Eagleton_Una Introduccion a La Teoria Literaria

Ti-aducción de OSÉ ESTEBAN CALDERÓN TERRY EAGLETON UNA INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

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Ti-aducción de OSÉ ESTEBAN CALDERÓN

TERRY EAGLETON

UNA INTRODUCCIÓN A LA TEORÍA LITERARIA

FONDO DE CULTURA ECONÓMICA

Primera edición en inglés, 1983 Segunda edición en inglés, 1996 Primera edición en español, 1988 Segunda edición en español, 1998 Cuarta reimpresión, 2007

Para CHARLES SWANN

y RAYMOND WILLIAMS

Eagleton, Terry Una introducción a la teoría literaria / Terry Eagleton ; trad. de José Esteban Calderón. -- ed. — México : FCE, 1998 291 p. ; 21 x 14 cm / (Colee Lengua y Estudios Literarios) Título'original Literary Theory. An Introduction ISBN 978-968-16-5454-2 1. Literatura — Historia y crítica I. Calderón, José Esteban, tr. II. Ser III. t. LC P800 E2318

Dewey 801.9 E12i

Distribución mundial Comentarios y sugerencias: [email protected] www.fondodeculturaeconomica.com Tel. (55)5227-4672 Fax (55)5227-4694 la Empresa certificada ISO 9001:2000 ": Diseño de portada: Paola Álvarez Baldit Título original: Literary Theory. An Introduction © 1983, Terry Eagleton Publicado por: Basil Blackwell Publishers Limited, Oxford ISBN 0-631-13259-7 (pbk) D. R. © 1988, FONDO DE CULTURA ECONÓMICA Carretera Picacho-Ajusco 227; 14738 México, D. E Se prohíbe la reproducción total o parcial de esta obra —incluido el diseño tipográfico y de portada—, sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin el consentimiento por escrito del editor.

ISBN 978-968-16-5454-2 Impreso en México • Printed in Mexico

PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN Este libro constituye un intento por hacer que la teoría literaria moderna sea inteligible y atractiva al mayor número posible de lectores. Me es grato poder decir que desde su aparición, en 1983, lo han estudiado juristas y críticos literarios, antropólogos y teóricos de la cultura. En un sentido, tal vez esto no deba sorprendernos. Como trata de demostrarlo el propio libro, en realidad no existe "teoría literaria" en el sentido de todo un cuerpo de teoría que brote exclusivamente de la literatura y sea aplicable a ella Ninguno de los enfoques esbozados en esta obra, desde la fenomenología y la semiótica hasta el estructuralismo y el psicoanálisis, se interesa sencillamente en la escritura "literaria". Por lo contrario, todos ellos surgieron de otras áreas de las humanidades, y sus repercusiones se sienten más allá de la propia literatura. Imagino que ésta ha sido una de las razones de la buena aceptación del libro, la cual ha hecho posible una nueva edición. Pero también me ha llamado la atención el número de lectores no académicos a los que ha atraído. A diferencia de muchas otras obras de este tenor, ha logrado salir de las academias, y esto tiene especial interés a la luz del supuesto elitismo de la teoría literaria. Si es un lenguaje difícil y hasta esotérico, entonces parece ser uno que interesa a personas que nunca han visto el interior de una universidad; y, siendo así, entonces algunas de esas universidades que lo han rechazado por su esoterismo deben reflexionar un poco. De cualquier manera, resulta alentador que en una época posmoderna en que se espera que-el significado, como todo lo demás, sea de consumo instantáneo, haya quienes consideran que vale la pena el esfuerzo de adquirir nuevos modos de hablar de la literatura. En realidad, ciertas teorías literarias sí han sido excesivamente exclusivistas y oscuras, y este libro es un intento por reparar el daño que han hecho y por dar mayor accesibilidad a la teoría literaria. Pero también hay otro sentido en que esta teoría es precisamente lo opuesto de elitista. Lo auténticamente elitista de los estudios literarios es la idea de que las obras literarias sólo pueden ser apreciadas por quienes poseen una especie de cultura innata. Hay quienes llevan los "valores literarios" en la sangre, y quienes languidecen en las tinieblas exteriores. Una razón importante del crecimiento de la teoría literaria desde el decenio de 1960 fue el gradual desplome de esta suposición bajo el peso de nuevos tipos de estudiantes que ingresaban en la educación superior proce7

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PRÓLOGO A LA SEGUNDA EDICIÓN

dentes de medios supuestamente "incultos". La teoría fue un medio de emancipar las obras literarias de los grilletes de la "sensibilidad literaria" y abrirlas al tipo de análisis en que, al menos en principio, cualquiera podía participar. Quienes se quejan de la dificultad de semejante teoría a menudo no esperan comprender de manera directa un libro de texto sobre biología o ingeniería química, lo cual resulta bastante irónico.:Entonces, ¿por qué debieran ser distintos los estudios literarios? Tal vez porque esperamos que la literatura sea un tipo "ordinario" de lenguaje, inStantáneamente accesible a todos; pero ésta es en sí misma una "teoría" muy particular de la literatura. Debidamente interpretada, la teoría literaria se forma por un impulso democrático, no elitista; y, hasta ese punto, cuando cae en lo ampulosamente ilegible está siendo infiel a sus propias raíces históricas. T. E.

PREFACIO Si sE deseara señalar una fecha al cambio que sobrevino en el campo de la teoría literaria en este siglo no sería del todo desacertado decidirse por 1917, el año en que Viktor Shklovsky, joven formalista ruso, publicó un ensayo que abrió brecha: "El arte como recurso". Desde entonces, especialmente durante los dos últimos decenios, las teorías literarias han proliferado extraordinariamente: incluso el significado de "literatura", "lectura" y "crítica" ha experimentado cambios de fondo. Por otra parte, aún no es mucho lo que de esta revolución teórica ha trascendido al círculo de los especialistas y de los entusiastas, y todavía no repercute abiertamente en los estudiosos de la literatura y en los lectores en general. El presente libro busca proporcionar una relación razonablemente comprehensiva de la teoría literaria moderna destinada a quienes poco o nada conocen sobre el tema. Aunque, evidentemente, en un proyecto así la excesiva simplificación y las omisiones son inevitables, he procurado, más que vulgarizar el tema, popularizarlo. Como, según mi modo de ver, no existe una forma de presentarlo "neutral" o ajena a los valores, he argüido en toda la obra a favor de un caso particular, lo cual, así lo espero, aumenta el interés. J. M. Keynes, el economista, observó una vez que los economistas a quienes desagradan las teorías o que afirman que trabajan mejor sin ellas, simplemente se hallan dominados por una teoría anterior. Esto también puede aplicarse a los estudiosos de la literatura y a los críticos. Hay quienes se quejan de que la teoría literaria es inasequiblemente esotérica y sospechan que se trata de un enclave arcano y elitista más o menos emparentado con la física nuclear. Es verdad que una "educación literaria" no fomenta precisamente el pensamiento analítico; pero también es un hecho que la teoría literaria no es más difícil que muchas investigadones teóricas, y bastante más sencilla que algunas de ellas. Espero que este libro aclare que el tema está al alcance aun de aquellos que lo consideran por encima de sus posibilidades. Hay también estudiosos y críticos que protestan porque la teoría literaria "se interpone entre el lector y el libro". A esto se respon9

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PREFACIO

de sencillamente que sin algún tipo de teoría —así sea irreflexivo e implícito— no sabríamos, en primer lugar, qué es una obra literaria ni cómo hemos de leerla. La hostilidad a lo teórico, por lo general, equivale a una oposición hacia las teorías de los demás y al olvido de las propias. Uno de los fines de este libro consiste en suprimir esa represión para que podamos recordar T. E.

INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ. ES LA LITERATURA? EN CASO cie que exista algo que pueda denominarse teoría literaria, resulta obvio que hay una cosa que se denominliteratura sobre la cual teoriza. Consiguientemente podemos principiar planteando la cuestión: ¿qué es literatura? Varias veces se ha intentado, definir la literatura. Podría definírsela, por ejemplo, como obra de "imaginación", en el sentido de ficción, de escribir sobre algo que no es literalmente real Pero bastaría un instante de reflexión sobre lo que comúnmente se incluye bajo el rubro de literatura para entrever que no va por ahí la cosa. L_a literatura inglesa del siglo xvir incluye a Shakespeare, Webster, Marvell y Milton, pero también abarca los ensayos de Francis Bacon, los sermones de John Donne, la autobiografía 'espiritual de Bunyan y aquello —llámese como se llame— que escribió Sir Thomas Browne. Más aún, incluso podría llegar a decirse que comprende el Leviatán de Hobbes y la Historia de la rebelión de Clarendon. A la literatura francesa del siglo )(vi' pertenecen, junto con Corneille y Racine, las máximas de La Roche foucauld, las oraciones fúnebres de Bossuet, el tratado de Boilean sobre la poesía, las cartas que Madame de Sevigné dirigió a su hija, y también los escritos filosóficos de Descartes y de Pascal. En la literatura inglesa del siglo xix por lo general quedan comprendidos. Lamb (pero no Bentham), Macaulay (pero no Marx), Mill, (pero no Darwin ni Herbert Spencer) . El distinguir entre "hecho" y "ficción", por lo tanto, no parece encerrar muchas posibilidades en esta materia, entre otras razones (y no es ésta la de menor importancia), porque se trata de un distingo a menudo un tanto dudoso. Se ha argüido, pongamos por caso, que la oposición entre lo "histórico" y lo "artístico" por ningún concepto se aplica a las antiguas sagas islándicas.' En Inglaterra, a fines del siglo xvi y principios del xvii, la palabra "novela" se empleaba tanto para denotar sucesos reales como ficticios; más aún, a duras penas podría aplicarse entonces a las noticias el calificativo de reales u objetivas. Novelas e informes noticiosos no 1 Cf. M. I. Steblin-Kamenskij, The Saga Mind (Odense, 1973). 11

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INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA LITERATURA?

eran ni netamente reales u objetivos ni netamente novelísticos. Simple y sencillamente no se aplicaban los marcados distingos que nosotros establecemos entre dichas categorías.2 Sin duda Gibbon pensó que estaba consignando verdades históricas, y quizá pensaron lo mismo los autores del Génesis. Ahora algunos leen esos escritos como si se tratase de "hechos", pero otros los consideran "ficción". Newman, ciertamente, consideró verdaderas sus meditaciones teológicas, pero hoy en día muchos lectores las toman como "literatura". Añádase que si bien la "literatura" incluye muchos escritos "objetivos" excluye muchos que tienen carácter novelístico. Las tiras cómicas de Superman y las novelas de Milis "y Boon refieren temas inventados pero por lo general no se consideran como obras literarias y, ciertamente, quedan excluidos de la literatura. Si se considera que los escritos "creadores" o "de imaginación" son literatura, ¿quiere esto decir que la historia, la filosofía y las ciencias naturales carecen de carácter creador y de imaginación? Quizá haga falta un enfoque totalmente diferente. Quizá haya que definir la literatura no con base en su carácter novelístico o "imaginario" sino en su empleo característico de la lengua. De acuerdo con esta teoría, la literatura consiste en una forma de escribir, según palabras textuales del crítico ruso Roman Jakobson, en la cual "se violenta organizadamente el lenguaje ordinario". La literatura transforma e intensifica el lenguaje' ordinario; se aleja , sistemáticamente de la forma en que se habla en la vida diaria. Si en una parada de autobús alguien se acerca a mí y me murmura al oído: "Sois la virgen impoluta del silencio", caigo inmediatamente en la cuenta de que me hallo en presencia de lo literario. Lo comprendo porque la textura, ritmo y resonancia de las palabras exceden, por decirlo así, su significado "abstraíble"; o bien, expresado en la terminología técnica de los lingüistas, porque no existe proporción entre el significante y el significado. El lenguaje empleado atrae sobre sí la atención, hace gala de su ser material, lo cual no sucede en frases como "¿No sabe usted que hay huelga de' choferes?" De hecho, esta es la definición de lo "literario que propusieron los formalistas rusos, entre cuyas filas figuraban Viktor Shklov2 Cf. Lennard J. Davis, "A Social History of Fact and Fiction: Authorial Disavowal in the Early English Novel", en Ecl.c ■ -ard W. Said (comp.). Literature and Society (Baltimore y Londres, 1980).

INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA LITERATURA?

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sky, Roman Jakobson, Osip Brik, Yury Tynyanov, Boris Eichenbaum y Boris Tomashevsky. Los formalistas surgieron en Rusia en los años anteriores a la revolución bolchevique de 1917, y cosecharon laureles durante los años veinte, hasta que Stalin les impuso silencio. Fue un grupo militante y polémico de críticos que rechazaron las cuasi místicas doctrinas simbolistas que anteriormente habían influido en la crítica literaria, y que con espíritu científico práctico enfocaron la atención a la realidad material del texto literario. Según ellos la crítica debía separar arte y misterio y ocuparse de la forma en que los textos literarios realmente funcionan. La literatura no era una seudorreligión, psicología o sociología sino una organización especial del lenguaje. Tenía leyes propias específicas, estructuras y recursos, que debían estudiarse en sí mismos en vez de ser reducidos a algo diferente. La obra literaria no era ni vehículo ideológico, ni reflejo de la realidad social ni encarnación de alguna verdad trascendental; era un hecho material cuyo funcionamiento puede analizarse como se examina el de una máquina. La obra literaria estaba hecha de palabras, no de objetos o de sentimientos, y era un error considerarla como expresión del criterio de un autor. Osip Brik dijo alguna vez —con cierta afectación y a la ligera— que Eugenio Onieguin, el poema de Pushkin, se habría escrito aunque Pushkin no hubiera existido. El formalismo era esencialmente la aplicación de la lingüística al estudio de la literatura; y como la lingüística en cuestión era de tipo formal, enfocada más bien a las estructuras del lenguaje que a lo que en realidad se dijera, los formalistas hicieron a un lado el análisis del "contenido" literario (donde se puede sucumbir a lo psicológico o a lo sociológico), y se concentraron en el estudio de la forma literaria. Lejos de considerar la forma como expresión del contenido, dieron la vuelta a estas relaciones y afirmaron que el contenido era meramente la "motivación" de la forma, una ocasión u oportunidad conveniente para un tipo particular de ejercicio formal. El Quijote no es un libro "acerca" de un personaje de ese nombre; el personaje no pasa de ser un recurso para mantener unidas diferentes clases de técnicas narrativas. Rebelión en la granja (de Orwell) no era, según los formalistas, una alegoría del estalinismo; por el contrario, el estalinismo simple y llanamente proporcionó una oportunidad útil para tejer una alegoría. Esta desorientada insistencia ganó para los formalistas el nombre despre-

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INTRODUCCIÓN: ¿QUÉ ES LA LITERATURA?

ciativo que les adjudicaron sus antagonistas. Aun cuando no negaron que el arte se relacionaba con la realidad social —a decir verdad, algunos formalistas estuvieron muy unidos a los bolcheviques— sontenían desafiantes que esta relación para nada concernía al crítico. Los formalistas principiaron por considerar la obra literaria como un conjunto más o menos arbitrario de "recursos", a los que sólo más tarde estimaron como elementos relacionados entre sí o como "funciones" dentro de un sistema textual total. Entre los "recursos" quedaban incluidos sonido, imágenes, ritmo, sintaxis, metro, rima, técnicas narrativas, en resumen, el arsenal entero de elemen- tos literarios formales. Éstos compartían su efecto "enajenante" o "desfamiliarizante". Lo específico del lenguaje literario,