Arquitectura Mexicana Del Siglo XX

Introducción México tuvo un problemático siglo XIX, por lo que su gran arquitectura “decimonónica” sólo aparecion en los

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Introducción México tuvo un problemático siglo XIX, por lo que su gran arquitectura “decimonónica” sólo aparecion en los en los inicios del siglo XX. Algunas obras mexicanas de los novecientos son herederas en sus formas del pasado, el Palacio Postal, el Palacio de Comunicaciones, entre otros. Todas ellas fueron proyectadas por extranjeros. Se creía que tenían estructuras de acero

Arquitectura Mexicana del siglo XX El país tuvo un problemático siglo XIX, por lo que su gran arquitectura “decimonónica” sólo pudo aparecer en los inicios del siglo XX. En efecto, las primeras obras mexicanas de los novecientos son herederas en sus formas del pasado, aunque sean ya –y esto es importante para la historia de la arquitectura–, muy avanzadas técnicamente hablando: el Palacio Postal, el Palacio de Comunicaciones, el nuevo Teatro Nacional y el frustrado Palacio Legislativo. Según se creía–. Que tienen estructura de acero y concreto, así como modernas instalaciones hidráulicas y eléctricas, ascensores y teléfonos. El siglo XX puso a México, por primera vez en su historia, ante la posibilidad de ser contemporáneo de las naciones que decidían la orientación de la arquitectura en el mundo. Ni la Guerra mundial de 1914-18, ni la Revolución mexicana de 1910-17 permitirían la sobrevivencia de muchos vestigios del pasado en la cultura. El mismo art déco, que los citados historiadores definen como “una mediación tranquila entre vanguardia y tradición”. La década de 1920 fue de nuevos horizontes en todas las artes, situación inédita para nuestro país que pudo, sin embargo, hacer frente al reto con éxito. Más que ninguna otra nación del continente americano, México se encontraba abierto a la posibilidad de un Renacimiento: en los años veintes llegan aquí ideas de todos los rincones del mundo que son asimiladas y reinterpretadas en un proceso que incluía la búsqueda de raíces culturales propias. En una franja intermedia quedan las mejores obras de arquitectura del siglo XX mexicano, que pueden pasar al mismo tiempo la prueba de la modernidad y la de su adaptación a la tradición local. El primero en advertir esto fue Carlos Obregón Santacilia, autor de obras historicistas: la Escuela Benito Juárez, de 1923 y cosmopolitas: interior del Banco de México de 1927 (primer ejemplo del art déco en México), quien consigue en el edificio de la Secretaría de Salud (1928) una síntesis original en este camino. A mediados del siglo se erige el conjunto arquitectónico más ambicioso de la modernidad mexicana: la Ciudad Universitaria (1950-52). Su urbanización se debe al citado Del Moral y al mexicano formado en París, Mario Pani, autortambién del Conservatorio Nacional de Música, de 1946. Félix Candela autor, con Jorge González Reyna del Pabellón de Rayos estructura de concreto de gran esbeltez. Candela producirá igualmente una obra tan notable como el restaurante Manantiales de Xochimilco,con Joaquín Alvarez Ordóñez, en 1957Cósmicos,.

Continuador de Barragán, Ricardo Legorreta consigue un éxito importante en 1968 con el hotel Camino Real, y las décadas de 1970 a 1990 lo verán surgir como protagonista indudable del fin de siglo mexicano, al lado de arquitectos de vocación monumental como Agustín Hernández (Colegio Militar, de 1976), Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky; estos últimos con obras conjuntas: el INFONAVIT, en 1973 y El Colegio de México de 1975. Zabludovsky alcanza uno de sus mayores logros en 1991 con el Auditorio de Guanajuato, mientras González de León lo hace con el nuevo Conservatorio de Música. La arquitectura art déco ha sido revalorada por ciudadanos dispuestos a defenderla con ahínco, lo que hubiese sido difícil imaginar hace apenas dos décadas. Pronto ocurrirá lo mismo con el funcionalismo, el caso de O’Gorman así lo sugiere, y lo alentador es que sea la sociedad misma –sin olvidar a los estudiosos– la que tiene el mayor mérito en esta ampliación de las fronteras de lo que denominamos patrimonio cultural de México.

Conclusión Desde mi punto de vista creo que siempre hemos tenido buena arquitectura tal vez nunca la hemos sabido apreciar por ejemplo lo qe es el Arquitecto Candela es muy bueno.