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• Rufo Alfonso Maturana Caroca

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Introducción

El trabajo cotidiano del aula, la comunicación juega un papel importante en el desarrollo de la clase, así como en el aprendizaje y descubrimiento de los niños y de su capacidad de dar a entender lo que han aprendido o lo que saben. Es el maestro quien debe aprender a comunicarse y evaluar su capacidad de comunicación verificando si en realidad cuenta con las habilidades necesarias para entablar dicha comunicación y que esta sea funcional para su clase y por lo tanto significativa para sus alumnos. De igual manera es obligación del maestro el conocer diferentes estrategias comunicativas con los alumnos pues cada uno entiende por distintos medios, puesto que el lenguaje no es solo hablado, también escrito por señas, imágenes, gestos y sonidos, el docente deberá saber cuándo y bajo qué situación emplear las distintas formas de comunicación. La comunicación en cualquier contexto debe de contar con un emisor, receptor y un mensaje, a esto se le llama elementalmente el circuito del habla; dentro del salón de clases este circuito se debe complejizar pues el emisor se convierte en receptor y el receptor en emisor transmitiendo y transformando bajo los elementos contextuales, un mensaje que será transmitido de distintas maneras. A continuación se muestran algunos elementos que ayudarán a entablar una mejor comunicación del maestro hacia los alumnos, e incluso hacia las demás personas, puesto que un comunicador competente no es quien solo se da a entender con determinado grupo, si no quien en cualquier ámbito puede darse a entender y propiciar que las personas aprendan a ser comunicadores competentes con su ejemplo. Consejos para comunicarse mejor en el aula.

La comunicación en el aula es un elemento de gran importancia para el desarrollo

de la clase y por lo tanto la herramienta principal que el maestro debe usar con gran habilidad pues es él quien transmite la información a los alumnos, mismos que pocas veces ponen en tela de juicio lo que el docente diga. Pero, ¿Qué es la comunicación? Según Dean en 1993, dice que la comunicación es un proceso bidireccional, es decir, un proceso en donde no solo el maestro comunica, sino también el alumno es quien comunica y quien recibe y de igual manera transmite un mensaje. No es posible hablar de comunicación si no hay una persona que emita y otra que reciba un mensaje Sucede que si la comunicación o la habilidad de una persona para comunicarse con los demás no es buena, adecuada o funcional; se transmitirá una idea totalmente errónea y equivoca de lo que se pretende dar a entender. El problema de la comunicación no queda solo en el mensaje erróneo, pues si el que transmite el mensaje no está consciente de que la deficiencia comunicativa esta en él y no en quien lo recibe, seguirá con deficiencias en esta área. Dentro del aula se podría decir que existen momento en la clase en los que la comunicación es esencial, pero en realidad dentro del salón de clases en todo momento se presentan la comunicación ya sea de manera verbal, lenguaje de señas, movimientos e incluso gesticulaciones por parte de maestros y alumnos. Entonces si la comunicación está presente en todo lo que hacemos, qué hacer para lograr una buena comunicación entonces. “Es difícil comunicarse bien, o enseñar bien, si uno no se lleva bien con los niños” (Dean,1993:79) en efecto si el maestro no establece relaciones de confianza con los niños, estos no se sentirán libres de de expresar sus dudas, sus inquietudes y sus saberes, razón por la cual el maestro no podrá tener una idea clara de la personalidad de los mismos. Es por eso que el maestro debe mostrar actitudes que hagan que el niño se sienta cómodo con lo que dice a la clase y a lo que el maestro responda. Habiendo logrado una buena relación con los alumnos, y que estos participen sin

temores es preciso que el maestro no rechace las opiniones de los niños, aun cuando se consideren erróneas, si el maestro hace esto a cada niño que participe y a lo que diga, creará el temor de los niños a participar lo que provocara que retroceda el proceso comunicativo. Lo ideal en este tipo de casos en los que la participación pueda resultar errónea e incluso desviada del tema tratado, es que el maestro haga dos cosas importantes la primera es decir algo alentador sobre la participación del niño pues “las reacciones positivas a las respuestas llevan a los niños a estar más dispuestos a responder de nuevo” (Dean, 1993:82); después el maestro debe tener la capacidad para conducir la respuesta del alumno o dirigir la participación de vuelta al tema que se trata. Una manera más de entablar una comunicación es con la realización de preguntas abiertas puestas “tienen muchas respuestas buenas y que cada quien contesta según su propio criterio” (Mercado, 2000:94) dichas preguntas al permitir que los niños expresen y expliquen lo que ellos saben permiten a los demás alumnos poder comprender mejor lo que el maestro intenta que descubran y aprendan, además a partir de las respuestas dadas el maestro tiene la posibilidad de realizar más preguntas que permitan una mayor discusión de los temas vistos. Finalmente es importante para el aprendizaje de los alumnos que el maestro “explique los temas con palabras sencillas que los niños entiendan”(Mercado, 2000:98) y no solo debe ser así en el momento de explicar los temas, sino también al dar las instrucciones y relatar o hacer algún comentario alusivo a la clase o tema. Es necesario que el maestro al conocer a sus alumnos adapten su lenguaje al nivel de los niños, para que estos entiendan al maestro, puesto que el “profesor es un comunicador, es un intermediario entre la ciencia y los

alumnos”(Esteve , 1998: 42) es necesario que realice dicha acción para procurar que los alumnos entiendan lo más claramente posible lo que el maestro intenta explicar.

Conclusión. La comunicación entre el maestro y el alumno es el factor principal en el aula para propiciar el aprendizaje del niño. Lo que da cuenta de la enorme obligación que el maestro carga al hablar, explicar, comentar, discutir, argumentar e interrogar. Es por eso que el profesor ha de buscar las formas adecuadas y funcionales para fortalecer sus habilidades comunicativas y así lograr dentro del salón de clases un ambiente en el que las dudas de los niños puedan externarse sin ser sometidas a rechazos o burlas tanto del profesor como de los alumnos. En algunas ocasiones el maestro cree que gracias a su experiencia es un comunicador y un usuario del leguaje oral competente, pero de la misma manera, como docentes es nuestra obligación el cuestionarnos ¿En verdad lo que uno comunica es entendible para cualquier persona, tanto para alumnos como para los maestros, o solo es entendible para uno mismo, en verdad nuestros alumnos entienden lo que les decimos o se quedan con dudas de las que tienen miedo expresar por ser rechazados?

Bibliografía. Dean, Joan (1993), “Habilidades de comunicación”, en La organización del aprendizaje en la educación primaria, Barcelona, Paidós Ibérica, pp. 79-82. Esteve, José M. (1998), “La aventura de ser maestro”, en Cuadernos de Pedagogía, núm. 266, febrero, España, pp. 46-50. Mercado, Ruth (2000), “Comentarios, preguntas y explicaciones”, en El trabajo docente en el medio rural, México, SEP (Biblioteca del normalista), pp. 94-98.