Albert Bandura Teoria Del Modelamiento

Asignatura: Teorías de la Personalidad Impartida por: Mtra. María Luisa Torres Salgado Lic. en Psicología Albert Bandu

Views 245 Downloads 12 File size 139KB

Report DMCA / Copyright

DOWNLOAD FILE

Recommend stories

Citation preview

Asignatura: Teorías de la Personalidad Impartida por: Mtra. María Luisa Torres Salgado

Lic. en Psicología

Albert Bandura: Teoría del modelamiento La vida de Bandura (1925-?) Bandura nació en la provincia de Alberta (Canadá), en un pueblo tan pequeño que la escuela secundaria sólo tenía dos maestros y 20 alumnos. Sus padres eran inmigrantes polacos y le inculcaron el hábito del estudio. Cuando era niño, su madre le decía: "Tú decides. Puedes trabajar en el campo y emborracharte en la cantina o educarte en la escuela" (Citado en Foster, 2007) Cuando terminó el bachillerato, en verano aceptó un trabajo de obrero y se dedicó a llenar baches en la carretera de Alaska. Bandura se encontró en medio de un extraño grupo de individuos que, en su mayor parte, estaban huyendo de sus acreedores, de tener que pagar pensiones alimenticias y de policías vigilantes de su libertad condicional. No tardó en desarrollar un agudo sentido para detectar la psicopatología de la vida diaria que florecía con tanta facilidad en la austeridad de las tundras. En la Universidad de Vancouver, cursó la carrera de ψ sólo por cubrir requisitos académicos. Le pareció fascinante y prosiguió sus estudios en esta profesión hasta obtenr el doctorado en 1952. Pasó un año en el Centro de Orientación de Wichita (Kansas) y después se unió al cuerpo docente de la Universidad de Stanford, donde reunió un amplio acervo de publicaciones. En 1980 recibió el Premio a la Aportación Científica más Destacada y en 2006 fué galardonado con la Medalla al Mérito por la Fundación Americana de ψ. Muchos celebran su gran sentido del humor. En ocasiones iba a su oficina en automóvil y se ensimismaba tanto en sus reflexiones que volvía a casa caminando, olvidando el automóvil en el estacionamiento. Modelamiento: la base del aprendizaje por observación La idea básica de Bandura es que también se aprende por medio de la observación o el ejemplo, y no sólo en razón del reforzamiento directo. No niega que éste último influya en la conducta, sino que se limita a rechazar la idea de que la conducta sólo se aprende o modifica por medio del reforzamiento directo. Señala que el condicionamiento operante, en cuyo caso la conducta por ensayo y error prosigue hasta encontrar la respuesta correcta, es un modo ineficiente y hasta peligroso para aprender habilidades como nadar o conducir un vehículo. El individuo se podría ahogar o chocar antes de descubrir la secuencia correcta de conductas que produce el R+ Según Bandura, casi toda la conducta humana se aprende, intencional o accidentalmente, por medio del ejemplo. Aprendemos observando a otros e imitándoles. Los estudios con el muñeco Bobo Por medio del modelamiento (es decir, observando la conducta de un modelo e imitándola) podemos adquirir respuestas que no hemos desempeñado ni exhibido antes, y podemos fortalecer o debilitar las actuales. En la demostración clásica del modelamiento se usa un muñeco inflable de plástico que mide entre 1 y 1.20 mts de altura (Bandura, 1963) La intensidad de la conducta agresiva era la misma en los sujetos experimentales independientemente de que vieran el modelo en vivo, por TV o en una tira cómica.

En los tres medios de comunicación el modelo provocaba acciones agresivas de intensidad distinta a la de los menores que no habían observado los modelos. Desinhibición Las investigaciones han demostrado que las conductas que una persona suele suprimir o inhibir se exhibirán con más facilidad ante la influencia de un modelo (Bandura, 1973). Este fenómeno, llamado desinhibición, se refiere al debilitamiento de una inhibición o su restricción cuando se tiene contacto con un modelo. Por ejemplo, las personas en tumulto son capaces de empezar un disturbio, romper vidrios, gritar y actuar de forma física y verbal, pero no se atreverían a hacer lo mismo estando solas. Es más probable que se deshagan de sus inhibiciones contra la conducta agresiva cuando ven a otras comportarse así. Los efectos de los modelos sociales Con base en una investigación exhaustiva, Bandura llegó a la conclusión que gran parte de la conducta -tanto buena como mala, normal como anormal- se aprende imitando la de otros. A partir de la infancia, adquirimos respuestas frente a los modelos que nos presenta la sociedad. Nuestros padres son el primero de ellos: aprendemos su idioma y adoptamos las costumbres y las conductas aceptables de su cultura. Las personas que infringen las normas culturales las aprendieron igual que todo el mundo, pero la diferencia radica en que han imitado a modelos que no acepta el resto de la sociedad. Entre las numerosas conductas que el niño aprende por medio del modelamiento figuran los miedos irracionales. Si un pequeño ve que sus padres manifiestan temor durante una tormenta de truenos o nerviosismo en presencia de extraños, tenderán a adoptar esas ansiedades y a expresarlas en la edad adulta sin que se percaten de su origen. Desde luego, las actitudes positivas como la fuerza, el valor y el optimismo también se aprenden de los padres, lo mismo que de otros modelos. En el sistema de Skinner, los reforzadores controlan la conducta en el de Bandura la controlan los modelos. Características de la situación del modelamiento Bandura y sus colaboradores investigaron tres factores que influyen en el modelamiento: las características del modelo, las características del observador y las consecuencias reforzantes asociadas con la conducta. Características de los modelos. Afectan la tendencia a imitarlos. En la vida real, la influencia de la persona que se parece a uno será mayor que la de la persona que es diferente en aspectos evidentes y significativos. En el laboratorio, Bandura descubrió que los chicos imitaban la conducta de otro niño modelo que estaba en el mismo cuarto, de un niño en una película y de un personaje de las caricaturas, pero la intensidad del modelamiento era menor a medida que disminuían las similitudes entre el modelo y el sujeto. Los niños imitaban más a un modelo en vivo que a un personaje de caricatura e, incluso en este caso, la conducta se modelaba más que en el grupo control que no veía prototipo alguno. Tendemos más a imitar a una persona de nuestro género que del sexo opuesto. La condición social y el prestigio también son factores importantes. Se comprobó que era más probable que los peatones cruzaran la calle con el semáforo en rojo si veían que lo hacía una persona bien vestida que si veían a un sujeto vestido con harapos.

Los comerciales de televisión utilizan modelos de clase alta y de gran prestigio, como atletas o personajes famosos que afirman que usan un producto dado. Se piensa que los consumidores los emularán comprando el producto anunciado. Características del observador. Las personas que tienen poca seguridad en sí mismas y baja autoestima son más propensas a imitar al modelo que las personas que tienen mucha seguridad en sí mismas y alta autoestima. Consecuencias reforzantes asociadas con la conducta. Un prototipo de clase social alta nos llevará a imitar cierta conducta, pero si la recompensa no nos interesa, no la repetiremos, y será menos probable que ese modelo influya en nuestro comportamiento futuro. El hecho de ver que un modelo recibe una recompensa o un castigo por realizar cierta actividad, influye en la imitación. En un estudio con el muñeco Bobo, un grupo de niños veía que el sujeto que había golpeado al muñeco recibía elogios, un refresco y un dulce. Otro grupo veía que recibía castigo verbal y físico por la misma acción agresiva. Los niños de este grupo mostraron menor violencia contra el muñeco que los habían visto que el modelo recibía reforzamiento (Bandura, 1965) Los procesos del aprendizaje por observación Procesos de Desarrollo de los procesos cognoscitivos y de las habilidades perceptivas que nos atención

permiten prestar suficiente atención a un modelo, percibirlo exactamente e imitar su conducta. Ejemplo: permanecer despierto durante la clase de manejo.

Procesos de

Retener o recordar la conducta del modelo a fin de imitarla o repetirla más tarde; para

retención

ello se utilizan los procesos cognoscitivos con los cuales se codifican o forman imágenes mentales y descripciones verbales de la conducta. Ejemplo: tomar apuntes del contenido de la lección o del video de una persona que conduce un automóvil.

Procesos de

Traducir las imágenes mentales o las representaciones simbólicas verbales de la

producción

conducta del modelo a una conducta manifiesta, producir físicamente las respuestas y recibir retroalimentación para corregir continuamente la práctica. Ejemplo: subirse a un automóvil con un instructor de manejo a fin de practicar el cambio de velocidades y esquivar los conos de tráfico colocados en el estacionamiento de la escuela.

Procesos de

Percibir que la conducta del modelo le produce una recompensa y, por lo tanto,

incentivos y

suponer que el aprendizaje y el desempeño adecuados de la misma conducta

motivación

producirán consecuencias similares. Ejemplo: esperar que, una vez dominadas las técnicas de manejo, aprobemos el examen de conductores y nos entreguen la licencia.

Procesos de atención Algunas variables influyen en los procesos de atención. En el mundo real, o en el laboratorio, nos fijamos y respondemos más antes algunas situaciones y personas que ante otras. Así, cuanto más nos concentremos en la conducta de un modelo, tanto mayor será la probabilidad de que lo copiemos.

Se ha comprobado también que los famosos, los expertos y las personas que muestran seguridad y atractivo personal son objeto de mayor atención e imitación que los modelos que no cuentan con esos atributos. Algunos de los modelos más eficaces de la cultura occidental actual aparecen la televisión. Los espectadores suelen fijarse en ellos incluso sin recibir reforzamiento alguno.Cuanto más desarrolladas estén nuestras capacidades cognoscitivas y cuanto más conocimiento poseamos de la conducta modelada, tanto mayor será la atención que prestemos al prototipo y tanto mejor percibiremos la conducta. Procesos de retención Para retener aquello en lo que nos hemos fijado, debemos codificarlo y representarlo de forma simbólica. Estos procesos internos de la representación simbólica y de la formación de imágenes son de índole cognoscitiva. La información referente a la conducta de un modelo se retiene en dos formas: mediante un sistema interno de representación de imágenes o mediante un sistema verbal. En el primer caso, formamos imágenes vívidas y fácilmente recuperables mientras observamos nuestro ejemplo. Este fenómeno explica nuestra capacidad para recordar la imagen de la persona con la que salimos la semana pasada o el lugar que visitamos el verano anterior. En el aprendizaje por observación nos formamos una imagen mental de la conducta del modelo y la empleamos como base para imitarla en el futuro. Procesos de incentivos y motivación Los incentivos influyen además en los procesos de la atención y la retención. No prestaremos mucha atención si no existe una gratificación para lo que hagamos es decir, cuanto menor sea la atención, tanto menor será el recuerdo. En sus investigaciones, Bandura descubrió que si los niños ven un modelo en la televisión lo imitarán, independientemente de que les prometa una recompensa o no. Por lo tanto, el reforzamiento facilita el modelamiento pero no es un elemento esencial. Cuando se presenta, lo puede proporcionar otra persona, se puede experimentar de forma vicaria o se le puede administrar uno mismo. Autorreforzamiento y autoeficacia El autorreforzamiento es tan importante como el reforzamiento aplicado por otros, particularmente en el caso de los niños mayores y adultos. Establecemos normas personales de conducta y de logro. Nos recompensamos cuando las cumplimos o rebasamos nos castigamos cuando no las cumplimos. A veces, el reforzamiento autoadministrado es tangible (un nuevo par de tenis o un automóvil último modelo), otras veces es emocional (el orgullo o la satisfacción que procura un trabajo bien hecho). El castigo autoadministrado se expresa por medio de la vergüenza, la culpa o la depresión por no habernos portado como quisiéramos. En el aspecto conceptual, el autorreforzamiento se parece a lo que otros teóricos llaman conciencia o superyó, pero Bandura niega que sean idénticos. Autoeficacia ("creer que uno puede") La medida en que cumplimos nuestras normas de conducta determina nuestra autoeficacia. Cuando cumplimos y mantenemos las normas del desempeño mejora nuestra autoeficacia, pero disminuye cuando no las cumplimos.

Las personas que tienen poca autoeficacia se sienten indefensas e incapaces de controlar hechos. Creen que todo lo que hagan será en vano. Cuando encuentren un obstáculo y su primer intento por resolver un problema falla, desisten de inmediato. Quienes tienen muy poca eficacia ni siquiera tratarán de encararlo porque están convencidas de que todo será inútil. Se preguntan porque siquiera habrían de intentarlo. La autoeficacia deficiente puede destruir la motivación, disminuir las aspiraciones y afectar las habilidades cognoscitivas y la salud física. En cambio, las personas que poseen esa cualidad en alto grado se creen capaces de afrontar con éxito sucesos y problemas. Como creen que superarán los obstáculos, perseveran en las tareas y con frecuencia su rendimiento es excelente. Tienen más confianza en sus capacidades y rara vez dudan de ellas. Consideran que los problemas son un reto en vez de una amenaza y no cesan de buscar nuevos desafíos. Una gran autoeficacia aminora el miedo al fracaso, eleva las aspiraciones, mejora las habilidades de resolución de problemas y el pensamiento analítico. Fuentes de información sobre la autoeficacia. Las experiencias vicarias -ver que otros obtienen buenos resultados- fortalecen la autoeficacia, sobre todo cuando las personas que observamos tienen habilidades similares a las nuestras. La autoeficacia mejora con la persuasión verbal, la cual consiste en recordar a otros que tienen la capacidad necesaria para conseguir lo que quieran. Seguramente es la fuente más común, y muchas veces proviene de los padres de familia, los maestros, el cónyuge, el entrenador, los amigos y los terapeutas que dicen: "Puedes hacerlo". Una cuarta fuente de información es la activación fisiológica y emocional. Cuanto más miedo, tanto menos capaces nos sentiremos de encararlo. Bandura llegó a la conclusión de que ciertas condiciones mejoran la autoeficacia: 1. Exponer a las personas experiencias exitosas presentándoles metas alcanzables que incrementen un buen desempeño. 2. Exponer a los sujetos a modelos que se desempeñan con éxito destaca las experiencias vicarias exitosas. 3. Brindar persuasión verbal estimula a que las personas crean que tienen la capacidad para desempeñarse con éxito. 4. Fortalecer la activación fisiológica por medio de una dieta correcta, una reducción del estrés y programas de ejercicio mejorará la fuerza, el vigor físico y la capacidad de afrontamiento. Etapas del desarrollo del modelamiento y de la autoeficacia Niñez Las conductas que parecen reforzantes y que, por lo mismo, decidimos imitar, irán cambiando con la edad. Los niños pequeños son reforzados principalmente con estímulos físicos como la comida, o bien con afecto o evitación del castigo. Cuando tienen más años, relacionan los R+ con las señales de aprobación que envían modelos importantes para ellos y los R- con las señales de desaprobación. Con el tiempo, aprenden a proporcionarse estas recompensas o castigos ellos mismos. Las investigaciones arrojan que los adultos que tienen mucha autoeficacia tuvieron en su niñez relaciones afectuosas con el padre. La madre era más exigente y les imponía niveles elevados de desempeño y logro. En cambio, en su niñez, las adultas que tienen mucha autoeficacia experimentaron la presión del padre que les exigía grandes logros.

A semejanza de Adler, Bandura atribuye mucha importancia al orden del nacimiento. Opina que los criterios que usan el primogénito y el hijo único para juzgar sus capacidades no son iguales a los de los niños nacidos después. Los hermanos del mismo sexo suelen ser más competitivos que los del sexo contrario, factor que también se relaciona con el desarrollo de la autoeficacia. Los niños que tienen más experiencia y éxito en las actividades y en los juegos son modelo de gran eficiencia para los demás. Los coetáneos sirven de puntos de comparación para juzgar el nivel de logro de otros. Según Bandura, las escuelas que agrupan a los alumnos por habilidades disminuyen la autoeficacia y la seguridad en sí mismos de los niños que son asignados a grupos más bajos. Las prácticas competitivas, entre ellas calificar utilizando una curva, también condenan a los niños de bajo rendimiento a obtener siempre calificaciones promedio bajas. Adolescencia Las experiencias de transición durante la adolescencia implican afrontar nuevas exigencias y presiones, que van desde un mayor interés por el sexo hasta la elección de universidad y una ocupación. Bandura señala que, en esta etapa, el éxito suele depender del nivel de autoeficacia alcanzado en los años de la niñez. Edad adulta Bandura, dividió la adultez en dos periodos: adultez joven y madurez. En la adultez joven se realizan ajustes como matrimonio, procreación y avance profesional. Se requiere mucha autoeficacia para que esas experiencias sean exitosas. Las personas que tienen poca autoeficacia no están en condiciones de encararlas correctamente y es probable que no logren adaptarse. Los años de la madurez también provocan estrés cuando la persona reevalúa su carrera, su familia y su vida social. Cuando confrontamos nuestras limitaciones y redefinimos nuestras metas, también debemos reevaluar nuestras habilidades a efecto de descubrir nuevas oportunidades para aumentar la autoeficacia. Vejez Es difícil evaluar la autoeficacia en la senectud. El deterioro de las capacidades físicas y mentales, el retiro del trabajo activo y el aislamiento de la vida social obligan a efectuar una nueva autoevaluación. Si la persona cree que no puede hacer algo que le gustaba y que hacía bien, quizá ni siquiera lo intente ya. Modificación de la conducta Tal como la Tx conductista de Skinner, la de Bandura se centra en los externos, como las conductas inadecuadas o destructivas, con la idea que éstas se aprenden igual que todas las demás. Temores y fobias En un estudio clásico de la fobia a serpientes, Bandura y cols. eliminaron el miedo intenso que sentían unos sujetos adultos (Bandura, 1969). Éstos vieron una película en la cual un grupo de niños, adolescentes y adultos iban estableciendo poco a poco un contacto más estrecho con uno de estos reptiles. Al principio, los modelos de la película tocaban serpientes de plástico, después serpientes vivas y, por último, dejaban que una grande les reptara por el cuerpo.

Los sujetos fóbicos podían detener la película siempre que las escenas les parecieran demasiado aterradoras. Poco a poco consiguieron vencer el miedo a estos animales. La participación guiada es una técnica que implica observar un modelo en vivo y después participar con él. En el modelamiento encubierto se pide a los sujetos que imaginen a un modelo en una situación que les provoque miedo o les parezca amenazante. Todo ello sin ver nada. Esta técnica se emplea para tratar la fobia a las serpientes y la inhibición social. Los fóbicos dudan de su autoeficacia en las situaciones que les provocan miedo y no confían en su capacidad para enfrentar la fuente del miedo. Una vez que se liberan de sus temores, amplían su entorno y mejoran su autoeficacia. Ansiedad Miedo a un Tx médico. Se han empleado procedimientos similares para disminuir tanto el miedo a la hospitalización que sienten los adultos, como el temor a los Tx dentales. Un estudio se refería a un procedimiento médico considerado tan estresante, que más de 80% de los Px se negó inicialmente a someterse a él o lo abandonó (Allen y cols. 1989). Los sujetos que habían visto el video de un modelo mientras se sometía al Tx y que describía cómo había afrontado la angustia, propendían más a terminarlo con menor ansiedad, y con una hospitalización más corta. Ansiedad frente a los exámenes. Se entregó a los sujetos una lista de sílabas sin sentido para que las memorizaran y después se evaluó su capacidad para retenerlas. Los resultados demostraron que los sujetos que sufrían mucha ansiedad frente al examen fueron los más influidos por el modelo que hablaba de los mecanismos de afrontamiento. Obtuvieron una puntuación mucho más alta en la retención que los sujetos que sentían mucha ansiedad y que habían sido expuestos a las otras dos condiciones. Cuestiones éticas en la modificación de la conducta La modificación de la conducta no se lleva a cabo sin que el cliente se dé cuenta. En efecto, sin la conciencia y la autorregulación ningún programa conseguiría cambiar una conducta o reaprenderla. Dicho de otra manera, no tendría éxito a menos que el sujeto sepa cuales comportamientos van a ser reforzados. Es más, los clientes deciden lo que quieren cambiar y nadie los controla absolutamente. Las personas acuden al terapeuta para eliminar determinados temores y ansiedades que inhiben su capacidad para funcionar bien en la vida o para encarar problemas. Bandura aclara que la relación cliente-terapeuta es un contrato entre dos individuos que dan su consentimiento y no una relación entre un siniestro controlado y una simple marioneta. Muchas técnicas se basan en la obra de Bandura y constituyen una alternativa popular frente al psicoanálisis y otros Tx. Cuestiones relativas a la naturaleza humana Bandura llama determinismo recíproco a la suposición de que la conducta está controlada por procesos cognoscitivos individuales y por el entorno a través de estímulos sociales externos. Señala que las personas no son "objetos indefensos controlados por factores ambientales ni tampoco agentes libres que pueden decidir lo que deseen. El individuo y su entorno se determinan entre sí de manera recíproca" (1977). Más adelante introdujo el concepto de reciprocidad tríadica, en la cual interactúan tres factores: la conducta, los procesos cognoscitivos y las variables ambientales (Bandura, 1986). Las experiencias infantiles son importantes en la teoría de Bandura. El aprendizaje en ese periodo puede ejercer más influencia que el efectuado en la edad adulta.

Las normas internas del desempeño, que inciden en la autoeficacia, se establecen en la niñez, al igual que una serie de conductas ideales. Sin embargo, dichas experiencias se pueden desaprender más adelante sustituyéndolas con otras conductas y normas de desempeño. No somos esclavos de los reforzadores que recibimos en los primeros años de vida. Dado que algunas conductas tienen origen en la experiencia, cabe inferir que Bandura acepta la singularidad de la personalidad. Asimismo, la meta suprema y necesaria de la vida implica establecer normas realistas de desempeño a fin de mantener un nivel adecuado de autoeficacia.

Fuentes: Schultz, D.P. Teorías de la personalidad (2010) Ed Cengage Learning