EL RETRATO ROMANO. Tendencias en la Antigua Roma y su influencia en la actualidad INTRODUCCIÓN El retrato cons
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EL RETRATO ROMANO. Tendencias en la Antigua Roma y su influencia en la actualidad
INTRODUCCIÓN El retrato consiste en la representación de personas que sean reconocibles en su fisonomía, tengan mayor o menor realismo y parecido con el natural. En ocasiones se ha pretendido llegar a semejarse con precisión al modelo pero otras veces se han retocado eliminando deformaciones y suavizando diversos aspectos. No todas las culturas han tenido interés en la representación del retrato, pues los pueblos más antiguos realizaban un tipo de representaciones con carácter mágico‐ religioso y funerario que no requería el parecido físico y se sustituía por la inclusión del nombre del representado. En cambio algunos pueblos, como los romanos, han desarrollado el retrato a partir de sus experiencias funerarias que les dieron origen a partir de mascarillas de cera de los difuntos. Los medios utilizados han sido muy variados; desde la pintura, el mosaico, la vidriera, gemas y monedas o escultura, ...
EL RETRATO El término deriva del verbo latino retrahere (copiar), del que deriva también la forma italiana ritratto; del latín protrahere derivan, sin embargo, los vocablos usados en otras lenguas europeas, como el inglés y el francés (portrait), el alemán (Portrat), el ruso (portret, del francés). La casuística es muy amplia ya que un retrato puede obtenerse con cualquier medio artístico; puede ser de cuerpo entero o parcial; de un individuo, de una pareja o de 165
grupo; naturalista o idealizado, alegórico, alusivo, caricaturesco; puede tener finalidad documental, de propaganda, mágico‐religiosa, funeraria; cuando es tridimensional, puede mostrar una vista particular o ser concebido como escultura exenta; cuando es bidimensional, puede ser captado frontalmente, de tres cuartos, de perfil o incluso de espaldas. Por último, el retrato puede ser el fin principal de una obra de arte (y hablaremos, en tal caso, de retrato como género artístico autónomo); pero puede también formar parte de una escena de otro tipo, religiosa o profana (y, en tal caso, se hablará sólo de tendencia, gusto o voluntad retratísticos). El retrato individual, de fuerte caracterización expresiva, se consolidó en Grecia con Lisipo, en el S. IV a.C., primero en la corte de Alejandro Magno (es decir, en presencia de un fuerte culto a la personalidad), extendiéndose luego a otros grupos sociales eminentes (hombres de estado, generales, poetas, filósofos, oradores), con esculturas destinadas a la celebración pública. Desgraciadamente, los originales griegos, en bronce y de cuerpo entero, los conocemos únicamente a través de copias romanas; en mármol, reducidos a cabezas o bustos, salvo alguna rara excepción (...) Se remonta también al helenismo la costumbre de grabar en las monedas los retratos de los soberanos, como simbólica garantía del valor de su cuño: costumbre todavía hoy en vigor. Los romanos tomaron de los griegos, más que de los etruscos, el arte del retrato, y lo adoptaron no sólo con fines conmemorativos, sino también con finalidad religiosa privada (culto a los antepasados) y funeraria. El tosco realismo de la época republicana se suavizó en la noble idealización clasicista de las estatuas de la época de Augusto, en el refinado modelado de la época Flavia, en el elaborado pictoricismo de la de Adriano y de Antonino. En cuanto a la retratística antigua en pintura, habiéndose perdido los originales griegos y romanos, nos queda el formidable testimonio de los retrato naturalistas pintados al encausto, de los siglos II y III d.C., hallados en el Fayyum (Egipto). En la antigüedad tardía, la difusión de una interpretación divinizada de la realeza, del cristianismo, de una concepción espiritual del individuo, de las esperanzas en una resurrección ultraterrena, provocaron el eclipse del retrato “fisionómico” y un retomo 166
al retrato “típico”, tanto en los retrato imperiales como en las nuevas formas retratísticas promovidas por el arte cristiano: figuras de papas y de santos, de donantes o fundadores de iglesias, de mecenas o ejecutores de manuscritos, estatuas de difuntos, “autorretratos” insertos por escultores, orfebres, maestros vidrieros en sus obras con fines votivos. Un retorno al interés por la fisonomía individual se observa a partir del S. XIII en la estatuaria, en concomitancia con un relanzamiento de los valores terrenos, como consecuencia del resurgimiento del clasicismo que tiene lugar en la corte de Federico en Italia meridional (...), o por la adopción de calcos de los rostros de los difuntos en el modelado de los monumentos funerarios (...). V.V.A.A. Enciclopedia del Arte. Ed. Garzanti. Barcelona 1991. Págs. 813‐814
EL RETRATO ROMANO: 1.Origen. A) Influencia de culturas anteriores
El retrato romano hunde sus raíces en culturas de su entorno geográfico y cronológico como son la griega y la etrusca pero no se puede considerar una copia o continuación de ellas sino que, a pesar de recoger su influencia, tiene peculiaridades propias que la individualizan de ellas. Grecia.‐ Al final del S. IV a.C., en la época helenística, los griegos comienzan a hacer retratos de hombres públicos. El parecido físico del retrato con el representado no supone la inclusión de defectos naturales o rasgos demasiado marcados sino que éstos se suavizan y se tiende a la perfección física que refleje la rectitud moral; esto se debe a que se realizaban para exponer en el ágora o en el cenotafio del hombre ilustre. Etruria.‐ La tradición etrusco‐itálica presenta frecuentes retratos de difuntos, individuales o por pareja, reclinados sobre el sarcófago como si estuviesen vivos y se preocupa por representar fielmente los rasgos del rostro del fallecido sin idealizarlos ni atemperar sus deformidades. 167
Retrato de Homero
Retrato de Alejandro
Moneda con efigie de Alejandro
Matrimonio Cerveteri
Sepulcro etrusco
Sepulcro etrusco
B) PECULIARIDAD DEL RETRATO ROMANO.‐ Desde tiempos de la República los patricios romanos (sólo a ellos les estaba permitido) solían hacer unas mascarillas de cera de los parientes difuntos para honrarles recordando los méritos de su carrera política y militar así como para hacer honor de las virtudes del fallecido. En principio sólo se hacía la mascarilla del varón, generalmente el cabeza de familia.
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A partir de las mascarillas se reproducían, “positivándolas” en cera, arcilla pintada e incluso de bronce, las efigies de los antepasados (“imagenes maiorum”). Éstas se conservaban en armarios situados en el atrio de la casa y se llevaban en procesión en las ceremonias funerarias. Las primeras “imagenes” reproducían únicamente la cabeza hasta el cuello; en el S. I d.C. el busto se amplió al pecho y los hombros y hacia la mitad del S. II d.C. son de media figura, pero también se conservan esculturas de cuerpo entero de pie, sedentes o a caballo. Los romanos eran supersticiosos y no les gustaba mencionar la muerte por lo que los retratados aparecen como si estuviesen vivos y recogen los rasgos faciales de las personas por lo que se puede decir que son plenamente realistas tal como corresponde con su gusto por el naturalismo y su sentido práctico.
Grupo Barberini
Sarcófago con esposos
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Graditius y su esposa
Sepulcro romano
EL RETRATO ROMANO: 2. Soportes, materiales y técnicas. Los Romanos plasmaron sus retratos sobre gran variedad de materiales y con técnicas muy diversas pues, aunque la más abundante es la escultura exenta sobre piedra, no faltan ejemplos de: * Monedas de metales preciosos * Pintura : sobre tabla de El Fayun (Egipto). sobre el muro * Mosaico * Camafeos y joyas * Escultura en: Cerámica Metal: relieves y estatuas Piedra de distintas clases. Además de la escultura exenta en piedra, es de destacar el caso de las pinturas sobre tabla de El Fayún, realizadas para superponer a los rostros de las personas momificadas y enterradas en sarcófagos en esa zona de Egipto durante los tres primeros siglos después de Cristo. Eduardo Sánchez Alonso, I.E.S. Mª Zambrano; Leganés (Madrid)
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Monedas
Monedas con efigies de Galba y Vitelio
Aureus de Postumus
Moneda con efigie de César
Monedas con efigies de Marcello y Restio
Pintura en tabla para Sarcófagos de El Fayun, Egipto
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Mosaicos con retratos de matronas
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Pintura mural
Próculo y su esposa
Retrato de Safo Joyas
Camafeo de Augusto
Gema con efigie de emperadores
Gema Augustae 173
Escultura exenta y relieves
Cabeza de varón (Piedra)
Cabeza de varón (Arcilla)
Mujer del S. I a.C. (Bronce)
Trajano (Bronce)
EL RETRATO ROMANO: 3. Peinados y adornos. A) Peinados y adornos en la mujer El peinado republicano es extremadamente simple: los cabellos, separados en dos bandas simétricas, se juntan en un pesado moño sobre la nuca, mientras que muy pronto aparecerán los complicados rizos de la época flavia, con los que se mezcla una cinta de púrpura: la vitta. 174
A veces los escultores que modelaban un retrato de mujer creaban verdaderas pelucas de mármol utilizando un mármol especial, más blando y trabajado aparte, para la cabellera, que luego se superponía al retrato y se cambiaba según la ocasión y la moda, igual que una peluca. El peinado no variaba únicamente de acuerdo con la moda, sino también según los rasgos del rostro, pues rostro alargado requería cabellos divididos sobre la frente que enmarcaran delicadamente las mejillas, mientras que el peinado más adecuado para una cara redonda era “un nudo ligero sobre la coronilla, y las orejas descubiertas”: una especie de moño. En Roma se daba mucha importancia a la cabellera, pues la calvicie, incluso entre los hombres, se consideraba un deshonor y hasta en época tardía las damas no conocían o les estaba vedado el uso del sombrero. El tocado tenía suma importancia pues asumía el papel de elemento esencial que caracterizaba a una persona y reflejaba su situación y gusto a la hora de presentarse ante los demás. Luego, en el período imperial, se produjo una verdadera invasión de los postizos (las pelucas), utilizados por gran cantidad de mujeres permitiendo mayor variedad en los tocados. Además tuvo mucha aceptación en Roma la moda de teñirse los cabellos. Durante el primer período imperial, a las damas romanas les gustaba teñírselos de color rojo o ponerse postizos hechos con cabellos cobrizos de las mujeres bárbaras; no faltaban las tinturas negras y de color ceniza mientras que estaban absolutamente prohibidos el amarillo o el azul pues se reservaban a las cortesanas. Los peinados se adornaron con diademas, alfileres, peinetas de carey y de hueso, cin‐ tas, incluso a veces se introducían frasquitos de veneno y perfumes que iban disimulados entre los cabellos y que podían ser utilizados en un momento determinado. En la época imperial avanzada se puso de moda una diadema adornada o entretejida con perlas. Michele Beaulieu.‐ El vestido antiguo y medieval.‐ Oikos‐tau. Barcelona 1971. Págs. 57‐65 V.V.A.A. El poder de Roma, Ed. Sarpe. Madrid 1985. Pág. 74. 175
El peinado y el adorno femenino
Dama Flavia
Muchacha
Mujer de Ampurias. Época de Augusto
Dama de la época de Augusto
Mujer de Palmira
Matidia
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B) El peinado y la barba en el varón
El pelo del varón tuvo en la antigua Roma cierta importancia y estuvo sometido a las modas de las diferentes épocas pues la calvicie se consideraba deshonrosa. Durante la Republica (509‐27 a.C.) cada individuo aparece con su cabellera natural, generalmente corta, y no faltan las imágenes calvas pues, por su origen funerario, pertenecen a personas mayores; asimismo es muy rara la existencia de la barba. Augusto (27 a.C. ‐ 14 d.C.) llevará toda su vida el pelo liso y caído en mechones irregulares sobre la frente y siempre aparece bien rasurado, moda que perdura hasta la época de Trabajo salvo escasas excepciones como algún retrato barbado de Nerón. Vespasiano (69‐79 d.C.) y Tito (79‐81 d.C.) de la Dinastía Flavia son representados con su escaso pelo aunque sin barba al volverse al realismo verista en el retrato. Desde tiempos de Trajano (98‐117 d.C.) en la época de los Antoninos se presenta el pelo con rizos y se generaliza la barba sencilla o dividida en dos partes, con o sin bigote, prolongándose esta costumbre durante el S. II d.C., con la Dinastía de los Severos (193‐235 d.C.). En los últimos siglos del Imperio encontramos retratos de todo tipo: rasurados o barbados y con pelo corto o más largo sin pautas marcadas. Eduardo Sánchez Alonso, I.E.S. Mª Zambrano; Leganés (Madrid)
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El peinado y la barba masculinas
P. C. Escipión
Augusto joven
Adriano
Marco Aurelio
Vespasiano
Constantino
Emperador bajo Imperio
Arcadio I
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EL retrato ROMANO: 4.‐ CARACTERIZACIÓN POR ÉPOCAS El retrato romano tiene durante la República un sentido privado debido a su origen a partir de las mascarillas de cera del difunto; por este motivo recoge los rasgos faciales del representado con un estilo sobrio que incluye sus características y defectos sin suavizarlos ni idealizar al personaje: es un tipo de representación realista. Desde principios del S. III a.C. los romanos conocieron los retratos helenísticos griegos que se generalizaron en el S. II a.C., cuando Grecia es conquistada y convertida en provincia romana. El retrato griego, por su sentido público, tiene cierta tendencia a idealizar al personaje y esta característica se encontrará, en ocasiones, en el retrato romano; así, es frecuente que se preste especial atención a la cabeza y se encaje ésta en un cuerpo predeterminado y clasicista En la época del Imperio se impone un tipo de retrato que sirve de homenaje al Emperador y su familia; como expresión de la autoridad se hacían copias del original y se enviaban a las provincias donde se exponían públicamente. Este tipo de retrato público tiene, con frecuencia, esa tendencia idealizante en los personajes más significados y se suavizan sus defectos más acusados mientras que los personajes desconocidos suelen mantener sus rasgos de forma realista A lo largo de las distintas etapas de la historia romana se observan ambas tendencias en la realización de los retrato aunque no hay normas fijas: 1.‐ Durante la República el retrato es generalmente realista. 2.‐ En época de Augusto (fin del S. I a.C. y 1ª mitad del S. I d.C.) se tiende a la idealización del personaje que se presenta de forma clasicista. 3.‐ En época de la Dinastía Flavia (2ª mitad del S. I d.C.) se vuelve al realismo “fotográfico” con la expresión de los rasgos propios del modelo.
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4.‐ En época de Trajano (Inicios del S. II d.C. ) se diviniza el modelo pero se mantiene el parecido del rostro con lo que se funden ambas tendencias del retrato. Eduardo Sánchez Alonso, I.E.S. Mª Zambrano; Leganés (Madrid)
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A. EL RETRATO ROMANO EN LA REPÚBLICA:
SIGLOS IV AL I a.C.
Bruto
Orador
Sila
Escipión
Sila
Virgilio
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Cicerón
Cicerón
Joven romano
Senador
César
César
César
Pompeyo
Pompeyo
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Marco Antonio
Marco Antonio
P. Licinius (esclavos)
B. EL RETRATO ROMANO EN LA ÉPOCA DE AUGUSTO, DINASTÍA JULIA CLAUDIA: SIGLO I a.C.
Augusto
Augusto
Augusto
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Augusto
Augusto de Prima Porta
Livia
Mario
Clitia
Druso
Tiberio
Tiberio
Calígula 185
Claudio
Claudio
Agripina
Mesalina
Nerón
Nerón
Nerón
Nerón
Popea 186
C. EL RETRATO ROMANO EN ÉPOCA DE LA DINASTÍA FLAVIA: SIGLO I d. C.
Agripa
Vespasiano
Joven romano
Dama Flavia
Dama Flavia
Tito
Tito
Domiciano
Domiciano 187
Dama Flavia
D. EL RETRATO ROMANO EN ÉPOCA DE LA DINASTÍA DE LOS ANTONINOS: SIGLO II d.C.
Nerva
Trajano
Trajano
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Trajano
Plotina
Dama romana
Adriano
Adriano
Adriano
Adriano
Antinoo
Sabina 189
Statianus
Antonino pío
Faustina Mayor
Dama romana
Faustina menor
Faustina
Varón romano
Marco Aurelio
Marco Aurelio 190
Marco Aurelio
Cómodo
Cómodo
E. EL RETRATO ROMANO EN ÉPOCA DE LA DINASTÍA DE LOS SEVEROS.
Septimio Severo
Septimio Severo
Septimio Severo
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Julia
Caracalla
Caracalla
Caracalla
Dama romana
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F. EL RETRATO ROMANO EN ÉPOCA DEL BAJO IMPERIO Y LA DECADENCIA: SIGLOS IIIIVV d.C.
Gordiano
Gordiano
Varón
Mujer romana
Constancio
Muchacho
Tetrarcas
Constantino
Constancio 193
Constancio
Eutropio
León
Arcadio
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REFERENTES EN LA SOCIEDAD ACTUAL
Si hacemos caso a las modas del momento, podríamos pensar que aquellas tendencias que aparecen cada nueva temporada en el mundo de la moda son de reciente creación, pero nada más lejos de la realidad. Sólo es necesario echar una mirada al pasado, más concretamente al vasto ejemplo del Retratismo Romano para darnos cuenta de que todas las modas vuelven, y en el caso del mundo grecolatino, no sólo las modas… He aquí algunos ejemplos de personajes actuales más o menos conocidos que marcan tendencia… una tendencia que podría perfectamente cumplir 2.000 años de edad. Y es que, cada vez es más cierto aquello de “Nihil novum sub sole”!
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TEXTOS CLÁSICOS o
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OVIDIO, Arte amatoria: I, 505 – 524Æ Aspecto personal de los hombres “Pero no se te ocurra rizarte el pelo con las tenacillas de hierro, ni te depiles las piernas con la áspera piedra pómez… A los hombres les está bien un aspecto descuidado… Deben gustar por su elegancia, sus cuerpos deben estar morenos por hacer deporte en el campo de Marte… que la toga les caiga bien y está sin manchas… Su lengua no debe ser pastosa y los dientes han de estar libres de sarro… que un mal corte de pelo no deforme ni atiese tus cabellos; tu cabellera y tu barba deben ser cortadas por una mano entendida; y que tus uñas no sean largas ni sucias, y no tengas ningún pelo por el hueco de la nariz; que no salga de tu maloliente boca un aliento desagradable, y que no moleste al olfato tu olor a macho cabrío. Lo demás déjaselo a las chicas coquetas y a los hombres que buscan marido, si hay alguno.” III, 261 – 274 ÆDisimula las imperfecciones de tu cuerpo III, 133 – 155 Æ Peinado de las mujeres MARCIAL, Epigramas 2, 66 Æ ¡ Dichoso ricito!
“Un solo ricito se había desprendido de toda la corona de tu cabellera, al no haber quedado bien sujeto con una aguja insegura. Lálage vengó este crimen con el espejo en el que lo había visto, y Plecusa cayó herida por culpa de la cruel cabellera. Deja ya, Lálage, de adornar tus tristes cabellos y que ninguna esclava toque tu loca cabeza. Que una salamandra la señale o que una despiadada navaja la monde, para que tu imagen se haga digna de tu espejo.” 6, 57 Æ Cabeza monda y lironda “Simulas unos cabellos pintados con ungüento, Febo, y tu sucia calva se cubre con una cabellera pintada. No hay necesidad de buscarle peluquero a tu cabeza: puede raparte mejor, Febo, una esponja”
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ACTIVIDADES •
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A partir de todas las imágenes de retratos romanos recogidas en este documento, trata de encontrar tú mismo/a referentes en la sociedad actual en el mundo del cine, del deporte, de la literatura, etc. Piensa en cómo han ido evolucionando las modas ¿Crees que realmente se ha producido una evolución, o piensas por el contrario que las modas obedecen a un proceso cíclico, es decir, que van y vienen? Reflexiona acerca de las tendencias cambiantes en el mundo de la moda. ¿son realmente necesarios tantos cambios de una temporada a otra? ¿Qué o quién puede motivar dichos cambios y por qué?
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