Concepto de Salud y Enfermedad

Concepto de Salud y Enfermedad La Organización Mundial de la Salud (OMS, 1964) define la salud como: "un estado de bien

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Concepto de Salud y Enfermedad

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 1964) define la salud como: "un estado de bienestar completo físico, mental y social y no solamente la ausencia de enfermedad o dolencia". Esta definición subraya la naturaleza biopsicosocial de la salud y pone de manifiesto que la salud es más que la ausencia de enfermedad.

Concepto de Enfermedad:

La enfermedad (palabra que viene del latín y que significa «falto de firmeza») es un proceso que se desarrolla en un ser vivo, caracterizado por una alteración de su estado normal de salud. El estado y/o proceso de enfermedad puede ser provocado por diversos factores, tanto intrínsecos (internos) como extrínsecos (externos) al organismo enfermo. Concepto de Adulto mayor Según la OMS, las personas de 60 a 74 años son consideradas de edad avanzada; de 75 a 90 viejas o ancianas, y las que sobrepasan los 90 se les denomina grandes viejos o grandes longevos. A todo individuo mayor de 60 años se le llamará de forma indistinta persona de la tercera edad Leslie Libow (1977), especialista en medicina geriátrica, considera los siguientes como los problemas médicos más comunes en las personas de edad avanzada:

1. . Movilidad: La mayoría de los adultosmayores utiliza bastón, caminadora o silla de ruedas para su movilidad. Solución en el centro: Facilidad en recorridos 2. Mental: Presentan problemas para pensar. Solución en el centro: Accesos, puertas, sanitarios, etc. evidentes para ellos 3. Infartos: Aproximadamente dos tercios de las personas que sufren de algún infarto se espera que tengan una completa o parcial recuperación. 4. Corazón: La mayoría de los ancianos padecen de algún problema serio del corazón. 5. Próstata: Afortunadamente es un problema operable. 6. Huesos: Los huesos de la tercera edad se debilitan y se rompen fácilmente. Los hombres lo viven en menor grado que las mujeres. 7. Ojos: Las cataratas son muy comunes y en la mayoría de los casos operables. El único cambio en la vista normal a esta edad es la disminución de la vista de lejos. 8. Artritis: Es de los problemas más comunes . En México, en la tercera edad es muy común que las personas sufran de osteoporosis, diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades cardiovasculares. También suelen manifestarse otras alteraciones como cuadros infecciosos de las vías respiratorias, urinarias y del tracto digestivo, así como síndromes de inmovilidad y cuadros de depresión.

La población mayor de 65 años es diversa, no es homogenea en absoluto. Personas con edades similares, en la tercera edad, presentan caractarísticas de salud totalmente diferentes. Consecuentemente, en la práctica clínica hay que diferenciar los distintos perfiles de personas mayores. Las siguientes son las definiciones que de manera aproximada tienen consenso en el ámbito médico:

1. Anciano sano: es una persona de edad avanzada sin enfermedades objetivizable, es decir, que no se puede medicalizar.

Es independiente para realizar sus

actividades básicas e instrumentales en su vida cotidiana y carece de problemas mentales o sociales graves y relacionados con su salud.

2. Anciano Enfermo: en medicina se llama así al anciano sano que presenta una enfermedad aguda. Es decir, su perfil es similar al de cualquier adulto que presenta una enfermedad y que acude a una consulta o tiene un ingreso a un hospital por un proceso único. No tiene demencias ni conflictos sociales que generen riesgo a su salud. Sus problemas de salud pueden ser atendido con el servicio convencional y con la especialidad médica pertinente. 3. Anciano Frágil: Conserva su independencia precariamente y tiene alto riesgo de entrar a una situación de dependencia. Generalmente es una persona que, aún teniendo una o dos enfermedades de base, puede valerse por sí misma gracias a que conserva un correcto equilibrio con su entorno social, familia y sí mismo. Es independiente en el desarrollo de sus tareas básicas pero en el desarrollo de tareas instrumentales más complejas (por ejemplo conducir un coche por un periodo prologado) puede necesitar ayuda. La principal característica en este perfil es el riesgo a volverse dependiente o tener una situación continuada de discapacidad. Tiene alto riesgo de generar síndromes geriátricos.

4. Paciente geriátrico: persona de edad avanzada con una o más enfermedades crónicas y evolucionadas que intervienen directamente en un estado de discapacidad. Son dependientes de para realizar las actividades cotidianas básicas y presentan una alta incidencia de enfermedad neurodenerativa o mental. En este tipo de paciente hay progresión a la dependencia y presenta más esfuerzos en la atención sanitaria.

La práctica geriátrica abarca la atención de los mayores en un sentido amplio pero es claro que los dos últimos perfiles son los que constituyen su población de atención principal, básicamente porque los mayores frágiles y pacientes geriátricos son los que más necesidad tienen de la atención especializada en geriatría.

Tipologias de los adultos mayores:

TIPO

A.I.V.D*

A.V.D**

G.D***

S.G****

SANO

Independiente

Independiente

Baja Tendencia

Baja Probabilida d

ENFERMO

Independiente

Independiente

Baja Tendencia

Baja Probabilida d

FRÁGIL

Dependencia

Dependencia para (dos o mas)

Alta tendencia

Alta Probabilida d.

GERIÁTRIC O

Dependencia

Dependencia

Total

Total

mediantes

instrumentos

(Se

evalúan

Lawton),(I.Barthel),(I.Katz)etc.

de

valoración

tales

(E.

Envejecimiento y Feminización El proceso de envejecimiento que viven los países de América Latina también se observan dentro de la población adulta mayor, dentro de los cuales aumenta el número de personas de edades extremas. Ello quiere decir que se puede 33 identificar dentro de este mismo segmento poblacional dos grupos etarios con características biológicas y sociales diferentes. En primer lugar esta el grupo de 60 a 74 años y en segundo lugar, el de 75 y más años. El primero esta constituido, en general, por personas más independientes, muchas aún insertas en la fuerza de trabajo, en especial las de 60 a 64 años y más integradas socialmente. En el segundo grupo, se observa la vejez más asociada a las “pérdidas”. “Ello quiere decir que la participación de estas personas en el mercado laboral disminuye significativamente y la incidencia de enfermedades que afectan sus capacidades físicas y mentales es mayor, sobre todo más allá de los 80 años. Por lo mismo, las dificultades económicas aumentan, agravado en muchas oportunidades por la pérdida de la pareja, la falta de cobertura de previsión y las bajas jubilaciones lo que conduce a una menor autonomía e integración social de las personas mayores de 74 años de edad. Frente a esta realidad se ha comenzado a hacer distinciones entre las personas de las llamadas tercera y cuarta edad, puesto que las diferencias son significativas e implicaría la necesidad de considerarlas en las políticas sociales” (CEPAL,2001: 22). Otra característica importante en la adultez mayor es el mayor peso femenino, la mayor longevidad femenina acentúa las diferencias en la composición de ese grupo etario, especialmente en el extremo de la pirámide, en el cual el índice de masculinidad para las personas de 60 a 74 años, muestra en el año 2000, un promedio de 86 hombres por cada 100 mujeres, en las personas de 75 y más años, la relación baja a 70 hombres por cada 100 mujeres. Este es un rasgo generalizado, aunque en unos pocos países la relación se aproxima a la igualdad (Cuba, Panamá y República Dominicana). (ibid)

Las proyecciones de CELADE indican que esa situación no se modificará sustancialmente, que el predominio femenino será un rasgo distintivo en todo el período analizado y entre los años 2000 y 2025 la proporción de mujeres 34 aumentará en la mayoría de los países (CELADE, 2000). La viudez femenina es actualmente frecuente, lo cual conlleva carencias afectivas y limita las posibilidades de cubrir satisfactoriamente sus necesidades económicas. Esta mayor dependencia se asocia a su menor participación en las actividades laborales y las mujeres que trabajan, suelen percibir remuneraciones más bajas que los hombres, dado que su permanencia en el mundo del trabajo es por lo general menor, sobre todo en las asalariadas, cuyo retiro obligatorio es a edades más tempranas. Lo anterior restringe las posibilidades de generar ahorros para la vejez con lo cual aumenta la dependencia.