Antropología y Patrimonio Cultural.docx

TEMA IX: ANTROPOLOGÍA Y PATRIMONIO CULTURAL DEL NORTE DEL PERÚ 9.1. Los rostros del Perú Se afirma categóricamente que

Views 36 Downloads 0 File size 2MB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

TEMA IX: ANTROPOLOGÍA Y PATRIMONIO CULTURAL DEL NORTE DEL PERÚ

9.1. Los rostros del Perú Se afirma categóricamente que somos un pueblo mestizo, ¿de dónde viene esto?; veamos a continuación como se desarrolló el mestizaje en tiempos de la colonia. El término mestizo fue una terminología impuesta por los primeros españoles, en tiempos de la conquista, designaba una sola expresión: la mezcla biológica del español con la indígena. Las otras combinaciones raciales tenían sus nombres propios. Como hemos visto, actualmente el mestizaje es muy amplio, fluido, es el entrevero de “todos los humanos”, y no el mestizaje reducido como en la colonia: únicamente de españoles e indios (Waldemar Espinoza, 1997: 278) Sin embargo, el mestizaje o “cruce” étnico a partir del siglo XVI no fue solamente entre españoles e indígenas, aquí también se mezclaron españoles e indios con negros a cuyo frutos se les denominó castas y cuando las primeras castas (mestizos, mulatos, zambos) comenzaron a entreverarse entre sí y también con españoles, indios y negros, resultó una serie de tipos y subtipos étnicos tan numerosos como complicados. Hubo diversos intentos por clasificar y tipificar a las castas, e incluso el Inca Gracilazo de la Vega recoge en el siglo XVI un intento de clasificarlos. En el siglo XVIII son conocidas las “tablas de castas” pintadas que ponen en evidencia el colorrio de grupos étnicos productos del mestizaje, además se hace más evidente el exacerbado racismo que se vivía desde ese tiempo y que hemos heredado. Catálogo de Cruces étnicos Para tener una idea de los resultados o frutos de estas mezcla étnicas tomaremos la descripción dialogada de Gregorio de Cangas, mencionada por Waldemar Espinoza, (1997) y las conocidas “tablas de castas”, pintadas en el siglo XVIII. Tendremos en cuenta la siguiente relación: blancos + indios; negros + blancos y otras castas.

MEZCLA DE BLANCOS E INDIOS

PADRE

1. Español…………..

+

MADRE

=

India……………….

SALEN HIJOS

Mestizos reales o montañeses

2. Mestizo…………..

Mestiza………...

Mestizos

3. Mestizo…………..

India…………….

Cholos

4. Cholo ……………

India……………

Tente-en-el-aire

5. Tente-en-el-aire….

India…………….

Salto a tras

6. Español………….

Mestiza …………

Cuarterón de mestizo

7. Español………….

Cuarteron de mestizo...

Quinterón de mestizo

8. Español…………..

Quinterón de mestizo…

Requintaron de mestizo

9.2.

El aporte de la tradición negra a nuestra identidad Fig. Negra, según acuarela del Obispo Martínez Compañón.

El legado de la tradición africana a la identidad nacional es amplia, sus aportes están en la música, la danza, la literatura oral y la gastronomía peruana.

Prodigiosas manos negras Sobre el aporte negro a la gastronomía nacional Waldemar Espinoza (1997), manifiesta que “las negras eran dinámicas preparadoras de comidas y bebidas, tales como los tamales, picarones, frijoles colados, que hoy dan personalidad al alma peruana”. (p. 271) Así mismo, afirma categóricamente que en el Perú los platos a base de viseras son, también, producción de las prodigiosas manos negras, por ejemplo los anticuchos, los choncholíes o pancitas que muchas veces observamos en las esquinas del barrio. “Los más sabrosos preparados por las mujeres morenas y moriscas los hacían utilizando las sobras de los insumos culinarios, de las partes marginales dadores de carnes a las clases altas eso ocurrió con el caucau, con la sangresia, la patita, la chanfainita y otros. Por eso los consumían en el hogar de manera casera, eludiéndoselos en las grandes ocaciones”. (Op. cit. pp. 307, 308)

Además, hay que agregar platos típicos como el tacutacu, la carapulca y el caucau, además, entre los postres, la deliciosa mazamorra y la chicha morada fue creación negra y está asociada a la festividad del Señor de los Milagros, por eso algunos afirman que por esa razón se le dice al mes de octubre “mes morado”. Sobre la mazamorra se reconoce que en tiempos prehispánicos también se conocía una variedad elaborada sobre la base de maíz, en la costa norte es conocido el “yemeque” (en lengua muchik¡ o mazamorra de maíz. Afroperuanismos Espinoza citando a Benvenuto Murrieta nos da la siguiente relación de palabras: Batan (piedras grandes para moler granos) Bemba (boca gruesa, con el labio inferior caído) Cachimbo (el principiante; hombre listo. Ahora el novato en la universidad) Cantina (taberna) Caucau (plato a base de mondongo) Cocacho (golpear la cabeza). Cucu (fantasma para asustar a los niños) actualmente lo escuchamos para hacer referencia al trasero de la mujer o el hombre (canción muy conocida hace referencia a lo indicado).  Malambo (callejones habitados solo por negros)  Quimba (valiente)  Tacutacu Ritmos e instrumentos negros del Perú Entre los aportes de instrumentos musicales y bailes a nuestra identidad nacional tenemos los siguientes:       

En instrumentos musicales:  El cajón  las quijadas secas de burro o carachachas  la maraca y los tejolotes  el ganzá  el guiro o recoveco,  el replicador o llamador  el tamboril,  el checo, etc. Los bailes negros:  el son de los diablos: coreografía muy antigua de del carnaval, en la que los bailarines salían a las calles a disfrutar el ritmo por varias horas  el festejo  el alcatraz; erótica muy divertida, en la cual la mujer trataba de quemar con una vela encendida el “curucucho” de papel que su pareja masculina llevaba prendido en la parte trasera de su nalga.  El lando. Fueron los negros de Angola los que trajeron esa danza, llamado también londó y lumdum.  La danza de los negritos: bailadas en la noche de navidad.  La saña: llamada así porque surgió en la villa de Miraflores de Saña, al sur de Lambayeque.

Más sabor negro: música, danza y oralidad El cajón peruano. Se afirma que tuvo sus inicios en la utilización de calabazas secas y huecas, en las plantaciones de la costa; otros manifiestan que surge a partir de la utilización de cajones donde se guardaban las frutas o algún otro producto, posiblemente entre los siglo XVII y XIX. Pero lo que no se discute es que fue creado en el Perú; no olvidemos que cuando los negros vienen al Perú, en condiciones de esclavos, lo hacen sin ninguna pertenecía. Sin embargo en sus tierras ellos estaban familiarizados con los tambores.

Tafos

Waldemar Espinoza nos indica que el cajo es “Posiblemente un derivado de tamtam de Monzabique”.

El legado cultural africano desde Zaña

El aporte de los negros zañeros a la identidad lambayecana y peruana es muy amplia, en la gastronomía destaca en sus delicioso platos a base de chancho y en sus famosos dulces como son las cocadas, naranjas rellenas, machacado de membrillo, camotillos, confites, huevo de dátiles, limones rellenos, etc. Además, el legado cultural africano destaca en sus bailes, ellos crearon la danza llamada zaña, que fue posiblemente trasformada del lúndu traído de África. En la tradición oral son muy buenos principalmente en las cumananas y décimas. Veamos un pedacito de ella: El chancho El chancho para el zañero es un plato favorito se come con chanfainita y frito ¡lo llaman el caballero! Hildebrando Briones Vela

Luis Roca Torres (1985 ) dentro de sus estudios manifiesta que posiblemente es derivado del un instrumento llamado enka kua, que significa «tambor de madera» y que era de un tamaño considerable tocado con los pies como con las manos .además agrega que “los españoles, valiéndose de la extirpación de idolatrías, pretendieron avasallar toda forma cultural y religiosa de indios y negros, razón que nos permite sospechar que el enka kua podría haber ido reduciendo su tamaño al paso del tiempo, dando origen al cajón que hoy todos conocemos”

9.3. Periodo de la república: el arribo de nuevos grupos culturales. A inicios de la República hasta la actualidad, el mosaico de culturas existentes en nuestra patria se ve incrementada por la presencia de nuevas tradiciones culturales, principalmente venidas de Europa. En el cuadro que hemos presentado anteriormente, sobre las culturas en el Perú, Rodrigo Montoya hace ver que entre los grupos culturales más importantes que conforman el Perú tenemos a:

 japoneses  chinos  italianos  Árabes Además, siguiendo a Rodrigo Montoya hay que advertir si es cierto que estas culturas aparecen como extranjeras, actualmente muchos descendientes de ellos nacidos en el Perú,

son ya peruanos y peruanas y vienen aportando a nuestra identidad nacional o a nuestra peruanidad como prefieren llamarla algunos estudioso del tema. En este contexto, Degregori (2004) indica que: “Con la creación de la República dicho mosaico cultural se volvió más complejo, arribaron nuevos grupos inmigrantes procedentes de diversos grupos de Europa, así como de otros continentes, entre los cuales destacan, por su importancia numérica, los italianos, chinos y japoneses. Sucesivos procesos de cambio y de modernización, ocurridos a ritmos de la intensificación del capitalismo mundial, es decir, a mediados del siglo XIX, durante las tres primeras décadas del siglo XX, desde mediados del mismo siglo y en el contexto actual de globalización – han cambiado al conjunto del país, convirtiéndolo en una sociedad completamente diferente de aquella que en 1821 inició su vida independiente” (p. 9, 10) Sin lugar a dudas, podemos decir que nuestra diversidad cultural, entendida como la presencia de diversos grupos étnicos y la creación de distintos patrones culturales (materiales y tangibles), hasta la fecha se sigue incrementando y al parecer nunca parara de hacerlo. Lo bueno es que muchos de ellos surgen de la unión de patrones culturales heredados desde tiempo prehispánicos y de la colonia. “Así, la peruanidad muestra diversas facetas unidas por un fuerte sentido de pertenencia. No se trata de una identificación homogénea tampoco de un mosaico de identidades segmentadas entre sí. Es un modo cotidiano de reclamar la pertenencia al país y de asumir la herencia de su historia múltiple y compleja. En gran medida, sigue siendo aquella promesa de una vida peruana sobre la cual llamó la atención Jorge Basadre, el mayor historiador de la republica” (Op. cit. 9, 10)

9.4. Desarrollo

del aprendizaje

A. “identidad norteña

y tradición Muchik”

La identidad norteña es producto de la convergencia de un sin número de pueblos que se desarrollaron hace aproximadamente 11000 años en un basto y complejo territorio comprendido desde el norte de Ancash hasta Tumbes. Pueblos ancestrales que a la llegada de los españoles, en el siglo XVI, poseían patrones culturales diversos manifestada en una variedad de lenguas como la tallana o sec (Tumbes y Piura), la sechura (Piura), la olmana (Lambayeque), la mochica o yunga (Lambayeque y La Libertad), la quingnam (La Libertad, Ancash), además, poseían diversas maneras de interpretar el mundo, de adorar a sus dioses, de aprovechar los recursos de la naturaleza, de organizarse social y políticamente, etc. Esta diversidad cultura, según los estudios etnohistóricos y arqueológicos, no fueron un obstáculo para generar contactos interculturales con sus demás vecinos costeños, serranos y de la región amazónica. Situación que les permitió intercambiar y compartir saberes, tecnologías y cosmovisiones. En este panorama la identidad cultural norteña tiene sus raíces ancestrales en un rosario de pueblos entre los que destacan los paijan, los cupisnique, los moches, los lambayeques o sicanes y los chimú que a base de mucha creatividad, trabajo comunal, uso racional y sosteniblemente de los recursos lograron generar una singular identidad en un ecosistema tan complejo como el de la costa norte. En este sentido, esta unidad pretende acercarse al conocimiento y estudio de los principales rasgos constitutivos de los pueblos anteriormente mencionados, que forman la matriz cultural de la costa norte. B. El escenario prehispánico de la costa norte

El escenario geográfico donde se desarrollaron los pueblos de la costa norte está determinado por dos geosistemas totalmente complementarios y uno que demarca los inicios de las estribaciones andinas en el norte del Perú (contrafuertes andinos) De manera general podemos decir que el hombre de esta zona se movilizó e hizo suyo un territorio de compleja geografía caracterizado por dos escenarios complementarios (a) el geosistema marino de aguas frías y tropicales y (b) el geosistema costeño, donde destacan tres ecoregiones: el desierto costero, el bosque seco ecuatorial y el bosque tropical del pacífico (al interior de tumbes).

El geosistema marino: facilitó la existencia de fauna costera que generó las condiciones para la pesca y la recolección de mariscos. El geosistema costeño: en tiempos prehispánicos se caracterizó por un clima variado entre húmedo y calido lo que permitió la presencia de lomas y bosques, que contrastada con los espacios de desiertos de la zona, esto influyó en el desarrollo de una fauna local que se movía entre un desierto costero, un bosque seco y un bosque tropical del pacifico.

En este escenario el poblador norteño prehispánico de la costa norte, desde sus orígenes en la etapa lítica, supo sabiamente aprovechar los recursos que le ofrecía el mar y más adelante con los cupisnique y los moche vencen el desierto que les permitió ampliar sus centros de producción agrícola, mediante la aplicación de complejas tecnologías con las cuales lograron desviar con canales artificiales los ríos. C.

El escenario de la costa norte prehispánica vista por un artista mochica

Teniendo en cuenta el gráfico y los estudios arqueológicos podemos decir que el escenario geográfico de la costa norte prehispánica estuvo constituida por la siguiente biodiversidad: Fauna marina y terrestre: Flora: -

caracoles terrestres cangrejos de río y terrestre cañanes, lagartijas, pacasos, etc. culebras: colambos, macanches, etc. venado de cola blanca ratones de campo “vizcacha” zorro del desierto lorna, corvina , toyo blanco, pampano, etc buo, colibrí, águila pescadora, garzas, etc algarrobo cactus espino sapote, etc

Culturas matrices de la Costa Norte IDENTIDAD NORTEÑA

9.5. Los

inicios de la identidad de la costa norte: los Paiján y los Cupisniques

Nuestra identidad cultural de la costa norteña asientas sus bases desde tiempos milenarios muchos años antes que los moches y tiene en los Paiján y la cultura Cuspisnique a sus más altos representantes. Actualmente se está reconociendo que parte de la cultura popular norteña está impregnada de los aportes de estos grupos prehispánicos. Para tener un panorama de la vigencia cultural de los Paiján y Cupisnique nos basaremos en dos importantes trabajos realizados por del profesor lambayecano David Ayasta Vallejo (2003, 2006), quien basándose en fuentes arqueológicas viene aportando a la comprensión de la identidad norteñas desde sus orígenes. A. Los Paiján y sus aportes líticos a la identidad

norteña Paiján ha sido por mucho tiempo el grupo representante de la etapa lítica de la tradición norcosteña, sin embargo también hay que mencionar a los Amotapes y a Nanchoc grupos culturales que dejaron huella en diversos ecosistemas de la costa norte durante este período. Además, al parecer lo Paiján tuvieron presencia en territorios serranos, existen vestigios Paijanenses sobre los 2000 m.s.n.m. Este grupos es identificados como: La Tradición Lítica Paiján, a quienes se le atribuye la creación de un instrumento de piedra muy peculiar, posiblemente a partir de otras puntas denominadas “Colas de pescado”; el resultado la punta de Proyectil “Paiján” como la denominan los arqueólogos. Esta punta de proyectil tiene por características: su forma triangular y la presencia de bordes rectos o ligeramente cóncavos, a la vez el pedúnculo en su base hacía factible su fijación a un soporte de madera. Estas puntas les sirvieron posiblemente para dos actividades: la pesca de peses de medio o gran tamaño (según el francés la Claude Chauchat); y para la cacería terrestre según el peruano César Gálvez. Los Paiján en Lambayeque Según Ayasta (2006), este grupo cultural hace su aparición, en estas tierras, alrededor del año 9000 a.C., siendo la zona del valle de Zaña, donde se detectan las huellas más antiguas de estos primeros habitantes. Además, hay vestigios que indican que no estuvieron solos si no que convivieron con otros grupos como los Amotapes y los representantes de la Tradición Nanchoc.

B. La herencia cultural de los Paiján a la identidad lambayecana y norteña Teniendo en cuenta que los Paiján fueron los primeros pobladores del territorio norcosteño y los que generaron las primeras tecnologías y estrategias para sobre vivir a continuación mostraremos parte de herencia cultural en la tecnología alimentaría, creatividad lítica vigente en mucho de nuestros pueblos costeños.  El uso de los batanes  La técnica de triturar o moler alimentos  La selección de moluscos, caracoles terrestres y marinos

 El consumo de cañanes, etc. El batán el instrumento de cocina más antiguo del Perú Se asegura que desde tiempos líticos los paijanenses, se iniciaron en el uso del batán para triturar moluscos marinos y terrestres de caparazón dura, así como frutos y semillas silvestres. Por lo tanto, esta primera tecnología estuvo relacionada con la alimentación. Además, los Paiján tenían como dieta El batán y la alimentación lambayecana importante la ingesta de Todos los lunes, las cocinas lambayecanas y alimentos molidos. norteñas se reencuentran con su pasado Paijanense. Y es que en la preparación del famoso ¨espesado¨ interviene uno de los instrumentos de cocina más antiguos del Perú El batán

9.6.

Aunque los paijanenes no conocieron ni probaron el sabroso ¨espesado¨, si conocieron y probaron platillos parecidos, pues como señala Chauchat los alimentos vegetales molidos tuvieron significativa importancia entre estos. En Lambayeque actualmente continúa siendo así , el apego a lo molido y al batan se mantiene para preparar numerosos platos y picantes, que revelan nuestro vínculo con el pasado. Mencionaríamos por ejemplo: El arroz molido, el pepian de pava, las humitas, el ajienagua, etc

Foto: David Martín Ayasta Vallejo

Fuente: David Martín Ayasta Vallejo (2003). Orígenes. Chiclayo: CIPDES y Ayuda en Acción.

Monsefuanas de Pómape, demostrando el uso del batán.

9.6.

La cultura Cupisnique

Impresiónate Ceramio Cupisnique mostrando un ritual de autodecapitación, muestra de un alto contenido religioso de la época del Formativo peruano.

La cultura Cupisnique durante mucho tiempo ha sido sistemáticamente confundida con Chavín e incluso recibía el nombre de “Chavín norteño”, sin embrago, las investigaciones arqueológicas, nos indican que ya no hay sustento de hablar que “Cupisnique” es “Chavinizado” (Jesús Briceño Rosario 2004); sino que Cupisnique tiene una identidad propia y es matriz cultural de la costa norte. Por lo tanto la identidad cultural norteña inca sus raíces mucho más atrás de los moches; dejando sus raíces a ella que aún se han irradiado hasta nosotros, como veremos más adelante. Ubicación tempo-espacial de los cupisniques Su escenario fue en la costa norte, cuyo ámbito de desarrollo nuclear va hasta Motupe (Lambayeque) hasta el valle de río Virú ( La Libertad ), Llegando incluso a parte de Cajamarca y Ancash. Herencia cultural Cupsnique Siguiendo a David Ayasta Vallejo (2006) a continuación hacemos un resumen de los aportes culturales de los Cupisniques a la cultura norteña de ayer y de hoy. A. En lo tecnológico: Las primeras obras de infraestructura agrícola Algunas hipótesis arqueológicas indican que la construcción de canales de riego, como el Racarrumi (Lambayeque) y el canal Chicama - Moche (La Libertad) fueron iniciadas posiblemente por los Cupisniques, además, se indica que la población del valle de Jequetepeque (La Libertad) construyó terrazas Agrícolas. Los primeros cultivos diversificados Lograron cultivar: árboles frutales, plantas industriales y plantas alimenticias como el ají, la achira, yuca, palta, zapallo y loche evidenciada en su cerámica En Lambayeque dos templos han dado indicios de esta diversidad: El Templo de Huaca Lucía-Cholope ( Batangrande- Lambayeque ) y Purulen ( Valle de Zaña) allí se encontraron restos de frejol, maíz (vitales para la alimentación y bebida) y algodón ( necesario para la elaboración de vestimentas y de las redes de pesca, además fréjol, zapallo y palta.

La Aparición de la Metalurgia Iniciaron con gran maestría el trabajo metalúrgico con oro y plata. Desarrollando técnicas usadas durante largo tiempo como el laminado, repujado, recortado y la fabricación de ornamentos bimetálicos (oro y plata). Elaborando coronas o tocados, orejeras, narigueras, pectorales, pendientes, collares, espátulas, cucharas, depiladores, etc.

El Nacimiento de la cerámica escultórica Elaboraron con maestría botellas de gollete tubular, botellas con asa estribo, botellas con asa puente, tazas, vasos, platos, figurinas y miniaturas; Además, destacan ceramios con formas tomadas de la flora ( cactus, yuca, achira, etc. ) y fauna ( loritos, ciervos, pumas, etc.) de la época; también se observan moluscos marinos ( Strombus y Spondyllus ), figuras humanas y representaciones del mundo de los dioses : jaguares, serpientes, seres híbridos, etc. B. En lo ideológico Sentaron las bases de la medicina andina tradicional y han legado las más antiguas evidencias del trabajo del Shaman y el tradicional uso de la ¨Mesa Curandera¨.

Su acentuada religiosidad y ritos a los elementos telúricos. Ayasta manifiesta que a nivel de la vida cotidiana podría afirmarse que no existía acto que no estuviera marcado por la religiosidad: cazar, recolectar, sembrar, pescar, distribuir la producción, etc. El uso de pigmentos de color rojo como la hematita o el cinabrio, fue otro de los aportes al comportamiento funerario del pasado y el presente. Practica que mantuvieron vigentes en tiempos de la Cultura Mochica y Sican, y según recientes descubrimientos en la Capilla Doctrinal de Mórrope, indígenas del siglo XVI aun la continuaban practicando, con el ligero cambio de usar trapos rojos para cubrir el rostro, en lugar de los pigmentos. En conclusión podemos decir que los Cupisnique desarrollaron una diversidad de patrones culturales manifestadas es su tecnologías, estrategias de sobrevivencias, maneras aprovechar y agradecer a la naturaleza (ritos y religiosidad), etc. Elementos esenciales de la identidad cultural de muchos pueblos norteños entre ellos el lambayecano. El chamanismo: elemento de identidad norteña Cerámica cupisnique representa a un personaje antropoformizdo, posiblemente un chaman en transe, mitad hombre, mitad animal, de rostro feroz caracterizado por ojos, fauces y colmillos denotando

Curandero Moche Expresivo huaco que nos muestra a un curandero en momentos que examina el cuerpo de una enferma.

Curandera que sostiene en una mano la sonaja y en la otra

9.7.

Museo Arqueológico Rafael Larco Herrera (XSc-021-006)

Heinz Plenge

el cactus llamado hoy San José.

Curandera norteña.

9. 7.

La Cultura Moche

Generalidades Sin lugar a dudas la concepción en torno a los moches ha cambiado totalmente a consecuencia de diversos descubrimiento que se vienen suscitando en el norte del país, por un lado tenemos el impresionante descubrimiento, en Lambayeque, de las tumbas reales de un poderoso personaje que gobernó el norte del Perú hace 1700 años y a quien han llamado Señor de Sipán, y por otro lado tenemos el descubrimiento de la Señora de Cao. Situaciones que han generado controversias en torno a sus orígenes, y la manera de ver mundo y de ejercer el control político y religioso. Por otra parte a permitido dilucidar muchas cosas entre ellas el desterrar la idea de afirmar que la civilización Moche estaba organizada en un único Estado y con un mismo gobernante. Actualmente estudios arqueológicos reconocen que los Moche vivían agrupados en núcleos cada uno con historias independientes, pero unidos por un denominador común: la religión y la estructura de poder. Dentro de los núcleos que se reconocen tenemos dos: a. Núcleo cultural de los mochicas del norte: Actuales Valles: Piura, Motupe, La Leche, Chancay – Lambayeque, Zaña, Jequetepeque. b. Núcleo cultural de los mochicas del sur. Valles: Chicama, Moche, Virú, Chao, Nepeña. A continuación analicemos sus orígenes y de manera general sus principales manifestaciones culturales, no sin antes reconocer lo que manifiestan los arqueólogos Luís Jaime Castillo y Christopher B. Donnan cuando señalan que las características de los patrones culturales no es necesariamente el mismo para ambos núcleos; sin embargo tomaremos características generales hasta que se hagan estudios comparables. Y para esta primera parte nos guiaremos de la propuesta de guión museográfico hecha por Walter Alva para el Museo Tumbas Reales de Sipán (2005) Orígenes y antecesores a)

Los moches tienen una antigüedad estima entre los 100 años a.C. hasta los 700 años d.C. sin embargo sus remotos orígenes se encontrarían en las primeras comunidades de pescadores primitivos que ocuparon el litoral desde hace 6000 años. b) Alrededor de 1200 a.c. surge la cultura costeña llamada Cupisnique, que desarrollo la agricultura, religión y arte realista, y se considera una cultura con los antecedente más cercanos a la Moche o Mochica. De manera general muchos arqueólogos reconocen que la cultura moche recibió influencia, de los siguientes grupos culturales:

Evolución histórica según su cerámica: Rafael Larco Hoyle, pionero de la arqueología de la costa norte peruana y a quien le debemos el mayor conocimiento sobre esta cultura. En base al estudios de cientos de tumbas excavadas en los valles de Chicama, Moche y Virú, y tomando como base las variaciones estilísticas de la cerámica de asa estribo y gollete, característica de los Moche, dividió su historia en cinco fases culturales. Moche IV Moche I

Moche II

Las dos primeras (siglos I a.C. a I d.C.) presentan gran parecido a las formas precedentes -en particular a las de los Cupisnique-, y corresponderían a la formación de la cultura Moche. Según Larco esta etapa se circunscribirían a los valles de Moche y Chicama, que él considera la cuna de esta cultura.

Moche V

Moche III

Las fases III y IV (siglo II a V d.C.) correspondería a la expansión Moche vía militar a los valles sureños, primero, y luego a los norteños. Aquí alcanzaría su momento de máximo desarrollo territorial: Piura por el norte y Huarmey por el sur, si bien los asentamientos urbanos por el sur sólo han sido reconocidos hasta el valle de Nepeña

La fase V (siglo VI y VII d.C.) es considerada la época de decadencia de los Moche, marca el final de esta cultura y el arribo de influencias de otras culturas procedentes de la sierra y costa central. El poder se desplaza al norte y la vieja capital en Moche pierde su poder y construye una menor en la parte media alta del valle de Moche (Galindo).

Cultura material y tecnológica La cerámica Es el más conocido legado cultural de los Mochicas. Bajo la forma de imágenes escultóricas o vasijas decoradas a pincel, representaron hombres, divinidades, animales o escenas de gran perfección y realismo; para ello el ceramista Mochica, tuvo un amplio conocimiento y dominio del uso de pasta fina, así como el control de oxidación en el proceso de la quema. Modelaba las paredes de sus vasijas ceremoniales haciéndolas delgadas, plasmando formas escultóricas de todos los aspectos de su vida. Tipos de cerámica según su acabado 1) La común: no quiere decir que fue menos extraordinaria sino que aquí se agrupa a la más sencillas por su acabado tales como: botellas, cántaros, ollas, "cancheros" con mangos y sin ellos, vasos, cuencos, platos, copas. 2) La pictográfica: a pesar de tener una representación tan sólo bidimensional, son complejas y trabajadas con pinceles finos sobre incisiones que las delimitaron previamente. 3) La escultórica.: Los ceramios escultóricos son los más excepcionales por su realismo y proporciones; muchos presentan incrustaciones de nácar, hueso o aun láminas de oro. Por el gran dominio de la cerámica escultórica y pictográfica se le ha denominado, y con mucha justicia, el Período de los Maestros Artesanos. Las técnicas de manufactura que mayormente conocieron fueron el moldeado, paleteado, y el estampado. Dada la calidad estética y temática de su innumerable producción se ha convertido en el mejor espejo de su vida cotidiana y espiritual. Gracias a ella podemos distinguir las siguientes representaciones: El impresionante libro vivo de los moches  La naturaleza y sus riquezas: abarcando todas las especies del entorno geográfico y reino zoológico de la costa, sierra y selva. Muchas de ellas fueron ejecutadas en forma realista y natural. Alternan tanto las especies domesticadas, como aquéllas que se mantuvieron en estado salvaje. También fueron representados moluscos y crustáceos; los peces: como rayas, bonitos, chitas, róbalos, bagres, lisas, lenguados, tramboyos, etc. Batracios: sapos, ranas. Las aves: búhos, lechuzas, palomas, loros, patos, tucanes, guacamayos, papagayos, picaflores, halcones, águilas, cóndores, etc. o pelícanos, gaviotas, patos marinos, guanayes, piqueros y zarcillos. Variedad de insectos, arañas y mariposas, etc.

 Retratos de estados Psicológicos: El artista Mochica ha plasmado el máximo realismo en sus huacos retratos, de sublimes estados psicológicos. Allí está el rostro del antiguo hombre Mochica, manifestado en su desbordante gesto de alegría, amor, odio, tristeza, dolor, soberbia y placer, etc.

En cada uno sobresale el dominio estético de la expresión humana, nada que envidiar con otras manifestaciones del arte universal.  La cuestión de género: También el sexo femenino se hace presente; no en la misma dimensión que el varón, pero allí está ella, como mujer y madre, en su más alta expresión de parto y de ternura, con el peso del trabajo de todos los tiempos. Ella se encuentra representada con gran sentido plástico, ataviada con túnicas sueltas o faldas largas que le cubren hasta las rodillas; la vestimenta se encuentra complementada con otros adornos sencillos. La presencia de la mujer se hace persistente a través de las estatuillas algunas de ellas relacionadas con la personificación de Ai - Apaec, deidad suprema de la Cultura Moche.  Representaciones sexuales: La alquimia del amor también estuvo presente en su cerámica, dentro de este universo de representaciones sexuales, se encuentran los órganos genitales masculino y femenino caracterizados en forma independiente en los ceramios; luego con el desarrollo magistral de la escultura las manifestaciones de falos y vulva se encuentran identificados en el contexto cultural, cuyas representaciones son siempre desproporcionadas adrede y sobre todo tratando de resaltarlos exageradamente en relación al cuerpo humano; por último llegando a un conjunto variado de relaciones de apareamiento en su más grande dominio plástico.  Pero la representación sexual no sólo está referida a los hombres, también abarca el mundo animal y vegetal con diversidad de representaciones de sapos, ranas, perros, ardillas. Es decir se trata de un equilibrio cosmogónico unido por una idea central de reproducción o fertilidad en lo divino, de la que el hombre, los animales y las plantas no estamos ajenos a ello. La agricultura Fue el sustento de la economía Mochica. Ubicando cada cultivo a su ambiente, respetaron los bosques y sembraron plantas alimenticias como el maíz, papa, yuca, pallares, zapallo, camote, maní y variedad de frutales. Para el uso de vestimenta cultivaban el algodón, totora y caña. 

Los Mochicas vencieron el desierto desviando mediante canales artificiales el agua de los ríos. En los desiertos actuales quedan testimonios de los antiguos campos de cultivo. Su desarrollada ingeniería hidráulica aun no es igualada. 

La pesca La pesca y los recursos del mar complementaron el sustento de los Mochicas. Utilizaban embarcaciones, redes, anzuelos y arpones. El pescado saldo era intercambiado por los agricultores del interior



La metalurgia

La metalurgia y orfebrería fueron revolucionadas por los Mochicas, iniciando el uso intensivo del cobre para fabricar ornamentos, armas y herramientas. Su más importante proeza tecnológica fue el dorado en cobre. En los trabajos de oro descubrieron la soldadura y alcanzaron una inigualable calidad artística plasmada en las joyas, emblemas y ornamentos de sus gobernantes el trabajo metalúrgico se iniciaba con la extracción del mineral, su trituración en batanes de piedra y fundición en hornos de barro alimentados con carbón y avivados con sopladores. 

Arquitectura y santuarios mochicas -

La arquitectura Mochica recibió influencias de la cultura Virú, especialmente en el manejo del espacio con la forma de la "pirámide" escalonada.

-

La arquitectura se le puede dividir en monumental y la doméstica, se caracterizaron, principalmente, por estar construidas a base de adobes en forma rectangular paralelepípeda de constitución sólida, elaborados en moldes de madera. En la cara superior se advierten diversas marcas hechas a presión o incisiones anchas, posiblemente identificando a los diferentes grupos étnicos. que participaron en la construcción del monumento, probable alusión a un sistema de trabajo de carácter corporativo o al cumplimiento obligatorio de tributos religiosos a sus deidades supremas.

-

Utilizaron clásicas técnicas de construcción mediante sucesivos paneles modulares o columnas de adobes que brindaban flexibilidad a estos grandes volúmenes frente a las contracciones climáticas y los movimientos sísmicos.

-

Según la evidencia arqueológica sus monumentos estuvieron pintados

Principales sitios representativos Tenemos en Pañamarca (Valle de Nepeña- Ancash), Fortaleza de Chólope (valle del Santa- Ancash), Huaca del Sol y de La Luna, Galindo, Huaca "Florencia de Mora" (Valle de Moche), Huaca Mocollope, Huaca Cortada, Huaca Cao, Huaca Blanca, Huaca Cartavio, Huaca Amarilla o Mochón, Pacatnamú (Valle de Chicama), Huaca Rajada- Sipán, Pampa Grande (Lambayeque), Complejo Arqueológico San José de Moro (Valle de Jequetepeque), etc. La sociedad mochica Estuvo organizado bajo un sistema jerarquizado donde los hombres pertenecían a grupos sociales definidos y cumplían funciones y trabajos específicos. Los soberanos, sacerdotes – guerreros hicieron construir plataformas para culto, donde presidían complejas ceremonias y donde algunas veces fueron sepultados, tras una larga ceremonia de alto contenido religioso y político. En registro iconográfico podemos apreciar una clase dominante, así como la clase intermedio y un mayoritario trato de la población al servicio de la clase dirigente. Una de las formas más características de identificar a los grandes señores es toda la ornamentación con los que son vestidos y presentados, lo que los hace diferente a los demás, evidentemente propietarios de autoridad absoluta.

Manifestaciones ideológicas 

Cosmovisión: Los mochicas dividían el universo en tres instancias:

El cielo (simbolizado por la gran serpiente celestial) residencia de estrellas, astros y dioses.

El mundo de los vivos (donde los hombres celebraban banquetes rituales y las mujeres tejen).

El inframundo (morada de los muertos y ancestros)

Religión y dioses

AI APAEC, dios supremo de los Moche, representa a un hombre con grandes colmillos, transformándose en animal, este dios está identificado con viejas herencias ideológicas que vienen desde la época Chavín y complementadas con otras deidades, como la serpiente, el cóndor o el águila como máximas expresiones de poder en todo el proceso cultural andino. Cabe poner en claro que esta inspiración espiritual, fue determinada por su observación del espacio cósmico. Hay una información antiquísima que AI APAEC, era nada menos que una constelación de estrellas La religión Mochica basada en el dualismo, concibió dioses principales y semidioses que regían al mundo, la vida y la actividad de los hombres. 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. 11. 12.

Dios Ai-Apaec (el creador) Dios Vampiro (el opuesto, señor de las tinieblas) Hombre Búho (dios de la noche y protector de los sacerdotes) Hombre Iguana (dios de la muerte) Hombre Águila (dios de la guerra) Hombre Zorro (protector de los combatientes y de los cazadores) Hombre Venado (vinculado al culto de los ancestros) Hombre Murciélago (protector de los ceramistas) Hombre Cangrejo ( Deidad de ríos y orillas) Pez Demoníaco ( Deidad del mar ) Pulpo Humanizado ( Deidad de las profundidades marinas) Hombre Araña ( Deidad de los sortilegios) De acuerdo a los conceptos de este tiempo, los dioses no sólo son poderosos y bondadosos, sino también amenazantes. Según los creyentes, éstos requerían una retribución por su apoyo, la cual puede incluir la ofrenda más valiosa: Una escena frecuentemente representada en cerámica muestra el sacrificio de hombres en una montaña. Algunos de los muertos yacen sobre la cima de tal manera que su cabello cae sobre

la ladera, igual que un curso de agua. Semejantes sacrificios se realizaron aún siglos después del período Moche. Hasta hoy en día, andinistas encuentran sacrificios humanos del tiempo incaico al escalar a las alturas congeladas de los Andes. Los habitantes actuales de las comunidades rurales mantienen un pensamiento parecido. Durante fiestas importantes estallan disputas y se llega a batallas ritualizadas, en las cuales no sólo corre sangre, también puede haber víctimas mortales. Esto está visto como tributo a la Pachamama, la Madre Tierra. La vida y la muerte 

La vida: los moches o mochicas amaron y comprendieron la vida, representado en su cerámica las diversas etapas de los hombres desde su engendramiento, nacimiento, niñez, juventud, adultez, ancianidad y muerte.

engendramiento

Nacimiento

Muerte

La muerte: la muerte no fue el final, los hombre, al ingresar al mundo de los muertos seguían ejerciendo sus mismas obligaciones o privilegios, razón para sepultarlos en bienes y provisiones. Cada tumba Mochica reflejaba la posición social y actividad desarrollada en la vida. Tipos de tumbas mochicas conocidas antes de los descubrimientos del Señor de Sipán 

a) Tumbas simples pertenecientes a campesinos pobres b) Tumbas populares con armazón c) Tumbas de cierta jerarquía preparadas con adobe o piedra. El cuerpo se colocaba en un Envoltorio cilíndrico. d) Cámara funeraria con nichos para ofrendas y ataúd de caña. Las investigaciones arqueológicas en Sipán permitieron descubrir hasta 13 tumbas de diversas épocas y jerarquías de la nobleza Mochica, eso lo analizaremos en el próximo tema. observa las imágenes y responde

Describe qué productos observas; actualmente qué comidas se preparan con cada uno de ellos

FLORA Y FAUNA La variada flora y fauna costeña de la época fue representada fielmente por los ceramistas a) mono b) plantas y aves en un ambiente de rió c) lagartija d) tigrillo e) zorro costeño ANIMALES DOMESTICOS Los animales domesticados criados y domesticados por los Mochicas: a) llama costeña (alimentación y carga) b) perro (mascota) c) pato doméstico (alimentación) 1. El Señor de Sipan 2. El Sacerdote 3. El Viejo Señor de Sipan 4. Dignatarios 5. Guerreros 6. Miembros de la Realeza 7. Jefes Militares 8. La Tumba saqueada Demostrándose también que la plataforma funeraria fue construida en varias épocas superpuestas. El estudio de estas tumbas ha cambiado el conocimiento de la cultura Mochica.

El Descubrimiento de Las Tumbas Reales de Sipán En 1987 los medios de comunicación de todo el mundo anunciaron un gran hallazgo arqueológico, al que se le llamó El Señor de Sipán. La zona del descubrimiento se ubica en la región Lambayeque, provincia de Chiclayo, distrito de Zaña, anexo de Sipán, caserío de Huaca Rajada. El descubrimiento del Señor de Sipán fue un suceso excepcional, en el que se encontraron

piezas de cerámica, huacos, vasijas y entierros, y las excavaciones mostraron planos sumamente complejos, cuartos y depósitos que utilizaron los antiguos pobladores de norcosteños. Sipán y el monumento Se conoce como Sipán a un pequeño centro poblado y sus áreas circundantes ubicados en la sección media sobre la margen meridional del Valle de Lambayeque o Chancay, pertenecientes a la empresa azucarera Pomalca. Según Walter Alva Sipán es un topónimo conocido en los antiguos documentos coloniales de la región. Evidentemente tendría su origen en la extinta lengua mochica-lambayecana bajo la probable forma de “Sipang”, Su probable alteración limita conocer el verdadero significado que podría referirse al culto lunar o un centro de poder (Si=Luna, Cec=Señor) Casa o Templo de la Luna o de los Señores. Su ámbito inmediato cubre aproximadamente 15km². El Monumento Arqueológico de Sipán conocido folklóricamente como “Huaca Rajada”, consiste en dos grandes y erosionadas estructuras piramidales de adobe que hoy parecen montañas de barro emergiendo entre las plantaciones de caña. Estas edificaciones masivas dominan el paisaje y se alinean de Oeste a Este, donde son antecedidas por una plataforma baja de tres niveles reconocibles y una pequeña plataforma culminante. Las dos construcciones principales muestran una planta más o menos cuadrangular ligeramente separadas por un espacio central a manera de patio o plaza, se conectan, sin embargo, al Norte por un nivel platafórmico más bajo. La edificación del Oeste ocupa un área de 140mts. por lado, alcanzando una altura máxima de 35mts., desde la superficie natural inmediata hasta el amplio nivel superior, donde debió existir un sistema de accesos y juegos arquitectónicos culminantes. Hacia el centro del frente Este, la estructura presenta una depresión central que pudo corresponder originalmente a un prolongado acceso o una alteración de la época colonial y habría dado lugar al nombre folklórico. La erosión ambiental, pese a haber alterado los frentes de la estructura, permite aún reconocer con poco esfuerzo su forma general. El segundo edificio, de mayor apariencia piramidal, cubre aproximadamente 70mts. de base y alcanzaría una altura promedio de 37mts., desde el terreno colindante. Su variante orientación respecto al edificio anterior sugiere una probable diferenciación cronológica. Hacia el Norte, viene un juego de plataformas menores ligeramente alargadas que habrían funcionado como accesos. Cabe recordar que todo el conjunto orienta su frente al Norte. El volumen, examen de sus bases y señales de ampliaciones sucesivas, indica que ambas pirámides fueron erigidas desde el terreno natural demandando una impresionante inversión de labor constructiva. Así, la pequeña laguna al Sur es resultado de la extracción de material para confeccionar los millares de adobes empleados a lo largo de años y quizás algunas generaciones. La plataforma menor de planta rectangular, ubicada al Este, ocupa un área de 130 por 50mts. A partir de su primer plano general, sobreelevado aproximadamente 8mts. del terreno, pueden reconocerse dos niveles superiores emplazados sobre la sección Sur. Esta plataforma originalmente se encontraba conectada a la pirámide adyacente. Hoy, un camino que permite el acceso de vehículos las separa. Delante –hacia el Este- se ubica un pequeño montículo de 5mts.

de altura y al Norte-Este, otro promontorio más pequeño. Una gran plaza parece abrirse también hacia el naciente. Evidentemente, los límites del conjunto resultan difíciles de establecer y no deja de asombrarnos la existencia de restos arquitectónicos o El señor de sipan Antes del descubrimiento de la tumba del Señor de Sipán, los estudiosos pensaban que las imágenes o representaciones del arte Mochica formaban parte de escenas mitológicas sólo existentes en la imaginación de sus creadores. Por ello fue una sorpresa constatar que muchos de los emblemas, ornamentos y atuendos encontrados en este magnífico entierro, los cuales fueron usados en vida por su propietario, resultaban semejantes a los figurados en los temas clásicos del arte Mochica, principalmente en "La presentación" o "Sacrificio de prisioneros". La correspondencia de símbolos y ornamentos no podía ser más exacta, lo que constituyó una clave importante para reconocer el rol y jerarquía del Señor cuya tumba acabábamos de descubrir. El Señor de Sipán ocupaba la cúspide de la estructura social y política de su tiempo con un carácter semidivino, a juzgar por los objetos encontrados y por sus acompañantes. Diferentes vestimentas y ornamentos del Señor aparecen también en otras representaciones del mundo Mochica. Así, encontramos las orejeras con el ave sagrada en el "ritual de purificación", el tocado de algodón en las "carreras rituales", la túnica de placas metálicas en la "danza con soga", entre otras. Suponemos entonces que el Señor de Sipán habría presidido todo evento sagrado o actividad gubernativa. Su deteriorada osamenta nos permite saber que murió a una edad promedio de 40 años y que, con excepción de una incipiente artritis, gozaba de buena salud. Su estructura corpórea demuestra poco trabajo físico y el escaso desgaste dental habla de una dieta especial. Esto le permitió alcanzar una estatura de 1.67 m (alta para su época). Las particularidades físicas que muestra señalan una especial forma de vida y caracteres hereditarios: debió integrar una casta de hombres nobles que heredaban el poder.

Los acompañantes del señor de Sipán El Señor de Sipán John Verano dijo que “habría muerto a una edad adulta entre los treinta y cinco y cuarenta y cinco años”. No existían indicios visibles de una muerte violenta o procesos degenerativos en el esqueleto. Puede suponerse un deceso inesperado por alguna enfermedad o epidemia, aunque el promedio de vida para la época se encuentra aproximadamente alrededor de los treinta y cinco años (Verano 1990). Tampoco hay indicios de mala salud, salvo una incipiente artritis en la columna vertebral. Media 1.66mts. una estatura bastante alta para su tiempo en muchas partes del mundo. Sus huesos no muestran inserciones musculares fuertes. Probablemente no era corpulento ni desarrolló trabajos físicos intensos en su vida. El cráneo tiene un ligero aplanamiento en la región occipital producto de la costumbre nativa de colocar a los recién nacidos en rígidas cujas. Su dentadura estaba bien conservada, salvo una pequeña caries en el segundo molar inferior izquierdo. El poco desgaste evidencia una dieta y alimentos selectos o preparados, características que parecen diferenciarlos del común de los hombre de su tiempo. El guerrero

La osamenta de la derecha orientada de sur a norte como el Señor, se encontraba con la cabeza cubierta tocados y piezas metálicas entre las que se había una ancha banda de cobre dorado sobre los huesos de la cara. Esta placa parece haber sido la base cilíndrica del tocado. Por debajo del mentón se extendía otra pieza alargada de cobre con pequeños rectángulos colgantes que podrían ser parte de un pectoral. Sobre el tórax y ligeramente a la izquierda de un gran disco de cobre con un diámetro de 35 a 40cms. este escudo o rodela militar era semejante al portado por el “guardián”. A la altura del bajo vientre se colocaba una amplia corona semi lunar de cobre decorada en la base con el relieve de un rostro humano. Cerca del fémur estos testimonios se asociaron a algunas lentejuelas metálicas, indicadoras de un manto recamado probablemente similar al que envolvía al Señor, pero más pequeño y en cobre. Entre los huesos de las piernas se encontraba una pieza tubular rematada en un abocinamiento junto a otra de forma cónica, partes de una clásica porra de combate desarmada y sin el núcleo original de madera. Por debajo corrían también los restos de otra funda metálica correspondiente a un mazo simple. Finalmente alrededor de veinte pequeñas cabezas de cobre casi desintegradas habría formado los remates de tocado o prendas destruidas. Los restos pertenecen a un hombre de treinta y cinco a cuarenta y cinco años de 1.58 a 1.60, de estatura. Lo llamativo del caso es que faltaban los huesos del pie izquierdo, quizás por motivos rituales. Dada la indumentaria se trataría de un personaje con evidentes funciones militares. El Portaestandarte Se encontraba en plano invertido al del Señor, es decir de norte a sur, el esqueleto reposaba extendido sobre su espalda, los huesos de la cara ligeramente flexionados hacia atrás, denotaban una recia contextura. Los restos corresponderían a un hombre de similar edad que el señor, con una estatura aprox. de 1.60 a 1.63mts. sobre los huesos del pecho y volteando los hombros se extendía un pectoral de cuentas rojas y blancas y hacia el costado derecho reposaban hasta ocho varillas achatadas con huellas de amarras característicos de mangos de tocados plumarios. A lo largo del tórax y parte de las extremidades corría una recta cinta de 3cms. de ancho decorada con pares sucesivos de lentejuelas colgantes. Sobre la rodilla derecha se encontraba una especie de aro de cobre laminado con impresiones textiles y varilla doblada en ángulo que conservaba restos de hilos de algodón. La explicación es que corresponden a parte de un estandarte circular que colgaba de un largo madero parcialmente decorado con la cinta metálica. El Perro Se trata de un canino de tamaño de tamaño mediano, cola larga y colmillos desarrollados, probablemente similar a aquellos de corto pelaje manchado, usualmente representados en el arte Mochica. Con el fin aproximarnos a una tentativa interpretación. La presencia del perro con el entierro y en la tumba del Señor explica su especial valoración asociada en la iconografía a las escenas de sacrificio. Es el invariable acompañante del más importante de los personajes “guerrero sacerdote” o “ser radiante”. Puede verse también acosando a los venados en la cacería ritual y ocasionalmente, en el tema del entierro junto al “hombre iguana” y al “Cara Arrugada”... Cabe preguntarnos si no cumplía también el simbólico rol de guiar a los muertos como aluden algunos mitos indígenas”. Las mujeres acompañantes

La Mujer de la Cabecera Se trataba del tercer entierro. Colocado transversalmente al sur y a la cabecera del Señor contenía: “la osamenta de una mujer joven de dieciséis a veinte años y de aprox. 1.53mts. de estatura, con la cabeza al este y los pies al Oeste. Se encontraba de cúbito ventral y le faltaba también los huesos del pie izquierdo. La parte superior del torso estaba cubierta por un pectoral de conchas que volteaba completamente sobre la espalda. Entre sus fémures se identificó hasta cuatro cuencos desintegrados de calabaza, como ofrendas bajo el cuerpo de un último cerca de los pies. Hacia la esquina surgió parte de una calota craneana que después comprobaríamos correspondía al entierro de un niño. Los huesos del tórax de esta mujer están removidos como si el proceso de descomposición se hubiera producido antes y en otro lugar y luego colocados en la tumba. La Mujer de la Corana de Cobre Ubicado transversalmente a los pies del Señor. Era el esqueleto de una segunda mujer con la cabeza al Oeste, en posición opuesta a la anterior. Entre diecisiete y veinte años y su estatura aprox. de 1.59mts. El cuerpo descansa sobre su costado derecho, mirando de esta manera hacia el ataúd central. El cráneo se encontraba parcialmente cubierto por una especie de corona cilíndrica de cobre decorada con la imagen bidimensional de una cara masculina con orejeras y a su vez una prenda de cabeza parecida. Dos estilizadas serpientes de cuerpo dentado a los lados y una hoja semi lunar superior completaban este tocado. Una Tercera Mujer Debajo de la primera mujer registramos otro entierro de una mujer joven, en su ataúd de caña como las anteriores y en posición similar a la mujer de arriba. El esqueleto estaba completo y extendido sobre su espalda, con la cara volteada hacia el sur y el brazo derecho flexionado. Carecía de atuendos y ofrendas, salvo un cuenco desintegrado de calabaza. Un Niño enterrado En la esquina sur – oeste se encontraba la osamenta del niño originalmente sentado mirando al Este con las piernas extendidas por debajo del ataúd de la mujer y probablemente envuelto en un fardo de tela. Su edad es de nueve a once años y es el primer entierro colocado sobre el piso enlucido de la cámara, junto a llamas, varias vasijas y al mismo nivel del ataúd central. Las llamas ofrendadas Estaban debajo de los restos de los dos hombres. El animal del lado Oeste con las patas recogidas reposaba sobre su costado y el otro, aparentemente volteado para arriba, tenía su cuello dramáticamente estirado hacia el sur, existe referencia muy directa a las llamas en el “tema del entierro”. Lo curioso es que las llamas representadas son de pelaje manchado. El Guardián Fue uno de los entierros descubiertos y ya descritos. Se trata de un personaje acostado sobre su espalda en dirección transversal nor este – sur este con la cabeza cerca y un nivel superior a la cabeza del Señor de Sipán. Un vigilante

Un poco más arriba de la armazón del algarrobo que era el techo de la tumba real, se encontró un cadáver en posición sentada, con las piernas cruzadas y flexionadas y mirando directamente a la tumba real en clara actitud de vigilante.