Cuerpo tumbero

CUERPO TUMBERO, CUERPO GOBERNADO, CUERPO SEXY. GIMNASIAS Y “SÍ MISMO” ¿IDENTIDAD TRANSDISCIPLINARIA O IDENTIDAD DISCIPLI

Views 86 Downloads 5 File size 214KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

CUERPO TUMBERO, CUERPO GOBERNADO, CUERPO SEXY. GIMNASIAS Y “SÍ MISMO” ¿IDENTIDAD TRANSDISCIPLINARIA O IDENTIDAD DISCIPLINADA?1 Profesor Martín Uro2

El presente trabajo se inicia con algunas observaciones hechas a partir del análisis de diferentes informes donde se extractan referencias a prácticas corporales. Son tres testimonios: el de un preso en una cárcel de mediana seguridad con un próximo egreso y dos menores tutelados por el Estado de la Provincia de Buenos Aires; uno alojado en un Hogar Convivencial y una menor alojada, también en un Hogar Convivencial, pero para jóvenes o futuras madres.3

El primer testimonio, cuerpo tumbero. Nariche de treinta y cinco años es interno en una cárcel de mediana seguridad, con causa de robo. El contexto: una conversación luego de un partido de fútbol: “...Nariche: -ofreciendo agua- “...¿sabes algo de esto?...” (hace un gesto, mirada panorámica al predio carcelario) Observador: -entendiendo que es por su trabajo- “...no, la verdad es que estoy en otro ámbito, el de asistencia. Acá vengo a observar, aprender como trabaja el profesor. Quiero saber como es el laburo...” Nariche: “ah, esta bien. Hace poco pase a este régimen.(por el de mediana seguridad) Me queda poco, estoy más tranquilo...” [...] Observador: “...te vi jugar. Bien. Algunos de ustedes corren bastante ¿no?...” Nariche: “...Y si. Fíjate que acá te levantas a laburar temprano y a las diez de la mañana ya terminaste. Así ¿qué hacés? URO, Martín (2006) “Cuerpo tumbero, cuerpo gobernado, cuerpo sexy. Gimnasias y “si mismo” ¿identidad transdisciplinaria o identidad disciplinada?”. En: Aisenstein, Angela (ed.) Cuerpo y Cultura. Prácticas corporales y diversidad. Buenos Aires: Libros del Rojas. Pág. 225-242. ISBN 987-1075-56-1 1

Prof. Martín Uro (UNLa Plata – Ar.) Programa de Incentivos a la investigación (2003-2004) Proyecto: Educación Física y sujetos con necesidades y en situaciones especiales en ámbitos no formales. Contenidos, propósitos y formas que adopta su enseñanza. Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Educación Física, La Plata. 2

3

Los fragmentos de informes y testimonios que se hallan presentes en este trabajo se extraen: por un lado, del programa Complejo Terapéutico Asistencial Integral (en adelante CTAI) que el Estado de la Provincia de Buenos Aires lleva adelante a través de la Subsecretaria de Minoridad y la Dirección Provincial de Asistencias a la Infancia y Adolescencia dependientes del Ministerio de Desarrollo Humano. Y por el otro; del trabajo de campo (observación) que se hace en el de un proyecto de investigación parte del Programa Incentivos que se lleva adelante en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la ciudad de La Plata.

1

Algunos hacemos gimnasio, jugamos al fútbol. ¿Cómo no vas a estar en estado? Sino es así te volvés loco...”4 En esta referencia parece conjugarse la ideología del “trabajo dignifica” y el uso de la fuerza como descarga de una energía que de estar en el cuerpo sería perjudicial para su salud mental. La alternativa a la locura la encontraría en las practicas corporales; en una gimnasia vigorosa. El cuerpo tumbero está allí tatuado, “escrachado”; pero ésta sería la condición para que se transforme en un tipo específico de bien. Es a partir de esta transformación que es posible hacer el tipo de apuesta que le garantizaría una supervivencia psíquica y de hecho en ese ámbito que bien podría interpretarse como un campo de lucha. Hay una identidad construida que se manifiesta en gestos y modos que parecerían decir: esto que ven aquí y estas prácticas son la condición de mi existencia. En consecuencia, el cuerpo tumbero podría ser interpretado como el efecto de la transformación del cuerpo en una especie de capital simbólico del que se deriva el poder simbólico que va más allá de la fuerza corporal para definir lo que es verdadero y que es falso. Esto equivale a decir que es un modo de imponerse y un modo de existencia válido donde es posible para el sí mismo se puede reconocerse e identificarse.5

El segundo testimonio, cuerpo gobernado. El Colo de dieciséis años fue chico de la calle; luego fue “rescatado” de la misma por su hermano menor. En la actualidad reside en un Hogar Convivencial de la ciudad de La Plata. El contexto del que se extrae el fragmento: el informe que da cuenta de una conversación en el comedor del CTAI luego de finalizado el taller de Educación Física. “...El día 2/11 participa del grupo 4 donde las actividades fueron: iniciación al fútbol (torneo de penales, bases y partido en espacio reducido). Jugó, participó con una buena actitud, si bien no fueron óptimos los resultados. De todos modos, se muestra más atento a la construcción de relaciones interpersonales que a los juegos (donde están incluidas las “...chicas...”), “hace amistad” con Sergio A.; pero también 4

Proyecto de incentivos 11/H360 (2003-4), Informe de observación en la cárcel de Gorina, La Plata, 25/9/04. 5 Es por la dinámica de este poder simbólico -el poder de nominación- que se impone un modo de ver el mundo social y las relaciones en un campo determinado. Es de este modo que quedan definidos los que están más autorizados, tanto en el nivel personal como institucional. Este seria el tipo de capital que permite decir lo que “merece ser dicho”. En sus formulaciones más recientes, Bourdieu considera a este capital como “el ser importante para otros”, como una justificación continua de la existencia; pues aquello que escasea es el reconocimiento. En consecuencia de todas las distribuciones de capital es la más desigual y cruel; pues también en el estigmatizado o en el paria se puede decir que hay un capital simbólico; pero negativo. La peor derrota es la de los vencidos en la lucha simbólica (Cfr. Bourdieu, 1999:316-319).

2

conversa con otros. [...] En los días posteriores presenta algunas intermitencias en su participación. Mientras tanto hay algunas conversaciones cuyos temas fueron: las chicas, el deporte [...] algunas referencias a las prácticas corporales fueron: “…hago pesas cuando no puedo dormir o estoy nervioso…”. [...] Muestra buen estado físico, aunque no es muy coordinado. Claramente es más por falta de experiencias motrices que algún tipo de impedimento psicomotriz específico. Al mismo tiempo se puede apreciar una profundización de la “amistad” con Sergio A. (conversan, andan juntos, se ríen)...”6

El Colo gobierna su cuerpo, se gobierna él, es la alternativa que “eligió sabiamente”. Si bien no le sobra nada intelectualmente según los “test de rendimiento intelectual”; pero de algún modo descubrió una técnica de gobierno sobre sí mismo que le permitió, por ejemplo, mantenerse “limpio” de las drogas tras sus años de vivir en la calle (entre los nueve y quince años). En su referencia a las prácticas corporales podemos percibir una consideración de la mismas como una alternativa a un estado de ansiedad que bien puede producirse por la inscripción que dejó su vida en la calle desde niño. Sabe que la noche es peligrosa que “...el que se duerme pierde...” –ha dicho-, aunque también sabe que esta fuera peligro. Sin embargo, es portador de esa disposición que como nunca está in-corporada. Conforme a este testimonio parecería ser que la tensión que le genera esa inscripción del pasado la resuelve haciendo pesas hasta quedar dormido. En general, no resuelve estos conflictos de otro modo dado que la estructura de estas disposiciones no le permiten otro tipo de elección para mantener el gobierno del cuerpo que es equivalente -en El Colo- a la constitución del sí mismo.7

El tercer testimonio, el cuerpo sexy. La Pauli de quince años esta alojada en un Hogar Convivencial para madres jóvenes y/o embarazadas de la ciudad de La Plata. En un fragmento de las notas del informe sobre su participación en los Talleres de Educación Física del CTAI encontramos: “...La Pauli sabe que no sabe como cuidar su cuerpo, pero quiere estar más delgada y pregunta a quien ella considera que saben del tema (la doctora, la psicóloga, el profesor; pero no sus pares). La demanda al taller de Educación Física pasa por 6

Taller de Educación Física, Informe L. S. 1, CTAI, La Plata, 18/11/04. Sobre la noción de hábitus Bourdieu define en varias zonas de su obra esta noción que se puede resumir como un sistema de disposiciones adquiridas por aprendizaje implícito o explícito que tiende a ser generador de categorías de percepción y apreciación del mundo y como un principio general de la acción. De todos modos se toma en este trabajo el modo que este concepto es considerado en Bourdieu, 1989:133-134. 7

3

este eje. Entiende las consignas. [...] En los días subsiguientes se dedica a hacer una rutina de gimnasia (corre hace abdominales, flexiones de brazo, también juega al fútbol y al voley, etc). Pero al mismo tiempo empieza a mostrar un marcado nerviosismo, ansiedad general y demanda de respuestas rápidas, pero no parece escuchar todas las respuestas. Si parece seleccionar (como por ejemplo, los temas del cuerpo en su registro estético).[...] Un tema recurrente su relación con el novio y la referencia a las prácticas corporales: “...en el hogar tengo unas pesas chiquitas y hago todos los días a la noche cuando estoy tranquila y no hay gritos; pero como no puedo dormir, me viene bien. Además no me gusta tener hombros chiquitos, las chicas con hombros chiquitos no son lindas...”8

El cuerpo sexy, es una necesidad vital e identitaria. En primer término, porque dónde La Pauli reside, no es un buen lugar para ella; pues, ni esta embarazada, ni es madre. Fue un error de la burocracia que ubicó en ese lugar que conllevó la legitimación de un saber autorizado: el diagnóstico, primero psiquiátrico; y, luego, clínico. Buena parte la identidad que fue construyendo en este último tiempo es el resultado de la técnica de apelar a una diferenciación respecto de sus compañeras. La supuesta estructura simbólica desde donde construye su identidad tendría un anclaje puesto en su aspecto corporal. En consecuencia, no parecería tan arriesgado conjeturar que es desde este lugar donde proviene buena parte de la construcción de su sí mismo. Lugar en donde adquiere un mayor peso relativo el constructo: esto soy y esto no soy. Los “hombros chiquitos” son los hombros caídos de las chicas, algunas muy jóvenes, que posturalmente presentan los efectos del período de amantamiento. Y –según el relato que encontramos registrado en otros informes- remitiría a una instancia de su historia personal que reactualiza imágenes de violencia familiar que “...no quiere repetir...”. Sin embargo, en la construcción de su sí mismo y de su identidad, pone en discurso categorías estéticas concernientes al “cuerpo bello”.

Antes de continuar con el desarrollo de este trabajo serían convenientes algunas observaciones de carácter epistemológico: en primer lugar, el modo de existencia corporal de Nariche, El Colo y La Pauli, tendría virtualmente los tres tipos de componentes. Son tumberos, en tanto el cuerpo es un capital simbólico que los posiciona en un ámbito determinado donde hay una lucha determinada. Son cuerpos gobernados en tanto hay gobierno de lo corporal como instancia primera del gobierno 8

Taller de Educación Física, Informe I. A., CTAI, La Plata, 16/12/04.

4

de sí y de ciertas variables del afuera percibidas como potencialmente disgregantes. Son cuerpos sexy, en tanto que no están “deserotizados” por la inscripción deja el hecho de estar incluidos en un circuito institucional cuyas características principales son las del encierro; aunque, claro está, la fuerte presencia institucional deja sus marcas en el cuerpo. En segundo lugar, la asignación de cada predicado (tumbero, gobernado, sexy) a cada caso, se debe al mayor peso relativo que tendría en uno u otro. Cabe aclarar que este ejercicio siempre es a los fines descriptivos e interpretativos. En otras palabras, se pretende dejar en claro que esta asignación, si bien en buena medida es arbitraria, en todo caso responde a un ejercicio analítico con fines metodológicos antes que un tipo de asignación de tipo ontológico9. En tercer lugar, estos tres testimonios refieren a un tipo de relación entre prácticas corporales e identidad; lo que se pretende poner en relieve es no tanto la continuidad que en un ejercicio de abstracción es posible avizorar; sino por la discontinuidad que los tres de algún modo representan.

En este punto se hace necesaria una indicación sobre el uso de la noción de discontinuidad y de la relación entre las nociones de continuidad y discontinuidad: En primer lugar, es un recurso metodológico por el cual se pretende tomar distancia del un tipo de estudio ligado a nociones más standarizadas de investigación documental. En segundo lugar, este principio metodológico esta ligado al modo en que Foucault presenta la nueva disposición de la historia que incluye en su proyecto intelectual. Esta disposición tendría cuatro características: multiplicaría las rupturas con la historia tradicional, el tema y los alcances de la historia general perderían relevancia, esta nueva disposición se toparía con problemas metodológicos que la preexisten y cobraría relevancia el concepto de discontinuidad10. En la historia clásica la discontinuidad sería lo dado, lo impensable. Es el acontecimiento disperso que hay que reducir. Lo que implicaría, desde el punto de vista metodológico, posibilidad de develar la continuidad entre los hechos. En consecuencia, el historiador clásico en su investigación adopta el desechar las discontinuidades como principio metodológico; pero ellas mismas son el producto de su investigación y, en todo caso –señala Foucault (1991a)-, no deja de ser concepto especificado. La discontinuidad es también Incluso habría que agregar algo más: las categorías “tumbero” y “sexy” son, categorías derivadas de una asignación que hacen los actores para referir a sus propias prácticas, es lo que bien podría llamarse desde, el punto de vista metodológico códigos “in vivo”. La categoría “gobernado” ya no es “in vivo”, sino que se asigna a partir de la interpretación la referencia que hace El Colo al ejercicio de concentración necesario para resolver ciertas situaciones donde la apuesta es corporal. Pareció pertinente, aunque reviste cierta provisionalidad, ligar terminológicamente esta técnica a la noción de gobierno. 10 Foucault, 1991a:11-19 9

5

un concepto paradójico: por un lado es instrumento; pero por el otro, es objeto de la investigación. Delimita el objeto; pero también es efecto del mismo. Individualiza los dominios; pero sólo se puede establecer comparativamente. Es, por lo tanto, y conforme a estas características, un concepto fundamental en la disposición de la historia que Foucault esta construyendo; fundamentalmente por ser un concepto operatorio que se transforma en un elemento positivo al determinar tanto al objeto como a la validez de su análisis11. En consecuencia, desde la discontinuidad como principio metodológico, sería posible tratar a los discursos como prácticas discontinuas que se cruzan, se contraponen excluyen o ignoran.12

Volviendo al análisis los testimonios presentados para este trabajo; si nos posicionáramos desde la perspectiva de la búsqueda de las continuidades entre los hechos, bien podría establecerse la siguiente hipótesis: las prácticas corporales y particularmente algunas gimnasias, de un modo u otro, podrían conferir, en cada caso, un vínculo entre la dimensión corporal y la construcción del yo. Pero esto nada nuevo dice, ni podría diferenciarse a estos tres casos de los de cualquier persona en una situación –digamos con todas las comillas que sean posibles- más normal. La hipótesis donde se pretende hacer énfasis tendría su anclaje en una consideración desde la hipótesis en la clave de la discontinuidad: estos tres casos representarían, respecto de un modelo socialmente constituido de relación entre cuerpo e identidad mediatizados por un conjunto particular de prácticas corporales como las gimnasias, un tipo de ascética determinada por la situación particular de cada uno; fundamentalmente, en las dimensiones histórico-personales e institucionales. En estos casos asistiríamos a un proceso de construcción de identidad no tanto sobre la renuncia del sí mismo; si no que -por el contrario- parece haber antes una consideración progresiva del sí mismo como bastión último e integrador a través de las prácticas corporales donde la identidad se daría por añadidura. En los apartados siguientes se presentaran algunas notas teóricas a modo de marco interpretativo en el intento de dar cuenta de esta hipótesis. Se desarrollará sobre dos ejes: el primero, en torno al problema de la gimnasia en el cruce de la identidad y la cultura. Y el segundo, se repone el problema desde la perspectiva de Foucault sobre a la relación que se establece entre las gimnasias y la disciplina, por un lado; y la construcción de la subjetividad, por el otro.

11 12

Foucault, 1991a:15. Foucault, 1999:52-53.

6

La gimnasia: entre la cultura y construcción de identidad.

Identidad es lo mismo, es el idem. Es el lugar donde el sí mismo se refleja para dar cuenta de sí mismo; pero es también una tautología. Es una trivialidad afirmar que A es igual a A. En realidad el concepto de identidad cobre sentido por la diferencia. Esto es: ¿qué aspecto de A la distingue de esa otredad que ya no es A sino que ahora podríamos llamar A´? Es cierto que no es trivial considerar el principio de identidad, en el sentido que, como principio, no deja de ser una regla fundamental del pensamiento. Pero la identidad, en este trabajo es considerada como un constructo cultural con una serie condiciones socio-históricas que se concretiza en los individuos de una comunidad; que se piensan con relación unas ciertas referencias y modos de pertenencia. De este modo, el problema se complejiza pues; si bien es cierto que las tendencias homogeneizantes que plantea el horizonte de la globalización están en entredicho con el principio de la diferencia, el problema de la identidad en una cultura no deja de ser –al decir de Adorno (1975)- un enclave primigenio de la ideología dominante que adecua a los individuos a una realidad determinada. En consecuencia, queda planteado que, por su matriz cultural hay una dificultad en el marco del proceso de globalización que está planteada al propender a una concepción de cultura de masas claramente contrapuesto a la idea de una convivencia de diferentes culturas; pero más allá de este problema, la relación paradojal entre cultura e identidad seguiría existiendo. Sin embargo, es la circulación planetaria de capitales culturales la que constituye un lugar común de referencia al momento de ejercer una presión en la construcción de identidades culturales diferenciadas.13

Esta consideración nos obliga a hacer una observación sobre el concepto de cultura. En primer lugar, es necesario tomar distancia de toda búsqueda de una definición idealista de cultura si es que en ese movimiento pretendemos tomar distancia del peligro de asumir una postura absolutista de la misma. Raymond Williams (1980) va en esa dirección, la cultura como concepto tiene una historia y tiene como referencia un proceso continuo. En todo caso es preferible utilizar el plural culturas en lugar del singular cultura. Estos procesos configuran estilos de vida específicos y diferenciados; en definitiva es un proceso social, creador y constructivo. En esta dirección se puede operativizar el concepto poniéndolo en sintonía con el modo en que León Olivé 13

Cfr. Castells, 1997, 2000.

7

(2000:42) considera la relación entre identidad y cultura. El término cultura –para este autor- “...alude a una comunidad que tiene una tradición cultivada a lo largo de varias generaciones y que comparte una lengua, una historia, valores, creencias, instituciones y practicas (educativas, religiosas y tecnológicas, etc.), mantiene expectativas comunes y propone desarrollar un proyecto común...”. Desde esta perspectiva identidad y cultura se encuentran en una encrucijada promovida, en buena medida, por el modelo WASP14 que intenta constituirse como el modelo cultural dominante pudiéndose ubicar dentro de lo que podríamos llamar más generalmente “cultura occidental”. Esta perspectiva y la ideología detrás de la noción de una “sociedad planetaria y una cultura homogénea” conllevan la utopía de una identidad común por sobre la diversidad donde no habría lugar a la diferencia y a lo singular. Llevada esta cuestión al campo de las prácticas corporales y, dentro de ellas, al particularísimo ámbito de las gimnasias, cabe un señalamiento: la mencionada encrucijada entre identidad y cultura ofrecería la condición de posibilidad para que se actualicen ciertos contrastes al interior de estas prácticas. Pero ¿de que modo se insertan las gimnasias dentro de este esquema? Bien, entonces son necesarias algunas consideraciones sobre gimnasia como concepto a fin de poner en situación el problema que se pretende señalar.

En primer lugar, con el término gimnasia intenta designar un tipo de práctica que comporta una serie de movimientos intencionales y sistemáticos destinados a mejorar la relación del hombre con su cuerpo, con los otros y con el medio humano y no humano. Pero, en rigor, como concepto es abstracto; tan abstracto como su definición. Aunque, si bien es cierto que con este término el propósito es designar un tipo de práctica social históricamente vinculada a la educación, en todo caso, es preferible considerar concretamente a las gimnasias, en plural, como las que concretamente llevan adelante el propósito implícito en la definición anterior; y son estos los modos en que la gimnasia existe en el mundo social (deportiva, aeróbica, pilates, formativa, etc). En consecuencia, no hay algo así como la gimnasia en singular; hay gimnasias. En segundo lugar, si se considera a la gimnasia en singular es preferible pensarla solamente como una técnica tendiente a mejorar el cuerpo. Es decir, sería antes una práctica sistemática de construcción y mejoramiento del modo de existencia corporal; siendo, en consecuencia, constitutiva de lo que podemos considerar el sí mismo.

14

Sigla de White Anglo-Saxon-Protestant

8

Para concluir esta sección si se concede que la dimensión de lo corporal, el cuerpo en tanto singular modo de existencia actual, de estar en el mundo; es constitutivo del sí mismo. Buena parte de la construcción de la identidad pasa esta dimensión; y, las gimnasias, para una considerable cantidad de sectores de la sociedad, participan activamente. Si aceptamos esta relación entre las prácticas corporales, cultura y construcción de identidad, por un lado; y si consideramos que las gimnasias como prácticas concretas detrás del concepto gimnasia, por el otro; podría afirmarse que hay un proceso de subjetivación de lo corporal del que se derivan efectos no poco relevantes de construcción del sí mismo. Estos efectos son inseparables de los mecanismos que la sociedad actual impone para reproducir sus condiciones de existencia. De este modo, estamos obligados a establecer algunos criterios sobre la relación entre estos mecanismos, las practicas corporales y la dimensión subjetiva en el proceso identitario. Pero se hace necesario un marco teórico pues hasta aquí sólo daríamos cuenta de una continuidad.

Gimnasia: disciplina y subjetividad.

La tesis Foucault de un poder disciplinario constitutivo de la sociedad moderna nos hace pensar en un poder constructor de individuos, de una subjetividad que se identifica que construye sí mismo a partir de aquí. Pero los caso considerados ¿autorizan a pensar en un disciplinamiento de este tipo? o ¿hay una dimensión subjetiva e identitaria que por las condiciones de su emergencia existen en el margen de la disciplina? Claro está que este planteo hace necesario examinar una zona de la obra de este autor sobre el eje gimnasia, disciplina y subjetividad.

La tercera parte de Vigilar y castigar de Michel Foucault (1991) está dedicada a un análisis del poder disciplinario que opera sobre individuos y que se distingue de otros modos como la esclavitud, la domesticación, el vasallaje y el ascetismo cristiano. La finalidad es construir cuerpos dóciles y útiles aumentando la fuerza económica y reduciendo su fuerza política. La disciplina es, en consecuencia, productora de individuos. El tipo de individualidad disciplinaria comporta cuatro caracteres (celular, orgánica, genética, combinatoria) y en esto recurre a cuatro técnicas fundamentales: construye cuadros, prescribe maniobras, impone ejercicios y dispone tácticas.15 15

La individualidad disciplinaria es celular, en tanto que a través de varios procedimientos ubica cuerpos en un espacio definido a partir de una clasificación. Es orgánica, en tanto la actividad se controla en torno a un horario y a una elaboración temporal del acto donde el cuerpo dado que se ajusta a imperativos

9

La gimnasia está dentro del catálogo de técnicas a disposición del poder disciplinario. A partir de esta técnica se efectiviza el hacer dóciles los cuerpos al participar, fundamentalmente, en la internalización de la elaboración temporal del acto. Esto es llevado adelante a través de los diferentes ajustes del gesto y el ritmo de ejecución del movimiento. La gimnasia es genética y progresiva participando en la educación estableciéndose niveles de ejercitación cada vez más rigurosos16. Desde la perspectiva en que Foucault se posiciona este recurso sería uno más entre las técnicas disponibles de este poder para llevar adelante su realización. Foucault pone como ejemplo el dato -no menor- el hecho de formar parte de la oferta del sistema carcelario. En este punto hay que señalar que para este autor, en primer lugar, la prisión es una forma pura de la RIS17; y en segundo lugar, que en la institución carcelaria es donde aparecen concentradas todas estas tecnologías coercitivas del comportamiento. Estas instituciones son la forma disciplinaria en el estado más intenso. El principal de los castigos es el encierro en celda y la superposición de modelos es lo que permite optimizar el encauzamiento de la conducta; y este sería el rasgo que la concepción moderna presenta como distintivo.18

Pero ¿Es posible pensar técnicas de subjetivación en donde no hay un poder disciplinario? ¿Hay un momento en que las prácticas corporales puedan no ser analizadas en la clave disciplinaria? ¿Las gimnasias, como parte de estas prácticas ocupan algún lugar en este conjunto de prácticas? Foucault se ocupa de investigar en la antigüedad clásica y grecorromana las técnicas de producción del sí mismo no mediatizadas por un poder disciplinario.19

temporales donde la correlación del cuerpo y los gestos favorecen el movimiento eficaz. Es genética, en tanto que el problema es capitalizar el tiempo y donde el ejercicio es una técnica que impone a los cuerpos tareas repetitivas y diferentes pero graduadas. Es combinatoria, dado que las fuerzas se componen articulando y emplazando a los cuerpos en una combinación de series cronológicas y un sistema preciso de mando. (Cfr. Foucault, 1991b:172-175). 16 Cfr. Foucault, 1991b:156. 17 Sigla de red institucional de secuestro, a este respecto señala Foucault: “...Lo verdaderamente nuevo e interesante es, en realidad, el hecho de que el Estado y aquello que no es estatal se confunde, se entrecruza dentro de estas instituciones. Más que instituciones estatales o no estatales había que hablar de red institucional de secuestro, que es infraestatal; la diferencia entre lo que es y no es aparato del Estado no me parece importante para el análisis de las funciones de este aparato general de secuestro, la red de secuestro dentro de la cual está encerrada nuestra existencia...” (2003a:136). 18 Cfr. Foucault, 1991b:301 y 1991b:18-19. Señala que ahora el castigo pasa por el suprimir los derechos como la libertad (que es considerada a la vez como un bien). 19 Él mismo hace este señalamiento en una entrevista de 1982; el sujeto es la preocupación de sus trabajos en los últimos veinte años. (Foucault, 1994c:222-3). Cfr. También algunos de los propósitos de este giro en Foucault, 2003a:7-16.

10

Este autor nos muestra que el ocuparse de sí mismo (epimelethai heautou) queda inaugurado, al menos literariamente, por Platón en la Apología de Sócrates y el Alcibíades I. Luego son desplazados hacia la formula délfica conócete a ti mismo (gnothi heautou). Estos cuidados, ocupaciones designados con el término epimelethai, son más que una actitud, es un tipo de acción sobre uno mismo.20

El término epimelethai contiene la raíz melete que es un modo de ejercitarse y que suele estar acompañada por el verbo gymnazein (gimnasia, ejercicio). Los epimelethai gymnazein son un tipo de actividad, un ejercicio del sí mismo, es una ejercitación regulada y vigilante. Foucault (2002:338) indica en este punto una distinción entre los meletai y los gymnazein. Si bien tanto unos como otros son ejercicios, los primeros son en “el pensamiento” y los segundos “en la realidad”. La virtud es siempre adquirida por un saber de tipo teórico (episteme theoretiké), o práctico (episteme praktiké), o de ambos. El entrenamiento físico es la vía para lograr los segundos; es decir los gymnazesthai21. La vida del individuo, conforme al logro de la virtud por esta vía, es el resultado de un conjunto de decisiones que comportan un arte de vivir (tekné tou biou). Cada individuo dispone de su arte, de su tekné, tiene libertad de elección22. Sin embargo, necesita para actualizarse de una askesis (ascesis). Esta actualización, esta acética, necesita: por un lado, recordar, y, por el otro, comportar un conjunto de prácticas. En definitiva no deja de ser un trabajo que el yo se toma como parte del proceso de subjetivación de la verdad23. En resumen, el modo en que se lleva adelante este trabajo (askesis) tiene dos polos: por un lado, los meletai y por el otro, los gymnazesthai. Es decir, que consta de un conjunto de ejercicios del pensamiento y un conjunto de ejercicios en la realidad. Esta segunda categoría de ejercicios provienen propiamente de alguna gimnasia. Son las ejercitaciones para el sí mismo;

20

Cfr. Foucault, 2002:92-93 Cfr. Foucault, 2002:302. 22 En este punto se hace importante señalar una diferencia con la ascética de la espiritualidad cristiana posterior: la tekné tou biou griega remite a una forma de vida, el resultado de la aplicación de esta técnica, de este arte es una forma; en el cristianismo el resultado es la espiritualidad cristiana como resultado de la aplicación de una regla que se impone externamente. Precisamente, ni para un griego ni para un romano una forma de vida, si es una “forma” es bella y nunca puede ser el resultado de la imposición de una regula (regla)(Cfr. Foucault, 2002:402.) 23 Hay que hacer algunas distinciones al interior de los modos de considerar estos trabajos: si para Platón la verdad a subjetivar estaba en el recuerdo de algo que ya esta contenido en el sujeto, para los estoicos el acto de recordar es de los logoi (conceptos, proposiciones), es decir que esta en una condición de cierta exterioridad. Pero en ninguno de los dos casos esto representa una renuncia del sí mismo como se da en el ascetismo de las formas cristianas de la espiritualidad. Es decir, mientras que en estas hay una renuncia del yo, en la askesis griega hay una consideración progresiva del “yo”, de un dominio del sí mismo donde la verdad pueda ser asimilada. (Cfr. Foucault, 1996:73-74) 21

11

es una ejercitación del yo en situación real. Estos ejercicios, a su vez son de dos tipos: los del régimen de la abstinencia y los del régimen de las pruebas.24

En el tipo de gimnasia propia de la ascética griega hay una búsqueda del estar preparado (paraskeue) para afrontar los acontecimientos de la vida25. Este tipo de preparación no es para una realidad fuera del mundo; sino que es una preparación para esta realidad, para los acontecimientos del mundo actual. Este equipamiento es constitutivo del sí mismo en tanto representa la resistencia del yo al requerimiento disgregante del mundo externo. 26

En conclusión, desde la perspectiva que se construye a partir del análisis de estudios de Foucault, podemos señalar que en la sociedad disciplinaria el modelado del cuerpo ofrece lugar a un conocimiento del individuo, el aprendizaje de las técnicas induce modos de comportamiento27. De este modo, la gimnasia contribuye a la instauración de un modelo que se da en la polis carcelaria donde hay una distribución estratégica de elementos de índole y nivel diversos; ligados a una serie de dispositivos carcelarios distintos que tienden a ejercer un poder de normalización.28 Por otro lado, en las investigaciones sobre las técnicas de subjetivación de la verdad durante el período helenístico-romano observa que no se dan las condiciones de emergencia de un poder disciplinario. El propósito de este particular universo de prácticas es: por un lado, la obtención de la valentía (andreia) respecto del exterior del sí mismo, y por el otro, el autocontrol del yo (sophrosyne). En consecuencia, tanto la abstinencia como la prueba se incluyen en las prácticas relativas las gimnasias (gymnazein); estas son las que favorecen de sobremanera el propósito de lograr el estado de fundamental de autodominio (enkrateia). 29

24

Cfr. Foucault, 2002:403-404. Cfr. Foucault, 1996:74. 26 Cfr. Foucault, 2002:236. 27 Señala que con esto “...se fabrican individuos sumisos, y se constituye sobre ellos un saber en el cual es posible fiarse. Doble efecto de una técnica disciplinaria que se ejerce sobre los cuerpos: un “alma” que conocer y una sujeción que mantener...” (Cfr. Foucault, 1991b:301). 28 Los jefes de los grupos en las prisiones deben ser un poco de todo y a su vez deben tener modo de intervención específico. Señala Foucault “...son en cierta manera unos técnicos del comportamiento: Ingenieros de la conducta, ortopedistas de la individualidad. Tienen que fabricar cuerpos dóciles y capaces a la vez: controlan las nueve o diez horas de trabajo cotidiano (artesanal o agrícola); dirigen los desfiles, los ejercicios físicos, la escuela de pelotón, el acto de levantarse, de acostarse, las marchas ritmadas por el clarín o el silbato; organizan la gimnasia, inspeccionan la limpieza, asisten a los baños...”. (1991b:301) 29 Para una análisis detallado de esta noción. Cfr. Foucault, 2003b:61-76 25

12

En la exposición del apartado se puso en relieve alguna zona de las investigaciones de Foucault; la intención fue construir un muy perfectible marco teórico al tema de este trabajo. A partir de aquí se intenta cancelar algunos de los supuestos presentes en el problema planteado; y, cuyas provisorias conclusiones, posiblemente adquieran un carácter sino aporético, al menos dilemático. Pensar la sociedad moderna, y uno de sus modos interpretarla como puede ser el modo disciplinario; al menos en estas regiones, no parece ser una clave interpretativa descabellada. Es posible poner muchos ejemplos extraídos de nuestra realidad más inmediata. Con los testimonios convocados para este trabajo se pretende sugerir: en primer término, que se dan en un contexto de tratamiento de la pobreza y la exclusión social que en algún momento de su historia institucional ha tenido aspectos punitivos. En segundo término, la hipótesis de la discontinuidad que se construye a partir de estos testimonios, revela una continuidad que estos tres -a su vez- constituyen: Nariche, El Colo y la Pauli, estarían mostrándonos lugares donde la emergencia de zonas o márgenes donde las resistencias locales son posibles. En otras palabras, habría un sí mismo, una identidad, una subjetividad que se construiría más allá de la disciplina, pues ellas mismas están en las zonas donde la red disciplinar es más densa; pero, a su vez, en un plano de exterioridad tal que no les es posible reproducir los patrones disciplinarios que se imponen en las regiones donde se encontraría más invisibilizada, donde la red parecería ser menos densa pero no por ello constituiría una red de dispositivos menos efectiva.

Sin embargo, el análisis del último trayecto de la obra de Foucault adquiere valor porque parece invitar no tanto a reponer prácticas y categorías de los antiguos; sino que antes nos muestra como aprender de ellos, al menos para momento de establecer un marco interpretativo. De todos modos, este procedimiento conlleva una obligación: la de llevar adelante una actualización legítima y una reapropiación consciente del pasado que nos conduzca a pensar lo que es verdaderamente digno de ser sabido. Esto nos permite especular sobre modos en que la subjetividad se construye y donde el sí mismo se identifica en un proceso, tal vez, tansdisciplinario. En la interpretación que parte del análisis de estos testimonios, se intenta poner en relieve algunos gestos en esta dirección cuyo punto nodal son prácticas corporales y, específicamente, algún tipo de gimnasia. Este particular conjunto de practicas y técnicas, participarían activamente como mediadoras de un proceso de construcción de identidad y

13

subjetividad, como respuesta a un afuera que, potencialmente y de hecho, se presenta como desintegrador del yo.

Pero no debemos conformarnos con esto, es más saludable pensar que hay algo que no cancela completamente las problemáticas que a su vez es posible derivar. Hay una pregunta que debería hacerse ¿No será esta una nueva sutileza de un poder disciplinario ultrasofísticado que refuerza su asedio político sobre el cuerpo maximizando sus efectos y minimizando los costos de la puesta en marcha de los mecanismos? En el cuerpo tumbero, el cuerpo gobernado y el cuerpo sexy, hay una identidad construida; si. Pero ¿es una identidad transdisciplinaria o una identidadefecto

de

reforzado

poder

disciplinario?

Reflexionemos,

discutamos,

cuestionemos..actuemos.

Bibliografía citada

ADORNO, Theodor (1975) Dialéctica negativa, Taurus, Madrid. BOURDIEU, P. (1989) "Espacio social y poder simbólico" [1986], en: Cosas Dichas, Gedisa, Buenos Aires, 1989. Pág. 127-142. -------------- (1990a) "Algunas propiedades de los campos" [1976], en: Sociología y cultura, México, Grijalbo. Pág. 135-141. -------------- (1990b) "El mercado lingüístico" [1978], en: Sociología y cultura, México, Grijalbo. Pág. 143-158. -------------- (1990c) Espacio social y génesis de las 'clases'" [1984] en: Sociología y cultura, México, Grijalbo. Pág. 281-310. -------------- (1999) Meditaciones pascalianas [1997], Anagrama, Barcelona. CASTELLS, Manuel (1997) La era de la información. Vol II – El poder de la identidad (1994), Siglo XXI, México. -------------- (2000) “La ciudad de la nueva economía” Conferencia pronunciada en el Salón de Ciento del ayuntamiento de Barcelona para el acto de clausura del Máster “La ciudad: políticas proyectos y gestión”, organizado por la Universidad de Barcelona y dirigido por Jordi Borja, Barcelona. Dirección Provincial de Asistencia a la Infancia y Adolescencia. Subsecretaria de Minoridad. Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia de Buenos Aires, (2004 – 2005) Informes Taller de Educación Física, C.T.A.I, La Plata, Buenos Aires. FOUCAULT, M. (1990) Historia de la sexualidad. 1 – La voluntad de saber (1976), Siglo XXI, Buenos Aires. ---------------- (1991a) La arqueología del saber [1969], Siglo XXI, México. ---------------- (1991b) Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión [1975], Siglo XXI, Buenos Aires. ---------------- (1994a) Dit et Écrits II (1970-1975), Gallimard, París. ---------------- (1994b) Dit et Écrits III (1976-1979), Gallimard, París. ---------------- (1994c) Dit et Écrits IV (1980-1988), Gallimard, París. ---------------- (1996) Tecnologías del yo y otros textos afines [1988], Paidós, Barcelona. ---------------- (1999) El orden del discurso [1971], Tusquets, Barcelona.

14

---------------- (2002) La Hermenéutica del sujeto. Curso en el Collège de France (19811982) [2001], Fondo de Cultura Económica, México. ---------------- (2003a) La verdad y las formas jurídicas [1978}, Gedisa, Barcelona. ---------------- (2003b) Historia de la sexualidad. 2 - El uso de los placeres [1984], Siglo XXI, Buenos Aires. ---------------- (2004) Historia de la sexualidad. 3 – La inquietud de sí [1984], Siglo XXI, Buenos Aires. OLIVÉ, León (2000) Multiculturalismo y pluralismo, Paidós, México. WILLIAMS, Raymond (1980) Marxismo y literatura, Península, Barcelona.

15