Contradicciones fundamentales y no fundamentales

En realidad, las contradicciones antagónicas del capitalismo no sólo no han desaparecido en nuestros días, sino que se a

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En realidad, las contradicciones antagónicas del capitalismo no sólo no han desaparecido en nuestros días, sino que se acentúan constantemente. Existen y existirán mientras exista el capitalismo, y desaparecerán únicamente con la victoria del socialismo. Las contradicciones no antagónicas son las existentes entre las clases y grupos sociales cuyos intereses principales coinciden. Estas contradicciones no se resuelven por medio de una revolución social, sino que se superan gradualmente. Tales son, por ejemplo, las existentes entre la clase obrera y los campesinos. Bajo el capitalismo, la ciudad explota al campo, y por eso el campesino hace extensiva en cierta medida al obrero la animadversión que siente por la ciudad. El campesino posee algo (tierra, ganado de labor, aperos, etc.) y está interesado en conservarlo. El obrero no tiene ninguna propiedad. Los intereses de unos y otros chocan asimismo en el mercado, donde el campesino procura vender más caros los productos de su trabajo. Todo esto provoca determinadas contradicciones entre la clase obrera y los campesinos bajo el régimen capitalista. Los intereses de obreros y campesinos, contradictorios en aspectos particulares, coinciden plenamente en lo principal. Unos y otros son clases explotadas. Por eso aspiran a liquidar la explotación, y en esta cuestión cardinal sus intereses son idénticos. Esta comunidad de intereses fundamentales constituye la base objetiva para concertar la alianza de ambos en la lucha contra el régimen capitalista. Teniendo presente esa comunidad de intereses vitales, el Partido Comunista de la Unión Soviética los cohesionó en una poderosa fuerza social que derrotó a la burguesía. Luego, en el proceso de la edificación del socialismo, fueron superadas las contradicciones heredadas del capitalismo, y de este modo la unidad de obreros y campesinos en la lucha común por el socialismo fue cada vez más sólida e indestructible, sin grandes conflictos. Contradicciones fundamentales y no fundamentales Desde los objetos y fenómenos más simples hasta los más complejos llevan simultáneamente implícitas varias contradicciones. Para orientarse en ese enjambre es preciso hallar entre ellas la fundamental, la más importante. La contradicción fundamental desempeña el papel decisivo y primordial en el desarrollo e influye en todas las demás contradicciones. La contradicción fundamental y decisiva del proceso químico es la existente entre la asociación y la disociación de los átomos, en el proceso biológico, el carácter contradictorio del metabolismo, etc. Es de suma importancia encontrar la contradicción fundamental en la vida social, que se distingue por su complejidad y variedad excepcionales. Encontrar esta contradicción fundamental ayuda a las clases progresistas de la sociedad y a los partidos marxistas a elaborar una política acertada y a organizar de manera eficiente la labor práctica. Tomemos la sociedad contemporánea. Tiene muchísimas contradicciones implícitas. En cualquier país capitalista existe antagonismo entre el carácter social del proceso de producción y la forma privada de apropiación, entre el trabajo y el capital. Existen contradicciones entre países capitalistas por separado, entre grupos y bloques de cada país, etc. ¿Cuál de ellas es la fundamental, la decisiva? En la sociedad contemporánea, en su conjunto, es la que existe entre las fuerzas del socialismo, encarnadas en el sistema socialista mundial, y las fuerzas reaccionarias del imperialismo. Esta contradicción se ha convertido actualmente en la base del desarrollo