Dejours, Christophe - 2013 - Seminario El Sufrimiento en El Trabajo

Seminario “El sufrimiento en el trabajo” Christophe Dejours Buenos Aires, 3 y 4 de mayo de 2013 Resumen por Fernando Sim

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Seminario “El sufrimiento en el trabajo” Christophe Dejours Buenos Aires, 3 y 4 de mayo de 2013 Resumen por Fernando Simonotti, [email protected]

Introducción El trabajo como desgracia originada socialmente. No sólo en el mundo occidental, sino también en Asia. El trabajo también como elemento sanador o curativo en personas con problemas psiquiátricos. La hipótesis de la centralidad del trabajo en cuatro ámbitos:    

Individual: central para la formación de la identidad y la salud mental. En relación al género: la desigualdad y los vínculos de dominación que organizan el género. No sólo el trabajo asalariado, sino también el doméstico. Político Conocimiento: dimensión superior humana desde los griegos.

Las patologías mentales originadas por el trabajo se ordenas en cinco categorías:   

 

Sobrecarga: burnt out, doping (cocaína, psicofármacos), daños músculo-esqueléticos. Agresión: el personal es víctima de agresiones de clientes, usuarios, alumnos. Muy observados en las ramas de servicios, supermercados, atención al cliente, docencia. Desempleados y despedidos: depresión, toxicomanías (alcoholismo), crecimiento de la violencia que degrada la vida cotidiana. Relación entre el crecimiento de la violencia social y los cambios en el trabajo. Acoso y mobbing Patologías depresivas: incluso hasta intentos de suicidio en el lugar de trabajo.

Nuevas técnicas de degradación del trabajo:   

Evaluación individual de desempeño Calidad Total Precarización laboral

Fragilización del trabajo por los métodos de organización del trabajo que destruyen los vínculos entre las personas, la lealtad y la solidaridad. Instalan la deslealtad, el “sálvese quien pueda” y una soledad implacable en medio de la masa. 1

El encuentro con lo real ¿Cuáles son las condiciones que serían favorables a la salud mental? Hay que ir a la materialidad del trabajo, al concepto de “trabajo vivo” (Marx). La prescripción dada por la organización del trabajo nunca es seguida al pie de la letra por los operarios. Hay que enfrentar imprevistos, incidentes, que obligan al empleado a “hacer trampa”. El operario hace trampa para hacer lo mejor posible en el menor tiempo posible, compatible con los incidentes encontrados. Esto es el encuentro con lo real. Lo real se manifiesta como una resistencia, como un fracaso. El individuo lo vive subjetivamente, en su dimensión afectiva en la experiencia del fracaso. La confianza en la técnica y la creencia en el sistema técnico se ponen en cuestión por el fracaso de lo real. El trabajo vivo es el que se juega en contacto con lo real del mundo. Surge la sorpresa, la duda, el cansancio, el desaliento, la impotencia. Trabajar es sufrir: no hay trabajo sin sufrimiento. ¿Cuál es la solución? El individuo debe poner a trabajar su inteligencia en el trabajo para reconocer lo real, enfrentar la impotencia, demostrar resistencia ante el fracaso. Hay que comprometerse con toda la subjetividad. Sólo así tendrá la intuición de la solución, que nace de la intimidad con la tarea y el objeto técnico. La solución viene del fracaso, de la capacidad de sufrir. Entonces, el sufrimiento empuja al sujeto que trabaja a buscar la solución que lo emancipa. El sufrimiento no es externo al trabajo. El sufrimiento permite el conocimiento íntimo de lo real, es el cuerpo que palpa el mundo y lo reconoce. Y es este cuerpo en contacto con lo real que permitirá alcanzar la intuición de la solución que trasciende al sufrimiento. Los filósofos de la fenomenología llaman a esta tarea actividad subjetivante. Para los griegos, la metis. (En la mitología griega, Metis era la titán del conocimiento, la prudencia, el consejo sabio. También, la palabra metis en griego significaba una cualidad mezcla de sabiduría y astucia.) La lucha con lo real conduce a un desplazamiento de uno mismo. Hay que readecuar el vínculo con el cuerpo mismo para la intuición de la solución. Trabajar no es sólo producir, sino transformarse a uno mismo.

Un ejemplo Un gerente, de formación ingenieril, conduce una división de construcción. Su comportamiento es casi una caricatura, una exageración de lo que es ser ingeniero. Tiene confianza absoluta en la técnica y en la prescripción detallada del trabajo. Ignora la dimensión social de la ejecución de proyectos. Nunca está conforme con la ejecución de sus subordinados, quienes necesariamente realizan “trampas” para 2

superar el fracaso ante lo real. Aterroriza a sus empleados y los humilla, quienes manifiestan problemas de salud mental. Este gerente es despedido y es reemplazado por una de sus subordinadas: una empleada dócil, tranquila. Todos piensan que comienza una nueva era. Sin embargo, por la manera en que se conduce la empresa y por las tensiones de la alta dirección, esta empleada no tarda en adoptar los modos del antiguo gerente. Se convierte en alguien tanto o más paranoico y humillador que el jefe anterior. Las conductas en el trabajo están menos dictadas por la estructura individual que por la estructura del trabajo. Uno puede adoptar un comportamiento paranoico, que no tenía antes, por la organización del trabajo.

Del sufrimiento al placer ¿Por qué la gente se toma tales riesgos sobre su salud? ¿Por qué se involucran tanto con el trabajo? Es que a cambio del sufrimiento esperan una retribución. Es una dialéctica entre la contribución y la retribución.

La sublimación En un primer nivel, el placer que se extrae del trabajo es individual y no depende del reconocimiento de los otros. En la resistencia de lo real tenemos la posibilidad de poner el cuerpo en movimiento de manera intra-subjetiva. El carpintero que ama las maderas, que las acaricia, que sabe distinguir una textura de la otra y se emociona al ver un mueble bien confeccionado. Del contacto con lo real reconozco una nueva sensibilidad de lo real, que antes no tenía. Ejerzo una fuerza sobre el mundo, lo descubro, la vida subjetiva crece. Es el mayor placer que uno puede sentir del trabajo. Y esto es válido no sólo para trabajos manuales o artesanales, también para los intelectuales. “La inteligencia del trabajo es la inteligencia del cuerpo entero”. Un segundo nivel es el del reconocimiento. Aun cuando es un proceso individual, la sublimación necesita el juicio y reconocimiento de los demás. Los individuos esperan una retribución material, dada por el salario, bonos y demás gratificaciones. Pero de manera más importante y fundamental, el reconocimiento simbólico sobre el trabajo (y no sobre la persona en sí), que se da a través de:  

Juicio de utilidad: ¿Es la contribución relevante? ¿Resuelve los problemas? Por el contrario, saberse un inútil conduce a la ruina del sentido. Juicio de belleza: ¿Es alta la calidad el trabajo realizado? ¿Son las soluciones elegantes?

Así, la satisfacción del vínculo con el trabajo, a través de los juicios de utilidad y belleza, permiten convertir el sufrimiento en placer. Crecen la inteligencia, la subjetividad, la identidad, gracias a las cuales 3

el trabajo se convierte en un mediador hacia la salud. (Hay que distinguir entre este mecanismo y el del masoquismo, que establece la identidad dolor-placer a través de la erotización del sufrimiento.) Finalmente, el tercer nivel de la sublimación está dado por lo colectivo. Desarrollaremos esto más adelante. Entonces, si la organización del trabajo permite el proceso de sublimación en todos sus aspectos, hay una posibilidad de generar identidad, de hacer crecer la subjetividad. Es importante destacar que el cuerpo de la inteligencia desplegada en el trabajo es el mismo cuerpo erótico de la relación amorosa. Así las dos esferas de la construcción de la identidad se dan, por un lado en el desarrollo en el campo erótico en el amor, y en el desarrollo en el campo social a través del trabajo. Hoy día el espacio de la sublimación se viene reduciendo en el trabajo, incluso en los ámbitos culturales. Prima el mercado como gran ordenador. Las prácticas del neoliberalismo provocan que los empleados ejerzan en sus trabajos “mentiras prescriptas”. Por ejemplo, los empleados de call centres que mienten sobre las prestaciones ofrecidas para vender nuevos contratos. La adopción de prácticas desaprobadas internamente provoca un conflicto ético. Esto tiene un gran impacto sobre el cuerpo vincular social: cae el respeto hacia el otro, la solidaridad. Crece el individualismo.

La cooperación Un colectivo, desde el abordaje de la psicodinámica laboral, es un conjunto estable de relaciones entre trabajadores, fundado sobre reglas que ellos han producido, en vistas de tratar las dificultades que encuentran en la ejecución del trabajo. (Los empleados de un colectivo no necesariamente trabajan en el mismo lugar y en los mismos momentos. Pensemos en las enfermeras de diferentes unidades de un hospital y sus diferentes turnos.) El elemento determinante para la conformación del colectivo son las reglas que se da a sí mismo. Si éstas no existen, estamos en presencia de un grupo (o de una masa, en grandes números). La inteligencia que se pone en juego en el sufrimiento ante lo real busca anticiparse. Interpreta la prescripción del trabajo. La inteligencia es una infracción a las órdenes y por eso hay que esconderla a ella y a sus descubrimientos. El conocimiento está en el cuerpo, no en la mente, es inconsciente. Sin embargo, no es bueno que todos pongan sus inteligencias en juego simultáneamente. Surge aquí la necesidad de coordinar, de prescribir al conjunto desde dentro. Si luego de la confrontación entre los individuos se llega a un acuerdo de qué “trucos” conservar y cuáles descartar, pasamos a la instancia de cooperación, en este caso horizontal. Lo que ocurre en el plano individual se replica, de alguna manera, en el plano colectivo:

Prescripción Real

Plano individual Tarea  Actividad

Plano colectivo Coordinación  Cooperación 4

La creación y agregación de acuerdos normativos en el colectivo da lugar a reglas de trabajo estables. La composición de reglas de trabajo genera las reglas del oficio. Esta producción de reglas que acabamos de describir es la actividad deóntica. (“Deóntico”, lo que debe ser, lo que es apropiado.)

La actividad deóntica La actividad deóntica busca hacer visible lo invisible. Exponer estos pequeños trucos, habilidades, preferencias frente a los otros miembros del colectivo. Esto no es fácil, ya que como individuo me expongo a las críticas y objeciones de los otros. Debo preparar mis justificaciones, basadas en mi ética, política, historia de vida. Las justificaciones se establecen en las esferas de la racionalidad instrumental, de la racionalidad moral- práctica, de la racionalidad axiológica (Escuela de Frankfort). La actividad deóntica tiene lugar en el espacio público de la confrontación de opiniones. Para los griegos era el Ágora, para los romanos, el Foro. ¿Y en la empresa actual? ¿Cuál es el espacio público en la empresa privada? Se prefiere, entonces, adoptar el término “espacio de deliberación” o “espacio de discusión” en lugar de “espacio público”, que lo preceden. Entonces, la actividad deóntica es el espacio de deliberación de la confrontación de opiniones. Así como arriesgo mi palabra en este espacio, también arriesgo mi escucha, en el sentido de permitirme ser desestabilizado por las opiniones de los otros. Renuncio a dar toda mi voz y la retribución que obtengo proviene del placer de la participación en la obra común, que no puedo hacer solo. La palabra viva sobre el real del trabajo es jerarquizada, es un esfuerzo retórico, deja de lado lo que no involucra a la cooperación, implica al otro, ayuda, escucha. Atención: la construcción de reglas del colectivo debe ponerse en vínculo con lo real, a riesgo de caer en el aislamiento y la locura colectiva de la secta. Y atención también: es necesaria la cooperación vertical entre jefes y subordinados en la actividad deóntica; así como la cooperación transversal con clientes y usuarios.

Amenazas contra la cooperación La organización actual del trabajo desestructura los colectivos. La principal técnica de gestión que desarma la cooperación es la evaluación individual de desempeño. Ésta genera entre los trabajadores un 5

fenómeno nuevo, la competencia desleal. No queremos que al colega le vaya bien. Lo veo como un riesgo a mi propia carrera. Se destruye la cooperación, la confianza, el respeto, el cuidado. El colectivo se evapora. De-solación: se erosiona el suelo común sobre el cual está asentada la sociedad de los hombres y avanza el desierto. Se instituye la soledad en la masa en un ambiente hostil (Arendt). El abuso en el trabajo siempre existió (por ejemplo, la esclavitud, el taylorismo); lo que es novedoso ahora es el avance de la desolación, la traición de los otros. La evaluación individual de desempeño rompe el suelo común, este sentido común que es la base de la socialidad. Impacta en el sentido de justicia y constituye un riesgo para la sociedad entera, no sólo para aquellos directamente implicados en las empresas. Los espacios de deliberación pasan a ser considerados por los managers como espacios para hablar nimiedades. Ya no hay más espacio para la actividad deóntica. Desaparece la cooperación. Para evitar caer en la disgregación propia de la coordinación como modo excluyente, las empresas reemplazan la cooperación por un modo degradado: la compatibilidad mediada por objetos técnicos (ej., sistemas informáticos). Las comunicaciones en el modo de la compatibilidad son esencialmente intercambio de información no jerarquizada. Se produce un desborde de información en el flujo ininterrumpido. Las jerarquías piden más y más reportes de estado. Se produce una sobrecarga de trabajo para satisfacerlos sobre trabajadores ya desbordados por la gestión por objetivos y la competencia. Estos mails, chats, presentaciones ppt implican un alto esfuerzo de desciframiento. La modalidad de la compatibilidad trae patologías de sobrecarga, inclusive suicidios.

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