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COMUNIDAD DE SAN FRANCISCO “EL ABRA” HISTORIA DE LA COMUNIDAD:

La comunidad el Abra (perteneciente a la parroquia La Esperanza, Cantón Ibarra, Provincia de Imbabura, Ecuador). La comuna el Abra es una población indígena perteneciente a la etnia de los caranquis. Se encuentra ubicado en la parte suroriental de la ciudad de Ibarra, en las faldas del cerro Imbabura. Actualmente tiene una población de 490 habitantes con una extensión de 730 hectáreas las cuales se encuentran divididas en tres partes que son: 150 hectáreas en ubicación poblacional. 250 hectáreas en la explotación agrícola. La comunidad el abra se origina desde la época de la esclavitud por el clero a los indígenas durante el siglo XVII al IXX, esta comunidad fue fundada en el año de 1880 con 12 familias, por los señores arrendatarios de esta superficie a la curia diocesana de Ibarra. Quienes lo identifican con el nombre del abra, la misma que tiene un significado de resurgimiento religioso ancestral como es: “EL ABRIR BUENAS RAICES ANCESTRALES”

Continuando don la trayectoria de la vida de los primeros moradores de la comunidad, llegamos al año de 1920 que continuaban siendo explotados por los patronos, quienes lo sometían a trabajos forzados, maltratados físicamente, y en condiciones infrahumanas, a cambio de recibir los pequeños lotes de terrenos que se denominan huasipungos que fueron entregados por el señor Rafael Rosales a 12 sirvientes sus respectivas parcelas en el año de 1927. En esa misma época llegó una comisión de religiosas para efectuar las labores en todos los aspectos, social, cultural y religioso. Las mismas que efectuaron la construcción de la casa Hacienda para la administración de la misma y también denominaron nombres en los diferentes sitios de la comunidad. De igual forma, durante la labor eclesiástica que realizaban en esta comunidad, dejan donando un conjunto de imágenes religiosas, en especial la de la Virgen del Rosario a quien se la considera como la patrona de nuestra comunidad desde aquel entonces hasta la actualidad. En su honor se da inicio al festejo de INTI RAYMI, tomaron en cuenta los días de San Juan y San Pedro, en donde presentaban rituales mediante danzas con zamarro, campanillas, diablo humas, banderas, aciales, y acompañados con el entono de flautas, bocinas y guitarras, mediante gritos y cantos agradeciendo al Dios Sol por las cosechas del año. Cuando llegaba la temporada de las fiestas las mujeres

acostumbraban a preparar comidas y bebidas de los mismos productos de las cosechas; como son la boda, el champuz, el mote, y el pan de trigo y como bebidas la chicha de jora de maíz y cebada, el aguardiente que se le brinda a los danzantes y acompañantes quienes acudían a la celebración de la santa misa en el santuario de la parroquia acompañando a la imagen de la comunidad y luego regresaban al local de la hacienda donde era el templo la Virgen en ese entonces. Para ello los habitantes de esta comunidad confeccionaban las mejores prendas elaboradas de lana de oveja y cuero de res. En ese entonces la vestimenta de nuestros abuelos consistía en un sombrero blanco de lana, coshma de color café o negro que asemejaba a un chaleco y un pantalón corto denominado calzón, y la protección de los pies consistía en unas sandalias de cuero conocido como oshotas o por lo general descalzos y la vestimenta se complementaba con un poncho rosado y negro según las circunstancias. En cambio la vestimenta femenina consistía en un sombrero blanco de lana, una chalina que utilizaban como blusa llamada tupuli, anacos de color negro, nahuas blancas, sandalias de igual forma, y unas chalinas de lana cocidas como vahitas, las mismas que exhibían en la celebración de las fiestas. La mayor parte de esta tradición se sigue manteniéndose hasta la actualidad, pero con varias modificaciones en la actualidad. Después de los 7 años del periodo de Rafael Rosales, la Curia arrienda esta Hacienda al Sr. Agustín Rosales para otros 7 años. En este mandato la forma de vida de los primeros habitantes seguía siendo la misma en donde participaban hombres y mujeres al servicio de los patrones, además obligaba a la gente de otras comunidades como Chirihuasi, San Clemente, La Esperanza; a trabajar en las haciendas donde administraba. Además los sirvientes de esta comunidad eran obligados a trasladarse a la Hacienda de Yacucalle en Ibarra, como: repeleros, cuadreros, vaqueros, huasicamas, y dos torneras, donde permanecían durante 15 días ganando un jornal de un medio más dos coco bolas al día, igualmente maltratados. Continuando con los arrendatarios la Curia entrega el poder a Manuel Freyre Larrea, quien a su vez administro durante dos periodos, con los cuales llego hasta el año de 1963 manteniendo las mismas condiciones y forma de trabajo llevando solamente a beneficio personal. En este mismo año inicio la administración del señor Carlos Puga conjuntamente con sus hijos, los mismos que dedicaban solamente a la explotación de la gente campesina e incluso llegaron hasta buscas sexualmente a las mujeres que habitaban aquí en la comunidad. El mencionado señor tanto la Hacienda el Abra, como también la de cuchicaranqui, y la Florida empleando la misma gente de esta comunidad para todos estos sitios mencionados. Fue en la dictadura militar que suscito en el país durante el periodo de 1963 hasta 1966 cuando se decreto el IERAC (Instituto Nacional de Reforma Agraria y Colonización) favoreciendo a la gente campesina a nivel nacional. Fue en

esos años cuando se presenta el Doctor Luis Oquendo con propósito de ayudar al campesino explotado, aprovechando esto los habitantes ponen en manifiesto a la explotación a la que estuvieron sometidos. Al ver esta reacción de los sirvientes el señor Puga trato de atemorizar amenazando hasta incluso de muerte a los lideres que ya aparecían, pero los últimos decretos del Gobierno dictatorial favorece a los indígenas. En ese mismo tiempo aparece una ONG denominada la Misión Andina con ella se logro la construcción del agua entubada de Imbabura que abastecía las 7 comunidades, la escuela; la carretera construida en partes por mingas y otra parte con maquinaria, como también las alcantarillas paso de aguas como las principales obras con la Misión Andina. En el año de 1968 se termina la vida de la esclavitud cuando la Curia Diocesana entrega el poder al IERAC y todas esas haciendas son parceladas. En nuestra comunidad se formo la Cooperativa San Francisco del Abra con 27 socios, como también el CESA (Central Ecuatoriana de Servicio Agrícola) apoyo en la adquisición de los terrenos para la mencionada organización. En la actualidad la Comunidad El Abra está realizando diferentes obras en lo social, educativo, cultural, deportivo y en la infraestructura comunal en beneficio de todo los habitantes.

ANTIGUA HACIENDA DE LA COMUNIDAD EL ABRA