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ENSAYO DEL LIBRO “COMETAS EN EL CIELO” (KHALED HOSSEINI). Kevin Ñaupa Morejón Noviembre, 2015. 1 MAPA DE IDEAS Tesis:

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ENSAYO DEL LIBRO “COMETAS EN EL CIELO” (KHALED HOSSEINI). Kevin Ñaupa Morejón Noviembre, 2015.

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MAPA DE IDEAS Tesis: Factores y cambios sociales, políticos y religiosos como paradigmas que facilitan el ilegal accionar en contra de los derechos humanos. El poder de ciertos grupos étnicos cuyos métodos de gobierno político/religioso apoyan la segregación racial validados en dogmas de fe(A). El poder ejercido por grupos étnicos específicos y su reflejo en la ambigüedad aplicada de las leyes cuyos resultados son evidenciados en la impunidad ante crímenes notoriamente marcados con fines raciales (A1). Los sesgos jurídicos intencionados dan cabida a una alta gama de crímenes cuya relación crimen/castigo resulta desproporcionada generando una idea de impunidad por parte de la población beneficiada (A2). La discriminación racial implícita en mecanismos culturales no implícitos en las leyes físicas de estado y su repercusión en la asignación de roles sociales discriminatorios (B). La asignación de roles sociales discriminatorios escudados en dinamismos religiosos (B1). El rol siervo/esclavo en niños, como historia heredada de padres a hijos (B2). La guerra producto de las diferencias étnico-religioso-culturales, con la finalidad de instaurar un nuevo orden de poder y las secuelas mediatas en la población, específicamente en los niños (C). La desensibilización de la población en general ante actos y hechos bélicos que en condiciones normales causarían repudio y rechazo (C1). Repercusiones psicológicas infantiles como producto de conflictos bélicos (C2).

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DIAGRAMA DE IDEAS

TESIS A A1

B A2

B1

C C1

C2

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DESARROLLO DE LAS IDEAS La discriminación racial cobijada en normas socialmente aceptadas propiciadas por factores religiosos, culturales, de género y/o étnicos, no son novedosas en el contexto histórico de la humanidad; en la historia reciente propia de nuestro contexto, se puede tomar como ejemplo el colonialismo de América por parte de países europeos, que con licencia de la autoridad política dominante en la época (iglesia católica), no solo fraccionaron y tomaron posesión de la tierra, también se hicieron con la vida aborigen1; el aparato jurídico de las sociedades que siguen este patrón es similar unas de otras, las leyes vigentes se aplican solo para aquellos miembros (minoría) que forman parte de las élites gobernantes2; en algunos casos estas leyes no mantienen características físicas algunas, es decir sin un sustento político/legal que las validen, sino que mantienen un carácter subjetivo (leyes espirituales), no pudiendo obviar la influencia en los mismos aparatos del estado que con el tiempo los fueron incorporando a la agenda política propia de cada nación, como muestra clara de esto son las leyes Jim Crow (promocionadas tras la guerra civil estadounidense con un periodo de duración que abarcó desde 1876 hasta 1965)3 que nacieron por mandato de facto (de hecho) devenidas de la población blanca, hasta lograr instalarse por mandato de iure (de derecho). Los sujetos excluidos por el aparato político, se ven privados de los más básicos y fundamentales derechos humanos y civiles (alimentación, salud, educación, seguridad, etc.), viviendo en un casi estado de esclavitud no normada. Las leyes de protección a la integridad humana, en contradicción de los enunciados literales, parece no aplicarse a cabalidad con todos los sujetos de una sociedad, evidenciándose así, que la justicia se muestra imparcial dependiendo de los grupos a los cuales se extiende; de esta manera como ejemplo marcado dentro del texto encontramos el caso de Ali (padre de Hassan) venido de la etnia Hazara, cuyos padres fallecieron en un accidente 1 Sánchez D. Mhentor, “Poder y locura”, (Quito, Ed. Abya-Yala, 1997), 29. 2 Pareto Wilfrido y Gaetano Mosca, “La doctrina de la elite como fundamento del Poder político. El poder, símbolo de la lucha política”, (Madrid, Ed.Nacional, 1998) ,299. 3 Sanchez, “Poder y Locura”, 113. 4

automovilístico, si bien el texto manifiesta que los códigos penales no exhiben exclusión legal alguna determinada por el tipo de etnia, el análisis del veredicto del juicio en contra de los perpetradores del crimen (de etnia Pastún de orientación religiosa Suní, ejecutores del poder) se muestra muy irrisoria, dejando de manifiesto de manera clara, que las leyes tienden a ser proclives a desviarse en torno a la etnia de una persona. El hombre es, además, un ser dotado de agresividad, que, de no estar reprimida, pondría en peligro la vida en común. Las Normas, sanciones, ideologías tratan de poner barreras, más o menos eficaces. La cultura se defiende contra la agresividad, no sólo con actos físicos de protección, sino subjetivizándola en los individuos, explicando la necesidad del nacimiento de instituciones de reclusión (cárceles, orfanatos, psiquiátricos, etc.)4 de aquellos individuos que no logran adaptarse o que simplemente contrastan de manera opuesta al dinamismo cultural vigente, ““el super-yo de cada uno de ellos, su conciencia moral, se hace eco de las represiones e imperativos culturales”” 5; desde la infancia, la cultura introduce a la población en sí misma y los asimila, bajo su fuerza coactiva, la agresividad cambia de dirección, y lo que podría ser destrucción de lo externo, se convierte en auto-castigo, en culpabilidad. Claro en casos concisos en donde la propia cultura manifiesta una dualidad marcada, en aquellos individuos que son beneficiarios directos de esta legalidad, se evidencia un sentimiento de noculpabilidad, de seguridad ante una contrastada criminalidad; en un análisis del personaje encarnado en Assef (un chico violento, mestizo de etnia pastún y germánico), se evidencia claramente la expresión de los ideales extremistas en los cuales ha sido moldeado por parte de la cultura en la que está inmerso, Assef increpa constantemente a Amir por relacionarse con un hazara (de raza inferior de acuerdo a Assef, que no debería vivir con los pastún), dichas ideologías lo llevaran a actuar en una para-legalidad inmersa en el aparato jurídico. En el apartado anterior se analizó el rol de la cultura en el nacimiento de una para-legalidad, cuyo beneficio se inclina hacia las elites representadas en el poder, reflejado en la tergiversación de las normas establecidas a conveniencia de estos mismos. Es esta misma para-legalidad, la que asigna roles sociales mediante la creación de brechas discriminatorias en contra de aquellos que no mantienen lugar alguno en 4 Foucalt M, “Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión”, Buenos Aires, Ed, Siglo veintiuno, 2012), 145. 5 Freud S, “Sugestión y Libido”, (Barcelona, Ed. Dopesa 1999), 26. 5

dichos grupos de poder. Así por ejemplo en la época colonial aquellos grupos étnicos catalogados como inferiores (negros, indígenas, mestizos, etc.) no podían acceder a servicios de educación, salud, entre otros6; articulándose así el aparato político en una mecánica de dominación sobre estos individuos. El discurso predicado por el aparato político-religioso, limita y predispone a aquellos grupos étnicos, hacia un destino único, a una planificación ajena sobre sus vidas “sufre aquí y hoy para poder acceder a la misericordia eterna7”. Desde la misma concepción, cualquier individuo considerado inferior, nace con una historia ya preestablecida, una fábula cicloide de eternas repeticiones enajenadas, predisponiéndoles (desde antes de su ideación siquiera como sujeto-objeto) a la reproducción de la vida de sus similares, como si su historia se tratase de una repetición eterna, que termina con la abolición de su concepto de “yo” 8, haciendo que en estos individuos la historia personal sea remplazada por la repetición, una suerte de repetición que por parte de los niños, siguiendo el ejemplo de sus padres, tratan de manera inconsciente de emular en su vida cotidiana el orden de las cosas de los adultos. Como muestra concisa, nos basamos en el personaje Hassan, cuya relación con el personaje Amir es la de Siervo-Amo, como lo fue su padre con el padre de Amir, como si desde su nacimiento, ya vendría predispuesto hacia un rol específico, a una simple repetición de lo que fue su antecesor, que como ley única, le impide imaginarse siquiera algún otro concepto de sujeto para sí mismo. Los conflictos bélicos, ya sean internos (guerrillas, pandillas, etc.) o externos (con otros países), repercuten en el accionar cotidiano de la población; como si el concepto de guerra tuviera la capacidad de penetrar en lo más profundo la psiquis humana. Se ven alterados aspectos macro-políticos, como la agenda de un país en contra de la violencia, narcotráfico, terrorismo o en pos de la seguridad del territorio, la propaganda de estado (que busca justificar el accionar ejecutado) y también se ven alterados

componentes más individuales, quienes se encuentran atrapados en esta

realidad que en ocasiones se muestra muy alejada del discurso preponderante. Cuando un conflicto armado se prolonga por demasiado tiempo, nace o se crea una nueva 6 Sanchez, “Poder y Locura”, 46. 7 Ibíd., 37-9. 8 Tenorio A. Rodrigo, “Niños, calles y cotidianidades”, (Quito, Ed. El Conejo, 2010), 229. 6

generación de individuos que crecieron a la par con conceptos (para ellos normalizados) como muerte, abuso, masacre, violación, entre otros, creando una especia de cultura acerca de la guerra, que se va asimilando con la realidad, tergiversándola; como gran síntoma de esta nueva cultura hacia la guerra se halla la desensibilización ante ciertos hechos que en condiciones más normalizadas causarían repudio. “”Nosotros nos matamos entre nosotros mismos pero no nos metemos con nadie más 9”” o ““en mi pueblo, los policías no hacen nada, así que un día, algunos de los que vivíamos ahí cogimos un arma y salimos a patrullar 10”” son opiniones recogidas por individuos que crecieron inmersos en conflictos armados, en un análisis discursivo de estas citas, podemos concluir como la dinámica social presente (guerra), se cuela en la cotidianidad del ser, hasta fundirse con su realidad, como si para ellos, un muerto, una explosión, una balacera, sea algo normal y hasta cierto punto una necesaria catarsis;

como otro

ejemplo que merece ser analizado, nos situaremos en la guerra entre los estados de Israel y Palestina, donde las personas (ciudadanos israelíes) no parecen huir a las confrontaciones armadas, ni buscar refugio, por el contrario en ocasiones buscan el “mejor lugar”, para presenciar cómodamente el “espectáculo circense de la guerra”11. Haciendo referencia al texto cuando Amir regresa hacia su país natal, queda abrumado con la nueva geografía que su tierra fue tomando, más para las personas que vivieron junto con las guerras, el horizonte presente se torna lúcido y el pasado solo como una clases de ensueño, a manera que cada bombardeo, cada masacre se torna en una pincelada más en un cuadro cruento. La infancia es un proceso caracterizado por la simbolización del mundo circundante12, abstraer los objetos reales y fraguarlos en el mundo de los imaginarios, pero ¿qué sucede cuando una realidad como la guerra es simbolizada?, como si el mundo real confabulara y se resistiera a ser abstraída, brindando totalitariamente solo un 9 Ciudadano colombiano, procedente de las áreas en permanente conflicto con las FARC; Elkin Soto, conversación personal con el autor, 12 de agosto de 2014, CA. 10 Ciudadano mexicano, procedente de las áreas limítrofes de México con EEUU, donde existe alta presencia de grupos ligados al narcotráfico; Pedro Santín, conversación personal con el autor, 23 de junio de 2014, CA. 11 “Foto de israelíes mirando bombardeos causa polémica”, Ecuavisa (Quito) . 7

par de opciones (vive o muere), negando la oportunidad de la tercera opción 13, que los catalizaría hacia una historia creada y heredada externamente, bien estos factores moldean de alguna manera la personalidad de los futuros entes “productivos” de una sociedad, no es de sorprenderse que estos sujetos crezcan con una distorsión acerca de la realidad, que se podrá analizar desde la perspectiva conductual que cada individuo presente, como una ““conducta que se puede dirigir hacia sí mismo (conducta suicida) o hacia otros (agresividad)””14, entendiendo que factores sociales estresantes y negativos como lo son las experiencias de abusos en la infancia (muy comunes en conflictos bélicos), incidan como factor de comorbilidad con una conducta suicida y con otros tipos de trastornos (depresivos, de ansiedad, bipolar, etc. ) 15. Como sucede con Sohrab (hijo de Hassan), que luego de haber quedado huérfano, fue víctima de constantes abusos, lo que produjo que muestre una sintomatología de tipo depresiva y hasta un intento frustrado de suicidio.

12 Tenorio A. Rodrigo, “Niños, calles y cotidianidades”, (Quito, Ed. El Conejo, 2010), 150. 13 Echeverría B, en Moscoso J. “Reinventando Cuerpos, Construcción de estereotipos de belleza a partir del “peso ideal””, (Quito, Ed. ABYA YALA, 2011) 107-8. 14 Graña G. José y Muñoz G. Juan, en Tomás Palomo et. Al, “Manual de psiquiatría”, (Madrid, Ed. Grupo ENE Publicidad, S.A., 2009), 57-9. 15 Baca G. y Giner., en Vallejo Ruiloba y Leal Cercos “Tratado de psiquiatría”, (Madrid, Ed. Marban 2012), 156-8. 8

Bibliografía. Baca G. y Giner., en Vallejo Ruiloba y Leal Cercos. Tratado de psiquiatría. Madrid: Ed. Marban 2012. Echeverría B. en Moscoso J. Reinventando Cuerpos Construcción de estereotipos de belleza a partir del “peso ideal”. Quito: Ed. ABYA YALA, 2011.107-8. Foucalt M. Vigilar y castigar: nacimiento de la prisión. Buenos Aires: Ed. Siglo veintiuno, 2012. Freud S. Sugestión y Libido. Barcelona: Ed. Dopesa 1999. Graña G. José y Muñoz G. Juan, en Tomás Palomo et. Al. Manual de psiquiatría. Madrid: Ed. Grupo ENE Publicidad, S.A., 2009. 57-9. Pareto W. y Gaetano M. La doctrina de la elite como fundamento del Poder político. El poder, símbolo de la lucha política. Madrid: Ed. Nacional, 1998. Sánchez D. Mhentor. Poder y locura. Quito: Ed. Abya-Yala, 1997. Tenorio A. Rodrigo. Niños, calles y cotidianidades. Quito: Ed. El Conejo, 2010. Archivos Consultados.

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“Foto de israelíes mirando bombardeos causa polémica”. Ecuavisa (Quito). .

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