Daniel Samper Pizano Postre de Notas

Daniel Samper Pizano Postre de Notas ¿Qué vas a ser cuando grande...? Juanita, que termina bachillerato dentro de sei

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Daniel Samper Pizano

Postre de Notas

¿Qué vas a ser cuando grande...?

Juanita, que termina bachillerato dentro de seis meses, no está muy segura de qué estudios seguir, así que resolví enviarla a algunos expertos en orientación profesional. Volvió verdaderamente desilusionada y confundida de su primera cita. —La psicóloga —me explicó— sacó una serie de cartones. Había fotografías de sillas, de casas, de aviones, de animales. Empezó a mostrármelos uno por uno con cara de circunstancias. Empezó a mostrárselos uno por uno con cara de circunstancias y le preguntó a Juanita qué veía. Le enseñó primero un sofá. —Veo un sofá —contestó Juanita, que siempre ha tenido una enorme seguridad en sí misma, como de alero argentino. La psicóloga hizo una mueca de desagrado. Luego le mostró la fotografía de un tetero. Juanita vio un tetero. La psicóloga hizo otra mueca de contrariedad. Vino un gato dentro de una canasta. Juanita vio el gato y vio la canasta. El uno dentro de la otra. La psicóloga meneó la cabeza. Un árbol. Con flores. Juanita vio un árbol florido. Rictus. El proceso se surtió durante diez o doce cartones más. Cuando la psicóloga exhibió un enano en un columpio y Juanita dijo "enano columpiándose", la doctora dejó caer el resto de los cartones, evidentemente defraudada. Dos días más tarde me llegó el reporte: "Le falta imaginación. Debe evitar carreras relacionadas con artes y letras. Podría ser una buena química o, en el peor de los casos, estudiar computación". La consolé, le elogié su último poema y la mandé a donde un psicólogo que se había graduado en Harvard. Tuvieron una entrevista breve y, luego, lo que se temía Juanita: cartones. Pero ya mi niña, que es muy avispada, estaba resuelta a no caer por segunda vez. El doctor mostró un perro y Juanita dijo "máquina de escribir"; mostró una cocada y Juanita exclamó "abuelita tejiendo"; mostró un bombillo y Juanita gritó "catarata"; mostró un dromedario y Juanita opinó "cenicero". El doctor tampoco terminó la prueba. Abriendo tamaños ojos, soltó el cartón número siete y la acompañó a la puerta. El reporte llegó tres días más tarde: "Le sobra imaginación. Debe evitar carreras relacionadas con artes y letras, que serían peligrosas para ella. Podría ser una buena química o, en el peor de los casos, estudiar computación". El tercero no fue un psicólogo sino un centro que llevaba algún nombre pomposo:

Instituto Científico Internacional de Vocaciones y Orientaciones Profesionales, ICIVOP, o algo así. Allí los exámenes eran mucho más técnicos. Nada de dromedarios, sofás, enanos en columpios ni teteros. Tan solo manchas. De distintos colores y formas. Juanita tenía que decir a qué se le parecía cada mancha. De sus respuestas los científicos iban a deducir en qué debía ganarse la vida. Después de que Juanita les inventó parecidos a 42 manchas, una voz pregrabada la felicitó. Era el final del test. El reportaje aconsejó gravemente, y en mimeógrafo, que Juanita siguiera "la noble vocación del sacerdocio, con la seguridad de que llegará a ser obispo coadjutor". Como carrera alternativa, la de oficial de artillería. Preocupado, acudí al colegio. Me recomendaron a un profesor que se ha encargado de guiar a las últimas promociones de bachilleres del plantel. Juanita asistió ansiosa a la entrevista. Estaba preparada para todo. Para dromedarios en columpios, enanos comiendo cocadas, gatos tejiendo canastas y manchas variopintas. Pero esta vez fueron preguntas. Preguntas absurdas a las cuales Juanita optó por responder con contestaciones no menos absurdas, por si allí radicaba el secreto del examen y de su futuro. —Supóngase —preguntó el orientador profesional— que usted está en altar mar, náufraga en una balsa, muriendo de la sed y del hambre. ¿Cuál es su color preferido para una sobrecama doble? —Asada tres cuartos —contestó Juanita sin vacilar. —Un panadero necesita cuatro huevos para amasar trece panes, y seis arrobas de harina para 378 panes. Un día solo consigue 68 huevos y media arroba de harina. Dígame entonces ¿cuál era la novela favorita del Papa Pío XII? —Subiendo a la derecha —contestó Juanita sin pestañear. —Usted está amarrada a un árbol en medio de la selva. Escucha un ruido y ve venir un tigre. Mientras tanto, encima de su cabeza empieza a descolgarse una boa. El cuchillo salvador ha quedado enterrado en el cadáver del caníbal. Pero el cadáver salió a almorzar y la boa no habla español. ¿Cómo le explico a mi hermano que no puedo prestarle el carro? —Insertando la pieza identificada como AC en la ranura de seguridad de la plaqueta amarilla. El orientador profesional dio por terminada la entrevista después de veinte minutos. El correo urbano trajo ayer tarde su reporte. Decía: "Se le aconseja estudiar la carrera de orientación profesional". Juanita aún no sabe qué camino coger.

RESPONDE: Concepto de test psicológico que nos plantea el autor? Validez de los resultados que nos plantea el autor? Ayuda en cuanto a la toma de decisiones que nos plantea el autor? Que tipos de test psicológicos nos describe el autor?