APUNTES, Literatura Del Siglo XX, Hasta 1939

LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX: HASTA 1939 CURSO 2017/18 Claudia Calandra Jiménez ÍNDICE TEMA 1.- LITERATURA Y PENSA

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LITERATURA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX: HASTA 1939 CURSO 2017/18 Claudia Calandra Jiménez

ÍNDICE TEMA 1.- LITERATURA Y PENSAMIENTO. EL INSTITUCIONISMO. EL REGENERACIONISMO. EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98 ................................................................................ 1 TEMA 2.- HACIA UNA NUEVA ESTÉTICA. LAS VANGUARDIAS. LA GENERACIÓN DEL 14......... 16 TEMA 3.- LA GENERACIÓN DEL 27. OTROS AUTORES: MIGUEL HERNÁNDEZ Y LEÓN FELIPE . 25 TEMA 4.- LA NOVELA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX (TEMA DEL GRANADOS) ............ 33 TEMA 5.- EL TEATRO EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX ..................................................... 38

TEMA 1.- LITERATURA Y PENSAMIENTO. EL INSTITUCIONISMO. EL REGENERACIONISMO. EL MODERNISMO Y LA GENERACIÓN DEL 98 ANTECEDENTES (GRANADOS) Arranca de muy atrás la preocupación por los problemas españoles, aunque son los ilustrados los primeros en tratarlos sistemáticamente.Los Borbones traen con la nueva dinastía una voluntad reformista de todo lo que atañe a la cultura. Pero en el siglo XVIII español no había una aspiración uniforme en el deseo de cambio. Es una minoría la partidaria de hacer reformas y la que es consciente científicamente del problema español. Pero el siglo XVIII tiene algún logro: alcanzan vigor científico la anatomía y la fisiología, hay preocupación por la enseñanza de las ciencias exactas y naturales, los periódicos conocen mejor situación… Los enemigos de la Ilustración pretenden acabar a principios del siglo XIX con sus ideales, y en 1801 se desencadenan contra sus componentes persecuciones, procesos y destierros. La guerra de la Independencia (1808-1814) y el negro reinado de Fernando VII (1814-1833) hacen que el movimiento reformista quede neutralizado. La muerte de Fernando VII saca a la luz los intereses encontrados entre la España liberal y la España absolutista.

EL KRAUSISMO Y LOS INSTITUCIONISTAS Julián Sanz del Río, después de su estancia en Alemania enseñó las ideas krausistas, de tendencia idealista, en España. La filosofía de Krause, basada en la hermandad y solidaridad entre los hombres, fue aplicada en España por los denominados krausistas, que se decantaron por un desarrollo conseguido a través de la educación, con una dimensión ética. El anterior cierre de las universidades españolas por Fernando VII, y la renovación de los planes educativos en gran parte de los países europeos durante el siglo XIX, incitaron a los krausistas a intentar esta modernización de la enseñanza en España. Frente a la situación de crisis política y social de finales del XIX, el grupo krausista defendía la posibilidad de progreso de la sociedad española, con el papel muy importante de la educación. Surgió una facción neocatólica, que hizo del catolicismo un programa político para combatir el liberalismo.Pero había un grupo de intelectuales, adscritos a la doctrina krausista o al catolicismo liberal. No obstante, venció la facción neocatólica. Con posterioridad a la revolución liberal de 1868, el gobierno encargó a los krausistas una nueva regulación de la educación, proclamando la libertad de enseñanza con total independencia del Estado y de la Iglesia. Aquella experiencia duró poco y la Restauración borbónica provocó que muchos intelectuales fueran separados de sus cátedras. Algunos fundamentos krausistas son: la defensa de la relación entre las distintas esferas de lo humano, como ciencia y humanidades, la propuesta de igualdad entre los derechos de hombres y mujeres, la formulación de los derechos de los niños y una llamada a la

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participación del hombre en la naturaleza. La armonía del mundo es otro elemento clave, que para los krausistas residía en un sentido moral de la existencia.

LOGROS INSTITUCIONISTAS  La Institución Libre de Enseñanza (1876): en este centro, el primero en la época de enseñanza independiente y laica, cristalizaron los afanes modernizadores de los krausistas, quienes intentaron la renovación de España desde la renovación educativa. Su actuación pedagógica concreta venía respaldada por una filosofía de carácter idealista, dirigida a mostrar la armonía y la bondad del mundo, y donde la ética y la moral ocupaban un papel preponderante. Los pilares pedagógicos de la institución eran la igualdad de hombres y mujeres, el racionalismo, la libertad de cátedra y de investigación, la libertad de textos y la supresión del criterio memorístico.  La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (1907): entre los objetivos de este organismo se encontraban fomentar la ampliación de estudios e investigación de profesores en el extranjero. También fomentó la creación de centros de investigación e instituciones educativas, y el intercambio entre estudiantes extranjeros y españoles.  La Residencia de Estudiantes (1910): se creó por iniciativa de la Junta para Ampliación de Estudios. Concebido como el primer centro cultural en España, llegaría a convertirse en un importante lugar de encuentro para el intercambio cultural, artístico y científico entre España y el resto de Europa, dando a conocer las innovaciones europeas en España. El alto grado de reconocimiento internacional, alcanzado por la cultura española anterior a 1936, se debió en gran parte a la actividad de personas ligadas a la Residencia de Estudiantes.  La Residencia de Señoritas (1915): fue creada por la Junta para Ampliación de Estudios y sirvió como pionera para el acceso de la mujer española a los estudios universitarios.  El Centro de Estudios Históricos (1910): con el objetivo de subvencionar investigaciones y publicaciones de carácter histórico, filológico, artístico…  El Instituto-Escuela (1918): dirigido a una enseñanza no universitaria, que respondía al planteamiento institucionista de que la renovación en la educación debía provenir de los primeros años de escolarización. La enseñanza, de carácter mixto, comprendía Moral, Historia, Geografía, Idiomas y Ciencias, y perseguía la formación de hombres y mujeres útiles para el país.  Las Misiones Pedagógicas: a partir de 1931, el ansia cultural institucionista fue recogida por el gobierno de la Segunda República. Fue cuando se crearon las Misiones Pedagógicas. Su objetivo era acercar la cultura y sus distintas manifestaciones a la población, poniendo a su alcance los libros, la música, la pintura y el teatro. Llevaron a cabo una serie de iniciativas culturales de carácter itinerante, con el fin de llegar a todos los pueblos y ciudades de España, y a lugares poco habituales.  La Barraca (1932): grupo teatral universitario cuyo objetivo era recorrer España, dando a conocer el teatro clásico de Lope y Calderón.  La Universidad Internacional de verano de Santander (1932): desempeñó un importante papel en el ambiente académico y cultural de la época. En él se realizaron

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exposiciones y actuaciones artísticas. La Guerra Civil interrumpiría su actividad académica, que se reanudaría en 1947, llamándose UIMP. El aprecio por lo autóctono y tradicional, presente entre los institucionistas, está en la base de muchas de las investigaciones del momento, y también en la revalorización de la lírica tradicional española, llevada a cabo por los autores del 27. Bajo la influencia del krausismo, la cultura española se deja contagiar de la presencia alemana. En definitiva, la historia intelectual española anterior a 1936 no se podría comprender sin conceder la importancia que se merece a esta línea de pensamiento liberal.Todo se vino abajo en 1936. Las instituciones fueron disueltas y los institucionistas tuvieron que marchar al exilio o fueron perseguidos. Restablecida la democracia en España, la Residencia cobró nueva vida. Desde 1986 viene desarrollando una amplia actividad cultural. Es un lugar abierto a las nuevas tendencias en ciencias y artes y al diálogo entre generaciones.

LOS INTELECTUALES INSTITUCIONISTAS  Francisco Giner de los Ríos (1839-1915): fundamentos krausistas vertebran su obra: la defensa de la relación entre las distintas esferas de lo humano, la propuesta de igualdad entre los derechos de hombres y mujeres, la formulación de los derechos de los niños y una llamada a la participación del hombre en la naturaleza. En 1976 crea la Institución Libre de Enseñanza, donde proyecta su modelo pedagógico. Giner de los Ríos realizó una labor de captación atrayendo a académicos, intelectuales y científicos. o Lecciones sumarias de psicología (1874). o Estudios sobre educación (1886). o Educación y enseñanza (1889). o Pedagogía universitaria (1905).  Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935): se vincula a la Institución Libre de Enseñanza. Realizó viajes por Europa para visitar escuelas y participó en numerosos congresos sobre pedagogía. Cossío defendió la escuela activa e introdujo en el mundo escolar el método de los centros de interés, las visitas culturales y las colonias de verano. o La enseñanza primaria en España (1897). o El maestro, la escuela y el material de enseñanza (1906). o Un libro sobre el Greco (1908).  José Castillejo (1877-1945): consciente de la importancia de la educación como base de cualquier reforma social o política, realiza varios viajes a Francia, Gran Bretaña y Alemania, donde estudiará sus sistemas de enseñanza. o Guerra de las ideas en España (1937): defensa de la tolerancia y el diálogo ante el recrudecimiento de la Guerra Civil.  Rafael Altamira (1866-1951): se imbuirá de las ideas de la Institución Libre de Enseñanza. o La enseñanza en la historia (1891). o Psicología del pueblo español. o Historia de España y de la civilización española. o Mi viaje a América. o La Guerra actual y la opinión española.

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 Santiago Ramón y Cajal (1852-1934). o Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados (1904). o Degeneración y regeneración del sistema nervioso (1914). o El mundo visto a los ochenta años (1934).  Leonardo Torres Quevedo (1852-1936). o Ensayos sobre Automática (1914).  Juan Negrín (1892-1956).  Ramón Menéndez Pidal (1869-1968): destaca su aplicación de métodos científicos a los estudios filológicos hispánicos, que a finales del XIX no contemplaban el comparatismo, ni el historicismo lingüístico. Sobresalen sus escritos sobre la épica. o El poema del Cid. o La leyenda de los siete infantes de Lara (1896). o Crónicas generales de España (1898). o Manual elemental de Gramática histórica española (1904). o La epopeya castellana a través de la literatura española (1910). o Poesía juglaresca y juglares (1924). o La España del Cid (1929). o Orígenes del español.  Américo Castro (1885-1972): llevó a cabo una gran investigación filológica y se preocupó por la política universitaria. o La realidad histórica de España (1948): nueva interpretación de la historia de España como un cruce entre cristianos, árabes y judíos.  Rafael Lapesa (1908-2001): fue uno de los principales autores del Diccionario histórico de la lengua. o Historia de la lengua española (1942). o La trayectoria poética de Garcilaso (1948).  Fernando de los Ríos (1879-1949): profesor de la Institución Libre de Enseñanza. En 1909 viaja a Alemania para estudiar las corrientes pedagógicas europeas, donde conocerá a los jóvenes españoles que más tarde habrían de formar la Generación del 14. De los Ríos hizo suyo el ideario de este grupo. Puso en marcha las Misiones Pedagógicas, la Universidad Internacional de verano de Santander y la reforma de los planes de estudios universitarios y de magisterio. o Mi viaje a la Rusia Sovietista (1921). o El Sentido Humanista del Socialismo (1926).  Severo Ochoa (1905-1993).

EL REGENERACIONISMO Es un movimiento político y social de finales del siglo XIX que buscaba encontrar soluciones para los problemas de España, inmersa en una situación de atraso y decadencia política.En 1898 exponen su intento de reforma política, que pretendió la implantación del sufragio universal, la erradicación del caciquismo y la mejora de la Administración. Fue un movimiento que provenía del centro y la derecha ideológica. Tuvo una notable incidencia en el proceso de descentralización del país, si bien la izquierda permaneció al margen de este movimiento

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debido a su falta de organización y de respaldo popular, aunque más tarde asumirá muchos de los planteamientos regeneracionistas. Del regeneracionismo surgiría un movimiento agrario, que dio lugar a la aparición de Cajas Rurales y de Sindicatos Agrícolas. Se formó un grupo de escritores que insistió en la necesidad de abordar reformas estructurales, acabar con el caciquismo y combatir el parlamentarismo inoperante. El ideal regeneracionista veía en la educación el mejor instrumento de cambio social para una España atrasada, en clara sintonía con los planteamientos de la Institución Libre de Enseñanza. El año 1898 significó una derrota nacional, pero también el comienzo de una nueva etapa, en la que muchos jóvenes autores tendrán un sentimiento común de regenerar a España.

INTELECTUALES DEL REGENERACIONISMO  Joaquín Costa (1846-1911): es la figura clave del Regeneracionismo. En 1867 contemplará en París el desarrollo europeo, que compara con el atraso español. Se preocupa por todas las manifestaciones históricas: poesía, economía… Se va a preocupar por los problemas sociales a raíz de la crisis económica de 1890. Ideológicamente, Costa arranca del krausismo, que anteponía la sociedad al Estado, por lo que atacó la estructura política de la Restauración, porque mantenía la total supremacía del Estado. Para Costa la reforma agraria era indispensable para llegar a la normalización política, pues la población rural era mayoritaria. Su regionalismo no era obstáculo para que defendiera la europeización. Lo que no supo ver es que sin un apoyo de un grupo progresista no podría llevar a cabo su programa. o Colectivismo agrario en España (1898): analiza los problemas de la gestión de la tierra y propone una serie de medidas. o Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno de España (1902): critica la política de la época.  Ángel Ganivet (1865-1898): a lo largo de su obra se deja sentir su obsesión por combatir la decadencia. Es precursor de los escritores de la Generación del 98. o El porvenir de España (1912): correspondencia con Unamuno. o Ideárium Español (1897): realiza un diagnóstico de la decadencia española, proponiendo una renovación espiritual. o La conquista del reino de Maya (1897). o Los trabajos del infatigable creador Pío Cid (1898). o Granada la bella (1896). o Cartas Finlandesas (1898). o El escultor de su alma (1904). o Epistolario. o También escribió poesía.

LA CRISIS DE FIN DE SIGLO Históricamente, este periodo arranca bajo la Regencia de María Cristina, que tuvo que hacer frente al gran conflicto de la Guerra de Cuba (1895-1898) y la pérdida de las últimas colonias

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de ultramar: Cuba, Puerto Rico y Filipinas; así como frente al incipiente independentismo catalán. Sin embargo, su reinado fue apreciado por los españoles. En 1902 se declara la mayoría de edad de Alfonso XIII. Durante su reinado, constituido como una monarquía oligárquica y pre-democrática, tuvieron lugar algunos de los acontecimientos más conflictivos de este periodo, como el desastre de Anual en 1921 en la Guerra contra Marruecos, que propició el golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.Sin embargo, fue un reinado presidido por una idea liberal y regeneracionista de la política. En literatura, la crisis internacional de fin de siglo se vio agravada por el desastre político español del 98. Azul (1888) de R. Darío marcará el asentamiento de una nueva sensibilidad estética en las letras hispanas, pronto adoptada por los españoles, que repartieron sus anhelos literarios entre el esteticismo modernista y la preocupación ante la realidad española. La crisis ideológica y la desorientación moral de finales del siglo XIX permitieron que surgieran en Europa las corrientes de pensamiento irracionalistas y un malestar existencial, que influyeron enormemente en el Modernismo y en la Generación del 98, con temas como la muerte, el tiempo, el destino del hombre y la angustia vital. En cuanto a las cuestiones religiosas, el espíritu revolucionario de la primera juventud les sitúa en una actitud agnóstica y anticlerical. No es de extrañar que sus ideas socialistas y anarquistas chocaran con el catolicismo anquilosado. Su evolución los llevó por caminos distintos.

EL MODERNISMO Desde finales del siglo XIX, empezaron a surgir corrientes ideológicas y literarias que propugnan una renovación frente a la mentalidad burguesa patente en las creaciones realistas. El Modernismo, en el campo de la literatura, se inicia hacia 1880 y se extiende hasta la Primera Guerra Mundial. Su ruptura se encuadra dentro del marco de la crisis ideológica y espiritual del mundo a finales del siglo XIX. Lo habitual fue el rechazo de la sociedad burguesa dominante, a través del aislamiento aristocrático, el inconformismo, el refinamiento estético, la bohemia y el dandismo. Esta actitud fue criticada por algunos sectores que les acusaron de eludir los problemas reales. En Hispanoamérica, los modernistas aspiraron a crear una identidad propia, desprendiéndose en parte de la tradición española y dejándose influir por otras literaturas. Las influencias más importantes provendrán de dos corrientes francesas de la segunda mitad del siglo, el parnasianismo y el simbolismo. De los parnasianos se adopta la perfección formal y los temas exóticos y sensoriales. Y de los simbolistas la musicalidad y los efectos rítmicos.Asimismo, es importante la influencia de la literatura española anterior, como la poesía de Bécquer o la lírica española antigua, representada por poetas como Berceo. En cuanto a los temas, los modernistas sienten desazón ante la vida y desarraigo frente a la sociedad. Lo irracional vuelve a cobrar protagonismo, y da entrada a las pasiones, lo misterioso, lo fantástico y lo onírico. Los sentimientos de melancolía y de tristeza estarán presentes, de ahí que el otoño, el crepúsculo o la noche se repitan como fuentes de inspiración. También está el deseo de evadirse de la realidad. El escapismo se realiza en el

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espacio huyendo hacia lo exótico, principalmente lo oriental; y en el tiempo, hacia épocas pasadas como la Antigüedad clásica. También aparece la temática cosmopolita, que está representada sobre todo por la ciudad de París y su ambiente aristocrático y bohemio.El amor es tratado en el Modernismo en una doble vertiente. Por una parte se idealiza el amor y la mujer, y, por otra, se entregan al erotismo y a la sensualidad. También aparecen con frecuencia temas americanos, como el pasado ancestral y sus mitos.El tema de España también surge, sobre todo con posterioridad al desastre del 98, como reacción al imperialismo estadounidense. En cuanto al estilo modernista, se podría definir como una aspiración esteticista de la literatura, donde los sentidos cobran una especial importancia, recurriendo al empleo impresionista del color, a la creación de efectos sonoros y al uso de recursos fónicos, como las sinestesias, así como a una utilización exquisita del léxico y la metáfora. En la métrica, aparece una obsesión por el ritmo, enriquecido con nuevos esquemas de influencia francesa y formas clásicas, como el soneto de versos alejandrinos, con nuevas fórmulas acentuales y ritmos marcados, así como el uso de rimas internas, simetrías y paralelismos. En Hispanoamérica el Modernismo se desarrolló en dos grandes etapas. Hasta 1896 domina la búsqueda de la perfección formal y la belleza, y con posterioridad a esta fecha empiezan a aparecer tonos más intimistas y americanos. Entre los principales precursores de este movimiento estarían José Martí y José Asunción Silva, aunque el principal representante es Rubén Darío.En España, los primeros poetas atraídos por el espíritu modernista fueron Manuel Reina (1856-1905) y Salvador Rueda (1857-1933).Los más destacados representantes son Manuel Machado, Villaespesa y Marquina, si bien otros autores como Valle-Inclán o Antonio Machado también se vieron atraídos por el Modernismo. El modernismo español se caracteriza por el predominio del intimismo y un empleo más moderado de elementos retóricos. La mayor aportación del Modernismo a la literatura española fue la renovación del lenguaje literario.

RUBÉN DARÍO Rubén Darío (1867-1916) se propuso modificar de manera drástica la poesía y la prosa, y lo consiguió, con la irrupción de la música en la poesía y la agilidad con que liquida la prosa retórica española de las dos orillas. Su estilo musical lo revela como un maestro de la métrica y la metáfora. Fundió todos los saberes y dio vida a las estrofas y los metros olvidados, y antes que en sus versos, las tendencias de su época aparecieron en sus crónicas, ya que fue periodista. Se deja influir por los clásicos y los románticos españoles, por los poetas franceses y por los norteamericanos. Entre sus primeras publicaciones se encuentran Rimas (1887) y Azul (1888). Este último reúne una serie de relatos y composiciones en verso.En 1896 publica Prosas profanas, más sensual y colorista. Darío y Martí se dieron cuenta del peligro que suponía el imperialismo norteamericano para los países americanos de habla española. Por eso reiteradamente exaltan los nacionalismos. A partir de Cantos de vida y esperanza (1905) su amor a España y su cultura se manifiesta más

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intensamente. En este poemario, Darío clama por el resurgimiento de los países hispánicos. Aparecen temas menos coloristas, como diversas inquietudes existenciales. Entre sus obras asimismo cabe destacar su vasta producción periodística, sus cuentos, su autobiografía La vida de Rubén Darío escrita por él mismo (1912) y otras obras en prosa, como algunos libros de viajes y Los raros (1896).En El canto errante (1907) hay una sección dedicada a poetas célebres, entre los que se incluyen poetas españoles.

VALLE-INCLÁN Ramón María del Valle Inclán (1866-1936) manifiesta, como Rubén Darío, interés por lo esotérico. Al principio defendió ideas tradicionalistas, derivando hacia una actitud más radical, que le hizo oponerse a la Dictadura de Primo de Rivera y defender la Segunda República. Más tarde ingresó en el Partido Comunista. La obra de Valle-Inclán se divide en varias etapas, que irían desde una primera modernista, hasta 1906, hasta desembocar en creaciones plenamente esperpénticas, estilo propio del autor, basado en la distorsión de la realidad objetiva y de una especial utilización del lenguaje, frutos de su dolorida visión de la realidad española de la época. La etapa modernista de las Sonatas (1902-1905) es fundamental. Temas como el satanismo, tan presente en las piezas teatrales del ciclo mítico, ya están en este conjunto. Las cuatro Sonatas fueron publicadas por este orden: Sonata de Otoño (1902), Sonata de Estío (1903), Sonata de Primavera (1904) y Sonata de Invierno (1905). Son las memorias del Marqués de Bradomín, un don Juan, y el orden de las memorias es desde la primavera al invierno. Los cuatro episodios de la vida amorosa del Marqués son recordados desde una perspectiva lejana. Las aventuras de las cuatro Sonatas apenas se relacionan entre sí, pero la unidad se logra situando en un primer plano al protagonista y utilizando un lenguaje que recrea la evocación nostálgica del pasado. El Marqués es irreverente y está entregado a las pasiones amorosas menos convencionales. En lo religioso, le gusta todo lo exterior y sensual de la liturgia. En su faceta satánica, hay que destacar que se complace en el mal. El decadentismo finisecular de las Sonatas, con su aversión por la vida vulgar, es un comentario de la escala de valores contemporáneos más convencionales, sobre todo el materialismo, la hipocresía y la mediocridad. El estilo le debe mucho a Darío. Valle- Inclán demuestra un cuidado exquisito del idioma y de su ritmo, que subvierte los esquemas caducos, elabora la prosa cuidando sobre todo la entonación musical de la frase y apoyándose en palabras ricas en asociaciones sensoriales para dar una visión de la vida embellecida por el arte, actitud que impregnaba entonces todo su afán. En 1906 escribiría una comedia, El marqués de Bradomín. Tanto en su trilogía sobre la guerra carlista (Los cruzados por la causa 1908, El resplandor de la hoguera 1909 y Gerifaltes de antaño 1909) como en los tres dramas sobre el gallego Don Juan Manuel Montenegro nos habla de un mundo viejo que se pierde: el feudalismo. Entre el caciquismo disfrazado de parlamentarismo y el feudalismo paternalista, Valle opta por el último. Pero existe en nuestro autor más repugnancia por las normas político-sociales de la

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Restauración que nostalgia por la sociedad feudal. De todas formas, observamos en él un progresismo constante. A partir de 1917, se interesa por los problemas sociales. En sus novelas del Ruedo Ibérico, compuesto por tres obras: La corte de los milagros (1927), Viva mi dueño (1928), y Baza de espadas (1932). Valle-Inclán utiliza ya una estética del esperpento, usando un personaje colectivo con el que critica determinados grupos sociales. Su novela Tirano Banderas (1926) es una dura crítica contra ese tipo de dictador hispanoamericano tan frecuente y sanguinario. En esta obra inventa todo: país, lenguaje, eligiendo americanismos de diversos países y juntándolos con arcaísmos… Valle ha superado aquí el esteticismo y satiriza la sociedad y el gobierno del tirano Banderas, a los que retrata como tragedia y como farsa al mismo tiempo. En la esperpentización entran el tirano, los militares, la colonia española… La revolución criolla triunfa al final sobre la tiranía, pero ese triunfo será truncado. Valle también tiene una importante obra poética, con creaciones como Aromas de leyenda (1907) y La pipa del Kif (1919).

LA GENERACIÓN DEL 98 Azorín fue el primero en 1913 en usar esta denominación para nombrar a una serie de escritores, algunos de ellos nacidos en el Modernismo. Pedro Salinas los consideraba como una generación literaria, aunque no se cumplan todos los requisitos establecidos por Peterson. No tuvieron una formación homogénea, siendo muchos de ellos autodidactas. Participaron conjuntamente en varios actos públicos, como en el estreno de la Electra de Galdós en 1901 o la protesta por el Nobel concedido a Echegaray. Tampoco puede hablarse de un guía del grupo, por lo que Salinas habló simbólicamente de Nietzsche o Schopenhauer, aunque otros críticos han destacado la figura de Unamuno, como autor más sobresaliente de la generación. Su germen estaría en el llamado Grupo de los Tres (Baroja, Azorín y Maeztu), a los que más adelante se unirían Unamuno y Valle-Inclán. Con ellos compartieron tertulias y publicaciones, como Alma española. Los autores del 98 llevaron a cabo una renovación del lenguaje, coincidiendo en este aspecto con los modernistas, aunque eligiesen estilos diferentes para lograrlo. Las relaciones con el Modernismo fueron muchas, pero los del 98 se distinguieron por su especial preocupación por la problemática españolas, su apego a cuestiones existenciales y filosóficas y su gusto por un estilo menos ornamentado, caracterizado por su gusto por las palabras terruñeras o tradicionales y un gran acento lírico, consecuencia del subjetivismo que los caracteriza. En muchos aspectos coincidieron con los regeneracionistas, preocupados igualmente por la situación de España. Los escritores del 98 se vieron influidos por un pensamiento filosófico-idealista y por las corrientes irracionalistas Europas, de autores como Kierkegaard o Bergson. El tema de España fue esencial en los autores del 98. Todos ellos fueron sensibles a la crisis a la que se enfrentaba España, fundamentalmente después del 98. La respuesta de la generación

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fue más filosófica que práctica y la mayoría de ellos realizaron viajes por la geografía española, denunciando el atraso y el desorden existente en la época. Con una visión idealizada de la realidad buscaron en Castilla el germen de lo español, exaltando sus pueblos y paisajes, y la pobreza y el lenguaje tradicional de sus gentes. En la historia y en la literatura clásica española trataron de encontrar la esencia de España, a través de nombres tan destacados como el Cid o Don Juan; si bien la intrahistoria (término acuñado por Unamuno para designar los hechos de personajes anónimos) fuese también importante. Entre sus integrantes, además del grupo de los tres estaría Unamuno, así como Antonio Machado y Valle-Inclán, aunque en sus obras se puedan distinguir varios registros, ya que sus inicios fueron modernistas. También se debe asociar a este grupo Ramón Menéndez Pidal (1869-1968), que con sus investigaciones filológicas apoyó muchas de las iniciativas de este grupo. Estos autores realizaron importantes innovaciones en los géneros literarios. El ensayo lo abrieron a temas históricos y filosóficos. La novela también adquirirá tintes propios, con respecto al realismo del XIX. En el teatro también tomaron rumbos personales, atraídos algunos por las vanguardias.

MIGUEL DE UNAMUNO Miguel de Unamuno (1864-1936) recibió una profunda formación católica. En 1894 ingresó en una agrupación socialista, hasta 1897, año en que una crisis religiosa le acerca nuevamente al cristianismo. Su oposición a la dictadura de Primo de Rivera le lleva al destierro y al exilio, convirtiéndose en un símbolo de la oposición al régimen monárquico. Unamuno mostró en sus obras sus continuas preocupaciones sobre la existencia, como el sentido de la vida, el ansia de inmortalidad, la lucha entre razón y fe, especialmente a través de su obra ensayística, donde trata también aspectos de historia, y su especial preocupación por el tema de España y la realidad de su época aparecen en ensayos como En torno al casticismo (1895), Cómo se hace una novela (1927), Por tierras de Portugal y España (1911) y Andanzas y visiones españolas (1922), que recogen sus viajes por la Península. Otro tipo de ensayos son los religioso-filosóficos como Del sentimiento trágico de la vida (1912) y La agonía del cristianismo (1935). Entre sus obras autobiográficas estaría Diario íntimo. Las novelas más importantes de Unamuno rompen con la tradición decimonónica, reflejando sus conflictos interiores. No quiere decir esto que las novelas sean la exposición de su pensamiento filosófico. Aparecen Niebla (1914), donde Augusto Pérez es un sueño del autor, como este lo es de Dios, tratando así el tema de la inmortalidad, muy importante para Unamuno; San Manuel Bueno, mártir (1933), donde el protagonista finge tener fe para poder mantener la de los demás; Amor y pedagogía (1902), La tía Tula (1921) y Abel Sánchez (1917). Entre su obra poética, escrita con un estilo bronco y conceptual, destaca Rosario de sonetos líricos (1911). Y entre sus obras teatrales estarían Fedra (1910) y El otro (1926), donde se deja contagiar por la vanguardia.

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ANTONIO MACHADO Su obra poética muestra la gran coherencia que dominó su vida, en perfecta sintonía con su pensamiento y su sensibilidad. Su obra poética se inicia en el Modernismo, aunque en un modernismo menos intimista y con menos alardes retóricos que el inicial de Rubén Darío. A esta etapa pertenecen Soledades (1903) y Soledades, galerías y otros poemas, ampliación del libro anterior. Utiliza versos propios del Modernismo como el dodecasílabo y el alejandrino, y ya aparecen temas recurrentes de su poesía como la muerte, el paso del tiempo…, así como algunos de sus símbolos más característicos, como el sueño, la tarde… Campos de Castilla (1912), significa un acercamiento a los postulados de la Generación del 98. El tema de España aparece con fuerza, así como el paisaje y las gentes castellanas, al igual que los derivados de la muerte de Leonor Izquierdo, su esposa. Entre sus otras obras estarían, el romance La tierra de Alvargonzález y los versos cortos y sentenciosos de Proverbios y cantares, sin dejarse llevar en sus creaciones por los nuevos aires de la poesía. Es autor de excelentes poemas, entre ellos varios sonetos, que se recogen en Nuevas canciones (1924). Se trata de un conjunto que se resiente en ocasiones de exceso de filosofía. El estallido de la Guerra Civil y sus consecuencias le inspiran una serie de poemas de guerra, como El crimen fue en Granada, por la muerte de García Lorca. Después de Nuevas canciones la producción poética de Machado decrece. Ahora intercala sus poemas entre los dos Cancioneros apócrifos: el de Abel Martín y el de Juan de Mairena. En 1957 se publicó de forma póstuma Los complementarios, recopilación de varios de sus escritos, en ese momento inéditos.

PÍO BAROJA Pío Baroja (1872-1956) se siente a disgusto en España y en todos sitios. De carácter tímido y pesimista, se vio influenciado por las teorías de Nietzsche. Su obra es fundamentalmente narrativa, aunque también escribió otros géneros, entre ellos teatro, donde se dejó influenciar por las corrientes vanguardistas de la época. Su obra narrativa está divida en trilogías. Entre ellas estarían las dedicadas a La tierra Vasca, La Lucha por la vida, El mar… Algunas de sus novelas más conocidas son Zalacaín el aventurero (1909), El árbol de la ciencia (1911) o La busca (1904). Sus personajes reflejan la posición de Baroja ante la vida, mostrando así el subjetivismo. En los libros que componen Memorias de un hombre de acción (1913-1935) muestra, a través de un familiar suyo, la vida española de finales del XIX y principios del XX, siendo una fuente de información sobre esta época. Su obra a partir de 1936 pierde intensidad. Su estilo pertenece a una retórica de tono menor, que se traduce en un cierto dejar fluir su prosa, sin metas determinadas; así como en un estilo ausente de retoricismos.

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También escribió cuentos, ensayos y artículos periodísticos, un libro de poemas y algunas obras dramáticas. Se interesó también por el cine.

RAMIRO DE MAEZTU Ramiro de Maeztu (1875-1936) se sitúa dentro de uno de los postulados clave del 98: buscar remedio a la decadencia española. Sin embargo, acabó evolucionando desde posiciones a liberales hacia posiciones menos progresistas. Fundó en 1931 la revista Acción española. En Defensa de la Hispanidad (1934)es un libro en defensa de la labor española en Hispanoamérica. Hacia otra España (1899) muestra el tema de España con posturas cercanas a los Regeneracionistas.

AZORÍN Azorín (1873-1967) es el seudónimo de José Martínez Ruiz. Después de una primera etapa anarquista y de comprometida crítica social, entra en el escepticismo para terminar en el conformismo. Evolucionó hacia posiciones más conservadoras, mostrando gran interés por los paisajes, gentes y pueblos de España. Su visión de la realidad la mostró siguiendo el subjetivismo propio de los del 98. Su obra, fundamentalmente en prosa, se distinguió por un ritmo pausado y por frases cortas, que lo convirtieron en un maestro de la descripción de ambientes, como se puede observar en Los pueblos (1905) o Castilla (1912). Su visión de la realidad la mostró siguiendo el subjetivismo propio de los noventayochistas, en varias de sus obras en prosa como La voluntad (º902) o Confesiones de un pequeño filósofo (1904). Su labor como crítico literario también fue relevante, interesándose por personajes esenciales de la literatura clásica española, como demuestran sus libros Don Juan (1922) o Doña Inés (1925), en las que ofrece una versión nueva de estos clásicos. Se interesó por el cine y por las tendencias teatrales vanguardistas y surrealistas, como puede verse en su trilogía Lo invisible (1928). Entre sus obras teatrales destacarían Brandy, mucho Brandy (1927) y Comedia del arte (1927). Llevado por el subjetivismo del 98, escribió también varios libros de memorias, como Memorias inmemoriales (1946) y Madrid (1941), donde recrea muchos aspectos de su pasado. Sus obras están faltas de acción y de una acertada creación de caracteres.

COSAS AÑADIDAS DEL LIBRO DE GRANADOS LO ETERNO Y LO TEMPORAL EN LA LITERATURA EUROPEA. KIERKEGAARD (18131855), LUKÁCS El problema capital de Kierkegaard es de carácter religioso-cristiano. Su oposición a la Iglesia no obedece tanto a las figuras más o menos reprobables que la dirigían, sino que arranca de la oposición entre pensamiento cristiano y vivencia cristiana. Esta vivencia es la vivencia y certidumbre de la fe, certidumbre que corresponde a una incertidumbre que se halla suspendida de una paradoja: la realidad consiste en su finitud, pero esta realidad depende de

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una infinitud que es esencial, la infinitud de Dios. Para enfrentar esta paradoja hay que entregarse por completo a lo religioso, y esta entrega engendra intranquilidad.En algunos pasajes de Kierkegaard se da a entender que se puede salvar la paradoja, diciendo que cuando el hombre elige un momento está eligiendo la eternidad, pero eternidad entendida como repetición, eternización del instante. Kierkegaard se debate entre lo eterno y lo temporal. Dice que como el hombre conoce la eternidad, ha de medir el tiempo, por lo que en el hombre se tocan lo eterno y lo temporal. Maheu dice que la fuerza que ha tenido Kierkegaard sobre pensadores posteriores, entre ellos los del siglo XX, se debe a que desdeña todo sistema y a que se niega a proporcionar una verdad, pero desvela la realidad que cada hombre lleva dentro de sí, con sus verdades individuales. La corriente que arranca de Kierkegaard es el existencialismo. Una característica de los existencialistas es el sentimiento de la angustia, pues el hombre nota su fragilidad temporal. Para Lukács, el hombre intenta dar expresiones coherentes a las actividades que puede adaptar frente a la vida y el universo. Cuando esas expresiones alcanzan un nivel de coherencia riguroso, se convierten en formas, realidades privilegiadas para la vida humana en general y para la creación cultural en particular. Estas formas eran consideradas por Lukács como esencias eternas. Entre las formas, destaca la visión trágica, porque cuando Lukács escribe esto se ha dado cuenta de la existencia de una crisis en la sociedad europea occidental. Otra idea fundamental en este autor era la idea del límite (la muerte), porque ser consciente de ese límite absoluto es la única forma de acceder a la vida auténtica. Y esto te lleva a la actitud trágica.

EL EXISTENCIALISMO LITERARIO A raíz de la Segunda Guerra Mundial el término existencialista tomó difusión.De las guerras nace miseria. Ese miserabilismo que recorre Europa a raíz de la Segunda Guerra Mundial se ha querido relacionar con el existencialismo. Uno de los primeros existencialistas literarios es Franz Kafka (1883-1924). Kafka fue un espíritu atormentado, pero la angustia kafkiana es diferente a la de Kierkegaard. Guillermo de Torre piensa que sus semejanzas se debían al trauma que ambos experimentaron ante la ruptura de sus compromisos matrimoniales, aunque haya diferencias en los motivos de esas rupturas.Otra diferencia entre Kierkegaard y Kafka reside en que el miedo del segundo obedece a una serie de causas muy concretas: el odio a su padre que lo había despreciado siempre, su terror por la burocracia y su condición de judío en una sociedad hostil.Otra zona de contactos tangenciales entre Kierkegaard y Kafka nace de lo que pensaban sobre el futuro de sus obras. El primero opinaba bien sobre ellas y el segundo pidió a un amigo que las destruyera. En Francia es donde el existencialismo literario alcanza mayor importancia, por ejemplo con la obra de Sartre (1905-1980). La influencia literaria de Sartre se dejó sentir de forma notable a partir de la Segunda Guerra Mundial, aunque su primera novela es de 1937, La náusea. Es un mundo de crisis general: están recientes los procesos de Moscú, el nazismo avanza, ha comenzado la guerra española y la persecución contra los judíos es ya virulenta.

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PROBLEMAS RELIGIOSOS Y EXISTENCIALES EN LA LITERATURA ESPAÑOLA Los problemas religiosos en nuestra literatura comienzan de forma sistemática alrededor de la revolución de 1868. Entrado ya el siglo XX, la temática religiosa aparece en algunas obras, sin por ello tener que incluir el problema religioso.Problemas existenciales, con la influencia de la angustia vital, existen a partir de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

EL INTENTO DE ORTEGA DE MODERNIZAR ESPAÑA. LA DIFUSIÓN CULTURAL José Ortega y Gasset (1883-1955) tenía el objetivo de conseguir una colaboración ideológica sobre los temas nacionales.Así podríamos resumir tres de sus facetas: antidogmatismo, afán pedagógico y espíritu incitador. Ortega da nueva categoría al ensayo español partiendo de una serie de recursos: ampliación del vocabulario existente por medio de la composición y derivación de palabras, incorporación de términos extranjeros dándoles forma castiza, revitalizando el valor originario de palabras y expresiones desgastadas e introduciendo abundantes tecnicismos acarreados del campo científico. Construye así sus ensayos: plantea el tema desde el principio. Pondera sus dificultades y esboza sus múltiples connotaciones posibles. El ensayo va adquiriendo una estructura ramificada. Como el ensayo es breve, las ramificaciones son también escasas y el autor no pierde el pulso del desarrollo. En 1923 funda la Revista de Occidente, una de las más importantes de la vida cultural española. En 1914 publica Meditaciones del Quijote. Ortega dice que la circunstancia no es la suma de las cosas exteriores al yo. El mundo es la circunstancia. Circunstancia es pues todo lo que no eres, todo aquello con lo que te encuentras, incluido tu cuerpo y tu mente. En Historia como sistema expone Ortega su pensamiento sobre la vida humana. El hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia y hereda un pasado que condiciona su ser y sus posibilidades. De aquí que la humanidad que se desarrolla en el hombre parta de otra que ya se desarrolló y llegó a su culminación.El hombre encuentra en su vida lo social y esto plantea un grave problema, porque la vida humana es siempre suya. Las acciones sociales son humanas, pero no se originan en el individuo. Por otro lado, si los hombres son sociables son también insociables, y la sociedad existe como esfuerzo por superar la disociación y la insociabilidad. De ahí sus conexiones con el mando, la política y el Estado, que son siempre violencia. Ortega se interesó por España desde una doble perspectiva: la histórica y la actual. España invertebrada (1921) y La rebelión de las masas (1930) tratan acerca de la sociedad española y el mundo occidental, respectivamente. En España invertebradauno de los capítulos más sorprendentes está dedicado al separatismo. Cree que España es una cosa hecha por Castilla, y por lo tanto, sospecha que solo los castellanos pueden percibir el gran problema de la España integral.A Ortega le disgusta el pacifismo regeneracionista. Para Ortega la disociación entre el pueblo y el ejército se manifiesta cuando aquel se opone a la partida de este a la guerra de Marruecos. Por ello el

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ejército interviene en los sucesos de 1917.Un pueblo, según Ortega, será pujante si existen buenas relaciones entre la masa y la minoría directora. Y la masa tiene que aprender a admirar a algo superior, porque si no solo irán a lo vulgar. Para Ortega está claro que el mal español reside en la ausencia de los mejores o su escasez.

OTROS INTENTOS DE MODERNIZACIÓN. LA VISIÓN DE ESPAÑA ENTRE LOS EXTRANJEROS La década 1940-1950 fue pobre en ensayos escritos en España, porque la censura era muy estricta y parte de los intelectuales españoles habían emigrado o habían muerto.  María Zambrano (1907-1991):piensa que hay un sustrato todavía más fundamental en la vida humana que el del conjunto de creencias: la esperanza. o Pensamiento y poesía en la vida española (1939). o España, sueño y verdad (1965). o La agonía de Europa: inspirada en la tragedia de la guerra.  Francisco Ayala (1906-2009): trata en sus obras temas como la preocupación por España, el liberalismo, la función de la sociología en la sociedad actual y la situación problemática del escritor. o El derecho social en la Constitución de la República española (1932). o El problema del liberalismo (1941). o Razón del mundo (1944). o El escritor en la sociedad de masas (1955). o Muertes de perro (1959): se refiere a una dictadura hispanoamericana.  José Gaos (1900-1969): o Sobre Ortega y Gasset, y otros trabajos de historia de las ideas en España y la América española (1975). Es la guerra española (1936-1939) la que hace que muchos escritores vuelvan sus ojos a España. La guerra española divide a los escritores católicos, mientras unos cantan a los nacionalistas, otros hacen lo contrario. En 1937 se celebra en Madrid y Valencia el II Congreso Internacional de Escritores.El Congreso planteó el problema de la función del intelectual en la sociedad. Coinciden los congresistas en una apreciación desgraciadamente profética: que la guerra española es ya mundial. Fueron muchos los poetas americanos que escribieron sobre la guerra de España, pero hay dos obras que son las más importantes: España en el corazón, de Pablo Neruda, y España, aparta de mí este cáliz (1940), de César Vallejo. El norteamericano John Dos Passos (1896-1970) dedica a España uno de sus primeros libros, Rocinante vuelve al camino (1922), donde resume impresiones de su viaje a España. En esta obra se pone claramente del lado de los oprimidos, aunque no falten los tópicos sobre el intenso individualismo y la fuerte confianza anárquica en el individuo que, según él, se apreciaba en España.

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Ernest Hemingway (1898-1961), después de haberse referido a España en su primera novela, El sol también sale (1926), escribe una de las novelas más célebres sobre la guerra: Por quién doblan las campanas (1940).Aunque la postura de Hemingway era inequívocamente republicana, esto no es obstáculo para que critique los fallos que cometieron los suyos: rencillas entre los partidos republicanos en plena guerra, convencimiento de la derrota y cretinismo de muchos dirigentes. Todo ello mezclado paradójicamente con una retórica triunfalista. Sin embargo, descubre también Hemingway la fidelidad y resistencia de los milicianos. Los grandes cementerios bajo la luna (1938), de Georges Bernanos (1888-1948) ataca con dureza a Franco, a la jerarquía eclesiástica española, a los fascismos de Italia y Alemania y a los extremistas, la democracia liberal y el comunismo, pues fue testigo del inicio de la Guerra Civil y de los actos de violencia llevados a cabo en Mallorca por los militares sublevados con el amparo de la jerarquía eclesiástica.

TEMA 2.- HACIA UNA NUEVA ESTÉTICA. LAS VANGUARDIAS. LA GENERACIÓN DEL 14 TRANSFORMACIÓN SOCIAL DE EUROPA ENTRE 1870 Y 1918 (GRANADOS) Hacia 1870 se puede establecer en Europa una referencia cronológica: aplastamiento de la Comuna de París (1871), hundimiento de la Primera República Española (1873)… La burguesía liberal pierde la oportunidad a favor de la plutocracia. Sin embargo, el régimen parlamentario domina en casi todos los países europeos entre 1870 y 1914. Nacen partidos nuevos que son obreros. Los partidos obreros consiguieron mejoras notables en el periodo comprendido entre 1870 y 1914. Entre 1871 y 1914, Europa vive en una paz inestable, salpicada de rivalidades económicas, crisis internacionales… España conoce durante casi medio siglo (1875-1923) una relativa paz política. Y una gran injusticia social. La revolución de 1868 se hunde en sus contradicciones y con el golpe de estado de Martínez Campos (1874) comienza el periodo llamado Restauración. En 1900, la crisis permanecía latente y estalló trágicamente pocos lustros después. Pero la burguesía celebraba este año con entusiasmo desbordado. El pesimismo de los escritores del 98 contrasta con la búsqueda de diversiones de la mayoría.

TRANSFORMACIÓN IDEOLÓGICA DE EUROPA ENTRE 1900 Y 1939 (GRANADOS) La transformación ideológica corre paralela a la social, aunque en ocasiones la suele preceder. Una parte de los pensadores del siglo XX tiene un precursor en Nietzsche (1844-1900). Lukács considera a Nietzsche fundador del irracionalismo del periodo imperialista. Hay una serie de puntos comunes entre Nietzsche y uno de los hombres que más influirá en la ideología del siglo XX: Freud. Se ha repetido que ambos parten de la suposición de que la vida

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manifiesta de la mente, esto es, lo que los hombres conocen y pretenden conocer sobre las razones de su conducta, es solamente el disfraz y la deformación de los verdaderos motivos de sus sentimientos y acciones. Nietzsche explica esta falsificación por la decadencia que ha podido comprobarse desde el advenimiento del cristianismo y por el intento de presentar la debilidad y los resentimientos de la humanidad degenerada como valores éticos e ideales altruistas. Para Freud, la falsificación reside en ignorar que existe el subconsciente detrás de la conciencia, pues es el subconsciente el motor de las acciones del hombre. Sin embargo, fue Marx el primero en señalar que los hombres, empujados por sus intereses de clase, no solo cometen equivocaciones y falsificaciones, sino que toda su ideología e imagen del mundo es equivocada y falsa, y que no pueden ver ni juzgar la realidad más que de acuerdo con aquellas premisas contenidas en el hecho de sus circunstancias económicas y sociales. En una sociedad dividida por distinciones de clase es imposible el pensar correcto. Se entra en el siglo XX con un convencimiento de que detrás de lo aparente está lo subyacente, debajo del ser consciente está el subconsciente. Henri Bergson (1859-1941) fue un filósofo que influyó mucho en la literatura a principios de siglo. Para Bergson el espacio y el tiempo son contrapuestos, porque mientras que el primero es una serie de puntos en los que se puede pasar de uno a otro, el tiempo es irreversible. La realidad de la vida es para Bergson un impulso vital que determina una evolución en el tiempo y esa evolución es creadora, porque la realidad no se compone de elementos dados, sino que se va haciendo en una continuidad viva. Bergson opina que el tiempo pasado no nos empobrece sino que explica nuestra vida. Otro gran movimiento es el Círculo de Viena que surge a principios de la década de 1920. La doctrina de este grupo de filósofos, científicos y matemáticos se conoce con el nombre de positivismo lógico. Estos miembros quisieron poner la filosofía en la senda segura de una ciencia y comienzan atacando la metafísica. Si una proposición no lograba expresar nada que fuese formalmente verdadero o falso, ni expresar algo que pudiera someterse a una prueba empírica, se adoptaba el criterio de que no era una proposición.

CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL Esta etapa se inicia bajo el reinado de Alfonso XIII, que en 1923 permitió el Golpe de Estado del General Primo de Rivera, con la esperanza de tranquilizar la situación política y social. En 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, y con ella se inicia una serie de transformaciones políticas y sociales en Europa, que también se hicieron notar en España, a pesar de su neutralidad. La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930) fue una dictadura que impulsó las obras públicas, la electrificación y las comunicaciones. Terminó la Guerra de Marruecos y realizó importantes cambios en la estructura del Estado. Sin embargo, impidió la posible evolución de la monarquía de Alfonso XIII hacia un régimen plenamente representativo. Su caída en 1930 arrastró a la monarquía. En 1917 se pone fin al sistema español de alternancia de partidos, y comienza a notarse el empuje reformista de la pequeña burguesía y la fuerza de las masas obreras. En 1931 se

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proclama la Segunda República. La lucha continua entre las dos Españas desembocará en la Guerra Civil de 1936. Durante este periodo, en literatura se suceden dos movimientos: Novecentismo o Generación del 14, y vanguardismo. El Novecentismo aboga por un aperturismo ideológico que diera cabida en España a las corrientes artísticas y de pensamiento europeas. El comienzo de la dictadura de Primo de Rivera no entorpeció el proceso de asimilación de corrientes europeas. En los años anteriores a 1927 se vio favorecido por el surgimiento de los llamados ismos de vanguardia. La creación de revistas literarias tuvo también importancia para la difusión de los nuevos aires literarios, como la fundada por Ortega, la Revista de Occidente (1923). El año 1933 viene a marcar el final definitivo de la posguerra europea. El capitalismo acaba de sufrir la crisis de 1929 y Hitler llega al poder.

LA GENERACIÓN DEL 14 Alrededor de 1914, aparece una nueva intelectualidad, propiciada en España por una serie de acontecimientos: la conferencia de Ortega, Vieja y nueva política (1914), la fundación de la tertulia del café Pombo en el mismo año y la fundación en 1915 de la revista España, así como la inauguración de la Residencia de estudiantes y el Instituto escuela. De mentalidad liberal, y defensores de los ideales republicanos, apoyaron la europeización, el cosmopolitismo y la formación intelectual, como caminos renovadores para la transformación de España. No obstante, y como es habitual, no todos los autores van a evolucionar de la misma manera. Apartándose del 98, rechazan el subjetivismo anterior, a favor de la distancia, el racionalismo y la perspectiva orteguiana, así como el mundo urbano, frente al rural noventayochista. El intelectualismo domina las creaciones novecentistas, que apoyan la deshumanización, caracterizada por la ausencia de pasión y sentimentalismo en el arte. Es esta fundamentalmente una generación de prosistas, donde el ensayo cobra una especial importancia, mientras la novela también se impregna de tintes intelectuales. Desde el ensayo, intentaron exponer sus propuestas reformistas, propiciando la aparición de un grupo de poder, que con la Segunda República vio cumplidas sus expectativas. Abarcan temas muy dispares, desde filosóficos, literarios y artísticos, hasta médicos y filológicos. El tema de España vuelve a ocupar un lugar primordial, aunque ahora se intenta tratar despojándolo del apasionamiento y pesimismo de los del 98.

JOSÉ ORTEGA Y GASSET Defendió la necesidad de europeizar a España, así como la importancia de la educación como principal medios para la consecución de la nueva España. Defendió esta postura desde una óptica elitista. Quería realizar la transformación del país desde el poder, dado que Ortega pensaba que una de las principales causas de la decadencia española era precisamente el rechazo de su sociedad al liderazgo de los mejores. En Ortega se mezclan sus teorías puramente filosóficas, con su interés por otros muchos temas, desde literarios a políticos. Eligió el ensayo y el artículo periodístico como formas

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esenciales para manifestarse. Defendió como principal ideario filosófico la razón vital, alejada del irracionalismo. Ortega le concedía importancia a su circunstancia, es decir, a todo lo que le rodeaba como ser en el mundo. De ahí su interés por las circunstancias más variadas, como el toreo, la literatura… Posición que el autor refleja perfectamente en el título que elige para los ocho volúmenes que componen su colección de ensayos: El espectador (1916-1934). Los centros de interés de sus artículos abarcan diferentes temas, como el arte, la cultura y al literatura en obras como Meditaciones sobre el Quijote (1914). El tema de la literatura lo trató ampliamente, como en Ideas sobre la novela y La deshumanización del arte, ambos de 1925. El último define la aparición del arte vanguardista en el momento en que se está produciendo. El tema de España lo trata Ortega en dos obras fundamentales: España invertebrada (1921) y La rebelión de las masas (1930). Considera que los dos problemas fundamentales de la España de su tiempo eran la falta de cohesión de sus diferentes pueblos, como afirma en la primera, y la importancia de las masas como factor social, así como que España no se dejaba dirigir por el gobierno de los mejores que él anhelaba.

OTROS ENSAYISTAS  Eugenio D´Ors (1881-1954): él acuñó el término de Novecentismo en 1906. Sus ensayos tratan diferentes temas de filosofía, política, literatura…, recogidos en obras como Oceanografía del tedio (1916).  Gregorio Marañón (1887-1960): sus conocimientos en medicina se vieron plasmados en varios de sus ensayos, donde aparecen mezclados con su interés por la literatura y la historia, como se puede ver por ejemplo en Ensayo biológico sobre Enrique IV de Castilla y su tiempo (1930). Su obra Don Juan (1940) demuestra el interés en esta época por este mito de la literatura clásica española.  Manuel Azaña (1880-1940): además de su actividad política, participó activamente en la vida intelectual de esos años como escritor, además de fundar la revista Pluma en 1920 y dirigir España en 1923. Destacamos su novela autobiográfica El jardín de los frailes (1927), donde refleja su vida en el internado de El Escorial, vacío tanto cultural como espiritualmente, y vierte sus ideas sobre España y sobre la religión; y La velada en Benicarló (1937), donde mezcla sus reflexiones políticas y vitales. Estudios de política francesa contiene su pensamiento sobre el problema militar.  Ramón Menéndez Pidal (1869-1968): en su figura se unen los afanes institucionistas con su actividad como ensayista con obras como Los españoles en la historia (1947), donde se preocupa por el tema de España.  Américo Castro (1885-1972): también en él se une el afán institucionista con el de ensayista. En 1948 publica España en su historia, después llamado La realidad histórica de España, donde indaga en las características de lo español, como cruce de las civilizaciones cristiana, judía y musulmana. También mostró interés por la literatura en obras como Hacia Cervantes (1957).  Claudio Sánchez Alborno (1893-1984): respondió a las ideas de Américo Castro en su libro España, un enigma histórico (1953).

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LA NOVELA NOVECENTISTA La novela continúa el camino de innovación iniciado por los del 98. La ironía y el intelectualismo se unen al lirismo y al humor. La acción y la creación de caracteres definidos interesan menos que la visión distanciadora del mundo.  Ramón Pérez de Ayala (1880-1962): fundó junto a Juan Ramón Jiménez y Martínez Sierra la revista Helios. Su vida responde a esa dualidad presente los integrantes de este grupo, entre la literatura y la acción pública ligada a las ideas de la II República. Su obra literaria es fundamentalmente narrativa, destacando entre las novelas de su primera época, además de A.M.D.G, Troteras y danzaderas (1913), donde critica la vida bohemia. Entre las denominadas novelas poemáticas de la vida española cabe mencionar Belarmino y Apolonio (1921). Aborda también el tema de la honra y el don Juan, como en Tigre Juan y el curandero de su honra (1926). Son también importantes sus artículos sobre literatura, recogidos en su libro, Las máscaras (1917-1919), esencial para conocer lo que se representaba en los escenarios de esos años. Su producción poética es desigual y el excesivo conceptualismo le resta fuerza. Algún poemario suyo es El sendero andante (1921), donde se nota la influencia modernista.  Gabriel Miró (1879-1930): escribió novelas donde la plasticidad y el colorido de su tierra natal alicantina detienen la acción, centrándose en los ambientes y paisajes. España no era problema para Miró. Su obsesión era lograr la belleza en su obra, por lo que predomina la descripción. Por eso, el ritmo de sus cuentos y novelas es lento. Y late también la tristeza por abandonar ese paisaje levantino. El tiempo está casi tan presente en su prosa como el espacio: el hombre deja de ser niño cuando empieza a recordar. Y la sensación lo lleva al recuerdo. Entre sus novelas destacan Las cerezas del cementerio (1910), expresión de un amor trágico y apasionado entre un joven y una mujer mayor; El obispo leproso (1926), ambientada en su tierra natal y crítica ante la realidad social de estas tierras; y El humo dormido (1919), con rasgos autobiográficos.  Fernández Flórez (1884-1964): periodista y escritor de novelas, destaca como representante de la novela humorística de la época, con su novela Volvoreta (1917). Varios de estos novelistas, que intentaron desviar la novela de los cánones decimonónicos, estuvieron ligados a la prensa, como es el caso de Benjamín Jarnés, Francisco Ayala o Ramón J. Sender. Los tres se exiliaron con posterioridad a la Guerra Civil.

JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (1881-1958) Tendente a la depresión, sufrió durante su vida varios internamientos psiquiátricos. Defendió la Segunda República y no se desentendió de los problemas de su pueblo. Fundó revistas como Índice (1923) y ejerció influencia sobre los jóvenes del 27. Se puede seguir el esquema de su evolución poética siguiendo la que marcó él mismo: 1. Época sensitiva: desde sus comienzos a 1915. Desprende desesperanza y ansia por descubrir lo que hay detrás de las cosas. Le aterra la fugacidad de lo vivo. 2. Época intelectual: desde Diario de un poeta recién casado hasta que sale al exilio. 3. Época suficiente o verdadera: desde 1936 hasta su muerte.

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Se inicia como escritor en la influencia modernista, en obras como Ninfeas (1900), si bien su modernismo estaba más cercano a Bécquer que al estilo colorista del primer Rubén Darío. Años más tarde (1908-1913), se acercará a la línea más sensual del Modernismo, en obras como La soledad sonora. En 1914 publica Platero y yo, mostrando el color y el lirismo de su tierra natal a través del burrito Platero. Sus obras Sonetos espirituales (1916-1958) y Estío (1915) significarán la vuelta a un estilo más contenido y de verso corto en esta última obra. Con Diario de un poeta recién casado, de 1916, volverá a desembocar en un estilo diferente y renovador, hacia un verso de mayor libertad expresiva, donde la mar y la ciudad de Nueva York son sus verdaderos protagonistas. Su obra Eternidades (1918) es de mayor complejidad intelectual donde el poeta se enfrenta a temas como el tiempo y la eternidad. A partir de 1925 se inclinará hacia la prosa, en obras como Españoles de tres mundos (1942). Sus experiencias vitales también aparecen en obras como La clina de los chopos, donde recuerda sus vivencias en la Residencia de Estudiantes.

LAS LITERATURAS DE VANGUARDIA El arte nuevo se concreta en literatura en los denominados ismos de vanguardia. Estas tendencias artísticas rechazaron la realidad objetiva. Estos ismos de principios del siglo XX fueron, por tanto, diferentes aproximaciones a este intento común de suprimir lo establecido y evidente por otra realidad nueva, en especial después de la Primera Guerra Mundial (19141918), cuando el mundo occidental empezó a interrogarse sobre la validez de su sistema de valores. EXPRESIONISMO El expresionismo alemán fue un movimiento que abarcó la novela, el drama y el ensayo e influye en arquitectura, urbanismo, decoración, música, cine, tiene zonas de contacto con el pensamiento filosófico y se relaciona con los hechos político-sociales. Influyeron en este movimiento Nietzsche, Dostoievski, Ibsen… Los expresionistas rompieron con el naturalismo y el impresionismo anteriores, pero enlazan con el romanticismo alemán. Los expresionistas están preocupados por penetrar en los elementos espirituales que operan en el interior del ser. El hombre se convierte en el centro del mundo. El escritor español Ramón de Basterra (1888-1928) refleja esta tendencia en Virulo, las mocedades (1924) y Virulo, mediodía (1928). CUBISMO Fue un movimiento pictórico, representado por dos pintores españoles, Juan Gris y Pablo Picasso. En literatura esta tendencia tuvo su correlato en los collages de Guillaume Apollinaire (11801918), formados por la descomposición de la realidad objetiva para formar otras nuevas, meramente artísticas. Apollinaire coloca en el mismo plano las percepciones directas, fragmentos de coloquios y de recuerdos, titulares de periódicos… Sus Caligramas presentaban los versos de un poema jugando con el blanco del papel para crear nuevas realidades. En esta

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obra introduce innovaciones tipográficas. Apollinaire elimina del poema la anécdota, los enlaces causales, la confesión sentimental, la línea argumental, la imagen tradicional. El poema se convierte así en la representación de un estado de ánimo, a veces caótico. Tanto los pintores como los poetas cubistas se desembarazan del naturalismo y del impresionismo. FUTURISMO En 1909 surge el Futurismo, liderado por Marinetti, que supuso la exaltación de la máquina, así como de los elementos bélicos. Los futuristas comienzan protestando contra la vida y el arte burgueses, pero fue la burguesía quien se encargó de canonizar el movimiento. El primer manifiesto se publica en 1909, con ideas centrales como el amor del peligro, la revolución, la demolición de museos y bibliotecas… El afán de ruptura de los futuristas obedecía al agotamiento de la cultura italiana. Encontramos una clara influencia de Nietzsche. Algunos de los puntos, además, recogen algunas ideas del pre-fascismo. Tal vez algunas reformas literarias sean lo más importante del futurismo, entre ellas destacamos las innovaciones sintácticas y gráficas. El futurismo quiere abolir la sintaxis, suprimir adjetivos, adverbios, signos de puntuación y dejar las palabras en libertad para que traduzcan la simultaneidad, las relaciones analógicas y el desorden de los datos intuitivos. Ligada en buena medida al futurismo estuvo la escuela formalista. Para ellos, el arte ha sido siempre la plasmación de formas puras autosuficientes. Eliminaban así las secuelas del positivismo y establecían los principios científicos de la poética. CREACIONISMO El creacionismo fue liderado por el poeta chileno Vicente Huidobro y el francés Paul Reverdy, alrededor de 1916. Hacen del poeta, no un servidor de la naturaleza, sino un creador de realidades nuevas, a través de atrevidas metáforas, sin asideros reales. La imagen literaria se va desligando así de la realidad objetiva, a la vez que se va rechazando la razón como medio para ordenar el mundo. DADAÍSMO El Dadaísmo surgió en 1916 de la mano de Tristan Tzara. Es un rechazo al mundo racional de los adultos. Se alejó de lo establecido y exaltó la libertad individual y artística. El mismo nombre “Dadá” (un término sin significado) nos orienta sobre las pretensiones del grupo. El dadaísmo rechaza radicalmente cualquier cuerpo doctrinal. Dadá se propone en consecuencia destruir la lógica. Los jóvenes dadaístas son el resultado de la contienda mundial. Asqueados por las consecuencias que la guerra había originado, se vuelven absolutamente escépticos. En torno a Tzara se dan cita los jóvenes franceses que luego formarían el surrealismo. El surrealismo nace cuando el movimiento está agotado.

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SURREALISMO El Surrealismo, movimiento francés, surgido en los años 20, y liderado por André Breton, representó el final de este camino hacia el ilogicismo. También significó la reacción lúdica a los horrores sufridos en la Primera Guerra Mundial. Se trataba de sustituir una realidad caduca por otra que estaba por encima. Esta nueva realidad, que venía a suplir a la objetiva, era la procedente del mundo de los sueños; y también el surgimiento de procesos no-racionales, como el azar o la atracción sexual. La escritura automática o los collages fueron algunos de los caminos transitados por los surrealistas. La escritura automática consiste en escribir sin que el pensamiento lógico arbitre selecciones o represiones en la expresión, donde se nota la influencia de Freud. En la Literatura española su influencia se tradujo en una total libertad expresiva, y en el alargamiento del verso que se transformó en versículo, mientras las imágenes y el universo literario se llenaban de ilogicismo. Temas como la homosexualidad y realidades antes no artísticas, como la basura, entraron a formar parte de la literatura. Una de sus aportaciones está en rescatar a Freud para la literatura. Breton quiere salvar la dicotomía entre los estados de sueño y vigilia, y así se desemboca en un mundo maravilloso, el mundo de la total libertad. Lo maravilloso es lo único que puede salvar las obras pertenecientes a géneros inferiores, como la novela. Breton establece lazos con grandes maestros pretéritos: Dante, Shakespeare, Baudelaire… Lógicamente establece con cautela la distinción entre los surrealistas y sus antepasados. Breton opinaba que el espíritu que se sumerge en el surrealismo revive exaltadamente la mejor parte de su infancia. Hacia 1925 el surrealismo se acerca al comunismo y en 1927 Breton ingresa en el partido al darse cuenta del avasallamiento en que una parte del género humano, que por lo demás era ínfima, mantenía a la restante, sin justificación. Pero para los surrealistas el objeto primordial era la condición humana, y para los comunistas la condición social, por lo que se produce la ruptura.

LA VANGUARDIA EN ESPAÑA Los ismos que mayor influencia tuvieron en las primeras décadas del siglo en la literatura española fueron el Creacionismo y el Ultraísmo, réplica española del Cubismo, liderada por Guillermo de Torre. Ambas tendencias se vieron reforzadas con la visita a España del poeta chileno Vicente Huidobro. Figura clave para la implantación de la vanguardia en España fue Ramón Gómez de la Serna. Creó en 1914 la tertulia del café Pombo, foco esencial para la difusión oral de las nuevas tendencias. Otro de los factores importantes para el asentamiento de estos ismos fueron las revistas literarias, entre ellas la Revista de Occidente o Ultra. Todos estos factores hicieron posible el arraigo de las vanguardias en España, significando el triunfo de un arte que había perdido la seriedad y la trascendencia del 98, aunque no por eso dejase de enfrentarse a problemas fundamentales de la vida. Pero su respuesta fue distinta. Desde 1920, el ismo literario de mayor influencia fue el Surrealismo.

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El Creacionismo y el Ultraísmo representaron el triunfo del arte deshumanizado descrito por Ortega, y la exaltación del nuevo mundo mecanizado que aparecía. Por el contrario, el Surrealismo significaba la reacción opuesta: la rehumanización de la poesía. Este segundo momento de la vanguardia en España se refuerza con la llegada a Madrid de Pablo Neruda y su publicación de Residencia en la tierra y su defensa de la poesía impura. Este nuevo tipo de poesía, de influencia surrealista, tuvo una gran repercusión entre los poetas del 27. Un poeta importante en este momento fue Juan Larrea, aunque su residencia en París mermó su influencia.

RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA (1888-1963) Este autor es uno de los pilares fundamentales de la vanguardia en España. No solo por su actitud, fuera de convencionalismos y de creencias políticas, que le llevó a realizar actos excéntricos, sino también por sus publicaciones difundiendo las vanguardias, como El concepto de la nueva literatura (1909) o Ismos (1931), donde describe las diferentes tendencias artísticas de los ismos. Su tertulia del café Pombo y la tendencia de su revista Prometeo completan sus actuaciones a favor de las vanguardias. A estos supuestos pertenece el género literario inventado por él, las greguerías, definidas por su autor como metáfora más humor. En ellas juega con los conceptos y el léxico de las palabras, siguiendo, por un lado, a Quevedo y a Góngora, y por otro, las nuevas propuestas para la libre asociación de realidades, no relacionadas en la vida objetiva. También escribió novelas, continuando la línea de innovación de sus autores coetáneos, pero con la inclusión del absurdo y el humor. Entre estas novelas cabe destacar El doctor inverosímil (1914), donde introduce la teoría de Freud en España aplicada a la narrativa, o El incongruente (1922), donde el autor nos expone sus trágicas previsiones sobre la sociedad de consumo. Sus novelas están escritas de forma discontinua y lenta. Adolecen de estructuración. En El novelista (1923) lo más interesante es la aplicación a la novela de la teoría de Ortega sobre el perspectivismo, utilizando diversos enfoques para contar la experiencia humana. Su teatro también se adhiere a la vanguardia, con influencia fundamentalmente del Surrealismo, como en su obra Los medios seres (1929), donde los personajes buscan completar su identidad. También hay que destacar sus obras autobiográficas, como Automoribundia (1948); sus biografías de autores como Quevedo o Goya, donde se pueden ver sus gustos artísticos; así como escritos sobre lugares afines a su personalidad, como El Rastro (1915).

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TEMA 3.- LA GENERACIÓN DEL 27. OTROS AUTORES: MIGUEL HERNÁNDEZ Y LEÓN FELIPE CONTEXTO HISTÓRICO Y SOCIAL Este periodo se inicia bajo el reinado de Alfonso XIII y la Dictadura del General Primo de Rivera (1923). Cuando cae la Dictadura, Alfonso XIII se exilia y se proclama la Segunda República en 1931. La II República (1931-1936) representó una posibilidad de transformación democrática, ya que se enfrentó a los problemas que habían frenado la modernización de España. Los sectores más extremistas (de izquierdas) de la sociedad se radicalizaron, mientras los ámbitos conservadores se oponían a las reformas. En febrero de 1936 se constituyó el Frente Popular, que logró agrupar a la izquierda y ganar las elecciones, mientras los militares de la derecha se alzaban en el golpe que dará lugar a la Guerra Civil (1936-1939). Los cinco años que gobernó la Segunda República en España se podrían dividir en un trienio de grandes proyectos reformadores (1931-1933) y en un bienio contrarreformador. Durante la Guerra Civil, los militares sublevados fueron apoyados por los regímenes fascistas europeos. Mientras, los republicanos contaron con la ayuda de la URSS y de las Brigadas Internacionales. La victoria en 1939 de los sublevados puso fin a la Guerra, comenzando el exilio y la dura represión de los no conservadores. En 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial, que acabaría en 1945. En literatura, surge la Generación del 27. Su literatura estuvo escasamente politizada, siendo este apoliticismo una de sus características. Fue intensificando su carga social conforma avanzaba el decenio de los treinta. Algunos de los autores del 27 intervinieron en proyectos culturales, ligados a la Segunda República. Varios fueron también críticos literarios. Los escritores en este primer tercio del siglo iban por caminos paralelos a los de la España oficial, ofreciendo interpretaciones alternativas de la realidad, que solamente parecen cruzarse en momentos próximos a la República. Sobre todo, cuando este régimen político hizo suyos planteamientos de los institucionistas. Y también, cuando la realización de los intentos renovadores y culturales asimilados por la República fueron amenazados.

LA GENERACIÓN DEL 27 Sus integrantes participaron en varios actos colectivos que les confirmaron como grupo, como el centenario de la muerte de Góngora en 1927 o la publicación en revistas del momento. Su

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amistad es otro argumento a favor a la hora de caracterizarlos como grupo, aunque todavía haya teóricos que dudan si fueron una generación o no, aludiendo a que tuvieron diferencias ideológicas y estéticas y que no tuvieron un magisterio común. Su estilo poético, dentro de la diversidad de cada uno de sus integrantes, se podría definir por el sincretismo entre tradición y vanguardia. De la tradición literaria anterior, además de la influencia de los clásicos españoles, la del Romancero y el Cancionero, estarían la de autores más cercanos como Bécquer, Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. La vanguardia llegará a ellos a través del Ultraísmo y el Creacionismo, sobre todo del Surrealismo, además de las influencias de Vicente Huidobro, Pablo Neruda y César Vallejo. La influencia de Ramón Gómez de la Serna fue importante. Sus actividades cercanas al Centro de Estudios Históricos de Menéndez Pidal les llevaron a hacer ediciones de varios autores clásicos. Varias de sus propias creaciones poéticas se hicieron públicas a través de la editorial de la Residencia de Estudiantes. Sus trayectorias poéticas podrían dividirse en tres etapas fundamentales. Una primera (hasta finales de los años 20), donde, además de sus iniciales influencias modernistas y becquerianas, y también clasicistas, se hace sentir la presencia de Juan Ramón Jiménez, del arte deshumanizado de Ortega y del Ultraísmo y el Creacionismo, a través de imágenes y metáforas sorprendentes, donde la emoción humana no es el objetivo. Igualmente, la literatura tradicional, del Cancionero y del Romancero tiene su réplica en este momento. Es fundamental la influencia de Góngora. La segunda etapa (desde finales de los años 20 hasta el inicio de la Guerra Civil) vendrá marcada por la rehumanización de la poesía. La influencia del Surrealismo tendrá mucho que ver, así como la llegada de Pablo Neruda y su defensa de una poesía cargada de sentimiento y realidad. La cercanía de la Guerra Civil hizo que ciertas creaciones se cargaran de contenido social, aunque pocas veces de político. La fusión de tradición y vanguardia se da en la métrica, donde se alternan metros clásicos, como el soneto y el romance, con el uso del verso libre o versículo. La tercera etapa vendría con la Guerra Civil. La mayor parte de los autores de esta Generación se exiliaron y alguno fue asesinado. En sus países en el exilio desarrollaron una gran labor.

LAS REVISTAS DEL 27 (GRANADOS) Antes de publicar sus primeros libros, los componentes del 27 se dieron a conocer en revistas y periódicos que muestran la nueva estética:  Litoral: Prados y Altolaguirre dirigieron la primera etapa (1926-1928), a los que se agrega José María Hinojosa en la segunda y última (1929).  Verso y prosa (1927-1928): dirigida por Juan Guerrero Ruiz. El influjo de Guillén fue muy grande.  Carmen (1927-1928): editada por Gerardo Diego.

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AUTORES PRINCIPALES PEDRO SALINAS (1891-1951) Su obra se puede dividir en tres etapas: 1. Desde su primera poesía hasta comienzos de los años 30: un viaje interior, hacia el yo, buscando la voz propia. a. Presagios (1924): poemario con textos desde el tono prosaico y realista y tono intelectual e ingenioso. 2. Década de los 30: se centra en el tú de la amada, y en el encuentro interior a través del amor. Salinas viene a inscribirse en la línea de poesía amorosa que pasa por Espronceda y Bécquer. Todo queda exaltado. Los amantes buscan estar solos. Lo que explica la situación de que no haya perspectivas sociales. a. La voz a ti debida (1933). b. En razón de amor (1936): de tono más apacible y meditativo. 3. Etapa del exilio: cambia la temática amorosa por las preocupaciones existenciales. a. El contemplado (1946). b. La bomba increíble (1950). c. Los santos: teatro. d. Literatura española. Siglo XX (1941): crítica literaria. JORGE GUILLÉN (1893-1984) Su obra poética, de gran coherencia y densidad intelectual, fue publicada en 1968 bajo el título de Aire nuestro. A su vez está compuesta por tres obras: 

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Cántico (escrita hasta 1950): significa un canto a la vida, a la plenitud, y a su condición de poeta como ser en el tiempo, rodeado de la circunstancia orteguiana. Los poemas suelen estar referidos a objetos elementales, pero la realidad simple queda convertida en realidad poética. Clamor: fue escrita en el exilio y ya aparecen temas como el sufrimiento, el paso del tiempo, la muerte y la vejez Homenaje (1967): es una alabanza nostálgica de vivencias y recuerdos, aunque también hay crítica de ciertos aspectos de la realidad española. Buena parte del libro son homenajes a poetas de diversas épocas y países.

Fue un gran crítico literario, con obras como Federico en persona. Su libro Lenguaje y poesía es esencial para conocer algunos autores de la literatura clásica española. GERARDO DIEGO (1896-1987) Dirigió las revistas literarias Carmen y Lola. En 1932 publica una Antología de poemas, donde agrupa por vez primera a los componentes de esta Generación.  

Evasión (1918-19): mezcla las formas clásicas con la influencia de la vanguardia, sobre todo creacionista. La vanguardia se une a la influencia de Góngora. Soria (1923): de tendencia más clásica.

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Crítica y poesía (1984): crítica literaria. Viacrucis (1931): precursora de la temática religiosa de posguerra.

DÁMASO ALONSO (1898-1990) Su valor como crítico literario quedó patente en la edición comentada de las Soledades de Góngora de 1927. Sin embargo, su principal aportación como poeta no llegaría hasta después de la Guerra Civil, en 1944, fecha de la aparición de Oscura noticia e Hijos de la ira. En este último libro, escrito en versículos, el poeta muestra toda su rabia y dolor ante el sufrimiento acaecido tras la Guerra Civil, representando una ruptura con el contexto literario de esos años. RAFAEL ALBERTI (1902-1999) En Marinero en tierra (1920-1924) aparecerá por primera vez el tema de la nostalgia por lo perdido, que es una característica constante en su obra. En esta obra, universaliza el mar y lo convierte en eje de su libro. No solo reivindica el popularismo, sino que da cabida también a la poesía culta. Su obra es la más comprometida políticamente de todo el 27. Escribió muchos poemas satíricos y de agitación. Durante la Guerra Civil desarrolla una actividad incansable a favor de la República. En su poesía se mezclan las influencias de autores clásicos españoles, como los Cancioneros, con las de la literatura francesa, como Rimbaud, y las de las vanguardias, especialmente la influencia surrealista. En su obra se pueden distinguir varias etapas: 1. Primera etapa: la influencia de la literatura clásica española se mezcla con los experimentos creacionistas sobre la imagen y la metáfora. a. Cal y canto (1929): la presencia de Góngora muy importante. 2. Segunda, hacia finales de los años 20, de influencia surrealista. a. Sobre los ángeles (1927-28): es una alegoría en la que los ángeles representan fuerzas dentro del mundo real. b. Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos: rastro del cine cómico. 3. Tercera, hacia 1930: su poesía se hace más comprometida socialmente. a. El poeta en la calle (1931-36). En el exilio escribirá la mayor parte de su obra. La nostalgia por la tierra perdida vuelve a aparecer en creaciones poéticas como Retornos de lo vivo lejano (1948-52). Es un poemario muy contenido, con un lenguaje muy rico. En Coplas de Juan Panadero (1949-79) aparece el tono de denuncia social. En prosa escribió Arboleda perdida, obra clave para conocer desde dentro el ambiente de la Generación del 27; así como Imagen primera de…, compuesto por sus recuerdos de autores importantes anteriores al 36, como Lorca, Valle-Inclán, Ortega… En su teatro, la huella de la vanguardia se mezcla con influencias clásicas, como en El hombre deshabitado (1931).

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FEDERICO GARCÍA LORCA (1898-1936) Su amista con Dalí y la vanguardia catalana del momento marcan una influencia distintiva en su obra. Esta circunstancia le llevaría a fundar la revista El Gallo en 1928, con intención de seguir los postulados artísticos de Dalí, y a escribir un conjunto de prosas poéticas, como Nadadora sumergida. En 1934, escribe la elegía a su amigo torero muerto, Llanto por Ignacio Sánchez Mejías. Pero el poema trasciende al hecho concreto de la muerte de Ignacio. En 1935 crea el grupo teatral La Barraca. Toda la obra de Lorca se basa en obsesiones: amor, deseo, esterilidad. Tiene claves estilísticas constantes. Esa unidad está centrada en la frustración. Utiliza muchos símbolos en su poesía. La metáfora es el procedimiento central de su estilo. En su obra también se pueden distinguir varias etapas: 1) Primera etapa: influencia de la literatura clásica española, unida a la presencia de canciones populares. a. Romancero gitano (1928): los elementos tradicionales se mezclan con la vanguardia creacionista. Las metáforas son muy complejas y la identificación entre el objeto real y el evocado resulta difícil, porque la clave de esa identificación pertenece a la cultura gitana o a la imaginación del poeta. La inclinación de Lorca a crear mitos tiene en los gitanos uno de sus correlatos. Además, se sentía inclinado a la comprensión de los oprimidos. 2) Segunda, hacia finales de los años 20: coincide con la influencia surrealista a. El público. b. Poeta en Nueva York: aparece el tema de la gran ciudad. Para Lorca la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles. Su visión de la ciudad es de pesadilla. Para expresar esa angustia, emplea las imágenes del lenguaje surrealista. c. Diván del Tamarit (1935): trata el tema trágico de su amor homosexual, mezclado con el tema de la muerte. Es un libro de atmósfera o sabor oriental, inspirado en las colecciones de la antigua poesía arábigo-andaluza. Su obra poética corre paralela a su teatro (escrito entre 1920 y 1936). LUIS CERNUDA (1902-1963) La obra poética de Cernuda aparece mediatizada por una tensión entre La realidad y el deseo, título que él otorga a su obra, es decir, entre los límites sociales de la realidad y sus deseos individuales trágicamente marcados por una insatisfacción de carácter homosexual. De ahí el tono apesadumbrado de su obra, cercano a la poesía de Bécquer y mezclado con la nostalgia de la civilización pagana de la Grecia clásica; así como la influencia de algunos autores ingleses y alemanes. Su obra política se puede dividir en varias etapas: 1. La primera, anterior a la Guerra Civil, se ve marcada por dos influencias distintas. La de sus primeras obras, como Perfil del aire (1924-27), donde además de la presencia de Guillén, Bécquer y Garcilaso aparece la de poetas franceses. Y la de la influencia surrealista, en obras como Los placeres prohibidos (1931), donde expresa

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abiertamente su homosexualidad. Posteriormente, cambiará esta influencia por la de los poetas románticos ingleses y alemanes, y Bécquer, en obras como Donde habite el olvido (1932-1933), donde está claro que el poeta se debatirá siempre entre una realidad sórdida y un deseo de inocencia, justicia y libertad que nunca alcanzará. 2. La segunda etapa se iniciará con el exilio. a. Desolación de la quimera (1956-62): expresa su dolor ante el exilio, mezclado con otros temas existenciales negativos. Hace balance de sus actividades ante la vida, el arte, su país y él mismo. No tiene que retractarse ni disculparse de nada. Cernuda no ha encontrado a Dios ni el paraíso, y no ha perdonado ni a sus enemigos ni la hipocresía de la sociedad burguesa. Cernuda escribió prosa en obras como Ocnos (1942), con recuerdos de la realidad perdida de su infancia. Fue también crítico literario, en obras como Estudios sobre poesía española contemporánea (1957). Escribió una única obra dramática, La familia interrumpida (1930). Con respecto a sus compañeros de Generación, Cernuda tiene una voz y trayectoria propias, cambiando la influencia de Góngora por Garcilaso y Bécquer, más líricos ingleses y alemanes. VICENTE ALEIXANDRE (1898-1984) Evocará el lugar de su niñez, Málaga, en poemas como Ciudad del paraíso. Con posterioridad a la Guerra Civil permanecerá en Madrid, siendo el maestro de varias generaciones de poetas de posguerra. En su obra poética se pueden diferenciar varias etapas: 1) Hasta 1954. a. Ámbito (1924-27): apunta uno de los temas de su poesía, su deseo de fundirse con el universo, en un anhelo panteísta y solidario del mundo. b. Pasión de la tierra (1928-29): prosas poéticas, con influencia surrealista; y donde el anhelo panteísta se une al tema del amor como destrucción, y en el que la ironía y el humor negro destruyen lo acomodaticio y lo burgués. c. La destrucción o el amor (1932-33): aparece el tema del amor. La conjunción disyuntiva tiene valor copulativo y la muerte aparece con carácter positivo. d. Sombra del paraíso (1944): marcará un hito en la poesía de posguerra. 2) Su segunda etapa: a. Historia del corazón (1954): la actitud es solidaria con el mundo, pasando del yo al nosotros, siendo antesala de la poesía social de los años 50 en España. 3) La tercera etapa: determinada por una actitud más reflexiva sobre el sentido de la vida. a. Poemas de la consumación (1965-66). b. Retratos con nombre (1958-65): rememora personajes y situaciones del pasado.

OTROS POETAS: EMILIO PRADOS, MANUEL ALTOLAGUIRRE, JOSÉ BERGAMÍN, JOSÉ MORENO VILLA Y JOSÉ MARÍA HINOJOSA Su labor no solo fue destacada como creadores, sino también como directores de editoriales y revistas. Defendieron los postulados de la II República, a excepción de Hinojosa, y vivieron en

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el exilio. Con anterioridad, estuvieron ligados a centros institucionistas. También escribieron libros de memorias, como Vida en claro (1944) de Moreno Villa; así como ensayo y crítica literaria y también teatro, como El triunfo de las Germanías (1937), de Altolaguirre y Bergamín. Igualmente, se vieron contagiados por la influencia surrealista, como La flor de California (1928), de Hinojosa, si bien sus obras, sobre todo las escritas en el exilio, destacan por su nostalgia de la tierra perdida, y la presencia de temas existenciales de carácter amargo.  José Bergamín: destacó por su labor al frente de la editorial Cruz y raya (1933-36). Ya en el exilio, dirigirá la editorial Séneca, de gran importancia para la intelectualidad española en el exilio. Sus temas preferidos van desde los mitos literarios a España, el Siglo de Oro, la mística, la política o la tauromaquia. o Esperando la mano de nieve (1982).  Emilio Prados: se vio influido por Juan Ramón Jiménez y el neopopularismo, pero evoluciona hacia una línea político-social. En su exilio vuelve a ser un poeta reflexivo y atormentado, con meditaciones sobre la muerte y el olvido. o La piedra escrita (1958-60).  Manuel Altolaguirre: arranca de Juan Ramón Jiménez, pues intenta descubrir lo que hay debajo de las cosas. o Poemas en América (1955).  José María Hinojosa: o La sangre en libertad (1931): mezcla verso libre de factura surrealista con poemas inspiración lorquiana.

OTROS AUTORES QUE SE AÑADEN EN EL GRANADOS  Fernando Villaón (1881-1930): su poesía primeriza es de tono popular, pero cuando lee a Góngora y a los surrealistas, cambia a un aire más culto. o Andalucía la baja (1927).  Juan Larrea (1895-1980): a través de la poesía busca una salida a la realidad mediocre que le rodea. Crea junto a César Vallejo la revista Favorables París Poema (1926). En el exilio emprende una obra ensayística importante, en la que destacan sus estudios sobre César Vallejo o Vicente Huidobro. Comenzó su obra influido por las vanguardias. La obra poética de Larrea se caracteriza por el irracionalismo de su discurso, pero conserva una sintaxis implacable, lejana al fluir de la conciencia.

LEÓN FELIPE Y MIGUEL HERNÁNDEZ Estos escritores, más o menos coetáneos a los del 27, no formaron parte de este grupo, siguiendo cada uno de ellos su propia trayectoria poética. LEÓN FELIPE (1884-1968) Alejado de las vanguardias, su poesía tiene un estilo peculiar, como defensor del individuo y de la solidaridad humana. Entre sus obras escritas en el exilio destaca Español del éxodo y el llanto (1939). Su teatro sí está influenciado por las vanguardias, en obras como La manzana (Poema cinematográfico) (1951). Como traductor, cabe destacar la labor realizada sobre la obra de Walt Whitman, Song of Myself (Canto a mí mismo).

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MIGUEL HERNÁNDEZ (1910-1942) Participó de varias de las características de la Generación del 27: influencia de Góngora, de Pablo Neruda y defensa de los postulados de la Segunda República. Cultivador de metros clásicos, como el soneto, su poesía tiene un alto contenido de compromiso social, y un carácter bronco y apasionado, ya que sus obras más destacadas están escritas en la cárcel o en fechas muy cercanas a la Guerra Civil, cuando el juego y la poesía deshumanizada de Ortega ya habían desaparecido, aunque a veces se deje llevar por la influencia surrealista, como en sus elegías a Neruda y Aleixandre.    

El rayo que no cesa (1934): el tema de la muerte se enlaza con el de la amistad. Viento del pueblo (1937). El hombre acecha (1939): el lenguaje se hace más directo. Cancionero y romancero de ausencias (1938-41): trata el tema del amor, uno de los más importantes de su poesía.

También escribió teatro de influencia clásica, como el auto sacramental Quién te ha visto y quién te ve, y sombra de lo que eras, adaptación a la época del estilo calderoniano; y El labrador de más aire (1937) con influencia de Lope. Durante la Guerra Civil compuso Teatro en la guerra, un conjunto de piezas breves. Su obra poética tuvo una gran repercusión en la poesía de posguerra, sobre todo en la de carácter comprometido.

POESÍA Y FALANGE DURANTE LA GUERRA CIVIL (GRANADOS) Los falangistas formaron un grupo más numeroso del que generalmente se cree, aunque con mucha audacia se retiraron pronto de lo que defendieron durante la guerra. El golpe de estado de 1936 abrió enseguida una frontera real entre las dos Españas ideológicas y esa división resultó dramática porque no siempre coincidía la ideología de las personas con la de la zona en la que la contienda le había sorprendido y se rompieron familias. Los falangistas compartieron con el 27 la admiración por alguna figura clave en nuestra poesía. Parte de los vanguardistas desembocaron en el fascismo. Entre los poetas españoles del bando nacionalista destacamos a Eduardo Marquina, Manuel Machado, José María Pemán, Eugenio d`Ors y Luis Rosales. En su poesía predominan las formas más clásicas: el romance y el soneto. Este tipo de poesía empieza a perder vigencia hacia 1942. De sus poemas se pueden deducir ideas del nuevo régimen:       

Los extranjeros que atacan a Franco o al Alzamiento son enemigos de España. España es una nación elegida por Dios para construir un nuevo Imperio. Formulación del nacional-catolicismo. Mitificación del pasado: encontraremos al Cid, los Reyes Católicos, Santa Teresa… Dios es protector de España y del Caudillo para vencer la barbarie roja. Los republicanos representaban el Anticristo. Palabras clave de la retórica del régimen: cruzada, imperio, hazaña… En algunos poemas se vislumbra un leve deseo de reconciliación.

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El poema de Luis Rosales La voz de los muertos es el único que refleja claramente un sentimiento de solidaridad entre los enemigos. José María Pemán (1897-1981) escribe el poema más importante sobre la Guerra Civil desde el bando nacionalista: Poema de la Bestia y el Ángel (1938). No solo encierra el hecho actual, sino el profundo significado de la lucha eterna de la Bestia contra el Ángel. La influencia del Apocalipsis es clara. Dionisio Ridruejo (1912-1975) representa en esta etapa una clara voluntad de honradez. Ni la guerra ni su falangismo militante determinaron su obra de forma radical. Primer libro de amor (1939) y Sonetos a la piedra (1943) son dos obras suyas. Estos dos libros de Ridruejo son una interpretación fascista de Garcilaso, que es para Ridruejo el prototipo de poeta del Imperio que maneja la pluma con la misma maestría que la espada. Poesía en armas (1940) tiene temas como el de la victoria de España. Cuadernos de la campaña de Rusia (1941-1942) supone un paso positivo desde el punto de vista retórico e ideológico. Los recursos de los poetas falangistas, como el uso de mayúsculas sin venir a cuento o palabras clave del fascismo, están atenuados. Ridruejo volverá en la década de los 40 a una poesía intimista llena de meditaciones, exenta de retoricismo. Federico de Urrutia es el autor de Poemas de la Falange eterna (1938). Ninguna preocupación social de muchos falangistas de entonces encontramos en el libro, pero los tópicos son abundantes. Nicomedes Sanz y Ruiz de la Peña en su Romancero de la Reconquista (1937) no aporta grandes novedades. Quizá lo más importante es que fue uno de los pioneros en este género de poesía y la descuidada versificación. En el libro encontramos cierto eco de Rubén Darío y aparece el Cid velando por España.

TEMA 4.- LA NOVELA EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX (TEMA DEL GRANADOS) PRESENTACIÓN Quienes comienzan a novelar a principios del siglo pasado se mueven en una oscilación radical que los hace inclasificables.

EL TEMA SOCIAL EN LA NOVELA ESPAÑOLA HASTA 1936 La novela social en sentido estricto comienza a dar sus frutos en España hacia final de la década del 20. Los temas que solían tratar los novelistas eran: la guerra de Marruecos, los conflictos sociales que se originan sobre todo en el campo, la infrahumana situación de los mineros y la represión con que eran tratados los amotinados. Muchas obras soviéticas se tradujeron y se dieron a conocer novelistas revolucionarios. Varias editoriales se especializan en los libros políticos y sociales. Muchos intelectuales españoles viajan a la URSS. Todo ello crea un clima para la literatura social.

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Pero la fracasada revolución de 1934 trajo consigo una dura represión y comenzó el periodo republicano llamado bienio negro (1934-1936), que marca el final de la novela social. El estallido de la Guerra Civil contribuye a ello. La guerra necesitaba medios de propaganda más directos, además parte del pueblo español era analfabeto. Por estas causas, los intelectuales republicanos emplean la poesía y el teatro. Antes de la década del 20 hay algunas aportaciones en el campo de la novela social:  Felipe Trigo (1865-1916): tiene dos etapas. En la primera predomina el tema erótico tratado sin prejuicios, como en Las ingenuas (1901). Trigo criticaba en estas novelas la hipocresía y los prejuicios de la sociedad en lo relativo a la moral sexual. En su última etapa da prioridad a la crítica social. Hay obras en las que, aunque lo erótico está presente, priman sus inquietudes regeneracionistas: El médico rural (1912), con elementos autobiográficos y crítica de la miseria y la ignorancia en la que viven los campesinos; y Jarrapellejos (1914), que es un relato del caciquismo de su tiempo.  Vicente Blasco Ibáñez (1867-1928): dividió su producción en cuatro etapas: 1. Periodo regional valenciano: a. Arroz y tartana (1894): sátira contra la burguesía valenciana. b. La barraca (1898): sobre la explotación de un usurero a un trabajador. c. Cañas y barro (1902): narra la pobre vida de los pescadores de la Albufera. 2. Novela de tesis: a. La catedral (1903): historia de un anarquista en la clerical Toledo. b. El intruso (1904): sobre los conflictos sociales en Bilbao y la actuación de la Compañía de Jesús. c. La bodega (1905): trata de los conflictos sociales en Jérez. d. La horda (1905): cuenta la vida en los suburbios madrileños. e. Sangre y arena (1908): sobre el mundo taurino. 3. Novelas americanas: a. Los argonautas (1914): narra la vida de los emigrantes. b. La tierra de todos (1912): sobre la vida en la Pampa. 4. Relatos inspirados en la Primera Guerra Mundial: Los cuatro jinetes del Apocalipsis (1916) y Mare Nostrum (1916). Ibáñez se declaró partidario de los aliados. Quedan fuera de la división obras como La vuelta al mundo de un novelista (1927).  Pedro Mata (1875-1946): tiene novelas con erotismo dosificado para el gusto de la burguesía. Sus obras reflejan el pensamiento de una buena parte de lectores. El tratamiento erótico es vulgar, ingenuo y reaccionario.  Eduardo Zamacois (1876-1972): evoluciona desde el tema erótico a la crítica social en La opinión ajena (1913) y El delito de todos (1933).  Alberto Insúa: en su producción narrativa predominan la temática costumbrista y el estilo característico de la literatura folletinesca, con dosis de erotismo, crítica social y espiritualidad mística. La mujer fácil (1909) fue una novela de contenido erótico, al

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igual que Las neuróticas (1911) y El demonio de la voluptuosidad (1911). Con El negro que tenía el alma blanca (1922) demuestra cómo se puede evolucionar desde una ideología progresista a actitudes sentimentaloides-reaccionarias.  Silverio Lanza (1856-1912): criticó el caciquismo en Ni en la vida ni en la muerte (1890). El año triste (1880) poseía un estilo moderno, de insólito sentido del humor y de agudeza crítica. Cultivó la novela naturalista en Mala cuna y mala fosa (1883). Es interesante su novela autobiográfica Desde la quilla hasta el tope (1891) y Antopocultura, un conjunto de escritos discontinuos y fragmentos que no obedecen a ningún género concreto y se revelan como precursores de las vanguardias.  Manuel Ciges Aparicio (1873-1936): autor comprometido con el realismo social. Sus novelas Los vencedores y Los vencidos tratan de la lucha de los mineros y la represión posterior. En Los caimanes (1931) refleja el fracaso de un regeneracionista. En 1930 publica una biografía de Costa: Costa, el gran fracasado.  José López Pinillos (1875-1922): aunque es contemporáneo del 98, no publica su primera novela hasta 1907, por eso es un epígono del 98. Su obra está dominada por la falta de elaboración y el desequilibrio: recurre constantemente a lo efectista y estridente, por lo que ha sido señalado como precursor del tremendismo de posguerra, utiliza arcaísmos y cultismos… En La sangre de Cristo (1907) intenta satirizar contra las borracheras y cae en el tópico de juzgar al pueblo español como incapacitado para la moderación. Doña Mesalina (1910) es un tratamiento de la intolerancia. Las águilas (1911) refiere la miseria que hay detrás de la fiesta nacional, pero solo le interesa lo sórdido y miserable del toreo, con lo que la novela es unilateral y con mucho esquematismo. El luchador (1916) relata el ambiente corrompido de la bohemia literaria madrileña, pero acaba siendo un conglomerado de situaciones deslavazadas que adolecen de una didáctica pueril.  José María Salaverría (1873-1940): en La virgen de Aránzazu (1909) plantea el problema tópico del intelectual escéptico que después de la muerte de la persona amada cae en un misticismo desequilibrado. De telón de fondo, el peculiar costumbrismo implícito en los personajes que van al Santuario.  Manuel Bueno (1874-1936): entre sus novelas destacan Corazón adentro (1906) y Los nietos de Dantón (1936). El dolor de vivir (1924) adopta un aire crítico, con un pesimismo patético y estridente sobre la sociedad española.  Eugenio Noel (1885-1936): Las siete cucas (1927) presenta a un padre que decide cometer un crimen para asegurar la honra de sus hijas. Es descubierto y lo ahorcan. Sobre las cucas y su madre se cierra totalmente la sociedad, y estas abren un prostíbulo. El prostíbulo es un éxito y la situación queda invertida, convirtiéndose las cucas en dueñas de la situación. No obstante, la novela está plagada de citaciones que hacen que sea estática, con un tono ensayista, demasiada digresión y fatigoso.

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 José Gutiérrez Solana (1886-1945): responde a los postulados de la España negra. Posee grandes cualidades descriptivas, apropiadas para la estampa costumbrista. La mayoría de sus obras son libros de viajes. Algunos de sus escritos son Madrid: escenas y costumbres (1913-18), La España negra (1920), y Dos pueblos de Castilla (1925).  Concha Espina (1877-1995): aunque buena paisajista, le importan más los personajes. En La esfinge maragata (1914) denuncia la situación miserable de la mujer en el ambiente maragato. En El metal de los muertos (1920) expone la explotación de los mineros y propone para solucionar el problema vagos sentimientos piadosos.  Luis Araquistáin (1886-1959): en Las columnas de Hércules (1921) narra la vida política y periodística del Madrid de su tiempo. Podríamos fijar hacia 1927 el comienzo de la novela social española, aunque hayamos visto unos cuantos ejemplos anteriores a esa fecha. A finales de la década del veinte la deshumanización del arte es ya historia:  Joaquín Arderíus (1890-1969): en su estilo se mezcla lo panfletario con el surrealismo, la disertación filosófica con el registro de los acontecimientos sociales. A través de abundantes diálogos describe a sus personajes y a la sociedad. Sus obras están cargadas de símbolos, sueños y metáforas junto a sentimientos y reflexiones con lo social, lo imaginado o lo erótico. La primera parte de su producción puede encuadrarse dentro de la novela psicológica, como Mis mendigos o Así me fecundó Zaratustra. Sus novelas posteriores hacen más evidentes sus fines políticos y la defensa de los intereses colectivistas, como Lumpemproletariado, Campesinos, Crimen (1933).  Manuel D. Benavides (1895-1947): desde sus primeros temas de carácter erótico y psicoanalítico pasa a la novela social. Un hombre de treinta años (1933) narra la etapa republicana a través de un periodista que va tomando conciencia de los problemas. En 1934 publica El último pirata del Mediterráneo, sobre un hombre de negocios.  José Díaz Fernández (1898-1940): en El blocao trata acerca de la guerra de Marruecos, siendo una serie de episodios sobre la vida de un soldado en África. El deseo de pacifismo que se desprende va dirigido contra el colonialismo. La Venus mecánica (1929) intenta conjugar la técnica vanguardista con el tema social.  César M. Arconada (1900-1964): en La turbina (1930) manifiesta unas inequívocas preocupaciones críticas, aunque se ajusta más bien a un tipo de relato costumbrista y psicológico, de trama erótico-sentimental y de técnica impresionista y lírica, en que narración y descripción se complementan. La tesis social es secundaria. Los pobres contra los ricos (1933) y Reparto de tierras (1934) son también de ambiente rural, pero introducen en los oprimidos una actitud combativa. Ambas novelas están enmarcadas en el realismo-social, en las cuales queda reflejada la aldea española en el periodo de auge revolucionario del campesinado español. En Río Tajo (1970) lleva a cabo una exaltación épica de la causa popular durante la guerra.

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 Andrés Carranque de Ríos (1902-1936): muestra objetivamente la corrosión del orden social en Uno(1934) y La vida difícil (1935).  Julián Zugazagoitia (1885-1940) tiene El botín (1929) y El asalto (1930), en la cual introdujo innovaciones técnicas, combinando historia y ficción.

PÍO BAROJA (1872-1956): SUS NOVELAS SOCIALES Su trilogía La lucha por la vida refleja la situación a que son arrastrados los oprimidos. Está compuesta por La busca (1904), Mala hierba (1904) y Aurora roja (1905). Su unidad se basa en el tema, que es la zona de interferencia entre el proletariado y los vagos, los ambientes comunes a ambos. El personaje central ofrece esa fluctuación trabajador-vago. Unidad secundada por el estilo de la simple notación, sin plan previo. Manuel Alcázar sería el personaje central de La busca, enlazando una serie de escenas desarrolladas en una casa de huéspedes, una zapatería… Cada uno de los capítulos es autónomo. Las situaciones miserables se superponen. Baroja es muy preciso en la descripción. El protagonista transcurre por un mundo esperpéntico. Una vaga idea de fatalismo se adueña de él y sus amigos. Ante el fracaso total el héroe piensa abandonar Madrid, creyendo que con cambiar de lugar puede cambiar de vida. Mala hierba comienza con el deseo de Manuel de corregirse. Sigue cambiando de oficios. La acción a veces cae en una intriga folletinesca y policial. Un hombre quiere adoctrinar a Manuel en el anarquismo, haciendo hincapié en el abismo entre pobres y ricos. Juan, hermano menor de Manuel, pasa a ser el protagonista de Aurora roja, siendo el hilo que sirve de unión a una serie de acontecimientos. El nuevo protagonista abandona el seminario porque ha perdido la fe. Termina siendo un anarquista humanitario y sentimental. Encuentra a Manuel inmerso en la abulia y le comunica sus sueños de hacer un arte fecundo para todos. Manuel sueña en convertirse en propietario de algo, y obtiene un pequeño negocio. Mientras, Juan fracasa en su intento de redimir a los golfos. Manuel esperaba que su futuro se arreglara providencialmente. Sale individualmente de la miseria porque un persona excéntrico lo saca de ella. Su boda y su negocio lo convierten en un hombre acomodado en su nueva situación, aunque no sea feliz. Es el reflejo del sentimiento pesimista del autor. Baroja cree en el mito de una España acabada sin remedio.

BAROJA Y SU POLÉMICA CON ORTEGA Baroja no siguió el canon orteguiano sobre la novela. En 1925 Ortega publica La deshumanización del arte, que recoge las nuevas tendencias de aquel tiempo. Publica también un ensayo sobre el género narrativo, titulado Ideas sobre la novela, que es un ensayo sobre Baroja.

SENDER (1902-1982) Y SU EVOLUCIÓN En el periodo 1930-1936, Sender experimenta una evolución homogénea. Estas novelas están fundamentadas en la realidad político social de su entorno:

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Imán (1930): sobre la guerra de Marruecos. O. P (Orden Público) (1931), Siete Domingos rojos (1932) y Viaje a la aldea del crimen (1934): combinan la técnica del reportaje con la novela. La segunda es una novela de la utopía anarquista. La tercera está inspirada en los sucesos de Casas Viejas de 1933, una insurrección de inspiración anarcosindicalista ferozmente reprimida. La noche de las cien cabezas (1934): abandona el reportaje e introduce elementos simbólicos. Es un ataque a la civilización burguesa.

LA CULMINACIÓN DE LA TRAYECTORIA REPUBLICANA DE SENDER: MISTER WITT EN EL CANTÓN (1935) Esta obra marca una nueva etapa en la novelística de Sender. Tiene como fondo el movimiento cantonal de Cartagena en 1873. Sender equilibra los movimientos sociales con el análisis cuidadoso de sus personajes. Las descripciones son muy exactas. Se ha interpretado de distintas formas. 1. Como novela histórica que reconstruye el levantamiento cantonalista de 1873. 2. La historia de celos entre Jorge Witt y su esposa. 3. Como novela social en la línea anarquista. Además de todo esto, contiene un reportaje sobre una Cartagena que queda próxima a la reconstrucción de una atmósfera urbana de 1935 más que de 1873. Es una narración alternativamente densa y remansada en los análisis psicológicos, insinuante en las evocaciones, fluida y excitante al reflejar el dinamismo de la situación histórica, plástica en la fijación del perfil y el color de cada escena.

TEMA 5.- EL TEATRO EN EL PRIMER TERCIO DEL SIGLO XX INTRODUCCIÓN En el teatro del primer tercio del siglo XX se dan dos tendencias opuestas. Una que responde a un tipo de obras de tendencias conformistas, de acuerdo con los gustos burgueses del público; y otra de tendencia renovadora, que pretendía cambiar la escena española de la época, aunque muchas de sus creaciones no llegaran a estrenarse en ese momento o tuviesen poco éxito.

TENDENCIAS CONFORMISTAS JACINTO BENAVENTE (1866-1957) Este autor pudo haber sido el autor que revitalizara el teatro. Era un hombre culto y liberal, pero no llevó a cabo la reforma del teatro español para la que estaba dotado. En vez de luchar contra viento y marea con intentos renovadores, eligió dar gusto al público. Para algunos críticos, su obra más seria es El nido ajeno (1894). Presenta el tema de la mujer casada e inteligente que termina ahogada por las convenciones sociales. En 1896 vuelve a la suave crítica social con Gente conocida. En La comida de las fieras (1898) expone el tópico de

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que el rico se puede imponer, pero si se empobrece, los pobres se echarán sobre él. En La noche del sábado (1903) extiende su crítica amortiguada a la aristocracia europea en general. Sus máximas aportaciones son las que se encuadran en la alta comedia: obras de ambiente burgués pero de gran perfección técnica y cuidado del lenguaje, como Lo cursi (1901) o Los intereses creados (1907). En esta última utiliza un recurso renovador, como era la Commedia dell´arte italiana, aunque el contenido no responda a esta tendencia. La obra se desarrolla en un tiempo impreciso con objeto de manifestar así que los hombres son hipócritas y corruptibles y la sociedad es una farsa que no tiene arreglo, y por ello lo mejor es ir creando intereses para ser respetado y honorable. También escribió dramas rurales, como La Malquerida (1913). Es una de las pocas piezas en las que logra dar prioridad a la acción sobre la palabra. Después de la Guerra Civil, Benavente seguirá escribiendo a la manera de la alta comedia, en obras como La culpa es tuya (1942) y Al amor hay que mandarlo al colegio (1950). Otros seguidores de esta tendencia fueron Manuel Linares, Joaquín Calvo Sotelo o Gregorio Martínez Sierra. Manuel Linares Rivas (1878-1938) usa sus personajes como pretextos para defender tesis de la forma más ingenua. En La garra (1914) postula por el divorcio. Gregorio Martínez Sierra (1881-1948) defiende ligeramente la causa feminista en Canción de cuna (1911) o Mamá (1912). CONTINUADORES DEL MODERNISMO: VILLAESPESA Y MARQUINA. JOSÉ MARÍA PEMÁN Y LOS HERMANOS MACHADO A principios de siglo y entroncando en varias facetas con el teatro de finales del siglo XIX y el de Echegaray, aparece un teatro en verso de lenguaje colorista y exaltado, que enlaza también con el teatro barroco del XVII, sobre todo en sus temas, de corte noble y caballeresco. A esta tendencia corresponden Francisco Villaespesa, con obras como La leona de Castilla (196), y Eduardo Marquina, con piezas de tema histórico, como Las hijas del Cid (1908), religioso, como Teresa de Jesús (1932) o rural, como Los Julianes (1932). Las hijas del Cid (1908) es un drama histórico que es una imitación de la imitación romántica de las obras históricas del Siglo de Oro. La única nota moderna la dan las tonalidades melancólicas. También cultivo la comedia realista, como en La princesa juega (1920). José María Pemán también cultivará este teatro de carácter histórico, en obras como Cuando las cortes de Cádiz (1934), aunque su mayor éxito se lo debió a comedias de tema andaluz, como Los tres etcéteras de don Simón (1958). Los hermanos Machado escribieron obras con personajes históricos de corte modernista, como Julianillo Valcárcel (1926), y obras de tema andaluz, como Lola se va a los puertos (1929).

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TEATRO CÓMICO, COSTUMBRISTA Y COMEDIA BURGUESA: LOS ÁLVAREZ QUINTERO, ARNICHES, MUÑOZ SECA Y EDGAR NEVILLE Dentro del teatro de humor del primer tercio del siglo XX se pueden destacar dos tendencias. Una más tradicional con la forma de hacer humor, y otra más innovadora, que se deja influir por las nuevas técnicas de los grandes cómicos del cine mudo. Dentro de la primera estarían los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches, Pedro Muñoz Seca y Edgar Neville. Herederos de los sainetes de don Ramón de la Cruz del siglo XVIII, del costumbrismo romántico y del género chico de la zarzuela de finales del siglo XIX, producen en su mayoría una comedia de costumbres, mezclada con rasgos del sainete. Entre las obras más destacadas estarían El patio (1900) y Malvaloca (1912), de los Álvarez Quintero, los sainetes de ambiente madrileño de Carlos Arniches, como La señorita de Trevélez, y el astracán o astracanada de Muñoz Seca, creador de este género, donde se intenta la comicidad a través de juegos de palabras y situaciones disparatadas, como en La venganza de Don Mendo (1918). Muñoz Seca escribió también sátiras antirrepublicanas, como La oca (1931). Edgar Neville escribió guiones cinematográficos, además de novelas, como Don Clorato de Potasa (1929), y obras dramáticas al estilo de Benavente, como Margarita y los hombres (1934). Carlos Arniches (1866-1943) empezó su carrera como autor de sainetes musicales convencionales, pero luego introduce en su obra crítica social. Ruiz Ramón engloba en dos grupos las piezas de Arniches. En el primero lo fundamental es el desarrollo teatral de la situación grotesca mediante el juego de unos caracteres definidos dramáticamente por la contradicción entre su apariencia y su verdadero ser, como Es mi hombre (1921). En el segundo grupo, lo grotesco se da en el despliegue de unos caracteres arquetípicos que definen un ambiente por medio del cual se denuncia la realidad nacional, como en Los caciques (1920). En La señorita Trévelez Arniches presenta integrados los caracteres dramáticos y sociales.

INTENTOS RENOVADORES En el primer tercio del siglo XX, las tendencias renovadoras del teatro europeo tuvieron eco en España, especialmente a través de personalidades como Cipriano Rivas Cherif, conocedor de estas nuevas corrientes durante su estancia en Bolonia. La escena europea atravesaba una época de reflexión, donde las apreciaciones de los grandes teóricos del teatro, con su teatro de reflexión, fueron apreciadas por los autores que querían encontrar un nuevo camino para la escena. La obra de Artaud (1896-1948), El teatro y su doble (1938), vino a corroborar la importancia de la puesta en escena. La influencia de Luigi Pirandello (1867-1936), como teórico e innovador del teatro, tuvo gran repercusión entre los autores españoles. Su teatro de reflexión, indagando sobre la esencia del teatro y sobre los conflictos de la personalidad, se vio reflejado en autores españoles. Su obra Seis personajes en busca de autor (1926) tuvo gran repercusión, pero en obras y autores que, por su carácter innovador, no tuvieron demasiada acogida en los escenarios.

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El teatro para estos teóricos de la escena no era tenido en cuenta solamente como texto literario, sino como hecho teatral, por lo que la renovación debía venir también por la escenografía, la formación de actores y la actitud del público, que debía ser capaz de entender las nuevas corrientes teatrales. La luminotecnia, la música, la forma del escenario, la renovación del decorado, que debía servir para realzar y explicar el contenido de la obra y no solo para mostrar la adecuación al mundo objetivo, son algunas de las novedades escénicas de estas primeras décadas del siglo XX. La acción conjunta de directores de escena renovadores, como Rivas Cherif o Martínez Sierra, unida a la presencia de grandes escenógrafos, como Fontanals, hicieron posible la aparición de estas nuevas corrientes en la escena española. RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN (1886-1936) A sus obras, por su novedad y crítica de la realidad española del momento, les costó subir a los escenarios. Desde el modernismo, el autor va cambiando progresivamente su estética, incorporando elementos distorsionadores de la realidad con un fin crítico, hasta llegar al esperpento, género inventado por él, donde distorsiona la realidad. Después de un primer momento plenamente modernista, con obras como El yermo de las almas (1908), Valle-Inclán vuelve sus ojos al mundo rural, rechazando los interiores burgueses urbanos de la alta comedia de Benavente. Así escribe el denominado ciclo mítico de las Comedia bárbaras, formadas por Águila de blasón (1907), Romance de lobos (1908) y Cara de plata (1922), teniendo como personaje central al tiránico don Juan de Montenegro y como escenario la Galicia rural, ya deformada por la agria visión del autor. A estas obras les seguirán, entre 1906 y 1922, sus farsas y dramas, como La Marquesa Rosalinda (1912), donde mezcla el Modernismo tomado de los ambientes refinados del siglo XVIII y de dos cuadros de Wateau, así como de la Commedia dell´arte y del entremés, con elementos que anticipan su etapa esperpéntica. El año 1920 parece marcar un momento decisivo en su evolución hacia el esperpento. En esta fecha están datadas cuatro de sus obras fundamentales: La farsa italiana de la enamorada del rey, escrita en verso y con muchos elementos todavía modernistas; la Farsa y licencia de la reina castiza, que es una caricatura del reinado de Isabel II; Divinas palabras, donde vuelve el ambiente gallego de un modo todavía más agrio, a través de un enano hidrocéfalo; y Luces de bohemia, que ya marca la plenitud del esperpento. Su personaje central es también un ser desgraciado, el poeta ciego Max Estrella, como la serie de personajes corales que lo rodean. El dominio del lenguaje en diferentes registros y las extensas acotaciones son otras características de esta obra. A esta obra le siguen otras tres de carácter esperpéntico, agrupadas bajo el título Martes de carnaval: Los cuernos de don Friolera (1921), Las galas del difunto (1926) y La hija del capitán (1927), donde su burla de temas del teatro clásico español, como el del honor o la figura del Don Juan, se entrelaza con la crítica a la realidad de su época, como la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931), en una mezcla de realidad-literatura.

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Sus siguientes sobras son piezas breves, donde muestra lo avanzado de su teatro con respecto a la escena más comercial de la época, con recursos como el teatro de sombras o la incorporación de elementos tomados del cine, en las obras que componen el Retablo de la avaricia, la lujuria y la muerte (1924-1927). OTROS AUTORES. UNAMUNO, AZORÍN, JACINTO GRAU Y GÓMEZ DE LA SERNA Dentro de la generación del 98, dos autores le dedicaron atención a las nuevas corrientes teatrales: Unamuno y Azorín. Unamuno se sintió atraído por una forma de teatro más psicológica, de acuerdo con las teorías recibidas de Freud, a la vez que por las nuevas consideraciones sobre la escena de Pirandello. Este tipo de teatro encajaba perfectamente con sus inquietudes existenciales. En El otro (1927) plantea un problema de identidad. Escribió dramas sobre mujeres, como Fedra (1911), y Soledad y Raquel (1921), sobre la esterilidad femenina. Azorín se dejó influir por el Surrealismo, sobre todo en su trilogía Lo invisible, de 1928, cuyo tema es el misterio de la muerte, y también por un tipo de teatro irreal y simbólico, como en Old Spain (1926), sobre lo que significa el progreso para Azorín. Se preocupó por la aparición de lo subconsciente en la escena, por la libertad creadora del director y de los actores y por la relación entre las técnicas cinematográficas y teatrales. Sin embargo, da al diálogo supremacía absoluta. Otro escritor atraído por los nuevos rumbos teatrales fue Jacinto Grau, que se vio influenciado por el nuevo tipo de teatro más reflexivo y psicológico, en el que aparecían mezcladas las teorías de Freud con las apuestas innovadoras de Pirandello. A esta tendencia responde El señor de Pigmalión (1921), basada en el mito clásico, en que Pigmalión rey de Chipre se enamora de una estatua que, gracias a Afrodita, se convirtió en mujer. Este tema, Grau lo adapta a la problemática teatral de esos años, indagando sobre la relación autor-personaje. Los muñecos en esta obra cobran vida y, ansiosos de libertad, matan a su creador. El resto de su obra dramática está basada en fuentes clásicas, como El burlador que no se burla (1930), en el tema del Don Juan. Ramón Gómez de la Serna, como figura central de las vanguardias en España, intentó llevar al teatro las nuevas ideas de Pirandello y el Surrealismo. Sin embargo, no encontró una forma teatral válida. En Los medios seres (1929) se plantea el problema de la personalidad. Sus obras tienen también crítica hacia la sociedad burguesa, que llevaban acarreadas las vanguardias. EL HUMOR NUEVO. JARDIEL PONCELA Y MIGUEL MIHURA Frente a la comicidad lograda por métodos más tradicionales y de más éxito en los escenarios, Jardiel Poncela y Miguel Mihura apuestan por nuevas fórmulas teatrales, tomadas en gran medida del cine cómico de la época. El absurdo de muchas de las situaciones mostradas en estas películas, unido a la utilización de un lenguaje ilógico, se vieron reflejadas en sus obras. Jardiel Poncela (1901-1952) renovó el humorismo de la época, llenando sus obras de situaciones disparatadas. Entre sus obras más significativas están Usted tiene ojos de mujer fatal (1931) o Eloísa está debajo de un almendro (1943).

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Miguel Mihura (1905-1977) se dejó influir por la vanguardia. El influjo del cine cómico del momento es claro en Tres sombreros de copa (1932) o en El caso de la señora estupenda (1953), y en su colaboración en el guión de la película Bienvenido, Mr. Marshall, parodia del plan de ayuda económica estadounidense a la España de posguerra. EL TEATRO DEL 27: SALINAS Y ALBERTI. CASONA Y MAX AUB El grupo del 27 se unió también a las nuevas corrientes teatrales anteriores a 1936 con obras como El hombre deshabitado (1930) de Rafael Alberti, donde se conjuga la tradición teatral de los autos sacramentales de Calderón con la influencia de la vanguardia surrealista. Sin embargo, la mayor producción teatral de este autor fue realizada en el exilio, con obras como Noche de guerra en el Museo del Prado (1956), con un tono más crítico, o El adefesio (1944), en la línea de innovación anterior a 1936. Pedro Salinas también escribió la mayor parte de su producción escénica en el exilio, con obras como Judith y el tirano o Los santos. Entre los coetáneos al 27 habría que citar a Miguel Hernández y a Alejandro Casona (19031965), que dirigió el grupo teatral de las Misiones pedagógicas. De esa época es Nuestra Natacha (1936). Después del 39, en su exilio, destaca La dama del alba, donde juega con el lirismo y la fantasía, no demasiado innovadoras técnicamente. Otro contemporáneo del 27 fue Max Aub (1903-1972), cuyo teatro se acogió a las nuevas tendencias escénicas en obras escritas antes de 1936, como Crimen y Narciso, otra recreación del mito clásico. Durante la guerra civil, escribió un teatro de circunstancias, como ¿Qué has hecho hoy para ganar la guerra? Su principal producción teatral la escribió en el exilio, impactado por acontecimientos históricos como el auge del nazismo y las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, en obras como Los trasterrados. Su estilo expresionista y la innovadora utilización del coro dan a su teatro un estilo propio, junto con su temática comprometida. FEDERICO GARCÍA LORCA En su obra teatral pueden distinguirse varias etapas, que corren de manera pareja a su creación poética. Con el sincretismo que lo caracteriza, Lorca utiliza en su teatro varias de las tendencias entonces en boga, aunque siempre lo hace con originalidad. Se acerca al tradicional teatro de guiñol, utilizado también por la vanguardia, en Títeres de cachiporra o Retablillo de don Cristóbal (1930). Se sintió atraído en el teatro en verso, de corte modernista, en su obra Mariana Pineda (19231925). Sin embargo, no extrae a su protagonista de épocas lejanas, sino que centra su atención en una heroína granadina que fue ejecutada en 1831 por bordar una bandera liberal. Su acercamiento a la vanguardia lo realiza a finales de los años veinte. En teatro, a través de la farsa de La zapatera prodigiosa (1930), donde mezcla el humor, la poesía y el dolor al

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representar un amor imposible, como también lo hará en Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín (1931). La mayor repercusión de la vanguardia se dará en la obra que compone en América entre 1929 y 1930: El público. Es la expresión de sus preocupaciones íntimas, con influencia surrealista. Después de su viaje a Nueva York, Lorca cambia de registro teatral, aunque todavía componga la pieza de resonancias surrealistas Así que pasen cinco años (1935). Pero su teatro se orienta ya hacia otros rumbos, tal vez por la imposibilidad de representación de obras tan innovadoras para su época. García Lorca vuelve así al tema rural, alejándose de los interiores urbanos de la alta comedia de Benavente. Compone su trilogía rural: Bodas de sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936). En estas obras, Lorca mezcla la estilización de la realidad con la expresión de conflictos íntimos, como la no realización amorosa, de tipo homosexual, así como la denuncia de realidades sociales. Sus protagonistas son mujeres, pero Lorca sabe saltar la barrera de lo prosaico, impregnando sus creaciones de lirismo, incluso utilizando el verso. En esta trilogía rural la vuelta a la literatura clásica es evidente, al teatro de Lope de Vega y las tragedias clásicas. Tampoco las inquietudes sociales, cercanas a la Guerra Civil, le fueron ajenas, como se puede ver en su obra, probablemente de 1935, Comedia sin título. Su producción teatral es, por tanto, un acercamiento a las diferentes tendencias del teatro de su tiempo, pero siempre con resonancias clásicos, como sucede, por ejemplo, con la utilización de los coros, y la presencia de otros autores universales. Todo ello unido a la clara intencionalidad del autor de alejarse de la circunstancia concreta de su momento histórico, para mostrar problemas intemporales, como el amor, la libertad o la muerte.

JOAQUÍN DICENTA (1863-1917) (GRANADOS) Era autor de varias obras mediocres, pero con Juan José alcanzó un gran éxito. El protagonista es un albañil que pierde su trabajo. Roba, es encarcelado, huye de la prisión para matar a su antiguo capataz y a la mujer que ama, por cuya infidelidad fue encarcelado. Es una víctima de la sociedad. El éxito de la obra entre la burguesía nos demuestra que fue tomada no como una pieza sobre la lucha de clases, sino como melodrama de honor y celos. Dicenta ha sabido mostrar cómo los sentimientos apasionados se puedan dar también en las clases bajas. La obra también gustó a los jóvenes rebeldes y revolucionarios que vieron en la obra retratada la pobreza y la opresión de los trabajadores. Tras Juan José, Dicenta no evoluciona y siguió considerando los conflictos sociales desde un prisma individual. A partir de El crimen de ayer su actitud se pliega al gusto del público.

ACTIVIDAD TEATRAL DURANTE LA SEGUNDA REPÚBLICA (GRANADOS) La proclamación de la Segunda República trajo consigo la creación de grupos de teatro que llevaron por los pueblos obras clásicas y modernas. Esto supuso un acercamiento entre el teatro y el pueblo y un incremento y renovación de la producción teatral. Uno de los autores

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que se destaca entonces es Jardiel Poncela (1901-1952), que compuso parte de sus obras más importantes en el breve periodo republicano, como Usted tiene ojos de mujer fatal (1932). Alejandro Casona (1903-1965) estrenó parte de su obra después de la Guerra Civil, pero su actividad durante la República fue notable, por las obras estrenadas y por su labor en las Misiones Pedagógicas, las cuales iban por los pueblos más atrasados de España para enseñar la cultura más elemental. Algunas obra suya del periodo republicano es La sirena varada (1933). En el periodo republicano se estrenaron obras de Alberti, como Fermín Galán (1931). Es un romance de ciego escenificado y tiene carácter noticiero, pues Fermín Galán fue un militar que proclamó la República en Jaca pero fracasó y fue fusilado. El grupo teatral La Barraca organizó, bajo la dirección de Lorca, una serie de representaciones por España.

EL TEATRO DURANTE LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA (GRANADOS) El teatro era casi sistemáticamente ignorado en este periodo. Los dirigentes republicanos fomentaron las representaciones dramáticas no solo en las ciudades, sino en los frentes de guerra. Se hace un teatro de urgencia. La Alianza de Intelectuales Antifascistas, junto con la Comisión de trabajo social y cultural del Batallón de Hierro, impulsaron la creación de la compañía “Nueva escena”. Las primeras obras representadas por la joven compañía fueron La llave, de Ramón J. Sender, Al amanecer, de Rafael Dieste, y Los salvadores de España, de Rafael Alberti. Los teatros comerciales seguían funcionando en gran parte con sus repertorios habituales. Pero se presenta como necesaria la creación de un nuevo repertorio que sirva a los fines de agitación, de propaganda. Las obras clásicas son adaptadas a las circunstancias, como la que llevó a cabo Alberti con la Numancia cervantina. Se crea en 1937 el Consejo Central del Teatro, cuyos proyectos abarcan desde la formación de actores y directores a la búsqueda de un nuevo público. La rápida evolución de la guerra impidió que el Consejo llevara a cabo sus propósitos. Solo las actividades del Teatro de Arte y Propaganda que dependía de este consiguió cosas importantes, como la representación de la Numancia citada y La tragedia optimista, de Vichnievski. Rafael Alberti es el dramaturgo más importante de este período. Después de la guerra, los dramaturgos españoles exiliados abandonan el teatro de urgencia, y el tema de la Guerra Civil pasa a un lugar secundario.

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