Desarrollo Personal

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1. DESARROLLO PERSONAL Cuando el individuo se siente tranquilo consigo mismo, es muy probable que también lo esté con su entorno personal y laboral. El trabajador debe gozar de salud y de equilibrio emocional, para poder rendir de forma más exitosa y productiva. Al sentirse incentivado, su esfuerzo se verá "justificado" Hay personas que, en su ambiente laboral, cuentan insistentemente los minutos que faltan para culminar su jornada. Se sienten hastiados, desmotivados y sin ganas de trabajar, sin embargo, ¿cómo se puede mejorar esta actitud? El crecimiento o desarrollo personal impulsa la creatividad, liderazgo y organización de los individuos. Las empresas deben impartir las herramientas y técnicas necesarias para potenciar el adiestramiento y la responsabilidad de sus trabajadores. a. ¿Qué es el desarrollo personal? Según Brito Challa, especialista en relaciones humanas, el desarrollo personal es "una experiencia de interacción individual y grupal, a través de la cual los sujetos que participan en ella desarrollan y optimizan habilidades y destrezas para la comunicación abierta y directa, las relaciones interpersonales y la toma de decisiones". Esto permite que el individuo conozca más, no sólo de sí mismo, sino también de sus compañeros de grupo con el objeto de crecer y ser más humano. La idea de realizar esta actividad es lograr que la persona sea un ser más completo e íntegro. Al alcanzar esta estabilidad emocional, entonces el individuo podrá disfrutar de un mayor bienestar personal y laboral; podrá mejorar su potencial, excelencia, responsabilidad, autoestima y creatividad en su ambiente de trabajo. En este sentido, actualmente muchas de las grandes empresas están llevando a cabo la "consultoría psicológica", la cual desarrolla el bienestar individual y relacional del trabajador. Esta actividad contribuye a que la persona descubra y desarrolle sus potencialidades y destrezas, se valore a sí mismo, reconozca sus habilidades y se conecte con su "yo" interno. b. Mejoramiento personal Esta experiencia contribuye e impulsa el crecimiento de la persona, en diferentes aspectos de su vida. A continuación mencionamos algunos: - Autoestima. Si la persona no cree en sí mismo y en sus capacidades, no podrá triunfar. El desarrollo personal promociona la autoestima. De esta forma el trabajador mejorará su desempeño y capacidad productiva. - Autoexcelencia. Logra que el individuo escale cada vez más y se preocupe por buscar siempre lo mejor. Con el desarrollo de este aspecto, la persona puede realizar un trabajo de calidad, demostrando al máximo su potencial. - Autoeficiencia. El individuo hará uso de sus habilidades y actitudes, de la mejor forma posible. Su nivel de seguridad y confianza aumentará, y de esta forma pensará con visión de futuro.

En estos apuntes vamos a referirnos brevemente sólo a la autoestima

c.

Autoestima y Auto superación: Técnicas para su mejora

Por: Angel Antonio Marcuello García, Jefe del Gabinete de Psicología de la Escuela de Especialidades Antonio de Escaño (Ferrol-La Coruña)

 La autoestima Las creencias que tenemos acerca de nosotros mismos, aquellas cualidades, capacidades, modos de sentir o de pensar que nos atribuimos, conforman nuestra “imagen personal” o “autoimagen”. La “autoestima” es la valoración que hacemos de nosotros mismos

sobre la base de las sensaciones y experiencias que hemos ido incorporando a lo largo de la vida. Nos sentimos listos o tontos, capaces o incapaces, nos gustamos o no. Esta autovaloración es muy importante, dado que de ella dependen en gran parte la realización de nuestro potencial personal y nuestros logros en la vida. De este modo, las personas que se sienten bien consigo mismas, que tienen una buena autoestima, son capaces de enfrentarse y resolver los retos y las responsabilidades que la vida plantea. Por el contrario, los que tienen una autoestima baja suelen autolimitarse y fracasar. Las personas somos complejas y muy difíciles de definir en pocas palabras. Como existen tantos matices a tener en cuenta es importante no hacer generalizaciones a partir de uno o dos aspectos. Ejemplos:   

Podemos ser muy habladores con los amigos/as y ser callados/as en casa. Ser un mal jugador de fútbol no indica que seamos un desastre en todos los deportes. Que no nos salga bien un examen no significa que no sirvamos para los estudios.

 ¿Cómo se forma la autoestima?  El concepto de uno mismo va desarrollándose poco a poco a lo largo de la vida, cada etapa aporta en mayor o menor grado, experiencias y sentimientos, que darán como resultado una sensación general de valía e incapacidad. En la infancia descubrimos que somos niños o niñas, que tenemos manos, piernas, cabeza y otras partes de nuestro cuerpo. También descubrimos que somos seres distintos de los demás y que hay personas que nos aceptan y personas que nos rechazan. A partir de esas experiencias tempranas de aceptación y rechazo de los demás es cuando comenzamos a generar una idea sobre lo que valemos y por lo que valemos o dejamos de valer. El niño gordito desde pequeño puede ser de mayor un adulto feliz o un adulto infeliz, la dicha final tiene mucho que ver con la actitud que demostraron los demás hacia su exceso de peso desde la infancia.  Durante la adolescencia, una de las fases más críticas en el desarrollo de la autoestima, el joven necesita forjarse una identidad firme y conocer a fondo sus posibilidades como individuo; también precisa apoyo social por parte de otros cuyos valores coincidan con los propios, así como hacerse valioso para avanzar con confianza hacia el futuro. Es la época en la que el muchacho pasa de la dependencia de las personas a las que ama (la familia) a la independencia, a confiar en sus propios recursos. Si durante la infancia ha desarrollado una fuerte autoestima, le será relativamente fácil superar la crisis y alcanzar la madurez. Si se siente poco valioso corre el peligro de buscar la seguridad que le falta por caminos aparentemente fáciles y gratificantes, pero a la larga destructivos como la drogadicción.  La baja autoestima está relacionada con una distorsión del pensamiento (forma inadecuada de pensar). Las personas con baja autoestima tienen una visión muy distorsionada de lo que sen realmente; al mismo tiempo, estas personas mantienen unas exigencias extraordinariamente perfeccionistas sobre lo que deberían ser o lograr. La persona con baja autoestima mantiene un diálogo consigo misma que incluye pensamientos como: o Sobregeneralización: A partir de un hecho aislado se crea una regla universal, general, para cualquier situación y momento: He fracasado una vez (en algo concreto); !Siempre fracasaré! (se interioriza como que fracasaré en todo). o Designación global: Se utilizan términos peyorativos para describirse a uno mismo, en vez de describir el error concretando el momento temporal en que sucedió: !Que torpe (soy)!. o Pensamiento polarizado: Pensamiento de todo o nada. Se llevan las cosas a sus extremos. Se tienen categorías absolutas. Es blanco o negro. Estás conmigo o contra mí. Lo hago bien o mal. No se aceptan ni se saben dar valoraciones relativas. O es perfecto o no vale. o Autoacusación: Uno se encuentra culpable de todo. Tengo yo la culpa, !Tendría que haberme dado cuenta!. o Personalización: Suponemos que todo tiene que ver con nosotros y nos comparamos negativamente con todos los demás. !Tiene mala cara, qué le habré hecho!.

o o o

Lectura del pensamiento: supones que no le interesas a los demás, que no les gustas, crees que piensan mal de ti...sin evidencia real de ello. Son suposiciones que se fundamentan en cosas peregrinas y no comprobables. Falacias de control: Sientes que tienes una responsabilidad total con todo y con todos, o bien sientes que no tienes control sobre nada, que se es una víctima desamparada. Razonamiento emocional: Si lo siento así es verdad. Nos sentimos solos , sin amigos y creemos que este sentimiento refleja la realidad sin parar a contrastarlo con otros momentos y experiencias. "Si es que soy un inútil de verdad"; porque "siente" que es así realmente

 Formas de mejorar la autoestima La autoestima puede ser cambiada y mejorada. Podemos hacer varias cosas para mejorar nuestra autoestima:

Nunca pierdas las ganas de pensar en positivo, invierte todo lo que parezca mal o que no tiene solución:

1. Convierte lo negativo en positivo:

Pensamientos negativos

Pensamientos alternativos

"No hables" "¡No puedo hacer nada!" "No esperes demasiado" "No soy suficientemente bueno"

"Tengo cosas importantes que decir" "Tengo éxito cuando me lo propongo" "Haré realidad mis sueños" "¡Soy bueno!"

Como ya hemos dicho, no generalizar a partir de las experiencias negativas que podamos tener en ciertos ámbitos de nuestra vida. Debemos aceptar 2. No generalizar que podemos haber tenido fallos en ciertos aspectos; pero esto no quiere decir que en general y en todos los aspectos de nuestra vida seamos “desastrosos”. En conexión con lo anterior, debemos acostumbrarnos a observar las 3. Centrarnos en características buenas que tenemos. Todos tenemos algo bueno de lo cual lo positivo podemos sentirnos orgullosos; debemos apreciarlo y tenerlo en cuenta cuando nos evaluemos a nosotros mismos.

4. Hacernos conscientes de los logros o éxitos

Una forma de mejorar nuestra imagen relacionada con ese “observar lo bueno” consiste en hacernos conscientes de los logros o éxitos que tuvimos en el pasado e intentar tener nuevos éxitos en el futuro. Pida a los alumnos/as que piensen en el mayor éxito que han tenido durante el pasado año. Dígales que todos debemos reconocer en nosotros la capacidad de hacer cosas bien en determinados ámbitos de nuestra vida y que debemos esforzarnos por lograr los éxitos que deseamos para el futuro.

5. No compararse

Todas las personas somos diferentes; todos tenemos cualidades positivas y negativas. Aunque nos veamos “peores” que otros en algunas cuestiones, seguramente seremos “mejores” en otras; por tanto, no tiene sentido que nos comparemos ni que, nos sintamos “inferiores” a otras personas.

6. Confiar en nosotros mismos

Confiar en nosotros mismos, en nuestras capacidades y en nuestras opiniones. Actuar siempre de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, sin preocuparse excesivamente por la aprobación de los demás.

7. Aceptarnos a nosotros

Es fundamental que siempre nos aceptemos. Debemos aceptar que, con nuestras cualidades y defectos, somos, ante todo, personas importantes y

mismos

valiosas.

8. Esforzarnos para mejorar

Una buena forma de mejorar la autoestima es tratar de superarnos en aquellos aspectos de nosotros mismos con los que no estemos satisfechos, cambiar esos aspectos que deseamos mejorar. Para ello es útil que identifiquemos qué es lo que nos gustaría cambiar de nosotros mismos o qué nos gustaría lograr, luego debemos establecer metas a conseguir y esforzarnos por llevar a cabo esos cambios.

 Elaborar proyectos de superación personal Una parte importante de nuestra autoestima viene determinada por el balance entre nuestros éxitos y fracasos. En concreto, lograr lo que deseamos y ver satisfechas nuestras necesidades proporciona emociones positivas e incrementa la autoestima. Se ha apuntado como una forma de mejorar la autoestima el esforzarse para cambiar las cosas que no nos gustan de nosotros mismos. Vamos a trabajar sobre un método que puede hacer más fácil estos cambios. Este método está compuesto por cuatro pasos fundamentales: Pasos para conseguir lo que se desea. 1. 2. 3. 4.

Plantearse una meta clara y concreta. Establecer las tareas que se deben realizar para lograrla. Organizar las tareas en el orden en que se deberían realizar. Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo. Veamos brevemente cada uno de estos pasos:

Primer paso: Plantearse una meta clara y concreta. Una “meta” puede ser cualquier cosa que se desee hacer o conseguir. Plantearse una meta de forma clara y concreta ayuda a tener éxito porque nos ayuda a identificar lo que quere¬mos conseguir. La meta que nos propongamos ha de reunir una serie de requisitos. Debe ser una meta:     

SINCERA, algo que realmente queramos hacer o deseemos alcanzar. PERSONAL, no algo que venga impuesto por alguien desde fuera. REALISTA, que veamos que es posible conseguir en un plazo relativamente corto de tiempo (unas cuantas semanas). DIVISIBLE, que podamos determinar los pasos o cosas que hemos de hacer para conseguirla. MEDIBLE, que podamos comprobar lo que hemos logrado y lo que nos falta para alcanzarla.

Ejemplos:      

Obtener una buena nota en una asignatura Ser más popular Llevarse bien con los hermanos Hacer deporte Ahorrar dinero

Segundo paso: Establecer las tareas que se deben realizar para lograrla. Una vez que hayan concretado la meta que desean alcanzar, pídales que piensen en lo que tendrían que hacer para conseguirla. No todo se consigue en un día; para conseguir mejorar en cualquier aspecto que te propongas has de hacer pequeños esfuerzos. Póngales como ejemplo el caso de los ciclistas que participan en la vuelta ciclista a España. La meta de muchos de ellos es ganar la carrera. Pero para ello se tienen que superar a lo largo de tres semanas distintas etapas (etapas de llano, etapas de montaña, contrarreloj).

Tercer paso: Organizar las tareas en el orden en que habría que realizarlas. Si se intenta llevar a cabo todas las tareas al mismo tiempo, es muy probable que no se consiga nada. Para lograr una meta es muy interesante que se ordenen las tareas que se deben realizar y se establezca un plan de trabajo. Una vez que tengan la lista de las tareas que deben realizar pida que las ordenen. El orden se puede establecer de forma lógica, según la secuencia temporal en las que se tengan que realizar (para hacer una casa antes del tejado habrá que hacer los cimientos) o, en el caso de que las tareas no necesiten una secuenciación temporal, se puede empezar por las tareas más sencillas y que requieran menos esfuerzo, dejando para el final las más difíciles o costosas.

Cuarto paso: Ponerlas en marcha y evaluar los logros que se vayan consiguiendo. Una vez elaborado el proyecto personal habría que comprometerse con él y ponerlo en práctica. Para llegar a conseguirlo es importante ir evaluando los esfuerzos realizados. Esto puede ser difícil hacerlo uno mismo, pero es relativamente sencillo si se pide a un familiar o a un amigo que nos ayude a evaluar nuestros progresos. Vamos a ver un ejemplo en el que una persona uno elabora un proyecto de superación personal con el fin de superar la timidez:

Ejemplo de Proyecto Personales 1. Meta: Superar a timidez. 2. Tareas para conseguirlo:     

Saludar a gente que conozcas Unirse a grupos de compañeros en el recreo Iniciar conversaciones con compañeros Iniciar conversaciones con desconocidos Hacer preguntas al profesor

3. Organización de las tareas (empezar por lo más fácil y avanzar hacia las tareas más difíciles)

BIBILIOGRAFIA:  CASTAÑER, OLGA. ¿Por qué no logro ser asertivo?. DESCLE. 2001.  CASTAÑER, OLGA. La asertividad: expresión de una sana autoestima. DESCLE. 1996.  DE LAS HERAS RENERO, Mª DOLORES Y COLS. Programa Discover. Junta Castilla y León.  E. CABALLO, VICENTE. Manual de evaluación y tratamiento de las habilidades sociales. SIGLO XXI. 1999.  GOLDSTEIN ARNOLD. Habilidades sociales y autocontrol en la adolescencia. SIGLO XXI. 1999.  LUENGO MARTÍN, Mª ÁNGELES Y COLS. Construyendo la Salud. MEC.  MARTHA DAVIS, MATTHEW MCKAY. Técnicas cognitivas para el tratamiento del estrés. MARTÍNEZ ROCA. 1998.  MARTHA DAVIS, MATTHEW MCKAY. Técnicas de autocontrol emocional. MARTÍNEZ ROCA. 1998.  MATTHEW MCKAY, PATRICK FANNING. Autoestima Evaluación y mejora. MARTÍNEZ ROCA. 1999.  VALLÉS ARANDIGA A. Y VALLÉS TORTOSA C. Programa de refuerzo de las habilidades sociales III. EOS. d. Algunas ideas para el desarrollo personal APRENDER A SERVIR Hay que recorrer el camino del aprender a servir. Para algunos oídos esto puede sonar a cosa rara, pero lo raro es vivir alejado de algo tan importante en la vida de las personas. Hay que educarse para servir a los demás, a la familia, a la sociedad. Servir enorgullece a la persona, no la rebaja, la enaltece. Pero para servir hay que estar disponible, hay que tratar a los demás con un respeto infinito Podría afirmarse, en síntesis, que si no vivimos para servir, no servimos para vivir. Aprender a servir es ayudar a los demás a hacer, a ser y a crecer como personas. Servir no hace servil al hombre. Al contrario, le permite hacer lo más grande que una persona tiene a su alcance: hacer felices a otros. Por ahí, más que por una excesiva preocupación de sí mismo, puede llegar la propia felicidad. Servir para implantar una cultura del dar, no del tener. Quien sirve está ayudando a construir la vida del otro. Quien da es más feliz que aquel que posee, porque para dar hay que poseer y desprenderse de lo que se posee. Dar no es sólo dar cosas, dar tiempo, dar oportunidades. Es ante todo, darse, poner a la altura de las necesidades de los otros, estar siempre disponible para ayudar, para colaborar, para cuidar (cultivar, vivir de cerca) la relación con ellos. La persona tiene una interioridad que respalda la acción exterior de servicio. Si le falta, entonces sucumbe ante las dificultades, se agrandan los obstáculos, se aleja de los otros o se

defiende con palabras que no nacen de lo hondo de sí mismo, sino de las convenciones sociales que permiten guardar las apariencias o, simplemente, desempeñar un papel. La persona necesita del silencio interior para poder entender bien sus propias palabras y para que ellas sean sonidos significativos, mensajes que llegan a su destino, que se entienden porque revelan una vida vivida. “Busca en ti mismo” no es una invitación al egoísmo, sino a la intimidad, para desde ella llegar a los demás. A veces el ruido que hay en torno a nosotros, o la vanidad por quedar bien, o por lucir las conquistas materiales o profesionales, no nos deja advertir las necesidades de los demás. El orgullo ocupa demasiado espacio, a costa del espacio que deberían ocupar las personas. No hay cultura del dar cuando en un momento de crisis todo el mundo acude a contribuir con algo para resolver una situación pasajera. Lo más importante y clave del servir es estar habitualmente dispuesto a que los demás cuenten efectivamente con nosotros. No es sólo exclamar: “qué bueno que existas”, sino “qué dicha compartir contigo la vida”. Esto no es posible si no damos. Dar a los demás, no lo que no necesitamos, sino entregarles lo mejor que tenemos, así no sea lo más perfecto cuantitativamente, lo más valioso. Lo que importa es lo cualitativamente más valioso: espíritu de servicio y de sacrificio, comprensión, voluntariedad, generosidad, servicio, disponibilidad, magnanimidad. APRENDER SOLIDARIDAD Otra de las formas de prepararse bien para la vida, y parte del aprender a convivir, es vivir la solidaridad, que implica mucho más que una sensibilidad social epidérmica reducida a mirar desde lejos la pobreza, la injusticia, la discriminación, la distancia entre las clases sociales, los problemas del propio país o de la sociedad actual. Es verdad que sólo aprendemos lo que vivimos, y que sólo “aprendemos de aquellos a quienes amamos” (Goethe). Por eso hay que pensar en experiencias y vivencias que sirvan al hijo, al alumno, al empleado, al directivo, al colega, para comprender que se trata de una dimensión absolutamente necesaria en su vida. En contravía del aburguesamiento, de la vida excesivamente cómoda, de los caprichos de quien todo lo tiene, o de quien no cuida lo que tiene porque sólo piensa en su bienestar y en su placer, o huye del dolor y las necesidades ajenas. En derecho, la obligación solidaria es aquella que afecta a todos y a cada uno, porque cada uno debe responder por todo si los otros fallan. En lo social equivale al compromiso que nos une con todos, por el cual yo tengo derecho a esperar de ellos, pero ellos igualmente tienen el derecho a esperar de mí. Ante el otro como persona, no basta con reconocer la interdependencia. Es necesaria la colaboración, acto propio de la solidaridad. Parte ella de la capacidad de comprender la realidad del otro y abrir al tiempo una vía reversible: el que da recibe y el que recibe da. Es la superación del individualismo egoísta, que antepone el propio bienestar al de los demás y, en el plano social, subordina el bien común a los intereses de grupo, de partido, de empresa, etc. No se puede comprender bien la importancia de la solidaridad si no se acepta que va indisolublemente unida al carácter social de la vida humana, a la libertad comprometida, a la participación como reclamo básico de la vida en sociedad. La solidaridad es un modo de ser que lleva a actuar, que se hace explicito y real con los hábitos, algo que se aprende como se aprenden los demás valores. A veces ella parte del tener material y económico, porque hay quienes no pueden responder como personas porque les falta lo elemental para vivir. Ese tener sirve de camino al ser. Debe ser siempre un tener para poder ser y poder dar y servir. La raíz primaria de la solidaridad está en la familia, donde se aprenden las virtudes esenciales y se adquiere la dotación básica para la vida. Los otros ámbitos de la solidaridad son los grupos secundarios, como la empresa, que habiendo logrado tantos avances tecnológicos y económicos, sin embargo, en este aspecto se ha quedado muchas veces corta. En este sentido hay que dar un giro radical. Por eso se insiste tanto hoy en la cultura corporativa, que es la trama de esos valores articulada en un determinado entorno o contexto al que debe servir. De esta manera se ve más clara la solidaridad como una tarea específica, de la persona y la empresa, de cara a una comunidad también específica. Ya se dijo que la empresa tiene como fin no sólo el beneficio económico, que forma parte esencial de su razón de ser.

Realmente el beneficio no es completo si no se tiene en cuenta esa solidaridad, indispensable para construir una comunidad. La solidaridad debe defenderse frente a posiciones individualistas que proclaman la libertad de mercado sin límites. No se puede dejar que “domine la vida social la lógica implacable del intercambio” (Soria), cuando puede estar amenazada la supervivencia de los grupos sociales y de las personas. Éstas no se pueden equiparar como se equiparan e intercambian las cosas. La solidaridad es regida muchas veces por la lógica de la gratuidad. Si el desarrollo económico y los beneficios de la empresa no son para todos, no estará siendo ella un sistema de cooperación y un ámbito de solidaridad SER SOCIALMENTE RESPONSABLE Servir es servir a todos, no sólo en la perspectiva personal que vengo tratando aquí, sino en la perspectiva propia de las organizaciones, llamadas a compartir sus beneficios con la sociedad a través de lo que podemos llamar un liderazgo socialmente responsable: devolverle lo que ella de muchas maneras les ha dado. Me refiero, en primer lugar, a su entorno estratégico que es el centro de su acción. No podemos extender la responsabilidad social a todo el país y a todos los sectores. Es conveniente hablar de una responsabilidad social limitada, no universal e indiscriminada, porque puede prestarse a confundirla con la justicia social misma, o con el hecho de que se les pida a las empresas estar en todos los frentes. La responsabilidad social es el nuevo nombre de la proyección social de la empresa con su entorno, superado ya el viejo paradigma asistencialista y de apoyo caritativo. La sociedad es tarea de todos y en lo económico, de modo especial, de los empresarios. Éstos tienen los medios y deben de volcar su acción a remediar lo que el Estado no alcanza a hacer, y aquello que de todos modos les corresponde por justicia. Ni el concepto se debe quedar en divagaciones, ni la acción libre de los empresarios de todos los niveles puede quedarse en mera palabrería, mientras los problemas sociales avanzan vertiginosamente, causados, sobre todo, por la inequitativa distribución del ingreso. No se trata de una simple moda, pasajera, como ocurre con ciertas teorías de cambio que van de aquí para ya, creando una cierta efervescencia y que, al final, no echan raíces fuertes y son reemplazadas por una nueva tendencia. Se trata más bien de un propósito fundamental para aunar esfuerzos y responder a las expectativas de la sociedad frente al compromiso de las empresas con ella, para superar esa distancia que habitualmente se ha presentado entre ellas y su entorno social. No es un tema nuevo, porque siempre ha habido empresarios responsables, pero se está presentando actualmente en forma novedosa, de modo que se pueda encauzar el afán de servicio de las empresas a la sociedad, en una forma más consistente y organizada. No existe un enfoque unánime sobre los contenidos del concepto de responsabilidad social, pero abarca un conjunto amplio de temas: la ética social en la empresa; la rendición de cuentas a la sociedad; la participación y la solidaridad; la ayuda de los empresarios a la restauración del tejido social, afectado por la violencia, la pobreza y las desigualdades sociales; la necesidad de sumar fuerzas entre el sector público, el privado y el social para acudir a los puntos más vulnerables de la sociedad; la necesidad de unir esfuerzos en la lucha por un futuro sostenible, no sólo desde el punto de vista ambiental, sino económico, social y ético. De todos modos, siempre existe el riesgo de darle demasiada amplitud al concepto, que puede convertirse en una panacea donde se meten todos los temas de actualidad para la empresa. Y que los empresarios vayan de un lado para otro, con muy buena voluntad, en busca de la fórmula mágica para resolver el problema de fondo de su plena vinculación con la comunidad. Es evidente que se trata de responder a un clamor sobre necesidades, por falta de responsabilidad no sólo de los empresarios, sino de todos los que tienen que ver con sus empresas (los aliados estratégicos o grupos de interés). Nadie se puede apropiar de la responsabilidad social como si fuera un tema exclusivo de una élite empresarial. Esto afecta también a la universidad, a las instituciones educativas, a las ONG’s y a quien en la sociedad esté inmerso en tareas de emprendimiento para hacer un aporte a la gestión social del desarrollo. La responsabilidad social no se puede quedar en una enumeración de buenas intenciones de los dirigentes empresariales, ni tampoco en algo controlado por quienes manejan los mercados, o algo que sólo pueda ponerse en práctica cuando a los empresarios les va económicamente bien a pesar de que a la sociedad le vaya mal.

La sociedad no soporta esas variables caprichosas: debe ser un compromiso habitual de servicio, que permite unas determinadas soluciones a un costo que no pueden satisfacer los beneficiarios y que subsidiariamente está a cargo de los empresarios. Hemos hablado de participación ciudadana y de la necesidad de que los individuos se comprometan cada vez más con la democracia como sistema de gestión social del desarrollo, si se quiere construir comunidades más integradas y solidarias. Aquí cabría hablar de la responsabilidad social como ejercicio de la “ciudadanía corporativa”, para significar el papel de las organizaciones dentro de la participación social, para indicar que no es algo sobreañadido, sino indispensable. “Hacer comunidad”, “hacer ciudad”, “hacer país”, “hacer patria”, son diferentes formas de lo que la responsabilidad social representa, como algo que va unido inseparablemente a la vocación de ser empresario. La responsabilidad social es la mejor forma de dar trascendencia al trabajo empresarial. En cierto modo, a la hora de mirar ese servicio al entorno, las empresas se están jugando su sostenibilidad social. Es una tarea ética porque las organizaciones, apoyadas en sus valores corporativos, en su visión y en su misión, vienen al encuentro de la sociedad, y los proyecten en ella, reforzando la ética a todas las acciones que buscan hacer realidad un liderazgo socialmente responsable. Ser socialmente responsable es trascender a través de la vocación de servicio de las organizaciones, una forma de participación social y una manifestación real de solidaridad que les permite ir más allá de los intereses particulares. “El que no puede vivir en comunidad, no necesita nada por su propia autosuficiencia, y no es miembro de la sociedad, sino una bestia” (Aristóteles). Lo que enferma a la sociedad endémicamente es el individualismo, sobre el cual no se puede construir lo comunitario, como no se puede sobre el egoísmo –individual, de clase o de grupo– crear la auténtica solidaridad. Autor: Jorge Yurce

BUSCAR HACER ALGO EXTRAORDINARIO EN LA VIDA Uno de los retos más frecuentes para un docente es encontrar la fórmula para motivar a los alumnos a aprender, y más aún, que los inspire y les contagie de entusiasmo para tener esperanza en su futuro y a estar convencidos de que se puede lograr una buena vida haciéndola extraordinaria. Con motivación, todo es más fácil en el aula. El maestro motivador e inspirador logra involucrar más a los alumnos en los proyectos de clase, genera más debate y participación, estimula preguntas y convence de las bondades del esfuerzo logrando que los alumnos se fijen metas retadoras y realistas con la autoconfianza de que pueden lograrlas. Un buen profesor se define con varias características: porque conoce mucho de su área de estudio, porque es bueno para transmitir los conocimientos, porque lo hace de una manera amena e interesante o porque combinan todas estas cualidades. Sin embargo, no todo se relaciona con asignaturas y conocimientos. Hay buenos profesores que se ganan un lugar en la vida de sus alumnos porque comparten sus experiencias de vida y dan consejos para que los estudiantes entiendan la importancia de las decisiones que se toman. El buen profesor puede ser estricto pero justo; amable pero firme; con buen humor pero siempre manteniendo la sana distancia y el respeto. Pero sobre todo, un buen profesor anima a los alumnos a seguir adelante no solo en los estudios, sino también en alguna situación complicada que enfrenta alguno de sus alumnos y sus palabras de aliento siempre serán recordadas por los alumnos. Una característica insustituible de un buen profesor es la inspiración. Son capaces de inspirar hasta al más conformista de los estudiantes, son fuente de inspiración para quienes se encuentran confundidos e indecisos y que no encuentran su camino. Recuerdo, en mi caso particular a varios maestros que tenían esta característica insustituible: en la primaria, Sor Genoveva, en la secundaria El Lic. Ramón Longoria y el Prof. Alberto Escamilla, en la prepa el Ing. David Fernández Camargo, en la universidad los Ings. Héctor Garza Sepúlveda, Marín González González, Jaime Aguilera Barraza y Cesar Solís Ortega y en la maestría el Ing. Ignacio Hernández Luna. La asignatura específica de cada maestro no tiene peso en la inspiración, hay profesores de matemáticas o de biología o de cualquier otra asignatura que llegan a inspirar a los alumnos, también hay profesores de idiomas, de ciencias, de historia, etc. Un buen profesor que inspira, transmite a sus alumnos ganas de hacer algo extraordinario de su propia vida, como dijo Steve Jobs: “Estamos aquí para dar un mordisco al Universo, si no, ¿Para qué otra cosa podemos estar?” Inspirar a los alumnos es un arte que no todos dominan; los mejores maestros del mundo aplican

la inspiración diariamente sin importar la situación, y la aplican cuando más se necesita, te enseñan que tu felicidad no depende de la realidad, depende de tus respuestas a las situaciones que debes enfrentar y te enseñan que en gran parte se encuentra dentro de ti mismo. Mi profesor de etimologías greco latinas nos decía: In te ipso fons laetitia est, la felicidad está dentro de ti mismo. Podrán pasar muchos años pero si recuerdas con cariño a un profesor es porque seguramente se trataba de un excelente profesor. Los profesores que no enseñan con pasión se olvidan pronto, porque no dejan en sus estudiantes aprendizajes para toda la vida. Resultaría por demás interesante poder conocer la opinión de los propios estudiantes de hoy acerca de si tienen o han tenido en sus años de estudio maestros que hayan logrado motivarlos, entusiasmarlos e inspirar en ellos expectativas de una vida extraordinaria, de un futuro prometedor y de una disponibilidad a hacer lo necesario para lograrlo. En los Estados Unidos la agencia Gallup realiza cada año una encuesta entre los estudiantes de secundaria, prepa y graduados universitarios y recientemente pregunto a 230,000 estudiantes norteamericanos acerca de sus profesores y la mitad de los estudiantes de secundaria y prepa dijeron que no tenían un solo profesor que los entusiasmara acerca de su futuro y la tercera parte de los graduados de universidad entrevistados dijeron que no tuvieron un solo profesor que los entusiasmara respecto al aprendizaje. Cuando los maestros no son inspiradores, los estudiantes pierden muchas oportunidades. Los estudiantes de secundaria y prepa que reportaron tener al menos un profesor que los entusiasmaba respecto al futuro, se mostraron 4.4 veces más propensos a involucrarse y a comprometerse en las actividades escolares con mucho entusiasmo. Estos mismos estudiantes se mostraban 1.9 veces más optimistas respecto a su futuro, comparados con los estudiantes que no tenían profesores inspiradores. Los graduados universitarios que dijeron que tuvieron al menos un profesor que los inspirara, son 2 veces más propensos a comprometerse en su trabajo que aquellos que no lo tuvieron. También son 1.5 veces más optimistas en todas las áreas de bienestar personal. Otra encuesta de Gallup revelo que solamente el 30% de los maestros de escuelas públicas en los Estados Unidos, están realmente comprometidos en sus trabajos. Lo anterior significa que 7 de cada 10 maestros no están entusiasmados ni comprometidos con su trabajo. Esta encuesta también encontró que el 13% de los maestros de escuelas públicas que no están entusiasmados ni comprometidos con su trabajo, hacen más mal que bien, ya que además de no inspirarlos, desmoralizan a los estudiantes. Si el lector no tuvo o no ha tenido algún maestro o maestra inspiradores, pero ha visto la película La Sociedad de los Poetas Muertos, seguramente guarda una muy agradable impresión del Profesor Keating (Robin Williams), quien inspiraba profundamente a sus alumnos y les decía “Make your lives extraordinary”- Hagan de sus vidas algo extraordinario. Autor: Juan Manuel Cerda NUESTRA FAMILIA, ESCUELA DE EDUCACIÓN “Estamos hechos de la misma materia de nuestros sueños" (Shakespeare) 1. La familia está llamada por naturaleza a ser la primera formadora de valores en los hijos. Todo parte del propósito fundamental de los padres que les compromete con la felicidad de los hijos a darle lo mejor de sí mismos, sus propios valores. Por eso no es extraño que los propongan a sus hijos, primero con el ejemplo, para que ellos los practiquen e incorporen a su vida en forma de hábitos estables. 2. Los padres ejercen con sus hijos lo que podríamos denominar un “liderazgo artesanal”, en el sentido de que cada uno de los hijos representa una tarea única, lo más parecido a una obra de arte que se trabaja singularmente y que se podrá concluir en la medida en que cada uno de ellos aprenda a navegar en la vida por sí mismo. 3. Los padres quieren que sus hijos crezcan sanos y saludables y que puedan disponer de ciertos medios materiales para su vida y que sepan usar bien su libertad. Pero, sobre todo, que posean ciertos valores morales y espirituales que les permitan ser personas verdaderamente felices, que lleven la felicidad a otros y que sean buenos ciudadanos. 4. Lo principal para los hijos, a la corta y a la larga, es el permanente respaldo afectivo de sus padres. Eso supone aceptarlos como son y dedicarse a ellos en tiempo y en atención. No basta que un padre o una madre piensen que les dedican poco tiempo pero de calidad. Es necesario que la cantidad de tiempo sea proporcionada a las necesidades de los hijos. 5. La vida de los padres está marcada por la entrega, por la donación de uno al otro y de los dos a sus hijos. Esto no se realiza de un solo golpe o porque se exprese el deseo o la intención de entregarse. Es un largo proceso, que se realiza poco a poco, por pasos, con continuidad, con perseverancia y adelantándose a poner de su parte todo lo mejor, sin descanso aunque a

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veces haya cansancio. Esa entrega acrisola los valores que aspiran a forjar en los hijos y los prepara para afrontar las contrariedades de la vida. El clima del hogar debe estar caracterizado por el amor mutuo y la confianza, que llevan a luchar cada día, con la esperanza de hacerlo mejor y de mejorar personalmente en la tarea de hacer mejores a los hijos, en un constante comenzar y recomenzar en el que los unos se apoyan en los otros, logrando la fortaleza del conjunto Nada de lo que pase a alguien en la familia puede ser ajeno a los otros. Y más cuando se trata de algo que pasa a los hijos. Por eso los padres los deben llevar en su cabeza y su corazón vayan donde vayan y pase lo que pase. Eso les llevará a ser buenos observadores, a vigilar con el corazón y a limitar su propia libertad para bien de ellos. Muchas veces la libertad se obtiene como fruto de una entrega generosa. Los hijos poseen unos “instintos-guía” (Corominas) que son impulsos naturales de conocer, de aprender, de querer, parecidos a los que tienen de llorar, comer o caminar, y unos “períodos sensitivos” en los que se les facilita más el aprendizaje de los conocimientos y de los valores. Hay que saber aprovechar esos períodos para arraigar en ellos los valores. Por ejemplo, y para dar una idea que no pretende ser una regla exacta: la laboriosidad, la constancia o la generosidad (entre los 2 y los 6 años); el estudio, la sinceridad, el orden o el respeto (entre los 6 y los 10 años); la justicia, la amistad o el patriotismo (entre los 10 y los 16 años); y la prudencia, la lealtad o el optimismo (de los 16 en adelante). El desarrollo de valores en la familia se basa en la espontaneidad y la libertad. No se les imponen: se les anima e impulsa a vivir consciente y deliberadamente algunos valores en forma explícita, porque implícitamente reciben otros a través del ejemplo de los padres y también de los maestros. Ofreciéndoles motivos para hacerlo, haciéndoles sentir la satisfacción al vivirlos y reconociendo sus esfuerzos por hacerlo Los valores esenciales (fé amor, libertad, justicia, laboriosidad, respeto, amistad, laboriosidad…) echan sus raíces en la vida familiar. El colegio refuerza esos valores y ofrece otros. Trabajar por el arraigo de lo esencial o fundamental debe ser la preocupación permanente de los padres y maestros. En cambio no deben dar importancia a lo accesorio o secundario (gustos, modas, aficiones…La batalla no hay que darla ahí, porque son cosas pasajeras. En una sociedad caracterizada por el consumismo y por la aspiración a la vida cómoda y fácil, al confort y al bienestar material y a creer que el dinero lo puede todo, adquiere mucha importancia educar en la sobriedad y en hábitos de templanza y moderación, y hacer ver a los hijos el valor de la austeridad y de la sencillez de vida, del desprendimiento de lo propio para acudir a satisfacer las necesidades de los demás, especialmente de los más pobres de bienes materiales. Los padres que ahogan a sus hijos en la abundancia de cosas superfluas corren el riesgo de descuidar lo más importante que necesitan: orientación, afecto y criterio. La mejor manera de comprobar si van por buen camino en ese sentido es ver si los hijos son generosos entre sí, si se preocupan de sus compañeros en el colegio, si tienen ojos para descubrir el dolor, las penurias y las dificultades que viven personas que muchas veces pasan cerca de ellos. El compromiso es vital para su vida. Ser personas comprometidas es aprender a manejar su libertad y a respetar la palabra dada, que se basa en el amor a la verdad. La libertad no es sólo elegir las cosas o planes que les gustan. También que vean que son libres comprometiéndose con lo que hacen, especialmente con sus estudios. Obedeciendo, respetando a la autoridad, cumpliendo las leyes y normas de la convivencia y los dictámenes de su razón y lo que exigen los principios y valores a cada persona, también son libres. El amor es condición y resultado en la familia. Es un fuego que mantiene encendido el hogar. Si se apaga o falta, en lugar de fuego lo que hay es desamor y se crean pequeños infiernos familiares. El amor, como el fuego, se alimenta de cosas pequeñas, de detalles. Quien no sabe estar en los detalles de la vida de los hijos, se alejará de ellos lentamente. El mejor regalo de los padres a los hijos es educarlos en una fe comprometida y activa, con base en su propio ejemplo, de modo que comprendan el sentido de la gracia en sus vidas, y se conduzcan como buenos hijos de Dios y hermanos de las demás personas, que practiquen la oración, los sacramentos, una auténtica piedad y logren una buena formación doctrinal, todo ello como alimento de su vida interior. Como los otros valores, la laboriosidad se inculca con la fuerza del ejemplo. Para ello ayudarles a aprovechar el tiempo, a ser ordenados, a tener disciplina en sus hábitos de alimentación y de deporte y descanso. A manejar su horario de estudio y su dedicación a la amistad, valor importantísimo en su vida. En la familia se dan los primeros pasos de la solidaridad, en contacto con los padres y con los hermanos, con los demás parientes y personas relacionadas con el hogar, y con las demás

familias. Ser solidario no es sólo un sentimiento superficial de compasión por los males ajenos. Es sentirse parte en sus necesidades y colaborar en su solución. 18. La vida en familia necesita del diálogo y la comprensión. Cuando los padres viven estos valores, los hijos aprenden a escuchar y a conversar y, lo más importante, a compartir, a interesarse en los asuntos del hogar y de las personas que lo integran. Y comprender, convivir, disculpar y perdonar van de la mano. 19. Nadie está libre de equivocarse al educar los hijos. Por eso rectificar en esos momentos es también un ejemplo para ellos. Y no echarles nunca en cara sus defectos o errores, ni guardar rencores, ni manifestar preferencias. “La justicia de los padres es tratar de modo desigual a los hijos que son desiguales entre sí”, recomendaba alguien. 20. La familia y el colegio son ámbitos privilegiados para educar en los valores. Deben complementarse. Si los hijos ven en el colegio continuidad de lo que han aprendido en sus hogares, se les hará más amable y atractivo vivir los valores. Lo importante es que en la educación que reciban se dirija a formar su carácter y a que sean personas íntegras y el día de mañana excelentes profesionales y ciudadanos líderes para servir y querer a todos, sin discriminaciones, con sentido de justicia. Autor: Jorge Yarce APRENDER A TRASCENDER Decimos que hay que dar trascendencia al trabajo que hacemos, para significar que no se debe quedar simplemente en los resultados materiales, económicos o intelectuales, porque pensamos que ese algo tiene que ir más allá, debe estar dotado de una significación, de un sentido que supera todas aquellas significaciones. Cuando algo trasciende es porque va más allá de nosotros mismos. Podemos hablar de trascendencia en el conocimiento o en el querer, precisamente porque no se quedan en el sujeto que conoce o que quiere, sino que se dirigen a lo que está fuera de él, a las cosas o a las otras personas. También se habla de conceptos trascendentales, propios de todo ser, como la verdad, la belleza y la bondad porque trascienden a un ser en concreto y se pueden aplicar a todos. Algunos ejemplos La trascendencia es dimensión de la vida humana, pero no se reduce a ella. Una forma de experimentarla es, por ejemplo, la vivencia del dolor. No lo sabemos explicar claramente, pero lo sentimos profundamente. La muerte es como una categoría suprema de la experiencia del dolor. Cuando alguien se muere, decía Unamuno, “se nos muere”, porque hay representa un desgarro de nuestro ser, sobre todo si se trata de una persona querida, que está en la esfera de nuestra intimidad. En la muerte, la trascendencia llama a nuestra puerta de una manera muy especial. La trascendencia la aplicamos a cosas que se ocultan a nuestros ojos o a nuestra inteligencia, que no podemos comprender fácilmente. Que no son conocidas como la mayoría de las demás cosas, pues permanecen en cierto modo ocultas. Como ocurre con la inmaterialidad que hay en el ser humano o con los deseos del corazón humano de superar las barreras del tiempo, de querer vivir siempre. Como nos recuerda Alejandro Llano, se trata de un enigma propio del hombre, que se profundiza al advertir, con palabras de Aristóteles, que él es “en cierta medida todas las cosas”, de modo que no le resulta ajena ninguna de ellas porque está siempre abierto a la totalidad de los seres. En él convergen la inmanencia (lo que está dentro de él, de su interioridad) y la trascendencia. Es decir, el anhelo de lo que el hombre quiere va más allá de los límites de su cuerpo y de su mente, va más allá incluso de su ser: “El hombre supera infinitamente al hombre” (Pascal). Se trata de problemas que escapan a una visión simplista del ser del hombre, que nos permiten entrever que su ser tiene una característica peculiar: se plantea estas cosas. Es el único ser que puede volver sobre sí mismo −conciencia− y comprender temas que están fuera del alcance de su corporalidad. Y explicarlos con base a un principio inmaterial o espiritual, en el que parece radicar esa capacidad de volver sobre sí mismo y de plantearse el sentido de la vida propia y de los demás. Las personas se dan cuenta de que su ser no se agota en sí mismas, que ser persona es, de alguna manera, tender un puente al infinito. Nos podemos plantear todos esos interrogantes porque somos libres y porque en nosotros hay algo que es inmaterial, que hace posible que soñemos y que busquemos la felicidad.

El primer nivel de la trascendencia es advertir que somos conscientes de la realidad que nos rodea, que la podemos conocer, y darnos cuenta de nuestra propia subjetividad, que es compleja y difícil. Desde ella advertimos no sólo las realidades materiales, sino lo demás: las otras personas y el mundo que construimos con ellas, la sociedad. Este ya es otro nivel de la trascendencia que palpamos de una manera muy viva a través del diálogo con los demás. Y el tercer nivel es la aceptación de un otro absoluto, de Dios como causa y fin de la vida humana. En estos “caminos para la superación personal” tomamos el sentido de la trascendencia en relación con el descubrimiento y aceptación de los otros, en la relación interpersonal, y en los vínculos sociales. Después de haber examinado el ser, el hacer, el aprender y el emprender, nos toca recorrer el camino del trascender, en el que se ponen a prueba todas los demás aspectos. La trascendencia de Dios se plantea en el último capítulo. El ser humano está hecho para buscar una plenitud que está en él, pero, a la vez, fuera de él. ¿De qué sirve haber recorrido los anteriores caminos si no alcanzamos una verdadera conciencia del significado de la trascendencia? Por ejemplo, la familia, primer ámbito de realización personal y de trascendencia hacia los demás, es testigo de frecuentes problemas que tienen su origen en no saber compartir la vida con ellos. Igualmente muchos problemas de inserción en la vida social provienen de no saber trascender el ámbito del yo, el egoísmo cerrado, para afirmar el nosotros de lo social. La otra cara de la intimidad La trascendencia es la dimensión más importante de la vida humana porque no somos solos, ni vivimos solos, ni nos salvamos o perdemos solos, ni somos para nosotros mismos y para nadie más. La persona es un ser con los demás y para los demás. La trascendencia tiene sus raíces en lo más profundo de la personalidad. Desde la edad más temprana hay que ayudar a descubrirla para que la persona sea consciente y la busque a lo largo de su vida. Si no se trasciende, la vida se trivializa, pierde peso e incluso esa pérdida explica la violencia que se ejerce sobre ella y, en buena parte, la violación de los derechos humanos. La trascendencia es la “apertura”, la otra cara de la intimidad, que es capacidad de la persona de volver sobre sí misma, de poseer un “ser interior”, una profundidad que le permite distinguirse conscientemente de los demás y tener su propio mundo. Con otras palabras, es la riqueza interior propia de la persona que no se queda en sí misma, sino que se abre a los demás. Podemos decir que esa intimidad, en un sentido, es afirmación de algo que permanece en mí (inmanencia), y en otro, es la afirmación de lo que sale desde mí hacia el otro (trascendencia), sin dejar de ser yo lo que soy, sin perder mi propia unidad. La persona se posee a sí misma y, a la vez, entra en relación interpersonal en la medida en que percibe los otros como personas que tienen una intimidad que no puede desconocerse. Son realmente otros fuera de mí y más allá de mí. Este camino tiene tres vías principales: aprender a convivir, donde incluimos el aprender a ser amigo y a ser familia; aprender a participar, donde incluimos el aprender a ser buen ciudadano; y aprender a servir, en el que incluimos el aprender a ser solidario y a ser socialmente responsable. Autor: Jorge Yarce MINDFULNESS Mindfulness es lograr una mente plena, concentrada en el presente, que es el tiempo donde la ocupación puede vencer a la preocupación. Si no se vive aquí y ahora se divaga pensando en otras cosas. Sólo por hoy es una idea reconfortante. Viviendo en el pasado la mente se ata a los recuerdos. No es la lección que se precisa recibir hoy. Vivir en el mañana asusta porque es imposible saber cómo será y la vida se hace agobiante. Vivir el momento permite concentrarse en algo concreto y conectado con las metas. El pasado se fue y el futuro no llegó; preocuparse no cambiará las cosas. Centrarse en aquí y ahora facilita transitar el camino, aquietar la mente, soltar el pasado, liberarse y elegir otra manera de ver y de vivir.

Para muchos la vida empieza cuando termina de trabajar: “Al fin estoy en casa”. Y sucede así porque se trabaja alienado, apurado, como autómata. Una mente plena es consciente de lo que hace. Lo que le sucede a una mente que salta de tema en tema es que está ocupada en miles de pensamientos que deja sin resolver, muchas veces inconexos, y son pocos los momentos en que toma conciencia plena de los actos. La propuesta es recuperar en cada instante la vivencia de algo único. El empowerment es el poder interior que todos tenemos. Si se lo dirige se toma conciencia de que uno es el arquitecto de sí mismo. Es una herramienta clave que, bien utilizada, faculta para tomar decisiones, al adueñarse del poder que se tiene. Es creer que se puede, de adueñarse de ese poder, de sentirse eficaz y de acompañar a los otros en la misma dirección. Mindfulness y empowerment se complementan y se desarrollan con la práctica. La práctica meditativa no se queda en la postura del loto media hora a la mañana, sino el esbozo de un trabajo que debe intentarse momento a momento. Conviene comenzarlo al despertar, respirar y esbozar una sonrisa, utilizar los primeros minutos, para ser consciente de la respiración. Inhalar y exhalar, observando siempre cada movimiento y sensación. El foco correcto. Uno de los grandes problemas del ser humano es la estrechez de su foco de atención. Estamos programados para prestar atención a las cosas de una manera que nos deja pegados, que no crea distancia, que resta objetividad. Nos criamos toda la vida experimentando una atención siempre alerta y muy estresante: “Presta atención”. Desarrollamos un tipo de atención que tiene que ver con concentrarnos en algo, pero con orejeras como las que usan los caballos de carrera. Esa atención nos permite tener una atención automática de alerta cuando estamos en peligro o creemos que lo estamos y así reaccionamos instantáneamente a ciertos estímulos. Y esto está bien para ciertos momentos, es práctico y nos sirve y salva en muchas situaciones. Pero, para desarrollar nuestro ser interior, para sentir que nuestra vida nos pertenece y que la vivimos plenamente, debemos cambiar la percepción de las cosas, así como el hecho de sentir la respiración, aporta aire a nuestra existencia. La atención se entrena como cualquier otro músculo. Por eso, sin recetas mágicas, pero sí con práctica y con ansias de expandir nuestra conciencia sin límite, podemos dejar de ser caballos de carrera y convertirnos en animales salvajes, menos domesticados y más conectados con otros aspectos del vivir. Mindfulness pretende que la persona se centre en el momento presente de un modo activo, procurando no interferir ni valorar lo que siente o percibe en cada momento. Si transforma su mente, transforma la realidad en que vive. Es algo muy simple: es ser conscientes plenamente de lo que estamos haciendo en cada momento. Nuestro día pasa con la mente ocupada en miles de pensamientos, ideas que se nos van por las ramas y con muchas preocupaciones. Son poquísimos los momentos en los que realmente ponemos atención plena a lo que estamos haciendo. Es fundamental prestar atención a la respiración constantemente: mientras se trabaja o se descansa hay que inhalar y exhalar. Hacer conscientes estos dos pequeños actos. Una vez logrado hacer consciente lo que sucede en cada instante, la mente se siente más “limpia”, vacía y fresca. A todo lo vemos como si fuera la primera vez. Justamente esa es la propuesta: poder hacer de cada instante algo único. Con el ejercicio del mindfulness, podemos estar más atentos a la postura del cuerpo, a la respiración, a los movimientos que realizamos. Y así detectar cuán eficaces estamos siendo en el manejo de los estímulos, intentando salir del multitasking y focalizando en una cosa por vez. ¿Cómo sabemos si estamos focalizando nuestra atención o nuestra energía de manera correcta al trabajar? Podemos saberlo de dos formas: por un lado, observando la dirección de nuestra atención, si tiene profundidad y no padece distracciones continuas. Y por otro, reconociendo la energía que utilizamos para la tarea que abordamos. Un concepto clave del mindfulness es el de “el esfuerzo correcto”: utilizar el esfuerzo necesario, ni más ni menos. Actuando con disgusto, fastidio o con una actitud de rechazo, probablemente no estemos haciendo el esfuerzo correcto. Es divagar sobre el malestar, volar alrededor de él sin afrontarlo. Esconderse, evitarlo o huir. Pelear, eliminarlo, pasarle por arriba, colapsar, angustiarse. La solución es estar en el presente, sin juzgar, aceptar y conectar. Primero aparece la tensión, pero luego llegan el equilibrio y el bienestar. Ejercicio: Póngase de pie bien derecho, brazos al costado, piernas paralelas, cierre los ojos, sienta el cuerpo, los pies, recueste el peso sobre los talones, sienta la espalda, brazos, inhale y exhale sin buscar el control. Levante despacio los brazos, siéntase cómodo en la incomodidad, postura amable, sienta todo el cuerpo, sin luchar, quedarse así. La mente atenta puede quedarse más tiempo, perciba sin rechazar, lentamente baje los brazos, sienta la relajación, inhale profundo, exhale, siéntese con atención plena, perciba la flexión de las piernas, los glúteos, todo muy despacio.

Emociones conflictivas. Son aquellas que surgen como reacción a una vivencia de desagrado o malestar en nuestra vida, y que nos hacen reaccionar sin control mental. No son las emociones básicas, propias de la condición humana, como el miedo, la angustia o el enojo primario, sino lo que hacemos con ellas. Si de la experiencia del miedo hacemos una inhibición, una fobia o un alerta constante a posibles peligros podemos decir que hemos transformado una emoción displacentera en una conflictiva. Si de un enojo pasamos a la cólera, a la venganza, también hablamos de esto. Necesitamos desarrollar la capacidad de regularlas cuando sentimos que nos inundan y nos desbordan. Intensamente es una película estrenada en 2015. Con tecnología de animación, lo que la hace atractiva para niños y adultos, atrapa por su honestidad en la propuesta y porque entra con precisión en el mundo complejo de las emociones humanas. Cinco personajes –Alegría, Tristeza, Miedo, Rabia y Desagrado- que desde el Cuartel General de la mente, guían la conducta de Riley, cuando ella tiene 11 años y tiene que abandonar su ciudad, Nebraska, para instalarse con sus padres en San Francisco. En medio de la inquietud que le genera el cambio, las emociones que la guían –Alegría y Tristeza- sufren una crisis que las expulsa del cuartel general, y las obliga a iniciar un largo proceso. En ese viaje, la película juega con conceptos psicológicos que presentan en forma accesible el funcionamiento de la mente, y contaron con la asesoría de expertos durante su elaboración. Alegría es la protagonista principal de la historia y se mantiene firme al sentimiento que representa sin embargo poco a poco ella también llega a sentirse diferente y gracias a Tristeza llega a conocer otra parte de su propio ser. Aunque en un principio Tristeza parecía ser la antagonista, pues es gracias a ella que se desencadena la historia, resulta luego ser fantástica y graciosa convirtiéndose en toda una heroína Desde el nacimiento nos enseñan que el mundo es de cierta manera y terminamos por creer lo que nos dicen. Pero si queremos ser creativos debemos desarrollar nuestro modo de ver la realidad y administrar la voluntad, que es el talento para seguir lo que nos entusiasma. Inteligencia emocional. Las emociones involucran zonas del cerebro que registran los datos que ingresan y deciden a qué y cómo prestarle atención y regulan el comportamiento, sin que eso se advierta de modo consciente. La sobre estimulación de emociones negativas como enojo, frustración, desilusión, miedo, desencadena el pensamiento negativo, aumentan los neurotransmisores de alerta, como el cortisol y la adrenalina, provoca sensaciones de amenaza, la desaparición de neuronas responsables del aprendizaje, y errores en la interpretación de los datos. Aprender a regular las emociones genera eficiencia y productividad. Una emoción comienza ante ciertos estímulos. Una atención selectiva los evalúa en función de los objetivos, necesidades y deseos. Si el resultado significa que algo no funciona, se incrementan la ansiedad, y la inquietud. Perder la regulación emocional. Las causas pueden ser varias: 1- Aceptar sin análisis la respuesta emocional. 2- Dificultad para comprometerse con objetivos planeados (por la irrupción de la emoción aflictiva). 3- Fallar en el control de impulsos (no poder inhibirlos). 4- Falta de conciencia emocional (no poder nombrarla o definirla). 5- Acceso limitado a estrategias de regulación emocional (no saber cómo retomar control sobre la emoción aflictiva). 6- Falta de claridad emocional (no poder descubrir las emociones que aparecen, en muchos casos mezclarlas con otras. 7- Ansiedad ante peligros imaginarios. La imaginación provoca la misma repercusión en el cerebro que un hecho real, y si predomina el pensamiento de peligro genera adrenalina para enfrentarlo. Un cerebro sano produce endorfinas que son neurotransmisores que mejoran el rendimiento. Según del lado que uno se ponga, el mundo será de terror o de maravilla. Se llaman distorsiones cognitivas a modos erróneos de interpretar que generan estados anímicos alterados. Como dijo Churchill me pasé la mitad de mi vida ocupándome de cosas que nunca ocurrieron. La inferencia arbitraria es una conclusión sin evidencia o con evidencia contraria. Maximizar: consiste en agrandar. Minimizar: es subestimar o achicar. Abstracción selectiva es centrarse en un atributo fuera de contexto. Generalización excesiva es derivar reglas de pocas situaciones Personalizar es la tendencia a atribuirse fenómenos que son externos. El pensamiento dicotómico es absolutista, juega a todo o nada. Hay actitudes sanadoras. Se usa la meditación para cambiar los pensamientos que perjudican la salud. Son cargas del pasado, no resueltas, o expectativas exageradas sobre el futuro. Con la meditación, se consigue disolverlas, y concentrarse en el presente. “Mindfulness” o atención plena, es una meditación desarrollada por el biólogo Jon Kabat-Zinn, despojada de la religiosidad que acompaña a las prácticas orientales. Al practicar, se consigue una mayor aceptación del sufrimiento como parte de la vida, se desarrolla una atención ecuánime, sin reaccionar con violencia. La meditación puede acompañarse del monitoreo de las funciones cerebrales para lograr el manejo del estrés. Se atiende individualmente, pero también en talleres donde se aprenden

técnicas de relajación psicofísica. Así se reduce el nivel de estrés y se observa una mejora clínica. La meditación en un recurso especial para las enfermedades crónicas. Ante crisis de pánico o de angustia, la práctica permite concentrarse en la respiración. A partir de la meditación, se busca la causa de las crisis, conectarse consigo mismo y practicar aun fuera del consultorio. Es sorprenderte ver como se logró realizar una película “infantil” pero con un mensaje profundo y complejo; por si fuera poco la fusión de los dos mundos (en el que vive Riley y lo que ocurre en su mente), están perfectamente manejados y muy ligados a lo que ocurre en ambos escenarios. Intensamente muestra cómo la capacidad de conectarnos con nuestras emociones, identificarnos con distintos estados donde ellas parecieran estar fuera de la comprensión, emocionarnos, etc, permite entender a los otros y a nosotros mismos de una manera mucho más compleja y rica. Mindfulness ayuda a desarrollar una actitud de amabilidad, de no crítica y de aceptación ante la aparición de la emoción y a su canalización progresiva hacia la neutralidad. La emoción aparece, la observamos, la acompañamos con la respiración consciente y el reconocimiento de las sensaciones en nuestro cuerpo, sin reaccionar impulsivamente o querer manipularla y así buscamos nuestro centro. Para ello, no alcanza con el mero voluntarismo, debe existir una intención arraigada en la práctica, para permitirnos encontrar maneras alternativas de gestionar las emociones. La habilidad de hacer una pausa y de no actuar por el primer impulso se ha vuelto un aprendizaje crucial en la vida diaria. La Universidad Stanford realizó un experimento con niños de 5 años. Podían elegir entre comer la golosina o esperar y recibir dos. Los estudios prosiguieron 10 años más tarde. Los que de niños difirieron la satisfacción inmediata fueron mejores. Esperar para recibir una recompensa es la gratificación retardada, el resultado de la destreza del auto control por la que podemos sopesar los factores positivos y negativos de una decisión. La neuroplasticidad permite al cerebro trabajar en redes y concentrarse en las consecuencias a largo plazo. La materia prima más importante del cerebro es la materia gris, pero no crece como la lechuga sino con educación. Educar es la industria pesada de un país ya que fabrica ciudadanos. Dr. Horacio Krell.

CUAL ES EL PROPOSITO DE TU VIDA Alguna vez te ha sucedido, que estando realizando diversas actividades propias de tu vida cotidiana, te has preguntado, ¿hacia donde voy? Es complicado, a veces nos dejamos llevar por la rutina y dejamos pasar por alto, para que hayamos venido en específico a vivir, en este mundo. Basta con ver a tantas personas que han tenido diversas dificultades en la vida (alguna discapacidad, problemas familiares, pobreza extrema, entre otros) que han sabido desarrollarse efectivamente. Ahora, las preguntas que debes hacerte son: Sin importar la edad que tengas:  ¿Estas conforme sobre como va tu vida?  ¿Crees que estás cumpliendo día a día con los sueños de tu infancia?  ¿Que te ha impedido realizar los anhelos de tu corazón?  ¿Estas conforme con tus logros?  Si no estuvieras conforme con tus logros, puedes decir HOY (DI LA FECHA) que deberías estar haciendo para alcanzar la meta de tu vida ¿Sabes realmente QUE ESPERAS DE TU VIDA? La vida no es sólo vegetar, es ver que hay una serie de situaciones que tenemos pendiente por vivir, así también, tenemos el potencial de lograr cualquier cosa que realmente queramos pero primero DEFINAMOS ¿A DONDE QUEREMOS LLEGAR? Lo primero que debes tener claro es: TU OBJETIVO: ¿Tienes claro que es lo que quieres hacer en la vida? Lamentablemente el tiempo y nuestra propia vitalidad nos son a veces bastante crueles, porque nos dan un límite de tiempo para hacer las cosas. Si lo que quieres es ser un empresario exitoso, empieza hoy a investigar sobre posibles negocios, capacítate y prepárate. Si te gusta la política busca información de organizaciones y empieza a participar en alguna donde te sientas bien.

Recuerda que una vez que identifiques tu objetivo, DEBES ESFORZARTE POR SER EL/LA NUMERO UNO en eso, porque debes brillar y destacar. EVITA SER ESPECIALISTA EN TODO: El no tener claro que queremos en la vida nos lleva a que saltemos de un plan a otro, gran error porque causa agotamiento y resultados mediocres, no puedes aspirar a ser un gran cantante, un gran mago, gran docente, etc., el ser humano tiene energías y tiempo limitado por lo que si no precisas que quieres tener en la vida conllevará a que no termines nunca nada en concreto. TUS FORTALEZAS Y DEBILIDADES: Para saber a donde puedes llegar debes tener claro que puedes hacer. Quizás tu sueño sea ser una gran cantante pero si no tienes esa habilidad no puedes proyectarte de esa forma. Debes buscar tener claro a dónde quieres llegar, no se puede hacer todo por más que se quiera, concéntrate en aspectos concretos. Has un pequeño diagnóstico FODA (FORTALEZAS, DEBILIDADES, AMENAZAS Y DEBILIDADES) a nivel personal para que puedas reflexionar con que dispones para su superación. BASATE EN LA EXPERIENCIA DE OTROS: Busca un modelo, aprovecha la experiencia de otras personas, busca consejos. Hay mucho camino que otras personas han recorrido y por tanto, nos pueden servir para fortalecernos como personas, no lo desaproveches. PONTE METAS: Para alcanzar tu objetivo final tienes que poner metas concretas, con plazos de tiempo. Por ejemplo, si quieres mejorar tu CV y quieres estudiar inglés, plasma la meta en un cuaderno o archivo de tu computadora y has seguimiento, sé metódica. CUIDA TU SALUD: Sin salud no hay nada. No basta que tengas metas claras si para ello sacrificas tu salud y no puedes rendir el máximo de tu capacidad. Hazte un chequeo anual donde puedas ver el estado de tu salud. HAZ EJERCICIO: Cuesta muchas veces pero es la mejor forma de mantenerte sano y en tu peso ideal. CUIDA TU APARIENCIA: Siempre lo digo, arreglarte, estar limpio y ordenado levantará mucho tu autoestima, si tú no te quieres, ¿quién lo hará?, no busques primero que te amen o quieran, hazlo tu primero y eso se verá al resto. ARMA REDES: Lo mejor para poder superarte y alcanzar tus objetivos es tener redes sociales que lo favorezcan, trata de integrarte a grupos donde puedas participar activamente y conozcas personas que te puedan dar una manito cuando lo necesites. BRILLA, BRILLA, BRILLA: Una vez que has analizado en que eres bueno, en que destacas, hazte la firme promesa de destacar en todos los lugares donde vayas, sé especialista, promociónate, has tu página Web, tu foro, espacio, etc. Autor: Recomenzar hoy