Bestiario Humano

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Bestiario humano Ficción documental

Diego Álvarez Robledo

65 Cuadernos de Dramaturgia Mexicana

BESTIARIO HUMANO Ficción documental

Diego Álvarez Robledo 65

Cuadernos de Dramaturgia Mexicana

Diego Álvarez Robledo (México, D. F., 1986). Escritor y director de escena, es fundador del colectivo Principio… Ha dirigido las siguientes obras de su autoría: Dara y Jíssa, Terminal Axolotl, Intersticios, Bestiario humano, Solitario Joseph, Gospel of the Spangled Banner y Animalia, en teatros como La Capilla, La Gruta, Juan Ruiz de Alarcón, El Galeón, y en la 35 Muestra Nacional de Teatro. Ha sido becario de la Fundación para las Letras Mexicanas (20102012), y Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (2013-2014). Ganó el Premio Nacional de Dramaturgia Gerardo Mancebo del Castillo en 2011. Su obra se ha publicado en Tierra Adentro, El Milagro y Paso de Gato. En 2013 dirigió Terminal Axolotl con la Compañía Nacional de Teatro de Costa Rica. En 2015 escribió y dirigió Spangled Banner, producción de Teatro unam, en México y Estados Unidos.

Edición realizada con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados

Foto de portada: Daniel Primo Foto de contraportada: Miriam Romero

ISBN: ® Registrada en Indautor © Diego Álvarez Robledo © Toma, Ediciones y Producciones Escénicas y Cinematográficas bajo el sello editorial de Paso de Gato Eleuterio Méndez # 11, Colonia Churubusco-Coyoacán, c. p. 04120, México, D. F., teléfonos: (0155) 5601 6147, 5688 9232, 5688 8756 www.pasodegato.com Correos electrónicos: [email protected], [email protected] Las autorizaciones para el montaje de esta obra pueden solicitarse directamente al autor en la siguiente dirección electrónica: [email protected] Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra en cualquier soporte impreso o electrónico, así como el montaje escénico de la misma, sin previa autorización del autor.

A Miriam, por todo

Rinomanía 1 Tres chicas rinoceronte, una que habla nerviosa y una que está enojada.

Itzel: Hay una vieja leyenda bantú que habla de un rinoceronte blanco como el mármol, es gigante, puede tumbar árboles a su paso, pero es silencioso como hormiga. Dicen que si te ve a los ojos te dice de qué estás hecho; sin una palabra, te desmenuza con la mirada, te muestra tu vida entera en un bufido y desaparece en cuanto parpadeas... Su piel es gruesa como armadura prehistórica; sus pezuñas dejan yagas en la tierra, pero son tan delicadas que peinan la hierba. Es imposible rastrearlo entre los matorrales, pero cuando llegue el momento, él te va a encontrar. Su cuerno ha protegido África desde siempre. Lucía: Pero sus ojos están perdidos; el rinoceronte es una reliquia de otra época. Despertó en un mundo que ya no conoce. Es un viajero desafortunado que no puede regresar. Miriam hace una pintura rupestre sobre el mapa. Es un enorme rinoceronte.

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Esmirna: Ésta es una historia que todos los rinos aprenden desde niños. Sofía: Hace millones de años había un rino patriarca que pastó en Asia Central... Esmirna: Era unicornio, era inmenso y lanudo como un dinosaurio mamífero, apestoso y masculino. Sofía: Sus fósiles están cubiertos de flechas. Éramos unos simios cuando lo exterminamos. Esmirna: Hoy su silueta sigue en las cavernas, es un trazo rupestre, digo pintura, y verlo es tan inmortal... tan como verte un espejo... del pasado. ...de nosotras mismas, del pasado de nosotras en un trazo. ...reflejadas en el pasado. Rupestre. Dije una idiotez, ¿verdad? Lucía: Sí. Sofía: Sus descendientes fueron haciéndose más y más pequeños. Esmirna: ...como todos los huérfanos. Sofía: Si pudiéramos escuchar a los que hoy sobreviven, esto nos dirían: Itzel: Soy Blanca, yo soy la mayor y pronto voy a ser la única rino. Antes mi jardín iba de las costas heladas de Sudáfrica al desierto de las dunas gigantes... Esmirna: ...bien hundido en tierra bantú. Itzel: Ahora vivimos en un terrenito entre el parque Kruger y Mozambique. Hay una guerra sólo por mi cuerno... El martes durmieron a mi tío con un dardo. Le rebanaron media cara con una sierra y lo abandonaron entre los matorrales. Lucía: Qué estúpido. Itzel: Cuando despertó estaba casi muerto y había perdido su orgullo; mi tía lo corrió de su hábitat por pocos-huevos. 4

Quiso tallar sus cuernos con los de otros rinos, pero ya no tenía cuernos.... (Llora.) Esmirna: Yo soy India. Soy casi tan grande como Blanca, pero soy unicornio, como mi papá. Lucía: ¿Y dónde está tu cuerno? Esmirna: Aunque no parece, sí tengo cuerno. Puede crecer medio metro si me lo dejo. Me lo corto para verme joven. Lucía: Se lo lijaron unos ambientalistas. Ahora es estúpida. Esmirna: ¡Claro que no! Lucía: Los rinos sin cuerno se vuelven estúpidos. Sólo chillan como pájaros. Esmirna: ¡Me jodieron los cuentos chinos! (Esmirna llora y chilla como pájaro.) Lucía: ¿Por qué lloras? ¡Yo nací en medio de un genocidio, por eso desaparecí! Aquí no crece ni un rábano. La arena te cocina los pies. Qué estúpida. Sofía: Yo valgo tres veces más que ellas. Vivo en un club tropical en la selva de Indonesia, con un grupo selecto de 25 rinos, somos los elegidos. Lucía se acerca, le dice un secreto y le da un papel. Sofía lee:

Sofía: La semana pasada encontraron a mi vecina destazada. Yo soy Java. Soy la última mujer. Miriam intenta hablar, pero no puede.

Itzel: Es Sumatra, es la más pequeña, ya no puede hablar. Lucía: Nació en un zoológico. Cada día es más estúpida. Sofía: Los rinos de zoológico se echan a perder. Itzel: En un par de años va a ser un rinobulto. Lucía: Además es la más peluda de todas. Bestiario humano

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Cuadernos de Dramaturgia Mexicana Sumatra intenta hablar, y luego grita desesperadamente, pero ningún sonido sale de su boca.

2 Sofía: La extinción puede ser súbita como el meteoro que asesinó a los dinosaurios, o puede durar un millón de años. Hay especies que dejan de existir, ésa es su naturaleza. En la historia de este planeta ha habido momentos en donde casi todo se muere. Esmirna: Cinco extinciones masivas. Itzel: La vida promedio de un hombre en la Ciudad de México es de 73 años. Sofía: En términos geológicos es un parpadeo. Esmirna: La vida promedio de una especie es de 10 millones de años. Itzel: El ser humano tiene apenas 150 mil años. Esmirna: Si nuestra especie fuera un individuo promedio, sería un niño de un año. Sofía: Y en un solo día ––ayer–– habría asesinado al 90% de los tiburones del planeta. Eso es casi tan rápido como la extinción de los dinosaurios. Itzel: Sólo que los tiburones llevaban 420 millones de años en el océano. Esmirna: Sobrevivieron a las cinco extinciones masivas. Sofía: Para algunos no hay nada más nocivo que nuestra existencia. Lucía: Yo les voy a contar una historia acerca de la extinción. Habla una exploradora galáctica en el año 2223, y dice: Esmirna: El universo se está expandiendo, cada vez más rápido. Si fuera por el big bang, hace millones de años 6

hubiera parado, pero se está acelerando; algún día las galaxias que estuvieron unidas serán asteroides de piedra y estrellas heladas desintegrándose a millones de años luz de distancia, hay una fuerza imperceptible que siempre nos aleja. Somos partículas a la deriva en un océano oscuro, infinito, solitario. Lucía: Todos conocen esa historia. La moraleja es... que la vida es un regalo peligroso y si la tienes, estás condenado a saber que todo lo que conoces irremediablemente se va a desmoronar. 3 Lucía: En abril del 2011, en Camerún, asesinaron al último rinoceronte negro de Oriente. Me enteré en mi muro de Facebook. Un imbécil activista lo posteó. No sé por qué lo tengo entre mis amigos, pero esa imagen me indignó. Al instante inicié una ola de comentarios de odio en contra de quien fuera capaz de asesinar y mutilar a un ser vivo de una forma tan salvaje. Inician comentarios de odio.

Lucía: Hasta que: Sofía: Pobre simplona... ¿No entiendes que hay condiciones sociales que nos determinan? Pregúntate en qué mundo creció, por qué está dispuesto a dar su vida, si es un sádico hijo de puta o es un hombre que quiere alimentar a su familia. Lucía: ¿Entonces dices que defiendes a ese troglodita carnicero? Bestiario humano

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Sofía: Hay niños muriéndose de hambre mientras tú lloras detrás de tu imbécil pantalla cuando alguien publica fotos de perritos. Lucía: Por lo menos me preocupa la vida, no defiendo a un asesino. Pinche puta. Sofía: Pinche poser. Me cago en tu activismo. Lucía: Dímelo en mi cara. Sofía: Cuando quieras. Lucía: Así empezó nuestra historia... Sofía: ...un amor que nos llevó a darle la vuelta al mundo. Lucía: Acompáñame, chaparra. Miriam: ¿Para qué? Lucía: Quiero que veas cómo le parto su madre. Miriam: Quedaron de verse en un estacionamiento. Iban a matarse. Lucía: Tú eres madame Rimbaud. Sofía: Sí. (Pausa.) Miriam: Fue amor a primera vista. Lucía: Ella era socióloga. Sofía: Ella, bióloga. Lucía: Siempre dejaba la llave abierta, el gas encendido. Sofía: Se quejaba del polvo en los jacales más humildes que visitamos. Lucía: Era una histérica, no tenía sentido del humor. Sofía: Se va con el primer impulso, ella es pura violencia, todo le vale madres. Lucía: Una vez le pegó a mi perro. Sofía: ¡Me mordió! ¿A quién quieres más, al perro o a mí? Lucía: En este momento, al perro. Sofía: Es una niña mimada... Lucía: Es una cochina y una naca. Sofía: ...pero a veces podía dejarlo todo y ensuciarse junto a mí. 8

Lucía: Ella me hacía perder el estilo. Sofía: Discutíamos durante horas, me gustaban sus labios. Lucía: Me excitaba su cuerpo. Sofía: La primera vez me llevó a su casa, me enseñó un mapa del mundo y marcó un punto. Lucía: Aquí viven los elefantes del desierto. De algún modo tenemos que llegar. Sofía: Teníamos un sueño, que íbamos a viajar para entender el mundo. Lucía: ...y luego íbamos a dar nuestras vidas para cambiarlo. Sofía: Vendimos lo que teníamos, dejamos atrás todo lo que queríamos... Lucía: ...para empezar una vida nueva, sólo nosotras dos. Miriam: Estás estúpida. ¿Cómo te vas a ir a dar la vuelta al mundo con ella, si ni la conoces? Lucía: Tú no entiendes, chaparra, lo nuestro es demasiado fuerte. Miriam: Pues yo también voy. Lucía: No seas pendeja. Miriam: Pendeja tú. Cuando ella se harte de tu esquizofrenia, ¿quién te va a cuidar? Lucía: Y nos fuimos a conocer el mundo. Sofía: Las tres. Miriam: No teníamos nada más que poco dinero y un lugar a donde llegar. Lucía: Queríamos entender a esa gente, capaz de mutilar vivos a los rinos. Sofía: Éramos tan jóvenes... creímos que un viaje... Íbamos a empezar a cambiar el mundo, a cambiar nosotras. Lucía: De verdad creímos que podía funcionar.

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4 Esmirna: Ustedes dicen que merece lo peor por matar al rino, pero mis hijos se mueren de hambre. Asha fue la primera. Nunca fue como los demás. Pasó lo que temíamos: se tragó un sapo más grande que su pobre garganta. Fue tan grande el sapo que no le cupo y se ahogó. Un cuerno de rino aquí no te da respeto, te quita el hambre. Ustedes ni conocieron a Mugo, y dicen que no era bueno. Trajo comida aunque sabía lo que le iba a pasar. Ahora nos quieren quitar lo que nos dio porque mató al rino, pero nadie va a comer mejor aunque colgaron a mi Mugo. Una nena no debería estar hambrienta, tragando sapos por ahí. 5 Itzel: El cuerno del rino fue un protagonista de la ruta de la seda. Su consumo es tan viejo como el comercio entre civilizaciones. Esmirna: Según la medicina tradicional china, cura la impotencia y prolonga la vida. Ellos exportaban seda, e importaban cuernos. Esto sucedió durante mil años sin que disminuyeran las poblaciones de rinos. Itzel: Pero la naturaleza está tejida con un hilo más fino que la seda. Una de sus cosas más terribles es que no es infinita, y en cuanto transgredes un balance... (Algo se rompe.) Esmirna: El destino trágico del rinoceronte negro comenzó cuando los europeos decidieron explorar África. En 1870, habían colonizado sólo el 7% del territorio africano. Itzel: Antes de eso, sólo encallaban en los puertos para traficar esclavos. 10

Esmirna: Cuando las colonias americanas se independizaron, los europeos encontraron otra forma de enriquecerse y expandirse: la explotación inmoderada de los recursos naturales que parecían inagotables en África, Medio Oriente y Asia. Itzel: Hacia finales del siglo xix, las tensiones entre los imperios europeos alcanzaron niveles alarmantes: los ejércitos de todos marchaban hacia el centro de África. Esmirna: Para prevenir esta guerra, en 1884 los líderes se reunieron en Berlín para regular la colonización. Itzel: Así, las tensiones se enfriaron durante años: el odio entre estos imperios se canalizó hacia la explotación de los recursos humanos y naturales del mundo, mientras todos se preparaban para la guerra inminente que vendría. 6 Esmirna es Alemania. Lucía es Inglaterra. Miriam es Bélgica. Sofía es Francia. Itzel es Italia. Comen pollo.

Esmirna: ¡Nein! Lucía: Mind your manners, Otto. Esmirna: All die Engländer Pirates. ¡Tampoco me voy a sentar junto a una rata quesera! Sofía: Tous les goths sont sauvages. Esmirna: Bismarck aplastó a Napoleón como insecto. Ni siquiera pudiste con México. Deutschland wird nie einen Krieg verlieren. Me debes dinero, no se me va a olvidar. Miriam: Llevamos casi 200 años peleando, vinimos por eso. Esmirna: Tú estás aquí sólo porque te invitó ese pirata. Lucía: And you, Otto... no entiendes el presente. Claro que podemos matarnos entre nosotros, someday... But now it’s all about industry, mate. Bestiario humano

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Nadie puede construir un ejército de papel. ¿Dígame, herr Bismarck, dónde está la materia, where to go when you’re in desperate need of gold and iron, rubber and oil? Sofía: África tiene más que suficiente. Lucía: You should see what our Company found in Asia. Cuéntales, François. Sofía: A l’Indochine il’y a des jungles infinites et creatures magiques.... simios pelirrojos, rinocerontes unicornios y tigres de seda. Tout le monde à califourchon sur un éléphant, es inagotable. Minas de oro, mares de petróleo, y las putas más bellas. Itzel: Papa Leone XIII dice che sono un branco di miserabili, essi abbisognano la nostra religione. Lucía: ¿Sabías que hay millones de esclavos, digo, negros para tu ejército, Otto? Lo que necesita tu imperio y más. Miriam: ¿Y qué hay que hacer? ¿Waar kan ik aanmelden? Esmirna: Maldita hiena belga. Lucía: Sólo firmen aquí. François y yo nos tomamos la molestia de trabajar en una propuesta. This is Africa from now on. Dividen África.

Esmirna: La rata y el pirata tienen casi todo. Lucía: François y yo... we’ve got history since Waterloo, ¿verdad, François? Sofía: Oui, monsieur. Lucía: Además a herr Bismarck le dejamos el hule y petróleo, y minas infinitas de hierro. Everything you need to build up your army and crush, François. Sofía: Todo lo que necesitas para aplastarme. Esmirna: ¡Vorzüglich! Miriam: ¡Zo fraai! Lucía: Tú no, Leopold. De rodillas. Si quieres el Congo, tienes que ser bueno conmigo. 12

Miriam: Oui, monsieur. Itzel: ¿Y qué dicen los africanos? Lucía: África no sabe, ¿por qué tendrían que saber? Les estamos haciendo un favor. Sofía: Hacemos lo de siempre... Esmirna: ¿Un ejército para llevarles nuestra cultura? Miriam: We verkrachten hun Vrouwen, we tot slaaf van hun Mannen... Itzel: ...construimos iglesias para salvarlos, les enseñamos rezos... Sofía: Los encantamos con nuestro progreso... Lucía: Just like training monkeys, you see? Then it’s all about us. 7 Itzel: No dijeron exactamente eso... Esmirna: ...pero en la práctica fue lo que pasó. Itzel: Los imperios invadieron África durante el auge de la era industrial. Esmirna: En 1900, todo era colonia europea, excepto Etiopía y Liberia: la colonia gringa. Sofía: ...donde hoy en día el 8% de la población tiene sida y el 12% ha probado carne humana. Itzel: Con los minerales y los combustibles fósiles de África, Medio Oriente y Asia, la industrialización se convirtió en un proceso exponencial e imparable. Esmirna: Era una época de máquinas enormes, calderas ardientes y toneladas de hierro. Lucía: 25 millones de africanos dieron la vida en ese sistema. Sofía: En esta gráfica, podemos ver las emisiones de CO2, el nivel del mar y la temperatura del planeta. Bestiario humano

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Esmirna: Una es consecuencia de la otra, aumentan y disminuyen de forma casi simultánea. Miriam: Durante el último millón de años, el patrón en la gráfica había sido estable. Sofía: Glaciaciones cada 100 mil años, y épocas de intenso calor, en donde el CO2 nunca supera un nivel de 280 partes por millón. Itzel: Desde la era industrial hasta ahora, este tope máximo se transgredió en un 150%. Sofía: Hoy la temperatura de la Tierra es 2 grados más alta que entonces, y el nivel de CO2 es de 400 partes por millón. Lucía: El rinoceronte negro tuvo la mala fortuna de vivir en medio de todo eso. Esmirna: Su hábitat abarcaba toda África Central en 1900; territorio colonial de Francia, Inglaterra, Bélgica y Alemania. Lucía: Rwanda, Burundi, Uganda, Kenya, Tanzania, Congo, Camerún, Gabón y Sudán. Miriam: ¿Alguien puede ubicar esos países en el mapa? Itzel: El comercio de cuerno de rino entre África e Indochina es tan viejo como la ruta de la seda, pero se industrializó durante el colonialismo. Esmirna: Toneladas de marfil y cuernos de rino viajaban en rutas seguras, libres de impuesto. Lucía: Cuando estuvimos juntas, todo el horizonte era mi puerto. El sol nunca se puso en nuestro imperio. Sofía: En esta gráfica, podemos ver cómo las poblaciones del rinoceronte negro oriental se mantuvieron estables desde hace 8 millones de años... Miriam: Veinte veces el tiempo que hemos vivido los humanos. Sofía: ...y se extinguieron entre 1900 y el 2011, a partir de la colonización. 14

¿Quiénes son esas bestias? 8 Esmirna: Hay una cosa que no te dicen de la naturaleza. Cuando ves que matan a los tuyos, algo dentro de ti se activa. Te enseña todo lo que necesitas saber. Te induce a matar. Lucía: Cuando llegamos al Congo, mi amor, enfermaste de Malaria. Sofía tiene un colapso.

Lucía: Estábamos en la selva de Garamba, creí que te morías. Miriam: Conocimos una milicia que traficaba con cuernos de rino y brazos de gorila. Lucía: Una bruja bantú quiso que sudaras toda la enfermedad cubriéndote de sanguijuelas. Itzel: No te chupan toda la sangre, sólo la parte endemoniada. Miriam: El general a cargo era un guerrillero que se hacía llamar “Hiena”. Esmirna: Aquí es la guerra total desde hace 15 años. Lucía: Cuando el sol se puso, un atardecer sangriento se llenó de mosquitos. Miriam: Hiena nos contó sus historias de caníbal. Esmirna: Mobutu era un hijo de puta, nos dejó puro coraje. Itzel: Hiena es un congolés de verdad. Nunca va a traicionar a su gente. Esmirna: No éramos un país, éramos 300 tribus... Itzel: ...todos le debíamos muertos a todos cuando derrocamos a Mobutu. Esmirna: Yo me convertí en Hiena cuando los tutsis incendiaron mi aldea y–– Itzel: ¡Shhh! Ya va a despertar... Bestiario humano

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Cuadernos de Dramaturgia Mexicana Sofía despierta, agitada.

Esmirna: Fue en el 72, un tipo me dijo que era el diablo mientras me violó. Me dijo: Sofía: (Poseída.) Éste es mi infierno, negrito. Lo último que vas a ver son mis flamas. Esmirna: Le creí; pero antes de morir, vi un rinoceronte blanco. Me salvó. Sólo yo sobreviví. Lucía va a ayudar a Sofía.

Itzel: No la toques. Tiene que soltar al demonio por su propia voluntad. Lucía: En cuanto supe que ella no moriría de malaria, algo raro me pasó... Esmirna: Cuando me hice Hiena, descubrí que la sangre de niño te hace inmortal en la guerra. Lucía: ...estaba aterrada, pero entendí por primera vez... Esmirna: Antes de pelear picaba un inocente, mis hombreshiena lo devoraban. Miriam: Quiero ir a mi casa. Lucía: Yo quería comprender a las bestias; ella, a los hombres que se convierten en bestias. Itzel: Hiena mató como a 20 mil antes de arrepentirse. Ahora es evangelista. Esmirna: Pero los del lra,1 ellos sí son demonios. Mataron al menos 500 mil. Sofía: (Despierta agitada.) ¿En dónde estoy? Esmirna: Estás a salvo en el Congo de la Hiena. Un espíritu rinoceronte protege esta selva. Sofía: ¿Cómo llegué hasta aquí?

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9 Sofía: Cuando Leopoldo II de Bélgica llegó al Congo, esto fue lo primero que hizo: Miriam: Ambos son esclavos, pero tú te pareces más a mí, puedes ordenarle a él. ¿Quién eres? Esmirna: Soy un tutsi, señor. Itzel: ¡Pero los hutu somos mayoría! Miriam: Dile que se calle, tutsi... Esmirna: Sí, señor. (Le dispara a Itzel.) Miriam: Nos vamos a llamar “Estado Libre del Congo”, ¿qué tal? Sofía: Y es que la división de África se hizo ignorando un hecho importante: Lucía: Los tres mil idiomas y siete mil grupos étnicos de las personas que la habitaban. Sofía: Durante el colonialismo, los europeos mantenían su paz. Lucía: Mientras África se moría de malaria, las mineras y las petroleras se enriquecieron hasta transformar la economía mundial. Sofía: Igual que los ejércitos. El pacto que dividió África en 1884 se hizo con una promesa. Escuchamos una declaración de la Primera Guerra Mundial.

Sofía: No pudimos encontrar la cifra de cuántos africanos murieron en las dos guerras; pero en todos lados encontramos historias de familias divididas. Lucía: Mártires que fueron a luchar por una patria que los desheredó y luego los mandó a una tierra desconocida, a morir en las trincheras. Escuchamos una declaración de la Segunda Guerra Mundial.

Sofía: Con todos los recursos naturales fluyendo hacia EuBestiario humano

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ropa, miles de familias divididas empezaron a subsistir del único recurso que no era útil para la guerra. Lucía: Así surgió un nuevo cazador furtivo, uno que resistió más de medio siglo de colonialismo, un cazador resentido que para sobrevivir olvidó su compasión. 10 Esmirna: Si te ve a los ojos, estás muerto. Lo mejor para vencer a un rino es dispararle por atrás. Yo prefiero una sierra eléctrica. Dos minutos por cada rino. Si ves a un guardabosques también le disparas. Hay una bruja yoruba que compra sus cabezas. En nuestro grupo hacemos apuestas, a ver quién mata más. Itzel: Para matar un elefante tienes que formar un grupo de seis. Dos para enfurecerlo y cuatro le disparan en el cuerpo, si apuntas a la cabeza, hay un riesgo de romper el marfil. Esmirna: No es para cualquiera. Mi hijo tuvo un momento de duda y lo embistió un rino negro. A mis amigos los emboscaron los soldados. Si te agarran te cuelgan, somos nosotros o ellos. Por eso cuando logre matar otro rino, me voy a jubilar. En cuanto tenga lo suficiente para llevarme a mi familia lejos de acá. Itzel: El más cercano a nosotros es el chimpancé, es un dato científico. Es el único animal que ataca a sus semejantes sin razón. Son asesinos, no se detienen hasta exterminar a la otra manada de chimpancés. No es para alimentarse, es pura diversión. Dejan los cuerpos desmembrados en la selva. Igual que nosotros. Por eso nos llamamos Los Chimpancés. Yo colecciono quijadas de hombre y de animal. Es mi naturaleza. Así me quiso Dios. 18

11 Esmirna: Después de las dos guerras, la población europea quedó hambreada y moribunda. Era claro que ahora el poder estaba en otro lado. Sofía: All right, fuckers, I’m sick of your nazi holocaust and colonialist crap. It ain’t like it’s 1 000 ad. Now I’ve got the money to rebuild, but you’ve gotta be nice to me. Lucía y Miriam: Yes, Sir. Esmirna: De golpe, acabó la era de las colonias. Vemos en el mapa cómo las antiguas colonias se independizaron.

Itzel: Cuando se fueron los belgas del Congo, tuvimos la fiesta más grande. Esmirna: Pero en los años siguientes, los siete mil grupos étnicos de África se vieron obligados a compartir fronteras que no existían antes del colonialismo. Fronteras que generaron resentimientos imposibles de reconciliar. Miriam: ¿Te acuerdas de mí? Lucía: No, ¿por qué? Miriam: Soy un hutu. Ustedes los tutsis asesinaron todo lo que tenía. Lucía intenta huir, pero Miriam la alcanza y la asesina.

Esmirna: Durante esos años, los estadounidenses establecieron su supremacía con una ley fundamental. Sofía: Now our first priority is to save the world from communist threat. Esmirna: Muchas naciones africanas simpatizaron con el socialismo después de siglos de esclavitud. Sofía: Take this guns and shoot that commie mother fuckers. Bestiario humano

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Itzel: Amerikans an derr imperrialism want teik uver da uorrld, uii col revolushon. Esmirna: Las colonias libres de África y Asia fueron el infierno de la Guerra Fría. Cuando la Unión Soviética apoyaba una dictadura, Estados Unidos armaba y financiaba a la oposición, y viceversa. También aparecieron dictaduras que resistían. Itzel: Los recursos naturales se explotaron para acelerar una carrera armamentista que llenó al mundo con armas suficientes para destruir varias veces a la humanidad. Esmirna: Cuando cayó el bloque soviético, ya no se podía detener la violencia. Itzel: En medio de protestas, guerrillas y muchísimas compañías, Estados Unidos hoy mantiene su estrategia bajo una nueva premisa: Sofía: Our main priority is to save the world from terrorist threat. Esmirna: Éstos son los golpes de Estado que han sucedido desde la Guerra Fría. Aparece una lista con el país y el año del golpe de Estado. En seguida marcamos ese país en el mapa.

Esmirna: La metamorfosis está completa: donde antes hubo hombres, ahora hay bestias. Lucía: Los rebeldes seleka crucificaron a dos mil y los hicieron carroña para las hienas. Miriam: Entre militares, en Liberia, es común sacrificar niños y comerse sus corazones. Itzel: En Rwanda entrenaron comandos con sida para violar y exterminar a los tutsis. Sofía: Hoy los rinocerontes intentan resistir en contra de un cazador que usa tácticas de guerrilla, y usa el armamento que inundó África desde la Guerra Fría. 20

Itzel: Los máximos compradores de productos de la caza furtiva de especies en peligro de extinción son Estados Unidos y China. Esmirna: En África, sólo en los noventa, hubo 10 millones de muertos en hambrunas y guerras. Miriam: Siempre nos contaron que un espíritu de rinoceronte blanco vive en la selva y nos protege. Pero yo he ido ahí desde que nací y nunca lo encontramos. 12 Sofía: Cuando tenía 11 años, mi mamá me regaló unos pescaditos. Se ahogaron en un agua puerca que nunca les quise cambiar... En otro mundo, en Kinshasa, me repuse de un ataque de malaria. Un doctor que hablaba inglés me contó la historia de África. Y me dijo también de un rinoceronte blanco. Era una leyenda bantú. Un espíritu que supuestamente me iba a salvar. En Kinshasa pude abrir mi Facebook por primera vez en meses. Lo primero que quise ver fue la foto del rinoceronte. Todo mi viaje había comenzado en esa foto. Ahí me di cuenta de que todo eso que había en la pantalla… es una puta mentira. Quería ir más lejos, quería buscar al rinoceronte blanco. Quería que me dijera algo importante, algo real, algo de mí. Por eso vine… Creí que aún había algo que podíamos hacer. Un califato de leones 13 Esmirna: Enero 22, año 2223. Un desierto se extiende desde Namibia hasta Sudán. Antes Bestiario humano

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de la Gran Tetera de Arrhenius,2 hubo varios ecosistemas entre una costa y otra, en mi viaje encontré la prueba: el fósil de un león. Cuando fui con mi madre al museo de historia natural había un león disecado... Recuerdo… Soy niña, ningún amigo me cree, pero yo sé que mamá no miente si dice: “Tu bisabuela conoció un león de verdad, lo tenían en un zoológico en Florida, todo mundo iba a verlo”. Me falta el aire, fue todo un tema cuando se murió, me pregunto si en la granja que llevo en mi chamarra hay un león de verdad... tiene que haber... ¿cómo será? 14 Miriam: Antes de dormir, mi abuela se encerraba en el baño para quitarse las enaguas. En cuanto se soltaba el brassiere, volaba una nube de talco y aserrín. A mí me gustaba su olor. Había geometrías en sus pliegues y las manchas en su piel eran galaxias en el universo. Evolucionaban. Igual que sus historias. Yo la espiaba cada noche, fascinada por sus huesitos y su pellejo. No quería que se diera cuenta, pero vi una herida en su espalda y ni lo pensé... Itzel: No te preocupes, hijita. Sólo me peleé con un león. Miriam: Esa noche todas sus historias fueron de leones. Itzel: (Ruge.) ¿Qué soy? (Vuelve a rugir.) Miriam: Eres el Apocalipsis, abuelita. Itzel: ¡Soy un león! ¿Sabes dónde viven los leones? Miriam: Fácil, viven en África, con los negritos. Itzel: Todos somos distintos. Mira, tú y yo no somos del 2

Svante Arrhenius. 22

mismo color. Si nos pones a todos juntos, somos los plumones infinitos de Dios. Miriam: Mi papá dice que Dios no existe y que el papa es un hijo de su puta–– Itzel: Sí, bueno... Ven. (La persigna.) Ave María Purísima–– Miriam: Cuéntame un cuento de leones, ¿por qué ese león te mordió? Itzel: Es que... los leones y los humanos somos amigos desde que todo comenzó. Miriam: ¿Qué comenzó, abuelita? Itzel: Pues... todo, m’hija. Los hombres hicieron un pacto con los leones y... Miriam: Años después me enteré de que el león había sido mi abuelo, su garra una botella, y la estepa una noche de peda. Itzel: Los leones abrazan con las garras y besan a mordidas, hija… y este león se enojó porque no le respeté su melena. 14.5 Lucía: Despiértate ya, chaparra. Todo el día quieres dormir, carajo. Sofía: Saliendo del Congo vi mi primer cadáver de rino. Ese día comenzó todo. Miriam: Quiero ir a mi casa. Lucía: Eso has dicho todo el pinche viaje, chaparra. Lárgate cuando quieras. Sofía: Nadie te invitó. Lucía: Pero antes ve esta hermosura. Mira el río. Ya estamos en Sudán. Miriam: Soñé con mi abuela. Sofía: Llegamos al Lago Victoria, y de ahí tomamos una balsa por el Nilo Blanco. Bestiario humano

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Miriam: Cuando desperté, vi una manada de leones devorando una cebra. Sofía: En Sudán moríamos de hambre, pero encontramos unos huevos a la orilla del río. Lucía: Son de tortuga. Yo no voy a comer. Estoy en huelga de hambre. Sofía: Dos días después, ella había cambiado. Miriam: ¿Ya vieron? Un cocodrilo bebé. Lucía lo mata y lo come crudo.

Lucía: ¿Quieren? Sofía: Pasamos por Juba, en Sudán del Sur. Siempre lo peor es ver a los niños. Miriam: Ochenta mil negros murieron para construir un oleoducto en Unity State. Esmirna: Si van al norte, entran en territorio de la yihad. Sofía: Anclamos a las afueras de la ciudad, y un extraño nos ofreció pescado fresco. Esmirna: El sur de Sudán está lleno de negros esclavos que cometen shirk. Sofía: Era el primer musulmán que conocí, y era un fundamentalista. Esmirna: Mejred alanetzar, aleklebat alameryekyh. Alemehdy ‘enedma tatey sewf yewhed ledyena alekhelafh men almegrehb ela enedwenyesya, men aleswemal ela afeghanestan.3 Miriam: Cuando Omar el fundamentalista se quitó el turbante, una enorme melena negra cayó sobre sus hombros como la copa de un árbol oscuro y frondoso. Desde entonces supe que estábamos en tierra de leones. 3

‫راظتنالا درجم‬، ‫ةيكيرمألا تابلكلا‬. ‫نم ةفالخلا انيدل دحوي فوس يتأت امدنع يدهملا‬ ‫ايسينودنإ ىلإ برغملا‬، ‫[ ناتسناغفأ ىلإ لاموصلا نم‬Sólo esperen, perras americanas. Cuando venga el Mahdi, nuestro califato llegará desd4e Marruecos hasta Indonesia, de Somalia a Afganistán.] 24

15 Las leonas rugen. Aparece el territorio de los leones en el mapa del mundo: hace 100 años/hoy.

Lucía: El león es un viejo compañero. Esmirna: Hay leones entre los recuerdos más viejos de la humanidad. Sofía: En las estatuas de los sumerios, y tallados en los templos de la dinastía Han. Itzel: En las ruinas de Indochina, el león es guardián en la entrada. Si vas a Camboya, verás que sigue ahí. Miriam: Desde que nos conocimos en África, los humanos tenemos una fascinación felina. Esmirna: La manada está comandada por un macho, con un harem de seis hembras o más. Miriam: Él ignora que el poder es de ellas. Juntas son el equipo más letal del planeta. Lucía: En el ciclo natural de los leones, un macho alfa no dura ni dos años con su manada antes de que otro león lo destrone a zarpazos. Esmirna: Entonces es seguro que asesinará a los cachorros machos, pero no a las hembras. Miriam: Ellas devoran a sus amores muertos y guardan sus ruinas en el cuerpo. Esmirna: Sobrevivir es nuestra naturaleza. Llevamos la semilla de una nueva generación. Miriam: Hay que cazar. En la noche va a querer aparearse. Esmirna: Nosotras tenemos que seguir adelante para que la vida pueda continuar.

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16 Sofía: Ahora vamos a contarles la historia de un viejo león. Itzel: Se llamaba Muhamad. Lucía: Creció en Arabia, huérfano y analfabeta, con una familia de beduinos del desierto. Sofía: En una sociedad tribal en guerra constante, donde uno de cada tres niños no sobrevivía, él quería... Itzel: Quería desmenuzar la existencia y entender el sufrimiento de la gente. Esmirna: No iba a descansar hasta que le respondiera Dios en persona. Itzel: Me encerré en una cueva a orar y se me olvidó el tiempo. Miriam: Y un día, un Ángel apareció. Sofía: ¡Recita! Itzel: ¡Pero si yo ni sé leer! Sofía: Recita en el nombre de tu Señor, quien creó al hombre de una gota de sangre. Itzel: Entonces leí. (Empieza la recitación del Corán.) Era la voz de Dios. Miriam: Y Dios le reveló el Corán. Itzel: “No importa el color de su melena, todos los leones son hijos de mi creación”. Sofía: Durante su vida, unificó las manadas del desierto en un califato. Abolió la esclavitud. Lucía: Cien años después de su muerte, su manada del Islam llegaba de Córdoba a la India. Esmirna: Muhamad era fértil, tuvo 13 leonas, todas viudas menos una, y a todas las cuidó. Miriam: Ninguno de sus leoncitos sobrevivió. Lucía: En un Hadith hermoso, el viejo león anuncia a sus 26

discípulos que va a morir, en el estanque cristalino de Ghadir Khumm. Itzel: Alá el Omnisciente está a punto de llamarme. Iré con él. Mis pequeños leones, voy a adelantarme a donde ustedes algún día también llegarán: nuestro Estanque, que es más enorme que la distancia entre Basra y Sana’a, y tiene tantas almas como estrellas. Cuando lleguen allá les preguntaré qué hicieron con la manada que les dejé. Miriam: El Islam enseña al león a defender su justicia. La historia del profeta se dio entre las fauces y la arena. Sofía: Casi todos los textos sagrados promueven su propia guerra. Lucía: Cuando murió, no tenía heredero; en un califato, las leonas no pueden heredar. Esmirna: Cuarenta años después, el nieto de Muhamad, Hussein, reclamó su herencia para oponerse a Yazid, un califa de la familia umaya, que devoraba a los miembros de su propia manada. Sofía: No quiero el califato; pelear contra un opresor es el deber de un león musulmán. Itzel: Pero Yazid tenía chacales espías. Acorraló a Hussein en el desierto de Karbala. Sofía: Le di toda el agua de mi familia al ejército de Yazid, para que no murieran de sed. Cuando les pedí un trago para mi hijo, lo mataron. Miriam: La manada de Hussein aguantó dos semanas sin agua. Sofía: Él está asesinando a mis leoncitos. Si me rindo voy a vivir, pero ¿qué les voy a dejar? Itzel: Finalmente, mutilaron a su familia y acecharon a sus seguidores. Miriam: Diez años después, la manada umaya acorraló al último de ellos. Bestiario humano

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Esmirna: Antes de ir hacia su muerte, el león Zubaír le pidió consejo a su madre. Lucía: Sabes que tu familia es buena. Mejores personas que nosotros murieron luchando por nuestra justicia. Nunca vas a ser libre si tienes miedo de la muerte. No importa cuánto vivas, morir es mejor que estar huyendo de tu verdad. Miriam: Mamá... es que me gusta vivir. La muerte es una serpiente y se acerca con su boca negra. Los umayas me van a cortar la cabeza y le darán mis huesos a las hienas. Lucía: No importa lo que hagan con tu cuerpo, hijo; un muerto siempre vuelve a la tierra. Miriam: Gracias, mamá. Sólo vine porque antes de morir quería saber un poco más. Esmirna: Ésa es una historia de mártires que todas las leonas sabemos. 17 Itzel: Mientras tú le des motivos para defenderse, un león te va a atacar una y otra vez. Esmirna: En el 2003, durante un bombardeo americano, una manada se escapó del zoológico de Bagdad. Itzel: Nosotros somos esos leones. ¿Hachís? Miriam: No, gracias. Sofía: Yo sí. (Fuma.) Siempre pensé que todos los fanáticos eran... Itzel: ¿Pobres? Esmirna: ¿Pendejos? Sofía: No importa... En el Nilo de Sudán conocimos a Omar el fundamentalista. Esmirna: Nací en Trípoli, pero estudié en Londres. Tengo una maestría en R. I. 28

Lucía: Su milicia de la yihad participó en un ataque terrorista en Somalia, y ahora iban a Iraq. Itzel: ¿Van a la India? Tienen que cubrir su cabello. Esmirna: En tierra de leones no se matan mujeres. Pero si se enteran que son americanas–– Lucía: Llegamos a la delta del Nilo, y salimos de África por el canal de Suez. Sofía: Un millón de africanos dieron la vida para unir el Mediterráneo con el Mar Rojo. Itzel: Antes había leones desde el Cairo hasta China. Esmirna: Sólo nos quedan unas garras desafiladas y nuestros Kalashnikov. Itzel: Gadafi, Sadam y Mubarak tenían el poder, pero nosotros tuvimos a Alá. Esmirna: Ahora vamos por la cabeza de Assad. Vamos a morir para que todas las manadas sean un inmenso califato de leones donde la gente pueda vivir con dignidad. Sofía: Como los fundamentalistas querían evitar Israel a toda costa, cruzamos a Arabia por el Mar Rojo desde la península del Sinaí, donde el profeta Moisés–– Esmirna: Musa. Sofía: Donde Musa Kallimullah alayhi s-salaam habló con Dios y después abrió el mar. Esmirna: Alá. Sofía: ¡Carajo! En el campamento, a la orilla del mar, antes de cruzar, Omar y yo tuvimos una pelea. Lucía: Yo no podía dormir, salí a buscarla, y ahí los vi. Esmirna: ¿El Islam oprime la libertad? Sofía: Lo único que hemos visto en Egipto y Sudán son mujeres sin cara. Esmirna: ¿Y tú qué sabes de libertad? Sofía: Creo que todo mundo debería tener derecho a enBestiario humano

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señar su cara y su cuerpo como mejor le dé la gana. (Esmirna se burla.) ¿Qué? Esmirna: Gadafi, Sadam... Ninguno dudó en matar a su gente. Estás en tu casa. Escuchas una explosión. Hay un asesino en el aire que respiras. Perros, gatos, y luego los niños… Tengo 25 años y dejé todo lo que tenía para buscar justicia. Sofía: ¿Y cuál es tu justicia? ¿Prohibir la música y apedrear mujeres? Esmirna: Eso te dice la prensa americana; hay mucha ignorancia, la gente es pobre, pero–– Sofía: Entonces no se la pasan matándose entre chiitas y sunís. Esmirna: Sí. En Iraq, en Siria. Miles. Empezó cuando llegaron los occidentales con sus pezuñas. En tierra de leones ya no existían esas diferencias. Lo de ahora no es religión, es odio. ¿Qué haría la gente resentida de tu país si un sacerdote llama a las armas durante una enorme fiesta cristiana? Sofía: No sé... Esmirna: Nosotros usamos Twitter para derrocar a un dictador, ¿ustedes qué hacen con su libertad? Dime cuántos se han muerto en la guerra de tu país. Sofía: ¿Cómo sabes–– No sé, ¿200 mil? Esmirna: En Túnez derrocaron a Ben Alí, comenzó por un solo comerciante. Se quemó vivo cuando un gobierno corrupto le robó lo que tuvo. Mubarak mató dos mil en las protestas del Cairo, antes de caer. En Libia, Gadafi nos atacó con toda su artillería; pedimos la ayuda del mundo, y mandaron drones que no distinguían entre Gadafi y el pueblo; 30 mil mártires dieron la vida para ganar. Mi hermano también. Assad ha matado 250 mil inocentes y niños sirios, y los muyahidines de todo el mundo vamos a acabarlo. Dices que el Islam oprime, pero en tu país hay miles de muertos, una injusticia social peor que la nuestra, y en vez de combatirla, 30

usan su reverenda libertad para enseñar las tetas, ¿qué te parece más ético? Sofía: Y tú, ¿cuántos mataste en Somalia? Esmirna: Yihad no significa hacer la guerra porque sí, es la obligación que tienes de pelear cuando alguien amenaza la vida. Sofía: De repente me di cuenta de que Omar tenía la misma edad que yo. Bajo su turbante brillaban unos ojos felinos. Me sentí leona por primera vez. Esmirna: Yo tengo algo más valioso que mi vida. ¿Tú darías tu vida por algo? Sofía: (Casi llora.) No sé. Esmirna: Yo sí. (Pausa.) Ven conmigo. El Mahdi ya va a llegar, y voy a vivir para ver su califato, me dijo Alá. También me dijo que todo pasa por una razón. El mar está cantando y un camino de estrellas brilla sobre tu rostro. Quiero que seas mi leona hasta el final. Sofía: ¿Qué? Lucía: Al día siguiente cruzamos el Mar Rojo. Miriam: Después de dos semanas en el desierto de Arabia, llegamos al Golfo Pérsico. Esmirna: ¿Segura que no quieres venir? Lucía: Ya vámonos. Sofía: Ellos iban a cruzar Iraq hacia Siria, y nosotros fuimos hacia Irán. Lucía: Ése fue el principio del final. 18 Esmirna: Año 2223. Pienso en mi gato Tencha. La política de eliminación.4 Su cuerpo aguado y tibio, su peludencia sua4

En el año 2205, cuando se terminaban los recursos naturales del

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ve sobre mi cara y cuando ronroneaba me hacía sentir que alguien se ocupaba de mí. Tencha ronronea.

Todos los niños deberían tener un gatito para cuidar sus pesadillas. Cuando tuve que recolectar un embrión de gato, usé el mechón de cabello que se enredó en mi puño cuando se lo llevaron. En la granja de Alfa Centauri, Tencha va a ser el primero en despertar. (Se toca la panza.) No es suficiente, pero es lo mejor que puedo hacer. Iluminación 19 Vemos cómo despellejan felinos. Durante la escena, las chicas se convierten en tigres.

Miriam: Un tigre nace para ser el cazador perfecto y acaba sus días como un tapete. Sofía: Secan nuestros cuerpos despellejados y nos muelen en pastillas de medicinas chinas. Itzel: Pero los tigres fuimos testigos de un tiempo en que no había guerra. Sofía: Recordamos el momento en que los hombres la inventaron. Fue hace 100 mil años. Miriam: Unos changos asesinaron a otros por diversión. Eran los primeros humanos. Lucía: Desde entonces, la humanidad no ha visto un solo día sin guerra. planeta, se ordenó la matanza sistemática de todas las mascotas en un intento por racionar los alimentos y salvar a la humanidad. 32

Itzel: El hombre conquistó el mundo porque es el único animal que comete exterminio. Lucía: En sólo 100 años mataron el 97% de todos los tigres del planeta. Esmirna: Vamos a guardar un minuto de silencio por nuestros hermanos muertos. Se proyectan nombre, territorio, características y fecha de los tigres extintos de Asia. A continuación se proyecta nombre, territorio, características y número de los tigres sobrevivientes.

20 Miriam: Llegamos a Irán gracias a un coloquio sobre el calentamiento global en Mazatlán, donde conocimos al doctor Behzad Gorbani. Lucía: Él nos consiguió pasaportes falsos y nos rescató. Sofía: Antes de irse, Omar me dejó mandar un tweet por su celular. Dos días después estábamos en Tehrán. Itzel: (Ríe.) Así que salieron a salvar el mundo. Sofía: No sabíamos hasta dónde se acumula la porquería. Itzel: Hace 100 años nadie se ocupaba de Irán; hasta que encontraron petróleo. Entonces los americanos provocaron un golpe de Estado con un títere... Esmirna: Hi there, little fella! You look strong. Wanna take over Persia. If you wanna be king, first you gotta be our bitch. Itzel: Y luego lo forzaron a abdicar, le dieron el trono a su hijo, a cambio de nuestro petróleo. Sofía: …los puercos querían todo. Itzel: Desde la revolución islámica estamos solos. Cuando expropiamos el petróleo, los americanos armaron a Sadam para Bestiario humano

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destruirnos y luego lo atacaron. Las mayores reservas del mundo estaban en Irán e Iraq. Esas guerras devastaron los ecosistemas. Esmirna: Let that fucking dictator and those jihadist bastards blast each other out and then let’s pick up their scraps. Itzel: A nadie le importaron los 50 mil niños kurdos o los 120 mil iraníes que se ahogaron con las bombas químicas de Saddam. Tampoco los 60 mil niños iraquíes que murieron de hambre por las sanciones económicas de la onu. Lucía: ¿Y los animales? Itzel: En esas guerras se extinguieron los tigres del Caspio, los leopardos de las nieves, casi todos los guepardos. El escudo de Irán es un león desde la antigua Persia, pero el león desapareció, era la presa favorita de los empresarios extranjeros. Lucía: Es tan guapo... Itzel: Lo mismo está pasando con la primavera árabe. Hablan de muertos, pero no piensan en lo desgarrador de una naturaleza fragmentada. Pero si quieren ver dónde está el origen y el impacto de todo esto, acompáñenme. Miriam: ¿A dónde vamos? Itzel: Vamos a buscar un sobreviviente. Mañana salgo hacia Sumatra. Lucía: Hace 20 mil años, todo el archipiélago de Indonesia era tierra de un solo tigre. Miriam: Pero cuando terminó la glaciación, las islas se apartaron. Ahí evolucionaron cinco tigres distintos. Sofía: El tigre de Sumatra es el último en las más de 17 mil islas de Indonesia. Miriam: Sólo quedan unos 200; su pelo es como seda, terso como una tarde roja, y antes de que te coma, te pone chinita la piel. Lucía: Fuimos hacia Indonesia a encontrar un sobreviviente. Nunca apareció. 34

21 Esmirna: Unas palabras sobre la guerra y el calentamiento global. Miriam: La guerra es una mancha púrpura, una mano agria que–– Itzel: Antes miren mi celular, por favor. Es un iPhone 6. Me lo regalaron en mi plan. Lucía: Apple produce cada unidad por 199 dólares. Esmirna: En el mercado cuestan 900 dólares. Miriam: Pero su valor real de producción, desde la extracción de los minerales necesarios para construirlo hasta el empaque de cartón impreso, es de más de 2 mil dólares. Lucía: ¿Qué carajos pasa con ese dinero? Sofía: Un iPhone se ensambla con productos de todos estos países. (Aparecen en el mapa.) Esmirna: El Congo alberga los únicos depósitos de coltán que existen en el mundo. Miriam: El coltán es un mineral esencial en la producción de cualquier microchip. Itzel: Y en el Congo, las corporaciones se sirven de las guerrillas y paramilitares para ejercer el control sobre ese mineral. A ellos no les conviene la paz. Lucía: Cada año dan la vida miles de niños en esas minas por menos de un dólar al día. Sofía: Un gobierno responsable expropiaría el recurso, por eso es mejor la guerra. Miriam: En Sudán y Kazakstán, las petroleras chinas que refinan el plástico tienen milicias armadas que disparan a la menor provocación. Esmirna: Y en Papua Nueva Guinea, el director de la minera inglesa que extrae el cobre de los circuitos, Río Tinto, bloqueó la isla durante un intento de revolución. Bestiario humano

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Sofía: Mató a más de 10 mil por hambre y falta de servicios. Esmirna: Let’s kill those bastards. Itzel: Por eso es tan barato. Para una corporación así, el material lo pone el Estado corrupto, y la mano de obra, sus esclavos. Miriam: Y desde 1945, todo mundo sabe que el negocio más prolífico es la guerra. Lucía: Por eso el hombre no ha tenido un solo día sin guerra. Esmirna: Ojalá nosotras hubiéramos escrito esta historia... ¡Recapitulación! Sofía: La mayoría de nuestras comodidades provienen de miles de corporaciones que apañan los recursos naturales del mundo. Miriam: Su estrategia principal es desestabilizar a los gobiernos de donde provienen estos recursos. Sofía: Ante esta violencia surgen movimientos armados como los maoístas de la India o los yihadistas en Medio Oriente. Esmirna: ¡Allahu akbar! (Explota.) Itzel: Y el ciclo vuelve a comenzar: la industria de la guerra genera demanda para las corporaciones, que buscan nuevos conflictos para asegurar su posición. Lucía: O sea que este animal se nutre a sí mismo. Esmirna: La guerra genera más emisiones de gases invernadero que cualquier otra industria. Itzel: Y la radiación que se ha arrojado al mar durante casi 70 años de pruebas nucleares. Lucía: Cientos de especies se han extinguido por esto. Miriam: Esto es importante, porque el cambio climático provoca terrorismo. Esmirna: En África y Asia Central las inundaciones y sequías 36

en los últimos 10 años, han orillado a millones de campesinos y ganaderos a emigrar hacia la ciudad. Lucía: Sin educación, en un mundo de pobreza y resentimiento, son reclutados por ideas religiosas que les prometen el paraíso eterno a cambio de su vida. Itzel: Ésos son los mártires que mueren en los atentados suicidas. Miriam: El ejército estadounidense intenta controlar esos movimientos con una guerra que, a la larga, acelera el cambio climático y orilla a más personas a la yihad. Esmirna: Mientras tanto, se han invertido 8 billones, 445 mil 436 millones, 214 mil 700 dólares (8 445 436 214 700 usd) en la guerra contra el terror. Lucía: Suficiente para acabar con el hambre en el mundo. Esmirna: Siete veces. Miriam: Suficiente para construir escuelas y hospitales en cada pueblo del planeta. Sofía: Cuatro veces. Itzel: Y este iPhone me lo regalaron en mi plan. Las chicas se vendan los ojos. Una bala les perfora la frente y las ejecuta, hasta que sólo queda una.

22 La chica que quedó despierta incendia una bandera estadounidense.

Miriam: Soy un leopardo de las nieves. Mi piel es gruesa porque en la montaña hay un viento helado que te corta los cachetes, mis garras están hechas para penetrar la montaña, y si no quiero nunca me vas a ver. Conocí a Mullah Omar en un año helado y seco. Toda la Bestiario humano

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tierra se murió. Ustedes no durarían medio día. Él perdió el ojo defendiéndonos de los soviéticos y siguió peleando hasta ganar. Cuando estábamos devastados por la guerrilla, Mullah Omar salió con la justicia de Alá, derrotó a los cabecillas y sus máquinas de guerra con un puñado de hombres. Yo lo quiero más que a mi vida. Todos los niños afganos conocimos historias prohibidas budistas. Hay una leyenda que me recuerda a Mullah Omar. Buda se encuentra una tigresa moribunda. Sofía: ¿Qué tienes? Lucía: Me muero, Buda. Es esta maldita sequía. Sofía: Aquí hay agua. Lucía: No es suficiente, tengo las costillas de fuera. Pronto no tendré fuerza para respirar. Sofía: ¿Tienes miedo? Lucía: No tengo miedo de mí, pero ¿ves a esos cachorros de allá? Son mis hijos. Si no hay comida, los voy a devorar. Sofía: No te los comas y ya. Lucía: No sabes cómo se siente; cuando tu hijo nace, tu corazón palpita fuera de tu cuerpo, si se raspa a ti te duele más. Me los voy a comer aunque me parta el alma y ellos son lo mejor de mí, porque eso es lo que hacemos los tigres. Sofía: Cómeme a mí. Lucía: No tengo fuerzas. Sofía: Bebe mi sangre. (Se corta.) Lucía: Si empiezo a comer, ya no voy a parar. Sofía: Yo ya no estoy aquí. Soy un sueño dulce en tu lengua. Mañana sólo seré un recuerdo de un buen sabor. Nunca más vas a tener sed, y cuando sientas una sombra fría, verás que nada se termina aquí. Miriam: El tigre devora a Buda. Días después, él aparece durante una meditación y se despide de sus discípulos. Cuando van a llorar, les dice: 38

Sofía: Al precio de mi carne, conseguí la libertad. Miriam: Del otro lado del valle de Chitral Gol, está la frontera con Pakistán. Ahí hay un parque donde viven los últimos leopardos de las nieves. También hay una base pakistaní donde guardan cabezas nucleares. Mullah Omar nos juntó esta mañana, nos miró con su ojo de tigre y nos dijo: “Mis leopardos de las nieves, Alá les encomienda una misión”. Todos odiamos a los americanos. Desde hace 10 años fuimos entrenados para esto. 23 Esmirna: Año 2208. Una niña crece en un ambiente diseñado para ella. Carga viral y bacterial controlada para potenciar sus defensas. Entrenamiento físico constante. Un objetivo: saberlo todo. “Olvida a ese gato. Tienes mucho que aprender, hija.” Dice el ojo de vidrio que me mira a través de la pared. “No puedes volver a ver a nadie, no vamos a dejar que el hombre te corrompa. Pero tienes que saber exactamente quién habitó este planeta, cómo llegamos a esto.” Año 2223. Debajo de esas olas está Jerusalén.5 “Cuando tengas el adn de cada especie que vivió, recibirás nuevas instrucciones.” En Jerusalén está el último aliento de vida de la humanidad.6 Jerusalén quedó sepultado bajo el mar después del derretimiento de los témpanos polares. 6 La nave Noah se diseñó para colonizar un nuevo planeta. Desde el 2170, yace en el fondo de Jerusalén. 5

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Años de guerra y al final los hombres trabajaron juntos en un proyecto para preservar la especie. “Y la pieza más importante: tú, una mujer.” Los hombres ya no iban a dejar el futuro en manos de los hombres. “Cuando llegues a Jerusalén, no tengas miedo, hija” —dice el ojo, Mamá—. “Salta en el mar.” 24 Lucía: Cruzar Pakistán hacia la India con el doctor Gorbani fue algo revelador. Sofía: Pst. Itzel: Este río viene de los Himalayas, cuando se derriten los glaciares y llega el monzón. Mil millones de indios y bengalíes dependen de esas aguas. Miriam: ¡Qué lindo, todo es verde! Itzel: Pero se calcula que el último de esos glaciares se habrá evaporado en 50 años. Sofía: En Karachi nos asaltaron, pero ya no teníamos nada. Miriam: En el parque de Gir, en India, vimos el último grupo silvestre de leones asiáticos. Lucía: Cuando llegamos a Gondia, todo era tan hermoso que sentí algo inquietante cuando palpitó mi corazón. Yo era una polilla verde dentro de un capullo. Miriam: Y cuando pensamos que todo iba bien, la conocimos. Esmirna: ¿No quieren pasar a ver? Tengo todo. Pieles y garras de tigre, leopardo, colmillo de elefante, cuerno de rino... Lucía llora desconsolada.

Itzel: Ay, hija. Pero si esto no es nada... Sofía: Entonces vimos, era una caravana infinita de comer40

ciantes de cuernos y pieles. Ahí acabó su viaje. Yo todavía platiqué con algunos y todos eran pobres. Miriam: En el puerto de Sagar nos despedimos del doctor Gorbani. Sofía: ¿Estás segura de que quieres regresar? Lucía asiente.

Miriam: El doctor tomó un ferry hacia Indonesia, y nosotras nos embarcamos hacia México. Sofía: Pero el único barco que iba a anclar ahí era un pesquero japonés. Miriam: Durante días ella no comió ni dijo una sola palabra. Sofía: Nos miraba, sentada entre las aletas de atún y el calamar. Miriam: No dijo nada cuando vio a los japoneses mutilar un tiburón y echarlo al mar. Sofía: No dijo nada cuando mataron un cachalote a arponazos y lo destazaron. Miriam: No dijo nada cuando vio una familia de delfines atrapada en la inmensa red. Sofía: Ni siquiera cuando abrieron a un bebé y vio sus entrañas llenas de plástico. Miriam: Y entonces... Sofía: Te quiero. Lucía: Chinga tu madre. Sofía: ¿Qué carajos te pasa? Lucía: Así soy yo. Soy un puto animal. Soy yo con la impotencia del planeta, y el amor que te tengo, no sé por qué si me dio este pinche dolor. Te acompañé al fin del mundo a ver cómo se acaba, y entre el mar y el desierto te vi mirar a alguien como nunca me vas a ver. ¿Qué más quieres? Sofía: No seas cobarde. Despierta. Tal vez tú y yo no hagamos nada, pero nuestros hijos–– Bestiario humano

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Lucía: ¿Hijos? ¿Estás pinche estúpida?, no tenemos un carajo de futuro. (Se ríe.) ¿Qué somos? Las dos imbéciles tortilleras que van a contracorriente mientras una bola de idiotas nos jode la existencia. Quieres que te acompañe por el mundo cuando–– Sofía: Y en ese momento, un trozo de ballena que arrojó un pescador cayó en su nariz. Lucía: (Ríe.) Ahora que venga un huracán a ahogarme en la chingada, por ese pendejo momento en que se me ocurrió creer en ti. Dime. Si de verdad tuvimos la más mínima esperanza, ¿por qué–– (Pausa.) Sofía: Cuando terminé contigo, quise bailar como la primera vez. Lucía: Yo sólo podía pensar en lo que dijo el doctor Gorbani cuando se despidió... Comienza coro de chicas-bestias.

Itzel: Antes no había nada en este planeta. Era una masa ardiente, cubierta de volcanes, bajo una lluvia constante de materia espacial. Un día, cayó a la Tierra un meteorito y contenía un aminoácido que aquí no existía. El planeta era una bola de lava y fuego, y cuando se enfrió, el océano era púrpura y alcalino, la atmósfera estaba llena de gas tóxico. Esta proteína tuvo que esperar paciente, durante millones de años, a que las condiciones del planeta se estabilizaran. Y cuando el agua se purificó, sucedió un milagro. Una pequeña partícula empezó a palpitar. Todas las plantas y animales que estamos vivos, vinimos de este aminoácido. Si me preguntan quién es Adán, yo diría que es él. Una cosita minúscula que no estaba viva, pero contenía toda la vida posible; no hay nada más nostálgico que eso. La probabilidad de que sucediera es de 0.0001 por ciento. 42

Nunca olvides. Cada criatura que habita el planeta es un sobreviviente. Desde que éramos un mineral extraño, pegado a una roca en un cometa en el espacio, hasta que un pez prehistórico y gelatinoso salió del agua... y se convirtió en todas las especies que conoces. Una lucha constante. Y sin embargo aquí estamos. Mil millones de años después... Lucía y Sofía bailan como la primera vez. Mientras tanto se proyecta un time lapse con todas las explosiones nucleares que han sucedido en el planeta.

Sofía: Si la vida tuvo que pasar por tanto para llegar aquí, ¿por qué tú y yo no podemos–– Lucía: No sé. Yo–– Sofía: Antes de que respondiera, una ola gigante nos embistió como el tentáculo de un pulpo legendario. Lo último que recuerdo fue cómo una corriente helada se la llevó de mis brazos con toda la fuerza del mar, y pensé: estás sola. Ella no va a sobrevivir. Aventuras en un océano basura 25 Las chicas comparten un coctel de ostión.

Esmirna: Agua. 1 335 millones de kilómetros cúbicos de agua. Suficiente para inundar todas las ciudades, fuera del alcance de cualquier civilización. Sepultar tu pasado. Un mar para limpiar tus pecados. Miriam: Cada año, tus corporaciones arrojan 180 millones de toneladas de desperdicios químicos al océano. Sofía: Con el pago de un impuesto quedan exentas de responsabilidad, ni tienen que declarar qué están arrojando. Bestiario humano

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Miriam: Es imposible determinar el impacto que esto ha tenido en los ecosistemas marinos, pero ya sabemos que el daño es irreversible. Itzel: Tampoco sabemos qué porcentaje de esos tóxicos termina dentro de tu cuerpo al final de la cadena alimenticia. Esmirna: Tus pesqueras japonesas extinguieron el atún del Pacífico Norte; ahora pescan de más en otros mares, para congelarlo y venderlo cuando el atún esté extinto. Itzel: Nuestro océano basura se ha tragado todos tus derrames negros como el del yacimiento Macondo Prospect. Sofía: Y la radiación de tu era nuclear nos convirtió en horribles mutantes. Itzel: La mierda que arrojaste al mar durante el siglo xx está en cinco continentes de basura, que se formaron en los vórtices de los océanos. Miriam: El mayor está en el Pacífico Norte. Diecinueve millones de km2 de plástico. Es como nueve veces México. Sofía: El 10% de tu basura termina en el mar. Con el tiempo se erosiona en trozos más y más pequeños; se ha estimado que cada km3 de agua tiene 46 mil pedacitos... Esmirna: ...yo era pescadora hasta que los peces empezaron a salir rellenos. Miriam: Si comiste marisco este mes, parte de nuestro océano basura está dentro de ti. Empapan a Esmirna.

26 Esmirna: Vuelvo en mí empapada, después de conocer el fondo del mar. El agua toca mi piel desnuda con una fría electricidad. 44

Cuando mi cuerpo cae dentro de la nave soy un feto que escupieron al mundo, y no sé cuáles son mis recuerdos, antes del aislamiento, qué recuerdos vi a través del ojo de vidrio, ni cuándo dejo de creer: detrás del ojo está mamá. Hay una caja criogénica; ahí deposito los embriones de los animales que durante mi vida, uno a uno, estudié y memoricé. Tencha al final. “Si vas a comenzar desde el principio, tienes que aprender lo necesario. Sé fuerte —dice el ojo—. Yo voy a estar junto a ti.” Año 2223. Tengo un vínculo con las bestias que nunca conocí. Cuando la luz de la nave se enciende, el agua turbia me impide ver afuera, y recuerdo un video en el ojo donde hay agua transparente, ¿será que en Alfa Centauri todo es igual a ese mundo azul que vi en el ojo, “La Tierra que Fue”? ¿O el cielo será de otro color?7 27 Sofía: Una ola de 40 metros. Miriam: ¿Estás bien? Sofía: ¿Dónde está–– Miriam: No sé. Sofía: De todas las personas del barco, ¿por qué tenía que acabar contigo? ¿Por qué no nos morimos? Miriam: Mira bien. Sofía: Estaba echada en una montaña flotante de plástico. ¿Y el barco no se hundió? Miriam: Allá está. Sólo nosotras tres. Cuando el japonés le aventó el pedazo de ballena quería decir que no estuvieran en cubierta. 7

La última mujer dejó el planeta Tierra en el año 2223.

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Sofía: ¿Viste todo? Miriam: Mi abuela me enseñó a espiar. Sofía: ¿Y qué pasó con–– Miriam: De verdad no sé. Sofía: Vamos al barco. Miriam: Ve tú. Yo ya llegué hasta donde llegué. Sofía: ¿Vas a vivir en basura? ¿No quieres ver a nadie? ¿Nadie está preocupado? Miriam: No sé. Sofía: ¿Por qué viniste con nosotras? Miriam: No sé. Sofía: No sabes nada, ¿eres idiota o qué? Miriam: Sí, estoy estúpida, no me gusta mi vida, vine por eso, ¿y qué? Sofía: Dame un beso. Miriam: No. Sofía: No me gustarías aunque quisieras. No tienes carácter. ¿Me vas a besar o qué? (Miriam la besa, casi forzadamente.) ¿Viste? Miriam: ¿Qué? Sofía: ¿Sentiste qué pasó? Miriam: No pasó nada. Sofía: Tampoco va a pasar nada si te quedas. No va a pasar nada si regresando mandas a la chingada a quien tú quieras, ni... No va a pasar nada si nunca la encontramos. Ahora sólo estamos tú y yo, y tenemos que empezar por algo. Miriam: Extrañamente, mi vida cambió con ese beso. Sofía: Cállate. Miriam: Agarramos el pesquero por todo el Pacífico hacia Ecuador, y me di cuenta de que estábamos siguiendo la ruta de una expedición de Darwin. Por eso estudié Biología. Sofía: Hasta nos hicimos amigas de los pescadores. 46

Itzel: Soredewa, Amerika no meinu. ¿Anata wa watashi no Dikku o suu shimasu ka?8 Sofía: Eso creo. Miriam: En los arrecifes de Nueva Guinea, vimos unos tiburones martillo, y pudimos desviar la atención de los pescadores hasta que nadaron fuera de su alcance. Sofía: Hacia el norte, al atardecer, el reflejo del sol en la inmensa isla de plástico dibujaba un arcoíris en el horizonte. Miriam: Por un instante me sentí confiada. Pero mientras pasaban los días y se acumulaban las aletas de tiburón sobre la cubierta, empecé a aceptar que no ibas a regresar. Sofía: Hacia el Oriente, estaban las Galápagos. Siempre me hablaste de eso. Aunque sabía que habías muerto, me preguntaba si en una isla primitiva, a la mitad del trópico, encontraría a una niña sola, náufraga y sin recuerdos, alimentando pájaros de colores en una playa azul. 28 Sofía: Yo soy un tiburón. Estoy en el fondo del mar. Tengo las fauces abiertas y una pulsión eléctrica que me deja sentirte desde lo profundo; antes de tocar, sé quién va a ser mi amor y quién me va a traicionar. Cada uno de los 100 mil dientes que he arrojado al mar tiene una historia de dolor. Estoy pálida por la sangre helada que hay en mis venas; soy testigo de las quijadas violentas, los flujos tibios y las gotas que se derraman con latidos. Y mato de una mordida porque no hay nada más excitante que ese instante entre la fiebre de un cuerpo que se aferra a la vida y los músculos fríos que dejan de luchar en mi mandíbula. 8 それでわアメリカの雌犬?あなたは私のディックを吸うしま すか?[¿Entonces qué, puta americana? ¿Me la vas a chupar?]

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Cuadernos de Dramaturgia Mexicana La danza del plástico y el mar. Las cinco chicas bailan con luces de neón mientras se proyectan datos acerca de la especie animal más amenazada del planeta: el tiburón.

Los pájaros 29 Miriam: Yo siempre estuve enamorada de Darwin, en secreto. Mi primer libro fue El origen de las especies, versión para niños. Desde entonces de enamoré. De cómo me hablaba, lo inteligente que era. En la primera viñeta del libro estaba Darwin. Yo iba a casarme con él. Tenía cinco años. Fue mi primer amor. No me volvió a pasar hasta que vi a Marx en una portada del Manifiesto, versión para niños. Inventé una fantasía en la que Darwin y Marx iban a tomar el té. Me gustaban los barbones. Sabía que a los europeos les gusta el té. En casa de mis papás había una esclava. Esmirna: No se dice esclava. Miriam: Sirvienta. Esmirna: Tampoco se dice sirvienta, niña, es discriminatorio con otras clases sociales. Miriam: Decían que era de la familia, pero la obligaban a usar un horrible uniforme, vivía en un cuartucho arriba, y tenía un timbre para llamarla cuando quisieran. Cuando llegamos a Galápagos, pasaron dos cosas que iban a cambiar mi vida: vi una tortuga que conoció a Darwin, y vi dónde se ahoga el ideal de Marx. Sofía: Esta historia comienza cuando, al amanecer, nos despierta un altavoz. Esmirna: ¡Fuera de aquí! 48

Itzel: ¡Malditos carniceros! Miriam: Eran unos ambientalistas que protegían el arrecife de coral de las Galápagos. Sofía: Al menos eso nos dijeron al principio. Luego supimos que son más que eso. 30 Itzel: América es el continente de los pájaros. Las aves migran al norte por una promesa de Sol. Yo soy un águila arpía. Mis alas son largas como el viento, miren. Esmirna: Nosotras crecimos en los montes. Nos exiliaron durante la dictadura, cuando nuestros hermanos comenzaron a desaparecer. Sofía: En 1823 se firmó la doctrina Monroe. Miriam: Bolívar, Iturbide y San Martín aplaudieron la iniciativa, que prometía proteger cualquier nación de Latinoamérica de los intereses coloniales europeos. Itzel: Aunque la doctrina más bien se usó para justificar la intervención. Esmirna: Pero ustedes conocen esa historia. A los pájaros no nos gusta hablar de más. Miriam: Excepto a Guacamaya Glauca. Sofía: Pero ella desapareció. Itzel: A veces te llevan a volar al mar, y ya no regresas. Sofía: El gobierno de Truman achicharró 100 mil japoneses con bombas nucleares y luego puso en marcha Operation Condor durante la Guerra Fría. Esmirna: La cia aplicó la Monroe con regímenes militares en toda América. Miriam: Excepto en México y Cuba, que tienen otros tipos de dictaduras. Bestiario humano

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Sofía: Soy un viejo quetzal guatemalteco; recuerdo el golpe del 54; incendiaron mi selva para proteger a su compañía frutera. Itzel: A las águilas arpías nos silenciaron en Brasil. Todo mundo tiene su precio. Sofía: Un escuadrón de Lucas García agarró a mi papá y lo desplumaron hasta la muerte. Itzel: Nos dieron a escoger entre la guerra civil y entregarles el Amazonas. Esmirna: Los cóndores chilenos se exiliaron en el 73, pero hoy sus hijas bajamos de los Andes para recuperar lo que nos quitaron. Miriam: ¡Los pájaros nos somos sirvientes en nuestra propia tierra! ¡Nacimos para volar! Itzel: Pero el generalísimo Videla tuvo la mejor idea para desaparecer a esos incómodos. Esmirna: Subió 50 polluelos revoltosos a un avión, los ató de alas, y los echó a volar a kilómetros de la costa, en aguas internacionales. Itzel: Esa moda fue adoptada por Pinochet, Emilio Médici y la guerra sucia del pri. Sofía: Setenta por ciento de los trabajos que existen en América dependen de las corporaciones que jodieron nuestra libertad y nuestros ecosistemas. Miriam: Pero ya hablamos de más. Esmirna: Y eso que a los pájaros no nos gusta hablar. (Las aves aletean y salen volando.) Lucía: Soy una Guacamaya Glauca. Si no estoy, no existo y como no existo no estoy. Los desaparecidos somos eso, desaparecidos; no estamos ni vivos ni muertos; estamos desaparecidos.

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31 Miriam: La tortuga que había tocado Darwin cavó en un agujero. Minutos después estaba cubriendo sus huevos, arrojando arena con su aleta igual que hace 150 años. Sofía: Los activistas se dedicaban a recolectar cuerpos en el océano Pacífico. Itzel: No los conocemos. Esmirna: Yo soy de Nicaragua. Los contras desaparecieron a mi papá. Miriam: Recorren América de costa a costa para rescatar a los desaparecidos del mar. Itzel: Al menos sus cuerpos. No queremos que nadie más viva esto. Miriam: Y además eran verdaderas ambientalistas. Sofía: En Costa Rica sabotearon un cargamento ilegal de aletas que iba protegido por el gobierno. Miriam: En Guatemala nos llevaron al corazón de la selva, entre aullidos de macacos, a ver un quetzal. Todavía existen. Sofía: Conocimos un mexicano que desapareció al inicio de la guerra de Calderón. Miriam: En el archipiélago de las Galápagos, vimos a los mismos pájaros que vio Darwin... Sofía: Parte de mí, que había viajado, comenzaba a entender cosas obvias acerca de mi país. Miriam: …vi cómo las pequeñas diferencias entre los pinzones de una y otra isla le mostraron que todos fueron uno mismo y cambiaron según sus condiciones de vida. Sofía: Todavía hoy, decenas de polluelos incómodos se ahogan en el océano profundo. Miriam: Y de una cosa tan sencilla, surgió una idea majestuosa como la evolución. Bestiario humano

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Sofía: Lo que antes fue la idea de un político loco, se convirtió en práctica común. Miriam: El secreto de la vida. La semilla. La posibilidad de transformarte para sobrevivir. Sofía: Somos una pieza esencial para que la humanidad siga evolucionando hacia eso. Miriam: Volvimos a México por la entrada de los guerrilleros. Esmirna: Si tienen suerte, cerca de ese arroyo pueden ver un caimán o hasta un jaguar. Sofía: Una noche, dos canicas verdes destellaron con la luz de mi linterna, y una sombra negra se perdió entre las hojas húmedas de la selva. Miriam: Era un jaguar negro. Sofía: Al día siguiente, encontramos La Bestia. Miriam: Al atardecer, las vías del tren se llenan de sombras, ojos brillosos, fieras que migran hacia un sueño mejor. Sofía: Miles se quedan en el camino. Miriam: Nuestros ecosistemas están a la venta. Wirikuta, los mangles de Veracruz o el Nevado de Toluca... Sofía: ...el petróleo, las minas, tratados de libre comercio, toneladas de armas y drogas. Aún se trata de eso. Miriam: Mientras el tren avanzaba a paso lento, recorrimos la selva y la sierra; había ciervos y caimanes, sapos y ajolotes. Sofía: Al fin, el tren llegó a Ecatepec. Era lo más cerca que podíamos estar de casa. Miriam: ¿Cómo recuperas tu vida después de darle la vuelta al mundo? Sofía: ¿Cómo saber qué ganaste, qué perdiste... sin chingarte en el intento? Miriam: Ya no amaba a Darwin. Pero tenía razón, por eso lo amé: es hora de evolucionar. 52

Sofía: Y todo comenzó por un estúpido mensaje de Facebook... La noche que volví a casa, abrí mi Facebook por primera vez en meses, y me encontré un recado en mi muro. Lucía: Me equivoqué. Sí creo. Aquí estoy y quiero. Si quieres, nos vemos en África, donde todo comenzó. Sofía: Tenía fecha de ayer. Las chicas-bestia cantan un rap dedicado a Videla, Felipe Calderón, Médici y todos los hijos de puta que propiciaron la desaparición forzada durante su gobierno:

Rap de las serpientes 32 Si pudiéramos contar todos los modos en que nos has visto arrastrarnos. Víboras fuimos, víboras somos. Ya ni modo, ni me quejo ni me jodo, pero hay riesgos en tenernos arrastrando por el lodo. Si un día encuentras tú las fuerzas para amar, déjame soñar, vámonos al monte a cultivar la raíz de nuestra lucha pa’soñar, para apaciguar y restaurar el orden natural, este ánimo macaco que te quiero contagiar. Mis caderas son de fuego, ven y tócame nomás esta noche está que arde y mañana va a estallar un orgasmo de los cuerpos que se llama libertad. Bestiario humano

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Mi columna es cordillera y está llena de sudor, pero no tiene pudor, ya no siente más dolor, de tantos muertos e injusticias despertó su pasión, amanece esta mañana nuestra revolución. Crees que todo va a estar bien, pero debajo de las olas está el maremoto de nuestra pasión animal. La noche que te despiertes… Cuando tú decidas no habrá más que nos pueda frenar. Nos vamos a desgarrar. Dame tu cuerpo y verás. Anoche tenías miedo y me dijiste: “No me pasa nada, es el cansancio” y sonreíste, nos fuimos a la cama, pero no te viniste, casi te escondiste, te sudaba todo el cuerpo pero no me mordiste. Este mundo es una mierda, no me gusta, tú lo sabes. De haber sabido que está tan jodido, ¿por qué no mejor ya de plano ni naces? Le temen a tu veneno pero bien que te vuelven zapato y ya qué haces, te agarran mordiendo, te tumban los dientes y matan un hijo frente a su madre. No entiendes, mi negrita, que yo tengo estas caderas, tengo esta melena, años de opresión están ardiendo en mis piernas, tengo un ritmo bárbaro que mueve las conciencias, hasta enloquecerlas, quiero contagiarte de esta lucha tan sincera. 54

¿Crees que todo va a estar bien? Pero debajo de las olas está el maremoto de nuestra pasión animal. La noche que te despiertes… Cuando tú decidas no habrá más que nos pueda frenar. Nos vamos a desgarrar. Dame tu cuerpo y verás. Un glaciar se quiebra 33 Esmirna: 2216. Fase final de la guerra nuclear. Tengo 18 y estoy más fuerte que nunca. “Ya tienes caderas —dice el ojo—. Estás lista.” Me muestra una base de datos con los genes más fuertes de nuestra especie. Sobrevivientes. Toda mi vida me he preparado para esto. Quiero el esperma de un negro bantú. “Escoge bien —me dice—. Mejor que sea un buen judío, como tú.” Pero estoy decidida. Y la noche de la inseminación, sueño un cuerpo musculoso que brilla como un sol oscuro, sus manos primitivas azotan mis caderas al aire, hasta el amanecer. Estoy sola. Siete años después, despierto de un sueño helado. Año 2223. Puedo ver la Tierra a lo lejos. Yo no pude presenciar la extinción. Los animales que no vi morir revivirán en un lugar ajeno, y nunca van a entender su nostalgia, cuando miren al cielo no pensarán: “Ésa fue mi casa, muchos años atrás”. “Un nuevo principio. Recuerda por qué fracasamos.” Bestiario humano

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Después de tres generaciones, este planeta estará borrado de la conciencia, será, si acaso, una historia más... Nadie se acordará de nuestro fracaso; lo que dejó nuestra extinción es ese puntito verde que se pierde en el espacio. 34 Lucía: La primera vez que soñé con la muerte fue antes de nacer. Estaba dentro del útero y sentí un temblor. Lo recuerdo perfecto. Esta vez no era nada parecido. Soñé con simios guerrilleros en la selva, guerras nucleares y unos japoneses que cortaban a cachos una ballena. Itzel: ¿Daijobú? Lucía: Putos japoneses. Itzel: ¿Daijobú? ¡Helena! Lucía: Helena y Azumi se conocieron en una expedición al glaciar de Montana. Esmirna: En seguida nos enamoramos. Itzel: Yo era bióloga y ella–– Lucía: Sí, ya conozco esa historia. Esmirna: Entonces cuéntanos qué hacías dormida en un montón de basura. Lucía: ¿Me quedé dormida? Itzel: Cuatro días. Lucía: ¿Dónde estamos? Esmirna: Camino a Alaska. Itzel: Hace dos días pasamos el último lugar donde podíamos dejarte. Esmirna: Pero en un mes te podemos regresar. Itzel: Voy a medir la recesión de un glaciar. 56

Esmirna: Y a rastrear una familia de osos polares que el año pasado marqué. Lucía: No los encontró. Esmirna: Pero estoy segura de que éste era el cráneo de Alex. Lucía: Azumi sí encontró algo: una recesión de casi 6 km en el glaciar. Itzel: Es tres veces Manhattan en témpanos de hielo que terminan en el océano; toda esa agua en olas y tormentas ha desplazado millones de personas desde el 2009. Esmirna: Es el ciclo de la naturaleza; y al mismo tiempo, algo que hicimos lo está alterando. Lucía: El hielo crujió. Esmirna: Si lo piensas fríamente, el oso blanco es una especie que fracasó en la evolución. Itzel: No supo adaptarse. Es demasiado débil y por eso no va a sobrevivir. Esmirna: Su extinción es cuestión de años. Igual que los glaciares. Itzel: El hecho es que el planeta está cambiando. Esmirna: Muchas personas han muerto y muchas más van a morir en el proceso. Itzel: Pero así es la naturaleza. Lucía: ¿Y entonces por qué hacen lo que hacen? Esmirna: Nuestro hijo sólo va a conocer a los osos polares en un zoológico, hace apenas un año estaban aquí... Itzel: En esta época no hay nada peor que dejarse morir y dejar las cosas morir. Si algo te importa realmente, das la vida aunque no tengas posibilidad–– Lucía: ¿Y no te jode? Esmirna: ¿Crees que eso es grave? Su papá es un samurái. Hubieras visto cuando nos casamos. Lucía: Era siempre de noche, dormíamos junto al glaciar. EsBestiario humano

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cuché los lamentos de un gigante de hielo que tenía insomnio y calor, aunque yo me estaba helando. Se estaba muriendo. Y yo apenas soy un oso blanco en un témpano de hielo, flotando sin dirección a la mitad del mar. Una noche vi una aurora boreal y tuve una fría revelación en medio de su luz eléctrica, me dije: “Si sobrevives este invierno, ya sabes a dónde llegar”. De cómo volvimos a África 35 Itzel: Para terminar vamos a hablar de un simio. Tres chicas se convierten en simios.

Miriam: Otros primates tuvieron mejores condiciones; éste casi se muere. Cuando dejó África, hace 80 mil años, estaba al borde de la extinción. Itzel: Pero aprendió del elefante cómo guardar agua en el desierto y recuperarla durante la sequía. Miriam: Sobrevivió con el tuétano de los huesos que dejaban los carroñeros. Itzel: Y con esa grasa, la corteza de su cerebro se desarrolló. Se fortaleció durante mil generaciones de guerra. Y un día, sucedió un milagro: Los simios pintan una pintura rupestre sobre el mapa.

Itzel: Había otros primates listos, pero ninguno tenía esa capacidad única de representar, preservar y perfeccionar su conocimiento. Miriam: Aunque todos ustedes tienen algo de neandertales. Itzel: Sobrevivir la extinción lo ayudó a evolucionar. Más rápido que cualquiera. 58

Miriam: El chimpancé ha estado ocho millones de años sin cambiar. Itzel: Nosotros llevamos el mundo al borde del colapso en los últimos 200. Miriam: Los sobrevivientes que dejaron África hace 80 mil años estaban listos para el futuro. Entre ellos había... alguien. Una mujer. Cuando regresé del viaje entendí su historia: la humanidad entera lleva sus genes. Nadie la recuerda, aunque todos nosotros somos sus descendientes. Era alérgica al pelo. Murió sola. Se quedaba paralizada ante el púrpura del amanecer. Se hundió en la supervivencia y no le importó un carajo a dónde iban a llegar los hijos de sus hijos, sólo quiso vivir. Por eso estamos aquí. Y yo... meses después de viajar, estaba empeñando hasta los calzones para irme otra vez. Iba yo sola. Nunca regresé.

36 Sofía: Volver a África no es fácil cuando estás oficialmente desaparecida. Y todas esas claves... lo peor es que sabía perfectamente de qué hablaba. Lucía: Un elefante. Nadie lo ha visto en años. Recorre una ruta de mil kilómetros en el desierto. Las matriarcas son enormes y nunca olvidan dónde hay agua. Sofía: Estás pendeja. Estoy harta de África y tus pinches animales. Ni tengo dinero para–– Miriam: Toma. Sofía: ¿De dónde sacaste eso? Miriam: Vendí mi computadora. Sofía: ¿Por qué? Miriam: Te vale madres. (Le da un beso y se va.) Bestiario humano

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Sofía: Tres días después estoy en Etiopía. Un jeep me deja en el pastizal, ella no sé cómo llegó. Lucía: Una noche, nos acabábamos de conocer, le enseñé un punto en mi mapa. Se acordó. Sofía: Cuando la veo, al otro lado de una llanura, siento que entre nosotras dos está la historia de la humanidad. Lucía: Detrás del horizonte están los grandes lagos, y más allá el desierto árido donde hombres y elefantes exprimieron agua de las piedras para vivir. Sofía: Hace 80 mil años una mujer dejó África para evitar la extinción, y ahora estamos aquí. Lucía: Tengo sed. Te extraño. Sofía: Antes de tocar su mano, escucho un bufido: es un rinoceronte blanco. Lucía: Ninguna de las dos vio cuándo se acercó. Sofía: Nos mira fijamente y de algún modo entendemos que no nos quiere embestir. Lucía: Sólo bufa con su enormidad, sus ojos brillan y tengo miedo de parpadear porque pienso que va a desaparecer. Sofía: Sé que debo tocar su frente, si toco su frente, él va a mirar mis ojos; algo me dirá. Algo en mí va a funcionar. Lucía: Es ese momento mágico en el que te das cuenta de que hay una fuerza más grande que tú, y que todo, al final, fue por algo. Sofía: Pero antes de que lo pueda tocar: (Se escucha un balazo. Pausa.) Un joven bantú, casi guapo, se acerca con su sierra eléctrica. Lucía: Un minuto después, un cadáver de rino, blanco y sin cuernos yace junto a nosotras. Hacia todos lados hay llanura. Las bestias de la noche comienzan a cantar. Sofía: A la mitad de la nada, sólo quedamos las dos.

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37 Esmirna: Antes de que el mundo acabe, lo voy a conocer; eso que veo en el ojo ya no existe, ya sé, pero una parte de mí quiere viajar. Para estudiar a mis bestias, jugué que soy ellas, ahora busco figuras en la galaxia, tal vez algún animal se escondió por ahí. “No pierdas las constelaciones de tus abuelos, y aprende a ver el ecosistema de estrellas que vive en tu nuevo cielo.” A mí siempre me hizo falta una elefanta sabia que me enseñara a cruzar en vez del desierto el universo, y además del don de encontrar agua pueda heredarme una razón para continuar. Yo ni siquiera sé si puedo enseñarle a mi bantú cómo no enloquecer en su primera sequía. Año 2233. La noche antes de llegar al planeta, despierto empapada de una pesadilla, con mi negrito pegado a mi teta. En mi sueño, el nuevo mundo es un paraíso húmedo y me reciben unas bestias hermosas que abandoné en la Tierra. Lucía: Sí llegaste. Itzel: Ayer vino una niña igual a ti y empezó a sembrar tus animales. Sofía: ¿Quieres ver? (Esmirna asiente.) Miriam: ¿Te sientes bien, hermana? Esmirna: Sí, estoy bien. No me pasa nada. (Pausa.) Nos alejamos caminando. Y dos ojos incandescentes brillan en el cielo de Alfa Centauri al atardecer.

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Bestiario humano se terminó de imprimir en agosto de 2015 en los talleres de Editorial Innova, Año de Juárez #343, Col. Granjas San Antonio, c. p. 09070, Distrito Federal. El cuidado de la edición estuvo a cargo de Abril Terreros y Leticia García Urriza. Formación y diseño, Galdi González Salgado. El diseño editorial es de José Bernechea Iturriaga. El tiraje consta de 2 000 ejemplares.

¿Q

ué ha significado para el planeta la potencia depredadora de los seres humanos? ¿Cuál es el vínculo entre la extinción masiva de las especies en los dos últimos siglos y el devenir de la economía, la política y los imperativos colonialistas? ¿Qué futuro tiene la vida en la Tierra? ¿A dónde nos dirigimos? En Bestiario humano, Diego Álvarez Robledo formula algunas de las preguntas más pertinentes de nuestro tiempo, con notable riqueza y capacidad de síntesis. Ha transformado inaplazables y dolorosas reflexiones en un drama poético, pleno de dinamismo, humor, ternura y vida. Su visión de la encrucijada contemporánea nos enfrenta a un fino, paradójico e intrincado sistema de pulsiones, causas y consecuencias. ¿Quiénes son más culpables del desastre?, ¿los que asesinan animales para sobrevivir o quienes compramos y tiramos celulares y otros productos que implican para ser producidos despojo y muerte? La ignorancia del papel que jugamos como eslabones en la cadena del mercado y de la vida ¿nos libra de responsabilidad? A partir de las estrategias dramáticas de la voz narrativa, la fragmentación de la identidad, el coro y los saltos vertiginosos en el tiempo y el espacio, nos invita a pensar el presente con pasión, frescura, profundidad y amplitud de perspectivas fuera de lo común. Luz Emilia Aguilar Zinser

EDICIONES Y PRODUCCIONES ESCÉNICAS Y CINEMATOGRÁFICAS, A. C.