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Un origen común Los científicos del siglo XIX creyeron que los aborígenes australianos eran el eslabón perdido entre el

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Un origen común Los científicos del siglo XIX creyeron que los aborígenes australianos eran el eslabón perdido entre el mono y el hombre. Hoy en día sabemos que todos los seres humanos de cualquier rincón del planeta pertenecemos exactamente a la misma especie (Homo sapiens sapiens) y lo sabemos porque nuestros conocimientos antropológicos son mucho más exactos que los que había el siglo pasado. Una vez aceptado esto, todavía hay quienes piensan que, a pesar de todo, los aborígenes australianos o de otros lugares de nuestro planeta son inferiores culturalmente a nosotros y esto se refleja en que sus lenguas son menos complejas, flexibles, ricas y potentes que las nuestras. Se sabe que el ser humano habita Australia desde hace por lo menos sesenta mil años y que ha estado prácticamente aislado en ese continente hasta el siglo pasado. Por ello, se puede decir sin temor a equivocarse que los aborígenes australianos están entre los pueblos más antiguos de la tierra. El estudio científico de las lenguas indígenas australianas se ha producido a mediados de este mismo siglo. Las lenguas autóctonas australianas que se han descrito hasta la fecha presentan una estructura de un grado de complejidad fonética, morfológica, sintáctica y semántica del todo equiparable al de nuestras lenguas europeas. El supuesto primitivismo cultural de los aborígenes australianos no se corresponde en absoluto con un primitivismo lingüístico. Ese presunto primitivismo no se puede demostrar en términos lingüísticos. Lo mismo hay que concluir a partir de los estudios científicos actuales de las lenguas aborígenes de otros lugares: desde América hasta Nueva Guinea pasando por África. De hecho, puede afirmarse que una de las aportaciones fundamentales de la lingüística es haber puesto de manifiesto que no existen lenguas primitivas. Ello indica que a una única especie humana (Homo sapiens sapiens) le corresponde una única especie lingüística, que hemos de denominar lengua humana. De aquí se deduce que la valoración jerarquizadora de las lenguas humanas no puede basarse en criterios lingüísticos, que la discriminación lingüística no puede justificarse gramaticalmente, por más que a veces se oigan cosas como “esa lengua es muy difícil”, “aquella lengua no es útil”,”esa lengua es más perfecta que esta”. JUAN CARLOS MORENO CABRERA: La dignidad e igualdad de las lenguas, Alianza Editorial

Adecuación Localización

Este texto pertenece a la obra del lingüista Juan Carlos Moreno Cabrera, La dignidad e igualdad de las lenguas, publicada por Alianza Editorial.

Elementos comunicativos

En este fragmento los elementos comunicativos más significativos son los siguientes: El emisor o autor del texto, que se dirige a un receptor no especializado, aunque el destinatario ideal sería un lector interesado en la materia. El código empleado, que en este caso es la lengua castellana, en un registro formal pero accesible.

Intención comunicativa

La intención del autor es transmitir una información a un público no especializado con una finalidad informativa, por lo que la función predominante es la referencial. Además, el autor intenta influir en la percepción del receptor sobre la evolución lingüística, por lo que encontramos rasgos de la función apelativa; esto se puede percibir en el uso de la primera persona del plural (nuestras lenguas europeas). Por último, la materia que trata el texto es la Lingüística, por lo que la función metalingüística también está presente.

Coherencia Tipología

Como se ha visto, la intención del texto es informar, luego se trata de un texto expositivo; se dirige a un destinatario no especializado, luego es divulgativo y trata una materia de la rama de las ciencias sociales, por lo que es humanístico.

Tema y resumen

El tema del texto es la igualdad entre todas las lenguas existentes en el mundo. El autor plantea que todas las lenguas tienen su complejidad gramatical, léxica o fonética, y lo ejemplifica equiparando ciertas lenguas aborígenes australianas con las lenguas europeas. Asimismo, se expone la idea de que todas las lenguas son distintas manifestaciones de un mismo código, la lengua humana, que nos distingue de otras especies.

Estructura

La estructura del texto es inductiva, pues la tesis o idea principal del texto aparece al final del mismo. Según el contenido, el texto se divide en tres partes: En la primera parte, expuesta en el primer párrafo, se presentan tres de los argumentos de la tesis final. En la segunda, que comprende el segundo párrafo, se recapitula lo anterior, y se esboza una conclusión. En la tercera parte, el último párrafo, se presenta la tesis, que se justifica a lo largo de toda la exposición.

Cohesión

Rasgos léxicos

Como es característico en el texto expositivo, el léxico utilizado es preciso (antropológicos, aborígenes) y denotativo (científicos, autóctonas), pues deben evitarse diversas interpretaciones. Al tratarse de un texto divulgativo, los tecnicismos (fonética, morfológica, homo sapiens, sapiens), a pesar de su especialización, no dificultan la comprensión del texto.

Rasgos morfológicos y sintácticos

Hay un claro predominio de los sustantivos (lenguas, estudio) en detrimento de los adjetivos, ya que el autor no desea que sobresalga su valoración. Los adjetivos que aparecen están empleados con un fin descriptivo (australianos, humanas). En cuanto al uso de los tiempos verbales, se emplea el presente de indicativo, propio de un texto con valor actual: Hoy en día sabemos que todos los seres humanos pertenecemos exactamente a la misma especie. También hay un gran número de formas verbales en pretérito perfecto compuesto, que le permiten al autor narrar hechos pasados pero con vigencia: ha estado prácticamente aislado, El estudio científico de las lenguas indígenas australianas se ha producido. Destaca, en sintaxis, el uso de dos tipos de oraciones compuestas, empleadas para introducir ejemplos e hilar el discurso: Coordinadas copulativas: hay quienes piensan que […] los aborígenes australianos […] son inferiores culturalmente a nosotros y esto se refleja en que sus lenguas son menos complejas. Subordinadas sustantivas: ello indica que a una única especie humana le corresponde una única especie lingüística.

Rasgos textuales

El autor emplea hipónimos del campo semántico de la Lingüística: fonética, morfológica, sintáctica, semántica. La repetición léxica (lenguas) y la ordenación lógica de los enunciados corroboran la unidad interna del texto, necesaria para su vertebración. Los conectores enlazan lo dicho anteriormente con la información posterior, aportando cohesión (por ello, de hecho, a pesar de; como el uso elementos anafóricos De aquí se deduce, ese presunto primitivismo, ello). La aportación de ejemplos denota claridad y veracidad a lo expuesto, y enlaza las ideas expresadas en el texto.

Valoración crítica El texto nos informa acerca de un tema de actualidad y de interés social, como es la importancia de todas las manifestaciones lingüísticas, sea cual sea su procedencia. El autor logra su propósito informativo de acercar un tema perteneciente al ámbito especializado de la Lingüística a un público no especializado, mediante ejemplos ilustrativos, léxico preciso y sintaxis y estilo claros.

Picasso: el cuerpo a cuerpo con la pintura El Museo Tamayo inicia sus actividades con una exposición de Pablo Picasso. Se trata de una antología cronológica, a un tiempo exigente y generosa, de modo que el visitante, al recorrerla, puede seguir la evolución del pintor a través de una sucesión de obras —pinturas, esculturas, grabados— que corresponden a cada período del artista. Se cumple así uno de los propósitos de los fundadores, Rufino y Olga Tamayo: convertir al Museo en un centro mexicano de irradiación del arte vivo de nuestra época. En México, como quizá algunos recuerden, se celebró en junio de 1944 una exposición de Picasso. Aunque fue un acontecimiento memorable, como esfuerzo y por su intrínseco valor artístico, es indudable que la exposición que ahora ofrece el Museo Tamayo es más vasta, variada y representativa. Al fin, el público de México podrá tener una visión viva y directa del mundo de Picasso. En este mismo catálogo un gran conocedor del arte moderno, William Lieberman, conservador de arte contemporáneo del Museo Metropolitano de Nueva York, describe con sensibilidad y competencia las características de esta exposición y subraya su importancia histórica y estética. Para evitar repeticiones inútiles, me pareció preferible resumir, rápidamente, en unas cuantas páginas, lo que siente y piensa hoy, en 1983, un escritor mexicano ante la obra y la figura de Picasso. No es ni un juicio ni un retrato: es una impresión. La vida y la obra de Picasso se confunden con la historia del arte del siglo XX. Es imposible comprender a la pintura moderna sin Picasso pero, asimismo, es imposible comprender a Picasso sin ella. No sé si Picasso es el mejor pintor de nuestro tiempo; sé que su pintura, en todos sus cambios brutales y sorprendentes, es la pintura de nuestro tiempo. Quiero decir: su arte no está frente, contra o aparte de su época; tampoco es una profecía del arte de mañana o una nostalgia del pasado, como ha sido el de tantos grandes artistas en discordia con su mundo y su tiempo. Picasso nunca se mantuvo aparte, ni siquiera en el momento de la gran ruptura que fue el cubismo. Incluso cuando estuvo en contra, fue el pintor de su tiempo. Extraordinaria fusión del genio individual con el genio colectivo... Apenas escrito lo anterior, me detengo. Picasso fue un artista inconforme que rompió la tradición pictórica, que vivió al margen de la sociedad y, a veces, en lucha contra su moral. Individualista, salvaje y artista rebelde, su conducta social, su vida íntima y su estética estuvieron regidas por el mismo principio: la ruptura. ¿Cómo es posible, entonces, decir que es el pintor representativo de nuestra época? OCTAVIO PAZ: “Picasso: el cuerpo a cuerpo con la pintura”, en Obras Completas, Círculo de Lectores

Adecuación Localización

El texto pertenece a la reseña de Octavio Paz, titulada “Picasso: el cuerpo a cuerpo con la pintura”, elaborada a raíz de una exposición sobre el pintor en México. Este documento aparece incluido en las Obras Completas de Octavio Paz, editadas por el Círculo de Lectores.

Elementos comunicativos

El emisor del texto es su autor, Octavio Paz, que se dirige, a través de este texto, a un receptor amplio y heterogéneo, no especializado en el tema del mismo. El canal por el que se divulgan los datos es el escrito-visual. En cuanto al código empleado, se trata de la lengua castellana en un registro formal o culto, pero accesible en cuanto a su comprensión. El contexto varía según el momento de recepción de la obra, los receptores posibles o la situación comunicativa que rodee al texto.

Intención comunicativa

La intención comunicativa con este texto es la de informar sobre un acontecimiento de actualidad. Domina, por ende, la función referencial, pues se expone un hecho real. También aparecen la función expresiva y la apelativa.

Coherencia Tipología

Se trata de un texto expositivo, puesto que nos ofrece una información detallada y precisa con aportación de datos fiables para el receptor.

Tema y resumen

El tema del texto es la exposición en México de la obra de Picasso y su análisis como una figura representativa del siglo XX. El Museo Tamayo de México inaugura una exposición retrospectiva sobre el arte de Picasso, que, en opinión del autor, representa el arte del siglo XX. Su obra no mira al pasado ni huye al futuro, sino que se sumerge en el presente del propio artista, y representa la ruptura y el inconformismo de la modernidad.

Estructura

El texto se compone de dos partes: La primera parte, que abarca el primer párrafo, se centra en cuestiones artísticas: la exposición, la opinión de expertos (Lieberman) y una introducción a lo que va a ser la visión del autor sobre Picasso. La segunda parte, formada por el segundo párrafo, se centra en el asunto principal, la pintura y la obra de Picasso como una manifestación de su época. Así, la creación del pintor malagueño y la historia del siglo XX se hallan indisolublemente unidas.

Cohesión

Rasgos léxicos

El léxico del texto es denotativo, debido al carácter divulgativo e informativo del mismo. En él se ofrecen los datos e impresiones de forma ordenada y precisa. El vocabulario elegido gira en torno al mundo del arte (cubismo, exposición, retrato) y no posee tecnicismos dado que el autor prefiere mostrar la información de la manera más clara posible.

Rasgos morfológicos y sintácticos

El texto es rico en sustantivación; así predominan los nombres abstractos (vida, genio, tradición) y propios (Picasso, Tamayo, Nueva York), acompañados de adjetivos (memorable) y complementos del nombre (de nuestro tiempo). El tiempo verbal más empleado es el presente de indicativo, aunque figura algún tiempo de pasado. El presente posee aquí valor actual, pues dota al texto de gran vigencia, así como al artista del que habla. Encontramos oraciones compuestas, como subordinadas adverbiales de tiempo (al recorrerla) y finales (para evitar repeticiones inútiles), así como subordinadas adjetivas (que rompió la tradición pictórica), que enriquecen al verbo y al sustantivo respectivamente.

Rasgos textuales

En este texto, la presencia de palabras de la misma familia léxica, como arte o artística, junto con el uso de sinónimos, como inconforme o rebelde, aportan coherencia al texto. Las ideas se relacionan unas con otras y existe una progresión lógica de la información. El uso de conectores (al fin, asimismo, tampoco, incluso), sirve para recapitular la información o agregar información nueva a lo ya dicho. La elipsis da cuenta de la relación entre las partes del fragmento, como en fue un acontecimiento memorable; la misma función tienen los pronombres anafóricos (ella, referido a la pintura). El final queda abierto, con una interrogación retórica, que enlazará este texto con información posterior.

Valoración crítica El propósito del autor con este texto es informar al receptor sobre Picasso, dar una visión de su obra, de su vida, involucrada con la historia del siglo pasado. Para ello, realiza una exposición clara y sencilla. Los argumentos de los que hace uso para vincular al pintor con su siglo son adecuados al fin perseguido: reflexionar sobre el legado de Picasso en la pintura y en la historia.