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Un Gran Regalo:

La Apiterapia

Un Gran Regalo:

La Apiterapia VIVENCIAS Y EXPERIENCIAS DE UN APICULTOR APITERAPEUTA

“Las propiedades casi mágicas de los productos de colmena son ahora certezas científicas”

QualityMed

Gilberto Guevara Guerra 2010

Investigación y autoría: Gilberto Guevara Guerra Tel: (593-4) 261 0355 / 099 700 049 E-mail: [email protected]

Editor: Andrés Castillo M. Cel: (593) 098 754 852 E-mail: [email protected]

Corrección de estilo, diseño y producción gráfica: Alejandro Montenegro C. Cel: (593) 095 010 304 E-mail: [email protected]

Esta obra debe interpretarse como una guía de referencia. Por lo tanto, su contenido constituye una base para la formación de aquellas personas interesadas en la práctica de la apiterapia. La información que contiene es de carácter estrictamente orientativo y respeta los diferentes criterios de cada apiterapeuta y profesional de la salud. El autor y editor, por lo tanto, no se responsabilizan de ningún tipo de daño o perjuicio derivado, directa o indirectamente, por el uso y aplicación de los contenidos señalados en el presente libro.

Queda totalmente PERMITIDA la reproducción y traducción, total o parcial de esta obra, siempre que se respete su contenido y se haga referencia a su autor y editor, así como su tratamiento informático y grabación en cualquier sistema de almacenamiento de información o sistemas de recuperación, o por otros medios, ya sean electrónicos, mecánicos, por fotocopia, registro, etc., con la finalidad de que su difusión sea la mayor posible en todo el mundo. Disponible para descargar gratuitamente en formato PDF desde nuestra página Web. Direcciones de Consultorios:  Ambato: Eugenio Espejo 08-15 y Sucre. Edificio JCR. 2do piso.  Guayaquil: Cedros Sur 130 entre Todos los Santos y Víctor Emilio Estrada. Urdesa Central.  Cuenca: Eugenio Espejo 866 entre General Torres y Padre Aguirre. Sector Bellavista.  Quito: Rumipamba 901 y Av. República. Edificio Alex. Of. 601.  Manta: Base de la FAE en Manta.

QualityMed y KYBELA S.A. www.kybelagroup.com www.kybela.com Guayaquil – Ecuador 1ª Edición – 2010

Grandes Experiencias. Un Gran Regalo: La Apiterapia

PRESENTACIÓN

No existe nada más valioso que descubrir nuestra propia esencia y los antiguos conocimientos que en otras épocas, de manera natural, aliviaron y salvaron al ser humano. Sólo ésta realidad nos hará encontrar dentro del vertiginoso y peligroso ritmo de vida que llevamos, la opción más digna para gozar una vida plenamente saludable. Las grandes experiencias hacen simbiosis del néctar del conocimiento logrado por personas que incursionaron en la apiterapia, que no dejan de asombrarnos con cada uno de sus éxitos. El proceso requerido por la prevención y curación de nuestro organismo está íntimamente ligado al estado emocional de la persona. Cada vez se hace más evidente que constituye la mayor parte de la causa. Sin embargo, este hecho se excluye en la mayoría de las terapias, relegándose solo al campo de los psicólogos o psiquiatras, como un mal inherente y ajeno a nuestra propia realidad. Es pues, el objetivo de esta obra definir el propósito de alivio que emana desde la conciencia, propiciando un sano equilibrio funcional de nuestro sistema inmunológico sobre las enfermedades, logrando así, la conservación de una espléndida salud que es la base real del buen vivir.

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ÍNDICE GENERAL

I.

CÓMO EMPEZÓ TODO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7 Relato de mi inicio en la apiterapia

II.

FORMACIÓN APITERAPEUTA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15 Evolución y formación como apiterapeuta

III. HALLAZGOS ACTUALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27 Paso a paso lo encontrado en la experiencia IV. RELATOS Y VIVENCIAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33 Maravillosos éxitos a lo largo de mi vida

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I CÓMO EMPEZÓ TODO Relato de mi inicio en la apiterapia Muchas han sido las motivaciones que a mi vida han llegado. Con gran entusiasmo he tratado de conocer el funcionamiento de las estructuras y sistemas creados por el hombre que, en más de una ocasión, han pasado desapercibidos en el intento de entender la secuencia de sucesos que las hacen funcionar, crear y producir. A lo largo de mi carrera entregué gran parte de mi vida para verlas trabajar. Inmediatamente, me fue por demás innato tratar de entender la maquinaria de la vida humana y de los seres vivos, estructuras inimaginablemente complejas e indescifrables ni para el mejor investigador, ya que, el esquema de la vida sólo se rige a su propia naturaleza trascendental y no a la voluntad humana. Como gran observador de este maravilloso panorama, que me deslumbra con cada día que avanza, encontré un insecto que no tiene comparación y, sin pormenorizar a otras especies, es quien debería dominar nuestro maravilloso planeta amenazado constantemente por la obra ociosa del hombre. Solo ellas, las abejas, con un gesto de nobleza, nos ayudan a conservar la vida del mundo de una forma tan hermosa, como la he podido disfrutar en esta época reciente. Fue así como hace más de quince años, con la nostalgia de no haber sido antes, empecé a descubrir un mundo fascinante dentro de una estructura independiente: el sistema formidable que constituye la colmena de abejas. Muchos fueron los misterios revelados en cada visita de trabajo incansable con estas amigas, que a veces, sin entenderlo, yo tam-

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bién les causaba daño, pues como cualquier inexperto o mal informado apicultor, realizaba estas actividades como una rutina y sin estar completamente concientes de ellas. Sólo la constancia y el verdadero sentido de preocupación por ellas, y no para los apicultores, me hizo entender lo que no debo hacer, y lo que nunca dejaría de hacer de hoy en adelante: propugnar el nombre y la labor de las abejas sin reparo ni retraso, para que mi experiencia sirva de ejemplo para otros colegas que se inician como maestros apicultores y puedan cultivar su sabiduría en este tema tan maravilloso. La apicultura, hace algunos años, era más bien rústica y daba mayor comodidad y respeto a las abejas. Lo que en realidad es un mérito actual son los conocimientos científicos que se han puesto al descubierto para mejorar y ayudar a la labor de las abejas, sin olvidar que mucha de esta información ha sido usada para enriquecer personas o instituciones a consta del trabajo de ellas. Por ende, el mejor principio es la educación con conocimiento de causa científica, conservando un total respeto a la naturaleza misma, que nos dio la vida y que hoy la conocemos en profundidad. Un hecho importante que debo recalcar en base a mi experiencia es que las únicas que saben de apicultura son las mismas abejas. Incontables veces me he puesto a pensar como el hombre es capaz de crear o destruir y lo más trágico: crear destruyendo otras cosas. Un vivo ejemplo es el mejoramiento de la agricultura con el control de plagas dañinas, propiciando una mayor producción de alimentos, pero, pagando el más alto rubro que se pueda imaginar: la intoxicación de sus consumidores y el deterioro del medio ambiente con algunas de sus especies vegetales y animales, entre ellas las abejas. Ellas han tenido que migrar a sitios apartados en los que los productos químicos no las afecten para el desarrollo de su labor dadora de vida en la Tierra. Las artimañas humanas han hecho pensar en diversas maneras de retener geográficamente a las abejas, entre ellas el uso de la alimentación artificial, empleando azúcares y sus derivados, tratando -8-

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de persuadirlas para que se conviertan en un ser humano más que está intoxicado por los productos químicos contenidos en estos materiales. Nada más sencillo que entender a la naturaleza en su proceso de migración natural, suprimiendo el uso de pesticidas e insecticidas y fomentando las reservas naturales que estén libres de alimentos transgénicos o abasteciéndolas con insumos que ellas mismas producen y consumen. Con seguridad estas acciones no siempre son las más económicas, pero en cambio, teniendo en mente que estamos preservando la vida del planeta, podremos comprender que ningún esfuerzo es tan valioso como emprenderlo hoy mismo, ya que, mañana podría ser imposible de realizar. Es inminente la actual preocupación colectiva por la desaparición de las especies animales, entre ellas las abejas, sin las cuales las esperanzas de vida global se verían reducidas y se propiciaría el deterioro progresivo de la especie humana medida en enfermedades y dolencias, hoy muy comunes en nuestra sociedad. En verdad yo no viviría en un mundo que no haya conocido a las abejas con sus maravillosos productos, así como, no podría imaginar el hecho de vivir sin poder mirarlas volar libres por doquier. Considero a la sociedad apícola (la de las abejas) como la más selecta en lo que a planificación se refiere, manifestada en obras maestras de la construcción al realizar sus panales y colmenas y, el especial diseño para que cada uno de sus productos se conserven intactos, estableciendo un plan prodigio de alimentos completos a favor de ellas mismas y de los seres humanos, organización perfecta de la cual cada país del mundo desearía parecerse al menos un poco. Tan maravilloso tesoro debe ser resguardado con total fidelidad y muchas veces, otras especies, incluyendo a los humanos, han perdido la vida por infortunios causados a las colmenas, las que están en permanente defensa de su trabajo, debido en la mayoría de los casos por la mala ubicación o accidentes en su manipulación, lo que nos hace mantener un profundo respeto con el trato hacia las abejas.

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El primer paso para encontrar a la apiterapia, fue sin duda, como para muchos de ustedes el trabajo en las colmenas, es decir la apicultura; arte de extrema belleza y lleno de gratos momentos y grandes descubrimientos que me hacen sentir realizado y maravillado de vivir en este hermoso mundo. Es así, como inicié mi experiencia apícola en la Región de la Sierra de Ecuador, de altitudes fluctuantes entre 2200 y 3000 metros sobre el nivel del mar, llena de parajes dotados con abundante vida silvestre, no comparable con otros lugares por su biodiversidad. Es pues, en este ámbito, en el que nuestro país conserva la mayor riqueza mundial y es también por ello que las abejas, por más maltratos que reciban, no desean cambiarse de lugar. No hay nada más hermoso que un cielo estrellado en la zona interandina, bañado por una luna llena que deja mirar la silueta montañosa de los Andes con su picos y volcanes o las riveras de los ríos en el Oriente, sin dejar de olvidar las olas del mar que bañan las costas o la inmensa reserva natural del archipiélago de Galápagos, riquezas de las cuales muchos ecuatorianos no se han enamorado y, peor aún, han muerto sin verlas, pese a que viven sobre ellas. El manejo de la apicultura nos permite tener parámetros de medición del bienestar del medio ambiente circundante. Cuando las abejas están poblando un área determinada con total seguridad, ese lugar no ha sido deforestado ni tiene gran contaminación química, es decir, se ha conservado o recuperado el ecosistema, ya que, para elaborar productos de calidad ellas necesitan de ambientes naturales sin deterioros ni destrozos humanos. Durante más de diez años me dediqué a la apicultura en la serranía. Cabe indicar que nunca me alcanzará el tiempo para dedicarlo por completo a esta pasión, que hasta la fecha la sigo desarrollando. Luego, por alrededor de cinco años, trasladé estos conocimientos al Oriente Ecuatoriano, zona semitropical húmeda que me brindó aún más descubrimientos. En cada oportunidad aprendí con amplios detalles todo lo posible sobre las abejas, logré recolectar una información valiosa y anécdotas diversas de estas travesías, - 10 -

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tiempo durante el cual, la especie de abeja africana desde Brasil poblaba nuestra zona selvática. Muchas preguntas y dudas surgían con cada error y acierto, y todo esto me preparó para redescubrir lo que muchos ya sabían a través de los siglos, en aquellas culturas milenarias que gozaban de los beneficios de las colmenas. Nada podía causar más satisfacción que el logrado con el trabajo extenuante de un día en los colmenares y hoy creo que nada hubiera sido posible sin la gran ayuda que me brindaban las mismas abejas a través de sus picaduras, que eran una clara defensa ante la agresión que les causaba mi presencia, pero gracias a la cual mi cuerpo resistía con entereza todas las actividades. Por supuesto, disfrutando también del incomparable sabor de la miel recién extraída de los panales, con un poco de cera tibia que se desleía por la boca. Eran momentos de júbilo y placer que ocultaban una gran verdad que por entonces descubrí: su consumo me daba vigorosidad que hoy en día mantiene mi salud incorruptible ante el paso del tiempo y de las labores cotidianas. Es precisamente en ese momento cuando mi mente se concentró en el uso de los productos de colmena: miel, polen, propóleos, cera, jalea real, larvas de abejas y otros más, con fines nutricionales y terapéuticos, incomparables a la medicina alopática que actualmente salva muchas vidas, pero que a la vez, también las destruye a ellas con el mismo ahínco. Es muy difícil imaginar cuantas abejas me han picado en estos años de humanidad propia. Al principio causan un dolor irritante, algo perturbador, pero como en todo arte, quien lo sabe dominar conlleva un placer a los sentidos, que en este caso se traduce en la preservación de la salud, propiciando un estado de gran euforia y entusiasmo que me hacen muy feliz y que, además, contagian de vigor a todas las personas que me rodean. Poco tiempo pasó para que mi interés se vuelque a encontrar la explicación de esta muestra de bienestar. Incluso, creo que esta motivación ha nacido en todos los apicultores, pues, para ser apitera- 11 -

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peuta se necesita de este comienzo que debe darse en todos aquellos quienes hemos podido conocer un poco sobre la vida de las abejas. Cada quien tendrá su historia, pero el factor común presente es el deseo de lograr un perfecto estado de salud y compartir su receta con quienes nos rodean para, posteriormente, dárselo a otros que lo necesiten. Cuando se ha logrado abarcar a toda la humanidad en ese único sentimiento de generosidad se obtiene el poder magnificente de lograr todo lo que se busca y sanar toda dolencia que exista, pues para el poder de la mente el deseo del pensamiento y la apiterapia, no existen fronteras ni límites. Los medios de comunicación existentes en los primeros años de mi experiencia, me limitaban a investigar sobre el tema en algunos programas de televisión, tales como National Geographic o Discovery Channel, en los cuales pude enriquecer mi deseo de conocer todo lo posible sobre las abejas. No obstante, era muy poca la información disponible en Ecuador sobre las terapias ligadas al mundo apícola, ya que, en otros países existía este conocimiento compartido por miles de personas que sentían el mismo interés. Con la ayuda de literatura especializada de Rusia, Cuba, Alemania y EE.UU., recopilada con cierta dificultad, se logró fundar en nuestro país los cimientos de la aventura que hoy vivo en persona. Con el paso del tiempo esta cultura se ha difundido lo suficiente como para que otras personas, con carácter espontáneo o amparados en bases científicas, despierten su interés hacia la apiterapia y es así, como se ha constituido un grupo que tiene la misma necesidad de aprender y ayudar. La angustia de la soledad en esta maravillosa labor desapareció con la integración de estos talentosos apiterapeutas. Otro mundo se abrió, pues las personas que compartían la misma motivación especial, tomaron rumbos diferentes con la finalidad de entender los acontecimientos de sanación que las abejas podían ofrecer. Cada uno de ellos había descubierto un método diferente en cada una de sus etapas: cómo criarlas, o cuándo tomarlas de la colmena, el momento y lugar para aplicarlas, cómo conservar- 12 -

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las y hasta cómo liberarlas tras dar su vida en la picadura; es decir, al no haber un procedimiento estándar, se aplicó la experiencia empírica y la habilidad personal de cada participante. Es maravilloso conversar con las personas dedicadas a este arte, en especial sobre cómo jamás decayó el ánimo de llegar al éxito. La mejor parte del proceso de aprendizaje es saber escuchar, observar y asimilar cada acto que otra persona desarrolló por su propia iniciativa. No hay nada más agradable que escuchar los relatos y vivencias de la apiterapia, estando aledaños a las colmenas, con un poco de su miel fresca. He notado que a un mínimo porcentaje de la población mundial le ha nacido este deseo y necesidad de compartir su vida con las abejas, muchos de ellos por desconocimiento o por pertenecer a ciudades gigantes (que actúan como fortalezas humanas que desplazan a las abejas) y otros por miedo a ser agredidos. Incluso, hay personas que temen descubrir un método curativo totalmente natural y efectivo, que podría reducir el imperio de las ventas de las compañías farmacéuticas que fabrican medicinas sintéticas y otros productos nutricionales; así como, afectar su inversión millonaria en los tratamientos complejos de técnicas radiactivas y químicas. Sin duda, el primer objetivo del apiterapeuta es llevar a las personas a pertenecer a este mundo maravilloso, del cual formo parte, haciendo que la apiterapia, la apicultura y el gran respeto a la naturaleza, sean principios fundamentales de vida, para que se reviertan los daños causados al medio ambiente en la actualidad y podamos entregar a nuestros hijos, nietos y demás generaciones futuras, un planeta mejor conservado que el actual; libre del riesgo de una destrucción ecológica masiva, a la cual, con gran tristeza, nos estamos acercando gradualmente.

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II FORMACIÓN APITERAPEUTA Evolución y formación como apiterapeuta Deseo manifestar un cordial agradecimiento a las dos personas que me motivaron para hacer de la apiterapia mi mayor pasión: mi hija Vanessa y mi hermana Nancy. Sus palabras de aliento hicieron que muchas más expectativas y dudas aparezcan. Solamente con estos requisitos nace el deseo insaciable de aprender todo lo relacionado con este tema, desplegándose un maravilloso panorama que me ha traído una próspera salud y abundantes amigos alrededor del mundo. La revisión de algunos libros sobre apicultura me entregaban datos diversos sobre la apiterapia, que en los inicios de mi experiencia se convertían en información totalmente fascinante; pero: ¿Cómo comprobarla? ¿Era totalmente cierta o una simple exageración? En cuantiosas ocasiones se repetían los resultados anunciados de la apiterapia con éxito en otros lugares del orbe y su realidad práctica se hacía inminente. Si esto estaba sucediendo, su comprobación en nuestro país también era una necesidad apremiante. Se trataba de una técnica totalmente extraña y difícil, pues no existían guías de inicio ni procedimientos o normas a seguir, tan solo un grupo de consejos foráneos y un millar de temores infundados por las reacciones alérgicas que las picaduras de abeja podrían causar, bajo el nombre sin base de “abejas asesinas”. Sin embargo, los beneficios siempre sobresalen y al conocer que los éxitos en per-

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sonas tratadas con esta técnica superaban los peligros, fue entonces cuando me pregunté: “¿por qué no usarla?“. Había llegado a la barrera del inicio, pero, una nueva interrogante me surgía: “¿cómo y con quién hacerlo?” Recuerdo con mucho cariño el momento en el que conversaba con mi hermana Nancy, quien tenía planificado realizarse una cirugía para las várices, las cuales le causaban muchas molestias, entre ellas dolor, edema en las piernas, pesadez y debilidad al caminar, además del cambio antiestético muy notorio sobre la piel. Le había comentado a ella sobre la apiterapia, pues, hace poco había leído que se usaba esta técnica en casos como éste y con grandes resultados. Con gran habilidad, y sin mencionarle que nunca lo había comprobado, le propuse iniciar la práctica, convirtiéndose así en mi primera gran experiencia. Gracias a la confianza y la entera decisión de Nancy, pude iniciar este tratamiento. La intuición, el atrevimiento, el abuso, la búsqueda del bienestar fueron los puntos de partida. Junto a ello, surgían nuevas dudas sobre el uso real de la apiterapia; entre ellas: cómo aplicar las abejas, cómo atraparlas y dónde conservarlas, etc., construyendo toda una anécdota que me aportó significativamente en el ejercicio de la terapia práctica con el paso del tiempo. El temor a acercarme a las abejas fue lo más fácil de vencer, ya que, tuve algunos años de contacto con ellas. Ensayando algunos procedimientos llegué a adoptar una forma fácil de atraparlas, usando una botella plástica transparente, cortada en el fondo y usando el resto invertido como un tapón, añadiendo un poco de miel en gasa o cartón para alimentarlas sin que se peguen y agregando algo de ventilación al recipiente por medio de pequeños agujeros en sus paredes. También me ayudaba el uso de una pinza larga, delgada y con puntas planas para atraparlas y aplicarlas, obviamente, sin olvidar que las picaduras que recibía en el momento

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de su recolección, me convertirían en el primer beneficiado de la terapia. La duda siguiente fue dónde aplicar las abejas. El sentido común fue el mayor aliado, pues si las várices están en las piernas y allí causan molestias, entonces, sería allí mismo donde debería ubicarlas para solucionar el problema. Luego de aplicar la picadura directa el dolor era inminente. Ella lo toleraba fundamentándose solo en la gran confianza que tenía con este nuevo método y en su promesa de resultados grandiosos. El deseo de curarse le daba la valentía y fuerzas suficientes para seguir soportando la sesión. Las siguientes intervenciones las realicé con intervalos de cinco días, aproximadamente, luego de las cuales pude apreciar que la inflamación había cedido. Con el paso del tiempo las várices seguían desapareciendo y, junto a ellas, sus síntomas tan molestos que ella me decía. “Ponme una más, ponme una más”, me decía con ahínco, pues el alivio que tenía después de unas semanas era muy notorio, mientras que el cirujano vascular esperaba ansioso la llamada de su paciente que jamás se realizó. Llegamos a aplicar entre cuatro y cinco abejas directas. Nunca se manifestó en la piel una reacción alérgica, pues en ese momento hubiera provocado el rechazo y abandono permanente de la apiterapia y, al mismo tiempo, el truncamiento del sueño que, afortunadamente, hoy vivo. En todo caso, siempre pensé en tener los recursos de ayuda emergente lo más cerca posible. Con las nuevas intervenciones que realicé en otros pacientes, implementé exitosamente la crioterapia, es decir, la aplicación de frío local en el lugar de la picadura, además de la micropicadura, el uso de puntos de acupuntura y anatómicos. En este episodio los pacientes tuvieron una experiencia más efectiva y soportable, donde el dolor fue mínimo y la inflamación cercana a la picadura no superó los dos o tres días, mientras que los signos de mejoría se notaban con cada día transcurrido. - 17 -

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La apiterapia es el mayor regalo y, al mismo tiempo, el mejor secreto que la naturaleza nos ha proporcionado para recobrar la salud y para prevenir las enfermedades; por supuesto, respetando la integridad de las abejas y sin olvidar un mínimo de normas que necesariamente debemos cumplir para realizar de manera efectiva el tratamiento. La conversación amena con las personas que practicamos la apiterapia es el principal medio para iniciar esta labor. Todo lo que se pueda escuchar de los relatos y vivencias de cada uno de nosotros, representa una vida entera hecha en la apiterapia. Unificar los criterios, mejorarlos y compartirlos es lo único que en este tiempo dará progreso al gran grupo de entusiastas que, después de leer esta obra, inicien los pasos en nuestra vocación. Siempre debemos recordar que el no tener conocimientos médicos no es un impedimento para practicar la apiterapia, sin que por esto descuidemos la autoeducación y el buen hábito de la consulta que nos podría ser de gran utilidad en los casos que así ameriten. Inicialmente la aplicación de abejas en forma directa sobre el sitio del dolor se convertía en el primer paso para lograr un gran número de cambios orgánicos y personales, que sólo se podrían creer sintiendo uno mismo la dolencia o escuchando el testimonio de las personas que se sometían a la terapia. Para mi, sin duda, anécdotas muy lógicas, pero para nada entendibles, pues no es fácil explicar los hechos fisiológicos y bioquímicos que se traducen en estos beneficios, encaminando a la persona a una realidad que no se podría fácilmente ocultar, dado que sentirse tan bien luego de esta terapia era digno de comentarlo a la primera persona que se cruce en frente. Por lo tanto, en poco tiempo se convirtió en una eficaz forma de comunicar a los demás que no solo es posible vivir mejor, sino que recobrar la salud es una meta factible de alcanzar. Las dolencias y enfermedades acompañan a la sociedad en todo momento y en todo lugar, sin respeto a ningún escudo de protec- 18 -

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ción. En muchas ocasiones hemos perdido seres queridos con enfermedades que la medicina y los tratamientos convencionales no pueden hacer nada, muchas veces empeorando la calidad de la corta vida que les quedaba. Esta realidad, es el mayor referente que me apoya e impulsa a seguir investigando en la apiterapia para brindar mejores condiciones de vida y salud a todos aquellos que la practican. Debo recalcar que la mayoría de los productos químicos y sintéticos nos producen un alivio momentáneo, muchos de ellos a un alto costo económico, causando daño en otros sistemas del organismo. Para tal caso se puede consultar una obra de farmacología o farmacopea en la que absolutamente todos los productos químicos alopáticos que se ofrecen poseen efectos adversos. La incredulidad, que suena más a crueldad de los seres humanos, se apodera de la mente de los curiosos que observan cómo las afecciones más diversas son resueltas, a pesar de que la mayoría de los implementos que el apiterapeuta emplea están al alcance de todos y, que en suma, son conocimientos ancestrales que han llegado hasta nuestros días sin que les demos mayor interés, con los que se pueden lograr efectos realmente magníficos, haciendo que esta realidad exceda nuestras expectativas. Poco tiempo después de iniciarme en la apiterapia se me sumaron otros colaboradores para continuar con esta investigación y, sin ser un trabajo fácil, encontrar la literatura respectiva sobre el tema. Con perseverancia logré descubrir nuevos avances realizados en otros países, los que al mismo tiempo me fortalecían y corroboraban mi interés de estudio. Tuve acceso a una literatura antigua especializada que describía cómo en otros tiempos se practicaba con entera confianza este mismo método. Sin duda, las grandes catástrofes mundiales y las guerras han hecho descubrir a los seres humanos una gran cantidad de productos, métodos y sistemas que hacen de este mundo actual lo que hoy conocemos. Entre estos, hubo el gran aporte de la Unión Soviética - 19 -

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al descubrir y analizar la apitoxina de nuestras queridas abejas, que es la base científica para el amplio conocimiento que hoy se tiene de sus componentes, así como su actividad fisiológica y orgánica, que está encaminada a mejorar la salud de la población y salvar vidas. Cada lectura me traería nuevas expectativas y mientras practicaba con las picaduras directas en el sitio del dolor, miraba como estos resultados inimaginables sucedían realmente. Hasta el año 2002 los datos sobre apiterapia en Internet eran muy reducidos, cerrando mi margen de conocimiento y haciendo que centrara mi atención en las picaduras de abejas como la base de la terapia que proponía, sin saber que en poco tiempo, este hecho cambiaría radicalmente para entender que la apiterapia no sólo es buena, sino que puede ser excelente si se complementa además con el resto de los productos que las abejas producen en sus colmenas: miel, polen, propóleos, jalea real, cera, larvas de zánganos y obreras, pan de abeja y otros derivados. Aquí estaban muchos de los secretos que no había conocido en esos primeros años. Después de la grata visita que realicé en Miami a Moisés Asís, quien me habló del fabuloso resultado del uso de productos de colmena, logré complementar y entender a los dos factores que deben estar unidos para equilibrar la salud con mi técnica. Muchas dolencias se curan con tratamiento de picaduras de abejas o con productos de colmena, pero al combinarlos apropiadamente las curamos todas, haciendo de la apiterapia una verdadera técnica sin limitaciones ni casos difíciles. Alrededor de todo el mundo, los investigadores que estudian y ponen en práctica sus conocimientos, descubren efectos insospechados. Es así como esta técnica también la comparte el médico apiterapeuta argentino Dr. Oswaldo Mihura, quien ha desarrollado nuevos procedimientos en los que los productos de colmena pueden ser inyectados directamente al paciente, como es el caso de la jalea real. Esta técnica permite obtener resultados sobresalientes en el organismo, logrando la regeneración celular de sus tejidos y ór- 20 -

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ganos, así como la obtención de una regulación óptima del sistema inmunológico, para producir un rejuvenecimiento efectivo. Esta proeza se constituye en uno de los mayores adelantos científicos contemporáneos en el uso de la apiterapia. Ofrezco un cordial agradecimiento de mi parte para dos investigadores argentinos que me abrieron sus puertas al aprendizaje de nuevos temas de apiterapia, en virtud de su amplia experiencia: el Sr. Oscar Peroné, por la gran acogida que tuvo en brindar su preparación técnica para dar a conocer sus logros y avances en el desarrollo de la colmena que lleva su nombre, y que se dio en un evento realizado en la ciudad de Córdova el 14 de Agosto de 2010. Al Dr. Oswaldo Mihura, que me recibió con hospitalidad en la ciudad de Buenos Aires y que compartió conmigo sus maravillosas experiencias y métodos que, con gran sencillez, solucionan la mayoría de inconvenientes de salud en sus pacientes. Retomando el uso de los productos de colmena, debo mencionar que el empleo de sus recursos produce resultados muy efectivos. Para el año 2004 me había convertido en fanático del uso y recomendación de los productos de las abejas con sus combinaciones respectivas, como el caso del propóleos sin procesar mezclado con polen y cera o miel, homogeneizándolos para que sean absorbidos de mejor manera en el cuerpo y entregándonos así todos sus beneficios. Es imprescindible que la procedencia de estos productos deba ser totalmente natural, sin adulteración ni manejo inadecuado, pues es la única manera de garantizar su efectividad. Mi investigación fue más adelante, probando incluso con los productos liofilizados y naturales de otros países, mezclas enigmáticas del Medio Oriente y China, que nos permiten comprender la gran acogida que tienen estos recursos en el extranjero. En una visita técnica realizada a la Serena en Chile, con el ilustre médico desaparecido, Dr. Vicente Ferrer, fui el único ecuatoriano que en ese entonces realizaba este curso. Aquí enriquecí conocimientos en muchos aspectos, como por ejemplo el uso de micropi- 21 -

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caduras, que no son más que cortas exposiciones a la picadura de la abejas extirpando el aguijón o aplicándolo directo y retirándolo después en pocos segundos, con lo que se logra magnificar y potenciar el efecto terapéutico, a la vez que se limitan las reacciones adversas. Sin embargo, en algunas ocasiones es necesario modificar la dosis para obtener la respuesta deseada, en especial con las patologías autoinmunes (ver pág. 54). Son de gran ayuda al inicio del tratamiento aplicado al paciente, teniendo una mayor facilidad de uso, con un mínimo de dolor y reduciendo sus reacciones de hipersensibilidad y alergias al mínimo. Otro dato interesante es el uso de hielo o frío local por un lapso de sesenta a ochenta segundos, para reducir así el dolor de la picadura, actuando como un anestésico local; luego, se realiza la aplicación de la picadura con la abeja por el periodo de uno o dos segundos, siendo esta técnica empleada como una prueba de sensibilidad y en muchos casos como un tratamiento definitivo. Destaco el uso del procedimiento en niños con buenos resultados, que aunado a la micropuntura proporciona un buen margen de seguridad a los más pequeños. También recomiendo su uso en las zonas extensoras y dorsos del cuerpo para minimizar las molestias. Además de la aplicación de los puntos de acupuntura para magnificar el efecto terapéutico. El empleo de otras técnicas de poder mental, tales como la magnetoterapia (la terapia magnética con imposición de las manos), la terapia física y el pensamiento positivo han hecho de mi naciente práctica una grandiosa herramienta para todo tipo de males. Entre las personas que admiro se encuentra la mexicana Trinidad Terrazas. La “Tía Trini”, persona de sabios consejos que se destaca por la gran facilidad con la que difunde el uso de los productos de colmena, junto con los secretos de la medicina natural, de una manera espontánea y muy práctica, sin mencionar sus valiosas experiencias en su interminable labor de brindar salud y bienestar.

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En España se destaca un personaje interesante: el Dr. Pedro Pérez, un apiterapeuta muy optimista, que se especializa en recobrar la salud a personas que han fracasado con otros métodos. Valora mucho la virtud de la abeja; pues, sabe en donde debe hacer su picadura y aplicar además los conocimientos médicos específicos que son la base de su éxito. En los primeros años de terapias, la cantidad de pacientes fluctuaba entre diez o doce de manera regular. Más adelante, al ponerla a disposición del personal que labora en mi empresa y sumado a los grandes efectos alcanzados, obtuve un incremento significativo de los participantes en la terapia. La difusión de su experiencia se convertiría, sin duda, en la mejor carta de presentación de las bondades de las abejas para los seres humanos. Por más extraño que les parecía esta terapia al inicio, cada uno de los participantes se integraba a este gran cambio. Con el pasar del tiempo, fue acentuándose nuestra confianza hasta constituir un grupo amplio de trabajo. Considerando que muchos de ellos no habían encontrado solución a su problema de salud con otros métodos, cuando después ingresaron al nuestro, lograron por fin el alivio deseado con el poder de las abejas y sus productos. En los primeros años hubo entre seis o siete casos de hipersensibilidad a la picadura, manifestándose como un comezón o prurito intenso, inflamación en las zonas de aplicación o enrojecimiento de la piel. En todos los casos se podía revertir con el uso de algún antialérgico de fácil disponibilidad o medidas locales como miel o hielo. En ningún momento se presentó un shock anafiláctico o síntomas tales como desmayos, pérdida de conocimiento, dificultad respiratoria, hinchazón generalizada u otro signo extremo, debido a la gran confianza que he impartido en el uso de las abejas y los conocimientos adquiridos de personas probas que aplican en su vida la investigación científica de la apiterapia. Gracias a todos estos recursos, pude reconocer que muchos de los aspectos mencionados en diversos libros de apiterapia son acciones que realmente funcionan completamente. En una de estas literaturas encontré una frase muy - 23 -

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interesante que dice: “Los aspectos casi mágicos de los productos de colmena son ahora certezas científicas”. No obstante, si el nuevo participante de la apiterapia no tiene una guía hacia estos objetivos, el proceso de crecimiento en ella es muy lento. Es por eso, que al haber descubierto esta realidad, deseo transmitir su remedio en esta obra. Aprender de otras experiencias y relatarlas es la mejor manera de incentivar su práctica; solo así, y con la ayuda de más colegas entusiastas, lograremos confirmar que no existe restricción en ninguna enfermedad, ya que, los productos de colmena y las picaduras de abejas tienen múltiples usos y se convierten en aliadas seguras de nuestro organismo. Esta experiencia la he vivido durante todos estos años de ejecución de la terapia y, en los que he obtenido las respuestas más fabulosas, inesperadas e impensables, a favor del bienestar del participante. En los primeros seis años en los que apliqué exclusivamente la picadura logré éxitos reveladores, tales como aliviar los dolores de columna, hombros, rodillas y muñecas. Muchos pacientes que estaban con fecha de cirugía nunca se la realizaron debido a que el resultado fue tan satisfactorio que prescindieron de los procedimientos convencionales de la medicina como el uso de analgésicos, antibióticos, antihistamínicos, entre otros. Extendí mi terapia también a los animales. Mis perros, que son la más grata compañía que hoy conservo, se han visto también beneficiados con esta técnica, aliviándoles de abscesos, traumatismos, lesiones oculares, infecciones diversas y otras más que fueron solucionadas con picaduras de abejas y productos de colmena, sin dañar ninguno de sus delicados sistemas biológicos o sin causarles alergias, que con otros medicamentos veterinarios pudieron haber ocurrido. Cabe destacar la notable resistencia que los animales tienen a la terapia, además de la mayor aceptación de las picaduras y la respuesta sumamente ágil al tratamiento, signos que no se evidencian frecuentemente en todos los seres humanos. Al revisar la literatura veterinaria me doy cuenta que en este ámbito es donde mayor uso ha tenido la apiterapia y desde hace - 24 -

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mucho tiempo. En nuestro país, en cambio, no se la ha difundido apropiadamente para el uso animal o humano, siendo una completa irresponsabilidad por parte del gremio de profesionales vinculados al sector de la salud; que, no obstante, estamos todos nosotros dispuestos a enmendar. Destaco también el uso agrícola que se ha dado a los productos de colmena, sin olvidar la labor polinizadora que las abejas realizan en forma natural, tal como el control de plagas, los injertos y otras técnicas de producción agraria que se apoyan en los productos de colmena como el propóleos y la cera, que son inigualables y aliados completos de la naturaleza. La apiterapia la tenemos disponible para los familiares, amigos y colaboradores de nuestra empresa, constituyendo actualmente un grupo superior a doscientas personas, agregando el hecho de que la cantidad promedio de atenciones diarias es de treinta pacientes. En la actualidad, somos un equipo distribuido en todo Ecuador, entre profesionales diversos de la salud y médicos con experiencia, que compartimos un deseo común de brindar una alternativa de alivio a través de la apiterapia, de todo tipo de enfermedades; constituyéndose en un tesoro de conocimientos que rinde frutos todos los días. Deseo agradecer especialmente, a quien se constituyera hoy en día en el artífice de esta labor, quien me ha otorgado su amistad y conocimientos sobre esta terapia: el Dr. Andrés Castillo M., médico especialista en alopatía y prácticas naturistas, que se ha convertido en la cabeza de la apiterapia en nuestro país con su gestión en la reciente formación de la Asociación Ecuatoriana de Apiterapia (ASAPIE), sin la cual esta obra no habría sido posible ejecutar. Al Dr. Andrés Castillo lo considero mi gran amigo y maestro, porque pone en práctica todo lo que investiga, cosechando así sus propios triunfos y vivencias personales que, en conjunto a las mías propias, conforman una grata experiencia real de vida.

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Loable es la labor ejecutada por los miembros de la ASAPIE, entre ellos el Dr. Jorge Mosquera, con sus múltiples técnicas médicas, el Ing. José Cabrera, con sus inmejorables relaciones internacionales y excelente elaboración de productos y derivados apícolas, entre otros integrantes. La formación de apiterapeuta no termina nunca y la confianza que se consigue cimienta aún más los logros alcanzados, pasando a ser un estilo de vida sobresaliente, digno de imitar. Para todos quienes quieran pertenecer a ella, serán gratamente bienvenidos.

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III HALLAZGOS ACTUALES Paso a paso lo encontrado en la experiencia Entrego mi respeto y admiración, junto con un humilde agradecimiento, a todas aquellas personas que llegaron en busca de alivio para sus problemas de salud, aún sabiendo que el tratamiento iniciaba con dolor, molestias varias y que pocos participantes lo habían comprobado antes. En realidad, fue paradójico redescubrir un arte milenario. Han sido los mejores años de mi vida aquellos que he disfrutado en compañía de las abejas. Gracias a la apiterapia conservo actualmente un estado de salud excelente y, de igual forma, todos mis seguidores. Recalco, con mucho énfasis, que los beneficios de la apiterapia son realmente efectivos cuando el organismo se prepara progresivamente para recibir los productos de colmena y las picaduras de abeja. El tiempo que demore cada individuo en su adaptación es muy variable, depende bastante de su capacidad orgánica y el padecimiento o afección que sufre. A mi parecer, más importancia debe tener realmente la predisposición personal del paciente para querer curarse y sentirse bien. Este proceso de adaptación lleva algunos días en ciertos casos y unas semanas en otros, mientras se viven progresivamente las mejorías. Los productos de colmena pueden ser muy bien tolerados, igual que las picaduras; sin embargo, a un grupo reducido de personas les costará más adecuarse, dado que, en mi experiencia, algunas personas han presentado intolerancia a la miel, polen o propóleos y, en menor medida, a los otros productos. Para remediar estos casos se debe suministrar con constancia dosis menores o tolerables a cada paciente. Precisamente, la primera persona con la cual he experimentado es conmigo mismo, a

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veces hasta exagerar el consumo, con la finalidad de sentir lo que otros bajo mis consejos sentirían, conservando siempre un total respeto a las dueñas de la producción y a mi propio organismo. Un avance magnífico constituye la recolección y proceso de preparación de soluciones inyectables de apitoxina, las mismas que abren un abanico de posibilidades aún más grandes para llegar a más lugares en los que las abejas simplemente no pueden estar, pudiendo participar un público amplio de este gran suceso en cualquier lugar del mundo donde sea necesario. El Ing. Carlos Litwin de Argentina, plantea ideas brillantes en la producción de apitoxina en polvo para la fabricación de cremas, lociones y productos inyectables, caracterizados por una gran calidad de elaboración que tiene la Farmacia del Lago en dicho país. Los productos inyectables, si bien, no son de gran demanda actual, han logrado buenos resultados en su aplicación por parte de mis colaboradores, ofreciendo una nueva técnica de uso para todos los beneficios maravillosos que ofrece la apiterapia en nuestro país. Es un gran soporte contar con el criterio médico, totalmente directo, desinteresado y libre de prejuicios brindados por mi colaborador, el Dr. Andrés Castillo M., así como de los honorables miembros que forman la Asociación Ecuatoriana de Apiterapia, a quienes he tomado sus nombres para recomendarlos como iniciadores altruistas de este cambio mundial en favor de la salud, entre ellos, el Ing. José Cabrera, el Dr. Jorge Mosquera, el Dr. José Martínez, el Dr. Washington Rea que lastimosamente lo perdimos, entre otros. Todos ellos están permanentemente inmersos en el arte de la apiterapia, siendo partícipes de una atención médica y producción apícola de alta calidad. Extiendo una consideración semejante, con un merecido respeto a todos los apicultores ecuatorianos, quienes con esta obra complementan su labor diaria. Otro cambio notable logrado con los protocolos de tratamiento de mi médico colaborador y la combinación de la apiterapia con métodos alternativos es el menor tiempo en conseguir resultados - 28 -

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positivos, minimizando las molestias causadas al participante de apiterapia y devolviéndole la fe perdida y su salud tan anhelada. Muchos autores y terapeutas extranjeros han brindado pautas para combinar estas experiencias con el fin de ajustar nuestros procedimientos apiterapeutas. El uso de otros productos naturales, como el noni, chaya, salvado de trigo, caléndula y otras más, han traído una estela de buenas noticias para las personas atendidas. A través de la investigación continua, he encontrado muchas alternativas nuevas para llegar al bienestar, todo en base a una correcta alimentación que comprende el consumo de abundantes líquidos, la abolición de lácteos, azúcar y sal, el desarrollo de una actividad física mantenida (aunque no extenuante) con mucha respiración, una profunda conciencia de cambio personal y grupal. Finalmente, aunado al consumo de los productos apícolas, que son los protagonistas reales de esta lectura. La consideración mínima en la apiterapia se basa en limitar el dolor; especialmente en las etapas de acostumbramiento, usando hielo en la zona de aplicación y conservando una mínima exposición inicial a todos los productos de colmena, incluidos las picaduras y el aumento progresivo de su uso, conforme sea la tolerancia de cada individuo. No se debe olvidar el reposo respectivo que necesita el cuerpo (con cada uno de sus órganos) para asimilar los procedimientos de la terapia y acelerar también su proceso de regeneración. Con el transcurso del tiempo se fortalece la confianza del paciente que en muchos casos no existe en el inicio del tratamiento. Los éxitos logrados, como indicaba antes, son la mejor carta de presentación de los beneficios de las abejas y sus productos. La aplicación de la micropicadura lleva un riesgo mínimo de reacción alérgica y la más remota posibilidad de shock anafiláctico, proporcionando así, al apiterapeuta inexperto, una tranquilidad ante todos los temores infundados que algunos grupos de opositores han generado para mantener la hegemonía de los tratamientos clásicos. Con toda seguridad, la apiterapia permite ampliar los hori- 29 -

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zontes del conocimiento médico a todos los que se interesen en ella, para fines de aplicación incluso en sí mismos. Con cada una de las metas alcanzadas es imprescindible reconocer a los estudiosos de la vida silvestre que se dedican a ayudar a las abejas en su labor de mantener al ecosistema. Digno de nombrar en este caso es al Sr. Oscar Perone, quien propone una alternativa de respeto a las leyes naturales de las abejas en la producción de sus colmenas, sin alterar en lo más mínimo las condiciones ambientales que por tantos miles de años han tenido, devolviendo la autonomía de producción a las dueñas del arte. Al momento, nos encontramos realizando procedimientos diversos con el Dr. Andrés Castillo M., relacionados con el uso de las colmenas “Perone”, con resultados excelentes. La experiencia se va ganando con cada detalle y al obtener tan buenos desenlaces, creo que en poco tiempo lograremos una perfecta funcionalidad de este grandioso método. Después de haber conocido las micropicaduras, basta decir que es necesario realizar diez sesiones para poder aumentar la dosis. La frecuencia de aplicación es de dos veces por semana y en la mayoría de casos las dolencias desaparecen. Cuando se ha acumulado resultados favorables se puede variar la frecuencia y cantidad de las aplicaciones, todo en función de cada persona a tratar y de la respuesta de cada organismo. Este último hecho ha sido compartido similarmente por distinguidos integrantes de congresos de apiterapia en nuestro país. Es muy importante la calidad del proceso de producción, embalaje y almacenamiento de cada uno de los productos de colmena, para garantizar un resultado efectivo en la terapia. Muchas veces estos productos son muy difíciles de conseguir, siendo necesaria su importación desde diferentes países y en buenas cantidades para el consumo familiar. Esto ha enriquecido nuestro paladar con los sabores exóticos de todo el mundo, pues cada nación ofrece una amplia gama de aromas y sabores en los productos de abejas que elaboran. Es así, como en los últimos años nació en Ecuador una empresa que incluye estas demandas mundiales de salud, la cual lide- 30 -

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ro personalmente y cuyo nombre es KYBELA S.A., que provee al público en general las maravillas naturales de los productos de colmena, homeopáticos y flores de Bach. El producto estrella de KYBELA S.A. se llama FORTUNA ST, que es una formulación de miel, polen, propóleos y jalea real en polvo, actuando en todos los niveles del organismo y llegando a todos los tipos de consumidores. Su principal beneficio está en la modulación apropiada del sistema inmunológico, logrando mejorar las defensas del organismo y controlando las infecciones más comunes que afectan a la mayoría de personas, entre ellas las respiratorias y digestivas. De esta manera, su efectividad ha sido probada por más de tres años consecutivos, conservando un historial perfecto de resultados exitosos en multitud de consumidores y pacientes. En síntesis, los productos de colmena constituyen un suplemento alimenticio completo y natural, al no tener ningún compuesto sintético agregado. Por ejemplo, el polen contiene todas las vitaminas y minerales que el organismo requiere diariamente; la miel proporciona energía para las funciones básicas y constituye el mejor colaborador del sistema digestivo; el propóleos es el antibiótico y relajante por excelencia, así como un potente regenerador de tejidos y órganos, con cualidades antifúngicas y antivirales; y la jalea real, que es el más enigmático y maravilloso recurso apícola que actúa como modulador de la función neuroendocrina, con resultados simplemente inigualables, actuando inclusive como rejuvenecedor natural. Una ventaja que el consumo de pólen y propóleos otorga (usándolos regularmente) es la protección dental, inhibiendo el aparecimiento de las caries, mejorando las encías, corrigiendo la sensibilidad dental o el sangrado por debilidad capilar de la mucosa oral, endureciendo el esmalte dental y regenerando la mucosa interna, debido incluso a los daños causados por su manipulación en procedimientos dentales. Otro recurso valioso de uso bucal son las micropicaduras de abeja que, reducen el tiempo de recuperación de los procedimientos odontológicos y minimizan las infecciones, la - 31 -

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inflamación y el deterioro dental, actividad que aun no está muy difundida en nuestro país, pero que en otras naciones orientales se la ha realizado regularmente. Debo añadir también el enorme poder antiparasitario del propóleos, con lo que minimizamos el uso de la medicación alopática, y tomando en cuenta que se pueden usar también otros productos naturales complementarios adicionados a él, como el paico o las pepas de papaya. Un gran descubrimiento que realicé en las etapas iniciales de mi labor apiterapeuta fue cuando una madre gestante utilizaba las picaduras y/o productos de colmena, daba como resultado una criatura totalmente sana, alegre y una madre feliz y fortalecida. Actualmente aparecen en informativos de Internet y publicaciones impresas una serie de temores y restricciones infundados al respecto, entre ellos para mujeres embarazadas. En mi experiencia, debo recalcar este magnífico resultado en madres e hijos que hasta los seis meses de vida no tenían ningún tipo de enfermedad, inclusive en ausencia de vacunación, que bien parece, no colabora mucho en el desarrollo normal del nuevo ser humano. Este tipo de insinuaciones se ha difundido para arremeter contra el consumo de productos de colmena en la etapa de gestación. Me congratulo de no haberlas conocido antes, pues si en mis inicios hubiera tenido estos datos restrictivos, el temor a causar daño a una criatura me habría impedido hacer uso de ellos y de la apiterapia. Han sido alrededor de treinta casos de madres embarazadas que han llegado a feliz término y de bebés que no han conocido ninguna de las graves enfermedades que los afligen en los primeros meses de vida. Para concluir este capítulo, debo mencionar que en más de doce años de usar y recomendar la miel de abeja, contabilizo tan solo dos casos de alergia ante este exquisito producto, con el aparecimiento de comezón y ronchas en el cuerpo, pero, que ceden inmediatamente con el uso de medicamentos antialérgicos. Con el resto de productos no he tenido inconvenientes, pues, prefiero iniciar con pequeñas cantidades de cada uno para acompañar otros alimentos saludables, hasta obtener una buena tolerancia a su consumo; sólo después incremento su cantidad o los ingiero en ayunas. - 32 -

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IV RELATOS Y VIVENCIAS Maravillosos éxitos a lo largo de mi vida Cuando una persona acude por vez primera para iniciar el tratamiento de apiterapia, procedo a realizar una micropicadura durante un segundo, usando una abeja viva y aplicándola directamente en la zona del dolor, sirviendo esta experiencia también como una prueba de sensibilidad. La zona de aplicación debe ser enfriada usando hielo durante sesenta a ochenta segundos. Para minimizar la exposición a la picadura, se la puede efectuar sobre una tela o malla metálica, siendo así más fácil y rápido el retiro del aguijón que a su vez inyecta una menor cantidad de apitoxina. En el caso de los niños se debe tratar con mayor precaución, pues, no se debe aplicar la picadura de la abeja por más de un segundo. Con eso evitamos exceder el estímulo y el dolor intenso consecuente que produce, además de garantizar al paciente una mejor predisposición para que continúe con la terapia. Igual consideración se debe tener con las personas que tengan un historial de reacción alérgica hacia las abejas y también para aquellos que consuman o combinen algunas sustancias alopáticas de farmacia. Este mismo procedimiento se realiza por diez o doce ocasiones, y siempre con la misma cautela y cuidado, al mismo tiempo que se observa y anota en un registro escrito cada cambio o signo que la persona indique. Después de estas primeras sesiones se puede probar la picadura con más tiempo de contacto del aguijón; por ejemplo, entre dos y - 33 -

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cinco segundos, o más si fuese necesario. Solo la misma persona sabrá indicar la cantidad adecuada, y estará siempre representada por la reacción cutánea que manifiesta la piel ante la picadura, así como los efectos generales vistos en los días siguientes. En la mayoría de los casos, luego de ocho o diez sesiones las molestias normales ceden. Puedo destacar el tratamiento efectuado a tres niños con diagnóstico de asma bronquial, con edades respectivas de seis, siete y diez años, en los que apliqué la apiterapia con micropuntura sobre la piel del pecho, en especial sobre el esternón, llegando a aplicar un máximo de doce abejas vivas con un segundo de duración cada una, dos veces por semana. Las molestias típicas del asma, tales como la dificultad respiratoria y la secreción del moco nasal, cedieron paulatinamente. Los padres de los niños fueron testigos de estos cambios que no los habían vivido en todos los años que permanecieron con el tratamiento médico convencional. Puedo complementar mi experiencia al enunciar los casos tratados por el Dr. Andrés Castillo M., quien complementa la apicultura con el uso de la acupuntura, es decir la apicupuntura, para lograr efectos benéficos en menor tiempo. La aplicación de la abeja en el sitio del dolor trae buenos resultados y muchas veces se hacen coincidir con los puntos de la acupuntura. Un problema de la actualidad muy común es el dolor de las muñecas, los codos, los hombros, el cuello y la cabeza, causados por la gran tensión que representa conducir vehículos, usar computadoras y realizar otras labores cotidianas. Es sin duda, el estrés, la enfermedad del siglo XXI, y por desgracia la más grave, ya que, es la puerta de entrada para muchas otras enfermedades genéticas y somáticas al predisponer en nuestro organismo la pérdida de los mecanismos naturales de defensa que originan nuevos males en él. No hay nada mejor que la apiterapia para solucionarlo de raíz, devolviendo a cada célula del cuerpo humano su función original. Destaco el aporte de Vicente Ferrer, quien me participó de su conocimiento al indicar que los medicamentos tales como los alopá- 34 -

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ticos, y en especial: los corticoides, las hormonas, los neurolépticos, los antidepresivos, los analgésicos, los opioides, entre otros, deben ser retirados gradualmente del consumo del paciente, usando una reducción de la cuarta parte de su dosis y con lapsos semanales. Corroborar lo relatado por otros apiterapeutas ha sido también la base de mi experiencia. Así sucedió en el caso de un grupo de doce personas que presentaron síntomas clásicos del resfriado común, a los que apliqué una dosis directa de la abeja cada hora sobre el pecho y espalda, con lo que obtuve la remisión de todos los síntomas en la quinta o sexta dosis para todos ellos, a quienes traté en el mismo día, cuidando de suspender el tratamiento si se observaba algún deterioro de su estado general, agravamiento de los síntomas, presencia de una señal de hipersensibilidad o alergia que, por cierto, nunca encontré. Encontré un inconveniente más bien logístico, pues la persona debe disponer de algunas horas de su tiempo para recibir este tratamiento y el apiterapeuta debe vigilar con cuidado las sesiones. Esta práctica indica que los esquemas de tratamiento relatados al inicio son totalmente flexibles, según sea la reacción de cada persona. Explica el porqué no se han podido hacer protocolos totalmente ajustables según sea la enfermedad a tratar, pues el ajuste se debe dar a cada participante individualmente, motivando al apiterapeuta a prestar mucha atención al desarrollo de los sucesos para poder responderle con seguridad al paciente: cómo, cuándo y dónde hacer el tratamiento. Es variable el uso del hielo. Al inicio se convierte en una norma básica para algunas personas, pero, en otras llega a ser más irritante que la misma picadura. Por lo tanto, debe ser considerada en cada caso específico. Lo que sí está claro es que en los días siguientes a su aplicación, el uso del hielo en la zona afligida reduce la comezón. Este efecto se obtiene de igual forma aplicando miel de abeja sobre la picadura. Los participantes de apiterapia que no han recibido tratamiento continuo por cualquier motivo, o lo han suspendido, deben empe-

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zar con la adaptación del organismo que describimos al inicio (pág. 33) y con las micropicaduras. Un detalle anecdótico fue el gran alivio que recibió mi hijo cuando fue diagnosticado de una hernia lumbar, debiendo ser sometido a una intervención quirúrgica. En busca de nuevas alternativas decidimos iniciar un tratamiento que incluiría picaduras de abeja en el sitio del dolor y el consumo regular de los productos de colmena. En aproximadamente dos meses de aplicación de la apitoxina, se logró una recuperación definitiva, completa y permanente. La apiterapia es exitosa para emplearse en los casos de dolores musculares, contracturas, hernias discales y traumatismos, logrando un gran alivio y solucionando el inconveniente en un tiempo relativamente corto; además, de que podría evitar la mayoría de procedimientos quirúrgicos convencionales. Algunas personas, que al momento se encuentran en tratamiento de apiterapia y por circunstancias ajenas a su deseo, se mantienen con una de sus dos partes: la aplicación de la apitoxina inyectable (o picaduras de abeja) y el consumo de los productos de colmena; permitiéndoles conservar los buenos efectos para cada caso. Hay niños que se han acostumbrado tanto al consumo de estos productos, que no ha sido necesario aportarles con algún otro complemento nutricional; aparte de que ellos gozan de una salud envidiable y, de igual forma, también los adultos mayores que sobrepasan los setenta años de edad. Para un éxito rotundo, son primordiales los otros complementos de la terapia; entre ellos: mantener una buena rutina de actividades físicas, sumado a una correcta y profunda respiración; conservar una dieta equilibrada y libre de productos dañinos para la salud (tabaco, alcohol, drogas psicotrópicas, etc.); y sin duda, una mentalidad positiva, para hacer de la apiterapia una alternativa invencible en toda ocasión.

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Hago mención ahora a una experiencia personal en la provincia de Tungurahua. Hace unos tres años conocí a un niño de aproximadamente ocho años de edad que se inició en la apiterapia. Para mi criterio, el apiterapeuta más joven del mundo y es ecuatoriano. Este niño, cuyo padre es chofer, se motivó porque luego de tomar unas abejas y colocárselas a su padre en la espalda, sus dolores lumbares habían desaparecido totalmente y de inmediato. Este niño empezó el ensayo con su familia y lo continúa haciendo por la gran habilidad que tiene para manejar las abejas. Después de contestar algunas de sus preguntas acerca de la apiterapia y respetando las normas iniciales, el niño se animó a continuar con su labor eliminando todo su miedo hacia estos animalitos, brindando a la sociedad un profundo ejemplo de superación y respeto por ellas. Si bien, a las abejas las sacrificamos para obtener un beneficio directo en nuestra salud, la mejor muestra de agradecimiento que podemos brindarles es ayudando a reforestar los bosques y praderas, para devolver la riqueza natural al medio ambiente donde ellas se alimentan y procrean. Muchas de las personas que se han convertido en participantes de la apiterapia consumen medicinas alopáticas, siendo un hecho agravante que se puede aclarar apropiadamente con la consulta a un médico profesional. En mi caso, cuento con un gran amigo, quien me realizó un examen completo de salud, obteniendo resultados muy satisfactorios y anhelados; los mismos que también podrán alcanzar los futuros apiterapeutas que compartan y practiquen este estilo de vida. Las consultas, tienen como finalidad la recepción de sugerencias e indicaciones propias de la experiencia y conocimientos del médico, para hacer ajustes adecuados en los suministros de dosis de medicamentos y la supresión o adición de otras sustancias que podrían causar efectos adversos o contrarios a los obtenidos con la apiterapia. Este punto es de suma importancia para el paciente. No debe ser pasado por alto sin una reflexión profunda de su significado.

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La incredulidad del participante es el primer voto a vencer y es precisamente el que pretendo anular con esta publicación. ¿Acaso es tan difícil aprender a confiar en este insecto? Pues este maravilloso animalito es el que nos traerá la salud tan anhelada durante el resto de nuestras vidas. Sin embargo, al inicio del tratamiento estas inquietudes serán las primeras palabras del iniciado. Una buena explicación del procedimiento, describiendo las normas mínimas relatadas serán las mejores respuestas a todas estas cuestiones, tomando en cuenta que la primera aplicación es la prueba de sensibilidad y que se convierte en el inicio de la sesión. En tan solo este primer acercamiento se pueden arrojar efectos maravillosos. En el caso de las várices, los síntomas asociados de dolor, hinchazón, pesadez y hormigueos en la piel, se eliminan en pocas sesiones. Estimo que alrededor de las primeras semanas, el daño anatómico vascular visible demora más tiempo en desaparecer. Es muy variable según el tipo de piel y el tiempo que ha tenido antes la enfermedad, pudiendo ser entre tres y cuatro meses de terapia, aunque en algunos casos han desaparecido en el transcurso de doce a quince meses sin ninguna remisión. Es importante indicar que, si las várices están en las piernas o pantorrillas, también se debe aplicar la apiterapia en los muslos, así el paciente no las tenga, pues al mejorar el retorno vascular en las partes más bajas, aumenta la presión de retorno en los muslos que están más arriba, ayudando al aparecimiento de nuevas lesiones en estos sitios. Simple sentido común. Al aplicarlos al mismo tiempo garantizamos que los vasos superficiales y profundos se recuperen notablemente. La frecuencia de picaduras puede ser semanal o quincenal, a veces diaria y en función de la disponibilidad de tiempo del paciente. En el caso de los futbolistas que padecen de várices, la mejoría es mucho más rápida, pues el ejercicio físico en las piernas ayuda mucho a su reestablecimiento y el efecto curativo es inmediato. Yo fui mi primer paciente en el caso de parálisis facial. Sabía que la curación estaba dada por las abejas y la realicé. El único punto de partida fue palpar las partes que estaban más duras de la piel. Allí realicé la aplicación: dos picaduras al día y el alivio llegó pa- 38 -

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sando la primera semana; en la segunda el alivio era casi completo; finalmente en el transcurso de cuatro semanas desaparecieron todas las molestias. Es por eso, que al haber confirmado mi experiencia con más casos aparte, puedo asegurar que la expectativa de curación total toma un tiempo aproximado de treinta días. No he encontrado algún caso de parálisis facial en la que la apiterapia no haya surtido efecto. El tratamiento presenta un rendimiento rápido en los deportistas o pacientes que hayan tenido accidentes o traumatismos en las rodillas. Son muy raros los casos de personas que se hayan aplicado más de veinte picaduras y que sus síntomas vuelvan a revertir, tomando en cuenta que si la lesión es grave y de larga duración, las abejas logran una restitución importante que evita en muchos casos la intervención de cirugías de prótesis. No obstante, es necesario ejecutar picaduras frecuentemente y en cantidades variables de dosis y tiempo. Los resultados pueden cambiar según la severidad de la lesión. El consumo regular de productos de colmena, en especial de propóleos con su efecto antibiótico y antifúngico, así como el polen con sus flavonoides y antioxidantes puede lograr una gran inmunidad del organismo en contra de los resfriados comunes y de la influenza. Cuando la ingestión de estos productos se hace una rutina frecuente, muy difícilmente se tienen estas enfermedades y en caso de adquirirlas, sus síntomas pasan desapercibidos. Esta importante cualidad de los derivados apícolas, nos motivó a crear un producto especial en KYBELA S.A., llamado Fortuna ST, que reúne la miel, polen, propóleos y jalea real, liofilizados desde el origen y con una calidad garantizada que junto a su agradable presentación, facilita su consumo y exportación a cualquier lugar del mundo. Es muy bondadoso que el consumo regular de los productos de colmena ofrezca resultados positivos en poco tiempo; pero, para que el organismo obtenga esta grandiosa resistencia necesita por lo menos unos doce meses de ingestión periódica. Cuando llega este momento, nuestro cuerpo se encuentra invencible ante cualquier - 39 -

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amenaza. Este reforzamiento nos hace inmunes a las molestias más comunes, entre ellas: infecciones respiratorias y digestivas, así como una dentadura envidiable y sin caries. En este último caso, después de la visita al odontólogo se obtiene una noticia alentadora: “¡no existen caries!”. Por supuesto que se hace una limpieza del sarro y el restablecimiento de las calzas anteriores, pero, el resto de los dientes estarán totalmente sanos. Tomando en cuenta que las caries no desaparecen con la apiterapia (ya que sencillamente no surgen), se obtiene un efecto preventivo y protector legítimo que deberíamos enseñar a usar a las nuevas generaciones; tanto, como lo hacemos en la actualidad con la rutina tradicional de aseo bucal. Otro efecto ligado al anterior, es el fortalecimiento del lecho de las uñas, que es el espejo del fortalecimiento óseo y cartilaginoso interno. Consumiendo regularmente los productos de colmena, las uñas crecen con mayor rapidez (aproximadamente el doble) y su aspecto y consistencia manifiestan una mayor vitalidad y fortaleza. Hace algunos años, cuando habitaba en la serranía ecuatoriana, solía acudir al médico para que me administrara una receta antiparasitaria cada semestre, previa realización de los exámenes correspondientes, resultando en un alivio de las molestias abdominales causadas por estos parásitos. En los últimos años, luego de mi regularización en el consumo de los productos de colmena, no he tenido la necesidad de volver a tomar estas recetas, dado que los análisis clínicos recientes no han detectado ninguna clase de parasitosis. Los mismos efectos se extienden para el uso veterinario, ya que, he encontrado con gran satisfacción que mis canes tampoco necesitan de estos productos antiparasitarios. Los lunares de la piel, que son tan comunes, están en el primer puesto de la lista de eliminación por el uso de la apiterapia. Cientos de ocasiones he logrado su erradicación completa y sin importar su tamaño, tomando en consideración que los antiguos demoran más tiempo en desaparecer. El veneno de la abeja tiene la inmensa capacidad de restaurar el orden funcional y celular del organismo, de acuerdo a la coordinación natural de su genética. La mayor ventaja - 40 -

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que presenta la apiterapia, en relación a otros procedimientos para la eliminación de lunares es que, una vez que éstos han desaparecido, dejan una pequeña elevación que se desvanece con el transcurso del tiempo, sin producir cicatriz alguna ni dejar evidencia visible de lo ocurrido. Increíble pero cierto, es muy fácil de comprobarlo. Casos tan comunes como las callosidades son muy fáciles de solucionar, en especial las que aparecen en los pies y causan grandes inconvenientes al caminar. Para esto, se debe proceder a remojar los pies en agua tibia por unos veinte minutos, logrando así que el aguijón penetre con mayor facilidad. El dolor de la aplicación es mínimo, pues el grosor de la callosidad frena el ingreso de la apitoxina y hace el efecto mucho más gradual. Hay que tener presente que, una vez que el espesor de la callosidad ha disminuido, la sensibilidad a la picadura es mayor y se debe recurrir al hielo antes de volver a aplicarla, pues estas zonas son sumamente sensibles. Los casos de cefalea, jaqueca o migraña solucionados satisfactoriamente son numerosos. Los dolores del cuello y la pesadez de cabeza desaparecen después de la aplicación de las picaduras de abeja en los sitios apropiados, que con frecuencia son: el cuello, la nuca, la cabeza y algunos otros puntos respectivos de acupuntura. Los resultados son increíbles, aboliéndose un dolor que ha acompañado permanentemente al paciente por muchos años. Las sesiones de aplicación de picaduras en la cabeza están incompletas si el participante no formula la pregunta clave: “¿Habrá algún riesgo si me pican aquí?”, a lo que rápida y jocosamente yo les respondo: “¡Claro! Un gran riesgo: ¡qué funcione bien!”. La apiterapia también está al servicio de un equipo de fútbol juvenil, quienes con su entrenamiento diario son participantes frecuentes de las bondades de las abejas. Esto ocurre cuando sufren lesiones, traumatismos, calambres, heridas, cansancio muscular y muchas dolencias más. Es envidiable la confianza que estos muchachos tienen en el uso de la apiterapia, pues saben que hay lesiones que normalmente les mantendría fuera del campo de juego por dos - 41 -

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o tres semanas, pero, que se solucionan ágilmente en un par de días, con un alivio y recuperación completos. En alguna ocasión, un buen amigo mío que trabajaba en los Estados Unidos y que estaba coincidencialmente de visita en Ecuador, me comentó que padecía de dolores en los codos y hombros, al parecer por la actividad que realizaba. Inmediatamente inicié con aplicaciones matutinas y vespertinas: una picadura en cada sesión durante veintitrés días, sin presentarse ningún tipo de reacción alérgica. En las primeras semanas los dolores habían cedido y al final del periodo desaparecieron por completo. Para ese entonces, él debía regresar a su país de origen y muy preocupado me dijo: “¿Qué hago?”. Evidentemente, no quería perder el alivio alcanzado en los días de visita, que luego se habrían de convertir en la estancia más feliz de su vida, después de algunos años de sufrir el dolor. En la ciudad de New York no conseguiría abejas con mucha facilidad; es por eso que le recomendé el consumo permanente de miel en vez de azúcar o edulcorantes, así como polen, propóleos y jalea real, los cuales sí se podían conseguir. Han pasado siete años desde aquella ocasión, sin que se vuelvan a presentar las antiguas molestias, sin padecer de infecciones respiratorias graves y gozando de un proceso digestivo envidiable; además, suprimió la vacuna típica de la temporada de invierno y todo esto gracias a la constancia en su consumo de los productos de colmena. Anécdotas como éstas me han enriquecido en conocimientos, a la vez que me fortifican en la confianza que transmito a todos los participantes de apiterapia. En el caso de las mujeres que tienen desajustes hormonales por la menopausia o alteraciones en sus ovarios u otros órganos relacionados que funcionan bajo un intrincado mecanismo de coordinación (que ni los más entendidos comprenden) ocurre una total recuperación de su actividad normal después del tratamiento continuo con las abejas. Los dolores que acompañan a la menstruación se limitan a un mínimo, e incluso tienden a desaparecer; empleando para ello menos de veinte picaduras sobre la zona de los ovarios y la espalda, teniendo siempre a mano hielo para aplicarlo oportunamente y evitar así molestias mayores. - 42 -

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Los quistes en los ovarios (en etapas iniciales) se solucionan fácilmente con el consumo de jalea real y realizando aplicaciones regulares de apitoxina. Estos datos han sido corroborados por el médico especialista, quien no pudo explicar cómo éstos desaparecieron después de los exámenes de confirmación o en el estudio prequirúrgico respectivo. Para los quistes en los senos existe también el beneficio de la apiterapia, ya que, todos los casos de este tipo han desaparecido en un lapso de pocas semanas. Junto a este suceso, ocurre también una grata sorpresa que acompaña a muchas mujeres que, al no poder concebir y estando agotadas del uso infructuoso de tratamientos contra la esterilidad, reciben la noticia de estar embarazadas luego de la aplicación de la apiterapia. Al principio, consideré estos casos como meras coincidencias; pero, después de tratar muchos de ellos, concluí que no podían serlo, debiendo existir una relación causal. Por lo tanto, debo advertir que dentro de los múltiples efectos benéficos que aporta nuestra terapia también está el aumento de la fertilidad femenina, siendo un hecho que se lo debe tomar muy en serio para decidir una adecuada planificación familiar, evitando así un embarazo inesperado. Las picaduras de insectos, tan comunes en la región del litoral ecuatoriano, son controladas muy fácilmente con la oportuna aplicación de propóleos, miel o la misma picadura de la abeja, siempre y cuando el paciente esté acostumbrado a recibirlas; ya que, en caso contrario, empeoraría con un edema en la extremidad afectada. El efecto del propóleos o la miel es inmediato y para picaduras severas el uso de la apitoxina conlleva un alivio en los diez minutos siguientes. Muchos de los relatos que he escuchado de mis pacientes han mencionado algunos casos de hipersensibilidad o alergia. Uno de ellos, es de un apicultor que estaba acompañado de otros colaboradores por visitar las colmenas, los cuales (éstos últimos) no habían tenido jamás contacto con las abejas. En una ocasión, uno de ellos - 43 -

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resultó con una respuesta alérgica a las picaduras. Si bien, tenía la precaución de llevar regularmente su medicina antihistamínica, en esta ocasión no se encontraba disponible. A más de una hora de viaje hasta la ciudad más próxima, no habían muchas alternativas para ofrecerle una ayuda oportuna. Existía una grave situación en la que si no se actuaba a la mayor brevedad posible, el riesgo de una crisis severa o muerte estarían muy cercanas. El afectado comentó que hacerlo correr en un tramo largo o administrarle un medio vaso de licor, le habrían servido para controlar la situación emergente con buenos resultados. A pesar de esto, es vital disponer siempre a mano de todos los medicamentos y apoyos vitales necesarios, así como un protocolo de acciones cuando se realiza la apiterapia, pues estas situaciones de emergencia pueden presentarse en cualquier momento. Se debe tener presente que los medicamentos usados para este fin, deben estar fuera de su fecha de caducidad; así también, se debe disponer de todos los medios respectivos para aplicarlos, pues éstos sirven de muy poco si no se los puede administrar con facilidad e inmediatez. Este relato demuestra que se pueden solucionar algunos casos emergentes, aunque no deberíamos esperar a que sucedan realmente sin estar previamente preparados para afrontarlos con responsabilidad. Otras vivencias de apicultores me han hecho comprender que los seres humanos nunca terminaremos de aprender y apropiarnos de nuevos conocimientos. Por ejemplo: El método para colocar las colmenas sobre una llanta de automóvil (llena de arena) trae excelentes resultados, pues evita que los insectos y parásitos externos se acerquen a ésta por su olor, color y aspecto físico. Esta técnica es muy efectiva cuando se mantiene colmenas en regiones cálidas, en las que las condiciones ambientales suelen ser extremas. Además, se da un buen uso para estos insumos desechables que son difíciles de reciclar y, a la vez, se limitan el uso de insecticidas y otros métodos artificiales para proteger nuestras colmenas. La frecuencia de aplicación de las picaduras de abejas es variable y, en todo caso, respeta la resistencia de cada participante. Se debe iniciar con la micropicadura. Esa es la regla básica, el reposo - 44 -

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se efectúa después de la picadura. También se debe tomar en cuenta la reacción cutánea del paciente y se puede repetir a las veinticuatro o cuarenta y ocho horas posteriores. La amplia variedad de formas de aplicación del participante se sujeta a cada caso y cada individuo nos enseñará qué hacer cuando sea su momento. Se pueden usar puntos de acupuntura y chacras para la aplicación de la apitoxina y, muchas veces, la aplicación en el sitio mismo del dolor constituye una gran guía del tratamiento. Existe un caso especial de un buen amigo que me consultó sobre un traumatismo en la cabeza, que le habría provocado el desprendimiento de las retinas y que le obligó a guardar reposo por algún tiempo sin hacer ningún tipo de esfuerzo. Nunca antes había realizado algún tratamiento para este tipo de casos, aunque estaba seguro de que sería efectivo. Iniciamos la terapia y a las dos semanas de su aplicación él notó mucha mejoría que sumado al tratamiento médico asignado y al reposo permanente, dieron un resultado tan positivo, que los propios médicos no lo podían creer, admirándose de encontrarlo en excelentes condiciones luego de un mes del traumatismo. Por lo tanto, es el poder de la regeneración de los tejidos y el estímulo del flujo vascular, el encargado de llevar todos los nutrientes de los productos de colmena por todo el organismo, haciendo que estos casos exóticos y todos los demás restantes, sean posibles de solucionar. Muchos más logros se están obteniendo al investigar, producir y usar los productos inyectables de apitoxina, como es el caso del Ing. Carlos Litwin, que junto a otros investigadores del campo nos han entregado la facilidad de aplicación del veneno de abeja sin restricción de tiempo y ubicación, guardando los mismos secretos y grandes beneficios que con las picaduras directas. Esta alternativa de uso ha sido confirmada por el Dr. Andrés Castillo M., quien ya detalló estudios comparativos con la apitoxina de ambos casos. Los productos de colmena pueden ser administrados prácticamente a todas las personas. La reconfirmación de este hecho fue realizado en la ciudad de Quito en uno de los congresos realizados - 45 -

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por la ASAPIE, donde distinguidos médicos argentinos avalaron por su propia experiencia el consumo de la miel de abeja, desde el primer día de vida extrauterina, pues en el caso familiar de uno de ellos, tuvo un hijo que no pudo recibir lactancia materna por una pobre producción de su madre. La administración de la miel fue realizada gradual y progresivamente y no causó ningún tipo de efecto adverso. El desarrollo psicomotriz y cognitivo del niño fue estupendo. No presentó infecciones respiratorias ni digestivas significativas durante los primeros años de su vida. Esta anécdota interesante fue corroborada por otros apicultores que asistieron a estos eventos, con resultados sobresalientes y en muchos casos, probados en sus propios hijos o familiares. En contraste, las autoridades de salud de algunos países han pretendido prohibir o poner en alerta el consumo de miel de abeja y los productos de colmena para niños menores de dos años de edad, según ellos, debido al riesgo de contaminación por su consumo. Este hecho debe ser pormenorizado si se maneja adecuadamente el embalaje de los mismos y se evita la adquisición de productos adulterados o de dudosa procedencia. En resumen, los productos de colmena por sí mismos no se deben temer. Se pueden usar en cualquier momento de la vida, sin olvidar que al principio se deben ingerir en dosis pequeñas, hasta que se acostumbre el cuerpo o suspenderlos en el caso de presentarse algún síntoma inusual. En cuanto al consumo de polen sugiero remojarlo al menos ocho horas antes de consumirlo, pues la exina que cubre los nutrientes es muy resistente y si se lo toma directamente el tiempo que está dentro del tracto digestivo no es el suficiente para aprovechar todos sus nutrientes. No sucede así cuando al polen lo remojamos en una mezcla de agua con miel, facilitando la extracción de todos sus elementos valiosos. Cabe mencionar, que si se desea curar el estreñimiento, es ideal hacer una combinación del polen remojado con el que no lo está todavía, para obtener un efecto mixto y complementario. Consideraría no sobrepasar la dosis del polen en - 46 -

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el tiempo de embarazo, ya que, las altas dosis de vitamina A podrían ser teratogénicas, en especial durante el primer trimestre. El consumo de polen va de la mano con una buena administración dietética de productos frescos y naturales. Es una gran lástima que la mayoría de los supermercados tengan áreas de verduras, legumbres y frutas, cada vez más pequeñas y con precios más altos, mientras el gran volumen de ventas se centra en los productos enlatados, encajados, enfundados, bebidas alcohólicas, gaseosas, jugos sintéticos y demás creaciones biotecnológicas del mundo actual. Son realmente los usuarios los causantes de este comportamiento comercial, ya que, los propietarios de estos mercados ofrecen con preferencia lo que la gente quiere comprar, que al mismo tiempo se convierte en lo que ellos quieren vender, siendo un círculo vicioso que hace mucho daño a todos sus participantes. El acelerado ritmo de vida que llevamos en la actualidad, nos hace consumir nuestra juventud en los primeros veinte años y nos abre las puertas a las enfermedades graves y prevenibles antes de los treinta. Probablemente, jamás viviremos los ciento cuarenta años que nuestra genética nos entrega. A este ritmo, lo único que llega rápido es la infelicidad: abrir una lata o destapar un cartón de envoltura es lo más práctico, porque causa mucho menos esfuerzo que preparar los alimentos tal cual los provee la naturaleza. La mayoría de niños, después de los seis primeros meses de vida, se adaptan a la alimentación de su casa. Normalmente, luego del primer año de edad ya consumen todas las comidas que sus padres les dan. En estos meses es muy común que ellos desarrollen problemas de estreñimiento, intolerancia a los alimentos, vómitos, reflujo o infecciones digestivas. Es aquí, donde la apiterapia realizó una gran contribución a un bebé de aproximadamente cuatro meses de nacido, que por decisión de sus padres y luego de haber probado muchas técnicas para combatir el estreñimiento, decidieron darle como prueba unos veinte granitos de polen diluidos en el biberón. En pocos días notaron el resultado satisfactorio. El resto de productos de colmena, solos o mezclados en la formula de Fortuna - 47 -

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ST, también han traído buenos efectos en niños con insomnio e infecciones repetitivas. Este caso es particularmente interesante, y los profesionales de la salud deberían conocerlo y aplicarlo, pues en sus manos está la salud de nuestra sociedad. Las molestias hepáticas están entre las afecciones más frecuentes en estos últimos años. La imagen de un hígado graso se puso de moda para persuadir la mente de los consumidores y promocionar la venta del Complejo B. Muchas casas comerciales viven de estas técnicas de ventas para asustar excesivamente a sus clientes, siendo un caso muy común. Los problemas hepáticos en la realidad existen por los malos hábitos de vida descritos anteriormente, y también, por la promiscuidad en la que nos desenvolvemos. Sin embargo, la apiterapia brinda una ayuda valiosa y desinteresada a quien la emplea, sin importar el estado de su hígado y sus síntomas. Actualmente, me aplico micropicaduras sobre este órgano usando el hipocondrio derecho, bajo la ultima costilla (siguiendo la línea de la tetilla), logrando buenos efectos, mejorando los resultados de los exámenes relacionados con la función hepática, eliminando los síntomas de intolerancia alimenticia y otorgándole una gran resistencia, incluso en el caso del consumo ocasional de alcohol (limitando además el aparecimiento de la resaca). Muchas familias han comprobado los maravillosos efectos de las abejas sobre todos sus miembros y amistades, decidiendo adquirir colmenas para cuidarlas en el jardín de su casa. Es válido señalar aquí que siempre se deben guardar las reglas básicas del cuidado y respeto a su territorio, preservando un espacio adecuado para tal fin. El nuevo integrante de la gran familia apícola puede asesorarse de un apicultor experto, quien le orientará sobre la mejor ubicación, los cuidados generales, las medidas de seguridad y el comportamiento de las abejas según su lugar de procedencia. Cito con gran cordialidad las experiencias relatadas por mi maestro, el Dr. Vicente Ferrer, quien confirmó la solución de casos mortales en pacientes que sufrieron de SIDA y cáncer. Nuestros colegas ecuatorianos también lo han hecho. Personalmente, puedo re- 48 -

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latar un caso cercano que lo relaciono con las enfermedades prostáticas y diabéticas, en los que suelo aplicar las dosis de picaduras debajo del ombligo, concretamente en el hipogastrio. La mejoría llega aproximadamente a los tres meses de sesiones continuas, realizadas una o dos veces por semana. Cuando un médico ingresa en la práctica de la apiterapia se encuentra con un mundo fascinante, en el que, no solo la explicación en detalle de su técnica es suficiente para ejercerla, originándole un anhelo humano de brindar su ayuda a todos los problemas de salud del prójimo, sin importar cuán grave llegue a ser la fisiopatología y genética de las enfermedades, que a la vez se convierte en una magnífica oportunidad para adquirir una valiosa experiencia. La unión de los dos mundos: el científico de la medicina clásica y el natural en el caso de la apiterapia, ha formado una simbiosis exótica que pocos campos del saber poseen. El manejo de los medicamentos y productos químicos de la primera, apoya significativamente a los procedimientos de la segunda, manteniéndose alerta en los episodios de alergias, hipersensibilidades o algún choque contraproducente que la apiterapia pudiera causar en los pacientes. La mayor destreza que debe tener un médico apiterapeuta en el ejercicio de su profesión, es el traslado de un paciente con medicinas alopáticas y un estilo de vida desorganizado, a un participante activo de apiterapia que consuma todos sus productos naturales con una vida más ordenada y útil. Esa es la base del éxito y del cual mi colaborador, el Dr. Andrés Castillo M, cimienta su gran experiencia. Las heridas, magulladuras y cortes superficiales son muy comunes en el diario vivir, siendo las manos, rodillas, hombros y pies zonas bastante afectadas. En este tipo de lesiones la apiterapia actúa como una primera línea de defensa en contra del dolor, el ardor, el traumatismo y el daño del tejido de la piel, evitando que ingresen microorganismos externos y que causen infecciones locales. Para iniciar este tratamiento en necesario realizar una buena asepsia del área afectada. Luego se hace una aplicación de miel de abeja sobre la herida, para proceder después a practicar unas micropicaduras alrededor de la misma, logrando un efecto restaurador inmediato. - 49 -

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En el caso de heridas sucias, se puede mezclar la miel con propóleos, sin olvidar el consumo de polen. Un caso similar es el que se ejecuta con las quemaduras de la piel, cualquiera sea su extensión y nivel de severidad; las mejorías son increíbles: la analgesia de la picadura es muy efectiva y la tranquilidad y confianza del paciente se mantiene intacta, evitando además que queden futuras cicatrices, infecciones o queloides en la zona afectada. La recuperación de los tejidos se aprecia con cada día transcurrido del tratamiento. La rapidez con que se modifican y refuerzan las respuestas inflamatorias y restauradoras de los tejidos, hacen que en menos de una semana presenten una apreciable mejoría, dependiendo naturalmente de la extensión y la gravedad de la lesión. Existen casos de personas que han tenido experiencias propias de la terapia, aumentando la dosis de picaduras entre diez y veinte abejas diarias; un fanatismo interesante pero no muy recomendable, pues aparte de sacrificar una cantidad considerable de especimenes, no es más efectivo ni más rápido. Debo recalcar que la apiterapia no es medicina alopática, ni dependiente de la dosis. Este criterio médico no se debe considerar al practicar la apiterapia. Para ello, narro un caso interesante: hace poco tiempo, en plena etapa de recrudescencia de las infecciones respiratorias, una persona por cuenta propia y con la finalidad de auto-experimentar inició su práctica con dosis altas de picaduras con el fin de eliminar las molestias del resfriado, sin conseguir mayor alivio y agravando más el dolor de su garganta. Mejores resultados se obtienen con el uso de la miel de abeja con propóleos y limón, aplicando después esta dosis sobre la garganta, el pecho y la espalda del paciente. Existen reportes de casos de personas que han sido atacadas por grupos de abejas, estando inclusive a más de doscientos metros de distancia de la colmena. En estos casos las picaduras pueden llegar a cincuenta por persona. Igualmente, ha habido reportes de otras personas que por estos mismos accidentes se han curado de sus dolencias, aunque también mueren en estos ataques. Para aquellos - 50 -

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que han recibido este efecto positivo, han logrado mantener una salud inquebrantable por un cierto tiempo (como si fuese un premio inmunológico), pero, que con el transcurso de los días va mermando, a menos que sea el caso de un apicultor, quien conserva un record de longevidad relacionado con la actividad de su trabajo. El uso continuo de la apitoxina es indicado en los casos de aplicación masiva, sin exceder los límites establecidos, ya que, el uso de dosificaciones elevadas solo consigue producir un gran dolor y fomentar las reacciones de hipersensibilidad y alergia. Se puede realizar una terapia preventiva constante, aplicando entre dos y cuatro abejas por semana, sin importar que hayan pasado algunos días sin tratamiento regular. Este procedimiento garantiza que al momento de reiniciar la terapia se logren los mejores resultados en el menor tiempo posible y sin causar efectos nocivos en el organismo. Así fue el caso de un paciente que se mantuvo en el tratamiento preventivo descrito, y de repente sufrió un accidente en motocicleta que le causó una lesión ligamentaria severa en la mano y que pudo superar exitosamente en pocos días luego de la aplicación continua en el sitio del desgarro, sintiendo además que el hematoma pasó casi imperceptible. Es muy seguro recibir picaduras de abeja en bajas dosis y con regularidad, ya que, aseguran que los procedimientos de la apiterapia puedan ser usados siempre y con efectividad. Otro episodio interesante que puedo narrar es el de un joven de unos veinticinco años de edad, que después de una caída de un vehículo en movimiento se vio afectado por una lesión en los talones, causándole un daño moderado sobre el tendón de Aquiles. Este accidente le motivó a ser intervenido quirúrgicamente. Bajo la decisión propia del paciente, inició el tratamiento con picaduras de abejas y consumos de los productos de colmena y con un gran entusiasmo y una espera de dos semanas comenzó a obtener los maravillosos efectos benéficos. Al transcurrir tres meses había alcanzado la recuperación total. La frecuencia de sesiones fue de dos veces por semana, aplicando picaduras progresivas, entre una y cinco veces sobre el talón y el trayecto del tendón.

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He conocido casos especiales que los considero extremos, pero, que valen la pena mencionarlos y uno de ellos es el de los apicultores, que se han enterado superficialmente del efecto favorable de la picadura de las abejas y el consumo de los productos de colmena, pero, que por su incredulidad no emplean ninguno de estos recursos. A veces, ellos mismos aplican abejas y las recomiendan a otras personas sin usarlas personalmente, siendo una práctica incompleta y errónea, infundada posiblemente por el miedo o los prejuicios sociales. Es así que, en la mayoría de colmenares, lo que encontramos con facilidad son apicultores y no apiterapeutas. El gran objetivo de este libro es motivar a todos aquellos quienes trabajan con las abejas, para que se preparen hacia el campo de la apiterapia, pues, ambas prácticas se complementan con suma elegancia. En el caso de las úlceras estomacales, el consumo continuo de polen, miel y propóleos producen excelentes resultados para el órgano, propiciando la erradicación de la bacteria Helicobacter Pillory, cuyas cepas se han relacionado directamente con el aparecimiento del cáncer de estómago, que según las estadísticas contemporáneas, es una de las principales causas de mortalidad en nuestro país y el mundo. Los casos de acné en cualquier grado de severidad pueden ser enmendados fácilmente con el consumo regular de productos de colmena, tanto en uso tópico como oral, siendo el factor de la dieta la principal aliada para la recuperación plena del paciente. Nuestro producto: Fortuna ST, mantiene un historial sobresaliente en el mejoramiento de esta afección, ya que, en el transcurso de dos semanas las lesiones de la cara o el cuerpo inician su recuperación y desvanecimiento, hasta desaparecer completamente en las semanas siguientes. Al cabo de tres meses se ha logrado la recuperación definitiva de la zona afectada. La apiterapia es un recurso natural muy completo. El consumo y uso de los productos de abejas, aunado a la acción de la apitoxina de sus picaduras, garantizan una probabilidad muy alta de recuperación y preservación de la salud. Los apiterapeutas que en nuestro - 52 -

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país se encuentran cultivando nuevas experiencias, son la nueva generación encargada de hacer llegar esta técnica a todos quienes la necesiten. Los partícipes de esta obra conservamos la convicción y libre disposición de colaborar permanentemente a este amplio grupo de nuevos colegas y a aquellas personas que supieron confiar y participar de este método, logrando solucionar sus dolencias hasta constituir la base real de nuestra experiencia. Con seguridad, el pensamiento positivo y los deseos de conservar la plena salud ayudan a incrementar el éxito de la terapia. Aceptar este regalo de la naturaleza es la primera regla en la que los profesionales de la salud, entusiastas y apicultores, deben basarse para iniciar su labor en este mundo maravilloso. Quiénes se mantengan al margen de su promoción deben al menos colaborar con la restitución del medio ambiente en general, que se ha deteriorado a través del daño constante a la naturaleza y que se traduce en labores tan sencillas como la reforestación de cualquier área necesitada y la reducción del derrame indiscriminado de sustancias tóxicas, lubricantes y otras en lugares no destinados para su reutilización, mucho menos cerca de las vertientes de agua; se debe tomar en consideración la eliminación apropiada de las baterías y pilas electrónicas; así como la separación de los desechos de basura según su clase, propiciando una sana cultura ciudadana del reciclaje. En Ecuador ya se deben considerar nuevas propuestas ecológicas para el manejo de la basura orgánica de las grandes ciudades, tales como la producción de humus y nutrientes con la ayuda de elementos digestores naturales (como ocurre con la lombricultura) y no sencillamente haciendo rellenos sanitarios comunes, que se convierten en bombas de tiempo de gas metano y que, en la mayoría de casos, no cumplen con la normativa completa del reciclaje, o en caso de hacerlo, en un tiempo muy grande. La mejor alternativa mental para aunar esfuerzos en la recuperación de la salud es mantenerse alejado del negativismo que acompaña a la mayoría de las dolencias, eliminando los pensamientos desagradables y sabiendo enmendar los errores causados hacia los demás, aceptándolos también por nuestra cuenta. Abrirse al - 53 -

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nuevo entorno de vida son las claves del éxito en cualquier terapia, además de tomar en consideración una fe inherente en el desarrollo de todo el tratamiento. Algunos autores dignos para recomendar su lectura sobre la meditación efectiva es Joseph Murphy y su obra El poder del pensamiento positivo; que resume todo un compendio de las actividades y actitudes que nos permiten obtener una visión clara y verdadera, para encaminarnos hacia el encuentro del control de nuestro cuerpo y de su uso correcto. Otros libros estupendos para apiterapeutas (y sus participantes) son las de Maite y Louise, en destacados títulos como La autocuración, entre otras. Mi gran maestro, que me dejó su valioso legado, fue el Dr. Vicente Ferrer, quien detalló muchas enfermedades que pueden ser solucionadas con la práctica de la apiterapia y otras treinta más del tipo autoinmunes que se han ido descubriendo en los últimos años. Estas enfermedades son, en palabras simples, una clase de reacción autoinducida equivocada de nuestro sistema inmunológico, que afecta nuestros propios tejidos y órganos. Así, en base a su experiencia, él detalló la siguiente clasificación: 

Enfermedades o Patologías Autoinmunes: Artritis reumatoide, esclerosis múltiple, esclerosis lateral amiotrófica, escleroderma, pénfigo, psoriasis, lupus eritematoso discoide y sistémico, síndrome de Sjogren, polimiositis, dermatomiositis, policondritis, vasculitis, poliarteritis, polimialgia, síndrome de Reiter, síndrome de Behcet, espondilitis anquilosante, diabetes mellitus, síndrome de Guillan-Barre, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, vitíligo, etc.

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Enfermedades o Patologías No Autoinmunes: Hernia discal, espondilosis cervical, lumbalgias, hemorroides, esguinces de tobillo, espolones de talón, sinusitis, bursitis del talón de Aquiles, incontinencia urinaria, tendinitis poplítea, tendinitis aquileana, codo de tenista, artrosis, tendinitis del manguito rotador, hombro congelado, diverticulosis, tinitus, síndrome del túnel - 54 -

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carpiano, síndrome de las piernas inquietas, queloides, quistes mamario y ováricos, quistes de Backer, etc. El producto estrella de KYBELA S.A. es Fortuna ST y cada gramo posee una composición de 500 mg de polen, 250 mg de propóleos, 200 mg de miel y 50 mg de jalea real, poseyendo entre sus magníficas propiedades la capacidad de restaurar la fuerza mental y física de manera natural, amalgamando los cuatro elementos básicos que produce la colmena. Contiene además los elementos indispensables para mantener las funciones vitales y orgánicas en óptimo estado; constituye un complemento alimenticio ideal, proporcionando los aminoácidos esenciales, ácidos orgánicos, sales minerales y oligoelementos como el azufre, fósforo, sodio, potasio, calcio, magnesio, hierro, cobre, manganeso, además de vitaminas, algunas enzimas digestivas, sustancias antibióticas, bactericidas, glúcidos como glucosa y levulosa, entre otros. Los productos apícolas son valiosos suplementos y complementos nutricionales destinados a suplir las carencias de la dieta moderna, brindando un completo fortalecimiento del sistema inmunológico y coadyuvando en más de veinte características beneficiosas al organismo, entre ellas: propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, antimicrobianas, antidepresivas, etc. El aporte vitamínico y de oligoelementos colaboran a la solución de las enfermedades seniles, tales como: el estrés, la depresión, el agotamiento físico, el déficit de memoria, el acné, las alteraciones dermatológicas, el estreñimiento, la depuración colónica, las infecciones respiratorias y muchas otras más.

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RECOMENDACIÓN FINAL En la mesa de los hogares de cada apicultor y apiterapeuta, deben existir todos los productos de colmena para ser consumidos libremente, motivando a los miembros de la familia para que también los ingieran y gocen a plenitud de todos sus beneficios. Si ustedes encuentran un método práctico para hacerlo, por favor, comuníquenmelo para aprender de sus propias experiencias y, a la vez, enriquecer aún más las mías.

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