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Jornadas Institucionales. Febrero 2016 ANEXO II IDEARIO A 200 años de la Independencia, en Mendoza la educación importa

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Jornadas Institucionales. Febrero 2016 ANEXO II IDEARIO A 200 años de la Independencia, en Mendoza la educación importa

1)

Mendoza tiene una larga tradición educativa en la cual la actual gestión de gobierno escolar quiere encarnar para escribir un capítulo que sea recordado en el futuro. Para ello necesitamos la participación activa de todos los protagonistas del sistema enfocados en el objetivo primordial: que los alumnos aprendan. El tiempo histórico que nos toca exige un trabajo arduo de reconstrucción de la gestión estatal con resultados, pues de nada sirven los postulados que no se someten a evaluación luego de haberse aplicado. Las funciones del Estado deben volver a manifestarse en el bienestar de la población, sin retórica, sino con hechos. La educación es para educar. Un ciudadano educado es alguien que tiene las herramientas para desarrollarse en sociedad. En el siglo XIX Sarmiento planteó con enorme sabiduría que quien más necesita de la educación es quien menos la requiere porque no sabe cuánto la necesita. Para poder lograr el objetivo de que los estudiantes obtengan las herramientas adecuadas debemos animarnos a replantear radicalmente las exigencias del sistema en general, ante la evidencia de que la laxitud vivida durante año solo ha obtenido los resultados contrarios a los que se pretendía. Ese rigor debe cruzar todo el universo educativo, desde los docentes a los supervisores, pasando por directivos, docentes y no docentes, y proyectarse a la familia, que será convocada a participar virtuosamente del proceso educativo. El desafío de cambio es enorme y estamos convencidos de su necesidad. La ciudadanía reclama revertir el largo proceso de decadencia de la educación. No hemos venido a conservarla, sino a generar los cambios necesarios para torcer el rumbo decadente. Hay mucho por hacer y cada uno de nosotros tiene el compromiso de cumplir con calidad su papel para el bien de la educación de nuestros niños y jóvenes. Ideario de la DGE (2015 -2019) ¿Cuáles son nuestros puntos de partida? La escuela es el “Estado a escala humana”. En ella nos reconocemos como parte de un proyecto colectivo, de un todo que nos hermana: la Patria. Como decía Sarmiento: “Pueblo, Nación, Estado: todo está en los humildes bancos de una escuela”

2)

Todos y cada una de las personas que habitan la escuela son importantes. No obstante, tal como establece nuestra Constitución Nacional, el interés superior es el de la infancia y la adolescencia.

3)

Lo verdaderamente importante no está en otro lado más que en el corazón de un aula. El encuentro definitivo es el de un maestro con su alumno. Lo que no está en el aula, no está en la educación.

4)

Para que exista inclusión no alcanza con la escolarización, tiene que haber aprendizaje. Una escuela que no enseña es como un hospital que no cura.

5)

El aprendizaje propiciado por la escuela debe despertar y crear la mayor cantidad de competencias y presentarse bajo diversos e innovadores modos.

6)

Todos pueden aprender si tienen una oportunidad pertinente de enseñanza y la voluntad de hacerlo.

7)

Los indicadores más importantes de una escuela bien gestionada son el aprendizaje y la 1

retención. 8)

Proponer metas altas para todos los estudiantes es el primer paso para lograr el rendimiento escolar. La confianza del docente genera autoestima en los estudiantes. Las metas altas también deben marcarse para todos los integrantes del sistema, directivos, docentes y no docentes.

9)

El orden y la responsabilidad de los distintos actores del sistema son los cimientos de la recuperación de la autoridad social de la escuela, del docente y del directivo.

10)

La disciplina comienza con los adultos. Los estudiantes necesitan y reclaman una autoridad que los escuche, valores, exija y oriente. El docente enseña con su ejemplo. La escuela, con su orden.

11)

Las medidas disciplinarias son resultado de nuestras acciones y pueden ayudarnos a tomar conciencia de la realidad. Esto nos ayuda a crecer. Es la falta de límites, y no lo contrario, lo que hace que muchos de nuestros jóvenes se vean limitados en sus posibilidades. No hay disciplina sin sanción efectiva.

12)

Sin la escuela no se puede. La escuela no puede sola. Las familias deben comprometerse con la escuela y valorar la tarea del docente.

13)

El papel de los supervisores es esencial para articular el trabajo de los equipos de gestión con las escuelas. El de los directores es clave para conducir y gestionar la vida escolar en su conjunto, atendiendo especialmente a lo pedagógico, pero sin olvidar lo institucional. Los docentes son los protagonistas de la labor en el aula y de ahí que es imprescindible que estén allí.

14)

El ausentismo reduce el ejercicio del derecho a la educación y es el punto de partida para la deserción y el fracaso. El ausentismo escolar de un niño es una forma de abandono de un adulto y del Estado.

15)

El respeto y el buen trato tanto en las relaciones jerárquicas como en las horizontales es fundamental para generar el clima institucional que facilita los procesos de enseñanza y aprendizaje.

16)

Del error se aprende por ello la evaluación es el recurso con que contamos para tener información y retroalimentar cualquier sistema. Debemos desterrar la idea de que es un castigo o una forma de control. Es el elemento que permite ayudar al que tiene una carencia. ¿Quiénes somos? La Dirección General de Escuelas de Mendoza es el órgano rector de la provincia que conduce la educación en todos los niveles y modalidades promovidos por la normativa vigente. Del mismo modo, es la llamada a asegurar el derecho a la educación de todos los ciudadanos de nuestra provincia. Quienes integramos la DGE, desde el Director General en adelante, somos empleados públicos al servicio de los estudiantes. ¿Qué pretendemos? Es función de la DGE que el sistema integrado por los establecimientos educacionales, tanto los de gestión pública como los de gestión privada, provean una educación de calidad, fundada en un proyecto educativo público pluralista, basado en la cultura del trabajo, que construya ciudadanía, permita el acceso de toda la población a mejores niveles de vida y 2



promueva la inclusión y la movilidad social a partir del esfuerzo y el conocimiento. El Director General de Escuelas según la Constitución Provincial será, según el artículo 212:2“, “también quien haga cumplir por las familias la obligación en que están los niños de recibir enseñanza primaria”, a lo que hoy, a cien años de ese texto, habría que agregar la secundaria, obligatoria en la actualidad. En caso de que las familias no estén en condiciones de cumplir con la obligación de que sus hijos reciban la enseñanza escolar, la DGE arbitrará los medios necesarios para proteger la escolaridad de los niños y adolescentes. ¿Cómo nos organizamos? La unidad de trabajo del sistema es la institución educativa. Los programas educativos, evaluaciones e innovaciones tienen sentido si tienen impacto concreto en el mejoramiento de los aprendizajes en el aula. Por ello, el empoderamiento de todos los actores encargados de la conducción del sistema: supervisores, directivos, docentes y no docentes es fundamental para el logro de nuestras metas. Confiamos en la capacidad y compromiso de estos actores protagónicos. ¿Qué decimos cuando hablamos de calidad educativa? Una escuela con calidad educativa es aquella en la que cada estudiante logra resultados importantes en los aprendizajes, más allá de su condición social o económica. ¿Cuáles son las características de una escuela de calidad? Gestión con capacidad de liderazgo;



Propósitos y metas claras;



Sentido de misión e ideario;



Se evalúa y se usan los resultados para mejorar;



No se teme al fracaso y no se lo esconde, sino que se lo usa como trampolín para el éxito;



Clima seguro y ordenado centrado en los aprendizajes;



Con padres y comunidad involucrados;



Con profesores que tienen expectativas altas para todos sus alumnos y manejo de aula



¿Qué objetivos de trabajo nos proponemos durante este período (2015-2019)? Generar capacidad en las instituciones educativas para lograr procesos de autogestión de la calidad



Movilizar a la ciudadanía a comprometerse con la educación



Reconstruir la autoridad social de las escuelas y los docentes



Asumir la evaluación de la tarea de la DGE como respuesta a la responsabilidad que la sociedad le otorga a la escuela



Evaluar el sistema para poner en valor lo que está bien y para proponer procesos de mejora cuando no se logran los resultados esperados



Acompañar y sostener a las escuelas para proteger la escolaridad de los niños y jóvenes



Diseñar y fomentar el uso crítico de herramientas tecnológicas y entornos virtuales de aprendizaje

3

ANEXO V Asistencia escolar y ciudadanía (Educación Inicial) “La función política del Nivel Inicial se revela doblemente importante: es el inicio a la escolaridad y a la diversidad social y cultural de nuestros tiempos. Aquí se comienza a construir significados acerca del conocer, del compartir aprendizajes con otros, de asumir nuevas reglas, de manejarse en un ámbito distinto al del hogar, experiencias que están en la base de la formación ciudadana1”. El aprendizaje en el Nivel Inicial supone la toma de contacto por parte del aprendiz con un mundo de acciones nuevas y diferentes que deben ser investigadas, reapropiadas y transferidas, no sólo a las demandas de las numerosas y variadas situaciones que se proponen en las instituciones, sino que le permitirán progresivamente construir el pensamiento simbólico. Así se pueden desarrollar y adquirir habilidades básicas y un sentimiento profunda de seguridad y de equilibrio, constituyendo un círculo favorecedor, al

abordar con éxito las

diferentes situaciones presentes y futuras en la vida cotidiana. Pero esto no es posible si las familias de los niños/as no garantizan la presencia en las instituciones. El niño/a es un sujeto de derecho, por lo que su trayectoria maternal y escolar debe ser garantizada. En el artículo 20 de la Ley de Educación Nacional se explicitan dos incisos que serán citados para su resignificación. Estos son: 

Promover el aprendizaje y desarrollo de los niños/as de cuarenta y cinco días a cinco años de edad inclusive, como sujetos de derechos y partícipes activos/as de un proceso de formación integral, miembros de una familia y de una comunidad.



Propiciar la participación de las familias en el cuidado y la tarea educativa promoviendo la comunicación y el respeto mutuo. El Nivel Inicial es una etapa imprescindible para que el niño/a no falte ni un solo momento al jardín. Sólo lo que es experienciado puede llegar convertirse en conocimiento. Por ello es que un niño/a que no asiste a su jornada diaria no podrá tener las mismas oportunidades de resolución de las situaciones habituales que se le fueran presentando en el día a día, ya que sus percepciones no los habilitarían, en relación a aquellos educandos que si “tamizaron las experiencia por su cuerpo, por su ser”…aquellos que sí asistieron2. Comenzamos un nuevo período en el gobierno de la DGE de la provincia y por ello renovamos metas y desafíos. Para ello se constituye un encuadre de trabajo3 con ciertos requisitos previos que permiten que el jardín funcione y que los chicos aprendan. Entre otros, las reglas o normas, aquellas que organizan la vida institucional y le dan sentido. Creemos que, para reconstruir la autoridad social de la escuela y del docente,

las normas no deben

constituirse en una imposición sino en una rutina, ya que las pautas construyen parte del clima institucional que organiza y protege el trabajo cotidiano. 4

Empezaremos poniendo a consideración un nuevo sistema de asistencia o programa de escolaridad protegida, que implica el fuerte compromiso de las familias en proveer a su niños/as la posibilidad de educarse en el jardín, compartiendo y promoviendo una crianza saludable entre ambos. El ausentismo, es decir la ausencia física e injustificada de un niño/a a la sala, es una de las primeras señales de no respeto a sus derechos, de no respeto a su ser persona, es una forma de negarle ciudadanía. En el Nivel Inicial estas privaciones que sufren los menores son la expresión de la ausencia de un mayor; y allí es donde deberemos re-articular el espacio del adulto, de la norma, para que el Estado encuentre el modo de proteger esta escolaridad en riesgo, junto a la familia. La escuela y el jardín de infantes, que es el Estado “a escala humana”, puede poner luz en ese semáforo señalando en forma inmediata estas faltas, antes de que se conviertan en deserción. Por lo tanto debe llamar la atención, convocar, transmitir mensajes claros que permitan prevenir un mal mayor. Al exigir la asistencia cotidiana a los adultos de la presencialidad de sus hijos, la escuela y el jardín de infantes garantizan su capacidad de enseñar y aprender. Por ello, proponemos un procedimiento que defina

con claridad quién se convierte en el adulto responsable de la

escolaridad del niño/a para que el sistema social tome las decisiones que correspondan en caso de que ésta no se cumpla. Al mismo tiempo, planteamos la necesidad de un control centralizado de ese ausentismo, de manera que no sea la institución educativa la responsable de la entrega de los certificados de regularidad, en caso de planes sociales. Principalmente, queremos encender luces de alarma inmediata cuando existan más de dos faltas injustificadas a la institución educativa. En situaciones de riesgo, debemos tener instancias de intervención antes de llegar al fracaso, que permitan a los chicos trabajar sobre la dificultad. Por otro lado, es necesario admitir que un niño/a que tiene más de quince faltas injustificadas en un año, se encuentra en una situación irregular. Negar esa realidad, es negar a esos educandos. Controlar los datos de ausentismo escolar y hacerlos visibles es un modo de darle visibilidad al niño/a, de hacerle saber que es importante, que no es un número en una estadística, es realmente un sujeto de derechos. Porque un niño/a que no asiste al jardín de infantes se acerca a la exclusión; con la asistencia escolar, aseguramos menos pobreza. Porque un niño pobre que no va a la escuela, no solo es más pobre, sino también menos niño; con los chicos en nuestras instituciones garantizamos que haya más infancia. Por ello, el primer desafío del sistema educativo debe ser NI UNO MENOS. (Versión preliminar de la normativa del sistema de control de ausentismo)

5

I: Asistencia y puntualidad en la Educación Inicial I.

II.

I.

I. I.

De los responsables: Se considerarán responsables de los educandos que concurren a la educación a los adultos con firma registrada en la institución educativa. De las notificaciones Pasadas las 48 hs la Dirección del establecimiento deberá enviar la notificación pertinente a los responsables mediante cuaderno de comunicaciones o documento similar. De las inasistencias: La asistencia a la institución educativa se computará: I.1. Cuando el educando ingrese al turno con un retraso mayor de quince (15) minutos, se computará cuarto (1/4) de inasistencia. I.2. Cuando el educando ingrese al turno con un retraso mayor de quince (5) minutos, se computará media (1/2) de inasistencia. I.3. Las situaciones de tardanza ocasionadas por problemas de transporte o de salud, si son debidamente justificadas, no serán incorporadas como inasistencias. I.4. Cuando el educando deba retirarse del establecimiento fuera del horario establecido, concurrirá el adulto responsable y se dejará constancia escrita de tal situación, con firma del personal interviniente, computando media (1/2) inasistencia justificada. I.5. Cuando el estudiante alcanzare tres (3) inasistencias injustificadas se deberá enviar notificación fehaciente a los responsables, solicitando su compromiso. Los responsables asistirán a la institución y firmarán un compromiso escrito. I.6. Si el adulto responsable notificado no hubiera acusado recibo de la misma ni asistido a la institución, transcurridos siete (7) días, se lo volverá a citar en el establecimiento. En caso de que después de dos notificaciones, el adulto responsable no hubiera asistido, el servicio de orientación planteará la trayectoria posible en el sistema de escolaridad protegida. El tutor responsable será notificado de su situación así como se dará un alerta al sistema de protección social. I.7. Los certificados de regularidad escolar serán expedidos en sede de supervisión y solo serán necesarios en casos de escolaridad protegida. Mensualmente, el sistema estadístico provincial hará los cruces correspondientes que demuestren la regularidad en la asistencia en casos de beneficiarios de planes sociales o de pago de escolaridad en salarios del Estado. I.8. Cuando el educando incurriere en quince (15) inasistencias, se citará al responsable a fin de notificarlo. I.9. El educando que hubiere excedido el límite de inasistencias institucionales pasará a un sistema de escolaridad protegida que le planteará obligaciones escolares específicas según su situación. De las justificaciones: Se justificarán inasistencias por enfermedad, mediante certificado médico o cuando su causal resulte pasajera con nota firmada por el adulto responsable y asistencia a la institución escolar 6

II.

dentro de las 48 horas del regreso del educando a la institución educativa. Cuando el educando padezca una enfermedad crónica, en el certificado médico deberá constar dicha condición. ________________________________________________________________________

ANEXO VI Primera versión borrador para consulta Propuesta: hacia una nueva forma de entender la asistencia en las escuelas Comenzamos un nuevo período en el gobierno escolar de la provincia. Al hablar de metas y desafíos  queremos  empezar por las  reglas  de juego, aquellas que organizan la vida escolar y le dan sentido. Creemos que, para reconstruir la autoridad social de la escuela y del docente,   las normas no deben constituirse en una imposición sino en una rutina de la escuela. Las pautas construyen un clima institucional que organiza y protege el trabajo cotidiano.  Empezaremos poniendo a consideración un nuevo sistema de asistencia y control de ausentismo de alumnos. Nos mueve una razón: creemos que la asistencia expresa “responsabilidad” que, como un valor, es necesario proteger. La asistencia es indispensable para desarrollar el oficio de alumno y, para ello, proponemos fortalecer la buena práctica  mediante certificaciones especiales o puntajes. La mayoría de las investigaciones  afirman que  el abandono escolar es el paso final de un largo proceso de “desenganche”   gradual y de participación reducida en el currículo formal de la escuela. El ausentismo, es decir la ausencia física e injustificada de un alumno al aula, es una de las primeras señales de ese desenganche. Existe también otro tipo de ausencia, por la que el estudiante se inhibe dentro de la clase, y como suele decirse “está allí sin estar”. Estas ausencias, muchas veces asociadas, son el semáforo amarillo que nos indica que un estudiante está en situación de riesgo académico. Un alumno que va a la escuela, no solo “aprehende” un contenido escolar, sino que también cumple   pautas,   trabaja   en   forma   individual   y   colectiva,   organiza   sus   tareas,   juega   e   intercambia inquietudes  con otros, se construye como   ciudadano. De ese modo, el ausentismo es una forma de negarle   ciudadanía.     Ahora   bien,   muchas   veces   estas   privaciones   que   sufren       los   menores   son   la expresión de la ausencia de un mayor; y allí es  donde deberemos re­articular el espacio del adulto, de la norma, para  que el Estado encuentre  el modo de proteger esta escolaridad en riesgo, junto a la familia. La escuela, que es el Estado “a escala humana”, puede poner luz en ese semáforo señalando en forma inmediata estas faltas, antes de que se conviertan en deserción. Por lo tanto debe llamar la atención, convocar, transmitir mensajes claros que permitan prevenir un mal mayor. Por   ello   proponemos   un   sistema   que   conozca   con   claridad   quién   se   convierte   en   el   adulto responsable de la escolaridad del estudiante, para que el sistema social lo tenga en cuenta en caso de que esta no se cumpla y tome las decisiones que correspondan. Al exigirle su asistencia cotidiana a los adultos y a los chicos,la escuela garantiza su capacidad de enseñar. Al mismo tiempo, planteamos la necesidad de un control centralizado de ese ausentismo, de manera de liberar al director de la responsabilidad que supone la entrega mensual de los certificados, en caso de planes sociales. Porque ese equipo directivo ordena   las   pautas   que   permiten   que   la   escuela   funcione   y   que   los   chicos   aprendan.   Principalmente, queremos encender luces de alarma inmediata en caso de que existan más de dos faltas injustificadas a la institución educativa.  En casos  de riesgo, los  alumnos  deberían ingresar a un sistema de escolaridad protegida que mejore la trayectoria de los jóvenes evitando el fracaso y la deserción. Debemos tener instancias de intervención antes de llegar al fracaso, que faciliten a los chicos trabajar sobre la dificultad. Por otro lado, es necesario que cada nivel defina el techo de faltas admisibles para que el estudiante termine el ciclo acreditando los conocimientos necesarios. Controlar los datos de ausentismo escolar y hacerlos visibles, es un modo de darle visibilidad al 7

niño, de hacerle saber que es importante, que no es un número en una estadística, es realmente un sujeto de derechos. Porque un joven que se aleja de la escuela, se acerca a la exclusión; con su asistencia escolar, aseguramos menos pobreza.  Porque un niño   pobre que no va a la escuela no solo es más pobre, sino también menos niño; con los pibes en la escuela queremos asegurar que haya más infancia. Por ello, el primer desafío del sistema educativo debe ser NI UNO MENOS.

1.

Cuestionario marco para lograr operatividad de la propuesta. ¿Cuál es la problemática del ausentismo en su nivel o modalidad?

2.

¿Qué relación tiene esa asistencia con los programas sociales?  (Plan de asignación por hijo y plan  progresar)

3.

¿De qué manera se puede contribuir para fortalecer la centralidad pedagógica de la escuela sin desconocer la realidad del programa social? 

4.

¿Cómo impacta el rol de los adultos responsables en cada nivel?

5.

¿Qué refuerzo podemos promover en el sistema para desarrollar el valor de la responsabilidad de la  asistencia? 

ANEXO VII Primer borrador par la consulta Convivencia escolar

1. Antecedentes El marco normativo que regula la convivencia en el sistema educativo provincial

en la

actualidad es: ­

Nivel Inicial y primario: La Resol. Nº 635-DGE-14: “Guía de Procedimiento ante situaciones emergentes en las escuelas de nivel inicial y primario”.

­

Nivel Secundario: Resol. Nº 445-GE-13: “Política Provincial de convivencia escolar en el Nivel Secundario”. Resol. Nº 636-DGE-14: “Guía de procedimientos ante situaciones emergentes en las escuelas de Nivel Secundario”. Resol. Nº 2254-DGE-15, que rectifica algunos artículos de la Resol. Nº 445-DGE-13 referidos a la aplicación de sanciones.

­

Nivel Superior: no hay norma específica para convivencia. Ante cualquier cuestión disciplinaria

8

para docentes, estudiantes y celadores se aplica la Resolución 476/99 que determina que es el Consejo Directivo el que debe conformarse como junta de disciplina.

2. Consideraciones previas:

Los marcos normativos mencionados plantean los procedimientos a seguir ante “situaciones emergentes” en la convivencia escolar que se constituyen como faltas o transgresiones. Si bien el objetivo de las guías es “generar condiciones que promuevan un clima escolar que garantice los procesos de enseñanza y de aprendizaje” se verifica una ausencia de pautas para organizar espacios de aprendizaje y enseñanza en los que haya cierto orden y que se constituyan como posibilitadores. Se verifica la existencia de un conjunto de normas y su posterior derogación total o parcial que generan escenarios confusos respecto a su aplicación. La constante flexibilización de las normas perturba el liderazgo de los directores, dificulta la toma de decisiones y desorienta a los sujetos, sobre todo a los adolescentes.

Asimismo se complejiza la aplicación de las

medidas propuestas por la intersección de normas formales con prescripciones informales y mandatos que se “bajan” a las escuelas y las flexibilizan. Algunos de los dispositivos son de difícil aplicación y control; a esto se añade la escasa autonomía de las escuelas para la toma de decisiones, y las dudas que se generan en escenarios inciertos. Conocerlas, comprender el alcance y entender el sentido de las normas, tanto como interpretar su importancia para la convivencia requiere un trabajo constante de comunicación. Los reclamos docentes a estas normas tienen que ver con la implementación de procedimientos concretos,

por ejemplo, las acciones reparadoras, qué hacer con los

estudiantes que han llegado al límite.

3. Lineamientos:

1.

Las normas en uso se aplican en situaciones de transgresión o de falta consumadas y no contribuyen directamente a la construcción de un orden y un clima escolar, de entornos que tengan un carácter facilitador para el aprendizaje y la enseñanza.

2.

El papel de los adultos resulta central en el tema de la convivencia escolar, como figuras de autoridad y ejemplo, garantes de los derechos de niños, niñas y adolescentes. Ellos son

9

responsables de estimular las múltiples posibilidades de desarrollo de los estudiantes y generar un clima de trabajo que deben ser un modelo de convivencia y de resolución de conflictos. El trabajo con las familias debe garantizar y exigir el cumplimiento de sus deberes respecto a la escolaridad de sus hijos. 3.

Las normas resultan fundamentales para orientar el desarrollo de niños, niñas y adolescentes; deben aplicarse con firmeza, consistencia y coherencia, para ello la institución escolar debe estar dotada de autonomía y de capacidad de decisión.

4.

Generar un buen clima escolar implica un importante trabajo de los adultos en cuanto hacerse cargo de las instituciones que construyen con su trabajo cotidiano. Además de garantes de esas normas, es preciso que den ejemplo de buen trato, involucramiento con los logros y dificultades de los estudiantes, y ejercicio de una autoridad pedagógica basada en la capacidad de cuidar y orientar.

5.

Las normas están, a menudo se desconocen y frecuentemente no se cumplen en un contexto de anomia, donde todo se negocia. La autoridad se gana a diario, ejerciéndola y generando un vínculo de trabajo compartido con los estudiantes.

6.

Las sanciones cumplen su función cuando pueden aplicarse a todos los miembros de la comunidad, en forma oportuna y con una expectativa razonable de cambio en el comportamiento. La impunidad tanto como la ausencia de reconocimiento genera situaciones en las que todo vale.

7.

Los niños, niñas y adolescentes mendocinos reclaman de los adultos, padres, docentes, presencia, exigencia, afecto, disponibilidad y límites. La ausencia de exigencia es la expresión de bajas expectativas y la ausencia de límites, de desinterés. Necesitan un mensaje claro de cuidado y responsabilidad.

8.

La puesta de límites, no solo a los estudiantes, a los diversos miembros de la comunidad contribuye a la convivencia.

9.

Los supervisores, directivos y docentes tienen una importante función en la resolución de conflictos. La escucha, el diálogo y la intervención oportuna, como el trabajo en red, evitan confrontaciones y disminuyen la emergencia de situaciones de violencia.

10.

La calidad de la enseñanza, la innovación en las metodologías, el orden y la organización institucional, la solidez de la propuesta curricular, la posibilidad de participar y

la promoción de la vida social y cultural de los estudiantes impacta

favorablemente en el sentido de pertenencia y en el clima de convivencia. 11.

Los niños, niñas y adolescentes que por diversos motivos encuentren dificultades para

10

participar de la vida escolar, que afecten seriamente sus propias posibilidades de convivencia y aprendizaje y las de sus pares en la escuela, podrán acceder a dispositivos de escolaridad protegida, sin que ello signifique quedar excluidos del sistema.

_____________________________________________________________ ANEXO VIII Primera versión borrador para consulta Una escuela que evalúa es una escuela que aprende El actual gobierno de la DGE considera que es una falacia establecer la oposición entre inclusión y calidad. Una no puede poner en riesgo la otra. No hay inclusión si no hay calidad. Inclusión no es que los chicos estén en la escuela sino que los chicos aprendan en la escuela. En búsqueda de lograr aprendizajes relevantes en los estudiantes mendocinos toda la DGE será evaluada. ¿Qué se va a evaluar? Que los chicos aprendan. Si los chicos no aprenden, cada uno de nosotros deberá entender cuál es la responsabilidad que le cabe para que eso suceda y se buscará la manera de ayudar a la escuela en cuestión para que sus estudiantes puedan aprender. El momento clave de la evaluación es la elaboración de un juicio de valor para la toma de decisiones. Los juicios evaluativos se basan en algún tipo de comparación y para ejercerla, precisan de la determinación previa de un referente. Se entiende por referente, el parámetro de exigencia referido al nivel de logro de los aprendizajes, con el cual se comparan las producciones de los alumnos. Nuestra propuesta apunta a organizar la tarea en ciclos lectivos con materias anuales divididas en tres trimestres. En cada trimestre el estudiante debería contar con al menos tres notas, al menos una de ellas debería ser escrita e individual. La calificación de cada trimestre surge del promedio de las notas obtenidas durante periodo. La ética de la evaluación La evaluación es un componente de la actividad educativa por lo tanto está atravesada por los mismos principios de toda actividad educativa: el aprendizaje de los estudiantes. Desde esta perspectiva, decimos que el sentido de la evaluación es valorar los aprendizajes del estudiante y no humillarlo o castigarlo. En este marco se espera que: 

los contenidos y saberes que se evalúan deben ser claramenteexplicitados a los alumnos y padres;

11



los estudiantes deben haber practicado con un tipo de instrumento similar durante el proceso de aprendizaje;



los estudiantes deben conocer cuándo, qué y cómo se los evaluará y con qué criterios se hará la corrección



La devolución de los resultados debe ser rápida y debe haber un momento en el cual se pueda fundamentar al estudiante la valoración realizada. Es posible que a algunos estudiantes no les interese pero en ese caso conviene explicarle que él siempre debe saber con qué criterios ha sido evaluado y mostrarle dónde se ha equivocado, porque del error se aprende. En este momento deben realizarse tres acciones:



identificar logros y dificultades;



formular posibles causas que favorecieron u obstaculizaron los aprendizajes;



plantear alternativas para superar dificultades Es por este motivo que consideramos que la evaluación es una herramienta que permite aprender desde el error y corregirlo, la evaluación promueve el cambio y ayuda al mejoramiento de los aprendizajes. La Evaluación Integradora4 Durante las últimas tres semanas de clase, en las distintas asignaturas o talleres, los docentes se dedicarán a revisar y jerarquizar los contenidos dados, de manera de integrarlos en una evaluación final. Se considera integradora toda instancia o actividad en la que el alumno demuestre el dominio de los aprendizajes fundamentales y nucleares de cada espacio curricular, los que se traducen en capacidades y contenidos. La intención de la DGE es elaborar una o más evaluaciones integradoras con carácter provincial. Las mismas se llevarán a cabo durante los meses de octubre y de noviembre. Además podrían ser consideradas como la evaluación integradora de la asignatura correspondiente. Características:



Las evaluaciones integradoras podrían ser de diferente tipo: escritas, orales, prácticas, etc. a cargo del docente de la asignatura y deberían tener coherencia con lo enseñado.



El criterio de evaluación estaría determinado por los departamentos de integración curricular de cada institución.



Las calificaciones de las evaluaciones integradoras serían numéricas según escala de 1 a 10.



La calificación de la evaluación integradora se promediaría con el promedio de las notas del tercer trimestre. En el mes de abril se presentará a las escuelas desde segundo grado de escuela primaria a quinto/sexto año de escuela secundaria una evaluación de Lengua y de Matemática

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que los docentes puedan tomar como insumo para armar sus diagnósticos. Esta evaluación será autoadministrada por las escuelas, es decir que no se pedirá ningún informe sobre los resultados desde la DGE. No será necesario trabajarlas tal cual se presentan sino que podrán modificarlas contextualizándolas a sus realidades. El objetivo es lograr metas comunes de aprendizaje, como una forma de garantizar el derecho ciudadano de ser educado. En el mes de octubre, la DGE hará una evaluación muestral (es decir se evaluará a algunos estudiantes) a la finalización de cada ciclo. Estos resultados servirán para reorientar la tarea curricular de las escuelas. Este ejercicio de trabajar poniendo la meta a la que debemos llegar nos pone en una tensión hacia el futuro. Encontraremos las distancias o cercanías entre lo que debió ser aprendido (curriculum prescripto) y lo efectivamente construido en el aula (curriculum vivido). Aquí entra en juego la responsabilidad ética de todos los adultos que formamos parte del sistema educativo porque, parafraseando a D. Roca, los aprendizajes que faltan son los dolores que nos quedan. Porque una escuela que evalúa es una escuela que aprende, proponemos iniciar esta gestión poniendo en debate el tema de la evaluación en nuestras instituciones escolares.

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