Claudio Naranjo

Índice de contenido Claudio Naranjo:....................................................................................

Views 255 Downloads 10 File size 201KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Índice de contenido Claudio Naranjo:..............................................................................................................................2 Nuestro momento histórico:.............................................................................................................3 El surgimiento de los egos como raíz de los males de la sociedad: ................................................4 El reencuentro con la condición perdida: .......................................................................................4 Un paseo por la historia de la humanidad:.......................................................................................5 ¿Y cómo se produce ese cambio? ...................................................................................................5 La metáfora de la mariposa:.............................................................................................................7 Ahora bien, ¿en qué consiste esa mente patriarcal? ........................................................................8 Trascendiendo la mente patriarcal:................................................................................................11 ¿Cómo sería un mundo equilibrado fruto de seres completos? ....................................................11 ¿Qué hay que cambiar? Males de la sociedad, males del Ego.......................................................12 ¿Cómo podríamos lograr ese cambio? ..........................................................................................15 El potencial transformador de la Educación:.................................................................................18 ¿Qué herramientas van a favorecer ese desarrollo integral? .........................................................18 Conclusión.....................................................................................................................................20

1

Claudio Naranjo: Claudio Naranjo es un terapeuta chileno bastante polifacético e interdisciplinar: licenciado en medicina, música, psiquiatría, versado en Educación, psicología gestalt, diferentes métodos de terapias naturales como el psicodrama, la eutonía, el hatta yogah.... “Profesor e investigador en diferentes ámbitos del conocimiento humano, se ha distinguido por su labor integradora entre la sabiduría tradicional y científica, y el conocimiento histórico, antropológico, sociológico, psicológico y espiritual del ser humano”. (Contraportada del libro Cambiar la Educación para cambiar el mundo, de Claudio Naranjo). En este libro, Claudio nos presenta su propia visión de la Educación, que él llama Educación Salvífica. A través de él recorre muchas facetas relativas a la humanidad desde diferentes puntos de vista. Habla sobre el amor, el ego, los males de la sociedad, la sociedad patriarcal.... Comienza hablando cómo la sociedad que hemos creado acontece de una serie de males. Una sociedad muy viciada que se autoreproduce a través de mecanismos que ella misma ha generado, creando un círculo vicioso difícil de romper. En este sentido Claudio propone la Educación como la mejor esperanza para la transformación y mejora de la sociedad. Y lo hace desde el punto de vista de una Educación holística que en lugar de servir a los intereses de las naciones o mercados, lo haga a las necesidades integrales de las personas y el mundo. Para ello propone una Educación que abarque tanto el nivel afectivo, como relacional, espiritual y cognitivo, algo que vamos a ir viendo a lo largo de este ensayo. El autor critica por ello fuertemente los sistemas educativos tradicionales, como sistemas que destruyen sistemáticamente el potencial humano y su bienestar. En su lugar nos propone una educación humanista integradora de autoras y autores como Montessory, Dewey, Pestalozzi, Steiner... Además de presentarnos los males que él considera que acontecen en la sociedad, nos indiva cómo estos se interrelacionan con cada uno de los individuos, y cómo se podría solucionar esta cuestión para llegar a una sociedad más amorosa. La solución, según él, pasa por la formación de una serie de agentes del cambio que generen esa transformación; y en ese sentido es que considera a la Educación (a partir de una transformación radical de la misma) como la mejor esperanza para esa misión salvífica de la humanidad, el mejor puente hacia un futuro mejor. Para ello, además de presentarnos en qué

consiste esa Educación, también nos habla de la

importancia de la correcta formación de los y las futuras docentes; a través de un programa que él mismo ha elaborado (SAT). Un programa de transformación y desarrollo personal que busca dejar

2

atrás los egos y así poder vivir en mayor amor, sabiduría y conciencia, tanto a nivel personal como a nivel social. Él lo denomina como un programa para la formación de agentes del cambio. Este se está extendiendo por todas partes del mundo, también ha estado en España. De hecho, una fundación del BBVA estuvo financiando este programa para las comunidades educativas. A mí me hubiera gustado solicitarlo en la universidad, pero cuando quise hacerlo se había acabado la subvención.

Nuestro momento histórico: Estamos inmersos en grandes crisis, no sólo económico-financieras, sino también ecológicas, derivadas de la explotación de la naturaleza. Hablamos de superpoblación, y por tanto de problemas que se hacen más acuciantes e insostenibles (residuos radioactivos, agotamiento de recursos, envenenamiento y destrucción de océanos, bosques, pérdida de biodiversidad...). Todo eso ello en un mundo globalizado, dónde los valores y formas organizativas de cada cultura tienden a disolverse en una sociedad cada vez más uniformada y controlada, dónde las personas y los recursos se valoran meramente cómo algo que da o no beneficios. Ello está haciendo que la política esté regida básicamente por puros criterios y valores económicos, por encima de cualquier otros valores. Y ello lo vemos muy claro en las sucesivas medidas que están adoptando nuestros gobernantes en esta farsa financiero-especulativa en la que estamos metidos. En definitiva, todo ese sistema que hemos creado que de esclaviza y destruye a los seres humanos y al planeta, corresponde a su vez con una serie de problemas psicoespirituales y humanos propios de cada persona, que constituyen de alguna manera la raíz y el corazón de todos esos problemas. De esta manera, hace una distinción entre los problemas objetivos (superpoblación...), y los subjetivos (de los que hablaremos más detenidamente); y la interrelación que se da entre ambas. Además, hace hincapié en el término problemática, refiriéndose a un conjunto de problemas que se encuentran interrelacionados entre sí, a los que por tanto de nada vale unas soluciones aisladas, sino que esta problemática se debe abordar de forma sistémica y holística y de ello se ocupa Claudio Naranjo en este libro, apuntando hacia una transformación psicoespiritual de las personas a través de la Educación cómo la raíz que fundamental de la solución. A través de su trabajo, de su visión y de su programa, pretende que el ser humano evolucione hacia un estado de conciencia y reencuentro con su yo potencial verdadero, dejando atrás las limitaciones, condicionamientos y estrategias defensivas derivadas de traumas del pasado.

3

El surgimiento de los egos como raíz de los males de la sociedad: Cómo he dicho, Claudio considera que hay un isomorfismo entre los males de la persona y los males de la sociedad, reflejándose y retroalimentándose la una a la otra. Y es por ello, que precisamente hay que trabajar con esos egos para convertir a las personas en sujetos activos capaces de cambiar la historia, y así mejorar a la humanidad. En su lenguaje psicoanalítico, llama a estos egos “neurosis”, y considera que son como parásitos que se nutren de la persona y lo domina. A nivel individual, pero también a nivel de humanidad, hemos sufrido una serie de traumas que han condicionado y forjado dichas neurosis. Es por ello que tanto para el uno como para el otro, la vida ha sido muy traumática. Traumas que comienzan ya desde la manera en que se trata el parto en la posmodernidad (separación de la madre del hijo, cesáreas innecesarias, drogas, falta de tacto y sensibilidad...). Y a partir de ahí nos vamos encontrando con otras muchas experiencias que también van forjando esa personalidad enferma. Situaciones como por ejemplo la ruptura de las idealizaciones que los niños y las niñas hacen sobre los progenitores, o bien la falta de amor por parte del padre o la madre y las estrategias que desarrolla el niño o la niña para conseguir ese afecto... Por no hablar de todas las experiencias, influencias y condicionamientos que nos vamos encontrando a lo largo de nuestras vidas en la sociedad (escuelas, castigos, medios de comunicación, anuncios publicitarios...). A su vez, los propios defectos caracterológicos de los padres condicionan a los hijos, en un bucle sucesivo. Por eso es importante sustituir esos círculos viciosos por círculos virtuosos. Pero no sólo hablamos de cosas de los padres y las madres, sino que hablamos también de males que se palpan en el ambiente de una sociedades podridas de individualismo, egoísmo, de histeria, de agresividad, avaricia, hipocreía... (algo que percibe casi cualquier individuo). Y es precisamente en ese ambiente en el que vamos adoptando una posición continua de defensa y de falsificación de nuestro yo. Todo esto tiene consecuencias muy fuertes tanto para las personas como para la sociedad, y por ello es muy importante aprender a trabajarlos para reencaminar la sociedad y avanzar hacia ese potencial humano. Y es precisamente ese desarrollo más humano, más espiritual, el que se deja de lado de forma sistemática en los sistemas educativos. Y por tanto, es de urgente necesidad, recuperarlo y saber cómo ejercitarlo.

El reencuentro con la condición perdida: Y por ello, siguiendo la línea de autores como Rousseau, propone un camino de reencuentro con ese 4

algo más primitivo, amoroso y benigno que hemos perdido por el camino. Sería una evolución retrospectiva para el reencuentro con una potencialidad amorosa. Condición que “hemos perdido” en una sociedad repleta de violencia y explotación, en la que los seres vivos y demás seres de la naturaleza se tratan como meros objetos que se explotan sin apenas consideración alguna. Es lo que vemos cuando vamos al supermercado y vemos toda esa exposición de cadáveres y no nos preguntamos qué hay detrás, cómo han vivido esas criaturas... Son meros objetos, y nuestra consideración: el precio. Y sin embargo, la manera en que viven esos animales es horrible: confinados, maltratados, alimentados con porquerías químicas... Y ante todo esto nuestra alma se ha embrutecido y encallecido, hasta el punto que no somos sensibles ante todo esto. Ni ante las guerras o las injusticias propias de un sistema estructuralmente violento. Por ello propone esa evolución retrospectiva que apuesta por volver atrás un poco para encaminar el sistema económico hacia la sostenibilidad, sin tanto consumismo ni tanta leche propios de un sistema que nos tiene alienados y enajenados.

Un paseo por la historia de la humanidad: Así, nos habla un poco Claudio Naranjo del comienzo de las civilizaciones, del paso de la vida nómada a la sedentaria, del comienzo de la agricultura y el nacimiento del más allá. Hace miles de años, algunos estudios apuntan a que la organización social era mucho más matrística, en el sentido de que predominaban los valores relacionados con los valores relacionados con la mujer y lo femenino (la fertilidad, la afirmación de la vida, el cuidado del otro, la solidaridad tribal...), que estaban por encima de otros más propios de lo masculino (competitividad, agresividad...). Valores que han quedado subyugados a través de una sociedad patriarcal regida por el dominio, la competitividad y la negación de la vida. Una negación que se da desde el momento en que supedita la vida, la fuerza de trabajo, las necesidades, al mundo de los objetos “muertos. Una supeditación de la vida a la muerte que se produce también también desde que se da una abstracción del más acá por el más allá, sacralizando el cielo en lugar de la tierra...

¿Y cómo se produce ese cambio? Digamos que el cambio hacia la sociedad patriarcal se da a través del comienzo de la vida sedentaria, el asentamiento de las ciudades, el desarrollo de alfabetos... Así, poco a poco, con la masificación de personas en torno a núcleos de agricultura, comenzaron a constituirse jerarquías organizativas, que aunque en un primer momento se instituyen como autoridades benignas, con 5

ellas y con el tiempo llegaron el autoritarismo y la sed de poder y opresión (cómo sabemos much@s, la autoridad y el poder corrompen). Hablamos del surgimiento de grandes templos que veneran el más allá en detrimento de una sacralidad más terrenal, lo que nos lleva a una abstracción de la vida y el presente. Hablamos del comienzo de guerras, de la esclavitud... Hablamos también de la instauración de diferentes clases sociales, unas dominantes, otras dominadas; unas opresoras, otras oprimidas; unas creyéndose superiores y otras inferiores... Y así llegamos a un punto en el que de nuevo volvemos a la analogía entre la personalidad individual y la sociedad colectiva; y ante la necesidad en ambos casos de reencontrarnos con las heridas del pasado que nos hicieron actuar de una determinada manera, y que hemos seguido perpetuando por inercia. Haciendo un análisis psicoanalítico de la historia, y vemos que aún estamos en una etapa muy inmadura de la sociedad, y que dicha esa situación se está haciendo muy insostenible. Con el inicio del cristianismo y otros movimientos humanos (budismo, islamismo...), comenzó una vida más espiritual. Una vida que sin embargo acabó tornándose en una disociación muy grande entre el pensamiento y la acción (Se afirma que Dios es paz y amor pero las mismas personas llevan a cabo una inquisición sangrienta), que además se volvió muy represiva. Y de ahí nos vamos al Renacimiento y a la época de la Ilustración (reivindicación de los valores de la libertad individual, la igualdad, la justicia...). Seguimos con Nietzche y su destrucción de la hipocresía de la religión cristiana y de su alejamiento de la vida. Hablamos también de Freud y de su liberación sexual, y de un despertar de la conciencia colectiva muy grande en la época de los sesenta y los setenta (movimientos feministas, ecologistas, pacifistas, terapéuticos...). A este despertar del siglo XX sucedió una época de represión, una vuelta a lo anterior. Una noche oscura caracterizada por la contrarevolución burguesa en la que a través de la manipulación mediática se pretendió suprimir toda esa contracultura emergente. Esa noche oscura dio paso de una época de antiautoritarismo a otra de Estado policial en la que se impuso una desvalorización del marxismo hasta el punto que hoy en día se considera algo de mal gusto poner en entredicho al sistema capitalista... Hablamos de un fascismo encubierto a través de toda una retórica demagógica de “democracia” y “progreso”. Hablamos del paso de la música así más linda al punk (respeto al que le guste...); lo cual muestra la diferente manera en que se refleja parte del espíritu humano, un espíritu marcado por el relativismo y la pérdida de valores característicos de la posmodernidad. Todo apunta a un paralelismo entre progreso y decadencia, y es por ello que cuando hablamos de 6

crisis hablamos también de oportunidad, lo que nos ofrece la oportunidad de cambiar esta situación. Como dice el autor: nunca ha estado tan en nuestras manos el futuro de la humanidad, si los individuos que componemos esta sociedad realizamos una búsqueda interior de esos valores de paz y amor tan subyugados en nuestra sociedad. Y es que quizás todas estas crisis y situaciones carenciales que estamos viviendo sean necesarias para anhelar ese otro estado de cosas basado en el amor, la felicidad y la paz. Sin embargo, teniendo tanta información como tenemos, cuesta entender cómo no nos damos cuenta de la necesidad de ese cambio. Me contaba Toto, un amigo mío, que un jefe apache se preguntaba cómo teniendo tanto conocimiento como tenemos en los libros, puede estar la cosa tan jodida. Y bueno, a pesar de que la cosa esté jodía, muchos y muchas continuamos en la brecha buscando nuestro camino, atravesando sucesivas crisis existenciales, intentando dar luz a este mundo de tinieblas.

La metáfora de la mariposa: Así, comprendemos que esta sociedad capitalista y estas crisis que nos asolan hoy en día, no son algo propio de los último siglos, sino que es algo que viene de lejos, de algo tan viejo como la propia sociedad patriarcal. Una situación que es encuentra en una estrecha vinculación con las estructuras más profundas de nuestra mente. “Decir que nuestro mal reside en el patriarcado, equivale a decir que nuestro problema es tan viejo como la civilización, y que para salir del atolladero tendríamos que poner en cuestión cuanto hemos venido haciendo casi desde siempre. Cambiar una estructuras tan profundamente arraigadas que nos resulta muy difícil diferencia la naturaleza del ser humano de nuestro actual modo de ser, producto del condicionamiento”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo) En relación a la transformación de esa situación, nos propone Claudio la metáfora de la mariposa como el paso de un estado larval originario a otro más bello, y de cómo ese proceso requiere de células imaginales, que son aquellas que dirigen la futura formación de un organismo aún inexistente. Así, las personas que estamos en ese proceso de búsqueda de transformación y despertar, podemos hacer el papel de esas células imaginales encargadas de desarrollar el código genético de la futura sociedad.

7

Y en ese camino de superación de ese ego patriarcal que todos y todas llevamos dentro para de esa manera conseguir transformar la sociedad; Claudio nos propone que es fundamental que vayamos a la raíz del problema, es decir, a la propia mente patriarcal. Pero antes de hablar de la solución a dicha raíz del problema, vamos a hablar de la propia raíz del problema, que como he dicho, él relaciona con el patriarcado y una carencia de saber amar al prójimo y a uno mismo, y saber establecer relaciones humanas sanas.

Ahora bien, ¿en qué consiste esa mente patriarcal? Bueno, para poder contestar a esta pregunta, antes considero necesario entrar un poco en el universo teórico-conceptual de C. Naranjo, que propone una identificación de una serie de valores y actitudes con lo femenino (madre), con lo masculino (padre), y con lo infantil (niño). Cada polaridad se corresponde con un tipo de amor y con una serie de características: Masculino: Un amor-adoración, que infunde respeto y autoridad. Se suele asociar con el amor a las ideas o a los ideales, así como a lo celestial. Está emparejado con el intelecto, la razón, etc. Lo masculino también se relaciona con la fuerza, la competitividad, el individualismo... Femenino: Un amor-compasión, que infunde ternura, generosidad, que se caracteriza por su carácter empático. Relacionado con las emociones, con el amor a la naturaleza, a lo pequeño e individual (amor de madre a hijos, etc.). A este respecto, por ejemplo, podemos observar cómo se asocia la figura de la madre cuando hablamos de la “Madre Tierra”, y la del padre cuando hablamos de “Padre Celestial”. Sin embargo, aunque en esta introducción daremos algunas pinceladas respecto al tema de la divinidad y la religión. Se relaciona con el aquí y el ahora, lo terrenal, el amor y cuidado del otro... Infantil: Un amor-goze hacia lo relacionado con los instintos, los placeres, y la felicidad. Sin embargo, estos tres factores (femenino, masculino e infantil), trascienden a su simplista identificación de lo masculino con el hombre, lo femenino con la mujer, y lo infantil con el niño; sino que más bien, a pesar de que lo masculino tiene bastante correlación con el hombre, lo femenino con la mujer, y lo infantil con l@s niñ@s, lo trascienden. De tal manera que todos los individuos, seamos hombres o mujeres, tenemos esa estructura tripartita, todos tenemos algo femenino en nosotr@s, también algo masculino y algo infantil. Asimismo, la humanidad, o más correctamente, las diferentes culturas, civilizaciones, son a su vez

organismos que también

contienen esa estructura tripartita. Sin embargo, ocurre que a lo largo de la historia de la humanidad, se ha ido produciendo un fuerte y terrible (por sus consecuencias) desequilibrio de dicha estructura tripartita. Ese desequilibrio se ha 8

tornado en lo que C. Naranjo denomina “Mente Patriarcal”, que es una preponderancia de lo masculino, y de la figura del padre. Al darse ese desequilibrio, todo lo positivo que puede tener lo masculino, o la figura del padre, se transmuta en negativo, pues pierde todo lo positivo de lo femenino y de lo infantil, de la madre y del niño, que son los que estaban contrarrestando esos aspectos negativos de lo masculino y del padre. Dicho desequilibrio se traduce en una “conciencia o mente patriarcal” que se puede desglosar en diversos aspectos, a diferentes niveles, tanto de lo individual como de lo social. “Llamaré “mente patriarcal”, o, si se quiere, ego patrístico para referirme a ese complejo de violencia, desmesura, grandeza e insensibilidad que parece haber surgido entre los hombres ante la crisis de supervivencia que sobrevino hará unos 6000 años, cuando ciertas poblaciones agrícolas arcaicas indoeuropeas y semitas tuvieron que volver a hacerse nómadas y terminaron por convertirse en comunidades de guerreros depredadores. [...] Al decir que una “mente patriarcal” subyace al problema patriarcal de la sociedad, he caracterizado a ésta , hasta ahora, como una sociedad en que las relaciones de dominio-sumisión y de paternalismo-dependencia interfieren en la capacidad de establecer vínculos adultos solidarios y fraternales [...] Así como domina el “pater familias” sobre “su” mujer y “sus” hijos, domina en nosotros la voz de la sociedad patriarcal represiva sobre la voz de nuestro aspecto materno y sus valores matrísticos, e igualmente sobre nuestro “niño interior”. De esta mente patriarcal, naturalmente, han cristalizado nuestras formas de vida, instituciones y leyes, que en una crisis de obsolescencia, nos vemos en la necesidad de reconsiderar y, tal vez, dejar atrás”. (Claudio Naranjo, La mente patriarcal). El desequilibrio en nuestra estructura patriarcal, es decir, “la mente patriarcal”, se ha extendido y se extiende a través de instituciones religiosas, educativas, medios de comunicación de masas y demás agentes socializadores (como la familia, etc.). Y todo este desequilibro, esta hegemonía de lo masculino, de la figura del padre, se refleja en el estado de sumisión al que el hombre ha reducido a la mujer y al niño, tanto a nivel individual, como social. Es como que una especie de principio paterno se ha infundido a toda la sociedad, y eso ha venido ocurriendo tanto a través de la religión del gran padre celestial al que todos debemos devoción y sumisión (o si no iremos al infierno), como a través de las instituciones “educativas” (con la figura del maestro al que todos deben obedecer, los deberes, las obligaciones, etc.), pasando por las familias, en las cuáles tanto la figura de la mujer como la del niño estaban sometida a la figura paterna. Sin olvidar la figura paterna en la que se convierten los Estados a través de gobiernos paternalistas que buscan generar ciudadanos obedientes, sumisos, dependientes, egoístas, e incapaces de determinar por si mismos sus propias vidas. La televisión encarna también el principio paterno, por el mero hecho de que las personas tienen

9

que sentarse y ver, limitarse a ser seres pasivos y creer todo lo que esta dice. La televisión se convierte así en un padre que va informando (en el sentido de inducir una forma concreta) a su mujer e hijos. Por ejemplo, en los telediarios vemos constantemente a la figura paterna (Matías Prats, etc.), concediéndole nosotr@s total credibilidad. Está muy estudiado cómo debe ser el tono de voz, los rasgos, las imágenes, etc., para llegar a alcanzar esa credibilidad. Así, la televisión se convierte en una especie de Dios Padre que configura nuestra existencia, y nos manipula, entre otros medios a través de la manipulación de nuestras emociones, pulsiones e institntos. Lo patriarcal también está intrínseca e intensamente relacionado con una negación de la vida, de lo corpóreo, del mundo de la acción, de lo concreto, del aquí y el ahora. Esta negación de la vida se manifiesta de muchas maneras, como por ejemplo, a través de la cantidad de asesinatos de animales que día tras día se producen en las factorías de “alimento cárnico”. En general, se trata de la negación de la vida digna, tanto de los seres humanos como del resto de animales (o del medio ambiente mismo). Negación de la vida que se produce constantemente al ingerir tóxicos como el tabaco, el humo de los coches, las grasas hipertrofiantes de las hamburguesas del MacVomit... O la negación de la vida que se produce cada día que no sabemos vivir, cada día que postergamos nuestra libertad en pos de una falsa seguridad y una inestable y aparente “estabilidad” que sostienen los pilares de nuestra existencia en base a miedos, desconocimientos y odios. Y es que como señala C. Naranjo, la “mente patriarcal”, con su adoración a lo divino, al más allá y al mundo de las palabras (alejadas de los hechos), hace que nos alejemos de la vida, de lo inmanente e inmediato; que se atrofien nuestros sentidos; que nuestra conciencia no sea consciente de muchas cosas; que no nos escuchemos a nosotr@s mismos; que pongamos la consecución de la felicidad en la materialización de nuestros caprichos consumistas. Se produce una negación de lo corpóreo que se refleja en la represión sexual, en la obsesión por tapar nuestra desnudez como si fuera un pecado, algo malo. No será hasta que con Platón se produzca una transmutación de los valores, y se pase de lo corpóreo al mundo de las ideas, y de ahí a la adoración de un gran Dios Padre y la creencia de que esta es una vida transitoria cargada de sufrimiento en la que tenemos que resignarnos y ser sumisos y obedientes si queremos alcanzar el perdón divino y su cielo. En esa transmutación de los valores que ya Nietzche señaló como el comienzo de la decadencia, se producen una serie de cambios. Cambios que tienen el común denominador de alejar cada vez más el mundo de la palabra del de la acción, la vida del más allá. Así, el catolicismo promueve y potencia el pudor hasta la exageración, mientras “enarbola la 10

bandera de la compasión”. Sin embargo, tal y como ocurre hoy en día, fruto de esta “mente patriarcal”, las palabras distan de los hechos, los políticos se llenan la boca de palabras como “libertad, igualdad, justicia, etc.”, mientras que invaden países expandiendo su imperio, a la fuerza. La ternura, la espontaneidad, la generosidad, la compasión, la mirada al otro desde el corazón..., todo ello y mucho más queda reducido a la marginalidad en las culturas patriarcales que se han globalizado a día de hoy. Esos valores que se asocian a lo femenino, como pueden ser la empatía, la solidaridad (el amor a los demás y a uno mismo); o a los niños, como puede ser el deseo de disfrutar de la vida, de la libertad, de los instintos, etc.; han quedado reprimidos por la voz desmedida de la autoridad paterna, que a modo de policía se ha metido en nuestras cabezas, y ha formado un gobierno represivo y dictatorial que nos ha confinado a ver la vida a través del intelecto (¡y ni eso!). Así pues, el patriarcado se ha encargado de discriminar, marginar, reprimir, y odiar lo femenino y lo infantil. “En el dominio masculino puede verse la raíz del predominio de la razón sobre la emoción en la mayor parte del mundo civilizado, así como el predominio de la explotación sobre el cultivo, de la agresión sobre la ternura y de la competencia sobre la colaboración”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo).

Trascendiendo la mente patriarcal: La superación a toda esta situación pasa porque el individuo realice una guerra santa contra su ego, en un equilibrio formado en un abrazo a tres intrapsíquico entre la madre, el padre y el hijo; algo que Claudio considera la clave de la salud y el desarrollo de seres humanos completos; de tal manera que no exista ni la tiranía del intelecto, ni el emocionalismo desequilibrado, ni la anarquía de la impulsividad; logrando un equilibrio entre cada uno de los tipos de amores. Y es a través de una superación individual masiva como considera Claudio que puede darse ese cambio, y para ello, como decía al principio, nada mejor que una transformación de los sistemas educativos.

¿Cómo sería un mundo equilibrado fruto de seres completos? Ese mundo, según Claudio Naranjo, tendría presente los siguientes elementos y principios: · Una nueva democracia en el que el poder de decisión recaiga en las personas sobre las que recaen los efectos de las decisiones, dando paso a una autodeterminación de las comunidades locales. El poder menos local siempre se encontraría supeditado a esa autoridad local. 11

· Una ecología sostenible en el que la satisfacción de las propias necesidades no compromete a las generaciones futuras ni empobrece la riqueza de la vida. · Herencia común y reparto equitativo de los derechos públicos: aguas, tierras, aires, educación, salud, alimentación.... · Diversidad biológica y cultural. · Cumplimiento de los derechos humanos. · Derecho a poder trabajar y elegir trabajo en condiciones dignas. · Equidad como alternativa al abismo existente entre países ricos y pobres y entre pobres y ricos de un mismo país; así como entre hombres y mujeres. · Principio fundamental de precaución antes de poner en circulación determinados productos tóxicos para el consumo humano. No basta con una política de precaución en la que haya que presentar una prueba categórica de daño antes de poder suspender la distribución de ciertos productos, eso no es suficiente. Hay que ir más allá. · Hablaríamos de una organización heterárquica entre la autoridad, la anarquía y la comunidad; en el que un conjunto de seres sanos y completos redunden a su vez en un enriquecimiento de la comunidad (y viceversa). Un equilibrio en el que operen de forma equilibrada la voz de los sabios, la de la comunidad y la capacidad de autogobierno de los individuos. · El equilibrio de la conciencia radicaría sobre una visión piramidal en el que la base con sus vértices correspondería a los aspectos: madre, padre y tierra; y la punta superior correspondería a la nada en la que el individuo se desidentifica lo suficiente de sus aspectos emocionales, volitivos e intelectuales para que ninguno de ellos se alce sobre los demás. “Sólo aprendiendo a vaciar nuestra mente o desidentificándonos de sus contenidos a través de la práctica del desapego que implica la meditación, podemos trascender el pensamiento compulsivo, serenar nuestras pasiones y a la vez liberarnos de la obsesiva búsqueda del placer y la igualmente obsesiva evitación del dolor que caracterizan a la mente ordinaria”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo, página 88).

¿Qué hay que cambiar? Males de la sociedad, males del Ego Cómo ya he dicho, la transformación social debe ir de la mano de una transmutación profunda de los males de las personas y de la sociedad. Pero, ¿qué males?

12

· La violencia: Hablamos de guerras, de orgullo por las victorias militares... La guerra no es intrínseca a la naturaleza humana, aunque sí a los estados soberanos. Hablamos de la propia violencia del sistema. Hablamos de un colonialismo agresivo enmascarado hoy en día. Hablamos también de la violencia propia de los Estados contra las personas que se oponen a una serie de injusticias propias de un orden establecido. Pero no solamente hablamos de asesinatos, guerras y palizas. Hablamos también de una insensibilidad ante el dolor y la muerte. Una condición desalmada. Una violencia que se manifiesta en las decisiones que anteponen el lucro a la vida. La violencia que está implícita en la decisión del mundo de regirse según los intereses de sus adinerados hombres de negocios a costa de grandes sufrimientos, pobreza, destrucción y desamparo por parte de una fracción alarmantemente creciente de la población. Por ello es fundamental que pongamos límites a esta violencia que se manifiesta en una gran patología social de abusos, drogadicciones, asesinatos, depresiones... Y para ello, una de las mejores esperanzas es la prevención a través de la educación. · La represión, el moralismo, la mentalidad policial y la xenofobia: Hablamos de una represión que criminaliza la transgresión de aquello que la autoridad define que es lo correcto a través de un moralismo que exalta unos determinados valores despreciando otros. Hablamos de una represión muy grande que está presente en muchísimas sociedades, por mucho que creamos que nuestra sociedad no es represiva (represión que se vuelve muy sutil...). Es por ello que la rebeldía de los niños ante los sistemas educativos insanos no debe ser considerado como algo malo. “Hasta los colegios empiezan a parecerse a las prisiones, ya que los niños, tal vez menos enajenados de su instintividad y de su intuición, reaccionan con violencia contra el carácter autoritario de lo que se le ofrece a manera de educación. En efecto, los niños perciben cada vez más la irrelevancia de una instrucción que tiene que poco que ver con su situación existencial; y se rebelan ante profesores que parecen no estar suficientemente despiertos a la vida para percatarse de tal irrelevancia, con el resultado de que a veces, en su impotencia, se ponen destructivos”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo , página 97). Hablamos de una represión de la instintividad y de un control de la conducta ajena de las personas. Y ese tipo de represión radica en la creencia de una superioridad de unas personas respecto a otras (xenofobia si es con un grupo respecto a otro). Ante esta situación, el autor considera que la clave radica en llevar a cabo una liberación interior a 13

través de la educación, pero de una educación que de lugar a la espontaneidad y a la autenticidad de las personas en el mundo. · El autoritarismo: Un autoritarismo que persiste también en los regímenes modernos, aunque de forma más sutil. Un autoritarismo que precisamente se sirve tanto de la violencia como de la represión. Un autoritarismo que está presente en algunas concepciones familiares en las que la figura del padre representa una autoridad incuestionable. Un autoritarismo que se refleja fuertemente en las escuelas. Que se manifiesta desde hace milenios (monarquías, iglesia, burocratización...) a través de la imposición del mismo. Un autoritarismo que genera personas compulsivas y patológicamente dominantes o sumisas. A día de hoy, aunque esa figura paterna se ha desidealizado tanto en las familias como en la sociedad (en la cual hay un desprecio general hacia la autoridad), ese autoritarismo persiste, y lo hace a través del mundo de los negocios y de los poderes económicos por parte de una serie de corporaciones que siendo una minoría controlan la mayoría de las riquezas económicas del mundo. Y de esa manera el autoritarismo persiste en tanto que las personas siguen creyendo en esa falsificación de la realidad que pretenden naturalizar, para lo cual se sirven de los medios de comunicación y de la retórica capitalista pseudodemocrática; en la que creemos que somos libres y no estamos en un Estado totalitario cuando efectivamente lo estamos. “¿Podemos hablar de un gobierno del pueblo por el pueblo porque simplemente podemos votar cada cuatro o cinco años por un bienintencionado títere u otro? No creo que podamos aspirar a una verdadera democracia sin una Educación adecuada en la que se cultive el sentimiento comunitario y se ayude a las personas a hacerse libres y autónomas. Una Educación que nos guíe hacia una sana relación con nuestro entorno interpersonal y un sentimiento comunitario”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo). · Conformismo y Status quo: Conformismo que se caracteriza por una tendencia a plegarse a los dictados de la autoridad y por una pereza a través de la desconexión con los deseos más íntimos. De esa manera el autoritarismo se complementa con el conformismo por parte de unas personas que ceden pasivamente ante la autoridad. Al hablar de Status quo nos referimos a la resistencia que ofrecen las instituciones a los cambios y a las innovaciones e iniciativas creativas (fruto de la burocratización).

14

Y es ese conformismo, ese no querer tener conflictos, esa estrechez de miras y de conciencia; la que lleva a que cada vez nos vayamos alienando más y más en una sociedad robótica, neurótica y cada vez más acelerada en la que siempre vamos corriendo. En la que lo más importante es la productividad; y en la que apenas dejamos tiempo para la serenidad, para el contacto profundo con uno mismo. Y precisamente es muy importante dar la vuelta en este sentido, y dar lugar a lo sagrado en una sociedad tan secularizada, mundana y dominada por los valores productivistas, a través de un trabajo de la propia persona para que esta ejerza un papel activo respecto a la reconstrucción de sus hábitos sociales. Y en este sentido, nuevamente la Educación juega un papel muy importante en lo relativo a poder trabajar con el autoconocimiento y las relaciones interpersonales. · La mentira y la ilusión de que el dinero compra la felicidad: Hablamos de una farsa en la que a través de la mentira de que el dinero compra la felicidad, ocurre algo parecido a la situación de una madre reconciliadora que trata de evitar conflictos entre un padre autoritario y los deseos del hijo. Es en definitiva la farsa del consumismo y el sueño americano. Una mentira que llevada a nivel social hace que las personas internalicen una realidad como si fuera buena y verdadera, cuando en realidad es una farsa para mantener a una élite gobernante sobre una masa dominada que se cree libre y superior a otras. El dinero y el consumismo como la gran mentira del siglo XXI que nos lleva a continuar en estas ruedas de hámster carentes de sentido. El dinero como el principal problema en un mundo en el que lo más importante es la máxima ganancia sin tener en cuenta los costes medioambientales que dejamos por el camino, en el que aumenta la brecha entre ricos y pobres, y en el que tiende a considerarse que los aspectos económicos son los únicos que debemos abordar para lograr esa transformación (lo cual no es la raíz del problema); de manera que nos convertimos en esclavos del mercado “en la medida en que decidimos dar prioridad a la motivación de lucro sobre el de darle sentido a nuestra vida y cultivar relaciones humanas saludables” (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo, página 114). Debe llegar un momento en que otros valores estén por encima del valor del dinero, porque somos mucho más que el hommo econnomicus que nos quieren hacer ver algunos economistas. Y de nuevo, en este mundo dominado por las tinieblas, parece que la mejor esperanza vuelve a ser la educación para educar niños y jóvenes de hoy de tal manera que más tarde puedan ser seres sanos y sabios que quieran y puedan crear un mundo mejor.

¿Cómo podríamos lograr ese cambio? Como he dicho no una, ni dos, ni tres, sino cinco veces en el epígrafe anterior, la respuesta pasa 15

por la Educación. Pero no hablamos de cualquier Educación: “La Educación de hoy es notablemente irrelevante para el desarrollo humano, y esta irrelevancia puede bien ser la manifestación más significativa de la mortífera acidia 1 en el mundo moderno. Como un elefante blanco con las mejores intenciones, el sistema educativo está entorpeciendo su propia función a través de su condición fosilizada. Si llegase a comprender cabalmente cómo en su obsolescencia perpetúa nuestra inmadurez colectiva, y se decidiese a emprender un rumbo nuevo; podría contribuir a nuestra evolución social más que ninguna otra cosa.” (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo, página 109). Si bien cuesta entender cómo con tantos recursos que tenemos, con tanta inversión económica en sistemas educativos, con tantos académicos y académicas, conferencias, libros, etcétera; persiste tanto esa inercia institucional en el ámbito educativo. “Una escuela en la que los asuntos existenciales se ahogan sistemáticamente por una situación en la que falta el encuentro humano y el diálogo en torno a lo que pasa en las mentes, familias y entorno de los alumnos, a los que se exige estar quietos en sus bancos y se entrene la obediencia. […] Yo pienso que ir al colegio hoy en día es como comer arena, comer algo que no alimenta, cuando se intuye que hay otras cosas que sí sería relevantes. Es criminal hacer perder el tiempo, energía y años de vida a la gente con el pretexto de que eso es lo que necesita, cuando lo que necesita precisamente es otra cosa que ayude al desarrollo humano”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo, página 115). Por ello, un primer paso fundamental es lograr que la escuela logre recuperar ese aspecto de desarrollo humano-espiritual que ha dejado de lado. Dar paso a lo terapéutico en lugar de considerarlo como un tabú. Superando esos prejuicios ante lo espiritual y terapéutico. Debemos por ello reorientar la labor del docente, para que en lugar de limitarse a tareas quasimecánicas (lo cual es recomendable que recaiga sobre otros medios como los informáticos y audiovisuales), se reoriente hacia la educación interpersonal y la ayuda al desarrollo de comunidades. Una Educación verdaderamente más relevante para la vida, para la convivencia feliz. Para lo cual es fundamental una reeducación de los educadores y las educadoras. Para ello Claudio nos propone el SAT, un programa de humanización y autoconocimiento para educadores y educadoras dividido en módulos de 10 días sucesivos del que hablé anteriormente. “Un programa que provoca una inyección espiritual universalista y no dogmática, que incluyen prácticas concretas que sirven al cultivo de la mente, a la equilibración y a un proceso de

1 Con esta palabra el autor se refiere a la inercia psicoespiritual contraria a ese necesario desarrollo psicoespiritual de cada persona.

16

autoconocimiento guiado que no sólo lleva a unos cambios de conducta, sino a una transformación más profunda en la esencia de la maduración humana.” (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo), página 144). En este programa Claudio combina la terapia gestáltica, la meditación, el movimiento expresivo, el Tai Chí, la eutanía, el teatro expresivo, la psicoterapia integrativa y la integración de todo ello; a través de lo que él denomina como “un proceso de humanización y apertura al amor a través de un molino de moler egos”; pasando por la conciencia del ego y un proceso guiado de insight2 intrapersonal e interpersonal, confrontación de la propia personalidad, cultivo de la neutralidad e inhibición de las necesidades neuróticas. A través de esa (trans)formación de las educadoras y los educadoras es como podemos llegar a una Educación integral, en el sentido de desarrollar tanto la equilibración de la que hablaba (sobre los tres cerebros y el aspecto filial, paterno y materno), como un desarrollo integral del cuerpo, de las emociones, del intelecto y del espíritu. Para ello debemos apostar por recoger las diferentes voces y visiones de diferentes autores, autoras y experiencias: Dewey, Montessori, Piaget, Steiner, las escuelas Waldorf, Rousseau; para hacer una síntesis integradora que ayude al desarrollo humano. Una Educación que se hace de urgente necesidad porque tenemos más que nunca la opción de seguir siendo gusanos o convertirnos en mariposas. Y la verdad es que no somos unos gusanos cualquiera, sino que tenemos una capacidad destructiva nunca antes conocida. Por lo tanto, ¿es un lujo esa Educación o es algo prioritario? Eso ya lo dejo para que cada cual decida, aunque dejo ahí la siguiente reflexión: “¿Cómo es posible que se gasten miles de millones de dólares al día en armamento mientras que cada vez hay una superpoblación más empobrecida y carente de alimentos? ¿No sería razonable dedicar esta suma a un programa de restauración de la Tierra que incluyese como más urgentes las necesidades de atención ecológica y de desarrollo de la conciencia? Y poder así nadar hacia una nueva conciencia, trascendiendo esa condicionamiento milenario y obsoleto que estamos padeciendo, hacia un nuevo orden mundial. Lejos de ser un lujo una Educación de la persona entera para un mundo total, es una necesidad urgente, y es también nuestra mayor esperanza. Todos nuestros problemas es simplificaría enormemente sólo con alcanzar una adecuada salud mental”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo).

2 El insigth es un proceso a través del cuál la persona percibe, comprende y siente una verdad relativa a su ser, provocando así cambios en la estructura profunda del sujeto, y por tanto también en sus conductas.

17

El potencial transformador de la Educación: La Educación encierra ese potencial, y eso es algo que podemos ver cada día. Ya Hitler descubrió que controlando la Educación podía controlar a la sociedad; aunque claro, estaríamos hablando de un control de la Educación muy diferente. Una Educación que ofrezca a la juventud la posibilidad de convertirse en seres humanos completos, una Educación que se encargue de propiciar la liberación de los humanos. En realidad, maś que un control de la Educación, hablamos de un contra-control de la misma. “Si hablamos de formar los hombres que el mundo necesita, debemos admitir que entonces, necesariamente, no se tratará de educar desde y para el conformismo, sino para la libertad y la autonomía, pues un mundo verdadero sólo será posible en base a contar con auténticos individuos”. (Claudio Naranjo, Cambiar la Educación para cambiar el mundo, página 155). Se trata de una Educación para que el individuo desarrolle su potencial humanitario, para que trasciendo su propio yo y se sienta parte de la humanidad. Por eso se dice que es una educación integral para un mundo total.

¿Qué herramientas van a favorecer ese desarrollo integral? Desarrollo intra e interpersonal: Una herramienta muy potente está relacionada con los grupos. Por ejemplo, el trabajo colaborativo de las tareas, en el el grupo se tiene que coordinar y ponerse de acuerdo. También estaría la toma de decisiones compartida, el consenso, el asamblearismo... Todas ellas son dinámicas muy potentes para trabajar el “yo” y el nosotr@s”. “Un individuo no puede sentirse verdaderamente completo si carece de una visión global del mundo, si no posee un sentimiento de hermandad. Necesitamos una Educación que lleve al individuo hasta ese punto de madurez en el que elevándose por encima de la perspectiva aislada de su propio yo y de la mentalidad tribal, alcance un sentido comunitario plenamente desarrollado y un a perspectiva planetaria”. (Cita, página 155). Desarrollo físico: A un nivel físico, hablamos de la autoconciencia a través del movimiento (Felderkrey), la eutonía (Alexander), la integración psicomotríz relacional, pero además hablamos también de otros enfoques más tradicionales relacionados con el Tai Chi, el Hatta Yogah... Pero lo físico no se queda ahí, sino que su desarrollo educativo incluye otros aspectos relacionados

18

con la vertiente física como el cuidado doméstico, el arte culinario, la artesanía en general... Porque hablamos de un equilibrio entre lo práctico y lo intelectual. El desarrollo emocional y comunicativo: A la hora de hablar del trabajo de los sentimientos, del desarrollo de habilidades para la comunicación humana y de la expresión personal; podemos utilizar las técnicas de dramatización, de expresión, de identificación de sentimientos, el contacto bien guiado con el patrimonio literario y artístico del mundo entero... Hablamos de muchas herramientas psicoterapéuticas y terapéuticas existentes, cómo los que ofrece por ejemplo la terapia gestáltica. Pero lo más importante, todo ello encaminado el al buen desarrollo de la capacidad de amar. El desarrollo cognitivo: En cuanto al desarrollo cognitivo, pues por un lado habría que reducir muchísimo el currículum academicista y hacer una economía del tiempo y energía del alumnado para no sobrecargarlo con cosas fútiles y estériles que no lo van a hacer crecer ni cognitivamente ni en otros aspectos. En su lugar, intentar promover un tipo de aprendizaje de desarrollo de habilidades en un contexto de contenidos generales que nos permitan tener un pensamiento integrativo sobre el mundo. Además aprovechar el potencial que pueden proporcionar muchos juegos, y utilizar todas las posibilidades que nos ofrecen los recursos audiovisuales e informáticos. A través también de ejercicios como el pensamiento lateral (De Bono), el entrenamiento en el análisis de las preposiciones implícitas, el pensamiento dialéctico, la educación no verbal (Feurestein). Es decir, hay muchos tipos de ejercicios de desarrollo de habilidades cognitivas, pero ante todo debemos tener presente que ya no se trata sólo de la cantidad de conocimientos adquiridos, sino sobretodo de las habilidades cognitivas que desarrollemos en dicha adquisición. O las matemáticas que también tienen un extraordinario valor en cuanto al desarrollo de dichas habilidades cognitivas. O la música, también conocida como matemáticas sensibles. Y hacerlo todo buscando desarrollar una armonización entre los dos hemisferios cerebrales. El desarrollo espiritual: En cuanto al desarrollo espiritual, hablamos de un desmoronamiento del ego a través de enseñar a trascender el propio carácter y atravesar el proceso de liberación de los propios obstáculos interiores así como de los condicionamientos externos. Hablamos de favorecer las características o cualidad relacionadas con la meditación (capacidad de concentración, de serenamiento, de quietud, calma, desapego, amar, sacralización de la vida, claridad...).

19

Una Educación que no sea dogmática, sino transistémica e intercultural, de tal manera que no caiga en particularismos, sino que tenga en cuenta toda la herencia espiritual de la humanidad, que tenga en cuenta la esencia de las enseñanzas espirituales del mundo entero, y se subraye la experiencia universal común que todas ellas simbolizan, interpretan y cultivan de manera diferente. Claudio Naranjo considera que la mejor época para trabajar estas enseñanzas es en la época de la pubertad (a menos que queramos que se convierta en un lavado de cerebro...). Una enseñanza espiritual que no se puede quedar en un terreno teórico, sino que debe tener una dimensión práctica que dote de herramientas que nos permitan llevar esa evolución a nuestro día a día. Y por supuesto, estas mismas herramientas deben estar presentes también en la formación del profesorado, algo que es relativamente sencillo.

Conclusión Desde mi punto de vista, este cambio es posible, y además, no es muy costoso. Basta con que se de una voluntad social y política, y se empiecen a introducir. Además de no ser muy costoso, es algo muy eficaz, tanto para el alumnado como para aquel profesorado que se encuentra quemado, sin salidas, incapaz... Una Educación que conduce a las personas a la apreciación del momento presente a través de la profundización de la experiencia en el aquí y el ahora, algo que percibo como muy presente en metodologías como la de María Montessori, de la cual hablaré en la siguiente ampliación de contenidos. De Claudio Naranjo y su libro, no me extiendo más, pues no bastan las palabras, sino que desde hace tiempo me sumerjo en un desarrollo personal a través de la meditación, el yoga, las lecturas, la alimentación, el cuidado de mis hábitos de consumo, la introspección y análisis de mi carácter y de mis hábitos relacionales... Si algo me han servido las palabras de Claudio Naranjo, es para darme cuenta de que nos bastan las palabras si quiero ser un buen educador.

20