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Los falsos amigos desde la perspectiva de la teoría de conjuntos Pedro José Chamizo Domínguez Universidad de Málaga Abs

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Los falsos amigos desde la perspectiva de la teoría de conjuntos

Pedro José Chamizo Domínguez Universidad de Málaga Abstract

This talk deals with the topic of false friends, a phenomenon of linguistic interference which uses to drive translators and language teachers mad. Given that this conference mainly deals with applied linguistics, my contribution will be focused on the following aspects: False friends and figures of speech, classification of false friends, sets and false friends and pragmatic strategies when translating false friends.

Keywords: False friends, linguistic interference, figures of speech, sets, pragmatic strategies and translation.

Resumen

Esta ponencia trata del tema de los falsos amigos, un fenómeno de interferencia lingüística que suele traer de cabeza a traductores y profesores de idiomas. Puesto que este congreso trata principalmente de lingüística aplicada, mi intervención se centrará en los siguientes aspectos: Falsos amigos y figuras del lenguaje, clasificación de los falsos amigos, conjuntos y falsos amigos y estrategias pragmáticas en la traducción de los falsos amigos.

Palabras clave: Falsos amigos, interferencia lingüística, figuras del lenguaje, conjuntos, estrategias pragmáticas y traducción.

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1. Introducción El fenómeno de interferencia lingüística conocido como “falsos amigos” es un asunto que suele traer de cabeza a traductores y profesores de idiomas. A los primeros porque la correcta intelección del resultado de su trabajo depende de que no hayan sido víctimas de las trampas saduceas que los falsos amigos suelen tender al más experto de los traductores. A los segundos porque, dado que su objetivo no es otro que el de enseñar el uso correcto de la lengua de que se trate, tal objetivo no podrá ser alcanzado si no consiguen que sus alumnos tengan muy en cuenta que muchas veces el hecho de que dos lenguas dadas compartan dos significantes iguales –o muy parecidos– no implica el que los significantes en cuestión compartan también los mismos significados. Precisamente por ello en la literatura sobre los falsos amigos suelen abundar los trabajos escritos desde un interés normativista y docente, donde de lo que se trata es de establecer una nómina de términos que comparten sus significantes en dos (Cantera et al., 1998; Postigo Pinazo 1997 y 2005; Prado, 2001; Szpila, 2003; Walsh, 2005) o más lenguas dadas (Hill, 1982) pero que difieren total o parcialmente con respecto a sus significados. Ahora bien, estos trabajos suelen estar hechos desde una perspectiva sincrónica en la que se obvia cualesquiera consideraciones diacrónicas, amén de cualesquiera consideraciones teóricas sobre asuntos tales como el de por qué dos términos dados se han convertido en falsos amigos o el de las estrategias pragmáticas que puede llevar a cabo el lector de una traducción cuando se sospecha de que el traductor haya sido víctima de los falsos amigos. De ahí que en este trabajo intentaré aludir a estas cuestiones. 2. Clasificación de los falsos amigos Aunque los falsos amigos se han clasificado de diversas maneras, una primera distinción entre ellos es la que separe los falsos amigos por casualidad de los falsos amigos semánticos. Los falsos amigos por casualidad son aquellos significantes en dos o más lenguas dadas que no tienen ninguna relación etimológica entre sí. Así, por ejemplo, el sustantivo polaco y ruso kurwa (puta) y el 1112

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castellano curva comparten grafía y fonética muy similares sin que haya entre ellos ninguna relación etimológica. Es más, el sustantivo polaco es uno de los más disfemísticos en esa lengua, mientras que su falso amigo por casualidad castellano es axiológicamente neutro. Los falsos amigos por casualidad funcionan como los términos homónimos dentro de una sola lengua. Así, los dos significados del sustantivo inglés leech (‘sanguijuela’ y ‘médico’) es un caso típico de homonimia, aunque la etimología popular los haya asimilado. Como norma general se puede decir que los falsos amigos por casualidad son más frecuentes entre lenguas que no están genéticamente relacionadas. Los falsos amigos semánticos son aquellos significantes en dos o más lenguas dadas que comparten un origen común, pero que difieren total o parcialmente en cuanto a sus significados; lo cual implica que, a diferencia de los falsos amigos por casualidad, su presencia será mayor en lenguas que estén genéticamente emparentadas. Los falsos amigos semánticos se pueden dividir a su vez en falsos amigos semánticos totales y falsos amigos semánticos parciales. Los falsos amigos semánticos totales son aquellos pares de significantes que, a pesar de compartir un origen común, difieren completamente en cuanto a sus significados. Así, el sustantivo francés bagne (prisión, mazmorra, castigo, trabajos forzados, cruz) y el castellano baño pueden se considerados en el momento sincrónico actual como casos paradigmáticos de falsos amigos semánticos totales, aunque en el pasado solo lo fuesen parciales. Como resultado de ello, cuando dos términos son falsos amigos semánticos totales, el uno no puede ser sustituido por el otro sin que cambien los valores de verdad de las oraciones en las que se lleva a cabo la sustitución. Por su parte, los falsos amigos semánticos parciales son aquellos pares de significantes que en dos lenguas dadas comparten al menos uno de sus significados mientras que difieren en otro u otros significados. Así, por ejemplo, el sustantivo alemán Ordinarius puede ser sustituido, salva veritate, por el sustantivo castellano ordinario cuando significa obispo o arzobispo, pero no cuando significa profesor.

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3. Conjuntos y falsos amigos Siendo las cosas así y desde el punto de vista de la teoría de conjuntos, el fenómeno de los falsos amigos puede ser enfocado desde las tres situaciones paradigmáticas en que se pueden encontrar dos conjuntos dados: disjunción de conjuntos, inclusión de conjuntos e intersección de conjuntos. Y este punto de vista se me antoja que no solo tiene relevancia teórica, sino que también puede tenerla en el orden práctico desde el momento en que puede ayudar a presentar intuitivamente este fenómeno de interferencia lingüística y hacerlo más accesible a los estudiantes. 3.1. Disjunción de conjuntos Dos conjuntos son disjuntos cuando no tienen miembros en común. Si consideramos los diversos significados de un significante como miembros del conjunto del significante en cuestión y que no coinciden con ninguno de los significados del mismo (o similar) significante en otra lengua dada, entonces los falsos amigos por casualidad y los falsos amigos semánticos totales son casos claros de conjuntos disjuntos. En ninguno de los dos casos es posible cumplir con las exigencias del principio de sustituibilidad salva veritate. Así, puesto que el sustantivo castellano chumbo y el portugués chumbo (plomo) son casos paradigmáticos de falsos amigos por casualidad, la errónea sustitución del uno por el otro hará que cambien los valores de verdad de las oraciones en que se lleve a cabo tal sustitución. De modo similar, el sustantivo inglés preservative (conservante) y el castellano preservativo no podrán ser sustituidos el uno por el otro sin que cambien los valores de verdad de las oraciones en las que tal sustitución se lleve a cabo. Y ello porque, como sustantivo, preservativo solo significa en castellano «funda fina y elástica para cubrir el pene durante el coito, a fin de evitar la fecundación o el posible contagio de enfermedades» (DRAE), mientras que su cognado inglés preservative significa «something that preserves or has the power of preserving; specifically: an additive used to protect against decay, discoloration, or spoilage» (Merriam-Webster).

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3.2. Inclusión de conjuntos Cuando acontece que todos los miembros de un conjunto pertenecen a otro conjunto cualquiera, estamos ante un caso de inclusión de conjuntos. De modo que, si es el caso de un significante en una lengua dada en el que todos sus significados se hallan incluidos entre los significados de su cognado en otra lengua dada, pero no al revés, entonces estamos ante un caso de inclusión estricta que, desde el punto de vista de los significados, es una sinonimia asimétrica y, por tanto, un caso de falsos amigos semánticos parciales. De hecho, los miembros de un conjunto incluidos en otro conjunto funcionan como hipónimos con respecto a los miembros del conjunto que incluye al primero. Consideremos un ejemplo para hacer ver cómo funciona esto. El sustantivo inglés crime y el sustantivo castellano crimen suelen jugar muy malas pasadas en las traducciones del inglés al castellano justamente porque el significado del sustantivo castellano está incluido en el significado del sustantivo inglés, pero no al revés. Efectivamente, los significados destacados de crime son los de «an act or the commission of an act that is forbidden or the omission of a duty that is commanded by a public law and that makes the offender liable to punishment by that law; especially: a gross violation of law» y «a grave offense especially against morality» (Merriam-Webster). Como resultado de ello, el sustantivo inglés crime incluye los significados de los sustantivos castellanos delito, «culpa, quebrantamiento de la ley» y «acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley» (DRAE), y crimen, «delito grave» y «acción voluntaria de matar o herir gravemente a alguien» (DRAE). Esto es, en castellano cualquier crimen es un delito, pero no al revés; así el narcotráfico es un delito, aunque no sea técnicamente un crimen, mientras que el asesinato es un crimen y, por tanto, un delito grave. El resultado de ello es que el sustantivo castellano crimen siempre se podrá traducir, salva veritate, por el inglés crime; pero el sustantivo inglés solo se podrá traducir por su cognado castellano en contadas ocasiones. Un caso algo más complejo es el que se puede ilustrar paradigmáticamente recurriendo a los significados que tienen el sustantivo castellano profesor y el sustantivo inglés professor. Ambos 1115

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sustantivos derivan del sustantivo latino professor, que, a su vez, deriva del verbo profiteri. De manera que, en un primer momento, el sustantivo latino professor designaba a cualquier persona que hablaba, especialmente cuando lo hacía en público; y, solo en un segundo momento y mediante una especificación, pasó a significar docente o enseñante. Y con este segundo significado es con el que ese término pasó al castellano y al inglés. Ahora bien, el sustantivo castellano ha conservado un significado lo suficientemente amplio como para que se pueda definir como «persona que ejerce o enseña una ciencia o arte» (DRAE). De modo que, si nos centramos en el ámbito de la docencia, el sustantivo castellano se usa para designar a cualquier enseñante, lo que lo convierte en escasamente significativo si no se le acompaña de alguna especificación tales como “de enseñanza primaria”, “de universidad”, “de enseñanza media” o cualquier otra. Por su parte, el uso del sustantivo inglés, aunque también tiene el significado de «one that professes, avows, or declares» (MerriamWebster), se ha restringido al ámbito universitario. Pero, a su vez, el dialecto estadounidense del inglés lo usa con los significados de «a faculty member of the highest academic rank at an institution of higher education» y «a teacher at a university, college, or sometimes secondary school» (Merriam-Webster), mientras que el dialecto británico del inglés ha restringido aún más el significado de este sustantivo hasta el punto de que su significado más destacado es el de «a university academic of the highest rank» (Oxford). Dicho de otra manera, el assistant professor o el associate professor estadounidenses1 serían considerados como contradictiones in termini por un británico desde el momento de que un professor británico no puede ser un profesor subordinado por definición. El resultado de todo ello es que el conjunto de los profesores españoles incluye al conjunto de los profesores estadounidenses, que, a su vez, incluye al conjunto de los profesores británicos; pero no al revés. Siendo las cosas así, el sustantivo en inglés británico siempre podrá ser sustituido, salva verita, por el sustantivo en inglés estadounidense, pero no al revés; a la vez que ambos podrán ser sustituidos, salva veritate, por su cognado castellano, pero no al revés.

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3.3. Intersección de conjuntos En tercer lugar, cuando es el caso que algunos de los significados son compartidos por dos significantes de dos lenguas dadas mientras que otros significados no lo son, entonces estamos ante una situación de intersección de conjuntos. De hecho éste es el caso más frecuente cuando lidiamos con falsos amigos semánticos parciales y, por ende, el que puede dar lugar a un mayor número de malentendidos y traducciones erróneas. Si en la inclusión de conjuntos el hipónimo puede ser sustituido, salva veritate, por el término superordenado en todos los casos, pero no al revés, en la intersección de conjuntos la posibilidad de la sustitución salva veritate dependerá del contexto de la proferencia. Consideremos, para hacer ver esto, los diversos usos del adjetivo castellano regular y su cognado inglés regular. Ambos derivan del adjetivo latino regularis, que, en un principio, significaba “de acuerdo con la vara de medir” y, posteriormente, “de acuerdo con la norma”. A partir de estos significados el adjetivo latino fue tomado como un préstamo culto por el castellano y el inglés con el significado básico de ‘normal’.2 A partir de este significado básico el adjetivo regular tiene en ambas lenguas otros varios significados compartidos, tales como ‘exacto’ (Vg.: regular clock/reloj regular), ‘periódico’ (Vg.: regular flight/vuelo regular) o ‘cadencioso’ (Vg.: regular rhythm/ritmo regular). En todos estos casos ambos adjetivos son sinónimos y, por tanto, no varían los valores de verdad de las oraciones en las que se sustituya el uno por el otro. Ahora bien, el adjetivo castellano ha adquirido, por medio de un uso eufemístico, el significado de «de tamaño o condición media o inferior a ella» (DRAE) que hace que muchas veces, cuando califica cosas tales como la salud, la comida o algún producto, se use en lugar de ‘malo’. Así, si un amigo nos recomienda: [1] “No repostes ahí, esa gasolina es regular”, lo que entenderemos no es que la gasolina en cuestión sea normal, sino que es francamente mala.

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Por su parte, en inglés (y especialmente en inglés estadounidense) el significado destacado del adjetivo regular, cuando califica objetos tales como la salud, la comida o la gasolina, es el de ‘normal’, por lo que una aseveración como [2] “Fill up there, its gas is regular ”, se entendería como una aseveración axiológicamente neutra o, incluso, meliorativa. Pero, además, así como el adjetivo castellano regular tiene connotaciones peyorativas en muchos contextos, el adjetivo inglés regular ha adquirido un significado meliorativo como «Regular fellow (or guy), an agreeable, ordinary, or sociable person. Freq. as a term of mild approbation; a ‘decent chap’. Colloq. (chiefly U.S.)» (OED), que es lo suficientemente desconocido en inglés británico como para que G. K. Chesterton lo malentendiera cuando una periodista estadounidense lo describió como a regular guy: [3] «Interviewé par une journaliste lors d’un voyage en Amérique, G. K. CHESTERTON (What I saw in America, p. 50) apprit par une amie que celle-ci s’était félicitée d’avoir trouvé en lui ‘A REGULAR GUY’. Elle entendait ainsi complimenter un écrivant qui eût certes préféré se voir qualifier de ‘gentleman’, cet idéal de la civilisation anglaise.» (Koessler y Derocquigny, 1975: 45. Los subrayados y las mayúsculas son del original). 3 De modo que, lo que era un piropo en boca de la periodista estadounidense, se convirtió en una descalificación en los oídos del británico Chesterton. Siendo las cosas así y en la medida en que el adjetivo castellano regular comparte algunos de sus significados con su cognado inglés regular y difiere con respecto a otros, el resultado se puede expresar intuitivamente mediante una intersección de conjuntos entre el castellano y el inglés, por una parte, y entre los dos dialectos del propio inglés, por otra parte.

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4. Estrategias pragmáticas Dado el carácter sumamente capcioso de los falsos amigos, no es infrecuente que planteen particulares problemas a la hora de traducir. Estos problemas pueden ser básicamente de tres clases: 1) que en la LO aparezca un término cuyos significados incluyen lo que en la LT se expresa mediante dos o más términos; 2) que el traductor haya sido víctima de un falso amigo pero que el texto en la LT tenga sentido; y 3) que el traductor haya sido víctima de un falso amigo pero que el texto en la LT no tenga sentido. El primer caso se puede ilustrar recurriendo al análisis de los dos significados que tiene el sustantivo inglés guerrilla. Como es sabido, el inglés ha tomado como préstamo del castellano el sustantivo guerrilla, pero dándole los significados de «an irregular war carried on by small bodies of men acting independently» and «one engaged in such warfare» (OED). Esto es, el sustantivo inglés incluye los significados de nuestros guerrilla, «partida de paisanos, por lo común no muy numerosa, que al mando de un jefe particular y con poca o ninguna dependencia de los del Ejército, acosa y molesta al enemigo» (DRAE), y guerrillero/ guerrillera, «paisano que combate en la guerrilla» (DRAE). Siendo las cosas así, el significado del sustantivo castellano guerrilla es un subconjunto del significado de su cognado inglés, de manera que es posible imaginar un texto en el que uno no se pueda decidir por si debe traducir el sustantivo inglés por los sustantivos castellanos guerrilla, guerrillero o guerrillera; de manera que el traductor deberá optar por uno de ellos sin que tenga una razón definitiva que avale esta opción. Y esto no es solo una mera posibilidad, sino un caso real como la vida misma. Consideremos el siguiente ejemplo: [4] «Terror has become the mark of guerrillas and the petty dictator» (Allan, 2001: 156). Dado que el contexto en que aparece [4] no proporciona ningún dato que permita decidir si guerrilla significa al grupo guerrillero o al individuo guerrillero, el traductor tiene ante sí, al menos, cuatro posibilidades distintas para traducir ese texto al castellano: 1119

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[4.1] “El terror se ha convertido en el signo de los guerrilleros y del dictador mezquino/insignificante”, [4.2] “El terror se ha convertido en el signo de las guerrilleras y del dictador mezquino/insignificante”, [4.3] “El terror se ha convertido en el signo de los grupos guerrilleros y del dictador mezquino/insignificante”, [.4] “El terror se ha convertido en el signo de las guerras de guerrilla y del dictador mezquino/insignificante”. Esto es, [4.1], [4.2], [4.3] y [4.4] son traducciones plausibles de [4], sin que quepa llevar a cabo ninguna estrategia pragmática que permita mantener que cualquiera de ellas es preferible a las otras. En casos como éste, la única opción que le queda al traductor es preguntarle al autor, si ello es posible, por lo que quiso decir cuando escribió [4]. Y comoquiera que el autor de [4] es afortunadamente amigo mío, eso fue precisamente lo que le pregunté cuando reparé en la ambigüedad de su texto. Pero su respuesta fue descorazonadora, pues lo que me contestó es que no recordaba lo que quiso decir cuando escribió [4], aunque yo tenía razón y eran igualmente posibles y razonables las cuatro lecturas alternativas de su texto. Obviamente, K. Allan podría haber escrito guerrilla bands, male guerrilla individuals, female guerrilla individuals, guerrilla bands, o guerrilla warfare, y el problema no habría surgido, pero el caso es que no lo hizo. También puede ser el caso de que un traductor haya sido víctima de un falso amigo, pero que el texto resultante tenga sentido en la LT, aunque no sea precisamente ése el mismo sentido que tenía en la LO. En estos casos, es probable que el lector del texto traducido no pueda llegar a ser consciente de que el traductor le ha hecho decir al autor lo que nunca quiso decir. Este caso se puede ilustrar con el siguiente ejemplo: [5] «Es una locura que no se le habría ocurrido ni siquiera al cardenal Wolsey – el creador original de Hampton Court – en la cúspide de su extravagancia» (Timothy Garton Ash. «La UE necesita ampliar la investigación científica. El desafío a Europa de China e India» en El País, 30 de noviembre de 2005. Traducción de M. L. Rodríguez Tapia). 1120

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En [5] lo que entiende cualquier hablante del castellano peninsular es que el cardenal Wolsey –el celestino de Enrique VIII– habría llegado en algún momento a un grado tal de rareza o excentricidad que estaban rayanas con la locura. Esta interpretación tiene sentido y no hay nada en ella que permita sospechar que no es eso precisamente lo que dice el texto original. Efectivamente, lo que dice el texto original es: [5.1] «This is a folly that even Cardinal Wolsey, the original developer of Hampton Court, would not have contemplated, at the height of his wildest extravagance» (Timothy Garton Ash. «Europe must change to meet the competition from Asia. Closing the Strasbourg parliament might be one way to start», en The Guardian, 27 de noviembre de 2005). De manera que, mientras que Timothy Garton Ash estaba tildando al cardenal Wolsey de manirroto o de excesivo, su traductora al castellano lo ha tildado de excéntrico o raro. Y ello porque, así como el sustantivo castellano extravagancia es sinónimo de rareza o excentricidad, el sustantivo inglés extravagance nunca es sinónimo de oddity or eccentricity, sino de: 1) prodigality, lavishness, wastefulness, profligacy, overspending, recklessness o improvidence; y 2) immoderation, unrestraint, excess, absurdity, wildness, folly, preposterousness o unreasonableness (Fergusson 1986).4 En tercer lugar, donde sí es posible intentar algún tipo de estrategia pragmática que permita reconstruir el significado del texto en la LO (o en una proferencia de un hablante) es cuando en el texto de la LT aparece alguna contradicción o algún sinsentido. Consideremos el siguiente texto para hacer ver esto: [6] «Aquellos de nosotros que asistimos a sus conferencias durante la Segunda Guerra Mundial o durante sus dos últimos años de enseñanza, en 1946 y 1947, mirábamos aún sus ideas, sus métodos de tratar los temas, y los mismos tópicos que discutía como algo totalmente original y peculiarmente suyo». (Janik y Toulmin, 1974: 23). En [6] hay, al menos, dos términos que se prestan a ser 1121

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malentendidos. El primero de ellos es conferencia, que en el ámbito universitario español se emplea normalmente para significar un tipo de lección extraordinaria impartida por un profesor que no suele pertenecer a la universidad en la que la pronuncia. En tales contextos, y puesto que de lo que se está hablando es de la actividad docente ordinaria de L. Wittgenstein en el Trinity College, de Cambridge, un hablante castellano hubiese escrito preferentemente clase o lección en lugar de conferencia. Pero, en segundo lugar, es obvio que [6] aparece inserto en un contexto en el que se está alabando la labor docente de L. Wittgenstein. Y en este contexto lo que se dice es que de lo que hablaba en sus lecciones era «algo totalmente original y peculiarmente suyo», lo cual es quizás uno de los mayores piropos que se puedan echar a la tarea docente de un filósofo. Pero, comoquiera que el término utilizado para referirse a las enseñanzas de Wittgenstein es tópico, esto es, «expresión vulgar o trivial» (DRAE), el resultado es un texto autocontradictorio por cuanto que algo original no puede ser a la vez un tópico por definición. Siendo las cosas así, al lector de [6] le está permitido postular que es altamente improbable que en el texto de la LO apareciese también la contradicción que acabo de comentar. Si el lector de [6] no tiene ningún conocimiento de la LO en que se escribió ese texto, entonces podrá percatarse de la contradicción, pero será incapaz de adivinar qué es lo que el autor de [6] pudo haber escrito realmente para que esta contradicción no tuviese lugar, o, lo que es peor, podrá pensar que la contradicción detectada es achacable al propio autor del texto original. Ahora bien, si el lector de [6] tiene algún conocimiento de la LO en que se escribió ese texto, entonces se disparará en él un proceso de estrategia pragmática que le permita postular cuáles fueron los términos que el autor del texto original debió haber utilizado para no contradecirse a sí mismo. Esta estrategia pragmática no difiere básicamente de la que llevamos a cabo cuando oímos una metáfora que es extraña a nuestra lengua o cuando un niño pequeño o un hablante extranjero, que no tienen suficiente dominio de nuestra lengua, utilizan (erróneamente) algún término en un contexto en el que tal término resulta chocante (Chamizo Domínguez, 2008: 133-164). Una vez llevado cabo esta estrategia pragmática, nuestro lector podrá verificar su hipótesis consultando, si le es posible, el texto original 1122

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y descubrir que no había en él tales contradicciones. Y, efectivamente, lo que dice el texto original es lo siguiente: [6.1] «Those of us who attended his lectures during the Second World War or during his last two years of teaching there, in 1946 and 1947, still found ourselves looking upon his ideas, his methods of argument and his very topics of discussion as something totally original and his own» (Janik y Toulmin, 1973: 21). Y dado que lo que realmente decía el texto de Janik y Toulmin era [6.1] y en él no había nada contradictorio, una traducción en que la que se obviasen los malentendidos que he señalado en [6] podría ser la siguiente: [6.2] “Aquellos de nosotros que asistimos a sus clases (o lecciones) durante la Segunda Guerra Mundial o durante sus dos últimos años de enseñanza, en 1946 y 1947, mirábamos aún sus ideas, sus métodos de argumentar (o discutir), y los mismos temas (o asuntos) que discutía como algo totalmente originales y peculiarmente suyos”. 5. Conclusiones El contenido de este trabajo se puede sintetizar en los siguientes puntos: 1. El de los falsos amigos es un fenómeno de interferencia lingüística que plantea serios problemas a traductores y profesores de idiomas. 2. Los falsos amigos semánticos se originan en el hecho de que un significante dado adquiera significados divergentes en dos lenguas distintas en incluso en dos dialectos de una misma lengua. 3. Los falsos amigos pueden ser estudiados desde el marco de la teoría de conjuntos. Desde este punto de vista hay tres situaciones en las que se pueden encontrar un par de falsos amigos: 1) disjunción de conjuntos; 2) intersección de 1123

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conjuntos; y 3) inclusión de conjuntos. 4. Cuando un hablante o un traductor caen en la trampa de un par de falsos amigos y el texto de la LT tiene sentido, el error pasará desapercibido las más de las veces. 5. Cuando un hablante o un traductor caen en la trampa de un par de falsos amigos y el texto de la LT no tiene sentido o es altamente improbable el sentido que tiene, el error podrá ser subsanado por parte del oyente o el lector mediante una adecuada estrategia pragmática. Notas 1. Assistant professor y associate professor son definidos por el Merriam-Webster como «a member of a college or university faculty who ranks above an instructor and below an associate professor» y «a member of a college or university faculty who ranks above an assistant professor and below a professor», respectivamente. 2. El significado del adjetivo latino regularis/regulare se ha mantenido en castellano en la colocación clero regular «el que se liga con los tres votos religiosos de pobreza, obediencia y castidad» (DRAE) y en inglés en las colocaciones regular canon/canon regular «a member of certain orders of Roman Catholic clergy that live communally like monks or nuns» (Oxford). 3. Esta anécdota la confirma el OED con la siguiente cita: «When G. K. Chesterton made his first visit to the United States he was much upset when an admiring reporter described him as a regular guy». Adviértase, además, que dado lo cicatero que es el inglés para los marcadores de género, yo no habría podido hablar de “una periodista estadounidense” si no hubiese visto el texto francés. 4. Los malentendidos con los pares extravagancia/extravagance y extravagante/ extravagant se pueden encontrar abundantemente por doquier (ver la discusión de otros casos en Chamizo Domínguez, 2008: 141-144 y 153-156). Para más abundancia, añadiré otro caso reciente. El texto “No es fácil encontrar un proyecto tan propenso a las exageraciones ni un sector menos timorato a la hora de mostrar sus extravagancias” (“La sensación de macao”, en El País, Revista de Prensa, 2-092007, p. 12) es precisamente la traducción del siguiente original inglés, “It would be hard to find a project more amenable to hype, or an industry less shy about disclosing its extravagance” (“The world’s largest casino attracts thousands of eager Chinese punters”, en The Economist, 30-8-2007. http://www.economist.com/business/ displaystory.cfm?story_id=9726642. Consultado el 2-09-2007)

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