Analisis de La Pelicula the Big Short

ANALISIS DE LA PELICULA THE BIG SHORT(LA GRAN APUESTA) Esta película es una obra maestra de las finanzas, de los bancos

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ANALISIS DE LA PELICULA THE BIG SHORT(LA GRAN APUESTA) Esta película es una obra maestra de las finanzas, de los bancos de inversión en Wall Street, de la locura creada a principios de los años 2000 en el mercado hipotecario norteamericano. La gran apuesta combina seriedad y explicaciones muy técnicas sobre instrumentos financieros, con un gran sentido del humor. Todo empieza, cuando (Christian Bale), un excéntrico gestor del 'hedge fund' Scion Capital LLC, descubre que el mercado hipotecario norteamericano es un castillo de naipes a punto de derrumbarse. Michael era un neurólogo de un hospital de Stanford (California), apasionado por las finanzas, que decide dejar su empleo como médico para montar su propio 'hedge fund' en 2000. Tras unas excelentes ganancias en el mercado bajista post 2000, en 2004 alcanza los 600 millones bajo gestión y puede devolver préstamos con los que inició su negocio. En el año 2008 y al iniciar el 2009 las, crisis en ciernes no provocarían una quiebra y, por tanto, riesgo de impago en sus posiciones. Como eran contratos privados (OTC) entre ambas partes, si acertabas y se hundía el mercado hipotecario, podías no cobrar al impagarte el propio banco. Burry no quiso contratar sus posiciones ni con Bear Stearns ni con Lehman Brothers, al estar mas expuestos al mercado hipotecario, con lo que volvió a demostrar su acierto. Ambos bancos quebraron, aunque Bear Stearns fue salvado por JP Morgan y, en cambio, Lehman Brothers no. - La explicación de un CDO con todos los tramos desde el mejor o triple AAA al peor, mediante una especie de castillo de naipes por parte de Jared Vennet ,en las oficinas de FrontPoint Partners, que al final acaba derrumbándose, es un ejemplo muy ilustrativo del funcionamiento de los derivados sobre hipotecas. - Los dos casos detallados en el filme, de operaciones financieras complejas explicadas con ejemplos de la vida real muy entendibles, es un recurso docente muy bueno. No es nada evidente explicar un CDO sintético y que además se entienda. - Son muy buenas también dos escenas de los dos jóvenes gestores que aspiran a ser 'hedge funds'. La primera es haciendo el ridículo en la recepción de un gran banco de inversión. La segunda es cómo muy inteligentemente deciden operar con los tramos AAA de las estructuras sintéticas, ya que cuestan mucho menos y, según el contrato, si caen las hipotecas de los peores 'ratings', terminan por contaminar toda la estructura y por tanto al tramo triple AAA. - La entrevista de Mark Baum con una ejecutiva de la agencia de 'rating' que reconoce que otorgan buenas calificaciones para no perder clientes es otro momento cumbre.

Enseñanzas de esta historia -La primera gran lección de esta historia es que en la vida hay que analizar en profundidad todo lo que te afecta. Burry fue probablemente el único que se dedicó a destripar las titulaciones de hipotecas 'subprime' compuestas por cientos de hipotecas individuales. Analizando una a una para buscar la tasa de morosidad, empezó a detectar que muchas de ellas ya no se pagaban, con lo que detectó que cada vez eran de peor calidad. Es habitual hoy en día no leerse los contratos que firmamos, y especialmente si son de una entidad financiera o gran empresa. La falta de ética profesional y los conflictos de intereses están continuamente al orden del día, como por ejemplo en la escena de la reunión con el periodista del 'Wall Street Journal' y sus argumentos muy humanos, o en la de la reunión con la agencia de calificación Moody’s, con los agresivos vendedores de hipotecas 'subprime' de Florida. La película sirve para entender 'la soledad' del gestor de inversiones. En este punto, me siento identificado plenamente, ya que en diversas ocasiones he tenido a nuestros inversores intranquilos al no cumplirse en el mercado nuestras previsiones. La manipulación de precios de los CDS de los bonos 'subprime' es un reflejo más que demuestra que la Fed y la SEC dimitieron de sus obligaciones y permitieron a los grandes bancos de inversión manipular y valorar los activos de sus balances a su libre albedrío. “El rey va desnudo”. La gran enseñanza sin duda de esta historia es que cuando se produce un burbuja, todo el mundo actúa siguiendo al chamán y nadie osa discutirlo. Las grandes crisis y cracs de la historia son proporcionales al nivel de euforia y locuras de ese ciclo. Hoy en día, me da la impresión de que volvemos a tener 'al rey desnudo'. Los bancos centrales son los 'druidas' o 'chamanes' que han empujado a una locura de exceso de deudas a nivel global que nadie osa discutir, y que en mi opinión han puesto en riesgo la estabilidad de todo el sistema.

Grandes Lecciones de The Big Short

Cuando cuatro tipos fuera del sistema descubren que los grandes bancos, los medios de comunicación y el gobierno se niegan a reconocer el colapso de la economía, tienen una idea: La gran apuesta… pero sus inversiones de riesgo les conducen al lado oscuro de la banca moderna, donde deben poner en duda todo y a todos". La película es imprescindible para el aficionado a la economía pero también puede ser muy interesante para el lego en la materia. Todos quieren ganar dinero, los buenos y los malos. La diferencia entre unos y otros es quién tenía razón en la apuesta. El relato que se ha impuesto sobre esta crisis apunta a que era todo cuestión de unos desalmados que no veían más allá de sus bonus. Pero la codicia no se inventó en el año 2005, para colocar activos subprime a incautos, ni desapareció con Lehman Brothers ni existe sólo en el sector bancario. Para entender lo que ocurrió, hay que mirar un poco más allá de las explicaciones facilonas. - ¿Estafa?: las imágenes de trabajadores de Lehman Brothers saliendo de su puesto de trabajo o las de los responsables de Goldman Sachs o Morgan Stanley desesperados, mientras intentaban recomprar las opciones que habían colocado en el mercado, son la mejor prueba de que no hubo un engaño deliberado. En España, hay directivos encausados por las preferentes que compraron (y perdieron) miles de euros de su patrimonio personal en este activo. En EEUU, fueron las grandes firmas las que más pérdidas sufrieron. Una de ellas (Lehman) desapareció. En la primera parte de la película, cuando los protagonistas acuden a Wall Street en busca de vehículos de inversión que les permitan apostar contra los bonos hipotecarios, se ríen de ellos, les llaman locos e incluso les advierten de que están haciendo una locura. Todo el mundo estaba convencido de que las subprime eran un negociazo y que el mercado de la vivienda nunca quebraría.¿Estupidez? Mucha. ¿Codicia? Bastante. ¿Ignorancia en tipos que se creían más listos que nadie y se embolsaban bonus de millones de dólares al año? A porrillo.¿Falta de información al cliente? Seguro. ¿Engaño deliberado? No demasiado. ¿Conspiración de unos pocos para forrarse a costa del resto? Pues tampoco parece. - El pez grande… no, no se come al chico. En esta historia, como otras miles de veces, son los más listos los que ganan, no los más grandes. El capitalismo es así (al menos hasta que llega el séptimo de caballería del Gobierno a ayudar a los abusones). Lehman, Goldman, Merrill: los nombres de los verdaderospringados son mucho más conocidos que los de los protegonistas de Michael Lewis. - "Esta gente sólo quiere una casa". Una frase que va al fondo de la cuestión. El mercado de derivados se multiplicó alrededor de lo que muchos creyeron que era el sueño americano: el derecho de todo ciudadano a tener una casa. Y no un derecho en abstracto (a comprarla) sino concreto (a que alguien le prestara el dinero sí o sí). Pero como explicó en su momento Milton Friedman, "los almuerzos gratis no existen". Si alguien se compra una casa y luego no la puede pagar, alguien perderá el dinero que se otorgó por ese préstamo. Por cierto, que los mismos que ahora claman contra los bancos por

no dar crédito a pymes y familias, les señalan por las subprime. ¿En qué quedamos? ¿Tienen que prestar más a todos sin mirar mucho sus credenciales o son malos por prestar demasiado a gente que luego no podrá pagar? - "¿Cuáles son tus incentivos?". La pregunta de la analista de Standard & Poor's refleja una de las claves de la película. Quizás ella se refiriera sólo al bonus anual, pero en realidad es lo que explica el comportamiento de todos los implicados. Y no hablamos sólo de incentivos monetarios (como a veces erróneamente se cree) aunque estos sean muy importantes. Seguir el camino que marcan las piedrecitas de los incentivos es más costoso que buscar un culpable fácil (los ricos, los bancos, los políticos...) pero el final suele estar mucho más cerca de la verdad. Por ejemplo, en el caso de las tres grandes agencias de calificación, como S&P, los incentivos los marcaba una legislación que prácticamente obligaba a todos los que quisieran emitir deuda a pasar por su ventanilla. Cuando creas un oligopolio, incluso con la mejor de las intenciones, te pasa lo que te pasa, porque los incentivos son perversos. El cliente de las agencias deja de ser el que compra la deuda (quiere saber cómo de fiable es esa deuda) y pasa a ser el que emite esa deuda (quiere colocarla y que le den buena nota). Cuando a la empleada de S&P le preguntan por qué le daban calificación Triple A a bonos de los que no sabían nada, explica que los emisores eran sus clientes: "Y si no lo hiciéramos nosotros, sólo habrían tenido que cruzar la calle" para que otra de las agencias lo hiciera... - El fin del mundo: la expresión se repite un par de veces en la película. El desastre es tan enorme que parece capaz de llevarse por delante el sistema capitalista. Nadie sabe realmente el tamaño del agujero. Pero incluso a pesar de lo mal que se hicieron las cosas y a pesar de todos los perjudicados, que fueron muchos, el mundo siguió creciendo año tras año. Sólo en 2009, los cálculos oficiales hablan de un crecimiento global nulo. Desde entonces, el PIB mundial se ha incrementado por encima del 3% año a año y también EEUU es bastante más rico ahora que en 2007. - "Fundamentales". Ésta es la gran lección que debería aprender el inversor aficionado. En realidad, la trama de la película gira en torno a esta palabra. Esta historia trata de una lucha desigual, pero en la que los que llevan las de ganar son los que aparentan ser más débiles. Como explica uno de los protagonistas cuando empiezan las primeras señales del colapso "todo el mundo está mirando para otro lado", "ni ellos mismos saben lo que están haciendo", "han dejado de mirar al mercado", no conocen los "fundamentales" de los activos que manejan… Mientras unos invierten basándose en "modelos" o en complejas estructuras financieras, los otros simplemente se preguntan qué están asegurando esos seguros, cuál es el colateral que respalda un CDO, qué activos hay detrás de cada derivado. ¿Y saben una cosa? Los que tienen razón son los que hacen las preguntas sencillas, incluso simples: ¿Cuánto vale de verdad eso que me quieres vender? Como dijo en su momento Warren Buffett (por cierto, al que aluden en la película): "El riesgo proviene de no saber lo que se está haciendo". No lo olvide nunca cuando en su banco, su gestora o su cuñado le asegure que tiene una oportunidad buenísima para que invierta su dinero. Si no lo entiende, no será tan buena. - ¿Capitalismo salvaje? Todo el mundo sabe cómo acabó aquello. Algunos bancos quebraron, un puñado de entidades fueron rescatadas, los políticos

norteamericanos montaron unas cuantas reuniones en el Senado para señalar con el dedo acusador a los directivos de las grandes entidades, millones de personas perdieron sus casas y la economía estadounidense entró en su recesión más importante desde los años 30. Son los excesos del capitalismo, pensarán algunos. Pero, cuidado, antes de acabar con el sistema, quizás sería el momento de preguntarse qué hacía el Gobierno mientras tanto. La clave la da el personaje de Steve Carell, casi al final de la película, cuando dice que sabían que pasase lo que pasase ellos no perderían, "allí estaría el contribuyente" para pagar la cuenta. Y tenían razón. Todos aquellos banqueros que tomaron arriesgadísimas apuestas en productos que ni siquiera ellos entendían, tenían el peor de los incentivos (de nuevo, esa palabra): el convencimiento de que los políticos utilizarían el dinero de otros para salvar a sus entidades. No es cierto, como se apunta, que no hubiera consecuencias: hubo multas millonarias, entidades quebradas que desaparecieron, muy pocos de los consejeros de los bancos mantuvieron sus puestos o sueldos... Y un apunte: la mayoría de los clientes de las entidades que más perdieron no eran precisamente clase media. Muchos de los que compraban derivados de Lehman eran millonarios (también del sector financiero). Como dicen los americanos, aquella burbuja fue un epic fail, pero se llevó por delante a muchos de los que la gestaron. Tampoco es verdad que estemos ante una actividad desregulada. Pocos sectores hay más controlados, tienen más agencias gubernamentales vigilando (también la SEC aparece en la película, aunque tangencialmente) y más normativas que el financiero. Viendo a los brokers de Goldman vender derivados que no sabían qué contenían, es lógico indignarse, pero aquello estaba muy lejos de ser "capitalismo salvaje", signifique lo que signifique esa expresión.