diagnostico psicologico

Intervención Historial clínico Ficha de identificación Motivo de consulta El proceso de evaluación consistió en una ent

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Intervención Historial clínico Ficha de identificación Motivo de consulta

El proceso de evaluación consistió en una entrevista con el consultante para conocer (…). También se hizo uso de instrumentos de evaluación como (…) Como resultado de la evaluación se concluye que (…) Aspecto psicológico: Dificultad con los límites, dificultad con la autoridad, principalmente la madre. Se le dificultan las actividades escolares. Se detecto dificultad para disposición en que actividades escolares. Aspecto familiar: La relación familiar en la que se desarrolla Leonardo, se muestra con falta de comunicación entre los miembros de su familia. La relación con sus hermanos es marcada hacia la falta de comunicación y violencia especialmente con uno. La figura paterna está ausente. El niño obedece al hermano mayor en cuestiones de marcar límites. Aspecto escolar/ laboral: Análisis de la entrevista

S i n ó n i m a s Excitación, agitación, Conmoción Sensible, apreciable, perceptible Homónimas Amase – de amar – de amasar Vino – de venir – de bebida Saco – de sacar – de vestido – de bolsa Antónimas Estable – inestable Paciencia – ira Sereno – turbado trastornos del desarrollo, déficit de atención, hiperactividad, problemas y conflictos escolares, rendimiento escolar, agresividad, trastornos de conducta, fobias, tristeza, ansiedad, tics, somatizaciones, problemas con la alimentación, trastornos del sueño, trastornos del espectro autista, problemas hijo-pares, ayuda en separaciones de los padres, luto, conflictos,...

El

diagnóstico

psicológico

El diagnóstico psicológico, sin embargo, se refiere a síntomas o funcionamientos mentales-emocionales que no tienen una base orgánica observable –– el diagnóstico se infiere por los comportamientos del paciente o por lo que dice que le está pasando. A pesar de los progresos en las neurociencias, estamos todavía a años luz de comprender la complejidad del cerebro lo suficientemente como para poder decir, con una exactitud comparable a la del diagnóstico médico orgánico, qué estructura cerebral da lugar a un comportamiento

mental-emocional

específico

en

ese

momento.

Por lo tanto, decir que alguien está deprimido porque le falta serotonina (un neurotransmisor) en el cerebro, es como decir que la economía de un país sufre porque los ciudadanos compran coches extranjeros. Algo tendrá que ver, sí, pero la respuesta es infinitamente más compleja. De modo que debemos tener cuidado de no reíficar (convertir algo intangible en algo real y observable) a los diagnósticos psicológicos como si fuesen cosas que se pueden observar directamente y que se “tienen”. No se “tienen” dificultades sexuales o una depresión, por ejemplo, de la misma manera que se “tiene” un infarto cardíaco. Las personas que hayan sufrido un infarto cardíaco tendrán todas una obstrucción en un vaso sanguíneo que riega el corazón. Las personas con dificultades sexuales o una depresión sufrirán de ello por una infinidad de razones diferentes. Tipos

de

diagnóstico

psicológico

Para describir los diagnósticos psicológicos podemos decir que, a grandes rasgos, existen dos tipos de diagnóstico psicológico: el diagnóstico psicológico sintomático y el diagnóstico psicológico estructural. El

diagnóstico

psicológico

sintomático

El diagnóstico psicológico sintomático consiste en agrupar un cierto número de síntomas, lo que se llama un síndrome, en función de la frecuencia, duración y etiología de su aparición, y darle un nombre para que pueda ser fácilmente reconocido. Esto es útil porque es frecuente que ciertos grupos de síntomas aparezcan juntos y formen cuadros clínicos familiares para los profesionales de la salud mental. Nos ayuda a comunicar rápidamente cuál es el sufrimiento manifiesto del paciente a otros profesionales. Sin embargo, esta forma de diagnóstico no nos dice gran cosa sobre la persona que sufre de estos síntomas: no nos ayuda a tener una idea de qué tipo de

persona es, ni qué personalidad tiene, ni cuales son sus maneras habituales de sentir, pensar y comportarse. Es una forma de diagnóstico descriptiva pero poco profunda dado que síntomas parecidos pueden ser producidas por personas muy diferentes y tener causas diferentes. El

diagnóstico

psicológico

estructural

El diagnóstico psicológico estructural consiste en intentar descubrir cuál es la estructura de personalidad del paciente, siempre sujeta a revisión en función de nuevos datos, para comprenderle como una persona completa y compleja. La estructura de personalidad consiste en qué tipo de vínculos establece esa persona con los otros, cuál es la cualidad y la intensidad de sus pulsiones y afectos, qué mecanismos de defensa y de adaptación utiliza, qué auto-imagen tiene, de qué tipo de síntomas sufre, y cómo ha llegado hasta allí. El objetivo es poder hacerse una idea tridimensional del individuo y procurar entender cómo funciona concretamente esa persona. Nos permite tener una idea más clara de qué tipo de tratamiento puede serle beneficioso y cómo enfrentarlo. Ahora bien, es importante recordar que un diagnóstico psicológico estructural es siempre aproximativo y nunca enteramente perteneciente a una categoría concreta; el funcionamiento mental es complejo y puede cambiar a lo largo de la vida o como consecuencia de un tratamiento psicológico. Las

primeras

entrevistas

Durante las primeras entrevistas un psicólogo intentarán llegar a un diagnóstico estructural aproximativo para poder entender qué le sucede al paciente y poder indicarle el tratamiento más adecuado para su situación. Ahora bien, es frecuente que las palabras técnicas que utilizan los psicólogos para hablar de estructuras de personalidad sean reíficadas y transformadas en etiquetas reduccionistas. Por esta razón, los psicólogos tienden a no utilizarlos con los pacientes porque suelen limitar la libertad de los pacientes para pensar sobre sí mismos y crearse su propia idea de lo que les sucede. Es más importante que un paciente pueda crear una imagen matizada, íntima y profunda de lo que le ocurre a que sepa que aquello de lo que sufre se suele llamar “X”. Por lo tanto, en el momento de la indicación terapéutica, el psicólogo usará un lenguaje llano y comprensible para decirle al paciente qué cree que le pasa y cómo ayudarle.

Existe una serie de variables que son fundamentales para que una terapia psicológica tenga éxito; algunas de ellas son que haya una buena alianzaterapéutica entre el psicólogo y el paciente, que el psicólogo clínico tenga un buen nivel de formación y experiencia, la disposición positiva e implicación por parte del paciente en el proceso etc. Aquí nos queremos centrar en una condición ineludible, que es hacer una evaluación y un diagnóstico preciso del problema a tratar. Sin un buen diagnóstico la terapia nunca funcionará. En el planteamiento general que el paciente hace de su problema en un principio, la inmensa mayoría mezclan conceptos. Hablan de ansiedad, somatizaciones, miedos y depresiones. Es cierto que coexisten todas ellas y todas hacen daño y causan sufrimiento, pero siempre existe una causa primaria. Esa es la esencial, la prioritaria, la que ha de resolverse, porque las demás son consecuencia de la primera. Imaginemos una persona que acude al médico diciendo que tiene fiebre, mareos, a veces vómitos y a veces dolores de cabeza. El médico deberá hacer una exploración certera para determinar el origen de esos síntomas y conociendo el origen, las consecuencias, es decir, los mareos, vómitos y fiebre desaparecerán una vez que haya tratado ese origen, esa causa. Para tratar adecuadamente el origen requerirá el buen diagnóstico. Esto mismo es lo que tiene que hacer el psicólogo clínico con su paciente. Supongamos que una persona acude a la consulta del psicólogo y le dice que se encuentra muy triste, con mucha ansiedad y que no tiene ganas de vivir. “¿Por qué?” preguntará el profesional. “Porque tengo una depresión”, puede contestar el paciente. ¿Valdría ese autodiagnóstico? En realidad, no. Esa tristeza y esa falta de ilusión puede obedecer efectivamente a una depresión “per se” o esa depresión puede ser consecuencia de la patología primaria que el sujeto padezca. Es difícil conocer a un obsesivo que no sufra de tristeza. Igual de difícil (por no decir, imposible) a un agorafóbico sin ansiedad. Igualmente, un fóbico social manifiesta ansiedad, somatizaciones y temores. En definitiva, ese profesional ha de saber con exactitud si el paciente sufre de depresión, o de un trastorno del comportamiento alimentario, o de una fobia del tipo que sea, o de un trastorno obsesivo compulsivo, etc. como causa original y ese conocimiento solamente se puede obtener a través de una evaluación y un diagnóstico certero. A veces, nos hemos encontrado con personas que han estado años en tratamientopsicológico debido precisamente a que el primer enfoque ha sido erróneo. Aparentemente podía ser una depresión, sin embargo lo que verdaderamente ocurría es que el sujeto padecía un trastorno obsesivo y la depresión era consecuencia de la obsesión y naturalmente ambas patologías tienen tratamientos muy distintos. El alcohol es un depresor del sistema nervioso. A la vez que el alcohólico manifiesta conductas depresivas, puede también tener fases agresivas y además puede presentar disfunciones sexuales, y por otro lado, celotipias, que en estos casos están muy generalizadas. Pues bien, si en estos casos el tratamiento psicológico se encauzase a tratar la depresión o la agresividad o la disfunción sexual o los celos, ese paciente alcohólico estaría en tratamiento de por vida porque no se ha tratado su problema esencial: el alcoholismo.

Realizar un buen diagnóstico principal, es decir, saber con claridad que es lo que padece la persona y así abordar el problema primario y sus manifestaciones, es un requisito ineludible para que el tratamiento psicológico pueda tener éxito.

Transcripción PSICOLÓGICO

de

ELABORACIÓN

DEL

INFORME

INTEGRACIÓN DEL INFORME PSICOLÓGICO design by Dóri Sirály for Prezi INTRODUCCIÓN El psicodiagnóstico clínico o la evaluación psicológica es un proceso mediante el cual se integra la información relevante acerca del paciente. La interpretación de esta información siempre debe realizarse dentro del contexto de vida de la persona, es decir, tomando en cuenta los procesos del desarrollo físico y psicológico, la dinámica familiar, y el contexto educativo y social en el que se encuentra inmerso. Elaboración del Informe psicológico Los informes psicológicos se redactan con una gran variedad de propósitos y están dirigidos a distintas personas (médicos, maestros, jueces, etc) y diversas instituciones (educativas, hospitalarias, etc). El informe siempre debe redactarse teniendo en cuenta el funcionamiento cognoscitivo, emocional y social del niño. El informe psicológico puede variar en su estilo o extensión, dependiendo de a quién se dirija y en función de la atención que se brindará al paciente. 1.Motivo de consulta En este apartado se deben aclarar las fuentes de información (escuela, psiquiatra, pediatra, etc.) así como lo que preocupa a los padres o encargados del niño o adolescente. Con base en los datos obtenidos en este rubro, se diseñan los procedimientos y las pruebas que se aplicarán para realizar la evaluación. En este apartado también deben tomarse en cuenta los antecedentes importantes con respecto al problema (estudios médicos, neurológicos, etc). Consideraciones básicas para el informe Una valoración psicológica está completa sólo después de que la información obtenida se ha organizado, sintetizado e integrado. El psicólogo debe estar consciente de la influencia que tiene el informe en el niño y en su familia en los años subsiguientes, por lo que su planificación merece extremo cuidado y consideración para así optimizar el uso pertinente de la información obtenida. Elementos del informe psicológico 1.Integración de los datos. 2.Contenido del informe.

3.4.5.6.7.-

Claridad Extensión Diagnóstico Comunicación de Manejo ético

de

la del y resultados y de los

información. informe. tratamiento. seguimiento. resultados.

MAESTRO: ALVARO MELCHOR HUERTA Cuando se elabora un informe psicológico, éste siempre debe dar respuesta al motivo por el cual se realizó la evaluación. El proceso del psicodiagnóstico inicia con la referencia de la persona para evaluación y termina con la devolución de los resultados a la fuente de referencia. En una evaluación psicológica, además de la entrevista, se emplean pruebas psicométricas y proyectivas, por lo cual, el informe debe contener tanto los datos cuantitativos que arrojan los instrumentos de medida, como los aspectos psicodinámicos de personalidad y el manejo de conflictos que se obtenga de las pruebas proyectivas. Todos los datos tienen que interpretarse, integrarse y explicarse a la luz de la actitud y la disposición de la persona frente a la situación de prueba, el motivo de consulta y su contexto de vida. Deben recopilarse en todo momento las observaciones tanto del menor como de los padres, los maestros y las personas encargadas de su cuidado. Es conveniente que se evalúe al paciente en un tiempo muy cercano a cuando se solicitó la consulta (y antes de que se inicie el proceso terapéutico, y que los datos se integren en un lapso razonable. La evaluación, de preferencia, tiene que realizarse en un máximo de 5 sesiones, considerando que no transcurra mucho tiempo desde la entrevista inicial, la aplicación de las pruebas psicológicas y la entrega de resultados. El diagnóstico psicológico tiene consecuencias trascendentales para la vida de las personas, es por eso que el psicólogo que utilice este material debe estar capacitado en el manejo de los instrumentos, en la entrevista con niños y con adultos y que conozca la teoría que sustentan los datos que presenta. Es importante que el estudiante de psicología cuente con la asesoría y supervisión de un experto para su capacitación en el empleo de pruebas psicológicas y en la elaboración e integración de los informes. Lo más relevante es que se proporcionen datos integrados que den respuesta al motivo de la evaluación y la toma de decisiones y, que de esta manera, permitan brindar la atención familiar, médica psicológica o psicopedagógica que el niño y su familia requieran. Por esto, el informe que se obtenga de los resultados e interpretación de las pruebas debe redactarse con mucho cuidado, de modo oportuno, pertinente y

apelando Contenido Ficha Entrevista 2.-

siempre

al

juicio

ético

del

del

informe Identificación

de Observación

profesional.

de

la

conducta.

En esta parte se registran las conductas de la persona durante la evaluación, por ejemplo: Sus Métodos Actitudes Lenguaje 3.-

reacciones

Instrumentos

ante de

el

de

fracaso trabajo

evaluación

Se enlistan los métodos y pruebas que se utilizaron en la evaluación, utilizando los nombres completos de los mismos y la versión con la que se trabajó, ya que las normas varían de una versión a otra. 4.Resultados de las pruebas psicométricas La forma en que se redactan los resultados dependera del motivo de consulta y de la persona a quien se le entregará. En algunos informes no deben incluirse los resultados cuantitativos, sino más bien el rendimiento del niño (Ej. promedio, superior, etc). Los resultados pueden presentarse por secciones de acuerdo con las áreas evaluadas: intelectual, verbal, ejecutiva, visomotriz. 5.Resultados de las pruebas proyectivas Estos resultados pertenecen básicamente a la esfera emocional. Los datos obtenidos a través de estas pruebas se analizan relacionándolos con aquellos obtenidos en las pruebas psicométricas. Los resultados deberán redactarse de manera clara, considerando las características personales del sujeto en relación con su contexto familiar, escolar y social. 6.Conclusiones o impresión diagnóstica Se elabora un resumen en el que se presenta la información más relevante y que responda al motivo de consulta. En algunos casos será posible elaborar un diagnóstico basados en los criterios del DSM-IV.

7.-

Recomendaciones

generales

Aquí se incluye el tratamiento o tratamientos recomendados en función de los resultados obtenidos, los cuales deben fundamentarse. Para terminar, el informe debe incluir el nombre completo y la firma de quien realizó el estudio, además del grado académico que el psicólogo tiene, así como el número de su cédula profesional. Si es un estudiante el que realiza el estudio, éste debe llevar, además de la firma del estudiante, la del supervisor, el maestro o ambos, que avalen el informe. El supervisor, además de firmar, también debe incluir su grado escolar y número de cédula profesional. 1.Integración de los datos. Los datos obtenidos deben integrarse dentro de la perspectiva teórica que los sustenten, empleando un lenguaje común que pueda entender la persona que recibe el informe. La meta en la evaluación psicológica consiste en obtener una visión amplia de la manera en la que el sujeto funciona y se desenvuelve en diferentes ámbitos. Es conveniente dar una explicación de cuáles pueden ser las causas de determinadas conductas y cómo afectan el comportamiento de la persona. 2.Contenido del informe. Las formulaciones diagnósticas y las recomendaciones deben sustentarse en la síntesis de toda la información disponible. Hay que evitar la expresión de juicios de valor o adjetivos calificativos negativos fuera de contexto, así como el hacer predicciones a largo plazo. En los aspectos afectivos, es necesario considerar la etapa de desarrollo en la que el sujeto se encuentra. Describir cómo es el manejo de impulsos, su autoconcepto y su autoestima y si ha introyectado las normas sociales. 3.Claridad de la información. Es esencial una buena redacción. Las ideas deben presentarse con una buena secuencia lógica y ordenada sin redundar y usando palabras del vocabulario común. Hay que evitar el uso del lenguaje técnico cuando no sea necesario. Las afirmaciones deben ser directas y concretas de tal manera que la persona que lea el estudio entienda exactamente lo que se quiso decir. 4.Extensión del informe. El informe debe ser breve, el psicólogo tiene qué seleccionar la información que sea pertinente a cada caso y que permita dar respuesta al motivo de consulta.

La información debe estar integrada, el contenido tiene que ser una síntesis de los datos obtenidos y expresarse de manera clara. 5.Diagnóstico y tratamiento. Si la fuente que solicitó la evaluación lo requiere y los datos obtenidos lo permiten, el psicólogo basará su diagnóstico en el DSM-IV y en el CIE-10. 6.Comunicación de resultados y seguimiento. La evaluación no termina con la entrega de resultados, ya que éstos son una hipotesis que solo el tratamiento y el paso del tiempo podrán confirmar. Durante el tratamiento se siguen evaluando las conductas en las que se pretende incidir, por ello, se considera útil que la persona que realizó la evaluación lleve a cabo también el tratamiento. Seguimiento: 3 meses. 7.Manejo ético de los resultados. El psicólogo debe tenerlos en cuenta al llevar a cabo todo el proceso de la evalución psicológica. OTTAWA, CANADÁ Respeto Tratamiento Integridad Responsabilidad American (APA

a

la humano

dignidad y

humana. responsable. profesional. social Associatian 1994)

Psychological

Entrenamiento. Consulta. Conocimiento de las leyes federales y estatales. Conocimiento de los sesgos personales y sociales y de las prácticas no discriminatorias. Evitar relaciones múltiples. Consentimiento informado. Confidencialidad y revelación de información. (APA 1994) Diversos métodos Interpretación Explicación de Registro Confiabilidad

de de los

recopilación resultados de y

de los de

la

información. datos. evaluación. datos. validez.

Entender (APA

la

influencia

que

ejercen

las

recomendaciones. 1994)

Reconocimiento de competencias. Declaraciones públicas. Explicación de costos financieros. Investigación. Los psicólogos que no siguen estas pautas pueden hacerse acreedores a demandas por uso indebido o mal uso de los instrumentos de evaluación, utilización incorrecta de los datos obtenidos, interpretación errónea de los datos de evaluación, por invasión a la vida privada y violación a la confidencialidad. Para reducir la responsabilidad profesional, se debe informar adecuadamente al paciente de: El propósito de la evaluación. Los resultados de ésta (lo que comprende hallazgos y recomendaciones). Los posibles usos de los resultados. Las personas que pueden acceder al informe.

PSICODIAGNOSTICO Infantil

¿Qué

es

el

Psicodiágnostico?

Objetivos: 

Lograr un acercamiento al examinado.



Tener una visión más dinámica del examinado, comprendiendo e integrando los elementos parciales de éste.



Describir al examinado, en algún aspecto específico (ej: capacidad intelectual, personalidad, habilidades específicas, etcétera) o en su totalidad, de acuerdo a un propósito inicial (ej: definición de adecuación a un cargo en caso de selección de personal, diagnóstico clínico diferencial, entrega de información con fines pedagógicos, etcétera).

Etapas:

1. Contacto inicial:

Puede ocurrir incluso antes de que el paciente acuda a la consulta (llamado telefónico u hojas de derivación o de interconsulta). Indica quién pide la consulta y a quién tiene que responder el psicodiagnóstico.

1. Entrevista inicial: Permite obtener el motivo de consulta (manifiesto y latente), el rapport(relación entre entrevistador y entrevistado) y realizar la planificación de la evaluación, es decir, qué pruebas se van a aplicar al examinado y en qué orden. Esto último es importante ya que hay distintas evaluaciones para distintas áreas a evaluar. La confección de la batería de tests a aplicar a un sujeto determinado debe realizarse de acuerdo a lo que se necesita saber de él, lo que va a estar estrechamente ligado a su motivo de consulta. También influye en esto la edad del examinado y el tiempo del que se dispone para realizar el proceso de Psicodiagnóstico.

1. Aplicación de la evaluación: Administración de tests y otras herramientas diagnósticas. Cierre del proceso y devolución de la información: A través de una breve entrevista con el examinado. Es una fase clave y muy necesaria. Lo mínimo que puede darse al examinado, que ha vivido un proceso de auto-exposición en el que ha depositado ansiedades y temores, es una respuesta. Consiste en una explicación estratégica que se da al examinado de lo que se encontró en el proceso de evaluación, limitándose a mencionar aquellos aspectos que san de utilidad para el proceso terapéutico. En Psicodiagnóstico Infantil, siempre se debe incluir al niño en la devolución, lo que obliga al psicólogo a adaptar su lenguaje para poder ser comprendido por éste. Este proceso de devolución implica la generación de insight y el manejo de la ansiedad del paciente.

1. Análisis de los resultados 1. Confección y entrega del Informe Psicológico: Dirigido

al

solicitante

del

proceso

de

Psicodiagnóstico.

¿Qué es un Informe Psicológico?Es un informe escrito que expone verbalmente los resultados de un proceso de Psicodiagnóstico y que generalmente va dirigido al solicitante del mismo (médico especialista tratante, psicólogo tratante, encargado de selección de personal de una empresa, profesor jefe, etcétera). En él se incluyen los siguientes datos: 

Identificación del examinado y del examinador



Motivo de consulta



Antecedentes relevantes



Pruebas o instrumentos aplicados



Conducta observada



Resultados



Conclusiones o sugerencias

Informe Diagnóstico psicológico Modelo de informe INFORME PSICOLÓGICO Nº

I. DATOS PERSONALES Apellidos y Nombres

: xxx

Lugar y Fecha de Nacimiento

: Santa Cruz 19-09-97

Edad : 7

Años : 7

Meses : 10

Escolaridad

: 3ro de Primaria

Colegio

: xxx

Fecha de Psicodiagnóstico

: 09-07-05

Motivo de Consulta

: Informe Psicológico

Fuente de Información Realizado por

: Familia : Fanny R.

II. DATOS FAMILIARES Padre Madre

: : xxx.

Hermanos Otros Familiares

: 4 Mujeres : -

III. ANTECEDENTES PERSONALES 1. Concepción

: Embarazo Deseado

2. Embarazo

: Normal

3. Parto

: Con Sutura

4. Nacimiento

: 19-09-97

5. Lactancia

: Poco Normal / No hubo leche en un pecho de

la Madre y le tuvieron que dar leche NAN en biberón. 6. Enfermedades

: Infecciones

7. Desarrollo Psicológico : Bueno y Normal 8. Lenguaje

: Claro desde los 3 años

9. Sueño

: Normal

10. Hábito de Limpieza Espiritual: Inculcado por sus padres 11. Escolaridad

: 3ro de Primaria desde Inicial a los 4 años

12. Conducta

: Inquieto, Hiperactivo.

IV. ANTECEDENTES PSÍQUICOS Y ORGÁNICOS Estado de Salud

: Buena, solo algunas gripes

Tipo de realización conyugal – hijos: Ninguno, todavía tiene alguna relación, todas solteras. Castigos Rivalidad

: Gritos : Ninguna

a

V. SINTESIS DEL TEST PERSONAL Este niño tiene una edad de 7 años y 10 meses, pero en su nivel cognitivo presenta como un niño de 11 años, o sea tiene inteligencia elevada demostrando en la figura humana, su lateralidad se inclina más al lado derecho, se siente protegido y el más importante en su familia.

VI, DESARROLLO DEL PROCESO 1) Observación de la conducta : Sociable, normal, interactivo e hiperactivo. 2) Pruebas administradas

: Vender, figura humana, famita, lateralidad.

a) Área Intelectual

: Se encuentra en un nivel alto / normal.

: Se siente protegido, capaz, es alegre pero a veces

indeciso, demuestra afecto.

VII. CONCLUSIONES Niño, normal, inteligente pero que esta en ritmo de maduración.

VIII. RECOMENDACIONES Se recomienda a los padres de familia acercarse un poco más a su niño demostrando más confianza y comunicación, puesto que el niño los quiere pero se siente más cerca de sus hermanos.

IX. PRONÓSTICO Niño con visiones inteligentes que va en proceso de maduración y tiene que recibir más afecto de parte de sus padres.

RESULTADOS DE LAS PRUEBAS (BENDER, FIGURA HUMANA, FAMILIA,

TEST DE DIBUJO DE LA FIGURA HUMANA

Que está haciendo : Está parado Edad

: 25 años, casado, no tiene hijos, vive con su mujer, está

alegre, está pensando en mirar la televisión, el dibujo me recuerda a José Luis (Primo).



El niño de dibujo la figura humana tranquila y paciencia.



La cabeza es proporcional al cuerpo del hombre.



Las características de contacto: Las manos expresan naturalidad y tienen 5 dedos, los brazos son definidos pero le faltan codos.



Los pies y piernas son notorios, pero olvidando las rodillas.



El tronco está unido al cuerpo y es notorio.



El pecho es ancho y fuerte



La vestimenta, solo se expresa una chompa, pantalón y zapatos. TEST DE LA FAMILIA

I.

PLANO GRAFICO 

Trazos fuerte: audacia, a veces racionales antes un temor de impotencia,



fuertes pulsiones. Trazos simétricos; superficie grande, el exceso indica desequilibrio.



La banda superior izquierda del pasado regresa a su infancia



Sector en blanco: poco: creatividad, socialización, movimientos



Izquierda o derecha: movimiento progresivo



Lateralidad: predominio de izquierda a derecha.

II.

Plano de las estructuras formales

Sensorial: Personalidad flexible, no se someten a las reglas, ya menos rígida, nervioso, inestable.

III.

Plano del contenido

Familia real -

Tratamiento de cada uno de los personajes, todos los miembros de su familia fueron descritos con creatividad y paciencia.

-

Personajes mas valorizado, su hermana Fanny

-

Numero de personajes en cada una de las familias, nombre, edad. Los personajes de su famita son 7 y todos con sus respectivos nombres.

-

Forma de aparición sobre cada uno de los personajes, aparecen de izquierda a Derecha comenzando por sus hermanas y terminando en sus padres, cada uno con ciertas características particulares.

-

La posición de los dibujos nos muestra los lazos afectivos, identificación, disolución de complejo de Edipo.

-

Esta mas identificado y con mas afecto a sus hermanas.

IV.

Investigación Psicoanalítica Historia Personal -

Luís Alejandro nación en Santa Cruz el 19 de septiembre de 1977, es único hijo varón, hermano de 3 mujeres vive con su familia, mamá, papá, hermanas.

-

Esta en 3ro de primaria del Colegio Oscar Unzaga de la Vega.

-

Le gusta jugar monopolio, fútbol y billar.

CUESTIONARIO 1.

¿Dónde esta la familia en este momento?

En mi casa 2.

¿Cuál es el mas bueno por que?

Fanny, juega, compra, atenta, lleva a la farmacia 3.

¿Cuál es el menos bueno?

Ana María, de todo se enoja 4.

¿Cuál es el más feliz?

Roxana, por que trabaja y es feliz 5.

¿Cuál es el menos feliz?

Mi mamá Sofía, porque se enferma y tiene problemas 6.

¿De esta familia a quien prefiere más?

Fanny, porque me enseña, me compra cosas, comparte y me quiere. 7.

El papá propone un paseo, alguien tiene que quedarse en la casa,

cual es y ¿Por qué? Yo, porque quiero que se diviertan los demás 8.

Uno de tus hermanos se porta mal ¿cual es, como lo castigas,

quien lo castiga? Ana María, le grita a mi mamá 9.

Suponiendo que formas parte de esta familia ¿quien serias?

Mi papá, por su fuerza 10.

Pregúntame algún detalle del dibujo ¿Por qué dibujas al cortejo

de tu hermana? Porque es como mi familia, es bueno. PLANO GRAFICO -

Bueno, identificando a su familia con sus características.

-

Plano de las estructuras formales, correcta

-

Plano del contenido, su familia.

BENDER -

En la figura (1) el niño presento un poco de nerviosismo y duda de no poder realizarlo igual, dadas las indicaciones el niño realizo los que eran puntos, los convirtió en círculos para la misma cantidad de puntos.

-

En la figura (2) el niño miro la figura solo una vez y contó cuantos eran por fila, termino trasciendo tras bolitas juntas en vez de separadas.

-

En la figura (3) hubo una desintegración del diseño, pero no en todo.

-

En la figura (4) hubo una buena integración del diseño

-

En la figura (5) la integración es buena, solo en vez de puntos puso círculos.

-

Dentro de la figura (6) las dos líneas se cruzan, onduladamente.

-

La figura (7) los hexágonos llegan a tocarse

-

La figura (8) el rombo esta bien formando y el rombo que esta dentro también.

-

La figura A el cuadrado y el circulo están en una buena posición igual a la tarjeta llegan a tocarse en su mínima expresión.

ÍTEM PUNTUABLE -

En la figura 1 ítem 4, presenta una disfunción cerebral que se le puede presentar en cualquier edad.

-

En la figura 1 ítem 5, lesión cerebral se le puede presentar en cualquier edad.

-

Figura 2 ítem 8, lesión cerebral provocada casi a los 6 años.

-

Figura 3 ítems 10, 11, 12, lesión cerebral provocada de los 5 a 6 años.

-

Figura 3, ítem 12, lesión entre 5 y 6 años en la edad escolar.

SACO EL PUNTAJE DE: MALO

Reflexiones y criterios sobre el diagnóstico psicológico en niños Rocío Peredo Videa

Las características, los patrones y parámetros dl cambio humano han sido y siguen siendo algunos de los temas y objetos de estudios más interesantes de la investigación psicológica clínica. Los aportes teóricos, de los hallazgos empíricos, cobran valor cuando se identifican los cambios significativos que típicamente se presentan a lo largo de la vida del individuo. Dentro de esta perspectiva, concitan especial atención e interés aquellos procesos de cambio que dan cuenta de problemas y alteraciones de la actividad humana, en cualquiera de sus dimensiones, y que obedecen a una o algunas alteraciones específicas, las cuales se trata de identificar y explicar a partir de sus antecedentes y manifestaciones, de las contingencias y consecuencias para el individuo, su grupo de interrelación y la comunidad en general. Si bien la categorización y clasificación son esenciales para el progreso de cualquier disciplina, esto es particularmente complejo en la psicología clínica general, y mucho más en la psicología clínica infantil debido a las dificultades adicionales características del proceso de desarrollo del niño, que hacen especialmente complejo el proceso diagnóstico. A causa de esto, muchas categorías diagnósticas para la niñez han sido formuladas sobre la base del acuerdo entre clínicos que reconocen una equivalencia entre las descripciones clínicas y lo que observan y evidencian en su propia práctica; no obstante, el conocimiento y la denominación de un trastorno está, en muchos casos, limitado por la experiencia clínica. Esto ha generado, con frecuencia, una imprecisión terminológica, obstaculizando en parte el estudio de determinadas alteraciones o problemas que los niños presentan. En este artículo se plantean aquellos criterios que es necesario tomar en cuenta cuando se realiza el diagnóstico psicológico en niños, para que puedan constituir un aporte y reflexión hacia una labor científica, responsable y ética para el profesional psicólogo que ha abierto un espacio y tiempo de su atención a los niños de nuestro medio.

El diagnóstico de los problemas psicológicos infantiles El estudio de cualquier tipo de fenómeno requiere de un sistema de organización y relación de sus variables intervinientes; el estudio de un fenómeno psicopatológico requiere no sólo de la estructura organizativa de dichas variables a nivel de criterios descriptivos de información clínica, sino también de la explicitación de las interrelaciones de factores y procesos biológicos, cognitivos, afectivos, emocionales, conductuales y sociales en su carácter funcional -o disfuncional- de acuerdo al caso. En este entendido, el diagnóstico de los problemas psicológicos en los adultos ha avanzado considerablemente; posiblemente, uno de los más significativos avances ha sido el surgido de los intentos para desarrollar criterios específicos para un número determinado de trastornos (Kazdin, 1990); estos avances han promovido y realzado la investigación sobre incidencia, prevalencia, causas, tratamiento y curso clínico de diversos problemas. Sin embargo, hasta hace poco, el estudio e investigación de los problemas psicológicos en la niñez fueron poco atendidos, tanto a nivel de los criterios como en su clasificación y diferenciación.

De acuerdo con algunos autores (Kazdin, 1990; Achenbach, 1990; Magrag y Wohlford, 1990) este descuido puede deberse en parte a algunas complejidades típicas de la niñez, y por otra parte, a la naturaleza del desarrollo humano, ya que el niño es un ser en cambio. En el adulto, la alteración o disfunción psicológica es generalmente considerada en el contexto de un desarrollo relativamente estable en las esferas cognitiva, afectiva, biológica y social, y si bien las fases y los cambios son cada vez más reconocidos en el proceso psicopatológico del adulto, dichos cambios son probablemente menos marcados, o por lo menos más graduales, que aquéllos evidenciados en la niñez y la adolescencia. El panorama cambiante de la niñez hace que el diagnóstico de la "alteración" sea problemático, por tanto, el diagnóstico depende en mayor medida de la edad y de consideraciones específicas del desarrollo humano (Kazdin, 1990), así como también de las características del contexto socio-cultural al que el niño pertenece. El conocimiento y comprensión que el psicólogo infantil debe poseer sobre las variaciones y cambios en la niñez nos muestran la importancia de considerar aspectos del desarrollo y aprendizaje humanos en el diagnóstico y tratamiento de los problemas psicológicos, y esto implica que es necesario aprender acerca del desarrollo "normal" o saludable del niño en nuestro medio, así como aquellas variaciones que implican o no alteración. El desarrollo "normal" se presenta a través de un conjunto de capacidades y habilidades cognitivas, emocionales y sociales que están relacionadas entre sí. Las habilidades que el niño alcanza en un periodo de desarrollo le permiten relacionarse con su entorno y sirven de base para la consecución de otras. Las nuevas habilidades que el niño va desarrollando integran también a las anteriores en nuevos esquemas de funcionamiento, La patología se puede considerar como una falta de desarrollo e integración de capacidades y habilidades (Sarason y Sarason, 1996). Por esto, los principios teóricos acerca del desarrollo "normal" infantil deberán estar integrados con los de la psicopatología infantil; esto permitirá, a la larga, identificar y categorizar aquellos factores y procesos de cambio que dan cuenta de alteraciones y déficits del desarrollo y aprendizaje infantil en general, haciendo posible la explicación de las causas y características de los problemas, así como de las diferentes etapas a través de las cuales los mismos se presentan, y todas las implicaciones que esto representa. Es evidente, entonces, que es fundamental para los psicólogos infantiles estar familiarizados con el curso y desarrollo de las diferentes funciones (cognitivas, emocionales y conductuales, además de las biológicas) así como de su maduración e integración. Es igualmente importante poder reconocer las variables contextuales e intraorganísmicas que pueden facilitar u obstaculizar el desarrollo y aprendizaje, de modo que el niño pueda ser conocido y comprendido en su totalidad (Serafica y Wenar, 1985; en S. Russ, 1990), y sus problemas puedan ser tratados de forma integral y no separadamente.

Conceptos claves para el diagnóstico psicológico infantil En este punto, para la psicopatología del desarrollo el interés también gira en torno a la identificación de las etapas o períodos del desarrollo a través de los cuales las alteraciones se presentan y desenvuelven, así como a los tipos de continuidad y predictibilidad que es posible encontrar en los diferentes períodos de vida, y sobre todo en la niñez. Para lograr esto, es necesario remitirse a la concepción de trastorno, que permita abarcar y entender las peculiaridades y particularidades del desarrollo humano alterado. Una alteración específica, a nivel físico, fisiológico o psicológico, establecida y reconocida como indicador(llamada también síntoma), puede aparecer como consecuencia de una variación en el contexto objetivo y/o espacio subjetivo del individuo o puede presentarse sin una razón "aparente" o manifiesta que la explique (Cantwell, 1987; en D. P. Cantwell y G. A. Carlson, 1987). El indicador con manifestación psicológica puede ser una alteración conductual, emocional o cognitiva (Calderón Jemio, 1996).

Al nivel de conducta, se puede tratar de déficits, excesos, interferencias o transferencias inadecuadas conductuales. En el plano emocional pueden ser sensaciones y sentimientos interferentes o inadecuadamente transferidos. En el ámbito cognitivo, se puede tratar déficits, o inadecuación respecto al contexto o a uno mismo, tanto en la estructuración de las cogniciones y su contenido, con interferencias o transferencias no proporcionales en representaciones mentales, como en los procesos de dicha actividad. El indicador o alteración específica puede o no formar parte de un síndrome o de un trastorno clínico. El síndrome, en comparación al indicador, es un concepto que incluye algunos síntomas que, por lo general, se presentan juntos. En el síndrome los indicadores no se refieren a cambios solamente en un nivel o dimensión, sino que incluye también la interrelación de aquéllos, como ser, alteraciones psicofisiológicas o psicomotrices, o variaciones afectivo-emocionales o cognitivo-conductuales, motivacionales y/o sociales. El síndrome puede presentarse como un problema único o principal, pero a su vez, puede aparecer acompañando una variedad de alteraciones físicas y/o psicológicas. El concepto de trastorno posee aún connotaciones más complejas que el de síndrome. El uso del término trastorno no sólo significa que existe un síndrome específico que es hasta cierto punto incapacitante, sino que también existe un cuadro clínico -o contenido sintomatológicocaracterístico, una historia o antecedentes característicos, una etiología en tanto causas y precipitantes específicos; unas formas de expresión -en el ámbito cognitivo, emocional, conductual, físico y/o fisiológico- específicas, un índice de gravedad e interferencia personal y/o social característicos, una respuesta al tratamiento característica, y también muy probablemente determinados correlatos familiares, contextuales, biológicos y hasta sociales y culturales (Cantwell y Carlson, 1987). Por tanto, un trastorno viene a ser una estructuración sindrómica y/o sintomatológica, cuantitativa y cualitativa, de diferentes grados, formas y tipos de alteración.

Manifestaciones de alteración específicas del desarrollo y del aprendizaje en la niñez Los trastornos psicológicos en la niñez se caracterizan singularmente por consideraciones del desarrollo humano que son fundamentales para el diagnóstico de muchos de los cuadros clínicos. Sin embargo, muchos problemas infantiles se manifiestan a través de diversos indicadores sin alcanzar la categoría de trastorno, y que también merecen la atención profesional del psicólogo. Por ejemplo, algunas reacciones o manifestaciones, tales como el descontrol de esfínteres, la labilidad emocional, la obstinación o la sobreactividad, se consideran de manera diferente de acuerdo a la edad del niño (no es lo mismo si el niño tiene tres años que si tiene diez años) y en algunos casos no implican un signo o indicador clínico, sino son parte del período específico del desarrollo del niño. Por otro lado, muchas manifestaciones emocionales y conductuales, tales como los miedos, la depresión, la ansiedad, la agresividad o el negativismo, pueden variar marcadamente a través de diferentes edades en la infancia y la adolescencia, y deben ser considerados clínicamente o no, de acuerdo al tipo de estresores psicosociales que los provocan. Más aún, los problemas y alteraciones que pueden llegar a presentarse en diferentes etapas evolutivas de la niñez tienen diversas formas de presentación. Por ejemplo, en el caso de las alteraciones emocionales, este problema en infantes y niños pequeños con frecuencia llega a implicar síntomas físicos o déficits en el desarrollo; cuando los niños son algo mayores, entre tres y seis años de edad, sus problemas emocionales son, por lo general, manifestados en forma de problemas de conducta, tales como berrinches, negativismo en la casa y actividad excesiva en el espacio académico pre-escolar. Este mismo problema en niños de seis a doce años de edad puede presentarse, a nivel académico, como dificultades de aprendizaje escolar o problemas de conducta en el ambiente escolar; y ya llegando a la adolescencia muchos niños con alteraciones

emocionales se encuentran en alto riesgo respecto a una falta del control de impulsos que puede implicar deserción escolar, agresividad, fugas, consumo de sustancias, abusos sexuales y otros (Magrab y Wohlford, 1990). Numerosos ejemplos pueden ser citados y todos ellos sugieren interrogantes con relación a "dónde" el desarrollo considerado normal termina y "dónde" empieza la patología. El hecho de que muchas conductas y reacciones problema varían con el curso del desarrollo tiene importantes implicaciones para la evaluación y diagnóstico en la psicopatología infantil. De la misma forma, las experiencias del niño, que se han interiorizado por medio del aprendizaje, juegan un papel central respecto a cómo el niño aprende a percibir e interpretar su realidad contextual y las formas o estrategias que desarrolla para enfrentarla y responder adecuada y efectivamente, o en su caso, simplemente reaccionar a ésta. Esto, igualmente determinará el aprendizaje de patrones o esquemas adecuados o inadecuados de conducta, emoción, afectividad y pensamiento. Lograr la comprensión de los cambios que pueden ser considerados parte del desarrollo "normal" permitirá la identificación precisa de los aprendizajes apropiados para una edad o período específico, pero que pueden ser considerados problemáticos en otra. Las diferencias en el desarrollo madurativo de los niños afectan la manera en que los problemas son "expresados" (Davison y Neale, 1996), y esto se refiere no solamente a los cambios biofisiológicos sino también cognitivo-emocionales y conductuales producto del aprendizaje. Igualmente, de acuerdo al tipo de aprendizajes que el niño va logrando, gracias a la relación con su contexto, las diferentes experiencias o interacciones con el entorno pueden influir en la aparición, mantenimiento y gravedad de los problemas, y esto hace que la mayor parte de los trastornos en la niñez sean distintos de la psicopatología del adulto, y requieran de diferente clasificación. Por tanto, aunque algunos cuadros compartan criterios similares, los problemas psicológicos en el niño no deben verse como una extensión decreciente de la problemática en el adulto.

El contexto y la naturaleza reactiva de los trastornos infantiles Otro de los criterios específicos que debe ser tomado en cuenta a la hora de realizar una conclusión diagnóstica respecto a los niños es la evaluación del contexto. Un espacio muy próximo e importante de este contexto viene a ser la familia. Los terapeutas familiares han planteado que si los aspectos de estructuración y relacionamiento de la familia no son tomados en cuenta en la evaluación de los problemas, esto puede conducir a un diagnóstico poco real del niño como paciente. Este argumento es particularmente apremiante en situaciones en las que el cambio se produce al nivel de la estructura familiar y los problemas en el comportamiento del niño se presentan a partir de esa circunstancia; o, en otro caso, cuando el niño se convierte en el "centro" del efecto de interrelaciones conyugales alteradas por parte de sus padres (Rapoport e Ismond, 1994). Existen también un gran número de situaciones clínicas, menos obvias, en las cuales la naturaleza de las interacciones al interior del contexto familiar aparece como el aspecto sobresaliente del problema; de este modo, la evaluación clínica y el diagnóstico de la familia permite no sólo evidenciar la naturaleza reactiva de un trastorno infantil, sino también la respuesta al tratamiento y los efectos de ésta con relación a su contexto familiar, así como la predicción de la respuesta de la familia al tratamiento y superación del problema. Sin embargo, si bien el núcleo familiar es uno de los espacios de pertenencia más importantes, no sólo para el niño sino para cualquier ser humano, existen otros contextos, en tanto espacios de interacción e interrelación del niño que pueden generar niveles de "sobre-reactividad" si en ellos están presentes estresores psicosociales intensos y/o frecuentes, por ejemplo: castigos

exagerados en la escuela, constantes abusos o ridiculización de parte de los compañeros, aislamiento o rechazo de parte del grupo de pares, entre otros. La importancia para el diagnóstico es poder identificar si un problema psicológico en la infancia corresponde a los criterios de reactividad o sobre-reactividad a situaciones sociales estresantes relativamente reciente, o si éstas ya han sido superadas en tiempo y consecuencias y, por tanto, el diagnóstico corresponde a un cuadro clínico con mayor complejidad.

Algunas dificultades en la evaluación clínica Es importante destacar también que los problemas psicológicos en la niñez difieren de los problemas en el adulto, en un aspecto central para la evaluación psicológica clínica. Si bien los adultos se identifican a sí mismos como "teniendo" o presentando un problema, en la mayoría de los niños estos problemas son identificados por otras personas; cuando esto sucede, y el niño es remitido a consulta, se sabe que hay alguna persona que percibe al niño como "problemático" o con una alteración. En otras palabras, el niño, por lo general, no es un paciente "voluntario" y este hecho puede dificultar la evaluación ya que él mismo no posee una comprensión cabal ni una consciencia del problema. La evidencia empírica señala que si bien el comportamiento actual del niño juega un papel primordial en cómo los adultos lo perciben y cómo interpretan lo que le sucede, muchos otros factores, correspondientes a los informantes, entran en juego en esa percepción e interpretación (Davison y Neale, 1996): a) Los informantes: Las quejas acerca de los niños, por lo general, provienen de los padres, del colegio, de la comunidad, o de los profesionales que han observado un problema a través de algún tipo de evaluación. Como consecuencia, el psicólogo clínico debe evaluar al niño y, simultáneamente, las otras fuentes de información. El acuerdo entre las otras fuentes, el evaluador y los datos de la evaluación es, por lo común, mínimo. En años anteriores se había prestado considerable atención al acuerdo entre fuentes (Rapoport e Ismond, 1994). Por ahora se sabe que hay algunos trastornos, tales como la depresión, en que los reportes del niño revelan mayor información "positiva" que los reportes de los padres, mientras que otros síntomas o síndromes, especialmente las conductas "externalizadas" son reportadas con mayor exactitud por los padres (Kashani et. al., 1985; Weiner et al, 1987; en J. L. Rapoport y D. R. Ismond, 1994). Por tanto, el problema no es tan sólo de acuerdo o desacuerdo; en muchos casos, estados subjetivos simplemente no son observados o comprendidos por algunos de los padres, mientras que el niño, en otros casos, tampoco se percata de su propia problemática. De todos modos, la evaluación del psicólogo clínico, sobre todo en períodos de "desajustes" sociales, familiares, educacionales, económicos y/o culturales debe ser cuidadosa respecto al posible "sesgo" en los reportes de los informantes, y también acerca de una disminución de los niveles de tolerancia tanto del niño con relación a los problemas contextuales, como de la familia respecto a la sintomatología del niño. b) Habilidades insuficientes de auto-reporte del niño La habilidad del niño para comunicarse con el examinador puede estar limitada por su edad, su desarrollo del lenguaje y por su habilidad conceptual. Esto tiene particular interés cuando se evalúa la expresión de emociones, el estado de ánimo, y los esquemas afectivos en niños pequeños. También es difícil la obtención de reportes de inquietud motora o conductas bizarras directamente del niño (Rapaport e Ismond, 1994). Al respecto, se considera diferencialmente el tipo de información a recabar con relación a las fuentes, pero no se descartan otras fuentes posibles de información, dando mayor credibilidad o Habilidad a la que presenta mayor correlación con los demás datos obtenidos del paciente. En este sentido, la participación del niño en el procesode evaluación es fundamental, no solamente

al nivel de auto-reportes, sino también en el ámbito de la expresión de sus manifestaciones clínicas y su consiguiente variación.

Vulnerabilidad y resistencia: factores preventivos y de riesgo Nuestra sociedad tiende a considerar a los niños como extremadamente vulnerables, pero simultáneamente como sumamente resistentes. Debido a sus limitaciones físicas, cognitivas y sociales, debido a que están en proceso de desarrollo, se piensa que son muy vulnerables a las condiciones ambientales adversas; pero por otro lado, los niños son vistos como resistentes y flexibles a nivel emocional y comportamental, en parte por los procesos que caracterizan el desarrollo infantil. En este punto surge una doble pregunta: ¿A qué se debe que los niños sean más vulnerables o estén en mayor riesgo de presentar problemas cognitivos, emocionales o de conducta?, y ¿por qué algunos niños se desarrollan "normalmente" a pesar de haber experimentado estresores ambientales y condiciones que producen efectos negativos o adversos? Las respuestas a ambas preguntas no son sencillas. Sobre la base de lo anterior se considera importante asumir una visión multivariable, relacional e integral hacia la comprensión de la patología infantil, en la que se reconoce que diversos factores interactúan entre sí exacerbando o disminuyendo los efectos positivos o negativos involucrados en el desarrollo humano. De acuerdo a esta postura la identificación de los diversos factores preventivos o de riesgo, así como de sus interacciones y relaciones recíprocas, pueden convertirse en un punto central de la evaluación de la fortaleza o vulnerabilidad para el diagnóstico clínico (Schroeder y Gordon, 1991). Los factores de riesgo, presentes en las personas o en sus contextos, implican una elevada probabilidad de la aparición de una alteración o trastorno. Por el contrario, los factores preventivos son aquellos atributos o características de las personas, ambientes, situaciones o eventos que parecen mitigar o disminuir las predicciones de aparición de psicopatología en un niño "en riesgo" (Garmezy y Masten, 1983; en C. Schroeder y B. Gordon, 1991). A continuación se presenta un listado de factores identificados que, directa o indirectamente, afectan la resistencia de un niño a los problemas (Schroeder y Gordon, 1991).

El psicólogo clínico debe comprender y explicar las complejas interrelaciones entre los factores preventivos y de riesgo como parte del diagnóstico infantil. Por ejemplo, los eventos estresantes están relacionados con problemas emocionales y de conducta que tienen escaso soporte social; sin embargo no se encuentra gran relación entre estrés y problemas de este tipo en niños que tienen elevado soporte social. Por otro lado, los niños que presentan un locus de control con orientación interna parecen beneficiarse de los eventos estresantes, ya que a mayor estrés en el ambiente escolar estos niños presentan menores problemas académicos. Sin embargo, para los niños con un locus externo de control el soporte social se constituye en un factor importante, ya que a mayor soporte social presentan menos problemas y una mayor autopercepción de competencia social. En síntesis, un grado de estrés moderado (positivo) puede mejorar el desarrollo y el uso de estrategias de afrontamiento efectivas en algunos niños; en otros el mismo grado de estrés puede incrementar la propia percepción de competencia personal y autoestima en un circuito de retroalimentación positiva; mientras que para otros se hace necesaria una fuente externa de soporte social para un funcionamiento adecuado. El contexto social también tiene un papel fundamental en determinar la vulnerabilidad o resistencia de los niños. Los entornos con características adversas y eventos estresantes

negativos afectan a los niños; sin embargo, las características personales que el niño posee pueden contrarrestar la magnitud de los efectos negativos. La adecuada identificación de los factores de riesgo y preventivos en el diagnóstico clínico puede llegar a constituir un paso importante para una intervención y prevención efectivas. Asimismo, una mejor comprensión de la interacción de ambos factores puede conducir al desarrollo de estrategias de intervención que disminuyan los efectos adversos de los factores de riesgo a partir del aprovechamiento y fortalecimiento de los factores preventivos presentes en el desarrollo de cada niño.

A manera de conclusión Todo el espectro presentado con relación a las características específicas en la labor clínica con niños permiten ubicar el marco teórico-metodológico de trabajo a nivel del psicodiagnóstico clínico infantil hacia una intervención integrada. Al respecto, es importante asumir una postura y perspectiva multidimensional, multivariable e integrada. Para la provisión de servicios de atención para padres y niños con alteraciones y trastornos, el psicólogo clínico infantil debe jugar un papel fundamental en el fortalecimiento del desarrollo "normal" o saludable de los niños, así como en la prevención de problemas en las áreas cognitiva, emocional, conductual y social. Para ser efectivo, por tanto, el psicólogo debe poder explicar y manejar los diferentes criterios en el campo del psicodiagnóstico, identificando claramente y con precisión los factores que hacen más o menos vulnerables a los niños a los problemas psicológicos con relación a las diferentes condiciones y circunstancias del mundo actual. Hace un tiempo atrás se pensaba que solamente los padres eran el principal factor de influencia en la aparición de problemas psicológicos en los niños. Actualmente, existe consenso respecto al postulado que los propios niños juegan un papel fundamental en el establecimiento de su propio comportamiento, así como del de sus padres, y que los factores medioambientales tienen mucha importancia en la generación de efectos directos e indirectos sobre el desarrollo del niño y de su patología. Por lo tanto, para que el diagnóstico clínico infantil cumpla su cometido de facilitar una adecuada intervención el psicólogo deberá adoptar una perspectiva amplia en la que no solamente se evalúe el papel o influencia de los padres y el ambiente familiar, sino también la multiplicidad de factores del niño y de su contexto socio-cultural. Asimismo, el psicólogo deberá estar cada vez más preparado para identificar las diferentes manifestaciones psicopatológicas que cambian de época a época como producto del desarrollo social, económico y tecnológico. Para el trabajo de diagnóstico, entonces, se deberán considerar las variaciones en la aparición y presentación de los patrones de problemas del niño, el uso de auto-reportes como una fuente principal de información del propio niño, las diferentes estrategias de manejo social y personal de las que hace uso el niño en su relación con el entorno y la cada vez mayor influencia del grupo de pares y de los medios de comunicación. El diagnóstico psicológico deberá ser una identificación de las múltiples necesidades de desarrollo y aprendizaje del niño, manifestadas en la aparición de problemas diversos y de déficits en el desempeño y relacionamiento con el entorno. También, se deberán establecer con mayor precisión las categorías clínicas diagnósticas de los problemas psicológicos, sobre la base de conceptos revisados, actualizados y contextualizados con relación al ambiente, la adaptación, el aprendizaje y el desarrollo humano. Finalmente, en vista de la necesidad de intervención en edades cada vez más tempranas, el diagnóstico deberá realizarse tomando en cuenta la noción de integralidad de funciones,

estructuras y procesos intervinientes en la actividad del niño, asumiendo una perspectiva sociocognitiva-conductual y afectivo-emocional, sobre las bases de la maduración orgánica, como factores que intervienen en el desarrollo del niño.

Psicodiagnosis: Psicología infantil y juvenil http://psicodiagnosis.es/areaespecializada/evaluacionpsicologica/index.php 1- ¿Qué significa evaluar en psicología? 2- Objetivos de la evaluación (Psicodiagnóstico) 3- Peculiaridades de la Evaluación infanto-juvenil a) Características específicas b) Tres principios fundamentales: C.A.P. 4- La interacción niño-psicólogo en el proceso terapéutico 5- La importancia del juego: romper resistencias 6- Evaluación en etapa infantil 7- Evaluación con adolescentes 8- Consideraciones finales 1- ¿QUÉ SIGNIFICA EVALUAR EN PSICOLOGÍA? -Popularmente, el término "evaluar" en psicología se asocia a la aplicación de tests, cuestionarios y otros instrumentos con los que los psicólogos efectuamos un psicodiagnóstico. Evidentemente, la evaluación es un proceso mucho más complejo que requiere además, por parte del profesional, el estudio, integración e interpretación de la diferente información recogida para efectuar el diagnóstico psicológico. -Según definición de Fernandez Ballesteros (1.983), la Evaluación Psicológica: "es aquella disciplina de la Psicología que se ocupa del estudio científico del comportamiento (a los niveles de complejidad necesarios), de un sujeto o de un grupo de sujetos determinado, en su interacción recíproca con el ambiente físico y social, con el fin de describir, clasificar, predecir, y, en su caso, explicar su comportamiento". -La evaluación o psicodiagnóstico es el paso previo para construir la intervención o tratamiento psicológico ante un trastorno clínico. 2- OBJETIVOS DE LA EVALUACIÓN 1- Conocer las causas y factores que intervienen en el origen, desarrollo y configuración del problema.

Identificar

los

factores

de

riesgo

en

su

entorno

familiar-escolar

y

social.

2- Conocer el desarrollo psicobiológico del niño. Cuales son los signos, síntomas, síndromes o enfermedades que presenta o ha presentado. Para ello es necesario la recogida de datos mediante la entrevista y cuestionarios para los padres. Deberán también aportar aquellos informes médicos u psicológicos 3-

Formular

relevantes el

juicio

que

hayan

clínico en

base

sido a

efectuados los

datos

4- Preparar y aplicar el plan de Intervención (Tratamiento).

hasta

obtenidos:

la

fecha.

Psicodiagnóstico.

3- PECULIARIDADES DE LA EVALUACIÓN INFANTO-JUVENIL -La evaluación o psicodiagnóstico infanto-juvenil, mantiene algunas similitudes con la de los adultos, especialmente en lo referente a la necesidad del estudio científico de conductas y de contar con instrumentos fiables (que sean precisos en la medición) y válidos (que midan la variable que pretenden medir y no otras). Sin embargo, la evaluación con niños supone un gran desafío para el clínico y requiere de conocimientos y técnicas especiales. El niño es un "ser en desarrollo", en permanente cambio y, aunque dicho desarrollo puede considerarse que se da a lo largo de toda su vida, es en la etapa infantil y adolescente cuando se dan los cambios biológicos y comportamentales que mayor trascendencia van a tener en la "construcción" de la persona adulta. La maduración va a ser el resultado de su dotación genética en

interacción

con

el

ambiente.

-A continuación se exponen algunas de las peculiaridades de la evaluación en niños y que le confieren una identidad propia respecto a la de los adultos: A) CARACTERÍSTICAS ESPECÍFICAS EVALUACIÓN NIÑOS: 1-

El niño no acude a consulta por propia iniciativa ni se percibe a sí mismo como sujeto susceptible de evaluación y/o tratamiento psicológico. Son los adultos los que lo remiten y, por tanto, el planteamiento del problema, motivo de consulta, vendrá condicionada por los valores de los adultos y las expectativas que éstos tengan sobre el niño

2-

El problema se evaluará teniendo en cuenta que los adultos forman, en menor o mayor grado, parte de la génesis, evolución y mantenimiento del problema, por tanto, su forma de afrontar el problema va a condicionar el proceso diagnóstico y de intervención psicológica. A menor edad, mayor necesidad de recurrir a personas allegadas al niño para la buena marcha del proceso terapéutico.

3-

La imprevisible remisión o no de algunos trastornos infantiles provoca, con frecuencia, cierto desconcierto en el sentido de que se puede esperar a que se produzca un cambio natural, a medida que el niño se haga mayor y, consecuentemente, no se intervenga tempranamente, con lo que se puede haber perdido un tiempo precioso (sobretodo en los casos más severos).

4-

La información que nos puede transmitir un niño es mucho más limitada. Puede tener dificultades de expresión verbal, deficiencias cognitivas, etc... También pueden aparecer miedos o distorsiones en sus explicaciones al interactuar con un adulto que no conoce.

5-

El pronóstico evolutivo del trastorno varia en función de las diferentes edades en las que se ha iniciado el mismo, condicionando, a su vez, la gravedad y posible cronicidad de los síntomas.

6-

Resaltar la importancia de las variables ambientales. La razón es que el niño está sometido a un mayor control por parte del entorno físico y social que el adulto, siendo, por tanto, más susceptible a estos factores. Aún cuando el trastorno tenga un componente orgánico identificado, las variables ambientales deben ser tenidas en cuenta. Hay que recordar al respecto que organismo y ambiente interactúan constantemente. A menor edad se supone mayor influencia de las variables situacionales.

7-

Es evidente que la evaluación en niños y adolescentes deberá también hacerse con "perspectiva

de futuro", es decir, el niño no tan solo se ve en su medio y circunstancias actuales, sino con proyección hacia los retos o cambios vitales a los que se enfrentará.

Además de las características señaladas anteriormente, el evaluador infanto-juvenil deberá tener en cuenta tres principios generales para abordar con éxito la evaluación e intervención dentro de esta población. Estos principios se agrupan bajo las siglas CAP (Creatividad-Asesoramiento-Prudencia). B) TRES PRINCIPIOS FUNDAMENTALES: CAP CREATIVIDAD

Cuando tratamos de evaluar mediante las diferentes pruebas a niños y adolescentes, no basta con contar con la correspondiente formación profesional y el conocimiento técnico de cada una de las pruebas. Las peculiaridades de esta población hace necesario que seamos lo suficientemente hábiles para adaptarnos a las características de cada niño y sepamos envolver cada prueba de un color y una forma específica para que le resulte lo más atractiva posible. Debemos ser creativos. No es incompatible mantener el rigor de cada prueba con la aportación de elementos novedosos y motivadores a efectos de que el niño se implique más. Introducir el juego, utilizar el refuerzo, respetar los tiempos de cada niño son algunas de las formas de hacerlo.

ASESORAMIENTO

Cuando se trata de evaluar e intervenir en niños, no hay que perder de vista que parte fundamental de nuestro trabajo, tanto en tareas de evaluación como de intervención, debe dirigirse al asesoramiento de padres, maestros u otros. Por tanto, el profesional debe tener una alta capacidad para sintetizar los resultados de las diferentes pruebas, trasladarlas a los familiares y ser capaz de dotarles de las herramientas necesarias para un funcionamiento autónomo. A medida que el niño es más pequeño (más dependiente de los padres) esto se hace más necesario.

PRUDENCIA

La Evaluación infantil y juvenil tanto en su parte evaluativa como en la de tratamiento debe estar presidida también por el principio de prudencia. Ello hace referencia a que el niño es un ser en desarrollo y que puede haber cambios fisiológicos o en su entorno que puedan hacer variar el diagnóstico y los pronósticos efectuados. Por tanto, incluso en casos muy obvios, debemos ser muy cautos a la hora de establecer afirmaciones contundentes acerca del desarrollo futuro de cualquier transtorno, esto sirve igual para pronósticos buenos como para los malos.

4- LA INTERACCIÓN NIÑO-PSICÓLOGO EN LA EVALUACIÓN 

En algunas ocasiones, el primer encuentro se puede producir con la familia y sin la presencia del niño si las circunstancias así lo aconsejan (por ejemplo niños con trastornos emocionales que no quieren salir de casa). Ello permite la recogida de información previa y preparar mejor el primer encuentro con el niño. De todas formas, lo habitual es que padres y niño o joven vengan juntos el primer día. Tras una breve presentación del psicólogo ante todo el grupo y roto el hielo podemos invitar al niño con la excusa de que realice alguna actividad (dibujo, juego u otro) a que vaya a otra sala. Esto permite que los padres se expresen más libremente evitando al niño que escuche como se explica su problema al

psicólogo. Posteriormente podemos ya traer de nuevo al niño para iniciar con él alguna actividad y que se vaya familiarizando con el profesional en ausencia de los padres. 

Es, en el proceso terapéutico, donde aquello de que cada niño es un mundo, cobra un especial significado. Algunos niños se abren enseguida, de forma espontánea, informándonos de manera abundante. En otros casos, las dificultades para obtener información se complica con resistencias o temores.



En los primeros contactos, debemos intentar sintonizar con el niño y tratar de buscar un canal comunicativo eficaz. Esto puede llevar algún tiempo. Debemos intuir cual es el mejor camino poniéndonos a su altura y utilizando medios, según su edad, que sabemos que son eficaces como, por ejemplo, el juego y el dibujo. Estas actividades el niño las vive de forma no intrusiva y sin riesgo.



No forzar las situaciones. Si un niño no desea dibujar o realizar cualquier actividad no obligarle. Mire de plantear un juego a partir de los elementos de interés natural del niño



El juego, como medio comunicativo, es el preferido hasta los 7 u 8 años de edad. Acompañado de diálogo imaginario donde el niño puede expresarse a partir de dibujos, objetos o juguetes es especialmente útil. 5- LA IMPORTANCIA DEL JUEGO: ROMPER RESISTENCIAS -Con cierta frecuencia hay niños tímidos que acuden a consulta con temores acerca de lo que el terapeuta les preguntará o hará. Ello es especialmente notorio en el caso de niños que han sufrido abusos o maltratos físicos y/o psíquicos. El juego libre con cualquier objeto (pelota, cartas infantiles, juguetes, puzzles, etc..), suelen ayudar al niño y terapeuta en el establecimiento de un primer contacto donde lo importante será ganar confianza y seguridad. En el contexto del juego, el terapeuta será visto como un compañero lo que propiciará un ambiente más idóneo para la auto-revelación y la expresión emocional con menos resistencias. -Por medio del juego, el terapeuta puede, no tan sólo evaluar y potenciar un buen vínculo afectivo con el niño, sino empezar a modelar en él nuevas formas de comportarse en diferentes situaciones. Aprovechando las reglas del propio juego que se está efectuando, podemos ensayar técnicas de respetar los turnos (control impulsividad), aceptar las reglas o normas (entrenamiento de habilidades sociales), tolerar mejor la frustración (si le ofrecemos un marco diferente de consecuencias cuando pierde la partida), mantener un comportamiento organizado (podemos enseñarle estrategias para ganar la partida) y la atención sostenida (permanecer un tiempo en una tarea sin pasar a otra). Todo ello son recursos básicos que deben potenciarse como base de cualquier aprendizaje educativo o social. El practicarlo en un ambiente lúdico ofrece una mayor motivación al niño, si bien, el reto será después que lo generalice al ambiente externo. -En definitiva, mediante el juego con el terapeuta, el niño va interiorizando una relación interpersonal sana, de respeto mutuo, donde se le escucha pero, a la vez, aprende a escuchar, en donde su opinión nos importa y no se hace necesario el uso de conductas como las de mentir, engañar o emitir conductas agresivas para reclamar la atención ya que no van a ser reforzadas. Pese a todo, hay que tener siempre en cuenta el nivel cognitivo y conductual del niño que tenemos delante. En casos de trastornos del espectro autista o los que cursan con deficiencia mental moderada o severa deben tener un tratamiento especial y personalizado por razones obvias.

6- EVALUACIÓN EN ETAPA INFANTIL -El Dibujo, como parte del juego, puede aportarnos información valiosísima desde el primer momento. Es probable que las claves de sus problemas o conflictos queden de una manera u otra reflejada en el papel. El dibujo libre, hecho con una hoja en blanco y un simple lápiz es, a veces, la mejor manera de proyectarse el niño. Al finalizarlo, el psicólogo puede adentrarse, con la ayuda de las explicaciones del niño, en su mundo particular,

sus

miedos,

anhelos

y

frustraciones.

-Otra herramienta fundamental, incorporada en los últimos años, es la del ordenador. Mediante juegos educativos podemos establecer la interacción con el niño, al tiempo que tenemos una primera impresión de sus posibles destrezas en ámbitos concretos. La presentación en pantalla con gran colorido y sonido, propician un entorno visualmente más atractivo y motivador. De efectuar un problema mediante papel o lápiz a realizarlo en una pantalla a todo color, en la que además, nos van a reforzar mediante halagos verbales o musicales nuestras destrezas, la elección es clara. Es, sin duda, una gran herramienta utilizada con

el

control

y

supervisión

de

padres

o

educadores.

-Independientemente de la prueba o instrumento utilizado, el niño nos aportará, indirectamente, otros datos interesantes: su actitud, sus verbalizaciones, su psicomotricidad, sus expresiones faciales, etc...Todas ellas

deben

ser

valoradas

en

el

conjunto

de

la

evaluación.

-El trabajo con niños requiere creatividad, capacidad para sorprenderle, de cambiar sobre la marcha cuando se descubre algún elemento de interés. Es un constante aprendizaje mutuo en el que, muchas veces,

es

el

niño

quien

nos

sorprende

a

nosotros.

-Esta riqueza del paisaje psicológico infantil solicita paciencia, saber esperar, no agobiar. No se puede pretender que se abra en el primer momento con un simple juego. Los resultados requieren una labor efectuada de forma sutil, con respeto, una gran capacidad de observación y sabiendo motivar de forma auténtica (sin engaños o falsas promesas o expectativas). La compensación llegará en forma de una relación

de

colaboración

y

confianza

mutua.

-Otras pruebas proyectivas que utilizan el dibujo como base son las conocidas como Árbol y Casa 7- EVALUACIÓN CON ADOLESCENTES -A partir de la preadolescencia y posterior pubertad, en los canales comunicativos con el niño empieza a tomar relieve progresivamente el uso de la palabra. A estas edades se suele tener una imagen peyorativa y distorsionada de la figura del adulto a la que se suele cuestionar como medio de buscar su propio "yo", su identidad, en un marco social que es visto como hostil. Probablemente, el adolescente que viene a consulta, lleva ya, una carga de emociones negativas fruto de alguna de sus experiencias familiares, escolares o sociales no resueltas. Los padres, como modelos, pierden influencia en favor de los grupos de iguales que pasan

a

ser

los

referentes

principales

de

los

adolescentes.

-Establecer los canales comunicativos con el adolescente en la relación terapéutica, va a requerir también, de la puesta en marcha, por parte del profesional, de una serie de habilidades concretas adecuadas a la edad evolutiva del niño. El psicólogo será visto, en primer momento, como un adulto más que va querer indagar

en

aspectos

de

su

vida

que

puede

estar

dispuesto

a

no

desvelar.

-Creemos, que la relación con el adolescente y, salvando las peculiaridades o gravedad de cada caso, puede empezar a construirse a partir de las siguientes pautas generales:

1º-

Saber escuchar y comprender su punto de vista. Desarrollo de la empatía. Debemos ser sensibles a su percepción de las cosas y procurar entender los factores que producen y/o mantienen el problema. Estamos para proponerle estrategias para superarlo no para imponerle nuestros valores o creencias.

2º-

Establecer una relación de cordialidad y franqueza. Sin sermones, sin reproches. No le vamos a obligar al "cambio". Le vamos a proporcionar otros puntos de vista para que él construya su propia elección. El adolescente está en proceso de maduración a la etapa adulta y debemos, de entrada, "respetar" sus preferencias, tendencias, etc...Su personalidad se está forjando. Desde la psicología, no debe haber imposiciones morales sino la voluntad de acompañar a los jóvenes en sus tomas de decisiones ante un problema. No decidiendo por ellos, sino dándoles instrumentos para que ellos mismos las puedan tomar con mayor conocimiento de causa, siempre desde el respeto a sí mismo y a los demás.

3-

Entorno de Privacidad. El adolescente puede informarnos de situaciones que no desea sean conocidas por sus allegados. Esto puede provocar un serio problema profesional. Los padres tienen derecho a ser informados acerca de todos los aspectos de la evaluación. Sin embargo, pueden producirse situaciones en las que la confianza (que es vital para la buena marcha del proceso terapéutico) dependa de nuestra discreción. El profesional deberá valorar cada situación en concreto y actuar en consecuencia. En el caso de que lo informado entrañe riesgo para la integridad física o psíquica del niño u otros, evidentemente, debe ser informado a los padres o tutores, estableciendo el plan de actuación pertinente.

4-

Complicidades. Dependiendo del problema, puede hacerse necesario recurrir a algún amigo o persona de su confianza, principalmente aquellos que sean de su misma edad, para colaborar en la dinámica terapéutica. En tareas de control de actividades, aprendizaje de habilidades sociales, relaciones interpersonales o retraimiento, pueden ser de gran ayuda.

8- CONSIDERACIONES FINALES -En esta sección esperamos haber aportado un poco de conocimiento acerca de cómo introducirnos en la tarea de la evaluación psicodiagnóstica en población infanto-juvenil. Como se ha expuesto, ésta se basa en la observación clínica y en la aplicación de diferentes instrumentos, cuestionarios, tests, etc... que nos proporcionaran datos validos y fiables del problema que queremos analizar. Pero antes, debemos haber desarrollado

un

vínculo

de

comunicación

eficaz

y

honesto

con

el

niño.

-Se han comentado también algunas de las dificultades de este proceso pero, creemos que las gratificaciones que supone trabajar con niños y adolescentes, supera con mucho, el reto clínico que nos exige

cada

caso.

Para conocer en detalle algunas de las pruebas de evaluación utilizadas en esta población puede visitar los enlaces siguientes de nuestra web.

Psicología infantil Evaluación, diagnóstico y tratamiento psicológico infantil en Vic, Barcelona, Manresa y Girona. En la infancia es muy importante detectar características y rasgos de personalidad del niño/a que le dificulten su bienestar presente pero también que le permitan desarrollarse y vivir en plenitud en la época adolescente-adulta. En Psigma consideramos que conviene concienciar e insistir en la mejora de habilidades, la estimulación de capacidades y el trabajo en las dificultades del niño para ayudarle a adquirir una buena autoestima y también recursos vitales, seguros de vida de todo tipo de sufrimientos emocionales posteriores. Nuestro equipo de profesionales se ha especializado en los trastornos del desarrollo, déficit de atención, hiperactividad, problemas y conflictos escolares, rendimiento escolar, agresividad, trastornos de conducta, fobias, tristeza, ansiedad, tics, somatizaciones, problemas con la alimentación, trastornos del sueño, trastornos del espectro autista, problemas hijo-pares, ayuda en separaciones de los padres, luto, conflictos,... La avaluación y el tratamiento se realiza valorando por parte del profesional, qué es importante en cada caso y motivo de consulta,estableciendo una avaluación y tratamiento individualizado en que se decidirá si de debe trabajar más con el niño/a, con los padres o de forma combinada. Las frecuencias de sesiones son entre semanal y tres semanas.

Tratamientos específicos de psicología infantil en Vic, Barcelona, Manresa y Girona 

Problemas de relación (timidez, agresividad, inseguridad)



Trastornos de conducta (impulsividad, desobediencia, negativismo, “rabietas”, celos ...)



Trastornos de la regulación



Trastornos de ansiedad y del estado de ánimo (depresión, tristeza, angustia, tics,…)



TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y TDA (Trastorno por déficit de atención)



Fobias específicas (a la oscuridad, a la escuela, a la separación,…)



Alteraciones del sueño (pesadillas, insomnio, miedos,…)



Trastornos y dificultades de la conducta alimentaria



Repercusiones de crisis familiares y divorcios



Consecuencias y soporte debido a enfermedades y trastornos del niño/a



Trastornos del Espectro del Autismo



Retraso global del desarrollo



Bullying



Problemas de relación padres – hijo/a



Estimulación y prevención de la autoestima



Entrenamiento en inteligencia emocional y habilidades sociales

Problemas de relación (timidez, agresividad, inseguridad). Muchos niños, debido a características propias de carácter y/o temperamento o debido a su entorno, muestran dificultades de relación con sus iguales. Es importante trabajar con ellos dándoles estrategias e instrumentos para mejorar esta dificultad. Esto se lleva a cabo mediante entrenamiento en habilidades sociales o bien trabajando el autocontrol, tanto a nivel de conducta, como aprender a controlar la ansiedad (en el caso de los niños tímidos). Mejorar este tipo de problema puede hacer que mejore su autoestima y también sucalidad de vida. A su vez, se trabaja con los padres para que puedan ayudar a sus hijos a relacionarse en situaciones de su vida cotidiana. Los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona elaboramos un plan terapéutico individualizado para cada niño/a.

Trastornos de conducta (impulsividad, negativismo, “rabietas”, celos ...).

desobediencia,

En los Trastornos de Conducta encontramos una gran cantidad de síntomas diferentes que lo conforman, que van desde la impulsividad, a la trasgresión de las normas sociales, hasta agresiones físicas. Son síntomas necesarios, muchas veces difíciles de definir en la adolescencia, para diagnosticar un Trastorno de Conducta: la actitud desafiante i desobediencia de las normas. Este trastorno muchas veces se presenta comórbido al Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Ambos trastornos pueden comportar un riesgo para el consumo de tóxicos y/o alcohol. Es por este motivo muy importante el trabajo de prevención. El tratamiento que ha demostrado ser más eficaz es la combinación de fármacos con intervención psicológica. Por este motivo, los psicólogos infantiles de Vic, Manresa, Girona y Barcelona nos hemos especializado en este problema tan común ofreciendo un trabajo psicoterapéutico eficaz y riguroso delante de estas conductas.

Trastornos de la regulación. Se caracterizan por la dificultad de regular los procesos conductuales, fisiológicos, sensoriales, atencionales, motores y/o afectivos, y de capacidad para organizarse de manera positiva en el ámbito afectivo (tranquilidad, alerta). 

Hipersensible: presenta sintomatología hiperactiva o hipersensible ante diferentes estímulos: 

Temeroso-cauto: excesiva cautela, inhibición. El niño explora muy poco y manifiesta disgusto ante los cambios de rutina. Tiende a experimentar miedo y a aferrarse a situaciones conocidas. Reacciona de manera excesiva a los estímulos (táctiles y sensoriales).



Negativo-desafiante: actitud de negativismo, terquedad, control. Muestran dificultades para aceptar los cambios. Reacciona de manera excesiva ante el contacto y los sonidos.



Hiporeactivo: presentan actitudes de retraimiento. Muestran dificultades para la exploración de relaciones. Pueden parecer apáticos y retraídos. Se cansan fácilmente. Reaccionan muy poco ante estímulos sonoros y de movimiento. 

Retraído-dificultad

al

compromiso:

aparentan

desinterés

en

la

exploración de las relaciones. Exploración motriz escasa y juego limitado. 

Abstraído: se muestran ensimismados o desinteresados por el entorno. Exploración y juego solitario. No rehúyen al contacto y a la relación con los demás.



Desorganizado,

motor,

impulsivo:

pobre

control

y

desorganización en su comportamiento. Elevada actividad motriz y búsqueda de contacto. Muestran poca cautela. Poca conciencia del peligro, en ocasiones agresividad. Búsqueda de estimulación sensorial. Prevenir y estimular para mejorar al niño/a es esencial durante la infancia con el fin de poder reducir o eliminar los problemas que se puedan presentar en la adolescencia o edad adulta. Este es el objetivo de los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Girona y Manresa.

Trastornos de ansiedad y del estado de ánimo (depresión, tristeza, angustia, tics,…) Los Trastornos de ansiedad y del estado de ánimo se presentan de diferentes maneras, con diferentes grados y sintomatología variable, dependiendo de la edad del niño. Los síntomas más característicos en el caso de la ansiedad son; la preocupación, miedo intenso o inquietud. En el caso de la depresión son la tristeza, la soledad, la irritabilidad o indefensión. No existe un único tratamiento. Los psicólogos infantiles de Barcelona, Vic, Manresa y Girona utilizamos diferentes técnicas cognitivas y conductuales, como pueden ser: relajación, habilidades sociales, exposición, reestructuración cognitiva, etc.

TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad) y TDA (Trastorno por déficit de atención) El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad se caracteriza por dificultades atencionales, impulsividad e hiperactividad. Se identificará como un trastorno cuando estos síntomas se observen con una frecuencia e intensidad mayor que en los niños de la misma edad, interfiriendo en la vida familiar, social y escolar del niño.

No todos los niños presentan todos los síntomas, pudiendo así diferenciar el TDAH del TDA (Trastorno por Déficit de Atención sin Hiperactividad). El tratamiento que más efectividad ha demostrado es el de caráctermultimodal; psicológico (tanto con el niño como con las familias y los maestros), psicopedagógico (mejorar las habilidades académicas) y farmacológico. En Psigma, los psicólogos infantiles en Vic, Barcelona, Manresa y Girona, estamos en constante revisión de las investigaciones científicas que aparecen constantemente para trabajar con el máximo rigor y eficacia estos trastornos tan comunes.

Fobias específicas (a la oscuridad, a la escuela, a la separación, …) Sentimiento de miedo intenso y persistente, que es excesivo e irracional. Este miedo aparece como consecuencia de la presencia y anticipación de objetos o situaciones específicas (animales, oscuridad, alturas, ascensores...). Como a consecuencia de la exposición al estímulo fóbico aparece una respuesta inmediata de ansiedad. Las situaciones temidas son evitadas o vividas con malestar intenso, interfiriendo en la vida de la persona o en sus actividades académicas o sociales. Para poder la definirla como a trastorno, los niños y/o adolescentes tienen que presentar el problema con una duración mínima de 6 meses. Una de las técnicas que utilizamos los psicólogos infantiles de Vic, Girona, Barcelona y Manresa para el tratamiento de este trastorno, es ladesensibilización sistemática. El tratamiento farmacológico se utiliza algunas veces para atenuar la sintomatología.

Alteraciones del sueño (pesadillas, insomnio, miedos,…) Las alteraciones o Trastornos del Sueño son divididos en dos grupos: las disomnias (caracterizadas por los trastornos de cantidad, calidad y horario del sueño: insomnio, hipersomnia, narcolepsia, trastornos del ciclo circadiano) y las parasomnias (caracterizadas por conductas anormales durante las fases del sueño: pesadillas, terrores nocturnos, bruxismo, somniloquia.) En el área de psicología infantil de Vic, Barcelona, Manresa y Girona de Psima, la intervención es diferente según la alteración, pero es esencial para poder erradicar todas las alteraciones que provoca el trastorno en la vida cuotidiana del niño o adolescente (tanto en la escuela, como en casa).

Trastornos y dificultades de la conducta alimentaria. Los Trastornos de la conducta alimentaria se caracterizan por alteraciones persistentes en la alimentación y en la ingesta. Los trastornos específicos son: Pica, Trastorno de Rumiación, Trastorno de la Ingesta Alimentaria (DSM-IV), siendo estos tres trastornos propios de la infancia, y Trastorno de la Conducta Alimentaria (Anorexia Nerviosa, Bulimia Nerviosa, Trastorno por Atracones). La intervención que realizamos los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona de Psigma, se enmarca en una evaluación biopsicológica (multidimensional) y se contempla desde untratamiento personalizado en base a las características individuales de la persona (Edad, tiempo de evolución de la enfermedad, personalidad, contexto familiar...). En el caso de la anorexia y la bulimia es importante hacer terapia grupal para mejorar las habilidades sociales, para potenciar la ayuda entre los miembros del grupo y para ir adquiriendo consciencia de la enfermedad, entre otros

aspectos. También es importante ofrecer un espacio a los familiares de los pacientes donde puedan expresarse a nivel emocional.

Repercusiones de crisis familiares y divorcios. A menudo nos encontramos con familias que pasan por crisis, algunas llegando a las separaciones. Los niños, cuando viven situaciones difíciles, lo pueden mostrar haciendo pequeñas regresiones, mostrando una conducta más inhibida o con problemas de conducta. La intervención que aconsejamos en Psigma Barcelona, Vic, Manresa y Girona, en el área de psicología infantil, en estos casos, pretende trabajar conjuntamente con los padres en relación a la crianza y desarrollo de los niños, para alcanzar situaciones emocionalmente positivas y con el objetivo de disminuir la ansiedad del niño, así como explicar a los niños los acontecimientos vitales de forma natural y adecuada. A la vez se interviene con el niño para darle apoyo y un espacio para expresarse.

Consecuencias y soporte debido a enfermedades y trastornos del niño/a. Muchos niños que han sido hospitalizados durante largos periodos, presentan dificultades para relacionarse, de aprendizaje y/o de angustia. A la vez, crean un vínculo muy fuerte con los padres y a veces presentan ansiedad por separación. El objetivo principal que perseguimos los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona de Psigma, es el de dar soporte al niño y a su familia para superar los hándicaps a los que los niños se tienen que afrontar en su vuelta a la vida diaria, ayudándolos con las dificultades escolares, de angustia o ansiedad (u otros síntomas que puedan presentar), entrenamiento en habilidades sociales, y un importante trabajo entorno a la autoestima, a la vez que se trabaja con los padres para que puedan ayudar y acompañar a su hijo en este proceso.

Trastornos del Espectro del Autismo. Los Trastornos del Espectro del Autismo (TEA) se caracterizan por mostrar dificultades en el área de comunicación y lenguaje, lainteracción social y por la presencia de intereses i conductas que tienden a ser restringidas, repetitivas y estereotipadas. Existe una alta prevalencia y variabilidad en la expresión de los síntomas. En Psigma creemos que es muy importante la intervención tempranadonde el área de psicología infantil de Vic, Barcelona, Manresa y Girona trabajaremos, mediante programas de modificación de conducta, la mejora en las habilidades de comunicación y lenguaje, elentrenamiento en habilidades sociales, la mejora en la comprensión de las emociones tanto propias como ajenas.

Retraso global del desarrollo. Se aplica cuando se aprecia un retraso significativo en las adquisiciones del desarrollo (motricidad, lenguaje, cognición, percepción, funciones emocionales,

relación con el entorno...). Los niños con retraso evolutivo global pueden evolucionar hacia la normalización o hacia diferentes disfunciones. Es entonces cuando será necesario modificar el diagnóstico. Hasta que no se clarifique la base del trastorno o retraso, se trata de un diagnóstico provisional. Es frecuente que se encuentren factores emocionales y/o relacionalesque interactúan con este retraso, pero también disfunciones de tipo neurológico o sensorial. En Psigma, los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona nos hemos especializado en el retraso global.

Bullying. El bullying o acoso escolar es el tipo de maltrato físico y/o psicológico deliberado y continuado que recibe un niño o adolescente por parte de otros. Es un tipo de violencia que puede darse en diferentes formas: amenazas, agresiones, intimidación, coacciones, manipulaciones, fustigación, bloqueo social. Es decir, la violencia puede ser física, verbal social y/o psicológica. La víctima que padece este fenómeno puede presentar sintomatología ansiosa y/o depresiva. Es importante que tanto los padres como la escuela sean conscientes de ello para poder abordar la problemática, pero también poder hacerlo de manera preventiva, con trabajo conjunto con los diferentes profesionales que forman parte del entorno del niño (psicólogos, maestros, dirección...). En Psigma, los psicólogos infantiles de Barcelona, Vic, Manresa y Girona, trabajamos con mucha delicadeza y sobretodo, rapidez, estas situaciones, por el peligro que suponen.

Problemas de relación padres – hijo/a. En ocasiones, el vínculo entre padres-hijos se encuentra afectado por diferentes motivos, o bien por cuestiones de temperamentos, o por estilos educativos de los padres, enfermedades, trastornos, estrés,…. En Psigma, creemos que es muy importante, en este caso, identificar cuáles pueden ser los factores que pueden estar influyendo, y trabajar ofrenciendo estrategias a los padres, ya que estos son un motor básico en el desarrollo físico, psicológico y emocional del niño, y a la vez trabajando con el niño para ayudarlo a expresarse y a asumir, si es el caso, las diferentes situaciones en las que se encuentra. Los psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona nos hemos especializado en la conflictividad padres-hijos.

Estimulación y prevención de la autoestima. A veces, nos encontramos con niños que presentan actitudes deinseguridad y baja autoestima. Hay diferentes factores que pueden predisponer a ello. El trabajo que realizamos los psicólogos de Vic, Barcelona, Manresa y Girona, es conjunto entre los padres, escuela y niño, donde lo que proponemos es un trabajo desde el refuerzo positivo y la práctica a la mejora de la tolerancia a la frustración ante sus errores y límites. Es muy importante el trabajo conjunto en estos casos, ante todo, la implicación de los padres.

Entrenamiento sociales.

en

inteligencia

emocional

y

habilidades

Muchos niños muestran dificultades de relación, sobretodo, aquellos que padecen algún tipo de Trastorno del Espectro Autista o TDAH. Para poder trabajar estas dificultades, en Psigma, el equipo de psicólogos infantiles de Vic, Barcelona, Manresa y Girona, realizamosprogramas de habilidades sociales individualmente o en grupo para poder dar herramientas y estrategias para mejorar su inteligencia emocional y sus habilidades relacionales.