Desde El exilio. Recuerdos de Militancia.!

Memorias del Olvido. Edición del Autor. © 1 Julio César Rojo Luque DESDE EL EXILIO Recuerdos de Militancia. 03/

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Memorias

del

Olvido.

Edición del Autor. ©

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Julio César Rojo Luque

DESDE EL EXILIO

Recuerdos de Militancia.

03/11/2018.

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Para:

Carlos Enrique Olmedo, comandante de Las FAR, caído en el combate de Ferreyra en una operación de apoyo a los gremios de Sitrac y Sitram una mañana del 3 de noviembre de 1971, en la ciudad de Córdoba, Argentina. A los que cayeron junto a él, los compañeros Baffi, Peressini, el Tim Villagra y luego Castillo.

Mariano Pujadas y María Antonia Berger.

Los compañeros de Sitrac y Sitram.

Florencio “el Negro” Díaz. Carlos Massera. Domingo Bizzi. Antonio Palada. Salvador Torres. Ectore Forneris. El Kuqui Ahumada.

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Introducción. Estas memorias se las dedico a los 30.000 compañeros desaparecidos, que dieron sus vidas por una Argentina mejor.!!! Hace tiempo, años, que quería dejar por escrito “Mis recuerdos de militancia”. No es mi ánimo entrar en disputas. Son mis vivencias y es lo que aquí escribo. Para ubicar en lugar y tiempo la militancia, rescato del olvido dos documentos fundamentales de Carlos Enrique Olmedo, comandante de Las FAR, caído en el combate de Ferreyra en una operación de apoyo a los gremios de Sitrac y Sitram una mañana del 3 de noviembre de 1971, en la ciudad de Córdoba, Argentina. Traté por todos los medios posibles de que este fuera un trabajo colectivo, de aquellos compañeros que todavía podemos contar lo que sucedió a nivel político y social en los duros años 70’. Solamente fue un compañero de ATE aliado de la JTP el Negro Galíndez, quien aporto su visión desde dentro del sindicato cuando la lista “azul y blanca” ganó las elecciones en el gremio. También al escritor Carlos Semorile a quiénes les agradezco sinceramente. A todos los otros que no quisieron participar de este trabajo les digo que su experiencia los acompañara al más allá y desde allí no se podrá rehacer con los testimonios de cada uno la historia de nuestras luchas por una Patria Justa, Libre y Soberana. No pierdan el tiempo y háganlo, porque, aunque la experiencia no se transmite, ayuda a no cometer los mismos errores que nosotros cometimos. En estas memorias repaso los acontecimientos más importantes

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que me tocó vivir y compartir con muchos compañeros que dieron su vida por la defensa de unos ideales de pan, paz y trabajo para todos los argentinos y latinoamericanos. El General Perón dijo que el año 2000, nos encontraría unidos o dominados y la realidad dolorosa es que seguimos dominados y colonizados por los actuales dueños del mundo. No soy escritor, cuento lo que viví y trato de ser objetivo. A lo largo de esta narración hago afirmaciones que pueden molestar a unos pocos, pido disculpas si mis apreciaciones no son las correctas. Callé durante más de 44 años, y ahora les dejo este relato que es parte de mí vida. En Palma de Mallorca, 03 de noviembre de 2018. Julio César Rojo Luque. “El gordo Carlos” Hasta la victoria siempre.!!! Libres o muertos, jamás esclavos.!!!

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"Instrúyanse porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza". Antonio Gramsci.

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El corazón Peronista. La flor de no me olvides.

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No me olvides por Arturo Jauretche. En plena vigencia del decreto ley 4161, cuando muchos compañeros andaban con un ramito de flores celestes en la solapa del saco, de la flor que se llamaba flor de no me olvides, como muestra de lealtad al líder que estaba en el exilio y de lealtad al proyecto nacional y popular, Arturo Jauretche publica el poema en el periódico “El 45" en el año 1955.

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No me olvides. No me olvides, no me olvides no me olvides, es la flor del que se fue. No me olvides, no me olvides No me olvides, volveremos otra vez. Es el novio de la patria de la patria que le espera. Volverán los no me olvides, volverán en primavera. ¡No me olvides, no me olvides, no me olvides! Canta el pueblo de Perón. No me olvides sobre el pecho, no me olvides pegadito al corazón. Volverán los no me olvides cada año a florecer. Con la flor de no me olvides no olvidando esperaré. No me olvides, no me olvides No me olvides. Es la flor del que se fue. No me olvides, no me olvides, No me olvides ¡¡Volveremos otra vez!!

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Índice: 01 - Chilecito – La familia. 02 - Peronismo de base. 03 - ¿Por qué somos peronistas de base? 04 - La parroquia del Pilar. 05 - La Agrupación de Estudios Sociales. AES. 06 – La masacre de la familia Pujadas 07 - Ingreso a Montoneros. 08 - Ingreso a las FAR. 09 - Las 13 preguntas a las FAR. Respuesta al PRT. 10 - El nacimiento de la JTP de las FAR. 11 - Juan Manuel “el Chiche” Montes. 12 - La JTP lineamientos políticos. 13 - ATE y la Lista Azul y Blanca por Guillermo Galíndez. 14 - Acción de propaganda armada en Concord. 15 - La fusión de FAR y Montoneros. 16 - Viaje a Ezeiza a recibirlo al General Perón. 17 - La toma de la estación del Ferrocarril Mitre. 18 - Elecciones de Marzo de 1973. 19 - El 25 de Mayo de 1973. 20 - El reencuentro. 21 - La entrega. 22 - La fuga de Mendizábal. 23 - Los motivos de mi separación de Montoneros. 24 - Las cárceles. Encausados, UP1, Coronda, Penal de Sierra Chica. 25 - Visita de los sobrevivientes de Trelew a la Facultad de Ciencias de la Información. 26 - El guardia marina Ignacio Orueta. 27 - El exilio. 28 - Nora mi compañera de toda la vida. 29 - Homenaje a Carlos Enrique Olmedo en Buenos Aires y Córdoba. 30 - La realidad es desprolija, por Carlos Semorile. 31 - Una ingrata sorpresa. 32 - El Frente para la Victoria.

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Chilecito “La familia”. Mi abuela materna, Etelvina, nació en el seno de una familia numerosa a fines del siglo XIX en la localidad de Los Sarmientos, a pocos kilómetros de Chilecito en la Provincia de La Rioja, República Argentina. Ella como sus hermanos fueron abandonados por su padre, un minero salteño de nombre Ricardo Valdez, y la bisabuela doña Rosario Martínez, con un par de ovarios se hizo cargo de todos sus hijos y los saco adelante. Como su marido los había abandonado ella les puso su apellido de soltera “Martínez” a todos los hijos. La gran preocupación de la bisabuela Rosario era que todos sus hijos estudiaran, para lo cual los hermanos tenían que caminar dos kilómetros y medio todos los días lectivos, de Los Sarmientos a su escuela en Chilecito, y otro tanto al terminar las clases. Con el tiempo la abuela se recibió de Maestra Láinez en la Escuela Normal Nacional Joaquín V. González. A esta escuela llegó cómo vicedirector suplente un correntino que había estudiado el Profesorado en Letras en la Universidad de La Plata llamado Eduardo Rodolfo Luque. El abuelo provenía de una familia muy pobre, su madre ciega, lavaba y planchaba ropa, limpiaba pisos en diferentes casas para poder darle a sus hijos el sustento necesario y permitirles estudiar. Los abuelos, Etelvina y Eduardo, se conocieron y con el tiempo contrajeron matrimonio del que nacieron mi madre, Silvia Antonia Luque Martínez y Eduardo Luque Martínez. Luego el abuelo Eduardo fue trasladado a Córdoba como vicedirector de la Escuela Normal de Profesores Alejandro Carbó, tiempo después fue nombrado director de dicha escuela y allí desempeño su cargo durante 18 años.

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La escuela ocupa una manzana en frente de la Plaza Colón, entre la Avenida Colón y su paralela la calle 9 de Julio y las calles Rodríguez Peña y Nicolás Avellaneda. Posteriormente fue nombrado Inspector Nacional del Ministerio de Educación, cargo del que fue cesado, por negarse en un acto protocolar, a recibir una medalla al mérito por su dilatada carrera profesional. Quien entregaba las medallas era el Gral., Juan Domingo Perón.!! Demás está decirles que el abuelo era políticamente Conservador y socio del Jokey Club de Córdoba y del Lawn Tenis Club. Don Eduardo Rodolfo Luque con el tiempo llegó a formar una gran biblioteca con más de 7000 volúmenes que abarcaban desde temas pedagógicos, historia universal y argentina, poesía, poesía gauchesca. Filosofía, ciencias de la educación, todos los premios Nobel de Literatura y un largo, etc. Para organizar tantos libros pidió que le hicieran unas grandes y hermosas bibliotecas en Nogal, un escritorio y sillas y sillones haciendo juego, en la Fábrica de muebles Casella Hnos., que estaba situada en la esquina de las calles 25 de Mayo y Viamonte del Barrio General Paz. Recuerdo que venía a visitarlo su hermano Menotti Luque y cuándo querían hablar de algo que no les interesaba que entendiéramos, hablaban entre ellos en “guaraní”. Mi tío Eduardo, el hermano de mi madre, fue “comando civil” durante el golpe de septiembre de 1955 en Córdoba, el simpatizaba con la Unión Cívica Radical. De los tíos abuelos por la rama materna, Máximo Martínez se casó con Doña América de La Vega y tuvieron dos hijos, Máximo Martínez que fue profesor y director en la Escuela de Comercio de Chilecito y Diputado Provincial, y Julio César Martínez, ingeniero agrónomo, casado con Hortensia “Pinta” Yoma que tuvieron dos hijos, Patricia bioquímica y Julio César, que también se recibió de ingeniero agrónomo en La Universidad de

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Córdoba y fue presidente de Franja Morada en dicha Universidad. El ingeniero Martínez (padre) militaba en la Unión Cívica Radical del Pueblo. Presidente del partido en la Rioja, diputado y luego Senador Nacional por su provincia y tesorero del partido mientras estuvo el doctor Ricardo Balbín como presidente de este. Ricardo Martínez, también profesor en La Rioja y Ministro de Educación en la gobernación del Brigadier Iribarren durante la dictadura de Onganía a pesar de su conocida pertenencia al partido Peronista. Estaba casado en segundas nupcias con Rogelia Sánchez que era la responsable de la Rama Femenina del Movimiento Justicialista en la provincia. Allí en su casa del Boulevard Sarmiento, luego Avenida Juan Domingo Perón, tuve oportunidad de conocer a Juanita Larrauri, cantora de tangos y miembro de la Rama Femenina del Peronismo. Ellos tuvieron un hijo, Ricardito que se recibió de abogado en la casa de Trejo, en Córdoba. Fue nombrado juez en La Rioja durante el menemismo y tuvo que renunciar a su cargo por un problema de “pantalones” … dejo en libertad a su novio, un célebre delincuente... Luego los primos hermanos de mi Abuela Etelvina, también Martínez de apellido. Don Luis Martínez, abogado, peronista, que tuvo dos hijas Charo, casada con el Teniente Coronel Alfredo La Rosa que fue quien entro a la cabeza de la tropa de soldados por la Avenida Colón para reprimir el Cordobazo. La otra hermana, “la Gringa” vivía en Buenos Aires. Juan Carlos Martínez, vicealmirante, asesino, enlace de traficantes. Miembro de la Logia Masónica neofascista del almirante Massera. Actuó como Administrador General de Aduanas, nombramiento este logrado tras arduas negociaciones

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con el dictador Videla y el mismo Massera por la colocación de sus hombres en puestos claves de gobierno. Un fascista corrupto que festejaba la muerte de nuestros compañeros. Poco antes de fallecer la abuela Etelvina, le pidió por mí y según me transmitió mi Madre en una visita al Penal de Sierra Chica, la respuesta de él fue que mi caso estaba resuelto, que me echarían del país, además que lo aprovechara porque no habría segunda oportunidad, y que no se me ocurriera volver al país ni de vacaciones… La abuela falleció el 24 de noviembre de 1978 y el 24 del mismo mes salió publicado en La Nación, el decreto de mi expulsión del País rumbo al Reino de Suecia. Los abuelos vivían en la planta baja, nosotros en el primer piso, las dos casas tenían entradas independientes, desde pequeño bajaba todos los días a pedirle su bendición. Su bendición Mamina le pedía, y ella me contestaba: “Vaya con Dios m’ijo” ese era su cariñoso saludo. La besaba en su frente y partía. Así, día tras día. A mis abuelos paternos no llegué a conocerlos. Don Pedro Néstor Rojo del Castillo y Rosa Cándida Sánchez Sotomayor. El abuelo Néstor fue, junto a otros siete “notables de la época”, quienes constituyeron el primer Municipio de la ciudad de Chilecito, en La Rioja, a principios de 1900. Él era dueño de un almacén de ramos generales que abastecía por intermedio del “cable carril” a La mina del Oro en el Famatina, llamada la Mejicanita, una explotación en manos de una empresa inglesa que se llevó el oro y la plata, y luego la abandonó… Tuvieron cinco hijos: Pedro Néstor (Toto) Rojo Sánchez casado con María Elena (Elenita) Romero. Tuvieron tres hijos. José Vicente Rogelio (Roger) Rojo Sánchez casado con Graciela Esther (Lily) Rouviere que tuvieron seis hijos.

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Dora Rojo Sánchez casada con Pedro Agost que tuvieron cuatro hijos. Nélida Rojo Sánchez casada con Marcelino Barros Reyes que también tuvieron cuatro hijos. Y el menor de los hermanos, Julio César Rojo Sánchez, nuestro padre, casado con Silvia Antonia Luque Martínez. Julio César y Silvia tuvieron cinco hijos. Por orden de aparición: Silvia Estela, Julio César, Eduardo Néstor, Carlos Marcelo y Alfredo Nicolás. Como se habrán percatado, la familia era de clase media en La Rioja y cómo en toda familia de esta clase se preciaba de tener entre sus hijos comerciantes, profesionales, políticos, militares, docentes y alguna que otra oveja negra, radicales y peronistas, algún comunista y con el tiempo me enteré, cuando apareció la lista de los agentes del 601, que teníamos un primo hermano en “nómina” trabajando en la Rioja… Cuando éramos pequeños esperábamos que terminarán las clases con ansiedad, porque los tres meses de vacaciones lo pasábamos en Chilecito en la casa de las Tías Carmen e Isolina Martínez, hermanas de mi Abuela. La tía Isolina era soltera, la tía Carmen se casó y a los seis meses enviudo. Vivían en una casa antigua con un gran patio al que daban todas las habitaciones, techos altos, de zinc. También tenían un parral hermoso que nos daba sombra en los cálidos veranos. Criaban gallinas, patos y conejos. Al fondo del patio había un horno de barro que se calentaba con leña donde cocían el pan que ellas mismas amasaban. La cocina era de hierro fundido, también alimentada con leña. La empleada del hogar que tenían se llamaba Rena, que era una más en la familia. Recuerdo el “cántaro” de dónde podíamos tomar agua fresca en un jarro de latón.

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Tenían las tías un jardín hermoso del cual estaban muy orgullosas, como también de su huerta donde cultivaban las verduras que luego comíamos. El “fondo” que así llamaban a una gran parcela que teníamos a nuestra disposición para jugar, estaba cubierto por árboles frutales que aprovechábamos en las siestas cuando nos escapábamos de nuestras habitaciones para jugar a nuestras anchas, eso sí, muditos porque supuestamente dormíamos la siesta obligatoria de todos los riojanos. Un día frente de la casa de las tías que estaba situada en la calle Joaquín V. González 291, (esta calle tenía una pronunciada subida), jugando con un primo Ángel Nicolás Agüero Iturbe, que luego fuera Procurador General de La Nación en el gobierno del riojano, Carlos Menem; mientras él quería poner en marcha el coche de su padre, un viejo Ford a bigote, yo lo empujaba de atrás. La cosa término en que mi pierna derecha actuó como freno del maldito auto, gracias a eso no se fue cuesta abajo por la pronunciada pendiente. Del susto de verme bajo la rueda del coche, Nicolás comenzó a gritar pidiendo ayuda… Todo no paso más allá de un susto. Pero después de la “hazaña” nos calentaron el culete a cintazos. Al año siguiente volvimos con Nicolás a hacer otra de las nuestras, en una finca en San Nicolás a pocos kilómetros de Chilecito. La finca era de sus padres. Allí tenían caballos. Su hermana Beatriz compañera de juegos de mi hermana Silvia Estela, estaba montada en un caballo, sin querer se lo espantamos con tan mala suerte que en la carrera la pobre Beatriz se cayó del equino porque dio con su garganta en un alambre de colgar la ropa, que afortunadamente cedió por el golpe que está le dio.

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Ese día volvieron a ponernos morado el culete, pero yo al menos no sentía dolor del enorme susto e impresión por la aparatosa caída de la prima. Fue el último año que compartimos las vacaciones… Pasados unos años cuando iba a empezar el secundario me dio una hepatitis, esa fue la causa de mi primera larga estancia en Chilecito para evitar el contagio en casa de mis padres. Allí fui a la escuela Nacional de Comercio, y tuve oportunidad de hacerme amigo de los Yoma. En particular con José Tomás Yoma “el Yuyo”. Jorge Raúl Yoma “el Negro”, Héctor Yoma, “el Gringo”, Carlos Yoma “Carli”. Alfredo Yoma, primos hermanos entre ellos y primos hermanos de Julio y Patricia Martínez Yoma. La familia Martínez Yoma vivía al lado de la casa de las Tías Carmen e Isolina Martínez, hermanas de mi abuela Etelvina como ya mencioné. Esto lo traigo a colación porque con el tiempo el Yuyo Yoma de caso con Susana Auberbach. Ella estuvo detenida en la UP1 en el barrio San Martín de la ciudad de Córdoba; allí nos vino a visitar a la cárcel el Ingeniero Julio César Martínez padre, lo que le valió la condena a muerte por parte del Comando Libertadores de América, las AAA cordobesas. Solo la gestión del Dr. Ricardo Balbín ante Videla hizo que el asesino de Menéndez frenara la persecución del “tío Gordo”, como cariñosamente le llamábamos, y de su familia. De los Yoma, con quién mantenía una buena relación de amistad era con “El Gringo”, el menor de los hermanos. Un gran amigo, en las malas y en las buenas. Él fue quien consiguió que el “Encuentro de Poetas” que todos los años se realiza en Cosquín, en las Sierras de Córdoba, al mismo tiempo que el Festival Nacional de Folclore, fuera declarado de “Interés cultural” por la Honorable Cámara de diputados de la Nación.

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También logró que fuera declarado de Interés cultural por la Honorable Cámara de diputados de la Nación Argentina, el trabajo de investigación que realizamos con un grupo de “amigos del folclore argentino” que consistió en recuperar toda la colección de las Revistas Folclore, que se editó durante 20 años, además de digitalizarla. También recuerdo con enorme cariño los veranos en Anillaco, en casa del tío Machilo y la tía Negrita, y los que pasamos en Sanagasta en casa de los tíos Dorita y Pedro. Dentro de la familia Rojo también tenemos algunos familiares que ocuparon puestos en la administración y también en las fuerzas armadas. Mi padre, Julio César Rojo Sánchez fue Secretario General de La Gobernación en La Rioja en el gobierno del contador Juan José De Caminos cuando Don Arturo Humberto Íllia fue Presidente de La Nación mientras estaba proscripto el Peronismo. La tía Negrita tuvo varios hijos, la “Chini” Nélida Barros Reyes se casó con Raúl Granillo Ocampo, abogado que fue ministro de Justicia, Secretario Legal y técnico de la presidencia de Carlos Menem y también Embajador en los EE UU. Marcelino Barros Reyes que llegó a Comodoro en el ejército del aire y ocupo la dirección General de Aduanas en el gobierno Carlos Menem. Con Marcelino me ocurrió un hecho singular… El día que llegue del exilio en Suecia a Córdoba, a los pocos meses de la asunción de Alfonsín, el primo Marcelino me estaba esperando en su coche a la puerta de casa cuando me bajaba del taxi que me traía del Aeropuerto de Pajas Blancas. Bajó de su auto y vino hacia mí, tendió su mano que estreché, y tuve la poca delicadeza de no invitarlo a subir a casa según mi Madre. Allí mismo en la calle le dije que venía en son de paz y no era mi intención repetir una experiencia que consideraba equivocada.

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Solo me dijo después de los saludos protocolarios, “bueno, que tengas mucha suerte”. Nos despedimos y recién lo volví a ver en casa de otro primo en Buenos Aires habiendo transcurrido unos 20 años de aquella inesperada recepción… Un hermano de Marcelino Barros Reyes (padre), el esposo de la tía Negrita fue el General Amadeo Barros Reyes que fue edecán, en época de Perón, del presidente del Líbano cuando este visitó Argentina en el año 1954. Por ello recibió la más alta condecoración que otorgaba La República del Líbano, según consta en el libro “Quien es quien en la Argentina” del año 1956. El bisabuelo del primo Marcelino escribió el libro “Bosquejo histórico de la provincia de La Rioja, 15431867”, fue también militar, llegando al grado de Teniente coronel, en el ejército mitrista.

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El Peronismo de Base. Ingrese en el PB desde el Integralismo de la Facultad de Ciencias Económicas. Allí conocí a varios compañeros de diferentes cursos, entre ellos al “Gringo” Juan Schiaretti, al “Chauchi” Ricardo Sosa, a Raúl Gigena Parquer. Los tres venían del Integralismo. Los tres se recibieron de Contadores en Universidad Nacional de Córdoba. Los tres pertenecen a la Fundación Mediterránea. Los tres fueron guerrilleros, Schiaretti y Gigena Parquer primero en Montoneros, al principio, después se fueron con la Columna Sabino Navarro. Ricardo Sosa estuvo en la dirección de las Fuerzas Armadas Peronistas en Córdoba. Y los tres “hijos putativos de Domingo Cavallo”. Estuvieron con el Menenismo ocupando cargos de importancia en el gobierno nacional. Los tres hoy están con Macri, son unos verdaderos soquetes que se dieron vuelta y eligieron ser represores de la clase obrera y el pueblo. No los canso con sus historias ya que son de público conocimiento. Hoy los tres apoyan a Cambiemos y al FMI. Pero en particular Raúl Gigena Parquer fue un tipo que jamás contó con mí aprecio, falso y arrogante, digno émulo del que como ministro de economía de la nación en el gobierno de la alianza Domingo Cavallo llevo a la crisis más profunda de la economía Argentina en lo que dio a llamarse "El corralito", fue miembro de los gobiernos de Menem como ya lo expresé, de De La Sota y Schiaretti, en diferentes puestos. Sería justo que cuando regrese el gobierno popular, se les haga a los tres una auditoría de sus fortunas particulares. También recuerdo a “la mona” Lépore y al “ruso” Salatino, que fallecieron en una casa del Barrio Jardín

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Espinoza, al explotarles una bomba que estaban fabricando. Al “Negro” Juan Carlos Pezoa que luego se recibió de Contador Público Nacional en la Universidad Nacional de Córdoba, que también venia del Integralismo. Un tipo integro de la cabeza a los pies, que trabajo codo a codo con Néstor Carlos Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner. A “Chiquito” Juan Carlos Schneiter que junto al “turco” Obeid (primo del que fuera gobernador de Santa Fe), me salvaron de caer en cana en una manifestación estudiantil. Los dos en un pestañear de ojos hicieron un parapeto humano para que no me detuviera la policía luego de haber tirado mi primera bomba de estruendo, esas que se usan en las procesiones, en contra del primer piso del Jokey Club de Córdoba, ellos me escoltaron hasta que quede fuera del alcance de “la yuta”, palabra usada en el lunfardo, con la cual se denomina a la policía. Al “colorado” Kaplan, un buen amigo, con quien después de 45 años nos volvimos a ver en el “Homenaje a nuestro Comandante Carlos Enrique Olmedo” que realizamos el 3 de noviembre del año 2016 en Ferreyra dónde se produjo el Combate con el resultado por todos conocido. Fuimos buenos amigos con Carlos Azocar, el petiso Ricardo Rojo, exseminarista, con quien luego escribiéramos las diez preguntas al PB que fueran publicadas en el número 30 de la Revista Cristianismo y Revolución. Les puedo contar solo de mi experiencia en Peronismo de Base ligado a SITRAC-SITRAM, ya que el frente fabril estaba dividido por lugares de trabajo, tratando de mantener en lo posible la compartimentación por razones de seguridad ya que los compañeros luego de un periodo de activismo en sus lugares de trabajo eran invitados a sumarse a las diferentes organizaciones que en ese

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tiempo convergían en las O.A.P., Organizaciones Armadas Peronistas. Del SMATA se encargaban Quique y Luis. Con Ricardo Sosa nos encargábamos de Fiat, además del contacto con otras organizaciones ya que los mal llamados sindicatos clasistas, como si las 62 Organizaciones de la CGT dirigidas por el Compañero Atilio López y Luz y Fuerza cuyo secretario general era el Gringo Tosco, no defendieran los intereses de clase de los trabajadores. Los locales sindicales eran el lugar de reunión obligado de todos los compañeros de las diferentes organizaciones y dónde se llegaba a los acuerdos para los actos y/o manifestaciones. Los compañeros de Fiat habían alquilado una casa en la esquina de Boulevard San Juan con la calle San José de Calazans. Allí nos encontrábamos los militantes de las diferentes organizaciones con los obreros de Sitrac-Sitram, Smata, Perkins, ATE, UTA, etc. En esa época trabajaba cómo celador en la Escuela de Educación Técnica ENET nº 4 “Nicolás Copérnico” que está situada a pocas cuadras del sindicato, así que al terminar mi jornada laboral todos los días de lunes a viernes, por las tardes, me pasaba por allí ya que siempre teníamos algo que hacer, programar citas, volanteadas en puerta de fábrica, cosa que dejamos de hacer después de salvarnos de ser detenidos por el comando radioeléctrico de la policía de Córdoba que era avisado por la guardia de Fiat. Una madrugada a las puertas de Concord estábamos con Ricardo repartiendo volantes y logramos escapar gracias a su destreza conduciendo una moto Ducati. El Chauchi me gritaba, tenete bien Gordo que si nos caemos nos matamos…

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Recuerdo que, por los pelos, logramos escapar del patrullero policial que nos perseguía. A partir de ese momento y por sugerencia del Cuqui Ahumada, delegado en Concord, le entregábamos los volantes a él, que luego los distribuía entre otros compañeros como Albornoz, apodado “El hombre del Rifle”, Antonio “el Negro” Palada, Ectore Forneri alias “Rucci”, (así llamado por su parecido con el que fuera secretario general de la CGT), y que fuera el artífice de la reorganización del PB en Sitrac-Sitram después del descabezamiento de los sindicatos y el encarcelamiento de numerosos compañeros obreros de Fiat). Luego él también sufrió la cárcel. Otros delegados de diferentes secciones que los entraban a la fábrica y luego los dejaban en los baños, sitio frecuentado por todos… En Materfer más de la mitad de la comisión pertenecía al PB y la inmensa mayoría del cuerpo de delegados, allí nos valíamos del mismo método para ingresar los volantes. En Concord el cuerpo de delgados era también en su mayoría del PB., cosa esta que no se ve reflejada en ningún estudio de las luchas obreras de esa época. Pero por más que se quiera tapar el sol con un dedo, a la larga, la historia pone a cada cual en su sitio.

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Aquí les quiero dejar una serie de correos para que lean. From: Julio César Rojo Luque To: Susana Fiorito Sent: Thursday, May 06, 2010 5:58 AM Subject: Busco a dos amigos.! Hola Susana. Le pido mil disculpas por este correo. Su dirección la encontré en la web buscando datos sobre dos amigos de los años 70 que eran delegados del SITRAC. El "Cuqui" Ahumada y Albornoz. Ya mi memoria me falla y no recuerdo más datos de ellos. Con Usted y Andrés nos conocimos en el sindicato, me llamaban "el gordo Julio" y militaba en el Peronismo de Base. Quizás le sea posible ayudarme en mi empeño. Atentamente. Julio César Rojo Luque. ----- Original Message ----From: Susana Fiorito To: Julio Cesar Rojo Luque Sent: Thursday, May 06, 2010 12:39 PM Subject: Re: Busco a dos amigos.! No tengo nada que disculpar, ojalá le pueda ser útil. Yo no conocía por nombre a casi nadie. El único Cuqui que recuerdo es Curutchet. Pero veo a Masera con cierta frecuencia y podemos intentar. ¿Se acuerda Vd. de la sección en que estaban? Escríbame todo lo que se acuerda, o llámeme por teléfono al 0351 …. …. para arreglar de vernos. Tengo el teléfono de Bizzi, que los recuerda a todos. Y en el archivo de los papeles de Sitrac que está en Internet están las listas de todos los delegados. Trabajo en la Biblioteca de Bella Vista. Me gustaría mucho que habláramos personalmente. Reciba mi más cordial saludo, Susana Subject: Fw: Busco a dos amigos.!

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Date: Sat, 8 May 2010 19:05:58 +0200 ----- Mensaje original ----De: Susana Fiorito Para: Julio Cesar Rojo Luque Enviado: sábado, 08 de mayo de 2010 15:50 Asunto: Re: Busco a dos amigos.! Hablé recién con Bizzi. Dice que Cuqui Ahumada y Albornoz murieron. Le manda a Vd. muchos saludos. El archivo de SiTraC (18.000 páginas) está subido a Internet, con entrada libre: www.sitracsitram.com. Tiene un índice analítico que puede Vd. consultar (están, por ejemplo, las planillas completas de la primera elección de delegados, y los 4 cuerpos del expediente judicial Bizzi, Domingo Valentín s/reincorporación. Y, por supuesto, todos los volantes, boletines, comunicados de prensa. Es material firmado SiTraC y SiTraC-SiTraM. No hay nada de SiTraM solo. No pude conseguir ningún material del Peronismo de Base. Si Vd. tiene la paciencia de buscar en el índice, encontrará las publicaciones de 44 agrupaciones y partidos políticos, y ni una página del PB. En los años de la dictadura, cuando trabajé para clasificar las cajas que había sacado de Córdoba en 1974, no pude encontrar ningún contacto con ningún afiliado al PB. Ahora que tengo la enorme suerte de que Vd. me escriba, le ruego que -si sabe de algún material- me indique cómo verlo. No pretendo tenerlo: me gustaría digitalizarlo para que pueda ser consultado en Internet. La falta de documentos del PB es un agujero grande que le quita valor histórico a esa documentación. Por favor, asómese al archivo y escríbame: se trata de un "fondo" abierto, al que puedo agregar documentos, si consigo algo del PB. Vivo en Córdoba. Trabajo en la Biblioteca de Bella Vista.

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Original Message ----From: Julio Cesar Rojo Luque To: Susana Fiorito Sent: Thursday, May 06, 2010 10:25 AM Subject: Re: Busco a dos amigos.! Hola y gracias por su pronta respuesta. También conocí al Dr. Curuchet y este amigo también apodado Cuqui, era del cuerpo de delegados de Concord. Lo mismo Albornoz. Luego del despido El Cuqui y Juan, otro obrero de Concord, compraron el bar "El Rey de la milanesa". Yo estuve 5 años preso y salí del país con la opción. Lamentablemente no puedo ir a verlos, ya que estoy radicado en España desde hace muchos años, luego de un periplo de 9 años en Suecia. Tengo gratos recuerdos de esa época, pero he perdido la noción del tiempo y los lugares. Si recuerdo un encuentro cerca de la fábrica, dónde coincidimos con usted y Roberto Mario Santucho, se realizaba un encuentro de agrupaciones gremiales combativas, y yo no sabía quién era hasta que usted me lo dijo. Si tiene oportunidad, le ruego le de mis saludos tanto a Carlos Massera como al Gringo Bizzi. Fui amigo y compañero de Florencio Diaz, Secretario General de Materfer, el ingreso al PB por mi intermedio. Cada vez que lo recuerdo, se me salta un lagrimón, como en el tango. El motivo de la búsqueda es porque estoy escribiendo mis recuerdos de militancia. Mi "compañero" de andanzas en ese periodo fue el hoy ministro de Schiaretti, contador Ricardo Sosa. Reciban ustedes un cordial saludo y desde ya mil gracias por lo que me puedan averiguar. Julio César Rojo Luque From: Julio César Rojo Luque Sent: Wednesday, July 10, 2013 9:50 AM

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To: James P Brennan Subject: Fw: Sitrac-Sitram Muy estimado profesor. Acabo de leer su muy documentado libro sobre el Cordobazo y advierto que hay un “hueco” entre las fuerzas políticas que tuvimos participación en el fenómeno Sitrac-Sitram y el Viborazo. Fui del Peronismo de Base y las FAR y estuve codo a codo con los compañeros durante los años de apogeo del “clasismo”. Soy coautor de las “Diez preguntas al Peronismo de Base” que puede leer en la revista Cristianismo y Revolución nº 30. No lo firmamos porque la semi clandestinidad no lo permitía. Susana Fiorito, Domingo Bizzi, Massera y los pocos que quedan vivos le pueden dar fe de ello. Reciba un cordial saludo y sepa que la historia de Sitrac Sitram nunca hubiera sido posible sin nuestra participación, la de los “Peronistas de Base”, en palabras de Susana Fiorito. Atentamente. Julio “el gordo” Rojo ----- Mensaje original ----De: James P. Brennan To Julio César Rojo Luque Asunto: Sitrac-Sitram Fecha: mié., jul. 10, 2013 20:37 Estimado Julio: No tengo la menor duda de lo que Ud. dice es cierto. Hice las investigaciones y escribí el libro cuando yo era muy joven (ya hace más de 25 años, la traducción salió muchos años después) y en condiciones difíciles (una falta de fuentes, etc.). Susana Fiorito me ayudó mucho, pero sí, el libro peca de varios "huecos" entre otros la historia del

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Peronismo de Base-FAR, aunque toco sus participaciones en los capítulos sobre el SMATA. Hace algunos años hice otro libro con una historiadora cordobesa, Mónica Gordillo ("Córdoba rebelde" es el título), y ahí también se cuenta un poco el papel del "Peronismo de Base." Muchas gracias por su comunicación. Un abrazo, James De: Julio Rojo Para: "James P Brennan" Asunto: Re: Sitrac-Sitram Fecha: mié., jul. 10, 2013 20:53 Estimado profesor, gracias por su respuesta. No la esperaba. Quedo a su disposición si alguna vez quiere conocer nuestro pequeño aporte a la historia del peronismo combatiente en Córdoba. Si anda alguna vez por esta isla de paz que es Mallorca, bienvenido. Saludos cordiales. Julio De: domingo Bizzi Para: Julio Rojo Enviado: sábado, 08 de mayo de 2010 16:51 Asunto: saludar a un compañero Estimado Rojo: Es una emoción tremenda poder saludarte por este medio, apenas Susana Fiorito me aviso haber leído tu mensaje se mezclaron en mi memoria un montón de momentos que hemos compartido, pero lamento comunicarte que los compañeros por lo cual querías tener noticia, Albornoz que nosotros le decíamos el hombre del rifle y el Cuqui Ahumada murieron hace algunos años, a Albornoz lo vi en sus últimos días con la salud muy deteriorada a causa del cigarrillo. No te voy a comentar las que nos pasaron después del golpe, porque si no lo sabes te lo podes imaginar, pero pude mantener

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integrada mi familia y hoy tengo 4 hijos, 3 bilógicos y 1 del corazón, 3 nietos, mi hijo mayor es secretario de prensa y vocero del gremio de municipales de Córdoba ( SUOEM ) y el 3º es delegado del mismo Sindicato, mi actividad política social se circunscribió principalmente en lo territorial, fui presidente del Centro Vecinal del barrio donde vivo, donde viven ex obreros de Fiat hoy Jubilados y ellos mismos me llevaron a ser presidente del Centro Vecinal, mira después de 30 años me volvieron a elegir y no solo eso sino que me pidieron que fuera el normalizador del Centro de Jubilados de la zona, que estaba funcionando irregularmente, todo esto te motivan a seguir luchando porque a pesar que muchos vecinos no comparte mi ideología, te respetan y confían en uno, pero no te voy a aburrir de hablar sobre mi vida, te voy a comentar que los compañeros de SITRAC _ SITRAM, con varios de ellos nos seguimos viendo y comemos unos suculentos asados los mismos lo compartimos con ex compañeros del SMATA, Sindicato de PERKINS y otros militantes de aquellos años aunque algunos ya no están lo recordamos con mucha alegría porque no nos caben dudas que hubiera sido su deseo, dentro de los que están vivos como Masera, Flores, Torres. Bazán, participan activamente de esos asados. Hermano cuéntame de tu vida y si vuelves algún día, aunque sea de visita te ofrezco mi hospitalidad. Con un gran abrazo para voz y tu familia se despide un hermano. Domingo Bizzi De: domingo Bizzi Para: Julio César Rojo Luque Enviado: sábado, 15 de mayo de 2010 21:47 Asunto: Re: saludar a un compañero

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Estimado Julio: Si en algún momento podés venir a Córdoba, yo tengo una casa en Santa María de Punilla pegado a Cosquín podés contar con ella. Te sigo contando mi vida, estoy trabajando en la Universidad Tecnológica gracias al reconocimiento de mi trayectoria, que tuvieron algunos compañeros, porque con mi jubilación que es la mínima no puedo vivir a pesar de que mi compañera es jubilada, pero con una remuneración mucho mayor que la mía. Un abrazo. Bizzi. --- El sáb 15-may-10, Julio César Rojo Luque De: Julio César Rojo Luque Asunto: Re: saludar a un compañero Para: "domingo Bizzi" Fecha: sábado, 15 de mayo de 2010. Querido amigo: Enorme emoción me causo recibir tu correo a pesar de la mala nueva de la desaparición física "del Cuqui y del hombre del rifle". Pero es la ley de la vida. Me alegra saber que pudiste conservar integra a tu familia. Yo te cuento que desde el momento que me echaron del país con la opción, pude reencontrarme con mi señora en el mismo avión que salía rumbo a Alemania y después a Suecia, donde vivimos 9 años y allí nació nuestro único hijo. Allí trabaje de "lava copas, sereno, vendedor de billetes del metro y luego durante casi siete años como chofer del metro de Estocolmo". Tuve un accidente laboral y luego de eso decidimos establecernos en España, no sin antes intentar apenas vuelta la democracia, volver al país. Enviamos un contenedor con todas nuestras pertenencias

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a Córdoba y una vez allí, una tarde me encontré con un viejo compañero de militancia, Pancho Ribas, en el "Bar el Ruedo", allí estábamos con mi pequeño hijo, cuando entraron dos torturadores que me habían tenido entre sus garras y que se paseaban impunemente y armados. Fue en ese momento que decidí volverme a Suecia porque no quería para mi hijo la misma suerte de su padre. Y te lo cuento con enorme pena, ya que vivo acá pero mi corazón y mi mente siguen allí… Luego aquí en España trabaje en una empresa de informática y después de "secretario de mi señora" en su consulta dental, que más que consulta es una ONG que trata a muchos desamparados, y gratuitamente, con el solo beneficio de la alegría de haber podido aliviar el dolor a los pacientes sin recursos, que aquí y como está la cosa cada día son más y más. Te tomo la palabra y espero verte a ti y los viejos compañeros en un asadaso el próximo mes de enero, si es que puedo viajar para allá. Un abrazo enorme y hasta pronto. P/D: Si andas por estos lados algún día, sabes que aquí tienes tu casa, para ti y tú familia. Julio Rojo.

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En realidad, con este reportaje, contestábamos las preguntas que a los compañeros peronistas de SITRACSITRAM les hacían sus compañeros del Partido Comunista Revolucionario (PCR), Vanguardia Comunista (VC), Poder Obrero (PO), Partido Revolucionario de los Trabajadores – Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), Fuerzas Armadas de Liberación (FAL), obreros también en la FIAT, que permanentemente querían una definición pública tanto política como ideológica del Peronismo de Base. Antes de publicarlo lo discutimos con los compañeros del cuerpo de delegados de Concord y Materfer, afines al PB, y fue aprobado en la reunión por mayoría absoluta, pero el petizo Rojo, que era quien tenía el enlace con Juan García Elorrio, (los dos exseminaristas), editor de Cristianismo y Revolución, lo corrigió a su manera porque lo que al final se publicó parecía un documento de las FAP y no se ajustaba a los acuerdos a los que habíamos llegado… Nos coló lo que era el eslogan de las FAP, “la alternativa independiente de las bases”, entre otras “correcciones”. El Peronismo de Base era la cobertura pública desde donde realizábamos el trabajo de masas las diferentes organizaciones político-militares. Allí nos encontrábamos con los compañeros de las FAP, con quienes coincidíamos en muchas cosas, y también compañeros de Montoneros. En el Peronismo de Base contábamos con un muy buen equipo de abogados, tanto penalistas como Gustavo Roca, Carlitos Altamira que fue secuestrado y desaparecido por las AAA cordobesas. Abogados laboralistas como Susana Buconick, Carlos Vanella, Luisa Montaldo y en especial Martín, “el Tino” Federico. Ellos eran los que nos asesoraban en el trabajo gremial y también nos asistían cuando nos metían presos. También teníamos relación con otro abogado laboralista el Doctor Lucio Garzón Maceda.

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El Cuki Alfredo Curuchet y Martín Federico, fueron los abogados de Sitrac y Sitram, aunque el portavoz era el Cuki Curuchet.

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La Parroquia del Pilar. La iglesia del Pilar se encuentra en la esquina de las calles Boulevard Chacabuco y la Avenida Olmos de la ciudad de Córdoba en Argentina. El Párroco en esa época, era el reverendo Quinto Carnellutti, que fuera famoso en el golpe de estado contra Perón al convertirse en “comando civil” y salir con un pañuelo blanco en el brazo izquierdo como identificación, a matar peronistas. El Padre Quinto era un Radical declarado y mantenía permanente contacto con sus correligionarios… Pero los años pasaron y dentro de la iglesia se formó la corriente de curas del tercer mundo de la que él participó, junto a los curas Gustavo Ortiz, Luis Salde y Milán Vizcovich entre muchos otros. Un grupo de jóvenes nos reuníamos todos los sábados en el salón parroquial, allí hice muchos amigos. A la mayoría les perdí el rastro. La Parroquia del Pilar había construido un Refugio a los pies del cerro de la Cruz, en Las Sierras Grandes, llamado así porque los gauchos del lugar entre los que se encontraba Don José Moreno pusieron una cruz llevando el material a lomos de mula y luego a mano hasta enclavar la misma en la cima del cerro. Cada dos o tres fines de semana, hacíamos salidas de trabajo hacia el refugio, para el mantenimiento de este. Durante las vacaciones, organizábamos los campamentos de invierno y verano. A los campamentos era tal la cantidad de inscriptos, que debíamos poner cupos ya que la capacidad de refugio nos imponía un límite de acampantes. Entre los muchos asistentes a las reuniones de los sábados, había un tipo muy simpático que se llamaba y llama todavía Osvaldo Pepe, con el que nos hicimos muy amigos, que luego deje de ver al entrar a militar.

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Con el tiempo, al regresar de vacaciones a Córdoba, desde el exilio en Suecia y España, lo busque sin ningún éxito. Hasta que un buen día en la casa de unos amigos comunes que conocí en Cosquín, gracias a mi pasión por el folklore argentino, durante el festival de Folklore que se realiza en dicha localidad, en el Valle de Punilla, hermoso paraje de Las Sierras Cordobesas. Allí en casa de Rodolfo y Cristina, dos puntales del folklore de raíz nativa, que año tras año para la época del festival abren su casa a todos los artistas que luego actúan en el escenario mayor del Folklore Atahualpa Yupanqui en la Plaza del folklore. Allí en el “patio de la amistad” compartiendo el asado de rigor, se me acerco un “chango” barbudo, con el pelo largo y me pregunto si lo reconocía… Le dije que disculpara, pero no lo recordaba, habían pasado más de 40 años… resultó que era el gran amigo del que había perdido su rastro, Osvaldo Pepe. Osvaldo llegó junto a Martín Fresneda y su hermano Ramiro que ambos eran funcionarios en el Gobierno de la Doctora Cristina Fernández de Kirchner. Ahí lo conocí a Martin que hacía poco había sido nombrado en reemplazo de Eduardo Luis Duhalde como Secretario de Derechos Humanos de La Nación, al enfermar y al poco tiempo fallecer, quien fuera el adalid de la lucha por los Derechos humanos, el gran precursor de los juicios a los militares, policías, guardia cárceles, represores y genocidas.

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Memoria triste.

Me he vuelto más sensible con el tiempo, los surcos de mi frente son grietas del alma plagada de agujeros en la coraza perforada. Rendijas donde cuelan lágrimas soterradas entre mis manos apretadas. Sin anuncios ni llamados, el pasado vuelve inexorable en mariposas de nostalgias para llorar mis muertos cada mañana gris, cada mañana. E.L.D. (Eduardo Luis Duhalde).

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En la parroquia, conocí entre muchas otras, a tres compañeras que a pesar de la diferencia de edad nos hicimos buenos amigos. Una de ellas estudiaba en la UCA y militaba en el AES, su nombre era Leticia Jordán que luego fue la compañera del “Pelado Daniel” Hugo Baretta. La segunda militaba en el Integralismo de la facultad de arquitectura y su nombre era Murina Kreiker. A Dori Kreiker la conocí muy joven en la parroquia. Éramos parte de un grupo de jóvenes que nos reuníamos los sábados por la tarde en el salón parroquial. Ella era mayor que nosotros y en los campamentos en el refugio que tenía la Iglesia del Pilar, en los Gigantes en las sierras de Córdoba, ella era uno de nuestros responsables. Murina o Dori, era estudiante de arquitectura, militaba en Integralismo en su facultad. Otros amigos de esa época, en un encuentro después de cuarenta años sin vernos y que pertenecían a nuestro grupo parroquial me contaron cómo fue su caída. La Turca, que así le decíamos cariñosamente, “estaba quemada”, ya la habían detenido varias veces en manifestaciones estudiantiles. Ella ingresó a Montoneros, pero luego se fue con la escisión de la Columna Sabino Navarro. El día de su caída en su propio departamento ya había sido detenida por un soplo al D2 que era la patota de los servicios de la policía cordobesa. Ese día había una reunión en el piso donde ella vivía y los agentes del D2 la tenían reducida, apuntando a su cabeza con la advertencia de que si alguien llamaba por el portero eléctrico ella le tenía que saludar y abrir la puerta como si fuera una cosa normal. Llegó un compañero, ella le advierte por el intercomunicador de que es una ratonera, lo que le permite escapar al chango, y en ese momento los del D2 la ejecutan con un tiro en la cabeza a quema ropa.

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Esto me lo cuentan en un encuentro con tres viejos amigos de la Parroquia que acababan de participar de un homenaje a Dori hacía unos tres meses más o menos. Uno de los amigos fue defensor de presos políticos y estuvo exiliado en Venezuela. Otro de los amigos tiene un hermano de la JP, asesinado cuando estaba escribiendo sobre un muro VIVA PERÓN CARAJO. Una ráfaga de ametralladora de un policía del comando radioeléctrico lo partió en dos. Este pibe era hermano de José “Pepe" Pihén actual Secretario General de la CGT de Córdoba. La tercera era Anunciata Argentina Galli, Nunci para los amigos, que estaba de novia con Carlos Soratti Martínez “Cacho” estudiante de medicina también en la UCA y uno de los fundadores del AES, la Agrupación de Estudios Sociales de la Universidad de Córdoba. También acudía a la parroquia Rodolfo Moreno que luego fue defensor de presos políticos y actualmente es el abogado de la CGT de Córdoba y del Sindicato de Empleados públicos. José “Pepe” Pihén es el actual Secretario General del gremio de Empleados Públicos y de la CGT cordobesa, además de Diputado Provincial. Como decía por intermedio de Leticia Jordán conocí al Pelado Hugo Baretta, que era un exseminarista y a sus otros compañeros como el “Chicato” Miguel Ángel Mosé, al “Gordo extenso” Miguel Ángel Martínez, al “Petiso” Ricardo Rojo ya nombrado. En esos años, a pesar de que estábamos en una dictadura, todos nos conocíamos y solo pensábamos que una sociedad más justa era posible según lo indicaba el Concilio Vaticano II. Pero no más allá de eso. En esa época cursaba el 3er año en el Colegio de La Inmaculada que estaba situado en la esquina de las calles Entre Ríos y Buenos Aires y pertenecía a la Tercera Orden Franciscana.

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Allí tuve de compañeros al “gallego” José Manuel De La Sota que luego fue gobernador de la Provincia, a Raúl Arturo Guevara “alias el Boxi o Adolfo” que luego lo reencontré cuando ingresé a las FAR, de las que él ya participaba. También a Julio Puga, hermano del exjuez federal Miguel Ángel Puga que fuera condenado por su papel represor durante la dictadura militar de los años 70.

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La Agrupación de Estudios Sociales. (AES) No había terminado aún el secundario, y mi acercamiento al AES se debió, como antes lo menciono, a Leticia Jordán y a Nunci Galli que viendo mi interés por lo que sucedía en el país me llevaron a las reuniones de la agrupación como representante de un pequeño grupo de estudiantes que había formado en el Colegio de La Inmaculada. Este grupo duro hasta que el rector del colegio, un sacerdote franciscano de apellido Romero, luego de que me peleara con el profesor de contabilidad, me echo y por condescendencia por deberle un favor a mi Padre cuando este era Secretario General de la Gobernación en La Rioja, me dio el pase a la escuela superior de Comercio de Chilecito de la cual era el director el profesor Máximo Martínez primo hermano de mi madre, lo que me permitió terminar el secundario para luego entrar en el 1969 a la Facultad de Ciencias Económicas en La Docta. Allí en las reuniones, en las aulas de la Universidad Católica de Córdoba, fui entablando amistad con los fundadores del AES, Alberto Molinas, Jorge Raúl Mendé y María Leonor (Marilor) Pappaterra, Cecilio Salguero y Marilyn Piotti, Mariano Pujadas, y varios compañeros más. (La madre de Marilor fue maestra de mi grado en el primario en el Colegio Agustín Garzón Agulla que queda en la calle Viamonte entre la Avenida 24 de septiembre y la calle 25 de mayo, a una cuadra y media de mí casa paterna). Con Cecilio Manuel Salguero a quien lo apodábamos “el Checho”, salimos una noche a pintar en Barrio Maipú, y pintamos el tanque de agua que da a la Ruta 9, hoy Avenida Amadeo Sabattini, con la consigna “PV” Perón vuelve y Peronismo de Base. Durante años quedo pintado el enorme tanque que era la referencia del Barrio, con nuestra propaganda…

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Mariano Pujadas y el petiso Mario Alberto Godoy, los dos estudiantes de agronomía en la Universidad Católica. Claudio Ehrenfeld, Carlos Soratti Martínez compañero de Nunci, María Emilia Salto, María Isabel Bertone, Martha Suarez, Martha Benassi, al grupo también pertenecían los exseminaristas que estudiaban en la facultad de Filosofía, como Hugo Baretta, Miguel Ángel Martínez (el gordo Extenso) que se casó con Silvia Suarez, hermana de la Gata, apodo de Martha Suarez. EL chino Luis Prol y su novia Rosita Cancio. Miguel Ángel Bustos, “el Negro Julián”, que cayó en la toma del Regimiento de Infantería de Monte 29 en Formosa. El Gordo Lezcano, el “turco” Calabrese. Julia Angelica Brocca de Herrero y su compañero Mario Herrero. A Francisco “el pelado” Yofre que se casó son Susana Ferrucci y otros compañeros que no recuerdo sus nombres. Alberto “el Momo” Molinas junto a Jorge Mendé habían creado un Dispensario que contaba con los mínimos elementos para la atención médica primaria en Barrio Los Naranjos de la ciudad de Córdoba. Los dos eran estudiantes de medicina, igual que Carlos “Cacho” Soratti Martínez y se turnaban para la atención de los que acudían al Dispensario. (Mi nombre de “guerra” Carlos, lo tomé de él por la amistad que tuvimos). La atención en el dispensario era totalmente gratuita. Allí en el dispensario, fue mi primer contacto con un arma, una noche Alberto Molinas me pidió que le ayudara a cuidar a una compañera que estaba en reposo en el dispensario, me tenía que quedar toda la noche despierto, si alguien venía y no llamaba a la puerta con la clave acordada, que no abriera, si era “la cana”, que abriera fuego directamente.

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Había un detalle, jamás había tenido un arma en mis manos, no tenía ni idea de cómo se manejaba, así que Alberto me enseño lo rudimentario para poder usarla si era necesario esa noche. El “gallego” Mariano Pujadas venía por casa al menos dos o tres veces por semana. Tomábamos unos mates mientras hablábamos de todo un poco y la rutina era, luego de los mates, bajar a la casa de mis abuelos a llamar por teléfono, cosa que no terminaba de gustarle a mi abuela, pero lo permitía… En casa no teníamos teléfono. Luego supe el porqué de las visitas del “gallego”. Resulta que Mariano andaba perdidamente enamorado de una compañera a quien conocí tiempo después y que vivía en Barrio Juniors a pocas cuadras de casa, su nombre era Victoria Pintos. Conocí la casa paterna de Mariano que quedaba en frente del Liceo Militar General Paz, también a toda su familia. Asistí al velatorio y al entierro de Mariano uno de los Héroes de Trelew. Recuerdo que “el Gallego” tenía un viejo Jeep descapotado que usaba para desplazarse. Tocaba muy bien la guitarra, en los asados del AES siempre terminábamos cantando viejas canciones de la guerra civil española, las canciones de un joven uruguayo, Daniel Viglietti y de un argentino José Larralde. Cielo de los Tupamaros era una fija, Cruz de Luz dedicada al cura colombiano guerrillero Camilo Torres, también. Sus padres de origen español, Republicanos, tuvieron que exiliarse en Córdoba para salvarse de las garras del franquismo, y por desgracia cayeron en manos del D2, la patota del Comando Libertadores de América, las AAA cordobesas el 14 de agosto del año 1975. La gran mayoría de los compañeros nombrados se encuentran en el libro homenaje, del Licenciado Roberto Baschetti, “Compañeros del Peronismo Revolucionario uno por uno”.

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Allí se encuentran las historias de cómo y cuándo cayeron ellos, en la lucha por una Patria mejor. Son ejemplo y son bandera de las nuevas generaciones.

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LA MASACRE DE LA FAMILIA PUJADAS. “Queremos borrar el apellido Pujadas de la faz de la tierra” proclamó el Comando Libertadores de América, la versión cordobesa de la Triple A. El 14 de agosto de 1975 a la madrugada, un grupo armado irrumpió en la granja donde vivía y trabajaba la familia Pujadas. Se encontraban durmiendo José María y Josefa; sus hijos María José, Víctor y José María junto a su compañera Mirta y la beba de ambos, María Eugenia. “NOS MATAN” se dijeron los más jóvenes apenas los obligaron a subir a un auto y los secuestraron. A Víctor de 11 años y María Eugenia, de 3 meses, los dejaron encerrados en la casa. A Josefa la golpearon y la subieron muerta al coche. Los llevaron camino a Alta Gracia, los acostaron frente a un pozo, los fusilaron y de a uno los arrojaron al hueco. Mirta, fue la primera; por ese motivo, los demás cuerpos que tiraron encima de ella no permitieron que la dinamita, que arrojaron luego, le hiciera daño y fue rescatada con vida. Falleció tiempo después a causa de las secuelas de aquella noche. José María padre murió último y vio cómo vejaban a su familia. La familia de Mariano Pujadas, uno de los presos fusilados en Trelew en 1972, eran catalanes que llegaron a la Argentina en 1953, para librarse de la represión franquista. El pequeño Víctor volvió a exiliarse a Catalunya con lo puesto, gracias a un salvoconducto de Alicia Oliveira, jueza de menores de aquel entonces. (Del blog de Nadia).

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Ingreso a Montoneros. Antes de La Toma de la Calera, ya no puedo precisar las fechas, ingrese a lo que eran los proto-montos porque aún no se llamaban así. Todavía se pensaba que la revolución se haría en las montañas y me “bautizaron” con el nombre de guerra de “José María”. En realidad, era muy joven, voluntarioso, pero no estaba preparado todavía para tomar las armas. La entrevista para ingresar y la baja me las dio el mismo compañero, Luis Rodeiro. Participe de un campo de entrenamiento dónde compartí penurias con compañeros del Ateneo de Santa Fe, allí al terminar el entrenamiento no va y se me ocurre cortar una rama para hacer una honda o gomera. A partir de allí el Gringo Alberione, me pegó una bronca terrible, mientras que él responsable de los compañeros del Ateneo a quien llamábamos Roque, se lo tomo como una chiquilinada. Desde ese instante el Cura Alberione me puso en su lista de enemigos preferidos, en virtud de lo que luego sucedió. En ese campamento lo conocí a “Roque”, como les contaba, que era el nombre de guerra del que luego fuera miembro de la conducción nacional montonera, su nombre real era Raúl Clemente Yager, a quién nunca más volví a ver. Recuerdo que en el ómnibus de regreso a Córdoba me pidió que entonara las canciones que cantábamos en los campamentos de la Parroquia del Pilar como una forma de que el resto del pasaje pensara que éramos un grupo de jóvenes católicos que regresaba de una acampada. Otra de las cosas que el Gringo me echo en cara, fue que no avisara que era asmático, lo que retrasaba el entrenamiento, que fue solo físico, de los demás componentes del grupo.

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Al “cura” Alberione lo conocí en Las Escuelas Pías de Barrio General Paz, Parroquia del Perpetuo Socorro dónde el daba catequesis antes de ser sacerdote, los sábados a la tarde. Tendría yo unos 8 o 9 años o quizás más. Pero el motivo de que me dieran la baja fue que junto a Mariano Pujadas y el Petiso Godoy fuimos a la casa de un profesor de ellos en Unquillo, a comer un asado porque era el cumpleaños de alguien que no recuerdo. Y yo que jamás había bebido alcohol en mis 17 años, me puse en un “pedo mocoso”. Tome un solo cuba libre y no lo encaje bien al no tener experiencia alcohólica… y me lamentaba en voz alta de que se me habían muerto todos los compañeros de la orga… Por supuesto Mariano informo de mi falta, que no era leve, y Luis me dio la baja inmediata. Fue la única y última vez que tomé alcohol en toda mi vida… Al “Gallego Mariano Pujadas”, a Cacho Soratti, a Luis Rodeiro, al Pepe Fierro, Luis Losada, en fin, a todos los presos de La Calera, los iba a visitar a la Cárcel de Encausados sin poner en peligro a nadie, ya que en ese tiempo no militaba en ninguna organización. Y era su proveedor oficial de libros de Historia Argentina, de Jauretche, de Scalabrini Ortiz, del Colorado Ramos, Martha Hannequer, John William Cooke, etc. Que compraba en “El Hogar del Libro” con cargo a la cuenta del Abuelo Eduardo…

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Ingreso a Las Fuerzas Armadas Revolucionarias. (Los pocos documentos que Olmedo dejo aún hoy siguen vigentes en gran parte. Por eso los incluyo en este libro). “En la Revista Cristianismo y Revolución pude leer “Las 13 preguntas a las FAR”. Que aquí les transcribo. Reportaje a las Fuerzas Armadas Revolucionarlas: Los de Garín. Este artículo es la transcripción de la entrevista realizada en diciembre de 1970 publicada en la revista "Cristianismo y Revolución", (No 28, abril 1971) y luego en la revista “Militancia Peronista para la Liberación", (Nº 3. 28 de junio 1973. La entrevista a Carlos Olmedo, miembro fundador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) constituye un documento histórico de singular importancia para el estudio de la oposición armada en contra de la dictadura argentina en la década del 70. El entrevistador es el compañero y poeta Francisco “Paco” Urondo, también miembro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Origen del grupo armado.

- ¿Cuál es el origen del grupo armado? - Vamos a rastrear la organización que hoy se conoce como FAR en sus primeros orígenes: nació contemporáneamente con el golpe de Onganía (si bien desde el punto de vista conceptual o de proyecto teórico, la idea de constituirse como grupo para practicar la lucha armada se da más o menos en la época en que desaparece el comandante Guevara de Cuba, los que nos identificamos con su proyecto revolucionario intuimos que de algún modo había algo que hacer junto a él. Ha

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pasado un tiempo desde esa desaparición y en cada país de América Latina, surgen grupos como el nuestro. Y es significativo señalar que la unidad de análisis que estamos usando es América Latina, porque en alguna medida el propio proyecto estratégico que nos mueve tiene todavía muy poco en cuenta la formación social específica llamada Argentina, y en cambio se maneja con categorías más abarcadoras, pero por lo mismo bastante abstractascomo América Latina, Tercer Mundo, etc. Esto, que podría ser un encuadre correcto en el proyecto estratégico del Che, asumido sin mediaciones por nosotros, nos convertía en una pequeña patrulla extraviada en el espacio de la lucha de clases, con disposición total frente a una estrategia, una táctica, en definitiva, un programa de lucha que no conocíamos en detalle, pero que suponíamos de alguna manera ligado a la lucha de nuestro país. Así fue como nos agrupamos a la espora de las órdenes del Che y nos planteamos en primer lugar una política de capacitación militar. Como se sabe, por entonces esta capacitación era ofrecida con el máximo de generosidad y a la vez de indiscriminación por la Revolución Cubana. Cuando el ELN se ve obligado a comenzar a operar y el mundo asiste a la reaparición del Che, vemos ponerse en marcha ese trágico tren de la guerrilla boliviana sin que hayamos podido alcanzar su último vagón. Durante los meses de desarrollo de la lucha del ELN, nosotros nos planteamos todavía ser el apéndice argentino de esa columna y regresar a la Argentina a las órdenes del Che y de los comandantes templados en la guerra. No somos, como tantas veces, contemporáneos de nuestro propio presente y no sabemos advertir hasta qué punto, de lo que se trataba era de repensar radicalmente las condiciones de la lucha. Su muerte, el periodo posterior de reflujo, amargura, de derrota y luego de destello luminoso del Cordobazo marcan una especie de ciclo de redefinición tras el cual nos replanteamos totalmente la estrategia y la táctica y cambiamos los

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métodos organizativos. Puede parecer curioso hablar de un "replanteo de la estrategia", puesto que seguimos abrazando la lucha armada; la afirmación es válida en la medida en que comenzamos a comprender que la clave de una estrategia liberadora no es la simple afirmación ni la sola práctica de un método. Se trata en primer lugar, de determinar cuál es, en una sociedad nacional, la fuerza social capaz de protagonizar un proceso cabalmente revolucionario liberando en él a otras fuerzas y sectores sociales. En otras palabras, cuál es la fuerza social cuya ubicación en el proceso productivo da a sus reivindicaciones económicas la máxima radicalidad, pero también, y decididamente, cuál es la fuerza social cuya experiencia ha establecido ya más claramente que las reivindicaciones fundamentales no se piden, se conquistan y vuelven a perderse si con ella no se conquista y se defiende el poder político, el timón de la sociedad. Se trata luego de establecer cuáles son los pasos que deben darse para que esa fuerza social haga suyo el método en cuestión, lo ejercite y lo reconozca como el más eficaz instrumento político de transformación de su situación. Es sólo en ese marco que las organizaciones armadas pueden ser reconocidas por esa fuerza social como vanguardia político-militar. Es sólo en ese marco, que la violencia de dichas organizaciones se hace revolucionarla -es decir, que alcanza capacidad para revolucionar-. Son estos criterios los que nos conducen a la valorización de la experiencia peronista de nuestra clase obrera como el umbral histórico y el protagonista histórico de nuestra liberación. Son estos criterios los que nos permiten sustraernos a la estéril polémica entre guerrilla rural y guerrilla urbana, llevándonos a elegir aquellos escenarios en los que en cada circunstancia la continuidad es posible y haciéndonos superar la imagen de las ciudades como meros centros de apoyo logístico de los frentes rurales.

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Junto con esas urgencias teóricas de carácter táctico y tendientes a la construcción de la organización. Tiempo después íbamos a ver expresadas en una clarísima fórmula tupamara las leyes de nuestro crecimiento. Ellos dicen que el hecho mismo de armarse, de pertrecharse, de accionar, genera conciencia, organización y condiciones revolucionarlas. Nosotros comenzamos a hacer exactamente eso, a pertrecharnos, a armarnos, a operar. Y si esas operaciones tenían un carácter fundamentalmente económico, auto constructivo, ya que con ellas conseguimos recursos que nos permitirían establecernos, producir nuestro material, preservarlo, preservar a nuestros militantes, etc., el mismo hecho de operar fue quitando de manos del enemigo uno de sus argumentos predilectos, el que nos presentaba como individuos subsidiados por alguna fuerza extranjera, independientemente de que el enemigo jamás está en condiciones de comprender la pureza de internacionalismos con el que la Revolución Cubana nos apoyaba. Esto es en definitiva nuestro origen. Serla necesario, y en todo caso lo haremos en sucesivas respuestas, explicar el proceso en el que nosotros, junto con el país vamos marcando etapas, recodos en el camino que va del Cordobazo a aquí. Cuando muere el Che, y la incorporación de ustedes a las fuerzas del ELN en Bolivia no se produce, ¿surge simultáneamente la claridad con respecto a esta modificación, a un criterio que data como una estrategia la lucha armada? ¿Desde qué momento se replantean ustedes una estrategia o advierten que la lucha armada no es una estrategia, sino un instrumento para una estrategia? La claridad no es fulminante. En primer lugar, comienza por ser una claridad respecto de las condiciones que hacen posible su derrota, pero por un fenómeno,

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digamos, de traslación o de vigencia más universal ese análisis aparentemente particular, terminamos descubriendo que la conclusión “el Che no tenía organización. El Che no se insertaba en una experiencia política nacional. El Che no era reconocido por las clases populares bolivianas como respondiendo a sus necesidades y a sus mandatos", de algún modo apuntaba en la dirección de nuestras propias limitaciones, de nuestras propias carencias. Ese es el sendero por el que llegamos torpemente, lentamente, sinuosamente, a nuestra visión, a la comprensión que hoy tenemos del proceso nacional, que, por cierto, no está definitivamente lograda ni redondeada, pero que es un larguísimo camino recorrido. Su respuesta me suscita una pregunta. Usted dice "la derrota del Che". ¿Qué acepción tiene esa palabra? Me gustaría precisar un poco en qué medida usted la considera una derrota. Es fácil constatar que el Che es derrotado militarmente. Es menos fácil pero posible, constatar que políticamente, en el cortísimo plazo, por lo menos, la lucha guerrillera no triunfa en Bolivia, sin embargo en un plazo más largo la situación política boliviana de hoy no podría interpretarse claramente sin aquella experiencia que ha dejado una marca indeleble, claramente, incluso en el ejército boliviano, en todos sus sectores, con un signo u otro, con signo positivo en los que hoy de alguna manera están experimentando este sesgo populista del gobierno. De modo que eso nos impediría hablar estrictamente de una derrota política. Pero, además, la figura del Che no tiene una dimensión meramente boliviana, de modo que su victoria política no puede medirse solamente en la secuela institucional y política de la situación boliviana. La victoria que logra el Che es más amplia: es la de imponer un modelo de revolucionario, un ejemplo de consecuencia, de abnegación y fundamentalmente de una fe inquebrantable en la posibilidad de la victoria

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revolucionarla. Lo que él está haciendo es, con su muerte, obligarnos a reasumir la responsabilidad que sobre sus hombres habíamos delegado. Se nos plantea así de una manera brutal, la necesidad de reemplazar a esa figura excepcional, sino con hombres que están a su altura, porque pocas veces surgen, sí con direcciones austeras y colectivas de organizaciones clandestinas de cuadros capaces de dar una lucha continua y progresiva. Direcciones que aspiren en definitiva al papel que él supo jugar como abanderado lúcido de la teoría y de la práctica revolucionarla, sintetizadas de una manera única. Esa es quizás la característica más excepcional del Che. El hecho de que a pesar de que se lo haya derrotado militarmente, haya podido marcar a sus verdugos con esa mirada final de certidumbre, es una victoria política que tiene vigencia universal, por lo menos con un universo que no se limita a Bolivia, sino prácticamente a todos los países dependientes y no solo del llamado "Tercer Mundo". En ese sentido es que yo hablaba de derrota. Me refería a una constatación inmediata, no a sus proyecciones políticas. Sería, paradójicamente una derrota político-militar inmediata y una victoria política mediata. ¿Es eso en síntesis o que usted quiere decir? Efectivamente. Se ha dicho con acierto que la derrota es lo que uno hace de ella y en este sentido una derrota puede ser una catástrofe o una formidable lección. Para nosotros fue esto último. La concepción foquista y como enriquecer a la misma Desde otro aspecto del problema, el Che planteaba alternativas políticas que renovaban los viejos planteos de los partidos comunistas latinoamericanos: por ejemplo, se refería a la posibilidad de crear las condiciones y no esperar a que estas condiciones estén dadas para iniciar la lucha revolucionarla. La creación de las condiciones producía según su concepto una situación

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dialéctica. Esta teoría, difundida -o reducida o manualizada por Debray, fue conocida como foquismo. ¿Ustedes han replanteado después de la muerte del Che su punto de vista? Dejo de lado, porque esta discusión está zanjada ya, la valoración del libro de Debray y también el establecimiento de responsabilidades en cuanto a quién comenzó la simplificación. Nosotros pensamos que comienza antes de Debray y el simplemente la consagra. La concepción del foco tiene fundamentalmente un axioma vigente para nosotros y es el que usted acaba de mencionar. No es preciso esperar que todas las condiciones se den, es posible contribuir a crearlas mediante el ejercicio de la acción. ¿Ese sería el aporte, la modificación con respecto a los planteos revolucionarios o seudo revolucionarios anteriores? Efectivamente. Podríamos formularla incluso de un modo más fuerte. Diríamos: no es posible esperar que se den todas las condiciones, estas no se darán jamás todas juntas si no se comienza con la acción revolucionarla. Esta es una fórmula aparentemente inasible cuya verificación sería difícil si no fuera acompañada de señalamientos precisos en cuanto a formas de implementar ese axioma. Concretamente, cuando se dice acción se dice lo que comentábamos hoy: extraer del enemigo los recursos necesarios para crecer, organizativamente. Oponer la violencia popular a la violencia del régimen a fin de desenmascarar todavía más, si es posible, su naturaleza represiva. Esto es lo que para nosotros está vigente en la concepción del foco. En síntesis: obligar al enemigo a dar los pasos necesarios para que la situación no retroceda. Estas serían las partes vigentes de la concepción foquista. ¿Cuáles serían las partes, no diré no vigentes, sino enriquecidas con respecto a la concepción inicial, cuáles son los nuevos elementos incorporados?

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Lo más importante que se puede decir con respecto a la concepción del foco es que hoy se sabe que ésta es una concepción global que de alguna manera reinterpreta la concepción leninista del eslabón más débil en las condiciones latinoamericanas. O sea, el foco, en definitiva, asume una situación internacional en la que una fuerza revolucionarla no puede esperar que su enemigo sea destruido por otra fuerza no revolucionarla. Concretamente el caso del ejercito zarista, destruido por el ejército germano. En esta coyuntura mundial con la hegemonía global del imperialismo norteamericano, no es posible delegar a las guerras inter-imperialistas la destrucción del ejército burgués de cualquier sociedad nacional. Es preciso destruir ese ejercito burgués generando las condiciones para un enfrentamiento, para una guerra civil y ese es, en definitiva, el papel del foco... El aporte más importante que se puede hacer o que se ha hecho, que han hecho los tupamaros, por ejemplo, es terminar con la brutal simplificación que hacía del concepto teórico del foco, el correlato de hecho práctico de la columna guerrillera. El foco es un generador de conciencia y no es de ninguna manera tal o cual unidad combatiente, existente en tal o cual encuadre estratégico en una determinada sociedad nacional. Los tupamaros no tienen columna guerrillera rural, tienen comandos (o "columnas" como le llaman ellos) que practican guerrilla urbana y sin embargo tienen foco. Vaya si lo tienen. ¿Podría decirse que hay un proceso de nacionalización del foco: nacionalización en el sentido de comprensión de los elementos que hacen a una realidad sobre la cual se va a operar, ¿una realidad política y de todo tipo? ¿Se trataría, según infiero de lo que usted dice, de no utilizar tácticas o métodos preconcebidos? Así es. Además, cada revolución debe desembarazarse del prestigio de la revolución anterior, que la marca de alguna manera. Esa paradoja aparente entre lo que una revolución enseña y lo que una revolución impone, es

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justamente la unidad de medida de la capacidad teórica de la visión de la estructura revolucionarla de una dirección, de una vanguardia. La importancia del Che Guevara - ¿El Che habría reunido esos requisitos? Si. Lo que pasa es que podría decirse, si no fuera un poco bellaco, entrar a hacer un balance a esta altura, de un gigante como el Che, que, de alguna manera, el Che padeció las secuelas de su propia experiencia y no supo, no pudo, no quiso... ¿Puede decirse que en él se dieron dos experiencias revolucionarlas distintas, y en la última -la experiencia boliviana- no pudo desembarazarse de la otra -la experiencia cubana- que se repitió en alguna medida? La que complica el análisis de la figura del Che es su dimensión mundial. Aquella broma que él le decía al embajador títere de las Naciones Unidas que le observaba que su lenguaje no era ni cubano ni argentino, y el Che respondía que, efectivamente, era latinoamericano; era una broma seria. Es decir, la dimensión del Che es supranacional y es difícil una estrategia supranacional en esta etapa. De algún modo podemos decir que el Che estaba adelantado con respecto a nuestra historia, pero adelantado a la vez su proyecto, puesto que este se hará inexorablemente continental. ¿Puede decirse que abrió una perspectiva continental que permitió establecer estrategias más precisas y menos circunscriptas a cada exigencia nacional? Efectivamente. Me gustaría que habláramos un poco más de la experiencia de ustedes y a lo mejor después retomar el tema del Che, para ver en qué medida revalorizan su importancia y su gravitación en el problema actual. Vamos entonces a aspectos más informativos. Yo quisiera saber, conociendo ya el origen de la organización, cuáles son las actividades que ustedes cumplieron a partir del momento en que empezaron a

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operar con autonomía de vuelo, es decir, cuando dejan de depender económica y políticamente de otros países. El operativo Minimax. Como le decía, el detonante más importante de nuestro accionar es el Cordobazo y toda la coyuntura de mayo a septiembre del 69. Esa violencia masiva (formidable, pero como toda violencia masiva sin vanguardia, discontinua) nos compromete, constituye un mandato para nosotros. Perdón, antes del Cordobazo ¿ustedes no hablan hecho ninguna operación? Antes del Cordobazo habíamos hecho pequeñas operaciones de carácter expropiatorio, pero de mínima importancia militar. Después del Cordobazo, la realidad nos da cita de un modo singular. Usted recordará que poco después del Cordobazo, Nixon comete la imprudencia de enviar como su embajador al gran patrón del capital monopolista norteamericano en nuestras tierras: el señor Rockefeller. Nosotros constituíamos por entonces una pequeña alianza de grupos que se habían coordinado en la Argentina a los efectos de vincularse y apoyar la experiencia del Inti Peredo que, como usted recuerda, retomó las banderas del Che, desgraciadamente sufriendo también una derrota militar. Esto le prueba a su vez que lento fue el proceso de asimilación radical de todas las conclusiones que comentábamos recién y hasta qué punto hubo cierta inercia que nos mantuvo ligados un poco a una experiencia internacionalista desde el vamos, lo que no nos avergüenza, pero sí testimonia hasta qué punto organizativamente todavía no teníamos como un proyecto fundamental y, en cierto modo excluyente para la primera etapa, la tarea nacional. Como le digo, constituíamos parte de un conjunto de pequeños grupos articulados, coordinados, dentro de los cuales la discusión

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acerca del problema nacional se venía dando con un signo bastante positivo. Y el Cordobazo termina por nacionalizarnos, constituye un peldaño de nacionalización de enorme valor para nosotros. Con este conjunto de pequeños grupos del que formábamos parte, decidimos asumir la respuesta de nuestro pueblo a la presencia de Rockefeller y procedimos a incendiar una cadena de supermercados en la capital federal. No recuerdo el número ahora, creo trece o catorce. Fue una hermosa experiencia donde pudimos aprovechar los conocimientos atesorados en la otra etapa y que constituye un golpe político, como usted se habrá enterado, muy importante. Tanto que nos hizo meditar seriamente sobre la responsabilidad de grupos armados que lograran una producción político-militar capaz de crear expectativas que nosotros no estábamos en condiciones de satisfacer. ¿Es la primera vez que ustedes se hacen cargo políticamente de esta operación, que hasta hoy entiendo era anónima? Sí. ¿Por qué no firmaron el operativo Minimax? Creo que en lo que le dije antes está la explicación. Nosotros sentíamos que, de algún modo, habíamos expresado una necesidad popular procediendo a la destrucción de esos supermercados, pero al mismo tiempo comprendíamos que no estábamos en condiciones de responder a la expectativa de continuidad que esa operación había hecho crecer en vastos sectores populares. En alguna medida, creo que, reconstruyendo nuestra situación en aquel entonces, esa fue la razón fundamental. Hubiéramos podido firmar la operación y consagrar de esa manera la existencia de una organización, pero no hubiéramos podido mantener ese nivel de combate con la precariedad organizativa que teníamos entonces.

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¿Pero una operación de esa magnitud no supone una organización de cierto nivel? Teníamos fundamentalmente audacia y una gran disposición a la lucha y una buena capacidad técnica o una aceptable capacidad técnica, y encontramos el punto débil del enemigo. El móvil de los supermercados es atraer con la exposición directa de la mercancía; entonces nosotros nos dejamos atraer también, pero colocamos entre esas mercaderías otras que no daban pesos, sino fuego; de modo que nos colamos entre la feroz vigilancia policial que había en Buenos Aires por esos días, como buenos compradores de supermercados. Eso no bastaba para garantizar potencia militar y de alguna manera a eso me refiero cuando hablo de precariedad organizativa. No teníamos recursos, infraestructura y cantidad de personal, posibilidad de reponer personal, etc. como la que hoy tenemos. Esa es quizás la explicación de que no hayamos asumido por entonces y hasta ahora esa operación. Por otra parte, no es esa una operación de FAR, sino una operación de los ancestros de FAR. ¿De proto-FAR? Digamos. De modo que, al rehacer esta historia, referimos con absoluta fidelidad los hechos tal come sucedieron. ¿Qué otros hechos produjeron como proto-FAR? Creo que la primera cosa firmada es Garín, ¿no es cierto? Así es. Entre Garín y Minimax, ¿hubo otras operaciones? Efectivamente, hubo un conjunto de operaciones, fundamentalmente expropiaciones de bancos. Puedo referirme a una de ellas por exitosa y por provechosa económicamente: el banco de Den Torcuato, en abril del '70. Entre ambas hubo otras. Son diez meses casi. Efectivamente, tiempo que dedicamos fundamentalmente a construir la organización, es decir, a invertir esos recursos que tomamos, en equipos, en técnica militar y en técnica organizativa. Capacitar nuevos

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compañeros, encontrar un diseño organizativo adecuado para la clandestinidad y, al mismo tiempo, para la realización de la democracia del centralismo a un tiempo. En fin, dimos los pasos que seguramente toda organización revolucionarla recorre para encontrar la eficacia de su condición político-militar. Don Torcuato es una operación que nos deja una lección importante aparte de otros provechos. Y es la de una repercusión enorme. A esta altura (y esto es algo que no se debe sólo a nuestro accionar, sino al de otras organizaciones que operan simultáneamente) se percibe claramente cuando se trata de una organización revolucionarla. Y eso por la simple razón de que se es humano con las supuestas víctimas, que no son tales; la prensa lo dice directamente así y esto es también otra victoria política: "no son delincuentes comunes porque tratan bien a la gente, porque son humanos, porque son correctos". Efectivamente, la violencia no es un placer ni la han elegido los combatientes del pueblo, pero nos hemos decidido a practicarla hasta el final y este es el más elevado acto de humanidad que somos capaces de ejecutar. En alguna medida, la visión que la población recibe de la operación, incluso de los medios de comunicación controlados por el enemigo, va en esa dirección. Nos convence de que, en capacidad operativa, y en crecimiento, en consolidación, ha llegado el momento de asumir una identidad política. Es cuando comenzamos a preparar el operativo Garín, que finalmente se lleva a cabo en una circunstancia sumamente oportuna. Usted recuerda que la operación es el 30 de julio de 1970. Poco antes había sido desplazado Onganía y reemplazado por Levingston; se habían producido los hechos de la ejecución de Aramburu, y se había dado el hecho ya, del copamiento de La Calera. La relativa distensión que había creado la maniobra del enemigo al enterrar un muerto con Onganía y la ausencia de operaciones durante el mes de julio,

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permitían cacarear al enemigo una paz social súbitamente recuperada. La operación Garín en ese sentido es un rotundo mentís a esa ilusión, y el haberla realizado en esa coyuntura especifica agrega saldo político a una operación que, por otros motivos militares y políticos generales, entendemos que fue un aporte valioso al año 1970. De allí para adelante seguimos operando. Sobre el fin del año 70 recibimos un golpe duro que puede hacernos hablar una vez más de la derrota militar y victoria política, no de la envergadura de la que hablamos hoy, por cierto, pero si en la medida en que nuestros compañeros con su combatividad y su resistencia a las feroces torturas a que fueron sometidos, están expresando la solidez con la que el proyecto revolucionario ha prendido en sus vidas y eso es un testimonio político de gran valor para todas las organizaciones armadas y para el pueblo que constituimos. Las derivaciones de la investigación policial sobre la operación realizada en Córdoba a fines de 1970 han dado carácter público y han recordado el resto de nuestras operaciones, de modo que me parece innecesario reiterar, salvo que usted quiera alguna precisión respecto de alguna de ellas. Lo que puedo decirle es que durante el año 1970 hemos continuado y acentuado una línea expropiatoria que nos pusiera en condiciones de verdadera consolidación y sobre todo que nos permitiera un grado de técnica organizativa capaz de soportar cualquier golpe, posibilidad siempre presente en cualquier combate. En alguna medida, el carácter predominantemente expropiatorio de nuestra línea operacional del año 1970 tiene que ver con la necesidad de recursos que el fortalecimiento de esa técnica organizativa hacía surgir.

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La toma de la ciudad de Garín. Entonces, si usted quiere, hablemos de Garín. Sobre Garín cabe decir que es la demostración palpable de que aplicando una concepción táctica que detecte los puntos débiles del enemigo y aplicando esa condición fantasmal del guerrillero que reclamaba el Che, todo es posible, si además hay disciplina, capacidad técnica y disposición revolucionarla. Garín es todo lo que se dice que fue, pero fundamentalmente para nosotros la demostración de una posibilidad al alcance de todas nuestras organizaciones armadas. Y muchos Garín sobrevendrán en esta guerra. Pienso que lo demás sería abundar en detalles que por otra parte son ya conocidos por todos ¿Es decir que no ha habido ninguna deformación de la información periodística con respecto a los hechos de Garín? Ha habido muchas. Lo que pasa es que la suma de todas y nuestros comunicados que oportunamente fueron difundidos por la prensa oficial, por la prensa del régimen y por las publicaciones honestas que juegan un papel valioso en la difusión de nuestro pensamiento, han logrado reconstruir una imagen suficientemente fiel de la operación. ¿Es solamente en detalles donde se ha deformado la cosa? Así es. Nuestro comunicado Nº 2 da cuenta bastante claramente de todo lo que allí ocurrió. Lo que resulta inolvidable es la actitud de la población que nos veía operar y seguía los acontecimientos como algo que en definitiva estaba muy lejos de lo delictivo. Para ellos éramos, y así oímos a los vecinos que comentaban nuestro accionar, guerrilleros en acción. ¿Durante la operación? Durante la operación.

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¿Y se asustó la gente? En cierto modo sí. Ya que de Garín hablamos, quiero decirle que para nosotros fue una satisfacción inmensa más vengar, para usar un verbo que se ha hecho legítimo a esta altura, vengar a nuestros compañeros montoneros; también vengar a nuestros hermanos tupamaros. ¿Por lo de Pando? ¿Quiere decir que fue también una demostración de que aquellas semi victorias de los guerrilleros tupamaros y montoneros respondieron a contingencias de la operación y no a que fuera una empresa irrealizable? Efectivamente. La policía y la superioridad moral abrumadora del combatiente. ¿Hubo algún patetismo forjado alrededor de la muerte del suboficial de policía que custodiaba el banco de Garín? Este es un punto de gran importancia. Nosotros decimos allí que no son los combatientes del pueblo los que han elegido la violencia y no es nuestra culpa tener que matar para ser libres. Referimos allí que nuestro pueblo no olvida algunos de los centenares de episodios de violencia reaccionaria: para no citar nada más que dos o tres, las matanzas atroces de Plaza de Mayo en junio de 1955, los fusilamientos absurdos de Valle y sus compañeros, la muerte de Vallese y tantos otros mártires, y por fin otra violencia menos cruda, menos visible, pero permanente, la de la explotación, la alienación que sufre nuestra gente. Esa ya es una forma de violencia enmascarada por la costumbre, mejor dicho, por una costumbre que quieren imponernos, pero que nuestro pueblo no acepta. Sulling se resistió absurdamente y nos vimos obligados a disparar sobre él. Esto se ha repetido decenas de veces en combates nuestros y de otras organizaciones armadas. Y toda vez que esto ha ocurrido, el enemigo se ha escandalizado, nos ha llamado asesinos, cobardes, etc. Pensamos que una vez más es preciso insistir, no

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hablando ya para el enemigo, sino para los asalariados que se juegan la vida por intereses que no son los de ellos. Para ellos repetimos que ni FAR ni ninguna otra organización revolucionarla tiene interés en liquidarlos. Es el sistema al que hay que liquidar y no a sus representantes más empobrecidos y más golpeados. Pero deben comprender que, en el momento del combate, hay que elegir entre ellos y nosotros y la causa que nosotros representamos es superior; par eso nos elegimos a nosotros. Tienen que entender además que vamos al combate con una superioridad táctica abrumadora, que tenemos capacitación técnica similar o superior a la de ellos y que tenemos la iniciativa, conocemos el terreno a la perfección y no nos pagan. No peleamos por dinero, ni por bienes materiales inmediatos, y eso trae también una superioridad moral abrumadora. Teniendo todo esto presente, lo más sensato que puede hacer es ir eligiendo el campo en el que van a dar sus combates. En lo inmediato no les pedimos más que el respeto a nuestras órdenes. Ese ya es un primer grado de conciencia, que desarrollado los va a llevar a elegir su trinchera, su campo de lucha, que no es el de las clases dominantes, el de los dueños de los bancos que protegen, o el de los capitalistas a los que brindan custodia. Pienso que este es quizás el problema más importante que hemos ido viendo durante este periodo. La necesidad de eliminar hombres, que, desde el punto de vista de su ubicación en el proceso productivo, son también clase trabajadora. Pero, como también decíamos en Garín, es el precio inevitable de la rebeldía liberadora y vamos a seguir pagándola. Con respecto al encuentro de Córdoba, donde ustedes tuvieron una baja y cuatro detenidos, ¿quiere relatar algo más, precisar? Mire, en toda derrota hay lecciones. Nosotros las hemos extraído, y no es el momento para brindárselas al enemigo, porque desgraciadamente a él llegarían a través

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de su reportaje. Me refiero a algunas lecciones tácticas y organizativas que hemos extraído de esa operación, y que se encarnarán en aciertos y en más experiencia en el futuro. Me gustaría, si es posible, aclarar algunos puntos de ese hecho, que la prensa describió un poco confusamente. La prensa ha jugado en este caso el triste papel de repetidora pasiva y mansa de los partes policiales. Esas partes policiales son de una torpeza y de una indignidad que, si no resulta increíble, es porque se trata justamente de la policía. Hay una historia, la de la liquidación del custodio del banco, que ya directamente es risible. Cuando nosotros conseguimos dominar a un enemigo, lo último que queremos hacer -como lo explicaba recién- es eliminarlo. Y allí se nos adjudica la muerte por la espalda de un individuo atado. Aquí nuevamente la explicación es sencilla. Ellos nos imaginan a su imagen y semejanza, y porque ellos son capaces de hacer eso, nos lo adjudican a nosotros. ¿Cómo fue la cosa con el policía? Simplemente se resistió, incluso se intentó dominarlo tomándolo de los brazos. Era más fuerte que uno de los compañeros y fue preciso disparar sobre él. Eso fue todo, historia mil veces repetida que esperemos que cambie. ¿Es cierto que dejaron abandonada a la compañera moribunda dentro de uno de los vehículos en el cual huía la gente? La compañera estaba gravemente herida -quizás ya muerta, nunca podremos saberlo-; no se la dejó abandonada, sino que el cerco policial y el curso desfavorable del combate obligó a un repliegue de los compañeros y los separó del cuerpo de ella, que no hubieran podido llevarse consigo sin entregarse, lisa y llanamente. Y nuestros combatientes no se entregan. Pelearon hasta la última munición y quiero que sepa que la dirección en que se desplazó la camioneta estaba

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determinada por la existencia en esa zona de un puesto sanitario a cuya búsqueda iba nuestra camioneta. Con eso podrá adivinar usted que lejos estaba de los compañeros la idea de abandonar a la compañera herida. ¿Es decir que ella fue cargada al vehículo herida? La compañera fue herida en combate sobre el vehículo. ¿Y de allí la llevaban a otro lugar y murió? ¿Cuántos combates hubo? Le pregunto esto porque en ese sentido fue bastante imprecisa la información. Fue un largo combate; de ese largo combate puede retenerse como episodios aleccionadores para el enemigo y ejemplificadores de la eficacia del método guerrillero, dos emboscadas tendidas a vehículos represivos que terminaron con la destrucción total de los vehículos y la neutralización de su personal. ¿Las bajas policiales fueron dos, siempre según la información periodística? Así es. Nosotros no reprobamos a los policías que dispararon sobre nuestros compañeros y la muerte de nuestra compañera Liliana Gelín, que murió peleando por sus ideales. Por lo tanto, tampoco puede reprochársenos la muerte de esos policías que fueron eliminados en combate. Ese tipo de alternativa está inscripta en la lógica misma de la guerra. Los muertos que no perdonamos y que sabremos vengar, son los muertos sobre la mesa de torturas, son los ajusticiados por la espalda, que también abundan en nuestras filas y en la de otras organizaciones hermanas. En la nuestra no se habían dado muertes. Podrían haberse dado, pero si se han dado torturas feroces. ¿Los cuatro detenidos después de la operación de Córdoba? Efectivamente. Yo quisiera preguntar algo en ese sentido. Usted hablaba de las torturas, y al parecer por las denuncias que hicieron los abogados que defendían a sus compañeros

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en Córdoba, las cosas deben haber sido así. Incluso por la manera en que han reaccionado policías y funcionarios, hace sospechar esto. De ser cierto las torturas aplicadas a estos muchachos, habrían tenido una magnitud bastante importante. Ustedes, como respuesta a eso, cuando tengan algún prisionero de ellos, ¿piensan utilizar los mismos métodos de tortura que ellos aplicarían u otros, alguna forma de tortura, para obtener de ellos la información que puede resultar valiosa para ustedes? Ninguna conducta, por eficaz que sea en el corto plazo, puede ser utilizada por una organización revolucionarla, si no es eficaz en el largo plan y como en el largo plazo la eficacia pasa -como le decía recién- por nuestra abrumadora superioridad moral, por la superioridad de la concepción del hombre y de la sociedad que tenemos jamás utilizaríamos la tortura para obtener información o cualquier otro beneficio inmediato. Esto es algo totalmente ajeno y vedado a nuestra moral revolucionarla. Perdón, quisiera que se detuviera en este aspecto, que puntualizara. ¿Ustedes no aplicarían este tipo de métodos porque lo consideran ineficaz para un planteo de largo plazo, o hay algún otro tipo de razones? Esa es la razón. Lo que pasa es que esa razón se acompaña de un repudio físico a la tortura por parte de nuestros compañeros. Porque el amor del que le hablaba al comienzo no sé si del reportaje o antes de él, cuando conversábamos, no es un amor genérico y difuso. Es también amor y respeto por los hombres concretos, incluso por nuestros enemigos cuando estos no se han convertido en símbolo encarnado de la dominación y la explotación. En esos casos, lo más que podemos llegar a sentir es piedad por ellos. Pero nuestros hombres no pueden ejercer violencia sobre otro hombre. Mal podría hacerlo porque sienten en carne propia cualquier injusticia, cualquier barbarie que se ejerza sobre cualquier

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hombre. Menos en consecuencia, pueden ejercerla ellos. Torturador comprobado está condenado a muerte Entonces, ¿qué tipo de respuestas van a dar a la tortura de compañeros a de combatientes de otras organizaciones amigas de ustedes? En el caso en que las organizaciones revolucionarlas puedan probar palmariamente la condición de torturador del individuo, la única respuesta posible, en la medida en que esté al alcance del desarrollo organizativo y militar de la organización, es su eliminación. ¿La ejecución? Efectivamente, la ejecución. ¿De manera que todo torturador comprobado es un condenado a muerte? Efectivamente. Nuestro pueblo ya lo ha juzgado y queda a sus combatientes, la triste pero necesaria tarea de ejecutarlos. La posición política de la organización es peronista Usted hablaba hoy de organizaciones amigas o hermanas. Me gustaría saber cuál es el grado de relación y con qué organizaciones se produce esta relación. No voy a darle datos específicos que nuevamente podrían servir al enemigo, pero voy a darle otros de más importancia. En primer lugar, una triple coincidencia de un valor estratégico inmenso que tenemos con todas las organizaciones hermanas. Con ellas compartimos el enemigo principal, que no es solamente el ejército, las fuerzas armadas, sino aquellas clases que necesitan explotar para satisfacer sus intereses. Compartimos también el método, este método de lucha armada que se expresa en combates ciertos y no meramente en combates proyectados, y compartimos el objetivo final, la construcción de una sociedad sin explotación y la construcción de un hombre nuevo. Esa triple coincidencia establece inmediatamente vínculos de fraternidad revolucionarla de gran profundidad que se expresan en

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vínculos prácticos más o menos intensos, según se den o no las condiciones para que esto se realice en el marco de una lucha clandestina, y donde uno debe estar permanentemente alerta. ¿Han llegado a realizar operaciones conjuntas? No, por lo o menos de nuestra parte. Nosotros pensamos que aparte de esa triple coincidencia, para alcanzar el operar conjunto, debe coincidirse también específicamente en la valoración política de la situación nacional y, fundamentalmente, en la valoración política de la experiencia de nuestro pueblo. En la medida en que se vaya alcanzando, en la medida en que nuestra expresión política sea totalmente coincidente, eso marcará el camino de una integración total de las organizaciones revolucionarlas que coinciden en esos puntos y entonces sí será posible el operar juntos. Hasta tanto, consideramos que serla apresurado elegir ese cambio táctico. Ya que usted habla de valorización política y de posiciones políticas ¿podría decirme cuál es la posición política de la organización a que pertenece? Después, quisiera hablar de la objeción que les hacen algunos grupos de izquierda que no están en la lucha armada, que no adoptan ese método, pero que también buscan la organización de una sociedad más justa. Son grupos marxistas, pero que objetan en organizaciones como las FAR una falta de basamento político y consecuentemente, una desvinculación con el proceso político del país. Ordenando un poco las cosas, le propongo que plantee, que describa el sustento político de su movimiento y que luego veamos el problema en particular, a la luz de esas críticas. Nuestra organización se considera expresando lo que podríamos llamar una estrategia de nacionalismo revolucionario. En la Argentina, el nacionalismo revolucionario implica la valoración positiva de una

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experiencia fundamental de nuestro pueblo, que es la experiencia peronista. Esa valoración positiva por parte de un revolucionario puede ser entendida tan solo como identificación con esa experiencia, como la asunción plena de esa experiencia, de sus logros, de sus aciertos y de sus limitaciones. De sus aciertos para fortalecerse con ellos, para desarrollarse, y de sus limitaciones para combatirlas y superarlas. En ese sentido y apelando ya a una nominación que sólo en el curso del reportaje adquirirá su plena significación, puedo responderle que nuestra organización se considera una organización peronista. Esto es así porque nuestra organización no es sino un conjunto de combatientes del pueblo que se ha unido preparándose para hacer la política del único modo, o del modo más eficaz en que esto puede hacerse en esta etapa de la historia de nuestra patria: dando los pasos para librar una guerra revolucionarla. Quienes nos acusan de carecer de nivel político o de desechar la importancia de la lucha política por haber elegido el camino de las armas, de la lucha armada, olvidan que esta lucha no es más que la política por otros medios y no a cualquier otro medio, sino a los medios eficaces. Nuestro pueblo apeló a otras posibilidades, a todas las que tuvo a mano y le fueron vedadas. No sería necesario quizás recordar que nuestro pueblo ha triunfado en elecciones que fueron miserablemente escamoteadas. No sería preciso recordar que no fue nuestro pueblo el que quiso ver destruido su gobierno popular y le fue destruido: y así en innumerables ocasiones, no fue nuestro pueblo el que quiso ver ocupados sus sindicatos por el ejército y le fueron ocupados. Si a estos hechos y a la muerte de los mártires, los héroes y a las numerosas experiencias de luchas frenadas por la represión más feroz, no cabe responder con la violencia del pueblo, es porque

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directamente se elige no responder. Esto no quiere decir que nosotros propugnemos la ineficacia o ilegitimidad de otras formas de lucha Todas las formas de lucha y resistencia son justas, pero una organización revolucionarla que pretende responder al mandato de su pueblo de diseñar una alternativa, una opción realmente superadora, debe elegir las formal más eficaces de lucha política. Y esto es lo que nosotros hacemos al armar nuestra política, al empuñar las armas para expresar nuestra concepción política, para conquistar lo que no se nos quiere dar y lo que no nos corresponde pedir, porque se nos ha arrebatado. ¿Cuál es esa posición política? Esa posición política consiste en la convicción de que lo que se trata es de poner en marcha una guerra del pueblo. De construir para ello un ejército del pueblo que obtenga para el pueblo el poder y que con el pueblo en el poder asuma la tarea de la construcción de una sociedad distinta. Una sociedad sin explotación, una sociedad con igualdad absoluta de posibilidades para todos, una sociedad donde los derechos y las igualdades no estén en la Constitución sino en la vida. Construir la sociedad socialista. ¿Esa sociedad sería una sociedad socialista? Sin duda. ¿El socialismo diseñado por Marx y Lenin? Un socialismo que sería mucho más difícil saber cómo construir sin el aporte de Marx y Lenin, pero que no se construye con el mero aporte de Marx y Lenin, sino con el nuestro, con el de la experiencia de nuestro pueblo, con el aprendizaje que hacemos en la guerra y con la enseñanza de otros pueblos que completarán la lucha por su liberación o que están completándola. El concepto de ideología ¿Cómo se integraría, digamos, la ideología peronista con estos aportes que ha hecho el marxismo-leninismo,

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aportes que por lo que usted me dice, serían aprovechados para la construcción del socialismo? Quisiera decirle que el concepto de ideología ha llevado y lleva a numerosos equívocos. Sin necesidad de hacer consideraciones académicas, le propongo que al hablar de ideología nos refiramos fundamentalmente a la conciencia que los hombres van logrando de su propia situación. Esa conciencia puede ser lúcida, clara, penetrante, o puede ser incompleta, parcial, distorsionada. El enemigo hace todo lo posible para que esto sea lo que ocurra con la ideología de nuestro pueblo y con nuestra propia ideología. La experiencia de nuestro pueblo y la utilización de todas las herramientas del conocimiento de la sociedad, dentro de lo cual el aporte del marxismo-leninismo es esencial, nos ayudan a tener una conciencia clara de lo que realmente ocurre en nuestro país y de lo que puede lograrse con una lucha consecuente y revolucionaria. De modo que a su pregunta respondo diciéndole que esa integración no es un difícil experimento, sino es la apropiación por parte del pueblo en lucha, de todas las formas de conocimiento, de todas las herramientas, de todos los instrumentos de interpretación de una realidad que le sirva para orientar su camino hacia la liberación. Si esas formas de conocimiento, y es el caso del marxismo, si esas teorías han pretendido ser apropiadas por grupos políticos que no han sabido estar a la altura de las responsabilidades que hubieran debido asumir, y, por lo tanto, han terminado cargando al marxismo con sus miserias y debilidades, no corresponde a nuestro pueblo mantener una actitud limitada y prejuiciosa. En ese sentido a los militantes revolucionarios que pugnan por construir una vanguardia eficaz, les corresponde desentrañar todo lo que hay de útil en la ciencia de la sociedad, que es el marxismo, y ponerla al servicio de nuestra lucha de liberación.

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Yo le diría que si el marxismo no es nuestra identidad política es porque el marxismo no es una bandera política universal. Nosotros somos revolucionarios y como tales, nos sentimos con derecho a expropiar todas las formas de conocimiento, todos los instrumentos útiles para la construcción de la sociedad nueva. El marxismo, el leninismo, son interpretaciones de la realidad de un enorme rigor científico. En ese sentido, para nosotros es un instrumento teórico. Además, Marx, Lenin, Mao, Guevara, han pensado en una sociedad nueva y han hecho aportes sustantivos a los modos de construcción de esa sociedad nueva. En ese sentido, el marxismo leninismo puede entenderse globalmente como una concepción del hombre; como tal la sentimos nuestra, pero le repito: el marxismo ha pretendido ser convertido por algunos grupos en bandera política universal y ha sido contrapuesto absurdamente a la experiencia política de pueblos enteros. Lo único que se ha logrado con eso es ser infiel con los pueblos que hacían esa experiencia y ser infieles con el marxismo. Para nosotros no hay contradicción alguna; el marxismo es una ciencia y con la ciencia lo único que uno puede hacer es seguir desarrollándola. Cuando Marx decía que no era marxista, estaba invitándonos justamente a que dejáramos de lado fidelidades de tipo dogmática y asumiéramos el compromiso de pensar, crear, de investigar, de llegar a poder explicar y predecir el curso de los acontecimientos. Resumo mi respuesta diciéndole, coma lo hizo el Che algún día, en ciencia social, nosotros somos marxistas, así como en física podríamos definirnos como einstenianos. Definición del peronismo. ¿Y cómo valoran al justicialismo? Nosotros pensamos que la doctrina justicialista es la expresión elaborada de una etapa de la experiencia de nuestro pueblo en la que, junto con la afirmación de las

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tres banderas fundamentales -la justicia social, la independencia económica y la soberanía política (banderas permanentes y perdurables por las cuales combatimos y que hoy sólo pueden lograrse mediante la construcción del socialismo en la Argentina) se expresa y se concibe la posibilidad de una integración de los intereses de diversas clases y diversos sectores. Si lo que se pretende al hablar de doctrina justicialista, es fijar la historia, detener su curso y hacerle creer hoy a nuestro pueblo que es posible el capitalismo sin explotación, o que los intereses de los dominados y los dominantes pueden conciliarse, nosotros decimos que eso no es justicialismo, que la doctrina justicialista ya no interpreta las necesidades del pueblo peronista. Nos parece más correcto decir que eso no es justicialismo, porque nuestro pueblo sabe perfectamente que la doctrina tiene que ser tan viva como la propia realidad y debe adecuarse a las etapas, a los ciclos, a los peldaños de la lucha por la liberación. Hace un momento -creo que antes de comenzar este reportaje- usted hablaba de la infiltración o imposición que el régimen hace de su ideología. ¿En qué medida el marxismo y el justicialismo no han sido impregnados de esa ideología? Pienso que tanto el marxismo como el justicialismo, quitados del contexto histórico en el que se producen y utilizados coma dogma, como doctrina definitiva, efectivamente por no servir a la causa popular y al desarrollo de las luchas, sirven de alguna manera a quienes las enfrentan, a quienes las temen. En ese sentido se ha visto en muchas oportunidades a viejos gorilas hablar lenguaje supuestamente justicialista. No nos engañan: ese lenguaje justicialista pretende hacernos creer que ellos y nosotros podemos entendernos hoy, cuando, efectivamente, por un conjunto de circunstancias que la historia argentina ha dejado atrás, pudimos entendernos ayer. En eso sentido, el manejo, la

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manipulación de un justicialismo eterno, es lo menos justicialista que puede pedirse y lo menos peronista que puede sostenerse. Con respecto al marxismo, el temor que nuestras clases dominantes tienen a esa concepción léxica y a esa ideología, ha hecho menos común y menos fácil su manipulación, pero han cumplido ese papel grupos políticos, partidarios o no, que se han encargado de desencontrar al marxismo con nuestra realidad, convirtiéndolo en pobrísimo dogma al no comprender que aplicar un método científico no es aprenderse de memoria las conclusiones que se obtuvieron y fueron válidas para determinadas etapas y formaciones sociales, pero que no son relevantes para otras. No sé si con esto ayude a su pregunta... Si, más o menos; me quedan algunas hilachas, dudas que me gustaría poder aclarar. Me gustaría poder profundizar un poco en el manejo o deformación de las ideologías. En virtud de lo que usted me ha dicho, si hay una permanente modificación de las ideologías, por el absurdo se podría llegar a la conclusión de que nunca existen ideologías; de que siempre se están modificando. Me preocupa saber cómo se daría entonces la continuidad ideológica. El justicialismo sirvió en un momento dado, ¿cómo serían los pasos de modificación de esa ideología? ¿cómo se estaría operando? ¿cuáles serían los nuevos elementos que habrían ingresado, aunque no estén formulados expresamente en ninguna doctrina? El propio creador de la doctrina justicialista responde en cierto modo a su pregunta, cuando hoy señala claramente que las grandes líneas históricas marcan a los pueblos del Tercer Mundo el camino del socialismo. El mismo hombre que creó y produjo una doctrina, que contempló la posibilidad de la integración de los intereses de diversas

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clases en el seno de la sociedad nacional, hoy comprende y explicita a su pueblo por que la libertad, la justicia, y la soberanía sólo son posibles en el socialismo. He allí el caso no de una inconsecuencia o de una contradicción, sino de una sudoración, de una interpretación alerta al curso de la realidad y que sabe modificar su doctrina o su diagnóstico cuando esa realidad se va modificando y que, además -y esto es fundamental- saber ir anticipándose al curso de los acontecimientos. Respecto de la aparente paradoja resultante de la provisoriedad de las doctrinas o de las ideologías, le respondo que esto es algo común a todo proceso vivo y, en definitiva, una ideología perdura todo el tiempo que sirve para interpretar una realidad, para darle a sus protagonistas una conciencia del sentido que esa realidad tiene. Por cierto, se habla con justicia de que las ideologías cambian menos rápido que las estructuras, o que la realidad misma, y en algunos casos, sobreviven a esos cambios. Frente a ese proceso se alza la respuesta teórica y el pensamiento de la ciencia o de la vanguardia de la sociedad, que adecua el pensamiento, que ajusta, que actualiza ese pensamiento y lo pone al servicio del curso de la historia. Esa aparente paradoja, en definitiva, es la paradoja de la libertad, de la creatividad humana que no puede aniquilarse sin perderse como humanidad. De modo que no es un problema propio de las ideologías, sino de la condición humana. ¿Cómo establecerían ustedes ese crecimiento -implícito en su respuesta- sin producir fracturas o discontinuidades entre un pasado del peronismo y su actualidad? Las discontinuidades pueden descubrirse en determinados aspectos, en determinados niveles de análisis, en determinados fenómenos de un proceso y, sin embargo, en otro nivel o visto desde otra perspectiva, puede comprobarse la vigencia o la continuidad de ese mismo proceso. Para que se entienda más claramente lo

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que digo voy a dar el ejemplo más importante que tengo a la vista: el del ciclo histórico dentro del cual se inscribe nuestra propia lucha. Ese ciclo a nuestro juicio comienza en 1945 y está marcado por la irrupción de nuestro pueblo, de nuestras masas, al escenario político, al recuperar a su líder y a un programa y a un proyecto que sentía suyo. De entonces a aquí, es mucho lo que nuestro pueblo ha sufrido y ha aprendido, y no puede decirse que el trayecto recorrido de entonces hasta este momento sea lineal. Ha habido bruscos cortes, discontinuidades, como usted dice, y sin embargo hay algo que permanece, que está vigente. Desde entonces hasta ahora y es la clase obrera argentina la que está protagonizando fundamentalmente estos episodios en el campo popular y es la que protagonizará también su liberación y la construcción del socialismo. Es esa presencia de la clase trabajadora la que establece la continuidad esencial de proceso y la que nos permite hablar de un ciclo a completar. No sé si con este ejemplo respondo a su pregunta. Sí. Aunque sería bueno poder desarrollar un poco más todo esto. Pero esto nos llevaría a escribir una especie de novela. Sin embargo, se puede intentar. Más sintéticamente, se entiende, respondiendo a preguntas más específicas, dentro del mismo problema. Bueno. Por ejemplo, ¿cuáles son los hitos que reproducen o continúan el 17 de octubre de 1945? Es difícil hablar en términos de reproducción porque la historia no se repite; pero si se puede hablar de desarrollo, de continuidad, de recuperación. Podría citarle el hecho más cercano, los sucesos que suceden de mayo a septiembre de 1969, en que nuestras masas, con una independencia histórica, con un arrojo, con una visión política extraordinaria, dicen "no" al capitalismo monopolista dominante y echan por tierra la imagen

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omnipotente del régimen de Onganía. Entre esos dos episodios trascendentales, hay muchos otros quizás menos brillantes, menos resonantes, pero en los que permanentemente nuestras masas en la calle, ocupando sus fábricas, enfrentándose a la represión, dicen "no" al enemigo, "no" a la explotación, dicen "sí” a la identificación con una experiencia que fue suya en la que tomaron conciencia de su fuerza, de su dignidad, del conjunto de derechos, no solo económicos, sino esencialmente ligados a su condición humana, que comenzaron a vivir en la experiencia peronista, y que vieron bruscamente interrumpida por el golpe del 55, hecho posible por las limitaciones anteriores a ese golpe, que el propio régimen peronista estaba sufriendo. Limitaciones que nuestro pueblo estaba en condiciones de superar y que hubiera superado por otras vías de no darse el golpe gorila. De todas maneras, es insensato pensar coma hubiera sido la historia de no haber sido como fue, y en cambio, es más útil constatar que del 55 para acá el peronismo no ha muerto, la clase obrera no ha cedido, no ha concedido, sino que ha aumentado permanentemente su comprensión de las claves de la realidad social argentina, de las claves de su insatisfacción, de su explotación, de su miseria y ha sabido determinar cada vez más claramente cuáles son sus verdaderos enemigos, cuáles son sus verdaderos aliados. En ese sentido, pienso, que la continuidad esencial del ciclo que se abre en 1945, está dada en el plano de las clases por la participación de nuestra clase obrera y en el plano político por el peronismo que, como usted verá, no puede entenderse como una doctrina ya hecha y terminada, que desde 1945 se proyecta a la eternidad, sino como una experiencia creciente a la que el pueblo vuelve una y otra vez para ir descifrando el significado de su lucha, de cada una de las etapas en las

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que los enfrentamientos lo van colocando, y de las alterativas, de los cominos que corresponde seguir para realizar sus intereses históricos (que como se sabe no son intereses particulares, sino que son los únicos que pueden garantizar de alguna manera el alcance universal de derechos humanos para toda la sociedad nacional). Es en ese sentido que sólo la clase obrera puede plantearse la construcción de una sociedad nueva y un hombre nuevo. Usted me ha hablado, en algún momento de la conversación, de la integración de las FAR al peronismo. ¿Esto quiere decir que la organización no había sido peronista hasta el momento? Su pregunta puede ser equivoca, pero la acepto como tal porque al mismo tiempo es esclarecedora. Nosotros no nos integramos al peronismo; el peronismo no es un club o un partido político al que uno puede afiliarse. El peronismo es fundamentalmente una experiencia de nuestro pueblo y lo que nosotros hacemos ahora es descubrir que siempre habíamos estado integrados a ella, o dicho de otro modo, es desandar el camino de equívocos y malos entendidos por los cuales en alguna etapa de nuestra vida no supimos comprender que siempre habíamos estado integrados a ella en el sentido que está integrado a la experiencia de su pueblo, todo hombre que se identifica con los intereses de los más; y no sólo de los más cuantitativamente, sino de aquellos que por su condición, por su ubicación dentro del proceso productivo, son los únicos que pueden gestar una sociedad sin explotación. Usted decía que algunos de nosotros no habíamos sido peronistas. Efectivamente, muchos de nosotros no hemos nacido en familias obreras, sino que nos criamos en medio de capas sociales que, por un conjunto de razones, que es perfectamente posible reconstruir, malentendieron la experiencia peronista, y además de algún modo se vieron alojadas en el frente oligárquico. Una de las

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características más significativas de las últimas etapas de nuestro proceso, fundamentalmente del '55 a nuestros días, es la paulatina revalorización de la experiencia peronista que hacen vastos sectores de las capas medias, especialmente el movimiento estudiantil. Muchos de nosotros hijos de esas clases, miembros de ese movimiento, hicimos también ese recorrido y hoy no nos integramos al peronismo como algo nuevo, como algo distinto, sino que asumimos de una manera plena y profunda nuestra condición de miembros de nuestro pueblo. Es en ese sentido que su pregunta es equivoca y al mismo tiempo esclarecedora. Paladino y el policlasismo. Usted hace una diferenciación según la cual el peronismo es la expresión de una clase. Por otra parte, el delegado de Perón en el país, señor Paladino, también se arroga la condición peronista, aunque su óptica política sea más reformista que revolucionarla. ¿Cómo se ubican ustedes dentro de esta aparente contradicción? La contradicción no aparente, sino real, es la que el señor Paladino tiene en realidad, porque si la antinomia peronismo-anti-peronismo estuviera superada -cosa que ha sostenido- sería difícil comprender por qué desde el55 hasta nuestros días se le hace preciso al régimen el escamoteo de las elecciones, el permanente control del poder mediante la violencia organizada y legalizada del Estado, por qué sigue el pueblo proscripto, porque la oligarquía no admite el retorno de Perón, etc. Esa antinomia no está superada y sólo podrá superarse con la victoria del pueblo peronista. Con respecto a la contradicción que puede haber entre el peronismo de Paladino y el nuestro, quiero decirle que, en la medida en que el peronismo no es una camiseta

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política, ni el nombre de una entidad partidaria burguesa, no basta la nominación para merecer o para alcanzar esa condición. En ese sentido no nos interesa la disputa con Paladino acerca de la fidelidad o legitimidad de nuestra condición de peronistas, porque el único árbitro de esa cuestión es nuestro pueblo. De modo que cada combatiente de nuestro pueblo, a él debe remitirse para encontrar en él su reconocimiento. Perdón, sin embargo, Paladino es un hombre que tiene una gravitación política dentro del Movimiento Peronista, lo que supone que, por lo tanto, tiene el aval del líder y, además, de la base que sustenta a ese líder. El problema no es tan simple. En primer lugar, el líder, general Perón. No ha dicho jamás que Paladino sea la pitonisa del peronismo ni ha pretendido jamás hacer reposar en Paladino la conducción del proceso de liberación de nuestro pueblo. Simplemente pensamos que, de buena fe, entiende que tanto Paladino y nosotros y otros tantos peronistas están buscando los caminos más adecuados y más eficaces para la reconquista del poder y el desarrollo y la construcción de una sociedad nueva a partir del poder popular. Nosotros pensamos que la cuestión, no es la polémica interna o doméstica, sino la puesta a prueba, corajuda, consciente y confiada que uno considera más justa. Entonces, si el general Perón tiene la posibilidad de balancear ese proceso que se abre ante nuestros ojos y que de alguna manera ya estamos recorriendo, las posibilidades de elegir, de valorar, de diferenciar y determinar quienes representan de una manera más justa, más profunda y más eficaz los intereses del pueblo peronista, estarán planteadas en otro nivel. Nosotros entendemos que no es tiempo de alardear y de proclamar la superioridad. Esa superioridad concepciones hay que demostrarla, no contra Paladino, sino contra el régimen. ¿Es decir, y según infiero de lo que usted dice, toda esa composición poli clasista, de que tanto se ha hablado en

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el peronismo, está comenzando a vivir una catarsis por la que se comenzaran a desprender aquellos elementos que le son ajenos, incorporando o consolidando aquellos elementos que le son propios; todo esto en la medida que, si bien es poli clasista, ¿el Movimiento Peronista, la clase predominante, la que lo ha signado básicamente, es la clase obrera? Efectivamente. Poli clasismo es también un término ambiguo. No digo que usted lo use ambiguamente, sino que puede ser usado con significados diversos. La revolución vietnamita es poli clasista y no por ello deja de ser revolucionaria, y no por ello marcha menos hacia el socialismo, y ya lo está construyendo en el norte. Una cosa es hablar de poli clasismo cuando se dice o se entiende que numerosos sectores sociales, más de una clase social, son explotados, o marginados por el modo de producción capitalista. En ese sentido, yo diría que todo proceso de liberación nacional implica y compromete a más de una clase. En ese sentido nuestro proceso es también poli clasista, pero no lo es si ese poli clasismo pretende integrar unilateralmente a las clases enfrentadas, cuya contradicción justamente, es el motor de nuestro proceso de liberación. Un poli clasismo que pretenda enlazar a las clases dominantes y a las clases dominadas, para ser más precisos, a la oligarquía agropecuaria, a la burguesía industrial monopolista, totalmente penetradas, dominadas y dirigidas por el imperialismo norteamericano, con nuestra clase obrera, con nuestras capas medias, con nuestra pequeña burguesía urbana y rural, es un poli clasismo antihistórico y contrarrevolucionario. Sin embargo, la coexistencia dentro del peronismo de personas como Vallese y Coria, ¿no marcaría precisamente una forma de integración al integracionismo que usted acaba de repudiar?

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Vallese y Coria no coexisten en ningún plano. Tanto no coexisten que desgraciadamente Vallese no existe, y no existe porque lo mataron los amigos de Coria. Y aunque viviese no podría coexistir más que en el enfrentamiento, porque representan intereses distintos. Coria y Vallese, por cierto, no son clases, son individuos, pero se lee, se adviene, se interpreta la clase a cuyos intereses representan por su conducta, por sus hechos. En ese sentido toda coexistencia les está vedada. Coria y Vallese, y esto no solo por voluntad de Vallese -que la tenía y muy clara- sino también por voluntad de Coria. ¿Pero ambos se dicen peronistas? Nuevamente le recuerdo que la condición de peronista no es una mera cuestión de nominación. Por otra parte, los nombres, las palabras, resultan engañosas cuando se las separa de las conductas reales. Para nosotros la nominación, la identidad política, es la expresión simbólica de una conducta concreta y, cuando hablamos de un peronismo, hablamos de sus palabras y de sus hechos. No al entrismo trotskista Se podría ver en sus actitudes, dirían algunos, algo así como cierto entrismo trotskista. Si no es así ¿en que se diferencian de ellos...? En primer lugar, y para terminar con una contienda ideológica que solo sirve al enemigo, quiero decirle que prefiero hablar del "entrismo" y no del "entrismo de los trotskistas", porque también el trotskismo es una expresión ideológica y política demasiado vasta y polifacética como para que uno pueda caracterizar con justicia y verdad, a todos sus sectores de un solo saque, si no genéricamente. El "entrismo" -y en alguna manera el vocablo es gráfico- es en definitiva una maniobra, una especie de emboscada que se le tiende al pueblo. Se le dice que se está de acuerdo con él, pero no se le dice lo que en realidad se piensa hacer con él. Vana ilusión, porque generalmente nada se hace con el pueblo, si el pueblo no lo comprende y no lo quiere. Por otra parte, el

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"entrismo" se caracteriza en algunos casos, por un culto despreciable a todo aquello que el pueblo justamente está superando, a todo aquello que es menos viviente, menos valioso en el pueblo y que si el pueblo no lo ha podido dejar de lado todavía, es porque no cuenta quizás con instituciones, las formas organizativas, los métodos de lucha y las expresiones doctrinarias que le permitirían hacerlo con plena independencia. De ese modo caracterizamos nosotros el "entrismo". No recuerdo el resto de su pregunta. ¿Cómo se diferencia esa actitud de la de ustedes? En primer lugar, nosotros no estamos fuera del pueblo, esperando emboscados, sino que pertenecemos a él. En segundo lugar, nuestra fuerza, la de las FAR, o la de cualquier otra organización peronista, es la fuerza de su pueblo o no es ninguna. Por lo tanto, todo con el pueblo, nada sin él; todo con su comprensión, nada sin ella. Con respecto a las limitaciones de nuestro pueblo -que son las nuestras- el mejor modo, el único modo de superarlas, es tenerlas claras, es no escamotearlas y no practicar una forma de fidelidad que lo único que consigue es detener la historia y pretender que somos más de lo que somos o hemos recorrido más tramos de los que hemos recorrido. Nuestras limitaciones, las de nuestro pueblo, son fundamentalmente las que resultan de no haber podido construir todavía con toda plenitud y con toda eficacia, las formas organizativas y las expresiones doctrinarias que consigan, que garanticen la puesta en marcha de una guerra de liberación protagonizada por nuestro pueblo. Esas limitaciones de tipo político-militar pueden acompañarse, sobre todo manejadas por el enemigo, de ilusiones o de formas de conciliación que, más que sentidas por nuestro pueblo, le son adjudicadas a este, sin que este pueda quitársela de encima con prontitud y claridad. Pero como revolucionarios sabemos qué hacer con ellas, lo primero, insisto, es tenerlas a la vista, tenerlas

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claras. Esa es quizás la manera más simple de diferenciamos del "entrismo". ¿Se trataría de no llegar a un proceso, con soluciones prefiguradas? Claro, y además no engañar a nuestro pueblo, no coquetear con él, no cultivar en él expresiones ideológicas o formas o actitudes que puedan estar de alguna manera consagradas, incluso por el enemigo, pero que no sirven a sus verdaderos intereses y que, además están siendo permanentemente superadas por él. No apelar a la manoseada camiseta con la que muchos grupos o sectas han pretendido mimetizarse con el pueblo. El resultado de todo esto está a la vista y prácticamente es universal; estos grupos y estas tácticas quedan en el camino y si no se puede decir que sean del todo ineficaces es porque, en alguna medida, son eficaces al enemigo, contribuyen a ensombrecer el verdadero camino de la liberación. La politización de las masas. Con esto usted me contesta una pregunta que pensaba hacerle, que era: ¿cómo lograr la politización de las masas? Recuerdo nuevamente las críticas que les suelen hacer algunos grupos "marxistas-leninistas" referidas a que antes de iniciar la lucha armada hay que cumplir otro tipo de lucha previa que es la politización de la gente. ¿Cómo responden ustedes a esa crítica? En todo caso, lo que puede decirse de quienes diciéndose marxistas-leninistas (y le repito que nosotros verificamos esa condición en la nominación-conducta, no solo en palabras), quienes diciéndose lo que se digan, plantean que se trata de hacerle hacer al pueblo una experiencia política para luego hacerle empuñar las armas; basta con echar un vistazo al proceso histórico argentino que tenemos a la vista, para comprender que nuestra clase obrera y nuestro pueblo vienen haciendo una riquísima experiencia política desde el '45. Marco este ciclo par las razones que le indiqué antes: la consideramos un ciclo de

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liberación que debemos completar. Las experiencias de nuestro pueblo, de nuestra clase obrera, en el campo político, han sido de una riqueza excepcional, han tenido todas las formas de manifestación, desde las luchas directamente vinculadas al conflicto de clases y marcadas por lo reivindicativo, por lo corporativo, por lo económico, hasta la plena comprensión de que esos logros reivindicativos pasan estrictamente por el acceso al poder, por el control del poder. En ese sentido, la experiencia peronista podría definirse como aquella experiencia que impide absolutamente a un trabajador concebir una lucha reivindicativa despojada de su significación política. Es que se trata de un pueblo desalojado del poder, un poder jaqueado por sus contradicciones, por sus limitaciones, por su coyuntura internacional, por lo que usted quiera, pero un poder popular, un poder que de algún modo interpreta los intereses populares y era interpretado por el pueblo como interpretándolos. En ese sentido, todo el proceso posterior al '55 es un proceso esencialmente político, aunque pueda juzgarse en muchas instancias en un plano aparentemente sindical, reivindicativo o económico. De modo que no se sabe a qué experiencia política se refieren estos grupos cuando recetan semejante tratamiento para nuestro pueblo. Supongo que se refieren a un adoctrinamiento marxista. Bueno, con eso regresamos al planto anterior. El marxismo no es una píldora política, una receta universalmente aplicable, sino una teoría de la sociedad. Efectivamente nosotros pensamos que sería imposible diseñar una estrategia revolucionarla, que requiere un conocimiento científico de la realidad social de sus clases, de sus problemas económicos, de sus problemas sociológicos, etc., sin aplicar el marxismo-leninismo. Pero la aplicación de ese marxismo-leninismo es a la experiencia política revolucionarla de nuestro pueblo, lo

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que la aplicación de las armas o de los medios técnicos de combate. Es un instrumento, no el combate mismo. El rol de la vanguardia y la práctica revolucionaria. Me gustaría desarrollar ahora el tema de la "vanguardia", pero previamente a esto, quisiera saber en qué medida el rol de vanguardia, o procurar ese rol, no coloca en una situación de paternalismo político a los grupos que intentan obtener esta condición, como suele ocurrir con los grupos “marxistas-leninistas" a los que nos referimos recién. Luego, si usted quiere, vamos a hablar de cómo es esa coyuntura de vanguardia, qué pasa con un pueblo sin vanguardia, etc. Pero previamente como le digo, quisiera aclarar ese punto, para poder entrar luego al otro tema con limpieza. Comenzaría por decirle que para estar delante de algo es preciso no estar solo, de lo contrario uno está solo y no delante de nada. De modo que vanguardia sin pueblo no es vanguardia. En ese sentido nosotros pensamos que nuestro pueblo no tiene todavía una vanguardia: es a los combatientes del pueblo a quienes les cabe construirla, como le ha cabido al pueblo gestar la situación revolucionarla en el marco de la cual nos movemos y en el marco de la cual nos hacemos temibles, siendo como somos todavía pocos y exiguamente armados, comparados con el enemigo. Pero en ese proceso de construcción de vanguardia en el que combatientes del pueblo asumen responsabilidades teóricas y prácticas que le permitan al pueblo acortar el camino, elegir el atajo, y desechar las vías muertas, es mucho todavía lo que hay que hacer. Las organizaciones revolucionarlas existentes no pueden autoproclamarse como la "vanguardia", sin equivocarse. Nosotros no incurrimos en ese error, asumimos simplemente la inmensa responsabilidad y la hermosa tarea de contribuir a

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construirla. En ese proceso no estamos solos, en dos sentidos: nos sentimos acompañados, motivados, orientados por la lucha de nuestro pueblo y, al mismo tiempo, no estamos solos en el sentido de que no somos la única organización que ha iniciado este proceso y esta tarea. Cuando juntas logremos llevar mucho más adelante las formas organizativas, la teoría y la práctica de la guerra y la doctrina político, ideológica y social que sirva a nuestro pueblo para destruir el capitalismo y sus servidores, podremos decir que hay vanguardia. Vanguardia tiene el pueblo vietnamita, o el chino o el cubano. Nosotros no tenemos esa vanguardia. Todo intento de auto proclamación, en la medida en que consiste en un error, en una ilusión, no hace más que alargar el camino. En el proceso de construcción de la vanguardia, la convergencia de las organizaciones revolucionarlas será un hecho decisivo. Para que esto se logre es preciso que las organizaciones revolucionarlas coincidan, como le decía hoy, no ya en lo que tienen que destruir, sino en con quien, en función de quién, rodeados de quien, a la cabeza de quien, van a destruirlo. En la Argentina hay organizaciones revolucionarlas que comparten nuestra valoración de la experiencia política de nuestro pueblo, nuestro método de lucha y el resto de las apreciaciones estratégicas y tácticas que nos guían. Hay otras con las que tenemos diferencias: esas diferencias son de carácter ideológico, teórico, en suma. Estamos dispuestos a ventilarlas en el marco de la más absoluta fraternidad y practicando una política de principios. En la medida en que tenemos la certidumbre de interpretar con acierto la experiencia de nuestro pueblo, tenemos también la confianza plena de que esa confrontación, ese intercambio, va a generar coincidencias, acuerdos, convergencias. Sería posible intentar otros caminos y, presionados por la necesidad de sumar fuerzas, postergar para el futuro el tratamiento de estas diferencias (fundamentalmente las referidas a la

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valoración del peronismo) y de algún modo concretar formas de alianza, de relación que han dado en llamarse en algunos casos frentes revolucionarios o que se han caracterizado con términos equivalentes. No sé si al incursionar en este terreno salgo ya del campo de su pregunta, pero quiero decirle que a nuestro juicio la vanguardia no se construye en base a acuerdos mínimos de las organizaciones revolucionarlas, sino en base a acuerdos profundos, fundamentalmente en aquello que se refiere a la valorización de la experiencia de nuestro pueblo. Yo quería detenerme un poco en este problema de la valoración de la experiencia del pueblo, de la interpretación de las repuestas que el pueblo está esperando. Eso, por lo visto, establecería la conexión y determinaría finalmente el surgimiento de una vanguardia en la medida en que un grupo interpreta realmente la coyuntura donde pivotean las expectativas. Sería un problema de interpretación, es decir, de la apreciación de los intereses populares. ¿Cuándo encaran ustedes esta interpretación, en la medida en que deben aspirar a ser vanguardia de ese pueblo? Toda interpretación rigurosa implica conocimiento, implica análisis, implica, en definitiva, teoría. Por eso le digo que se trata de zanjar esas dificultades con las organizaciones armadas, mediante un trabajo teórico. Ese trabajo teórico al servicio de la acción, acompañándola, anticipándola, profundizándola, tiene que dar como resultado en primer lugar, la liquidación de algunos de los fantasmas que más dificultan la valoración del peronismo. El fantasma fundamental resulta de lo que nosotros llamamos ideologismo, o sea aquel tipo de análisis que no parte de valorar el papel de una clase, de una fuerza social en el marco de las contradicciones de una formación social, sino que se detiene en las expresiones de tipo

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ideológico, o sea en aquellos modos en que determinados protagonistas o sectores de esas fuerzas se piensan a sí mismos. O, lo que suele suceder, en la imagen que el sistema da del modo en que esos sectores se piensan a sí mismos. Este método consiste a menudo en disociar las expresiones ideológicas, e inclusive las formas organizativas que en este caso el peronismo ha ido dándose en diversas etapas, de la etapa misma en que se dieron y del conjunto de los condicionantes económicos, políticos, culturales, ideológicos, que es preciso retener para captar la lógica propia de esa etapa. Al disociar de pronto las expresiones ideológicas del peronismo producidas en una de esas etapas, al eternizarlas e independizarlas del proceso global del peronismo, se proyecta sobre la clase trabajadora, protagonista fundamental de esa experiencia, un conjunto de actitudes o concepciones que la propia clase ha superado. Por otro lado, al retener como características eternas del peronismo formas organizativas o instituciones o características del aparato partidario que acompañó al proceso peronista en determinado momento de su desarrollo y comprobar que esas instituciones o esas formas organizativas no son en otra etapa las más aptas, se concluye en lo que de alguna manera ya estaba en las propias premisas. El peronismo es limitado, es poli clasista en el sentido integracionista, es nacional-burgués, etc. Nosotros pensamos que el análisis ideológico, es decir, las expresiones conscientes, el modo en que los protagonistas de un proceso se piensan a sí mismos, debe ser referido, para ser válido, a la totalidad social en que esa autoconciencia se da, en que esa visión de sí mismo se da; de lo contrario se corre el riesgo del que nos alertaba Marx al decir que la ideología muestra un poco las imágenes de la realidad invertidas, como en la cámara oscura. Uno de los saldos más penosos desde el punto de vista teórico-práctico, y en definitiva político de este

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ideologismo, fue el que llevó a caracterizar como fascista al peronismo par el hecho de que el general Perón (como algunos de los hombres que lo acompañaban en la formación de la doctrina y de la puesta en marcha de la experiencia que luego lo condujo a su condición de gobernante popular) tomó prestado, incorporó, hizo suyas expresiones, formas y actitudes que evocaban un "estilo fascista", de alguna manera vigente en esa coyuntura mundial. Si se hubiera hecho el análisis integral de la formación histórica argentina, del carácter de las contradicciones que aquejaban a esa formación, se hubiera apreciado hasta qué punto las características perdurables y sustantivas del proceso argentino lo diferenciaban de una manera total de la experiencia fascista. El fascismo es el enfrentamiento agudo, armada a no, de la pequeña burguesía manipulada por el gran capital contra la clase obrera y sus organizaciones gremiales y políticas. El peronismo se caracteriza por haberse apoyado en el movimiento obrero, por haber mantenido y desarrollado a nivel nacional su aparato sindical. Expresa la visión renovadora de sectores del aparato estatal con un programa de independencia económica y de un desarrollo independiente del imperialismo que, sin necesidad de ser antiburgués, es tan avanzado que no consigue seducir a una burguesía y a una oligarquía terrateniente, esencialmente dependiente. Esta atrocidad teórica que hubiera pasado desapercibida de consistir en una mala monografía de un estudiante poco aplicado al marxismo fue la base a partir de la cual el partido Comunista y otros sectores llamados marxistas practicaron una política de consecuente alineamiento en el frente oligárquico. Cuando hoy se caracteriza al peronismo como experiencia nacional burguesa o de alguna manera se entiende que se trata de una especie de pecado histórico que nuestro pueblo debe purgar, se está cometiendo en esencia el mismo error. Se padece todavía de los errores teóricos y

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las consecuentes prácticas de aquel análisis en la medida en que no se comprende que de lo que se trata es de detectar cuáles son las condiciones de posibilidad de la destrucción del enemigo y cuáles son las condiciones de posibilidad de esta situación revolucionarla que, de alguna manera, lo hace vulnerable. Y esas condiciones de posibilidad serían impensables si nuestro pueblo no hubiera hecho una experiencia en la que, interpretado primero en el plano de sus intereses inmediatos económicos, interpretado también en el plano de su dignidad, de sus derechos humanos, no hubiera visto al enemigo de clase arrollarlo, invadirlo, oprimirlo en todas las maneras, y no hubiera visto a su vez al imperialismo norteamericano (presente también en la cita de la oligarquía del 45) apañando todo eso, penetrándonos, designando en definitiva coma representante cabal de sus intereses a ese enemigo interno del pueblo peronista. ¿Dónde sino en esa misma experiencia radica, en estado práctico, la más amplia, la más perdurable posibilidad teórica y de la construcción del socialismo? ¿Dónde si no en esa experiencia se encuentran los elementos más ricos, más capaces de un desarrollo fecundo de la necesidad de la destrucción del capitalismo? Es en ese divorcio de la teoría marxista formulada por los clásicos y de la experiencia anticapitalista del pueblo peronista, que nosotros vemos la gran debilidad o el gran precio que se esté pagando por el ideologismo. Corro el riesgo quizás de extenderme demasiado en esto, pero me adelanto a decirle que ligado a esta problemática, está otra no menos clásica y no menos conflictiva (y en definitiva, no menos abstracta) que es la de la diferencia entre el partido y el ejército, la de si es preciso comenzar con un partido o terminar con él, si es necesario preservar la pureza doctrinaria o ideológica del marxismo en unidades organizativas, frentes, o come se llamen, de carácter marxistas leninistas y al mismo tiempo preservar la masividad y la amplitud de la participación popular

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brindándole otros cauces organizativos no necesariamente marxistas. Todo este tipo de formulación reposa en el mismo equivoco inicial, pero prefiero que usted trabaje sobre esta problemática recordándola y convirtiéndola en preguntas que quizás permitan respuestas más claras. Más que dividir en preguntas lo que usted acaba de responder, me gustaría remitirme a la parte inicial de la pregunta última. Es decir: ¿dónde pivotea?, ¿cuál es el lugar de inserción de la vanguardia en las masas? Decíamos que todo se apoyaba o residía en la interpretación que se hiciera de las necesidades expresivas de las masas en un momento determinado. Usted, en alguna medida, lo ha derivado a otro problema muy interesante también, pero que es la interpretación de algo ya ocurrido. Me interesaría, aparte de lo que usted ha expuesto, que me dijera: ¿cuál es el método para interpretar esas necesidades expresivas de las masas? Usted comienza diciendo que este método se apoyaba en un análisis teórico de la realidad y luego pasó al análisis teórico del pasado. Yo quisiera saber cómo trabajan en este sentido. Yo me doy cuenta de que subraye un aspecto de la practica revolucionarla que es la practica teórica. Hay otra práctica a secas que de alguna manera constituye el aspecto principal de esa contradicción entre vivir y entender: consiste en primer lugar en formar parte de un pueblo enfrentado a la hegemonía más cruda del capital monopolista y por lo tanto sufrir todas sus consecuencias. En segundo lugar, formar parte de una organización que recluta a sus militantes fundamentalmente entre los sectores del activismo estudiantil y obrero y que, por lo tanto, participa de una manera consciente y activa en las luchas, los enfrentamientos, los proyectos, los fracasos y las victorias del movimiento popular. ¿Correr la suerte del agredido, como decía el Che?

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Efectivamente, esa condición de agredidos es la fuente máxima de legitimidad de nuestra violencia. Alguien que no ha llegado a ver el alcance de la lucha revolucionarla que se ha librado en los últimos tiempos, el compañero Cooke, planteaba con mucha claridad el hecho de que toda afirmación reposa sobre el rechazo, pero a la vez ese rechazo sólo es profundo, sólo es fecundo, cuando esa afirmación es sólida. Nosotros interpretamos ese repudio de nuestro pueblo a una situación en la que asistimos incluso a las incoherencias del régimen, a las patrañas ideológicas, morales y culturales más absurdas con las que trata de fijar la trama de nuestra situación de país subdesarrollado, oprimido por un sistema irracional. Participamos del repudio a un régimen que hoy habla de estabilidad y mañana habla de la necesidad de la inflación, sin lograr en ningún caso el desarrollo, que hoy se vende al mejor postor imperialista, y mañana descubre las conjuras del monopolio. Un régimen que aumenta el seis por ciento los salarios y el diez por ciento de los precios. Participamos de ese repudio y lo interpretamos. Pero al mismo tiempo avizoramos la proyección de ese repudio, la alternativa potencial que ese repudio dibuja. Y esa alternativa, que puede no estar expresada en la conciencia de cada obrero, de cada estudiante, de cada intelectual, de cada investigador con absoluta claridad, en el conjunto de nuestro pueblo, expresa una clara voluntad de cambio, de transformación, no del régimen, sino del sistema. En consecuencia, yo respondo a su pregunta acerca de cómo interpretamos los intereses de nuestro pueblo diciéndole que, en primer lugar, lo hacemos participando, coma usted decía bien, de su condición de agredido, y luego sumándonos a la búsqueda de una alternativa integral que no nos lleve a migajas superiores, que no nos cambie de amo, sino que nos coloque en esa situación peligrosa y desafiante, pero al mismo tiempo la única aceptable para los hombres, que es la libertad.

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Una libertad real, que come le decía hoy, antes de estar consignada por la Constitución, está garantizada por la experiencia, por la vida. Lo que pasa que ese proyecto esencialmente constructivo, esencialmente humanitario, está esencialmente interferido por un estado de cosas que no depende de un grupo de personas a de un conjunto de familias, sino como le digo, de todo un sistema que condiciona hasta a los sectores propietarios. Contra este sistema no cabe la negociación ni ninguna forma de pacto o tironeo. Es preciso su destrucción total y no sólo la expropiación, la socialización de los medios de producción, sino la destrucción inmisericorde y completa de codas sus instituciones y de toda su cultura. Una cultura que hace del arte una mercancía y del saber una propiedad privada y que, en definitiva, no nos sirve ni siquiera para pensar nuestra verdadera situación. Es en ese sentido, que la práctica revolucionarla implica también un compromiso de pensar de una manera distinta, de deshacer la tensa telaraña de mentiras y de ilusiones, tras la que se nos presenta nuestra propia historia y de recuperar, poner de pie a nuestros mártires, nuestros héroes, nuestros próceres y todos aquellos testimonios de dignidad, de rebeldía, que de alguna manera constituyen el patrimonio más vivo, más rico de nuestro pueblo. Ese patrimonio está anquilosado, envilecido por el manoseo del sistema usted sabe que nuestro grito de guerra es de San Martín, usted sabe que nuestros hermanos Montoneros, de alguna manera retoman una tradición de lucha que sacudió a nuestro país y a toda una porción de nuestro continente. Esas asunciones no son retóricas. Expresan una voluntad de reapropiación, de recuperación que no parará hasta no devolver al campo del pueblo todo lo que le ha sido escamoteado. Insisto en eso porque el enemigo acostumbra a presentarnos como movilizando bajos intereses del pueblo o tratando de estimular en él esos intereses, y pensando en una sociedad donde lo que se

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modifique sean los dueños del poder, pero no el sentido del poder. El peronismo no es una experiencia centrada en lo material, en lo económico. Nuestro pueblo no es tanto un pueblo hambreado, como un pueblo ofendido. Algunos teóricos, con baja potencia predictiva y explicativa de la realidad, nos decían antes del Cordobazo (y siempre y cada vez que un reflujo les daba cierto margen) que en la medida en que aquí no había hambre, que, de alguna manera, el argentino se asegura el puchero, la revolución era un proyecto para intelectuales. Le cierto es que la revolución es, en todo caso, un tema para intelectuales y una realidad para el pueblo que deja atrás a los intelectuales permanentemente. Pero, además, lo cierto es que lo que genera conciencia no es sólo la miseria, sino la comprensión de que esa miseria es una injusticia. Y esa es, quizás la contribución más importante que la experiencia peronista ha dado a nuestro pueblo: la posibilidad de comparar, de cotejar, de desmentir. La posibilidad de hacer de la explotación una historia, un fenómeno histórico referido a intereses terráqueos y no celestiales y sobrehumanos y que, por lo unto, es modificable. Allí es quizás la clave de la interpretación del fenómeno peronista. El general Perón. Quisiera saber qué opinan del general Perón. Una personalidad tan controvertida como la suya; aparentemente llena de contradicciones, de actitudes contrapuestas. Algo que nos ha ayudado mucho a valorar a Perón, además del examen crítico (y fiel por crítico) de su experiencia, de su conducta, ha sido el propio balance que el general Perón hace de la misma. Hace poco nos recordaba a los jóvenes (que es como él nos llama) la

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responsabilidad de no delegar nuestra responsabilidad y asumir que estamos en una lucha que supera el lapso y el alcance de su propia vida, de su mera presencia física. En otras oportunidades, cada vez que fue preciso, estableció claramente que él es un intérprete de la suerte de nuestro pueblo y en alguna manera de las líneas históricas que recorrió y puede recorrer. Perdón, ¿esto ocurrió en entrevistas personales? En entrevistas personales y en las entrevistas que a otros compañeros concedió. Le aseguro que las entrevistas personales a las que me refiere no se realizaban con nosotros como miembros de las FAR sine simplemente como argentinos. ¿Qué lo iban a visitar? Así es. En alguna medida se podría resumir la situación de Perón come la de un líder al que le ha sido vedada la posibilidad de dirigir a su pueblo en el escenario mismo de la lucha. Vedada por limitaciones objetivas externas y por limitaciones propias que el asume con mucha lucidez. Pero yendo a la valoración que merece como hombre, como político, nosotros pensamos que los aciertos o los errores de Perón expresan de una manera muy fiel, los aciertos y las limitaciones de la experiencia peronista hasta hoy. Él se ha equivocado, ha hecho un examen agudo de sus errores, fundamentalmente de aquel que permitió con el zarpazo gorila. Ha aprendido de ellos, ha sabido reorientar su pensamiento doctrinario y ha sabido, además, en situaciones difíciles, cuando no éramos capaces de pasar a la resistencia, del repudio, del rechazo a la ofensiva clara, francamente estratégica, ha sabido en todas esas condiciones articular el conjunto de las fuerzas y del Movimiento Peronista y obstruir el camino del enemigo. Ha sabido, como le gusta decir, "jaquear al enemigo". Cien veces se le ha reprochado el no elegir, en otros casos se le ha reprochado el no desechar, el no descartar sectores a los que el pueblo califica coma

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traidores o vendidos. Nosotros pensamos que elegir y desechar son dos actitudes inseparables: para poder desechar hay que poder elegir y hay que tener que elegir. Durante mucho tiempo, dentro del campo del pueblo, las movilizaciones masivas, las diversas formas de lucha y de respuesta no constituyeron una alternativa visible, perdurable con desarrollo continuo y progresivo que permitieran esa elección histórica y ese descarte histórico. Nosotros plenamente conscientes de la responsabilidad que eso significa, del desagravio que eso supone, asumimos con los hermanos de las otras organizaciones peronistas, la tarea de diseñar otra alternativa. Por cierto, lo hacemos también junto con todos los otros hermanos de las organizaciones revolucionarias, con los que alguna vez coincidiremos acerca del valor revolucionario de la experiencia peronista. Juntos crearemos las condiciones y las posibilidades de esa elección histórica, que entendemos, Perón también sabrá hacer si la vida lo acompaña para continuar asistiendo, interpretando y comprendiendo este proceso que vive su pueblo. Esa es la valoración que nosotros hacemos del general, y al hacerla nos desentendemos claramente de los análisis sicologistas, de las exigencias improcedentes y de los errores ideológicos que tan a menudo se cometen cuando se analiza su figura. Quisiera saber cuáles son, a su juicio los elementos que componen la situación argentina en este momento. En el momento actual -ese momento tan difícil de captar y que al mismo tiempo resulta decisivo captarentendemos que las claves de la situación nacional pasan por la aguda contradicción que enfrenta al sector económico de las clases dominantes, el capitalismo monopolista, con la clase obrera. Ambos polos aparecen integrando otros sectores sociales. El capitalismo monopolista ha aprendido que es preciso darse una

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política para el conjunto de los sectores propietarios, entre los cuales sobresale como sector dominante no hegemónico, la oligarquía terrateniente. La clase obrera ha percibido en el Cordobazo la posibilidad de convenirse en un polo de atracción de masas, desintegrando del polo oligárquico a vastos sectores de las capas medias, que visualizan hoy, en la suerte de la clase obrera, la posibilidad de su propia restitución a una condición más digna, más humana. Esta contradicción que en el plano estructural enfrenta de este modo a las clases de nuestra formación social, en el plano político se expresa claramente por la contradicción entre peronismo y anti-peronismo. Y esto es así por todo lo que hemos dicho, por todo lo que el peronismo ha enseñado a nuestra clase, por todo a lo que aspira a partir de la experiencia peronista, y por todo lo que de esa aspiración temen las clases dominantes. Es la contradicción política fundamental, porque es la que expresa la total imposibilidad del sistema para satisfacer a un tiempo los intereses y los derechos de la clase obrera y el pueblo, y los intereses de las clases dominantes, patrocinadas por el imperialismo norteamericano en su etapa de máxima expansión y ya pronosticable y segura extinción. En lo popular en el que se articulan, como decíamos, vastos sectores de capas no proletarias alrededor de la clase obrera, se asiste en este momento a la gestación de una alternativa que puede permitirle el pasaje de la resistencia a la ofensiva. En ese proceso será preciso integrar, ordenar, aglutinar, diversas formas de lucha, diversas formas organizativas. En esa tarea, las organizaciones armadas pueden adjudicarse más papel de vanguardia que el que sepan conseguir en los hechos, y el resto de las organizaciones populares no pueden aspirar a seguirlo siendo, sino perciben hasta qué punto es en la lucha armada, la de los combates que se den, se ganen o se pierdan, pero se den, donde radica su perspectiva de triunfo.

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¿Cuáles son las perspectivas para el año 1971 y los saldos que ha dejado 1970 para ustedes? El año '70, y la propia prensa del régimen lo reconoce, fue el año de la presencia del método de la lucha armada. Ellos dicen presencia del terrorismo: lo cierto es que los aterroriza la presencia del método revolucionario. Las perspectivas del '71 consisten para nosotros, en la profundización de la significación política de esa lucha armada, que debería salir al paso, entre otras cosas, de la falsa disyuntiva entre la lucha armada y la lucha política. En este sentido se abre para las organizaciones armadas una etapa riesgosa, pero decisiva: la de un crecimiento que ya no consista sólo en la incorporaci6n de activistas, de individuos surgidos de tal o cual sector del campo del pueblo, sino que comience a articular, a vincular, a coordinar el conjunto de las formas de lucha popular, con la lucha armada revolucionarla. Este deberá ser expresado por las organizaciones armadas en su línea operacional, y las FAR se plantean en ese sentido una triple línea entrelazada en una sola perspectiva. Una línea exploratoria destinada a la consecución de los recursos permanentemente necesarios para su consolidación y desarrollo; una línea de contragolpe destinada a cobrar caro al enemigo su barbarie y a no dejar impune sus crímenes y una línea de inserción, en la que nos proponemos establecer claramente que la suerte de la lucha popular está directamente vinculada a la de los combates que las organizaciones armadas libren a lo largo y a lo ancho del país. Esto no quiere decir que nos arroguemos la posibilidad de definir favorablemente una huelga o de lograr una reivindicación que la actual correlación de fuerzas de la lucha de clases puede poner más allá del campo popular. Se trata simplemente de hacer comprender o de establecer más claramente lo que ya ha sido comprendido por nuestro pueblo: los derechos fundamentales no se piden, se conquistan.

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¿Cuál es el saldo de las experiencias pasadas y los criterios con que se encararan las futuras? En el campo de las experiencias militares entendemos que es preciso responder a un mandato decisivo de nuestro pueblo, que es el de garantizar la continuidad y la progresividad de nuestro desarrollo. Técnicamente hablando, esto implica un perfeccionamiento y una superación en el campo organizativo. Decíamos que antes y después del combate se enfrenta al enemigo con la técnica organizativa. Durante el año '70 el enemigo ha obtenido demasiados frutos de las victorias parciales que pudo lograr sobre nosotros; demasiados compañeros con sus rostros expuestos en carteles, demasiadas cadenas deductivas en la investigación policial muestran la precariedad y la inexperiencia que todavía subsiste en nuestras filas. Es un compromiso de principio de nuestra parte, levantar la claridad de nuestro trabajo en ese sentido. Esto es también una forma de fidelidad a la causa popular. En materia de profundización teórica, ¿se trabajará en este sentido? ¿cómo piensan encarar este problema? Hay compañeros que proponen llamar a este año, el año de la profundización. Aciertan en la medida en que sólo mediante la profundización del análisis de la experiencia de nuestro pueblo, de la situación de nuestro enemigo, de las perspectivas que la contradicción fundamental abre en nuestro país, podemos marcar con certidumbre el camino a seguir. Pero, además, La profundización tiene otra meta no menos decisiva: la sudoración de las diferencias entre las organizaciones revolucionarlas y la contribución a la creación de una concepción revolucionarla única capaz de convertirse en el arsenal teórico de la lucha político militar.

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Cómo derrotar al enemigo poderoso. Una última pregunta: ¿cómo creen posible enfrentar y derrotar a un enemigo que es, por el momento, más poderoso que ustedes? Le respondo a esta pregunta diciéndole que el poder de una fuerza social se expresa no tanto en el alcance, la masividad y la contundencia de los medios técnicos que posee, sino en la tenencia de hombres dispuestos a empuñar esos medios técnicos y asumir hasta el fin los intereses históricos que de alguna manera ello representa. Los nuestros, nuestros hombres, nuestros medios, los de las organizaciones revolucionarlas, constituyen una pequeña fuerza comparada a las que alista las fuerzas armadas del régimen. Lo que inclina la balanza, lo que nos hace temibles, lo que desvela al enemigo, lo que le hace reconocer a Lanusse que estamos en guerra, es que no estamos solos, es que somos destacamentos armados del pueblo, que no haremos la revolución por él sino con él. El compañero Ongaro acierta cuando dice que sólo el pueblo salvara al pueblo. Pero esa frase adquiere una dimensión más clara si se dice que sólo la guerra del pueblo salvará al pueblo. Y en guerra, el pueblo armado es invencible”. Fin del documento.

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Responde el Ejército Revolucionario del Pueblo. Trabajo realizado por un grupo de militantes del ERP, desde la Cárcel de Encausados de Córdoba Abril-Mayo 1971. Queridos compañeros: Hemos leído atentamente el reportaje en el cual ustedes se definen ideológicamente y fijan su posición ante la actual coyuntura política. Consideramos un deber de revolucionarios hacerles llegar estas críticas al reportaje. Nos mueve una imperiosa necesidad de seguir luchando por la causa de la revolución socialista y la creación del "Hombre Nuevo" en nuestra patria, y decir y buscar la verdad saliéndole al cruce a toda manifestación desviacionista y confusionista que pueda lesionar los intereses de la clase obrera y por lo tanto de la revolución socialista. Algo de todo esto encontramos en el reportaje, el que no solamente es confuso en muchos aspectos, sino también en el lenguaje que utiliza. En el reportaje en cuestión definen su estrategia como expresando un nacionalismo revolucionario que implicaría la valoración positiva de la experiencia peronista "que sería mucho más difícil saber cómo construir sin el aporte de Marx y Lenin pero que no se construye con el mero aporte de Marx y Lenin, sino con el nuestro, con el de la experiencia de nuestro pueblo...", etc. La primera crítica que corresponde es a la utilización de términos en una forma abstracta, que impide la definición categórica ante problemas políticos centrales, como es hablar de un nacionalismo revolucionario, aclarar de qué clase de socialismo. Pues esta manoseada palabra sirve al socialismo de Egipto, al socialismo israelí, y también a Barrientos, Ovando y ahora Torres en Bolivia, o, desde Perón, Horacio Sueldo y esa rara mixtura que es "La Hora de los Pueblos" en la Argentina. Quienes también, unos más y otros menos hablaron de nacionalismo y se titularon y se titulan revolucionarios. El marxismo enseña a los comunistas a luchar también por

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sus palabras y sus significados y es el vocabulario preciso uno de los objetivos de esa lucha, pues una de las tareas fundamentales de la vanguardia de la clase obrera es la de llevar claridad, rigor científico a las masas, ya que vigor revolucionario les sobra. De ahí que una definición categórica sobre el tipo de socialismo por el cual se está luchando sea de vital importancia. Y esto es así porque no es que sea mucho más difícil tan sólo saber cómo construir el socialismo sin el aporte de Marx y Lenin, sino que no se puede construir el socialismo científico (entendiendo por tal, aquél que destruya el Estado burgués eliminando su base fundamental, la propiedad privada, y como consecuencia haga desaparecer las clases sociales, mediante la dictadura del proletariado, planificando la producción en base a la cooperación socialista, y formando paralelamente el hombre nuevo que necesita esta sociedad), pues como dice Engels en su libro "Socialismo Utópico y Socialismo Científico", el primero surge de la voluntad y las buenas intenciones de aquéllos que se rebelan contra las injusticias de la sociedad capitalista, pero no puede triunfar, o lo que es lo mismo, terminar con el Estado burgués, porque carece de un análisis científico de la economía capitalista y sus manifestaciones en el plano social, político, jurídico, ideológico, etc. Y cuando en el mejor de los casos llegan a conquistar el poder político se quedan en la mitad del camino. Ejemplos históricos sobran, el caso de Bolivia, en donde las milicias obreras destrozaron el ejército burgués, pero como contaban con una dirección poli clasista burguesa, vieron renacer el ejército de la burguesía y vuelta a empezar. Tenemos también el socialismo de Egipto, cuya reforma agraria redistribuyó entre los campesinos el diez por ciento de la tierra cultivable, como lo señalara el Che Guevara en el comentario del viaje a ese país, dejando intacto el Estado burgués. Están los casos contrarios, los países donde se construye el socialismo con una concepción marxista

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leninista, como China, Corea, Vietnam y Cuba, pudiendo también incluirse los países del Este de Europa, que a pesar de sufrir las consecuencias lógicas de toda revolución hecha desde arriba, y no como producto de las luchas de las masas, produjeron una reacción opositora de izquierda, como en las últimas movilizaciones de los obreros polacos que buscaban acelerar el proceso, y por último Rusia, donde ni la casta burocrática puede detener el proceso de construcción del socialismo. Es decir que, con altibajos, detenciones y aun retrocesos, estos países continúan avanzando hacia el comunismo, y esto por la ideología que sustentan sus direcciones y que supieron transmitir a las masas. Estos ejemplos nos demuestran la vigencia histórica de la frase de Lenin: "Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario", siendo correcto que cada pueblo de su propia fisonomía a la construcción del socialismo, que deberá corresponder a sus características propias, y esto, porque el marxismo es una guía para la acción y no un dogma, pero debemos ser fieles a una serie de principios que surgen del análisis científico de la sociedad capitalista y que hacen a la construcción del verdadero socialismo. Más adelante, al referirse a la ideología, y como respuesta a la forma de integrar el peronismo con los aportes del marxismo, ignoran tales aportes para dar una definición de ideología. El reportaje dice: “Quisiera decirle que el concepto de ideología ha llevado y lleva a numerosos equívocos. Sin necesidad de hacer consideraciones académicas, le propongo que al hablar de ideología nos refiramos fundamentalmente a la conciencia que los hombres van logrando de su propia situación. Esta conciencia puede ser clara...", etc. etc. ¡Cuánto embrollo, compañeros!, veamos que nos dice Lenin de la ideología en su libro "¿Qué hacer?": "Ya que no puede ni hablarse de una ideología independiente elaborada por las masas obreras en el curso de su movimiento, el problema se plantea así: ideología burguesa o ideología socialista. No hay término

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medio (pues la humanidad no ha elaborado ninguna tercera ideología, además, en general, en la sociedad desgarrada por las contradicciones de clase nunca puede existir una ideología al margen de las clases ni por encima de las clases). Por eso, todo lo que sea rebajar la ideología socialista, todo lo que sea alejarse de ella, equivale a fortalecer la ideología burguesa”. No existiendo una tercera ideología porque científicamente no puede responder a ninguna clase, tan sólo puede ser una variante de la burguesa, deformada y deformante, que se viste con ropajes clasistas y revolucionarios cuando en realidad está expresando un populismo como el peronismo en nuestra realidad histórica. Es por eso por lo que se puede ser capitalista como Jorge Antonio y ser peronista, burócrata sindical como Rucci y tantos otros y ser peronista ortodoxo, ser general del ejército argentino y ser peronista, ser funcionario de la dictadura y ser peronista, es decir que ser peronista no es obstáculo para mantenerse en cualquier capa o clase social sin ser inconsecuente. En cambio, no se puede ser marxista y ser capitalista, general del ejército o mantenerse en cualquier capa u otra clase que sea la obrera sin ser inconsecuente, y esto porque es una ideología independiente de la burguesa y que busca la destrucción del régimen burgués. De lo expuesto podemos deducir que la afirmación de ustedes de que "el marxismo no es una bandera política universal" es falsa, y esto porque dado que en esta etapa de la revolución mundial donde el imperialismo como fase superior y última del capitalismo, ha sometido a las más remotas regiones del globo a las leyes del modo de producción capitalista, dividiendo a la población mundial en capitalistas y asalariados; se hace necesario que el proletariado, como única clase capaz de producir la transformación de la sociedad, adopte una ideología independiente de la burguesa en sus distintas variantes, una ideología que se manifieste en una política internacional, basada en los mismos principios marxistas,

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común a todos los hombres explotados del sistema capitalista y por lo tanto mundial. Una política marxista a nivel mundial es posible por la fidelidad de los comunistas que luchan en todos los continentes, a los principios fundamentales de esta ideología, principios surgidos del estudio científico del modo de producción capitalista, aunque dicha política debe dar respuesta concreta a una situación concreta como quería Lenin. En cuanto a la cita de las palabras del Che: "en ciencia social nosotros somos marxistas, así como en física podemos definirnos como einstenianos..." falta agregarle lo siguiente que dijo a continuación en dicha oportunidad: "hay verdades tan evidentes, tan incorporadas al conocimiento de los pueblos que ya es inútil discutirlas". Y son verdades porque el marxismo es algo más que el aspecto metódico instrumental (mal aplicado por ustedes); es además una concepción del mundo, y es justamente en su concepción de lo humano y de lo natural humano donde adquiere su más significativa relevancia. La ciencia de la historia, es decir, el materialismo histórico, está fundamentado en el materialismo dialéctico o filosofía marxista, que es quien le da su método dialéctico de análisis. De este carácter científico carece la doctrina justicialista, que habiendo nacido policlasista hoy habla de socialismo nacional y cristiano, como necesidad de adaptarse empíricamente a la etapa que estamos viviendo, empíricamente porque no obedece a ningún análisis científico de nuestra realidad, pues si no podría hablar de un socialismo nacional y cristiano, salvo que la explotación del capitalismo sobre los obreros argentinos sea distinta a la explotación capitalista sobre los demás obreros del mundo. Ese empirismo los hace ver a la clase obrera realizar sus intereses históricos espontáneamente, porque es espontaneísmo suponer que el proletariado conquiste el poder político sin construir previamente y mediante la lucha armada el partido revolucionario formado por su vanguardia que lo dirigirá en su lucha contra el Estado

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burgués y su ejército. Tan sólo un partido marxista leninista podrá acaudillar y dirigir a la clase obrera en una auténtica lucha por la liberación nacional y social. No podemos exigir tamaña tarea al Movimiento Peronista dado su poli clasismo, su compromiso con los partidos burgueses en el camino de las elecciones y por lo tanto no constituir una ideología independiente para la clase obrera. El esfuerzo por presentar al Peronismo como expresión de la clase obrera corre igual suerte que la pretensión de la vigencia de la antinomia peronismo antiperonismo. El interés manifiesto expresado desde Lanusse hasta Balbín, pasando por toda la gama de partidos y partiditos de nuestro país, en el regreso de Perón demuestra que tampoco ellos creen en las ideas socializantes de Perón, y que lo conocen mejor que los propios peronistas, lo que sirve para demostrar que la famosa antinomia no existe, lo que existe es una lucha de clases que se da cada vez con mayor intensidad y no es el peronismo el más adecuado para acaudillar a la clase desposeída, desde el momento que se está buscando la vuelta de su líder para que calme los ímpetus revolucionarios de las masas. El reconocimiento manifiesto en el reportaje, del liderazgo de Perón, avala consecuentemente la representación de Paladino como delegado personal y ese poli clasismo desnudo en la que dos peronismos, uno mejor que otro, compiten para demostrar cuál es el mejor, aunque sea contra el régimen, se podrá llamar de muchos modos, política pendular de Perón, poli clasismo, oportunismo, etc., pero lo que queda perfectamente claro es el eclecticismo de una Tercera Posición que no es tal y que busca reacomodarse llamándose ahora socialismo nacional. Están en lo cierto al afirmar que el policlasismo es una palabra ambigua, pero el esfuerzo que hacen para explicar el tipo de policlasismo que es el peronismo, no lo realizan para explicar la revolución vietnamita que califican de poli clasista a secas, sin considerar que su

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policlasismo responde a las condiciones específicas en que se desenvuelve la guerra de liberación nacional y social vietnamita, con un invasor extranjero en su territorio y bajo la hegemonía absoluta de la clase obrera y el campesinado, acaudillados por su partido marxista leninista. Y nada aclara mejor que leer a Giap en su libro "Partido y Ejército en la guerra del pueblo", "La dirección del partido es la clave que garantiza al ejército las condiciones que le permitirán mantener su carácter de clase y realizar su tarea revolucionaria. Para el ejército es fundamental. Debe realizarse en el terreno político, llevar la línea y la política del partido al ejército a fin de hacer de éste el instrumento fiel del partido en la realización de las tareas revolucionarias. Debe realizarse en el plano ideológico, inculcar al ejército la ideología de la clase obrera, el marxismo leninismo, hacer de la ideología marxista leninista la guía de nuestro ejército en todas sus acciones y su único pensamiento directriz. Debe realizarse también en el aspecto organizativo, introducir el concepto de clase del partido tanto en la organización del partido como en el trabajo de cuadros en el ejército. Únicamente podrá así conservar éste su carácter auténticamente popular y mantenerse a cumplir sus tareas revolucionarias en todas las circunstancias y por ello engrandecerse cada día más y marchar siempre hacia nuevas victorias”. Pero volvamos al comienzo, o sea cuando ustedes se plantean una estrategia y una táctica para la toma del poder por la clase obrera y el pueblo en la Argentina y construir una sociedad socialista en la Argentina. Allí tratan a nuestro país como si fuera una isla separándola de los demás pueblos explotados del mundo que luchan contra el mismo enemigo que nosotros, como si el triunfo o la derrota del pueblo vietnamita no repercutiera sobre nuestra realidad, no debilitara o fortaleciera a nuestro enemigo. En el reportaje se dice: "Se trata en primer lugar de determinar cuál es en una sociedad, la fuerza social capaz de protagonizar un

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proceso cabalmente revolucionario, liderando en él a otras fuerzas y sectores sociales". Esto, compañeros, nada tiene que ver con el marxismo leninismo, pues en todo caso (aceptando aislar a la Argentina) tendríamos que haber empezado por determinar cuál es la clase social en condiciones de dirigir la revolución, lo que por supuesto arrastraría a otros sectores de otras clases produciendo así una fuerza social. Pero como creemos que esta aplicación distorsionada del marxismo leninismo es por desconocimiento del mismo (esto lo aclaramos porque ustedes dicen que utilizan el método marxista leninista de análisis), creemos necesario exponer como se trataría en forma correcta, a la luz del marxismo leninismo, el problema de la estrategia y la táctica del poder: los requisitos generales que todo marxista exige cuando se consideran los problemas de la estrategia del poder y la lucha armada son los siguientes:

1.

En primer lugar, debemos hacer un análisis de la situación económica capitalista mundial y de la lucha revolucionaria internacional teniendo en cuenta que la revolución socialista es internacional por su contenido y nacional por su forma. Debemos pasar luego a efectuar un análisis de la situación económica y de la lucha revolucionaria en la región y el mundo, tomando en cuenta el desarrollo de las fuerzas productivas que nos permitirá tener un primer criterio para estimar las posibilidades de una verdadera revolución (si el capitalismo aún puede desarrollar o no las fuerzas productivas), la existencia o no de clases revolucionarias, la relación entre la superestructura política y la estructura social, el desarrollo desigual de la economía, las fuerzas revolucionarias país a país, región a región, etc.; las posibles combinaciones concretas de factores tanto económicos como políticos, etc. Este análisis nos permite establecer: a) las posibilidades de desarrollo de la revolución y su ritmo desigual en las distintas regiones del

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mundo y del país; b) cuál es la clase revolucionaria y sus posibles aliados; c) cuál es la combinación específica de tareas y consignas de la revolución en sus distintas etapas (tareas democráticas, socialistas, nacionalistas, etc.) para cada región y país.

2.

En segundo lugar, debemos hacer un análisis de la relación de fuerzas entre las clases. Debemos ver el grado de organización y cohesión de las fuerzas sociales contrarrevolucionarias, la complejidad de nivel de su Estado, el desarrollo de la técnica militar y de su ejército, sus contradicciones internas, tanto en el orden nacional e internacional. Debemos ver también el grado de organización y fuerzas de las clases revolucionarias, su experiencia y conciencia revolucionarias, si han logrado construir un sólido partido revolucionario, si han logrado desarrollar una fuerza militar y las características de esta fuerza. Este segundo aspecto en combinación con el primero nos permitirá establecer: a) La dinámica futura de la lucha revolucionaria (si será corta o prolongada, si será una guerra nacional o civil o una combinación de ambas, las características que adquirirá la lucha en cada período de acuerdo con las formas específicas de lucha de cada clase y a la relación de fuerzas existentes). Es muy importante este análisis ya que de él dependen las tareas y la política que nos demos en cada etapa y nos permita establecer las características de ésta y su estrategia (defensiva u ofensiva, de lucha armada parcial o generalizada, etc.). Teniendo en cuenta no sólo las necesidades de la etapa actual sino la preparación de nuestras fuerzas para la que sigue. b) Las condiciones concretas para la victoria de la revolución que varían de país a país y difieren en cada época histórica. Resumiendo: para establecer las bases de una estrategia de poder debemos considerar las condiciones que abarcan la situación económica, política y militar de conjunto: en el mundo, en el continente, en la

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región y en el país. Del estudio de la situación de conjunto podemos formarnos una idea clara de las etapas y fases de la guerra revolucionaria, de las tareas principales y secundarias y de cada etapa su duración aproximada, de sus características político-militares y de las formas y condiciones en que se producirá la toma del poder por la revolución. Todo este conjunto es lo que denominamos estrategia de poder político-militar. Sin una apreciación justa de la situación de conjunto estratégica , y de las varias fases de la etapa que la componen, procederemos a ciegas y no podremos dirigir a las masas a la victoria de la revolución Permaneceremos atados a la empírea de lo inmediato en la convicción de que el éxito estratégico de la revolución es la mera suma aritmética de éxitos parciales tácticos, sin tener en cuenta el papel determinante del resultado de la guerra revolucionaria; la atención que debemos prestar al conjunto de la situación incluyendo las diversas etapas. Porque la comprensión del conjunto nos facilita el manejo de las partes integrantes del todo, siendo la única posibilidad de no perderse en la visión meramente táctica de las etapas y caer en el aventurerismo y/o el oportunismo. No es este un análisis muy minucioso del reportaje a ustedes, la falta de materiales dadas las condiciones en que nos encontramos nos limita muchísimo, pero esperamos que a través de las discusiones e intercambio de ideas con ustedes iremos profundizando y aclarando todos estos problemas que son tan caros a los revolucionarios. Es éste un esfuerzo que lo consideramos un deber para todos los combatientes comprometidos en esta lucha contra las fuerzas reaccionarias de la historia, para implantar una patria socialista, única capaz de dar a la luz el Hombre Nuevo como lo quería nuestro comandante Che Guevara. Nos sentimos en la misma trinchera junto a ustedes, apuntando el fusil hacia el mismo enemigo, pero en la

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medida en que seamos consecuentes con los intereses de la clase obrera determinará que nos encontremos al final de la lucha.

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Respuesta de Carlos Olmedo al PRT-ERP. La contestación al documento girado por los compañeros del ERP en el que responden a algunas afirmaciones hechas en el reportaje y añaden abundantes concepciones de su propia cosecha, presenta al menos dos formas en que puede ser encarada. Una consistiría en rebatir punto por punto el documento en base a nuestras propias ideas, hasta agotar su contenido, respetando el ordenamiento seguido por los compañeros. Pero esto presenta el inconveniente de que, como son tantos y tan variados los temas que allí se encaran, yendo desde los de política doméstica hasta los más disímiles de política internacional, el resultado sería un documento enciclopedia, tan caótico y cosmopolita como el que tenemos ahora a nuestra consideración. Creo que se impone un intento para superar el plano de lo meramente polémico, y realizar entonces el análisis del documento a través del análisis de la concepción que lo inspira. De esta manera se podrían ir delineando los temas centrales que están en discusión y que de otro modo se perderían entre el fárrago de palabras y de ejemplos. Se impone la realización de un esfuerzo sostenido en el sentido de lograr una clarificación sobre las concepciones políticas básicas que nos separan de los compañeros. Así saldrán ganando ellos y nosotros.

1. Dos

concepciones sobre el papel que juegan los factores nacionales en la elaboración de la estrategia y la táctica del movimiento revolucionario argentino. Desde que el movimiento obrero argentino toma parte activa en la política nacional, el papel que juegan los factores específicamente nacionales en la determinación de una estrategia y la táctica del movimiento revolucionario ha sido permanentemente la piedra de escándalo. Parejo con este problema corre otro; de la

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valoración de la experiencia histórica de la clase trabajadora argentina y del movimiento peronista. La cuestión se plantea ahora en términos muy agudos; el desarrollo de la lucha revolucionaria necesariamente aumenta las contradicciones y obliga a definiciones más precias. De un lado, tenemos la posición de los compañeros, quienes afirman que es imposible, "... que el proletariado conquiste el poder político sin construir previamente y mediante la lucha armada el partido revolucionario formado por su vanguardia que lo dirigirá en su lucha contra el Estado burgués y su ejército. Tan solo un partido marxista leninista podrá acaudillar y dirigir a la clase obrera en una auténtica lucha por la liberación nacional y social” (Contestación...). Esta postura implica una necesaria valoración negativa de la experiencia histórica de la clase trabajadora bajo el Peronismo y la necesidad ineludible de erradicar a éste considerado una ideología burguesa de los sentimientos de las masas. Es decir, una posición política abiertamente antiperonista. Otra característica del análisis presentado por los compañeros es su punto de partida: "la situación económica capitalista mundial y la lucha revolucionaria internacional..." (Contestación), donde la situación nacional es sólo analizada en último término. En resumen: esta posición parte para la definición de su estrategia y de su táctica, de un análisis (ya veremos más adelante en qué medida este análisis existe) que comienza en la situación global a nivel mundial y termina en la situación nacional; rechaza como negativa la experiencia peronista y el peronismo de las clases trabajadoras. Las particularidades nacionales, la propia historia nacional y la ideología de las masas son ignoradas o declaradas negativas en nombre de la universal doctrina marxista-leninista. A esto cabe oponer: el reconocimiento de la validez de la experiencia histórica de la clase obrera argentina, el reconocimiento de que es

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en su ideología real, concreta, existente, donde debe situarse el punto de partida para el desarrollo de la concepción revolucionaria nacional, y el convencimiento de que el peronismo es la forma política del movimiento de liberación nacional. Consecuentemente con esto, el punto de partida de cualquiera de nuestros análisis está situado en la sociedad argentina real y concreta y nuestra estrategia se basa ante todo en el estudio y conocimiento de las peculiares condiciones en que nuestra patria se desenvuelve. Las discusiones entre quienes defienden una u otra posición se han caracterizado por ser fundamentalmente un diálogo entre sordos. Nosotros discutimos sobre el peronismo diciendo lo que el peronismo hizo; los compañeros discuten levantando lo que no hizo y lo condenan por ello, siendo así que este método ha conducido siempre a discusiones bizantinas. Ahora, se ve que la derrota de las posiciones ideológicas de la izquierda internacionalista ha de realizarse empleando sus mismas armas, con la teoría marxista. Los peronistas podemos y debemos apropiarnos del marxismo, un instrumento de análisis científico de la sociedad, y demostrar la inconsistencia de las construcciones y desarrollos mentales de los "marxistas a ultranza". Ellos no pueden hacer lo mismo. No pueden apropiarse de un desarrollo material, de la historia misma, pues está en total contradicción con sus desarrollos mentales. Por ello, la izquierda sólo ha tenido dos caminos: negar o ignorar el Peronismo, negar o ignorar la historia nacional.

2. Sobre las concepciones teóricas erróneas. Si hay algo que es imperdonable en un político, es la falta de sentido de la realidad. Los marxistas son particularmente conscientes de ello y hacen de la práctica un criterio de verdad. Es decir, la justeza de una posición política se admite solamente cuando se prueba correcta en carácter de práctica social, y tratándose de política que

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dice responder a los intereses de la clase trabajadora, por la medida en que esa clase la hace suya y la lleva adelante. La izquierda argentina ha sido un excelente ejemplo de esa falencia. A la falta de sentido autocrítico para medir con justeza la repercusión de sus políticas en las masas populares, agrega una particular habilidad para generar concepciones formales, vacías de todo contenido real. En estas concepciones se albergan profundos errores teóricos, que se disimulan bajo mantos de dogmatismo o asumiendo posiciones catedráticas. Por lo tanto, de aquí en más nos vamos a permitir investigar qué hay de cierto en las posiciones teóricas que nos ofrecen los compañeros, analizando en qué medida son coherentes con la teoría marxista y con la realidad. 3. A propósito de la ideología, o de cómo lo aparentemente simple no suele serlo. Luego de llamar "embrollo" a la definición de ideología vertida en el reportaje, sin reparar que sigue cuidadosamente los conceptos vertidos por Marx y Engels en "La Ideología Alemana" (Ed. Pueblos Unidos, págs. 2427), hecho evidentemente desconocido por los compañeros, citan literalmente conceptos de Lenin: "Ya que no puede ni hablarse de una ideología independiente elaborada por las masas obreras en el curso de su movimiento, el problema se plantea así: ideología burguesa o ideología socialista. No hay término medio (pues la humanidad no ha elaborado ninguna tercera ideología, además, en general, en la sociedad desgarrada por las contradicciones de clase nunca puede existir una ideología al margen de las clases ni por encima de las clases). Por eso, todo lo que sea rebajar la ideología socialista, todo lo que sea alejarse de ella, equivale a fortalecer la ideología burguesa" (Lenin "¿Qué hacer?"). Es muy interesante la cita, y como realmente da para mucho, lo mismo que todo el apartado al que pertenece da pena perder un poco de tiempo en analizarla. Lenin dice allí que "... nunca puede existir una ideología al

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margen de las clases ni por encima de las clases". ¿Qué quiere decir con esto? Pues que toda ideología ha de reflejar necesariamente los intereses de una determinada clase, intereses que están directamente relacionados con su ubicación en el proceso material de producción. Ahora bien, se plantea un problema muy importante que es al que Lenin da respuesta al comienzo de la cita: la ideología de una clase, ¿es el producto de su desarrollo histórico como tal?, es decir, la ideología de una clase, ¿es producida por ella misma en su movimiento?, o mejor aún, ¿la clase burguesa produce su ideología burguesa, y la clase trabajadora su ideología proletaria independiente de la anterior? Planteamos esta pregunta porque es común que se identifique, como hacen en su trabajo los compañeros, la extracción de clase con la ideología sustentada, es decir que se supone por ejemplo que ser proletario implica poseer una ideología proletaria. En la Contestación... los compañeros dicen que no es posible para ser marxista consecuente mantenerse en otra capa clase que no sea la obrera. Esta lamentable confusión se origina en el desconocimiento de los fenómenos ideológicos en el capitalismo, fenómenos a cuyo análisis se dedicaron Marx y Engels en La Ideología Alemana, obra que constituye una piedra fundamental para la concepción materialista de la historia. Los conceptos vertidos allí sobre la ideología son casi desconocidos por la propia izquierda, que habitualmente encuentra mucho más sencillo manejarse con mecánicas asimilaciones entre el socialismo científico y la ideología proletaria, y no menos mecánicas oposiciones entre la ideología burguesa y la ideología proletaria. La respuesta para la pregunta planteada en el caso del movimiento obrero debe responderse en forma negativa, el movimiento obrero no produce una ideología proletaria, sino que en su desarrollo se subordina a la ideología burguesa, tiende constantemente a adoptar la ideología de la clase dominante. Como éste es un punto muy importante,

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vamos a tratar de explicarlo lo mejor posible. Recordemos que por ideología se entiende el conjunto de concepciones que los hombres se forman sobre sí mismo y sobre sus relaciones con los demás. Para el caso de la burguesía, esto implica una visión de la realidad falsa, en la que los hombres aparecen actuando en pos de supuestos ideales. Por supuesto, todo este andamiaje mental no impide a la burguesía explotar descaradamente a la clase trabajadora, apropiarse del producto de su trabajo y reducirla a la miseria, aunque esto se haga en libertad, igualdad y fraternidad. La vigencia de las ideas de la burguesía no se debe a un fenómeno del azar, se debe a que es la clase dominante. Marx y Engels decían en "La Ideología Alemana", "Las ideas de la clase dominante son las ideas dominantes en cada época; o, dicho, en otros términos, la clase que ejerce el poder material dominante en la sociedad es, al mismo tiempo, su poder espiritual dominante. La clase que tiene a su disposición los medios para la producción espiritual, lo que hace que se le sometan, al propio tiempo, por término medio, las ideas de quienes carecen de los medios necesarios para producir espiritualmente. Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes concebidas como ideas; por tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase, la clase dominante, son también las que confieren el papel dominante a sus ideas" (EPU, pág. 50). Entonces se plantea la cuestión así: si la clase obrera no produce una ideología independiente, ¿cómo se produce el socialismo científico, ideología genérica del proletariado? La respuesta a este interrogante sólo podremos encontrarla observando el desarrollo del proceso histórico. Sabemos que el desarrollo del capitalismo, y con él el de la burguesía, implica el desarrollo del proletariado. Es decir que el desarrollo de la burguesía, clase poseedora de la totalidad de los medios de

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producción, implica el desarrollo de otra desprovista totalmente de ellos y a la que sólo le queda la alternativa de venderse a sí misma vendiendo su fuerza de trabajo: la clase obrera. Es decir, la burguesía crea, constantemente, al proletariado concreto y material. Pero no termina ahí la tarea de la burguesía, que no sólo crea al proletariado de carne y hueso, sino que, por intermedio de alguno de sus miembros, intelectuales burgueses, crea también el socialismo científico, la ideología genérica del proletariado. La burguesía no otorga solamente existencia concreta al antagonismo capital trabajo, sino que crea la conciencia de ese antagonismo, conciencia que es adquirida precisamente por algunos de sus miembros en primera instancia. Justo antes de la cita con que nos ilustran los compañeros, Lenin cita a Carlos Kautsky, calificando sus palabras de "profundamente justas e importantes”. Veamos algunas de sus afirmaciones: "La conciencia socialista contemporánea no puede surgir más de que en base de un profundo conocimiento científico... Pero no es el proletariado el portador de la ciencia, sino los intelectuales burgueses (subrayado por C. K.); es del cerebro de algunos miembros aislados de este sector de donde ha surgido el socialismo contemporáneo, y han sido ellos los que han comunicado a los proletarios más destacados por su desarrollo intelectual, los cuales lo introducen luego en la lucha de clases del proletariado, allí donde las condiciones lo permiten" (citado por Lenin en "¿Qué hacer?"). A la luz de lo expuesto anteriormente, ya tenemos algunos elementos nuevos para juzgar la afirmación de los compañeros en la que nos aseguran categóricamente que "... no se puede ser marxista y ser capitalista, general del ejército o mantenerse en cualquier capa u otra clase que no sea la obrera sin ser inconsecuente, y esto porque es una ideología independiente de la burguesa y que busca la destrucción del régimen burgués".

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(Contestación...). Veíamos antes que la clase obrera (que si bien por su papel social en la producción está en las mejores condiciones objetivas para asimilar los conceptos socialistas como los que reflejan mejor sus males y las causas de esos males) por el lugar que ocupa como clase explotada y sometida tiende a ser receptáculo de las ideas impuestas por la burguesía, o como dice Lenin, unas líneas más abajo de la cita de los compañeros, ocurre que “... el desarrollo espontáneo del movimiento obrero marcha precisamente hacia su subordinación a la ideología burguesa...". Veíamos también que el origen de la ideología proletaria, del socialismo científico, es ajeno al desenvolvimiento mismo del proletariado como clase, y que radica en la intelectualidad burguesa, consecuencia lógica de un estado de cosas en que el patrimonio de la ciencia es privativo de la burguesía, como ocurre bajo el capitalismo. Con todo esto, vemos que los conceptos expresados por los compañeros del ERP no tienen nada que ver con los conceptos del auténtico marxismo. Porque al afirmar que no se puede ser marxista y mantenerse en una capa o clase que no sea la obrera, cuando el origen mismo del socialismo científico está fuera de la clase obrera y más precisamente en la intelectualidad burguesa de más pura cepa, nos revela que las palabras, por más catedráticas que suenen, no siempre son producto de una lectura cuidadosa y asimilada.(1) Por otra parte, un proletario puede mantenerse durante años en la clase obrera y no adherir a las concepciones del socialismo científico, porque, como hemos visto, la tendencia natural, espontánea de la clase obrera, no es la producción propia de ideología socialista sino todo lo contrario: el sometimiento a la ideología burguesa. Como los compañeros no comprenden estas cosas, y asimilan mecánicamente la extracción de clase con la ideología, tratan de evitar toda mención a hechos que puedan ser conflictivos con su esquema de pensamiento. Leyendo con cuidado, en el párrafo en que

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afirman que se puede ser capitalista y ser peronista, funcionario de la dictadura y peronista, etc. etc., se observa que, curiosamente se han olvidado de señalar que se puede ser obrero y ser peronista, y de hecho no establecen ninguna diferencia, ni siquiera cuantitativa, entre la inmensa base proletaria del peronismo y su relativamente reducida porción de burócratas, así como tampoco establece ningún tipo de diferencia entre las distintas corrientes del Movimiento Peronista. Sería interesante que los compañeros, en lugar de ignorar los hechos concretos, dieran una explicación sobre las causas que en su opinión hacen que la clase obrera sea peronista, aplicando el materialismo histórico que dicen defender. Llegados a este punto ya hemos comprobado que lo decisivo está constituido por los intereses que se defienden y no por la ubicación dentro de una determinada clase como pretenden los compañeros. Si para defender auténticamente los intereses de la clase trabajadora hubiera que convertirse en proletario, como parecen entender algunos grupitos de izquierda al pregonar con una ingenuidad política sólo comparable a su desconocimiento del marxismo y de la historia, la famosa "proletarización", entonces llegaríamos a la conclusión de que muchos auténticos defensores de los intereses del proletariado no serían tales, o que, en el fondo, habrían sido inconsecuentes, ya que jamás se "mantuvieron" en la clase obrera. La militancia consecuente en defensa de los intereses de la clase trabajadora habitualmente conduce, en el caso de los burgueses que adoptan tal postura, a una modificación de sus pautas de conducta, a lo sumo a un desclasamiento con respecto a la burguesía, pero no necesariamente a la conversión en proletario, a ocupar un lugar en la producción radicalmente distinto del de origen. Para resumir lo anterior, vemos que es necesaria la distinción entre: a) Las ideas que se forma una clase, por ejemplo, la clase obrera, sobre ella misma y sobre sus relaciones con

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las demás, ideas que son el producto de su desarrollo histórico. En esta "conciencia natural" figuran la conciencia de la explotación y el sometimiento a la arbitrariedad, y todo aquello que tiene su raíz en un conocimiento simplemente empírico de su papel en la sociedad. Esto está indisolublemente ligado a lo que sigue. b) El sometimiento a las ideas de la clase dominante, a la ideología burguesa propiamente dicha, producto de la situación material de sometimiento y explotación a la que está sometida la clase trabajadora en la sociedad capitalista. Esto es particularmente notable en la adopción de las concepciones burguesas sobre el Estado, el Derecho, y en general, sobre todo lo relacionado con la organización social, su evolución y estructura. c) El socialismo científico como producto de un sector de la burguesía, como visión científica (pasible de comprobación) de la sociedad y su desarrollo. d) El momento en que la clase obrera hace suyas las conclusiones del socialismo científico y las pone en práctica políticamente, rechazando las ideas que la burguesía sustenta sobre la sociedad, su desarrollo, y sus superestructuras, el Derecho, la Moral, etc. La ideología proletaria se materializa cuando es la clase obrera la que se apropia de las conclusiones de la ciencia de la historia y las pone en práctica por medio de un movimiento político organizado, que lucha por el poder político y el socialismo. Todo esto indica que no basta copiar textos de Lenin o de quien sea para decir que hay solamente dos ideologías. Es necesario además saber cómo y donde surgen, y una vez existentes, cual es la clase o las clases que las hacen suyas. Se habla mucho de la ideología socialista, de la ideología proletaria. Hemos visto como la ideología proletaria no es en principio sino el conocimiento científico de la situación real de la clase trabajadora y de las demás clases, obtenido al investigar las tendencias del modo de producción capitalista. Vimos también que este

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conocimiento científico se origina al margen de la clase obrera y en su clase directamente opuesta, la burguesa, y además, como la tendencia espontánea de la clase trabajadora implica no sólo su sometimiento material sino también su sometimiento espiritual al capital, y que ha de correr bastante agua bajo los puentes hasta que las condiciones materiales estén maduras como par que la clase obrera pueda levantar desde un movimiento político la consigna de la construcción del socialismo. l. Como dato anecdótico les recordamos que Engels fue durante mucho tiempo propietario de una fábrica, y eso no le impidió colaborar con Marx en la elaboración del materialismo histórico y luego en la elucidación de ciertos aspectos prácticos de la producción fabril, en momentos en que el socialismo científico estaba fundamentalmente en la cabeza de Marx. Son ciertamente ilustrativas las cartas en las que Engels explica a Marx como se amortiza la maquinaria (ver "El Capital," Tomo II, Apéndice). Las rentas de estas propiedades de Engels, que luego éste entregó a sus obreros, fueron durante mucho tiempo sustento fundamental de Marx, un rentista burgués "no inconsecuente”. 4. ¿Es el marxismo una bandera política universal? Nos falta ahora analizar qué hay de cierto en la afirmación de que el marxismo es una bandera política universal. Con la experiencia anterior, nos mantendremos firmes por la negativa, nada de banderas políticas universales. El marxismo no es sino una teoría científica sobre la naturaleza y las tendencias de la sociedad, esencialmente la capitalista. Una explicación coherente del proceso histórico. Una herramienta de análisis y acción que basa su efectividad en la certeza de su análisis científico, certeza no decretada, sino comprobada prácticamente en el desenvolvimiento real de la sociedad. "La concepción materialista de la historia también tiene ahora muchos amigos de esos, para los cuales no es más que un pretexto para no estudiar la historia... (Engels: Carta a K. Schmidt,

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Londres, del 5/8/1890). En relación con la concepción de ciertos “marxistas” franceses, Marx había dicho, a fines de la década del ´70, que, si de eso se trataba, entonces él no era marxista. En la Contestación... los compañeros del ERP se niegan con todas sus fuerzas a aceptar que el marxismo no sea una bandera política universal. Tiene mucho que ver en esto su desconocimiento de la concepción marxista sobre los fenómenos ideológicos, y a el reemplazo de lo que debe ser un conocimiento preciso y detallado, lo más concreto posible, por citas que, leídas apresuradamente, son muy eficaces para provocar, como han provocado, un razonamiento por oposición: o blanco o negro. La realidad no acepta estas simplificaciones. Tras la aparente dicotomía inexpugnable se ocultan toda una serie de relaciones y hechos que, despreciados, nos llevan a esas "dramáticas" elecciones que nos pretenden imponer los compañeros. Vimos que las frases no pueden reemplazar a los hechos concretos, cuando se trata de decir cómo se origina, por qué y cuando, una ideología proletaria: como es apropiada en el curso del proceso histórico por la clase trabajadora y convertida en arma de lucha. La antítesis ideología burguesa ideología proletaria, separada de la historia real, del desarrollo concreto de la lucha de la clase trabajadora, se convierte en una abstracción vacía e inerte, en una simple frase. La misma falta de sentido de la realidad y de desconocimiento del pensamiento de Marx se advierte en la afirmación de que "el marxismo es una bandera política universal". Vamos de a poco a ver que se saca en limpio de esto. Comencemos por ver si esta afirmación es teóricamente correcta, es decir, coherente con el pensamiento de Marx. Veamos en principio, si de las tareas concretas que realizó Marx se desprende alguna conclusión en favor de la tesis anterior de los compañeros. Es necesario entonces reseñar brevemente su obra. Marx realizó una tarea científica realmente inmensa, buscó mediante el estudio de una formación económica determinada, el capitalismo europeo,

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identificar las leyes y tendencias que regían el desarrollo de este modo económico, y señalar la naturaleza y movimiento de las contradicciones sociales que eran causa de ese movimiento. Realizó esta tarea inconclusa "El Capital". Encontró en la realidad concreta, existente, las razones que hacen inevitable la desaparición de la sociedad capitalista y el tránsito al socialismo como formación económica superior. Su socialismo es científico, pues está concebido no mediante utópicas descripciones de una sociedad futura, sino a partir de un análisis de las tendencias y contradicciones de la sociedad existente. El punto de partida de su análisis es la realidad, y la teoría que desarrolla proporciona, al desenvolverse y concretizarse, conclusiones que pueden ser empíricamente verificadas, para apreciar el grado de aproximación con que describen la realidad. Inseparablemente de todo esto, está la concepción materialista de la historia, desarrollada originalmente en "La Ideología Alemana", que concibe a la humanidad produciendo, junto con sus condiciones materiales de existencia, las relaciones sociales bajo las cuales esa producción material se realiza. Es decir, por ejemplo, que el desarrollo de la formación económica capitalista, considerada parte de un "proceso histórico natural" (Marx, El Capital, prólogo de la 1ª edición.) implica necesariamente el desarrollo de las relaciones sociales bajo las cuales esa formación toma cuerpo, de las relaciones sociales bajo las cuales tiene lugar la producción material en el capitalismo, a saber: propiedad de los medios de producción de unos pocos capitalistas y carencia de ellos por parte de la inmensa mayoría obligada a venderse a sí misma al vender su fuerza de trabajo, es decir: la explotación del hombre por el hombre como relación de producción. Jamás planteó Marx la vigencia de su concepción de la historia como bandera política universal. Se limitó a defender su vigencia como descripción científica, su validez demostrada por el curso

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mismo de la historia. La teoría de Marx se caracteriza por su carácter positivo, científico y, por lo tanto, no ideológico, si por ideología entendemos una visión de la realidad falsa, o mejor aún, una idea de la realidad y no la realidad misma, como sucede en el caso de las ideologías burguesas. Materializada la teoría marxista de la historia, se verifica que ésta sirve a la clase obrera porque presenta la realidad tal cual es, muestra a las clases desempeñando sus papeles en la historia con toda crudeza y describe científicamente el desarrollo de la sociedad de clases estableciendo cuando y en qué condiciones pueden existir éstas. Y cuando la clase obrera se adueña de esta teoría revolucionaria ¿Para qué le sirve? ¿Para levantarla in situ como bandera política universal? De ninguna manera. Le sirve como instrumento de análisis y comprensión científica de la realidad concreta en la que le toca actuar, es la herramienta teórico-metodológica que le permitirá forjar una política que responda a las condiciones particulares en las que actúa, política que no se sustenta en ideales o frases sino en un análisis científico de una realidad particular y concreta, y no de una realidad universal y abstracta. Bajo la bandera política universal del marxismo que los compañeros invocan, hoy se cobijan las más variadas interpretaciones y políticas concretas distintas, como basta una simple lectura del diario para comprobar. Lo cual es absolutamente lógico, pues cuando el punto de partida de la acción política no es la historia misma, el análisis concreto de una situación concreta a la luz de la teoría marxista; sino un esquema político universal, una "bandera política universal", ocurre que hay tantas interpretaciones como cabezas, como solían decir Marx y Engels. Quizás con genial intuición, Marx en 1870 se negaba a "ser marxista" rechazando de plano a aquéllos que tomaban como punto de partida una construcción teórica abstracta, punto de partida al que se convertía inmediatamente en un esquema rígido e inerte al cual

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debían adaptarse a la realidad. El punto de partida de Marx era la realidad pasible de ser interpretada científicamente con un cierto grado de aproximación, poder jamás reducible ni adaptable a un esquema dado a priori: la adaptación suele consistir en nada más que un montón de frases. Marx se negaba a declararse "marxista" anteponiendo la visión teórica del marxismo a la realidad concreta. Daba a su teoría el valor que tiene toda teoría científica: el de una herramienta que posibilita mediante su aplicación en determinadas condiciones concretas, el conocimiento racional de esa situación, dentro de determinados límites. La teoría de la gravitación universal permite estudiar tanto el movimiento de los planetas como la caída de una bolita. Evidentemente, las formas que asuma su aplicación estarán determinadas por las diferencias cualitativas entre las situaciones estudiadas. Algo análogo ocurre con los procesos sociales, con una diferencia, que quizá sean más parecidos entre sí los dos casos del ejemplo anterior que dos procesos revolucionarios, y no sólo más parecidos, sino infinitamente más simples. Nuevamente el punto de partida será el análisis de cada uno de ellos, el estudio para ver en qué formas particulares las leyes más generales del movimiento y desarrollo de una sociedad toman cuerpo, y este estudio específico no puede obviarlo ninguna receta. La mera invocación a los "principios marxistas" no adelanta un milímetro en nuestro conocimiento de la realidad, de la misma manera que hasta ahora ha resultado imposible cruzar un río nadando sin tirarse al agua, invocando los "principios de la natación". 5 ¿Es el peronismo una ideología? Así como rechazamos la idea del marxismo como una bandera política universal, abstracta, rechazamos la idea del peronismo como ideología, y más precisamente, como la califican los compañeros en su Contestación …, de ideología burguesa. Los compañeros, con la misma

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superficialidad con que antes planteaban mecánicamente la elección entre ideología burguesa o ideología proletaria, ahora identifican ideología con movimiento político, y al mismo tiempo se sienten con derecho a afirmar que luchan por el significado de las palabras y por el vocabulario preciso. Como consumidores, estamos en todo nuestro derecho a protestar cuando nos venden mercadería adulterada. El Peronismo ha sido y es, un movimiento político. Inclusive los mismos compañeros lo reconocen cuando dicen en la Contestación...: "No podemos exigir tamaña tarea al Movimiento Peronista (se refiere a la liberación nacional y social) dado su poli clasismo, su compromiso con los partidos burgueses en el camino de las elecciones y por lo tanto no constituir una ideología independiente para la clase obrera". Aquí, de una manera velada, se le está pidiendo a un movimiento político que sea... ¡una ideología independiente! Esto es tan imposible como la cuadratura del círculo. Esto no es una prueba del "vocabulario preciso" por el que luchan los compañeros. Quizás hayan querido decir que el Movimiento Peronista no tiene una ideología independiente, es decir que el Movimiento Peronista tiene una ideología burguesa. Pero no cabe de ninguna manera hacer suposiciones sobre lo que quisieron decir, sólo cabe admitir que quisieron decir lo que dijeron, ateniéndose a un vocabulario preciso. Por otra parte, admitiendo que el Movimiento Peronista tiene una ideología burguesa, y que la clase obrera tiene una ideología burguesa, no es procedente desagarrarse las vestiduras por ello, sino investigar en las causas de ese fenómeno. El problema que los compañeros ni siquiera se plantearon es el siguiente: ¿es coherente la ideología de la clase obrera con su grado de desarrollo histórico en el momento en que adhiere al Movimiento Peronista y a su doctrina justicialista? Esta situación, ¿está en contradicción con las leyes que nos describen los fenómenos ideológicos en una sociedad capitalista? O

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mejor aún, las condiciones materiales de existencia de la clase trabajadora argentina y su papel dentro de la totalidad de la sociedad con relación a las demás clases ¿justifican ampliamente o no la adhesión de la clase obrera al Movimiento Peronista y a su ideología? Es lógico que los compañeros no se planteen ese interrogante, pues esto implicaría analizar el desarrollo de la sociedad argentina a partir de su misma existencia real y concreta, comprender la realidad a partir de la realidad misma, método totalmente opuesto al que han empleado, que parte de la consideración de un esquema del marxismo como (bandera política universal), al que supuestamente deberían someterse las mismas peculiaridades nacionales. Un movimiento político, y en general cualquier organización social de tipo político, es una forma organizativa y un vehículo que posibilita la acción política de una determinada clase o grupo social. Y esta acción política viene determinada por el contenido doctrinario que responde, en mayor o menor medida, a los intereses de las clases que conforman el movimiento. Nada, pues, más erróneo, que asimilar mecánicamente a un movimiento político una ideología, cualquiera sea ella. Con esto sólo se logra encubrir el hecho real: la ideología de un movimiento político no es otra cosa que la ideología de sus adherentes. Con la manipulación formal de palabras que hacen los compañeros, se evitan toda referencia al problema de fondo, a saber: por qué, en el curso de su desarrollo, el movimiento obrero nacional ha ignorado sistemáticamente la tan mentada "ideología del proletariado" y a sus adherentes, y ha apoyado como un solo hombre al Movimiento Peronista, que lo expresaba en sus intereses reales, concretos e históricamente acordes con su grado de desarrollo, dejando para la izquierda la defensa de sus "verdaderos y universales intereses", tan abstractos como incomprensibles. El reproche que se le hace al Movimiento Peronista de ser

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una ideología burguesa, reproche a todas luces absurdo, como vimos, fundamentalmente cuando se lo hace con un carácter simplista y estático, se agrava con la superficialidad con que los compañeros encaran todas sus referencias sobre él. El Movimiento Peronista es un fenómeno sumamente complejo, y dentro de él se incluyen numerosas variantes, con concepciones ideológicas y políticas radicalmente distintas. A los compañeros esto no les interesa en lo más mínimo. A partir del reconocimiento de la ideología burguesa y de la política colaboracionista de algunos señores que se hacen llamar peronistas y dicen defender los intereses de la clase trabajadora, proceden en primera instancia a una generalización: la ideología y las posiciones políticas de los traidores al peronismo, en tanto identidad política del pueblo, constituyen para los compañeros, la ideología y la posición política de todo el Movimiento Peronista en cualquiera de sus variantes, no interesando si éstas son combativas o aun decididamente revolucionarias. Además, en segunda instancia proceden a la identificación total: el Movimiento Peronista es la ideología burguesa por antonomasia. Esta identificación del Movimiento Peronista con la ideología burguesa, no es sino una manera de afirmar que el Movimiento Peronista no ha sido capaz de producir otra cosa que no sea el justicialismo, la teoría de la coexistencia pacífica del capital y el trabajo como producto ideológico, y que, al no responder esa doctrina a las condiciones actuales en que se plantea la lucha de la clase trabajadora y la lucha por la emancipación nacional definitiva, se convierte en un freno objetivo de la lucha, en un Movimiento contra revolucionario y defensor de una ideología burguesa. La posición anterior implica la deliberada ignorancia de que el Movimiento Peronista ha generado en su seno a las organizaciones peronistas revolucionarias, que encaran las tareas actuales de la liberación nacional con la vista puesta en el socialismo. Hoy es la misma situación

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concreta la que impone a los peronistas consecuentes con los intereses nacionales y de la clase obrera, la necesidad de la liquidación de la estructura capitalista monopolista con que el imperialismo explota al país. Ahora bien, que los sectores revolucionarios del peronismo visualicen con alguna claridad que hoy en día se impone el tránsito al socialismo, no quiere decir de ninguna manera que semejante convencimiento exista a nivel de ideología entre el pueblo. Más bien ocurre todo lo contrario. Inclusive digo que algunos sectores visualizan "con alguna claridad" la necesidad del socialismo, pues la claridad ideológica no puede surgir sino de la práctica revolucionaria constante y consecuente algo que hoy está recién en sus comienzos. La izquierda acusa al Movimiento Peronista de ser "una ideología burguesa" sin preocuparse en lo más mínimo de establecer diferencias. Pero estas diferencias existen, y poco a poco, los mismos hechos los obligarán a tenerlas en cuenta. Bajo esta acusación: se oculta la permanente incomprensión por parte de la izquierda de que el hecho de que la inmensa mayoría del pueblo sustente una ideología burguesa, incluida la clase trabajadora, es un hecho absolutamente lógico, pues no es sino el resultado necesario, el producto histórico de la situación de explotación y sometimiento material y espiritual a la que se halla sometida la clase trabajadora. Es ésta una consecuencia necesaria (aunque temporal) del movimiento y desarrollo del sistema capitalista, y que no tiene nada de vergonzante, como tampoco en física tiene nada de vergonzante que los cuerpos caigan hacia abajo. La clase obrera no tiene acceso a la ciencia, decíamos. Por ello, la conciencia que tiene de su situación es una conciencia empírica, no científica, producto de su experiencia repetida y cotidiana, como es producto de la experiencia nuestro conocimiento de que los cuerpos caen hacia abajo. La experiencia no explica ese hecho: la teoría de gravitación sí. La conciencia diaria que tiene el obrero de que es

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explotado y humillado no le explica ese, hecho. La teoría marxista le explica por qué, cómo y cuándo el obrero es explotado por el capitalista para transformar el trabajo del que se apropia en capital. Así como la teoría de Newton propone una explicación empíricamente verificable de una serie de fenómenos de la naturaleza, la teoría de Marx propone una explicación empíricamente verificable de una serie de fenómenos de la sociedad. Sin embargo, existe una diferencia esencial entre ellas: a la caída de un cuerpo no hay asociados intereses de clase. Tanto a los capitalistas como a los obreros les resulta indiferente que los cuerpos caigan para abajo. No ocurre lo mismo con los fenómenos sociales. En las relaciones entre los hombres están siempre presentes intereses de clase. La burguesía, siempre tan práctica, sabe perfectamente que la mejor manera de explotar a un hombre y robarle su trabajo es convencerlo de que su explotación no es tal sino un "contrato social" entre ciudadanos libres, y de que éste no es sólo el único, sino el mejor de los mundos posibles. Llenarían varios volúmenes las listas de intelectuales pagados por la burguesía para que se dediquen a esta "noble" tarea. Las teorías de la sociedad que estos intelectuales han elaborado son múltiples y variadas, todas sin embargo excelentes para ser enseñadas en la escuela. La teoría de Marx no reúne estos requisitos. No es apta para burgueses cardíacos y mucho menos para ser conocida en sus consecuencias por los trabajadores. Lamentablemente, la inmensa mayoría de nuestros intelectuales burgueses y pequeño burgueses (orgánicos o no), en vez de emprender el difícil pero imprescindible conocimiento de la teoría marxista a partir del estudio de “los clásicos” (fundamentalmente Marx), lo han hecho a partir de manuales de divulgación y/o de obras de dirigentes de diversos procesos revolucionarios (que, en la mayoría de los casos, son producto de la aplicación de la teoría marxista a determinadas situaciones históricas

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concretas), a las que, en cada caso, se han apresurado a otorgar validez universal. Es así como en este país existen tantas variantes de “marxistas” como revoluciones ha habido en el planeta, e inclusive variantes de variantes. Por supuesto, su influencia real es inversamente proporcional a la audacia de sus generalizaciones. Para terminar, cabe señalar que el problema de la contradicción existente entre la ideología socialista y la ideología burguesa sustentada por el pueblo no se soluciona ignorando esta situación y echándole el fardo al Peronismo como si el pueblo estuviera al margen de las leyes de la sociedad capitalista, y su ideología no estuviera determinada por su ubicación social dentro del total de la sociedad. Solamente el desarrollo del proceso revolucionario nacional puede dar solución a esta situación. Vamos a analizar de más cerca el fenómeno Movimiento Peronista y su relación con la ideología burguesa. Esencialmente poli clasista el Movimiento Peronista se define desde el comienzo por su carácter nacional y popular, anti oligárquico y antimperialista. Cuando decimos poli clasista, decimos que en él participaron, siendo sus columnas fundamentales, la burguesía nacional, nacida al amparo de circunstancias y leyes favorables, y la clase trabajadora, surgida como consecuencia del desarrollo capitalista del país. Producto de la excepcional coyuntura histórica conformada por el período de la guerra y la primera posguerra, la expresión política de esta alianza de clases nacionales, el Movimiento Peronista, tiene en ese momento una concepción doctrinaria que, como idea central, levanta la coexistencia armónica de capital y trabajo. Esto es absolutamente lógico, ya que en ese momento era la burguesía nacional la clase que, con el apoyo del proletariado, ejercía el poder político. Buscaba consolidar su independencia del imperialismo, y en esta empresa movilizaba automáticamente el apoyo de la clase obrera, tras una política nacional independiente y progresista, en

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contra de la reacción oligárquica y el imperialismo yanqui, heredero de la exhausta Inglaterra. Y aquí tenemos un hecho al que hay que prestar debida atención: el papel esencial de la clase obrera como basamento del poder peronista está reflejado en la esencia misma de la doctrina justicialista. La coexistencia del capital y del trabajo era la idea dominante del momento, surgida de las condiciones económicas y políticas existentes. La doctrina justicialista no es sino el reflejo de una situación existente de hecho. Estas situaciones en que el poder se halla repartido entre más de una clase no son únicas en la historia. A Marx con su excepcional sagacidad, estas cosas no se le escapaban nunca: "Por ejemplo en una época y en un país en que se disputan el poder, la corona, la aristocracia y la burguesía, en que, por lo tanto, se halla dividida la dominación, se impone como idea dominante la doctrina de la división de poderes, proclamada ahora como ley eterna". (Karl Marx Frederick Engels, "La Ideología Alemana", Ed. cit. p. 51). A quienes sí se les escapan sistemáticamente estas cosas es a la izquierda argentina, que en vez de analizar y juzgar un determinado momento histórico por las condiciones concretas en que se desenvuelve, y a partir de allí buscar comprender su doctrina ideológica, tal como indica el materialismo histórico que no conocen pero aplican, prefiere juzgarla a la luz de un ideal abstracto, "los verdaderos y permanentes intereses del proletariado", siendo así que llegan a conclusiones tan disparatadas como la de negar al peronismo por "no ser una ideología auténticamente proletaria". Además, es conveniente recordar que la coexistencia capital trabajo no se daba en condiciones cualesquiera, sino en condiciones "socialmente justas" Condiciones que habían sido arrancadas a la burguesía por la lucha de la clase obrera y su permanente vigencia como factor de poder y otorgadas desde el Estado Peronista. Porque, como es sabido, no es una tendencia natural de la burguesía ser desprendida con los obreros

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que explota, sino que es la lucha de la clase obrera y del propio Estado el encargado de poner límite a sus ambiciones. En este estado de cosas, la coexistencia capital trabajo fue proclamada a nivel de "ley eterna" y fue parte de la ideología dominante, la ideología burguesa patrimonio de la burguesía y de la clase obrera, que, como vimos, adopta la ideología de la clase dominante como consecuencia necesaria (no permanente) de su sometimiento material y espiritual dentro de la sociedad capitalista. Pero no hay "ley eterna" que dure cien años. La burguesía nacional de un país dependiente no tiene perspectivas frente al imperialismo, no puede conducir un proceso de liberación nacional auténtico pues está condenada a la liquidación, producto de la competencia y de sus propias contradicciones. La derrota del Movimiento Peronista por la reacción oligárquica y el imperialismo implica el comienzo de un inexorable proceso de liquidación de la burguesía nacional, y de súper explotación de la clase obrera. Consecuentemente, se da un proceso de liquidación de "verdades eternas", tales como la coexistencia del capital y el trabajo, surgidas como hoy se ve claro bajo una coyuntura histórica y económica muy especial. Hoy en día, ningún peronista concibe la coexistencia del obrero argentino y el capitalista... de una empresa extranjera. Ningún auténtico peronista... por supuesto. La liquidación de la burguesía nacional, tendencia histórica que a nadie escapa, lleva implícita la desnacionalización continua y la pérdida cada vez mayor de peso político de la burguesía nacional y de sus concepciones. Quienes quieran sobrevivir deberán resignarse a la asociación o la dependencia del capital imperialista o perecer. Esta asociación es económica e ideológica, y cuanto mayor es la absorción por el capital extranjero o la liquidación directa impuesta por las circunstancias económicas, mayor es el vocerío de los representantes de la burguesía nacional y su defensa de los "intereses de la empresa

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nacional". Poco a poco, sienten que les va llegando la hora. Paralelamente, el interés de la clase trabajadora, ahora explotada cada vez más directamente por el capital extranjero, va siendo cada vez más coincidente con el interés nacional. El interés de la clase trabajadora y el interés nacional se expresan hoy a nivel económico en la expropiación de los capitalistas, en la construcción del socialismo. Hoy en día no hay coexistencia posible con el extranjero capitalista y explotador. Se impone su liquidación lisa y llana. Hoy en día, la concepción ideológica socialista que el Movimiento Peronista Revolucionario asume no es sino el reflejo de una situación objetiva, y al mismo tiempo muestra el permanente e inclaudicable compromiso del peronismo con los intereses nacionales y los de la clase trabajadora. Compromiso y posición que no se basa en esquema ideológico digitado a priori alguno, se basa en las reales necesidades de la clase trabajadora argentina, real y concreta, en las tareas concretas que se imponen para que la Argentina pueda verse libre de sus colonizadores. 6. La supuesta política marxista a nivel mundial. Los errores metodológicos de los compañeros. "... el marxista, al analizar el momento, no debe partir de lo posible, sino de lo real." (Lenin, "Cartas sobre táctica" Obras completas, tomo 24). El momento decisivo a partir del cual sabremos con certeza si hemos hecho un buen o mal uso de esa extraordinaria herramienta teórica que es el marxismo, será aquel en que intentemos formular políticas concretas. Y aquí se pueden tomar dos caminos: uno que conduzca a la formulación de políticas con base en la realidad nacional, que traten de adecuarse a ella lo más posible, que sean pasibles de ser puestas en práctica para verificar si son correctas o no; y otro camino que lleve a la producción de una política de frases absolutamente coherentes con un esquema teórico marxista universal, pero que no tiene nada que ver con la realidad nacional, porque voluntariamente ha decidido

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no tenerla en cuenta. Veamos uno de esos ejemplos, en la Contestación... los compañeros dicen: "Una política marxista a nivel mundial es posible por la fidelidad de los comunistas que luchan en todos los continentes a los principios fundamentales de esta ideología, principios surgidos del estudio científico del modo de producción capitalista, aunque dicha política deba dar respuesta concreta a una situación concreta como quería Lenin". Esto es una muestra de lo que sucede cuando se escribe no en función de interpretar la realidad sino en función de un sistema de pensamiento, cuando uno se aferra a una posición dada de antemano. Sustentando una posición internacionalista abstracta y dogmática, o más concretamente, adhiriendo a la Cuarta Internacional como dicen adherir los compañeros (Reportaje a ERP, "Cristianismo y Revolución" nº 27) resulta entonces imprescindible declarar contra viento y marea la posibilidad de una política marxista a nivel mundial. Lamentablemente como punto de partida para la formulación de una táctica y una estrategia, la adhesión a una política posible es desde el punto de vista marxista un error conceptual inaceptable, y desde el punto de vista de la política práctica una lamentable ingenuidad, explicable tan sólo por necesidades de mantenimiento dogmático de una concepción internacionalista abstracta, concebida de antemano. No hace falta nada más que leer el diario para comprobar que la tan mentada política marxista a nivel mundial no existe en ningún lado. Existen sí, y existen por vinculación con su pueblo, y por la adhesión que este pueblo les brinda, Movimientos de Liberación Nacional, que luchan contra el imperialismo a partir de las condiciones concretas de sus propios países y levantando banderas políticas que la experiencia ha probado adecuadas para el grado de desarrollo político del pueblo; banderas que reflejan lo que el pueblo quiere y no lo que un grupo político "querría que quisiera".

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Vietnam, Laos, Camboya, Palestina, en ningún caso un movimiento de liberación nacional que cuente con el apoyo del pueblo ha tomado como punto de partida para sus concepciones estratégicas la posibilidad de una política marxista a nivel mundial. En todos los casos ha tomado como punto de partida la puesta en práctica de una política basada ante todo y por sobre todas las cosas en la situación concreta que les toca vivir. Y si no, remontamos un poco en la historia, recordaremos con los compañeros, el principio rector de la acción política del Movimiento Revolucionario Chino; el "Espíritu de Yenán"; basarse en el propio esfuerzo, confiar en el propio esfuerzo. Realmente, la historia no hace más que confirmar, lo que ya habíamos mencionado: en política hay que basarse sobre lo real, no sobre lo posible. En otras palabras: cuando la realidad y la línea, se llevan a las patadas, hay que elegir la realidad. Por otra parte, la existencia posible de una política marxista a nivel mundial no deja de seguir siendo una simple frase hasta que no se especifique de qué maneras concretas esa política se materializa en la movilización y lucha de las masas populares, y en qué medida las masas trabajadoras mundiales han hecho suyas los enunciados de esa política que, además, como afirman los compañeros en la frase citada más arriba, "da respuesta concreta a una situación concreta". Por último, para que esta política marxista mundial cobre cuerpo, se necesita un vehículo, un organismo que la asuma y la lleve a la práctica a nivel mundial. Y eso realmente no se ve por ningún lado. Lo que sí se ve son marxistas que tratan de aplicar el marxismo lo más ajustadamente posible a sus condiciones nacionales, que tienen tal peso que inclusive, llegan a provocar fricciones abiertas entre distintos regímenes socialistas: entre la Unión Soviética y China, por ejemplo. Y volvemos a insistir: es a partir de las luchas particulares y concretas de los pueblos como se va forjando la solidaridad activa de estos mismos pueblos en su lucha contra el

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imperialismo. Sin embargo, en el caso de los países del Tercer Mundo, es muy poco todavía lo que hay en materia de políticas comunes. No es lo mismo mandar genioles a Vietnam que vertebrar junto al Vietcong una política de acción conjunta contra el imperialismo yanqui con tareas concretas. Nuestra solidaridad no va hoy en día más allá de las declaraciones, y de nuestra voluntad de encontrarnos algún día con ellos en la misma trinchera. No es poco, pero es conveniente no confundir las ilusiones con la realidad y darles a esas tareas un alcance que no tienen. Los pueblos de la península indochina sí llevan a la práctica una estrategia común contra el invasor norteamericano. Realizan día tras día, tareas que materializan su solidaridad combatiente. Tal vez algún día Latinoamérica o América toda pueda ofrecer al mundo un ejemplo semejante. Habrá entonces una política común combatiente, nacida de las auténticas luchas populares de cada uno de nuestros países, y no una política común burocrática, ejercida por organismos fantasmas, desvinculados de los pueblos, ajenos a ellos, y lo que es decisivo, no surgido de su seno ni de sus luchas. Tal es el caso de la tristemente célebre Cuarta Internacional, organismo en función de cuya existencia se hace necesario admitir la "posibilidad" de una política marxista a nivel mundial, política etérea, inasible, que rodea la tierra lo mismo que su atmósfera y en función de la cual y a partir de la cual se elaboran las políticas concretas en cada caso. Esta posición internacionalista abstracta, basada en políticas marxistas mundiales "posibles" pero inexistentes, es la que determina la metodología que le permite a los compañeros encarar la tarea de resolución de los problemas de la estrategia y la táctica de poder. Cabe analizar ahora, en qué medida de una política mundial ficticia pueden deducirse una estrategia y una práctica política concretas. Veamos el análisis. Los compañeros dicen:

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1. En primer lugar debemos hacer un análisis de la situación económica capitalista mundial y de la lucha revolucionaria internacional teniendo en cuenta que la revolución socialista es internacional por su contenido y nacional por su forma... 2. En segundo lugar, debemos hacer un análisis de la relación de fuerzas entre las clases .... La ilusión de una política marxista universal lleva a estos errores metodológicos, que van en contra no digamos ya de una concepción científica sino del menor sentido común. Resulta que para estudiar la sociedad argentina en su composición y movimiento hay que empezar... por la situación de la economía capitalista mundial y la lucha revolucionaria internacional. Este disparate metodológico, semejante al que cometería un biólogo que para estudiar la célula empezara... por el cuerpo humano, se explica por la permanente remisión que se hace al carácter universal del proletariado y de la lucha de clases, lo que se hallaría sintetizado en las banderas políticas universales del marxismo leninismo. Cualquiera que haya tenido algún contacto con la metodología científica sabe, que el conocimiento va de lo particular a lo general, del conocimiento de lo más simple al conocimiento de lo más complejo, lo que, por otra parte, responde también al desarrollo histórico del conocimiento humano. Además, en cada ciencia, el método debe adaptarse a las peculiaridades del objeto estudiado. La ciencia de la sociedad no escapa a estas consideraciones. Para el estudio de la sociedad argentina hay que empezar por la sociedad argentina. Y, en primer momento, considerarla, aunque a los compañeros les resulte inaceptable (e incompatible con su posición internacionalista), una isla. Es decir, que, en primera instancia, con el fin de simplificar el análisis de algo que ya de por sí es muy complejo, debemos prescindir de las relaciones de nuestra sociedad con el exterior (1). Cuando conozcamos lo suficiente de nuestra sociedad, cuando

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sepamos quien es quien, y qué intereses defiende, entonces estaremos en condiciones de ir complicando poco a poco el panorama y de estudiar las relaciones de nuestra sociedad con otras, en un orden de importancia que habrá surgido del estudio anterior. Aquí en todo momento el centro del estudio está puesto sobre la sociedad nacional, pues se trata de estudiarla para formular una política concreta, y no para teorizar acerca de la situación capitalista internacional. La profundización del estudio de las relaciones de nuestra sociedad con el exterior está en estrecha relación con el desarrollo histórico del movimiento revolucionario, que a medida que amplía su influencia y perspectivas va haciendo suyos campos cada vez más amplios del conocimiento. El punto principal de la controversia residirá en el papel a adjudicar, en el proceso a la historia nacional. Los compañeros sólo llegan a considerarla, y en una proporción casi inexistente, al final de un proceso de análisis que ha partido de la concepción de la universalidad de la lucha de clases. En realidad, la historia nacional tiene para los compañeros una importancia muy escasa, es algo vacío de contenido, casi diríamos que la utilizan a un nivel meramente anecdótico. En una palabra: su actitud de ignorar el peronismo no es más que una versión en pequeño de su actitud de ignorar la historia nacional, y esto es perfectamente coherente con su posición política de fondo, porque "... la revolución socialista es internacional por su contenido y nacional por su forma". (Contestación...). Resulta claro entonces que el factor nacional sólo aportará la fachada exterior, el caparazón de un contenido que le es ajeno, será receptáculo de un contenido internacional, producido en el transcurrir de la historia de la sociedad universal. 1. Como esto puede llevar a equívocos, conviene aclarar brevemente el asunto. Todo el mundo sabe que nuestro país ha sido una colonia durante casi toda su historia, así

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que con justicia se preguntará si en este caso particular se puede ignorar los vínculos con la "madre patria" de turno. No se pretende de ningún modo ignorarlos. Pero las causas externas obran "por medio de las causas internas", y esto en el caso de la dependencia colonial se pone de manifiesto en el hecho de que la dominación económica y política de un país sobre otro, por ejemplo Estados Unidos sobre la Argentina, se pone de manifiesto dentro de nuestro país, por la existencia de testaferros, "hombres de paja", grupos sociales e inclusive clases sociales que están objetivamente interesadas en el mantenimiento de esa colonización, lo que conduce a que su práctica social sea, consciente o inconscientemente, expresión de los intereses extranjeros, y muchas veces, defensora descarada de ellos. No es suficiente decir que somos una colonia. Es necesario saber también quiénes son los encargados de colonizamos, dentro mismo de nuestras filas. El estudio de la sociedad argentina, de sus clases sociales, mostrará también nuestras relaciones de dependencia, sólo que con otra forma: la de clases sociales que defienden intereses nacionales o antinacionales. Por ello, el proceso histórico nacional, la historia nacional viva y concreta, no será jamás contenido y basamento de la acción política alguna que se fundamente en supuestas banderas marxistas universales. Ello estaría en total contradicción con la esencia misma de la concepción internacionalista que sustentan los compañeros que sólo ven en las situaciones nacionales meras formas, cuyo contenido no surge del proceso nacional mismo, sino que le es injertado luego de un análisis de la "situación del capitalismo mundial y de la lucha revolucionaria internacional'. Tal es la realidad que el desarrollo histórico de la izquierda propiciadora de posiciones antinacionalistas abstractas nos ha enseñado con creces. Muchas veces el problema se ha visto confundido y oscurecido por la afirmación de que, a pesar de su

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internacionalismo, la estrategia diseñada por los compañeros "...daba respuesta concreta a una situación concreta". Hoy los mismos compañeros se han encargado de aclararnos el punto: la situación concreta que ellos consideran no es nada más que una forma, un receptáculo en el cual se vuelca la "respuesta concreta"; las conclusiones abstractas extraídas de un análisis cuyo punto de partida está en la situación económica capitalista mundial y la lucha revolucionaria internacional. Un salto al vacío perfecto. Resulta claro que la posición que parte de lo nacional y la posición que parte de lo internacional son entre sí como el agua y el aceite, y no cabe esperar como prueba la historia que puedan reducirse la una a la otra por medio de discusiones teóricas. Puede ya tomarse una posición, como en este caso se ha hecho con la internacionalista, tomando como base el documento de los compañeros, y desarrollarla en sus consecuencias, mostrando su incoherencia, su contradicción con el marxismo que dice defender y su desprecio de la historia. Pero no debemos poner la menor esperanza en que esto sea suficiente. También ha demostrado la historia que las construcciones mentales que el hombre se forja, por más erróneas que se prueben, subsisten cerrándose sobre sí mismas y alimentándose de sus mismos productos, aunque se alejen cada vez más de la realidad. Tan sólo el desarrollo del movimiento revolucionario argentino dará una prueba definitiva en favor de una posición. Será la prueba de la práctica. Prueba que comenzará a verificarse cuando el pueblo entre a tallar en el asunto. En ese momento la controversia quedará liquidada.

7. Las concepciones

metodológicas no marxistas que aplican los compañeros para la determinación de la estrategia de poder. Analizaremos ahora el camino que señalan los compañeros para la determinación de la estrategia de

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poder para tratar de verificar: a) su coherencia con el marxismo y b) su grado de materialización en la realidad. Aprovechamos el siguiente resumen que nos presentan: "Resumiendo: para establecer las bases de una estrategia de poder debemos considerar las condiciones que abarcan la situación económica, política y militar de conjunto: en el mundo, en el continente, en la región y en el país. Del estudio de la situación de conjunto podemos formarnos una idea clara de las etapas y fases de la guerra revolucionaria, de las tareas principales y secundarias y de cada etapa su duración aproximada, de sus características político-militares y de las formas y condiciones en que se producirá la toma del poder por la revolución. Todo este conjunto es lo que denominamos estrategia de poder político militar. Sin una apreciación justa de la situación de conjunto estratégica, y de las varias fases de la etapa que la componen, procederemos a ciegas y no podremos dirigir a las masas a la victoria de la revolución. Permaneceremos atados a la empírea de lo inmediato en la convicción de que el éxito estratégico de la revolución es la mera, suma aritmética de éxitos parciales tácticos, sin tener en cuenta el papel determinante del resultado de la guerra revolucionaria; la atención que debemos prestar al conjunto de la situación incluyendo las diversas etapas. Porque la comprensión del conjunto nos facilita el manejo de las partes integrantes del todo, siendo la única posibilidad de no perderse en la visión meramente táctica de las etapas y caer en el aventurerismo y/o el oportunismo." (Contestación...). Este párrafo es altamente representativo del pensamiento de los compañeros en lo que respecta a la elaboración y significado de una estrategia de poder. Vemos allí que el "estudio de la situación de conjunto" permite a los compañeros formarse una idea clara de: a) las etapas y fases de la guerra revolucionaria; b) las tareas principales y

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secundarias de cada etapa; c) la duración aproximada de cada etapa; d) sus características políticas y militares; e) formas y condiciones en que se producirá la toma del poder por la revolución. Tomamos exprofeso las afirmaciones una por una, para obligarnos a leerlas despacio y para repensar un poco su contenido, pues a veces las formas brillantes engañan sobre el verdadero contenido. Los compañeros nos presentan el método para conocer, a partir de la situación mundial presente, tareas, plazos, consignas y, no conformes con eso, inclusive las formas y condiciones en que se producirá la toma del poder. Además, le confieren a la materialización de lo anterior una importancia decisiva, pues de lo contrario, declaran: "...procederemos a ciegas y no podremos dirigir a las masas a la victoria de la revolución". (Contestación...). En todo esto se pone de manifiesto un total desprecio por lo que la realidad concreta del proceso histórico nacional encierra, y una actitud catedrática hacia el pueblo; ambos deben adaptarse al libreto deducido de las condiciones económicas políticas y militares universales. Si hay algo que en un marxista es inadmisible, es el ignorar que el proceso histórico está sometido a leyes objetivas que son independientes de la voluntad de los grupos y personas, y que, dentro de ese proceso, es el accionar mismo de la clase trabajadora el que va suministrando paso a paso los elementos indicadores de lo que es coherente con la coyuntura política y de lo que no lo es. La vanguardia, cuando como tal exista, no lo será precisamente por su capacidad de "dirigir" a la clase obrera mediante políticas deducidas de esquema alguno, sino porque ante todo será capaz de aprender de la acción de la clase trabajadora, de interpretar fielmente las conclusiones que se desprendan del accionar político del pueblo mismo. Esto vale desde el principio al fin del proceso revolucionario, y de esta manera es inconcebible el problema de la toma del poder como una cuestión que deba resolver hoy grupo armado

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alguno, lo que es totalmente imposible y no sería más que inútil ejercicio adivinatorio. Los elementos de la solución al problema de la forma en que se tomará el poder surgirán del desarrollo del proceso revolucionario y de la acción revolucionaria de la clase obrera misma; no debemos olvidar que el proceso revolucionario incumbe esencialmente al pueblo, de cuya acción política nosotros debemos ser intérpretes y no maestros. Los avances de la conciencia y de la combatividad popular deben encontrarnos listos para responder a esos nuevos niveles de lucha, pero será nuestra práctica y nuestra experiencia política la encargada de indicarnos los mejores caminos para que esa tarea pueda realizarse. Hoy por hoy podríamos pasarnos siglos en vanas discusiones sobre la manera en que se tomará el poder, sobre la duración de tal o cual etapa, aun inexistentes. Aquí también habría tantas posiciones como cabezas, porque hoy las respuestas sólo podrían surgir de esquemas teóricos, y no de la lucha concreta y actual del pueblo. Antes que, por esas discusiones, debemos preocuparnos por el estado actual del pueblo y de su organización, sus métodos de lucha, sobre las maneras en que podrá integrarse a la lucha revolucionaria. No debemos olvidar que nuestra propia existencia parte del reconocimiento de que los vehículos de lucha popular antes existentes no respondían ya de modo alguno a las necesidades políticas y organizativas que plantea esta nueva etapa de la lucha por la liberación nacional. Para ilustrar el asunto, vamos a ver de qué manera encaraba Lenin en 1897 (¡no hay nada nuevo bajo el sol!) el problema de la toma del poder. En ese momento, el movimiento revolucionario ruso recién se estaba planteando sus primeras tareas prácticas, discutiendo sobre ellas. No obstante, veremos que ya existían aficionados a la predicción de formas para la toma del poder. Decía Lenin: "Discurrir de antemano sobre los medios a que recurrirá esta organización (se refiere a la organización obrera revolucionaria) para dar

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el golpe definitivo al absolutismo; sobre si preferirá, por ejemplo, la insurrección, la huelga política de masas u otra forma de ataque; pensar de antemano y decidir en el momento actual esta cuestión, sería mero doctrinarismo. Se parecería al caso de unos generales que se reunieran en el Consejo Militar antes de reclutar tropas, movilizarlas y ponerlas en marcha contra el enemigo. Y cuando el ejército del proletariado luche inflexiblemente por su emancipación política y económica, bajo la dirección de una fuerte organización socialdemócrata, este ejército mismo señalará a los generales los métodos y los medios de acción. Entonces, y solamente entonces, se podrá resolver la cuestión del golpe definitivo al absolutismo, pues la solución de esta cuestión depende precisamente del estado del movimiento obrero, de su amplitud, de los métodos de lucha por el elaborados, de las cualidades de la organización revolucionaria que dirija al movimiento obrero, de las relaciones de otros grupos sociales con el proletariado y el absolutismo, de la situación política exterior, en una palabra, de mil condiciones que es imposible e inútil adivinar de antemano." (Lenin. "Las tareas de los socialdemócratas rusos". Obras escogidas. Tomo I). Los compañeros sabrán perdonar por la extensión de la cita. Pero hasta tanto tengamos la experiencia y los conocimientos suficientes como para poder intentar pararnos sobre nuestros propios pies, serán inevitables. Creo que es suficientemente clara: la solución de los problemas que plantea el movimiento revolucionario no se puede de ninguna manera deducir a partir de visiones "de conjunto"; esas soluciones serán el producto racional de la práctica y lucha revolucionaria del movimiento obrero. Es decir: en materia de política no hay adivinación posible y el conocimiento sólo puede ser resultado de una práctica concreta. Vista, aunque parcialmente y dejando muchas cosas en el tintero sobre la incorrección teórica del planteo de los compañeros, vamos a ver cómo se materializaría en la práctica esta

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apreciación de conjunto en materia económica, política y militar. Comencemos por la situación económica. Ya desde el inicio vemos que el asunto puede resultar muy largo y complejo. El sistema capitalista mundial incluye a más de cien países, con estructuras productivas fundamentalmente de dos tipos: industriales (altamente tecnificadas y automatizadas) y primarias (productores de materias primas y consumidoras de tecnología). Será necesario entonces analizar cada uno de esos grupos y la relación entre ellos. Por un lado, habrá que estudiar la situación de los centros imperialistas: Estados Unidos, Estados europeos, Japón, etc., las asociaciones de esos centros (Mercado Común Europeo, etc.) y luego las relaciones existentes entre ellos. O sea, que deberíamos conocer profundamente en cada caso, estructura productiva, sistema financiero, comercio, demografía, etc. Además, y esto tiene particular importancia, conocer el papel de los organismos financieros creados a nivel internacional, su significado y funcionamiento (FMI, BIRF, BID, etc.), el sistema financiero internacional conectado con ellos, el papel de los capitales flotantes, etc.: otro elemento que debemos considerar es el papel que juegan los países que no pertenecen al área del dólar, los países socialistas, en la modificación de todo el cuadro económico anterior. Luego, hay que hacer entrar en análisis a los países dependientes, investigar relaciones de dependencia y competencia, etc., y seguir así hasta agotar el tema. Esta tarea debe ser realizada con rigor científico y en profundidad, desde una perspectiva marxista, pues de otra manera no habría ninguna diferencia entre esto, que va a constituir la base de nuestra estrategia y los comentarios sobre economía que todo el mundo lee en las revistas de consumo habitual. Meditando un momento sobre la magnitud de la tarea, vemos que sólo podría encararla un enorme equipo de especialistas que conocieran profesionalmente el tema desde una perspectiva marxista, y que trabajara todo el

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tiempo, sin perder, además, la perspectiva política que justifica todo el trabajo. De otra manera, sino se dispusiera de semejante equipo, habría que realizar la tarea por cuenta propia, lo que en primer lugar significa capacitarnos para hacerlo y luego estudiar, asimilar y sintetizar una bibliografía inmensa. Después de dos o tres años de estudio podríamos sacar algunas conclusiones, que seguramente no serían todavía suficientes para la fundamentación científica de la primera parte de nuestra estrategia de poder. Luego habría que encarar con igual nivel de profundidad la situación política, lo mismo que la militar, en el plano internacional. Hecho esto, al cabo de diez o quince años estaríamos cercanos a encarar el problema fundamental: la estrategia de poder propiamente dicha, los plazos, etapas y consignas de cada etapa de la revolución, la forma en que se tomará el poder y las condiciones en que esa toma se producirá. Y así siguiendo. Por supuesto, entre los marxistas, la idea de dar un fundamento riguroso a la acción política no es ninguna novedad. Los estudios de formaciones económicas realizados con este objetivo son numerosísimos. Tomaremos; a título ilustrativo, uno de ellos y compararemos el método allí aplicado con el que proponen los compañeros. Estamos con Lenin en Siberia, 1896 1898. Para fundamentar la acción política de la socialdemocracia, Lenin decide realizar un estudio económico. Sólo que, contrariamente a lo que opinan los compañeros, su punto de partida no es la "situación de conjunto" sino todo lo contrario: es Rusia, la madrecita Rusia. Y es así como Lenin se pasa tres años escribiendo el libro "El desarrollo del capitalismo en Rusia" (Obras Completas, Tomo III). Sin embargo, los tres años sólo le alcanzan para estudiar la formación del mercado interno, dejando de lado el mercado externo y el análisis del comercio, porque según afirmaba "... el tema era demasiado extenso para una sola persona". Además, para abreviar, restringió su obra a un período de la historia

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rusa. De todo lo expuesto vemos, que el método para la determinación de la estrategia de poder a partir del análisis de una situación de conjunto, ofrecido por los compañeros, es un producto de su propia cosecha, que no tiene nada que ver con la teoría marxista ni con sus aplicaciones históricas concretas. Siendo no sólo metodológicamente erróneo, sino también, desde un punto de vista exclusivamente material, absolutamente impracticable. Por último, el camino seguido por Lenin es una muestra más de que, en materia de teoría revolucionaria, el factor nacional es decisivo. Pero sobre esto ya hemos dicho bastante.

8. Las

consecuencias políticas de las concepciones anteriores. Al principio comenzamos recordando las raíces históricas de esta discusión. No estará de más insistir, tanto la posición de los compañeros como la nuestra no es sino el resultado del desarrollo de concepciones políticas ya existentes, separadas por diferencias fundamentales en lo que respecta a la valoración de los factores nacionales, que en su evolución han asumido nuevas formas y contenidos. En el fondo, después de todo esto, la diferencia radical se seguirá manteniendo: posición nacional o posición internacional como punto de partida. En lo que respecta al marxismo, sólo cabe anotar que el conocimiento de la ciencia social se demuestra con la práctica social, en la lucha revolucionaria. Podrá ser más o menos intelectual, pero en materia de posiciones hay una sola: estar junto al pueblo, compartir su experiencia política paso a paso. Y la política para el pueblo tiene nombre: PERONISMO. Los sectores revolucionarios del peronismo, puede apropiarse y se apropiarán, de todo aquello que les sea útil, como por ejemplo el marxismo, para comprender mejor la realidad, interpretarla y luchar por la conquista definitiva del poder. En cuanto a su identidad, no sólo no

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es un obstáculo, sino que solamente a partir de ella, y gracias a ella, se puede trabajar con el objetivo de la constitución de un movimiento revolucionario de masas. Discutir acerca de si será esta misma identidad, o alguna otra, que la integre y no que la rechace, la que tendrán las masas en los momentos culminantes del proceso revolucionario, es tan estéril como discutir en esta etapa, como será el asalto al poder. La izquierda internacionalista no puede hacer lo mismo. ¿Cómo asimilar a sus esquemas la realidad de un pueblo peronista? Si quiere salvar sus posiciones sólo encontrará dos caminos ante el peronismo: condenarlo o ignorarlo. Pero en ambos casos lleva las de perder. Para su edificio mental, la realidad política (léase el peronismo de la clase trabajadora) es una especie de corrosivo, que le va comiendo poco a poco los cimientos, hasta fracturar el edificio. El Peronismo ha sido constantemente para la izquierda, un elemento disociador que, a su contacto produce cismas o fracturas, una piedra de escándalo en programas y declaraciones. Como respuesta, las posiciones de izquierda se vuelven más duras, más intransigentes, más dogmáticas. En una palabra: en vez de ponerse de acuerdo con la realidad, se ponen de acuerdo con una bandera política marxista universal. Esto último es evidentemente más sencillo, pero no sirve para lo primero. Los compañeros dicen que la pretensión de presentar al peronismo como expresión de la clase obrera fracasa, lo mismo que la que señala la vigencia de la antinomia peronismo anti-peronismo. Nos parece lógico que piensen así quienes piensan que el peronismo es simplemente la expresión contrarrevolucionaria de la burguesía nacional y Perón su vocero. Pero recordamos nuevamente: es la experiencia del pueblo la que determina qué es lo que está vigente y qué es lo que no lo está, y ese es el punto de partida para cualquier tarea política revolucionaria. La vanguardia (hoy inexistente) surgirá en el momento que,

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el pueblo adhiera a una lucha constante y total contra el sistema (algo que hoy no ocurre) y él mismo se encargará de formarla y alimentarla. El endurecimiento de las posiciones de la izquierda ha llevado a esta a adoptar actitudes sumamente criticables, como la que asumen los compañeros al sentirse depositarios de las verdades universales del marxismo, de los intereses de la clase obrera y de la revolución socialista. Son entonces verdaderos guardianes cuando pretenden: "... decir y buscar la verdad saliéndole al cruce a toda manifestación desviacionista y confusionista que pueda lesionar los intereses de la clase obrera y por lo tanto de la revolución socialista". (Contestación...). La historia ha demostrado que la clase obrera no necesita guardianes que cuiden sus intereses, así como ha demostrado que no basta declararse guardián de sus intereses para ser reconocido por el pueblo como expresión política auténticamente representativa. Para terminar esto, sólo cabe llamar una vez más la atención sobre la ya histórica incapacidad de la izquierda en general para aprender de sus errores. La superficialidad y la poca seriedad teórica que en ella se ponen de manifiesto tienen mucho que ver con el poco sentido común puesto en juego en el análisis de su experiencia. El marxismo, bien conocido y utilizado es un arma poderosa. Conocido a medias o desconocido sirve solamente para complicar las cosas en lugar de ayudar a comprenderlas mejor. Un mal marxista, con poco estudio y muchas pretensiones, es como un jugador de fútbol que no levanta la cabeza: al final se enreda con la pelota, y termina tirándola afuera. "Se marca solo" dirá la tribuna. Algo parecido le ha ocurrido a la izquierda en este país.

9. Conclusiones. El documento girado por los compañeros es sumamente importante, pues puede significar la apertura de una

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discusión política entre nuestras organizaciones sobre las respectivas posiciones políticas y que sólo puede redundar en beneficio de todos. No cabe pensar esta discusión como una tarea fácil, pues todavía muchos de nosotros estamos imbuidos del "mejor que decir es hacer" acuñado en contraposición con los autoproclamados revolucionarios, declamadores e inoperantes. Esta posición, totalmente lógica en su momento, no podrá sostenerse indefinidamente, como tampoco modificarse de un día para otro. No obstante, poco a poco, la misma realidad impone la necesidad del diálogo político. En el reportaje se consideraba a 1971 como el año de la profundización. Creo que se dará comienzo a un movimiento en tal sentido, pero creo también que no debemos esperar resultados demasiado brillantes, pues salta a la vista que nuestra capacidad teórica es pobre. No debemos desesperarnos por ello (la realidad muestra en general entre los militantes una notable indiferencia por todo lo que sea teoría) pues nuestra situación de hoy no es sino el resultado de lo que en esa materia se ha producido en nuestro país: no nos hemos caracterizado por profundas especulaciones sino más bien por nuestra capacidad de "jugarnos la intuitiva". Y al mismo tiempo es cierto que el desarrollo material del movimiento traerá aparejado un desarrollo teórico en consonancia si se lo sabe impulsar y alentar. No podemos de ninguna manera rehuir la discusión con los compañeros. Debemos darla en toda su profundidad y extensión, pues no existe otra manera de ir precisando cada vez más el significado de nuestras acciones. No se puede imaginar que sólo la lucha militar hará que nuestras posiciones sean comprendidas y asimiladas por el pueblo: “los fierros pesan, pero no piensan”. Son los revolucionarios que los empuñan los que tienen que pensar. Y pensar implica no solamente leer nuestros documentos, sino también, discutir cuidadosamente lo que piensan los demás, sobre todo si, como en este caso,

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son revolucionarios que luchan con nosotros contra el mismo enemigo. Porque, como decía el Che: "Todo es parte de una sola lucha; y es verdad cuando el imperialismo nos llama con un denominador común. Porque aun cuando las ideologías cambien, aun cuando uno se reconociera comunista, o socialista, o peronista, o cualquier otra ideología política en determinado país, solamente caben dos posiciones en la historia: o se está a favor de los monopolios o se está en contra de los monopolios. Y a todos los que están en contra de los monopolios, a todos ellos, se les puede aplicar un denominador común. En esto los norteamericanos tienen razón. Todos los que luchamos por la liberación de nuestros pueblos, luchamos al mismo tiempo, aunque a veces no lo sepamos, por el aniquilamiento del imperialismo; y todos somos aliados, aunque a veces no lo sepamos, aunque dividamos nuestras propias fuerzas por querellas internas, aunque a veces por discusiones estériles dejamos de hacer el frente necesario para luchar contra el imperialismo; pero todos los que luchamos honestamente por la liberación de nuestras respectivas patrias, somos enemigos directos del imperialismo. En este momento no cabe otra posición que la lucha directa o la colaboración." (Ernesto Guevara. "Mensaje a los argentinos". Obras Completas, Tomo 3). Fin de la respuesta de Carlos Olmedo al PRT.

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“Comandante Carlos Enrique Olmedo.” (Carlos Enrique Olmedo nació en Asunción del Paraguay, el 5 de enero de 1944, de padre paraguayo y madre argentina. Tuvo (dos hermanos menores que él, Alicia y Osvaldo. Cursó la escuela primaria en Mendoza. Su padre, Médico murió joven y su madre debió afrontar duros años de necesidades. Instalada la familia en Buenos Aires, van a vivir al barrio de Barracas. Hace la escuela secundaria en el Colegio Nacional de Buenos Aires, establecimiento por donde también pasan Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus, los mártires montoneros caídos el 7 de setiembre de 1970 en el combate de William Morris. Egresa en 1961 y se in inscribe en la carrera de Filosofía de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Alumno brillante, logra una beca para solventar sus estudios y encara también la carrera de Medicina. Esta última no habrá de terminarla. Ya para 1966, Olmedo está absolutamente absorbido por su pasión revolucionaria. Incorporado a los planes del comandante Guevara se aboca a la formación del destacamento Argentino de ese ejército guerrillero latinoamericano que habrá de operar en Bolivia al mando del Che. Uno de los fundadores de las FAR, Olmedo inicia, junto a sus compañeros, el camino de un replanteo de su estrategia política y militar, convirtiéndose a poco de andar, en uno de los más entusiastas y sólidos sostenedores de la incorporación de las FAR al Movimiento Nacional Peronista. Eran épocas arduas, difíciles, oscuras cuando la recientemente estrenada dictadura militar de Onganía imperaba casi a voluntad sobre un país silencioso y aparentemente resignado. Una militancia paciente y clandestina, en la cual cada cuadro era formado prolijamente, con una paciencia de orfebre. Una tarea de hormiga a través de la cual van creciendo las organizaciones peronistas que, como las

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FAR, se van planteando el proyecto de desarrollar la lucha armada contra la dictadura: FAP, Descamisados y Montoneros. En toda esa etapa Olmedo se va revelando como un excepcional militante y un brillante pensador revolucionario. El reportaje a las FAR que publica Cristianismo y Revolución a comienzos de 1971, tiene en el a uno de sus principales responsables, así como en el histórico documento de respuesta al ERP (publicado por el semanario militancia) en el cual proyecta una estatura ideológica asombrosa. Será ese aporte, ideológico de Olmedo uno de los factores decisivos para la identificación de las FAR con el peronismo, un aporte que se va bautizando a fuego y lágrimas en todos y cada uno de los combates que libra la organización en todo el país, en el marco de la estrategia general de guerra lanzada por Perón para su retorno a la patria y al poder. Sencillo, terriblemente preocupado por el desarrollo de cada uno de sus compañeros, hincha de Independiente, amante del fútbol, Olmedo era un perfeccionista, uno de esos militantes que van forjando su personalidad política como pedía el Che... con la delectación de un artista por su obra. Su muerte; fue para las FAR lo que la caída del "Negro" Sabino Navarro para Montoneros. Ambos cayeron en Córdoba. Ambos eran precursores entusiastas de la fusión de las dos organizaciones, consumada el 17 de Octubre de ese año, con la llegada del General Perón a la Casa Rosada. Esta biografía fue publicada en el Nº 25 del 6 de noviembre de 1973 en la revista El Descamisado.)

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Luego de leer las 13 preguntas a las FAR, quede en estado de shock, por vez primera encontraba una explicación que desde el Marxismo se identificará plenamente con el Peronismo. La respuesta de nuestro compañero y comandante Carlos Enrique Olmedo al PRT ponía las cosas en su sitio. Pero no era una explicación traída de los pelos, era científica, era la aplicación del materialismo dialéctico a la lectura de la historia del movimiento obrero argentino. A la lucha de clases en Argentina y en La Patria Grande Latinoamericana. A partir de allí, comencé una búsqueda desesperada de algún contacto con ellos. Como era un grupo muy golpeado y muy pequeño al principio, no tenía manera de encontrarlos. Hasta que un buen día lo comento en casa con mi hermano Eduardo. Dormíamos en la misma habitación y ninguno de los dos sabía en que andaba el otro… El “muy pancho” me dice: ¿para cuándo quieres una cita con las FAR? Eduardo es tres años menor que yo, así que no le di mucha importancia a su comentario. Pero al insistir “el Flaco” que así le decíamos en casa, acepte, aunque no muy creído. A los pocos días me dice, mañana tenes que estar en un bar y llevar contigo una revista Primera Plana doblada por la mitad y que se lea Primera… Se va a acercar a vos un compañero que tendrá una revista igual, dónde podrás leer Plana… Tenes que ser puntual y haber pagado el café al momento que te lo traiga el mozo. Esa noche no dormí bien de la ansiedad que me producía el encuentro del día siguiente y de la rabia por no haber abierto antes mi “boquita de cereza” y haberle comentado a Eduardo, alias “Gustavo”, mi desesperada búsqueda de la organización que por lo leído era para mí

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la síntesis perfecta con la cual me sentía totalmente identificado. Seguí al pie de la letra las instrucciones de Eduardo y llegó un chango joven, medio hippie, con el que nos hicimos amigos de entrada. Le decíamos “el Pendejito” y nos fuimos en su auto a una casa. Allí me dejaron en una habitación en la que solo había un escritorio y dos sillas, una a cada lado. Al poco rato entró un hombre joven, de mediana estatura, delgado y de cabello rubio, ojos celestes que se presentó como Germán. Comenzamos a hablar, mientras él cebaba mate, preguntaba poco y escuchaba mucho. Le interesaba sobre todo cual era mi experiencia de militancia en el frente gremial. Por sus preguntas me di cuenta de que estaba muy bien empapado de quien era quien en el movimiento obrero cordobés. Luego pasó a las prohibiciones, por ser yo bastante conocido públicamente por el trabajo gremial que realizaba. A partir de ese momento, no podía asistir a ningún tipo de manifestaciones. Preguntó si tenía en la familia directa algún pariente en las fuerzas de seguridad y le dije que no en la directa, y con los más alejados conocía uno o dos, pero ninguna relación. Me dijo que en la etapa que estaba el grupo de Córdoba, muy golpeado por la caída de los compañeros no hacía mucho tiempo. Se estaba reestructurando y vendrían compañeros de otras provincias porque consideraba a Córdoba como algo fundamental en la futura estructura nacional. Me hablo de la tarea que tenía que realizar desde ese momento que era difundir entre los compañeros los lineamientos de las FAR y que la orga debía actuar como una polea entre las Organizaciones Armadas Peronistas

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O.A.P. y el movimiento obrero, que los trabajadores se irían integrando en la medida que nosotros supiéramos actuar como una verdadera vanguardia. Que continuara en el Peronismo de Base, que le reportara a quien sería mi contacto con él, (eso jamás ocurrió), como avanzaba la aceptación de nuestra política en los diferentes sindicatos. Pero sin reclutar a nadie hasta que pudiéramos darle una respuesta seria desde el punto de vista organizativo. Y si nuestra política era correcta, creceríamos sin ninguna duda. Después de cuatro horas más menos, mientras se retiraba, me dijo que en unos minutos me presentaría a parte del pequeño grupo de la regional. Al rato pasé a lo que era el comedor de la casa, allí me encontré con varios compañeros y a uno que conocía del Colegio de la Inmaculada, el Boxi… Antes de que ingresara al comedor, Germán le comento a los que allí estaban, que acababa de incorporar a un nuevo compañero que tenía “la mente a la izquierda y el cuerpo a la derecha” … El que vino a hacerse cargo de la regional, fue Leonardo Natalio Adjiman, alias “Federico”. Un compañero sensacional. Uno de los pilares en la reconstrucción de las FAR en Córdoba. La primera célula en la que estuve en las FAR estaba Gustavo, nadie sabía que éramos hermanos, el Negrito Paulino, Heberto Arrascaeta un gran arquitecto, en esos años estudiante. Y “el potro” José Jaime García Vieyra que también luego se recibió de arquitecto, al poco tiempo fue trasladado a Rosario y dejó la militancia por diferencias. La diferencia fundamental según comento “Mateo” es que el miedo lo paralizaba…

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“El Potro” fue funcionario de los gobiernos de De La Sota y Schiaretti. Y hoy por hoy un irremediable anti-K que odia a Cristina… El primer coche que levantamos con el Negrito estaba estacionado en un aparcamiento en el centro. El Negro era mi maestro, tardamos como dos horas hasta que pudimos romper la protección que no permitía la rotación del volante. Eduardo o Gustavo, no necesitaba ninguna enseñanza, era un maestro tanto afanarle el coche a nuestro padre. De los compañeros/as de las Far, recuerdo a la Corderito, a la Negra Eva, que con los años supe que eran hermanas, las dos cayeron en manos de los genocidas. Dos cuadros.! El Chacho quería que me ponga de novio con “la Negra Eva”, la Negra nunca se había fijado en mí y yo ya estaba hacía tiempo de novio con una catamarqueña que es la madre de mi hijo y mi fiel compañera de toda la vida. La que le conto a Felipe nuestras relaciones, mi relación con Nora, fue La Colorada, un ejemplo de compañera en todos los sentidos. Tenía una capacidad de análisis de la realidad que pocas veces se veía, si así lo hubiéramos entendido, menos errores se habrían cometido. Lo mejor es que ni te dabas cuenta cómo te guiaba hacia lo que ella entendía que era lo correcto. En eso decían los que la conocían de Bs As, que usaba la misma metodología del Jóse. El Fede era de la misma escuela, él me enseñó a leer la prensa, “siempre tenes que leer las cosas pensando a quien benefician”. Así pocas veces te puedes equivocar. Su insistencia de leerlo a Perón del que todos hablaban y hablan y casi nadie lo ha leído. Ellos le daban mucho valor a la formación integral de los cuadros. Leerlo a Althusser y su obra “La filosofía como arma de la revolución”.

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A Gramsci, a Mao, a Giap y su Arte de la guerra, a Clausewitz, y luego discutir la realidad política de lo que sucedía día a día, aplicando las bases del materialismo dialéctico en el análisis de la realidad cotidiana. Las lecturas preferidas del Fede eran Jauretche, Scalabrini, y un libro que le regalo otro gran compañero, “el Pendejito”, un libro de poemas reos, en lunfardo, de Carlos de la Púa, “La crencha engrasada”. Los escritos del Gordo John William Cook que, para entender el peronismo, eran indispensables para él. El “Polo” Héctor Gómez, quien creo la agrupación más grande que tuvimos en la JTP, que era la del SUOEM, Sindicato Único de Obreros y Empleados Municipales de la Ciudad de Córdoba. Las “Petisas Cloé y Tortuga”. Bigote, el Grandote, el Colorado, todos ellos de ATE. A Ernesto Rojas que conocí en la cárcel, que junto a Roberto Díaz “el grandote” fueron delatados por Orueta… Al Gordo Tincho con quien pocas veces podíamos hablar en serio, siempre te metía o un chiste o una anécdota en medio de la conversación. Un gran tipo y no por su estatura que era enorme. Un gran compañero y también amigo. Federico en un viaje que hicimos con el Polo a una reunión nacional de la JTP en la Capital Federal, nos llevó a conocer el Estadio del Club Atlético River Plate. Quedamos impresionados, estábamos arriba en el sector llamado “gallinero”, desde allí, a los jugadores los veíamos pequeñitos. También lo conocí a “Mateo”, Julián Roqué, aunque cuando ingresé él ya estaba en Rosario por problemas de seguridad en Córdoba. A los hermanos Konkurat, el Jote, el Ivo y La Bruja. A la Gorda María y su compañero Cepillo. Con Serrucho Baffi y toda la orga de Córdoba, participamos en la toma del “Estadio de futbol del Club Atlético Belgrano” en Barrio Alberdi.

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Se jugaba un partido entre Belgrano y Huracán de Bº Patricios de la Capital Federal. Con Pancho, el Tincho y el Pendejito estábamos sentados en la tribuna, antes habíamos colgado de la pared dos pancartas que al abrirse detonaban unas bombas de estruendo que lanzarían al aire volantes de las FAR. Cepillo y Serrucho se encargaban de la toma de “la torre de transmisión”, desde allí harían sonar la marcha Peronista y una proclama nuestra a los obreros peronistas. El resto estaba apostado en las puertas por dónde abandonaríamos el estadio y luego los choferes en sus coches para la retirada de todos los que participábamos. Cuando comenzó a sonar la Marcha Peronista, la hinchada de Belgrano empezó a entonar el himno del club y no se escuchaba nada más que a ellos. El inicio de la marchita era la señal para que descolgáramos las pancartas que tirarían los volantes y que cuando las probamos funcionaron, pero no en la cancha… De cualquier manera, la operación fue perfecta en cuanto a cumplir lo planificado, pero si alguien se enteró, fue el lunes por la prensa que en un pequeño recuadro decía que había sido tomada la cancha de Belgrano, reducida la guardia de seguridad, que se había pasado la marcha peronista y una proclama de una organización subversiva… Toda la orga en juego, y el resultado desde el punto de vista de la propaganda, lamentable… Con el “Fede” participamos del secuestro del gerente de la Coca Cola en Córdoba, Oscar Castell. El como responsable y yo como segundo. (Esto lo cuento porque un día que me llevaron al juzgado federal para tomarme declaración por mi detención, el juez Puga me pregunto sobre mi causa y aseveró que en el informe que él tenía de la policía federal, me daban

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como participe en 32 operaciones de guerrilla urbana, cosa que negué rotundamente) … No fueron tantas… La primera vez que lo intentamos en su casa, fracasamos. Nos habíamos disfrazado de obreros de EPEC, la empresa de electricidad de Córdoba, y fuimos a su casa, pero su esposa debió desconfiar porque no nos dejó entrar a reparar una supuesta avería eléctrica. Pero a la segunda vez que lo intentamos, lo interceptamos en la calle en el Cerro de las Rozas, barrio de la ciudad de Córdoba, al cruzarle un coche por delante y una camioneta por detrás, dónde luego lo subimos y trasladamos al lugar de detención mientras se iniciaban las negociaciones por su rescate. Oscar Castell fue liberado el 02/06/1973, previo pago del rescate acordado con la multinacional. Quién se encargó de recoger el dinero fue el Jote Konkurat con otros tres compañeros. Ese dinero era esperado por la conducción nacional como “agua de mayo”, estaban desesperados porque las arcas de la organización estaban vacías y la necesidad de medios económicos para poder pagar los altos costos organizativos y operativos, eran acuciantes.

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El nacimiento de la J. T. P. de las FAR. Un día, en una reunión con nuestra dirección regional, nos informan que hay que formar los frentes de masa de la organización por decisión de la conducción nacional. Me encargan la tarea de viajar a Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja, San Juan y Mendoza a los fines de crear la Juventud Trabajadora Peronista. Los Tucumanos luego se encargarían de hacer lo mismo en Salta y Jujuy, los riojanos en Catamarca. Las órdenes que recibimos fueron la de pasar los contactos de la Juventud Peronista que trabajaban en los barrios agrupándolos por sindicatos. Pero antes de emprender el viaje, Federico me dice que vamos a ir a visitar un abogado laboralista, asesor del SMATA y de la CGT cordobesa. Fuimos al domicilio del Dr., Lucio Garzón Maceda, a pedir su consejo debido a su vasta experiencia como asesor laboral, ante él nos presentamos como miembros de la JTP, pero no se lo creyó… (Zorro viejo el Joven Lucio…). El Dr. Garzón Maceda era socio de Gustavo Roca un abogado penalista defensor de presos políticos quién a su vez hijo era de Don Deodoro Roca, uno de los artífices de “La reforma universitaria” en Córdoba. La entrevista se fue alargando en la medida que Lucio quería saber si teníamos alguna experiencia sindical y al comenzar a contarle la experiencia como Peronistas de Base en el SITRAC-SITRAM y otros gremios, se quedó pensativo y nos preguntó porque habíamos dejado participar a Carlos Olmedo en el Combate de Ferreyra. “El Fede” le contesto que fue una decisión personal y al ser el jefe máximo de la organización, nadie pudo hacerlo entrar en razón. Lucio comento que allí se perdió al “cuadro”, al líder más preparado y claro que tenía la revolución en nuestra Patria.

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Nos aconsejó también que tuviéramos mucho cuidado en nuestro trabajo dentro de los gremios que adherían a las 62 Organizaciones peronistas que eran lideradas por Atilio López. Que teníamos que actuar con mucho respeto y recordar que la “resistencia peronista” en Córdoba la habían llevado adelante los obreros y que fuéramos a hablar con dos grandes amigos suyos y de Gustavo Roca, el “Chiche y Gogo Montes”, padres de Amelia, mi cuñada, y suegros de “Eduardo, mi hermano”, quienes nos contarían la historia de la resistencia en nuestra ciudad. El Chiche hablo en un acto el 1 de julio de 1974, el día del fallecimiento de Perón y aquí transcribo sus palabras despidiendo al General, y extraídas de: “Los peronistas revolucionarios uno por uno”, del Licenciado Roberto Baschetti.

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Juan Manuel Montes. (El Chiche). Fue fundador del Partido Laborista de Córdoba en el año 1945. Luego, diputado provincial y nacional por el Partido Peronista entre 1946 y 1955. Caído Perón sufrió cárcel y persecuciones cuando se sumó a la Resistencia Peronista. Frecuentó la amistad del General que cariñosamente lo llamaba “El Pibe”. Se embanderó para siempre con los postulados del peronismo revolucionario hasta su muerte, ocurrida el 27 de marzo de 1998. Mucho antes, con motivo del fallecimiento de Perón en aquel triste 1º de Julio de 1974, Montes expresó públicamente: “Porque ese es el Perón que llora y recordará el pueblo. El de las grandes alternativas: Perón o Braden, Liberación o Dependencia. El que no se unió nunca con los explotadores o imperialistas. El que marcó a fuego a los vende patrias. El que expropió a “La Prensa” y la entregó a los obreros. El creador del IAPI como forma de terminar con los acaparadores y negociadores multinacionales. El que hizo que Bemberg devolviera lo que había estafado al Estado. El que enfrentó a la oligarquía dignificando al trabajador. ¿O es que ahora Caggiano, Balbín o Anaya nos van a recrear un Perón nuevo que no conocemos? Un Perón que según ellos es el campeón de la unidad entre obreros y burgueses explotadores, entre represores y reprimidos, entre verdugos y víctimas. ¡No! El nuestro es otro Perón. El calumniado e infamado, el que sufrió exilio y confiscaciones y a quien el mismo ejército que hoy le rinde homenaje –y con la boca de sus FAL y metralletas impide que el pueblo se acerque a darle el postrer adiós,

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lo privó del uso del grado de General, y lo infamó con el estigma de traidor a la Patria. ¡Basta ya! de homenajes hipócritas y de pretender manejar al glorioso muerto que pertenece al Pueblo Trabajador de quien fue paladín y conductor en memorables luchas. No olvidemos jamás que hubo muchos que, para que regresara a la Patria, murieron musitando su nombre o escribiendo con su propia sangre el signo PERÓN VUELVE en las paredes de los calabozos o en las calles donde cayeron acribillados por las balas de los esbirros represores. El recuerdo de ellos me hace gritar mi verdad. Porque Él nos enseñó que sólo la verdad nos hará libres. A lo fariseos que hoy se rasgan las vestiduras les dejamos el “Excelentísimo Señor presidente” y el “Teniente General”. Nosotros nos quedamos con Perón a secas. Excelentísimos señores presidentes hubo muchos, tenientes generales demasiados, pero Perón hubo uno solo y ese, su nombre, nos pertenece y vive y vivirá para siempre en el corazón y las luchas del Pueblo argentino. HA MUERTO PERÓN. ¡VIVA PERÓN!”.

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El Doctor Lucio Garzón Maceda nos hizo una reseña del Cordobazo. Aclaró que quienes encabezaron la pueblada fueron Elpidio Torres (Secretario General del SMATA Córdoba), el Negro Atilio López, (Secretario General de la UTA Córdoba), los dos dirigentes peronistas, y Agustín Tosco (Secretario General de Luz y Fuerza) del Partido Comunista. La experiencia del Dr., Lucio Garzón Maceda nos ayudó a desarrollarnos dentro del movimiento obrero cordobés que él conocía a la perfección, y a evitar caer en los errores típicos de creer que con nosotros comenzaban las luchas de la clase obrera cordobesa que en su inmensa mayoría se sentía, era y es peronista. Comenzaron los viajes, acudir a las citas preestablecidas a los fines de crear el frente gremial. En Tucumán la cita que era en La casa Histórica, (allí se había firmado el acta de nuestra independencia el 9 de julio de 1816), me encuentro con un compañero con el cual vamos a la sede de un sindicato donde estaban reunidos representantes de varios gremios. Entre ellos había compañeros de Empleados públicos, Fotra, Docentes, etc. A todos les gustó la idea y la necesidad de ganar fuerzas en los sindicatos, oponiéndonos a la derecha Peronista y burócrata que los digitaba. Del Frente de masas, luego iríamos incorporando a los compañeros, a las columnas gremiales de la organización. En Santiago del Estero me encuentro con un compañero, apodado “El viejo” quien se encargaría de hacer lo que nos mandaban, porque al ser muy pequeña la ciudad era mejor no mezclar las cosas ya que todos se conocían y eso ponía en peligro la existencia misma de la organización. En La Rioja contacte con los compañeros Alipio “Tito” Paoletti y Plutarco “Chacho” Schaller. Ellos dirigían la cooperativa del diario El Independiente, que era el de mayor circulación en la provincia y que

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después del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, se lo apropiaran los milicos y nunca se lo devolvieron. Tito Paoletti comenzó a putear porque no entendía como mandaban a un “pendejo sin ninguna experiencia” …, y además perteneciente a una familia burguesa de Chilecito, emparentada con los políticos que habían sumido a su querida provincia en la pobreza... Costó que me pasara los contactos de “los changos” que ya habían formado la Juventud Peronista en La Rioja capital y en Chilecito. Entre ellos el Negrito Jorge Mazza, hermano del que luego fuera Gobernador de la Rioja, y de un “arquitecto” muy combativo que luego compartimos el patio en Sierra Chica, que resulto que éramos primos. Henry Sánchez que además de muy buen arquitecto, fue un gran luchador, fue presidente del Partido Justicialista en La Rioja. El “gordo” Castro, “el Piojo”, el Negro Yoma, “el Osito”, apodo de mi otro hermano Marcelo, etc. Contento regrese a Córdoba. Le informe a Federico lo ocurrido y este se reía porque no me llevaron el apunte por ser un “pe que bu”. (Pequeño burgués). Pero los riojanos se habían equivocado conmigo, era un “gran burgués” según el Fede, (medía 1.82 y pesaba 108 kilos) …. Alipio “Tito” Paoletti y Monseñor Enrique Angelelli, Obispo de La Rioja, fueron grandes amigos a pesar de que Tito era no creyente. Fueron los precursores de las “Cooperativas de trabajo” en La Rioja. Ya se encargarían ellos, la dirección de Córdoba, de contactarlos nuevamente. Y así lo hicieron. El último viaje fue a San Juan dónde ocurrió lo mismo que en Santiago, o sea que me encontré con unos compañeros que asumirían la tarea de organizar la JTP. A Mendoza decidí no ir porque estaba cansado de tanto viaje, además había descuidado nuestra propia columna en Córdoba, y

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tenía acumulada una gran cantidad de reuniones con nuevos compañeros. El crecimiento en esa etapa era continuo y le pedí a “Roberto”, un compañero de la agrupación de Municipales que fuera en mi lugar. A los pocos días tuve que viajar a Buenos Aires donde se formalizó el frente gremial a nivel nacional. Allí me recibió “Pablo Cristiano”, (Horacio Antonio Arrué, “Chueco”. Hijo de un legislador justicialista. Pablo Cristiano era Licenciado en Economía, tenía 31 años. Sus compañeros le decíamos “Pablo Cristiano” debido a su fervoroso catolicismo. Fue miembro de la Conducción Nacional Montonera. Secretario Político de la Organización, venía de las FAR. Cae en manos de las fuerzas represivas en junio de 1977 en la zona de Retiro por un grupo de tareas del Ejército adscripto a Campo de Mayo que se aprovecha de una delación. Fue salvajemente torturado. El Mayor del Ejército Juan Carlos “Maco” Coronel contaba luego, que en su vida había visto dar tanta “máquina” a un ser humano como a Pablo Cristiano. Dijo que “la sangre se le espesaba” por la acumulación de electricidad en el cuerpo. Durante un intervalo en el que le permitieron tomar agua, la canilla golpeaba y rebotaba contra sus dientes. (Testimonio de Juan Gasparini). “Pablo Cristiano” Horacio Antonio Arrué no entregó información alguna a sus verdugos, todo lo contrario del antes citado. Sigue desaparecido. Su hijo, Marcos Horacio, está intentando reconstruir la vida y la militancia de su padre. Lo que sigue está tomado del libro de Julio Bárbaro, (“La historia que yo viví” y dice así: “Un diputado por Corrientes, Willebrodo Arrué, me dio una lección de dignidad. En alguna reunión de bloque más pesada que otra, quisieron hacerlo callar en una

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discusión, recordándole que uno de sus hijos, Horacio Antonio, era un montonero de importancia (…) Sin sentirse intimidado en el momento, Arrué continuó hablando sobre el tema del día e invitó al bloque a una reunión para responder a la acusación. Nos dio un discurso tan duro como sentido, en el que marcó su distancia ideológica de su hijo sin perder el respeto por la decisión que él no compartía y cuyos riesgos conocía (…) “Pero prefiero verlo muerto defendiendo una causa que él cree que es la de la patria antes que verlo vivir en la aceptación de la injusticia y la entrega de su pueblo”, dijo, y hasta sus detractores aplaudieron”). Extraído del libro de: “De Roberto Baschetti, Militantes del Peronismo Revolucionario, uno por uno”.

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También conocí a Emiliano Costa, periodista que venía de las FAR, y al Secretario General del Sindicato de Gas del Estado, Guillermo Greco. Las reuniones se sucedían una tras otra. En la tercera o cuarta reunión en Buenos Aires se armó una discusión por posturas totalmente opuestas en cuanto a metodología de trabajo. La posición adoptada por las regionales de Rosario y Buenos Aires de enfrentar a la Juventud Sindical Peronista era la de devolver cada golpe que recibían de las bandas de la derecha sindical que tenían patotas que se dedicaban a perseguir y asesinar a nuestros compañeros. Mi postura, que compartíamos todo el frente gremial de Córdoba, era la de proteger a nuestros compañeros y no caer en el “uno por uno”, porque si caíamos en esa trampa terminaríamos derrotados. Les ponía como ejemplo que, en Córdoba, gracias al trabajo en las bases, teníamos representación en la CGT a través de ATE, dónde un pequeño grupo de compañeros logró derrotar a “La perra” Castro que era el secretario general, al ganar la lista azul y blanca de la JTP que encabezaba Ramallo, que luego nos traicionó pasándose a las bandas de la burocracia. En realidad, la lista fue consensuada con Atilio López y la “Perra” tuvo que resignar su puesto para que no ganara Vanguardia Comunista con la ayuda del PB de las FAP. No hubo manera de que aceptarán la propuesta de Córdoba, y se cayó en una guerra de aparatos dónde perdíamos siempre. El argumento fundamental de “Pablo Cristiano” era que no se podían equiparar la realidad de Córdoba, cuna del Cordobazo y del Viborazo, con la realidad de la conciencia de la clase obrera porteña y rosarina dónde tenía su base la burocracia sindical. Para él, el nivel de conciencia de clase de los obreros cordobeses era muy superior al de los rosarinos y bonaerenses.

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Nuestra postura era que los sindicatos tenían un límite legal al estar dentro del sistema, que nosotros debíamos profundizar “el trabajo de Base”, y ganar las elecciones en los sindicatos. Tarea nada fácil ya que la dirigencia gremial burócrata estaba y aún está enquistada en los sindicatos a lo largo y ancho del país. Que esa era la tarea principal de la JTP, si no hacíamos eso, nos terminaríamos descolgando del movimiento obrero. Esta discusión llegó a oídos de la conducción nacional que ya funcionaban en conjunto con los montos, y recibí la primera advertencia… Paralelamente seguía cumpliendo con todas mis responsabilidades, seguíamos operando. La única columna que siempre estaba en movimiento era la sindical. Aunque fuera levantando coches, haciendo pintadas, salidas para prácticas de tiro, etc. Pero cuanta falta nos hacía el Jóse… Mi situación era cada vez más difícil. Un día se comienza a preparar el 1er Congreso Nacional de la JTP, que se realizaría en Córdoba el 25 y 26 de agosto del 73. “Bigote” compañero de ATE que junto al “Grandote”, el “Colorado” y el “Negro Galíndez”, fueron los que formaron la lista que ganó las elecciones en el sindicato. ATE era el primer gremio que ganábamos, esto nos abrió las puertas de la CGT cordobesa. Como decía, por “Bigote” me entero de que no estaba autorizado a ir a ese congreso y que el Chacho Lewinger le comento a él que yo dejaba la organización... Conteniendo la bronca le dije a Bigote, “se equivoca la dirección si piensan que yo me iré. Las FAR es parte de mi vida, con un pequeño grupo de compañeros hemos creado esta organización y estoy orgulloso de ello, me tendrán que echar”.

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Más leña al fuego de mi parte. Esto sucedía a mediados de agosto. La segunda advertencia fue porque viajé a una reunión del frente gremial en Buenos Aires, dónde se trató qué hacer con José Ignacio Rucci, Secretario General de la Confederación General del Trabajo, y aliado incondicional de Perón. Mi oposición a lo que pasó, derivó en que fui enviado a Córdoba bajo arresto… Después de “La traviata” (así se llamó la operación de ejecución de Rucci), fui obligado a ir a comunicarle a Atilio López que la organización era la responsable pero que no se firmaría… Fue el Chacho quien me dijo que fuera, le respondí que bien, yo iría cumpliendo la orden, pero que le dejaría muy en claro al Vicegobernador, el Negro Atilio, que no estaba de acuerdo para nada, que ese echo significaba un ataque directo al General Perón. “Vos te haces cargo de las consecuencias si le decís eso” me amenazo Felipe… El día después fui a la legislatura en Córdoba, pedí hablar en mesa de entradas con el Vicegobernador. Me atendió el Negro Juan Varas, que era el contador de la Unión Tranviarios Automotor (gremio del que Atilio López era secretario general), él ocupaba una secretaria del ministerio de Economía del que estaba como titular el Contador José Enrique Fierro. Juan Varas era colaborador de las FAR sin estar integrado en la organización. Le dije a Juan mi cometido y no lo podía creer, se agarraba la cabeza. Fue luego y se lo dijo a Atilio, el Negro primero no me quiso recibir, pero luego me hicieron pasar a su despacho. Lo encontré de espaldas, cuando se giró tenía lágrimas en sus ojos y lo único que dijo fue: “Están locos, este es el fin de nuestro gobierno, por favor decile a los imbéciles que

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lo mandaron a hacer, que nosotros somos peronistas de Perón”. De nada serviría… En Córdoba, mientras fui responsable de la columna sindical no hubo una sola muerte de ningún obrero ni de nadie, a pesar de que a nosotros nos mataron a varios compañeros. El 4 de octubre de 1973, el Vicegobernador Compañero Atilio López nos pidió a la JTP que fuéramos a defender la "casa de los trabajadores". La CGT iba a ser atacada por la derecha con la intención de pedir su intervención desde la CGT Nacional. Hacía pocos días qué había sucedido lo de Rucci y el ambiente estaba al rojo vivo. Cómo todo fue vertiginoso, desde que Atilio se entera de lo que iba a suceder, hasta qué el Chacho Lewinger nos dice que todos los compañeros disponibles fuéramos de inmediato a la CGT dónde se estaba realizando una asamblea. Llegamos, desalojamos a los asambleístas y organizamos la defensa de la CGT en la Avenida Vélez Sarsfield. No hubo casi tiempo. A medias hicimos el desalojo y ya comenzó la agresión de la patota a tiro limpio... Muy pocos compañeros que estaban armados con revólveres y pistolas calibre 22', respondieron a la balacera. Un grupo a pie intentaba ingresar a los tiros, también abrieron fuego desde un auto. Pero los sorprendidos fueron ellos que no esperaban resistencia. A mí me encontró la balacera en medio del pasillo de entrada al edificio, lo único que atiné fue a darle un empujón contra la pared a "la Colorada" Eva Gruszka, su nombre real, quien era la compañera del Chacho Lewinger, y sacarla del medio del tiroteo.

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Juan Ávila, un compañero de la JTP de la construcción, que estaba atrás mío a la derecha, recibió un tiro que le perforó los intestinos. A Juan inmediatamente lo llevo el "petiso Luis" Bártoli, uno de los pocos que contestó la agresión, con dos o tres compañeros más al Hospital de Urgencias, allí no querían atenderlo a Juan porque estaba herido de bala. La consigna de los qué auxiliaron y trasladaron a Juan fue que de ninguna manera dieran sus datos personales para que no los ficharan. La falta de una inmediata atención médica contribuyó al infeliz desenlace. Lamentablemente Juan Ávila falleció defendiendo su casa, la casa de los trabajadores cordobeses, aunque él era oriundo de un pueblo riojano. Estaba casado y su joven señora embarazada. Con el tiempo lo poco que supe es que a la joven viuda se trató de ayudarla. Hace un par de años, pasé por el viejo edificio de la CGT, entré y había un conserje a quién le pregunté si sabía algo de esta historia. Me contestó que no sabía nada, no había entonces ni una pequeña placa recordando que Juan dio su vida defendiendo la CGT combativa de Atilio López y el Gringo Tosco. "El Petiso Luis", murió en la defensa del Sindicato de Luz y Fuerza como ya lo comenté. Era un compañero obrero qué venía de las FAR y se integró luego a montoneros.

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Aquí les dejo la colaboración del Negro Galíndez que cuenta desde dentro las elecciones ATE. “La Memoria histórica es una construcción colectiva en el tiempo. De hechos objetivos y subjetivos construidos con verdades relativas. A veces le sobran o faltan relatos, por esto una suma que el tiempo acumula para aproximarnos a la Verdad histórica. Es un espacio en disputa permanente, pues intervienen intereses políticos inevitables.” Esta es una reflexión reconstruida después de haber escrito cosas y luego borradas, u otras veces con él tiempo confirmadas. Trato de ser veraz, con el respaldo de la documentación correspondiente. Para empezar a relatar mi intervención en una elección, fundamental en la vida democrática naciente del año ´73. Hago una pequeña introducción de mi vida y militancia, que justifica después en el tiempo mi retorno a la vida sindical de ATE. En el 1960 ingreso como aprendiz a DINFIA (Ex IAMELuego AMC – IME. SA, hoy FAdeA SA), con 14 años.

1963

egreso como operario a DINFIA (Fca. de Instrumentos y Equipos, (FIE), fábrica instalada fuera del núcleo central, ubicada en Alta Córdoba))

1964

delegado de taller de Fca. Instrumentos y Equipos, ante ATE

1964

delegado de la Juventud Peronista de la Seccional 7ma. Córdoba Ciudad.

1965

cesanteado por ser Delegado y Peronista en el Gob. De Arturo Íllia, reincorporado por la Lucha del Sindicato ATE.

1967

cesanteado Por la Dictadura de Onganía. (Integro las Listas Negras)

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1968

ingreso a la Municipalidad de Córdoba, como Inspector de Transito.

1968 cesanteado por una Huelga. 1969 reincorporado a la Municipalidad de Córdoba, en la Policía de Tránsito. 1971 cesanteado en la Municipalidad, por actividades Políticas y Gremiales. 1973 reincorporado a IME SA, y la Municipalidad de Córdoba (Opte por la reincorporación de IME, desechando la de la Municipalidad) cuando vuelve la Democracia con el Gobierno Nacional de Héctor Cámpora. (Ley de amnistía para Cesanteados por Razones políticos o gremiales y Presos Políticos) 1973 elegido Secretario de Prensa de la Seccional Córdoba de ATE (1ras elecciones en democracia)

1973

delegado por Córdoba, junto al Secretario General de ATE, al 1° Encuentro Nacional de la Juventud Peronista, con el General Juan Domingo Perón.

1974

renuncia al cargo de Secretario de Prensa de la Seccional Córdoba de ATE. En 1972, se vivía en Córdoba, una época de exitismo colectivo, por la pronta, llegada de elecciones y posible retorno del General Perón. En el cual no estaba ajena, más la plataforma propuesta por el frente, que encabezaba Cámpora y Solano Lima, que nos interesaba, en forma particular, que era la Ley de Amnistía a Presos Políticos y Gremiales desde el ´55 en adelante. En esa época me había afincado en España, como cualquier argentino, que tenía las puertas cerradas en el País. Cuando el General de los trabajadores, hace sus valijas para la Argentina, llega y es muy bien recibido. Hago lo mismo y regreso. ¿Dónde podía militar a la causa?, me junto con los excompañeros municipales cesanteados, no teníamos

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lugar de reunión, ya que el sindicato de municipales el SUOEM, seguían los mismos dirigentes que habían facilitado las listas para que nos despidieran. Me quedaba el otro sindicato y más querido, ATE, cuyo Secretario General Héctor Ricardo Castro, habíamos tenido una buena amistad cuando éramos delegados, conocía su secretario personal el Eugenio Ferrari, que lo sabía llevar a Castro en su motoneta y cuando yo era zorro, siempre pasaban y solíamos charlar. Por lo tanto, decidí ir a ATE, donde me abrieron las puertas de par en par, con mis compañeros zorros. Pero allí el panorama cambió fundamentalmente, yo hacía más de seis años, que no pisaba ATE, no sabía nada de lo que pasaba allí adentro. Nos encontramos con un sindicato, que era manejado por la Comisión Interna del IME, opositora acérrima a Castro, este tenía la CD, con gente, con poca base y mucha burocracia. Tanto Castro, como Alcides Moyano, fueron participes del Cordobazo, no contaban en ese momento con las bases suficientes, para ganar las próximas elecciones en el gremio. El desafío era bueno, teníamos el edificio, pero teníamos que cuidarnos por estos muchachos llamados los “zurdos”. Tal era el caso, que cuando llegaba esta gente, todos corrían y tapaban lo que estaban haciendo. Entonces empezamos a poner pecho y espacio, y nos dieron una pieza al fondo donde había un mimeógrafo, que era la oficina de prensa. Allí empezamos, donde se acercaron compañeros de la JP, al tener casi la misma edad, nos entendimos sin temor. El objetivo principal era ganar las elecciones generales presidenciales, luego hacer aplicar la plataforma y entrar a trabajar a los lugares, que habíamos sido cesanteados. La otra misión era rastrear a los cesantes afiliados de ATE desde el ´55, sacamos comunicados en los diarios, boca a boca, y allí empezamos a ganar, empezó a llegar gente de

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todos los Ministerios, que ATE, tenía en esos momentos, ya teníamos algo de base. Heterogénea, pero la mayoría peronista. El sindicato se llenó de nuevo de trabajadores. En forma personal, tengo que reconocer un error, (de tantos) de una persona que fui personalmente a buscarla, y luego se me convirtió en un enemigo. Conocía un operario, que nos habían cesanteado junto en el ´67 de DINFIA, y luego habíamos puesto junto un taller de reparación en general, que, por supuesto fracasó, pero había quedado una buena relación, con éste. Bueno había que ir a buscarlo a su taller de herrería que tenía, estaba frente la fábrica de Instrumentos en Alta Córdoba. Uno de los muchachos de la JP, que era muy solidario, que yo lo tenía como JUP, me dice que me lleva en su auto creo que era un “fitito”, el compañero era “OAKY” Eduardo Huaquim, lo convencemos y luego se suma al equipo. El compañero este es Hugo Héctor Bustamante, que luego ocupa el cargo de secretario Gremial de la lista, luego sigue no sé hasta cuando, muy hábil y ladino. Otro grupo importante que se une a la comisión de cesanteados es el más pesado de todos, son los compañeros de la Resistencia, los de la Alianza Libertadora Nacionalista, caían a las reuniones con sus camperas negras y atrás gravada el Águila, y el ruido a fierros. En ese grupo tenía un amigo, que me facilito la relación, un tío, que era uno de los que ponían bombas en las Iglesias después del ´55, Humberto Páez, “EL CHINGO”, que cae preso cuando hace añicos la Iglesia Los Robles, en barrio Pueyrredón. Otro grupo era compuesto, por cesanteados en el año ´60, gente mayor que nosotros y por problemas generacionales, no simpatizan con nosotros, lo comandaba, Valerio Pinciroli, estos se juntan con, los cesanteados de izquierda, como Soro, Pacheco. Que pasan a competir y debilitar nuestras fuerzas.

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Pero ya ATE, era otra cosa, ya éramos mayoría, los muchachos de la Comisión Interna, nos miraban diferentes. Los muchachos de la JP hacían sus cosas, que muchas ignoraba, cuando hablaba con La Picha y él Eugenio, me decían, no te hagas problemas, yo me encargo de ellos, y así fue. Castro estaba entusiasmado, porque le habían ofrecido ser diputado Nacional por Córdoba, y él su equipo estaban a tope. Luego a Héctor Castro, lo bajan a Diputado Provincial, y su lugar es ocupado por el Secretario General del sindicato Sutiaga, José Lumelo, donde se dice, que Lumelo “lo pizarrea”, a Castro. Se ganan las elecciones generales Cámpora es presidente, y el 25 de mayo, su ministro del Interior, da a conocer la Ley de Amnistía. Se inician los trámites de reincorporación en los ministerios correspondientes, y en el IME, fue más rápido, y entramos a trabajar. Héctor Castro es elegido Diputado Provincial, y nos deja su cargo a quién resulte ganador en las elecciones de la seccional, teníamos que ganar, la Comisión Interna de IME, tenía todas las posibilidades de ser ellos. Quedan pocos meses, ya que las elecciones fueron fijadas para fin de agosto. Se llega a las discusiones, de la formación de lista oficial, donde, el problema quien sería el nuevo Secretario General, y de allí para abajo la Comisión Directiva. Donde los candidatos, se disputaban ambas listas, yo conocía a muchos de los compañeros posibles, pero mi ausencia durante largos años había enfriado las relaciones, pero eran gente que sabía su ideología, salvo los muchachos nuevos del sector de la izquierda, los demás eran radicales, o peronistas, que después supe que la dirigencia era del Peronismo de Base, quienes votaron en blanco, y eso nos facilitó una linda puja. Con los cesantes, pusimos varios en las listas, en lugares claves, nos jugamos por un hombre peronista,

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honesto y con militancia gremial, o sea con conocimientos a la función de Secretario General, se llama Jorge Ulla, pero no acepto, y se fue a jugar con la lista opositora, otro que quería ser, un viejo delegado llamado Hugo Cortez, que también, se fue a ocupar un cargo en la otra lista, este último fue rechazado por su personalismo, ambos tenían su prestigio y seguidores. Allí aparecen los muchachos de la JP, con un candidato, digo aparecen porque yo no participaba en las charlas o negociación con la Perra Castro, como anticipo más adelante. Un día me invitan a “Buscar” o acompañar, para ir a la casa al hombre que recomendaban los de la JP, fuimos creó un domingo, ya muy cerca de cerrar las listas, a barrio Bialet Masse, de la seccional doce, cuando sale este compañero, medio desalineado, despeinado, allí, me dio la pauta quien sería. La pinta de un trabajador, bonachón, que no pintaba para él cargo que se le ofrecía de Secretario General. Se lo acepta. Se gana la Junta electoral, y es elegido, Nieto, hermano de un compañero del grupo seguidor de la Perra. Se tenía un grupo o buffet de abogados de renombre, Norberto Chiaravino, uno de ellos, y como escribana, Lila García. La lista fue integrada por:

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De esta lista, destacamos a Moyano, Varela, Torrens, venían de comisiones anteriores, de Castro, también le respondían, Chávez, y Gualda. De Cesantes, Bustamante, Tártalos y Yo. Si analizamos la lista Azul, de las reparticiones que participaron fueron 14, contra 2, de IME y el AMC, de la lista opositora. La Lista Morada, compuesta totalmente por gente que trabajaba dentro de la fábrica, y muchos compañeros de la Fábrica de Instrumentos y Equipos, donde me integré y conseguimos hacerle un frente importante, ya que la mayoría los conocía, Ellos tenían una gran base, como miembros de la Comisión Interna de IME, No hay duda la tenían ganada, no contaron con los siguientes factores: no tenían representantes de ATE , en la lista , dentro de las reparticiones de la provincia, el trabajo y fuerza de los chicos de la JP, la llegada de nosotros los cesanteados, la mayoría de ex delegados, con experiencia, la llegada del General Perón, al país, la euforia y alegría que vivía el pueblo argentino. No se presentaba de nuevo Castro. Ellos, no sé si clasificarlos como “Clasistas”, pero si, antiperonistas, los más importantes, sus orígenes Radicales, como Farías Rubén, Alfaro José, Tristán Cornejo, De Izquierda, no sé de qué fracción, como Luis Domínguez y Pedro Lencinas, Del Peronismo de Base, voto en Blanco, Badala, Pedro Rebiglio, Peronista independientes que votaron a Perón, como Jorge Ulla, Hugo Cortez. Los demás en general compañeros trabajadores algunos delegados, que participaron integrando la lista como gauchada a los compañeros de la Comisión Interna. La lucha por ganar no fue fácil, pero al final se consiguió un triunfo extraordinario: El Frente de Agrupaciones Peronistas LISTA AZUL, obtuvo 919 votos, La Lista Morada 803 votos, una

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diferencia de 116 votos, sobre un total de 1722 votos válidos. El diario la Opinión de Buenos Aires opinaba sobre esta elección, “El 21 y 22 de agosto de 1973 en la ASOCIACIÓN TRABAJADORES DEL ESTADO Seccional Córdoba, se llevan a cabo las elecciones por la conducción de la Comisión Directiva. El Secretario General por remplazar era uno de los gestores del Cordobazo, que había sido elegido Diputado Provincial el compañero Peronista HÉCTOR RICARDO CASTRO. En unos singulares comicios se enfrentaron, la tendencia más progresista del Peronismo cordobés formada por los Legalistas y la Juventud Trabajadora Peronista que, por primera vez iba a una lucha interna gremial en la provincia contra los CLASISTAS formados por Vanguardia Comunista y el Sector alternativista de la Tendencia, el Peronismo de Base ligados a las FAP. El Frente de Agrupaciones Peronistas obtuvo 919 votos, el Clasismo 803 votos. El resultado de las elecciones en ATE tuvo su repercusión en el espectro sindical de Córdoba, los Legalistas reforzados por la participación de la JTP, que sale al cruce de las izquierdas más radicalizadas, le dio más oxígeno al Peronismo Revolucionario dentro de las 62 y la propia CGT. Quedo confirmado en los hechos lo que el Peronismo estaba esperando, dentro del mosaico ideológico sindical de la provincia con una postura que le permitía ahondar en la Doctrina Peronista y en su estrategia. Esas históricas elecciones de ATE en 1973, puso de manifiesto que la izquierda avanza en la medida que el Peronismo se burocratiza o tiene recelos o temores de asumir la realidad que dictan las bases, o sea cuando deja

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de ser la alternativa Revolucionaria de EVITA y de PERÓN.” La lucha y fogoneo de la nueva conducción no fue nada fácil, por un lado, la Burocracia Sindical de Buenos Aires, no veía con buenos ojos, estos chicos, en Córdoba, enfrentamiento total con ATE central, a tal caso, que decían que no éramos Peronistas, y nos hicieron sacar una solicitada nacional diciendo que nosotros apoyábamos el gobierno del general. Y muchas cosas más, luego nos encontramos con una protesta, de los trabajadores de IME, por mejores condiciones de higiene y seguridad, nos costó más de 300 compañeros en la calle, que se nos aplicó la Ley de Prescindibilidad, diría el compañero Díaz “Una Ley hecha para los gorilas, se aplica a los Peronistas”. Los de la Lista Morada, nos trabajaban en contra, tratando de que los compañeros trabajadores, nos enfrentaran. Su base gremial la realizaban en el SMATA, cuyo secretario General era René Salamanca. La amistad que me unía, a René, me permitió, que los hablara, y morigeraran su accionar contra nosotros en parte. (Cuando regresaba al país, del extranjero, al tomar el avión a Córdoba, en el vuelo viajaba Salamanca, charlamos la hora de viaje, y cuando, aterrizamos, sus secretarios, lo estaban esperando en sus Torinos blancos, los cuales, luego de llevarlo a él, me llevaron a mi casa). Siempre tuvimos un buen trato, respetándonos nuestras formas de pensar. Mi renuncia y alejamiento de las Comisiones de ATE El Secretario general, algunos de la comisión directiva y algunos vocales, empezaron a cambiar, hoy puedo decir sin temor a equivocarme, se burocratizaron y tomaron todas las mañas de haber sido operarios de un taller, conocer solo sus compañeros iguales a ellos, alineados a un oficio, de pronto encontrarse, con unos mangos más en el bolsillo, nueva gente, otras posibilidades, otra vida y cambiaron, dejaron de apoco su rol de hombres elegidos para defender sus pares.

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Trabajábamos de lunes a viernes y muchas veces sábados y domingos, no hay que olvidarse lo que era el ´73. Cuando llegábamos el lunes al sindicato, los comentarios de algunos miembros no eran de política gremial, ni de deporte casual, “Era de donde habían estado el viernes a la noche, luego de salir del sindicato”. Empezamos a ver los señores que hacían, se iban al club de Noche, “La Biela”, de la calle Castro Barro, donde gastaban plata, con las chicas que altercaban la noche, uno se puso de novia con una, peleándose con los demás, cuando le decían, que estas chicas lo hacían por plata, no por amor. Cientos de anécdotas así. Estos muchachos con camisa nueva, mientras ellos pasaban a despilfarrar la plata del sindicato, los otros de la Lista Violeta, estaban estudiando como trabar el accionar del gobierno y la fábrica, en un lugar llamado el Castillo, en la calle Humberto Primo esquina Avellaneda, justo en el puente. El tesorero, ya no era lo mismo, su accionar luego se comprobaría, sus sociedades, con los contadores, y su posición actual de ser macrista. Puedo nombrar a cada uno de los integrantes de la lista, que en ese momento traicionaron los principios básicos del Peronismo. Miles de patrañas, enfrentamiento por su comportamiento personal, por sus acercamientos al Consejo directivo central de ATE, su enriquecimiento personal, ver que varios compañeros que habíamos empezado esta patriada se borraban, y se dedicaban a sus cosas de los grupos que eran parte, presento mi renuncia indeclinable. No volviendo más. Esto es parte de cómo lo viví yo a uno de los procesos más lindos de mi vida. Córdoba, 16 de junio de 2017. Guillermo Galíndez

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Acción de propaganda armada en Fiat Concord. Un par de meses antes de la entrada de las tropas a las fábricas de Fiat me dice el Chacho que teníamos que hacer un acto de “propaganda armada” como FAR a las puertas de Concord y me ordena que prepare la operación. Le digo que es una locura, que los que participáramos de la operación, íbamos a ser fotografiados por la guardia de seguridad de Fiat y que era a todas luces inútil. Que hacía tiempo y por experiencia, era mucho más inteligente que los compañeros entraran los volantes o panfletos y los dejaran en los baños, así no los comprometíamos a ellos ni quedábamos “escrachados” nosotros. Pero Felipe “el Chacho” insistió que la propaganda armada era fundamental y a pesar de mi oposición se iba a realizar la operación porque era una orden… Él se encargaría de conseguir una camioneta con parlantes para hacer oír nuestras proclamas, pero resulto que al dueño de la empresa de propaganda al que habían “apretado” se olvidó de poner la batería con la cual funcionaban el micrófono y los parlantes y en el estado de nervios que se encontraba, quería pedir a la guardia de FIAT que le dejaran conectar un cable en algún enchufe para hacer funcionar la megafonía… Así que a la arenga la tuve que hacer a capela… Por suerte había testigos de la reunión, porque después del fracaso, Felipe me lo endilgo a mí y tanto su compañera, La Colorada y Pancho salieron en mí defensa. Lo peor de todo es que eso significó mi pase a la clandestinidad… Que era, en definitiva, la intención de Felipe para aislarme del trabajo gremial en superficie. A cuenta de mis discrepancias con la errónea política de nuestra dirección nacional. Una broma de mal gusto, clandestino y en Córdoba, era una situación ridícula…

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Uno de los obreros que se pararon unos segundos durante “el acto”, siempre de espaldas a la guardia de FIAT, fue Julio “el Negro” Oropel quien con el tiempo fue el tercero en el organigrama del PRT. Él Negro se acercó y nos dijo, “rajen boludos”, en un minuto esto está rodeado por el comando radioeléctrico, a quien se le ocurrió andar quemando compañeros… A propósito de esta anécdota, una noche en que las fábricas Concord y Materfer estaban tomadas, se hacia una asamblea por alguna reivindicación que no recuerdo en el patio y estaban todos los obreros en pie de lucha y esperando el resultado de las negociaciones que por parte de los sindicatos uno de los representantes era el “Viejo” Carlos Massera Secretario General de Sitrac. Mientras discutían con los patrones, en la asamblea del patio se improvisó una tarima y representantes del Partido Comunista Revolucionario, Vanguardia Comunista, Poder Obrero, y otras agrupaciones hacían uso de la palabra apoyando esa toma de fábrica, hasta que tenía que subir a hablar uno del Peronismo de Base, y el único que estaba del PB era yo. Nunca me gusto hablar en público, pero no quedaba otro, así que me subí a la tarima y empecé a hablar y se me escapo en la calentura y los nervios del momento, que no había que creerles a esos “Gringos explotadores, imperialistas h de p” … y parte de la antigua dirección del sindicato comenzó a abuchearme y silbarme. Mientras tanto la reunión había terminado con la aprobación de las mejoras que los compañeros pedían y el Viejo Massera se acercó a la tribuna y me agarraba de la manga del pantalón para que me callara y no malograra el acuerdo conseguido. Luego hablo él para apaciguar a los compañeros y dar parte del triunfo obtenido contra la patronal, con lo que se dio por finalizada la toma de las fábricas. Yo ni me percate de que estaban los canales de TV filmando, de haber sabido no hablaba ni por asomo.

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Pero lo mejor fue al otro día cuando llegue a casa de mis padres y me preguntaron si había andado cerca de la FIAT, porque alguien muy parecido a mí apareció en las noticias de la TV, sobre la toma de fábrica… Los obreros de Fiat todavía hoy recuerdan como irrumpió el mayor San Martino, disfrazado con un poncho y en sus manos con una metralleta, durante una asamblea en la fábrica, y de la que aún armado se tuvo que retirar “con la cola entre sus patas”, porque los obreros se abalanzaron en contra de él por sus amenazas. Las FAR siempre estuvieron ligadas a los Gremios de Sitrac-Sitram. Comunicado de las OAP sobre el Jefe de Policía de Córdoba, Mayor San Martino. 29/07/1971. “Para fundamentar la máxima sentencia dictada contra Julio Ricardo San Martino sólo hace falta repasar su biografía. Corono su carrera como profesional de la persecución y el encarcelamiento de los militantes del pueblo. Paso sus últimos años corriendo de su cargó en la policía de Córdoba a la Dirección de Servicios Penitenciarios. La prensa burguesa se ha esforzado en estos días por pintarle una imagen positiva; la del San Martino decente, la del hombre partidario del diálogo pacífico. Pero no se estafa tan fácilmente a un pueblo orgulloso y combativo que no ha perdido ni la dignidad ni la memoria. A este profesor de Geopolítica y Defensa Nacional lo han valorado sus alumnos de la escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Católica que en la asamblea del 22 de abril de 1971 pidieron su expulsión sin derecho a la renuncia, "por falta de autoridad moral”. (Leer diario "Córdoba 23 de abril de 1971). Lo que los estudiantes repudiaban en él, no era justamente su vocación por el diálogo: "no puede ser

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profesor universitario quien empuñe sus armas contra el pueblo", señalaron ese día. Quien no recuerda la figura de aquél sujeto de “poncho y metralleta” que el 13 de marzo se paseaba en patrullero por las callas de Ferreyra. Ni la madre de Adolfo Cepeda ni sus compañeros podrán olvidar la misma figura que se dejó fotografiar pistola en mano, la mañana del 29 de diciembre de 1970. Esa mañana había muerto en combate, Raquel Helin y a los cuatro compañeros que pelearon junto a ella les esperaban ocho días de torturas despiadadas. Julio Ricardo San Martino dirigía la policía que organizó y ejecutó ese martirio. Hasta la justicia del régimen tuvo que reconocer la evidencia de la brutalidad de los "guardianes del orden". Roberto Cornejo Yofre, magistrado de feria, ante la denuncia por apremios ilegales, solicitó urgente informe al médico forense de feria, doctor Raúl Dorrego Zunino quien constató su existencia el jueves 7 de enero. Esto hizo que el fiscal de feria, Dr. José Wamba Carmona, considerara procedente la denuncia y ordenara la investigación por lo que el Dr. Cornejo Yofre debió requerir al jefe de policía un informe sobre los hechos. Julio Ricardo San Martino respondió con la arrogancia acostumbrada, le hizo saber que él y su institución saldrían del paso de semejante inquisición, con su tradicional "espíritu de cuerpo". Pocos días después este polizonte tan esforzado cuando se trata de perseguir guerrilleros, tan rápido y decidido para reprimir manifestaciones obrero-estudiantiles, permanecía impasible ante la saña del "Escuadrón de la Muerte" que al viernes 5 de febrero atentó contra el estudio del abogado de los compañeros torturados... No hemos recorrido más que unas páginas de la foja de servicios de Julio Ricardo San Martino. Queda muy claro a quienes prestó esos servicios y a quienes enfrentó con ellos.

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Nuestro pueblo ya lo había juzgado pero los tribunales del régimen no están hechos para interpretar ni ejecutar las sentencias populares. Es que toda la justicia del sistema es tan injusta como la explotación que le sirve de sustentación. Las Organizaciones Armadas Peronistas hemos aplicado otra justicia, la Justicia Revolucionaria. No puede sorprendernos que la oligarquía, sus letrados, su prensa y sus guardianes armados, manifiesten a gritos su escándalo a intenten rebajar esta ejecución a la categoría de venganza personal. Y no engañan a nadie: ni el pueblo ni sus combatientes han elegido la violencia, simplemente han decidido dejar de padecer. Y así ejecutar a un promotor de las torturas y el asesinato, lo que quisiéramos haber liquidado es la tortura y el asesinato como método. De los enemigos del pueblo dependerá en el futuro, la cantidad de veces que este tipo de operaciones tendrá que repetirse. SOLO LA GUERRA DEL PUEBLO SALVARA AL PUEBLO. CAIGA QUIEN CAIGA Y CUESTE LO QUE CUESTE VENCEREMOS. LIBRES 0 MUERTOS JAMAS ESCLAVOS. PERÓN O MUERTE. VIVA LA PATRIA.

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La fusión de FAR y Montoneros en Córdoba. En Córdoba la fusión con los montos fue dura y no estábamos de acuerdo para nada con la dirección nuestra de cómo se desarrollaba. Los montos le colaban lo que querían “al Chacho” Arturo Felipe Lewinger que era el responsable de las FAR en Córdoba. El Chacho venía a Córdoba desde Buenos Aires, degradado por un problema de “faldas” mientras su compañera "la Colorada" estaba detenida y luego liberada el 25 de mayo de 1973 con la amnistía del presidente Héctor Cámpora. Nosotros teníamos un desarrollo mayor que Montoneros en los frentes gremial (JTP), universitario (JUP) y crecimos aceleradamente en los barrios de clase obrera (JP). Este crecimiento se debió en gran parte, a la incorporación de la mayoría de los cuadros del FEN (Frente Estudiantil Nacional) con Rodolfo Vittar cómo referente de la agrupación, que tenía una larga experiencia en el ámbito universitario y se habían desarrollado además de la universidad, principalmente en las seccionales 3ra y 5ta y 14 que abarcaban los barrios de Alberdi, Alto Alberdi, San Vicente y Argüello. También teníamos un buen asentamiento en los barrios Ferreyra, Avellaneda. demás de los barrios aledaños a la Fiat donde vivían muchos obreros de Materfer y Concord que militaban en el Peronismo de Base. En el frente gremial participamos del Viborazo cómo Peronismo de Base. Sin embargo, toda la planificación de la pueblada fue realizada por la columna sindical de las FAR, hasta en el más mínimo detalle. Y luego acordamos con “El Negro Carlos Germán” de la dirección del PRT, la división de los grupos para hacer más efectiva la resistencia en los barrios. De eso recuerdo que

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los únicos que se oponían a ir al centro, éramos nosotros los del PB. Porqué el centro estaba tomando por las fuerzas represivas y nuestra propuesta era la de hacernos fuertes en nuestros lugares naturales, los barrios donde vivíamos, y de esa forma combatir a las fuerzas represivas que necesariamente tenían que dispersarse por la gran cantidad de frentes que abrimos. Hay una locomotora de ferrocarril semi quemada todavía como recuerdo del Viborazo. En un diario de esos días aparece una foto de “El diente” un sanjuanino de las FAR, arriba de la locomotora con una molotov encendida… El 12 de marzo de 1971, viernes, estaba convocada una “huelga general”. Hacía pocos días había sido nombrado interventor federal José Camilo Uriburu que, a los pocos días de asumir, en la Sociedad Rural de la ciudad de Leones, capital provincial del trigo, hizo un discurso antológico, dónde dijo que en la ciudad de Córdoba anida una “víbora venenosa” y le pide a Dios que sea él quien le corte la cabeza de un solo tajo… Esta burrada enardeció más a todos los que se manifestaban en los barrios y en Ferreyra, en las cercanías de la FIAT, fue abatido un joven obrero metalúrgico que militaba en PB. El domingo 14 salió de la casa de sus padres en el Barrio Ituzaingó hacia el Cementerio de San Vicente el féretro con el compañero Adolfo Cepeda. La familia nos pide que nosotros los del Peronismo de Base, que ayudemos a llevar el féretro y mientras lo transportábamos, se acercó un miembro del PRT, quien oportunistamente pone una bandera del ERP sobre el cajón. Al otro día apareció la foto en los diarios como si fuera un combatiente de ellos, siendo que Adolfo Cepeda era del Peronismo de Base… De allí, por la foto, en la que se ve que era uno de los que transportaban el cajón del

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compañero caído, quede marcado como perteneciente al PRT… Por lo de la “víbora” la picardía cordobesa llamo a esa pueblada como “Él Viborazo”. El 16 de marzo renunció el interventor Uriburu y siete días después el presidente de facto, el General Roberto Marcelo Levingston, asumiendo el General Agustín Lanusse la presidencia de La Nación. Al momento de la fusión, la JTP que adhería a las FAR contaba con compañeros/as en los sindicatos de Fiat, SMATA, ATE, Prensa, Empleados públicos, Suoem, Bancarios, Comercio, Enfermeros, Aoma, Pasteleros, Visitadores médicos, también teníamos compañeros en el gremio del Caucho, en Luz y Fuerza, Grandes Motores Diésel, Perkins, UTA, UOCRA, Docentes, no Docentes, de los que recuerdo. El ganar esas elecciones en ATE nos permitió acceder a la conducción de la CGT ocupando la Secretaría de Prensa. También teníamos compañeros en los gremios de Obras Sanitarias. La agrupación mayor era la de Municipales que dirigía Héctor "Polo" Gómez, que contaba con más de 60 compañeras/os. Aquí quiero rendirle homenaje al “petiso” Luis Bártoli que era obrero de la construcción y miembro de la célula de las FAR en ese gremio. Luis Bártoli murió con el arma en su mano defendiendo el Sindicato de Luz y Fuerza del que Agustín Tosco era su Secretario General. Cayó en la escalera de la entrada del edificio de la calle Deán Funes, repeliendo un ataque de la derecha sindical Peronista. Nadie lo recuerda ni lo mencionan cuando se refieren a ese hecho, y allí murió por ser consecuente como obrero, Peronista y Revolucionario defendiendo a sus compañeros de clase. El escaso conocimiento de la realidad de la Córdoba combativa por parte de nuestra

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dirección hacía que nuestra resistencia al acuerdo de la fusión se debiera a que no nos sentíamos representados en la nueva estructura organizativa que se iba conformando. Lo explicitamos así con el Fede (el segundo responsable de las FAR en la regional en ese entonces), con quien fuimos a dos encuentros con los representantes de los montos que resultaron ser Mario Eduardo Firmenich y Elbio Alberione. Las dos reuniones fueron por nuestra oposición a ir bajo la bandera de montoneros a Ezeiza. Esta oposición a ir juntos bajo la bandera de “los montoneros” me costó muy caro... Por esto y otras “desobediencias” …. Como oponerme al ajusticiamiento de José Ignacio Rucci… No me lo perdonaron jamás, y luego obraron en consecuencia el día que se hizo el asado por la fusión de las organizaciones Fuerzas Armadas Revolucionarias y Montoneros el 17 de octubre de 1973. El Acta de fusión se firmó el 12 de octubre del 73. Pero no nos adelantemos...

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El viaje a Ezeiza. Cómo nuestra tozudez, la del Fede y mía, no permitió que fuera “una sola columna” a Buenos Aires, sino que cada organización llevará su gente, (aunque viajáramos juntos en el mismo tren que conseguimos luego de tomar la Estación del Ferrocarril Mitre), pero con "mandos" diferentes. El objetivo era demostrar que nuestro poder de movilización era superior al de los Montos, para así hacerle ver a la dirección que los engañaban en cuanto al número de compañeros encuadrados en cada organización. Lo que luego se vería reflejado en la conformación de la nueva dirección en la regional. (Perdimos como locos...) Cuando íbamos al segundo encuentro con el Pepe Firmenich y el Gringo Alberione, Federico me preguntó si estaba seguro de lo que hacíamos porque nuestra dirección (Roberto Quieto, Marcos Osatinski y Julio Roqué), estaban muy “calientes” con nosotros y ni hablar de la calentura de la dirección de los montos. Mi respuesta al Fede fue lacónica, si no lo hacemos así, los compañeros, que todos estaban al tanto de lo que sucedía, nos verían como si no hubiéramos defendido los años de militancia de todos ellos y cómo una traición. Para nosotros no era un problema de quien "manda más” y se queda con la manija. Era un problema de verdad y equidad. Federico se quedó pensando mientras caminábamos al lugar de la cita, y al rato dijo: "encuentro correcto lo que hacemos, mantenemos nuestra postura, pero nos traerá problemas a los dos, ya me lo anticipó Felipe “el Chacho” Lewinger"… Para poder ir al encuentro del General en Ezeiza, necesitábamos medios de transporte. Fue así como estando en la calle 9 de julio al 800, (allí funcionaba el local del Sindicato de empleadas del hogar),

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recibimos la orden del Chacho Lewinger de buscar los medios para desplazarnos. Digo que recibimos porque estaba con un Compañero bancario que era monto, con quién nos entendíamos muy bien, Francisco "el Pelado" Yofre. Hago la diferencia entre FAR y montoneros, debido a que se estaba todavía en el proceso de fusión que recién se concreta el 12 de octubre del año 1973. Siendo que ya existía un mando único a nivel de la dirección nacional desde hacía tiempo. (El Pelado Yofre en un libro reciente tiene otro relato de cómo fue la toma del Ferrocarril Mitre, yo transmito los hechos como recuerdo y tal cual los viví, y los “recibos” que di a cambio de que me fueran entregadas las armas de los guardias, están incorporados a la denuncia que hizo el Jefe de la guardia del Ferrocarril Mitre ante la Policía y luego ante los juzgados). Todos los “recibos” tienen estampados los dos sellos. El de la Secretaría de Estado de la Gobernación y el del propio Secretario de Estado Dr. Dall’Aglio que, por supuesto no tenía ni idea de lo sucedido, tampoco el Gobernador ni el Vicegobernador.

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La toma de la estación del Ferrocarril Mitre. Sobre las 23 horas nos presentamos con el Pelado Jofre en la estación terminal del Ferrocarril Bartolomé Mitre, pedí hablar con los responsables de la estación y también con el de la guardia de seguridad. Nos presentamos como miembros de la Juventud Trabajadora Peronista, JTP. Al primero le pedimos que montara un tren lo más largo posible para ir a Ezeiza al otro día. Nos replicó que eso era imposible, que quienes éramos nosotros para hacer un pedido tan descabellado, que tendría que hablar con sus superiores. Al pobre hombre no le dio un infarto de casualidad. Pero cuando entendió que la cosa era en serio, comenzó a solicitar los permisos necesarios, mascullando entre dientes que solo lo lograría si Dios hacia un milagro. La primera parte del objetivo estaba lograda, o en camino de resolverse... Luego entró a la sala donde nos habían hecho pasar, el "jefe de la guardia". Volvimos a identificarnos como miembros de la JTP y nos replicó que abandonáramos de inmediato la estación del Ferrocarril. Allí recurrí a mi imaginación, le dije que teníamos que evitar un enfrentamiento que manchara con sangre la fiesta de ir a esperarlo al General Perón… Que nuestros compañeros estaban apostados con armas largas esperando la menor resistencia para entrar en acción. Cosa que podía ser probable… aunque no fuera para nada cierta…, y que además nos tenía que hacer entrega de todas las armas que hubiera en la estación. El pobre funcionario no salía de su asombro, en su cara se expresaba incredulidad, bronca, pero ante la duda dijo que hablaría con sus superiores y volvería a darnos una respuesta.

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En el momento que se fue el jefe de la guardia, le pedí al Pelado que fuera a buscar refuerzos y que vinieran calzados..., o sea armados. A todo esto, ni el Pelado Yofre ni yo estábamos armados... Ni una "hojita de afeitar" teníamos encima... A los pocos minutos volvió el jefe de la guardia y me dijo que se ponía a mis órdenes. Pero que lo de entregar las armas, ni soñarlo. En ese momento, le dije que entendía que lo mismo sucedía en otros puntos del país y que así se lo habían comunicado... Confirmó con un cabezazo y le pedí que tome asiento. Ya más relajado me preguntó si aceptaba un café a lo que agradecí sin dudar, llevaba más de 24 hs sin dormir. La noche anterior fuimos citados los representantes de la JTP a “La casa de las tejas”, la antigua casa de gobierno de la provincia de Córdoba. Nos citaron porque tanto el gobernador Doctor Ricardo Obregón Cano y el vicegobernador Atilio López querían hablar con nosotros. Estuvimos esperando unas dos horas o más, en el despacho del secretario general de la gobernación de apellido Dall'Aglio a quien jamás vi, ni conocí. Después de tan larga espera vino un empleado a decirnos que podíamos irnos, que disculpáramos, pero la reunión había terminado sin nuestra comparecencia. Nunca se me informó que se trató en la misma, ni quienes participaron. Pero antes de irme, me apropie de dos sellos que estaban sobre el escritorio del Secretario General de la Gobernación. Uno con el sello de la Secretaría, el otro con el nombre del Dr. Jorge Dall’Aglio. Durante la toma del Mitre los llevaba conmigo porque no había vuelto a casa ni a darme una ducha. Así que mientras tomábamos café los dos solos con el jefe de la guardia, le dije que podíamos encontrar una

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solución, y llegamos a un acuerdo que a él lo liberaría de los problemas que le acarrearía darnos el armamento. Por cada arma entregada yo le daría un recibo con el sello de la Secretaría General de la Gobernación, además el sello propio del Dr. Jorge Dall’Aglio y se lo firmaría con mi nombre y apellido que figuraban en la libreta de enrolamiento extendida a nombre de “Carlos López” con mi foto y por supuesto trucha... Al buen hombre se le iluminaron los ojos, vio una salida airosa al lío en que lo habíamos metido. Salió cómo un bólido a comunicárselo a sus superiores y acordamos con él, que sería el primero en entregar su arma, yo le daría el correspondiente certificado o recibo sellado y firmado… Y así a todos los guardias de la estación respectivamente. También me pidió si podíamos devolver las armas cuando partiera el tren a lo que me comprometí. Él se volvió a retirar a su oficina para comunicarlo a sus superiores y a los agentes bajo su mando. El pelado Yofre regresó y mientras le contaba lo sucedido llegó “mi jefe”, el Chacho Lewinger, quién me pidió que le informará de la situación porque él se hacía cargo de la operación... Le relate lo sucedido, en ese momento tocaron a la puerta y entró uno de los guardias a “dejar en custodia”, según sus palabras, una ametralladora. Rellené el recibo, firmé e intercambiamos "el papel" por "el fierro". Las armas que requisamos fueron unas 20 en total, entre revólveres y pistolas sumaban 18, más 2 ametralladoras, una PAM y una UZI. Cuando el último guardia entregó su arma. Le pedí permiso al Chacho para irme a dormir... No sin antes quedar con el Pelado Yofre para repetir la misma operación el día siguiente, pero en la estación del Ferrocarril General Belgrano ubicada en Alta Córdoba. Aquí creo que debo aclarar, aunque sea tarde, que nadie más que el que esto escribe, fue el único responsable de

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lo sucedido, lo pongo blanco sobre negro porque en el exilio me enteré de que mi acción les provocó problemas a varios compañeros como Rody Vittar y a miembros del equipo de gobierno de Obregón Cano, Atilio López, y al Dr. Jorge Dall’Aglio. Por estos hechos fue abierta una causa judicial. No pude cumplir con la palabra dada de devolver las armas incautadas, no me lo permitieron. Las armas quedaron para la organización. El viaje a Buenos Aires lo hice como corresponsable de la columna de las FAR, El Fede era el responsable y se hizo cargo de los ómnibus. La responsable de Montoneros era "La gorda Tita, compañera de Elbio “el Gringo” Alberione. El tren que “conseguimos” en la estación Mitre fue el que nos llevó a destino. 15 vagones, con una locomotora adelante y otra atrás. La orden que teníamos las dos columnas eran de bajar en la estación “Miguelete”, allí paró el tren y los compañeros agrupados por las FAR bajamos, formamos una larga fila y nos quedamos esperando que los agrupados por los montos hicieran lo mismo. Eso no lo veríamos nunca... Sus órdenes, según la "Gorda Tita", compañera del Gringo Alberione, eran continuar hacia la estación de Retiro en pleno centro porteño. Sin embargo, los ómnibus nos esperaban allí, en la Plaza de “Miguelete”, para acercarnos a Ezeiza... De esa manera resulto imposible comprobar quien llevó más compañeros al encuentro con nuestro Líder. Qué el lector saque sus propias conclusiones. Volver a relatar lo que vivimos allí en Ezeiza es doloroso. Habíamos recibido la orden de no ir armados. Solo los responsables de las columnas podíamos llevar un arma corta. Las armas largas, aunque pocas estaban en el famoso bus que nunca logro avanzar hacia el palco en la Avenida Ricchieri.

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La dirección Nacional de Montoneros era totalmente consciente desde tres días antes, de lo que nos esperaba en el Palco, desde donde supuestamente hablaría Perón a los más de tres millones de peronistas que habíamos ido para festejar el regreso del líder a la Patria. Teníamos interceptadas la red de emisoras del Automóvil Club Argentino por las que Osinde y Cía, se comunicaban, de lo que se ocupaba un equipo dirigido por Rodolfo Walsh. Además, que Gelbard, Ministro de Economía de la Nación en persona se los había comunicado a nuestros jefes... La dirección nacional sabía perfectamente el poder de fuego que tenían Osinde, Norma Kennedy, la Juventud Sindical y los matones de la CGT de Rucci. También sabían que Perón descendería en la base Aérea de Morón y no en Ezeiza. La dirección, a sabiendas, nos llevó como ganado al matadero porque querían generar un hecho político de enorme magnitud, para marcarle el territorio al mismo General Juan Domingo Perón. Era una demostración de fuerza, de la capacidad de movilización que teníamos. Ya hacía tiempo que querían medir fuerzas con el propio líder del movimiento nacional. El costo en vidas era lo de menos… para Carolina Natalia. (Carolina Natalia era en la jerga de la orga… La Conducción Nacional). Siempre me pregunté si era posible realizar otro tipo de acto, para evitar el enfrentamiento con la derecha peronista. Pero sabiendo lo que nos esperaba, ¿porque ir entregados, atados de pies y manos, sin posibilidades de responder con una mínima capacidad de fuego.?… Porque el plan era precisamente ese, llevarnos al matadero. Este fue un gravísimo error de la conducción nacional, a mi entender… Y no fue el primero, de la larga lista que

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hizo que perdiéramos todo el apoyo de la clase obrera y las capas medias de la sociedad. El primer gran error fue el de exacerbar las contradicciones apenas asumido el gobierno del Dr., Cámpora, que fue la causa de la efímera “primavera camporista”. En vez de insertarnos en el aparato del estado, la conducción llamó a la toma de las universidades, fábricas, locales partidarios, radios y un largo, etc. La dirección se confundió, no éramos los soviets del 17 que derrocaron a los zares. Era el gobierno popular al que boicoteábamos. Se creían que teníamos el poder al alcance de la mano. Nuestras acciones iban en contra del gobierno popular recién constituido. Luego la misma equivocada lectura de la realidad fue la que llevó a cometer los errores de Ezeiza, Rucci y el abandono de la Plaza de Mayo que significaron el principio del fin, o el fin del principio. Además del paso a la clandestinidad, dejando a la buena del destino a miles de compañeros que trabajaban en los diferentes frentes de superficie. Luego las dos contra ofensivas que fueron el culmen de la locura foquista. El regreso de Ezeiza fue calamitoso. Los que fuimos en el tren del Mitre, no teníamos como regresar a Córdoba. Con el Pelado Baretta fuimos a la estación de Retiro y allí nos recibió una patota de la Juventud Sindical que estaban armados hasta los dientes. Salimos vivos de milagro, tuvimos que decir ante sus preguntas que nosotros éramos “peronistas de Perón”. Pero no nos dieron ninguna opción de regresar en tren a Córdoba. Así fue como la única solución que encontramos, fue la de ir a los garajes de las grandes empresas de ómnibus y

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pedirles nos hicieran “el favor” de poner los micros a nuestra disposición para poder regresar. Para ello nos dividimos en grupos y así retornamos a “la docta”. Otros compañeros volvieron en ferrocarril, simplemente esperaron a que salieran diferentes trenes que tenían a la ciudad de Córdoba como destino, o que tenían allí una parada en su camino a otras provincias del Noroeste y norte Argentino.

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Elecciones Presidenciales del 11-03-1973. Al abrirse la veda impuesta por la dictadura de Lanusse, comenzó la campaña electoral para las elecciones presidenciales del año 1973, empezó el sábado 20 de enero, que se extendió hasta el jueves 8 de marzo del año 1973. La fórmula nacional del Partido Justicialista PJ, peronista, apoyado por un gran frente electoral denominado FREJULI, eran Héctor José Cámpora a Presidente de la Nación y Solano Lima a Vicepresidente. En Córdoba eran el Doctor (odontólogo de profesión) Ricardo Obregón Cano y el Secretario General de la CGT, a la vez Secretario General de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) Atilio López, representando al PJFREJULI, luego de haber ganado las elecciones internas para Gobernador y Vice dentro del Partido Justicialista, en ajustada puja con la derecha peronista representada por Julio Antún y Alejo Simó, con el apoyo de Raúl Bercovich Rodríguez. Fueron los primeros comicios en los que el peronismo o justicialismo pudo presentarse libremente desde su derrocamiento el viernes 16 de septiembre de 1955 por la mal llamada revolución libertadora. Una componenda civil, clerical y militar para derrotar al gobierno popular del General Perón, que contó con el total apoyo del Partido Radical, muchos de cuyos militantes eran los “comandos civiles”. Y del clero reaccionario cordobés. La elección provincial en Córdoba el distrito donde el peronismo obtuviera su resultado más estrecho en las elecciones de 1951, y donde se inició el golpe de estado que lo derroco, fue sumamente ajustada entre los candidatos Ricardo Obregón Cano, del Partido Justicialista, y Víctor Martínez de la Unión Cívica Radical del Pueblo. Debido al sistema impuesto por la dictadura mediante el Estatuto Fundamental Temporario, se

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incorporó a las elecciones presidenciales y provinciales el sistema de balotaje, que preveía la realización de una segunda vuelta entre los candidatos que superaran el 15% de los sufragios si ninguno de los candidatos superaba el 50% de los votos en la primera vuelta. En la primera vuelta de las elecciones, Obregón Cano obtuvo la primera minoría con un 43.77% contra el 42.81% de Martínez, superándolo por tan solo 11.103 votos. Se realizó entonces una segunda vuelta electoral entre ambos, con Obregón Cano accediendo a la gobernación de Córdoba por un margen algo más holgado, del 53.84% de los votos contra el 46.16% de Martínez. En el plano legislativo, en la Cámara de Diputados el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI) obtuvo 19 bancas contra 17 de la Unión Cívica Radical. En el Senado Provincial, al FREJULI le correspondieron 26 escaños, y a la Unión Cívica Radical 16. El Gobierno Popular de Obregón Cano y Atilio López no llegó a terminar su mandato constitucional, porque fue derrocado por un golpe de estado ejecutado por la policía provincial, denominado “el Navarrazo” con la ayuda directa de la Policía Federal y el beneplácito del General Perón el 27 de febrero de 1974, aun estando en vigencia el gobierno constitucional. Para las elecciones, tanto Obregón Cano como Atilio López nos piden ayuda para la campaña, cosa que aceptamos sin ninguna duda. Las arcas del PJ estaban vacías y solo se contaba con ayudas esporádicas de ciertos grupos afines al peronismo. Así fue como un día nos reunimos con el Fede y fuimos a encontrarnos con los candidatos, Obregón y Atilio. Sólo nos vimos con Obregón Cano porque Atilio estaba ocupado en la CGT y el Fede me entrega a mí un sobre con 3.000.000 millones de pesos que le hago entrega al futuro Gobernador como una contribución de las FAR a la

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campaña, mientras caminábamos por una calle aledaña a la sede del Partido Justicialista. El hecho de que fuera yo el que le entregara el dinero, fue porque gran parte de los compañeros sindicalistas, veían en la JTP, una amenaza a sus intereses de continuar con “la burocracia” que los mantenía, y al ser el responsable de la columna gremial de la JTP, lo que para ellos era un peligro latente. Como JTP presentamos nuestros candidatos, ya que por la edad que teníamos muchos, no era posible nuestro nombramiento a diputados, mucho menos a senadores. Éramos muy jóvenes… Al confeccionar la lista, me equivoque, proponiendo al hermano de Domingo, “el Gringo” Bizzi, exsecretario adjunto de SITRAC, el contador Miguel Ángel Bizzi, para que fuera candidato a Diputado Provincial por la JP y que resultó electo. Miguel Ángel Bizzi se volvió “verticalista”, y durante el Navarrazo se dio vuelta y paso a la oposición junto a otros ocho diputados de “la tendencia” como se denominaba eufemísticamente a quienes adherían a la JP. Igual que “el Pelado Mussa”, les faltaba tiempo y palabras para declararse más peronistas que Perón, traicionado el mandato que habían recibido atravez del voto popular.

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El 25 de mayo de 1973. El día de la asunción del gobierno de la fórmula Cámpora Solano Lima a nivel nacional, y Obregón Cano y Atilio López a nivel local, nos congregamos unos 3.000 compañeros en la Plaza Vélez Sarsfield (hoy plaza Agustín Tosco) para ir a la cárcel de Encausados donde estaban detenidos nuestros compañeros, con el objetivo de no cesar la manifestación hasta lograr su libertad. Formamos las columnas que se identificaban con sus respectivas pancartas, e iniciamos la marcha por la Avenida Vélez Sarsfield hacia barrio Güemes donde estaban alojados nuestros compañeros en La Cárcel de Encausados. Era una marcha pacífica y alegre que su intención era la de liberar a nuestros héroes, los presos políticos de la dictadura del General Agustín Lanusse. Pero nada iba a ser “miel sobre hojuelas” ya que, al pasar por el cuartel de la Gendarmería Nacional, dos compañeros de la Juventud Peronista, o del Frente Villero, no tuvieron mejor idea que subir, como si fueran émulos del “hombre araña”, por la pared, intentado apropiarse de las Banderas Argentinas que ondulaban en sus mástiles. Los guardias armados de la gendarmería ya les apuntaban con sus ametralladoras, a viva voz les decían que si tocaban las Banderas abrirían fuego sin dudarlo. Nosotros también les gritábamos que cesarán en el intento, pero el retumbo de los tambores y los cánticos de los compañeros contra los gendarmes hacían subir la tensión y antes de que ocurriera una desgracia decidimos entrar a parlamentar con el jefe de gendarmería. (Tomando la precaución de dejar nuestras armas antes de acercarnos a la puerta principal). Llamamos a la puerta con el Pelado Yofre, “el Hippie” apodo de Juan Morales Mindt, y algún compañero más que no recuerdo.

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Nos identificamos como los responsables de la JTP y le dijimos que queríamos arreglar la situación que se estaba produciendo antes de que terminara en una masacre. Inmediatamente nos hicieron pasar al despacho del comandante quien se presentó y nos pidió que hiciéramos lo mismo. También nos ofreció tomar asiento a lo que le agradecí y le dije que no lo haríamos por encontrarnos en “territorio enemigo”. Uno de los oficiales echo su mano a la cartuchera para desenfundar por la bronca que le produjo mi respuesta, pero ante una señal de su jefe, se tragó la bronca. El jefe respondió preguntando el porqué de mi aseveración de que las fuerzas armadas eran enemigas del pueblo. Le dije que “nuestro ejército” era el ejército del Chacho Peñaloza, de Facundo Quiroga, de Felipe Varela, del General San Martín, del General Belgrano, de Savio y de Mosconi, y de los héroes de 1956 como el General Valle que fue fusilado por apoyar al General Perón que había sido dos veces presidente por mandato de las urnas en elecciones libres y sin proscripciones. Pero que el motivo por el que estábamos allí era evitar que a los dos pibes que querían las banderas como trofeo, los mataran y así poder seguir con nuestra marcha. Nosotros nos comprometíamos, en el caso que lograrán bajar las banderas, a devolvérselas. El comandante puso en duda nuestra palabra porque no creía que fuéramos a cumplirla y le replique que se quedara tranquilo que nosotros si cumplíamos lo prometido, no como ellos que faltando a su juramento de respetar la democracia daban golpe de estado, tras golpe de estado sin ningún respeto por la Constitución y las leyes. Aceptada nuestra propuesta, el gendarme nos preguntó si queríamos sacarnos una foto con ellos como símbolo de amistad a lo que nos negamos de plano. A continuación, le dije que nos retirábamos porque se acababa el tiempo

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que habíamos establecido con los compañeros que esperaban fuera para volver con ellos y continuar nuestra marcha. La bronca de los milicos era incontenible por momentos, sus miradas de odio eran el preludio de lo que luego ocurrió un par de años después. Al salir logramos que los pibes bajaran y seguimos nuestra marcha hacia la “Cárcel de Encausados”, en Barrio Güemes de la ciudad de Córdoba. Al llegar, rodeamos la cárcel por los cuatro costados, el grueso de las columnas se apostó frente al pabellón donde estaban alojados los compañeros y frente al portón de entrada. Los compañeros hablaban desde sus ventanas, mientras nosotros les contestábamos con cánticos y retumbos de bombos, tambores y tamboriles. Todos estábamos embargados de una profunda emoción, era el broche final a tantos años de lucha, de resistencia, de compañeros muertos, presos, torturados en aras de volver a la democracia y el retorno del General Perón, para así poder retomar el camino iniciado el 17 de octubre del 45, y hacer efectivas las “Tres Banderas” de nuestro movimiento: “Justicia social, soberanía política e independencia económica”. A medida que transcurría el tiempo, la ansiedad subía y con ello el nerviosismo, porque se tenía que reunir el Congreso de la Nación en Buenos Aires para aprobar la Ley de amnistía, que luego tendría que ser firmada por el presidente recién asumido, y los ministros recién nombrados. La presión que nuestros compañeros de la Juventud Trabajadora Peronista, Juventud Peronista, Juventud Universitaria Peronista, Movimiento Villero Peronista, la Unión de Estudiantes Secundarios, la Rama Femenina y también los compañeros del Peronismo de Base y las FAP y otras organizaciones populares, además de los compañeros del PRT-ERP, PCR, VC, y un largo etc., ejercíamos sobre las autoridades carcelarias, la situación

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estaba al rojo vivo, hasta que saltándose los pasos legales llegaron las órdenes al servicio penitenciario nacional y a los provinciales de dejar en libertad a todos los Presos Políticos. Tocábamos el cielo con nuestras manos, los compañeros estaban en libertad. Lo habíamos conseguido.!!!

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El reencuentro. Al poco tiempo de esa gloriosa jornada del 25 de mayo, recibo una cita, me dicen que era un asado y que tendríamos una sorpresa. Y vaya sorpresa que nos dieron. El asado era para reencontrarnos por primera vez con los compañeros y compañeras recién liberados. Estaban Pancho Ribas, Negrito Arrascaeta, Héctor Pedro Pardo, “el flaco Alcides”, Julián (Mateo o Ivan) Roque, el Jote Konkurat, los sobrevivientes de la Masacre de Trelew, Alberto Camps y María Antonia Verger, y un grupo de compañeros y compañeras de la organización. Estábamos en una casa con patio de tierra; tiene que haber sido una casa operativa porque allí no sobraba nada. Varias pilas de ladrillos y unos tablones para sentarse y algunas sillas que tuvieron mejores épocas. Habíamos conformado un círculo, nos íbamos cambiando de sitio para alternar con los diferentes compañeros mientras circulaban dos mates, uno amargo y el otro dulce. Los recuerdos y las bromas escondían el dolor por los que no estaban… En momento cruzamos nuestras miradas con “la Gabi” María Antonia Verger, se vino hacia mí y nos fundimos en un largo abrazo. No podíamos hablar de la emoción. Estuvimos un rato así hasta que nos saludamos y afloraron los recuerdos del Combate de Ferreyra dónde habían caído heridos y luego rematados en el suelo, su compañero el Tim Villagra y nuestro comandante Carlos Enrique Olmedo. En el enfrentamiento cayeron además el Gringo Peressini de las FAP y “Serrucho Baffi” y Miguel Ángel Castillo de las FAR.

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María Antonia Berger.

Militantes del peronismo revolucionario uno por uno. De Roberto Baschetti. BERGER, María Antonia. Nacida el 9 de septiembre de 1942 en Capital Federal. Socióloga. Fue una de las fundadoras de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y formó pareja con Agustín Luis Villagra hasta que éste fue abatido por la policía provincial cordobesa en 1971. Participa del copamiento de la ciudad de Garín (provincia de Buenos Aires) el 30 de julio de 1970 como supervisora de la operación. También forma parte del asalto a un camión militar con armas en Ruta 8 a la altura de Pilar, el 29 de

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abril de 1971, acción en la que muere el teniente del Ejército Mario César Asúa. El 20 de octubre de 1971 interviene en la expropiación de armas del soldado Dufour del Regimiento de Infantería Aerotransportada 14 a quien se despoja de un fusil automático liviano (FAL), cuatro cargadores y un cuchillo. Luego es detenida en Córdoba el 3 de noviembre de 1971, luego del Combate de Ferreyra, y recluida en la cárcel de Rawson, Chubut. Es protagonista de la fuga fallida de ese penal y del posterior escarmiento de los marinos, que da lugar a lo que se conocerá como la “Masacre de Trelew” cuando prisioneros políticos desarmados e indefensos son asesinados a balazos dentro de la Base Aeronaval “Almirante Zar” como represalia por la fuga parcial acaecida. María Antonia es baleada y luego rematada en la puerta de su celda, pero logra sobrevivir y escribir con su propia sangre en una pared “LOMJE” abreviatura de “Libres o Muertos. Jamás Esclavos”. Como recuerdo imborrable de ese intento de asesinato llevará por el resto de su corta vida un impacto de bala en el maxilar inferior del lado derecho. Es trasladada a la U-2 de Villa Devoto. El 26 de mayo de 1973 sale en libertad por la amnistía presidencial y la presión popular. Su primera aparición pública será el 17 de agosto de ese mismo año, cuando en el Barrio santafesino y sabalero de Santa Rosa de Lima hace uso de la palabra en un homenaje al general San Martín. El 12 de octubre asiste al acto de unidad de FAR y Montoneros bajo este nombre. El año 1974 la encuentra en la organización de la “Agrupación Evita” de la Rama Femenina. Para 1976 es secretaria de organización de la columna Oeste montonera del Gran Buenos Aires. El 16 de marzo de 1977 a las 9 de la mañana su padre: Juan (médico de 70 años) y dos caseros que habitaban la finca, son asesinados por las FF.AA. cuando asaltan la

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vivienda que habitaban, en Lavallol, provincia de Buenos Aires. Los dictadores querían imponerse con el terror. María Antonia ese mismo año (1977), viaja a Cuba como representante de Montoneros con el grado de Oficial 1°. Del exilio vuelve a la patria para sumarse una vez más a la lucha contra la dictadura militar. Hace conocer una carta pública (29-7-79) a las madres de secuestrados y desaparecidos: “Compañeras: sé que en ustedes está la fuerza para seguir adelante. Cuando las fui conociendo a través de compartir la lucha con vuestros hijos supe que, aquellas banderas que ellos quisieron y quieren llevar a la victoria, ustedes las recogieron y las levantarán hasta que se acaben los crímenes y la miseria a la que todavía sigue condenado nuestro pueblo. Quiero que sepan que estamos orgullosos de nuestras madres y mujeres. Estaré al lado de ustedes en todo momento y espero llegar a todas para llevarle nuestra solidaridad y las necesarias palabras de aliento que tanta falta nos hace. La cita es como siempre: los jueves en la Plaza” y firma como secretaria adjunta de la Rama Femenina del Movimiento Peronista Montonero. Casi tres meses más tarde fue acorralada por las fuerzas dictatoriales y represivas y peleó valientemente hasta el final; no se entregó con vida. Dicen que fue llevada muerta a la ESMA en consonancia con su nombre de guerra, en “Soledad”. Ocurrió el 16 de octubre de 1979. Una vuelta de tuerca en este relato. Orlando “Nano” Balvo, militante de Juventud Peronista, luego del Peronismo de Base y por último del Partido Peronista Auténtico, es el personaje central de un hermoso libro escrito por Guillermo Saccomanno, titulado “Un maestro” y editado por Planeta en 2011. En el mismo, este compañero peronista, relata su encuentro en Roma, Italia con María Antonia Berger durante su exilio y sobre el trágico final de ella relata que

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“En tanto, en Buenos Aires, los milicos reconocieron a María Antonia, la cercaron en una casa. María Antonia buscó negociar a los gritos. Se identificó: ‘Soy María Antonia Berger. Me entrego’, gritó. Salió. Tiró la pistola. Los milicos se le fueron encima. Y volaron con ella. María Antonia se había cargado el cuerpo de granadas”. Es un final distinto al que se conocía hasta ahora. “Militantes del peronismo revolucionario uno por uno”. Autor: “Roberto Baschetti”.

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Carta manuscrita del Dr. Gustavo Roca a Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde, los tres defensores de Presos Políticos. Aporte de Manuel Roca, hijo de Gustavo.

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Aquí les dejo la visita de los sobrevivientes de Trelew a la Facultad de Ciencias de la Información en Córdoba.

Escuela de héroes. Por Tomás Fernández y Sathosi Higa * La noticia de los fusilamientos en Trelew ponía una vez más a estudiantes y trabajadores colmando las calles de Córdoba, convocados ante un gobierno militar que cometía una masacre sin resguardo: la ejecución a mansalva de 16 militantes presos después de un intento de fuga del penal de Rawson. El panorama político mostraba, por un lado, a un teniente general Alejandro Agustín Lanusse debilitado, buscando el Gran Acuerdo Nacional de apertura democrática. En Córdoba, Camilo Uriburu renunciaba a su cargo como interventor de la Provincia y el gobierno universitario seguía perdiendo legitimidad desde el Cordobazo. La aplicación de exámenes de ingreso buscaba contener la ola estudiantil en crecimiento desde el fuego del 69, momento en que un sector se reveló cambiando la forma de hacer política. Los estudiantes de la recién creada Escuela de Ciencias de la Información (ECI) no serían ajenos a semejante hecho. Si bien la apertura de la escuela se había dado en julio de

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1972, un mes y medio antes de la Masacre de Trelew, la efervescencia política invadía cada rincón de las aulas. Tomar postura e involucrarse era lo establecido. El estudiantado había ejercido presión para que comenzaran las clases en Comunicación, donde la falta de espacio para el cursado –entre otras cosas– había impedido el normal comienzo del ciclo lectivo en 1972. “Pusimos un aviso en La Voz llamando a los futuros estudiantes”, recuerda Coy Bischoff, uno de aquellos primeros estudiantes de la ECI. “Una de las acciones que impulsamos fue ir a un recital de Radio Universidad en el club Atenas. Hicimos un cartel enorme donde pusimos: ‘1800 estudiantes corren el riesgo de perder el año’”, relata María José Quiroga, también ingresante 1972, periodista y después de recuperada la democracia docente en la cátedra de Periodismo de Opinión. “Cuando se da la masacre, una de las movidas más fuertes que hubo en la Escuela fue la iniciativa de cambiarle el nombre por el de ´Héroes de Trelew´. Obviamente que la universidad siempre lo escondió, pero no se animaban a poner otro y al día de la fecha sigue siendo el único nombre que se le puso”. Roberto Maldonado Costa (primer presidente del Centro de Estudiantes. Ingresante de la carrera en el primer año de la ECI). Cómo se vivió en Córdoba. La noticia de los fusilamientos a los presos llevó a los estudiantes de Medicina a ocupar el Hospital de Clínicas junto a los médicos residentes. En el Comedor Universitario los jóvenes cambiaron la sobremesa por una conferencia de prensa haciendo llegar las novedades. Para sumar adhesión, los universitarios llegaron hasta

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barrio Santa Isabel a la planta de Ika Renault para conseguir el apoyo sindical. Esa misma tarde se suspendió el cursado en toda la Universidad. La multitud se agrupó en la facultad de Arquitectura para abrir una nueva asamblea. Llegó la policía y ante el pedido de desalojo vinieron las corridas, gases lacrimógenos y pedradas. Fueron detenidas 674 personas, sólo 21 no eran estudiantes.

Y la ECI se llamó “Héroes de Trelew”. Un año después de la masacre, el 22 de agosto de 1973 el centro de estudiantes organizó un acto en la ECI, con la presencia de los sobrevivientes María Antonia Berger muerta en un enfrentamiento con el Ejército en octubre del 79- y Alberto Miguel Camps -asesinado por las fuerzas armadas en agosto del 77-. Por iniciativa de los estudiantes, ese día se colocó una placa en el vestíbulo de la entonces sede de la ECI en Vélez Sarsfield y Caseros (hoy Facultad de Lenguas), nombrando a la escuela “Héroes de Trelew”. Letizia Raggiotti, entonces alumna y hoy docente de la FCC-UNC, recuerda que los estudiantes Amelia Montes y Eduardo Rojo invitaron al acto a los sobrevivientes y quien propuso el nombre “Héroes de Trelew” fue Raúl “Paco” Bauducco, estudiante de comunicación y militante del PRT-ERP asesinado en la cárcel de barrio San Martín el 5 de julio de 1976.

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“El cambio de nombre se decidió en asamblea” - ¿Cómo impactó por aquellos días la masacre de Trelew en la militancia de los alumnos de la recién inaugurada Escuela de Ciencias de la Información? Roberto Maldonado Costa (primer presidente del Centro de Estudiantes. Ingresante de la carrera en el primer año de la ECI): —Cuando se da la masacre, una de las movidas más fuertes que hubo en la Escuela fue la iniciativa de cambiarle el nombre por el de “Héroes de Trelew”. Obviamente que la universidad siempre lo escondió, pero no se animaban a poner otro y al día de la fecha sigue siendo el único nombre que se le puso. Eugenia Monti (ex militante de los Grupos de Base. Ingresó a la Escuela en el año 1973. Retomó sus estudios luego del cierre de la carrera y su posterior exilio): —Me acuerdo mucho del ’72 porque a la Escuelita iba María José Pujadas, que era hermana de Mariano, también después a ella la mataron. Pero en la escuela secundaria se hablaba mucho del tema. Yo entré en el ’73 cuando ya la escuela había sido nombrada. María José Quiroga (ex militante de los Grupos de Base. Ingresante de la carrera en el primer año de la ECI. Ex docente de la institución): —Cuando fue la masacre de Trelew, estábamos en plena cursada. En ese momento teníamos el centro de estudiantes con los Grupos de Base y, a través de una asamblea, decidimos el nombre. Todo en ese momento se decidía por asamblea. Era la máxima instancia de decisión. Votaban estudiantes de otras facultades, traían gente de otros lados, pero se decidía todo ahí, eran multitudinarias. Se votó por ese nombre y pusimos un cartel hecho por nosotros mismos. —Por fuera de la Universidad ¿qué actividades llevaron adelante?

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MJQ: —Teníamos mucha militancia con el tema. Me acuerdo de haber pegado los carteles que se hicieron con cada una de las caras de los asesinados con su nombre. Eso lo preparamos en Luz y Fuerza, en el vestíbulo donde teníamos todo el material para pegar y enrollar. Estábamos en dictadura todavía cuando se decidió lo del cambio de nombre. Si bien el gobierno de Lanusse estaba en retirada, había mucha acción política y militante. * Estudiantes de la FCC-UNC. Autores la tesis de licenciatura “Trabajos de la memoria: lineamientos para producciones gráficas sobre desaparecidos y asesinados por el terrorismo de Estado en los años 70 en la Universidad Nacional de Córdoba”.

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La entrega. En la esquina de la calle Rodríguez Peña y la Avenida Colón está situada la Iglesia de María Auxiliadora y a media cuadra de está yendo hacia la 9 de julio está el templo de María Auxiliadora. Y entre medio de la iglesia y el templo hay una puerta de entrada a los locales parroquiales de dónde avisaron por teléfono, el día 15 de febrero de 1974, a la policía que había un auto Fiat 125 de color rojo que podría ser un coche robado… Esto me lo transmiten los abogados Gustavo Roca, Lucio Garzón Maceda y Carlitos Altamira, que se habían hecho cargo de mi defensa, por pedido de la organización. Tanto los Abogados Gustavo Roca, como Lucio Garzón Maceda tenían un enorme conocimiento de la policía de la provincia, y además contactos que siempre les eran útiles en su trabajo cotidiano. Me detienen el día 15 de febrero del año 1974 a eso de las 22 horas al salir de una reunión con la dirección regional en el Sindicato de Empleadas del hogar que estaba sobre la calle 9 de julio. El auto lo había dejado estacionado en un lugar visible, por razones de seguridad, a 10 metros de la esquina de Avellaneda y 9 de julio justo en frente de una estación de servicio. La reunión fue con el cura Alberione, alias Pocho o Gringo y el mormón, Freddy Mario Ernst, un gran compañero a quien recuerdo con enorme cariño. Pancho Ribas, el tercero de la dirección estaba de viaje. Al llegar a la reunión y antes de estacionar el Fiat 125 de color rojo, me había encontrado con el cura Alberione que conducía un Fiat 128 de color azul. Y era la segunda vez que tenía un “encuentro casual” yendo al Sindicato de las empleadas del hogar con quien era nuestra máxima autoridad en la regional.

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La primera vez, yo conducía un Peugeot 504 de color blanco y el Gringo Elbio Alberione, conducía el mismo Fiat 128 color azul. Este encuentro “casual” tuvo consecuencias que gracias a la juventud y coraje de los compañeros de la célula que teníamos en gremio de la construcción (UOCRA) no pasó a mayores. Los compañeros tenían que hacer un traslado de material y necesitaban un auto para desplazarse, por lo que el Petiso Luis Bártoli me pidió las llaves del Peugeot para realizar la tarea que tenían encomendada y luego me lo devolvían. Ellos eran cuatro, y se van a hacer su cometido mientras yo me incorporaba a la reunión a la que había ido. Esa vez lo estacione al coche como a 4 cuadras del sindicato. Al rato, no habrán pasado más de 30 o 35 minutos me aparecen los compañeros agitadísimos y me cuentan que se lograron escapar de una encerrona. La policía los estaba esperando y ellos confiados cuándo se acercan al coche, ven que se les abalanzan cuatro sujetos diciendo que estaban detenidos. Los changos, obreros de la construcción, eran fuertes y jóvenes, y reaccionaron primero liberando a uno de ellos que ya habían detenido los policías y luego se dispersaron en varias direcciones. Ante la sorpresa de la resistencia a la detención, los “canas” no se animaron a seguirlos. Afortunadamente, solo fue un buen susto y quedó en la anécdota… Yo no tuve tanta suerte… Salí del sindicato y me dirigí al auto. Como iba muy molesto por el cariz que iban tomando las decisiones de la conducción nacional, descuidé la seguridad y me metí solo en la boca del lobo. Me estaban esperando, ya habían recibido el soplo. Eran cinco policías, aun así, les di trabajo extra durante 15 o 20 minutos boxeándolos a los sopapos. Tiempo suficiente

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para que los compañeros que estaban reunidos a escasos 30 o 40 mts, salieran y vieran en directo mi detención. Al que pude ver fue a Cecilio Salguero, pero las cartas ya estaban echadas, aunque iba armado, no tuve oportunidad de usar la Brouwin 9 mm, porque otro error más, (si vas armado es obligatorio el acceso libre y rápido a tu arma), no la llevas de adorno, como yo que la tenía en un bolso con un cuaderno conteniendo datos de una futura “opereta”, un curso de armas y el listado completo de la columna gremial a la cual me negué en redondo a poner al lado del nombre de guerra, un dato que pudiera identificar a los compañeros. Otra orden que no cumplía… Y que no entendía. Si cualquiera de los responsables de las columnas caía con las listas de los compañeros y al lado de su nombre de guerra un dato que los identificara legalmente yo no lo iba a hacer y de hecho no lo hice. Jamás iba a poner en peligro a los 120 compañeros a mi cargo, jamás. Llegué a dudar del sano juicio del que dictaba esa orden, con el tiempo llegué a la conclusión de que temíamos varios “Oruetas” en algún nivel muy alto de la conducción. Durante la reunión que acababa de dejar, nos habían dicho que en caso de ser detenidos teníamos que gritar que era un “secuestro” y el nombre legal. Así lo hice. Se tuvieron que identificar “los canas” ante la gente que se arremolino para ver la pelea, por el lío que monte peleándome a las trompadas con los policías que querían detenerme. Mi idea era demorar lo más posible la detención para que la organización pasara la alarma a toda la columna sindical y pudieran comenzar a levantar casas. Me trasladan al viejo Cabildo frente de la Plaza San Martin ya esposado y no paraban de protestar los policías por que los enviaron a ellos que eran de robos y hurtos, cuando el dato venía del D2… Me sentaron en un banco, lo que me permitió a duras penas y gracias a que tenía las

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manos esposadas hacia adelante, sacar de la libreta de enrolamiento unas fotos carné de mi compañera y comérmelas... Por suerte la libreta de enrolamiento la tenía en el bolsillo de la camisa dónde ponía los cigarrillos Allí me tuvieron hasta que vinieron a buscarme del D2 y me recibieron, como era de esperar… Primero me ficharon, “toque el piano”, o sea que me tomaron las huellas dactilares y luego las fotos de frente y de perfil. A uno de ellos se le escapó el apellido del jefe de la guardia de esa noche. Lo llamo, “Che Pedetta”, inmediatamente le solté al susodicho: “Oiga así que usted se apellida Pedetta”, porque conozco a un profesor en la ENET nº 4, Nicolás Copérnico donde mi padre es el secretario que tiene su mismo apellido. El jefe de guardia le decía mientras tanto de todo menos bonito al que develo su apellido. Fue una casualidad. Y lo otro es que me tenían fichado como perteneciente al ERP. La pronta detención a mediados de febrero del 74 creo que me salvo la vida y que fue mientras Obregón Cano y Atilio López todavía eran las autoridades constitucionales de la Provincia. Luego comenzó el interrogatorio… Poli malo, poli bueno. Piña va, mejor dicho, piñas vienen, patadas, submarinos, sobre todo bastonazos por la espalda en la zona de los riñones. Nunca llegue a saber quiénes me fajaron. Tenía puesta casi siempre una venda. Conmigo no usaron picana, pero los simulacros de fusilamiento eran reiterativos. Sus pistolas en la sien o en la nuca. Me hacían abrir la boca e introducían el caño de su pistola y gatillaban… Eran permanente las palizas que se turnaban en darme. Un día vino uno que parecía ser jefe para preguntar

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porque llamaban tanto desde el Ministerio de gobierno, que los tenían locos a llamadas desde el Gobernador Dr. Ricardo Obregón Cano, el Vicegobernador compañero Atilio López y algunos diputados desde la legislatura. Por supuesto que no sabían que el que más llamaba era “Gustavo”, es decir, mi hermano Eduardo que era secretario privado del Ministro de Gobierno Dr. Erio Alfredo Bonetto. La preocupación por mi persona de parte del gobernador y vice, y el ministro de gobierno, figuran en mi prontuario. A pesar de la tortura, por mi detención no cayo nadie ni nada. Caí el 15/02/1974 y recién después de 10 días me levantan la incomunicación y puedo ver a mis abogados los Doctores Gustavo Roca, Lucio Garzón Maceda y Carlitos Altamira. Esto sucede en la mañana del 25/02/1974. Ya estaba en marcha el Navarrazo… El apuro de ellos era que me trasladaran ese mismo día a la cárcel de encausados porque si asumía Navarro mi vida estaba en peligro. Pudimos hablar como una hora, y me cuentan que toda la columna gremial de la cual era el responsable tenía lista la operación para rescatarme del D2, (el Departamento de Información de la Policía de Córdoba), en contra de la decisión de la dirección, que no creía que fuera el “momento adecuado” cuando se estaba desmoronando el gobierno provincial, a lo que sin lugar a dudas la organización con su equivocada política había colaborado a que así sucediera. Les pedí por favor a los abogados que les trasmitieran a mis compañeros que se olvidaran de tamaña locura, aunque les agradecía desde el alma su buena intención y el cariño que me demostraban. A los abogados les hice el relato de todo lo que había sucedido desde el momento de mi detención y ellos me daban ánimos y saludos de los compañeros y de mi familia.

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En un aparte Gustavo Roca me pregunta si tenía alguna idea del porqué de mi caída. Le dije que me olía a que fue una entrega. En ese momento él me cuenta lo que ellos habían podido sacar en claro de lo sucedido. Los informes de sus confidentes en la policía confirmaban mi sospecha de que efectivamente fui entregado por alguien. Lo que yo no sabía ni ellos tampoco, ¿es quien fue? Pero si sabían cómo fue. Alguien realizo una llamada telefónica desde la parroquia de María Auxiliadora, que es algo que luego se repite en otros casos más adelante… Gracias a mi hermano Eduardo, Gustavo Roca, Lucio Garzón Maceda, Carlos Altamira y a un amigo de Juan Manuel Montes, que era el Director del Servicio Penitenciario Provincial, de apellidos White Figueroa, me trasladan a la Cárcel de Encausados ese mismo día por la tarde y allí permanezco incomunicado hasta el día 15/03/1974 cuando recién hacen “oficial” mi entrada en la Cárcel de Encausados. En el momento que me ingresan, el médico de la cárcel me revisa y pregunta sobre mi estado de salud. Le comento sobre el “tratamiento” en el D2 y no lo hizo constar en el acta, para “evitarme problemas”. Allí me tenían que pesar y la única balanza que tenían estaba fuera de uso, así que me pesaron en la báscula que tenían para pesar los víveres que se consumían en la cárcel. Lo que dio para innumerables cargadas… White Figueroa era el único contacto que tuve desde el 25 de febrero hasta el 15 de marzo, me venía a ver todas las mañanas, siempre con su cigarrillo en la mano, estaba muy preocupado porque arriesgaba mucho por tenerme clandestino dentro de la misma cárcel y todo para resguardar mi seguridad.

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Me tenían alojado en un cuarto con puerta de chapa, como mobiliario un colchón tirado en el suelo. La verdad es que no quiero ni pensar que hubiera pasado si el Navarrazo me encontraba en el D2... Allí en Encausados era el primero y único peronista preso e hice rancho con los compañeros del PRT-ERP, el Gallego Fernández, el Cabezón Tissera, Niki Ceballos, Chuchino Francischetti y el Pelado Schiavonni. Siempre estuve y estaré agradecido a estos compañeros por su solidaridad al recibirme. A continuación, les dejo un resumen de mi Prontuario porque hay partes que confirman nuestra relación con el Gobernador y el Vicegobernador. Y un Memorándum de mi detención dónde quien lo escribe, en el intento de tapar “La fuente” que llamo desde María Auxiliadora, incurre en errores que desacreditan la tesis de la “casualidad”. Si prestan atención, verán que su aseveración de que un transeúnte de origen tucumano reconoció el coche que estaba estacionado frente de la estación de servicio que estaba en la esquina de la calle 9 de julio y la calle Nicolás Avellaneda porque era de un vecino suyo en Tucumán de donde había sido sustraído el Fiat 125 rojo. Y luego dan en el párrafo 5to del mismo memorándum como lugar de sustracción del mismo automotor a Santiago del Estero. O sea que el mismo coche fue sustraído al mismo tiempo en dos ciudades distintas. No es un argumento que se sostenga… Lo que les dejo a continuación es algo que para mí tampoco se sostiene. … En el libro de Marcelo Larraquy, "Fuimos soldados”, aparece una llamada a un apéndice del libro, dónde relata lo siguiente: "en Panamá estaban asentados oficiales de inteligencia del Batallón 601 y de la Marina Argentina. Quienes podían operar con facilidad en el territorio.

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Con los años se supo que, Manuel Noriega, como jefe de la "inteligencia panameña", antes de llegar a la jefatura de Estado, ofrecía ayuda simultáneamente a la CÍA, como al sandinismo y a los militares argentinos. Por otra parte, un montonero establecido en Panamá, Elbio Alberione, que trabajaba con la cobertura de periodista en la Radio Oficial, reveló que su departamento fue saqueado un día antes de regresar a la Argentina para la Contraofensiva de 1979 como miembro de TEA zona sur. Le robaron dinero y documentación, pero no pudieron encontrar su pasaporte que llevaba consigo. Ese mismo día Alberione recibió la asistencia del coronel Roberto Herrera Díaz, primo de Omar Torrijos, quien le repuso el dinero que le permitió viajar”. Fin de la cita. Insisto y sin ánimo de polemizar con nadie. Nunca he creído en las casualidades de la política... Algunos tienen más suerte que otros …

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La fuga de Mendizábal. Recién terminada la feria judicial en Córdoba a principios del mes de febrero del año 1975, mi padre es llamado al Juzgado Federal por un secretario, quien le transmite un mensaje del Juez que le dice que está dispuesto a darme “tres millones y medio” de posibilidades de salir en libertad. Nunca pude llegar a saber si esto era así, y el juez estaba metido, o solo era una cosa del secretario, pero mi instinto siempre me llevo a creer en las causalidades y no en las casualidades. Cuando mi padre me cuenta lo sucedido le digo que le están pidiendo tres millones y medio de pesos, él me dice que lo estuvieron hablando con mi madre y la única solución que veían era vender la casa de campo que tenían en Villa los Aromos, en La Bolsa, Alta Gracia. A lo que me opuse de una manera rotunda. Pero tampoco podía pedirle a la organización que me banque, qué me facilitara ese dinero que pedían el juez y/o secretario del juzgado, cuando hacía poco tiempo había pedido la baja por diferencias políticas y esto no dejaba de ser un disparate. Así que allí quedo todo, como una anécdota. Con el tiempo, ya estaba dado de baja y totalmente tabicado por los montos. (Poco después de la muerte de Perón, me dieron de baja). Ellos, los montoneros tenían orden de no hablar conmigo por no pertenecer más a la organización y porque mi posición era derrotista y contrarrevolucionaria… Me acusaban de movimientista, además de querer seguir los lineamientos de Perón y no los de la dirección de la organización. Ellos estaban totalmente convencidos de que eran la vanguardia de la clase obrera y el pueblo y que la única vía para la toma del poder era la guerra revolucionaria. No podía haber disidencias, ni disidentes.

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En el mes de agosto del año 1975 son detenidos el Pelado Marcos Osatinsky, El Lauchon Mendizábal y otros compañeros por que los entrega “Haymal” que luego es ejecutado por montoneros. A mediados de septiembre menos Marcos que es vilmente asesinado por los genocidas del D2, ingresan a la cárcel los compañeros detenidos y Mendizábal se hace cargo del grupo de montoneros presos. A los pocos días de estar en el pabellón me llama y pregunta si quiero entrar de nuevo a la orga, pero sería como “aspirante” dado que yo había pedido la baja. Le dije que no me interesaban los “galones” perdidos. Lo que me interesaba era tener una discusión política y si había acuerdo no me importaba reingresar como “soldado raso”. Me dijo que ni pensarlo, que primero me enganchaba y luego se haría la discusión orgánicamente para corregir mis desviaciones movimientistas… Le agradecí y allí quedo la cosa. Hasta que un día en el pasillo nos encontramos nuevamente y me pregunto qué ya que yo había sido el responsable de los presos montoneros, como tal debía tener un plan de fuga elaborado. Le comenté que tenía un plan. Le dije que en grupo era imposible, pero individualmente o un pequeño grupo de compañeros, sí era posible coimeando al juez y al vicedirector de la cárcel, responsable de los presos políticos en la misma. La pregunta que me hizo Hernán fue en que basaba mi presunción de que eran “coimeables” el juez y el encargado de los presos políticos. Del último era una intuición, pero no tenía ninguna certeza. Del juez porque a principio de año le había transmitido a mí padre, un secretario del juzgado, que el Señor Juez me daría 3.500.000 posibilidades de solucionar mi caso… obteniendo la libertad. La idea era que sus abogados lo hicieran llamar al juzgado para algún trámite

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y que la guardia que lo transportara desde la cárcel al juzgado no fuera con armas largas en lo posible y que uno de los abogados entrara armado al juzgado así lo podía liberar, luego un coche para desaparecer de allí y dos grupos de contención por si se armaba la balacera. A principios del mes de marzo de 1976, Mendizábal se escapó de los juzgados federales, a los pocos días renunciaron el juez y el vicedirector de la cárcel…. Cuanto costo la fuga, no lo sabremos nunca… El 24 de marzo, día del golpe de estado, se hicieron cargo de la UP1 los militares genocidas.

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Los motivos de la separación. La discusión con la dirección venía de lejos, no podíamos declararnos peronistas y no reconocer a Perón como líder del movimiento. Además, éramos culpables del fugaz gobierno de Cámpora por todo lo que hicimos para exacerbar las contradicciones y así crear un poder paralelo al de Perón y discutirle la dirección del movimiento de masas. Lo que tendríamos que haber hecho es “dejar las armas” luego de haber recuperado la democracia. Y dar la batalla política dentro del movimiento. Esta no es una posición que defiendo ahora, lo hice orgánicamente en todos los estamentos de los que participe, siempre trate de que se reflexionara, y no deje de “operar”, ni mi columna tampoco, para que se entendiera que no era un problema “avícola” (falta de huevos), sino de diferentes lecturas de la realidad. Avise de lo que pensaba que se venía… Aunque nunca imagine la magnitud de lo que luego sucedió… No estábamos preparados para la lucha con el ejército regular, y mucho menos cuando ya nos habíamos descolgado de las masas a las que decíamos representar. Por eso la masacre de Ezeiza y por eso el tirarle un “fiambre” (Rucci) sobre la mesa a Perón a dos días de las elecciones. Por eso el 1 de Mayo del 74, que lo vi desde la cárcel. Desgraciadamente triunfó el “foquismo” mal entendido y así nos fue. Lo del atentado a Rucci fue mi condena a muerte dentro de la orga (por negarme a participar), que se ejecuta el 17 de octubre de 1973 después del acto multitudinario en Córdoba, donde hablan Firmenich y Roberto Quieto (otra víctima del Pepe Firmenich), en el asado que se hace en la

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casa del compañero Raúl Cuestas Carnero y al que yo no debía asistir, era solo para la dirección Nacional junto a las direcciones regionales de la nueva organización producto de la fusión de las FAR y montoneros. Sin embargo, el Chacho Lewinger me invita y decidí ir, era un acontecimiento histórico, aunque no estaba de acuerdo con las formas en que se había logrado la fusión en Córdoba, apoyaba la nueva organización, e iluso de mí pensaba que se podía dar la lucha interna de ideas para no caer definitivamente en el foquismo en que se cayó. Fuimos compartimentados a la casa Raúl, y allí ya estaba toda la Dirección Nacional y su custodia. Todos los que llegábamos debíamos obligatoriamente dejar nuestras armas en la primera habitación a la izquierda después de pasar el vestíbulo. Allí había armas de todos los calibres y de todos los tipos, incluso granadas de mano, y todos cumplimos con la orden de dejar los fierros. El Chacho nos indicó los lugares donde sentarnos y así lo hice con él a mi derecha y el Negrito Paulino a mi izquierda. Mientras Pancho hacia el asado, justo enfrente mío vino a sentarse el “Flaco Alcides” Héctor Pardo y detrás del flaco se situó parado el Gringo Elbio Alberione… Inmediatamente se sintió el ruido de un disparo que “oh casualidad” me dio en la rodilla derecha acompañando en la travesía al nervio ciático, aunque afortunadamente sin tocarlo. Le grité al flaco, “Boludo… me la distes a mí”, hice para atrás la silla en la que estaba sentado, mientras salía un grueso chorro de sangre de mi rodilla derecha. Me saqué el cinturón e hice un torniquete poniendo mi pañuelo sobre la herida y pedí que me llevaran a la posta sanitaria. Salí caminando con el pie a la rastra hasta él auto, en el trayecto sufrí un desvanecimiento del que me repuse a los pocos instantes. Allí en la posta sanitaria, estaba el

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médico que resulto ser hermano del dueño de casa dónde se hacía el asado, y que luego se casó con la hermana de una de mis cuñadas, Amelia (La Incorregible). El me opero y me saco de la nalga derecha la bala, que le pedí como recuerdo… Con los años el “tordo” (en lunfardo cordobés: doctor), llego a ser presidente del Colegio Médico de Córdoba. El flaco Alcides, al apuntar sin ver por debajo de la mesa, se pegó el tiro primero, aunque no fue más que un roce, y con la misma bala (el arma usada era un revolver calibre 32), me dio a mí en la rodilla derecha. Si la bala me hubiera dado en el estómago, no estaría escribiendo esto que les estoy contando. Se había ejecutado la sentencia de Firmenich y el resto de la dirección nacional, incluidos el Negro Quieto, Mateo Roqué y “el Pelado” Osatinsky, era una advertencia al conjunto de la nueva organización. No iban a aceptar ninguna voz discordante. De ahí en más se impuso el “ordeno y mando”. Me cuentan luego, mientras guardaba cama por la convalecencia, la discusión que se armó, ya que muy pocos consideraron que había sido un “accidente fortuito”. Nadie se pone a jugar con un revólver en un acontecimiento como ese, sin mediar una orden concreta de ejecución. Pienso que pararon la mano por temor a una división, como la de J.P. Lealtad. Y los reclamos de mis compañeros de la columna sindical. La dirección, le tenía terror a una escisión. La advertencia del Chacho al Fede y a mí, se había hecho realidad. Aunque nunca supe si a Federico le cayó alguna… Firmenich en su endiosamiento no podía permitir que alguien se opusiera a su “sagrada razón”, sin que hubiera consecuencias. Hacía tiempo que las decisiones eran colegiadas, la orden de ejecutar a Rucci salió de la

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dirección nacional, lo mismo la de ejecutar al Padre Carlos Mújica (otro que le plantó cara al Pepe), a pesar de que se la endilgaron a Almirón y las AAA. Esto me lo comentaron en Ginebra dónde estaba refugiado el autor. Que nadie piense que en esa etapa alguien operaba por libre. Eso se da recién después del golpe. Tengo que aclarar que la relación con El Chacho Lewinger siempre fue de respeto, con posturas totalmente opuestas muchas veces, pero siempre con el mismo objetivo, hacer una organización mejor y convertirnos en mejores militantes. El día que lo trasladaron vino a una cita solo para despedirse, lo hicimos con emoción y un gran abrazo. La Colorada, su compañera, ya estaba en La Plata o Mar del Plata, me dejo un beso y un recado, “que la peleara desde dentro”. Los dos cayeron combatiendo a la dictadura genocida. Los llevo siempre conmigo, en el recuerdo de dos grandes compañeros de los que aprendí mucho.

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Las Cárceles. Encausados y UP1. Luego de Encausados nos trasladaron a la cárcel Penitenciaria Nro. 1 de Córdoba (UP1). La que después del golpe se convirtió en un campo de concentración del que sacaron a 36 compañeros desarmados y los ejecutaron a sangre fría en enfrentamientos fraguados por los militares del tercer cuerpo de ejército comandado por el tristemente célebre genocida, general Luciano Benjamín Menéndez, también por personal policial y carcelario. Al Flaco René Moukarzel, lo mataron dentro del penal, lo mismo que a Ángel Santiago Bauducco. Al poco tiempo de estar en la UP1 se realizó una manifestación para ir a verme, y pedir por mi libertad. Los compañeros de la JTP, JP, JUP, UES, MVP o sea de todos los frentes de la organización bajo el lema: ¿” Qué pasa General, que hay presos peronistas en el gobierno popular”.? También se pegaron carteles con el mismo lema, en el centro de Córdoba y algunos barrios, pidiendo por la libertad de “Carlos Rojo” ya que el que mandó a hacer los carteles pensaba que mi nombre de guerra y el real eran el mismo. Las autoridades carcelarias permitieron entrar a un grupo de periodistas y camarógrafos de la TV que me hacen un corto reportaje donde yo… “reivindico la dirección de Perón y que debemos acatar sus órdenes siendo leales a él y al movimiento” … Nadie me podía acusar de incoherente… El director del penal era el Rengo Torres, el vicedirector el Comandante de Gendarmería Montamat encargado de los presos políticos, tío del Chino Luis Prol que luego estuvo detenido allí por pertenecer a montoneros.

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Montamat era conocido también de mi familia, ya que ellos vivían sobre la calle 9 de julio al frente o muy cerca de la Escuela Normal Alejandro Carbó de la que fuera director mi abuelo. Los padres de él se conocían y frecuentaban con mis abuelos. Además, un hijo suyo se casó con la hija del Ingeniero Chiesura que era director de la ENET nro. 4 donde mi Padre era secretario y yo fui celador durante 4 años y medio. Esta relación con Montamat, no era ni buena ni mala al principio, cuando era el responsable y delegado de los montos, después que deje la organización, se convirtió en una pesada carga, y más cuando le pedí a Montamat que habilitara un pabellón para los que no éramos ni montos ni del PRT-ERP. A la audiencia fui por pedido de los compañeros que en un 90 por ciento eran laburantes (obreros) se querían cambiar de pabellón. El día que nos cambiaron al pabellón 9, me gritaban traidor, eso cada vez que lo recuerdo me duele. Pero son cosas que cuando una toma una decisión están dentro de las posibilidades que ocurra. Los milicos supongo que estaban muy contentos por haber logrado, cuando autorizaron el traslado al nuevo pabellón, una ruptura entre los presos políticos. Pero no está demás decir que ya la convivencia con “montos y perros” era imposible de mantener, la soberbia de unos y otros impedía la convivencia en paz, además nos trataban de “quebrados”, ellos mismos exigían que nos fuéramos. Se habían autoproclamado la vanguardia de la revolución socialista, se creían los triunfadores. Mientras el terrorismo de estado que comenzó con Isabel Perón, López Rega y sus Tres A, continuó con los grupos de tareas, logró la destrucción total de las organizaciones. Desde el punto de vista operacional. El político ya lo

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habíamos perdido en Ezeiza, con Rucci, y cuando nos fuimos de la plaza el 1 de mayo de 1974. Estando en el pabellón 9 un día lo trajeron a José Manuel De La Sota a quien conocía del Colegio de La Inmaculada porque los dos estudiamos allí, tuve la enorme satisfacción de “pedirle puerta” que en la jerga carcelaria no era otra cosa que declararlo “huésped non grato”, llamé al celador, el guardia cárcel encargado de nuestro pabellón ese día, le transmití nuestra decisión de no aceptarlo entre nosotros por ser un fascista traidor. Allí compartimos el pabellón con varios compañeros del P.B. El Chauchi Sosa, Germán Ojeda, Carlos Nicolini, (él médico que lleve para que lo curara a Pancho Ribas del balazo que le habían pegado los policías del comando radioeléctrico el 4 de noviembre después del Combate de Ferreyra). El “chino Zannini”, que se hizo peronista en la cárcel, dejando atrás su pasado maoísta. También estaba con nosotros el chino Páez, miembro de la comisión directiva de SITRAC, de Vanguardia Comunista. Varios delegados del SMATA. El gordo Leiva, la Mona también del P.B, los dos delegados de Transax. Rafa Ávila, Claudio Zorrilla, Miguel Ángel Barrera, “Tarzán”, que a los dos los sacaron del pabellón 9 de la cárcel los milicos para asesinarlos. Mi teoría de la muerte de los dos, de Tarzán y de Claudio, se basa en que el día que los milicos asesinaron a Baudacco en el patio de la cárcel, ellos se subieron a las ventanas que habían abierto, cuando la orden expresa que teníamos era de que debían estar cerradas todo el día, todos los días, y colgados de las rejas expresaron todo su dolor por lo sucedido al compañero, mientras un guardia cárcel los marcó a un milico. Ésa fue para mí la causa de su injusta muerte. Los milicos no iban a permitir que los insultaran. Antes de que nos llevaran al pabellón,

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hable con el Negro Florencio Díaz exsecretario General de SITRAM para que viniera con nosotros. “El Tuerto”, al que así llamábamos cariñosamente, me dijo que era imposible ya que sí venía al pabellón 9, la organización dejaba de apoyar económicamente a su familia… Al margen de que estaba de acuerdo con nuestros planteos, pero no podía dejar a su familia a la buena de Dios. Ya estando separado de la organización, me transmite el Boxi Guevara que la dirección pide a cada uno de los presos que hagamos un escrito detallando las acciones armadas de las que habíamos participado. Los objetivos de estas, que otros compañeros, además del preso en cuestión habían participado. Por supuesto me negué rotundamente. El Boxi dijo que lo haría por mí, ya que tenía que cumplir con la orden dada por la dirección. Esa exigencia era ya la “guinda de la torta” que se la servíamos en bandeja a los represores para autodestruirnos. Le pregunté a Pancho Ribas, ya cuándo nos vimos en Ginebra-Suiza y me dijo que esa orden él la desconocía porque no era el encargado de la relación con los presos. Además, que, si se dio, habría que haber fusilado al “hijo de re mil putas” que la ordenó.

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Coronda. Un día nos llama el celador a Raúl Guevara (el Boxi) y a mí, y nos dice que armemos “el bagallo”, o sea que preparáramos nuestras cosas porque nos trasladaban. Fuimos a parar a la cárcel de Coronda en Entre Ríos en un avión no muy grande. Inmediatamente nuestros abogados piden al juzgado federal que nos trasladen de vuelta a la UP1 en Córdoba El juzgado accede a su solicitud y somos trasladados a La Docta por una comisión del D2 dirigida por el Gordo Esteban, segundo jefe del Departamento de Informaciones de la policía provincial. Fueron a buscarnos en 2 autos Ford Falcon. En el primer auto viajaba el Gordo Esteban y el chofer en la parte delantera. Atrás el “Boxi” Raúl Guevara, que iba esposado de pies y manos, además un policía que lo custodiaba. En el segundo coche el chofer, el que cana que mandaba en el asiento delantero, un guardia y yo en el trasero, que venía esposado también de pies y manos. Nunca entendí el porqué de ese viaje… A la mitad del camino, por unos pocos kilómetros se vino el Gordo Esteban al auto en el que estaba. Comenzó a interrogarme sobre Bety Feigin de Roca, ex esposa de Gustavo Roca, sobre él mismo Gustavo. Preguntaba si sabía algo de Makentor una empresa de la que Gustavo creo que era el Síndico. Su intención no era otra que saber todo lo posible sobre esta empresa Makentor que tanto le atraía al genocida de Menéndez, comandante del 3er cuerpo de ejército. De la empresa yo no sabía ni siquiera de su existencia así que el interrogatorio se derivó para saber por qué Bety me iba a visitar a la cárcel como “mi madrina”, le conté la verdad. Entre ella y mi madre existió una estrecha relación cuando eran jóvenes y estudiaban en la Escuela Normal Alejandro Carbó.

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Eran compañeras de clase y se frecuentaban por ese motivo. Ya comenté que mi abuelo fue el director, y no había más secreto que ese. El gordo Esteban me dio un sermón sobre él porque jóvenes de “buena familia” se habían equivocado eligiendo el peor de los caminos en nuestras vidas y otras joyas por el estilo. Luego cambió de auto y volvió el poli, que iba desde el principio, en el que a mí me conducían. Este tipo no abrió la boca en todo el camino, hasta que, por radio, frente a la cárcel de Barrio San Martín, aviso a la guardia del penal que llevaban dos HH. Así informaba que nos traían de nuevo al penal, para recibir el permiso para poder entrar con el auto a la cárcel y que no nos “inflen” a balazos. Me pregunto si sabía que eran dos HH, le respondí que no y riendo dijo: “Dos hasta los huevos” … Luego me pregunto de la fuga, que sabía yo de la fuga. Le respondí que no sabía nada de nada. “Ya estoy fuera de montoneros hace bastante tiempo, ellos me tienen tabicado. No me dan ni la hora” … Fue mi respuesta. Que sabes del túnel, insistió. En ese momento el chofer lo increpo duramente por hablar de más. El sujeto monto en cólera, dijo que aquí el jefe soy yo, y si se enteraba de que comentaba una mínima palabra sobre lo que él dijo, él personalmente me sacaba de la cárcel y me hacía mierda. Al chofer también si llegaba a hablar, él se encargaría de cortarle la lengua. Además, que ellos los del D2 sabían todo lo que pasaba en los pabellones de los presos políticos… Entramos a la cárcel y como despedida se pasó un dedo por su garganta, indicando que me degollaba. Al otro día de llegar, comenté absolutamente todo lo que paso en el viaje, con el responsable del PRT-ERP en el pabellón, el “Tucu” González.

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Porque pensaba que tenía la obligación moral de así hacerlo, sin importarme de las posibles consecuencias. Con los montos ya ni me saludaba, era para la mayoría de ellos como la “luz mala”. A los pocos días cayó una casa del PRT desde la que estaban haciendo un túnel para liberar a todos los compañeros presos políticos. Quizás ese era el motivo de tan inexplicable viaje… Yo no podía hablar de lo que no sabía…

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Penal de Sierra Chica. El 03/12/1976 nos trasladaron desde la UP1 en Córdoba, al Penal de Sierra Chica en la Provincia de Buenos Aires. Nos llevaron en un avión Hércules de la Fuerza Aérea, atados con las manos atrás, atados también al suelo con alambre y encapuchados. En un momento del vuelo, vinieron unos milicos, me levantaron, me llevaron hasta la puerta del avión e hicieron el ademán de tirarme, sentí el viento en mi cara, no tuve tiempo ni de tener miedo. Allí comprobé eso del dicho de que “ojos que no ven, corazón que no siente” ... Luego me sentaron en el mismo sitio. El compañero que tenía al lado me preguntó qué había pasado, le conté y él me dijo: me estoy meando, estaba aterrorizado el pobre… Al llegar a Sierra Chica, nos esperaba el “pasillo” por el cual obligadamente teníamos que pasar. El pasillo eran dos filas paralelas de guardia cárceles y/o militares que disfrutaban dándonos patadas con sus borceguíes, o culatazos con sus armas, o simplemente puñetazos. Y guay del que se cayera, porque se ensañaban con él… Después del recibimiento nos destinaban por orden de peligrosidad, a los pabellones 11, 10, 09, 08, 07, y no recuerdo si el 6 también. Allí las celdas eran para dos detenidos, contaban con dos camas, un estrecho pasillo entre ellas. Un lavamanos, una pequeña mesada y un inodoro. En todas las cárceles los militares hacían inteligencia sobre todos los presos políticos para quebrarnos y convertirnos en sus colaboradores. En Córdoba Montamat me pidió explícitamente que colaborara con ellos, la respuesta que recibió fue siempre la misma, que yo colaboraba portándome bien, que no transgredía ninguna de las normas del penal, además que

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al estar fuera de la organización no sabía nada de lo que ocurría ni siquiera dentro del penal. Lo mismo me sucedió en el Penal de Sierra Chica, el vicedirector vino un día a pedirme que colaborara con ellos, y recibió la misma repuesta. Pero en el fondo ellos sabían perfectamente que la información que yo podía darles no les serviría de nada, ya no existía nada de lo poco que conocí, el echo era quebrarme política y moralmente para ponerme como ejemplo ante los otros compañeros, y si un militante que había tenido responsabilidades como las que tuve “trabajaba” para ellos, era otro triunfo político de los represores. Allí en Sierra Chica me ocurrió un caso con un “compañero de celda”, (era profesor de filosofía), que él sí colaboraba con ellos, cada vez que creía que tenía algo interesante obtenido de nuestras conversaciones, dejaba su colchón mal acomodado, entonces se hacía castigar a la hora del recreo, así aprovechaba para alcahuetear lo que comentaba. Pero yo sospechaba hasta de mi sombra, siempre tuve la sensación de que muchos de los que se acercaban a mí era para obtener información de la que yo carecía como era obvio. Para constatar si así era, le comenté que había un gremialista de las 62 organizaciones que estuvo ligado a la JTP, pero como simpatizante. Luego me enteré por mi madre que al pobre tipo que era secretario general de su sindicato lo habían arrestado, le pegaron una buena paliza y al no encontrar ningún vínculo con los montos lo dejaron en libertad después de pocos días. Se lo comente al profesor que era “mí” compañero de celda e inmediatamente lo trasladaron a otro pabellón, así me lo saque de encima… Otro día me ponen a un pibe que cada vez que comenzaba a hacer gimnasia, me

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encendía el calentador a querosene lo que hacía irrespirable el ambiente en la celda. A este se lo dije abiertamente que le dijera al “vice” que no insistiera… Luego se lo llevaron al catamarqueño y me dejaron 21 meses solo en la celda. La verdad que la presión que recibía de las dos partes, mis excompañeros y la de los milicos, me llevó a un límite que me hizo tomar una decisión equivocada, la de tomarme un frasco completo de “Disneal”. Una medicina para el asma que trajo mi Madre en una visita, que la guardia había dejado que pasara porque tenía autorización médica. Esa noche que me tome las 30 pastillas, no sé lo que pasó. Solo sé que luego de tomarme las pastillas, sentía que el corazón latía a tal velocidad que creía que se me salía del cuerpo y creo que perdí el conocimiento. El vecino de la celda de al lado me preguntó al otro día en el recreo, que había pasado porque la guardia de noche y el enfermero habían entrado a mi celda. Le conté lo que había hecho que para mí era una forma más de lucha para cargarles mi muerte a los represores. Lo que sí vi, era que había vomitado en algún momento esa noche… Pero fracasé en el intento de evadirme de la presión que recibía de unos y otros. En mi memoria no recuerdo que hubiera entrado alguien a la celda. Esto lo cuento porque me sucedió, pero a la distancia considero que no fue para nada una buena decisión. Fue un acto de desesperación, de hastío. Una de las cosas que más valoro de mi estancia en Sierra Chica fue la visita que nos hizo un general del ejército argentino a las celdas. Vinieron a la celda junto con el vicedirector del penal, guardia cárceles y milicos armados. Al entrar a la celda, me pregunto nombre y apellidos a lo cual conteste. Pregunto a qué organización pertenecía, le

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respondí que, a ninguna, que era gremialista. Él me dijo que dejara de hacer el tonto, que era Montonero. Preguntó si era casado, le dije que sí, entonces me “chicaneo” de si sabía dónde estaba mi señora a esa hora, le conteste que no, que no lo sabía, le pregunté entonces con toda la mala leche, si sabía él dónde estaba su señora en ese momento. No me contesto, colorado de la bronca se fue. Cerraron la puerta y me preparé… Al rato nomás sonaron las cadenas de la puerta de entrada al pabellón, por el ruido que hacían venía “la patota”, y así fue. No toque el piso desde la celda hasta llegar “al chancho”, la celda de castigo dónde me tuvieron un mes. Me dieron una buena paliza en todo el trayecto, cuando me dejaron tirado en el suelo de la inmunda celda me dolía hasta la caspa, pero el gozo que sentía bien valía eso y más. Me despertaban con un baldazo de agua, tenían la luz encendida o apagada durante varios días. 30 días duro el castigo.

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Él guardia marina Ignacio Orueta. La historia de un infiltrado. Lo siguiente fue extraído de: “Prensa Alternativa Diario Mar de Ajó (el diarito)”. “La idea del levantamiento lo llenaba de dudas a Julio César Urien. Pero, al final, suspiraba y suponía que ninguna duda era lo bastante importante como para desalentarse. En uno de sus últimos encuentros con Ignacio Orueta, los dos evaluaron las diversas hipótesis: –Mirá, yo creo que nuestra detención es inminente. Anteayer metieron en los calabozos a unos soldados peronistas, les hicieron preguntas sobre si sabían algo de un levantamiento. Las colimbas no sabían nada, no les pudieron decir nada, pero los tipos tienen indicios por todos lados... Así que antes de que nos detengan vamos a tomar la ESMA, pero sólo con nuestra compañía: el resto de la oficialidad y la suboficialidad no tiene que quedar comprometido con esto. Yo creo que va a ser un hecho político que va a golpear duro en los mandos de las Fuerzas Armadas. En cambio, sí nos agarran sin hacer nada es un fracaso. Para Orueta también había llegado el momento de actuar. Era un agente encubierto de la Fuerza Aérea: por un lado, tenía que informar algunas imprecisiones a la conducción de Montoneros y, por otro, otras imprecisiones a la Fuerza Aérea, para que los militantes se comieran la carnada y los militares no lo mandaran al frente como carne de cañón. Orueta fue a lo suyo: –Comodoro, le habla el Tero. Tenemos que vernos urgente. Faltaban dos días para el levantamiento.

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El 15 de noviembre, un pelotón de oficiales y suboficiales se presentó en la cuadra de la compañía donde estaba Urien, que tenía a su cargo ese turno de la guardia de la ESMA. Hablaron con el jefe y, en pocos minutos, les sacaron todas las armas portátiles sin dar explicaciones. –Orden de la superioridad. Las camas de la compañía estaban en la planta baja del edificio: los que vinieron con la orden las cargaron con fusiles y pistolas y se las llevaron al piso de arriba. Las dejaron bajo llave, con una guardia de suboficiales de mucha antigüedad, que tenían toda la confianza de los mandos. Al mismo tiempo, otro grupo tomaba prisioneros a dos cabos segundos del estado mayor de Urien. Dos horas después, el capitán Iribarne llamó a los oficiales del batallón al casino y les pasó las novedades: –Tenemos la versión de que hay problemas dentro del batallón. Se habla de una sublevación. Señores, quiero que ustedes me digan qué pasa en cada compañía, en cada sección. Todos los jefes pusieron las manos en el fuego por sus hombres, con las reservas que la situación imponía: que el momento que se estaba viviendo, que la incertidumbre por la llegada de Perón, que el clima general, pero todos aseguraron que no podía haber levantamiento alguno. En la madrugada del 16, mientras desayunaba, Urien pensó que había llegado al día D con muchas más contras que las que había previsto. Al rato, se reunió con sus suboficiales de confianza y, tanteándolos, confirmó que estaban completamente decididos a seguir adelante. –Bueno, entonces que el cabo segundo Esteban pida parte de enfermo; una vez que salga tiene que ir a una cita con un compañero. Que le confirme que en menos de veinticuatro horas vamos a sublevarnos porque empezaron con las detenciones y desarmaron a la compañía, así que vamos a encarar para Lomas como habíamos quedado, salvo que ellos le den una indicación en contrario. Deciles que manden alguna información a

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los diarios y pongan que los cuatro mil fusiles y pistolas entregados al pueblo son para defender la soberanía popular y para respaldar el regreso definitivo de Perón a la Argentina. Y que aclaren que en la Argentina hay militares que están del lado del pueblo y contra la oligarquía. ¿Comprendido? A las dos de la tarde, el cabo Esteban fue a la cita, y a las cuatro horas volvió a la ESMA con la excusa de que se había olvidado unas cosas. Adentro habló con Julio para decirle que se había encontrado con Orueta y que estaba todo en orden. La suerte estaba echada. Eran casi las ocho de la noche. Urien fue a la cuadra de la compañía y llamó a los trece suboficiales que componían su estado mayor, más los dragoneantes que estaban a cargo de los pelotones y que ya sabían lo que estaba pasando: –Nos quedan dos alternativas: o nos dejamos agarrar sin hacer nada o demostramos que también hay militares del lado del pueblo. Urien recorrió con su mirada las caras de los treinta hombres. Tras un breve silencio, empezaron los apoyos. –¡Vamos a buscar a Perón, carajo! Todos asintieron, salvo uno. –Yo tengo miedo, oficial. No me pliego. –Bueno, dejen al cabo maniatado en el baño para que no lo incriminen. El resto, nos ponemos uniforme de combate y nos reunimos en cinco minutos de nuevo acá. Poco después, todos los conjurados estaban listos, pero sin armas, salvo Urien que, como oficial, había conservado su pistola personal. –Nuestra identificación va a ser esta vincha celeste y blanca. Urien sacó de un bolso un puñado de cintas argentinas y las fue entregando una por una. Era una ceremonia tensa y silenciosa. Todos se daban cuenta de la gravedad del paso que estaban dando. Como Urien era uno de los instructores y todos lo conocían, él pasaría por los puestos

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de guardia, se pondría a conversar e inmediatamente irían llegando los pelotones leales para desarmarlos y tomarlos prisioneros. –Mientras yo voy al casino de oficiales a ver cómo están las cosas, los pelotones A y B tienen que subir y reducir a los suboficiales que tienen en custodia el armamento de la compañía. Una vez que estén todos pertrechados, se ajustan las vinchas y me esperan listos. Cuando yo vuelva entramos en operaciones. ¿Comprendido? Un cabo levantó el brazo, hizo la ve y gritó: –¡Viva la patria! –¡Vivaaa! Urien iba al casino de oficiales para averiguar qué había pasado con los dos suboficiales detenidos. Si alguno de ellos había cantado, todo estaba perdido. Antes de salir, llamó aparte a los dos suboficiales que lo secundaban en el mando. –Si en una hora no estoy de vuelta, sigan con el plan. Antes de ir al casino, Julio hizo una recorrida a pie por el cuartel. A los diez minutos se encontró con otro oficial de su compañía, un año más antiguo y muy gorila: –Tengo un mal presentimiento. Algo está pasando, Urien vení, acompáñame a la cuadra. Urien lo siguió y fueron a paso rápido. Al entrar a la cuadra, todo estaba oscuro. De pronto, dos cabos y dos soldados con vinchas argentinas encañonaron al oficial con sus fusiles: –¡Entréguese! ¡En nombre de la revolución y el pueblo, entréguese! Julio volvió a salir, esta vez acompañado por uno de sus soldados, hacia la guardia central. En ese momento, en el casino de oficiales estaban interrogando a un cabo segundo que había confesado el complot y que aguantó un rato sin decir quién era el jefe. Mientras Julio recorría las tres cuadras que separaban la sede de la compañía sublevada del casino, el cabo segundo terminó de hablar:

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–El que dirige el complot es el guardiamarina Urien y se va a sublevar esta noche. Van a tomar la guardia central. Afuera, Julio seguía caminando. Había caído la noche. Todo estaba muy tranquilo y vio que una camioneta paraba al lado de la guardia. No le dio importancia: pensó que sería un vehículo más para la retirada. De inmediato, apuntaron a Urien. –Si se mueve lo mato! –Entrégueme su arma. Urien pensó qué hacer. Le quedaba una esperanza: era probable que el grupo que lo secundaba llegara a la guardia antes de que lo llevasen detenido. En ese caso, la situación se daría vuelta y podrían seguir adelante. ¿Así que vos sos el jefe de una sublevación? Mientras tanto, el levantamiento no se detenía. Dos pelotones llegaron a la guardia central y, sin despertar mayores sospechas, tomaron posiciones. –Práctica. Estamos controlando la seguridad –dijo uno de los cabos sublevados mientras otros dos irrumpían por la puerta trasera, gritando: - ¡Entréguense en nombre de la revolución! Una vez tomada la guardia, la sublevación fue un hecho. Un grupo de cabos fue hasta los calabozos y liberó a unos marineros. El mando operativo del levantamiento había recaído sobre los suboficiales que constituían el estado mayor de Urien. Cuando escucharon el último tiroteo, los oficiales del casino se dieron cuenta de que el levantamiento iba en serio. Se apostaron en las ventanas con las pocas armas que tenían. Uno agarró el teléfono: –¿Con el comando en jefe? Tenemos una sublevación... –¿Con la policía? Lo llamo de la Escuela de Mecánica de la Armada. Es una emergencia, hubo un ataque... Mientras tanto, los rebeldes seguían cumpliendo sus objetivos: tomaban las guardias, las cuadras, los depósitos de armas, los garajes de vehículos de transporte y las puertas de acceso al cuartel. A esa altura los sublevados eran alrededor de trescientos.

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Los fogonazos y ruidos de disparos no alertaron en lo más mínimo a los vecinos de Núñez. Era normal en un cuartel. El primer Torino de la Policía Federal se presentó en la puerta del cuartel: –Tuvimos un llamado. ¿Hay irregularidades? –Pasen por acá. Los policías fueron recibidos por cuatro hombres con FAL que tenían cara de pocos amigos: –Quedan detenidos en nombre de la revolución.... Lo único que les faltaba era liberar al jefe. –¡No tiren, traigo un mensaje! Si no lo largan a Urien en cinco minutos, van a empezar a fusilar a los prisioneros. El capitán de navío Fernando Romero, director de la ESMA, que ya había recibido instrucciones del almirantazgo, reunió a los oficiales jefes y les dijo que la Armada no iba a ceder: –A Urien no lo damos. Díganles a los sublevados que fue trasladado al Comando en jefe de la Armada. Los suboficiales sublevados no podían saber si era un truco. Tenían a su mando trescientos hombres, miles de fusiles, armas pesadas y vehículos. –Encolumnen los vehículos en la puerta. Dejen a los prisioneros, salvo al comandante del batallón y al segundo; a esos los llevamos con nosotros. Y que todos nuestros hombres estén preparados para el combate. ¡Viva Perón! Vamos a Lomas de Zamora y nos atrincheramos allá. Se daban valor cantando la Marcha Peronista. Sobre el Atlántico ya estaba volando el avión que traía al General. Eran las dos de la madrugada del viernes 17 de noviembre. Los sublevados confiaban en encontrarse con los Montoneros. No sabían que Orueta los había entregado. Llegaron a la plaza de Lomas de Zamora al cabo de una hora y media. La policía provincial había seguido al convoy a distancia, sólo para informar el rumbo. Poco después de las tres de la mañana los sublevados tenían los camiones colocados

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en formación defensiva y estaban dispuestos a instalar sus ametralladoras, armas antitanque y morteros. La noche era obscura, miraron alrededor y quedaron desolados: nadie los esperaba. Se atrincheraron, pero al cabo de un rato empezaron a llegar tanques y tropas de infantería del Ejército que les cortaban las vías de salida y, a través de altoparlantes, les ordenaban deponer su actitud. A las cuatro de la madrugada negociaron una rendición sin represalias. Los llevaron de vuelta a la ESMA. Allí, en el casino de oficiales, Urien seguía atado a su silla, sin ninguna información sobre el destino de sus hombres. Le hubiera gustado saber si habían ganado o perdido, aunque no tenía muy claro qué habría sido ganar, y qué perder. Pero de una cosa estaba seguro aquel 17 de noviembre: la historia no les había pasado por el costado”. Fin del artículo. La dirección de montoneros lo traslada a Córdoba a Orueta y lo tenían bajo control por estar en la certeza de que era un infiltrado de algún servicio de información de las fuerzas armadas. En Córdoba se tenía que hacer una reunión para tratar un problema de seguridad que acarreaba que el “jetón” de la Juventud Peronista de La Rioja, Freddy Bustamante, dejaba la orga y por conocer a todos los compañeros en esa provincia. La reunión se realizó en una casa provista por Orueta y fuimos cuatro compañeros en un auto conducido por el “Pelado Baretta” alias “Rodilla” o “Daniel”, además de dos compañeros de la JP y el que suscribe, debidamente compartimentados que teníamos que decidir qué hacer con el Freddy. Mientras se discutía el tema, sentados alrededor de una mesa redonda de cuyo centro salía un cable que iba hacia una de las habitaciones.

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Quien esto escribe, le señalo con la vista el cable al Pelado, quien inmediatamente dio la orden de dejar la casa con los ojos bien abiertos, y quedamos en pasar por tres controles de seguridad diferentes. Y que no dejáramos de hacer anti-seguimiento en la espantada. Los cuatro salimos disparados en distintas direcciones, dejando hasta el coche en el que habíamos llegado porque era seguro que alguien nos estaba grabando de una manera por demás burda. Tampoco confiábamos en el auto que seguro ya estaba quemado. Este acontecimiento fue una prueba más para que se le hiciera un juicio revolucionario a Orueta en dónde se lo halla culpable de ser un infiltrado y se lo condena a pasarlo por las armas. El compañero que ejecuto la condena manifestó que Orueta no reconoció en ningún momento que era de los servicios, aunque las pruebas abrumadoramente lo condenaban, debido a que no pudo justificar lo de la ESMA ni tampoco lo de la grabación. Y no eran las únicas pruebas en su contra. Tampoco aclaro la entrega de la casa donde cayeron el Chicato Mosé, el Grandote Díaz y Rojitas. Además, al detenerlo se le encontró una identificación de los servicios secretos de aeronáutica.

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El exilio. Ya había aparecido la orden de mi expulsión en el diario “La Nación”, solo quedaba desesperar…, hasta poder abandonar el país. Mi Madre que me visito en todas las cárceles en las que estuve alojado, me dio la noticia en una visita a Sierra Chica. La buena, que me expulsaban del país, la mala, el fallecimiento de la Abuela Etelvina, su Madre. Ella había visitado varias embajadas solicitando el asilo político para mí. El primero en concederlo fue “El Reino de Suecia”, donde ya estaban asilados mis hermanos Marcelo, que fue militante de la Unión de Estudiantes Secundarios, luego de JP y Montoneros, que llegó a Suecia después de varias peripecias, con tan solo 17 años. Mi otro hermano, Eduardo y Amelia su esposa, que venían de las FAR y participaron de la creación de la Juventud Universitaria Peronista en Córdoba, con tres hijas pequeñas ya que la cuarta nació en Estocolmo. Tampoco, su salida del país fue algo fácil. Esto no hubiera sido posible sin el apoyo de la Cancillería Sueca, que también protegió “al Negro” Marcelo en su salida del país. La buena disposición del gobierno Sueco, tenía su explicación. Una funcionaria de S. I. D. A, la agencia sueca de ayuda al desarrollo, por esas casualidades de la vida habían llegado a Córdoba buscando el lugar más apropiado para la instalación de sus empresas multinacionales, en este caso la Atlas Copco, y la Saab Scania. La funcionaria se llama Eivor Halkier, hacía poco había sido mamá y era acompañada por su marido, un periodista, Nils Halkier, de origen danés. Ellos estaban desesperados buscando un sitio para vivir que no fuera una habitación de hotel, recurrieron

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entonces al Cónsul Honorario de Suecia en Córdoba que era dueño del Hotel Windsor, muy amigo de los padres de Amelia, Juan Manuel Montes “el Chiche” y su señora “Gogo” Montes, quienes vivían en la calle Paraguay cerca del Boulevard San Juan, que debajo de su casa tenían un departamento confortable que le prestaron a la pareja de nórdicos. Luego del estudio de mercado que hizo Eivor las dos empresas se radicaron en Argentina. Nils escribió un libro sobre el periplo de ellos en nuestro país. En uno de sus capítulos toca la realidad política de Córdoba y allí aparece la foto del cartel pidiendo por mi libertad que rezaba, ¿Que pasa General que hay presos peronistas en el gobierno popular?, Libertad a Carlos Rojo porque como ya comenté el compañero que los hizo imprimir, me cambio de nombre pensando que mi nombre real era Carlos. Esto facilitó enormemente el visado para mí y mi esposa Nora, y con anterioridad para mis hermanos Marcelo, Eduardo, mi cuñada Amelia Montes y las tres sobrinas. Eivor con el tiempo fue embajadora sueca en Nicaragua y tiempo después en Cuba. Otra casualidad, mientras caminábamos en los patios del penal de Sierra Chica, yo en broma, medio en serio decía que cuatro años era poco, y que seis años eran muchos de estar privado de la libertad. Pues el día exacto que cumplí los 5 años presos me pusieron en el avión de Lufthansa en Ezeiza rumbo a Växjö en la gélida Suecia… El 15 de febrero del año 1979. Previa escala en Frankfurt, cambiamos de avión y de compañía, de Lufthansa a SAS, para continuar nuestro viaje. Pero antes de que esto sucediera, primero me trasladaron de Sierra Chica a una comisaría en Azul, en un furgón para el traslado de detenidos, luego en tren a Capital Federal, a la superintendencia de la policía federal.

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Allí pude recibir la visita de Nora a quien no veía desde bastante antes del 24 de marzo de 1976. El día 15/02/1979 por la mañana junto a otro preso político que también había recibido asilo político en Suecia, nos sacan de coordinación federal al aparcamiento dónde se encontraba el Ford falcón que tuvimos que empujar para que arrancara… con destino al Aeropuerto Internacional de Ezeiza. Desde dónde partiríamos a la libertad tan anhelada. Antes de que subieran los pasajeros me llevaron esposado hasta el asiento que me correspondía, me quitaron la esposa de una de las manos, pusieron la que soltaron asegurada al asiento de adelante, tapada mis manos con la colcha que te dan en el avión. A todo esto, el comodoro que me llevaba hacia el avión me dijo que ni se me ocurriera regresar a Argentina porque era “boleta”, hombre muerto para entendernos. Que hiciera algo útil con mi vida… A los pocos minutos comenzaron a subir los pasajeros, entre ellos Nora. Mi madre me envío con ella un poco de ropa comprada sin saber mi talla ya que había perdido 55 kilos en los cinco años que estuve prisionero y un billete de 100 dólares. Todo el capital que teníamos para comenzar una nueva vida. Despegó el avión que hacía escala en Sao Paulo, llame a la azafata para pedir mi pasaporte. Vino el copiloto y me dijo que me quedara tranquilo, que rezara. Que en la parada de Sao Paulo no me permitían bajar y que siguiera rezando hasta volver a despegar ya que más de una vez en esa parada subían al avión militares y se llevaban a los “liberados”. El tiempo que demoro el avión en esa escala se me hizo eterno. Volvimos a despegar e insistí con mi pasaporte… Al rato llegó el sobrecargo con cara de pocos amigos y me dijo que este tranquilo que me lo darían al arribar a Alemania.

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Con Nora comenzamos a hablar más, recién después que estábamos cruzando el océano. Eran tantos sentimientos, recuerdos, miedos, ansiedad, que estaba totalmente bloqueado. Después que pude controlar la emoción que me embargaba le dije a Nora que pensaba que debía quererme mucho para acompañarme en este viaje. Y la respuesta fue: “Tranquilo que ahora vamos a conocer Europa, el resto ya veremos”. Típica contestación de ella… Al rato insistí en cuanto me quería, y volvió con una de las suyas. “Hasta cuando pensás vos, hasta que se acabe” … Mi militancia le creó problemas a toda la familia, de uno u otro modo. Nora fue expulsada de su trabajo, no se le permitió ejercer su profesión de odontóloga durante varios años. A su padre el Dr., José Soria Olmos lo dejaron cesante, igual que al mío. Mi madre fue pasada a tareas pasivas en la Escuela Carbó dónde ella ejercía como profesora de letras, para que no tuviera contacto con alumnos. Mis hermanos Eduardo y su esposa Amelia en la clandestinidad, igual que Marcelo cuyo alias era “el Oso”. Al “Flaco” Carlos Scarafia, esposo de mi hermana lo secuestro la patota del D2 solo para preguntarle por ellos, después de tres días lo largaron porque se dieron cuenta que nunca estuvo en nada que no fuera el pasárselo bien. La casa de mis padres en Los Aromos-La Bolsa, cerca de Alta Gracia, al principio, y luego la casa de los padres de Amelia, en Nono, les sirvieron como refugio y se turnaban mi madre Silvia, y Gogo para hacerles llegar alimentos y noticias. Estando preso me vinieron a visitar, hasta que el hermano de “Fermín”, de apellido Lanoscou, les dijo que cuando lo torturaban a él, no dejaban de preguntarle por ellos. La verdad que tuvieron una suerte inmensa que lograron zafar.

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Eduardo y Amelia, a mediados del 74 habían dejado montoneros, y el Flaco (Eduardo) estando de visita en la cárcel, le pidió una cita a Niki Ceballos que era el responsable del PRT, para ingresar a sus filas. Por experiencia no fue él a la cita, sino que fue Amelia como quien pasea a su hija en el cochecito por el Parque Sarmiento, ella pudo pasar, si iba Eduardo, lo agarraban en el mejor de los casos. La cita estaba cantada… “El Oso” Marcelo, él cuarto de mis hermanos, estaba en la célula del Chicato Mosé, con quien tenía una muy buena relación y con el Gordo Pipi. Un gran compañero que vivía sobre la misma calle de nuestra casa, pero a unas seis cuadras en dirección al Barrio Yapeyú. Al llegar a Växsjö una noche que nevaba y con menos 20 grados, la familia vino a esperarme. Amelia y Eduardo en su auto con las nenas, y Marcelo en su auto con una novia sueca. Allí nos dio la bienvenida un chileno que trabajaba como traductor para la sección de inmigrantes. Él tenía como misión llevarnos a Nora y a mí al Campamento de Álvesta que era el sitio donde estábamos destinados hasta que aprendiéramos el sueco y pudiéramos integrarnos al mercado de trabajo. Por supuesto que no fuimos a Álvesta, después de cinco años de cárcel, tener que pasar por otro campo de concentración, ni loco. En contra de la voluntad del chileno, nos fuimos a Estocolmo sin pensarlo dos veces y sin los pasaportes que se los quedó él. El viaje a Estocolmo fue una verdadera locura, no paro de nevar en todo el trayecto. Pero llegamos sanos y salvos. Ya arreglaríamos el quilombo que monte a partir del lunes. Gracias a Eivor, la amiga de la familia de Amelia, funcionaria de relaciones exteriores, que habló con

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Invandrar Verket, la oficina de inmigración, pudimos quedarnos en Estocolmo contra todo pronóstico. A las dos semanas de convivir en casa de Eduardo y Amelia, la oficina de inmigrantes nos consiguió un departamento en Täby, un barrio al norte de Estocolmo. Allí nos fuimos a vivir con Nora, no sin antes haber pasado por N.K y Ahlens, dos grandes almacenes dónde nos vistieron de pies a cabeza con ropa de excelente calidad, a cargo del estado sueco. Decían que era el regalo de bienvenida del Rey de Suecia. Estábamos deslumbrados por lo hermoso del paisaje y el progreso que se veía en todos lados. No había repartición que no tuviera todo datorizado. La efectividad a la hora de hacer trámites era increíble. Comenzamos el curso de 300 horas de sueco, que nos serviría para comunicarnos ya que los dos solo hablábamos castellano y algo de inglés. El transporte público era excelente, los horarios los cumplían, si no te avisaban por megafonía en el metro. A pesar del enorme frío, todo estaba acondicionado para soportarlo sin que te dieras cuenta de ello, salvo cuando salías a la calle. Una sueca amiga de Amelia y Eduardo creó una comisión en Amnistía Internacional para pedir por mi libertad, pero al llegar a Estocolmo tenía miedo de acercarme a la gente después de lo vivido en la cárcel y no quise verla porque yo no estaba bien. Pasado el tiempo cuando quise agradecerle, ella estaba resentida conmigo y no accedió a vernos, cosa que entendí y lamente. Sólo participe de las manifestaciones en Suecia, cuando la guerra de las Malvinas y no quise tomar contacto con ningún argentino en el exilio. Solo los saludos protocolares cuando me encontraba con alguno. En casa de Amelia y Eduardo que vivían en un barrio llamado Skärholmen, conocí a los hermanos y padres del Isi, un compañero de la JUP de quien no conocía su

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existencia, que fue secuestrado y hoy es uno de los 30.000 desaparecidos. La familia Zucarías – Hit, que habían compartido con Pancho Ribas y su familia la espera en Brasil, hasta que el alto comisionado de Naciones Unidas les reconociera su condición de exiliados políticos y pudieron viajar al exilio. Con los únicos que mantenemos contacto es con Dalal y Samie Hit, su madre. Con el Celia y el Negro que también estuvieron exiliados en Suecia. Nora y Celia se hicieron amigas en los cursos de sueco y la amistad aún perdura. También conocí a Franz y Chía, una pareja mayor encantadora que hacían de anfitriones a todos los argentinos que llegaban a Estocolmo. Con Franz tuvimos alguna agarrada porque él venía del PC y no toleraba nada que oliera a peronismo. Era terriblemente gorila el bueno de Franz. En el 79 fui invitado a una reunión en Estocolmo, porque un enviado de Mendizábal me quería ver para que me sumara a la segunda contraofensiva, fui a la reunión, agradecí la invitación y le mande a decir que seguían totalmente aislados de la realidad. Que ya no eran nadie en nuestra tierra “políticamente hablando”. Que ellos, la dirección, eran los responsables de seguir enviando compañeros a la muerte. Como decía Eduardo mi hermano “vos siempre haciendo amigos”, cosa que con los años se agudizo… Mientras estudiábamos el sueco, para que me fuera recobrando después de haber vivido en el infierno. Comencé a trabajar para ayudar a la economía familiar, como “limpia baños”, “lava copas” en un restaurante de Gamla Stan (ciudad vieja en sueco). A medida que avanzaba en el conocimiento del idioma conservé ese trabajo y empecé como conserje en una escuela por las tardes y vendiendo boletos en las estaciones del metro de Estocolmo por las noches. Luego de hacer un curso,

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accedí a conductor del metro, conservando el horario de la noche. Mientras tanto, Nora luego de las 300 hs básicas de sueco, comenzó en la Universidad de Upsala, el sueco para personal de la medicina. Una vez que lo aprobó, tuvo que volver a estudiar odontología porque al no haber convenio entre Suecia y Argentina su título de la Universidad Nacional de Córdoba no era homologable. Así que luego de 4 años de estudios, se recibió de Cirujana Dentista en el Instituto Carolino de la Universidad de Estocolmo. Lo bueno de esto es que cuando fuimos a España el título sueco no tenía valor y sí el argentino, hasta que Suecia entró en la comunidad europea. En Estocolmo todo fue bien, allí nació nuestro único hijo, Julio César, igual nombre que su padre y abuelo, hasta que tuve un accidente de trabajo que me produzco una gran depresión. Mientras conducía el Metro, una joven sueca se tiró a las vías del tren y la arrollé. A partir de eso me vinieron los recuerdos de la cárcel, la tortura y todo lo vivido. Fue gracias a la Dra. Eliana Arellano, una psiquiatra chilena que estuvo muy cerca del Movimiento de Izquierda Revolucionario de Chile (MIR) y a la esposa de José “Pepe” Fierro (detenido por la toma de La Calera, pueblo en las cercanías de Córdoba) que era psicóloga de Córdoba en Argentina, que se encontraba exiliada también en Suecia, de quien no recuerdo su nombre, ellas me sacaron adelante después de dos largos años de tratamiento, me diagnosticaron “stress post traumático”. Me recomendaron que fuera a un país de habla hispana para que fuera más eficaz mi recuperación. Pero debido a que ya lo había intentado en Argentina antes del “accidente” en el metro, decidimos volver a empezar en Palma de Mallorca, España.

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Sin la ayuda y el permanente apoyo de Nora, no me hubiera recuperado. Antes había intentado volver a Argentina en el año 1982, pero no me dejaron… Adjunto la resolución que por casualidad encontré en Google. “Firmante: Director General de Seguridad Interior, Cnel. Carlos Alberto Tepedino Fecha Desde: 01/09/1982 Fecha Hasta: 01/09/1982 Archivo: 80AH008209_277.pdf

Miércoles, 2017-03-22 18:14 — administrador. Nota Nº 1323 dirigida al Jefe DASE Consejero Marcelo Colombo Murua ref. a DASE Nº 919 solicitando reingreso al país de Julio Cesar Rojo Luque, se informa que la Comisión Asesora en Plenario realizado ha resuelto que no se acceda a lo solicitado por el causante”.

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Nora, mi fiel compañera de toda la vida. Nora, nació en el Ingenio Bella Vista, una población tucumana, pero pronto sus padres se trasladaron a San Fernando del Valle de Catamarca, capital de la provincia del mismo nombre en el norte argentino. Allí hizo sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Normal Clara J. Armstrong de la ciudad de Catamarca. Luego continuó sus estudios de odontología en la universidad de Córdoba y la conocí por intermedio de unas compañeras de la JP que estudiaban juntas. Raquel y Esther se llaman las que fueron sus compañeras de estudio, ellas militaban en el frente barrial del Frente Estudiantil Nacional (FEN) en las seccionales 5ta y 3ra respectivamente y eran muy amigas de Cielo, una entrerriana estudiante de medicina, y la compañera de Rodolfo “el turco” Vittar, quien era el referente más conocido del FEN y uno de los integrantes de la mesa nacional del mismo. Rody era un santiagueño entrañable, con todos los vicios de su práctica política en la universidad. Yo le decía cariñosamente, “el Rey de la manija”. Con ellos se incorporan a las FAR, el Oso y la Pobre, el Polo Gómez, la Luisa Montaldo, que era abogada laboralista, y un sin número de compañeros que tenían una gran experiencia en el trabajo barrial, sindical y universitario. Con su incorporación, las FAR dimos un gran salto, tanto en lo cuantitativo como en lo cualitativo. Ellos, o la gran mayoría también asumían el peronismo desde el marxismo. Esto allanó el camino de las discusiones para su incorporación. Una tarde en la sede del PJ que estaba en la calle Hipólito Irigoyen frente al Buen Pastor, antigua cárcel de mujeres, me encontré por primera vez con las tres amigas y una de ellas me robó el corazón…

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Ahí nomás empecé a averiguar quién era. La que me hablo de ella fue la Cielo, que si no se había recibido de médica estaba terminando la carrera. Ella me dice que es catamarqueña, pero que tiene novio en Catamarca, además “no le da bola a nadie” … Ese comentario, en vez de desanimarme, lo recibí como un reto, y dirigiéndome a Cielo le dije, esa morocha va a ser mía… Me miró con sorpresa dejando pasar mi comentario machista… A los pocos días volvimos a vernos en el mismo sitio con Cielo y me pregunto “si ya estaba de regreso a la tierra”, que Nora, que así se llamaba la catamarqueña, justo estaba allí con sus amigas y me la podía presentar. El solo pensar que podía acercarme a ella me puso de todos colores, lo que Cielo capto en el aire, ella muy divertida me dijo vení, acompáñame, la seguí como carnero que llevan al matadero, ya no podía hacerme atrás, ya estábamos frente de ellas y comenzó a presentarme. Chicas, este es Carlos, un compañero de la JTP que quería conocerlas… En ese momento alguien me llamó y aproveche para desaparecer. A partir de ese momento todas mis citas, las posibles claro, las derivaba para allí, para la sede del partido, y Cielo va y se lo comenta al Rody. Para que… Se enteró hasta el canario de mi interés por la catamarqueña. Algunos comenzaron a hacer apuestas, la mayoría me daban como perdedor, debido a mi exceso de peso. Un día, allí en la sede del partido, preparé todo para cuando llegaran las tres amigas invitarlas con mate dulce que era lo que ellas tomaban mientras estudiaban. Cebé el mate, le ofrecí a Nora que no me lo acepto. Así que deje de cebar y las otras se miraban y reían. Mi abuela siempre decía que no hay nada más ridículo que un varón enamorado…

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Un domingo en casa, estaba despierto y vestido desde la mañana a la tarde recostado en mi cama, mi madre pasaba, miraba y seguía, así varias veces, ya cuando atardecía sentí el comentario en voz alta que le hacía a mi padre, “tu hijo está enamorado” se ha pasado todo el día en cama sin leer el periódico, sin escuchar la radio, y lo peor, sin un libro. No sé cómo averigüé que Nora vivía en una pensión de estudiantes junto con sus hermanos mayores Yolanda y José que estudiaban medicina, y que quedaba en la calle 9 de julio 1157, cerca del sindicato de Empleadas del hogar que quedaba a la altura del 800 o 900 de la misma calle, lo que me permitió preguntarle un día, si podía acompañarla ya que tenía una reunión en ese sindicato. A partir de allí casi fue una costumbre acompañarla cuando se iba a su casa. Un día mientras caminábamos rumbo a su casa, tuve la feliz idea de intentar poner mi brazo sobre sus hombros, ella con elegancia y gran firmeza me pidió que no volviera a intentarlo. Tres veces me le declaré, las tres veces me dijo que lo nuestro era una bonita amistad y nada más, que por favor no insistiera porque tenía novio en Catamarca. Esto no hizo más que acrecentar mi decisión de seguir hasta que me diera el sí o el no definitivo, pero mientras hubiera una rendija allí estaba firme. No hay peor sordo que el que no quiere oír… Un día 9 de julio del año 1972, “El Colorado” compañero de ATE, nos invita a una unidad básica donde se haría un bailongo, al que fuimos con Nora. Apenas llegamos le rogué al Colorado qué si me veía sacarla a bailar a Nora, que pusiera música lenta, algún bolero. El muy chanta me perjuro que sí, que así lo haría. La saco a bailar a Nora, y a la mitad del bolero, el desgraciado, puso un LP del club del clan que era de rock. Me quede paralizado y sin saber qué hacer, mientras el “Colorado” se moría de risa a mis costillas.

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Nora, como si nada se puso a bailar el rock y viendo mi estado calamitoso y el papelón que estaba haciendo, se apiado de mí y nos fuimos a sentar. Siempre fui un pata tiesa. A ella le encanta el baile y lo hace muy bien, con enorme gracia. Por suerte el Chango nuestro, salió a su madre. Antes de que viajáramos a Ezeiza al encuentro con el General Perón, Nora viajó a Catamarca, al regresar, una tarde fui a pedirle que me diera su respuesta. Llamé al timbre y cuando salió, sin mediar palabra me paso sus brazos sobre mis hombros, me atrajo hacia ella dándome un beso en la boca. Desde ese feliz momento, seguimos juntos contra viento y marea. Lo que más me atrae de ella es su optimismo, el tener siempre sus pies sobre la tierra, su sensatez, su fortaleza, su alegría de vivir, su dulzura. Nora venía de una familia peronista, su padre, médico, siempre andaba en campaña por todos los rancheríos y pueblos catamarqueños. Don José estaba en el grupo opositor a los Saadi. Don Ramón Saadi más de una vez le pidió que se sumara a sus filas. Nora no militaba en la JP de la 5ta, pero ayudaba en acciones solidarias. Cuando regresamos de Ezeiza dejo de hacerlo, porque entendió que la dirección de montoneros se equivocaba yendo en contra de Perón. Al mismo tiempo el Chacho Lewinger en una reunión dónde estaban todos los responsables de columna, me conminó a que la deje a Nora porque ella no era de la organización. Ya a esa altura de los acontecimientos, el Chacho junto a toda la dirección de Córdoba y también la nacional, se podían ir al carajo. Estaba cansado del manoseo, de la falta de discusión política.

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El Fede había sido trasladado a Buenos Aires con su compañera Soledad. Al Polo no lo veía, le habían prohibido que nos viéramos. Tenía la sensación de que todo lo que pensaba, decía y hacía no les caía nada bien a la dirección, pero tampoco me lo discutían. Me aislaron totalmente. Solo valía el aquí mandamos nosotros y no puede haber disidencia. Para transmitirle a Nora lo que me pedía el Chacho, nos citamos en la Plaza Colón, se lo dije, después de un momento de silencio, me preguntó cuál era mi decisión. Solo la besé, mi elección era ella y solo ella, así se lo dije. Ya me había dado por vencido. Sólo no podía variar el rumbo de la política de la organización. A la vez, nunca sería el que iniciara una escisión, jamás me lo permitiría. Estaba en un callejón sin salida… Con Nora, por seguridad teníamos que vernos solo en privado. No mostrarnos juntos para evitar que ella tuviera problemas con los represores, no con la orga. Esto duró hasta que pedí que la trajeran a verme después del balazo que me dieron el 17 de octubre del 73. Ella coincidió con el Chacho, en la posta sanitaria dónde me recuperaba, y este no le dijo nunca nada de nada. Varios compañeros vinieron a verme allí. Todos me preguntaban y se preguntaban el porqué de lo sucedido. Nunca abrí la boca, salvo para tirar balones fuera y no hacer más delicada mi situación, porque como siempre dije, yo no encabezaría una división interna jamás. Hace cinco años atrás, en casa de mi hermano Eduardo en Córdoba, dónde ese día nos juntamos en un asado viejos compañeros, y Héctor “el flaco Alcides” Pardo casado con Soledad Martínez Agüero, hermana de la Negrita la esposa del “traidor de Firmenich”, estaban invitados. Le dije a Eduardo y Negrito que me acompañaran a preguntarle al “flaco Alcides”, ¿porque habían hecho eso conmigo, porque quisieron ejecutarme?

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¿Cuáles eran los motivos para sacarme del medio? Les pedí que me acompañaran en calidad de testigos a lo que Eduardo se negó, el Negro Paulino vino conmigo (rogándome que no hiciera quilombo) y le pregunte a Alcides el porqué de mi ajusticiamiento. Contesto que no se podía hacer autocrítica después de tantos años. Que debería haberlo pedido a la conducción en ese momento, pero no negó los hechos, ni dijo que fue un accidente. Se le subieron los colores en la cara ante la pregunta que no esperaba. Ya estando en la UP1, cuando nos cambian el régimen de visitas y solo podían entrar los familiares directos, tomamos con Nora la decisión de casarnos. Nos casó el Padre Luchessi, párroco de la cárcel, el 10 de enero del año 1975. A la fiesta de boda, en casa de mis padres, asistieron todos los parientes cercanos, menos el novio, porque me case por poder, al no poder estar presente. Desde bastante antes del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, no la volví a ver a Nora hasta dos o tres días antes de salir al exilio, cuando vino a saludarme a los calabozos de Coordinación Federal, junto con mi madre. Un tiempo antes cuando comenzaron a dejar pasar correspondencia, aunque censurada, en la cárcel de Sierra Chica, me llegó una postal de ella con una rosa y la leyenda decía, “solo piensas que te falta todo, cuando ya no te falta nada”. Era una postal para difuntos… Nora que se encontraba en Catamarca en la casa de una íntima amiga con quien compartían la habitación en la pensión de la calle 9 de julio en Córdoba, le comenta a la madre de su amiga Silvia, la tarjeta que me había enviado, y la madre de Silvia le dijo, “pero Norita eso es un saludo que se envía cuando hay algún difunto”.

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Le causo mucha gracia a Nora que no podía dejar de reírse. Mientras yo, en mi celda, estaba encantado sabiendo de quien venía. Luego del episodio de las pastillas de Disneal, lo que me ayudo a soportar los 21 meses de soledad, era revivir todos los momentos que pasamos juntos con Nora, el soñar el futuro de amor que nos esperaba cuando llegara la ansiada libertad. Hoy ya jubilados, esperamos nuestra primera nieta que tiene fecha para el 12 de octubre, pero creo que nacerá el 17 de octubre… El día de San Perón… A nuestro hijo Julio, lo criamos en el cariño y no en el resentimiento. Quizás por todo lo vivido, nunca se interesó en seguir mis pasos. Además, se enteró de mi militancia atravez de sus primos en Catamarca. Uno de los motivos de estas memorias, sino el principal, es para para contarle parte de mi pasado. La lucha que miles de jóvenes emprendimos contra una dictadura militar, con el objetivo de vivir en una sociedad más justa y solidaria.

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Homenaje a Carlos Olmedo. Hacía años que veníamos hablando con algunos compañeros (Negrito, Amelia, Eduardo) que teníamos que hacerle un Homenaje a nuestro comandante Carlos Enrique Olmedo que cayo junto a 4 compañeros en el Combate de Ferreyra el 3 de noviembre de 1971 en Córdoba. Por esas equivocaciones que a veces uno tiene, en una de mis visitas a Argentina, resulta que salí beneficiado por el destino. Me invitaron a un homenaje a Zuma Paz, en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno en Buenos Aires. Se realizaba en el anfiteatro Jorge Luis Borges a las 18:00 hs., de un jueves. Fui y me senté a esperar en unos bancos de madera que hay en el vestíbulo. Allí me vieron unas chicas empleadas muy amables que me informaron del cambio del homenaje para día siguiente en otra sala más pequeña. En ese momento que las chicas me informaban, salió del anfiteatro el director de la biblioteca nacional, el Filósofo Horacio González a quien conocía de haberlo visto en fotos en los periódicos y nada más. Yo andaba con muletas después de la primera operación de espalda, así que me apuré a seguirlo, le di alcance justo cuando llegaba el ascensor que él llamo. Lo salude, me presente como expreso político y que quería regalarle a la Biblioteca Nacional, la colección completa de las Revistas Folclore debidamente escaneadas, además solicitarle un local para hacer la presentación de estas. Y también un homenaje a Carlos Olmedo a quién el director me comento que había conocido en la facultad de filosofía de la UBA. Me miro con cierto recelo por mi audacia, supongo, y me dijo que el lunes siguiente viajaba a Londres a una

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conferencia y que el día 8 de octubre pidiera cita con él, así hablábamos de los dos temas. Me acompaño a dónde él tenía su despacho, solicito a unos pibes que agendaran la cita para el día 8/10/2015. Nos saludamos y despedimos, no sin antes haberle agradecido su compromiso. Luego comencé a llamar a los a los amigos, ex FAR, para decirles que ya no teníamos excusas para seguir sin concretar “el tan hablado y postergado” homenaje a Carlos Olmedo y todos los caídos ese nefasto día. Los llamé al Negrito Paulino, al Pancho y también a Gustavo y a La incorregible. Los cité en Buenos Aires. El 8 de octubre tuvimos la reunión con Horacio González, estábamos con el Negrito y Pancho en una sala y también participó una sobrina mía, “La China” que con el cambio de gobierno fue despedida por su activa participación en ATE, gremio que agrupa a los trabajadores de la Biblioteca Nacional. González nos pidió encarecidamente que no fuéramos a contar “batallitas”, sino que centráramos el homenaje en el gran intelectual que fue Carlos Enrique Olmedo. Concertamos la fecha en principio para el 26/10/2016 olvidando que el domingo 25 eran las elecciones dónde ganó cambiemos, por lo que corregimos al miércoles 28/10/2016 así podían venir los invitados especiales, los trabajadores de Sitrac – Sitram y delegados de Perkins. Que fuera el día 26 tenía sentido, ya que se cumplía un nuevo aniversario de cuando López Aufranck, comandante del 3er cuerpo de ejército entro con las tanquetas a las fábricas. Despidieron más de 400 trabajadores. Detuvieron a más de 200 compañeros de las comisiones directivas, cuerpos de delegados y activistas en general y les quitaron la Personería Jurídica a los dos sindicatos. Es en ese marco que surge la “operación del secuestro de Saporitti” director de prensa de la FIAT, con el resultado que todos recordamos como el “Combate de Ferreyra”.

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A propósito de esto quiero referirles una anécdota. Pocos meses antes del fatídico 26/10/1971, día en el que el general López Aufranck irrumpió con sus tanquetas dentro de las fábricas de Fiat Concord y Fiat Materfer, el Compañero Florencio Díaz, secretario general del sindicato de fábrica de Materfer, un peronista de larga historia en las luchas sindicales me pidió qué si podíamos encontrarnos a solas en la misma sede del sindicato que quedaba en la esquina de las calles, Boulevard San Juan y la calle San José de Calazans. Florencio, a quien apodábamos el Negro, que se sentía parte del Peronismo de Base sin estar encuadrado, quería hablar conmigo, sabiendo de mi pertenencia al PB y a las FAR, para decirme que habían tenido dos reuniones de la comisión directiva del sindicato y algunos delegados, que todos los integrantes de la comisión, menos dos o tres que no eran peronistas, querían ingresar en las FAR porque entendían que la justa lucha por las reivindicaciones del sindicato tenían un límite y ellos querían ser parte de la organización. Yo transmití esto a la dirección de las FAR en Córdoba, en particular al Chacho Lewinger. Pasaron dos semanas y el Negro Florencio me pregunto porque no había respuesta de parte de la dirección, además me expreso que sí no les interesaba lo intentarían con las FAP. Insistí, y el Chacho me dijo que estaban esperando porque no hallaban la forma de encuadrarlos a los compañeros, que era “algo muy pesado” por la representatividad de estos. Pero que hablara con el Negro y lo tranquilizara que ellos ya eran de las FAR, pero había que encontrarles una forma de encaje orgánico. Hace poco tiempo, supe que ingresaron a los Sabino Navarro, pero salvo el Negro Florencio, ni quienes ni cuantos más con él. Hasta no hace mucho, juraba que habían ingresado a las FAR.

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Sorpresas te da la vida… La incorporación de este grupo de compañeros obreros me hizo ver que nuestra política era correcta, los compañeros obreros se iban sumando poco a poco a las organizaciones. Sin trabajo de base no hay organización, solo sellos, y los que quieren el puestito, por eso tanto fracaso, tanta atomización y alcahuetería. Rencillas fruto de la escasa o casi nula formación de muchos de los compañeros. Retomando la intervención militar en las fábricas a la que los compañeros nos pedían que diéramos una respuesta, me llega una cita que creo sin estar seguro, que fue el Gordo Tincho el que me la paso, pero no lo puedo asegurar hoy en día. La cita era en café cerca del Parque Sarmiento. Llegue puntual, pedí un café, pague, y a los pocos minutos llegó el compañero que no era otro que el mismo Jóse, nuestro comandante Carlos Enrique Olmedo. El Jóse quería saber en qué estado habían quedado los sindicatos después de la represión militar del 26 de octubre y las necesidades de los compañeros. Le transmití lo que los compañeros pedían, que la organización hiciera alguna acción de apoyo a los sindicatos, lo que fuera… Nos despedimos con un abrazo. Nunca más lo vi. El 3 de noviembre me enteré por la radio de la caída de los compañeros, fui a mi cita y comenzamos a levantar casas. Estoy absolutamente seguro de que la caída del comandante de las FAR, Carlos Enrique Olmedo, cambió la historia. Con el vivo, no se hubieran cometido tantos errores. Su inigualable talla intelectual y humana no la tuvo nadie más. Fue único, y la perdida más grande que tuvimos. Nadie más pudo ocupar su lugar.

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No hace mucho me enteré, creo que, por Pancho, lo contento que estaba el Jóse, porque venía a Córdoba a hacerse cargo de Montoneros el Negro Sabino Navarro… En poco tiempo la casualidad, o una mano negra, hizo que perdiéramos a dos grandes compañeros lo que permitió que ascendiera el que se convirtió por su soberbia e incapacidad, en el jefe de todas las derrotas, “el Pepe” Mario Eduardo Firmenich. Aquí les dejo este artículo del diario Clarín que me pareció objetivo, a pesar de que sabemos de qué lado de la grieta están. (Artículo del diario Clarín). “Un mes y medio después de su secuestro en la playa de San Isidro, Roberto Quieto, en ausencia, fue sometido a un juicio por “deserción y delación”. Montoneros lo condenó a la pena de “degradación y muerte”. Es decir, si a fines de 1975 Quieto había sido secuestrado por los militares, la conducción montonera reforzaba la pena: en caso de que apareciera, ellos proponían matarlo. Pesaron sobre el condenado dos cargos: que se había entregado con vida y que habría proporcionado información al enemigo sobre citas y locales de la Organización. Roberto Quieto, por su supuesta delación, rompía con el mandato que bajaba a sus militantes la conducción montonera: con “firmeza política e ideológica” se podría mantener silencio en las sesiones de tortura. Era más una cuestión ideológica antes que de resistencia física. Pero, además, en otra promesa para alcanzar el heroísmo, recomendaban ingerir la pastilla de cianuro y sacrificar su vida para nunca entregarse vivos, como había sucedido

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con Quieto. Para él, en cambio, con la condena del Tribunal Revolucionario, sólo quedaba el estigma del “traidor”. El Tribunal no era inocente en su condena al “número 3” de Montoneros. Al momento del secuestro, Quieto era crítico de la estrategia militarista del “1” y el “2”, Mario Firmenich y Roberto Perdía. El Negro Quieto pronosticaba una inexorable derrota, que contradecía los planes triunfalistas de Montoneros en favor del golpe de Estado para “desenmascarar” al verdadero enemigo y enfrentarlos en una “guerra popular y prolongada”. Quieto, en cambio, proponía que la guerrilla rompiera su progresivo aislamiento, dialogara con las fuerzas políticas y se sumara a una oposición civil que impidiera el golpe de Estado. La voz de Quieto, abogado, proveniente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), no tenía incidencia en el alto mando montonero; estaba apartado de las decisiones. Frente a un potencial disidente político, antes que promover el debate interno, para Montoneros fue más simple acusarlo por su “debilidad política” y de “situaciones familiares irresueltas” y aplicar sobre él un mensaje interno disciplinador. Presentarlo como un traidor. La excepción al heroísmo. Años más tarde, nuevos testimonios demostrarían que Quieto, cuando fue secuestrado, había preservado la infraestructura, la logística, las finanzas, e incluso la vida de los miembros del Tribunal que luego lo condenaría. Y lo poco, y aún sujeto a dudas, que había “entregado”, lo había hecho 48 horas después de que su familia denunciara el secuestro en la radio y los diarios”. Fin del artículo. El hecho de que el Pepe Firmenich y su familia, no dejaran la casa donde vivían hasta después de 10 días de la

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“Caída” del Negro, que además era la casa dónde se realizaban las reuniones de la dirección nacional de montoneros, contradice totalmente las acusaciones de traición que le hicieron, y ni Firmenich ni la dirección nacional jamás lo explicaron. Hay declaraciones de un conscripto que presencio la salida del primer “Vuelo de la muerte” en la cual dice que una tarde vio como subían a un avión a cinco personas, entre ellas una nena de unos 5 años que subía y bajaba las escaleras del avión jugando y así acompaño a su madre a la muerte. Vio también a un hombre que caminaba con dificultad subiendo las escaleras del avión, como si estuviera drogado, que le pareció conocido. Cuando este detenido se golpeó la frente al entrar en el avión, al girarse desorientado, pudo ver al querido Comandante Roberto Jorge Quieto, a quien reconoció por haberlo visto en los diarios y en la TV. Ninguno de los cinco detenidos, incluyendo a la nena de 5 años, regresó de ese vuelo. Esto de la forma de deshacerse de los que no estaban de acuerdo con la desastrosa política de la conducción nacional, se repite en muchos casos a distintos niveles de la organización… Otro caso fue la caída de Julio Roqué, “Lino o Mateo”, quien justo después de enviar un informe a la conducción nacional donde decía que la represión avanzaba como una mancha de aceite, arrasando con todo como una topadora a su paso. Mateo en 1975 dirigió la Regional Buenos Aires de Montoneros y desarrolla una visión crítica hacia lo que considera un aislamiento de la organización respecto de la actividad laboral o social de los militantes, señalando el encierro que implica la clandestinidad e impulsando a no cortar los lazos con los

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sindicatos, con los barrios y las agrupaciones de superficie. Cuando se produjo el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, toda la conducción nacional sale del país, menos Mateo, quien permanece en el país para organizar la resistencia. A principios del año 1977 “Mateo” consideraba que, si se seguía la estrategia del año 1976, la separación del aparato de la organización con las masas era previsible su aniquilamiento total dada la enorme disparidad de fuerzas, por lo que proponía combinar el accionar militar con la resistencia y el accionar de las masas. La conducción montonera en el exilio no aceptó esa interpretación, pero Roqué nunca se enteró. Luego de una delación muy oportuna…, (“otro disidente que corría el mismo camino del Negro Quieto”), el 29 de mayo de 1977 “Mateo” fue localizado por fuerzas de seguridad en una casa de la localidad de Haedo, ciudad del Gran Buenos Aires, intentaron detenerlo y se entablo un combate desigual, un combate de varias horas que terminó cuando Mateo se quitó la vida haciendo estallar una granada, después de destruir papeles y documentación de la organización. Su cuerpo fue trasladado al centro clandestino de detención de la ESMA. El Negro Florencio fue sacado de la UP1 de Córdoba dónde estaba detenido y fusilado junto a otros compañeros por orden del genocida Luciano Benjamín Menéndez. El Negro Florencio, después de haber sido cesado en Materfer, consiguió trabajo en Obras Sanitarias de la Nación y al poco tiempo de ingresar fue elegido delegado por sus compañeros. Siempre pensé que el Negro y los demás compañeros de la directiva de Materfer, menos los que no eran peronistas, y algunos delegados habían entrado a las FAR,

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pero me llamaba poderosamente la atención que no tuvieran contacto con la Columna sindical. No lo entendía. Se lo pregunte al Chacho Lewinger que no quiso contestarme. Solo dijo que estaban encuadrados y que no averiguara más… A los pocos días viajando en el bus que pasaba por la esquina de casa, el 101, veo en frente del Mercado que queda sobre el Boulevard San Juan, en un bar, que estaban reunidos el Negro Florencio, el Gringo Schiaretti, el Gringo Alberione y dos o tres más. (“Buen lugar para reunirse y pasar desapercibidos”). Siempre me quedo la duda del porqué… Y la certeza absoluta al mismo tiempo de que era su forma de aislarme, querían cortarme todos los contactos con el frente gremial, y en los hechos lo hicieron. No querían un mando intermedio que cuestionaba su militarismo cada día más acentuado. Pero como decía el Jóse, Carlos Olmedo, “los fierros pesan, pero no piensan". Hace unas semanas me confirmo “Chiquito Schneiter” que habían ingresado a Los Sabino Navarro, pero que desconocía la historia. De la preparación del Homenaje, les puedo contar lo que me transmitió el Negrito, que fue quien llevó en soledad la carga de hacer un evento de esa envergadura. De la Biblioteca nombraron contactos al Negro para el homenaje y a mí para la presentación de las Revistas Folklore. Lo del Folklore ya estaba hecho, fue un trabajo en equipo que habíamos presentado en el 50 Aniversario del Festival Nacional del Folklore en Cosquín en enero del 2011. Es un trabajo que nos llevó 7 años el hacerlo con un gran costo monetario y muchas horas de escaneo y

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recuperación de las revistas que algunas estaban en un estado lamentable. Fue un trabajo realizado en equipo, cuatro argentinos y un “gallego” de Madrid. Al trabajo de recopilación de las revistas, le faltaba completar con la investigación sobre las discográficas de la época, además situar políticamente a la editorial de la revista. Y la línea política de los folcloristas de esos años. Al investigar nos dimos de cara con la sorpresa de que los editores de la Revista folklore, Alberto y Ricardo Honegger, editaron también la revista de la jperra “el caudillo” y colaboraron en la compra de armamento para la “jperra” de Julio Yessi y para las AAA de López Rega. (“Porque así, entre gallos y medianoche, Yessi ocupó por designación de Lopecito la dirección del INAC, el Instituto Nacional de Acción).

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López Rega, el lado obscuro del peronismo. (Diario Noticias, 17/12/73). El agente arrepentido Horacio Paino aseguró que era Conti, conductor de la prensa ministerial, el enlace entre los grupos de la AAA y López Rega y que a través de él se vehiculizaban los fondos para la compra de infraestructura operativa. Los cheques desviaban el dinero de Sucesos Argentinos, Télam y Honegger el taller donde se imprimía El Caudillo, para pagar el armamento de los parapoliciales de Julio Yessi, del subcomisario Rodolfo Almirón, de su suegro el comisario mayor Juan Ramón Morales y de Miguel Ángel Rovira. Las armas, contó Paino, venían de Pedro Juan Caballero, una ciudad paraguaya en cuyas calles flotaba la atmósfera densa del trasiego de traficantes. Eran, dijo Paino, ametralladoras “Stein”. Quizá Paino se haya equivocado. Tal vez fueran ametralladoras “Sterling” con silenciador, iguales a las del cargamento de cuatro cajas que descubrieron por casualidad en un galpón del ministerio y que desaparecieron después de que un comando las sustrajera para devolverlas más tarde... vacías. Pero que las armas habían estado allí..., no cabía duda. Uno de los instructores de la causa no olvidará que “eran 10 MK7 o MK10 más silenciadores y una especie de escopetas pajeras”. El origen de las armas era la Sterling Engineering Company, de Dagenham, en el condado de Essex, y los vendedores, o los intermediarios, unos tipos de nombre Binstock y Murdoch. Tiempo después del golpe militar de 1976, la Justicia argentina envió un exhorto a Londres. Pretendía que Su Majestad, o el Foreign Office, intercedieran ante el coronel a cargo de la Sterling para que suministraran los datos del pagador. Querían saber quién había sido el emisor del cheque o, en caso de que

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la compra se hubiera hecho en efectivo, el nombre del adquirente. Su Majestad respondió que todos los papeles relativos a aquella operación habían sido destruidos. La investigación pasó de mano en mano y nadie puso demasiado empeño en el esclarecimiento de la causa 7/77 “Yessi, Villone S/Denuncia art. 241”. No entusiasmó al primer magistrado interviniente, el titular del juzgado federal 1, Alfredo Nocetti Fasolino, ni a Juan Fégoli, tampoco a Eduardo Marquardt y mucho menos a María Romilda Servini de Cubría”). El día del acto en la Biblioteca Nacional, quien presentó a los disertantes fue el Maestro riojano Don Ramón Navarro miembro de la comisión directiva de SADAIC y ex integrante del para mí, mejor conjunto de Folclore argentino, Los Cantores de Quilla Huasi. Este trabajo fue declarado como de interés cultural por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación. Esto lo gestiono el “Gringo Yoma” que trabajaba en la cámara como secretario de su hermano Raúl, “el Negro” Yoma que era diputado nacional por La Rioja. Esta fue mi manera de seguir ligado a la Patria, sin dejar de lado en absoluto lo político, pero sin ningún contacto con nadie… Quienes expusieron en la Biblioteca Nacional fueron Emilio Pedro Portorrico Montes, un escritor autor de varias obras sobre la música de raíz nativa y uno de los principales investigadores vivos de nuestro folklore. Quién se encargó de las discográficas, es sin duda quien más ha estudiado e investigado sobre ellas, Darío Raris, dueño de Cactus Discos un negocio de ventas de viejos Lps. A los dos que, sin su colaboración, tampoco hubiéramos podido emprender el “Rescate de la Revista Folklore”, los conocí primero por internet en un grupo llamado “Amigos del Folklore Argentino” que durante poco más de 7 años

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compartimos, luego nos encontramos en Buenos Aires con motivo de este trabajo. El otro amigo con quien iniciamos la recopilación fue Daniel Carreras Álvarez-Osorio un madrileño amante de nuestro folklore, un hombre íntegro y de una gran cultura y amor por la música de raíz nativa Argentina. Él se encargó de todo el trabajo se escaneo de las revistas, hizo un trabajo encomiable que le llevo varios meses, y mejor dicho años de esfuerzo en sus horas libre. El quinto fue Roberto Collado, un médico argentino radicado en Barcelona que fuera expreso político (PRTERP) y llego a España con el exilio. Un tipo difícil por su personalismo. Egoísta y de muy mal genio. Todo tenía que ser como él quería… Abrió una página web con el trabajo de todos nosotros sin siquiera avisarnos. Pero como dice el refrán, “cada uno es responsable de sus actos y en la vida, de lo que siembras, recoges”.!

El martes 26 de octubre de 1971, las tanquetas del Tercer Cuerpo de Ejército, comandadas por el general López Aufranc, irrumpen en la planta de Fiat de Ferreyra, en el cinturón industrial de Córdoba. Cumpliendo una disposición del dictador Agustín Lanusse, se disuelven las organizaciones sindicales SiTraC y SiTraM y, al mismo tiempo, son apresadas las conducciones gremiales y cientos de obreros despedidos.

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Se pone fin así, a una de las etapas más notables de la historia de las luchas obreras de la Argentina. Una semana más tarde, el 3 de noviembre, las Organizaciones Armadas Peronistas (FAP, FAR y Montoneros), se aprestan a concretar una acción en apoyo a esa lucha obrera y que contribuyera a revertir la situación de derrota circunstancial. Esa acción es comandada por Carlos Olmedo, jefe y fundador de las FAR. Una presunta delación desbarata el operativo y en furioso combate caen acribillados Olmedo junto a Baffi, Peressini y Villagra y al otro día Castillo. A 44 años de aquella luctuosa jornada, evocaremos esos sucesos encuadrados en la elaborada concepción teórica de Olmedo, sus célebres polémicas con el ERP y en su efímera, pero trascendente trayectoria de militancia revolucionaria. En este marco invitamos a los compañeros/as a participar de los siguientes encuentros: En Buenos Aires: El miércoles 28 de octubre a las 18:00 hs en la Sala Jorge L. Borges de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno cito en la calle Agüero y Avenida Las Heras se proyectará un documental biográfico y se realizará una Mesa de reflexión en el que participarán Horacio González, Eduardo Jozami, Roberto Baschetti y Mora González Canosa investigadora del Conicet. Y miembros de las históricas SiTraC-SiTraM entre otros. En Córdoba El 3 de noviembre de 2015 a las 13:00 hs en Sabattini 3250 (frente al Hiper Libertad) se colocará una piedra conmemorativa dónde se realizó el combate. El mismo 3 de noviembre a las 18:00 hs en el Auditorio Hugo Chávez del Pabellón Venezuela de la Facultad de

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Filosofía, se realizará un Encuentro Militante con la participación de Roberto Baschetti, Eduardo Jozami y exdelegados de SiTraC-SiTraM entre otros. Cierre artístico con el Coro ex-Presos Políticos y el Dúo Coplanacu, Además de Lucio Navarro que fuera integrante del conjunto Huerque Mapu. El Negrito fue quien se puso en contacto con Pancho Ribas, y en la Biblioteca Nacional con Roberto Baschetti y este a su vez nos puso en contacto con Eduardo Jozami y una investigadora del CONICET Mora González Canosa que estudió como nacieron las FAR. Ellos tres más el director de la Biblioteca Nacional son los que abordaron desde diferentes aspectos su relación con Olmedo. Es más, quienes estén interesados en el homenaje pueden entrar en la web de la biblioteca nacional, buscar TRAPALANDA. Dentro de esa página, buscar e ir a homenajes y allí finalmente, en homenajes podrán encontrar el acto completo como Homenaje a Carlos Olmedo. Allí podrán ver también un corto sobre un documental de Pablo Spatola, cineasta argentino que realiza una investigación sobre Olmedo. Pablo es hijo de Alicia Olmedo, hermana de Carlos. Contamos con la inestimable ayuda de la Agrupación 26 de Julio, tanto en Córdoba como en Buenos Aires y la creación de una página en Facebook “Homenaje a Carlos Olmedo” creada por una compañera, a la que nunca dejaremos de agradecer, de la agrupación 26 de Julio. El acto en la sala Jorge Luis Borges estuvo abarrotado de compañeros y compañeras. También la Secretaría de Derechos Humanos colaboró en el traslado y alojamiento de los compañeros de SitracSitram que fueron invitados al homenaje. Pero no con dinero, sino con recomendaciones.

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Vinieron a Buenos Aires los compañeros Carlos Massera, Domingo Bizzi, Salvador “el petizo” Torres de Concord, y Juan Enrique Villa de Perkins y el “caballo” Jorge Argañaraz hijo del que fuera el tesorero de Sitram. Para finalizar el acto, Lucio Navarro ex integrante del conjunto Huerque Mapu cantó “El combate de Ferreyra” uno de los temas de La Cantata Montonera, un LP que les fuera encargado a este grupo por la dirección montonera. El día 3 de noviembre del 2016 en la ruta 9 lugar dónde cayeron nuestros compañeros, inauguramos un monolito con los nombres de los caídos y plantamos varios árboles típicos de las sierras de Córdoba. Luego a la tarde en el pabellón Venezuela de la Facultad de Filosofía y Letras en el Parque Sarmiento repetimos el Homenaje a nuestros compañeros. Allí notamos la premeditada ausencia de algunos de los compañeros que venían de las FAR, que habían sido expresamente invitados, como el flaco Alcides Pardo. Entre los asistentes pude saludar a Vitin Baronetto y otros compañeros que eran Montoneros. Esta vez pasamos un resumen del acto en La biblioteca Nacional de Buenos Aires con las voces de Eduardo Jozami, de Mora González Canosa y del director de la Biblioteca Nacional, el Licenciado Horacio González. Roberto Baschetti nos acompañó en ese acto que, como final de este, contamos con la presencia del Coro de Expresos políticos por la Patria Grande de Córdoba, “Contra flor al resto” es el nombre del coro, que nos apoyaron gracias a la gestión de la Compañera Sara Waitman. Del Dúo Coplanacu y nuevamente de Lucio Navarro. Las palabras de Horacio Gonzáles en el acto de Buenos Aires fueron premonitorias. Era la última oportunidad de hacer un homenaje institucional a nuestros compañeros ya que el domingo anterior triunfaron en las elecciones de octubre los

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peores gobernantes en toda la historia de nuestro sufrido país. “La realidad es desprolija”. Por Carlos Semorile Anoche se realizó un emotivo homenaje a Carlos Olmedo en la Biblioteca Nacional, y creo no equivocarme si digo que todos nos quedamos con ganas de conocer mejor a este hombre brillante que dejó una huella indeleble en quienes fueron sus amigos, sus compañeros, su familia y aún en quienes alguna vez lo trataron. Se habló de la fascinación que ejercía con su forma de hablar en la que no había una palabra de más ni de menos, de su halo misterioso que no impedía reconocer en él a un profesor con una preparación formidable, el que pensaba que hasta un simple volante estudiantil debía estar bien escrito. Se repasaron los pocos datos conocidos de sus primeros años, y se hicieron extensos comentarios sobre su biografía intelectual y como combatiente. Se rememoró su célebre entrevista con Paco Urondo, y aquellas definiciones suyas que todavía hoy merecen ser mejor leídas y comprendidas. Un compañero recordó que una noche Olmedo lavaba los platos y, mientras bajaba línea, le decía: “¿Sabes que pasa, Negrito? La realidad es desprolija”. Y cuando los demás se iban a dormir, él se quedaba tecleando, y temprano por la mañana ya estaba tecleando ideas para pensar esa realidad desprolija. También se leyó un precioso poema suyo, se vio un adelanto del documental que prepara su sobrino y, sobre el final se cantó “El Combate de Ferreyra”. Pero acaso lo más conmovedor haya sido la presencia de los delegados de Sitrac-Sitram, que se vinieron desde Córdoba a rendirle homenaje al “Comandante Olmedo” y

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que, emocionados y con pudor, le pidieron perdón por haber demorado tantos años en hacerlo. No hubo tiempo para más, y entonces quedaron pendientes otras voces que pudieran dar testimonio de sus vínculos con Carlos Olmedo y por qué todos ellos lo llevan con amor en sus corazones. Crónica del Escritor Carlos Semorile y extraído de su muro en Facebook. Carlos me autorizó para incluir su artículo.

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Una ingrata sorpresa. El día que emprendí el regreso a Buenos Aires, a la salida de la Ciudad de Córdoba, estaban el Negrito Arrascaeta y el Tino Pez, que ya no está entre nosotros, y me despedían en la Plazoleta en que habíamos inaugurado el monumento a los caídos en el combate de Ferreyra, con la “V” de la Victoria. Es una imagen que no olvidare nunca.!! Luego de logrados los objetivos, regresé a Mallorca. El mes de enero siguiente viajamos con Nora a Argentina. Fuimos al festival de Folclore de Cosquín, dónde me quedé. Nora continuó a ver su familia en Catamarca. Terminados el Encuentro de Poetas y el festival de Folclore en Cosquín, volví al Hotel Victoria en Córdoba. Durante mí estadía en la Docta sucedió un hecho que lo tomé como una advertencia. Hago un poco de historia. Hace muchos años conocí al eterno novio de una amiga de la infancia, (hoy ya están casados), que vivíamos en la misma calle Rosario de Santa Fe del Barrio General Paz, de quién me alertaron que tenía un hermano militar de aeronáutica y que él ofrecía dudas… Muy preguntón el petizo… Nos conocimos y manteníamos una esporádica relación por ser el novio de mi amiga, además de compartir el folklore como gusto musical. Cuando iba a Cosquín nos solíamos encontrar en el festival, pero la relación siempre fue intermitente por la distancia, al estar yo radicado en el exterior.

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Este “elemento”, siempre sacaba como tema lo político, la historia de las organizaciones; preguntaba como al pasar sobre cosas concretas… Como es de todos conocido que no pertenezco a ningún grupo o partido político, además que la lejanía hace que mi nivel de conocimiento de la realidad cotidiana del país sea por intermedio de la prensa oral o escrita, pero sobre todo las redes sociales, nunca lo vi a este “tipo” como un agente del 601 o algo similar. Pero por el homenaje a Olmedo se pegó a mí lado, preguntaba quienes lo hacíamos, como lo hacíamos, conque fondos contábamos, quienes nos ayudaban. Le interesaba mucho si había algún grupo en particular, quería saber nombres… No le di nada de lo que pedía salvo generalidades que eran de dominio público. A dos días de partir para Buenos Aires, me dijo que se pasaría por el hotel así nos tomábamos un café y nos despedíamos. Vino, fuimos a tomar el café, ya de regreso al Hotel Victoria, dónde me alojaba me dio un abrazo, como es petizo, pero morrudo me paso un brazo por la nuca y me empujó hacia abajo, lo que yo intente evitar, trabándonos en un forcejeo. Durante unos segundos escuche sus palabras, “no te resistas” y “ya está”, y el tono de su vos, me recordó la “voz inconfundible del represor”. En ese momento no sentí nada raro, pero al ir entrando al hotel sentí un fuerte mareo que atribuí a que no había tomado la pastilla para la tensión. Como no me sentía bien, me tiré en la cama para ver si se me pasaba el malestar, quedando profundamente dormido. A eso de las 16,30 recibí un llamado de Nora, mi querida esposa, que me despertó. En ese momento siento en la parte izquierda de mi cara un bulto a la altura del lóbulo

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de la oreja, lo que le relato a Nora extrañado de lo que me sucedía. Le digo que alguien me clavo un dardo allí donde tengo el bulto. Mientras conversamos me toco y saco el pequeño dardo, aprieto el absceso que se me había formado que revienta saliendo una buena cantidad de pus mezclada con sangre. A todo esto, estaba medicado con penicilina, 4 mgs en 2 tomas cada 24 horas por una gripe de verano. Todo esto se lo relato por el teléfono móvil a Nora que se encontraba en el Perito Moreno con una pareja de amigos. Por supuesto que inmediatamente me puse a “rebobinar la cinta” hacia atrás, para ubicar el momento exacto en que esto me sucede, llegando a la única posibilidad, que es el momento del abrazo forzado con este tipo, que no sé quién le dio la orden y los medios para actuar en mi contra. La verdad es que me lo tome como una “condecoración” sea quien fuere que lo enviara. El pequeño dardo y el pus que salió, quedo manchando la servilleta de papel que usé para reventar el absceso, y la escondí en mi valija. Al otro día paso “la mucama de la limpieza” por la habitación, que limpio todo tan bien que nunca encontré la servilleta. Con el nuevo día repetí la operación de reventar el absceso y salió la puntita del dardo que había quedado con más pus. Esa noche viaje a Buenos Aires y me invadió un pequeño desasosiego al comprobar que aún molestaba con mis actos, pero me quedó la duda si era “fuego amigo o enemigo”. Luego llegó Nora desde Catamarca, viajamos a Buenos Aires, y regresamos a Palma de Mallorca. Ya de regreso a España, lo comente con el resto de la familia y no dudaron a pesar de lo absurdo de la historia.

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¿Todavía y después de más de 40 años que suceda algo así?... Pero en el mes de julio del 2016 regrese a Argentina sin comentarlo con nadie. Por lo que me había sucedido, decido entrar por Montevideo al no sentirme seguro de que no sucediera algo parecido o peor durante la corta estancia que estaría en Argentina, inocente de mí... Compro por internet el pasaje por Iberia, MadridMontevideo-Madrid a la noche. Ya a la mañana siguiente la llaman a Nora para preguntarle por mí, a su celular, un excompañero que le deja su número de teléfono a ella para que yo lo llame, no sin antes tratar de sonsacarle mis intenciones con el viaje. Lo que más le interesaba saber era porque entraba por Montevideo y no por Buenos Aires…. Cuando la voy a buscar a Nora a su trabajo me cuenta esta otra historia y me dice que lo estuvieron hablando con nuestro hijo y les parecía demasiada casualidad todo lo acontecido. Pero ya no podía hacerme atrás ni suspender el viaje por dos motivos, el único de los tres que podía viajar era yo, además tenía que ir sí o sí para traer unos pesos para poder ayudarnos a pagar la boda de nuestro hijo que se realizó a principios de septiembre. En ese momento los dos relacionaron los hechos con lo acaecido a fines de enero en Córdoba, y me pidieron que actuara con la máxima prudencia por todo lo sucedido… Ésa misma tarde llame a este “amigo” y le conté todo lo que me sucedió, más los motivos de tan presuroso viaje. Pensé que era lo mejor explicar todo y que fuera lo que la Madre Pacha quisiera. La apreciación de él fue que se trataba de “fuego amigo”, y su consejo que no me viera con nadie de los antiguos compañeros. Que no les avisara de mi viaje tampoco… De cualquier forma, ya sabían que tenía los billetes de avión, horarios e itinerario. Efectivos los funcionarios… El viaje fue una maratón.

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Llegué a Montevideo temprano por la mañana, a la noche seguí viaje en ómnibus a Buenos Aires. Al pasar la aduana muestro el pasaporte sueco, el policía de la frontera me preguntó si era argentino y si tenía el DNI. Se lo di, lo paso por una máquina y me indica que al final del mostrador me revisarían el equipaje de mano, así lo hice y pude volver al ómnibus continuando el viaje. Allí en la frontera, metí la pata hasta el cuadril... cómo les contaré más adelante. Había quedado con “la China” (mi sobrina) qué me estaba esperando en Retiro, la estación central de autobuses de Capital Federal. De allí fuimos a retirar el dinero que había prestado a unos compañeros, que sin ningún problema me devolvieron, a las 14 hs continúe el viaje a San Fernando del Valle de Catamarca, 14 hs en ómnibus que aproveche para dormir. Llegamos sobre las 08:00 de la mañana. Luego de desayunar en familia, descanse un par de horas hasta que fueron llegando familiares de visita. Esa noche dormí cómo anestesiado. Al otro día a las 18 hs partí de regreso a Buenos Aires. Allí en Retiro me esperaba nuevamente “la China” para guaguatear al viejo lisiado. Un amor mi sobrina. Desayunamos en un bar de la terminal de donde partimos directamente a las oficinas de Iberia para cambiar el pasaje de avión. En vez de regresar desde Montevideo el domingo, cambié el pasaje para ese jueves a la noche, mientras que la señora qué me atendió no se fijó que estaba ilegal en Argentina al no haberme sellado el pasaporte sueco cuándo pasé la frontera uruguayo-argentina. A unos metros de la oficina dónde cambie el pasaje está el Hotel Embajador. Allí pude bañarme, dormir unas 4 horas. Con la sobrina que me esperaba en el vestíbulo del

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hotel luego de asistir a una manifestación de ATE en el Obelisco. Temprano partimos a Ezeiza para tomar el avión de regreso a España. Llegamos al aeropuerto y cuándo muestro mi pasaporte me dice el empleado de Iberia que no puedo volar por estar ilegal en Argentina. Sólo podía tomar ese vuelo si tenía pasaporte argentino. Que fuera a la oficina de migraciones allí en el aeropuerto y me informara. Fuimos todo lo rápido que mi movilidad permitió, andaba con muletas luego de la primera operación en la espalda, como ya lo mencioné. De allí nos enviaron a dónde hacen los pasaportes express en el mismo aeropuerto. A todo esto, el avión salía en poco más de una hora. Ya en la oficina de pasaporte exprés me pidieron el DNI, me sacaron la foto y firme en una pequeña pantalla táctil. Todo listo y comenzó el sufrimiento de la espera. Quedaba menos de una hora para la partida del avión. Ya daba por perdido el vuelo, entonces recurrí al primo Julio César Martínez, radical y ministro de defensa de cambiemos en ese momento, quién le dio instrucciones a su secretario privado a los fines de apurar el trámite. No sé si esto ayudo o no, pero en ese instante me entregaron el flamante pasaporte argentino. Luego lo llame al primo Julio para agradecerle. Eso tienen nuestros lazos familiares, que a pesar de que no tengamos el mismo pensamiento político o religioso, siempre estamos dispuestos a darnos una mano, cuando es posible. Fue la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner quién durante su función modernizo la administración pública haciendo que esto fuera posible, el poder renovar tanto el DNI como el pasaporte en forma express. Con el pasaporte en la mano me dirigía al mostrador de Iberia y desde allí venía el empleado con mi billete en su

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mano y con el mensaje que el vuelo estaba cerrado, pero esperaban por mí. A las apuradas me despedí de la sobrina y pude terminar alcanzando el vuelo de regreso a Madrid.

(En la familia hay una leyenda, de que los Rojo nacimos con una herradura allí donde termina la espalda, y a la vista de todo lo vivido no puedo negarlo) …

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El frente para la victoria.

Al principio no le tenía ninguna confianza a Néstor Carlos Kirchner, y fue en el Hotel de la Ciudad en Cosquín, mirando en la tv, Canal Encuentro, qué me di cuenta de que algo estaba cambiando en el País. Pasaban un documental sobre Los Caudillos riojanos, Facundo Quiroga y Ángel Vicente Peñaloza, el Chacho, pero desde una perspectiva histórica opuesta a la historia oficial de Mitre y Sarmiento. Luego cuándo Néstor Kirchner hizo bajar los cuadros de los militares genocidas, me convencí de los nuevos tiempos. El Movimiento Nacional tenía continuidad en el Frente Para la Victoria (FPV). A pesar de todos los aciertos, y los errores cometidos, no hay otra fuerza que represente mejor los intereses de la clase obrera y el pueblo. Ahora con Unidad Ciudadana y la Doctora Cristina Fernández de Kirchner como líder indiscutible en esta etapa, volveremos una vez más, para arreglar los nefastos negocios de los radicales y cambiemos que han vuelto a rifar el país. Sí es que los amos del norte nos lo permiten… Y si logramos sobrevivir al nuevo Plan Cóndor que ejecutan ahora sobre toda América Latina. Los golpes blandos de cuarta generación… Palma de Mallorca, 3 de noviembre de 2018. Julio César Rojo Luque. “El gordo Carlos”.

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Fin de la historia…

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