SEMANA 3 El Debate entre el Empirismo y el Racionalismo: La Síntesis Trascendental Operada por Kant
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SEMANA 3
El Debate entre el Empirismo y el Racionalismo: La Síntesis Trascendental Operada por Kant
[ INTRODUACCIÓN A LA EPISTEMOLOGÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES ]
OBJETIVOS: • Comprender los fundamentos filosóficos que sostienen el empirismo como tradición Epistemológica • Comprender los fundamentos filosóficos del racionalismo como tradición Epistemológica • Comprender el idealismo trascendental kantiano y sus repercusiones para el idealismo y el empirismo. Como señalamos ya el conocimiento en la modernidad tiene como punto de partida al sujeto como tal, situación que se evidencia en DESCARTES quien a través de una vuelta al yo evidencia la primacía del sujeto en la constitución del conocimiento. ¿Qué quiere decir esto? Fundamentalmente que el hombre se sitúa como centro de la realidad y de lo existente, y desde esa posición privilegiada opera a partir de sus funciones cognoscitivas, solo es posible un sujeto de conocimiento crítico una vez entendemos la posición privilegiada que tiene el ser humano. Expliquémoslo mejor: si notamos que en las teorías del conocimiento pasadas, absolutamente realistas, los distintos pensadores se preguntaban por la realidad y como conocerla, por ejemplo Aristóteles se preguntaba como conocer la esencia de los objetos y seres existentes, en la modernidad antes que inquietarnos por lo real o lo existente tiene una primacía lógica para nosotros la cuestión de ¿cómo el hombre conoce esa realidad?, o por lo menos si puede conocerla. Es decir, antes que preguntarnos por los seres y objetos que existen en el mundo y que queremos conocer, asumimos que el que conoce es un yo, por eso la Epistemología se vuelca sobre el sujeto de conocimiento para preguntar cómo es que conoce, si puede conocerlo todo, cuáles son los límites y alcances de ese conocimiento, etc., Si se comprende bien lo que planteamos con el giro hacia el sujeto en la modernidad es la primacía de la pregunta sobre las facultades de conocimiento humanas, sobre sus límites y alcances. Ahí la Epistemología se hace plenamente reflexiva, pues vuelve sobre el yo, sobre las facultades humanas que posee todo hombre en vista del conocimiento. Ahora bien, lejos de ser la vuelta hacia el sujeto de conocimiento una respuesta definitiva al problema de cómo se produce el saber, históricamente las posturas teóricas que se desarrollaron se dividieron entre dos bandos contrarios completamente antagónicos: empiristas y racionalistas. Mientras los primeros sostenían que el conocimiento iniciaba exclusivamente en la experiencia, los segundos avalaron el poder de la razón para producir ideas siempre verdaderas con independencia de la experiencia. Luego, si identificamos que en el ser humano existen facultades como la razón o el entendimiento, ¿qué papel juegan ellas en la producción del conocimiento? ¿será que todo conocimiento proviene exclusivamente de la experiencia, o qué papel tienen nuestras facultades de conocimiento? En síntesis, el debate entre racionalistas y empiristas se dará respecto al origen del conocimiento, al peso de la experiencia así como de la razón en dicho proceso. No obstante, como lo evidenciaremos a partir de la propuesta teórica de KANT, la disputa encontraría solución en el “idealismo trascendental” que planteará: "los objetos nos vienen, pues, dados mediante la sensibilidad y ella es la única que nos suministra intuiciones. Por medio del entendimiento, los objetos son, en cambio, pensados y de él proceden los conceptos”. Ni “empirismo”, ni “racionalismo”, sino una nueva postura que
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sostendrá la primacía de la experiencia en el conocimiento, pero a la vez la necesidad de una razón o un entendimiento que organice esa experiencia, pues ciertamente a la hora de conocer no somos sujetos pasivos ante la realidad, la organizamos y pensamos y ahí reside el valor de nuestra actividad cognoscitiva. 1. EL ESTATUTO CRÍTICO DEL CONOCIMIENTO EN EL EMPIRISMO Ya es un lugar común considerar el empirismo como la corriente Epistemológica que considera que el origen del conocimiento reside únicamente en la experiencia ya tendremos oportunidad de ahondar en esta tesis. Sin embargo, el empirismo lejos de ser una tradición intelectual unificada, tuvo entre sus representantes a diversos pensadores que llegaron a sostener diferencias irreconciliables entre sus postulados. En ese sentido, lejos de establecer un análisis general del empirismo, que por supuesto excede los límites de nuestros propósitos, como tal caracterizaremos esta posición epistemológica a partir de la teoría del conocimiento de John, LOCKE, uno de los representantes más significativos de esta tradición intelectual. Ya hemos señalado brevemente la importancia que tuvo el concepto de experiencia en la fundación del empirismo. Sin embargo resulta muy significativo señalar que el empirismo también se ha caracterizado por emprender una crítica del conocimiento, idea que cofundará el concepto moderno de epistemología junto con el de idealismo. John, LOCKE, pensador inglés, sostuvo un análisis del conocimiento que trascenderá en la historia de la investigación científica. Afirma que antes de emprender cualquier tipo de investigación se hace urgente someter nuestras facultades de conocimiento a un análisis crítico, de tal manera que se evalúe cuales son los límites y alcances del conocimiento humano. En su obra: Ensayo sobre el entendimiento humano, insiste LOCKE en la importancia de que antes de zanjar cualquier discusión teórica, o sobre cualquier tipo de pregunta que se suscite, se deba hacer un examen de las capacidades del conocimiento humano. Es decir, aclarar qué tipo de objetos de conocimiento están a nuestro alcance y cuáles no. En ese sentido muchas discusiones se quedarían sin fundamento, pues se estaría indagando por conceptos e ideas que si no tienen asidero en la experiencia no tiene razón alguna hacerlo. Esa es la idea que fundará toda la Epistemología moderna como ya lo estábamos evidenciando en DESCARTES: emprender una crítica del conocimiento humano basada en la pregunta de cuál es el límite y el alcance de nuestras facultades cognoscitivas. Se trata por supuesto de un presupuesto de investigación absolutamente novedoso, pues a diferencia de las distintas teorías del conocimiento que se habían formulado en la historia, en LOCKE lo que se evidencia es una exigencia crítica de la Epistemología que es absolutamente moderna: no basta elaborar un examen de cómo se da el conocimiento humano, es urgente evaluar cual es el límite y el alcance de este, si puede conocerlo todo, y que ámbitos de la realidad están por completo fuera de su alcance:
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Si fuera necesario aburrirte con la historia de este «Ensayo». Te diría que, estando reunidos en mi despacho cinco o seis amigos discutiendo un tema bastante lejano a éste, pronto nos vimos en un punto muerto por las dificultades que, desde todos lados, aparecían. Después de devanarnos los sesos durante un rato, sin lograr aproximarnos a la solución de las dudas que nos tenían sumidos en la perplejidad se me ocurrió que habíamos equivocado el camino y que, antes de meternos en disquisiciones de esta índole, era necesario examinar nuestras aptitudes y ver qué objetos están a nuestro alcance o más allá de nuestro entendimiento. Así lo propuse a la reunión y como todos estuvieran de acuerdo, convinimos que ése debería ser el primer objetivo de nuestra investigación.1
Desde esa perspectiva absolutamente crítica, el empirismo de manera general va a sostener que hay un principio de demarcación que nos ayudará a distinguir lo que es conocimiento de lo que es simplemente opinión o falsedad. Se trata de la experiencia como principio rector. Es decir, en las formulaciones de los primeros empiristas se encontrará en primer lugar una crítica al conocimiento innato, o a la posibilidad de que tengamos conocimientos sin apelar a la experiencia. Se trata de una crítica a la idea de que sea posible tener algún tipo de idea o conocimiento sin que esta provenga de la experiencia, y de alguna manera se haya obtenido de manera innata. Es decir, si tenemos conocimiento de algo es porque hemos tenido experiencia de ello, de otra manera lo que pretendemos afirmar como conocimiento no lo es. Luego el límite y el alcance del conocimiento humano están demarcado por la experiencia posible, más allá de ella estaremos sometidos solo al error. Ahora bien, teniendo claro el principio rector del empirismo, resulta útil que señalemos la razón que generará la disputa entre esta corriente epistemológica con el racionalismo. A diferencia del empirismo, el racionalismo sostendrá que en aras de alcanzar la verdad se hace necesario huir de las contingencias de la experiencia. Para los racionalistas si aspiramos a una verdad absoluta y universal esta no ha de encontrarse en la experiencia sino en las ideas innatas siempre verdaderas. Esa es la razón por la cual el empirismo sostendrá una epistemología crítica hacia todo tipo de conocimientos que no certifiquen que su procedencia es la experiencia como tal, en una aversión directa contra toda idea que se auto denomine innata. De esa manera, a partir del énfasis empirista en la experiencia, se comenzará a fundar el camino hacia la ciencia moderna que al ser plenamente experimental rechazará los postulados de la religión y de las pseudociencias, pues no tienen manera de certificar que en la experiencia reside la validez de sus enunciados. Examinemos brevemente esta postura del empirismo respecto a algunas ideas. Si encontramos, por ejemplo, que en occidente las tradiciones intelectuales sostenían diversos discursos teóricos fundados en ideas como Dios o el alma, para los empiristas estos discursos se encuentran sin fundamento pues no hay manera de tener experiencia de Dios o del alma. Es claro que Dios o el alma, no son fenómenos de los cuales podemos tener 1
http://www.bsolot.info/wp-content/uploads/2011/02/Locke_John-Ensayo_sobre_el_entendimiento_humano.pdf Consultada 26 de octubre de 2012.
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experiencia como si la podemos tener de un árbol o de una mesa, por ejemplo. En esa dirección la ciencia en la modernidad a partir del enfoque propuesto por el empirismo será completamente experimental. La experiencia como principio de demarcación establecerá una distancia entre los discursos propiamente científicos, o avalados por la experiencia, de los pseudocientíficos, o no contrastables en la experiencia. Ahora bien, la primera tesis del empirismo es la idea de que la mente o el entendimiento será simplemente un tablero en blanco o una tabla vacía, “tábula rasa” dirán los empiristas, que solo puede llenarse de contenidos una vez tiene experiencias, tanto internas como externas. Por eso reside en las concepciones de la mayoría de los empiristas la idea de que el hombre cuando nace viene al mundo con su mente en blanco antes de que tenga experiencia alguna, o mejor aún, no hay nada en la mente que no haya estado antes en los sentidos. Basados en este principio afirmamos que una teoría del conocimiento como la de LOCKE sostendrá que el entendimiento solo puede tener ideas en la medida que haya tenido experiencias. Resumamos la postura epistemológica de LOCKE: 1. La idea es el objeto del acto de pensar. Es decir, la materialidad del pensamiento como tal son las ideas, las ideas son el objeto del pensamiento. Es decir, el conocimiento se compone de ideas y no tenemos contacto con el mundo como tal, solo con ideas como representación del mundo. El entendimiento como tal tiene contacto solo con ideas, la realidad se me presenta es a través de ellas. De ninguna manera se conocen los objetos directamente, pues solo tenemos ideas de ellos. Luego, el mundo o la realidad para cada persona no es sino el conjunto de ideas que tiene. Incluso, se creemos que a través de la sensibilidad, o de alguno de nuestros sentidos, accedemos al conocimiento de las cosas, si lo analizamos bien solo accedemos a ideas que representan a las cosas mismas. 2. Las ideas tienen un origen eminentemente empírico, no provienen sino de la experiencia externa o interna. El entendimiento es una tábula rasa o un tablero en blanco, completamente vacío si está desprovisto de experiencia. 3. Las ideas son signos de las cosas o intermediarios entre las cosas y nosotros. Las ideas nos representan la realidad. De las cosas no sabemos nada salvo ideas. En ese sentido no conozco directamente la realidad, de ella solo tengo una representación pues accedo a lo existente a través de la mediación de las ideas. 4. Las ideas provienen siempre de la experiencia, ya sea interna o externa. Experiencia externa es cuando nos volcamos hacia la realidad a través de los sentidos, mientras que experiencia interna es cuando el hombre reflexivamente considera sus propias capacidades cognoscitivas o sus operaciones intelectuales; cuando el pensamiento tiene experiencia de sí mismo, cuando reflexiona. Cuando atendiendo mis propias operaciones intelectuales me doy cuenta que: pienso, dudo, imagino, afirmo, etc. 5. Las ideas si bien nos representan las experiencias que tenemos ellas pueden ser simples o compuestas. Hablamos de ideas simples como aquellas que no pueden ser descompuestas en más partes, y que de alguna manera me representan pasivamente la realidad en su simpleza, sin
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que el entendimiento actúe de alguna manera. Por otra parte, las ideas compuestas son ideas que involucran por lo menos más de dos ideas simples, y que suponen la actividad del entendimiento que reúne o asocia varias simples. Luego, a pesar de que para los empiristas como LOCKE el entendimiento está vacío si no se aplica a la experiencia, no por eso este es pasivo, pues como vemos él puede asociar ideas, separarlas, analizarlas, reflexionar, etc. 6. Finalmente, LOCKE en su obra: Ensayo sobre el entendimiento humano, establece la siguiente relación entre el lenguaje y las ideas: las palabras representan ideas y estas últimas representan cosas u objetos que se nos dan en la experiencia. Ahora bien, para LOCKE las palabras que usamos en los distintos lenguajes son simples signos convencionales. Es decir, si bien las ideas se nos dan en la experiencia, de tal manera que la idea que tenemos de una experiencia específica es común en todos los seres humanos, su expresión en el lenguaje es distinta en tanto en las diferentes lenguas se expresa de diferente manera. La experiencia que tiene un hombre de cultura alemana de un carro, wagen, se expresa de distinta manera a uno de cultura inglesa car. El pensamiento, las ideas, encuentran expresión distintas dependiendo de la convención cultural que adopten. Por supuesto acá aparece muy sugerente la cuestión de qué será del pensamiento desprovisto del lenguaje. Es decir, ¿existe un pensamiento puro? Si se reflexiona sobre esta cuestión se puede poner en entre dicho la teoría de LOCKE, pues las ideas siempre se dan en el lenguaje, aparentemente no hay pensamiento con independencia de este último. Señalemos una consecuencia más de la teoría del conocimiento desarrollada por LOCKE: si todo el conocimiento proviene de la experiencia, y solo tenemos experiencia de singulares, ¿de dónde provienen los términos universales que usamos en el lenguaje? Es decir, efectivamente cuando se tiene la experiencia de un objeto es de un objeto particular, veo y siento un árbol concreto nunca a un árbol universal, entonces ¿de dónde provienen los términos con carácter universal que usamos en el lenguaje? Para LOCKE la función del lenguaje no es solo en vista del conocimiento, pues es evidente que el lenguaje tiene una eminente función comunicativa entre los seres humanos. En ese sentido, el pensador sostiene que hacemos uso de términos o nociones universales o generales en vista de la comunicación, pero que en ningún sentido tenemos experiencia de objetos o experiencias universales. Expliquemos. Usualmente en el leguaje hacemos uso de palabras o términos universales, hablamos de el hombre, el perro, el árbol, etc., sin embargo, si toda palabra tiene detrás una idea singular que representa a una experiencia singular, es sugerente la pregunta por el origen de los términos universales. A este respecto LOCKE responde: Las palabras se convierten en generales al hacerse de ellas signos de ideas generales y las ideas se convierten en generales cuando se le suprimen las circunstancias de tiempo y lugar y cualesquiera otras ideas que puedan determinarlas a tal o cual existencia particular (…) lo general y lo universal no pertenece a la existencia real de las cosas, sino que son invenciones y criaturas del entendimiento, fabricadas por él para su propio uso.2
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LOCKE, JOHN. Ensayo sobre el entendimiento humano. Madrid: FCE, III, C3.
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Se afirma entonces que si todo conocimiento proviene de la experiencia, a través de ella solo tenemos acceso a entidades u objetos particulares. Es decir, nunca tenemos experiencia del hombre universal, ni del perro universal, sino solo del hombre particular existente que tiene un nombre y una historia concreta y específica. En ese sentido los universales en el lenguaje son fruto de la labor del entendimiento que dejando de lado las contingencias de cada experiencia generaliza y elabora la noción universal. Por lo tanto, para LOCKE no hay una existencia objetiva de las palabras universales que usamos en el lenguaje, solo existen seres concretos y específicos, y por lo tanto las nociones universales solo tendrán validez en el contexto de la comunicación humana. Articulando estas breves nociones que hemos puntualizado, el conocimiento para LOCKE se da una vez el entendimiento humano se vuelca a través de los sentidos al exterior, o a sus propias actividades cognoscitivas a partir de una experiencia reflexiva. En ese caso el entendimiento se proveerá de ideas, entre las cuales habría que distinguir entre ideas simples o compuestas. Por ejemplo, tenemos experiencia de un carro. Y efectivamente la idea de “carro” está en nuestro entendimiento. No obstante, ¿qué tipo de idea es carro? Se trata de una idea compleja en tanto podemos descomponerla en diversas ideas como: llantas, puertas, vidrios, motor, etc. Incluso la idea llanta también es compleja, pues esta puede descomponerse en caucho, círculo, etc. En ese caso estas últimas son las ideas simples, pues ellas no pueden descomponerse en ideas más simples. Ahora bien, una distinción más se va a hacer necesaria dentro de la epistemología de LOCKE, a saber, la distinción entre cualidades primarias y cualidades secundarias. Si lo que hemos afirmado hasta ahora es que las ideas son representaciones de las experiencias que tenemos, inmediatamente salta a la vista la pregunta por la objetividad de nuestras experiencias. Es decir, podemos tener un conjunto de ideas acerca de una determinada experiencia, por ejemplo, afirmar que el clima hoy está frío, sin embargo otra persona puede sostener lo contrario el clima está cálido, luego, ¿cuál de las dos ideas es objetiva, o se ajusta a la realidad? Incluso, podríamos plantear el siguiente experimento. Tomemos un hielo con la mano derecha y acerquemos nuestra mano izquierda al fuego. Posteriormente podemos introducir ambas manos en un balde con agua. ¿Cuál es la temperatura del agua? Tendremos dos ideas contrarias. Para la mano que proviene del hielo el agua del balde estará cálida, mientras que sucederá lo contrario a partir de la experiencia de la mano izquierda. LOCKE salvará este problema bajo la caracterización de que hay ideas primarias, que son plenamente objetivas, mientras que hay otras ideas en las cuales interviene por completo la subjetividad del sujeto que conoce. En este caso la temperatura del agua es una idea secundaria, en ella interviene nuestra subjetividad, mientras que como idea primaria podremos sostener que el agua es liquida, y bajo la idea de liquida estaremos sosteniendo una idea plenamente objetiva a la experiencia que estamos teniendo.
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2. RACIONALISMO, LAS IDEAS INNATAS Y LA CRÍTICA A ESTAS No solo el empirismo como corriente intelectual emergió del pensamiento de DESCARTES. Si el empirismo se caracterizó por ser una corriente de pensamiento absolutamente insular, o proveniente de las islas británicas, a nivel continental, en Europa, diversos pensadores sostuvieron la primacía de la razón por encima de la experiencia. Siguiendo los pasos de DESCARTES, varios pensadores afirmaron que la única posibilidad de evitar el error y acercarse a la verdad, era indagar por aquellas ideas siempre verdaderas que yacían en el pensamiento mismo, a estas se les denominó ideas innatas. Las ideas innatas resultaban ser no solo contenidos que yacían en la razón misma, sino una suerte de conocimientos o aptitudes que están en la razón antes de toda experiencia. Uno de los pensadores que más desarrolló la teoría de las ideas innatas fue LEIBNIZ, quien afirmaba que el conocimiento no podía surgir de la nada. Es decir, la experiencia no era la única base del conocimiento, pues esos datos que obtenemos a partir de ella requerían de una especie de sitió o anaquel en la razón a partir del cual pudieran organizarse. La idea del innatismo formulada de esta manera no resulta del todo incongruente, pues a diferencia de otros racionalistas que hablaban de las ideas innatas como contenidos de la razón antes de la experiencia, LEIBNIZ es enfático al afirmar que las ideas innatas son formas a partir de las cuales se organiza la experiencia. Así las cosas el innatismo contra el cual debatirán empiristas como LOCKE, se formulará a partir de la noción de que hay ciertas reglas o principios lógicos innatos en la razón humana que no provienen de la experiencia. Me refiero a principios lógicos como el principio de identidad o de no contradicción, como lo que es, es, y es imposible que la cosa sea y no sea, al mismo tiempo. A primera vista se evidencia que principios lógicos como este no parece provenir de la experiencia, y en cambio se puede llegar a pensar que es una regla o principio lógico que reside en el pensamiento mismo. Para los racionalistas principios como este al tener una validez universal, pues ningún ser humano en razón los negaría, sería un argumento suficiente para demostrar su carácter innato: nadie lo aprende a partir de la experiencia, antes bien la experiencia lo supone. No obstante, para pensadores empiristas como LOCKE, la suposición de que el asentimiento universal es la clave de su confirmación como idea innata es falsa, pues podría pensarse ha surgido de la experiencia universal a la que todos tenemos acceso. Una forma de confirmarlo es que los niños que no han tenido experiencia de todo tipo desconocen dicho principio. Sin embargo para los anatistas este principio reside en el pensamiento de todos los seres humanos, sin embargo para muchos no es sino un conocimiento inconsciente que aún no se ha hecho presente al pensamiento. LOCKE a este argumento responderá que en tanto una idea es un contenido del pensamiento, que se tiene o no se tiene, resulta absurdo pensar que se tenga una idea sin ser consciente de ella. En síntesis, para los empiristas el hacer referencia a ideas innatas no puede resultar sino absurdo. Si no hay nada en el entendimiento que no haya estado antes en los sentidos, es decir, si todas las ideas que tenemos provienen de la experiencia, no hay forma de sostener según LOCKE que hay contenidos anteriores a la experiencia misma.
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No obstante LEIBNIZ estaría de acuerdo con LOCKE en este punto, y sin embargo sostendría que las ideas innatas en vez de ser contenidos mentales son ciertas aptitudes o tendencias que se activan cuando tenemos contacto con la experiencia. Y afirmará LEIBNIZ que es verdad lo que afirma LOCKE, de que no hay nada en el entendimiento que no haya estado antes en los sentidos, pero puntualizará, salvo el entendimiento mismo. Lo que salvará el innatismo sostenido por racionalistas como LEIBNIZ será entonces la idea de que si bien el entendimiento es una tabla en blanco antes de la experiencia, tiene que poseer una suerte de estructura que le permita organizar los contenidos que la experiencia le proporciona. El entendimiento es efectivamente un tablero en blanco desprovisto de contenidos con independencia de la experiencia, y sin embargo posee una estructura que hace posible la experiencia misma. Hoy día, en una reflexión mucho más contemporánea respecto al aprendizaje del lenguaje como tal, Noam, CHOMSKY ha sostenido una defensa del innatismo que nos puede ayudar a comprender la validez de este término. Para CHOMSKY el aprendizaje del lenguaje está ligado a la aplicación de ciertas estructuras fundamentales de comprensión del mundo y la experiencia humana, de tal manera que nos hacemos capaces de vivir con otros seres humanos en un mundo compartido. Sin embargo, si tratásemos de enseñarle a otros estas estructuras de comprensión del mundo, por ejemplo a un chimpancé y a un niño, encontraríamos resultados distintos. Después de someter al animal y al niño a el mismo conjunto de experiencias nos daríamos cuenta que el niño se ha apropiado de las estructuras del lenguaje de una manera inmensamente superior a la del animal. En síntesis, no basta con que se aprenda algo a partir de la experiencia, pues si fuera así podríamos encontrar el mismo desarrollo en el proceso de aprendizaje en el bebe como en el chimpancé. Concluirá CHOMSKY que para el proceso de aprendizaje del lenguaje si bien la experiencia es una condición necesaria no es suficiente. Se requiere una disposición innata para la apropiación de estas estructuras del lenguaje humanas, se requiere ser humano también. Luego, el innatismo sostiene es que el conocimiento no es simplemente proveernos de un agregado de contenidos a partir de la experiencia, pues al parecer hay estructuras cognoscitivas en el ser humano que operan en la producción del saber. 3. IDEALISMO TRANSCENDENTAL: LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO DE KANT Como señalamos ya, sin pretender una conciliación entre el empirismo y el racionalismo, el Idealismo trascendental kantiano lo que logra es superar las limitaciones que contenían estas dos tradiciones filosóficas. La epistemología kantiana se desarrolla sobre la pregunta por los límites y los alcances del conocimiento, como ya lo había hecho LOCKE y sin ser empirista ni racionalista busca resolver el debate de si el conocimiento proviene de los sentidos o de la razón. KANT al inicio de su obra cumbre, la Crítica de la Razón Pura, fórmula que es necesario emprender la pregunta por los alcances y límites del conocimiento humano, aunque sin caer necesariamente en un empirismo craso: “La razón humana tiene el destino singular, en uno de sus campos de conocimiento, de hallarse acosada por cuestiones que no puede rechazar por ser
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planteadas por la misma razón, pero que tampoco puede responder por sobrepasar todas sus facultades”.3 Resulta importante resaltar dos cuestiones del parágrafo citado. Primero, KANT reconoce que en la razón humana como facultad cognoscitiva existe una tendencia a eludirse hacia objetos de conocimiento más allá de la experiencia, u objetos de conocimiento metafísicos como la pregunta por Dios, el alma, el mundo, o la libertad. A estos objetos los denominaremos metafísicos, pues como lo señala su raíz griega meta/más allá y física/natural o sensible, se trata de objetos que están más allá de lo sensible y que no son experimentables. Esto es muy significativo, pues lo que KANT está señalando es que hay efectivamente un interés en el ser humano por inquietarse por preguntas que no se resuelven en lo empírico propiamente. En ese sentido se está afirmando con contundencia que a pesar de que tengamos un interés continuo por la investigación de fenómenos naturales, como ya lo había sugerido el empirismo mediante su principio de demarcación, no es suficiente satisfacer las inquietudes humanas con este tipo de preguntas: el ser humano se inquieta por cuestiones más allá de lo sensible, o cuestiones metafísicas. No nos es suficiente saber cuántos átomos de carbono hay en una célula madre, o conocer al detalle el ADN humano, entre otras cosas, el ser humano también se inquieta por la pregunta por la felicidad, el bien, la justicia, los valores, todas estas cuestiones que no se responden solo desde la experiencia sensible. Segundo, Kant señala que esta tendencia de la razón a responder a cuestiones que le inquietan la ha llevado a sobrepasar los límites a los que puede aspirar, ha ido más allá de la experiencia y en ese sentido ha caído en territorios oscuros y contradicciones que señalan que el conocimiento no puede ir más allá de lo sensible. Es decir, muchas veces la razón en aras de querer responder preguntas de carácter metafísico viola los límites de la experiencia que le es posible y cae así en especulaciones que han desviado por completo el saber científico. Todo esto pues se vale de principios que como señala el pensador “no reconocen contrastación empírica por sobrepasar los límites de toda experiencia”4. Luego, lo que encontramos acá es una contradicción en la que ha caído la razón, pues como señalamos tiene una tendencia válida y natural a cuestionarse por cuestionas metafísicas, pero así mismo en este camino viola la experiencia a la cual está sujeta. Ante tal contradicción en la que ha caído la razón, KANT pretenderá elaborar una especie de tribunal que establezca cuales son las verdaderas pretensiones de la razón en su afán de conocimiento. Este tribunal se llamará “Crítica de la razón pura” y es de alguna manera un juicio que hace la razón sobre la razón misma acerca de sus pretensiones cognoscitivas cuando se aparta de la experiencia. Luego, la Epistemología de KANT no solo buscará resolver la cuestión de cómo se origina el conocimiento en el ser humano, pues también pretende establecer cuáles 3
KANT, IMMANUEL. Prólogo a la Primera Edición de la Crítica de la Razón Pura.
http://www.jjlorenzatti.com.ar/wp-‐content/uploads/2008/11/kant-‐critica-‐de-‐la-‐razon-‐ pura-‐ribas.pdf Alfaguara, 2000. p. 7. AVII.
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Op. Cit. KANT Emanuel.
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son los límites y alcances de dicho conocimiento, si podemos conocerlo todo, y hasta donde podemos llegar. Ahora bien, sin el ánimo de elaborar una síntesis del pensamiento kantiano, lo cual resulta imposible de lograr en pocas páginas, podemos comprender de manera holística la postura epistemológica del filósofo de KÖNISBERG como una revolución copernicana, en el pensamiento científico. ¿Qué sentido tiene tal revolución? Así como COPÉRNICO resolvió muchos problemas de la astronomía planteando que no era el sol el que giraba en torno a la tierra, sino en cambio que era la tierra la que giraba en una órbita en torno al sol, ese mismo giro se opera en la epistemología kantiana. Expliquemos, para KANT hay una evidencia en su época y es que ciencias constituidas como las matemáticas y la física han logrado descubrir el camino seguro de la ciencia, han avanzado progresivamente y sin embargo no ha sucedido lo mismo con la filosofía que se ha ocupado históricamente de cuestiones metafísicas. Luego, se pregunta KANT: ¿en qué consiste el camino que han seguido las ciencias para haber avanzado? Descubre que ellas en vez de suponer que nuestra facultad cognoscitiva es la que tiene que adecuarse al objeto de conocimiento, proponen que es el objeto el que tiene que adecuarse a nuestras facultades cognoscitivas. Esta es la revolución copernicana operada por KANT. En síntesis, este afirmará: sólo conocemos de las cosas lo que nosotros mismos ponemos en ellas. 4. Idealismo trascendental5
Lo que observa KANT en hombres de ciencia como GALILEO, TORRICELLI O STAHL, es que en sus experimentaciones científicas se evidencia que ellos no van a la experiencia como ciegos esperando que pasivamente esta les provea de todo conocimiento. Es decir, la experiencia es fuente de conocimiento pero no de manera exclusiva. Tomando lo que ya señalamos en el 5
Tomado de: http://1.bp.blogspot.com/_jo41C12aIfs/TIUrK0eGi1I/AAAAAAAAAUI/yknyEFjXxRo/s400/CUADRO+1.+Empiris mo,+Racionalismo+e+Idealismo+trascendental..jpg
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empirismo, para KANT el entendimiento no es una tábula rasa, antes bien, este produce conceptos y categorías que hacen comprensible la experiencia. Lo que evidencia KANT es que los hombres de ciencia de su época: “entendieron que la razón solo reconoce lo que ella misma produce según su bosquejo, que la razón tiene que anticiparse con los principios de sus juicios de acuerdo a leyes constantes y que tiene que obligar a la naturaleza a responder sus preguntas, pero sin dejarse conducir por andaderas por así decirlo”. Si bien precisamos de la experiencia en función del conocimiento, el sujeto no permanece de una manera pasiva ante tal experiencia. Sin embargo, la actividad del entendimiento no es solo en función de la integración o análisis de las ideas como señalaba LOCKE, antes bien, la experiencia solo resulta comprensible y provechosa en la medida que el entendimiento provee una estructura comprensiva que hace productivas las intuiciones de la experiencia. La experiencia como principio científico tiene valor en la medida que vayamos a ella con una estructura conceptual lógica que la haga comprensible. Conocimiento: intuiciones (del objeto) + a priori (del sujeto)6
Sin embargo esta estructura lógica que reside en el sujeto no es una alusión al subjetivismo. Se trata de una estructura objetiva, a priori, que existe con independencia de la experiencia, pero 6
Tomado de: http://eltamiz.com/elcedazo/2009/02/22/eso-que-llamamos-tiempo-la-critica-de-kant/ Consultada 26 de octubre de 2012.
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que a la vez la posibilita. Luego, lo que señala KANT es que efectivamente existe en el entendimiento humano una estructura a priori, o con independencia de la experiencia, que posibilita el conocimiento en tanto hace inteligible la experiencia como tal. Como señalaba LEIBNIZ, el entendimiento es una tabula rasa antes de la experiencia, pues este no tiene ningún contenido a priori, sin embargo la experiencia por sí misma no basta pues el conocimiento es posible en tanto este último posee una estructura que hace posible la intelección de toda experiencia. En esa dirección KANT identifica por lo menos tres facultades cognoscitivas en el ser humano. La intuición, que tiene la función de proveer de contenidos de la experiencia. El entendimiento, que proporciona unas reglas o unos conceptos a priori para hacer comprensibles las intuiciones. Y la razón que elabora ideas incondicionadas o no sujetas a la experiencia, respondiendo a la necesidad que tiene el hombre de preguntarse por lo incondicionado. Luego, el conocimiento opera una vez la intuición provee experiencias que son solo comprensibles en la medida que el entendimiento proporciona conceptos a priori que permiten pensarlas. KANT posee en esa dirección una visión epistemológica que plantea que todos los hombres organizan la realidad a partir de conceptos a priori, es decir, conceptos objetivos con independencia de la experiencia que residen en nuestra estructura cognoscitiva de manera universal. En ese sentido al poseer todos los hombres una misma estructura a priori es posible el planteamiento de cierta objetividad en nuestra misma subjetividad. KANT se refiere a estructuras a priori como el espacio y el tiempo, estructuras a priori que hacen posible la intuición de todo objeto de la experiencia. Es decir, el espacio y el tiempo por sí mismos no son nada en términos de contenidos, antes bien, ellos son estructuras o condiciones de la experiencia como tal, pues no es posible percibir objeto alguno para el conocimiento si no es a partir de estos dos trascendentales, o condiciones de posibilidad. En conclusión, para KANT la realidad solamente nos es conocida como representación, algo que ya se señalaba en LOCKE. Es decir, no sabemos qué es la realidad en sí misma, pues ella se nos da a nuestro conocimiento a partir de nuestra estructura cognoscitiva a priori como tal. En algún sentido podemos explicar esto de la siguiente manera, salvadas las proporciones. El ser humano posee un margen de colores perceptibles a su vista, sin embargo no sabemos si la realidad como tal o en sí misma es en los colores como la vemos nosotros, en tanto estamos sujetos a la forma particular como la percibimos desde nuestra condición sujeta por naturaleza a un rango específico de tonalidades y colores. Por esto, KANT distingue dos conceptos fundamentales en su propuesta Epistemológica: el fenómeno (el objeto que es conocido tal como aparece frente a los sentidos a partir de nuestras condiciones de posibilidad, o nuestra estructura de conocimiento a priori) y el noúmeno (el objeto tal como sería en sí mismo, pero al cual el hombre no tiene acceso). En conclusión, la realidad nos es conocida solo como fenómeno, como representación y no en sí misma. Esta tesis implica que en el acto de conocer, la estructura cognitiva humana influye en el objeto conocido.
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