El Bienestar Emocional (Corregido)

Raúl Pimentel 12-0203 Nicole Carbuccia 12-0543 El Bienestar Emocional o Well-Being Dividimos nuestra vida en etapas, ép

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Raúl Pimentel 12-0203 Nicole Carbuccia 12-0543 El Bienestar Emocional o Well-Being

Dividimos nuestra vida en etapas, épocas, años, meses, semanas y tal vez la más importante de cada una de esas al momento de poder definir nuestro bienestar emocional sean los días; quizás parezca que de cierta forma le estamos dando cabida a la frase de “Vive el presente”, pero en realidad lo que sucede es algo mas complejo y un poco fuera de contexto. Para comenzar, podríamos definir el bienestar emocional como la calidad y cantidad de emociones que experimenta un individuo a lo largo de su vida diaria, pero además a lo largo de su vida el individuo realiza evaluaciones personales sobre su progreso y su estado actual (Kahneman, 2010). Con lo mencionado en el párrafo anterior, nos pueden surgir diversas interrogantes, en especial el hecho de que realmente no sabemos cuales son los componentes generales de dicho bienestar emocional anteriormente descrito. Al momento de evaluar el bienestar emocional de una persona se tratan de observar la cantidad e intensidad de los sentimientos positivos y negativos que experimenta la persona a lo largo del día (Kahneman, 2010). Pero en caso de que tengamos interés en medir el bienestar emocional se recomienda también tomar en cuenta los recursos de afrontamiento de la vida que tenga el individuo para adaptarse a diversas situaciones, en especial los mas envejecientes (Prieto, 2005). Dicho esto, al momento de distinguir dos componentes importantes que puedan ser mesurables en el bienestar emocional, se tienen tanto los sentimientos positivos y negativos, así como otorgar relevancia a los recursos de afrontamiento que posea el individuo.

Aunque las dos variables descritas anteriormente podemos señalarlas como importantes; algunos han postulado que es factible además tratar de medir las relaciones interpersonales en la familia (Avedillo, 2003). Esto sucede debido a que las relaciones interpersonales entre los miembros de la familia normalmente proporcionan una dirección para el crecimiento personal (Avedillo, 2003). Algunos aspectos que son señalados como buenos predictores de las emociones de la vida diaria son: el afecto, la salud, la soledad y el acto de fumar (Kahneman, 2010). Si observamos detenidamente estos aspectos los podemos observar de manera simple en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, si una persona tiene una mala salud esto puede afectar de manera considerable como se desarrolle tanto físicamente como mentalmente en la vida diaria, además de propiciar la aparición de sentimientos negativos. En otro orden el acto de fumar puede ser visto como una salida para tratar de calmar los altos niveles de ansiedad o estrés los cuales están relacionados con un bajo bienestar emocional (Kahneman, 2010). Otro aspecto a tomar en cuenta a la hora de medir el bienestar emocional es la influencia del ciclo vital. Un ejemplo importante lo podemos observar en el hecho de que los adolescentes mas jóvenes tienden a tener niveles mas altos de estabilidad emocional que los adolescentes mas longevos (Avedillo, 2003). En los adultos podemos observar que otros factores como el ingreso económico juegan un papel importante en el bienestar emocional, pero solo hasta cierto punto debido a que luego de que se alcanza una nivel de ingreso de unos US$ 75,000 anuales inmediatamente no influye en el incremento del bienestar emocional (Kahneman, 2010). Sin embargo, también el bajo ingreso ha sido asociado a factores que implican experiencias emocionalmente negativos como el divorcio y la mala salud. Por otro lado debido a que en

gran parte de los envejecientes se presenta una reasignación de roles en su vida y por lo tanto la misma puede afectar el bienestar emocional del individuo, por eso en los envejecientes adquiere mayor importancia los recursos de afrontamiento que posean para adaptarse a nuevas situaciones que se les puedan presentar (Prieto, 2005). Aunque el ciclo vital tiende a provocar diversas coyunturas en las cuales el bienestar emocional es confrontado de diversas maneras, pero además existen otras variables como la inteligencia emocional con la cual el bienestar emocional se encuentra altamente relacionado (Bermudez, 2003). Es prudente aclarar que aunque los tres conceptos anteriormente mencionados sean parecidos; existen claras diferencias entre cada uno de ellos. En primer lugar, la inteligencia emocional se define como el conjunto de habilidades que posee el individuo para auto controlarse, ser persistente y motivarse. Por lo tanto es posible inferir que gracias a estas habilidades que posee el individuo se propicia la experimentación de sentimientos positivos y se reduce la experimentación de sentimientos negativos. Finalmente, podemos concluir que el bienestar emocional es una variable en la cual básicamente nos enfocamos en los sentimientos tanto positivos como negativos que pueda experimentar una persona a lo largo de su rutina diaria, pero debemos tomar en cuenta de que eventos como los divorcios y las enfermedades crónicas pueden aumentar la frecuencia con la cual aparecen sentimientos negativos en la vida de las personas (Kahneman, 2010). Además dichos eventos ponen a prueba los recursos de afrontamiento que posee el individuo para tratar de manejar dichas situaciones.

En conclusión, a la hora de medir el bienestar emocional o Well-Being es necesario tomar en cuenta que se busca medir los sentimientos que experimenta una persona en su rutina diaria y muchos aspectos también deben ser considerados, como por ejemplo: las etapas del ciclo vital, los ingresos y hasta los eventos que puedan desencadenar sentimientos. Resulta sumamente importante, no olvidar los indicadores básicos como lo son la soledad, el afecto, la salud y el acto de fumar que han demostrado ser buenos predictores de los sentimientos que experimentan las personas a lo largo de su vida diaria, además de que debemos asegurarnos que el bienestar de la persona sea tanto física como mental, pero a la vez capaz de crear relaciones sanas (Zubieta, 2010).

Referencias Avedillo, C (2003). Factores familiares y sociales asociados al bienestar emocional en adolescentes diabéticos. European Journal of Psychiatry, 17(3). Bermúdez, M (2003). Análisis de la Relación entre Bienestar Emocional,Inteligencia Emocional y Bienestar Psicológico. Universitas Psychological, 2(1), pp 27-32 Kahneman, D (2010). High income improves evaluation of life but not emotional wellbeing. PNAS, 107 (38), pp 16489–16493. Prieto, M (2005). Factores sociodemográficos y de salud en el bienestar emocional como dominio de calidad de vida de las personas mayores en la Comunidad de Madrid. 2005. Revista Española de Salud Publica, 82(3). Zubieta, M (2010). Satisfaction with life, psychological and social well being in college students. Anuario de Investigaciones,17.

Esqueleto 1-El bienestar emocional puede ser definido como la evaluación de la cantidad de pensamientos positivos y negativos que posee un individuo a lo largo de su vida diaria. 2-Los sentimientos (positivos y negativos) y los recursos de afrontamientos que posea el individuo son componentes importantes de su bienestar emocional. 3-La salud, el afecto, la soledad y el acto de fumar son considerados como buenos indicadores de las emociones diarias que experimenta el individuo. 4- El bienestar emocional puede sufrir diversas variantes dependiendo de la etapa del ciclo vital. 5-El bienestar emocional posee una alta correlación con la inteligencia emocional. 6-Los eventos importantes de la vida pueden desencadenar la aparición de sentimientos negativos o positivos. 7- Al momento de medir el bienestar emocional, es necesario tener en cuenta tanto una serie de variables como una serie de indicadores que han demostrado ser buenos tratando de predecir los sentimientos diarios.