verle, dice: “Yo soy la puerta”….. la puerta detrás del velo sanguíneo de la ilusión.

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III El TEMPLO DE OSIRIS

En la Biblia, encontramos muchas descripciones de templos, de sus construcciones, hasta de ciudades templarais. Estas narraciones generalmente encierran todo el conocimiento que las Sagradas Escrituras desean transmitir a la humanidad. Piensen en el papel preponderante que la ciudad de Jerusalén desempeñó en el Antiguo Testamento, y también en la intención de

la

construcción del templo, por el glorioso rey Salmón.. También en el Nuevo Testamento Jerusalén, de nuevo, es el centro del drama cristiano. La nueva Jerusalén, que los verdaderos cristianos anhelan, es la visión final del libro del Apocalipsis, pues el verdadero cristiano sabe que la revelación universal está establecida con seguridad en Jerusalén.

Cuando despojado de toda mistificación, el alumno esoterista pronto se conciencia de que esas narraciones e indicaciones de templos y ciudades templarais, se refieren al templo humano que debe ser edificado. En este templo, el dios que está presente en todo hombre y el Logos, se encuentran para juntos realizar la gran obra para la humanidad.

En esas escrituras, observamos que el templo que no está a la altura de las altas exigencias de la ley divina, debe ser demolido, ocupando su lugar otro, cuya estructura está en conformidad con los designios de Dios. Por eso la historia del mundo está repleta de leyendas sobre devastaciones de templos y tentativas de reconstruirlos. En este sentido, oímos también hablar de moradas provisionales y de construcciones que deben servir de puentes entre lo inútil de ahora y lo indispensable por venir.

Un ejemplo esclarecedor es el tabernáculo en el desierto. Al hombre que desea construir y aún se encuentra en medio del desierto, le es dado poseer algo del verdadero templo y, por medio de él, comprender algo del testimonio del nuevo orden de vida. Es el grandioso e inconmensurable amor de la 16

revelación divina de salvación, que indica, al hombre cargado de culpa, el camino en su fragilidad y ofrecerle un

tabernáculo en su desierto. Este

tabernáculo es la morada transitoria de las fuerzas centrales del microcosmos, que deben realizar el proceso de regeneración, para que las leyes del nuevo orden de vida, puedan ser cumplidas.

Ese proceso de regeneración surge delante de nosotros, como condición necesaria, pues si confundimos la construcción del templo y de la ciudad templaria del lenguaje universal, con la de los templos de madera y piedra, y colocamos estas catedrales groseras y mundanas en el centro de la conciencia humana, entonces la fuerza que la revelación divina podría ejercer sería muy débil.

Naturalmente, no nos posicionamos contra esos lugares de reunión o contra sus normas estéticas. Estos patrones de belleza, según los cuales son y fueron construidos, sirven para realzar su sagrado objetivo.

Sin embargo, les prevenimos, hacia el hecho de que cuando el templo de piedra se vuelve esencial y, la llamada para la construcción del templo humano es ignorada, ya ha comenzado la decadencia de toda la metafísica humana.

Deben comprender, por tanto, que cuando nosotros, desde la Escuela Rosacruz, hablamos al respecto de la edificación del templo universal, nos referimos a la nueva construcción templaria, dentro del propio microcosmos, en concordancia con la llamada divina presente en todos los templos. Si comparáramos el trabajo divino

para con la humanidad, desde el pasado,

hasta el momento presente, con un camino, veríamos en toda su extensión una serie ilimitada de templos.

Ellos simbolizan, sin excepción, el templo humano universal que debe ser levantado por medio de la regeneración, del renacimiento. Si, en ese camino, fuera construido un nuevo templo, para servir de prototipo a los alumnos buscadores,

ese templo sería siempre la 17

fiel copia del anterior,

aunque su forma externa haya sido adaptada, conforme a las normas vigentes de la vida. --------Por ello, existe un único templo que siempre debe ser reedificado, y esa construcción está perfectamente comprendida en la idea: libre-masonería. Un libre masón es aquel que reconstruye el templo universal en su propio microcosmos. Si alguno es llamado libre-masón y no lleva a cabo el único y exclusivo trabajo de construcción, y tampoco intenta entrar en este proceso, él ostenta este título indignamente, de la misma forma que una persona puede usar el nombre de cristiano sin merecerlo.

Es también reprensible y ridículo en muchos casos cuando alguien no reconoce, o no es capaz de reconocer, el carácter universal de la proyección del templo divino y se apega a una de sus proyecciones en particular. No debemos, pues, olvidarnos de que la humanidad siempre cambia mientras sigue su camino,

El cuerpo racial se modifica constantemente, sometiendo las relaciones biológicas y espirituales a numerosas transformaciones. Por ello, la proyección divina del único grandioso objetivo, debe acompañarle de un lado a otro. El alumno que realiza el camino de la vida, debe estar siempre preparado a ella; debe permanecer libre, para que pueda comprender el lenguaje divino a cada paso.

Por tanto, es totalmente inútil y erróneo agarrarse a una de las proyecciones del pasado, apegarse a ella y decir: “Esto es lo único que necesitamos”. Debemos respetar el trabajo que realizaron los grandes en el pasado, y, naturalmente, reflexionar con gratitud interior, sobre todo lo que fue revelado en Dios. Sin embargo, si un hombre no es capaz de comprender la revelación divina de los tiempos actuales, estará cristalizado. Este hombre es como una estatua de sal en medio de la revelación universal.

Piensen aquí en Pablo, que censura a sus discípulos cuando dicen: “Yo soy de Pablo”, “él es de Silas”, etc. Tan pronto como alguien se une a una de 18

esas antiguas proyecciones del templo, es muy fácil hundirse en la materia, por el simple hecho de que la juventud ya pasó y ya no es posible un crecimiento.

La vuelta al pasado sólo está permitida cuando la gloria y la esencia de antes, son reconocidas, simultáneamente, en el presente. Así comprendemos el significado de las palabras que nuestro predecesor tanto empleaba: “Aquél que no quiere aprender del pasado será castigado en el futuro”. Esta es una nota extremadamente útil. Un hombre que se adentra en el pasado metafísico siempre llega a un callejón sin salida y, además se cristaliza por medio de este proceso. La libre-masonería de nuestra época, por ejemplo, quedó anclada como una muralla en el templo del rey Salmón. Ella está volcada hacia el judaísmo. Todo su ritual y aspiración se basa también en el Viejo Testamento. Posicionándose de esta forma, ella se condenó a sí misma. Un hombre o un grupo que adopta esa forma de vida jamás consigue liberarse del Viejo Testamento. Este es el motivo por el cual el carácter universal del templo del rey Salmón sólo es revelado a aquellos que lo ven como uno de los símbolos de la lengua sagrada. La palabra sólo puede ser entendida cuando conocemos todos los símbolos y percibimos las relaciones existentes entre ellos. El templo de Salmón nos lleva directamente al de Osiris, el redentor misterioso de la aurora de la dispensación ariana. Osiris y la gran pirámide, Salomón y su templo construido por Hiram son uno sólo en su esencia y objetivo, así como el templo de Osiris indica también proyecciones divinas de un pasado aún más remoto. El alumno que penetre en esos misterios será libre. El sepulcro abierto en la cámara del rey de la gran pirámide y el Santo de los Santos en el templo de Salmón poseen el mismo significado. Tanto el templo de Salmón como el de Osiris representan el templo humano-universal.

El arquitecto de la gran pirámide no es conocido por la humanidad, como lo es el del templo de Salmón. Sin embargo, Hiram, el rey de Tiro y de Sidón, el arquitecto del templo de Salmón, es también el constructor del templo de Gisé. Vamos por ello a reflexionar un poco más, al respecto de ese personaje.

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No debemos pensar aquí en una figura histórica llamada Hiram, sino en el hermano masón que quería construir un templo. Hiram es el sublime maestro-arquitecto, que puede pronunciar la palabra mágica creadora. Él es el “portador de la vida” o como nos dice Pablo en sus cartas a los Corintios: “Del alma viviente, se volvió espíritu vivificante” Así era Hiram, rey de Tiro y de Sidón.

El es un hombre roca, así como Pedro fue una piedra, una roca. Es tirio, lo que significa habitante de las rocas. Su ser y su vida permanecen inalterables en el universo. Es un sidonio, un pescador, así como Pedro. Él es un pescador de hombres, un trabajador y servidor de la luz universal.

¿Como Hiram alcanzó este estado de ser y como él fue ennoblecido hasta el punto de poder auxiliar a otros en la construcción de sus templos? Para comprender esto, debemos primeramente dirigir nuestra atención a las sagradas narraciones tejidas en torno a ese personaje. Leemos que Hiram es acompañado por tres asesinos que lo someten a una triple muerte. Aquí esta oculta la triple muerte según la naturaleza, a la que el alumno debe someterse; la misma muerte del yo de la que habla la Rosacruz y la misma muerte por la endura de los tan odiados cátaros.

El primer asesino golpea a Hiram con una regla de 24 pulgadas. Otra versión nos cuenta que el primer asesino estrangula a Hiram con una cuerda de agrimensor de 24 pulgadas. Esos símbolos deben ser interpretados como el alumno Hiram despidiéndose del ser y de la garra del tiempo. En nuestra Escuela llamamos a ello: demolición del yo. Todas las uniones fundamentales con la dialéctica son cortadas, científica e inteligentemente, de modo que el alumno, aunque permanezca en el mundo, no forme parte de él.

Cuando el proceso ya se encuentra en un estadio avanzado, se aproxima el segundo asesino. Este golpea al alumno

rudamente con una

escuadra de hierro en forma de cruz. Una punta afilada, situada en el punto de intersección de los brazos de la cruz, perfora el corazón de Hiram. Cuando la sangre del corazón es tocada, de manera correcta, por ese punto crucial, el 20

alumno se libra, en esta segunda fase, de todas las limitaciones que hasta ahora lo mantenían unido al tiempo.

En la segunda fase él adquiere, en primer lugar, la libertad, antes de emprender el viaje de vuelta al hogar. El viaje de regreso no puede iniciarse si el centro del corazón no está perforado y la rosa abierta en el santuario del corazón. Por ello el viaje de vuelta no termina sin que la rosa florezca en el santuario del corazón.

Y cuando la rosa en el corazón del candidato irradia en su gloria viene el tercer asesino. Este realiza un último y decisivo golpe en la cabeza del alumno con un martillo en forma de círculo. Este símbolo de la tercera fase puede ser interpretado como el círculo de la eternidad; el alumno participa ahora de la vida original. Este es Hiram, el sublime que construye su templo y quiere, con un amor infinito, ayudar a los demás a construir el suyo.

Si ahora continuamos trabajando el camino, vemos entonces el templo de Osiris irradiar delante de nosotros en todo su esplendor. Tres pensamientos vienen a nuestro encuentro, como tres llamas

brillando a la vista de esa

sublimidad: la trinidad Osiris-Isis-Horus. Osiris conocido como el arquitecto; Isis, la viuda; y Horus, la criatura, el hijo de la viuda.

Osiris, según la filosofía universal, es el símbolo del éter cuádruple del mundo, el alimento santo, la pura sustancia primordial. En el templo de Osiris, en el alumno que se dedica a la construcción del templo en libre masonería, es introducida la sustancia primordial, la santa fuerza solar, la fuerza divina original. Esa fuerza se une a Isis, la imagen universal de la tierra y de todo lo que es terrestre. Osíris viene al hombre caído, distanciado de Dios y prisionero de la dialéctica de las cosas; el ser que se apartó de Dios y, por eso llamado de la viuda.

Si, por tanto, el alumno comprende el trabajo tan grande del renacimiento y de la recreación, entonces de la unión de Osíris e Isis surge un hijo denominado Hórus, el hijo de la viuda. ¡“El Hijo de la viuda” es una 21

expresión clásica que distingue a aquel hombre renacido para la vida original! El hijo de la viuda, Horus e Hiram son en realidad idéntica y, por este motivo un mismo lenguaje habla de diferentes proyecciones del templo.

Ahora el alumno de la Rosacruz se coloca

finalmente delante del

aniquilamiento de su naturaleza terrestre, delante de su viaje por la vía dolorosa rumbo al Gólgota, para ser totalmente aniquilado en la Cruz. Este proceso no tiene otro objetivo sino el hacer que Cristo resucite dentro de él, que el Reino de Dios, que está dentro de él, sea restablecido en todo su esplendor y gloria.

¿No puede, por tanto,

el camino que la Escuela Espiritual de la

Rosacruz indica, en realidad, ser llamada de universal? ¿No es la construcción que ella enseña a sus alumnos con razón, denominada el arte real de la construcción? ¿Y la llamada no es siempre la misma? Del templo de Osiris hasta hoy, a lo largo de todo el camino universal resuena la palabra del maestro: “¡Sed, por tanto perfectos, como perfecto es vuestro Padre que está en el cielo!

22

IV

El MISTERIO SECRETO

El hombre que desea, de alguna forma, aproximarse al misterio de Cristo, debe poseer una conciencia con gran libertad de acción. Ese hombre es capaz de constatar por sí mismo si ya comienza a liberarse del fardo de la inconstancia y del pecado que le es inherente. Puede comprobar también si él está realmente empeñado en elevarse por encima de este mundo de los fenómenos y así celebrar la victoria consciente sobre el mundo de los muertos. Con esa libertad de acción de la consciencia, se manifiesta la nueva idea vital por una vibración, un color y un sonido totalmente diferentes, por medio de los cuales el portal de la liberación se puede abrir.

Supongamos que ya se encuentran en un estadio tal de ampliación de la conciencia, que sean capaces de comprender el significado del portal. El portal o la puerta se abre para la radiación de luz redentora de Jesucristo, Nuestro Señor, que contiene la cuádruple

fuerza etérica liberadora y

sustentadora en su acción irradiante, despertándoles para la nueva vida.

¿Están

entonces convencidos de que esta posibilidad sobrenatural

puede conducirles a esa nueva manifestación de vida? ¿Son conscientes de que no pueden alcanzarla empleando sus propias fuerzas? Entonces, conocen y experimentan el cautiverio de su espíritu y

su unión a la Tierra.

¿Comprenden realmente que están presos por lazos temporales, que les mantienen separados de la libertad eterna?

¡Probablemente conocen por

propia experiencia, que deberán abrirse profundos surcos en su carne antes de que el agua viva pueda fluir por ellos y sólo así surgir el Señor de la nueva vida!

Esos surcos son abiertos durante su caminar por el valle de la soledad. Por ello, el camino de la libertad no se abrirá para usted a menos que experimente la soledad absoluta y el triste abandono de este mundo. 23

Con ese conocimiento garantizáis el objetivo de vuestras vidas, pues sin comprensión y objetivo de vida sois llevados de un lado a otro, y la idea de la liberación del ser celeste es una verdad limitada. Esto es, algo imposible de creer, de naturaleza falsa y, por tanto, está condenado de nuevo a la muerte.

Por tanto, cuando la Escuela Espiritual de la Rosacruz se propone aclarar la génesis y la liberación del hombre celeste, ella intenta tan sólo ayudar a aquellos que desean encontrar el camino liberador, tal y como está establecido en la sagrada ciencia del renacimiento.

La verdad universal, hundida en este mundo, es mancillada y pervertida de todas las formas posibles. Ella debe elevarse de nuevo, ahora que un nuevo día resplandeciente comienza a alborear. Como saben, para realizarse, esa gran obra posee varios aspectos y se manifiesta en una revolución mundial que se realizará de forma

cósmica, atmosférica y espiritual. Es necesario por

tanto en aquellos que quieran colaborar, una

sintonización con los

acontecimientos venideros por medio de una inteligencia, una comprensión y realización auténticos. Solamente entonces podrán reconocer la corriente de la eternidad revelándose a la humanidad en el tiempo.

El milagro del hombre celeste que, inmortal, se levanta del sepulcro de la naturaleza, no nace con los evangelios. Esa verdad ya nos fue transmitida desde tiempos inmemorables. A ese respecto, piensen también en la alquimia. La verdadera alquimia es una ciencia exacta que, mucho antes de este período histórico en el que vivimos, se perdió totalmente. Esa ciencia poseía el verdadero conocimiento de la llamada transmutación, es decir, la disolución de lo ilegítimo, de todo lo que no puede ser comprendido en dios, y la producción del oro noble, celeste y verdadero.

La alquimia fue estudiada y practicada en tres diferentes aspectos: cósmico, humano y terrestre. Con relación al aspecto cósmico, se refiere a la contemplación del plano divino en relación con el mundo. El aspecto humano se concretaba en la tarea y naturaleza del verdadero hombre dentro del plan mundial. El aspecto terrestre se refiere a la redención del hombre superior que 24

se encuentra atado a la tierra, su despedida de la ilusión y a su vuelta al reino inmutable.

El renacimiento del agua y del Espíritu por medio de un espíritu renovado, proveniente de la materia mágica original, se ha realizado desde las épocas más antiguas de la historia mundial. La Escuela Espiritual de la Rosacruz da pruebas continuamente de ser una servidora de la hermandad del reino inmutable, de la fraternitas universalis. Por ello, la Escuela Espiritual de la Rosacruz debe indicarnos también ahora el verdadero camino. Ser conscientes de que la supresión de la parte material que no se puede unir a la nueva naturaleza sólo es posible mediante la crucifixión. Consecuentemente, sin el sacrificio de la sangre no se podrá establecer ninguna otra base de existencia. Ningún hombre podrá edificar una nueva vida

sin esa base, donde esa

realidad pueda ser conducida hacia la acción. Sin el desenvolvimiento del microcosmos, no es posible conocer, ni unirse a la vida universal.

El hecho irrefutable es que el alumno en el camino debe primeramente trabajar su via crucis, antes que pueda despedirse de la esfera material de la dialéctica. También es verdad que ese alumno aún no está libre, pues entre la muerte de la naturaleza y la nueva vida

se interpone el descenso a los

infiernos, del cual ningún alumno que busca la nueva vida, puede escapar. Ese descenso significa una peregrinación a través del más allá, mientras el hombre continúe aún ligado a este mundo dialéctico. Y sólo al término de ese viaje a los infiernos resplandecerá el nacimiento de una vida absolutamente nueva, como estaba estipulado originalmente en los planes de Dios. Sólo entonces el alumno podrá decir que es un renacido, un nacido dos veces. La Escuela Espiritual de la Rosacruz está autorizada para conducir al alumno que lo desee, a la fraternidad de los nacidos dos veces, la fraternidad de los justos, también conocida como la Fraternidad del Siddha. Intentaremos darles una idea de la fuerza activa de esa fraternidad. Los hermanos y hermanas de esa fraternidad se encuentran en diferentes estados de desenvolvimiento, pues esa fraternidad comprende diferentes grados de evolución.

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Se pueden encontrar a los miembros de esa fraternidad a lo largo de todo el camino de servicio, no sólo en la esfera material sino también en la esfera reflectora y en el nuevo campo de vida. Están siempre ocupados en realizar su trabajo así como su peregrinación. Ellos son los grandes auxiliadores, los conductores; ellos mantienen abiertos los portales para la nueva vida.

Comprendan también que diferentes planos de preparación sirven de base a ese estado de ser. Pensamos aquí, en primer lugar, en una conciencia total de pecado, en una noción de culpa, proveniente de un profundo autoconocimiento. El saber que pertenecemos a una naturaleza aislada del plano divino debe primeramente penetrar cada fibra de su cuerpo, como una intensa conciencia sanguínea.

En segundo lugar deben comprender que la muerte de la naturaleza, la pérdida

del núcleo de la conciencia dialéctica debe también realizarse en el

cuerpo biológico común. Toda la naturaleza dialéctica, toda la estructura física que no está contenida en el plan de Dios, debe rendirse al hombre original, es decir, a la realidad esencial del hombre celeste. Del mismo modo que el hombre dialéctico aprisiona todo el microcosmos, así también la nueva vida despertada en Cristo debe ahora dominar la realidad esencial dialéctica. El mundo entero de la naturaleza inferior también debe ser absorbido por el reino de Cristo, en un proceso semejante al que ocurre en la vida del individuo. A ese respecto, el Evangelio nos habla de la sumisión del espíritu del mundo al espíritu de Cristo.

Como prueba y testimonio de esa verdad el alumno debe llevar en su propio cuerpo los así llamados estigmas y la rosa en el lugar del corazón, no como símbolo, sino como una absoluta realidad. Piensen en lo que dijo Cristo resucitado a sus discípulos: “Tocadme y ved mis manos y mi costado; soy realmente yo, que estoy en medio de vosotros”.

El alumno tiene también que dar pruebas de tener

como base una

existencia nueva e inquebrantable, que debe ser demostrada por medio de los 26

estigmas de los pies. Los estigmas en las manos prueban a aquel que tiene ojos para ver, que existe tanto una posibilidad como una realidad de una nueva existencia. Las señales de la corona de espinas se vuelve determinante entre las cejas, significando una nueva certeza de vida. La herida que fue abierta en el costado, penetrando el punto central del corazón, hace abrirse a la rosa rebosante de la sangre del corazón, desenvolviéndose rumbo a la nueva vida. Así esa rosa se vuelve el centro de la fuerza del crucificado. La rosa, como corazón renovado, revela, en todo su ser el esplendor, el misterio del Aditum, el misterio del santuario del corazón.

Apariencia y realidad son, muchas veces, muy difíciles de distinguirse. Por eso es de suma importancia que sepan diferenciar los estigmas simbólicos de los verdaderos, pues los espíritus luminosos de la esfera reflectora consiguen realizar copias fieles de los estigmas. Esas entidades son excelentes imitadoras. En primer lugar, las entidades de la esfera reflectora se esfuerzan al máximo, por aparecer delante de ustedes

con una gran

magnificencia. Esos efectos les resultan fáciles de realizar, ya que ellos se envuelven con los mismos éteres dialécticos, especialmente el éter luminoso, que poseemos aquí en la Tierra.

Eso nunca sucede con un hermano de la rosa. Él vive solamente gracias al nuevo éter vital cuádruple. Por eso sólo lo encontraran si se acercan a ese estado de vida. El hermano de la rosa se envuelve en un manto de vida formado por loa cuatro éteres nuevos, que imposibilitan cualquier engaño. Además un hermano, una hermana de la rosa sólo se manifestara a quien sigue el camino con todas las consecuencias. El encuentro sólo se realizará si ambos viven en el nuevo campo de vida, compuesto del éter crístico cuádruple. Aquí también queda apartada cualquier posibilidad de equivocación.

Imaginen un estado en el que el alumno encontrándose aún en el cuerpo material, ya ha sido crucificado, muerto y sepultado. Inmerso en Jesús el Señor, después de haber sido inflamado por el Espíritu de Dios debido a su conciencia de culpa. Tal alumno vive, como siempre afirmaba el iniciado Pablo, dos vidas. Él está realmente ocupado con su renacimiento por el Espíritu 27

Santo. El nuevo templo es levantado día a día, aunque el alumno necesite aún su estructura física, pues el debe dejar, según la ley de la naturaleza, que su arquetipo vibre hasta el último momento. Además él necesita un cuerpo para realizar las tareas que le quedan pendientes.

De esa forma, el alumno puede pasar a la fase siguiente, es decir, el descenso a los infiernos, el descenso al reino de los muertos. Ese proceso debe ser realizado también, mientras el alumno está unido a la rueda, aunque en un sentido totalmente diferente a la del hombre corriente. La prueba de la realización del descenso a los infiernos reside en el hecho de que la esfera reflectora no ejerce ya ninguna influencia en el cuerpo material. Todo lo que pertenece a la Tierra es entonces definitivamente aprisionado por el hombre celeste, y puede, sin ningún esfuerzo, ser disuelto personalmente. Finalmente, es posible para el alumno en el camino obtener la liberación, mientras su cuerpo material aún se manifiesta.

También ustedes pueden hacer que ese pensamiento vital liberador se vuelva una experiencia personal, si quieren seguir paso a paso el camino que la Escuela no se cansa de indicarles. Ya saben ahora lo que significa renacimiento. Es la primera liberación definitiva de todo el orden mundial dialéctico, tanto de la esfera material como de la esfera reflectora. Es la primera unión concreta con el reino inmutable.

En este estado, el joven nacido dos veces encuentra por primera vez a los grandes del Siddha, en el mismo plano. La orden del Siddha, que está orientada por el hijo único, se aproxima a nosotros, en esta época, con más intensidad, con el prana vital crístico, con la nueva sustancia etérica. A todos nosotros, sin excepción, nos es concedida la oportunidad de volvernos nuevamente hijos de Dios y de obtener un nuevo cuerpo.

Con esto podemos concluir que el camino de sufrimiento en este mundo se puede volver, para cada uno, en la culminación de su vida, en un atravesar las puertas eternas.

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El alumno que entra por esa puerta de la salvación es saludado con una jubilosa canción de gratitud. Porque el gran sacrificio crístico se ha mostrado de nuevo victorioso. Una victoria que en realidad culmina en un encuentro corporal con la luz eterna.

29

V

El TEMPLO DEL ESPIRITU

La celebración anual de Pentecostés, en el transcurso del año místico, es muy diferente del que el alumno en el camino de renovación puede celebrar. Pues, cuando la Biblia nos dice “y al cumplirse el día de Pentecostés”, este día no corresponde ni al Pentecostés judío ni al año eclesiástico.

El Pentecostés que la Biblia nos habla es el momento en el que el alumno llega a un estado tal de desenvolvimiento y preparación que el Espíritu Santo, la sustancia espiritual original, universal, puede entrar en contacto corporal con el alumno. ¡En ese punto comienza el proceso totalmente nuevo! Es conveniente hablar aquí en qué consiste esa preparación, como se realiza esa unión y cuáles son las consecuencias que resultan de ello.

Desde ahora, nos apartamos de cualquier evento histórico. Como alumnos de una escuela espiritual, somos confrontados con una posibilidad completamente nueva, un acontecimiento bien actual para el propio alumno, del cual ustedes pueden participar. Queremos hablarles sobre el templo del Espíritu, pues deben comprender que para recibir el Espíritu Santo universal, un templo debe estar preparado.

Como el propio alumno debe construir su templo, es lógico que la primera condición para su realización es, ¡volverse un constructor del templo! La expresión “constructor del templo” nos une directamente al concepto de libre-masonería, la libre-masonería de la piedra angular de los rosacruces. La libre-masonería de la piedra angular desea construir sobre una piedra universal, ¡la piedra angular Jesucristo!

No es tan fácil, para el hombre terrenal llegar a tener una noción correcta de eso. Pero, para un alumno que quiera trabajar el camino, esa palabra debe 30

significar algo más que un texto ó una palabra mística, edificante o incluso religiosa. Antes que ustedes, muchos buscaron ese camino, pero no lo encontraron, porque no poseían la llave. ¡La piedra angular universal, es el propio Jesucristo!

No piensen aquí en una figura envuelta en un vestido sacerdotal, pues Cristo, es una fuerza espiritual muy poderosa. ¡Esa fuerza está presente a nuestro alrededor! Ella está dentro de la sustancia infectada y corrompida de nuestro planeta. Es una fuerza sagrada que no se puede explicar por esta naturaleza. Es una fuerza conocida con muchos nombres.

La Escuela Espiritual de la Rosacruz les indica a ustedes inicialmente como una fuerza crística, es decir, una fuerza que es irradiada directamente de la vida universal original hacia dentro de la naturaleza corrompida. Pero, la Escuela espiritual también llama a esa fuerza Jesús. Esto significa que el rayo crístico universal es transmutado, en tensión y vibración, en una fuerza que puede ser asimilada y soportada por los seres dialécticos. El hombre pecador puede emplear esa fuerza para alcanzar la santificación. Esa fuerza divina es un gran misterio, porque sólo podemos profundizar en ella, por Cristo. Mientras vivimos en ella, esa vibrante fuerza divina original es transformada en una posibilidad asimilable por el alumno, por la cual él está en condiciones de trabajar con esa fuerza. ¡Ustedes deben comprender bien

que el lenguaje

divino no se manifiesta por medio de palabras, sino de acciones, de vivencia corporal! Ahora debe estar suficientemente claro para ustedes que la fuerza crística no sería de ningún valor para el hombre si ella no se transformase en fuerza Jesús. Por eso, los antiguos rosacruces decían: Jesus mihi omnia – Jesús es todo para mí. Y de las bocas de los iluminados se oía ese saludo:

Salve, oh primicia de las edades, mañana de la resurrección, por tu luz el mal fue vencido y la rosa se abrió.

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De esa forma, los liberados de todos los tiempos, aquellos en quien la fuerza divina tomó forma, se regocijan, porque ellos saben que sin la piedra angular, sin esa fuerza fundamental, nada puede ser hecho ni edificado.

Por eso nunca está de más repetir que el hombre dialéctico que quiere trabajar el camino de la liberación debe, en primer lugar, captar y conservar esa fuerza fundamental. Nadie puede ofrecerles esa fuerza; en ese caso, no existen intermediarios de ninguna forma. Ella debe ser conquistada por usted. Ustedes mismos deben apropiarse de ella por medio de una dura lucha contra la sangre dialéctica y sus impulsos tenebrosos.

Por eso nunca está de más repetir que el hombre dialéctico que quiere trabajar el camino de la liberación debe, en primer lugar, captar y conservar esa fuerza fundamental. Nadie puede ofrecerles esa fuerza; en ese caso, no existen intermediarios de ninguna forma. Ella debe ser conquistada por usted. Ustedes mismos deben apropiarse de ella por medio de una dura lucha contra la sangre dialéctica y sus impulsos tenebrosos.

Sabemos que muchos de entre ustedes llevan una ardua lucha, una vida difícil

y están mortalmente cansados de todas esas batallas, pues ¿quién

camino sin percances

en medio de esos impulsos mundanos? Sin embargo

no nos referimos a esa lucha, porque se refiere únicamente al ego y, por tanto, a su conservación. Podemos distinguir ese impulso de autoconservación en la lucha a favor de su propia sangre, de los propios hijos, de la propia familia, de sus propios intereses y de sus propias especulaciones. Cabe aquí repetir una vez más: la lucha a la que nos referimos es la lucha que se lleva a cabo cuando intentan realizar una unión con un plano más elevado. ¡Es la lucha para alcanzar la mano extendida de Dios que nos conduce a la vida! Por eso nunca está de más repetir que el hombre dialéctico que quiere trabajar el camino de la liberación debe, en primer lugar, captar y conservar esa fuerza fundamental. Nadie puede ofrecerles esa fuerza; en ese caso, no existen intermediarios de ninguna forma. Ella debe ser conquistada por usted. Ustedes mismos deben apropiarse de ella por medio de una dura lucha contra la sangre dialéctica y sus impulsos tenebrosos. 32

Mientras tanto está la ley: el nacimiento de lo nuevo es precedido por la muerte de lo antiguo. Pero si la espada de este primer aniquilamiento toca al hombre por primera vez, él grita como si corriese un peligro mortal. Tan pronto como nace la tierna luz, ya se oye hablar de asesinato y huida, como sucedió después del nacimiento del niño Jesús. Es comprensible, pues, la animosidad de la vida exterior, con relación a lo interior que acaba de nacer y su intención de matarlo.

Por eso nunca está de más repetir que el hombre dialéctico que quiere trabajar el camino de la liberación debe, en primer lugar, captar y conservar esa fuerza fundamental. Nadie puede ofrecerles esa fuerza; en ese caso, no existen intermediarios de ninguna forma. Ella debe ser conquistada por usted. Ustedes mismos deben apropiarse de ella por medio de una dura lucha contra la sangre dialéctica y sus impulsos tenebrosos.

Antiguas leyendas y mitos nos hablan de ese servicio sublime y caballeresco de construcción, y también sobre el hecho de que los caballeros y los hermanos del templo debían trabajar con sus espadas al lado. Debían estar siempre preparados para a cada instante rechazar los ataques y vencer al antiguo enemigo. Por eso, un libre-masón es un héroe, un sabio y, al mismo tiempo, un trabajador. Él reúne en sí todos los oficios necesarios para la consecución de su poderoso trabajo. Así, el alumno en el camino de la renovación construye y lucha sobre la única piedra angular, sobre esa única fuerza.

¡Y el resultado es asombroso! Ello le conduce a un nuevo punto culminante con dos aspectos.

Uno de los aspectos lo llamamos Gólgota; el

otro, resurrección. Lo que debiera ser aniquilado antes de la construcción del nuevo templo es demolido y no queda nada. Podemos entonces decir consumatum est (está consumado)

¿Qué es lo que resucita? ¡el hombre nuevo! La tumba y la muerte ya no representan ningún impedimento para la resurrección. Él se liberó de su círculo

33

de existencia, está libre de la rueda del nacimiento y de la muerte, libre de la dialéctica.

Todo ese proceso, en sus múltiples formas, se realizan en Jesús el Señor, es decir, en la radiación crística transmutada, que se vuelve casi humana. Cuando ese toque realiza totalmente su trabajo, vuelve, como en una ascensión, a su fuente original, mientras que el alumno desamparado vuelve hacia Jerusalén. ¡Jerusalén, la ciudad templaria! ¡La ciudad que es la morada de la vida universal! ¡Ella es el reino inmutable, la ciudad de Dios!

Allí se

realiza el descenso del Espíritu Santo. Hasta ése momento sólo un rayo de la vida universal trabajaba en el alumno. Ahora él es elevado a la plenitud de la sustancia universal. Él se unificará y el peregrino vuelve al fin a casa.

Y él da testimonio de que la vida en él renovada ha despertado conciencia. Da testimonio de ser consciente de la unión

la

con una realidad que

no puede ser explicada por esta naturaleza. Da testimonio de la victoria sobre sí mismo, que hasta entonces

impedía el despertar del núcleo de la

conciencia celeste. Da testimonio también de que la materia dialéctica ya no constituye

un condicionamiento, pues él se ha liberado de los vínculos

temporales que lo unen a ella.

Ello también es una fiesta de la coronación. Una fiesta porque el objetivo final de lo que es temporal ha sido alcanzado. Es también una fiesta porque para él ha comenzado un nuevo día de revelación: ¡Pentecostés, la corona de la vida!

Todo ese desenvolvimiento al que rápidamente son llevados, está descrito en la lengua sagrada desde el origen de este orden mundial. Por eso, Pedro también decía a todos los que, discutiendo y criticando; consideraban teóricamente ese camino de santificación: ¡“Es lo que dice el profeta Joel”!

Deben comprender también que todo el proceso de regeneración se basa en la piedra angular y de ella depende. Esa piedra angular es la fuerza original, la realidad esencial del reino de los cielos, el verdadero pan celestial. 34

En el comienzo esa fuerza se adapta perfectamente a su estado de ser. Ella es impulsada por el amor divino que busca lo que fue perdido.

Tan pronto como ya están preparados para construir sobre la piedra angular, tiene comienzo el gran proceso denominado transmutación, las Bodas Alquímicas. En ese proceso están contenidos todos los aspectos de la santificación. Es un nacer y un morir diarios. Es una ascensión diaria y un contacto diario con la plenitud divina.

Al contacto lo llamamos Jesús a la posibilidad la llamamos Cristo, a la causa la llamamos amor de Dios, y al templo del Espíritu en sí, la Luz que irradia en su plenitud del templo, Espíritu Santo.

Si ustedes, en la luz y en la fuerza del Espíritu Santo, relegan este mundo a un segundo plano, serán aceptados en una sustancia vital que abre para ustedes los Áureos Portales y oirán las palabras:

Entren en estos santos atrios y celebren con nosotros su Pentecostés, ustedes, nobles constructores en el reino de Dios. Ustedes, bendecidos con el Santo Espíritu de Dios, vean, Jesús está dentro de nosotros; entren en la alegría de vuestro señor, celebren con él su Pentecostés.

¡Que puedan en el quincuagésimo día vivenciar ese nuevo día de revelación. ¡Entonces, también a ustedes les será dado el derecho de leer en nuestro libro de la vida!

35

VI

El TEMPLO DE NATURALEZA DIVINA

Delante de la vista espiritual del alumno que sigue el camino surge, como objetivo final de sus esfuerzos, “el templo de naturaleza divina”, la realidad esencial original en la cual la naturaleza divina del comienzo puede manifestarse libremente. ¡Ese es el verdadero templo del Espíritu Santo!

Cuando la obra de transfiguración ya está suficientemente avanzada y firme para acoger el Espíritu universal, entonces el resultado se revela a todos como una señal visible. Y cuando los personajes clásicos de los hechos de los apóstoles reciben el espíritu universal en el templo que ellos mismos construyeron, entonces muchos de ellos son capaces de contemplar ese acontecimiento maravilloso.

Cuando Pedro, delante de la perpleja multitud, aclara en un discurso mágico la cualidad, la esencia y la causa que llevaron a esta efusión del prana divino, se

producen dos reacciones: escarnio e incredulidad ó un intenso

interés. Esa doble reacción es real. Cuando el espíritu, la palabra y la sabiduría universal se manifiestan por medio de los servidores de la fraternidad, en primer lugar,

la tempestad del espíritu que ataca la vida común, provoca

rechazo o escarnio, la crítica y la incredulidad. En segundo lugar, se produce una conmoción interna y por ello un interés fundamental, en un grupo cada vez mayor de las personas.

Ese interés puede ser explicado por las siguientes palabras del capítulo 2 de los Hechos de los Apóstoles: “Cuando oyeron eso, se sensibilizaron y dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: ¿qué debemos hacer?”

Esa palabra y esa pregunta son muy actuales y exigen una respuesta también actual y que va directamente a su objetivo. Cuando se lucha y la 36

tempestad del espíritu sólo provoca un torbellino caótico en el mundo de las ideas, no existe un verdadero interés. Cuando se niega la realidad de la renovación y su base fundamental, no se pregunta: ¿Y ahora?

¿No es verdad, que el interés por el camino del espíritu universal se basa principalmente en el tipo de comportamiento que dice: “Yo sigo mi camino. Dime hasta qué punto el tuyo está en concordancia con el mío" La autoafirmación y la exploración, aquí se revelan de una forma muy evidente.

Por ello sólo aquellos que están totalmente interesados, están maduros para la respuesta de Pedro: “Arrepentiros, y que cada uno de vosotros sea bautizado en el nombre de Jesús el Cristo, para la remisión de los pecados. Así recibiréis

el don del Espíritu Santo” Para el mundo occidental, que desde

generaciones se ahoga sin cesar en la teología, esa respuesta llega a ser en muchos aspectos decepcionante.

Por eso es necesario que la Escuela

Espiritual explique esas palabras de otra forma”.

La conversión es la base principal para toda nueva génesis. Conversión es la palabra fundamental que expresa el alejamiento definitivo y absoluto de la vida dialéctica. Se trata de un giro, de una vuelta. La nueva vida, que prepara el camino para el templo de la naturaleza divina, es tan absolutamente nueva, tan diferente en sus dimensiones y se coloca tan perpendicularmente a la dialéctica, que es imposible estar simultáneamente en la vieja y en la nueva naturaleza.

Conversión, nunca es un concepto intelectual, aunque se pueda explicar científicamente; tampoco es una actividad sentimental, aunque pueda ser considerada por el corazón.

Esto se les dice porque el contacto con la Escuela Espiritual siempre sucede por motivos intelectuales o consideraciones emocionales. La vuelta, el giro al cual nos referimos, debe nacer de la decisión: “ No puedo hacerlo de otra forma” Debe afianzarse sobre la base de un no completa de este mundo. 37

total, de una despedida

Cuando el Lenguaje Universal se esfuerza por explicar por medio de los símbolos y ejemplos

los elementos que componen la conversión, oímos

continuamente que los candidatos en cuestión se giran. Cuando Cristián Rosacruz, la noche anterior a Pascua, es invitado a las bodas alquímicas, para la transmutación en el camino del Espíritu universal, leemos que, al ser tocado, se volvió. Sólo entonces vio la luz que llamaba, mientras que antes tenía sólo consideraciones especulativas.

El alumno aspirante que quiere hacer ese viaje de regreso sabe que es impulsado por muchos vínculos que lo atan a la antigua vida. Esas ataduras, esos obstáculos fundamentales deben ser rotos para que pueda ser bautizado en nombre de Jesús el Cristo y absuelto de sus pecados. Por medio del bautismo en Jesús el Cristo, la sustancia universal espiritual entra en unión real y corporal con el alumno constructor. Ese bautismo no es una aspersión de agua, un ritual, una actividad mágica en el sentido que usa la iglesia. Ella se refiera a una inmersión total en la sustancia espiritual universal, que el alumno consciente experimenta después de la conversión.

Ese vínculo entre el alumno y el Espíritu Santo marca el comienzo de un proceso maravilloso y ese bautismo se realiza en el alumno en nombre de Jesús el Cristo.

¿Que significa eso? El nombre Jesús nos une al hombre de la dialéctica sin pecado alguno, mientras que Cristo nos une al hombre divino de la naturaleza original, el hijo unigénito. El nombre Jesucristo no lleva al alumno de la Escuela de la Rosacruz

de vuelta al pasado lejano; al contrario, el

alumno experimenta por medio de Él, una fuerza de amor divino; actual, doble y alquímica que le impulsa al renacimiento. Aquí se trata de un magnífico proceso, por el cual el alumno, por la transformación de su estado natural, pasa al estado divino original.

Entre el hombre divino y el dialéctico se abre un amplio abismo

y la

primera fuerza de amor divino, alquímica, que denominamos Jesús, es ahora el puente, el intermediario necesario para atravesar ese abismo. El nombre de 38

Jesús tiene un significado oculto. Ese nombre indica la fuerza alquímica redentora del Espíritu universal. Por eso, los hermanos rosacruces han dicho, a través de los siglos. “Jesús mihi omnia” Ese puente ó ese Jesús debe establecerse en usted; con eso el Cristo se puede liberar en usted.

Cuando esa posibilidad se vuelve una realidad, el alumno realiza un camino con diferentes espirales, y la Escuela Espiritual le acompaña en todo el recorrido.

El gran objetivo es el perdón de los pecados y de la culpa.

Cuando el alumno, en un nuevo espíritu realiza el camino múltiple, anula cada error del pasado, de forma progresiva y sistemática. De esta forma él construye como libre-masón la nueva casa del hombre original; de la misma forma es demolido el antiguo templo y toda la culpa suprimida.

Tan pronto como el hombre convertido participa del nuevo proceso vital, se cambian todas las cosas y todas las relaciones. Cuando el alumno en cuestión continúa con el nuevo proceso vital, él recibe, como una gran gracia, la instrucción sobre el tipo y la esencia de esa nueva vida. Pueden encontrar esas enseñanzas, también en los “Hechos de los Apóstoles”

“Y los que acogieron de corazón sus palabras, fueron bautizados; y en aquel día aumentaron cerca de tres mil almas. Y eran perseverantes en las enseñanzas de los apóstoles, en la comunión, en la partición del pan y en las oraciones. En toda alma había temor; y muchas maravillas y señales se hicieron por los apóstoles.”

“Todos los que creían estaban juntos y tenían todo en común. Vendían sus propiedades y bienes repartiendo con todos, según las necesidades de cada uno. Perseverando unánimes todos los días en el templo, repartiendo el pan de casa en casa, comían juntos con alegría y sencillez en el corazón, alabando al Señor

y admirados por todo el pueblo. Con relación a ello, todos

los días aumentaba el Señor, el número de aquellos que se habían de salvar.”

Las riquezas de las que nos referimos son tan grandes que no podemos agradecer suficientemente esa dádiva divina. “Y los que acogieron de corazón 39

la palabra de Pedro fueron bautizados y en aquel día aumentaron en unas tres mil almas” Eso demuestra claramente que el camino no pone obstáculos importantes

a nadie” En efecto “La promesa es para vosotros y vuestros

hijos”.

Si ven delante de ustedes el camino y desean realizar la transformación, entonces, nadie tiene porqué quedarse atrás. Entonces, perseveren en las enseñanzas de los apóstoles, en la comunión y en el reparto del pan y las oraciones”.

Es la enseñanza de la Escuela de la Rosacruz, que se encuentra a partir del atrio. Es la enseñanza del nuevo trabajo, que tanto deseamos emprender con ustedes.

Después de que hayan usado la llave, perseverarán en las enseñanzas. Con mucho interés todos ustedes observarán y acogerán en ustedes todo aquello que la Escuela les dice. Sólo entonces la Escuela de la Rosacruz se volverá homogénea. Sólo entonces cada encuentro será una nueva fiesta.

Como ya saben, en la vida social burguesa se acostumbra

a levantar

las copas llenas de vino espumoso y chocarlas unas contra otras antes de beber. Eso nos recuerda una costumbre mágica muy antigua, de la verdadera comunidad de los iniciados y sus alumnos. Nosotros acogemos el espíritu de la renovación en nuestras copas. Levantamos el cáliz del Graal con nuestras manos

cuando nos convertimos.

Cuando los cálices están llenos,

sintonizamos nuestros dones divinos y cuidamos de que lo recibido tenga un único sonido, una única vibración.

Mientras los hombres de los pueblos organizan sus orgías, esa imitación de la Santa Cena, y dice “salud”, los alumnos convertidos de la Escuela, cogiendo el cáliz del Graal en sus manos suplicantes, se miran mutuamente a los ojos y dicen suplicantes, unos a otros: “La paz esté contigo”

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Así ellos perseveran en la unión, en la partición del pan y procuran que cada uno reciba su parte. Ellos se ayudan

mutuamente en el reparto del pan

del Señor; ninguno quiere sobrepasar al otro, pues saben que se mantienen juntos por la consolación y por la bendición. Ellos invocan, desde lo más profundo de su interior, este nombre sagrado: “Jesús mihi omnia”

Cuando esto es alcanzado, emana una fuerza de nuestro trabajo, tan poderosa e inmensa que se realizan maravillas y milagros; que resultan de un desenvolvimiento y una expansión que no se puede explicar a la conciencia del profano, debido a su naturaleza. Por eso, se apodera de todas las almas el temor; no el temor al miedo, sino el más profundo respeto. ¿Qué puede haber imposible, para un círculo que edifica unido?

¿Cómo podría haber privilegios de unos sobre otros, de esa forma? ¿La gracia que nos es concedida no es también para ustedes? ¡El objetivo glorioso no se restringe a unas excepciones! Si lo desean realmente, entonces tenemos todo en común, mucho más de lo que se podría imaginar o explicar. ¡Todo está a su disposición, sólo tiene que cogerlo!

¿Al ver y experimentar todas esas riquezas, que importancia ahora darán a todas esas cosas dialécticas que ustedes ahora guardan como un león y que son ahora todo para usted? Si viven la nueva vida, entonces venden todo, se liberan de aquello que han constatado que es un vínculo con la tierra.

Como estas cosas son muy personales, puede ser que el rompimiento de sus lazos, se vuelva una ayuda para otros. Así construimos juntos un templo. ¡Aquellos que se encuentran reunidos bajo la Rosacruz están en el camino! ¡Y podemos lograrlo, pues lo que necesitamos ya nos es ofrecido!

Por eso poseemos un templo, un templo de un espíritu que llamamos campo de fuerza. Diariamente, nos reunimos en el templo, partimos nuestro pan y allí celebramos a cada momento, nuestra cena. Los rayos parten del templo en todas direcciones; ellos van de casa en casa y penetran donde

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menos se espera, para, de acuerdo con la voluntad divina, difundir esa luz e inflamar los corazones.

Existe pues una inmensa alegría y total sencillez en el corazón. La vida dialéctica es por lo demás complicada, pero el que entra en la nueva vida ve una vida clara y pura como un cristal, perfectamente simple y brillante como el Sol en su cenit. Y la palabra clave es simplicidad; no la simplicidad superficial, sino la de la única vida que proviene de Dios, la simplicidad que es al mismo tiempo magnífica y poderosa.

Por ello alabamos al Señor. ¿Cómo podría ser de otra forma? En el círculo que se encuentra en el templo, que juntos construimos, de ese círculo se elevan diariamente los hijos de Dios hacia el círculo de salvación.

¡Utilicen la llave que lleva a la única vida, a la que son todos invitados! ¡Colóquense en el camino de regreso y verán la esencia y la vida de Dios!

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VII

SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

En el transcurso del año solar, llega un momento en el que la naturaleza comienza a irradiar toda su belleza y comienza el verano. Los árboles se encuentran repletos de hojas y las flores muestran su esplendor. Todo lo que es fértil promete una rica cosecha.

Pueden comprender, por tanto, el profundo agradecimiento demostrado por el hombre unido a la naturaleza, por todo lo que ella produce.

Desde la

más remota antigüedad hasta nuestros días, la humanidad celebra con júbilo el verano que comienza. Lo recibe solemnemente con gran pompa.

Está claro que las tendencias religiosas dialécticas se adaptan perfectamente a la naturaleza. ¿Cómo podría ser de otra forma? Tanto las religiones animistas como las politeístas demuestran claramente

ese

procedimiento natural. Incluso el cristianismo natural oficial, no es ninguna excepción. Las fiestas, las horas de oración y gracias por lo que la naturaleza manifiesta en verano, ya hace muchos años adquirieron la ciudadanía en el cristianismo oficial. Naturaleza y religión están aquí unidas herméticamente uno con otro.

¿Cómo podríamos hacer alguna objeción a esa gratitud? Sin los frutos de la naturaleza no se podía mantener la vida. Sin una buena cosecha, la vida, en relación con la dialéctica, es imposible. ¿Quién se podría quejar de la luz del sol, de la temperatura suave, del gorjeo de los pájaros y del aroma de las flores? Por eso, son necesarias y muy naturales las conocidas fiestas estivales y las bienvenidas al comienzo del verano. ¡El que puede va a las ferias Y aprovecha todo lo que el verano le ofrece!

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Sin embargo

existe una fiesta estival

y una entrada de verano

totalmente diferente. Esta fiesta es tan antigua como

nuestro orden de

naturaleza, y ha sido celebrada continuamente y con el mismo ánimo, la misma convicción y la misma alegría que las fiestas de naturaleza exterior. Estamos hablando de la Rosa Blanca, la fiesta juanista, la fiesta de San Juan Bautista. San Juan Bautista es una de las grandes personalidades que desempeñaron un papel muy significativo en el proceso del crecimiento espiritual de la humanidad.

El observador superficial nunca comprendió porqué la fiesta juanista coincide con el preludio del verano de la naturaleza. La figura de Juan fue tratada como tantos otros espíritus elevados. Lo vistieron con un ropaje solemne y lo hicieron santo. Por otro lado, lo mutilaron hasta volverlo irreconocible.

Consciente o inconscientemente, sepultamos su excelencia y coraje espiritual así como su fuerza motriz bajo imágenes de santos, bajo el solsticio estival y bajo procesiones famosas. Sin embargo, si fuese reconocido el verdadero significado de la figura de Juan en la vida del hombre, verdaderamente su santidad no sería tan ensalzada, a menos que se trate de una mentira consciente para cegar a la humanidad al respecto de su verdadero significado.

¿Hay alguien más impresionante que Juan Bautista? ¿Alguno de coraje ardiente, un representante que exprese de forma enérgica la oposición a la letra de las doctrinas, a la hipocresía? Si alguien más, a excepción de Jesucristo, levantó la voz para combatir las enseñanzas cristalizadas de las escrituras y el fariseismo, ese fue Juan.

Hay grupos esotéricos que han olvidado totalmente su vocación espiritual. Ellos también celebran la fiesta de San Juan con un agradecimiento a todo lo que crece. Es natural que estén agradecidos a las falanges de los espíritus naturales que trabajan sin cesar en el reino vegetal. Pero ¿es este el verdadero significado de la fiesta de San Juan? ¡Claro que no! 44

También podemos participar desde el punto de vista místico y celebrar con los buenos elfos su victoria sobre las fuerzas destructivas en su reino. ¿Pero tiene todo esto alguna relación con la fiesta de San Juan Bautista? Un contraste más claro no es posible imaginar: la abundancia de la naturaleza, la fiesta de la abundancia y la figura de Juan Bautista que atraviesa el desierto y confronta al pueblo con sus predicaciones penitentes y condenatorias.

No es acaso Juan, como una voz que clama en el desierto de la vida, realizado ya su trabajo en Betania, el símbolo del vehículo transitorio. Nosotros aún nos encontramos en ese vehículo de transición, en la casa de la miseria. La figura de Juan siempre surge cuando la noche de la ruina está en su apogeo, cuando la miseria de este mundo, alcanza su punto culminante. Él surge como emisario de la hermandad del reino inmutable, para hacer que el mundo oiga el mensaje: "Preparen el camino del Señor”

Ellos nos ostentan el mínimo lujo o presunción; envueltos sólo en una ropa igual a sus semejantes, exactamente como Juan, de modo alguno se vanaglorian por propagar una nueva llamada. Ellos respetan lo que Isaías dijo: ”Enderecen los caminos para el Señor”.

Ellos no sólo vienen como simples hombres, como servidores de la humanidad, sin anhelar celebridad y honra, sino como portavoces de la Escuela Espiritual. Vienen para enseñar al hombre la manera correcta de reconstruir y pasar por ese vehículo transitorio, a fin de encontrar a Aquel que viene después que Juan. ¡Aquel que debe venir! Porque sin lo único que debe ser despierto en la vida de cada uno, jamás podréis dejar Betania, la casa de las miserias. Aunque recorran las infinitas procesiones y las eternas fiestas nocturnas de verano o las incontables imágenes de santos hechos en nombre de Juan.

Ahora nos podemos preguntar: ¿No surtiría más efecto ser uno como Juan Bautista desde su testimonio en el rigor del invierno o finales de otoño? ¿Cómo puede un hombre, que necesita tanto de las dádivas del verano aspirar

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a la fiesta de Juan, y a su desierto y accesis? ¿Y porqué se habla de la Rosa Blanca? Les surgen diferentes preguntas, vamos a intentar aclarárselas.

Pueden imaginar una doble fiesta estival nocturna. Primeramente se trata de un sueño, seguido siempre de un amargo despertar. La fiesta en la naturaleza común es siempre una reacción de lucha por la existencia. Si el hombre tiene hambre, él lucha por conseguir el pan y la naturaleza le orienta en ese sentido. Él demuestra gratitud y la satisfacción del ser natural común. Sin embargo, cuando ese sueño se deshace y él recuerda, surge nuevamente el hambre y la lucha, que constantemente se renueva, celebrando así sus idas y venidas.

Ese proceso somete al organismo humano a un fuerte desgaste. Él envejece y se cansa, y finalmente llega el momento en que ningún pedazo de pan y ninguna fiesta puede ayudarlo, pues él está extenuado.

Alguien puede preguntar: ¿No incurre aquí el hombre en un error? ¿No persigue, con base a esta naturaleza, sólo quimeras? ¿Con su espontaneidad y su evidente amor por la naturaleza, no debiera el hombre amar y pertenecer a un ser con cabeza de asno, como en “el sueño de una noche de verano, de Shakespeare?

Si así es, el hombre debe llegar a la conclusión de que es posible festejar otra plenitud de verano, una plenitud que ofrece una satisfacción absoluta; una plenitud de verano que no conoce hambre después del hartazgo; una plenitud que otorga la eterna juventud.

El hombre que se entrega a la naturaleza y a sus impulsos se parece a uno de los personajes de "Sueños de Una Noche de Verano”, de Shakespeare, que se ve unido a un ser con cabeza de asno. Mientras tanto, la naturaleza no ofrece ninguna satisfacción y, al mismo tiempo, existe el anhelo por lo otro, que no pertenece a esa naturaleza. Surge de forma automática un esfuerzo por servir a dos señores.

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La otra realidad de ser, la nueva vida, desea darles la bienvenida. Pero, se supone que

ustedes anhelan celebrar la despedida de esta naturaleza

terrestre. El hombre debe primeramente, librarse del ser con cabeza de asno, para estar en condiciones de recibir la nueva vida. En la obra de Shakespeare, Hérmia también debe liberarse de Lisandro, antes de poder pertenecer

a

Demetrio. Pues éste sólo acepta a Helena, la parte humana que busca el contacto metafísico, mientras que el verdadero ser permanece en el bosque de la ilusión con sus dos pies hundidos en la realidad.

En la obra de Shkespeare, la representación de los cuatro aspectos del hombre es magnífica

y perfectamente correcta. La conciencia se agarra a la

Tierra y el aspecto místico busca el ser superior. Sin embargo, la búsqueda del ser superior fracasa, mientras el hombre persista en su apego por esta naturaleza, porque, luchando de esa manera, la puerta nunca se abrirá.

Así,

las

dos

fiestas

estivales

son

diametralmente

permaneciendo esencialmente extrañas la una a la otra.

opuestas,

El alumno en el

camino tiene que escoger una de las dos opciones, pero sólo una. O sigue el camino de la naturaleza, ó el camino espiritual.

En la antigüedad, los alumnos de los misterios tenían que temer todo tipo de persecuciones. Recurrían a todo tipo de disfraces, con el fin de ocultar sus verdaderas intenciones, como por ejemplo, el uso de un lenguaje velado. La fiesta de la Rosa Blanca también fue adaptada exteriormente para ser usada por la Iglesia en sus fiestas conmemorativas y en las fiestas de verano. De ahí, la maravillosa adaptación de la imagen exterior de la fiesta de la Rosa Blanca y la naturaleza exterior del 21 de junio (El comienzo del verano en el hemisferio norte) En realidad, esa imagen exterior no tiene nada que ver, con las verdaderas intenciones.

El alumno que quiere celebrar la fiesta de la Rosa Blanca pasa por diferente procesos, que se asemejan a las estaciones de año. El gran proceso de renovación tiene comienzo en invierno. El alumno debe comenzar el trabajo de liberación en el más profundo nadir de su vida. En esa hora, el alumno debe 47

despedirse del ser de cabeza de asno y dirigirse claramente hacia la nueva vida. Cuando esa hora del adiós, esa muerte según la naturaleza es realizada de la forma correcta, la semilla de la nueva vida es introducida en su nadir más profundo.

Entonces, el alumno endereza su

camino en la naturaleza, que,

entonces se le vuelve completamente extraña. Para él, no pasa de ser un desierto. Él sabe que la semilla plantada en el éter vital, a través de la Escuela Espiritual, comienza a germinar y emplea sus esfuerzos para ayudar, de la forma correcta, al tierno brote a desenvolverse.

Él prepara los caminos para su Señor, porque, gracias al discernimiento, recién obtenido, promete obediencia a la llamada divina. El alumno que trabajo seriamente el camino

aplica de la manera correcta, esa exigencia, en sí

mismo. Él o ella saben, que la transformación del hombre natural en hombre espiritual es una lucha a vida o muerte. Pero esto no le preocupa, pues sabe también que es el dolor, el fuego el que produce la purificación. Sabe, que sólo por el continuo e incesante pulir como el diamante adquiere su brillo y su valor. De esta forma, al final del invierno él celebra la fiesta de primavera. Llega la hora de que se manifiesten los primeros indicios del crecimiento.

El nuevo ser en el alumno comienza a revelar un contorno cada vez más claro y fuerte, hasta que se aproxima el día de la fiesta de verano, la fiesta estival nocturna, la noche de la revelación del muy amado. El alumno es confrontado corporalmente con el hombre Jesús en sí mismo, que nace en invierno, se desenvuelve en primavera y, ahora en la plenitud del verano, toma la gran iniciativa, la dirección absoluta de la vida del alumno.

Esa es la fiesta de la Rosa Blanca, el comienzo de la vida plena en Jesús, el Señor. En ese momento, el núcleo de conciencia dialéctica se retira totalmente y el hombre Jesús comienza su gran obra de reconstrucción del microcosmos. En ese gran trabajo, la Rosa Blanca se tiñe de un rojo-sangre hasta el consumatum est. Entonces, después del despertar del sueño de una

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noche de verano, el alumno descubre que nunca más sentirá hambre y sed, hasta la eternidad.

La fiesta de la Rosa Blanca, el recibimiento de una rosa de Juan, significa que el alumno preparado se vuelve uno con el ser Jesús. Tal plenitud estival es la parte del alumno que provoca una separación entre la naturaleza y el espíritu, por eso, surge una nueva naturaleza. Ese es el secreto de toda verdadera magia, el secreto de la doctrina de la transmutación.

Nadie puede trabajar el camino para la santificación si continúa amando el ser con cabeza de asno, si aún lleva una vida mística. Nadie puede alcanzar la nueva vida sin despedirse de la antigua naturaleza. Los dos valores de la naturaleza, tienen cada uno, su fiesta de una noche de verano. El despertar del sueño de una noche de verano significa la liberación de la rueda del subir y descender. El despertar del sueño corresponde a la plenitud eterna.

Todos los que trabajan el camino de la liberación descubrirán que ese camino nos lleva a una lucha. Todos los que trabajaron ese camino no nos dejaron ninguna duda al respecto, pues hay muchos interesados en mantener al alumno en la antigua naturaleza. No podemos negar que una entidad que entra en la nueva naturaleza provoca una crisis en la antigua naturaleza. Por ello, si están dispuestos a ayudarnos a impedir que la Tierra y sus habitantes se hundan en el fuego el terror, deben decidirse a preparar con nosotros los caminos del Señor.

Jesúcristo

conduce a la humanidad a su destino final. Quien no se

adapte, a tiempo a sus vibraciones etérica santificantes, quien no aprenda a armonizarse con su fuerza, se quedará atrás, en las tinieblas del desamparo de Dios. Es por eso que hay alegría en los cielos cada vez que se convierte un alma humana. Hay alegría en los atrios sagrados del templo del Espíritu cada vez que un hombre entra para celebrar conscientemente su alianza con la vida inmutable y sellarla.

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En el Sueño de una noche de verano, de Shakespeare, Oberón es el príncipe del reino de los espíritus naturales, que hace todo lo posible

por

mediación de sus servidores, para aprisionar a Hérmia y a Lisandro. Quedará entonces claro, que el alumno, además de vencerse a sí mismo, tiene también que vencer a todos los que le impiden realizar el acto liberador.

Cada alumno en el camino podrá testimoniar ese hecho, así como la gran lucha que deberá realizar, para llegar a un buen fin. Pero será una gran alegría para él, al dar testimonio de que la semilla crece mediante la ayuda de la fuerza divina. Apoyándose en la idea de una nueva vida, ahora que ella puede preceder a la humanidad en la nueva luz del Sol, que jamás le abandonará. Porque donde nace otra vez de nuevo, ni la altura ni la profundidad, ni la maldad mental, pueden separar al alumno del amor de Dios, que es todo en todos.

¡Permita Dios que sean siempre vencedores en su camino de salvación. ¡Que puedan fortalecerse en el espíritu, a fin de que puedan, un día, como alumnos conscientes llamados a testimoniar la Nueva Jerusalén, donde se celebra para siempre la eterna fiesta del verano!

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VIII

LA SUBLIME SABIDURIA DE LAO – TSÉ

Si ustedes poseen algún conocimiento acerca de la literatura esotérica, entonces sabrán que ella, en varios documentos, menciona un secreto guardado por los habitantes del Sur de Francia en la Edad Media. En ella, en la tierra de Sabartéz, el antiguo hogar de los cátaros – bendito sea ese nombre – el pueblo disponía de un poder sobrenatural, el poder del consolamentum. Por medio de ese poder se realizaba la separación entre el ser animal y el espiritual, entre el hombre perteneciente a la Tierra y la esencia original de la prehistoria.

El consolamentum era mucho más que un sello sacramental. Era mucho más que

un

descenso

de las fuerzas mágicas, pues los cátaros lo

consideraban un rompimiento definitivo con la vida de la dialéctica. A partir del momento en que recibían el consolamentum, no podían ya ser considerados literalmente habitantes de este mundo, pues ya no formaban parte de él.

Muchos buscadores de esa región intentaron descubrir las fuerzas que sustentaban ese movimiento en el Sur de Francia y llegaron a la conclusión correcta de que esa aurora espiritual hubiera abarcado toda Europa con su llamada al despertar, como el mundo jamás habido

interferencias. ¿Quiénes eran pues

hubiese

visto, si no hubiera

esos seres iniciados, que

inspiraban en decenas de millares de personas, algo cuyos efectos causaban un odio tan terrible y sanguinario en la antigua iglesia?

Esos seres, o fuerzas, eran cosmopolitas en el sentido más amplio de la palabra. Amaban literalmente a toda la humanidad y, actualmente también, están activos y se manifiestan donde quiera que se den las condiciones para ello. Sus pasos se dirigen hacia el Este y Oeste, hacia el Norte y el Sur. La historia mundial nos habla de ellos. Ahí se puede reconocer el hilo que une

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todos

esos

diferentes

acontecimientos y

desenvolvimientos

por ellos

provocados.

Sin embargo, ellos permanecen, desde los tiempos más remotos hasta nuestros días, en el más profundo sigilo. Existe un velo hermético que los separa de los hombres de la masa. Cualquier investigación pertinaz por parte de la ciencia, con la intención de encontrar el origen de ese secreto, es inútil hasta hoy. Podemos afirmar que el saber, la ciencia y las fuerzas de los cátaros son universales. Su fuente no puede ser revelada aquí en la Tierra, y sólo se puede encontrar en el reino inmutable.

Algunos autores lamentan el declive, por lo menos aparente, de los cátaros y se quejan de la sabiduría y de las fuerzas perdidas.

Sin embargo,

ese es un lamento puramente dialéctico. Una fuerza emanada de la vida universal, una fuerza de sabiduría tan elevada no puede perderse. Ella es el propio aliento divino que toca a la humanidad, en su empeño lleno de amor por salvarla y,

retrocede cada vez que el odio y la sed de sangre del mundo

material y de los mortales intenta profanarla.

Reflexionando por un momento sobre el contacto que se realizó en Europa, del esfuerzo de amor universal, tendemos también a pensar en un contacto divino semejante ocurrido en el Oriente antiguo, en el impulso divino traído por el sublime Lao-Tsé. No se sabe a ciencia cierta si él existió realmente, ni si fue un hombre; incontables velos lo envuelven. Es irrefutable, sin embargo, que él en su sabiduría podía abolir la tristeza de aquellos que testimoniaban y de los que buscaban el drama ocurrido en el Sur de Francia en la Edad Media. Se puede, del mismo modo, señalar el secreto del consolamentum como el secreto de Tao.

¡El Tao no procede, él no fue, el Tao es! los antiguos sabios que conocían el Tao callaban referente a este secreto, pues ellos sabían bien que los profanos se vuelven a las tinieblas 52

y transforman las fuerzas vitales en destrucción.

Cuando ciertas fuerzas vitales son despertadas en el hombre y él se conciencia de su gran poder, sin estar libre de su egoísmo, entonces la llama se transforma en fuego que se extingue en sus cenizas.

Por eso no se debe rebelar el secreto a los profanos. ¿No ciega la luz muy intensa a los ojos desprotegidos? Conducir

un

pueblo

significa

realizar

una

gran

tarea,

permaneciendo en la sombra en tanto que maestro.

¿Pueden ahondar en ese lenguaje de la sabiduría?

Mucho se escribe y se habla en los libros ocultos de los cátaros, en los cuales se revela la enseñanza universal y la verdadera vida, y que en aquellos tiempos fueron destruidos por el clero. Pero, el libro oculto de los cátaros nunca fue escrito, así como tampoco los fueron el Libro de Tao, el Libro “M” de Cristián Rosacruz y el Libro del Apocalipsis de Juan, cerrado con siete sellos. Aunque no esté escrito, existe y está oculto de los profanos. Su escritura fulgurante irradia y se revela a todos los que saben liberarse del egoísmo inferior.

Por eso la endura era, para los cátaros el camino normal para alcanzar el consolamentum. La endura es la extinción de la naturaleza, el aniquilamiento total del ser del yo, la total preparación para el renacimiento.

Si ustedes también quieren seguir en esa dirección, les aconsejamos: no desperdicien más tiempo y energía en la búsqueda de libros y escritos que, según ustedes, pudieran llevarles a la liberación. El Tao no puede ser dicho ni escrito. Él es el camino, la senda, y sólo puede ser vivido.

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Esos

simples

indicios

bastan

para

mostrarles

la

pobreza

de

conocimiento y argumentación, la escasez de comprensión intelectual y la locura de la conciencia cerebral en toda su desnudez. "Nada podéis saber que valga la pena saber; nada podéis poseer que valga la pena poseer; y nada podéis comprender que valga la pena comprender; mientras no hayáis muerto según la naturaleza y antes de la eliminación de la maléfica ilusión del yo en vuestros microcosmos.

Mientras no alcancéis ese estado, permaneceréis

profanos, ateos, y, por tanto, pequeños y veréis finalmente un contorno indefinido por medio de un espejo”(Corintios 1-13:12) y no tendréis nada, absolutamente nada".

Lo que tal vez posean es la tristeza y el ardiente dolor de la dialéctica, un fuego, un fuego aterrador que siempre surge de sus propias cenizas. La dialéctica es una consumación, un sufrimiento infernal sin fin. Deben librarse de ese tormento por medio de la senda, el camino, por medio del Tao. Deben pasar por la endura, de la extinción, de la muerte según la naturaleza inferior.

¡Pero, no pueden trabajar esa senda solos y, de hecho, no es necesario, pues la fuerza auxiliadora está presente! ¡Y la palabra auxiliadora resuena! Si quieren abandonar todo lo que poseen, entonces ustedes reconocerán como Lao-Tsé:

¡Fuerza oculta, secreto, eternamente inviolable! ó, fuente serena y pura, de donde la vida se origina. Somos unidos a Ti en lo más profundo de nuestro ser, de la gran Unidad fluye la pluralidad innumerable.

Es inconcebible que muchos alumnos de la Escuela Espiritual no puedan ver esta vida única y verdadera, la única esencia, cuando la buscan, cuando la desean fervorosamente. Esto debe de ser por algún motivo. Ello es debido al hecho de que muchos se apegan demasiado a las cosas de la vida antigua y, además de eso, esperan que la revelación divina penetre, sin ningún proceso, en lo recóndito del ser natural, para que así la verdadera vida se despierte en el microcosmos. 54

¡Pero no es así como sucede! Si desean partir hacia la vida prometida, entonces deben levantar nuevamente todas las pesadas anclas, que ustedes mismos han lanzado durante su vida. "Y las enseñanzas de la lengua sagrada nos confirman que esto es posible: “

Aquello que les llama está cerca de ustedes, más cerca que las manos y los pies”. Por eso:

Quien camina en la senda de la liberación del yo inferior, se despoja de sus deseos como inútiles trastos; entra desnudo al templo de la más alta iniciación; el vestíbulo del tabernáculo es la tumba.

Como alumnos los buscadores gnósticos pueden saber como ser un masón libre, como pueden levantar piedra sobre piedra, la santa catedral. El sagrado Monte Salvat es invisible para la materia, pero lo pueden penetrar por medio de la tumba de la naturaleza inferior y, como aprendices colocarse a disposición de los maestros-constructores. Así aprenderán a reconocer con Lao-Tsé sus obstáculos fundamentales y la llave para el Tao:

El mayor saber es reconocer que no sabemos nada. Esa sabiduría negativa vuelve a la humanidad tranquila, devota; conocemos todas las letras del alfabeto, pero ninguna letra del gran misterio: Vida y muerte.

La verdadera enfermedad del hombre es “no reconocer su propia ignorancia” no piense, sin embargo, que aquí se trata de pura dependencia mística negativa, una negación de ideas místicas. “Y por eso”, dice Lao-Tsé, “que el pensamiento material construya una barrera para la verdadera corriente espiritual”. Deben abandonar sus pensamientos materiales.

Deben preguntarse a sí mismos qué hacen realmente con sus pensamientos materiales. Entonces, reconocerán que piensan esotéricamente 55

con su pensamiento intelectual y estimulan el misticismo con su corazón con pensamientos emotivos. Esa es

la barrera para el flujo espiritual. La

enseñanza de la sabiduría les revela que cabeza y corazón forman una unidad perfecta.

Mientras el hombre no quiera reconocer que no sabe nada, la gran realidad es para él un bello sueño, y nadie, a no ser el mismo, podrá curarle de esa falta de conciencia renovada.

Quien reconoce su estado enfermizo, ya está sano: Reconocimiento es el arcano contra ese tormento tenebroso. Por los caminos del pensamiento intelectual, no se alcanza la esencia.

Tenemos otra vez una nueva noción de la realidad de los hermanos y hermanas de todos los tiempos, muchas veces incomprendida: La negación de la realidad dialéctica- Esos iluminados conocían una realidad diferente de la que vive el hombre dialéctico, así como otro aspecto del idealismo y del humanitarismo. Esos iluminados, conocían la propia actividad viviente y vibrante de la nueva realidad de vida, una actividad que al hombre terrestre le parece una ociosidad ilimitada, una amorfia sin respectivas.

Sufrir la maldición de la vida es algo consciente en todos los que viven en

el siglo XX. Mientras tanto, cuanto más la vida nos llena de desgracias,

más nos apegamos a ella e intentamos lograr las bendiciones deseadas, sin por ello recoger fruto alguno. La bendición pasa como un navío en la noche oscura, pues no conocemos la esencia de la Doctrina Universal, y la justa acción no se puede realizar. Por eso dijo el sabio hace 2.500 años:

Mi doctrina lleva un simple mensaje. Mis actos están fuertemente unidos a ese mensaje. Explicados de diferentes formas por el hombre son como líneas, alrededor de un núcleo envueltas.

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¿No es verdad que muchos ocultan una simple y esencial verdad, la llave de la vida verdadera, en una novela de verdades aparentes y de ostentaciones? Pero Lao-Tsé nos dice:

Pero yo, que conozco el camino a través del laberinto no me dejo llevar por los fuegos fatuos. Aseguro el hijo que conduce al núcleo, contemplo con tranquilidad donde otros luchan sin objetivo. No deseo desempeñar ningún papel en el palco de la vanagloria del mundo. por ello parezco inútil a los hombres vanos; todos buscan una parte de la multiplicidad, más yo el universo, ¿qué más puedo desear?

Vean pues, que se trata de ganar el universo. Puede parece un poco extraño a los ojos de los occidentales, pero el significado de la santificación crística es el mismo que se manifiesta en la fuerza mágica de un espíritu santificado en Cristo. La palabra “santo” proviene del concepto de volverse sano. La Doctrina Universal demuestra al alumno que su microcosmos ya no es santo sino que está bastante dañado. Bajo la maldición de esa mutilación, busca una minúscula parte de la multiplicidad y, por ello, su maldición no se puede transformar en bendición. Por todo lo cual, él se hunde cada vez más en la materia.

Cuando el alumno interrumpe ese trabajo inútil e ignora esa actividad, convencido del hecho de que la realización de sus aspiraciones más elevadas no deben venir de su yo dialéctico, comenzará entonces a construir una armadura espiritual invulnerable. Él puede trabajar el camino, la senda y alcanzar el Tao, pues la ilusión del yo está muerta. El microcosmos recupera su estado original y el universo se vuelve parte del alumno.

¿Perciben pues que el mensaje de la Rosacruz Aurea es y ha sido el de todos los tiempos? Que era el mismo que el de Lao-Tsé, el mensaje de hace 2.500 años. Ese mensaje continuará resonando hasta el maravilloso final. Ese 57

mensaje resonará hasta que el buscador vea delante de él el camino y diga a los sabios universales:

¡Quiero vivir de acuerdo con vuestro grande y sabio ejemplo, y saberme incorporado en el plan de creación divino!

Concluyendo: reconocer el camino, reconocer el Tao será vuestro cometido, tan pronto descubran que ustedes, como dice Lao-Tsé, ”sufran en vuestro yo dialéctico” Si descubren en ustedes mismos que nada ni nadie puede curarles de ese dolor, que nadie puede extinguir ese fuego, y después de que ustedes mismos se hayan despedido de ese ser-yo, brillará para ustedes la gran lámpara de lo omniconsciente; el peregrino se bañará en esa luz divina que, semejante al consolamentum, elevará su carga fuera de la noche.

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IX

LA TRAYECTORIA EN ESPIRAL Y LA VIBRACION

Como ya saben nuestro campo de percepción orgánica se basa en vibraciones. La ciencia natural moderna penetra cada vez más profundamente en el conocimiento de las oscilaciones y se acerca, cada vez más a las enseñanzas Universales. La audición, la visión y otras tantas impresiones orgánicas, los fenómenos del sentido, olfato y del paladar, así como todas las otras impresiones de fondo moral

y

espiritual nacen por medio de las vibraciones etéricas que, a su vez, se encuentran en las fuerzas, condiciones y aspectos de la sustancia atmosférica.

Cada onda vibratoria está movida por una idea, un principio espiritual. Ese principio determina la cualidad, la esencia y la frecuencia de vibración, así como la aparición de leyes naturales que cooperan con las ondas vibratorias. Tenemos en mente, por ejemplo, la ley de la unidad, la ley de cohesión.

Las vibraciones despertada en la substancia primordial por medio de la idea y, dependiendo del tipo de vibración, son producidos fenómenos de corta o de larga curación, es decir, ellas se manifiestan de acuerdo con la masa, la idea que los generó y la vibración de la ley de cohesión. Por eso, los gnósticos dicen que cada vida sirve de base al arquetipo que posee una cierta vitalidad. En cuanto la vitalidad es consumida, deja de existir el fenómeno, la expresión del arquetipo.

También, hemos de llamar su atención hacia el hecho de que cada onda vibratoria describe una trayectoria espiral doble, una centrípeta y otra centrífuga, una posee una acción de expansión y la otra de contracción. No es nuestra intención pormenorizar científicamente sobre la vibración y todos esos fenómenos que se realizan en la 59

trayectoria espiral. Queremos tan sólo que presten atención hacia esa base de acción cósmica. Con ello, pueden aprender una lección urgente.

En primer lugar, deben aprender que cada criatura del universo se revela y vive en el ambiente que ella misma creó y se merece. En segundo lugar, deben reconocer incondicionalmente que la idea generadora es idéntica al resultado obtenido. En tercer lugar, es lógico que si el resultado obtenido deja de existir como fenómeno y la idea permanece,

ella deberá, debido a su origen espiritual,

nuevamente

manifestarse. Finalmente, en cuarto lugar, el alumno que busca seriamente esas cosas concluye que el principio de la conciencia emprende un viaje constante entre la idea y el fenómeno.

El principio de la conciencia es llevado a manifestarse en la forma por medio de la fuerza centrípeta y, por medio de la fuerza centrífuga, la conciencia es acogida nuevamente en la idea. Muchos esoteristas ya aclararon ese viaje de la conciencia de la idea a la forma; y de la forma a la idea.

Algunos de ellos dicen ahora que la conciencia, que se encuentra prisionera en ese torbellino de vibraciones, presenta también dos aspectos distintos: se habla del yo inferior y del yo superior (Cuando hablamos del “yo superior” queremos decir la conciencia espiritual, que se distingue del yo superior dialéctico, o ser aural), del yo dialéctico y del yo celeste, del hombre natural y del hombre espiritual. Esto quiere decir que uno de los aspectos de la conciencia, debido a su estructura y a su origen, no es necesariamente igual al torbellino vibratorio en el cual él se halla envuelto, mientras que el otro se adapta totalmente con ese torbellino y se explica por él. El yo superior o conciencia espiritual es por tanto el prisionero; el yo inferior es el hombre de la naturaleza, el corazón natural del torbellino vibratorio.

Así como un planeta u otro cuerpo celeste puede ser expulsado de su órbita, pudiendo de esa forma penetrar en otro sistema perdiendo, 60

por consiguiente, su naturaleza original, así también en tiempos remotos, el yo superior fue expulsado del grupo de entidades, al cual nosotros, según nuestra más profunda esencia, pertenecemos, fue arrojado fuera de su espiral original, de su órbita y capturado por otra.

Por ello, el yo superior duerme, y una conciencia natural dialéctica se manifiesta en su lugar y emprende continua y espontáneamente el viaje de la idea a la forma y de la forma a la idea. Debido a nuestra naturaleza inferior estamos totalmente sometidos a la voluntad y nos movemos por medio de un interés concentrado, en armonía con nuestros instintos naturales; mientras que debido a nuestra naturaleza superior, somos hijos perdidos de Dios, proscritos de nuestra Patria original.

En la Escuela Espiritual nos dirigimos sólo, a aquellos – y sólo podemos ser comprendidos por aquellos – que comprenden ese mensaje de dentro para fuera. En esos hombres el yo superior prisionero, cautivo y adormecido muestra frágiles indicios de conciencia. Son hombres que anhelan la patria original y, por consiguiente, reconocen su cautiverio en medio de una naturaleza que les es extraña. Ese fenómeno es provocado por la vibración radiante y despertadora del campo de vida original, de la llamada de la Patria original. Esa llamada avanza en el espacio describiendo una trayectoria espiral y haciendo sentir su influencia

donde

quiera que alguien se armoniza con la

realidad de su existencia.

Cuando una realidad-conciencia es expulsada de su órbita, la idea que irradia de la trayectoria espiral, busca, debido a su ser, conducir lo que está perdido, de vuelta a su órbita. Por ello, está escrito en la Biblia que Dios busca lo que está perdido. El alumno de la Escuela Espiritual se encuentra, por ello, en una situación muy especial. Existe en su círculo de existencia una gran tensión y tiene que emprender una lucha doble. El dios de la naturaleza común y el Dios de la naturaleza original elevan sus voces. 61

Al comienzo, no consigue distinguir las dos voces. Le parecen que las dos parten

del yo de la naturaleza común y es entonces

comprensible que el alumno en ese estado busque, en el yo común una vida metafísica superior. Él considera la lucha entre lo superior y lo inferior en el hombre como el juego común entre el bien y el mal.

Más tarde, mucho más tarde, después de muchas experiencia, puede ser que el alumno descubra que existen dos voces: Una que se explica claramente por el yo común de la naturaleza y la otra que no proviene de la naturaleza y que toca otros centros de la personalidad.

Cuando ese descubrimiento se lleve a efecto, entonces el alumno comprenderá que él anhela encontrar la verdadera vida superior, se despedirá por completo, se desligará totalmente del sistema vibratorio de esta naturaleza. Se librará también de la conciencia natural para que pueda reencontrar el campo de la vida original y elevar nuevamente en su órbita a la conciencia original.

Sobre esa base, la transfiguración puede ser realizada, una base que puede ser explicada en pocas palabras como la conciencia de ambos campos de vida y de ambos principios vitales: Un campo inferior y otro superior, un yo inferior y otro superior. El yo superior se encuentra hundido en el campo inferior. Para liberarse de él, debe abandonar todo y el yo inferior debe estar preparado para dar la oportunidad al otro, por medio del autosacrificio total.

Tan pronto como ese proceso ha comenzado, y el estado original se eleva de nuevo a la realidad, se escuchan los muchos suspiros del ser espiritual prisionero. Ahí, el alumno entre en el camino de la conciencia superior. Él es atraído por la espiral de vida original y entra en la órbita de la fuerza, de la cual Lao-Tsé nos habla en uno de sus cánticos de sabiduría.

62

Lao-Tsé, la gran fuerza demoledora del pasado de la humanidad, nos habla en su poema “Idealismo como Realidad” sobre la vía etérica santa, luminosa y liberadora que se extiende entre el mundo de los muertos y el reino inmutable. Deseamos recorrer con el pensamiento y por unos instantes, el camino eterno como Lao-Tsé lo describe:

El “camino” es la causa primordial comprendida en sí misma. Él fue, es y será por toda la eternidad. Su omnipotencia está limitada por el espacio y el tiempo. De su Logos nació el alma del mundo.

El camino es la causa primordial como nos narran todos los misterios. Pues la verdadera vida se manifiesta de sus santas fuerzas. Está claro que esa vida es eterna. Falta ahora su participación en esa vida nueva. ¡Se trata pues de que contemplen y conozcan el nuevo estado de vida! Por eso, la verdadera vida envía un radiante haz de luz, fuerza y belleza que penetra nuestra naturaleza de la muerte, a fin de que, atravesando ese puente, podamos nuevamente alcanzar la Patria perdida.

Cuando el alumno se sabe acogido en el nuevo camino etérico y avanza, de gloria en gloria, él reconoce su limitación en el mundo espacio y tiempo.

El verdadero camino, por tanto, es vibrar a su ritmo, reconociendo la omniexistencia en cada aliento. Y así sumergirse en su Luz espiritual e irradiante, hasta tal punto, que nada exista sino la voluntad de aquel que es toda la vida.

El alumno se levanta y trabaja el camino correcto, que es: el camino que conduce directamente a os Atrios sagrados. Y el ritmo de la vida liberadora lo rodea. Es como un canto; es como una dulce y susurrante melodía; es como la corriente del río divino que atraviesa la ciudad eterna. 63

Un aliento es un latido del corazón. Un aliento debe impulsar a la sangre viviente a través de las venas. Así, de aliento en aliento, el alumno reconoce su unión con la omniconsciencia. Él es absorbido por ella y es sólo una voluntad divina vivificante que lleva e impulsa al alumno:

Del reconocimiento despierta el discernimiento y el ser

se

refleja en el fenómeno. La cohesión forma la piedra de granito. Para que, la idea se densifique delante de nuestros ojos.

De esta forma, el alumno penetra lógicamente en el nuevo campo orgánico de percepción. Él aprende a discernir. Aprende a ver y probar los éteres planetarios de la sustancia divina. Cuando el alumno entra en ese campo de percepción, ya no puede dejarlo, sino que debe vivir de él y las consecuencias se demostrarán en todos los lugares. El ser divino se refleja de nuevo en ese peregrino único. La fuerza de la unidad aparece delante de sus ojos. Semejante a la ley de la unidad, a la ley de la cohesión que une los átomos de una piedra de granito, así también la propia ley divina unifica el nuevo ser del alumno para una grandiosa gloria.

¡Oh poderosa Energía, que animas todas las formas, que de la tierna bellota haces que brote el roble; haz girar las poderosas ruedas del firmamento y haz crecer el loto en el lodazal impuro.

Así continúa la fiesta del despertar.

El árbol crece de la tierna semilla

de la renovación. ¿Ese gigante del bosque no simboliza la unión del alumno con el santo espíritu universal? Y ¿no es verdad que la flor del loto, tierna, blanca, pura y santa emerge del lodo? ¿no representa ella el florecimiento del principio espiritual divino en el propio alumno?

64

Por eso cada mortal busca en la vida lo que le une a la palabra divina. Muchas veces, vibra sólo muy levemente un tierno acorde, y lleno de respeto, él reconoce el esfuerzo divino.

Así, es posible que busquéis con nosotros la palabra olvidada, el “ábrete sésamo” de los misterios. Muchas veces viene a nosotros una sugestión bastante débil de la palabra olvidada. Entonces, se produce una conmoción en nuestro ser, y reconocemos por un momento, cara a cara, el esfuerzo divino desarrollado para nosotros, hijos del hombre caído. Continuamos:

Cuando irrumpe de nuevo la luz en las tinieblas, el hombre se reconoce a sí mismo en el universo. Entonces, el Verbo nace, el Verbo, una vez pronunciado, la libertad del terrestre valle de lágrimas.

Una vez que en ustedes, la noción se ha vuelto conciencia, y reconozcan el lugar en que están en esta basta región del terror, entonces recibirán una gran gracia. La Palabra, el Verbo santo del cual ustedes, tal vez hasta hoy sólo han recibido una débil sugestión, podrán hacer germinar en ustedes una semilla divina. Cuándo esta semilla divina germine en ustedes, en su microcosmos, ¡romperéis todos los obstáculos de vuestro círculo de existencia, todos los vínculos del espíritu, del alma y del cuerpo! Entonces el príncipe de este mundo perderá todo su poder sobre ustedes. Todo se volverá claro para ustedes y científicamente correcto:

El camino lo genera, lo hace crecer. Lo desenvuelve, nutre y conduce a la perfección. Lo madura y protege – causa la muerte y floración, en una espiral infinita.

65

Él es el poder que dirige todas las cosas. El que nada posee sino la propia vida profunda. En la inacción, Él respira la eternidad. Él es el misterio jamás descrito.

Tienen así, delante de su espíritu, al hombre que abandonó todo lo que pertenece a la naturaleza inferior. Él murió y resucitó. Sin actuar, él respira la eternidad. El hombre de naturaleza inferior está siempre en movimiento, lleno de actividad; quiere actuar. El peregrino que sigue el camino procura conocer el secreto de la no-acción. ¡Es Él, el Señor de vuestra vida, el Señor de toda vida, el que hace a las dos actuar en vosotros, tanto a la voluntad como a la acción!

Cuando el alumno se une nuevamente a “Aquello”, al Camino, al Tao, él se coloca en un vínculo de libre obediencia a la eternidad, al reino divino dentro de sí, al ser Jesús en sí mismo. Ese “otro” actúa, vive y es. La propia forma terrestre se fue; el alumno muere y jamás se volverá a manifestar por toda la eternidad.

¡Trabajad con nosotros ese camino eterno!. ¡Atravesada con nosotros el Portal eterno, que os conducirá a la verdadera eternidad!

66

X

ILUSIÓN– REALIDAD

Si el trabajador en la viña del señor, desea realizar correctamente su tarea en este mundo, no puede, de ninguna manera perder de vista la realidad. Debe vivir y esforzarse continuamente de acuerdo con la idea de que no puede separarse de la realidad y ser absorbido por lo irreal. Por ejemplo, si un buscador de la luz busca su realidad en lo no real, entonces disminuirá su dinamismo, regenerador y buscador, es bloqueado y se vuelve completamente impotente delante de los hombres, grupos y fuerzas que intentan mantener esa realidad impía.

Imaginen que su poder dinámico, su disposición y su amor por la humanidad fuese tan grande, que fuera un peligro para ciertas fuerzas demoníacas. Esas fuerzas intentarían derribarle, según un método muy antiguo. Ellos especularían con relación a su naturaleza inferior, su autoafirmación, sus diversas ilusiones dialécticas, capaces de desorientarle. Ellas intentarían desviar o corromper sus energías provocando tensiones y disonancias en su campo de trabajo.

Todos los trabajadores de algún valor, sin excepción, han tenido esa experiencia. Cuando esos métodos, que en general, infelizmente, se muestran muy eficaces, no producen ningún resultado y el trabajador resiste, con la ayuda divina, a todas esas celadas y maldades, entonces procuran ahogarlo en la ilusión. La fuerza diabólica mantiene su trabajo con el objetivo aparente de cooperar con él. Ese tipo de comportamiento es muy simple, tan simple que en esa simplicidad reside su siniestro refinamiento.

La ilusión presenta una gran pureza, una integridad, una verdad que, la mayoría de las veces, se nos presenta como un hecho irrefutable, mientras la 67

realidad, en general, nos coloca directamente en contacto con lo pecaminoso y a ello no une. ¿No es evidente, desde el punto de vista de la ilusión, que el hombre que busca la luz, diga adiós, a la impureza y se inmunice contra esa pecaminosidad y dedique todo su ser, sus esfuerzos, todo su poder espiritual a la pureza, al axioma de la ilusión?

Sin embargo, tal persona permanece verdaderamente al margen del mundo, él vive en un mundo de apariencias. El estudiante gnóstico también aspira al orden divino de las cosas. Toda su vida trabaja para ello, el rompimiento del cerco de la naturaleza, a fin de encontrar la comunión secreta con Dios. ¿No

estamos obligados a hacer nuestra realidad a partir de la

ilusión? ¿Cristo estaba o no en lo cierto? Él nos muestra un reino, que no pertenece a este mundo; entonces, ¡busquen el reino de Cristo!

¡Sombras, astucias diabólicas! Ningún hombre que busca la realidad en la ilusión, ha podido jamás en toda la historia del mundo, interrumpir, ni por un segundo, el curso del carro triunfal de las fuerzas diabólicas. El valor místico de la ilusión es importante en este mundo.

¿Y el aspecto mágico? ¿Podemos, como alumnos de una Escuela Espiritual, con nuestro potencial mágico colectivo atacar y liberar la pureza, del pecado? ¿Es lo que espera de nosotros la Fraternidad Universal? ¿Y la palabra de Cristo: “Donde dos o más se reúnan en mi nombre, ahí estará yo?

En la realidad, de acuerdo con el texto literal, esto es bien simple….. pero como tal, desprovisto de fuerza. Quien, de esa forma, como servidor o servidora de la luz se deja

desnaturalizar, se vuelve víctima de la astucia

demoníaca. Por eso, si pueden percibir ese esfuerzo, cuando esa tentación les asalta, sea por medio de un enemigo o de un espíritu afín, digan: “Apártate de mí, Satanás”

Esa tentación

asalta a cada obrero, a cada trabajador sincero de este

mundo. Intenta siempre volverle impotente, absorberlo en la ilusión. Esa tentación fue siempre conocida por los rosacruces de todos los tiempos. 68

Conociendo la ilusión, el rosacruz sólo se aproximará por medio de la realidad. Ese camino lleva consigo consecuencias muy incómodas y duras. Y somos de la opinión de que, si alguien no quiere trabajar ese camino, no es cristiano. Sentimos una gran necesidad de hablarles sobre estas cosas, pues, en los tiempos futuros, seremos presionados por todos los lados con el fin de interrumpir el trabajo que juntos debemos realizar ó sino para estimularles a realizar una tarea equivocada.

La realidad en la que vivimos es totalmente impura, profana y mutilada, y no mantiene ningún vínculo armonioso con la realidad, es decir, con el conocimiento que recibimos de la realidad crística. Esta realidad crística no es una fuerza, ningún estado de independencia absoluta, sino un cierto rayo de luz, por medio del cual ustedes toman conciencia de la otra realidad, la de Cristo. Este rayo de auténtica luz crística no genera nada por sí mismo; él no les origina ninguna modificación. Él irradia sobre ustedes, sobre la humanidad, sobre todo el mundo.

Ustedes sólo se concienciarán de ese rayo, si, al permanecer en esa realidad impura, experimentan resistencia, dolor, amargura

y depresión, si

sufren corporalmente la mutilación de esta naturaleza. Entonces, pueden ser que tomen conciencia de ese rayo. Y podrán ver la otra realidad que es pura y armoniosa. Aunque el deleitarse en la radiación de esta realidad crística puede ser consolador y suavizante, pueda dar alimento y calor a las diferentes aspiraciones crísticas, sin embargo no modifica en nada la realidad. Continúan formando parte de esta naturaleza, de esta mutilación, sin la más mínima posibilidad de elevación. Cuando se entregan a la ilusión, se vuelven una mancha oscura en la radiación crística, una mancha solar y, de esa forma reducen esa radiación.

Cuando en vuestra ceguera dicen: “Ya vi la radiación de luz crística y experimenté su consuelo y su calor; ya nada tengo que ver con la naturaleza impura”, entonces se engañan. Entonces participan de esa impureza. No sólo vivís en ella y sois por ella envueltos, sino que también son, según su cuerpo y 69

la sangre, una parte de ese orden de naturaleza, de esa naturaleza mutilada. Como mucho existe un foco en donde la radiación de pureza les toca y, despierta un cierto recuerdo de la Patria perdida.

No pueden huir. Solamente pueden esbozar dos reacciones: o narcotizarse con la ilusión, soñando con imágenes de una nueva realidad ó, pueden atacar según un proceso regenerador la realidad mutilada que son, y que viven. Su estado de mutilación debe ser atacado teniendo los pies firmes en la realidad.

Con ello provocan inmediatamente grandes difíciles problemas. ¿Cómo debemos trabajar? ¿Cómo puede lo impuro purificar y regenerar lo impuro? ¡Eso es imposible! ¿Qué método se deberá emplear para el desarrollo de ese trabajo? ¿ ¿Establecerán diferentes directrices en concordancia con el grado de iluminación de la conciencia, experimentado por medio de la radiación crística. ¿Pero esa iluminación es suficiente? ¿Es pura vuestra directriz? ¿Es suficiente la conciencia para que una directriz pura sea trazada? ¿Poseen en órgano que capta

aunque precariamente la verdad pura? ¿Cuándo quieren

hacer el bien, no acaban haciendo el mal? ¡Aquí reconocerán su total dependencia e impotencia!

Y entonces se volverán conscientes de un prodigio

y un estado

inconcebible de amor. Para la luz, no basta sólo iluminar y orientar su conciencia por medio de su irradiación, pues ella desciende y brilla en vuestro estado impuro y

afligido. Se desenvuelve

en su ser entonces, un toque

personal, para que puedan, por medio de esa fuerza, aniquilar su flaqueza e impotencia.

¿Comprenden, entonces, lo que Cristo y todos los servidores de Su jerarquía hacen por ustedes? Ellos se unen realmente, en esencia, de cuerpo y sangre con la impureza, a fin de alcanzar el gran objetivo, la redención de la humanidad. Abandonan la gloria junto al Padre para volverse uno de nosotros. Desean cargar sobre sí la vergüenza de la impureza, por amor del grande y santo objetivo. ¡Se hunden en el fondo del lodo! 70

Recuerden la famosa obra teatral de Charles R. Kennedy “el servidor de la Casa” Uno de los personajes principales es un limpiador de desagües que limpia la inmundicia del mundo. Él

trabaja así, delante del obispo de

Lancashire que vive absorto en sus sueños.

Las fuerzas luminosas, serenas y puras se hunden en los sumideros de impureza. Ellas hacen esto – presten atención – no con el heroísmo de la dialéctica, para purificar su fuego impuro. Ellos se vuelven uno de nosotros para consolidar, de abajo hacia arriba, la eternidad en el tiempo. ¡Ellos se vuelven uno de nosotros y nosotros uno de ellos! No como el superhombre que observa desde arriba al ser humano mutilado. Al contrario, ellos trabajan en el mismo nivel de conciencia y dentro del rayo de acción de la masa y con el método de la masa. Así, la humanidad encuentra sus propias restricciones y la sangre se vuelve susceptible de una realidad superior.

¿Comprenden que ese proceso no es indoloro? El evangelio

da

testimonio de ello. Cuando el Hijo del Hombre aparece en la tierra, él no encuentra ninguna fe. ¿Por qué no? Debido al estado de conciencia, a la densidad sanguínea de la masa. Ni sus discípulos lo pueden comprender ¿Por qué no? Debido a su estado de conciencia y su densidad sanguínea, debido a su impureza.

¿Qué hace el aquí entonces? No emplea ninguna doctrina y, si lo hace, es con el objetivo de confirmar un testimonio de la luz anterior. Él concede, a los que de ella se sirven, una fuerza y conduce el proceso de la dialéctica de abajo hacia arriba. Y de esa forma él se vuelve un limpiador de inmundicias; se vuelve un servidor de la humanidad.

Él cumple las leyes y los pos profetas. Esto significa que el hombre sólo puede comprender el aspecto liberador, que se basa en Cristo, por medio de la ley. La ley dice, por ejemplo, “ojo por ojo, diente por diente”, sin embargo el aspecto liberador dice: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. El hombre que contempla la ilusión

quiere anular la ley, él quiere liberarse del “ojo por ojo, 71

diente por diente” fracasa y

e intenta perderse en su idea de amor al prójimo, pero

no obtiene ningún resultado. Su idealismo y su experiencia son

contrarios al “ojo por ojo, diente por diente”, pero al mismo tiempo él reconoce que la ley de la venganza está todavía válida, mientras la humanidad se mantenga en este nivel actual.

La luz de la ley superior no puede ser alcanzada ni comprendida, mientras que la ley del “ojo por ojo, diente por diente” no haya encontrado su lógico fin. Pueda la humanidad, por medio de ese fin irrevocable, encontrar, y gritar de dolor, el camino para la vida más elevada.

La ley "ojo por ojo, diente por diente” es tan divina, como la ley superior del orden espiritual de Jesús el Cristo. Esa ley se encuentra expresada en los libros sagrados de todos los tiempos. La ley del Talión se debe cumplir según la naturaleza, porque ustedes mismos son de esa naturaleza.

Pero,

también, al ser liberados de esa naturaleza, tienen, como participantes de la jerarquía del amor a la humanidad y ahora debido a su unión con ella, que aumentar el potencial de realización de la ley inferior.

Cuando vislumbran el esfuerzo crístico en esta naturaleza, descubren un aumento del potencial de realización de la ley. La humanidad es impulsada a una velocidad cada vez mayor a un fin según la ley, la realización. ¡Lo que no podía ser realizado en un siglo, hoy se cumple en un año! ¿La causa? El aumento del potencial de la realización de la ley. Los servidores de Jesucristo no huyen de este mundo, al contrario, ellos cumplen la ley. Esto no significa que obedecen a la ley, al contrario,

la dinamizan, la desarrollan según la

naturaleza. Con esto, la naturaleza se pierde en sí misma.

¿Debemos pues deducir que la Jerarquía de Cristo provocó la última guerra? ¡Claro que no! Se trata de un impulso científico

para provocar un

desenlace que no puede ya ser evitado y que no debe serlo.

Piensen en Judas. Cristo le obligó a salir, la noche que realizó su acto. Entonces, ¿Jesús le impulsó a cometerlo? ¿Él lo aprobó? ¡Claro que no! ¡Los 72

escándalos suceden, pero ay de aquel, por medio del cual vienen los escándalos! Sin embargo, por medio de los escándalos, en un sentido amplio de la palabra, puede nacer la liberación.

La Jerarquía de Cristo intensifica el ritmo de los escándalos, para que la liberación se vuelva un hecho. Vamos a resumir y finalizar: existen dos reinos, dos órdenes de naturaleza. Un reino dialéctico y otro estático, el de la futura vida. Cada uno de esos

órdenes de naturaleza posee su propia ley, su

sistema, para asimilar tensiones y fuerzas. Además podemos decir que las leyes de ambos ordenes naturales son divinos, aunque la ley de la naturaleza dialéctica sea inferior, comparada con la de la Estática, la ley superior.

Además de eso, se debe constatar que nuestro campo de vida es temporal, pues estamos aquí sólo de pasada. Por ello, el hombre debe aprender que su vocación es trabajar el camino rumbo a la vida superior, en dirección a la vida del reino inmutable. Por eso el hombre se debe liberar de su cautiverio.

Con el fin de hacer posible nuestro ingreso en el reino inmutable, Cristo penetra en nuestro campo de vida. Él permite que la ley superior brille delante de nuestra conciencia a fin de que podamos recibir en esa luz las directrices necesarias para la orientación. Por tanto, Cristo, abre para nosotros, primeramente un camino.

Enseguida, la humanidad, incidentalmente prisionera en este orden de naturaleza, debe ser demolida según la naturaleza. Ella debe vigilar, sufrir y luchar constantemente durante ese proceso de demolición, no según la naturaleza superior,

sino en concordancia con la ley inferior, a la cual

pertenece.

Esta ley debe también ser cumplida, dinamizada y acelerada, pues es la única posibilidad de liberación futura. Esa es la verdad del trabajo de liberación.

73

El hombre no es retirado de esta naturaleza, pues esto, es imposible. Él es conducido a través de esta naturaleza, a través de la realización de la ley de la naturaleza. Así, él se prepara para entrar en la tercera fase de la liberación: la verdadera nueva vida.

En la primera fase, el Cristo es el hombre divino, que desciende en el charco de la perdición, el ser radiante sin pecado que de la serena esfera del reino inmutable viene para revelar el camino y por medio de su sacrificio de sangre.

En la segunda fase, Cristo es el ser real que, de acuerdo con la ley, persigue a la humanidad a través del lodazal de sus pasiones y por eso lo purifica y vuelve maduro para asimilar la sustancia divina de la vida.

Y en la tercera fase, Cristo es el camino y, por eso, la propia vida.

La libre-masonería crística de los rosacruces está perfectamente sintonizada con ese realismo trifásico. ¡Por eso encontramos la

mística

Rosacruz en el camino! Por eso encontramos la Rosacruz real en el proceso de la verdad, según la ley. Por eso, también encontramos los hierofantes de la Rosacruz en el camino de la verdadera vida.

En conclusión, comprendan ese mensaje como la directriz central en la vida de los servidores de la Rosacruz. : ¡Amar a la humanidad no es protegerlo contra la ley de la naturaleza, sino que es una prueba de amor liberador, impulsado a través de la naturaleza, porque e mediante la naturaleza como encontramos el espíritu!

74

XI

El MISTERIO Y LA VOCACION DE HIRAM ABIFF El MAESTRO CONSTRUCTOR

Una de las más serias preocupaciones, que todos los que viven en la verdadera Luz, deben tener, se refiere a la forma con que se desenvolverán las relaciones entre la Iglesia, el Estado y la Escuela Espiritual.

Las relaciones entre la Iglesia, el Estado y la Escuela Espiritual y su desarrollo son de una gran importancia y causan gran cantidad de preocupaciones a todos aquellos que viven en la Luz Verdadera, pues, tal desarrollo determinará la línea de los acontecimientos en el mundo, en una cierta época de la historia.

A través de los siglos, siempre se ha tratado efectivamente de una triste inarmonía y de una enemistad terrible. La iglesia y las instituciones públicas nacidas de ésta o al menos fuertemente influenciadas por ella, han contrarrestado casi siempre el trabajo de los Misterios; allí donde ellas podían han perseguido y hecho perecer de muerte violenta por el fuego y por la espada a servidores de la Escuela Espiritual. En un tiempo como el nuestro esta enemistad es patente. Con relación a esto nuestras propias experiencias son más que evidentes.

Desde el punto de vista dialéctico, estas plagas son consecuencia de la oposición natural entre el fuego y el agua, entre el hijo no convertido de Caín y el de Seth, la continuación de la enemistad sanguínea entre Caín y Abel.

Desde el punto de vista horizontal, esos dos rivales, que son la Francmasonería y el Catolicismo, se demuestran una aversión enfermiza, un odio recíproco, una lucha sin piedad.

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Uno y otro – el Catolicismo y la Francmasonería – han merecido plenamente estas experiencias amargas. Se han valido del abuso de poder y el empleo de armas materiales inferiores, a fin de asegurarse la victoria final. El fuego y el agua se encuentran totalmente enterrados en la materia; estas dos potencias han abandonado al dios verdadero y se arrodillan ante sus ídolos. Y por ello hay entre ellas una lucha sin fin, una venganza de sangre, que igualmente ha hundido profundamente sus raíces en el dominio del más allá.

En su enfrentamiento mortal los hijos del fuego y los hijos del agua han hecho juntos de este mundo un infierno, un campo de sangre, una morada terrible. Es culpa suya que existan en este mundo más satanes y fantasmas que hombres. Extraviada y engullida la incalculable progenie de los poderes del fuego y del agua ha hecho de esta tierra una caverna diabólica y terrorífica que ni las fantasías más sórdidas de un Edgar Allan Poe conseguiría describir.

De todas maneras, nosotros sabemos que, lentamente pero sobre seguro, otra tendencia se manifiesta en estos dominios del pecado. Enteramente separado de estas dos potencias, en la lucha de una contra la otra, vemos la actividad de un impulso hierofantal, incitando al renacimiento, empujando a la humanidad a la búsqueda de su vocación original; impulsando a trabajar el camino y a realizar los actos que deben llevar a una transformación fundamental y total.

En las horas sombrías de nuestra vida en este mundo, estamos, tal vez, inclinados a suponer que Dios y sus santos Servidores han abandonado este pozo de injusticias. Pero les aseguramos que esta suposición será el error más grave de sus vidas. Tras la caía de Adán hasta hoy, ninguna de esas fuerzas de Luz nos ha dejado ni un momento. Igualmente, aunque no podamos distinguir su actividad y si no podemos comprender nada de su trabajo, estamos, sin embargo, convencidos de su éxito progresivo que llevará un día a la victoria segura.

A partir del momento en el que la humanidad adámica fue expulsada del Jardín del Edén, dos aspectos de la historia mundial se desarrollan: la marcha 76

mundial de la humanidad dialéctica y del otro lado de nuestro cosmos planetario, una marcha mundial de los Hierofantes de la Luz y de sus Servidores. Esta historia mundial hierofantal se desarrolla según el axioma bien conocido: “en el mundo pero no de este mundo.”

Los hombres que son arrastrados por esa marcha mundial dialéctica, los del tipo terrestre, muchas veces suponen que su destino indica el curso de las cosas, los pasos de los hierofantes. Esto es un gran error, una mistificación total. La sublima actividad gnóstica sigue siempre su propio camino y se une de tiempo en tiempo a células preparadas en nuestra esfera de vida. Esas células, con actividad esotérica inferior, tienen la tarea de atacar el organismo terrestre y predicar el Evangelio, para la curación de la humanidad enferma. Estas células de actividad esotérica inferior

están destinadas a suscitar la

enemistad y el odio y por eso serán, inevitablemente atacadas y envueltas en la lucha infernal entre los Hijos del Fuego y del Agua.

Nosotros

mismos

ya

hemos

experimentado

corporalmente

una

catástrofe semejante y sabemos ahora lo que es tener una misión que realizar en nombre de los Hierofantes de la Luz en territorio enemigo. No debemos mientras tanto, teniendo conciencia de la tristeza de todo esto, perder el sentido de la realidad. Desde el punto de vista de la dialéctica, se podría pensar en una destrucción de células,

cuando en realidad no se trata de un

cambio de células, de cambios de materia. Cuando una célula vieja es suprimida, una nueva célula de actividad esotérica inferior comienza su tarea durante siete años.

Al igual que existen las más pequeñas células, con tareas esotérica limitadas o científicamente determinadas,

igual hay también

grandes

estructuras celulares abarcando el mundo entero, emanando todas de la Fraternidad universal. Así deben ser vistas las grandes religiones mundiales, consideradas como tales. La misión de las grandes religiones debe ser considerada como un toque periódico en el organismo dialéctico.

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Cuando estudiamos la historia de las religiones mundiales de antes de Jesucristo, descubrimos que su actividad, en tanto que grandes estructuras celulares, siempre son de nuevo apagadas por la enemistad, el odio de Lucifer y Satán, de forma que al final se vuelve necesario la aparición de una nueva religión mundial que retome la tarea de la anterior, a fin de poder proseguir la misión que le ha sido encomendada.

Desde la aparición de las grandes estructuras celulares, son siempre grandes entidades y altamente cultivadas quienes dan el impulso a las pequeñas células de actividad esotérica inferior. Estas pequeñas células realizan entonces su tarea de acuerdo con las grandes estructuras celulares y según la misión que le es atribuida. Son los trabajadores humildes y simples y menos desarrollados, quienes entran en escena como promotores.

Después de la aparición del Cristianismo, se distinguen, en la cadena de religiones, no sólo una nueva actividad más, sino también un proceso de cambio material, el cual se volverá totalmente diferente, de acuerdo con la misión y a través de la misión de Jesucristo.

Sabemos que el Cuerpo Hierofantal no ha enviado, en Jesucristo, al organismo dialéctico, un hombre, un adepto sublime, sino a un ser supraterrestre, un Dios; al Cristo mismo, venido a nosotros para dirigir la edificación de la nueva estructura celular.

A fin de poder cumplir esta tarea, Él se unió a nuestra humanidad descendiendo aquí abajo como hijo de hombre. Él pasó por el proceso de nacimiento, por el seno de María, para volverse uno de nosotros, despertándose en el mundo del tiempo como Jesús de Nazaret. De esta manera, Cristo une su Jerarquía divina a la jerarquía humana dialéctica, satánica y Él completó ese trabajo por medio del sacrificio de su vida en el Gólgota, expandiendo así definitivamente todas sus fuerzas en nuestra esfera orgánica.

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Así, a través de ese sacrificio crístico, todas las cosas se vuelven literalmente nuevas, pues la nueva estructura celular, conducida por Jesucristo, no puede ya apartarse del organismo dialéctico. Hay una unión sanguínea entre a humanidad y el hombre Jesús que se transforma y es el Cristo. Por eso no veremos, después del Cristianismo ninguna otra religión elevarse en el horizonte de la vida, pero el cristianismo es el que empujará a la hombre hacia una resurrección o hacia la caída.

La historia mundial hierofantal ha alcanzado en Cristo su cima más alta y más luminosa. Mientras el mundo dialéctico continúa con sus luchas y hundiéndose en una inmoralidad repugnante, mientras nuestro mundo, según su carácter, demuestre en gran número la existencia de caricaturas de fuego y de agua, la historia mundial hierofantal, en los seis o siete últimos siglos, se encuentra bajo el signo de Cristián Rosacruz.

La Cruz que los Hierofantes de la Luz y sus Servidores han llevado, por amor a nosotros, desde el origen de los tiempos, se vuelve en Cristo, una Cruz entrelazada de rosas; rosas de felicidad, las rosas de gozo puro, las rosas de amor, el símbolo de una liberación fuera de las pesadas cadenas.

Hay dos historias mundiales, una que habla de ustedes y de nosotros, y otra, la de los Misterios. La primera nos lleva a un mar de lágrimas, la otra nos conduce a una enorme forja, en la cual se trabaja sin cesar con un nuevo martillo y un nuevo verbo, con más dinamismo que nunca.

Nuestra destrucción celular, por las hordas negras, nos debiera haber conducido, en algunos milenios, a una neutralización exterior e interior. Pero debido a los combates que estamos obligados a llevar, se puede hablar ahora de una parcial ruptura exterior. Un proyectil hace mucho tiempo esperado, fue lanzado contra nosotros, pero nos volvemos invencibles con el nuevo martillo y el nuevo verbo. Nuestra célula de trabajo que fue atacada, prueba su capacidad de renovación por medio de un nuevo martillo y del nuevo verbo. ¡Dios sea alabado, por mediación de Jesucristo que nos da la victoria!

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Sin quere, pensamos aquí en Hiram Abiff, el Maestro Constructor, uno de los mayores trabajadores esotéricos del pasado, que según la leyenda de la libre masonería, recibió también un nuevo martillo y un nuevo verbo, cuando una de las células de actividad esotérica inferior y dirigida por él, fue destruida por el fanatismo dialéctico.

Para entender mejor todas esas cosas debemos consultar de nuevo el Libro Sagrado, donde todo esto será totalmente aclarado a nuestra conciencia. Es por ello una alegría para nosotros el poder transmitirles, con la ayuda de la Biblia, algunos fragmentos de la sublime historia esotérica mundial, con la esperanza de que comprendamos nuestra lección y que recojamos, ustedes y nosotros, los frutos.

Queremos primeramente considerar la figura de Hiram. La palabra Hiram significa, libremente traducida, “hermano de lo Único Sublime”, es la indicación de que se trata aquí de uno de los grandes de la Escuela Espiritual, con un trabajador iluminado al servicio de la Enseñanza Universal.

El nombre Hiram Abiff quiere decir: “Hiram el hermano de lo Único Sublime, es mi Padre” Un Hiram Abif es también uno de los enviados, de los servidores de Hiram. Con otra construcción semántica podríamos traducir: “Hiram Abif”, como “Hiram, el Hijo del Hermano del Unico Sublime, es mi Padre”, lo que encierra el mismo significado.

A fin de dejar las cosas claras concluimos sobre la cuestión de la realidad de Hiram y los suyos, señalando lo que se nos dice que Hiram es el “hijo de la viuda”. Como sabemos, esa es una indicación bien clásica de la participación en los Misterios.

En el primer Libro de los Reyes, cap. 7, v. 14 podemos leer: “Era hijo de una viuda de la tribu de Nephtali” Es más, dice que procedía de la tribu de Dan. Esta contradicción aparente desaparece cuando conocemos el significado de estas dos tribus. Uno procedente de la tribu de Nephtali, - el hijo de una

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viuda de la tribu de Nephtali - es un luchador, un hombre fuerte, que cumple su misión con la espada del Espíritu.

Por esta razón, es igualmente de la tribu de Dan, pues él lucha por el derecho más elevado y es juez ante la faz de Dios.

Así vemos aparecer

a Hiram y a los suyos como los héroes

combatientes, fuertes y divinos; como los purificados Hijos del Fuego. Las indicaciones relativas a su estado espiritual y su vocación hermética son innumerables.

Hiram es el rey de Tiro; dicho de otra manera, un hombre firme como una roca, inviolable e inamovible en su tarea. Es un rey en su oficio, y maestro de todo lo que es llamado a gobernar. Hiram es también el habitante del país de Sidón. En el Nuevo Testamento se nos habla igualmente del territorio de Tiro y de Sidón. Cristo mismo residió alguna vez, así como lo veremos más tarde. Los habitantes de Sidón son los pescadores. Según su oficio real, pescan a los hombres del reino dialéctico que

se encuentran bajo la

dominación de los poderes satánicos.

Así conocemos a Hiram, Hiram Abiff y los suyos, el Rey de Tiro, los habitantes de Sidón, los poderosos pescadores de hombres, los hijos de la Viuda, los hijos del Fuego purificador en una de sus creaciones, en la historia mundial esotérica. En cuanto a su participación en el Antiguo Testamento, Hiram se nos presenta como el gran amigo de David, y más tarde, de Salomón, viviendo con ellos en completa armonía.

En un momento psicológico vemos, en las vidas de estos dos reyes, aparecer a los hiramitas. David y Salomón que, en su oficio de príncipes, son de hecho, como sabemos, las fuerzas motrices materiales y espirituales de su pueblo y representan en ellos mismos, tanto al estado como a la iglesia, son fuertemente ayudados por Hiram.

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Hiram ayuda a David a la fundación de su estado y esta ayuda es recibida por David con reconocimiento y comprensión perfecta. Y bajo su demanda Hiram ayuda a Salomón a fundar su estado y también a la fundación de su iglesia israelita.

Leyendo esto no podemos contener nuestra admiración. Este lenguaje produce sobre nosotros el efecto de los sonidos celestes ¡Imagínense la Iglesia Reformada o la Iglesia Católica Romana pidiendo a los hiramitas de nuestros días ayuda en sus esfuerzos de renovación! En nuestros días esto sería absolutamente imposible. En nuestro siglo, semejante cosa sería llevarlo al paroxismo de la locura. Los directores espirituales que se creen tan grandes no querrían ciertamente aprender del Tiro y de Sidón

actuales, como deben

pescar a los hombres del océano hirviente de la vida.

Y pese a todo, esto debe ocurrir, si la iglesia quiere continuar existiendo. Gran cantidad de grupos en las diferentes iglesias suspiran apasionadamente y sinceramente, un despertar. Pero este despertar no puede venir sin una ayuda concreta, pedida y recibida con gratitud, de la Escuela Espiritual, según el ejemplo de David

y de Salmón, pues en el origen de los tiempos, los

Hierofantes darán a la masa la religión de las iglesias.

Este fragmento viejo y clásico de la historia mundial esotérica nos muestra que que es posible una cooperación armoniosa entre el fuego y el agua, sin que uno quiera sobrepasar al otro en su esfera de poder y destruirlo. En el Lectorium Rosicrucianum no deseamos la destrucción de la Iglesia, pero sí su regeneración o la llegada de una nueva iglesia. Hay, en efecto, agrupaciones de hombres de fuego dialécticos, que naturalmente tienen por objetivo la destrucción completa de la iglesia.

Hemos visto ya todo esto en los esfuerzos de ciertos grupos en la URSS y de los Nazi. La iglesia, sin embargo, no tiene el menor derecho de compadecerse por este motivo, pues su propio comportamiento en la historia mundial ha estado marcado por líneas de sangre y de sufrimientos terribles. Y al mismo tiempo, no ignoramos la actitud de la iglesia con relación a nosotros, 82

que no pedimos más que seguir las líneas de Hiram Abiff, el Maestro Constructor.

El día vendrá en que nosotros seremos los vencedores de este combate pacífico y lleno de amor radiante. Leemos en el segundo Libro de Samuel, cap. 5, v. 11: “Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David y madera de cedro y carpinteros y talladores de piedra, que levantaran una casa para David” La casa de David, - comprendida tanto material como espiritualmente - , fue construida por los carpinteros y los albañiles. Carpinteros y albañiles de Hiram. Carpinteros de la estirpe y de la instrucción espiritual de José, el Carpintero..

Cristo destituyó

de sus funciones a los doctos de la letra,

esas

personas inútiles para la verdadera elevación espiritual de la humanidad, y él, el Señor de toda vida nos recuerda a cada segundo que la casa de David fue construida por carpinteros y albañiles, según las indicaciones de Hiram Abiff. No rescatamos a hombres del infierno demoníaco terrestre con charlatanería, elucubraciones intelectuales o blanqueando los sepulcros. Salmón sabían y experimentaban que el arte de los albañiles era indispensable para poder

Tanto David como

hermético de los carpinteros y preservar a la Iglesia de la

multitud de Abeles no emancipados. El místico necesita de los magos para pode realizar su trabajo.

¿Cómo

podemos

imaginarnos

esta

ayuda?

¿Los

hiramitas

se

comportarán como los pastores, decanos o sacerdotes. ¡No! Hiram envía madera para la casa de David, madera de cedro. Hiram envía cedros para la casa de David. Hiram envía igualmente cedros para la casa y el templo de Salmón. Hiram envía obreros y artistas a este mundo. Hiram envía a todas las regiones carpinteros y artesanos capaces no sólo de extraer metales preciosos de las profundidades de la tierra, sino que también los saben trabajar a fin de obtener maravillosas obras de arte en la Casa del Señor.

La madera de cedro desempeña un papel destacado en la arquitectura hiramita. Debemos comprender que esta madera es el símbolo del agua viva

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que, en su sustancia más pura, puede ser suministrada por Hiram Abiff, según su sublime realeza, a todos los que la desean ardientemente.

Por esta razón, su obra más grandiosa y sublima es la construcción del mar fundido del templo, sostenida por doce animales.

“Y realizó el mar fundido de bronce. Tenía diez codos de un extremo a otro, de forma completamente circular; con cinco codos de alto y un perímetro de treinta codos. Se apoyaba sobre doce bueyes, tres mirando hacia el Norte, tres hacia Occidente, tres hacia el Sur y tres hacia Oriente; y el mar estaba sobre ellos.

No piensen aquí en un templo erigido en un lugar cualquiera, sino en un templo divino que debe ser construido por las manos, cabezas, y corazones de los hombres. Semejante templo está hecho de fuego y de agua. Esta es la alianza del fuego y del agua. Es igual a un mar de bronce fundido.

Un estado, una Iglesia que desea tal cooperación, aspira ardientemente a todo aquello que pueda servir al honor de Dios. El poder místico del alma esta perfectamente capacitado para saber a qué es llamado el Fuego, qué tarea debe llevar a cabo Hiram. David y Salmón sabían lo que los carpinteros y albañiles eran capaces de hacer con su madera de cedro por medio de su arte mágico. Sabían que sin Hiram Abiff el Templo Divino no podía ser erigido entre los hombres. Por ello Hiram, el rey de Tiro, les amaba. Por ello les dice:

“Alabado sea el Señor, Creador de los cielos y la tierra, porque ha dado al rey David un hijo con sabia inteligencia y con juicio, que construir una casa para el Señor, una casa para su reino. Por eso te envío un hombre sabio, Hiram Abiff, el hijo de la viuda de entre los hijos de Dan, y cuyo padre era de Tiro. Hombre hábil trabajando el oro, la plata, el bronce y el hierro, la piedra y la madera, las telas teñidas de púrpura y azul cielo, el lino fino y el carmesí, y es hábil para ejecutar cualquier tipo de esculturas y objetos de arte.”

“Ahora,

pues, que mi Señor envíe a sus siervos – dice Hiram a Salomón - el trigo, la cebada, el aceite y el vino del que han habló, y nosotros cortaremos la madera 84

del Líbano y te la llevaremos por mar en balsas hasta Joppe y tu mandarás que la suban hasta Jerusalén.”

El trigo, la cebada, el aceite y el vino, son símbolos de las cualidades del alma, de la verdadera devoción mística. Cuando la Iglesia posee estas cualidades y de ellas vive por medio de una grande y perfecta pureza, sin unirse, ni por un segundo, con lo que es luciferino y de satánico, entonces Hiram puede enviar a sus carpinteros y albañiles con sus tesoros a Joppe, al Puerto de la belleza, para levantar con la Iglesia, cada uno actuando a su manera, el gran templo divino.

Pero la Iglesia y el Estado están vendidos a la tierra, terrestre, consciente o inconscientemente se han vendido a lo mundano, se han entregado

completamente a la limitación y a la locura.

Así fue

y será

destruida, neutralizada, la obra de Hiram Abiff. El Puerto de la Belleza ya no existe.

Esta visión de una fase de la historia mundial esotérica nos inflama inicialmente de alegría y después de tristeza, porque después de David y Salmón vinieron los reyes que zozobraron en las tinieblas. El Estado y la Iglesia que siguieron no han producido más de su esfera de vida: trigo, cebada, aceite y vino. Y cuando el alma colectiva del pueblo ya no anhela más ardientemente, el fuego ya no puede cumplir su misión. Cuando el alma manifiesta claramente sus cualidades místicas, el fuego puede, sobre esta base, aportar más valores hiramitas y, por consiguiente, construir la fuente de agua viva, que debe aniquilar la esfera vital luciferina.

Les colocamos pues ante esta ley: el producto del Estado y el producto de la Iglesia determinarán el producto de la Escuela Espiritual. Por esta razón, es de gran importancia por parte de los que viven en la Verdadera Luz, la manera en que se desarrollan las relaciones entre la Iglesia, el Estado y la Escuela Espiritual, pues los acontecimientos mundiales, dependerán durante un cierto período de tal desarrollo.

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¿La Escuela Espiritual tiene pues los pies y las manos atados? ¿Se trata aquí de hecho de un obstáculo que no se puede salvar? ¿No podríamos hablar de una liberación del mundo y de la humanidad, cuando la iglesia y el estado no quieran y finalmente no consigan ya cooperar más?

¡Gracias a Dios, no es así! Entonces, por segunda vez observamos la historia mundial esotérica, que nos hará comprender muy claramente cómo y para qué Hiram Abiff recibió su nuevo martillo y su nuevo verbo, necesarios para neutralizar todos los peligros que puedan surgir, cuando la iglesia y el estado no puedan o no quieran cooperar más. Para comprender mejor esto, leemos en Mateo, capítulo 16, versículos 13 a 19.

“Jesús habiendo llegado a Cesárea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: ¿Quién dicen que es el Hijo del Hombre? Ellos respondieron: Unos dicen que fue el Bautista; otros Elías, otros Jeremías o uno de los profetas. Y vosotros, les dijo, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro respondió: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo. Replicando Jesús, le dijo: bienaventurado Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre, que está en los Cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas de la morada de los Muertos no prevalecerán contra ella. A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra, quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos.”

Simón, hijo de Jonás, el ardiente y dinámico servidor del Agua Viva. ¡Pedro, la roca! Simón Pedro, el Pescador. Todo esto es la señal más clara de un servidor de Hiram, el rey de Tiro y de Sidón. Es de Tiro, por tanto un hombre duro como la roca, y él es de Sidón, y por tanto un pescador de hombres. Pedro, el Hiram Abiff del Nuevo Testamento, un maestro constructor, un servidor de la Escuela Espiritual Hierofantica, quien reconoce a Cristo como el Hijo de Dios vivo y lo confiesa con todo el ardor que hay en él, con todo el amor que hay en él.

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“Bienaventurado eres tú, Simón Pedro, pues no es la carne ni la sangre quien te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos.” Bendito seas, pues en ti, el Reino de Tiro y de Sidón será elevado, para cumplir una nueva misión Bendito seas, Hiram Abiff, pues en Cristo te serán dados un nuevo martillo y un nuevo verbo. Y Yo, también te digo: tú eres Pedro y sobre esta piedra yo edificaré mi Iglesia. Aquí,

donde el estado y la iglesia no

comprendan más su misión y se vuelvan impotentes, aquí donde encallen sus esfuerzos para crear las cualidades psíquicas, como holocausto para el fuego, la nueva Iglesia y el nuevo Estado emanados del fuego, serán llevados hacia el fuego, hacia la luz y el agua, por los hiramitas mismos. ¡Sobre esta nueva Piedra Yo edificaré mi Iglesia! Hiram la hará él mismo. Y las puertas del infierno, las puertas del reino de los muertos, no prevalecerán contra ella.

Cuando usted se sienta unido a los carpinteros y a los albañiles, sea como aprendiz, sea aún menos, sabrá que una Escuela Espiritual y una Iglesia unida al fuego asumirán la dirección ante la cual los antiguos fracasaron. El papa se imagina que ocupa el sitio de Pedro, dejémosle con su ilusión. Las iglesias protestantes declaran que ellas son la comunidad de Dios, dejémosle también con su ilusión.

Esperamos y rogamos para que todas estas comunidades religiosas, por medio de una intensa purificación puedan de nuevo elevar los frutos del alma, que son el trigo, la cebada, el aceite y el vino. Pero la gran obra del Señor ya no puede ser retenida o retardada por el fuego del subir y descender de las masas luciferina. Todo proceso de liberación de la humanidad y del mundo es puesto en las manos de Hiram, el rey de Tiro y por Cristo mismo, que dice: “Sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia.”

Vamos a anunciarles que, ni el Estado ni la Iglesia

representan ya

ningún estorboj, ni serán decisivos para la gran obra, ni tampoco los espíritus de raza tendrán ningún significado liberador.

En el pandemonium actual de la historia mundial, puede llegar el momento en que, aquí o allá, sea atacada una célula de actividad esotérica 87

inferior, pero semejantes incidente no pueden destruir la fuente de Hiram Abiff, pues la gran fuente, llena de Agua viva, está protegida por una nueva Palabra “Sobre esta Piedra edificaré mi Iglesia” – y protegida por un nuevo martillo: “Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos, y lo que ates en la tierra será atado en los Cielos.”

Aunque todas nuestras aspiraciones y todos nuestros deseos vayan hacia una repetición de los tiempos de David y Salmón, en sus relaciones con Hiram y los suyos, y aunque la ley: “el producto del estado y el producto de la iglesia determinarán juntos el producto de la Escuela Espiritual”, aunque sea parcialmente eficaz y se pueda comprobar, lento pero con seguridad, el ejército de Hiram Abiff

transformará esta ley. Dentro de poco será así:

“Los

resultados de la Escuela Espiritual determinarán los resultados de la iglesia y del estado”

¡Si Dios está con nosotros, quién estará en contra nuestra!

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XII

PELIGROS EN EL CAMINO

Así como la Escuela de la Rosacruz indica siempre de nuevo el camino de la liberación, también es necesario, de tiempo en tiempo, destacar los peligros que se pueden encontrar en el camino.

No nos referimos aquí a los obstáculos y problemas que nos creamos nosotros mismos, debido a nuestra yo centralizado y a los instintos de autoconservación, y sí, a los peligros reales dentro y alrededor de nuestros microcosmos, causado por nuestras uniones, nuestra estrecha relación con el orden de la naturaleza dialéctica. ¡Somos de esta naturaleza y de ella vivimos! Cada célula de nuestro cuerpo y cada fibra de nuestro ser está formado de la sustancia de esta naturaleza, por consiguiente, esas fuerzas no abandonan su presa fácilmente.

Existen peligros en el camino que no provienen tanto de los errores practicados en esta vida o de nuestra egocentricidad, sino única y exclusivamente debido a nuestros lazos estructurales con la naturaleza terrestre. Pero no intenten atribuir una forma a esos peligros como los antiguos, que los visualizaban como diablos, espíritus unidos a la tierra, demonios o elementales. Considérenlos como

consecuencias directas de las leyes

magnéticas que se manifiestan en esta naturaleza. La Atmósfera terrestre entera es un campo magnético complejo, en el cual operan diferentes tensiones, vibraciones y radiaciones, fuerzas que, de forma completamente natural, mantienen y causan la circulación o la espiración de todas las formas de vida que se manifiestan en la Tierra, de una forma u otra.

El alumno llamado por el Campo Espiritual Universal, invitado a participar de la vida original humana, debe, consecuentemente, experimentar cambios transfigurísticos. En la realidad, él es atraído por un campo magnético 89

diferente, el campo del reino inmutable. El campo espiritual magnético es, por naturaleza, totalmente diferente del orden de naturaleza inferior, y el alumno es, por ello, colocado delante de la tarea de escapar de un campo magnético, al cual está legítimamente unido de forma totalmente natural.

No es necesaria una argumentación detallada para probar que esto no es fácil. Para escapar a las garras de las leyes magnéticas terrestres es necesario un proceso radical de libre automasonería, un proceso que provoca una lucha entre el alumno y las fuerzas de este campo, un combate para que todo vuestro ser se asocie, como antes, a un campo magnético completamente diferente. Ese proceso implica naturalmente varios problemas de naturaleza científica.

Estamos usando, a propósito, una terminología científico-natural porque la gloriosa y santa Fraternidad Universal prepara algunos grupos que aspiran a la universalidad, así como varios trabajadores mundiales autorizados, de una manera u otra, hacia un nuevo despertar y hacia un nuevo mensaje para el mundo. Ese nuevo mensaje fue preparado para ser traído a la humanidad durante la segunda mitad del pasado siglo, como una última llamada a todos aquellos que aún pueden oír. Y es con profunda gratitud y rogando mentalmente, que les hablamos sobre esa nueva actividad de la Fraternidad. Pues ella sólo será mencionada; y posteriormente un minucioso estudio será hecho.

El mensaje de la Fraternidad, que anunciará una nueva fase de la gran revolución cósmica, lanzará luz sobre la estructura del universo y sobre la fatuidad de la vida y de los esfuerzos materiales. Ella aplicará el hacha en la ciencia artificial, a la que llamamos teología, y de un modo que no nos podemos imaginar; colocará la base de la doctrina Universal de la transfiguración completamente a salvo de la triple conciencia dialéctica.

Cuando el mensaje sea transmitido y esté actuando plenamente, que lo siga o no, sólo dependerá de cada uno. Muchos velos y mucha falsa luz desaparecerán, y la exhaustiva y agotadora tarea de, incesantemente, luchar 90

contra las imitaciones, ya no será necesaria. Todos tendrán que escoger, sin evasivas, entre la nueva y antigua vida. No quedará otra alternativa, sea intelectual, mística o práctica.

El mensaje del que les hablamos tiene un nombre: la aparición del Hijo del Hombre en las nubes del cielo, sobre el cual se dice en las Sagradas Escrituras que todo ojo lo verá. Esa aparición no se refiere a un fenómeno atmosférico que durará algunas horas o días, sino a un proceso, a una sublime declaración

de la Fraternidad Universal, que comenzó durante la segunda

mitad de este siglo pasado.

Todos nuestros condiscípulos están invitados a ir al encuentro del Señor cuando él aparezca. Esa aparición ya se ha vuelto un hecho, y sobre ello los queremos hablar.

Un campo magnético es un campo gravitatorio. Un campo como ese no solamente encierra dentro de sí una forma viviente, sino también el carácter de esa forma, su vida, su conciencia, sus poderes sensoriales, la manifestación estructural de sus células, etc., que pueden ser completamente explicadas sobre la base de este campo gravitatorio y ser, totalmente unos con él.

Si somos atraídos dentro de un campo magnético, tal y como lo somos por la ley de gravedad de este mundo, seremos entonces uno con ese campo, en el más amplio sentido. Por lo tanto, si otra fuerza magnética adquiere poder sobre nosotros, si nuestro centro de gravedad tiende a orientarse hacia otro campo gravitacional, una revolución cósmica será el resultado inevitable.

¡El microcosmos es entonces desligado del antiguo campo magnético! La forma, la vida, la conciencia, los poderes sensoriales, la manifestación de la estructura celular, todo lo que puede ser explicado por aquel campo magnético perece. Y otra vida, completamente nueva, comienza a manifestarse con innumerables consecuencias. En resumen, se desenvuelve una transfiguración, un proceso de declive y ascensión, de despedida y de encuentro; un proceso

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absoluto e imperativo, que jamás se vio igual

y delante del cual serán

colocados en un futuro próximo.

¿Por qué? ¡Porque el Hijo del hombre apareció en las nubes del cielo!

Si no comprenden esas palabras, nosotros las traduciremos.

Esto quiere decir que, así como un microcosmos puede ser acogido, atraído por otro campo magnético, así también un macrocosmos, un mundo puede ser alcanzado. Como saben, llamamos a ese proceso

revolución

cósmica. Y será esa revolución cósmica la que colocará delante de ustedes la decisión imperativa.

Como forma manifestación participar del destino natural del mundo; ó decidir a tiempo, el seguir el camino de transfiguración, elevándose, por tanto, al otro campo magnético.

Si escogemos este último camino, debemos iniciar la batalla para escapar al magnetismo terrestre. Esa batalla trae consigo la necesidad de que el alumno triunfe sobre las resistencias científico-naturales, que los antiguos personificaban e indicaban como peligros, o escogían figuras simbólicas a fin de designarlos más fácilmente.

Lo que intentamos decirles es que los problemas del magnetismo terrestre y de la fuerza de gravitación ya eran conocidos por la Doctrina Universal de todos los tiempos, en todos sus aspectos, así como todo lo que tiene relación con sus soluciones.

La Fraternidad colocó esos problemas y sus soluciones delante de una cierta categoría de buscadores, en numerosas narrativas

imperecederas.

Queremos destacar dos de esas narraciones que han hablado fuertemente a la imaginación de millares de occidentales desde la infancia. Nos referimos aquí a la matanza de los inocentes en Belén y de la huida de José y María, con el niño Jesús, hacia Egipto. 92

Esas narraciones están tan enraizadas en nuestra fantasía, que podemos visualizarlas claramente. Artistas de todos los siglos representaron la huida a Egipto, de tantas formas que no podemos decir que de ese acontecimiento dramático, sólo surgieran actividades magnéticas puramente científico-naturales, sino que

ahora son diariamente válidas para todos los

alumnos que verdaderamente aspiran por trabajar el camino.

Tal vez sepan lo que se debe entender de la historia de los tres reyes magos venidos de Oriente. En el alumno firmemente decidido, los tres aspectos de la conciencia dialéctica se elevan desde el comienzo ó alborear - el Oriente – volviéndose con la intención de buscar a Cristo, la Estrella Sagrada.

Tan

pronto como estos tres sabios de Orienten comiencen su jornada, entran, de forma natural, en contacto con Herodes, el soberano de la naturaleza, el rey del país. Esto significa que un conflicto de desenvuelve entre el campo magnético de la naturaleza ordinaria y el esfuerzo del alumno.

Ese conflicto es inevitable, pues la naturaleza y vida común, está en total desacuerdo con la otra vida, es decir, la vida superior del reino inmutable. Cualquier compromiso está fuera de cuestión. En otras palabras: cuando el microcosmos del alumno comienza a experimentar algo del campo espiritual universal como una fuerza magnética, ese principio recién nacido traerá inmediatamente

un conflicto

dentro del sistema. Una señal que seré

inmediatamente contraatacada. Y, por eso, el campo magnético natural perturbado, tanto a nivel micro como macrocósmicamente, intentará restablecer el equilibrio perturbado. Herodes intentará matar a la criatura.

Sabemos que en la naturaleza común los disturbios magnéticos causan tempestades, agitaciones atmosféricas, terremotos, etc. Y lo que es válido para el macrocosmos también

lo es para el microcosmos. El toque del campo

magnético de Cristo provoca

una profunda perturbación en nuestra vida, de

manera natural. Podemos llamar a esa perturbación como una enfermedad en desenvolvimiento.

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De hecho, tal perturbación en la vida del alumno que trabaja seriamente el camino puede afectar a la salud. Estados nerviosos y dificultades corporales pueden aparecer.

Está claro que un fenómeno resultante de nuestro

nerviosismo puede causar conflictos con parientes y otras personas. Situaciones extremadamente embarazosas tejen como una tela de araña a nuestro alrededor, haciéndonos sus prisioneros. De esta forma, el conflicto con el campo magnético terrestre se vuelve una victoria completa para Herodes. Él consigue exterminar nuestro principio, nuestra criatura recién nacida.

Este peligro se vuelve aún más claro para ustedes, cuando les decimos que los conflictos con los campos magnéticos terrestres afectan fuertemente a la secreción interna. En el caso de un mal funcionamiento de la secreción interna, nuestras actividades pueden ser impedidas, ó tomar

rumbos

indeseables. Debido a ese peligro tan actual y siempre moderno las Sagradas Escrituras no advierten. Esta advertencia se encuentra en la huida hacia Egipto.

Las leyendas sagradas nos dicen que uno de los sabios rechazó el dar más informaciones a Herodes, y que José fue avisado en sueños para que huyese. Deben entender que a conciencia debe estar alerta para el conflicto inminente. De hecho, todo alumno es advertido cuando un conflicto con el campo magnético se aproxima. Se le aconseja no luchar, sino huir.

Esperamos que comprendan esa advertencia. Si luchamos, perderemos, o por lo menos aumentarán los peligros de tal forma que la derrota será inevitable. Pero si huimos hacia Egipto, estaremos a salvo de todos los peligros resultantes de esa perturbación magnética.

La huida hacia Egipto indica un estado de neutralidad. Así como los instrumentos científicos pueden volverse impermeables a los campos magnéticos circundantes mediante la interposición de gruesa capa, ó tal vez por otros medios que desconocemos, así también el alumno puede aislarse contra las influencias mencionadas, intentando, cuando el peligro se aproxima,

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suspender sus actividades con el máximo cuidado, siendo extremadamente cauteloso y adoptar una actitud expectativa.

Se trata antes que nada, de mantener la triple conciencia completamente en calma y, lleno de fe, guardar aquello que recibió. Si la conciencia está consciente de lo que sucede y permanece en calma y equilibrio, sin forzarse ni enervarse, el campo magnético terrestre no será capaz de ejercer la más mínima influencia en el sistema endocrino.

La conciencia triple debe ofrecerse a la dádiva divina que recibe; el oro, incienso y mirra.

El oro de un corazón abierto y lleno de fe. El incienso de una esperanza vivificadora. La mirra de la purificadora taza de amargura del amor.

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