Calendario de Siembra en México

Calendario de Siembra en México El Calendario de Siembra es una planeación de tu huerto urbano considerando 4 factores f

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Calendario de Siembra en México El Calendario de Siembra es una planeación de tu huerto urbano considerando 4 factores fundamentales que explicaremos a continuación. Cabe mencionar que este calendario está pensado para México, la zona centro y sur del país. Elaborar un Calendario de Siembra facilita la organización dentro del huerto, de esta manera también podemos seguir el orden de lo que sembramos, la duración del ciclo y los tiempos de rotación. Como te imaginarás, en el Calendario de Siembra las protagonistas son las plantas, esto es importante considerarlo, ya que todas las plantas son estacionales (en función de la temperatura y la humedad) y por ello algunas se desarrollan mejor en invierno o en otoño, otras son mejores en verano o primavera y algunas pueden ser sembradas durante todo el año. El primer factor importante que tomaremos en consideración es la estación del año en que vamos a sembrar. En la zona central y sur de México, quizá es más importante considerar la temporada de lluvias y la de secas que la estación del año, cada región del mundo tiene condiciones específicas que cada uno debe observar para definir como establecer las estaciones o los temporales en los que vamos a sembrar. Estaciones-del-ano-calendario-cultivo El segundo factor que consideraremos será el Ciclo Lunar, ya que la Luna ejerce fuerza gravitacional sobre la Tierra y esta se refleja en los ciclos el agua, a gran escala lo observamos en las mareas pero influye todos los organismos, entre ellos las plantas, pues están formadas, al igual que nosotros, en un 7580% de agua. Las fases de la Luna tienen efectos directos sobre el desarrollo y el crecimiento de raíces y tallos, así como en la reproducción, todo debido principalmente al ritmo de presión en la savia de todas las especies vegetales y a la luminosidad lunar. FASES DE LA LUNA Luna Nueva: el flujo de la savia desciende y se concentra en las raíces. Luna Creciente: el flujo de la savia comienza a ascender y se concentra más en tallos y ramas. Luna Llena: el flujo de la savia ascendió y se concentra en las hojas, las copas, frutos y flores. Luna Menguante: el flujo de savia comienza a descender y se concentra en tallos y ramas.

Savia: Líquido que circula por los vasos conductores de las plantas y que está formado por agua y compuestos nutrientes. Cada una de estas fases dura aproximadamente una semana y su efecto se hace sentir todos esos 7 días con menor o mayor intensidad dependiendo de la intensidad luminosa de la luna, tomando en cuenta que durante el plenilunio (luna llena) tendremos 100% de intensidad luminosa y al llegar a la novilunio (luna nueva) tendremos 0% de intensidad luminosa. Las fases de la luna nos ayudarán a definir la parte de la planta que se verá más influenciada y por lo tanto, si el trabajo que estoy aplicando o que planeo será efectivo. Por ejemplo, si quiero germinar semillas entonces me favorece hacerlo durante luna nueva porque el agua estará concentrada en desarrollar las raíces y agarrarse al suelo, además de que la luna creciente que le sigue lleva la savia hacia arriba, ayudando al crecimiento de tallos y ramas. Por lo mismo, durante luna nueva es favorable trabajar con plantas cuyo órgano aprovechable sea la raíz (por ejemplo zanahorias, papas, betabel, camote, ajo, cebolla) y en luna creciente plantas de las cuales aprovechamos el tallo y las ramas (por ejemplo apio y hierbas aromáticas). ciclo-de-la-luna-y-lo-que-puedes-cultivar Planificación del huerto En la Planificación del Huerto siempre es importante mezclar muchos diferentes tipos de plantas y hortalizas, no sólo para tener una buena variedad de sabores y colores en la mesa, sino para proporcionarle al suelo variedad de vitaminas, minerales y microorganismos. Para elegir las especies nos basamos en la Asociación de Cultivos donde elegiremos plantas que entre ellas formen alianzas benéficas para el aprovechamiento de los nutrientes del suelo, luz solar y ambiente aéreo, así como una menor aparición de plagas y mejor salud de las plantas. Por ejemplo, utilizamos legumbres (frijoles, ejotes, habas, chícharo) entre los cultivos porque aportan nitrógeno atmosférico al suelo y presentan asociaciones favorables con bacterias fijadoras de nitrógeno Rhizobium, beneficiando también la microbiología. legumbres-aportan-nitrogeno-al-suelo HORTALIZAS DE HOJA Y TALLOS VERDES

Son bastante adaptables a las diferentes condiciones climáticas y soportan muy bien el frío, aunque algunas prefieren el clima templado. Por lo general requieren un suelo ligero, fresco, bien drenado, húmedo y protegido. Por ejemplo acelga, achicoria, arúgula, cardo, escarola, lechuga, kale, espinacas, perejil, apio, col, coles de Bruselas. Los ciclos de estas plantas son cortos, por ejemplo en el caso de la lechuga y la espinaca duran 3-4 meses, mientras que la acelga puede cosecharse durante 6-8 meses continuos. Este tipo de hortalizas son compatibles con tomates y con casi todas las hierbas aromáticas. Las hojas y tallos verdes requieren de una mayor concentración de nitrógeno para mantenerse por lo que es conveniente siempre frijol, habas, lentejas, alubias, intercalarlas con leguminosas como entre otras, en el mismo ciclo o en ciclos alternados. HORTALIZAS DE FLORES Estas hortalizas suelen estar bien adaptadas a climas fríos y templados pero pueden prosperar también en climas cálidos. Prefieren suelos ligeros y porosos. Durante la etapa de floración, las plantas absorben mayores cantidades de potasio de la tierra por lo que se recomienda enterrar cáscaras de plátano cerca de las raíces o elaborar un compost sólo con cáscaras de plátano y tierra y aplicar al comenzar la etapa de floración. En esta categoría encontramos coliflor, brócoli, alcachofa, mastuerzo, geranio, begoña. Las hortalizas de ciclos cortos como las lechugas son compatibles con las hortalizas de flores que presentan ciclos de aproximadamente 1 año. HORTALIZAS DE FRUTOS Estas hortalizas pertenecen principalmente a dos grandes familias muy conocidas dentro del mundo de la horticultura: Necesitan de mucho calor para su cultivo, por lo que se desarrollan mejor en climas cálidos o épocas veraniegas. Prefieren un suelo bien drenado y fresco y riego intenso y constante para su óptimo desarrollo. Son exigentes en abonos orgánicos pero a la vez son muy productivas. Se pueden empezar a germinar a finales del invierno para transplantar durante la primavera.

Las Solenáceas (pimiento, tomate, berenjena) y las Cucurbitáceas (calabaza, pepino, melón, sandía y calabacín), también encontramos a todas las frutas (fresa, guayaba, cítricos, ciruela, manzana, pera).

El ciclo máximo de estas plantas es de 2 años ya que absorben muchos minerales del suelo y es conveniente dejarlas descansar y rotar el cultivo para que vuelva a nutrirse. Durante la etapa de floración, previo a la producción de frutos también recomendamos realizar la misma fertilización que en las hortalizas de flores.