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UNIDAD 3: EL RAQUIS LUMBAR El raquis lumbar en conjunto Visto de frente es rectilíneo y simétrico en relación a la línea de espinosas; la anchura de los cuerpos vertebrales al igual que la de las apófisis transversas decrece de abajo a arriba. La línea horizontal que discurre por la parte más elevada de las dos crestas ilíacas, pasa entre L4 y L5. Las verticales trazadas desde el borde lateral del alerón sacro van a caer aproximadamente en el fondo del cotilo. Visto de perfil, se constata la característica de la lordosis lumbar y de la estática raquídea descritas por De Seze: -el ángulo sacro está constituido por la inclinación de la meseta superior de la primera vértebra sacra sobre la horizontal. Su valor medio es 30º. -el ángulo lumbosacro, formado entre el eje de la quinta lumbar y el eje del sacro, mide 140º. -el ángulo de inclinación de la pelvis constituido por la inclinación sobre la horizontal de la línea que se extiende entre el promontorio y el borde superior de la sínfisis púbica, tiene un valor de 60º -la flecha de la lordosis lumbar puede trazarse a partir de la cuerda de la lordosis lumbar que une el borde posterosuperior de la primera lumbar al borde posteroinferior de la quinta. La flecha representa el punto máximo de la curva (tercera lumbar). Es más pronunciada cuanto

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más pronunciada sea la lordosis; puede ser nula cuando el raquis lumbar es rectilíneo; incluso puede invertirse en algunas personas. -la reversión posterior representa la distancia entre el borde posteroinferior de la quinta lumbar y la vertical que desciende del bordeposterosuperior de la primera lumbar. Esta distancia puede ser nula si la vertical se confunde con la cuerda de la lordosis lumbar. Puede ser positiva si el raquis se desplaza hacia atrás; puede ser negativa si el raquis lumbar se desplaza hacia delante. Flexoextensión e inflexión del raquis lumbar Durante el movimiento de flexión el cuerpo de la vértebra suprayacente se inclina y desliza hacia delante disminuyendo el grosor del disco en su parte anterior y aumentando en su parte posterior. El disco intervertebral toma forma de cuña de base posterior y el núcleo se ve desplazado hacia atrás. La presión aumenta en las fibras posteriores del anillo; las apófisis articulares inferiores de la vértebra superior se deslizan hacia arriba y tienden a separarse de las apófisis superiores de la vértebra inferior; la cápsula y los ligamentos de la articulación interapofisaria están tensos, al igual que los ligamentos del arco posterior: amarillo, interespinoso, supraespinoso y el L.V.C.P. esta puesta en tensión limita el movimiento de flexión. Durante el movimiento de extensión, el cuerpo de la vértebra suprayacente se inclina hacia atrás y retrocede. El disco intervertebral se hace más delgado en su parte posterior y se ensancha en su parte anterior, tornándose cuneiforme de base anterior. El núcleo se ve desplazado hacia 2

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delante, lo que tensa las fibras anteriores del anillo. A la par, el L.V.C.A se tensa. El L.V.C.P se distiende, constatándose que las apófisis articulares inferiores de la vértebra superior se encajan con las superiores de la vértebra inferior mientras que las espinosas contactan entre sí. El movimiento queda limitado por los topes óseos del arco posterior y por la puesta en tensión del L.V.C.A. Durante el movimiento de inflexión lateral, el cuerpo de la vértebra suprayacente se inclina hacia el lado de la concavidad y el disco se torna cuneiforme, más grueso en el lado de la convexidad. El núcleo se desplaza hacia el lado de la convexidad. El ligamento intertransverso del lado de la convexidad se tensa y se distiende en el lado de la concavidad. La apófisis articular del lado de la convexidad se eleva mientras que la del lado de la concavidad desciende. Existe una distensión de los ligamentos amarillos y de la cápsula articular interapofisaria del lado de la concavidad y, tensión en el lado de la convexidad. Rotación en el raquis lumbar Cuando la vértebra superior gira sobre la inferior se acompaña de un deslizamiento del cuerpo vertebral de la vértebra superior en relación al de la vértebra subyacente. El disco no está solicitado en torsión axial, lo que le daría una gran amplitud de movimiento, sino en cizallamiento; esto explica que la rotación axial en el raquis lumbar sea limitada, tanto en cada nivel como en su conjunto. Esta movilidad está reducida debido a la orientación de las carillas.

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La charnela lumbosacra y la espondilolistesis La charnela lumbosacra constituye un punto débil del edificio raquídeo. En la inclinación de la meseta superior de la primera sacra, el cuerpo de la 5ª lumbar tiende a desplazarse hacia abajo y delante; el peso puede descomponerse en dos fuerzas, una perpendicular a la meseta superior del sacro y una fuerza paralela a la meseta superior del sacro que desplaza el cuerpo de L5 hacia delante. La sólida unión del arco posterior de L5 impide este deslizamiento. Las apófisis articulares inferiores de L5 se encastran entre las apófisis articulares superiores de la primera sacra. La transmisión de estas fuerzas se realiza a través de un punto localizado en el istmo vertebral: se denomina así la porción del arco posterior comprendida entre las apófisis articulares superiores y las inferiores. Cuando este istmo se rompe, existe una espondilolisis. Como el arco posterior ya no queda retenido por detrás en las apófisis superiores del sacro, el cuerpo de L5 se desliza hacia abajo y delante provocando una espondilolistesis. Los únicos elementos que retienen L5 sobre el sacro e impiden que esta se deslice todavía más sobre el sacro son el disco lumbosacro y los músculos de las correderas vertebrales, en cuya contractura permanente está el origen de la espondilolistesis.

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Los ligamentos iliolumbares y los movimientos en la charnela lumbosacra Las dos últimas vértebras lumbares están unidas directamente al hueso ilíaco por los ligamentos iliolumbares. Se pueden distinguir dos haces: -el haz superior o iliotransverso lumbar superior: se origina en el vértice de la apófisis transversa de L4, se dirige hacia abajo, fuera y atrás para insertarse en la cresta ilíaca; -el haz inferior o iliotransverso lumbar inferior, se origina en el vértice y borde inferior de la apófisis transversa de L5, se dirige hacia abajo y fuera para insertarse en la cresta ilíaca por delante y dentro del haz precedente. A veces, se distinguen dos pequeños haces fibrosos más o menos individualizados: -un haz ilíaco -un haz sacro, vertical, que se dirige hacia delante y finaliza en la parte anterior de la articulación sacroilíaca y en la parte más lateral del alerón sacro. Estos ligamentos iliolumbares se tensan o distienden según los movimientos de la charnela lumbosacra; de modo que intervienen para limitarlos. Durante la inclinación lateral los ligamentos iliolumbares se tensan del lado de la convexidad y limitan a 8º la inclinación de L4 sobre el sacro. En el lado de la concavidad estos ligamentos se distienden.

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Durante la flexoextensión: a partir de la orientación neutra, la orientación de los ligamentos permite entender que en el transcurso de la flexión se tensa el haz superior del ligamento iliolumbar, ya que se dirige hacia abajo, fuera y atrás. En la extensión, se distiende. Durante la flexión el haz inferior del ligamento iliolumbar se distiende y se tensa durante la extensión. La movilidad en la charnela lumbosacra está muy limitada debido a la potencia de estos ligamentos. En conjunto, limitan más la inclinación lateral que la flexoextensión. Papel de L3 y 12D Los trabajos de A. Delmas han puesto de manifiesto el valor funcional de determinadas vértebras, en bipedestación. El carácter cuneiforme de L5 que debe realizar la transición entre el sacro más o menos horizontal y un raquis vertical se conoce desde hace tiempo. Sin embargo el papel de L3 se comienza a entender. Esta vértebra posee un arco posterior más desarrollado, ya que sirve de relevo muscular entre los haces lumbares del dorsal largo que se insertan en las apófisis transversas y los haces del epiespinoso cuya inserción más baja se localiza en la espinosa de L3. Así, los músculos con inserción sacra e ilíaca desplazan L3 hacia atrás representando un punto fijo para la acción de los músculos dorsales. 6

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Desempeña un papel primordial para la estática vertebral debido a su situación en el vértice de la lordosis lumbar y a que sus mesetas son horizontales y paralelas entre sí. Se trata de la primera vértebra lumbar verdaderamente móvil ya que se puede considerar que L4 y L5, muy ligadas al ilíaco y al sacro constituyen una transición más estática que dinámica entre el raquis y la pelvis. D12 constituye un punto de inflexión entre la cifosis dorsal y la lordosis lumbar. Se trata de una vértebra charnela cuyo cuerpo es importante en relación al arco posterior, por detrás del cual los músculos de las correderas pasan formando un puente, sin tomar inserciones notables. A. Delmas la compara a una verdadera rótula del eje vertebral. Músculos de la pared abdominal. El enderezamiento de la lordosis lumbar. La mayor o menor curva del raquis depende del tono de los abdominales, raquídeos y de ciertos músculos de MMII unidos a la cintura pélvica. En la posición denominada “asténica”, la relajación muscular conlleva una exageración de todas las curvas raquídeas: hiperlordosis lumbar, acentuación de cifosis dorsal y de la lordosis cervical. La pelvis bascula en anteversión. El psoas flexiona el raquis lumbar sobre la pelvis y acentúa la lordosis lumbar que se ve agravada por la hipertonicidad del mismo; esta actitud asténica la adoptan sujetos carentes de energía y voluntad, y mujeres en estado avanzado de gestación, en el que la distensión de los músculos de la pared abdominal, al igual que el 7

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desplazamiento hacia delante del centro de gravedad debido al desarrollo del feto, perturban la estática pélvica y raquídea. El enderezamiento de las curvas raquídeas comienza en la pelvis. La corrección de la anteversión pélvica se obtiene mediante la contracción de los extensores de cadera: isquiotibiales y glúteo mayor. El sacro se verticaliza y la curva del raquis lumbar disminuye. El papel más importante en la corrección de la hiperlordosis le corresponde a los rectos abdominales localizados en el lado de la convexidad de la curva lumbar, actuando a través de dos grandes brazos de palanca. Basta con contraer los 2 glúteos mayores y los 2 rectos abdominales para conseguir un enderezamiento de la lordosis lumbar. A partir de ahí, la acción extensora de los músculos de las correderas lumbares puede lograr la tracción hacia atrás de las primeras lumbares. La contracción de los músculos del plano dorsal conlleva la disminución de la cifosis dorsal. La acción de los músculos del raquis cervical permite un enderezamiento de la lordosis cervical. Con las curvas borradas, el raquis es más alto pudiendo ganar una persona hasta 3 cm de altura. Estática del raquis lumbar en bipedestación En apoyo simétrico sobre los MMII, el raquis lumbar, visto de perfil, presenta una curva de concavidad posterior denominada lordosis lumbar. Visto de espaldas es rectilíneo. En apoyo asimétrico sobre un solo miembro, presenta una concavidad hacia el lado del apoyo, la cadera del lado del apoyo está más elevada. Para compensar esta inflexión, el raquis dorsal adopta una curva de concavidad opuesta y el raquis cervical hacia el mismo lado que el lumbar.

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Durante la flexión del tronco, los músculos espinales son los primeros en contraerse seguidos de los glúteos e isquiotibiales y sóleos. Al final de la flexión, el raquis se estabiliza por la acción pasiva de los ligamentos raquídeos que toman como punto fijo la pelvis, cuya anteversión retienen los isquiotibiales. Durante el enderezamiento, los músculos intervienen en orden inverso. En bipedestación rectílinea, el desequilibrio hacia delante está controlado por la contracción tónica de los músculos del plano posterior: triceps surales, isquiotibiales, glúteos, espinales; los abdominales permanecen relajados. Sedestación y decúbito En sedestación con apoyo isquiático, postura denominada “mecanógrafa”, sin respaldo, el peso del cuerpo reposa sobre los isquiones, la pelvis está en equilibrio inestable, más bien solicitada en anteversión, de ahí una hiperlordosis lumbar y las curvas dorsales y cervicales acentuadas: los músculos de la cintura escapular, especialmente el trapecio que sostiene la cintura escapular y los miembros superiores, actúa para mantener la estática raquídea. A la larga, esta actitud causa dolores, conocidos como “síndrome de las mecanógrafas” o de los trapecios.

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En la posición de sedestación con apoyo isquiofemoral denominada del cochero, el tronco inclinado hacia delante, reposando acodado sobre las rodillas, el apoyo se realiza a través de las tuberosidades isquiáticas y la cara posterior de los muslos. La pelvis está en anteversión y la acentuación de la cifosis dorsal conlleva el enderezamiento de la lordosis lumbar. Si los miembros superiores actúan como puntales, el tronco permanece estable con un mínimo esfuerzo muscular e incluso es posible conciliar el sueño. Es una posición de reposo de los músculos de las correderas vertebrales, disminuye el efecto de cizallamiento sobre el disco lumbosacro y permite la relajación de los músculos del plano posterior. En la posición de sedestación con apoyo isquiosacro, el tronco, echado hacia atrás, reposa sobre el respaldo de la silla y el apoyo se realiza en las tuberosidades isquiociáticas y cara posterior del sacro y cóccix; la pelvis está en retroversión, la lordosis enderezada, la cifosis acentuada y la cabeza puede caer hacia delante sobre el tórax, a la vez que se invierte la lordosis cervical. Es una posición de reposo que puede suscitar el sueño, aunque la respiración resulta dificultosa debido a la flexión del cuello y al peso de la cabeza sobre el esternón: esta posición reduce el deslizamiento anterior de L5 y relaja los músculos posteriores del raquis lumbar. El decúbito supino con los MMII extendidos, es la posición más adoptada para el reposo: la tracción sobre el psoas provoca una hiperlordosis lumbar. En la posición de decúbito supino con los MMII flexionados, la relajación de los psoas conlleva una retroversión pélvica y una disminución de la lordosis lumbar, consiguiendo así una relajación de los músculos espinales y abdominales. En la posición denominada “de relajación”, conseguida con ayuda de cojines, donde el plano de apoyo dorsal es cóncavo determinando un enderezamiento de la lordosis lumbar y cervical; un apoyo debajo de las rodillas flexiona las caderas, con lo que el psoas e isquiotibiales se relajan. En una posición de decúbito lateral existe una convexidad lumbar inferior, la línea de las dos espinas ilíacas posterosuperiores y la línea de los hombros convergen por encima del sujeto. El raquis dorsal presenta una curva de convexidad superior. Con esta postura no se consigue relajación muscular general y puede provocar dificultades respiratorias. 10

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La posición de decúbito prono tiene los inconvenientes del decúbito dorsal (hiperlordosis lumbar) agravados por las dificultades respiratorias debidas al apoyo sobre la caja torácica y el abdomen, que comprime la masa abdominal contra el diafragma, disminuyendo su desplazamiento, y, finalmente, la posible obstrucción de las vías respiratorias por el plano de apoyo, secreciones o cuerpos extraños. Muchas personas adoptan esta postura para dormir, aunque la cambian de inmediato. De manera general, nunca se mantiene durante mucho tiempo una misma posición durante el sueño, ya que de este modo se consigue la relajación sucesiva de todos los grupos musculares y, sobre todo, el desplazamiento de los puntos de apoyo, ya que permanecer más de 3 horas en una posición puede producir isquemia de los tegumentos. Amplitud de flexoextensión del raquis lumbar Las amplitudes de flexoextensión varían según los individuos y según la edad. Las cifras propuestas son casos particulares o promedios. No obstante se puede asumir que: - la extensión, que se acompaña de una hiperlordosis lumbar, tiene una amplitud de 30º; - la flexión, que se acompaña de un enderezamiento de la lordosis lumbar, tiene una amplitud de 40º. La amplitud máxima se localiza entre L4-L5, seguida de L3-L4 y L5-S1. Por último L2-L3 y L1-L2. La movilidad decrece con la edad siendo máxima entre los dos y trece años en la interlínea L4-L5.

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Amplitud de inclinación según la edad Como en el caso de la flexoextensión, la inflexión lateral, varía según la edad y según los individuos: sin embargo, se puede afirmar que en término medio, la inclinación es de 20 a 30º a cada lado. Disminuyen con la edad siendo máximas de los dos a los trece años alcanzando 62º y mínimas entre los 65 y 77 alcanzando los 22º. La amplitud segmentaria a nivel de L5-S1 es bastante limitada. La amplitud máxima se localiza entre L4-L5 y L3-L4.

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Amplitud de rotación en el raquis lumbar En el raquis lumbar aislado, la rotación total derecha-izquierda es de 10º, 5º a cada lado, y por tanto, 1º de rotación en cada segmento por término medio.

El agujero de conjunción y el cuello radicular Cada nervio raquídeo sale del canal vertebral por un agujero de conjunción. Este agujero de conjunción está limitado por delante por el contorno posterior del disco intervertebral y la parte adyacente de los cuerpos vertebrales, por debajo, por el pedículo de la vértebra subyacente; por arriba, por el pedículo de la vértebra suprayacente; por detrás, por las articulaciones interapofisarias, recubiertas por delante por la cápsula y el borde lateral del ligamento amarillo, que recubre la cápsula y avanza ligeramente sobre el agujero de conjunción. 13

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En el área del agujero de conjunción, el nervio raquídeo debe perforar el saco dural: el nervio raquídeo, situado en principio en el interior del saco dural, se aproxima a la pared medial del mismo para perforarlo a nivel del cuello radicular que representa un punto fijo, punto de paso obligado del nervio raquídeo donde quedará sujeto por el saco dural. Además, el nervio raquídeo reposa sobre el pedículo de la vértebra inferior, pasa de este modo por un estrecho desfiladero entre el disco por delante, cubierto por el LVCP, y la articulación interapofisaria por detrás, cubierta por una prolongación del ligamento amarillo. Diferentes tipos de Hernia Discal Bajo el efecto de la presión axial, la sustancia del núcleo pulposo puede fluir en distintas direcciones. Si las fibras del anillo fibroso son todavía resistentes, la hiperpresión puede acarrear el hundimiento de las mesetas vertebrales. Se trata de una hernia intraesponjosa. Estudios recientes han demostrado que a partir de los 25 años, las fibras del anillo fibroso empiezan a degenerar, pudiéndose producir desgarros infrafasciculares entre sus diferentes capas. Entonces, bajo la presión axial, la sustancia del núcleo podría pasar a través de las fibras del anillo. Estas fugas de sustancia nuclear pueden ser concéntricas, aunque a menudo, son radiales. Las fugas anteriores son las más raras. En cambio, las posteriores son muy frecuentes, sobre todo en sentido posterolateral. De este modo, cuando el disco se aplasta, una parte de la sustancia nuclear se difunde ya sea hacia delante u atrás, pudiendo alcanzar así el borde posterior del disco y aflorar bajo el LVCP. En un primer momento, aun permaneciendo unida al núcleo, puede bloquearse debajo 14

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del LVCP; en este caso, todavía es factible reintegrarla en su compartimento del núcleo mediante tracciones vertebrales. Con frecuencia, hunde el LVCP y puede incluso quedar libre en el interior del canal vertebral. Se trata de una hernia discal libre. En otros casos, queda bloqueada bajo el LVCP, y las fibras del anillo fibroso se cierran entonces detrás de ella, impidiéndole toda posibilidad de retorno. Existen otros casos en los que tras haber alcanzado la cara profunda del LVCP, la hernia puede deslizarse bien hacia arriba o abajo tratándose de una hernia migratoria subligamentosa. Cuando la hernia discal alcanza la cara profunda del LVCP, tensa sus fibras nerviosas produciendo lumbalgias; ulteriormente, cuando la hernia discal comprime el nervio raquídeo es la causa de las radiculalgias. Hernia discal y mecanismo de compresión radicular La hernia discal se produce en tres tiempos. Sin embargo, su aparición sólo es posible si previamente el disco ha resultado deteriorado por microtraumatismos repetidos y si, por otra parte, las fibras del anillo fibroso han empezado a degenerar. En general, la hernia discal aparece tras un esfuerzo de levantamiento de una carga con el tronco inclinado hacia delante: en el primer tiempo, la flexión del tronco hacia delante disminuye la altura de los discos en su parte anterior y entreabre hacia atrás el espacio intervertebral. La sustancia nuclear se proyecta hacia atrás, a través de los desgarros preexistentes del anillo fibroso. En el segundo tiempo, al iniciar el esfuerzo 15

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de levantamiento, el aumento de la presión axial aplasta la totalidad del disco intervertebral y desplaza violentamente hacia atrás la sustancia del núcleo, que de este modo alcanza la cara profunda del LVCP. En el tercer tiempo, el enderezamiento del tronco ha finalizado, el trayecto en zigzag por el que ha pasado el pedículo de la hernia discal se cierra de nuevo bajo la presión de las mesetas vertebrales y la masa constituida por la hernia queda bloqueada bajo el LVCP. Es en este momento cuando sobreviene un intenso dolor lumbar conocido comúnmente como dolor de riñones y también lumbago, que corresponde al primer tiempo de la lumbociatalgia. Este lumbago agudo inicial puede remitir ya sea espontáneamente o con tratamiento, pero si se producen episodios idénticos y repetidos, la hernia va a aumentar de volumen y se protuirá cada vez más hacia el conducto raquídeo, entrando entonces en conflicto con uno de los nervios raquídeos, una de las raíces del nervio ciático. Por eso, la hernia discal aparece generalmente en la parte posterolateral del disco, en el lugar donde el LVCP es menos grueso; desplazando progresivamente a la raíz del nervio ciático, hasta el momento en el que la pared posterior del agujero de conjunción la detiene, la articulación interapofisaria recubierta por su cápsula, que a su vez está reforzada por un ligamento anterior y por la parte lateral del ligamento amarillo. A partir de este instante, la raíz comprimida va a manifestar su sufrimiento con la aparición de dolores en el territorio de la misma e incluso, posteriormente, trastornos de los reflejos (abolición del reflejo aquíleo si se trata de la compresión de la raíz de S1 y trastornos motores, en la ciática paralizante). Dependiendo del nivel en el que se produce la hernia discal y la compresión radicular, la sintomatología clínica será distinta: cuando la hernia discal se localiza en el segmento L4-L5, comprime la quinta raíz lumbar y la radiculalgia correspondiente afecta a la cara posterolateral del muslo y rodilla, cara lateral de la pantorrilla, cara dorsolateral de la garganta del pie y cara dorsal del pie hasta el dedo gordo. Cuando la hernia discal se localiza en el segmento L5-S1, comprime la primera raíz sacra y la radiculalgia afectará a la cara posterior del muslo, rodilla y pantorrilla, talón y borde lateral del pie hasta el quinto dedo. Es necesario puntualizar que la hernia discal L4-L5 al hallarse más cerca de la línea media puede comprimir simultáneamente L5 y S1, o incluso, a veces, solamente S!. Si la exploración quirúrgica se limita al 16

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espacio L5-S1 en razón de la topografía S1 de la radiculalgia, corre el riesgo de pasar por alto la lesión localizada en el segmento superior. El signo de Lasègue El signo de Lasègue es un dolor provocado al tensar el nervio ciático o una de sus raíces. Se explora con el individuo en decúbito supino, elevando progresiva y lentamente el miembro inferior extendido. El dolor reproduce el dolor ciático que experimenta de forma espontánea el enfermo. Las raíces del nervio se deslizan libremente a través de los agujeros de conjunción. En el transcurso de la elevación del miembro inferior, con las rodillas extendidas, las raíces se desplazan fuera del agujero de conjunción en una longitud que puede alcanzar los 12 mm en el caso de L5. Interpretación del signo de Lasègue: - cuando el sujeto está en decúbito supino, con los MMII descansando sobre el plano de apoyo, el nervio ciático y sus raíces están perfectamente distendidos; - cuando se eleva el miembro inferior con las rodillas flexionadas, el nervio ciático y sus raíces todavía permanecen distendidos; - pero si entonces se extiende la rodilla o bien se eleva progresivamente el miembro inferior con la rodilla extendida, el nervio ciático se ve obligado a recorrer un trayecto más largo y en consecuencia está sometido a una tensión creciente. En el individuo normal, las raíces se deslizan libremente por el agujero de conjunción y esta maniobra no es dolorosa, sólo aparece dolor en la parte posterior del muslo al final de la 17

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elevación, cuando el miembro inferior se aproxima a la vertical, debido a la tensión de los músculos isquiotibiales en los sujetos que han perdido flexibilidad. Se trata de un falso signo de Lasègue. - por el contrario, cuando una de las raíces queda bloqueada en el agujero de conjunción, o cuando debe recorrer un trayecto más largo sobre la convexidad de una hernia discal, una elevación moderada del miembro inferior provocará dolor al tensarlo. Se trata del verdadero signo de lasègue que, generalmente, aparece por debajo de los 60º de flexión; de hecho, por encima de los 60º ya no se trata del signo de Lasègue, puesto que la tensión del nervio ciático alcanza su máximo a los 60º. Si una de las raíces está bloqueada o relativamente acortada por una hernia discal, una maniobra brusca puede provocar una ruptura de los axones en el interior de la raíz, lo que se traduce en una parálisis, con frecuencia transitoria pero a veces lenta de regresión. De esto se derivan dos precauciones: - efectuar siempre la maniobra de Lasègue con suavidad y precaución, y detener la elevación del miembro en cuanto aparezca dolor; - no realizar nunca esta maniobra bajo anestesia, ya que el dolor no puede indicar la interrupción del movimiento. Esto puede suceder al colocar al paciente para la operación de hernia discal, cuando en decúbito supino se flexionan las caderas dejando las rodillas extendidas. Se debe vigilar que la flexión de caderas se acompañe simultáneamente de una flexión de rodillas, distendiendo entonces el nervio ciático y preservando así la raíz bloqueada.

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